Cooperación y Diplomacia Chile y URSS 1970 - 1073

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Cooperación y Diplomacia: La URSS en Chile, 1970 – 1973. Seminario Relaciones Internaciones Magíster en Historia de Chile y América Universidad de Valparaíso Profesor: Claudio Tapia Figueroa Alumno: Andrés Brignardello Valdivia * Fotografía: Jornada Inaugural de la Planta Soviética KPD en Quilpué, Noviembre de 1972.

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La Guerra Fría en Chile tuvo su especial momento durante los años del gobierno de Allende. Chile trató de establecer relaciones fuertes con la URSS pero no fue posible.

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Cooperación y Diplomacia:

La URSS en Chile, 1970 – 1973.

Seminario Relaciones Internaciones

Magíster en Historia de Chile y América

Universidad de Valparaíso

Profesor: Claudio Tapia Figueroa

Alumno: Andrés Brignardello Valdivia

* Fotografía: Jornada Inaugural de la Planta Soviética KPD en Quilpué,

Noviembre de 1972.

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Un día antes de emprender vuelo en un viaje que lo llevaría a las Naciones Unidas y

Moscú, Salvador Allende inauguró las instalaciones de la fábrica soviética de

viviendas prefabricadas KPD. Fue un 22 de noviembre cuando el presidente Allende

llegó hasta la localidad de El Belloto en la ciudad de Quilpué y junto con recorrer

las distintas zonas y secciones de la empresa, tuvo un gentil encuentro con los

trabajadores sellando esa jornada con una simbólica firma del primer panel

construido por el esfuerzo de los trabajadores chilenos y soviéticos y que sería el

primer producto de un eficiente sistema de construcción que dejaría huella en

distintas localidades de Viña del Mar, Quilpué, Villa Alemana y Santiago1.

La fábrica KPD, fue una de las pocas iniciativas que pudieron ser concretadas en los

acuerdos económicos establecidos entre Chile y la URSS durante el gobierno de

Allende. Pese a las grandes expectativas generadas por la coalición gobernante en

Chile, y en especial del Partido Comunista, la Unión Soviética no pudo satisfacer las

necesidades de carácter económico que afectaban al gobierno debido a problemas

económicos internos y a una creciente inquietud por la estabilidad de los países

socialistas en Europa luego de los hechos producidos en Checoslovaquia en la

llamada Primavera de Praga en enero de 1968.

La empresa KPD fue una donación efectuada por la URSS, en el marco de acuerdos

de cooperación y asistencia técnica, luego del terremoto del año 19712. En esa

ocasión, la misión diplomática soviética informó a Moscú sobre el fenómeno natural

y la devastación en los sectores urbanos y rurales, además la necesidad se vio

reforzada por las promesas de campaña y por la histórica demanda por viviendas

populares que habían caracterizado el discurso de la izquierda chilena desde sus

orígenes3.

1 Pedro Ignacio Alonso- Hugo Palmarola, A Panel’s Tale: The Soviet KPD System and the Politics of Assemblage, AA Files 59 (Londres, 2009) pp. 25- 35 2 Mercurio de Valparaíso, 23 de noviembre de 1972. 3 Tomo I “Memoria de la Izquierda Chilena 1850 - 1970” Jorge Arrate y Eduardo Rojas. Editorial. Javier Vergara Editor Santiago de Chile 2003.

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Profesionales chilenos visitaron la URSS para conocer los alcances de la propuesta y

revisaron las características técnicas del ofrecimiento recalculando algunas normas

de construcción, como las sísmicas y térmicas, para adaptarlas a la naturaleza del

país. Durante febrero de 1972 el barco “Lunacharsky” trajo el primer envío con el

equipamiento para la fábrica y se inició su construcción en terrenos propiedad de

CORFO en el sector de El Belloto. La fábrica fue diseñada para construir paneles

prefabricados de concreto para el programa de vivienda social del Ministerio de

Vivienda. La fábrica fue conocida inmediatamente por la comunidad como KPD sigla

del Ruso KMA, que significa construcción con grandes paneles.

El sistema estructural de construcción era una base de paneles de concreto unidas

en barras de acero, la unión entre paneles se rellenaba de concreto produciendo

una unión rígida y homogénea4. Los ingenieros Soviéticos desarrollaron un proceso

del moldeado del concreto en línea que permitía una rápida producción y altos

estándares de calidad en los paneles construidos. El montaje fue terminado en

enero de 1973 y para julio se construyeron los primeros edificios de 48

departamentos en la misma localidad donde operaba la industria.

KPD llegó a producir cerca de 153 edificios de departamentos en Quilpué

Valparaíso, Viña del Mar y Santiago, y estaba diseñada para producir anualmente

140.000.-m2 habitables, estimando en 1.600 departamentos por año la capacidad

instalada por los profesionales soviéticos y los trabajadores chilenos capacitados en

la producción. Cada bloque contaba con 16 departamentos, 6 de tres dormitorios

(de 84 m2.) y 10 departamentos de 2 dormitorios (aproximadamente 67.m2)5. Hasta

la fecha ningún otro sistema ha superado esta producción anual, ni la superficie

asignada a cada departamento. En la fábrica del Belloto 300 personas trabajaban

4 Entrevista a Enrique Capone Maggio, Constructor Civil y ex funcionario de la empresa KPD. 5 Como dato importante de constructibilidad de vivienda social, los departamentos KPD eran por lejos, viviendas amplias y de altos estándares de construcción. Luego del golpe militar y junto con la modificación legal de las políticas de vivienda social, estas se redujeron considerablemente en tamaño siendo el promedio de construcción de apenas 32mts 2.

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en 2 turnos de 12 horas. Para fabricar los paneles, mientras otras 400 trabajadores

eran empleados en diferentes localidades levantando los edificios6.

Esta línea de cooperación, era la buscada por el gobierno de Allende en una clara

señal de emprender una relación con la URSS donde las iniciativas diplomáticas

estuvieran ancladas en un compromiso de defensa del proyecto revolucionario que

se establecía en Chile. Desde un comienzo, y antes de la elección misma, la Unidad

Popular, conglomerado de partidos políticos que apoyaban la candidatura de

Salvador Allende a la presidencia de la República de Chile creada en diciembre de

1969, estableció en su programa político una reservada mención a las relaciones

diplomáticas con los países del campo socialista y en especial con la URSS,

señalando en lo sustancial, que el camino principal que tomarían las relaciones

internacionales del gobierno serían las de establecer relaciones con todos los países

del mundo, independientemente de su posición ideológica y política7.

El mismo programa, junto con hacer mención a los énfasis en la integración

latinoamericana y a su simpatía con todas las luchas que libran los pueblos del

mundo por su liberación de la dependencia económica, social y cultural con las

grandes potencias capitalistas, se detenía en marcar una posición respecto de la

actitud histórica que ha mantenido Chile con los Estados Unidos promoviendo en el

programa la revisión, denuncia y desahucio de todos los tratados y convenios que

limiten la soberanía de la nación por parte del país del norte.

La política internacional del gobierno de Salvador Allende era por una parte,

producto de un pensamiento latinoamericano que reclamaba la ruptura de los

distintos mecanismos de dependencia que perpetuaban las condiciones de

subdesarrollo que no permitía el despegue de sus economías, a la vez que buscaba

en el modelo socialista un camino, dentro de sus particularidades históricas, que los

6 Entrevista a ex Presidente Sindicato KPD señor Manuel Ramírez. 7 Programa básico de gobierno de la Unidad Popular: candidatura presidencial de Salvador Allende. Santiago de Chile 1970. Propiedad de la Biblioteca Nacional.

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acercara a las únicas sociedades de la época definidas como “socialismos

reales”.Por otra parte, el discurso internacional de la Unidad Popular priorizaba la

relación de la integración latinoamericana por sobre las relaciones con los países de

Europa Oriental, en especial con la Unión Soviética, país con el cual Chile mantuvo

durante el siglo XX una inestable relación diplomática condicionada por distintas

coyunturas tanto internas como externas8.

En el discurso de los promotores de la construcción de la vía chilena al socialismo,

el gobierno de Allende debería conducir a la implementación de un proyecto social

antagónico al establecido por las oligarquías nacionales desde mediados del siglo

XIX, y que tuvo continuidad durante el siglo XX bajo la influencia de potencias

europeas pero en especial con la de su principal modelo; Estados Unidos. Este

discurso, fuertemente influido además por las distintas experiencias

latinoamericanas surgidas a partir de la década de los 60, como la revolución

cubana y la instalación de los gobiernos militares en América Latina, conllevaba

además un componente ideológico establecido por un estricto apego por parte del

Partido Comunista de Chile, uno de los partidos más fuerte del conglomerado de

izquierda, al modelo soviético y su gobierno, con el cual mantuvo relaciones

directas , afinidad y una completa adhesión a sus posiciones internacionales desde

la década del 20.

Para especialistas en relaciones internacionales como Joaquín Fernandois, la

Unidad Popular inauguró un periodo de fuerte ideologización en materia de

relaciones exteriores, donde “el interés nacional”, noción base del desarrollo de

política exterior de un Estado, se supeditó a los intereses representados de la

cultura política de la izquierda chilena9. Bajo ese marco, la concepción de una

8 Clodomiro Almeyda, Obras Escogidas, Fundación Clodomiro Almeyda, Ediciones Tierra Mía, Santiago de Chile 1992. 9 Ideología y Pragmatismo en la Política Exterior Chilena durante la Crisis del Sistema Político 1970 – 1973. Joaquín Fernandois. Texto correspondiente a la intervención del profesor Fernandois en el seminario “Las Tendencias de la Política exterior de Chile entre 1970 y 1984, realizada en la PUC en noviembre de 1985.

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posición anti-imperialista era constitutiva de una definición política establecida en

los orígenes de sus partidos políticos principales: el Partido Comunista fundado en

enero de 1922 y el Partido Socialista en abril de 193310.

Las relaciones diplomáticas de Chile con la Unión Soviética, estuvieron

condicionadas durante todo el siglo XX por el manto del prejuicio ideológico.

Durante los primeros años de la Revolución de Octubre, apenas existieron

relaciones de tipo comercial y cultural entre los dos países las que fueron

concretadas durante 1944 en las postrimerías de la segunda Guerra Mundial

iniciándose una instalación de misiones diplomáticas en sus respectivas capitales.

Durante el gobierno de Gabriel González Videla y a propósito de un alineamiento

del radicalismo con la política internacional norteamericana, se declara una guerra

contra el comunismo, iniciándose una persecución política que al poco tiempo

permitió promulgar “La Ley de Defensa de la Democracia” excluyendo a los

comunistas de la vida política del país y romper relaciones a fines de 1947 con la

Unión Soviética. Solo durante el gobierno de Eduardo Frei Montalva, en 1964, se

reanudan las relaciones diplomáticas entre ambos países iniciándose un tímido

acercamiento político, comercial y cultural que se extendería hasta 1973.

La relación entre la Unión Soviética y Chile, más allá de las eventualidades

diplomáticas entre Estados, fue permanente con el Partido Comunista local en

quien reconocía no solamente su importante adhesión con las posturas ideológicas

soviéticas sino también a su importante vínculo con el mundo de los trabajadores y

su gravitante presencia en la vida política chilena. Fueron los comunistas chilenos

quienes desde muy temprano desarrollaron y mantuvieron una relación con Unión

de Republicas Socialistas Soviéticas, la URSS. La adhesión del Partido Comunista de

Chile a la tercera Internacional se había producido en 1922 y fue aceptado en ella

en 1928, sin embargo, los comunistas chilenos habían establecido contacto con

dirigentes soviéticos, siendo Luis Emilio Recabarren quien visitó Moscú en el

10 Tomo I “Memoria de la Izquierda Chilena 1850 - 1970” Jorge Arrate y Eduardo Rojas. Editorial.

Javier Vergara Editor Santiago de Chile 2003.

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invierno de 1923 para participar de un encuentro de la III Internacional

construyendo el inicio de una relación que abarcaría la totalidad del siglo XX11.

La política exterior de la Unión Soviética, experimentó varios momentos durante el

siglo XX. En un comienzo la defensa de la revolución llevó a desarrollar una ofensiva

diplomática denominada “la coexistencia pacífica” que se sustentaba en la realidad

objetiva del fenómeno soviético en tanto su obligada relación con un mundo en su

totalidad capitalista. Una de los elementos principales de aquella situación, fue la

configuración de estado autárquico y consecuente con ello una relación primordial

con aquellas organizaciones políticas de carácter socialista o comunista en

diferentes países capitalistas del mundo. Durante la década de los 50, se enfrasco

en una competencia militar y de influencia geopolítica con los Estados Unidos en

todos los rincones del planeta hasta que luego de los gobiernos de Stalin y Jruschov,

el pragmatismo de Leonid Brezhnev impuso durante el XX Congreso del PCUS la

estrategia de “La Vía Pacífica de la Revolución Socialista” enmarcada en la

adecuación de la política exterior soviética a los cambios ocurridos a mediados del

siglo XX especialmente en Europa12.

En virtud de esta nueva forma de orientar la influencia soviética hacia los países

capitalistas con movimientos sociales y sindicales fuertes, la Unión Soviética creo

un fondo de apoyo gubernamental para la cooperación con las organizaciones

comunistas alrededor del mundo. En ese esfuerzo de cooperación soviético los

comunistas chilenos fueron tremendamente privilegiados, muy por sobre de

cualquier otro partido comunista en América Latina. Para 1960 el Partido

Comunista de Chile recibe cerca de $ 50.000 dólares los que suben constantemente

año a año llegando a 1970 con un aporte de $400.000 dólares. Durante el último

11 La Formación del Imaginario Político de Luis Emilio Recabarren, Jaime Massardo. Editorial Lom Santiago de Chile 2008. 12 La Unidad Popular y el Golpe Militar en Chile: Percepciones y Análisis Soviéticos. Olga Ulianova, Estudios Públicos, Nº 79, Santiago de Chile, Invierno de 2000.

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año del gobierno de Allende el Partido Comunista llegó a recibir cerca de 645.000

dólares, algo así como 2 millones cuatrocientos mil dólares actuales13.

La llegada de Allende al poder, en un conglomerado de partidos con un liderazgo

del comunismo chileno, despertó el interés de la nomenclatura soviética quien, sin

un entusiasmo desmedido y con un alto sentido de incredulidad frente al original

proceso de una revolución bajo las condiciones de la legalidad burguesa, veía una

buena oportunidad consitar apoyo político en un sector geográfico totalmente

controlado por la influencia norteamericana. Minar las bases de dominio

norteamericano había sido uno de los esfuerzos principales de la inteligencia

soviética durante los años 60; así había actuado con Cuba y en Panamá en años

anteriores. Como una muestra de apoyo al proceso chileno, nombró como

embajador en Santiago Aleksander Basov, en reemplazo del embajador de carrera

N.B. Alexseev, con la idea de apoyar políticamente el proceso de construcción del

socialismo. Basov era miembro del comité central del PCUS y poseía gran

experiencia en el trabajo partidista, una de sus más significativas actividades fue la

regularizar la función de la KGB en la embajada, supeditándola a los

requerimientos políticos de la misión diplomática soviética14. Por su parte, el

gobierno de Salvador Allende nombró en el año 1971 al diplomático de carrera

Guillermo del Pedregal un hombre con una importante trayectoria en el servicio

público chileno en un intento de que el senado de la república no pudiera interferir

ni obstaculizar las relaciones con un país estratégico para la Unidad Popular.

Para 1969, un año antes del gobierno de la Unidad popular, las relaciones

comerciales chileno soviéticas habían alcanzado una cifra del orden de los $300.000

dólares, una cifra insignificante para una superpotencia, por lo que la influencia

económica no era el principal elemento que entusiasmaba a los soviéticos a

vincularse con el proceso de Allende. El gobierno del presidente Eduardo Frei 13 Chile en los Archivos de la URSS (1959-1973) (Comité Central deñ PCUS y del Ministerio de Relaciones exteriores de la URSS) Editado por el Centro de Estudios Públicos, Santiago de Chile. 14 Christopher Andrew y Vasili Mitrojin, The Mitrokhin Archive: The KGB in Europe and the West. Ed. Penguin. England 2006.

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Montalva, junto con reanudar las relaciones diplomáticas interrumpidas al calor de

la promulgación de la Ley Maldita y la persecución de los comunistas en el gobierno

de González Videla, firma en enero de 1967 un acuerdo comercial y dos acuerdos

de crédito a largo plazo que suponía la adquisición de tecnología productiva

soviética y asistencia técnica general. Estos acuerdos, nunca fueron llevados a la

práctica durante el resto del gobierno de la democracia Cristiana y se hicieron

efectivos al momento de llegar la izquierda al poder, pues varios aportes

económicos se realizaron en el marco de estos acuerdos. Recién en 1971, y luego

de la visita del canciller Clodomiro Almeyda a Moscú los negocios con el estado

soviético arrojaron cifras cercanas a los 8 millones de dólares15.

Durante los tres años de gobierno, la Unidad Popular trató de llevar adelante un

programa de cooperación con la Unión Soviética destinada a obtener distintos

préstamos crediticios que le permitieran resolver la grave situación económica que

poco a poco empezaba a convertir la situación interna del país en una escena

polarizada y altamente violenta. En un principio, en octubre de 1970, se otorgó un

crédito de 57 millones de dólares que establecía la adquisición por parte de Chile

de maquinaria soviética y asistencia técnica industrial. En 1971 se suministró a

Chile 100.000 toneladas de trigo y se firmó un acuerdo para la provisión 5 mil

tractores soviéticos y maquinas para la construcción de caminos por un total de 6,5

millones de dólares.

En septiembre de 1971 se firma el acuerdo intergubernamental chileno soviético de

colaboración para el desarrollo de la pesca industrial, estableciéndose la

construcción de puertos pesqueros, el arriendo de barcos pesqueros soviéticos a

condiciones comerciales y la formación de especialistas en el área pesquera. En el

marco de ese acuerdo tres buques factorías soviéticos trabajaron en las costas

chilenas entregando cerca de 17.000 mil toneladas de pescado congelado y 2,5

15 Estados Unidos y la Unión Soviética en Chile. Arturo Fontaine T. revista de estudios Públicos Nº 72. Santiago de Chile 1998.

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toneladas de harina de pescado a la compañía estatal “Arauco” para su entrega a la

población chilena16.

Durante los tres años de gobierno socialista en Chile la presencia soviética fue

notoria y era frecuente la presencia de diversos funcionarios visitando distintos

puntos del país para apreciar distintas áreas productivas con el fin de concretizar

los acuerdos económicos firmados, y abriendo posibilidades en sectores que no se

habían considerados en un primer momento. Durante la visita del vicepresidente

del Comité estatal de Planificación de la URSS M.A. Pertzev17 se llegó a especular

que la cooperación económica podría alzarse entre 1972 y 1975 a unos 300 millones

de dólares los que estarían sujetos básicamente al envío desde la URSS de trigo,

carne, mantequilla, algodón, petróleo crudo y desde Chile poder exportarles

concentrados de cobre, salitre, yodo, pescado y otros de carácter

manufacturados18.

La situación chilena a fines de 1972 se tornó compleja. Las alzas de precios, el

desabastecimiento, la violencia y las manifestaciones sociales extreman las

precauciones y despiertan las sospechas por parte de los funcionarios diplomáticos

de la Unión Soviética de que la situación podría resolverse de manera violenta en

cualquier momento. Empieza a reinar la preocupación de que el proceso socialista

sea abortado a través de un golpe militar fundado en la pérdida de apoyo de un

sector importante de la capa media de la sociedad chilena.

En el marco de las negociaciones por nuevos créditos de cooperación, los equipos

técnicos soviéticos empiezan a pensar que las expectativas chilenas respecto a la

cooperación soviética son exageradas. Los chilenos esperan que la URSS aporte

anualmente grandes cantidades de productos de primera necesidad a través de

16 La Inteligencia Soviética en América Latina durante la Guerra Fría. Nikolai Lenov, revista de estudios Públicos Nº 73 Santiago de Chile 1999. 17 Olga Ulianova Opus Cit. 18 Olga Ulianova Opus Cit.

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créditos que recién empezarían a pagarse a contar de 1976, o sea en la próxima

administración chilena.

Es a fines de 1972, apenas unos días después de que Allende inaugura la fábrica de

edificios KPD, cuando realiza la visita de Estado a Moscú. Para esa fecha, la opinión

de los funcionarios diplomáticos y los equipos de gestión política de la Unión

Soviética se vuelca a creer que Allende no logrará salvar el gobierno. Esto debido

básicamente a la dura traba que enfrenta de la oposición política y del cada vez

más fuerte apoyo de la embajada norteamericana a la estrategia de

desestabilización que se lleva en marcha.

El viaje planificado a la Unión Soviética es de un alto simbolismo para ambas

partes. Brezhnev y Allende son profusamente fotografiados en las ceremonias

oficiales en el Kremlin y se dispone para su comitiva los más altos honores, sin

embargo, la desazón cunde cuando se enteran que la dirección soviética decide no

apoyar más créditos económicos para el gobierno quedando solamente activos los

establecidos con anterioridad a esa fecha. La dirección soviética está dividida

respecto al futuro de la Unidad Popular, un grupo encabezado por el jefe de la

KGB, Yuri Andropov, evalúa negativamente cualquier tipo de apoyo económico por

considerar que el gobierno no resistirá por mucho tiempo, y otro encabezado por

Andrei Kirilenko, uno de los hombres más poderosos del Kremlin, y quien visita

Chile especialmente invitado por Luis Corvalan, quien se inclina por manifestar un

apoyo explícito y concreto a las reformas revolucionarias que emprende el gobierno

Socialista.

A su regreso, Allende siguió contando con el apoyo soviético inicial y de alguna

manera se incrementó la presencia de profesionales rusos en los proyectos que se

ejecutaban. Sin embargo, las grandes expectativas de cooperación con “el hermano

mayor” como declarara Allende antes de viajar a Moscú, se desvanecen en medio

de la vorágine de acontecimientos sociales que empiezan a azotar el país.

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La cultura y las artes del campo socialista se empiezan a mostrar sin tapujos en las

distintas actividades comunitarias a lo largo del país. Una gran influencia en la

dimensión cultural tuvo relación con la instalación del Instituto Chileno Soviético de

Cultura que desplegó sedes por varias ciudades del país realizando un importante

trabajo de promoción y difusión tanto del idioma ruso como de las políticas

culturales y artísticas del lejano país. Ciclos de cine ruso, visita de delegaciones

sociales y culturales fueron algunas de las iniciativas que se desarrollaron en los

años de la Unidad Popular.

La mañana del 11 de septiembre de 1973, una vez más las relaciones chileno

soviéticas fueron detenidas por la fuerza. Una gran cantidad de profesionales

soviéticos fueron detenidos, torturados y posteriormente expulsados de Chile. En

un primer momento la embajada se vio sorprendida por el acontecimiento pero

luego reaccionó para salvaguardar la vida de los ciudadanos soviéticos que en su

mayoría se encontraba desarrollando iniciativas de cooperación y de misión

diplomática en distintos puntos del país. En la región de Valparaíso, la única obra

tangible y perenne que desarrollaron los soviéticos en Chile, la fábrica de edificios

prefabricados KPD sufría una violenta represión. Los cerca de 50 profesionales

soviéticos fueron detenidos y sus casas allanadas por parte de efectivos de la

Armada. Un grupo de ellos, fue llevado a la Academia de Guerra para ser

interrogados y luego detenidos por varios días en los Barcos Maipo y Lebu atracados

en el puerto de Valparaíso y convertidos en cárceles flotantes19. Luego de ser

liberados por una intensa campaña diplomáticos fueron sacados en orden del país

cerca del 18 de septiembre.

La misión de la fábrica, que estaba encabezada por el Ingeniero Viktor Voronets

alcanzó a terminar su misión habiendo construido la primera gran población en el

sector de Belloto Sur en julio de 1973. La planta quedó instalada con una gran

19 Entrevista con Valery Serguev ex traductor del equipo soviético desde San Petersburgo. Julio de 2010.

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capacidad de producción gracias a la moderna tecnología soviética para esa fecha

toda una novedad en la producción de viviendas sociales. Varias poblaciones y villas

se levantaron tanto en Viña del Mar, Santiago y Quilpué las que aún se mantienen

intactas pese a los terremotos y los crudos inviernos que han debido soportar en

estos últimos 38 años.

KPD, es la única huella tangible del imperio soviético en Chile. Su extraordinaria

solidez técnica es una muestra de la calidad de una cooperación en un momento

complejo de la vida del país. Sin embargo, su trágica existencia puso de manifiesto

la posibilidad de relaciones internacionales vigorosas y comprometidas. KPD

funcionó hasta fines de 1979, la planta fue desmantelada y luego rematada. El

personal, capacitado por los profesionales soviéticos fue despedido y muchos de

ellos fueron perseguidos por la simple razón de haber trabajado en la fábrica. KPD y

sus obras en Chile son una expresión viva de aquella experiencia.

Tuvieron que pasar 17 años para que un 11 de marzo de 1991 Chile nuevamente

solicitara iniciar relaciones diplomáticas con la Unión Soviética. Para ese momento,

la Guerra Fría y la era del gran imperio estaba terminada. El 26 de diciembre de

1991, Chile reconoce a la Federación Rusa como sucesora de la desaparecida Unión

Soviética. Desde ese momento, las relaciones diplomáticas y de cooperación se han

mantenido estables y crecientes en un paradigma distinto pero no por ello menos

prometedor.