¿CONSERVACIÓN O DESARROLLO? ANA LISIS DE LA POLITICA ... · recursos auríferos que se encuentren...

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¿CONSERVACIÓN O DESARROLLO? ANA LISIS DE LA POLITICA AMBIENTAL y EXTRACTIVA EN LA AMAZONIA RAM ÓN ESTEBAN LABOR DE ' Abogado de la Universidad de los Andes. Especialista en Derecho Administrativo y DeTecho COnstitucional de b Unlvenidad del Rosario. Vincubdo Lo Fundación dt'$de 1994 los procesos de orde¡¡:,¡micnto territorial con las comunidades indíg.- nas en los departamentos ¡k Amnonu. V¡upn y Guaini .. Actualmente adelanta acdones de incidencia política en busca del pleno reconocimiento e implementación de los derechos de los pueblos indígenas y el respeto a los derechos ambientales, adicionalmente promueve acciones judiciales con el mismo propósito. '13

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¿CONSERVACIÓN O DESARROLLO?

ANA LISIS DE LA POLITICA AMBIENTAL

y EXTRACTIVA EN LA AMAZONIA

RAM Ó N ESTEBAN LABOR DE '

Abogado de la Universidad de los Andes.

Especialista en Derecho Administrativo y DeTecho

COnstitucional de b Unlvenidad del Rosario.

Vincubdo ~ Lo Fundación G~ia dt'$de 1994 acom~i'Jando los procesos de

orde¡¡:,¡micnto territorial con las comunidades indíg.-nas en los departamentos

¡k Amnonu. V¡upn y Guaini ..

romooi(lbord~ail.C'Om

Actualmente adelanta acdones de incidencia política en busca del pleno reconocimiento e implementación de los derechos de los pueblos indígenas y el respeto a los derechos ambientales, adicionalmente promueve acciones judiciales con el mismo propósito.

'13

--- Este articulo presenta un anoilisis de las problemáticas en la implementación de la politica pública en materia de explotación de los recursos del subsuelo y de la polltlca pública en materia de protección de áreas de importancia ecol6gica. Bajo el título de Conservación o desarrollo y a partir de un análisis de dos estudios de ca$O - los de las comunidades indfgenas del río Apaporis y de las comunidades indígenas de Selva Matavén- , el texto evidencia el conjunto de contradicciones en la aplicación de estas políticas en Colombia. Bas.ado en un riguroso anoilisis jurídico,

el autor sugiere una propuesta en materia legal encaminada a atender algunas de estas contradicciones, dando prioridad a los derechos y protección de los pueblos indigenas. su cultura y su territorio, en el marco de una política que responda más a la protección de la biodiversidad que a las politicas de desarrollo extractivista. Palabras claves: Política publica, recursos del subsuelo, ordenamiento territorial;

Apaporis, Matavén.

This artiele presents an analysis of the problems in the implementation of

public pollcy, regarding to the exploitation of subsoil resources and public policy in protecting areas of ecological importance. Under me heading of ConMrvation or dewlopment and from an analysis of two cases $ludies, the indigenous communltles In the Apaporis Rlver and the indigenous communities from selva de Mataven, the text highlights the set of contradictions in the implementation of

these policies in Colombia. Based on a thorough legal analysis, the author suggests a legal proposal to address sorne ofthese contradictions, giving priority to the rights and protection of indigenous peoples, their culture and territory, as part of a policy that responds more the protection of biod.iversity in development policies

extraction. Keywords: Public policy; territorial management; Apaporls; Mataven; Amazon

A partir de los sucesos que actualmente viven los pueblos indígenas habitan­tes del Bajo Río Apaporis y la Selva de Matavén, abordaré la contradicción que se presenta entre las políticas públicas relacionadas con la explotación

de los reCursos naturales del subsuelo y la protección de las áreas de especial importancia ecológica. La conservación de la diversidad biológica encuentra claro e ineludible reforzamiento constitucional. DO obstante en la práctica éste resulta desconocido o acatado selectivamente por las autoridades nacionales encargadas de su administración. Recientemente se ha puesto de presente cómo las autoridades mineras y de hidrocarburos vienen promoviendo con desaforado interés las actividades de exploración y explotación de tales recur­sos sin atender a las limitantes ambientales vigentes, imponiendo una visión

desarrollista, que aunque siempre ha estado latente, ahora se proyecta a gran escala sobre la región Amazónica.

t 64 bmcm EltebaD Laborde

Los pueblos indígenas. por su parte, no cuentan con herramientas jurídicas efi caces para afrontar el embate que de la mano de las empresas mul­tinacionales viene promoviendo el Estado. Hasta ahora sólo cuentan con el de­recho a ser consultados previamente cada vez que se prevea adoptar medidas administrativas o legislativas susceptibles de afectarlos, lo cual no les brinda la posibilidad de oponerse a la realización de tales medidas. El derecho a la Consulta Previa se limita a brindarles la oportunidad de proponer alternativas para mitigar, prevenir o disminuir los impactos negativos que en relación con su integridad cultural, social y económica puedan presentarse en el desarrollo de los proyectos de exploración y explotación de los recursos naturales dentro de sus territorios. Tal vez sea esta la razón que los llevó a buscar refugio en las áreas de conservación de la diversidad biológica como limitante capaz de contener a los grandes emprendimientos mineros y petroleros que desde el mismo Estado se promueve para estas zonas.

A continuación se presentan dos casos emblemáticos en los cuales se evidencian las contradicciones que surgen tanto al interior del Estado, como entre el Estado y los pueblos indígenas. Iniciaré refiriéndome al caso del Bajo Río Apaporis y posteriormente al de la Selva de Matavén.

Balo do Apaport.

Desde 1974 el área del bajo do Apaporis se encuentra preseleccionada para ser incorporada al Sistema Naciona l de Parques Nacionales Naturales, por considerarse que en ésta se encuentran representadas especies y ecosistemas que merecen ser conservadas a perpetuidad y protegidas a través de la figura de los Parques Nacionales Naturales. La concreción de esta expectativa estatal no se ha logrado aún culminar. En 1997 se alcanzaron a realizar los estudios e incluso a proyectar el acto administrativo que le daría el carácter mencionado a este territorio indígena, pero en aquel momento las comunidades indígenas se opusieron a la adopción de tal medida administrativa, al entender que se trataba de un acto que afectaría su derecho a la autonomía territorial. En 2007, las comunidades de La Playa, Bocas del Pirá, Centro Providencia, BeUavista, entre otras. deciden solicitar la constitución de un área del Sistema de Parques Nacionales Naturales que operaría de manera superpuesta con el Territorio Ind ígena q ue se les ha reconocido en calidad de Resguardo.

El motivo que generó el cambio de opinión de las comunidades indí­genas se encuentra clara y explicitamente determinado en el hecho de que el Gobierno Nacional está iniciando un proceso para otorgar una concesión internacional que permitirá la exploración y eventual explotación de los recursos auríferos q ue se encuentren en estos territorios. En la normativi­dad colombiana se encuentra n limitadas terminantemente las actividades de prospección y explotación de recursos naturales del subsuelo en las áreas del Sistema de Parques Nacionales Naturales, de tal manera que de constituirse el Territorio Indígena del Bajo Río Apaporis como un Parque Nacional Natural. se estaría tornando inviable jurídicamente cualquier proyecto de exploración

¿COnservación o desarrollo? Análisis da la política ambiental V ext.ractlva en la Amazonia ,.15

y explotación de los recursos del subsuelo, al encontrarse protegidos tanto éstos como los del suelo.

Por otra parte, la constitución de un área del sistema de parques en territorio indígena limita efectivamente la autonomía en el manejo, uso y aprovechamiento de los recursos naturales renovables de propiedad de las comunidades. Al final. los indígenas se han visto, entonces, en la necesidad de escoger entre dos males el menor. En este caso, las normas constitucionales, y especificamente la legislación minera, privilegiadan la conservación de la diversidad biológica sobre la explotación audfera o petrolera.

8ehade ... ta.-a En 2003 se unificaron 16 resguardos indígenas ubicados en torno a la

Selva de Matavén. comprendiendo asi el área de los antiguos resguardos in­dígenas y la nueva extensión de la Selva de Matavén. Casi de manera simultá­nea a la mencionada unificación territorial, la Unidad de Parques (UAESPNN) proponía a las comunidades indígenas la constitución de un Parque Nacional Natural en superposición con sus territorios. En ese momento la decisión de los representantes de las comunidades fue la de exigir que, en primer lugar. se concretara la unificación y ampliación del resguardo y que, posteriormente, se analizaría la propuesta estatal de traslaparlo con un área del sistema de parques nacionales.

En 2006, la Agencia Nacional de Hidrocarburos celebró un contrato para realizar actividades y análisis de prospección sísmica que incluye un área en la Selva de Matavén, lo cual revive nuevamente el interés de las comuni­dades indígenas de considerar la propuesta de superponer a su territorio un área del sistema de parques nacionales, como estrategia de defensa territorial. En este caso, la propuesta indígena consistió en que se tratara de una decla­ración conjunta del área, por contraposición a la que unilateralmente realiza el Estado; de otra parte, solicitaron que en la declaración de la nueva área se establezca que ésta, en contraposición a la limitada a la diversidad biológica, se realiza con la finalidad de proteger la diversidad biológica y cultural, y. por último, solicitaron que la superposición corresponda a la totaUdad del territorio indígena, incluyendo las áreas pobladas y de sabana que cuentan con escasa vegetación. La Unidad de Parques a través de su dirección territo­rial Amazonia - Orinoquia, consideró aceptable la propuesta en cuanto a la posibilidad de declaración conjunta y a la inclusión del objetivo de conser­vación y protección de la diversidad cultural, más no así en lo relacionado con la superposición con la totalidad del resguardo unificado de la Selva de Matavén. Esta entidad propuso que la delimitación del área a superponer de­bería garantizar la viabilidad de la actividad petrolera, para lo cual propone algunas posibles delimitaciones orientadas en ese sentido.

Los representantes indígenas consideran que la determinación del área a superponer no puede ser el resultado de un acuerdo entre las entidades esta­tales a espaldas de las comunidades, por lo cual dan por terminado el diálogo.

t 66 Ramón EIIteban Laborde

Deciden entonces financiar con sus propios recursos la elaboración de una evaluación ecológica, a cargo del Instituto Alexander von Humboldt. que les permita, desde la perspectiva occidental, obtener una valoración objetiva de los recursos naturales en la totalidad del área de su resguardo y, así. tener al­gún grado de certeza científica sobre el estado y valor de la biodiversidad allí presente y de los territorios que deberían ser incluidos en el área protegida.

BIocII--sdad ... deAnoOo

La imposibilidad de las comunidades indigenas de objetar o vetar la decisión final que adopte la entidad estatal en atención a la vulneración de su integridad cultural, social o económica, o la no obligatoriedad de obtener el consentimiento previo, libre e informado de los pueblos indígenas en cuanto a las medidas objeto de la consulta, determinan el carácter procesal que en Colombia se le otorga al derecho que tienen dichos pueblos a ser consultados previamente cada vez que se prevean medidas administrativas o legislativas susceptibles de afectarlos. El Estado en su conjunto así lo ha entendido y limitado, con lo cual se garantiza estrictamente el debido proceso, más no la posibilidad de oponerse a la materia o sustancia de las medidas administrati­vas o legislativas.

Se ha considerado que el derecho al desarrollo de una Nación se pon­dría en cuestión de reconocerse el derecho a los pueblos indígenas, o a cual­quier segmento de la población, para objetar o vetar la adopción de medidas administrativas o legislativas que permitan o autoricen adelantar la explo­ración y posterior explotación de los recursos naturales del subsuelo que se encuentren en el territorio nacional'. Se concibe. así. en términos absolutos el derecho de la Nación a explotar todos los recursos naturales dentro del territorio nacional.

Estratégicamente se ha dimensionado el derecho al desarrollo de la Nación de una manera maximalista, entendiendo que sobre cualquier proyec­to de explotación de los recursos del subsuelo descansa el futuro de la misma, así pudiera tratarse de alguno de poco o escaso potencial económico. y nos

~ "La Consulta Previa a Pueblos Indígenas y Tribales". Ministerio del Interior y Justicia, Imprenta Nacional de Colombia, lo08, pp. 16-¡ Y 16S: "~9. E1 Comite ~uerda que en la discusión sobre la adopción del articulo 6 del Convenio sobre Consulta Previa, un representante del Secretario General indicó que al elaborar el texto, la Oficina no quiso sugerir que las consultas referidas deberían resultar en la obtención de un acuerdo o en el consentimiento sobre lo que se consulta, sino más bien expresar un objetivo para las consultas (Nota 9). ( ... ) "A la pregunta de si el articulo 7 del citado Convenio implica que los pueblos indigenas y tribales tienen el derecho a vetar políticas de desarrollo, el documento ofrece la siguiente respuesta: No, ningún segmento de la población nacional de cualquier pais tiene derecho a vel~r las políticas de desarrollo que afecten a todo el país. Durante las discusiones enca.minadas a la adopción del Convenio, algunos representantes indígenas afirmaban que esto permitida a los gobiernos hacer lo que quisieran. La Conferencia no entendió de esta manera el contenido de este articulo del Convenio".

¿COnJervación o de¡¡arrollo? Anili.u de la política ambiental y extractlva en la Amazonia 117

referimos a este sólo aspecto en consideración a que es en razón de éste que se concibe la idea de desarrollo que subyace a la premisa de esta hipótesis. Considero que no existe en este caso un derecho que a priori resulte de incues­tionable y vital importancia para el desarrollo de una Nación, al extremo que los demás principios y derechos constitucionales se encuentren en situación de subordinación.

Mientras q ue en la Constitución de 1991 se estableció como principio fundamental la obligación del Estado y de la sociedad en general de proteger las riquezas culturales y naturales de la Nación, el derecho al desarrollo de la Nación a través de la explotación de sus recursos naturales del subsuelo se encuentra limitado por el derecbo al medio ambiente sano representado en la obligación de conservación y protección de las zonas de especial importancia ecológica. En efecto, la Corte Constitucional en Sentencia C-339 de 2002 en­contró ajustadas a la Constitución las normas que prohíben la exploración y explotación de los recursos del subsuelo en las áreas protegidas, como son los Parques Nacionales y Regionales Naturales y las Zonas de Reserva ForestaL debiéndose adarar que para el caso de las reservas forestales se considera viable proceder a levantar total o parcialmente la afectación ambiental a la que se encuentran sometidas para emprender posteriormente actividades de exploración y explotación de los recu.rsos del subsuelo, mientras qu.e en los Parques Naturales del orden nacional o regionaL la afectación ambiental se considera establecida a perpetuidad en tanto subsistan las actuales normas constitucionales que así lo contemplan.

La voluntad del Constituyente fue que las áreas integradas al sistema de parques nacionales se mantuvieran afectadas a las finalidades que le son propias; por consiguiente, la calidad de inalienables de los parques naturales, reconocida en el arto 63 debe entenderse, en armonía con los arts. 79 y So, esto es, que las areas o zonas que los integran no pueden ser objeto de sustracción o cambio de destinación. En tales condiciones, ni el legislador ni la administración facultada por éste, pueden sustraer, por cualquier medio las areas pertenecientes al referido sistema.

( ... ) Con respecto a otros bienes a los cuales el legislador les pueda

atribuir, según el arto 6], las mencionadas restricciones, hay que entender que si él tiene la voluntad para crearlas, igualmente tiene la potestad para eliminarlas, según lo demanden los intereses públicos o sociales. De este modo, las zonas de reservas forestales, que no formen parte del sistema de parques naturales, si pueden ser objeto de sustracción por el Ministerio del Medio Ambiente'.

} Corte Constitucional, Sentencia C.{i49 de 1997

168 Ramón EltebaD Laborde

Los territorios indígenas de la Amazonia colombiana se encuentran casi en su totalidad comprendidos dentro de la reserva forestal de la Ley'", de 1959 y, en algunos casos. traslapados total o parcialmente con áreas del Sistema Nacional de Parques Nacionales Naturales. En consecuencia con lo anterior. las actividades extractivas, específicamente las mineras y las hidro­carburiferas, encuentran una limitante constitucional que en el más fl exible de los casos. es decir, en las zonas de Reserva Forestal, obliga al Estado y a los concesionarios a verificar y demostrar previamente con grado de certeza científica que dichas actividades no traerán un menoscabo irreparable a la biodiversidad allí representada, debiendo adoptar para ello las medidas que eviten o mitiguen el efecto negativo sobre el ecosistema. Se resalta aquí el carácter relativo que constitucionalmente se establece al derecho al desarrollo de la Nación. En los casos de las áreas que integran el Sistema de Parques Naturales operaria una restricción absoluta.

Podría considerarse que las limitaciones impuestas en la legislación na­cional a las actividades extractivas sobre los recursos naturales del subsuelo, que operan de manera irrestricta en las áreas de Parques Naturales, deberían ser igualmente aplicables a las áreas donde se preserva la diversidad cultural y biológica, 10 que no ocurre, y a partir de lo cual se presentan casos como los del río Apaporis o Selva de Matavén, donde las autoridades indígenas tuvie­ron q ue reversar la decisión de no aceptar el establecimiento de un área prote­gida superpuesta sobre su territorio por constituirse en la lInica estrategia a su alcance para resistir lo que consideran una amenaza para su integridad social, económica y cultural por parte del mismo Estado.

En el caso del río Apaporis, se podría en el 2009 obtener la doble pro­tección sobre las riquezas naturales y culturales a perpetuidad. La dirección nacional de la Unidad de Parques decid ió hacer efectiva la prevalencia cons­titucional de la diversidad aquí representada sobre los intereses mineros. La

inclusión y superposición de la totalidad del territorio indígena en el Sistema de Parques Nacionales Naturales les garant iza no tener q ue preocuparse mas por la amenaza q ue conlleva la exploración y explotación de los recursos del subsuelo.

En el caso de la Selva de Matavén no se logró en 2006 obtener de primera mano la doble protección terr itor ial de la diversidad biológica y cul­tural. La dirección regional Amazonia - Orinoquia y la Agencia Nacional de Hidrocar buros hubieran alca nzado un acuerdo sobre las partes del territorio indígena que podrían ser destinadas a la conservación y las correspondientes que podrían ser objeto de exploración y eventual explotación de hidrocarbu­ros u otros recursos del su bsuelo, pero esta situación al ser advertida por las comunidades indígenas, no fue aceptada por ellas y las obligó a replantear su estrategia de protección'.

La actual legislación en materia de hidrocarburos no contempla Iimita-

4 Comunic ... ci6n de ~C~T I CEM~ a la Embajada de Holanda.

tConservadón o desarrollo? Análisis de la pOlítica ambiental y extractlva ellla Amuonia 11.

ciones o restricciones para dicha actividad en cuanto a la presencia de riquezas de la diversidad biológica o cultural en las áreas objeto de su interés. El Código de Petróleos, que aún sigue vigente, fue promulgado en 1953 cuando no exis.­tian normas que reconocieran y protegieran el derecho a un medio ambiente sano y menos aún los derechos territoriales y políticos de los Pueblos Indígenas. En la práctica, las entidades encargadas de la administración de los recursos hidrocarburíferos de la Nación reconocen autolimitación para adelantar o per­mitir actividades de exploración y explotación exclusivamente en las áreas del Sistema de Parques Nacionales Naturales. Surge entonces el interrogante de si es posible que el Gobierno Nacional ante el señalado vado normativo pueda determinar libremente las limitaciones a las cuajes se encuentra sujeto. En este sentido, es inequívoco el mandato del artículo 334 de la Carta que determina que la explotación de los recursos naturales se realizará atendiendo al mandato de la ley y con la finalidad de distribuir equitativamente las oportunidades y beneficios del desarrollo y la preservación del medio ambiente, así':

Artículo 334. La dirección general de la economía estará a cargo del Estado. Este intervendrá, por mandato de IQ ley, en la

explotación de los recursos naturales, en el uso del suelo, en la producción, distribución, utilización y consumo de los bienes, y en los servicios públicos y privados, JXlra racionalizar la economía tOO el fin

de cOllseguir el mejoromiemo de lu culiduJ ck vidu de 1..,1> hubitanlel>, la

distribución equitativa de las oportunidades J los beneficios del desarrollo

y la prtservación de un ambiente sano. ( ... ).

Si no es posible que el Gobierno Nacional pueda determinar libremen­te qué limitaciones debe atender en el desarrollo de las actividades petroleras que decida adelantar o permitir a terceros, como quedó expuesto, entonces podría, para superar el vacío normativo señalado, utilizar por analogía las disposiciones del Código de Minas de reciente adopción y en el cual se deter­minan las áreas sobre las cuales opera limitación y exclusión, no circunscritas exclusivamente a las áreas del Sistema de Parques Nacionales Naturales, sino que incluye de manera explícita los Parques Regionales Naturales y las Zonas de Reserva Forestal. a las cuales la jurisprudencia constitucional ha adiciona­do todas aquellas áreas naturales que puedan ser catalogadas como de especial importancia ecológica en los términos del articulo 79 de la Constitución, tal como lo expresó la Corte Constitucional en la Sentencia C-339 de 2002:

De una parte, desconoce las leyes vigentes que protegen zonas distintas de los parques naturales nacionales, los parques naturales regionales y las reservas forestales; y de otra, cierra la posibilidad de que le sean oponibles leyes posteriores que establezcan nuevas zonas de exclusión o restricción de la actividad minera, por razones ambientales y de protección de la biodiversidad.

5 Cursiva fuera del texto.

170 Ramón Esteban Laborde

No debe olvidarse que además de las tres zonas mencionadas. tambien tienen protección coDstitucioml. los ecosistemas integrilldos por vegetación ol;gillilll que no siempre fornun parte de parques naturales.

El consenso informal alcanzado entre la dirección territorial de par­ques y la Agencia N.acional de Hidrocarburos en relación con las áreas de la Selva de Matavén 'que deberían ser objeto de conservación y las que se podrían destinar a las actividades hidrocarburíferas vulnera la prevalencia constitucional reconocida a la conservación de la diversidad biológica frente a la actividad petrolera. No estaba al alcance de estas entidades gubernamen­tales definir qué parte del área de la Selva de Matavén se debe destinar a la conservación y cuál podria ser intervenida en aras del desarrollo. La autori­dad ambiental infringió particularmente el condicionamiento establecido por la Corte Constitucional en la citada Sentencia C-339 de 2002 en el sentido de no avalar arreglos intoergubernamentales al momento de establecer las zonas de exclusión a la activ'idad minera o de hidrocarburos. así:

Se hace necesario para la Corte sei\alar que la autoridad minera tiene el d.ebcr de colaborar con la autoridad ambiental, pero

que este deber de colabcroción no limila ni condicU:m4 ti ejc'cicW de la

rompetenda de la autoridad ambiental quien es la que puede establtar

las zonas de exclu,sión; por esta razón en la parte resolutiva se condicionará la exequibilidad del inciso segundo del articulo 34 de la ley 685 de lOOI.

Las insta ncias representativas de las comunidades indígenas de la Selva de Matavén habían solicitado a la Agencia Nacional de Hidrocarburos la sus­pensión del proceso de consulta previa con esta entidad. mientras se definía el área que estaría incluida en el futuro Parque Nacional Natural. la cual debería ser definida con antelación en un proceso del mismo tipo con la Unidad de Parques. petición que fue desatendida por las entidades gubernamentales. quienes sobre un plan.o y con la información geológica suficiente acuerdan di­vidirse el territorio indígena de tal manera que se haga posible la concurrencia de las actividades de <conservación y el emprendimiento petrolero. sin contar con la participación de los indígenas propietarios del área en dícha decisión.

Adicionalmente. no se respetó en este acuerdo interinstitucional la protección constitucit:mal que cobija a la Selva de Matavén por el hecho de estar constituido allí un C1:osistema de vegetación originaria en la cuenca del Orinoco. lo cual en pñncipio blinda a esta área de la exploración y explotación de Jos recursos del subsuelo. es decir. que mínimamente se hace imperativo actuar bajo el principio de precaución o. lo que es lo mismo. tales actividades sólo son procedente cuando exista certeza científica de que no resultará afec­tada la biodiversidad allí existente.

¿CollMnradón o duarroUo? AnalblJl de la pOlitica ambiental, extractlva eD la Amuonla t"

lJmItadóD de kili ~ IDdigenM _ 1M

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Actualmente no se encuentra establecida la normatividad que deter­mine la forma de articular la administración, manejo, uso y aprovechamien­to de los recursos naturales renovables en las áreas del Sistema de Parques Nacionales Naturales superpuestas con territorios indígenas, por lo cual no es posible tener certeza sobre las limitaciones que conllevará esta superposición territorial. Veamos algunos de estos aspectos q ue tendrían que ser resueltos para brindar seguridad jurídica a los pueblos indígenas en esta situación:

a) La titularidad o propiedad de la tierra y de sus recursos naturales

El Estado acepta que la propiedad de la tierra y los recursos naturales se encuentra radicada en los pueblos indígenas. Sin embargo, forma lmente la Nación, esto es, e l Ministerio de Ambiente, Vivienda y Desarrollo Territorial, tiene inscr itas en las respectivas oficinas de instrumentos públicos como de su propiedad la totalidad de las áreas q ue componen el sistema, incluidos los titulados y registrados a nombre de los pueblos indígenas a través de la figura de los resguardos indígenas. Es decir, se encuentran inscritos, con distinta denominación, dos titulares independientes sobre un mismo predio : Parque Natural Nacional de propiedad de la Nación y Resguardo Indígena de propie­dad del pueblo indigena respectivo.

El artículo 63 de la Constitución establece q ue las áreas de los par­ques naturales y los resguardos indígenas son inalienables, imprescriptibles e inembargables. Estas características sólo son predicables de los bienes y en relación con el titular del derecho y, siendo esto así, se tendría que concluir que los parques naturales al igual que los resguardos indígenas tienen la mis­ma condición jurídica, es decir, son bienes inmuebles y, en consecuencia, son figuras incompatibles entre sí, pues no se concibe que pueda existir doble titular idad sobre el derecho de propiedad en las áreas traslapadas. En el caso de las comunidades negras, el artículo 60 de la Ley 70 de 1993 explícitamente consagra la incompatibilidad del reconocimiento territorial colectivo en áreas del sistema de parques nacionales:

Articulo 6°. Salvo los suelos y los bosques, las adjudicaciones

colectivas que se hagan conforme a esta ley, no comprenden:

a. El dominio sobrt los bienes de uso público.

b. Las áreas urbanas de los municipios.

c. Los recursos naturales renor;ables y no renor;ables.

d. Las tierras de resguardos indígenas legalmente constituidos.

e. El subsuelo y los predios rurales en los cuales se acredite

propiedad particular conforme a la Ley:lOO de 1936. r. Las áreas reservadas para la seguridad y defensa nacional.

g. Ártas del sistema de Parquts Nacionales.

Con respecto a los suelos y los bosques incluidos en la

titulación colectiva, la propiedad se ejercerá en función social y le es

t 72 Ramón Esteban Laboroe

Inherente una función ecológica. En consecuencia, para el uso de estos recursos se tendrá en cuenta lo siguiente;

Tanto el uso de los bosques que se ejerza por ministerio de ley, como los aprovechamientos forestales con fines comen::iales, deberán garantizar la persistencia del recurso. Para adelantar estos últimos se requiere autorización de la entidad competente para el manejo del recurso foresta l.

El uso de los suelos se hará teniendo en cuenta la fragilidad ecológica de la Cuenca del Pacífico. En consecuencia los adj udicatarios desarrollarán prácticas de conservación y manejo <compatibles con las condiciones ecológicas. Para tal efecto se desan:ollarán modelos apropiados de producción como la agrosilvicultura, la agroforesterla u otros similares, diseil.ando los mecanismos idóneos para estimularlos y

para desestimular las prácticas ambientalmente insostenibles.

Ninguna de estas restricciones aplica para el caso de las comunidades indígenas, no existe norma que regule las Iimitadones en el manejo, uso y aprovechamiento de los recursos naturales en las are-as traslapadas, ni siquiera se encuentra establecida la compatibilidad jurídica de estas areas con doble carácter.

Para evitar esta contradicción de principio, la Unidad de Parques ha tratado de estructurar una teoría que le permita mutar la naturaleza j urídica de las áreas del sistema de parques, señalando que no se trata de bienes in­muebles como se han entendido hasta el momento . .'Seil.ala que se trataría más bien de un "régimen de afectación" q ue opera con la finalidad de limitar e intervenir el manejo, uso y aprovechamiento de los recursos naturales que allí se busca proteger. Sin embargo esta mutación no resulta afortunada mientras subsista en la Constitución su actual artículo 6), al no ser predicables de un "régimen de afectación", es decir, de una prerrogativa o función estata l, las características señaladas de ser inalienables, imprescriptibles e inembargables. En palabras más sencillas, la explicación no deja duda alguna, si se considera que la prescripción es una forma de adquirir el dominio o propiedad de las cosas por la posesión material que una persona tenga de u n bien mueble o inmueble d urante determinado tiempo. Cuando se establece que las áreas de los parques naturales son imprescriptibles, se está señalando q ue aunque una persona entre en posesión material de aquellas, no podrá adquirir su dominio o propiedad, pase el tiempo que sea. Ahora, sobre las funciones o prerroga­ti vas estatales no es posible entrar a ejercer posesión para luego reclamar la prescripción adquisitiva del dominio o propiedad, p ues no tienen la indispen­sable corporalidad para ser objeto de dicha posesión. En igua l sentido, las pre­rrogativas o funciones estatales tampoco se encuentran dentro del comercio, por lo cual sería incomprensible q ue una norma constitucional le estableciera como característica el ser inalienable o inembargable, cuando esencialmente se sabe q ue es así.

¿COnservación o desarrollo? An.áIllil de la politica ambiental J extractlva en la Amazonia 11:1

b) La alectsción o restrlcdón .obre el uso, manejo y aprovechamiento

de len t8CUI'BOS natmaJes por parte de len pueblos inmgenas

Se acepta que los territorios indígenas, al igua l que todas las propieda­des, se encuentran sometidos al cumplimiento de la función ecológica. Lo que se discute son los límites o restricciones adicionales a los cuales tendrían que sujetarse los pueblos indígenas cuando sus territorios se encuentren super­puestos con áreas del Sistema de Parques Nacionales Naturales.

El régimen legal que opera en general para los particulares que tienen propiedades rurales dentro de un área del sistema de parques les impone a éstos la obligación de abstenerse de realizar actividades distintas a las permit i­das o afines a los objetivos de conservación del área protegida. En igual senti­do, la Ley 70 de 1993 establece que las comunidades negras que se encuentren asentadas en un área del sistema de parques antes de su declaratoria, podrán permanecer alJí mientras cumplan con los condicionamientos dispuestos en el plan de manejo del área protegida definido por la unidad de parques, so pena de ser trasladados o reubicados a un predio externo al parque nacionaL

Artículo 22. Cuando en las áreas del Sistema de Parques

Nacionales Naturales ubicados en las zonas se encuentren familias o

personas de comunidades negras que se hubieran establecido en ellas

antes de fa declaratoria del área-parque. el Inderena o la entidad que

haga sus veces definir.i, en el plan de manejo que $o;: debe expedir, las

prácticas tradicionales de dichas comunidades que son compatibles

con la naturaleza, objetivos y funciones del área de que se trate.

Para tal erecto, la entidad administradora del Sistema de Parques

Nacionales promoverá mecanismos de consulta y participación con

estas comunidades.

Si las personas a que se refiere el presente artículo no se

allanan a cumplir el plan de manejo expedido por la entidad, se

convendrá con ellas y con el INCORA su reubicación a otros sectores

en los cuales se pueda practicar la titulación colectiva.

e) La articulación de los sistemasjuridiCM: nadonaI e indigena

Se hace necesario establecer la manera de articulación entre los diversos sistemas jurídicos indígenas y el nacional, particularmente en lo q ue se refiere a las concepciones y regulaciones sobre el uso, manejo y aprovechamiento de los recursos naturales. La Corte Constitucional en este aspecto para el caso de la justicia indígena ha señalado que debe atenderse al principio de interpreta­ción que denominó: máxima autonomía indígena y mínima restr icción.

d) La coordinación o coadmiDistreción territorial entre

autoridades ambientales nacionales y las autorldadss

e instituciones de gobierno locallndigene

El manejo centralizado de las areas del Sistema de Parques Nacionales

114 Ramón Emban Laborde

Naturales plantea el inconveniente de que se establezca una relación de coor­dinación o coadministración entre las autoridades indígenas y las ambientales nacionales. La coordinación puede implementarse entre autoridades de dis­tinto nivel administrativo cuando el nivel nacional fija unas políticas y ejerce inspección y vigilancia sobre el cumplimiento de las mismas pero quien las aplica es otra autoridad del nivel local. La coadministración implica la actua­ción simultánea y permanente de dos autoridades sobre el mismo territorio de su jurisdicción.

e) ReaHución de actividades económicas y co.nceslones

de servicios en los territorios Indigenu trasJajpad'os

Hasta el momento no se ha realizado un prorundo amilisis sobre esta temática. sin embargo. debe atenderse a la circunstancia de que la finalidad de conservación de la biodiversidad es la que permite el ejercicio de las prerro­gativas estatales en las áreas del Sistema de Parqu':$ Nacionales Naturales su­perpuestas con territorios indígenas. mas no así la explotación económica en las mismas áreas a través del turismo u otras activid.ades con fines comerciales.

Al estarse promoviendo e implementando esquemas de concesiones que permiten la entrega temporal de bienes y s,ervicios a empresarios pri­vados con fines comerciales en áreas del sistema de parques. se podría estar desnaturalizando la razón que le permite al Estado intervenir en el manejo. uso y aprovechamiento de los recursos naturales renovables de los territorios indígenas superpuestos con áreas proteg idas. No ~~ desconoce que la finalidad de intervención del Estado continúe siendo la conservación in situ de la biodi­versidad, lo que se cuestiona es la implementación de un esquema netamente comercial sobre territorios indígenas legalizados como resguardos o no. sin el consentimiento y participación económica de sus titulares o propietarios.

f} Instrumentos de pl4n1tlcaclón: Régimen E.¡;1ecIaJ de Manejo,

Planes de OtdeD4mlento Territorial y/o Pluml de Vida lndlgena

El carácter alcanzado por los territorios indígenas como entes territo­riales no permitiría que el instrumento de planificación de su territorio se en­marque dentro de un Régimen Especial de Manejo, éste se encuentra rererido al uso de los recursos naturales, cuando de lo que se trata de regular desborda este ámbito. En un territorio indígena debe estar i.ncluida la planificación del desarrollo económico, social, cultural. físico, los usos del suelo y los aspectos ambientales del territorio, lo que los pueblos indíg:enas han venido realizando a través de planes de ordenamiento territorial y/o planes de vida.

g) Necesidad de adecuación normativa para erJt4B áreu rraslapadu

La Unidad de Parques viene promoviendo la discusión y consulta de un proyecto de rerorma del Decreto 622 de 1977. con el cual se busca actua­lizar la normatividad existente para el SPNN y en el cual se incluye a los territorios indígenas. Se cuestiona si se puede realizar dicha actualización sin

¿Conservación o desarroUo? Análi,1.s de la poUtlca ambiental y extractlva en la Amazonia 176

reformar el Código de los Recursos Naturales, ya que la limitación para com· patibilizar la presencia humana permanente se encuentra en éste último, y un decreto reglamentario no puede utilizarse para modificar la normatividad en que se sustenta.

COnfonnldad eDIl el eRado de ... co.&II po!' parte del

Goblerao Nadoaal Y los ~ lDdigeau

Hasta el momento no se ha manifestado la voluntad de resolver en el plano jurídico la situación de las poblaciones indígenas que habitan de manera permanente las áreas del sistema de parques; por diferentes motivos cada uno de los interesados se encuentra conforme con el stalu qUQ. La preexistencia de un régimen normativo enmarcado en el ausente o precario reconocimiento de los derechos territoriales y políticos de los pueblos indígenas, le permite al Estado mantener formalmente una posición dominante en las áreas traslapadas. La imposibilidad de materializar en el terreno esa posición dominante, por su parte, le permite a los pueblos indígenas convivir sin mayores intromisiones del Estado pues la afectación resulta ineficaz, a menos de que se trate de un emprendimiento a gran escala sobre los recursos del subsuelo o de otro tipo de actividad comercial. caso en el cual la afectación propia de las áreas protegidas opera como una Iimitante para el mismo Estado y para los indígenas, lo cual los libra de los Inconvenientes que este tipo de actividades les genera.

Sector minero

Las actividades extractivas de los recursos naturales del subsuelo son consideradas vitales para capitalizar la economía nacional y con ello promover el mejoramiento de la calidad de vida de los colombianos en lo humano y lo social. así como la infraestructura de transportes, educativa y de salud . En el sector minero, a partir de la expedición del nuevo Código de Minas, se entiende que el Estado renunció a participar como empresario minero y su función se circunscribe a la venta del acceso a los particulares a las áreas de interés extractivo, por lo cual los empresarios privados deben dejar de ser considerados como usuarios de trámites administrativos para ser considera· dos como clientes a quienes se les debe atraer para que inviertan en el sector y promuevan así su desarrollo y el del país.

Se resalta cómo el sector minero viene aportando importantes recursos económicos al fisco nacional. Estos dividendos se han obtenido principalmen· te de la explotación del carbón en los departamentos del Cesar y la Guajira. Adicionalmente, se han identificado al menos 30 zonas con gran potencial minero y se ha incrementado la exploración de oro, metales base, uranio y materiales para construcción. Se considera que Colombia cuenta con venta· jas comparativas (diversidad de ambientes metalogénicos y puertos sobre el

176 Ramón EstebaD Laborde

Atlántico y el Pacífico) y competitivas (actualización de la legislación minera, estabilidad macroeconómica, posibilidades de enoontrar nuevos yacimientos por la baja exploración en el pasado, adecuaciórl y expansión de la infra­estructura vial y portuaria), La sostenibilidad y I'esponsabilidad ambiental, social y económica se constituye en un compromiso de todos los actores del sector minero (instituciones, empresarios y comu nidad) que responde a la pre­siÓn del mercado global y de los consumidores finalles.

En el Plan Nacional de Desarrollo Minero .2007-2010 se planea estra­tégicamente orientar la gestión pública del sector minero hacia la generación de un entorno institucional y social que permita e.1 crecimiento de la minería y el desarrollo integra l de las regiones mineras a p.artir de la promoción de la expansión empresarial de gran escala, la identificac:ión y desarrollo de nuevos y promisorios proyectos mineros. la transformación tecnológica y empresarial de pequeña escala y la articulación del crecimiento del sector con el desarrollo económico y social de las regiones a t ravés de proCo~sos de diálogo y concerta­ción con las comunidades locales,

La política ambiGtaJ del actual gobierno para la miDeda

Se establece en el Plan Nacional de Desarrollo Minero 2007-2010 que los Ministerios de Minas y Energía y de Ambiente. Vivienda y Desarrollo Territorial han elaborado unas guías q ue contiene:n Jos parámetros mínimos para atender los aspectos ambientales en los proyectos mineros; así como adelantan acciones conjuntas para solucionar algunos problemas ambientales en las diferentes regiones mineras y para la reglamentación de las aud itorías minero-am bienta les externas.

En la práctica se ha evidenciado como INGEOM INAS viene otorgan­do concesiones para la ex ploración y ex plotación minera sobre áreas que en principio se encuentran excl uidas para dichas acti'vidades, como sería el caso de las zonas de reserva foresta l que, como se señanó anteriormente, incluyen casi la totalidad de la Amazonia, e inclusive se han. concesionado áreas en los parques nacionales naturales y zonas de páramo~,

Al respecto. el djrector de INGEOMINAS. nnediante el comunicado de prensa nO 525 del 24 de fe brero de 2009 señaló en relación con la denuncia publicada por la Unidad lnvestigativa de El Tiemp.a;

La Ley 685 de 2001 . establece los lineami.entos legales para la

obtención del permiso respetivo. para explorar y explotar minerales.

Dentro de estos lineamientos. establece el contrato de concesión, que

olorga al particular el derecho a realizar los estudios. trabajos y obras

necesarias para establecer la existencia de minerales, Igualmente.

otorga el derecho para ex plotarlos conforme a las normas, permisos y

tecnicas mineras, y ambientales necesarias para su desarrollo.

6 Unidad Investigativa El Tiempo, edición del día 11 d(: febrero de 1009, artículo ti tulado "La Mineria se !.:sLi Tragando Páramos y Parques Naturales".

LConservadón o desarrollo? Análl.l. de la palltlca am.ble1ltal y elttractlva en la Amuonla 171

De la misma forma, relaciona en su anículo J4 las zonas

excluibles de la minería. Estas corresponden a zonas declaradas y

delimitadas como de protección y desarrollo de los recursos naturales

renovables o del ambiente. De ellas, tenemos el sistema de parques

nacionales naturales, parques naturales regionales y zonas de reserva

forestal. AS! mismo, establece como única excepción las áreas de reserva

forestal. las que previo acto administrativo de la autoridad ambiental

que decrete la sustracción, permite el desarrollo de actividades mineras.

Dicha exploración y explotación de minerales, se hará de forma

restringida o por determinados métodos y sistemas de explotación. ( ... )

Para desarrollar propiamente las actividades de explotación,

es necesaria la aprobación de la autoridad minera del programa de

trabajos y obras (PTo) y del estudio que demuestra la factibilidad

ambiental, con el debido otorgamiemo de la licencia ambiental, que es

entregada por la autoridad ambiental competente según corresponda.

En relación con el desarrollo de actividades en áreas de

reserva forestal. El Director de Desarrollo Se<:toríal Sostenible y la

Oficina Jurídica del Ministerio de Ambiente, Vivienda y Desarrollo

Territorial, sei\alaron que "Tratándose de proyectos mineros que

pretendan desarrollarse al interior de áreas de reserva forestal,

la auturidad minera podrá otorgu t:I respetivo titulo minero, sin

embargo, es claro que deben cumplirse previamente una serie de

condiciones para hacer efectivos los derechos que emanan de él.

En este sentido, la iniciación de actividades estará sujeta a que

la autoridad ambiental competente mediante acto administrativo

motivado, decrete la sustracción parcial de la reserva forestal y otorgue

la respectiva licencia ambiental"(sic). De la misma manera, señala

expresamente, que corresponde a la autoridad ambiental determinar

en cada caso, la pertinencia o no de sustraer el área de reserva forestal

y de otorgar la licencia ambiental.

Por lo tanto, no se pueden otorgar contratos de concesión en

el sistema de parques nacionales naturales, ni en parques naturales

regionales. INGEOMINAS ha cumplido con es[aS disposiciones, pues no

ha otorgado ningún título en parques naturales, como lo demuestra

nuestro Registro Minero Nacional. Por el contrario, en áreas de reserva

forestal se han otorgado titulos mineros en espera que el Ministerio

de Ambiente, Vivienda y Desarrollo Territorial otorgue conforme a

su competencia, de ser procedente, la respectiva sustracción del área

de reserva forestal y a su vez, la licencia ambiental para adelantar

actividades mineras. Corroborando lo anterior, no es posible que

titular minero alguno desarrolle actividades mineras dentro de áreas

de reserva foresta l, sin haber obtenido del Ministerio de Ambiente,

Vivienda y Desarrollo Territorial, la respectiva sustracción del área y la

licencia ambiental.

178 Ramón Erteban Laborde

Finalmente, si bien se aprecia la existencia de 17 títulos mineros en parques naturales, es claro que los mismos fueron otorgados desde los años 1990 hasta el 2(0), correspondiendo solo al parque Farallones de Cali )0.49) hectáreas, siendo este utilizado por la Universidad del Cauca para prácticas de carácter académico, con volúmenes de explotación bajos. De la misma manera, a partir del año 2005, solo existen coincidencias entre áreas de parques naturales y títulos mineros en las zonas limítrofes, mas no dentro del área de los parques, lo que confirma el cumplimiento de las normas mineras y ambientales por parte de Ingeominas.

La entidad encargada de administrar y permitir el acceso de particu­lares a los recursos mineros incurre en algunas imprecisiones y errores en la aplicación de la normatividad vigente, como serian:

Zonas Excluidas de la Minería: Según INGEOMINAS y el Ministerio de Ambiente, Vivienda y Desarrollo Territorial, las ronas que se encuentran excluidas de las actividades de exploración y explotación minera son: en for­

ma absoluta, las de los parques naturales nacionales y regionales, y, en forma relativa, las de las Zonas de Reserva Forestal. sobre las cuales puede obtenerse

una sustracción previa por parte de la autoridad ambiental para acceder con ciertas condiciones a las activ idades mineras extractivas.

Efectivamente se están aquí desconociendo los efectos de la constitu­

cionalidad condicionada dispuestos en la Sentencia C-339 de 2002 de la Corte Constitucional en relación con el artículo 34 del Código de Minas, así:

El inciso segundo señala que las zonas de exclusión se encuentran integradas por las siguientes áreas: a) el sistema de parques nacionales naturales, b) los parques naturales de carácter regional y, c) las zonas de reserva forestal. Con lo anterior se pretende la protección de la biodiversidad, de acuerdo con la gran importancia de Colombia a nivel mundial como lo rcconocióla Corte cuando analizó el tema'.

La Corte precisa que además de las zonas de exclusión previstas en esta Ley, pueden existir otras, ya declaradas con anterioridad o que se

declaren en el futuro por la autoridad ambiental. ( ... ) La expresión de conformidad con los (JI-aculas anteriores es

inconslltucional porque limita las zonas de exclusión y restricción a lo determinado estrictamente en la ley 685 de 2001, con lo cual se

desconoce el límite constitucional impuesto en los artículos )D y 334 de la Constitución, permitiendo una exploración y explotación minera

indiscriminada de áreas que no se encuentren comprendidas en la mencionada Ley. De una parte, desconoce las leyes vigentes que protegrn

lonas distintas de los parques naturales nacionales. los parques rn:Iturales

regionales y las reservas forestales; y de otra, cierra la posibilidad de

7 Sentencia C-519 de 1994. M.P. Vladimiro Naranjo Mesa.

¿Conservación o de.anoUo1 Análi.iI de la politica ambienULI y exuactlva en la Ama:wnla 17.

que le sean oponibles leyes posteriores que establezcan nuevas zonas de

exclusión o restricción de la actividad minera, por razones ambientales y de protección de la biodiversidad.

No debe olvidarse que además de las tres zonas mencionadas, tambib¡ tienen protección CQnstitucional, los ecosistenws integrados por ~tación original que no siempre forman parte de parques nalUrales. De

acuerdo con una evaluación del estado de los ecosistemas (Biomas) en Colombia ( .. ,t •.

Otro de los aspectos que desconocen lngeominas y el Ministerio de Ambiente, Vivienda y Desarrollo territorial es el relativo a la necesidad de

sustraer previamente el área concesionada para adelantar actividades de ex· ploración o explotación minera de la zona de reserva foresta], como también se condicionó en la Sentencia C-339 de 2002 de la Corte Constitucional. En efecto, no es que simplemente se pueda obtener la licencia ambiental para

poder iniciar las actividades extractivas, se requiere según lo expuesto por la mencionada corporación judicial tener certeza científica de que no se va a cau· sar un perjuicio irreversible al ecosistema, lo cual es un proceso de investiga· ción y análisis ciertamente más estricto que el dispuesto ordinariamente para las otras áreas o zonas que no tienen un reforzamiento constitucional, pues aquí opera el principio ambiental de precaución o in dubio pro ambiente, así:

En la aplicación del inciso 3 se debe seguir el principio de precaución, principio que se puede expresar con la expresión in

dubio pro ambiente. El mismo principio debe aplicarse respecto del inciso cuarto del artículo 34 y que este debe ser observado también al estudiar y evaluar los métodos y sistemas de extracción, en consonancia con el principio número 25 de la Declaración de Río de Janeiro que postula: La paz, el desarrollo y la protección del medio

ambiente son interdependientt:s e inseparables.

Así mismo, como lo recordó esta Corporación en una reciente decisión de constituciona lidad '· sobre el artículo 1 numeral 6 de la ley 99 de 1993 que recoge el principio de precaución, en la "Declaración de Río de Janeiro de 1992 sobre Medio Ambiente y Desarrollo", ratificada por Colombia, el prind· pio determina lo siguiente:

Principio 15. COn el fin de proteger el medio ambiente, los Estados deberán aplicar ampliamente el criterio de precaución conforme con sus capacidades. Cuando haya peligro de dai'lo grave o irreversible, la falt·a de certeza científica absoluta nO deberá utilizarse

8 Cfr. Palacio, et al. lOO!. Naturaleza en disputa. Ed. Unijus. p. 3)7.

(Cita de la Sentencia C·))9 de lool, Corte Constitucional). 9 Cursiva fuera del texto.

10 Sentencia C·l93 de lool. M.I'. Alfredo Beltrán Sierra.

180 Ramón Esteban Laoo[de

como raron para postergar la adopción de medidas eficaces en función de los costos para impedir la degradación del medio ambiente.

Para el asunto que nos ocupa, esto quiere decir que en caso de pre­sentarse una falta de certeza científica absoluta frente a la exploración o explotación minera de una zona determinada, la decisión debe inclinarse necesariamente hacia la protección de medio ambiente, pues si se adelanta la actividad minera y luego se demuestra que ocasi:onaba una grave daño am­biental, sería imposible revertir sus consecuencias. _ .. ~

El Plan Estratégico 2007-2010 de la Agencia Nacional de Hidrocarburos establece como objetivo aumentar el conocimiento geológico para el desarrollo de las áreas de su interés y para incrementar la actividad exploratoria en todo el territorio nacional, todo con el propósito de incorporar nuevas reservas de hidrocarburos.

Las metas especificas del sector en relación con la gestión del conoci­miento son:

- Realizar evaluaciones técnicas que conlleven al calentamiento de áreas .

• Seguir de manera secuencial cada una de las fases que conforman el programa de Gestión del Conocimiento para obtener así mayor información sobre el potencial geológic:o de las cuencas colombianas.

o 500 km. de sísmica 20 adquiridos anualmente . • 1.000 muestras de geoquímica orgánica analizadas

anualmente. o Cubrimiento del 100% de la superficie t.errestre sedimentaria

con gravimetría y magnetometrla en los próximos 5 años. o Realizar al menos un pozo estratigráfico cada 3 años ya sea

con recursos propios o de los inversionistas. - Revisión y mejora anual de la cartografia geológica existente ,

en al menos 500 km . - Anualmente evaluar e interpretar los resul tados obtenidos de

[os estudios geológicos y geofisicos del año inmediatamente anterior e incorporarlos al Banco de Información Petrolera.

Las metas en relación con los aspectos sociales y ambientales son : - Diez (10) convenios realizados para impulsar el desarrollo

de temáticas sociales y ambientales relacionadas con el sector hidrocarburífero.

- Sistema de información ambiental del p;JÍs disponible vía Web para el sector hidrocarburífero.

- Mapa de sensibilidades ambientales del país y

¿COImlrvación o desarrollo? Análisis de la politlca ambienta) y extractlva en la Amawnia lit

recomendaciones de manejo para las diferentes regiones, disponible

para la industria.

- Cinco (5) iniciativas con grupos étnicos Impulsadas por la

Agencia Nacional de Hidrocarburos para viabilizar el desarrollo de los

proyectos hidrocarburíferos.

- Cinco (5) iniciativas ambientales impulsadas por la Agencia

Nacional de Hidrocarburos para promover el desarrollo sostenible en

la Industria.

En general se puede señalar como el Gobierno Nacional viene imple­mentando una agresiva política para desarrollar todo el potencial de los sec­tores extractivistas de los recursos del subsuelo, buscando atraer el mayor flujo de inversión extranjera o nacional. que permita obtener un aumento significativo en el monto de los recursos provenientes de estas actividades. En ambos casos se considera importante dar cumplimiento a los compromisos que se derivan de los aspectos socioambientales y se establecen objetivos. metas y actividades para tal propósito, sin embargo, se pasan por alto tO[al o parcialmente las Iimitantes socioambientales dispuestas en el ordenamiento constitucional. como particularmente se puede evidenciar en los casos de es­tudios propuestos en el presente artículo. que no resultan ser casos aislados, sino una pequeña muestra de una generalidad imperante.

CODd,I,~

Los pueblos indígenas habitantes del Bajo Río Apaporis y de la Selva de Matavén se han visto envueltos en la encrucijada que les plantea la contradic­toria y errática política del Estado colombiano. De una parte, el sistema jurí­dico les brinda una protección constitucional en lo ambiental a sus territorios, por estar éstos ubicados en áreas o zonas de especial importancia ecológica, en donde operaría una clara e ineludible limitación a las actividades extracti­vistas de los recursos del subsuelo que les permitiría sin sobresaltos mantener a salvo su integridad culturaL social y económica. Mientras que, por otra parte, el desconocimiento estatal de la mencionada protección constitucional los obliga a adoptar nuevas estrategias de resistencia y adaptación basadas en figuras o instituciones ajenas a sus modelos tradicionales de organización, formas de manejo territorial y, en general, a su cosmovisión.

Por ahora, la apuesta de los pueblos indígenas se encuentra centrada en la comprobada ineficacia material del régimen normativo dispuesto para el manejo. uso y aprovechamiento de los recursos naturales renovables en las áreas del sistema de parques naturales en relación con dichos pueblos, lo que les permite someterse sólo formalmente a dicho régimen, mientras que éste mismo si resulta eficaz, aplicable y Iimitante para el mismo Estado y los empresarios, clientes o gestores privados que buscan adelantar actividades extractivas en sus territorios.

182 Ramón Esteban Laboroe