Correo no 36

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Información, análisis y debate l N o . 36, noviembre-diciembre 2014

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Información, análisis y debate l No. 36, noviembre-diciembre 2014

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sumario

año 6 - número 36 - noviembre-diciembre 2014

Consejo de Dirección:Carlos Fonseca Terán

Gustavo PorrasOrlando Núñez

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Articulistas:Aldo Díaz Lacayo

Carlos García CastilloEquipo Tortilla con Sal

Francisco Lacayo P.Jorge CapelánVladimir PutinProducción:

Marialuisa AtienzaFélix Suárez Narváez

Diseño y diagramación:Heriberto Morales Sandoval

Editorial: México se desangra

Rigoberto López Pérez: Un héroe buscando libertad

La economía social

México duele e indigna

Tres victorias, un solo camino

Colapso imperial en cámara lenta

Rusia define sus prioridades

Hacia un nuevo paradigma en la educación

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editorial

México se desangraElena Poniatovska, la intelectual mexicana de mayor prestigio mundial, Premio Cervantes 2013, pronunció un vi-

brante discurso el 26 de octubre pasado, cuando se cumplían exactamente dos meses de la barbarie perpetrada por la Policía Municipal de Iguala en contra de los estudiantes de la Normal Rural de Ayotzinapa, en el estado

de Guerrero. Desde entonces, 43 jóvenes están desaparecidos. "Reclamamos aquí en el centro del país, en la capital de México, la presencia de los muchachos y pedimos a cielo abierto y en voz alta: Regrésenlos", exclamó la escritora.

Y agregó: "El pasado miércoles 23 de octubre, en una marcha que no convocó un solo partido, los ciudadanos se orga-nizaron solos e inauguraron una protesta ejemplar, absolutamente fuera de serie. La marcha resultó cinco veces mayor que la consignada por los medios: 350 mil personas, un río de gente seguía entrando y abarrotaba las calles aledañas al Zócalo de por sí lleno a reventar. La multitud protestaba contra el crimen de Ayotzinapa, un crimen de lesa humanidad. Los estudiantes fueron cazados, sometidos a la tortura hasta la muerte, a la desaparición forzada, a ejecuciones arbitra-rias y ahora los culpables quieren librarse de su responsabilidad acusando a los jóvenes y buscan criminalizarlos al querer ligarlos al cartel de "Los Rojos" o a "Guerreros Unidos".

No se vale desviar la investigación de los hechos y deslizar en conferencias de prensa que se trata de un enfrentamiento entre cárteles. Tampoco se vale implicar a los muchachos en grupos guerrilleros. El "caso Iguala" es una mancha atroz en la vida oficial y política de México ya de por sí hundida en el lodo.

La Normal Rural de Ayotzinapa, Guerrero, es muy pobre pero es el único lugar donde los que nada tienen pueden recibir una educación superior gratuita. Es la única opción de los campesinos que han escogido ser maestros rurales. Las habita-ciones de los estudiantes de la Normal evidencian la miseria, el abandono de los muchachos. Su comida también. Cuando a uno de ellos le sirvieron leche exclamó que era la primera vez que la veía y sonrió al decir que le gustaba. Así como la leche, son muchos los alimentos que los chavos desconocen. Sus camisetas, sus mochilas, sus suetercitos recargados en los muros de su cuarto vacío, sus utensilios de plástico, todos son prendas de pobre".

Ya es hora de que en México hablen los pobres". En efecto, ya es hora de que los mexicanos se manifiesten por enci-ma de aquellos partidos que no los representan y más bien son portavoces de la nueva clase de narcotraficantes y de criminales organizados.

"Ya es hora de que seamos consultados", dijo Elena y añadió: "Ser consultado es un derecho político que demandamos desde hace mucho tiempo los habitantes de los 32 estados de la república. Somos miles los mexicanos que no nos sentimos representados, miles los mexicanos que queremos una democracia participativa, miles de mexicanos que levantamos la voz y pedimos ser tomados en cuenta en los asuntos públicos, sobre todo en los de trascendencia nacional como es nuestro futuro energético.

Los grandes temas nos conciernen pero conciernen sobre todo a los jóvenes porque además de ser el futuro tienen que mantenerse vivos. Sin ellos simplemente no hay país. Así como se dice "Sin maíz no hay país", sin los jóvenes no hay nada.

Ayotzinapa está destrozado. México está destrozado. Los alumnos de la Normal de Ayotzinapa conservan los tenis rotos de sus compañeros, su ropa, hasta los cartones que les sirven de cama. Esperan su regreso a pesar de que al extraor-dinario sacerdote Alejandro Solalinde, protector de los migrantes, varios testigos le dijeron que los estudiantes habían sido asesinados, desmembrados y tirados a una fosa a la que le prendieron fuego. No hay respuesta suficiente entre crimen tan grande. La foto del estudiante del estado de México Julio César Mondragón, al que le sacaron los ojos circula en Internet, su rostro desollado. Estamos ante una catástrofe nacional.

México se desangra. La comunidad internacional está escandalizada y considera que México es ahora el país sin guerra más peligroso para los jóvenes". O mejor dicho, agregamos nosotros, un país donde las fuerzas represivas le han decla-rado la guerra a un pueblo desarmado.

Elena cerró su emotivo discurso así: "Jóvenes mutilados, jóvenes sin cuerpo, jóvenes asesinados. En el mundo entero resuena la indignación. Gloria Muñoz Ramírez, la madre del estudiante de Guadalajara, Ricardo Esparza, quien asistió al Cervantino de Guanajuato, dijo que agradecía recibir el cuerpo muerto de su hijo para llevarle flores. ¿No resulta mons-truosa su conformidad? O como se pregunta ella misma: «¿Hasta dónde ha llegado el terror implantado por el gobierno en el seno de la sociedad?» Frente al terror solo queda la unión de un pueblo que se levanta y grita como lo ha hecho durante días: «Vivos se los llevaron, vivos los queremos»".

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Aldo Díaz Lacayo* ________________

Cincuenta y ocho años después del hecho he-roico de liberación nacional, "el principio del fin de esa tiranía" como él le llamó, todavía existe

confusión entre historiadores acerca de la gesta del hé-roe nacional Rigoberto López Pérez. De ese tamaño fue la exitosa confusión manejada por Washington desde la noche misma del viernes 21 de septiembre de 1956. Noche de terror. Ulular de sirenas de patrullas militares, puertas derribadas o casi, culatazos por doquier, alari-dos de dolor multiplicados por los gritos y el llanto de las familias de centenares de capturados sin causa pero encausados como cómplices. En todo el país.

Persiste la duda deliberadamente sembrada por las agencias de seguridad norteamericanas que go-bernaban el país, acerca de si ese hecho heroico fue una conspiración o una acción individual coyuntural. Porque, como esas agencias lo saben desde siempre y lo manejan estratégicamente para sus fines, aún la acción histórica más solitaria es una respuesta colec-tiva. Toda acción de liberación (individual o colectiva) es consecuencia directa del historial de la lucha libe-racionista. La historia es colectiva. La hacen los pue-blos, aunque los individuos asuman el rol específico de conducirla como líderes de una convulsión social o de impulsarla a través de certeros golpes estratégicos, como lo hizo Rigoberto –sin importar el plazo.

Asociar una acción individual a un plan colectivo resulta entonces verosímil. Natural. Sobre todo si sus consecuencias son de magnitudes históricas en el sentido de transformar una realidad arraigada, y además con visos de permanencia igualmente natu-ral como era el caso de la tiranía somocista. Obvia-mente, en el caso de Rigoberto resultó mucho más fácil fabricar esa asociación natural porque la reali-dad era de suyo conspirativa y porque no existía do-cumentación sobre su propia acción. En este caso la documentación se puede inventar al arbitrio de los interesados a través del manejo mediático del rumor y de declaraciones testimoniales (supuestas o mani-puladas), que nadie puede desmentir, reiterándolos hasta la saciedad. Un manejo mediático desarrollado además sobre la base de hechos socialmente conoci-dos, o simplemente presentidos.

En este contexto se continúa escribiendo que "el principio del fin de esa tiranía" fue producto de una conspiración en la cual Rigoberto sería solo el ejecutor material de un plan fraguado por el exilio nicaragüense en El Salvador, formado en su mayoría por ex-guardias nacionales. Todos comprometidos en su oportunidad con acciones patrióticas, anti-dictadura, o rebeliones frustradas, que los llevaron al exilio. Y todos también convencidos de la posibilidad real de derrotar al tirano. Actuando además en consecuencia con el ambiente revolucionario de la época.

Los pueblos sin embargo nunca se equivocan. En Nicaragua y en la región, especialmente en Centroa-mérica, los pueblos asumieron de inmediato como hé-roe nacional a Rigoberto –a secas, como corresponde a los héroes. Colocándolo de inmediato en el altar de la Patria, la propia de Rigoberto y la frustrada centro-americana. Porque igualmente de ese tamaño era el odio de los pueblos del Istmo al tirano. Y también de los gobiernos, aunque no suele asumirse así, por la posición que los yanquis le habían asignado al tirano como gendarme de la zona. Imposición que esos go-biernos y sobre todos sus ejércitos (que en los casos de los Estados del norte actuaban como gobiernos) asumían como agravio a sus propias instituciones cas-trenses, como límite a su independencia y soberanía nacional. Incluso en el caso de Honduras, cuyo ejército era manejado directamente por los yanquis.

Origen de la "conspiración"Desde el retumbar de los disparos justicieros de

Rigoberto al tirano en la Casa del Obrero, en León, donde celebraba su nominación a la candidatura pre-sidencial en la ya mencionada noche del viernes 21 de septiembre de 1956, los yanquis asumieron la si-tuación como propia. Los yanquis, porque la Guardia estaba decapitada. –"¡Todos son culpables!", dijeron.

¿Quiénes fueron los yanquis que actuaron en Nicaragua? Habrá que investigarlo. Porque has-ta hoy día (noviembre de 2014) se asume que fue la Guardia la que actuó. Peor aún que fue la viuda del tirano quien dirigió personalmente la represión (¡habrase visto tanta simpleza!). Absolutamente imposible. Lo urgente para Washington, llamado entonces Eisenhower, era garantizar la estabilidad de Nicaragua. No podía correrse el riesgo de otro

Rigoberto López PérezUn héroe buscando libertad

historia

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44 –año del triunfo de la revolución guatemalteca y su inevitable secuela popular revolucionaria en Centroamérica.

Tardó más en pronunciarse la sentencia "todos son culpables" que en ejecutarse. Dirigentes de todos los niveles de la oposición tradicional y alternativa del país fueron hechos prisioneros de la noche del 21 a la mañana del 22. Se implantó el reino de la tortura en la búsqueda inútil de culpables, que resultaron ser los amigos y conocidos de Rigoberto –pocos desde luego. El resto de la población se mantuvo en vilo. El país po-lítico se paralizó. No se movía ni el viento.

Años antes, Anastasio Somoza García, el tirano en la calificación del héroe, había concluido su período presidencial ampliado a diez años, en 1947. La revo-lución guatemalteca se encontraba en su apogeo. "Es mejor convocar elecciones fraudulentas", le recomendó Truman, el yanqui de turno. Somoza escogió un mal candidato presidencial. "Un iluso converso y además viejo"– pensó. Leonardo Argüello sin embargo no había cambiado ni en apariencia. Conservaba su barba de pera –"barba de chivo" le llamaba la juventud antisomocista.

Veintiséis días después de su toma de posesión, Don Leonardo, como se le llamaba por su edad, destituyó a Somoza García de todos sus cargos, incluso de Jefe Director de la Guardia Nacional. Lo nombró Jefe del Comando Militar de León, donde Argüello pensó que podría controlarlo fácilmente. Era su ciudad natal, allí había actuado políticamente toda su vida, incluso con-tra los yanquis en 1912. –"¡Golpe de Estado!" dijeron los yanquis, y lo destituyeron en un segundo. El ímpetu revolucionario pervivía en Centroamérica. Restable-cieron en el mando a Somoza García pero cuidándo-se de evitar esa imagen a nivel regional. Decidieron no reconocer al nuevo gobierno del tirano. Cómo, si ellos son la expresión paradigmática de la democracia. Hasta creen que inventaron este sistema de gobierno. Ahora (2014) los yanquis insisten en creérselo aunque están absolutamente desprestigiados. El mundo ha cambiado desde entonces.

El discurso de toma de posesión de la Presidencia de la República de Leonardo Argüello fue memorable (uno de mayo de 1947). Anunciaba una nueva era. Así lo dijo "...que no se posponga la arriesgada impostura democrá-tica que lleva al descrédito a los partidos liberales de go-bierno... que se ponga punto final al ejercicio de fuerzas imbuidas de ensañamiento y desatadas por la ambición de los caudillos a fin de prolongar sus empíricos e infunda-dos predominios políticos … que la Guardia Nacional con-tinúe siendo garantía de paz orden y seguridad (…) des-vinculada de las contiendas políticas … no seré, tenedlo por cierto, un simple presidente de turno, arrastrado por el manso llevar de la costumbre y de la tradición": ¡Cómo no derrocarlo! ¿Auguraba una nueva Guatemala? Los

yanquis recordaron al Leonardo Argüello de 1912 im-pidiendo el tránsito del ferrocarril cargado de armas y soldados yanquis hacia Managua.

El entusiasmo de los jóvenes Guardias académicos fue inmenso. Habían sido formados en el respeto y de-fensa de la Constitución de la República. No dudaron en asociarse al presidente Argüello y lo acompañaron en su caída. La Guardia se fracturó. A partir de enton-ces se pretorianizó. Los jóvenes oficiales, la mayoría de clase media alta y quizás de ascendencia conser-vadora (recomendación yanqui desde la fundación de la Guardia), salieron al exilio. Casi todos a El Salvador. Habrá que recordarlo: llegaron en 1947. La revolución guatemalteca se encontraba en su apogeo. Luego vendría la rebelión de abril de 1954 y nuevos exiliados. Algunos también a El Salvador.

Ambiente conspirativoPorque un año después del derrocamiento de

Leonardo Argüello, incruento pero de profundas consecuencias para Nicaragua y Centroamérica, jóvenes oficiales salvadoreños se alzaron con el poder. Inauguraron un nuevo gobierno revolucio-nario (1948-56) de tendencia francamente priista (su líder el Coronel Oscar Osorio había hecho es-tudios de Estado Mayor en México), formando el Partido Revolucionario de Unificación Democrática (PRUD), como partido único. Los jóvenes ex-guardias nicaragüenses llegados en el 47 se sumaron inmedia-tamente al PRUD. Más bien fueron cooptados por sus pares salvadoreños como baluarte contra la acechan-za del gendarme Somoza.

(Paréntesis obligado: los yanquis fueron retomando el control del gobierno revolucionario, lográndolo comple-tamente en 1956, año de la acción heroica de Rigoberto.

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Pero no echaron en saco roto la experiencia del Golpe de Estado como eventual instrumento de contención de potenciales acciones revolucionarias de mayores con-secuencias, como en la práctica fue el caso debido a los triunfos de la revolución guatemalteca. Actuando a la sombra, incluso al margen de la honestidad de los gol-pistas, capitalizaron los posteriores golpes después del triunfo de la revolución cubana y más tarde de la nica-ragüense –el somocismo sin Somoza que intentaron en Nicaragua algunos años después).

Los jóvenes oficiales nicaragüenses no perdieron tiempo. Empezaron a conspirar contra el tirano. Se asociaron marginalmente a la Legión de El Caribe y le dieron seguimiento activo –no hay registro (o no lo conozco) de que hubiesen estado comprometidos con la acción en que murió el General Gregorio Colindres en el 48, en la frontera honduro-nicaragüense. Alen-taron y sin duda participaron en la rebelión de abril del 54, de la cual estaban enterados porque la Guar-dia en el exilio conservó su espíritu de cuerpo y fue obediente a la línea de mando, bajo el liderazgo del coronel Manuel Gómez, en ese entonces el GN de más alta graduación. Y tras la invasión norteamericana a Guatemala, inmediatamente después del fracaso de la rebelión de abril en Nicaragua, la conspiración con-tra Somoza se materializó. Sin duda alentados por el gobierno salvadoreño, por temor a que la CIA conti-nuara contra ellos.

Empezaron a armar entonces un movimiento re-volucionario con la participación determinante del millonario (así se le consideraba) diriambino Fabio Gallo, cuya última visita a El Salvador fue el 27 de ju-lio de 1956, antes de la gesta de Rigoberto, según el posterior informe del Embajador de Nicaragua. Fabio aportó un pequeño lote de ametralladoras italianas Beretta, que el gobierno salvadoreño permitió que ingresaran al país ocultas en las paredes de pequeñas refrigeradoras marca Gallo, su apellido. El Movimiento terminaría en 1958 con el fracaso de Lepaguare (llano hondureño donde aterrizó el avión de La Nica, recu-perado en Miami por los pilotos ex-fuerza aérea nica-ragüense, capitán Manuel Rivas Gómez y teniente Alí Salomón), e inmediatamente después con la muerte en combate del General Ramón Raudales, en octubre de ese año.

El Salvador se convirtió entonces en el epicentro de la revolución nicaragüense dirigida por la ex GN en el exilio. Ansiada más que potencial, porque las condicio-nes subjetivas al interior de Nicaragua aún no madura-ban, había un aletargamiento de la conciencia popular. En parte por el peso de la represión real o presentida, y por hastío de tanto fracaso –sobre todo el de la re-belión de abril de 1954, que paradójicamente marcó a la generación que sí lograría iniciar la revolución. Pero también por la estabilidad política debida a la bonanza económica producto del boom del algodón. Somoza lo sabía. Por eso se lanzó a la reelección presidencial. Los yanquis también.

Por otra parte, entonces Washington dirigía y daba seguimiento a las demandas populares en los llama-dos países socialistas del Este europeo. La estabilidad de la región era como siempre estratégica. ¿Quién me-jor que el probado gendarme Somoza para garantizar la de Nicaragua, y de paso la de los otros países centro-americanos? La CIA había abortado la revolución gua-temalteca en junio de 1956, y ese mismo año llegaría a la presidencia de El Salvador José María Lemus, un coronel joven pero con espíritu de la vieja guardia. Re-presivo. Pro-yanqui. Somocista.

Rigoberto López PérezEn el transcurso de aquella conspiración aparece

Rigoberto López Pérez en escena. Entonces ciuda-dano anónimo como siempre lo fue, hasta la noche luminosa de aquel viernes 21 de Septiembre de 1956. Solitario. Tímido. Huraño. Místico. Socialmente re-traído pero fraterno. Sensible –poeta al fin. Leonés de la clase media baja conocido en su pueblo por sus inquietudes intelectuales y por su inclinación al perio-dismo. Paciente y persistente, ¿cuántas veces habrá suplicado a los directores de diarios leoneses que le publicaran sus poemas y sus artículos, antes de que lo

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asumieran como poeta y periodista? Jamás nadie sin embargo pudo asumirlo como revolucionario, tal vez ni como patriota. Menos los nicaragüenses conspirado-res de El Salvador, que nunca antes habían sabido de él.

Rigoberto llevaba algunos años en El Salvador. Por recomendación de sus amigos periodistas leoneses ha-bía llegado a San Salvador el martes 19 de junio de 1951 en busca del mecenazgo del también poeta y perio-dista Luis Felipe Toruño, nicaragüense antisomocista militante, de largo autoexilio en ese país, nada menos que editorialista y tal vez director de hecho del Diario Latino –entonces el más importante diario salvadore-ño, abiertamente crítico del gobierno y de la situación social imperante. Toruño recibió bien a Rigoberto, le permitió escribir en las páginas del periódico y le apoyó en la búsqueda de algún trabajo permanente.

Marcado por el cruento fracaso de la rebelión de abril de 1954, Rigoberto entró a formar parte de la genera-ción de jóvenes nicaragüenses (identificada a posterio-ri como generación del 54) que desde entonces perdie-ron la fe en los políticos tradicionales y en una solución política a la cruel y continuada tiranía somocista. Calla-damente como era su personalidad, Rigoberto empezó a estudiar la situación de su Patria. Lo hizo asistiendo asiduamente a la Embajada de Nicaragua para leer todos los periódicos que entonces se publicaban en su terruño. Su presencia nunca despertó sospechas entre el personal diplomático, más bien llegó a resultarles parte del entorno cotidiano de la Embajada, porque no hablaba con nadie.

En su amplio informe (No. 811 del 26 de octubre de 1956) al nuevo Jefe Director de la Guardia Nacional, Coronel Anastasio Somoza Debayle, el entonces em-bajador Leonte Herdocia (que después defeccionaría y posteriormente se integraría honestamente a la revo-lución sandinista), describe a Rigoberto como "hom-bre de pocas amistades, que no se le conocieron nexos con nicaragüenses enemigos políticos de nuestro régi-men, y que sus únicas aficiones eran el cine y el base-ball". Era pues discreto. Gracias a ese informe se sabe que Rigoberto realizó cuatro viajes a Nicaragua como preparación de su gesta heroica: 1) el 13 de octubre de 1955, 2) el 21 de abril, 3) el 16 de junio, y 4) su salida definitiva el 5 de septiembre de 1956, en el vuelo de TACA 401. Desde luego, todos con el respectivo visado de la Embajada.

Precisamente su afición al baseball fue el vehículo natural para entrar en contacto con los ex GN nicara-güenses en El Salvador en una fecha aún no precisada. Probablemente se encontró primero con Guillermo Marenco Lacayo. Hizo amistad con él y, quizá a princi-pios del 56 después de su segundo viaje a Nicaragua, le expresó su deseo-convicción de ajusticiar al tira-no. Rigoberto había acumulado entonces suficiente

información sobre la situación política del país y de alguna manera se había enterado de la conspiración revolucionaria que ellos estaban armando –la ya mencionada del diriambino Fabio Gallo.

¿Cuánto tiempo tardó Guillermo en asumir como real la voluntad-decisión de Rigoberto? Un dato des-conocido. Finalmente la comentó con algunos de sus compañeros y juntos decidieron llevarlo al seno de su colectivo militar, una suerte de Consejo de la ExGN en El Salvador. Tampoco se sabe si después de aceptar -apoyar a Rigoberto y comprometerse con su prepa-ración, informaron a la Jefatura de la Guardia Nacional en el exilio, a cargo del Coronel Manuel Gómez, como ya se dijo. Dos temas pendientes.

Los hechosLa reunión del Consejo se llevó a cabo en casa-hos-

pedaje-familiar de Rosita Perdomo, donde vivía el ex Teniente Guillermo Marenco Lacayo (en la 15 calle Po-niente casi esquina con la Avenida España, entonces todavía zona residencial de San Salvador). Asistieron la mayoría de ex oficiales GN que respaldaron al presi-dente Argüello en 47, más algunos allegados civiles que formaban parte de su apoyo logístico (no tengo segu-ridad en cuanto a la asistencia de Rigoberto). Según testimonio del el ex Teniente Rafael Valle Roa, presente en la reunión, decidieron no invitar al ex Capitán Adolfo Alfaro Carnevallini, de la rebelión de abril del 54 y el de mayor graduación de los GN en El Salvador, "por su ca-rácter eufórico explosivo", solamente. Probablemente hasta entonces la relación directa con Rigoberto se ha-bía hecho a través de Marenco Lacayo.

La reunión fue consecuencia de la insistencia de Rigoberto después de que los ex-oficiales del 47 se habían negado a apoyarlo con el argumento de pre-servar su vida.

– "Con o sin el apoyo de ustedes llevaré a cabo mi ac-ción", les respondió Rigoberto.

El Consejo decidió entonces, según el ya menciona-do testimonio de Valle Roa, 1) hacerle ver a Rigoberto que no saldría con vida, para que cobrara conciencia plena de su sacrificio, y 2) que las posibilidades de éxi-to de la acción eran absolutamente nulas sin la debida preparación en la técnica de tiro. Decidieron en conse-cuencia enseñarle a disparar desde cualquier ángulo, hasta convertirlo en tirador profesional.

La preparación le fue asignada a Marenco Lacayo, y fue iniciada en los entonces alrededores del San Salvador (hoy día totalmente urbanizados). Sin em-bargo, razones de trabajo obligaban a Guillermo a viajar al interior del país por períodos relativamente prolongados. Pronto se presentó esa eventualidad y, por fin, le trasladaron la responsabilidad al ex-Capitán Alfaro.

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– "Capitán, aquí está Rigoberto López Pérez, quien dice que está capacitado para matar a Somoza", le dijo Guillermo, según testimonio del propio Alfaro (La Prensa, jueves 4 de Octubre de 1979).

Concluida su preparación, Rigoberto era capaz de pegarle a un pañuelo hasta seis metros de distancia y desde cualquier posición, incluso estando acosta-do –según contaba muchos años después Guillermo Marenco Lacayo.

Como se sabe, Rigoberto hizo su último viaje a Nicaragua el miércoles 5 de septiembre de 1956. Es-taba enterado de la fausta conmemoración centroa-mericana del primer centenario de la Guerra Nacional, que se llevaría a cabo nueve días después y cuya orga-nización había estado a cargo de la ODECA. Conocía esta información no tanto por los periódicos salvado-reños, sede de la ODECA, sino por los de Nicaragua que informaban profusamente la llegada de todos los mandatarios centroamericanos a San Jacinto.

Rigoberto quiso ligar su acción de liberación al cen-tenario de aquella otra liberación nacional. Porque sin duda para él Somoza era otro Walker –esa era real-mente la connotación del tirano a nivel nacional y cen-troamericano. Fue a San Jacinto, examinó todas las posibilidades, pero no pudo llevar a cabo el ajusticia-miento. Las condiciones no se lo permitieron. De todas maneras no tenía prisa. También estaba enterado de la convención liberal en León que proclamaría a Somoza candidato del Partido a la reelección. Era la primera vez que se intentaba una reelección en Nicaragua –la histo-ria convencional dice lo contrario.

Lo que pasó la noche del viernes 21 de septiembre de 1956 es de todos conocidos. El cadáver de Rigoberto, o lo que quedó de él, desapareció para siempre. El tira-no quedó herido de muerte y no se sabe a ciencia cierta cuándo murió. Por razones de seguridad la noticia ofi-cial fue hecha pública siete días después. La oposición estuvo meses en la cárcel. El exilio engrosó sus filas.

Para Rigoberto su muerte era íntimamente presen-tida. Su sensibilidad de poeta le permitió visualizarla nítidamente. En una estrofa de uno de sus poemas dice: "Una bala me ha alcanzado / He caído al suelo con una oración / Estoy solo y abandonado / En el sueño hago esta confesión".

Los hechos colateralesDesde su aceptación por los ex-GN en El Salvador,

la propuesta acción de Rigoberto despertó el espíritu conspirativo de algunos de sus miembros, y quizás de los pocos civiles que los acompañaban. Algo natural. Hasta hoy día sin embargo (noviembre de 2014) no se sabe si las acciones conspirativas resultantes contaron o no con la anuencia de Rigoberto. Probablemente no. Se conocen por lo menos dos.

En su ya mencionado testimonio, el ex-capitán Adolfo Alfaro relata que aprovechando su amistad conspirativa con el coronel Gaitán dentro de las filas de la Guardia Nacional "se me ocurrió hacer una carta para Gaitán anunciándole que en un término no mayor de treinta días iban a ocurrir sucesos trascendentales dentro de las filas del ejército que debía aprovechar con creces. Le hacía ver que era su última oportunidad de que sumiera (hundiera) la jefatura del ejército y su descendencia hu-milde (sic), hecho que tenía valor para que actuara. / Con-fié la carta al (ex) capitán Enrique Callejas, quién expresó estar dispuesto a hacer llegar la carta a Gaitán, pero en realidad la nota nunca llegó a su destino.

Esta acción conspirativa de Adolfo Alfaro nació muerta, así lo reconoce él en su testimonio. Por entu-siasmo extremo (¿tenían razón sus correligionarios del 47?) él partió de tres supuestos falsos: 1) que la acción de Rigoberto implicaba sucesos trascendentales den-tro de las filas de la Guardia, 2) que Gaitán conservaba poder suficiente para aprovechar esos sucesos, y 3) que Callejas se arriesgaría entregando la carta. La realidad desmentía el entusiasmo de Alfaro. Gaitán estaba "caído" desde 1954 y sin duda no se encontraba acti-vo, al menos no de hecho, en la estructura de la Guar-dia. Había sido imputado de cómplice de la rebelión de abril del 54, y como no se le pudo probar tal com-plicidad fue enviado de Embajador a Argentina (des-de ahí, su hijo Germán Gaitán colaboró con Gregorio Selser aportando algunos datos para el libro Sandino, General de Hombres Libres). Conociendo la naturaleza pretoriana de la Guardia, Callejas decidió no entregar la carta. Es verdad que dentro de la Guardia existían al-gunos oficiales inconformes, eficientes y honrados los calificó el fiscal militar, pero todos estaban en la lista de enemigos potenciales –algunos fueron condenados después de la gesta de Rigoberto.

La otra acción nunca tuvo paternidad. Alguien de-cidió poner en contacto a Rigoberto con opositores políticos destacados. Se dijo que con ese propósito lograron aprovechar el regreso a Nicaragua de un opositor conservador para llevarles ese mensaje, adelantándoles que Rigoberto se identificaría con una revista Bohemia. Llegado el momento los des-tinatarios habrían reaccionado negativamente. La personalidad de Rigoberto no daba para este tipo de conspiración. Su retraimiento social, su solitarismo, su discreción, su convicción de que su acción era solo de él, la niegan.

Como ya dijo, el ambiente centroamericano era al-tamente conspirativo, y el de El Salvador mucho más. ¿Cuántas otras acciones colaterales semejantes hubo? Nadie lo sabe. No es aventurado afirmar que pudieron haber sido muchas. Tantas como nicaragüenses que conocían la acción de Rigoberto. La mayoría sin ánimo

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conspirativo, simplemente para anunciar "el principio del fin de esa tiranía".

No hay que olvidar que hasta una compañía de se-guros de El Salvador (La Centroamericana) estuvo in-volucrada. Aceptó emitir una póliza de vida por diez mil dólares a favor de la madre de Rigoberto, pagada por cierto sin poner ningún reparo a doña Soledad López tan pronto pudo llegar a El Salvador. Hasta ahí llegaba la solidaridad salvadoreña con el antisomo-cismo nicaragüense.

¿Qué hizo Rigoberto?Sin duda, hasta después de su último viaje a Nicaragua

del miércoles 5 de septiembre Rigoberto contactó a sus amigos leoneses. Primero a Edwin Castro Rodríguez, a quien conocía por afinidades de poeta y porque en la imprenta de Edwin él logró publicar algunos poemas. Luego a Ausberto Narváez Parajón y Cornelio Silva Argüello –los tres fueron fusilados posteriormente al amparo de la infame "ley fuga". Probablemente, sin embargo, estos contactos los hizo Rigoberto des-pués del fracasado intento de San Jacinto. Lo de-más lo harían sus propios amigos, informándoles del hecho a su círculo de confianza, como fue el caso de Tomás Borge, quien recibió la información de parte de Edwin. Tanto la decisión de Rigoberto como las ac-ciones conspirativas colaterales se conocieron hasta después de la gesta del principio del fin.

"Si hubo alguna conspiración –dice el fiscal militar de la causa, el ex-teniente y abogado Agustín Torres Lazo– en aquellos días trágicos de septiembre de 1956 fue la que ambos hermanos (Somoza) orquestaron para implicar no solo a decenas de ciudadanos inocentes que políticamente les hacían sombra, sino a miembros de su propio ejército, eficientes y honrados, a quienes decidie-ron eliminar para ejercer sin cortapisas un control más personal y despótico sobre la Guardia Nacional y el pue-blo de Nicaragua (…) Para interpretar mejor el génesis y las secuelas de aquellos acontecimientos, es necesario admitir que aún sin la participación de Edwin Castro Rodríguez y los pocos hombres que le acompañaron, Rigoberto López Pérez habría perpetrado de todas ma-neras su atentado, simplemente porque él y solo él, ya había tomado la decisión personal de ofrendar su vida a cambio de la del tirano (La Saga de los Somoza).

Y el fiscal de la causa tenía toda la información –aunque él asume que fueron los hermanos Somoza quienes dirigieron la conspiración y no las agencias

de inteligencia norteamericanas. Tal vez tuvo en sus manos la carta de Rigoberto a su madre Soledad in-formándole de su acción en los mismos términos de su propia conclusión: "…he decidido, aunque mis com-pañeros no querían aceptarlo, el de tratar de ser yo el que inicie el principio del fin de esa tiranía. Si Dios quie-re que perezca en mi intento, no quiero que se culpe a nadie absolutamente, pues todo ha sido decisión mía".

Ergo: no hubo conspiración. Rigoberto actuó solo, como él se lo había propuesto. Solo de él es el mérito. Solo a él le corresponde el reconocimiento de Héroe Nacional.

¡Viva Rigoberto!

(*) Historiador y diplomático.

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Orlando Núñez Soto ______________

Este artículo tiene como objetivo, no solamente analizar el concepto y la realidad de lo que se ha venido llamando economía social o econo-

mía social solidaria, sino continuar con el debate alre-dedor de una estrategia alternativa al sistema actual, incorporando las mejores lecciones del pasado. Asi-mismo, me interesa incluir en la agenda la discusión surgida de algunos sectores, quienes proponen que lo que ellos llaman economía social debería ser consi-derado como el tercer sector de la economía, entre el sector público y el sector privado, entre el Estado y el mercado, incluso entre el capitalismo y el socialismo. Asimismo, abordaremos la relación entre la economía social y la economía popular, la vinculación de la eco-nomía con el socialismo y analizaremos la práctica de la economía social en Nicaragua.

Aunque el término tiene raíces en el asociacionismo laboral del siglo XVIII europeo, el mismo se ha reacti-vado últimamente y comienza a ser apadrinado por los organismos internacionales y por un conjunto de activistas sociales de diferentes corrientes, sobre todo a raíz de la implosión del campo socialista y de las cri-sis financieras y medioambientales generados por el capitalismo.

Para que el lector no entre tan desprevenido en este texto e intentando resumir una variada y dispersa con-ceptualización aparecida últimamente en la bibliogra-fía, digamos que la economía social o economía social solidaria se refiere a un conjunto de organizaciones –la

mayoría de ellas tomando distancia o combatiendo los valores del mercado y del capital– de trabajadores, productores, consumidores y pobladores, motivados y orientados por la participación democrática, la ges-tión colectiva, el bien común y la reivindicación de un sinnúmero de derechos encaminados a la igualdad de oportunidades para todos y todas.

Marco de referencia y origenEn el siglo XVIII europeo y al calor de las lucha obre-

ras del naciente capitalismo industrial, apareció un movimiento asociacionista de carácter revolucionario, sobre todo en Francia e Inglaterra, ensayando formas alternativas a las fábricas obreras y a la explotación capitalista. Aquella práctica social generó diferentes corrientes de pensamiento, desde lo que Marx consi-deraba el socialismo utópico hasta el marxismo y el anarquismo, incluso corrientes liberales o cristianas que pretendían paliar la pobreza reinante desde el gobierno o desde organizaciones filantrópicas y asis-tencialistas. Desde entonces, el asociacionismo ha es-tado motivado por encontrar una salida a las formas excluyentes engendradas por el Estado liberal y por el capitalismo industrial.

En la segunda mitad del siglo pasado, cobraron relevancia pública, entre otros, tres términos-ideas convertidos en organismos que pugnan por ocupar la palestra nacional e internacional y que provienen de la cooperación internacional y de los aparatos ideológi-cos del mundo desarrollado, a saber:

a) Los Organismos No Gubernamentales (ONG)b) La sociedad civilc) La economía social (frecuentemente acompaña-

da del término solidario)Podríamos agregar que estos tres términos o en-

tidades están relacionados y se apoyan mutuamen-te, siendo los ONG quienes más han contribuido a promover su identidad. El común denominador de esta tríada ha sido la voluntad de tomar distancia del protagonismo gubernamental, partidos políticos y movimientos sociales; en otras palabras y sobre todo en América Latina, tal motivación aparecía como una intención de ocupar el vacío que había dejado la iz-quierda orientada por el socialismo. Dentro, paralelo o fuera de este escenario han surgido un conjunto de concepciones y organizaciones que han tomado dis-tancia de la influencia europea por conciliar la crítica a los efectos del capitalismo con el propio capitalis-mo en su etapa neoliberal.

La economía socialanálisis

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El origen de estos tres conceptos está relacionado con la implosión del socialismo, la reactivación o pro-moción de la democracia burguesa y la irrupción de las políticas neoliberales. El neoliberalismo ha sido hasta ahora el gran ganador, tanto en el discurso como en la realidad, ya sea en el primero, en el segundo o en el llamado tercer mundo. El neoliberalismo, incluso, ha contribuido grandemente al desplazamiento tanto del liberalismo como del socialismo en el ámbito de las fuerzas políticas, económicas, sociales e ideológi-cas del mundo entero. El otro gran ganador en esta grande y compleja madeja de intereses, han sido las corporaciones financieras, fortalecidas en su hegemo-nía con el apoyo de grandes medios de comunicación.

Los ONGLos ONG se definen como organismos no guberna-

mentales, no partidarios y se dicen sin fines de lucro. A su favor, ha contribuido la incorporación o coopta-ción de centenares de miles de intelectuales y líderes sociales, en gran parte provenientes de lo que fue la izquierda tradicional, apoyados por la llamada coo-peración internacional. Todo el peso de la crítica tuvo como punta de lanza la lucha contra los gobiernos del bloque socialista, contra algunas dictaduras, contra la corrupción y la ineficiencia en el seno de la cosa pú-blica, no del todo sin razón, pero sobre todo contra los partidos y gobiernos de izquierda, particularmen-te en aquellos países donde la izquierda tradicional comenzó exitosamente a incursionar en la lucha de-mocrática por el poder, y a la que le han declarado la guerra tildándole de encabezar gobiernos populistas y autoritarios.

Para las fuerzas neoliberales, la labor asistencialis-ta de muchos ONG, aunque no de todos, más actuali-zada y mucho mejor dotada ideológicamente que las iglesias religiosas, sirvieron de colchón amortiguador contra los efectos de la privatización de la cosa pú-blica y el desmantelamiento de las economías na-cionales, así como de la reversión de las principales conquistas laborales.

Dicho sea de paso, los ONG y todas sus figuras más connotadas se disputaban el primer lugar entre los sujetos que adversaban al estado y que se fueron au-tollamando de la sociedad civil. Fue así que muchas veces la sociedad civil llegó a ser sinónimo de un gru-po de notables que a cambio de la crítica a todo lo relacionado a la soberanía nacional y haciéndose car-go resignadamente de la realidad de la globalización, llegaron a gozar de mucho prestigio en los medios de comunicación, convirtiéndose en los nuevos sujetos de lo que algunos sociólogos llamaron la derecha posmoderna, opositores al gobierno, pero identifica-dos con el sistema.

Por supuesto que muchos intelectuales y activistas sociales llegaron de buena fe a este acontecimiento, pues aquellas posiciones coincidían frecuentemente con sus mismas banderas, aunque enarboladas por mo-tivaciones, objetivos e intereses diferentes. Es así que desde el seno de los ONG se han destacado y han sur-gido muchos militantes de todas las causas justas, ha-bidas y por haber. Y no dudamos de su buena intención y de sus motivaciones de constituirse en entes autóno-mos que aspiran a tomar distancia de lo peor del mundo de la política tradicional, pero también del capitalismo. Claro está que tal autonomía no ha sido fácil, sobre todo por el masivo apoyo financiero y muchas veces condi-cionado por la cooperación internacional.

En este contexto y a medida que se desenmasca-raba la pretendida y modernizante agenda neolibe-ral, los espacios públicos, los discursos, los recursos y la clientela, fueron disputados entre los partidos políticos, los ONG más distanciados de la izquierda y los movimientos sociales. En un primer momento los ONG lograron aislar a los movimientos sociales o enfrentarlos a los partidos políticos que criticaban al neoliberalismo; en un segundo momento los movi-mientos sociales decidieron aliarse con los partidos políticos de izquierda.

Hoy en día, una vez que el socialismo, el naciona-lismo radical y las viejas conquistas del estado liberal o del estado de bienestar han sido desplazados de la agenda y de la realidad nacional e internacional, la crí-tica y la denuncia del neoliberalismo ha comenzado a cobrar beligerancia. Muchos intelectuales, embarca-dos ingenuamente en el proyecto de la globalización y el neoliberalismo, han comenzado a regresar al redil de las luchas sociales; por su lado, las organizaciones de la izquierda convencional, más vencida que con-vencida, comenzó a incursionar con buen éxito en la democracia representativa.

La sociedad civilPara los ONG más ideologizados contra la izquierda

tradicional, la sociedad civil no es más que la oposi-ción de los buenos ciudadanos contra los malos fun-cionarios. En otras palabras, la sociedad civil ha sido concebida como el nicho para legitimar una oposición aparentemente no política contra los gobiernos llama-dos ilegítimos, no importando que su legalidad esté haya sido refrendada por una mayoría electoral. Opo-nerse al gobierno contribuiría así a disipar al Estado, y criticar los efectos del sistema permitiría legitimar al mismo sistema. En fin, toda una catarsis que ha per-mitido el debilitamiento de la soberanía nacional, ha facilitado los estragos de la globalización y ha contri-buido grandemente con el desprestigio de la izquierda tradicional y de cualquier pretensión socialista.

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Para los grandes analistas, el ámbito de la sociedad civil es el ámbito del mercado; así fue para Hegel, para Marx, pero también para el gran neoliberal Friedrich Von Hayek, economista austríaco, independiente-mente que cada uno guardara un propósito propio frente a la misma. Para Marx, la sociedad civil –o lo que es lo mismo, el mercado– debe desaparecer, mientras que para Hayek o para los neoliberales, la sociedad ci-vil o el mercado tiene que prevalecer, incluso sustituir al propio Estado. No es por casualidad que hoy en día, al menos en Latinoamérica, los empresarios capitalis-tas están cada vez más presentes en cuerpo y alma en los foros de la llamada sociedad civil. Por supuesto que es más llamativo y astuto llamarle sociedad civil que llamarle mercado, pero la diferencia no deja de ser de matices ideológicos. Tampoco es casualidad que en-tre los primeros asistentes al bautizo de la economía social hayan estado algunos ONG y algunos empresa-rios, bajo la expresión de la llamada Responsabilidad Social Empresarial.

Al interior del marxismo, sin embargo, existe otro ángulo o enfoque sobre el concepto de sociedad civil, referida a la disputa por la hegemonía. Para un mar-xista como Lenin, la hegemonía o control social debe recaer en los aparatos políticos de Estado, es decir, en la sociedad política o mundo de la coerción y de la ley; mientras que para otro marxista como fue Gramsci, la hegemonía debería referirse y recaer en la "orienta-ción intelectual y moral de la sociedad", es decir, en la

sociedad civil o mundo del consenso disputado ideoló-gicamente. Para Gramsci el Estado es igual a Sociedad Política + Sociedad Civil. Un neoliberalismo más fino diría Sector Público + Sector Privado.

En otras palabras y para disculparme de la aparen-te confusión, Mercado, Sociedad Civil, Sector Privado (entiéndase capitalista), convergen en un mismo espa-cio donde pacíficamente se ventilaría la competencia no solamente en el mundo mercantil de los valores (materiales), sino también en el mundo cultural de los valores (ideológicos). Para Gramsci, junto a las luchas por el poder político habría que conceder un papel muy importante a las luchas anti hegemónicas.

El filósofo marxista francés Louis Althusser, hacía la diferencia entre aparatos políticos de estado (ámbito coercitivo de la ley) y aparatos ideológicos del estado (ámbito pactado o consensuado de la opinión públi-ca), ambos utilizados por todo Estado, entendiendo el Estado como el ámbito del pacto social del sistema. Entre los aparatos ideológicos del Estado, Altousser incluía la familia, la escuela, los medios de comunica-ción; como sabemos, estos últimos han jugado un pa-pel cada vez más beligerante en la lucha ideológica y por lo tanto en la lucha política.

Ninguno de los autores mencionados, la sociedad política o la sociedad civil tiene que ver con sujetos, sino con funciones o formas (coercitivas o persuasivas) del Estado, aunque ejercidas por sujetos, identificados por la función. Un funcionario policía puede reprimir y otro funcionario juez puede administrar justicia; igual-mente, un ciudadano pacífico puede disputarse la opi-nión pública, mientras otro ciudadano puede actuar de la forma más violenta que se conozca; el caso extremo de esto último sería el concepto de guerra civil, referi-da a la guerra entre ciudadanos.

La verdad es que el Estado siempre fue concebido y siempre actuó simultáneamente como sociedad polí-tica y como sociedad civil, con la fuerza y con la astucia (decía Nicolás Maquiavelo), con la espada y la acultu-ración (Conquista y colonización); incluso al interior de la primera sociedad civil conocida en occidente (la iglesia católica), también se recurrió simultáneamente a los aparatos coercitivos (la Inquisición) y a los apara-tos ideológicos (la evangelización).

A inicios del presente siglo, los aparatos del imperio se cansaron de ofrecernos el consenso de Washington y se decidieron a imponernos la fuerza. Una vez debilita-do el mundo alternativo, la sociedad política vuelve so-bre sus fueros y arremete con toda la furia militar. Pos-teriormente, una vez que los millones de desocupados y empobrecidos del sistema han sido desarmados, se les ofreció una nueva ilusión: convertirse en empresarios, pero a nivel microeconómico, es decir, en microempre-sarios, en un mundo donde sólo sobreviven los grandes

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empresarios y las corporaciones financieras, y a quienes pocas veces se les alude a la hora de hacer los inventa-rios de los desastres sociales y naturales. Algunos hace-dores de opinión, más cínicos, presentaron la muerte de la naturaleza y de millones de asesinados como daños colaterales de sus tropelías.

Hoy en día, algunos líderes políticos y sociales, así como algunos intelectuales o funcionarios de la coo-peración internacional, incluso desde el seno de los organismos multilaterales, incapacitados para cam-biar las reglas del juego del desarrollo, se dedicaron a cambiar el nombre o al menos el apellido. Hasta hace poco, nos ofrecieron un desarrollo con rostro humano o un desarrollo sostenible. Hoy se atreven a ofrecernos un contrasentido mayor y nos sugieren un capitalismo inclusivo, sobre todo después de las recurrentes crisis ecológicas, financieras y militares protagonizadas por el capital financiero-especulativo y por el propio impe-rio militar occidental.

Junto a los ONG y a la sociedad civil, la agenda de la cooperación internacional y otras corrientes nos ha ofrecido otro concepto: el de economía social o econo-mía social solidaria. Un concepto que, como ya mencio-namos, se emparenta con la vieja corriente asociacio-nista posterior a la revolución francesa. Por supuesto que los desempleados empobrecidos no esperaron orientación alguna para sobrevivir y se pusieron a pro-ducir y a incursionar en los pequeños negocios, lo que ha generado –particularmente en los países más empo-brecidos– toda una economía de sobrevivencia, la que para algunos aparece como el principal sujeto alrededor del cual giraría la economía social.

Sin hacer de la necesidad una virtud, pero tampoco huyendo de la realidad realmente existente, por muy dura que sea, pretendemos analizar las posibilidades que tiene la economía popular para convertirse en una economía social con identidad propia.

La Economía SocialSuele suceder que quien bautiza, nombra o define

primero a la criatura, se queda muchas veces con la identidad del sujeto, identidad que está siendo dispu-tada por muchas corrientes de pensamiento.

Ciertamente, en principio, toda economía donde reina la división del trabajo es social, incluida la econo-mía de mercado capitalista, porque en la producción de mercancías participan miles de productores, aun-que aislados, con el objetivo común de que aquellas mercancías lleguen al mercado, para lo cual además se necesita el concurso de comerciantes, transportistas, prestamistas, entre otros.

A pesar de lo dicho, creo que todavía hay espacio para conceder al concepto de economía social al-guna especificidad, que corresponda con su origen

asociacionista del trabajo, enarbolada hace un par de siglos contra el capitalismo naciente y sus efec-tos, y hoy retomada desde distintas posiciones polí-ticas. Desde este punto de vista, lo social abarcaba al menos tres contenidos:

a) El compromiso del gobierno o de la sociedad para con la pobreza, la desigualdad, la explotación, la mar-ginación, hoy con la exclusión y la discriminación, a fin de compensar los daños del sistema capitalista.

b) Al mismo tiempo, lo social a los intereses comu-nes, a los derechos (propiedad, seguridad, protección social, participación democrática) de diferentes cate-gorías de ciudadanos.

c) Finalmente, pero no menos importante, sino más bien lo medular del asociacionismo anticapitalista, lo social aludía a compartir con el capital o a desplazarlo de la posesión, la propiedad, la gestión, los exceden-tes, por parte de asociaciones de obreros, campesinos o pequeños productores, consumidores y pobladores en general. Esta parte es la más revolucionaria de lo social y comparte con el Estado la opción frente al sec-tor privado capitalista, incluso en relación al sector pri-vado individual mercantil, es decir, no capitalista.

Ahora vamos a desglosar un poco algunos de aque-llos aspectos con el fin de precisar más el sentido de lo social en general, teniendo que referirnos a los suje-tos, a la forma y a la función.

Los sujetosUn viejo sujeto y quizás el mejor ejemplo de lo que

es la economía social, sería la familia, célula plural o colectiva, donde reinan las relaciones económicas de cooperación y solidaridad, sobre todo por parte de la mujer. La familia es un ámbito donde el mercado no ha logrado entrar totalmente, aunque lo hace de ma-nera indirecta a través del salario y su milagrosa repro-ducción al interior de la familia, siempre a causa del trabajo gratuito y desinteresado de la mujer. Hay que decir, sin embargo, que hacia afuera la familia es una célula económica individual compitiendo en el merca-do como cualquier otra unidad económica particular. Claro que la familia es más que eso. Es la primera cé-lula socio-económica que produce y reproduce a los ciudadanos-trabajadores, material e ideológicamente hablando, sin la cual todo el sistema económico capi-talista se derrumbaría.

Otro sujeto de la economía social sería la comuni-dad, sobre todo la indígena, poseedora de bienes co-munes, tales como sitios de pastoreo, bosques, terri-torios, cultura, etc.

Otro sería la propia sociedad dentro de una econo-mía de mercado.

En este caso, cabría recordar la diferencia que la so-ciología apunta cuando se refiere a la comunidad y a la

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sociedad. La comunidad se caracteriza por relaciones basadas en los valores de convivencia. La sociedad en cambio está basada en los valores de cambio, es decir, en las relaciones mercantiles y por tanto en criterios de contratos y competencias, relevando y valorando la confianza mutua que debe regir entre los contratantes del mercado. En el mercado todo mundo trabaja para todo mundo, aunque en los intercambios unos se en-riquecen y otros se empobrecen. En otras palabras, lo social mercantil aplica a la producción, pero no a la dis-tribución, la que sigue siendo más privada que social.

Ahora bien, si de economía se trata, tenemos que hablar de un conjunto de unidades económicas. Si aludimos a la economía de mercado o a la economía capitalista, nos referimos a comerciantes y a empre-sarios. Si aludimos a la economía campesina o a cual-quier otra entidad mercantil simple o trabajadores por cuenta propia, pensamos en un conjunto de unidades económicas familiares que producen, comercializan o prestan algún servicio en el mercado.

Lo social no solo alude a los intereses comunes o colectivos, sino también al bienestar de los grupos marginados, mayorías o minorías, que por lo general coincide con los sectores más excluidos o segrega-dos, explotados u oprimidos de todo sistema social. Situados en el mundo en el cual vivimos, donde toda ecuación alude al capital y al trabajo, la economía so-cial correspondería al mundo del trabajo. Pero en el mundo del trabajo están los trabajadores asalariados, los trabajadores-productores no asalariados, los pe-queños comerciantes.

Dicho esto, la economía social estaría compuesta por un conjunto de trabajadores o pequeños pro-ductores asociados, donde cabrían todos los que gi-ran alrededor del mundo del trabajo y no del capital ni del gobierno. Aquí no cabrían, estrictamente, los

trabajadores asalariados o los pequeños producto-res mientras no estén asociados y disputándole al capital la hegemonía en la gestión de la riqueza. Tampoco cabrían las empresas capitalistas por muy asociadas que estén, como es el caso de las socie-dades anónimas, aunque tengan millones de socios, pues siguen regidas por las relaciones capitalistas bajo la división entre el capital y el trabajo.

Mientras más mayoritario es el colectivo de tra-bajadores o productores directos, más democrática-mente gestione los medios económicos y más bien-estar consiga para sus miembros, más cercano estará del contenido, la forma y la función de una economía social asociativa. La organización o mediación entre la teoría (proyecto) y la práctica (acciones estratégi-cas), sigue siendo el principal patrimonio de una eco-nomía. No es por casualidad que los empresarios se organizaron en sociedades anónimas y en cámaras empresariales, o que los trabajadores se organizaron en sindicatos y en sociedades laborales autogestio-narias, o que los pequeños productores o pobladores se organizaron en cooperativas de producción, aho-rro y crédito, servicios en general.

Gestión colectivaLa economía social alude, no solamente al patrimo-

nio, sino a la gestión colectiva como forma de adminis-trar lo común, independientemente de que la propie-dad o la actividad sean colectivas. Es así que cualquier economía, empresarial, estatal o asociativa será más social si está gestionada democráticamente, cosa difícil desde el momento en que la producción se ha desvinculado del crédito y la propiedad se ha desvin-culado de la gestión. Hay empresarios que pueden ad-ministrar una empresa recurriendo al crédito, aunque no tengan la propiedad. Hay administradores de em-presas públicas o privadas, empresas autogestionarias de trabajadores o cooperativas de pequeños produc-tores que deciden el destino de los excedentes, sean propietarios o no de medios o acciones.

Por extensión, la economía social apela igualmente a los derechos sociales en general, reivindicados por el pueblo, en tanto que el gran sujeto económico común, es decir, por el común de los pobladores, los que se-rán mejor defendidos en forma colectiva, organizada y asociada. Y cuando hablamos de derechos estamos hablando de igualdad de oportunidades, lo que no ex-cluye los deberes para con la comunidad. Es así que la economía social ha sido un concepto que ha dado cabida a un sinnúmero de derechos y reivindicaciones que aluden a los intereses de grupos más o menos ma-yoritarios o minoritarios, pudiendo ser una pequeña etnia o la humanidad entera las que aparecen como tales en el momento que reclaman derechos en contra

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de acciones de otros sujetos, instituciones o sistemas, que ponen en peligro su identidad o integridad. Ejem-plo de un gran interés colectivo sería la salvación del planeta, la lucha contra la corrupción gubernamental, la exclusión de millones de desempleados, la sobera-nía nacional pisoteada por las exacciones del imperia-lismo, etc.

Resumiendo: la economía social alude a los intere-ses comunes del trabajo y no del capital, al bienestar y los derechos de la población, a los colectivos de tra-bajadores o productores directos, poseyendo y ges-tionando democráticamente los recursos y los exce-dentes. Por extensión, la economía social se ha venido extendiendo a formas de redes económicas y de servi-cios múltiples en muchos campos de la vida diaria, cu-briendo la promoción de valores solidarios, discursos a favor de la justicia social, gestión de políticas públicas, organizando, concientizando y movilizando a actores colectivos de la sociedad, etc.

Antes de continuar quisiéramos hacer una aclara-ción respecto a la acumulación o reinversión de los excedentes. En la economía capitalista la acumula-ción es un fin en sí mismo, mientras que en la econo-mía social o socialista la acumulación es un medio, cuyo fin es el bienestar de la colectividad. En otras palabras, cuando decimos que la economía social no tiene fines de lucro, no queremos decir, que en el marco de la economía de mercado las unidades eco-nómicas de la economía de mercado no tienen que ocuparse de obtener excedentes. Cuando decimos lucro estamos refiriéndonos a la ganancia a costa del trabajo ajeno, a la plusvalía producida a través de la explotación, pero sobre todo consumida (productiva-mente) en función del capital, es decir, de la valoriza-ción o acumulación indefinida.

¿Cuáles serían las unidades económicas de la econo-mía social, desde la tradición asociacionista y anticapi-talista o no capitalista, aparte del Estado?

Desde los países del sur o desde el seno de la izquier-da apareció el apelativo de economía popular y sobre la cual encontramos la posibilidad de construir la eco-nomía social propiamente dicha. La economía popular está compuesta por pequeñas y marginadas unidades económicas (familias, productores, comerciantes, ar-tesanos, consumidores), cuyos ingresos provienen del trabajo familiar o personal y que en algunos países son responsables de la mayor parte del abastecimiento de bienes y servicios del país.

Situados en este universo, la economía social es la economía popular asociada y gestionada alrededor de los intereses y formas colectivas conformada por sus miembros. Si bien es cierto que los pequeños produc-tores constituyen una clase mayoritaria, y por lo tanto cumplen con el criterio de lo social, en la medida en

que sus componentes son individuos dispersos y no están organizados ni asociados, no pasarán de ser par-te de una especie de capitalismo popular, obligados a competir entre sí y a permanecer subordinados a la hegemonía del capital. Perfectamente pueden funcio-nar dentro de una especie de capitalismo popular, so-metidos a la competencia y a la diferenciación social.

Vorágine neoliberalDespués de la llamada implosión socialista, el capi-

talismo-imperialismo pasó a la ofensiva y desató una serie de medidas llamadas de ajuste estructural, por medio de las cuales hizo retroceder a las sociedades a etapas pre-liberales. Se privatizaron las empresas públicas, se desmantelaron las fronteras arancelarias y se confiscaron las conquistas sociales de los traba-jadores. En algunos países revolucionarios la rever-sión fue en gran escala y catastrófica, puesto que las economías de mercado revirtieron completamente los procesos socialistas bajo la forma de una contra-rrevolución. En otras palabras, podemos decir que el neoliberalismo golpeó a las revoluciones triunfantes y a los regímenes liberales que concedían un papel im-portante a la república.

El capitalismo fue llamado por los propios libera-les como capitalismo salvaje, donde cunde el des-empleo, la exclusión del trabajo y la concentración de los capitales. Burguesías locales y trabajadores han sido enviados igualmente al desempleo y a la precariedad, no solamente en el Tercer Mundo, sino también en los países europeos, tal como lo previó el análisis del Manifiesto Comunista redactado en 1848 por Carlos Marx y Federico Engels.

Ante el brutal desempleo, millones de trabajado-res se convirtieron en trabajadores por cuenta propia. Por otro lado, miles de pequeños y medianos empre-sarios prefirieron salirse de la producción y pasarse al comercio, donde al menos, si no se gana no se pier-de. Este abandono de los procesos productivos, por parte de muchos empresarios quebrados, también ha contribuido a que dichos procesos sean asumidos por pequeños productores; aumentando así el número de trabajadores por cuenta propia.

Nace así una masiva economía popular compuesta de campesinos, artesanos, pescadores, pequeños ta-lleres, transportistas, pescadores y pequeños comer-ciantes. El pueblo se convierte no solamente en el sector explotado y marginado, sino en una verdadera alianza de sectores amparados de segmentos signifi-cativos, aunque empobrecidos, de la economía.

Uno de los rasgos de esta economía popular-social es haber emprendido por su propia cuenta dos políticas económicas de sobrevivencia: la migración a la ciudad y hacia el extranjero, y el trabajo por cuenta propia.

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La economía popular estaría compuesta por peque-ños productores individuales. Ahora bien, a pesar de haberse posicionado de gran parte de los medios de producción y de una parte significativa de la produc-ción misma, estos sectores individuales siguen empo-brecidos, precisamente porque los eslabones superio-res de la cadena de valor, lugar donde se captan los excedentes, siguen en manos del capital mediano y grande. Tienen en común con los trabajadores asala-riados el de ser explotados, aunque indirectamente, a través del mercado. Es decir, son productores de plus-valía, por lo cual nosotros los hemos llamado el pro-letariado por cuenta propia. Una parte del tiempo o de la producción la dedican a reproducirse, el resto es trabajo que aportan al mercado en forma de exceden-te que será apropiado por otros a través del mercado. Las unidades económicas de la economía popular (tra-bajadores, comerciantes o productores) son un sector que se esfuerza por sobrevivir en el mercado.

En medio del empobrecimiento, estos trabajado-res-productores o trabajadores por cuenta propia han venido asociándose, escalando formas mayores de integración social y económica, movilizándose para presionar a sus gobiernos para que éstos emprendan políticas sociales y económicas a su favor. Nace así otro sector de la economía, la economía social propia-mente dicha: el sector cooperativo, asociativo, auto-gestionario y comunitario. Cuando los productores-trabajadores de la economía popular, se organizan, no solamente socialmente, sino económica y política-mente, es el momento en que comienza a tomar for-ma la economía social.

Las unidades asociativas y auto-gestionadas de la economía social luchan por el bienestar y disputan re-cursos al capital y presupuesto a los gobiernos; no es, pues, un sector empresarial, no es un sector estatal, tampoco son trabajadores individuales, sino que son trabajadores-productores, empresas cooperativas, obrero-autogestionaria o comunitarias, que luchan a través de la asociatividad y la integración económica por recuperar los excedentes que el mercado les arre-bata a través de la circulación o el intercambio.

¿Tercer sector de la economía?Hoy en día, la economía social es reclamada desde

los movimientos sociales más radicales hasta los más conservadores, desde los empresarios hasta los go-biernos, desde las instituciones internacionales hasta la cooperación internacional, desde los neoliberales hasta las organizaciones anti-capitalistas o anti-sistémicas, desde los socialistas libertarios hasta los socialdemó-cratas. Y esto es así, porque este concepto como otros que son ofrecidos en el mercado o en las lucha de las ideas o en las luchas de clases, una vez que adquieren

notoriedad, prestigio o legitimidad, empiezan a ser dis-putados en su significado u objetivos y a ser utilizado a favor de aquellos intereses de quienes lo enarbolan.

Estamos de acuerdo que la empresa estatal, ahí don-de existe, es un sector propio de la economía. Estamos de acuerdo que la empresa privada capitalista es otro sector. Decimos que la economía popular o producción mercantil simple, es otro sector diferente tanto de las empresas estatales como de las empresas capitalistas.

Entonces, estaríamos hablando de tres sectores, en cuyo caso no podríamos hablar de la economía social como el tercer sector de la economía, pues con ella tendríamos cuatro sectores. Pero eso no es lo más sustantivo. El problema aparece cuando no solamente decimos que es un tercer sector, sino que es el sector social por excelencia, y dejamos por fuera el aspecto más social que existe en toda economía o la sociedad, como es el sector público. Entonces, las cosas se nos complican un poco más. Pero antes de continuar ha-blando del sector público como el sector por antono-masia de la economía social, veamos de dónde pro-viene eso de tercer sector, por lo cual, los invitaría a reconocer o recordar algunos antecedentes.

En primer lugar, el tercer sector se emparenta con el "tercer estado" o estado llano, que existía en la Europa feudal, previa a la revolución francesa, jun-to con otros dos estamentos. Durante la revolución francesa, la multitud, el común, el pueblo, que no gozaba de los privilegios de los estamentos privile-giados como eran la nobleza o el clero, formaba par-te con los anteriores de una especie de parlamento que el rey convocaba cuando así lo decidía, donde se votaba por estamento y no por representatividad poblacional. El sector más fuerte de este tercer esta-do estaba compuesto por los grandes comerciantes o burguesía de la época, además del 90% de los po-bladores de Francia, entre los que estaban los pobres de la ciudad y del campo, así como los intelectuales o notables pertenecientes a las llamadas profesiones li-berales que vivían en la ciudad. Durante la revolución francesa de 1789, aprovechando una convocatoria del rey, el tercer estado convoca por su cuenta y confor-ma la Asamblea Nacional Constituyente, aprobando la famosa Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano. Como sabemos, en el tercer estado quedó como clase dominante la burguesía, forjadora del sistema capitalista y hoy convertida en la primera fuerza económica a nivel local y mundial.

En segundo lugar, el término de tercer sector se emparenta con lo que un demógrafo francés, llama-do Alfred Sauvy, haciéndose eco de la experiencia del tercer estado de la revolución francesa, denomina tercer mundo a los países que no eran ni capitalistas industrializados ni socialistas. La verdad es que en la

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realidad el tercer mundo no dejaba de ser y pertene-cer al mundo capitalista, aunque subdesarrollado, como se señaló en su momento.

Nosotros mismos, durante la insurrección sandinista, tomando en cuenta la fuerza beligerante de los jóvenes y estudiantes, los llamamos la tercera fuerza de la revo-lución, para diferenciarlos de los obreros y los campesi-nos. Hoy tendríamos que incluir como otras tantas fuer-zas sociales a otras tantas categorías que han venido asumiendo reivindicaciones y enarbolando derechos.

Volviendo a la economía social, propuesta como el tercer sector de la economía, decíamos que no podría arrogarse el apelativo exclusivo de lo social, peor aún si se deja por fuera lo que consideramos el más social de todos los sectores de la economía como es el sector público, compuesto no solamente por las empresas estatales, sino sobre todo por el presupuesto nacio-nal o municipal. El sector púbico, no solamente es el sector más representativo de la sociedad, sino que su patrimonio, aunque no siempre su gestión, pertenece a toda la nación. En otras palabras, no hay más sector social que el sector público, mucho mejor si se acom-paña de una gestión participativa en la administración o gestión de su presupuesto.

La economía social estaría compuesta, entonces, por una economía social-pública y una economía so-cial privada-colectiva; a esta última la denominamos así para diferenciarla tanto del sector público, como del sector privado individual, sea este último capitalis-ta o simplemente popular-mercantil. La economía so-cial sería, pues, parte del sector social de la economía, pero no el único sector social.

Privada pero no capitalistaEn este sentido, la economía social a la que se re-

fieren quienes hablan de tercer sector de la economía y de acuerdo a la forma en que nosotros mismos la caracterizamos (privada-colectiva), no sería ni públi-ca (aunque sea parcialmente colectiva), ni privada in-dividual (aunque popular por su origen), sino todo lo contrario, aunque esta última frase suene a una bro-ma popular. Decimos que no es pública, aunque si co-lectiva, sino todo lo contario, porque su patrimonio pertenece es privativo de un grupo particular, como es el caso de una cooperativa o de una empresa au-togestionaria. Decimos que no es privada-capitalista, sino todo lo contrario, porque pertenece al mundo del trabajo. La economía social es privada-colectiva y mercantil, pero no capitalista; sus miembros no explotan a nadie y tampoco son explotados directa-mente por nadie, salvo a través del mercado, como lo dijimos anteriormente.

Entre quienes quieren distanciarse del sector públi-co, están aquellos que niegan toda participación del

Estado en la propiedad de los medios de producción, en primer lugar las corporaciones internacionales y también por los "notables" nacionales o internacio-nales que no resisten que los funciones del gobierno u otras instituciones públicas, les disputen protago-nismo en la vida pública; los neoliberales que quieren desaparecer toda cosa pública; los activistas sociales que defienden frente a los gobiernos nacionales o mu-nicipales, una mayor participación en los asuntos pú-blicos; los que quieren mostrar distancia frente a los abusos de los gobiernos de turno, sobre todo los que son reprimidos por las fuerzas del llamado orden pú-blico, entre otros.

Entre quienes quieren tomar distancia del sector privado capitalista, están los sectores organizados de la llamada economía popular, es decir, los pequeños productores, los pequeños comerciantes, los peque-ños artesanos, los pequeños pescadores, los pueblos indígenas y comunidades étnicas, los consumidores barriales, los ecologistas que combaten la depreda-ción empresarial de la naturaleza, los movimientos sociales, los que proponen un socialismo comunitario y democrático.

Entre los que quieren tomar distancia de la econo-mía popular están los que siguen creyendo que la pe-queña producción mercantil simple está destinada a desaparecer, a favor de una proletarización generali-zada, como pensaba Marx; los socialistas que no acep-tan otro socialismo que no sea el socialismo de Estado; los que quieren advertir que la economía popular no es ajena ni está vacunada contra el capitalismo popular.

En rigor, entonces, la economía social estaría com-puesta por el sector público más las asociaciones de productores y demás colectivos gestionados demo-cráticamente. En términos de modelo, es decir, ha-blando de una socialización generalizada, estaríamos en presencia de un socialismo mixto, donde se combi-nan las empresas públicas, las empresas obreras o de

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pobladores autogestionarias, las cooperativas de pro-ductores, comerciantes o consumidores.

En conclusión, preferimos decir que la economía social (privada-colectiva), es decir, los sectores po-pulares asociados, cabalgan a caballo entre el sector privado no capitalista, aunque todavía mercantilizado, y el sector público capitalista o socialista. Su ventaja está en que son unidades asociadas y en que están en mejor condición que los trabajadores individuales para defender, demandar o cogestionar el beneficio de las políticas sociales y económicas del sector público, ya sean en los beneficios o excedentes como en la gestión o administración de los mismos, tanto para ellos como para el resto de unidades económicas individuales de la economía popular o de los pobladores en general.

Por supuesto, los sectores populares asociados es-tarían mejor si cogestionan el poder político y –como la economía empresarial capitalista– son capaces por tanto para formular y determinar las políticas públicas a favor de sus intereses; cosa que pueden hacer desde la oposición, en alianza con los movimientos sociales o directamente formando parte del poder político.

Con las instituciones públicas gestionadas por go-biernos a favor de la soberanía nacional o cuyos pro-gramas giran alrededor de los intereses públicos, como es el caso de algunos gobiernos latinoamericanos, lo social ha salido mucho más favorecido. Comparemos, por ejemplo, lo que los movimientos sociales consi-guieron estando en la oposición –como fue el caso del Movimiento Al Socialismo (MAS) en Bolivia– con los resultados cuando este mismo movimiento se decidió a conformarse como partido político y ampararse del gobierno boliviano, momento en el cual los ingresos del país y para los sectores populares e indígenas han

salido mucho más favorecidos, en términos de alfabe-tización, vacunación, operaciones de la vista, educa-ción, protección social en general. Esto no quiere decir que los ONG o cualquier otro organismo que se recla-men de la sociedad civil o los movimientos sociales en general, no deban seguir actuando por su cuenta y cri-ticando todo lo que haya que criticar sobre la gestión social del sector público gubernamental. Ahora bien, un sector público deviene más social en la medida que más orientado esté hacia los sectores mayoritarios de la población, a la economía popular y a los pequeños sectores asociados de los pequeños productores o cooperativas orientadas por el trabajo.

Socialismo y Economía SocialOtro punto de discusión, aunque aparezca menos en

la agenda del debate actual sobre la economía social, es la apuesta al socialismo. Afirmar que la economía social corresponde al tercer sector de la economía, por diferenciarse del capitalismo y del socialismo, tiene dos inconvenientes. El primero es que pareciera que ya nos separamos del capitalismo, cuando en realidad las unidades económicas colectivas son todavía par-tes del mercado y son influenciadas por el mercado. El segundo es pensar que aparecen como diferentes y superiores al socialismo, con lo cual nos alejamos de un verdadero análisis estratégico.

La verdad es que una economía social, desprovista del sector público, sería algo así como una especie de micro-socialismo, como el que priva en la familia, pero dentro de una economía de mercado. Por el contra-rio, articulada a las políticas públicas o a un régimen pos-capitalista, tiene muchas más facilidades de supe-rar sus propias contradicciones y limitaciones. Igual-mente, un régimen socialista tiene más facilidades de avanzar y afianzarse si combina la propiedad y la gestión estatal con la posesión y la gestión de un con-junto de unidades económicas asociativas. Una rica experiencia de este socialismo mixto sería el régimen socialista autogestionario que funcionó en Yugoslavia y que fue aplastado por las fuerzas del capitalismo eu-ropeo-estadounidense.

Veamos, antes de avanzar en esta combinación de economía social asociativa y régimen socialista, los antecedentes del socialismo como pensamiento y como experiencia histórica.

El socialismo nace como pensamiento en el siglo XIX y como modelo político, social y económico en el siglo XX. El origen del socialismo aparece como una defensa de los trabajadores fabriles y obreros frente a la explo-tación del capitalismo industrial europeo. Han pasado dos siglos de debates y luchas en los cuales se enfren-tan dos clases sociales, dos concepciones del mundo, dos modelos, dos proyectos, en fin, dos estrategias de

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lucha, ambos alineados alrededor del capitalismo o del socialismo; el capitalismo defendiendo al capital y el so-cialismo defendiendo a los trabajadores.

En un primer momento, el socialismo nace como una lucha de la clase obrera contra la explotación capitalista al interior de las fábricas y de los estados nacionales. En un segundo momento, cuando el capi-talismo se desarrolla como imperialismo, el socialismo incorpora las luchas por la liberación nacional de los pueblos del llamado tercer mundo contra el imperia-lismo, donde se incluyen tanto a los obreros, como a los países y pueblos empobrecidos. Es así que la con-tradicción y los conflictos se desarrollan no solamente como una lucha entre la clase obrera y la clase patro-nal al interior de los países, sino como una lucha entre la soberanía nacional de la mayoría de las naciones empobrecidas y subordinadas al mercado capitalista mundial y los poderes metropolitanos de las naciones imperialistas. Es por eso que nosotros hemos señalado en otros trabajos, que las naciones del tercer mundo o de los pequeños países periféricos se comportan en el marco mundial como naciones proletarizadas frente el capital monopólico y transnacional del capitalismo central-occidental.

Estatización y colectivizaciónA partir de 1917, es decir, a partir de la revolución

rusa-soviética, el socialismo adquiere estatus insti-tucional, basado en la estatización de los medios de producción, donde los obreros son asalariados del go-bierno y los campesinos son conminados, persuadidos o presionados a cooperativizarse. En síntesis, el capi-tal estatal, las cooperativas de producción y un estado planificador, formaron las tres instituciones encarga-das de desarrollar una producción colectiva en función de los intereses de los trabajadores y de la sociedad en su conjunto. Este modelo soviético fue imitado, más o menos, en el resto de países socialistas en Europa, Asia, África y América Latina.

En los países socialistas más avanzados, los em-presarios privados desaparecieron. Podemos afir-mar, sin lugar a equivocarnos, que desde el punto de vista de la acumulación y del bienestar social del pueblo en general, el socialismo fue un rotundo éxi-to, como lo demuestran en un primer momento la Unión Soviética y en un segundo momento China, aunque este país, combinando la propiedad esta-tal con la propiedad privada, alcanzaron en treinta años el peso económico que la mayoría de los países europeos habían alcanzado en más de doscientos años. Ciertamente que tal nivel de acumulación se hizo en gran parte a costa de la explotación del cam-pesinado, aunque nada comparable a los procesos de esclavitud y servidumbre a que fueron sometidos

decenas de millones de esclavos y poblaciones au-tóctonas en todo el tercer mundo, a manos de los gobiernos y empresas capitalistas occidentales.

Nacía así un régimen de producción alternativo al ca-pitalismo, al menos en una tercera parte de los habitan-tes inquilinos de nuestro planeta. Sin embargo, en parte como producto de la competencia de los países socialis-tas con los países capitalistas y sobre todo con el impe-rialismo occidental, Europeo y Estadounidense, pero en parte también por la conculcación de las libertades políti-cas a que fue sometido el pueblo en los países socialistas, el socialismo implosionó y el mismo tuvo que retroceder a la llamada economía de mercado capitalista.

Socialismo en el tercer mundoPor su parte, en aquellos países escasamente in-

dustrializados, sobre todo en el tercer mundo, con una clase obrera minoritaria que apenas llega al 40%, se reproduce una gran masa empobrecida de des-empleados, semi-empleados, pequeños productores mercantiles (campesinos, artesanos y pescadores), tanto en el campo, la ciudad o en las costas maríti-mas. A la vieja clase obrera se suman otras clases y categorías sociales, conformándose como pueblo. El pueblo sería o correspondería, sociológicamente ha-blando, a la alianza de todas las clases explotadas y marginadas por el capital, el estado capitalista y las metrópolis imperialistas. En otras palabras, el pueblo aparece como una gran clase mayoritaria y empobre-cida, enriqueciendo en la lucha y en la confrontación al limitado concepto de clase social, lo que tendrá una gran importancia política. Aunque hoy en día está más de moda hablar de la sociedad civil que del pueblo o que de los movimientos sociales, las clases sociales no han dejado de existir, aunque su presen-cia y promoción avance más por el lado del capital que del trabajo.

La disputa entre el proyecto capitalista y el proyec-to socialista, no estuvo limitada a una lucha entre los sindicatos obreros y los patronos, en tanto que disputa entre el salario y la ganancia, sino que incluía la lucha de los campesinos por la tierra, los pobladores contra el desempleo y el alza de la vida, en fin, un sinnúmero de reivindicaciones contra lo que aparecía como la in-justicia social del sistema capitalista.

Con el tiempo, las disputas sociales parciales se fue-ron politizando y las mismas se convirtieron en dispu-tas por la orientación de la sociedad, incluyendo las políticas públicas, la promulgación de leyes, los apa-ratos de Estado y la gestión misma del capital social. Posteriormente, nuevos sujetos sociales o económi-cos, nuevas categorías y nuevos movimientos sociales fueron poblando la arena política, entre ellos las muje-res y sus luchas contra la discriminación, la batalla de

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los migrantes contra una legalidad que los excluye, la contienda de los ecologistas, la lucha de los pueblos indígenas por su autodeterminación, la de las comuni-dades barriales por mejorar su nivel de vida, la disputa por la diversidad sexual, la lucha de las comunidades cristianas de base contra el aparato dogmático y con-servador de las iglesias, la batalla por la soberanía na-cional contra el imperialismo..

El marxismo, en tanto que el pensamiento más avanzado del socialismo, suponía que el resto de categorías sociales, campesinos o artesanos, estaba dispuesto a desaparecer, dejando enfrentados sola-mente a los empresarios y a los obreros industriales. Como sabemos, tal cosa no ha sucedido en la mayoría de los países, salvo en las sociedades más industria-lizadas del capitalismo. Incluso, podríamos afirmar que en el tercer mundo una gran masa pertenecien-te a lo que nosotros hemos llamado la economía popular, lejos de desaparecer, ha crecido considera-blemente no solamente por procesos reformistas o revolucionarios como la reforma agraria, sino que como producto del gigantesco desempleo generado por la concentración capitalista.

Luchas guerrillerasDurante la primera mitad del siglo pasado aparecie-

ron luchas revolucionarias que en nombre del pueblo y con apoyo del pueblo se propusieron la toma del poder por las armas, que no pasaron de guerrillas que fraca-saron en derrotar a los ejércitos bien entrenados por el imperialismo estadounidense. En el caso de América Latina, salvo Cuba y Nicaragua, los movimientos po-líticos de izquierda no lograron triunfar por la vía ar-mada. Sin embargo, aquellas luchas no fueron en vano y contribuyeron grandemente a desplazar a las dicta-duras militares del subcontinente (mesoamericano-caribeño-sudamericano) y a democratizar la sociedad a tal nivel que los antiguos guerrilleros se convirtieron en partidos políticos y hoy en día gobiernan muchos países latinoamericanos. Posteriormente, las organi-zaciones políticas de la izquierda convencional deci-dieron jugar en el campo de batalla de la democracia representativa con muy buenos resultados.

Hoy en día, las asociaciones populares, tanto en el aspecto económico como en los demás aspecto de la vida en sociedad, aparecen reivindicando un espacio en la socialización. Cuando decimos socialización nos referimos tanto al derecho de las organizaciones de gestionar directamente bienes de capital, como a la gestión asociativa del capital en el seno de las empre-sas privadas y del sector público. Pero también se en-tiende la socialización como la negación o el rechazo a todas las formas de explotación, marginación, exclu-sión y discriminación de la riqueza social.

La agenda de la socialización alcanza a todos las ca-tegorías sociales en los aspectos más diversos de la vida en sociedad. Una socialización que exige una vida cada vez más social, más democrática y más compartida.

Para los clásicos del marxismo (Marx, Engels, Lenin), la socialización de la producción había comenzado con el capitalismo, pero con una contradicción entre la producción y el consumo: producción social y riqueza individual. Cuando aparecen las sociedades anónimas, incluso cuando aparece la estatización de importantes medios de producción, tanto en el capitalismo como en el socialismo de estado, aquellos pensadores y lí-deres sociales y políticos, pioneros del socialismo, pensaron que las sociedades anónimas o lo que ellos llamaron el capitalismo de Estado, no era todavía el socialismo, pero era la antesala del socialismo.

Ahora bien, sabiendo que toda nueva sociedad nace en el seno de la vieja sociedad y que el socialismo sólo podía surgir del capitalismo, más aún, creyendo que mientras más desarrollado un país capitalista, más cer-ca estábamos del socialismo, los clásicos concedieron mucha importancia a las formas asociativas de los pro-ductores agrupados en sindicatos y cooperativas. Para el más lúcido y visionario, Carlos Marx, el proletariado dejaría de existir y se transformaría en un productor co-lectivo, en una federación de productores libremente asociados, en cooperativas de trabajadores, amparados del poder de una federación de comunas gestionadas por la sociedad y al servicio de la sociedad.

En El Crédito en la producción capitalista, capítulo XXVII de tercer tomo de El Capital, escrito por Marx, encontramos un párrafo que resume la importancia que tenían para Marx las cooperativas de trabajado-res, al señalar: "Las fábricas cooperativas de los obreros mismos son, dentro de la forma tradicional, la primera brecha abierta en ella, a pesar de que, donde quiera que existen, su organización presenta, naturalmente, y no puede por menos de presentar, todos los defectos del sistema existente. Pero dentro de estas fábricas apare-ce abolido el antagonismo entre el capital y el trabajo, aunque por el momento, solamente bajo una forma en que los obreros asociados son sus propios capitalistas, es decir, emplean los medios de producción para valori-zar su propio trabajo (…) Las empresas capitalistas por acciones deber ser consideradas, al igual que las fábricas cooperativas, como formas de transición entre el régi-men capitalista de producción y el de producción asocia-da; la única diferencia es que en un caso el antagonismo aparece abolido negativamente, mientras que en el otro caso aparece abolido en sentido positivo".

Como sabemos, ha sido frecuente en los regíme-nes socialistas practicar, aunque en forma muy limi-tada, la cogestión entre los sindicatos y los directivos de empresas estatales, pero sobre todo, fomentar el

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régimen cooperativo entre los pequeños productores o los llamados trabajadores por cuenta propia. Exis-ten dos países, Cuba y Nicaragua, donde el gobierno y las cooperativas practican lo que llaman responsa-bilidad compartida y que enriquecen la experiencia de socialización mixta.

En el mundo capitalista, sobre todo en los llamados estados de bienestar, la práctica cooperativa se ha prac-ticado en múltiples y diversas formas, en la producción, el acopio, el crédito, el procesamiento, el comercio, el transporte, así como en la asociatividad local, regional, nacional e internacional, bajo muchas formas de inte-gración cooperativa. No es despreciable un sinnúmero de cooperativa de consumidores o pobladores que a nivel local gestionan recursos o servicios importantes, como la generación y distribución de energía, alimenta-ción escolar, jornadas de vacunación, entre otras.

Economía social en NicaraguaAugusto C. Sandino, héroe de la lucha por la so-

beranía nacional, General del Ejército Defensor de la Soberanía Nacional durante la ocupación de las tropas yanquis y mentor de la revolución sandinista, tiene una fase célebre que dice: "Yo me inclino por un régimen cooperativo".

La revolución sandinista, a través de la reforma agraria y urbana, a través de la organización militar y social durante los años ochenta, pero sobre todo a raíz de las políticas sociales del Gobierno Sandinista de Reconciliación y Unidad Nacional, ha venido creando un ambiente favorable a la economía social, tanto en sus aspectos asociativos como en cuanto a las políticas públicas a favor de los sectores menos favorecidos.

Efectivamente, durante la insurrección y durante la guerra contrarrevolucionaria, convertida en guerra ci-vil, el pueblo nicaragüense entero tuvo la oportunidad de organizarse y de acceder a la tierra, a los lotes urba-nos y a los pequeños negocios. Al igual que otros paí-ses de orientación socialista, el estado nicaragüense pasó por una fuerte experiencia de economía estatal e igualmente sufrió los embates del neoliberalismo, que estatizó y vulneró internacionalmente la economía nacional. Ante el desempleo generalizado, la gente buscó qué hacer: unos emigraron al exterior, otros se dedicaron a cultivar la tierra, otros pusieron tramos en los mercados, otros se las arreglaron para prestar di-versos tipos de servicios en las ciudades, incluyendo el comercio y el transporte.

Si la economía social es un proyecto económico con intereses propios, en la misma debe incluirse todo el arsenal que requiere una clase o sector para encarnar un proyecto. Cuando la burguesía hizo su revolución política, liberal e industrial, tuvo que disponerse a tomar el Estado e imprimirle su carácter burgués, a

crear su propia religión, la protestante, más acorde a sus intereses que la católica; sus propios profesio-nales, intelectuales y funcionarios; su propio teatro y su propia literatura; su propia historia y su propia geografía; sus propios himnos y su propia filosofía; en fin su propia ciencia y su propia ideología, pero tam-bién sus propias luchas revolucionarias; y todo esto lo hizo apoyado por ese famoso movimiento científi-co e ideológico de La Ilustración europea; y lo sigue haciendo hoy día, creando su estado de derecho, sus leyes, sus sociedades anónimas y sus corporaciones financieras, sus intervenciones militares; así como creó el colonialismo y el mercado mundial, saquean-do materias primas en el mundo entero.

Hoy la economía social, la cual a su vez está basada en la economía popular, tiene que hacer lo mismo para crearse a sí misma o para terminar de madurar, es de-cir, llevar a término el germen de su propia evolución, para lo cual tiene que afinar su proyecto, alimentándo-lo teórica y espiritualmente, con su propia práctica y con sus propias victorias y fracasos.

Los sectores de la economía popular son sectores que producen riqueza, pero por estar subordinados al capital, siguen empobrecidos y todavía luchan en el mercado capitalista de competencia. Por tal razón es que estos sectores de la economía popular se han tenido que organizar y movilizar socialmente, con el fin de mejorar su correlación de fuerzas en los campos político, social y económico.

Los movimientos socialesAdemás de las formas organizativas señaladas, exis-

te un fenómeno favorable a la economía social, como es la irrupción en la cultura política popular de un sin-número de movimientos sociales. Los movimientos

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sociales son formas de lucha parcial, aunque pueden alcanzar escalas mayores, emprendidas por los traba-jadores y pobladores de todas las categorías sociales, encaminadas a denunciar abusos sociales o políticos; a demandar servicios públicos que favorezcan sus in-tereses: leyes, políticas sociales, políticas económicas; así como convenios y contratos diversos con otros sectores de la sociedad, entre ellos con el sector em-presarial y con organismos internacionales. Una de las tareas más importantes y estratégicas de la economía popular es precisamente asociarse económicamente para escalar la cadena de valor agregado, usufructuan-do o demandando políticas públicas que favorezcan sus intereses, tal como lo ha hecho y lo hace el capital.

En las últimas décadas, tanto en América Latina como en Nicaragua, los movimientos sociales se han aliado con partidos políticos a fin de amarrar compro-misos con los gobiernos electos y afines, a fin de en-rumbar la sociedad por la senda de la justicia social. Entre estos compromisos sobresalen los partidarios o gubernamentales para la elección de representantes de los movimientos sociales en cargos públicos.

En el caso de Nicaragua, la mayoría de los cargos públicos, municipales o nacionales, han sido ocupa-dos por dirigentes de las organizaciones populares y de los movimientos sociales, gracias a su alianza con el Frente Sandinista. Organizaciones sociales y movimientos políticos se han dado cuenta en toda América Latina y en Nicaragua en especial que ya no pueden caminar los unos sin los otros. A esta gente se le quitó el miedo a la política, es decir, lo contrario de lo que deseaban algunos ONG; más bien decidieron

redimir la política del desprestigio y el fango donde la dejó el neoliberalismo.

Cuando regresa el Frente Sandinista al poder en el año 2007, después de 17 años de neoliberalismo, la gente ha sido fogueada en las luchas armadas y pa-cíficas contra los gobiernos liberales, lo que ha per-mitido una práctica de responsabilidad compartida entre las instituciones gubernamentales, los movi-mientos sociales y los sectores más organizados de la economía social.

Las primeras medidas del gobierno sandinista estu-vieron encaminadas a diversificar los mercados y a capi-talizar a los sectores populares, a través de la titulación y mayores entregas de tierra, transferencias de capital en especie, ofertas de crédito a los pequeños producto-res, y creación de nuevas instituciones para favorecer la gestión conjunta de los servicios sociales a la población.

Entre los campos de desempeño de la economía so-cial podemos enlistar los siguientes:1. Sindicalización de los trabajadores (médicos y

personal de salud, profesores de todos los nive-les, obreros y obreras de las Zonas Francas, perso-nal administrativo del gobierno, trabajadores por cuenta propia, transportistas, etc.). Hoy en día el movimiento obrero tiene no solamente una cul-tura sindical, sino una cultura política. Ha logrado concertar una indexación del salario mínimo, ne-gociando con el gobierno y la empresa privada.

2. Cooperativización de los campesinos, transpor-tistas, pescadores, pequeños comerciantes y pe-queños productores en general, consumidores y prestatarios. Hoy en día existen alrededor de 5.000 cooperativas con cerca de 290.000 socios, controlando rubros enteros, como los granos básicos, el transporte o el ajonjolí, participando en la producción, el acopio, el procesamiento, el crédito y la exportación. Estas cooperativas están organizadas en un Consejo Nacional Cooperativo (CONACOOP) y 17 Consejos departamentales cooperativos (CODECOOP).

3. Organizaciones de pequeños productores del campo y la ciudad en asociaciones comunitarias y municipales con el fin de participar en las políti-cas públicas. Existen muchos ámbitos llamados de responsabilidad compartida donde participan cen-tenares de miles de pobladores, como en las jor-nadas de alfabetización, vacunación, elaboración de un millón de meriendas escolares diariamente, servicios de salud, entre otros.

4. Creación de un ministerio de la economía social, llamado Ministerio de la Economía Familiar, Coo-perativa, Comunitaria y Asociativa, MEFCCA.

5. Negociación tripartita del salario mínimo entre el Estado, los empresarios y los trabajadores.

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6. Organización de más de 200 mil mujeres rurales para acceder a bonos productivos entregados por el gobierno y para acceder a lotes de tierra, las que hasta la fecha se han organizado en más de mil grupos cooperativos.

7. Organización de 75 mil mujeres urbanas para ges-tionar programas de crédito especial entregado por el gobierno

8. Leyes para la gestión tripartita del presupuesto y las políticas universitarias de estudiantes, profeso-res y personal administrativo, donde estudian más de 70.000 estudiantes.

9. Organización de los Pueblos Indígenas y Comuni-dades Afrodescendientes para gestionar los go-biernos autonómicos en la región del Caribe nica-ragüense, a las cuales el gobierno les entregó 25 mil kilómetros cuadrados de territorio

10. Leyes para fomentar la organización de organis-mos encargados de administrar la lucha contra la violencia a las mujeres y contra la discriminación de todas las opciones sexuales. Además del Minis-terio de la Familia, existen Comisarías de la mujer en la Policía Nacional, Instancias de mediación a voluntad de la mujer, casas maternas y centros in-fantiles para atender a las madres y a los niños.

11. Participación por derecho propio del 50% de las mujeres en cargos partidarios y cargos públicos en los gobiernos nacional y municipal.

12. Formación de las más diferentes redes sociales, locales, regionales e internacionales, para promo-ver los derechos de todas las formas de discrimi-nación social.

13. Organización de los adultos mayores y creación de leyes para acceder a pensiones proporcionales.

14. Funcionamiento de más de mil organismos no gubernamentales, entre ellos iglesias católicas y evangélicas, que brindan asistencia social y apoyan la formación y la capacitación en gestión producti-va, crediticia y comercial de miles de productores de diferentes rubros.

15. Soberanía alimentaria garantizada no solamente porque en Nicaragua el pueblo produce el alimento que consume, sino porque gran parte del alimento generado por el campesinado y las cooperativas, es producido como valor de uso, cosechado, procesa-do y consumido por las propias familias campesinas.

16. Comercio regional complementario (PETROCARIBE) donde están asociados 20 países de Centroamérica y

El Caribe, quienes junto con Venezuela intercambian petróleo por alimentos en condiciones de un esque-ma socialista y solidario.

En síntesis, en Nicaragua, la economía social está compuesta por el sector público y las políticas sociales del gobierno sandinista, las asociaciones de pequeños productores, las asociaciones de todas las categorías sociales que demandan, reivindican, luchan y gestio-nan asuntos comunes a todos los niveles.

El socialismo avanzaría en la medida en que el Estado pueda hacerse cargo de las empresas estratégicas de la economía, hoy en manos de empresas transnaciona-les; en la medida que el sector público tengan un peso cada vez mayor en el Producto Interno Bruto (PIB); en la medida que la gestión pública sea más compartida con la población organizada; en la medida que las aso-ciaciones de productores recuperen los excedentes que hoy el mercado les arrebata a través del comercio, la industria nacional y extranjera, la banca.

El Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN), (al igual que el MAS en Bolivia), habiendo asumido desde el gobierno las banderas y habiendo incorpora-do a los líderes de los movimientos sociales, se aseme-ja a un gran movimiento social.

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La noche del pasado viernes 26 de Septiembre la policía municipal de Iguala, un empobrecido municipio del estado de Guerrero (al occiden-

te del país, en donde se ubica también Acapulco) a unos 130 kilómetros al sur de Ciudad de México, atacó con armas de fuego una caravana de autobuses que transportaba a estudiantes de la Escuela Normal Rural "Raúl Isidro Burgos". El atentado provocó seis muer-tos, tres de ellos estudiantes, 25 heridos y el secuestro de 43 jóvenes normalistas, a quienes en la madrugada del sábado asesinaron, incineraron sus cuerpos du-rante 15 horas en un basurero municipal, embolsaron sus restos y los lanzaron a un río para borrar toda evi-dencia. Las víctimas son jóvenes estudiantes que, en el contexto de privaciones y pobreza de sus propias familias, luchan por la defensa de la educación pública en medio de las difíciles condiciones de las Escuelas Normales Rurales, objeto de acoso estatal y federal durante décadas.

El horror de Iguala (más resonante que otros debido a la condición estudiantil y opositora de las víctimas, pero a fin de cuentas uno más de los hechos abomi-nables que diariamente suceden en distintas partes de México) pone en su justa dimensión catastrófica los

México duele e indigna

ensueños de primermundismo reformista y pactista que comparten la administración federal del Presiden-te Enrique Peña Nieto, ya expresamente fallida, los go-biernos estatales ocupados en su inmensa mayoría por personajes pusilánimes, corruptos y acomodaticios, las presidencias municipales extendidamente dominadas por implacables bandas de criminales organizados y el tinglado de intereses y complicidades de jerarquías le-gislativas, judiciales, empresariales, religiosas y mediá-ticas que sistemáticamente han llevado al país (benefi-ciándose con mayúsculas en ese trayecto) a la terrible situación actual.

Marcia Aguiluz, directora del programa para México y Centroamérica del Centro por la Justicia y el Derecho Internacional (CEJIL), considera que el caso de los normalistas es tan sólo la "punta del iceberg" de un fenómeno de violencia e impunidad que persiste en el sistema judicial mexicano desde hace años, y de la "cooperación evidente" entre los grupos crimina-les y el Estado. Aguiluz sostiene que las altas cifras de impunidad permiten que sigan pasando agresiones como las que sufrieron los estudiantes de Ayotzinapa. "Lo de los jóvenes normalistas es sólo la punta del iceberg de una serie de ejecuciones extrajudiciales,

actualidad

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desapariciones forzadas y casos de tortura que vie-nen de hace mucho tiempo y contra los que se ha hecho poco o nada", dijo.

Sus criterios son respaldados por otras organiza-ciones. "Según distintos informes, la impunidad al-canza niveles superiores al 98%, siendo que tan solo alrededor del 1,5 % del total de denuncias presenta-das llegan ante un juez", indicó Nancy López, de la Comisión Mexicana de Defensa y Promoción de los Derechos Humanos (CMDPDH). "¿Cómo es posible que haya 22.600 desaparecidos en estos últimos 8 años y ni siquiera una condena?", preguntó Ximena Reyes, de la Federación Internacional de Derechos Humanos (FIDH).

Denise Maerker, una de las periodistas defensoras del régimen mexicano, confiesa sin rubor que "lo que dicen los números es que la violencia ha sido conse-cuencia de muchos factores: de ubicación geográfica (nuestra cercanía con el mercado más voraz en sustan-cias prohibidas), de una larga concatenación de malas decisiones de gobiernos federales y locales anteriores: abandono del campo, falta de crecimiento, desempleo de los jóvenes, falta de planeación de las nuevas ciu-dades, y extrema debilidad de las instituciones encar-gadas de garantizar la seguridad. En el viejo régimen priísta (del Partido Revolucionario Institucional, PRI) el gobierno negociaba con los grupos, se arreglaba con ellos, repartía puestos y bienes, o reprimía, pero nunca construyó una burocracia autónoma (no politizada) y eficaz, mucho menos una policía profesional".

Algunos precedentesLos antecedentes de las agresiones a los normalis-

tas remiten a la violencia estatal de 1968 (la matanza de estudiantes en la Plaza Tlatelolco) y a la guerra su-cia de la década de 1970 dirigida a los grupos sociales inconformes por parte del ejército y las fuerzas de se-guridad del Estado mexicano en los distintos niveles de gobierno (municipal, estatal y federal); particular-mente en Guerrero esto se manifestó en las acciones de policías y militares para reprimir a las organizacio-nes guerrilleras de Lucio Cabañas y Genaro Vázquez, y, posteriormente, ya a fines del siglo XX, la política represiva oficial hacia los campesinos volvió a tener sus manifestaciones de violencia extrema con las ma-sacres de Aguas Blancas (1995) y el Charco (1998).

La represión en Guerrero, masiva y sistemática, vie-ne de antaño. Según un informe de 2001 de la Comisión Nacional de Derechos Humanos, "la política antisubver-siva se caracterizó, al menos hasta 1981, por tener fa-cultades prácticamente ilimitadas. Su operación estuvo a cargo de grupos especialmente formados por algu-nas corporaciones de la seguridad del estado, (Brigada Blanca o Brigada Especial), encabezadas por la Dirección

Federal de Seguridad. La violencia continuó hasta inicios de la década de los ochenta".

La Comisión de la Verdad, creada en 2012 (después de seis años de fiera oposición de los grupos locales de po-der) por el congreso estatal para investigar los crímenes en el estado, recopiló pruebas documentales y testimo-niales que certifican con fotografías, nombres y apelli-dos completos, la desaparición de al menos 512 perso-nas entre 1969 y 1985, a manos de la extinta Dirección Federal de Seguridad (DFS). Si fueron asesinados, sus cuerpos nunca aparecieron.

"Existen los elementos de convicción para asegu-rar que el Estado mexicano, dice el informe, en es-pecial la Secretaría de la Defensa Nacional (SEDENA) conocen el destino final de todas y cada una de las personas desaparecidas en la guerra sucia en el Es-tado de Guerrero, puesto que se sabe que el ejército y los cuerpos de seguridad federales y locales llevaban un registro de las personas a ubicar, localizar, detener o exterminar y de las personas que ingresaban a las ins-talaciones militares. La gran mayoría de las personas detenidas, incluso menores de edad, eran llevadas a instalaciones militares o cárceles clandestinas, algunas de ellas solamente por ser familiares de líderes guerri-lleros, en especial Lucio Cabañas Barrientos y Genaro Vázquez Rojas".

La Comisión, integrada por académicos indepen-dientes, prueba que en esos 14 años de la llamada guerra sucia, las fuerzas del Estado utilizaron policías y militares para realizar ejecuciones extrajudiciales, abusos policiales, violaciones e incluso vuelos de la muerte. "Por lo que, tanto de los testimonios como de la documentación obtenida en el AGN se puede decir que la guerra sucia en Guerrero se produjo a la vez, en un contexto de represión masiva y sistemática y cons-tituyó una política de Estado", concluye la comisión.

En la época de la guerra sucia, la Suprema Corte de Justicia de México toleraba oficialmente la confesión bajo tortura y se consideraba válida bajo el argumento de haber sido la primera declaración y realizada "sin aleccionamiento". En el Archivo General de la Nación (AGN), la Comisión encontró pruebas que "en 1974 empezaron a aparecer los cuerpos sin vida de perso-nas visiblemente torturadas, desfiguradas y quema-das, a quienes se trataba de señalar como delincuen-tes o relacionar con el hampa, pero que en realidad se trataba de personas relacionadas con Lucio Cabañas".

Estudiantes perseguidos"Sufrieron desaparición forzada estudiantes, cam-

pesinos, indígenas, activistas sociales e incluso delin-cuentes o supuestos delincuentes comunes o personas de las que simplemente había orden de venganza por parte del gobernador. Está documentado que no sólo

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se trató de un exterminio de la guerrilla sino que, como se señaló anteriormente, la represión y exterminio fue masivo y ampliado al sector urbano, especialmente, en los estudiantes tanto en Guerrero como en otros estados, que por el simple hecho de ser estudiantes eran sospechosos de apoyar o abastecer a la guerrilla".

En un expediente del 24 de junio de 1974, se dice: "en fechas recientes, tanto en el Puerto de Acapulco como en poblaciones cercanas al mismo, en diferentes lugares han venido apareciendo cuerpos sin vida de per-sonas no identificadas. Los cadáveres presentan impac-tos de arma de fuego, señales de haber sido torturados y desfiguraciones en el rostro y otras partes del cuerpo, producidas por quemaduras. Al no ser identificada la víctima, ni reclamado el cuerpo, se ha ordenado la inhu-mación en la fosa común del panteón correspondiente. Al respecto la prensa local ha publicado noticias sobre la formación de un grupo clandestino, integrado por policías retirados y militares con la consigna de matar a determinadas personas, denominándolo "SANGRE". En forma por demás discreta se ha logrado saber que los cuerpos encontrados pertenecen a personas conectadas con Lucio Cabañas Barrientos y su gente, que han sido aprehendidos cuando bajaban de la sierra para abaste-cerse de víveres y otros objetos necesarios para ellos, o bien que sirve de correo entre los remontados y quienes se encuentran en la zona urbana. Que las detenciones se ejecutan por órdenes expresas del Comandante de la 27ª Zona Militar, con sede en Acapulco, general de di-visión Salvador Rangel Medina que después de obtener, por diferentes medios, toda la información posible sobre Cabañas y su gente, se les da a tomar gasolina y se les prende fuego; posteriormente se les abandona en luga-res solitarios, en donde aparecen con las desfiguracio-nes provocadas por las llamas y presentando impactos de arma de fuego".

Otro informe que está en Archivo, de 1975, expresa: "existe actualmente un grupo de represión en la Entidad, el que es dirigido por el Capitán Francisco Javier Barquín; está compuesto por ex agentes de la Policía Judicial y de la Policía Militar. Elementos que anteriormente forma-ban el "Grupo Sangre", siendo 30 hombres, en ocasiones menos. Este grupo tiene a su cargo vengar los insultos al Gobernador, o personas que han tenido problemas con el Ejército, traficantes de drogas (para llegar a un arre-glo); en su mayoría estos detenidos son desaparecidos. El grupo no informa de sus actuaciones sino únicamente al Gobernador y en ocasiones al Comandante de la Zona Militar en Acapulco".

El informe reporta "el caso de la ejecución de los Pi-loncillos, municipio de Atoyac, donde en abril de 1973 el ejército llegó por la mañana, los soldados sacaron a los hombres de sus casas y los llevaron a la cancha, y ejecu-taron" a cinco campesinos, incluyendo un campesino

de 16 años, y agrega que "algunas comunidades fueron desaparecidas por el ejército, como es el caso de El Potrero o Valle Florido, en el municipio de Acapulco y la Peineta en el municipio de Atoyac".

Arrojados al marTambién documentan un caso en que se habría de-

tenido a 13 guerrilleros en un cuartel militar y habrían sido arrojados al mar; la ejecución y sepultamiento clandestino en el cuartel de Atoyac de 200 campesi-nos en venganza del fallecimiento de 50 militares; un capitán y 10 soldados vestidos de civil, se hicieron pa-sar como guerrilleros aliados a Lucio Cabañas, invita-ron a campesinos de la comunidad de "El Piloncillo" o los Piloncillos del Municipio de Atoyac, ofreciéndoles armas y dinero, logrando reunir aproximadamente a 25 campesinos los cuales fueron posteriormente for-mados y ametrallados por los militares.

Gustavo Tarín, miembro de la policía militar, afirma que los habitantes de Guerrero eran detenidos e inte-rrogados bajo tortura para que "confesaran" delitos sin orden judicial. Si no aceptaban, los llevaban atados y vendados a una silla a la que llamaban el banquito de los acusados. Les decían que los iban a fotografiar, cuenta Tarín. "Entonces los mataban con un disparo en la nuca. Siempre se usó la misma pistola, por lo que la bautizaron como la espada justiciera. Se colo-caban dentro de costales, se le ponían unas piedras y se cosían". Los cuerpos eran arrojados desde aviones militares. En una noche podía haber hasta tres o cua-tro vuelos. Tarín calcula que al menos 1.500 personas murieron así durante ese periodo.

Margarito Monroy Candia era mecánico de aviones y transportó a entre 120 y 150 cadáveres en 15 de los vuelos de la muerte en 1974 y 1975. Monroy señala que las personas que transportó eran de todos los lugares, también de buena situación económica, ingenieros, doctores del pueblo, licenciados, de todo tipo. Cuando eran mujeres les ofrecían que si tenían sexo, al llegar a Guerrero las dejarían en libertad y en su caso a los esposos. En algunas ocasiones aceptaron pero nunca, que él viera, las liberaron.

La Comisión concluye que "queda demostrado que existió un contexto de represión generalizada y siste-mática durante la guerra sucia, donde la política tanto del gobierno de Guerrero como el Estado mexicano fue la de exterminar a la guerrilla para lo cual las auto-ridades tuvieron facultades prácticamente ilimitadas a fin de contrarrestar las actividades de la guerrilla y lograr el control de la población civil que simplemente se sospechara que simpatizaba con la guerrilla o sus propuestas, ya fuera en el medio rural o urbano".

El testimonio del exmilitar mexicano Zacarías Oso-rio Cruz, que hoy tiene 58 años, corrobora el de cientos

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de familiares y testigos. Tras desertar del Ejército mexicano, Osorio pidió refugio político en Canadá en 1988. La transcrip-ción entera de su testimonio aparece en el libro Obligado a Matar, publicado en 1993, en el cual relata que las operacio-nes se realizaban a puerta cerrada y por "instrucciones superiores".

En 1979, dice Osorio, fue "la prime-ra vez que me dieron la orden de sa-lir y fue a un pueblo llamado Atoyac", cuna del movimiento encabezado por el profesor rural egresado de Ayo-tzinapa y guerrillero, Lucio Cabañas, asesinado en 1974, cuyo movimiento campesino era el principal objetivo de exterminio de las fuerzas militares. Iba con otros cuatro soldados que llegaron a "recoger unas personas", sin saber por qué. Cuando llegamos, los presos ya estaban preparados para subirlos al helicóptero o al avión. Tenían las cabezas tapadas y no los podíamos identificar. Encabezaban a ciertos grupos que querían manifestar su descontento con el Gobierno. Recibía ciertas órdenes y me elegían porque mi especialidad era disparar. La orden era que tenía que desaparecer a esta gente, que tenían que morir porque le traían problemas al alto man-do". En algunas ejecuciones, los cuerpos quedaban en tal estado que estaban "prácticamente despeda-zados" por el calibre de armas que utilizaban. Las ejecuciones, relata, se realizaban en muchas ocasio-nes en campos de tiro militar "para que la gente no se diera cuenta".

También describe qué ocurría cuando un militar ex-presaba abiertamente su descontento. "Cuando el alto mando no necesita ya a alguien, ordena que a esa per-sona se le mate para que no hable", asegura. Mencio-na un par de casos de desapariciones dentro del propio Ejército: el del capitán Miguel Ramírez Hernández y el del teniente Adán Avendaño.

Cuando desertó, explica, se fue al sur de Veracruz, a su pueblo. Recogió sus cosas y huyó sin decirle nada a nadie. En Canadá, ante las autoridades que decidirían su asilo, se confesó temeroso: “Sé que haber declarado es un gran peligro para mí, es un gran peligro hablar de gente en altos puestos. No puedo regresar a México".

Stewart Istvanffy fue el abogado de Osorio para que Canadá le otorgara asilo político. En sus argumentos finales, Istvanffy decía que "la represión en México tie-ne visos de ser más racial y abusiva dado que la pobla-ción tiene un alto porcentaje de indígenas y mestizos. Da la impresión de que los pobres son los que pagan las consecuencias".

Uno de los miembros de la Comisión de la Verdad de Guerrero, Nicomedes Fuentes, cree que "la gente aún tiene mucho miedo a hablar. De ninguna ma-nera lo recabado representa el 100% de las desapa-riciones forzadas. Muchas personas todavía tienen temor. Otros consideran que ya ocurrió hace mucho tiempo y prefieren resignarse".

25 años de narco crímenesDe 2006 a septiembre de 2014 han sido encontra-

dos dos mil cuerpos en 400 fosas clandestinas en 24 estados, de acuerdo con informes de la Procuradu-ría General de la República (PGR). El hallazgo de las "narcofosas" como ya se les conoce, es una prueba más de la existencia de una guerra en México con un saldo de más de 100 mil muertos y 26 mil desapareci-dos. Una guerra que todos los días registra víctimas y que en el caso de las fosas clandestinas comprueba la formación de un "Narco Estado" en el cual criminales y autoridades forman un solo cuerpo de gobierno que actúa por encima de todas las leyes.

En marzo de 1989 el joven estudiante estadunidense de la Universidad de Bronsville, Mark Kilroy, fue reporta-do desaparecido luego de que sus amigos springbreakers lo perdieron al otro lado del Río Bravo, frontera natural con México, en las calles de Matamoros, Tamaulipas, en el extremo nororiental del país. Un mes después su cuerpo apareció mutilado en una de las 12 fosas clan-destinas que un grupo de narcotraficantes cavaron en el rancho Santa Elena casi pegado a la línea fronteriza con el estado de Texas. El estudiante había sido ejecu-tado por un grupo de narcotraficantes comandado por el cubano-estadunidense Adolfo de Jesús Constanzo, quien además de traficar droga era el sumo sacerdote

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de una secta que realizaba sacrificios humanos como parte de la práctica de los rituales de magia negra, san-tería y palo mayombe, para protegerse de las otras ban-das o de las autoridades mexicanas y estadounidenses.

El descubrimiento de las 12 fosas clandestinas en Matamoros en 1989 es quizá el primer registro que se tiene de esta práctica que el crimen organizado ha convertido en una estrategia y hasta en un hábito dentro de sus métodos de aniquilación y desapari-ción de personas.

Del 2001 a la fecha, la Comisión Internacional de Personas Desaparecidas ha identificado en México a 16 mil 200 personas, cruzando los datos genéticos de un padrón de 89 mil familiares que reportaron a sus seres queridos como desaparecidos. Para realizar esta identificación llevan a cabo un cuidadoso protocolo científico y ético que da a las familias confianza del trabajo que se está realizando el cual, al final, ayudará a cerrar un doloroso proceso de duelo.

No hay datos oficiales exactos del número de fosas que se ha encontrado en 24 estados. Miles de familias se han convertido en investigadoras judiciales propor-cionando a las autoridades el producto de sus indaga-ciones. Pero esto ha sido infructuoso, muchas de estas autoridades están al servicio del crimen organizado o forman parte del mismo.

El descubrimiento de las fosas en Guerrero vuelve a reafirmar el rostro de terror que el "Narco Estado" ha configurado con el tiempo en casi todo el país. Un te-rror que no acaba pues cuando los mexicanos piensan que ya se tocó fondo, vuelve a surgir un nuevo caso más terrible y confirma una vez más el cogobierno de crimen organizado y la clase política mexicana.

Es un México en donde su Presidente, Enrique Peña Nieto, es una criatura engendrada por el poderoso emporio mediático de Televisa, de cuya mano llegó

primero a la gubernatura del Estado de México y luego a la Presidencia que "ganó" con trampas grotescas y el concurso de empresas gigantes que compraron votos a cambio de bonos en establecimientos comerciales. Según relata Katia D’ Artigues, columnista del diario El Universal, hasta la consorte, la actriz Angélica Rivera, es de catálogo. Según la propia confesión del manda-tario en un programa televisivo en 2008, escogió a su futura esposa de un elenco de actrices y modelos que le presentó Televisa (es en serio).

Censura armadaLa otra gran tragedia de México es la censura ar-

mada. En 1968, el gobierno de Gustavo Díaz Ordaz tenía pleno control de todos los medios de comuni-cación de manera directa o en alianza con persona-jes de mala calaña como Emilio Azcárraga, dueño del emporio Televisa. El día de la matanza de Tlatelolco, el empleado de mayor notoriedad de la televisora, Jacobo Zabludosky, presentador del noticiero de ma-yor audiencia del país, ignoró los hechos anunciando como principal noticia que "había sido un día soleado".

Hoy el régimen mexicano usa otros métodos. La prestigiosa escritora Elena Poniatovska, lo describe así:

"Hoy por hoy, en México, decir la verdad es jugar-se la vida. A cada reportero o reportera, a los jóvenes hombres y mujeres que conforman la infantería de un periódico deberían prevenirlos: «¿Está dispuesto a morir?». En las ciudades del norte, los periodistas son cazados como conejos y hasta ahora nadie ni nada los ha protegido.

Todas las armas son corruptas. Algunos de los núme-ros «oficiales» dicen que de 2000 a 2011 han muerto 74 periodistas, otros que son 80, otros más 83. Lo terrible es que el número aumente. El 30 de mayo de 1984, Manuel Buendía fue abatido en la ciudad de México porque es-cribía la columna «Red Privada», que reproducían 60 pe-riódicos mexicanos; su tema era el narcotráfico y la co-rrupción del gobierno. Desde su asesinato me pregunto, ¿hasta cuándo ejercer el periodismo será una sentencia de muerte? ¿Cuánto tiempo más debemos esperar para que las autoridades ofrezcan garantías reales a quienes ejercen esta profesión? ¿Cuantas Reginas Martínez ase-sinadas en Veracruz faltan? ¿Cuánto tiempo pasará has-ta que dejemos de ser el país más peligroso de América Latina para la prensa?".

Tierra de crímenesUno de los periodistas mejor informados en México,

Luis Hernández Navarro, escribió en La Jornada: "El asesinato y desaparición forzada de los normalistas de Ayotzinapa ha destapado la cloaca de la narcopolítica guerrerense. Quienes han alertado sobre la extensión y profundidad de la narcopolítica en Guerrero, han sido

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eliminados y amenazados. Cuando Pioquinto Damián Huato, líder de la cámara de empresarios en Chilpan-cingo, acusó a Mario Moreno, alcalde de la ciudad, de tener vínculos con el grupo delincuencial Los Rojos, fue víctima de un atentado en el que murió su nuera y quedó herido su hijo. Las víctimas de desaparición forzada y de ejecuciones extrajudiciales durante el gobierno de Ángel Aguirre son múltiples". Entre otros muchos figuran ecologistas, dirigentes campesinos y sindicalistas.

El estado de Guerrero debe su nombre a Vicente Guerrero Saldaña, segundo presidente de la historia de México, cargo que ocupó durante ocho meses y medio, entre abril y diciembre de 1829, cuando fue derrocado por un golpe de estado y fusilado en 1931, tras encabe-zar una fallida rebelión para recuperar el poder. Con un poco más de 64 mil km2 de extensión, dominado por cadenas montañosas, es el primer productor de oro en México pero al menos el 70% de sus tres millones y me-dio de habitantes vive en la pobreza, un índice solo supe-rado por Oaxaca y Chiapas. En la Región Montaña (alta y baja), se localiza el municipio más pobre de México, Cochoapa el Grande, cuyos niveles de vida son similares a los de algunas de las regiones más pobres de África.

Medio millón de los habitantes de Guerrero son in-dígenas Nahuatl, Mixteco, Tlapaneco y Amuzgo y la mitad de ellos no tiene trabajo ni fuente de ingreso es-table. Cada año, 75 mil guerrerenses emigran a Estados Unidos. La tercera parte de la población vive en EEUU y solo en Chicago viven más de 300 mil, cantidad solo su-perada por los habitantes de Acapulco, el famoso bal-neario ahora prácticamente en la ruina por la violencia. La mitad de la población que vive fuera de esa ciudad es analfabeta, y el 25% de las mujeres de las de todo el estado, nunca ha ido a la escuela.

Guerrero es el estado con mayor presencia de cár-teles, células y pandillas vinculadas al narcotráfico en México, revela un detallado mapa que elaboró la PGR. Son cinco grandes organizaciones criminales (los Caballeros Templarios, el Cártel del Pacífico, Los Zetas, el Cártel de la Barbie y los Beltrán Leyva), los cuales controlan a otras 21 de menor tamaño. Entre éstas últimas se encuentra la de Guerreros Unidos.

En Guerrero se produce más del 60% de la amapola (materia prima para fabricar heroína) y goma de opio que se produce en México. Estadísticas de la ONU re-fieren que desde 2008 se duplicó el número de hectá-reas de este cultivo ilícito en el país, al pasar de 6 mil 900 hectáreas a 15 mil, y aumentar la producción de 150 toneladas a más de 325. El valor de una dosis de heroína puede llegar a costar de 250 a 300 pesos en México, pero al cruzar la frontera de Estados Unidos su valor puede incrementarse hasta 50%. De cada kilo de goma de opio ya procesado se pueden obtener mil

500 dosis. Esta es la importancia de los mercados de recolección que se manejan tanto en los municipios de Iguala y Chilpancingo (la capital del estado de Guerrero), donde los narcotraficantes han estado utilizando menores de edad para que transporten la carga desde sus poblados hasta las zonas urbanas. De allí que ambos municipios se hayan convertido en puntos de disputa de varios grupos criminales, entre ellos Guerreros unidos, Los Caballeros Templarios, cártel independiente de Acapulco, la organización de los Beltrán Leyva y el cártel de Sinaloa.

Asesinatos políticosEl ahora ex gobernador Ángel Aguirre Rivero es un

auténtico camaleón de la política mexicana. Como di-rigente del Partido Revolucionario Institucional (PRI, derecha) en Guerrero, fue gobernador interino entre 1996 y 1999, en sustitución de Rubén Figueroa, quien fue obligado a renunciar como consecuencia de la "Ma-tanza de Aguas Blancas", donde campesinos fueron asesinados por agentes de la policía estatal en el vado de Aguas Blancas, municipio de Coyuca de Benítez. En 2011 quiso ser el candidato a Gobernador por su par-tido, pero no pudo. Se afilió entonces al Partido de la Revolución Democrática (PRD) y ganó las elecciones. Y ahora le pasó lo mismo que a Figueroa: lo obligaron a renunciar por motivos muy parecidos.

Armando Chavarría Barrera, quien fue secretario de Gobierno, diputado por el PRD y presidente del congre-so estatal, fue asesinado de 10 balazos frente a su casa en Chilpancingo el 20 de agosto de 2009, días antes de que anunciara su decisión de contender por la candida-tura del sol azteca al gobierno estatal, contra los desig-nios del entonces gobernador Zeferino Torreblanca. Su viuda Martha sostiene su convicción de que el ahora ex mandatario "no fue ajeno" a la ejecución de su correli-gionario y principal oponente.

De igual manera, Arturo Hernández Cardona, diri-gente social, fue secuestrado y ejecutado en Iguala jun-to con tres de sus compañeros el 30 de mayo de 2013, tres años nueve meses después del primer crimen. Su esposa Sofía denunció y presentó pruebas de la respon-sabilidad, incluso de la presunta participación material de José Luis Abarca Velázquez, alcalde de Iguala.

La tarde de aquél jueves Nicolás Mendoza Villa conducía una camioneta por la carretera de Iguala. Junto a él y Hernández Cardona viajaban seis miem-bros de Unidad Popular. Venían de uno de sus actos de protesta contra el alcalde Abarca, cuando un jeep les cortó el paso. Seis hombres armados bajaron y les apuntaron. Les hicieron descender y los llevaron a un sitio en donde había otros secuestrados, tres de los cuales fueron asesinados. A uno le cortaron la cabeza con un machete.

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Mendoza Villa es un superviviente: logró escapar jun-to a otros dos secuestrados, Gregorio Dante Cervantes y Efraín Amates. Cuenta que las torturas dieron comien-zo esa misma noche. Primero, un interrogador le exigía uno a uno las razones por las cuales atacaban al alcalde Abarca. Acabadas las preguntas, un sicario les golpeaba con un tubo de hierro en las rodillas. A veces, les azota-ba con un látigo de alambre.

Según relató al diario español El País, en la madru-gada del 1 de abril de 2013, secuestrado, maniatado y torturado, vio cómo el alcalde de Iguala mataba de un tiro en la cabeza a Hernández Cardona, líder de Unidad Popular, un movimiento de defensa de los campesi-nos. Entonces pensó que él sería el siguiente en morir. "Sólo pedí que arrojaran mi cuerpo cerca de una carre-tera para que mi familia pudiera hallarlo", recuerda. El destino le deparó otra suerte. Cuando le trasladaban para asesinarle, pudo escapar a través del monte. Des-de entonces es un fugitivo en su propia tierra. El narco ha puesto precio a su cabeza.

La primera noche que Mendoza estuvo secuestrado, hizo su primera aparición el alcalde Abarca acompaña-do por su jefe de policía, Felipe Flores. "Nos miraban mientras nos golpeaban, sin decir nada, solo bebiendo cerveza". Abarca volvería de madrugada, a otra sesión de tortura. Fue entonces cuando se acercó al líder de Unidad Popular. Le ofreció un botellín de cerveza. El ingeniero lo rechazó. A unos 10 metros había unas fo-sas que los sicarios habían excavado esa tarde. "Abarca ordenó que llevaran al ingeniero a la fosa. Allí le empe-zó a decir: ‘¿Por qué me pintas el Ayuntamiento, eh? Ya que tanto me estás chingando, me voy a dar el gusto de matarte". Hernández Cardona intentó permanecer de pie, callado. "Vi cómo Abarca le apuntaba a la cabe-za, en la mejilla izquierda, y le disparaba. Una vez caí-do en la fosa, le volvió a disparar". Arrojado a la fosa, todavía se oyó la voz de Flores, jefe de la policía local: "Métele otro putazo, porque ya va a llover". Y Abarca volvió a disparar para rematar a su víctima.

Mendoza ha tenido que abandonar Iguala, dispersar a su familia y vivir en la miseria. Su casa ha sido saqueada dos veces por los sicarios. Sabe que le buscan para ma-tarle. Es el único testigo que, antes de la tragedia de los estudiantes desaparecidos, se atrevió a declarar contra Abarca y revelar su vínculo con el narco. Un testimonio clave que sirve de base a la acusación de la fiscalía mexi-cana contra el regidor, por el asesinato de Hernández Cardona y que pesa en su orden de detención.

Martha Obeso y Sofía Méndez, esta última esposa de Hernández Cardona, han pugnado porque el siste-ma judicial del estado no dé carpetazo a los expedien-tes de sus maridos. Ambas sostienen que estos dos ca-sos, Chavarría y Hernández Cardona, son parte de un patrón de criminalidad sin esclarecimiento ni justicia,

que marcó las dos experiencias de gobierno del PRD y que fueron el precedente de los hechos de Ayotzinapa.

La escuela AyotzinapaLa Escuela Normal Rural "Raúl Isidro Burgos", crea-

da en 1926, representa la única opción de millares de jóvenes campesinos para salir de la pobreza secular en la que han vivido desde la invasión española. La po-breza es una condición para cualquier aspirante que quiera vivir cuatro años en el internado que alberga a 526 alumnos. En el frontis de su principal edificio hay un letrero inscrito con letras grandes que dice: "Bien-venido a lo que no tiene inicio. Bienvenido a lo que no tiene fin. Unos lo llaman necedad, nosotros lo llama-mos esperanza".

La de Ayotzinapa es una de las 17 normales sobre-vivientes del plan ideado por José Vasconcelos, uno de los más relevantes intelectuales mexicanos, cuan-do era ministro de educación en la década de los años 20 del siglo pasado. El neoliberalismo, instaurado en México desde 1985, se ha encargado de clausurar 22 de las 39 que existían hace poco más de 25 años. Du-rante su gestión, "Vasconcelos formó misiones cul-turales que permitían a los estudiantes acceder a la educación en las zonas rurales, una de las victorias de la Revolución Mexicana. Pero fue con el presidente Lázaro Cárdenas cuando el apoyo se dio de manera contundente", cuenta la periodista Vania Pigeonutt.

Ayotzinapa se trata de un internado en donde sus es-tudiantes se gradúan con el título de maestros norma-listas y tienen la misión de seguir con este proceso en las zonas rurales. Todos los alumnos tienen asignadas tareas en la administración y sustento de la escuela. Abandonados por los gobiernos federal y estatal, los estudiantes han desarrollado un sistema de autoges-tión para obtener fondos que cubran los gastos de la escuela. Las actividades consisten en salir a las calles a recolectar dinero, sembrar en las tierras de la escuela, cosechar y criar animales. Son campesinos; sus padres y abuelos lo eran también. Los 526 alumnos son hijos de campesinos pobres de la Montaña, Sierra y Costa Chica de Guerrero. Ellos están orgullosos de su origen. Su endémica pobreza es arrastrada por generaciones; un ciclo de marginación que esperan romper cuando obtengan su título de maestro. La educación como tabla de salvación. Las dificultades para sobrevivir son permanentes. Y de los 140 egresados el año pasado, sólo 11 obtuvieron plaza de maestro.

Además de las 5 hectáreas (7 manzanas) de cultivo, los alumnos tienen a su cargo el cuidado de los corrales, donde crían alrededor de 16 cerdos, la mayoría recién nacidos, un par de caballos y un burro. Del centenar de gallinas sólo quedan alrededor de 20. Las codornices ya se las comieron todas. La reciente escasez de alimentos

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campesino, fue líder estudiantil en esa escuela y jun-to a otros dirigentes magisteriales y sociales, enca-bezaron una huelga general el 21 de octubre de 1960, realizaron una serie de mítines y una gran manifes-tación el 20 de noviembre con el respaldo de nume-rosos sectores sociales de la ciudad y el estado. El movimiento culminaría con la masacre de un núme-ro indeterminado de personas por parte del ejército mexicano el 30 de diciembre en el centro Chilpancin-go y la caída del gobierno estatal de Raúl Caballero Aburto el 4 de enero de 1961, un ex militar caracteri-zado por su estilo déspota, que hizo famoso el Pozo Meléndez en Taxco, Guerrero, por ser el lugar donde mandaba arrojar a sus víctimas.

Desde 1962, ya graduado como maestro, ejerce su labor como organizador y líder de protestas campesinas y populares en los municipios en donde es asignado, contra los abusos de los talabosques, terratenientes, autoridades municipales y estatales, así como de los di-rectores de escuelas que se lucran con su puesto. Hasta que en 1967, tras el asesinato de once estudiantes que participaban en una protesta que él encabezaba, se ve obligado a irse a la montaña y funda el Partido de los

les ha obligado a ir matando los pocos animales que tie-nen. El gobierno les retiró el apoyo económico cuando los normalistas empezaron a protestar por la desapari-ción forzada de sus 43 compañeros.

Antonio Ruiz, uno de los estudiantes, cuenta a la periodista Sanjuana Martínez que "todos los días aquí nos la pasamos porque la normal no está cercada, no tenemos tela, cualquiera puede entrar. Los dos trac-tores están descompuestos, las piezas son muy caras, trabajamos con el pico nomás. No hay presupuesto. Tenemos más tierra, pero no podemos sembrar por-que la semilla está cara. El costal de cinco kilos de se-milla de sorgo curada cuesta 500 pesos. Si es de otra semilla no nos sirve, porque se la lleva la hormiga".

Hasta dentro de tres meses tendrán la cosecha del maíz y entretanto, las bodegas de alimentos están va-cías. Los corrales están casi vacíos. Las gallinas cacarean buscando comida. Los pocos huevos son esperados con ansia: "Llevamos un mes comiendo sopa y frijoles en al-muerzo, comida y cena. Un pollito de vez en cuando no está mal. Lo malo es que ya nos los vamos a acabar. Va-mos agarrando de poquito. Si seguimos así, se va acabar todo lo que tenemos", dice Enrique Fuentes, de 21 años, encargado del gallinero y la porqueriza. Antonio cuenta que "ahorita nos estamos apoyando con gente del pue-blo que nos trae alguna despensa. Vienen familiares, activistas, gente que quiere apoyar, pero también ellos comen y todos de aquí. ¿Cómo le hacemos? El gobierno dice que nos dedicamos al narcotráfico. Nos da coraje tantas mentiras. Que vengan, que se den una vuelta por la escuela para que vean cómo está. Si así fuera, todo tendríamos. No tenemos nada".

El analista Hernández Navarro indicó que "las escue-las normales rurales en México tienen una larga tradi-ción, fundadas en la Revolución Mexicana para instruir a las comunidades campesinas que habían sido víctimas del analfabetismo, son escuelas de pobres para pobres en el medio rural. Ayotzinapa forma parte de este sis-tema, tuvo momento de gran esplendor durante el go-bierno de Lázaro Cárdenas (1930-1940). Los sectores más conservadores las consideraban cuevas del diablo, más adelante fueron consideradas cunas de guerrille-ros. Sus estudiantes han sido protagonistas de grandes momentos de la historia, como la reforma agraria pro-puesta por Cárdenas. Participaron junto a los campesi-nos de la organización de tierras, la conformación de las corporativas. Las normales rurales han sido estigma-tizadas en las últimas décadas, sufrieron una agresión muy fuerte en 1969, cuando el gobierno de Gustavo Díaz Ordaz cerró muchas de estas instituciones".

Lucio Cabañas, el guerrilleroDe la Normal de Ayotzinapa surgió un legenda-

rio guerrillero: Lucio Cabañas Barrientos. De origen

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Pobres y la Brigada Campesina de Ajusticiamiento. En esa época, Cabañas dijo: "¿No hay condiciones para ha-cer la revolución? Qué me importa que no haya condicio-nes... cuando matan al pueblo, hay que matar enemigos del pueblo y de ahí parte la revolución, de ahí parte toda revolución". Durante siete años, la guerrilla de Cabañas opera en la sierra de Guerrero, con incursiones siste-máticas en los pueblos para ejecutar militares y polí-ticos corruptos.

El 2 de diciembre de 1974 se dio el último enfrenta-miento con tropas militares, en la selva cafetalera El Otatal. Lucio Cabañas, al percatarse de que no había salida, gritó a sus persecutores: "¡Hasta que se les hizo! …Pero les aseguro que no les voy a dar el gusto de que me maten ustedes", colocándose el cañón de su rifle M-2 en el cuello y disparándose, cayendo herido mor-talmente. Un capitán del Ejército corrió hasta el cuerpo y le disparó el tiro de gracia. Tras su muerte, Cabañas y su movimiento se convierten en una leyenda. Su ban-dera en favor de los pobres es tomada por otros grupos armados en Guerrero, que sigue siendo una de las regio-nes más pobres del país y sometidas a añejos cacicaz-gos, como el de los Figueroa.

El 3 de julio de 2011, Isabel Anaya Nava, viuda de Lucio Cabañas, recién llegada de un largo exilio, es asesinada a balazos junto con su hermana Reyna, al salir de una iglesia en la comunidad de Xaltianguis, en el estado de Guerrero, por un grupo de desconocidos que desde un vehículo las acribilló. Desapareció así un testigo valiosísimo de la guerra sucia de los años se-senta y setenta del pasado siglo.

Los hechos de IgualaLos normalistas sufren la persecución desde hace

muchos años. Por ejemplo, en 2007, cuando varios jóvenes recibieron una golpiza por parte de policías; el 12 de diciembre de 2012, en una autopista fueron asesinados dos estudiantes, y el 7 de enero atropella-ron a propósito a un grupo de muchachos que estaba

en otra carretera, pidiendo a los automovilistas ayuda para su manutención, matando a dos de ellos.

El 30 de septiembre, el Centro de Derechos Humanos Tlachinollan reveló una reconstrucción de los hechos con los testimonios de los normalistas sobrevivientes:

"Al salir de la central de autobuses, con dirección a Chilpancingo, varias patrullas intentaron cerrar el paso a los autobuses, empezando a disparar de manera in-termitente sin dar advertencia alguna. Los normalistas se bajaron e intentaron defenderse, lo que conllevó aun breve enfrentamiento. Los normalistas regresaron a los autobuses y continuaron la marcha; al llegar al perifé-rico norte, una patrulla municipal, la número 320, les cortó el paso atravesándose frente al autobús, al tiem-po que llegaron más de 30 policías que se apostaron en posición de tiro en distintas direcciones. Los normalistas quedaron totalmente cercados. Así, los normalistas des-cendieron de los autobuses dirigiéndose hacia la patrulla que se encontraba estacionada frente a los autobuses, en un intento de salir del lugar. Sin mediar palabra, los policías municipales comenzaron a disparar en ráfa-gas. Los estudiantes que se encontraban en el autobús de atrás fueron violentamente bajados por los policías y sometidos, acostándolos en el piso, a un costado de una tienda de autoservicio. El resto de los normalistas se dispersaron en diferentes direcciones. La balacera tuvo una duración de alrededor de 40 minutos".

Dos de los estudiantes murieron en la balacera, Daniel Solís Gallardo y Julio César Ramírez Nava. Solís era de Zihuatanejo y tenía 18 años. Antes de in-gresar a la Normal había vivido con su familia en una casa de láminas de cartón. Ramírez Nava, de 23 años, había llegado en el grupo de refuerzo, una veintena de normalistas de Ayotzinapa que cruzaron sierras a toda velocidad para ayudar a compañeros que estaban sien-do atacados por la policía municipal. Sin dudarlo res-pondieron al pedido de auxilio, pero poco después de arribar al lugar ocurrió otro ataque. Los disparos llega-ban en la oscuridad y nadie sabía hacia dónde correr. A Ramírez una bala le atravesó el rostro; murió en la calle.

El rostro de Julio César Mondragón no aparece entre las fotografías que exhiben miles de manifestantes en el mundo y que se reproducen en las redes sociales. A él ya no lo busca nadie: está muerto y enterrado. Con la carrera de maestro, Julio César quería darle un me-jor futuro a su hija de dos meses. La barbaridad del cri-men que sufrió alimenta la voluntad de resistencia de sus compañeros. Cuando ocurrió el segundo ataque de los policías y sicarios, Mondragón intentó correr pero fue detenido por uno de los "civiles" que dispa-raban. Al ser agarrado, escupió en la cara a su captor. Lo torturaron, le desollaron el rostro, le sacaron los ojos, lo asesinaron y arrojaron su cuerpo en una calle de Iguala. Tenía 22 años.

Luci

o Ca

baña

s

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El pobre nunca tiene derechoA Berta Nava Martínez le tocó ir a la morgue. Reco-

noció a Julio César por sus zapatos negros de cuero, remendados hace unas semanas, por el suéter negro con rayas rojas que le compró a 5 pesos mexicanos y por la bufanda alrededor del cuello sin piel que le de-jaron sus torturadores. "Tenía ganas de abrazarlo pero no me dejaron. ‘No lo toque’, me dijeron. Me quedaré con las ganas", dice. Ahí empezó el calvario de Berta. "¿Cómo voy a hacer para enterrar a mi hijo si no tengo para comer?", les preguntó a las autoridades que no le decían cómo iban a ayudarla para despedir a su hijo.

"Cuando el pobre se muere uno anda limosneando. Venga mañana, venga mañana te dicen y te dan vuel-tas. El pobre nunca tiene derecho. Pero tenemos dere-cho. Nos duele como a todos. A los ricos no los tratan así. Es racismo por ser pobres", reflexiona. Después de batallar entre las autoridades de Chilpancingo y Tixtla, donde vive, a Berta le dieron "la caja, la carroza y el traslado". Julio César fue enterrado con todas las cosas que tenía en su "cubi" como llaman los estudiantes de Ayotzinapa al pequeño cuarto que comparten de a dos.

Cuando apenas había recibido el cuerpo de su hijo, a Berta Nava le ofrecieron dinero del "alto gobierno" de Guerrero. "Yo no tengo precio y mi hijo no tenía precio", les respondió. Seguido envió un mensaje de regreso: "Yo no le voy a dar la puñalada por la espalda a nuestros compañeros, voy a estar con ellos hasta las últimas consecuencias. Si mi vida quieren para de-volver a nuestros hijos, se las doy con gusto, porque Julio dio la suya por sus compañeros. Al gobierno dí-gale eso de mi parte".

Semanas después, y tras batallar para reconocer y po-der enterrar a su hijo, Berta sigue en la Escuela Normal de Ayotzinapa. Llega temprano y ayuda, junto a otros voluntarios, a servirles el desayuno a los padres de los 43 estudiantes desaparecidos que dejó la masacre co-metida por policías municipales. "Si lo mataron por esta escuela, yo tengo que apoyarla y apoyar a los demás papás. Me quitaron a mi hijo pero me dejaron muchos hijos que vienen a abrazarme", cuenta Berta y agrega: "Siento que mi hijo anda con sus compañeros".

Aquella noche infernal, los pistoleros asesinaron a otras tres personas. Dispararon contra un autobús donde viajaban jugadores de un equipo de futbol de la tercera división profesional y el vehículo se desba-rrancó después que mataron al chofer y a un niño de 14 años. Más tarde, se supo que la pasajera de un taxi que pasaba por el sitio también había muerto duran-te la terrorífica balacera. La cacería terminó hasta el amanecer del sábado 27. En la mañana de ese día, los vecinos encontraron el cadáver de uno de los tres jó-venes normalistas que presentaba huellas de tortura y la cara desollada.

Las cámaras de vigilancia de negocios privados instalados en la zona grabaron el momento cuando fueron secuestrados los muchachos, en donde se ve que son llevados a la fuerza por hombres vestidos de negro y encapuchados que se transportaban en ca-mionetas negras.

La pareja imperialLa Fiscalía federal ha detenido a 74 personas: po-

licías de Iguala y del vecino municipio de Cocula, así como delincuentes del cártel de los Guerreros Unidos, incluido su líder, Sidronio Casarrubias, apodado El sapo guapo. Cocula es un lugar estratégico en el tra-siego de la droga que llega de la Sierra Madre del Sur; se ubica rumbo al municipio de Teloloapan, que comu-nica con la región de Tierra Caliente.

Las declaraciones de los detenidos ante las autori-dades han servido para que el gobierno ofrezca su ver-sión de los hechos. El fiscal general de México, Jesús Murillo, explicó que los autores intelectuales de todo lo sucedido aquella noche son el entonces alcalde, José Luis Abarca, su esposa, María de los Ángeles Pineda, hija y hermana de poderosos narcotrafican-tes, y Felipe Flores, secretario de Seguridad y jefe de la Policía Municipal. Abarca, quien fue separado de su cargo el 17 de octubre por el Congreso del estado de Guerrero, huyó dos días después de lo sucedido, cuando se presentó a la prensa para decir que él no tenía nada que ver porque estaba "en un baile".

Con el avance de las investigaciones, México fue descubriendo entre el asombro y la indignación, cómo este matrimonio tenía el control de una ciudad a 200 km de la capital sin importar los nexos con el cártel local Guerreros Unidos que les habían detectado al al-calde y su esposa. Abarca Velázquez, que gusta nom-brarse Jaguar, es del PRD, aspiraba a una diputación federal y pretendía heredar la alcaldía a su esposa. Con ella estaba la noche del 26 de septiembre, en un acto político que culminó con una fiesta pública en el zóca-lo de la ciudad. Es propietario en todo el estado de 31 casas y departamentos, 9 empresas, 13 joyerías, de un enorme centro comercial en Iguala y de la Universidad Benemérito de las Américas. También posee diez pro-piedades en la capital mexicana y una casa en Tlaxcala.

Tanto el gobierno del estado de Guerrero como el ejército y la PGR sabían de los señalamientos sobre nexos de Abarca con el crimen organizado, según lo declaró a la prensa el ahora ex gobernador Ángel Aguirre Rivero. De hecho, Abarca fue investigado por delincuencia organizada entre 2010 y 2012, durante la administración del panista Felipe Calderón. Varias averiguaciones previas "fueron cerradas porque en ninguno de los casos se encontró nada", dijo el secre-tario de Gobernación Miguel Ángel Osorio Chong. La

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administración del priísta Enrique Peña Nieto empe-zó a investigar a Abarca en agosto pasado por enri-quecimiento ilícito, dijo el ministro.

Pineda, la esposa de Abarca, es parte de una fami-lia narco, empezando por su padre, Salomón Pineda Bermúdez, y su madre, Leonor Villa Ortuño, una anti-gua operaria de Arturo Beltrán Leyva, el Jefe de Jefes. En mayo de 2009 la Fiscalía mexicana ofrecía recom-pensa de 15 millones de dólares por Mario y Alberto Pineda Villa, dos de sus hermanos. Entre los tres con-trolaban la zona de Guerrero y Morelos para el cartel de los hermanos Beltrán Leyva. En junio de 2009 fue detenido en Morelos otro de los hermanos como pre-sunto jefe de plaza de los Guerreros Unidos en Morelos y Guerrero, pero fue liberado en 2013. Cuando a finales de 2009 Mario y Alberto fueron ejecutados y arrojados a una cuneta de la carretera de Cuernavaca, ella tomó las riendas en Iguala.

La confesión de Sidronio Casarrubias ha servido también para constatar que el crimen organizado es-taba completamente infiltrado en el ayuntamiento, que recibía del cártel entre dos y tres millones de pesos de manera regular entre 148.000 y 222.000 dólares. La señora Pineda era la encargada de distribuir este dine-ro con la complicidad de su esposo y de Felipe Flores. Cada mes, al menos 600.000 pesos (unos 44.500 dóla-res) eran destinados al control de la policía local y los propios miembros del cártel eran quienes decidían so-bre los nuevos ingresos a la corporación.

Al día siguiente de la masacre, Abarca dijo que la información que le dio su secretario de seguridad mu-nicipal, Leonardo Vázquez, en coordinación con las policías del estado, "es que un grupo de ayotzinapos –como se dice despectivamente a los estudiantes de la normal de Ayotzinapa– llegaron a Iguala; al parecer alguien los contrató para que vinieran a hacer des-madres. La policía (municipal) lanzó unos disparos al aire; eso es todo. No me reportan un solo herido ni un solo muerto. Alguien los contrató, repito, por-que se dirigieron exactamente al acto, ya estaba el baile. Fue una provocación, y lo entendemos porque los ayotzinapos llegaron exactamente ahí, en un ca-mión (bus) robado, como siempre. Me gustaría que en caso de que hubiera algún detenido declare quién los contrató, porque esos muchachos no viven aquí, no tienen nada que hacer aquí. Mientras en otros municipios de Guerrero y del país han pasado cosas peores, aquí pretenden responsabilizarme de algo que definitivamente no soy. Sabemos que estamos limpios y mi conciencia está tranquila".

La madrugada del 4 de noviembre, 38 días después de los asesinatos de los normalistas, la pareja fue detenida por la Policía Federal en Ciudad de México, en un escon-dite modesto ubicado en una casa que aparentaba estar

abandonada, con tan solo una cama y una mesa, lejos de sus diecisiete propiedades en Iguala, el rancho, o el gla-mour de las joyerías y la plaza comercial a su nombre.

La versión oficialEl 6 de noviembre, Murillo hizo el recuento de los he-

chos, el modo de operar y los móviles del grupo delicti-vo, de la policía y de funcionarios de Iguala y Cocula, y la orden de ejecución impartida por Casarrubias. El grupo de jóvenes subió a bordo de dos autobuses de la Escuela Normal en Ayotzinapa rumbo a la entrada de la ciudad de Iguala. Posteriormente se trasladaron a la terminal de autobuses, donde tomaron otros dos vehículos, pues querían recaudar fondos por "boteo" (pedir dinero a los automovilistas en las carreteras) para financiar sus estu-dios y para hacer un viaje a la capital de México a fin de participar en la marcha del aniversario 46 de la matanza de Tlatelolco, el 2 de octubre.

Abarca dio la orden a los policías municipales de contener a las personas que viajaban en esos cuatro autobuses y "disuadirlos" para no hacer presencia en el evento de celebración donde estaban el alcalde y su esposa. Los agentes persiguieron y dispararon contra los autobuses en los que iban los normalistas, y cau-saron la muerte de tres de ellos y de otros tres civiles.

Tras la agresión, los policías llevaron en patrullas a los detenidos a su cuartel. En una operación de exter-minio bien diseñada, fruto posiblemente de experien-cias anteriores, los estudiantes fueron recogidos de la comandancia de Iguala por agentes de Cocula, quienes, cambiando las placas de sus matrículas, los entregaron en Pueblo Viejo al cártel de los Guerreros Unidos, en la brecha de Loma de Coyote, controlado por un lugarte-niente de los Guerreros Unidos de nombre "Gil". Este avisó a Casarrubias de los hechos de violencia, pero los atribuyó a Los Rojos, un grupo delictivo rival. Por ello, el líder del cártel avaló las acciones para la defensa de su territorio. Todo estaba preparado para no dejar huellas.

El 30 de octubre, las autoridades capturaron a Patricio Reyes Landa (El Pato), Jonathan Osorio Gómez (El Jona), y Agustín García Reyes (El Chereje), sicarios de Guerreros Unidos. El siete de noviembre, el fiscal Jesús Murillo reveló que los tres confesaron que los normalistas ha-bían sido asesinados.

Los sicarios relataron que los policías municipales de Iguala y Cocula les entregaron a los jóvenes, a quienes transportaron hasta un barranco junto al basurero de Cocula. Amontonados, malheridos, golpeados, muchos de los estudiantes murieron asfixiados en el trayecto hacinados en un camión y una camioneta. Una vez en el paraje, los sicarios fueron bajando a los normalistas con las manos en la nuca y con la vista hacia abajo e interro-gándolos. Querían saber por qué habían acudido a Iguala, por qué se habían enfrentado al alcalde y su esposa. Cada

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seguimos con la esperanza que los muchachos están vivos porque no nos han ofrecido pruebas de nada. Vamos a seguir con la búsqueda de los jóvenes".

Desde que se llevaron a los normalistas, María Elena Guerrero, madre de Giovanni Galindes, uno de los des-aparecidos dio un vuelco a su vida. Ya no duerme en su casa, dejó de ver a sus familiares, abandonó sus activi-dades cotidianas, viaja al menos una vez a la semana a la capital y participa en las marchas para exigir la apa-rición con vida de su hijo y de sus compañeros desapa-recidos. "Todos son niños de primero que apenas em-piezan a vivir su juventud, por eso no pueden ser malos como quiso decir el gobierno", aclara la mujer.

Como ella, 30 mujeres más entre madres, herma-nas, abuelas y parejas, conforman la comisión de fa-miliares de Ayotzinapa. Son campesinas, amas de casa, maestras, empleadas e indígenas. Como sus hi-jos, están acostumbradas al campo, al trabajo diario, a la tierra árida, a los tiempos difíciles y a la resistencia. "No tenemos miedo. No confiamos en el gobierno. No vamos a parar hasta encontrar respuestas. Noso-tras podemos dar la vida (por ello)", dice María Elena. Hasta que los peritos argentinos (Equipo Argentino de Antropología Forense) nos digan la verdad de las cosas, al gobierno no le vamos a creer nada. Las fosas han estados ahí siempre, vivimos con ellas".

Concluye: "No es que me sienta impotente porque vamos a luchar, lo hacemos diario. Al principio nos ganaba el sentimiento, pero ahorita ya como que nos dio coraje. Nos dio rabia y vamos a luchar hasta encontrarlos. Vale más que el gobierno no diga que están muertos".

Persecución contra fieles y sacerdotesEn el cerro de Pueblo Viejo las autoridades encontra-

ron otras once fosas con 38 cuerpos incinerados con un método parecido. Solo tres han sido identificados. Es-peranzadas por el impacto que la lucha de las madres y los padres de los normalistas ha causado en México

uno de los muchachos respondió lo mismo: "somos estu-diantes, no somos criminales". Luego los tumbaban en el suelo y los asesinaban.

Concluida la masacre, agarraron de brazos y pier-nas cada cadáver y los lanzaron barranco abajo. Los asesinos hicieron después una especie de plancha con piedras, sobre la cual colocaron llantas y ramas secas, para asegurar que el fuego tuviese la mayor intensi-dad posible. Luego dispusieron los cadáveres sobre la plancha "como si fueran leña", les rociaron gasolina y diésel y les prendieron fuego. En el basurero de Cocula hicieron guardias y relevos para asegurar que el fuego durase 15 horas. Cuando se habían calcinado los cuer-pos, recibieron la orden de El Terco de fracturar los restos de los huesos calcinados para ser depositados en ocho bolsas de basura negras grandes, que luego fueron vaciadas en el río San Juan, salvo dos, que uno de los declarantes dice haber arrojado completas.

Una encuesta del diario El Universal, uno de los de mayor circulación en México, revela que el 68% respon-sabiliza a alguna autoridad local o federal por lo ocu-rrido a los estudiantes y sólo 5% al crimen organizado. Más de la mitad afirma que lo ocurrido a los jóvenes les genera enojo, coraje e impotencia, y 74% de las per-sonas no cree en los resultados de la investigación. La mayoría de los encuestados cree que una autoridad es responsable. Sólo 5% ubica al narcotráfico, la mafia o al grupo criminal Guerreros Unidos como responsable de la desaparición de los normalistas, y 2% apunta a los po-líticos o un partido político. El 53% dice que el gobierno federal se ha esforzado "poco" o "nada", porcentaje que crece a 68% al evaluar la forma en que ha respondido el gobierno estatal. Al momento del levantamiento de la encuesta, 24% confiaba en que los normalistas seguían con vida y 68% creía que habían sido asesinados.

"No están muertos"En Ayotzinapa, las madres y los padres de los 43

normalistas miraron la conferencia de Murillo en una pantalla gigante ubicada en la explanada. Al concluir, las madres se fueron por el corredor de las lágrimas, protegidas por los muchachos de la Normal. Quizá se sentían bien representadas por quienes hablarían, tal vez los más activos, los más formados políticamente. Uno de ellos resumió la respuesta al procurador: pri-mero dicen que están en fosas, luego que destazados y ahora que son cenizas inidentificables. "Ya nos los mataron muchas veces y los van a volver matar".

"No estamos cerrados a cualquier resultado, pero queremos pruebas que nos den certeza", dijo una madre de familia quien prefirió no dar su nombre. "Cuando nosotros tengamos la certeza que lo que de-clara la Procuraduría sea verdad, hasta ese momento aceptaremos, sea cual sea el resultado, por lo pronto

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entero (y más allá), los familiares de al menos otros 300 jóvenes desaparecidos se han agrupado con el mismo objetivo: saber su destino.

En Nejapa, un pintoresco pueblito mexicano en la montaña del estado de Guerrero, sembrado de fosas clandestinas, el miedo se respira y silencia. En una de las fosas, entre maizales y frijolares, la gente halló ho-rrorizada el cadáver del cura del pueblo, un misionero ugandés enamorado de México. El cadáver de John Ssenyondo estaba entre los 13 cuerpos encontrados el 29 de octubre en la sierra, en Ocotitlán.

El 30 de abril pasado, Ssenyondo, de 55 años y quien llegó hace seis años a México, fue a oficiar misa a un poblado cercano. Al terminar, lo interceptó un gru-po armado que lo llevó sierra adentro. La gente salió a buscarlo, pero la fosa se halló seis meses después. Los pobladores creen que fue asesinado por negarse a bautizar a un niño cuyos padrinos, de un cartel local, no estaban casados; otros señalan a una autoridad de Nejapa que vinculan con narcotraficantes.

Desde el púlpito, Sseyondo ponía el dedo en la llaga. "Su palabra dura, sin rodeos, hablaba de la violencia del país y del estado, del narcotráfico. Acá hay gente en la delincuencia organizada", comenta bajito Plácido Flores, mirando de reojo a todos lados pese a estar en la solemnidad del templo. El cura había sido asaltado dos veces, los pobladores dicen que vivía amenazado.

"A un padre lo mataron hace unos meses por no pa-gar un rescate. Más de 25 curas de la zona han tenido amenazas y unos tres pagaron extorsión. México es un país de mayoría católica, pero ya ni al sacerdote res-petan", lamenta Víctor Aguilar, vicario de la diócesis de Chilpancingo-Chilapa. "Hay persecución al atentar contra fieles y sacerdotes a sabiendas que lo son. Es-tamos en una situación muy difícil. En Chilapa hay dos grupos (narcos) peleando la plaza (territorio)", explica el vicario episcopal de la zona donde está Nejapa.

La masacre de Tlatlaya El pasado 30 de junio en una bodega localizada en

la comunidad de San Pedro Limón, en el municipio de Tlatlaya, estado de México, un grupo de ocho militares arribaron al lugar y sostuvieron un "enfrentamiento" que duró entre ocho y diez minutos con un grupo de hombres armados, con un saldo de 22 muertos.

Durante tres meses, la versión oficial de los hechos difundida por el gobierno de Estado de México y la Secretaría de la Defensa negaba que el multi homi-cidio hubiera ocurrido, sino que todas las personas, 21 varones y una niña de 15 años, habían muerto du-rante un enfrentamiento con una patrulla militar. Sin embargo, una mujer que sobrevivió la balacera contó otra historia en la revista Proceso e indicó que entre los muertos estaba su hija de 15 años, Erika Gómez

González, quien había sido herida en una pierna y ya-cía en el piso cuando fue asesinada.

El periódico La Jornada publicó fotografías que muestran cadáveres ensangrentados, las manchas de sangre en el muro de ladrillo de concreto, los marcadores colocados por los investigadores para señalar las evidencias y los escombros del sitio. En-tre los muertos que figuran en las fotos está una niña que yace de espaldas, tal como la describió la testigo, que la muestra en el suelo junto a un fusil de asalto, con su ropa ensangrentada y cubierta de lodo. Muchos de los muertos aparecen acostados junto a la pared de la bodega. Todos se ven con un fusil de asalto a su lado o tomados de las manos, y algunos de los fusiles parecen haber sido apuntala-dos contra los cuerpos. La mayoría tienen lodo en las rodillas, lo que indica que podrían haber estado hincados o con el rostro boca abajo.

De los 22 fallecidos, solo siete de ellos murieron du-rante el intercambio de disparos. Los otros 15, la ma-yoría de entre 15 y 22 años de edad, quedaron heridos o se rindieron. Dos de ellos eran jóvenes que habían sido secuestrados por la banda. A los 13 heridos o rendidos, una vez que los tenían controlados, tres militares (un sargento y dos elementos de tropa) los asesinaron con las propias armas de los presuntos delincuentes que ya habían sido abatidos. Tres mujeres lograron sobrevivir. Una de ellas era la madre de la niña asesinada y las otras dos sexoservidoras que todavía a mediados de noviembre seguían presas.

Raúl Plascencia, que hasta octubre pasado era Presidente de la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH), firma un informe en el cual ase-gura que las dos prisioneras fueron torturadas y agredidas sexualmente por funcionarios estata-les para que validaran una versión falsa dada por el Ejército en el sentido de que hubo un enfrenta-miento. "El único delito que habían cometido es el haber sido contratadas por personas para darles un servicio un día antes. Deben ser liberadas de mane-ra inmediata, porque no tienen delito alguno", dijo Plascencia. Ambas mujeres están detenidas en una prisión federal en el estado occidental de Nayarit, donde enfrentan un proceso por acopio de armas y posesión ilegal de cartuchos.

La madre de la niña, que había sido secuestrada y violada por la banda criminal, narró a la CNDH que vio a tres militares que ingresaron a uno de los dos cuartos en el interior de la bodega en donde habían alojado a los miembros de la banda que se habían rendido des-pués del tiroteo. Un civil sacaba uno por uno a los ren-didos y los llevaba hacia otro de los militares que les preguntaba de dónde eran, su edad, su apodo, y pos-teriormente los obligaba a hincarse y les disparaba.

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Antes de la balacera, otra testigo narró que cuando llegaron las patrullas, se escuchó una vos masculina que gritó: "¡Ejército Mexicano, ríndanse, les vamos a perdonar la vida!". Los dos jefes de la banda deja-ron las armas y salieron a la calle con las manos en la nuca, y al parecer "se dieron a la fuga". Fue enton-ces cuando empezó la balacera que duró 5 minutos y luego se detuvo, momento en el cual ingresan los militares a la bodega.

La CNDH concluye en su informe final, "que logró acreditar que el día de los hechos se alteró la escena del crimen con la intención, muy probablemente, de simu-lar que las muertes habían ocurrido en un contexto de enfrentamiento. En ese sentido, los cuerpos fueron mo-vidos de la ubicación en donde se encontraban y cam-biados de posición, además de que se sustrajeron de la escena teléfonos y equipo de telecomunicación".

Ante la evidencia de los hechos publicados por los medios y el informe de la CNDH, la PGR debió cambiar su versión y acusar ante un juez federal a siete milita-res, tres de ellos por homicidio agravado y a un tenien-te por el delito de encubrimiento.

No es el único caso. En diciembre de 2013, la PGR ejerció acción penal contra cuatro integrantes del mismo batallón por haber abatido a cuatro funciona-rios de Arcelia, en Guerrero, entre ellos el director y el subdirector de Tránsito de ese municipio cercano a Tlatlaya. Arcelia también es el pueblo natal de varios de los asesinados en el tiroteo de junio.

En la historia de San Pedro Limón hubo otro he-cho de violencia similar. El 18 de agosto de 2008, unos 20 hombres armados y presuntamente vestidos con ropa tipo militar llegaron al tianguis del pobla-do y abrieron fuego contra la población que allí se encontraba. Arribaron a bordo de tres camionetas y supuestamente asesinaron a 23 personas. Posterior-mente –de acuerdo con la información publicada ese año por el fallecido periodista Miguel Ángel Grana-dos Chapa–, llegaron al lugar otros vehículos "ocu-pados por miembros del Ejército, quienes retiraron los cadáveres, recogieron los casquillos y limpiaron la escena. Despojaron de sus teléfonos celulares a los espantados vecinos y visitantes, y se las arregla-ron para hacerles saber que era preferible que no se supiera nada de lo ocurrido. Quizá disuadieron tam-bién al personal de la agencia del Ministerio Público incluidos agentes ministeriales, que supieron de los hechos pero no cumplieron sus funciones, pues no se inició averiguación previa alguna".

En agosto de 2010, un grupo de soldados mexicanos mató a Joseph Proctor, de 32 años, quien era oriundo de Nueva York, en un retén cerca de su casa ubicada al norte de Acapulco, la ciudad balneario de Guerrero. El Ejército dijo que el empresario de la construcción trató

de atacar a los soldados con un rifle AR-15. Su familia luchó para que se hiciera una investigación. Semanas después, la Secretaría de Defensa Nacional de México dio a conocer un informe a su madre, Donna Proctor, diciendo que tres soldados habían sido acusados por la muerte de su hijo.

Estado verdugoEl 9 de julio, en el estado de Puebla, la Policía Estatal

utilizó diversas armas para disolver violentamente el bloqueo de la autopista Puebla-Atlixco. Como conse-cuencia murió José Luis Alberto Tehuatlie, de 13 años, a raíz de las lesiones que le provocó el impacto en la cabeza de un contenedor de gas lacrimógeno. Las au-toridades estatales difundieron la información de que las lesiones del niño fueron provocadas por un cohetón que habían lanzado los mismos manifestantes; se ma-nipularon los dictámenes periciales para deslindar a los policías, e incluso se abrieron averiguaciones previas en contra de quienes protestaban. Pero este discurso tuvo que dar un vuelco cuando la Comisión Nacional de los Derechos Humanos señaló que el artefacto que había provocado las lesiones fue disparado por la policía.

"En 90 días –afirma Octavio Gómez, en la revista Proceso– instituciones de seguridad mexicanas (de las tres instancias de gobierno: federación, estado y municipio) perpetraron tres acciones criminales que cobraron al menos 29 vidas humanas (y 43 normalistas desaparecidos), y en los tres casos la primera reacción de las autoridades fue eludir todo tipo de responsabili-dad e inclusive inculpar a los civiles de dichos actos. En los tres casos los asesinatos fueron a mansalva, pues aun en el único donde los presuntos delincuentes se encontraban armados –el de Tlatlaya–, éstos fueron

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ultimados cuando se hallaban indefensos. Así, en las dos masacres (las de Tlatlaya e Iguala), y en el lamen-table "efecto colateral" de una acción policiaca (el de Puebla), perpetrados por tres cuerpos de seguridad distintos –Ejército, Policía Estatal y Policía Munici-pal–, se trató de evadir la responsabilidad; en los tres hubo uso excesivo de la fuerza, así como complicidad y solapamiento de las más altas autoridades políticas del estado y del país. El discurso del "respeto a los de-rechos humanos" del presidente Peña Nieto sucumbe frente a la realidad: el absoluto desprecio por la vida de los presuntos delincuentes y de manifestantes y activistas sociales. El Estado ejecutando, sin causa ni juicio, a sus ciudadanos".

El senador del PRD, Alejandro Encinas, cree que los casos de Tlatlaya y de Iguala demuestran que hay una persecución deliberada del Estado mexica-no. "Si vemos lo que ocurrió en Tlatlaya, donde 22 jóve-nes que eran de Guerrero, de la región de Tierra Caliente y de Arcelia, y fueron ultimados presuntamente por mi-litares; si vemos los asesinatos en Iguala, con la policía municipal agrediendo a estudiantes normalistas, se está generando un escenario de violencia y provocación. Ya no se trata de un enfrentamiento con delincuentes, sino contra gente ligada con movimiento sociales".

Otro analista mexicano, José Gil Olmos, escribió en Proceso: "El Narco Estado es una de las más recientes acepciones para definir la figura donde el crimen orga-nizado se ha hecho gobierno y los políticos, gobernan-tes y narcotraficantes ya son lo mismo. No se trata de la infiltración y corrupción, sino de la simbiosis de estos dos últimos personajes en los cuales se concentra todo el poder y actúan controlando un territorio con las leyes de la violencia y el terror".

Agrega que desde hace varias décadas en México ha ocurrido esa fusión o simbiosis de políticos, nar-cotraficantes, policías, militares (incluso generales)

legisladores federales y estatales, presidentes muni-cipales, funcionarios de los gobiernos federal y esta-tales. "El Narco Estado se fue labrando por años en un ambiente de corrupción, impunidad e injusticia, cultiva-do por gobiernos de todos los partidos hasta alcanzar los niveles que hoy tenemos con sus consecuencias te-rribles. En el Narco Estado el nuevo grupo en el poder, los narcopolíticos, controlan el territorio para establecer su propio imperio de cobro de impuestos, extorsiones y secuestros; su propia economía con leyes del mercado global, con socios de otros grupos de otros países que comercializan no sólo drogas sino productos agrícolas, metales precisos, minerales, e hidrocarburos".

Germán Canseco dice: "además del gobierno, infiltra-do ya por el crimen organizado, la sociedad será culpable de que siga creciendo la barbarie en el país si no actúa. En México ya no necesitamos más matanzas de nadie, ni de estudiantes ni de criminales ni de integrantes de la seguridad ni de la Marina ni del Ejército ni de políti-cos; México ya tiene ríos de sangre, la sociedad tiene la palabra y la acción para detener las muertes, porque el gobierno, sin presión, nunca lo hará".

El escritor uruguayo radicado en México, Raúl Zibechi, hace una conclusión lapidaria: "el narco es la excusa. Pero el narco no existe. Son los negocios que forman parte de los modos de acumular/robar de la clase dominante. No estamos ante "excesos" policiales esporádicos, sino ante un modelo de dominación que hace de la masacre el modo de atemorizar a las clases populares para que no se salgan del libreto escrito por los de arriba, y que le llaman democracia: votar un día cada cinco o seis años y dejarse robar/asesinar el resto del tiempo".

* Texto elaborado con reportajes y análisis de varios autores publicados en los diarios mexicanos La Jornada y El Universal, entre otros; la revista Proceso, ALAI y otras

agencias noticiosas.

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En Bolivia, el Movimiento al Socialismo (MAS), con el Presidente Evo Morales a la cabeza, barrió en las elec-ciones generales reafirmando el curso de la revolución socialista y descolonizadora emprendida en 2005; en Brasil, la presidenta Dilma Rousseff y el Partido de los Trabajadores (PT) ganaron la reelección (por un estre-cho margen), asegurando por varios años más el bloque de países que apuestan por la integración latinoame-ricana; y en Uruguay, el Frente Amplio desmintió los vaticinios de los grandes medios de la derecha para lograr conservar la mayoría parlamentaria, aunque no se haya salvado de ir a una segunda vuelta en la cual Tabaré Vásquez ganó cómodamente para asegurar el tercer período consecutivo de la izquierda.

En Centroamérica debemos recordar las impor-tantes elecciones en Costa Rica y El Salvador el 2 de febrero, y en Panamá en mayo. En el primer caso –donde ganó sorpresivamente Luis Guillermo Solís y su Partido Acción Ciudadana– el resultado marcó el fin de la era Chinchilla, la ruptura del bipartidismo, la debacle del Partido Liberación Nacional (dominado por Oscar Arias) y el ascenso en el número de votos recibidos por la izquierda del Frente Amplio. En el se-gundo caso, la consolidación del FMLN como partido de gobierno y con un presidente salido de sus propias filas. En Panamá, las elecciones resultaron en la sali-da del gobierno del corrupto y lacayo yanqui Ricardo

Jorge Capelán ___________________

En los últimos meses (octubre y noviembre), el destino común de nuestros pueblos ameri-canos se jugó en tres procesos electorales en

los que, de diversas maneras, estaba sobre la mesa el futuro de tres gobiernos de izquierda, todos ellos a cargo de instrumentos políticos surgidos de los movi-mientos sociales: Brasil, Bolivia y Uruguay.

Lo que en general podemos observar es que hoy en día América Latina es una región en la que realmen-te importa quién va a ganar una elección. A pesar de excepciones como las de México o Perú, en general la tendencia, sobre todo en muchos de los grandes países de Nuestra América, es a la alta participación y a la confron-tación entre dos modelos definidos: el del neoliberalismo y el del denomina-do posneoliberalismo, que se presenta en diversas variantes según la realidad específica y la correlación de fuerzas, pero que en todos los casos implica avances para los sectores populares en la distribución de las riquezas, mejoras en las políticas sociales, combate a la pobreza, así como crecientes cuotas de independencia y soberanía nacio-nales, y de participación en los proce-sos de integración regional, desde el Mercosur y la UNASUR hasta el ALBA, Petrocaribe o la CELAC.

La gran mayoría de estos procesos electorales tie-nen la tendencia a volverse plebiscitarios, especial-mente si las que están en el poder son fuerzas de iz-quierda o progresistas, aunque también observamos este fenómeno en otros contextos, como las eleccio-nes legislativas en Colombia, que también tenían un trasfondo de Sí o No a Santos y a la política del Pro-ceso de Paz. Obviamente persiste siempre el interés especial de parte de las oligarquías financieras lati-noamericanas de obtener mediante la manipulación de los sistemas electorales lo que antes fácilmente obtenían por medio de golpes de Estado.

Tres victorias, un solo camino

Evo Morales Dilma Rousseff Tabaré Vásquez

nuestramérica

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Martinelli y su partido Cambio Democrático, y el as-censo de Juan Carlos Varela, del tradicional Partido Pa-nameñista, con posiciones mucho menos retrógradas y serviles al imperio que las de su sucesor. En estos tres países centroamericanos los procesos electorales tra-jeron, o bien avances de las fuerzas progresistas y de izquierda, o bien retrocesos de las peores expresiones del neoliberalismo (o ambas cosas). Por lo reciente de su formación (año 2011) es muy temprano para dejar de lado experiencias de izquierda como las de Frente Amplio por la Democracia (FAD) en Panamá, que ob-tuvieron una votación insignificante.

En Colombia, un país que desde hace muchas dé-cadas se encuentra en un estado de apartheid so-ciopolítico, también se dieron resultados electorales positivos, esta vez desde la óptica del desarrollo del proceso de paz. Las elecciones legislativas de mar-zo pasado le permitieron al Presidente Juan Manuel Santos conservar sus espacios en el Congreso, y las presidenciales de junio le permitieron derrotar al candidato del uribismo, Óscar Iván Zuluaga. A pesar de que eran unas elecciones prácticamente sin iz-quierda, el resultado fue positivo y fue celebrado por todos aquellos interesados en que el proceso de paz llegue a buen término dentro y fuera de Colombia. El avance de este proceso es en sí una condición para plantear cualquier otro tipo de democratización en el país santanderiano y representa una derrota de las

ambiciones imperiales en nuestro continente.En el Caribe hubo un proceso electoral en junio y hay

otro programado para el 12 de diciembre, ambos de gran relevancia para nuestro proyecto de Petrocaribe ya que se trata de países que forman parte de esta al-ternativa solidaria. Nos referimos a las elecciones en Antigua y Barbuda, y en Dominica, respectivamente.

En Antigua y Barbuda ganó la oposición de la mano de Gaston Browne, líder del Partido Laborista de Antigua. Sin embargo, Browne no está para nada en contra de Petrocaribe y a las pocas semanas de su mandato en-tró en curso de colisión con el FMI. En Dominica se espera una victoria del gobernante Partido Laborista. Había unas elecciones programadas en Haití que fue-ron suspendidas por problemas políticos internos.

Por último, no podemos dejar de mencionar las elec-ciones legislativas de los Estados Unidos en noviem-bre, donde los Republicanos retomaron el control del Senado por primera vez desde 2006. La victoria repu-blicana es de menor significación en lo que respecta a la línea general de los Estados Unidos, ya que Obama podría gobernar el resto de su mandato a punta de vetos y decretos presidenciales en una gran cantidad de temas. La derrota de los demócratas se debió más al desencanto de la propia base electoral (latinos, jó-venes...), que a los apoyos ganados por los republica-nos. Al parecer los demócratas apuestan a una victoria (probablemente con Hillary Clinton a la cabeza) en las siguientes elecciones, cuando al padrón electoral in-gresen grupos importantes de jóvenes a los que no se considera muy proclives a votar por los republicanos.

En particular, las elecciones en Bolivia, Brasil y Uruguay, que resultaron en victorias para las fuer-zas de la integración y emancipación de Nuestra América, forman parte de un apretado año electoral 2014 en el que se registraron considerables avances en muchos otros países y que señaló el peso que tie-ne la política electoral hoy en día en nuestra región.

Bolivia y Evo MoralesBolivia representa probablemente el ejemplo más

radical de cambio que tiene lugar en Nuestra América hoy en día. Es un país relativamente pequeño, de 10 mi-llones de habitantes, pero con un significado central en términos histórico-étnicos, geopolíticos y económicos:

Bolivia es el representante máximo del movimiento indígena en Nuestra América, tanto desde el punto de vista de la conformación de un instrumento político de y por las masas indígenas, como por el tipo de trans-formación refundadora del Estado colonial empren-dido, hacia una construcción plurinacional de carácter descolonizador y socialista.

Desde el punto de vista geopolítico, el país andino tiene una posición central, con fronteras con Chile, Argentina, Paraguay, Brasil y Perú. Esta ubicación le da a Bolivia un papel muy importante de influencia so-bre los desarrollos políticos del resto de América del Sur. No en vano fue escogido por el Che para formar la columna guerrillera con la que pretendía liberar a todo el continente del imperialismo en los años 60. Sin salida al mar, Bolivia es protagonista de un conflicto

BOLIVIA

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limítrofe con Chile que es clave para resolver la articulación po-lítica de Nuestramérica y que es una de las grandes injusti-cias que quedan por reparar en el Abya Yala.

Otra dimensión que le confie-re a Bolivia un papel clave son la energía y los recursos minera-les. Bolivia tiene grandes reser-vas de gas y petróleo, con reser-vas hidrocarburíferas probadas de 211,45 millones de barriles y gasíferas de 9,94 trillones de pies cúbicos garantizadas hasta el año 2025, por lo menos. Aún más importante estratégicamente, Bolivia tiene la re-serva mundial más grande de litio, estimada en unos 5,5 millones de toneladas de este metal raro que a su vez es una de las mayores fuentes de energía limpia del futuro.

Las elecciones del pasado 12 de octubre, que el MAS conducido por Evo Morales ganó de manera arrolla-dora en 8 de los 9 departamentos, son un ejemplo de construcción de hegemonía por parte de un instru-mento político surgido de los propios movimientos sociales. El MAS llegó al gobierno en el año 2005 en un país colapsado por las políticas neoliberales y tras años de intensas luchas populares por la defensa de los re-cursos naturales y por los derechos políticos, sociales y culturales de la población. El mandato que había re-cibido el MAS al llegar al poder era nada más ni nada menos que refundar el país.

Victoria tras victoriaEn diciembre de 2005, Evo Morales se impone al

ex-presidente neoliberal Jorge "Tuto" Quiroga con el 53% de los votos. Este primer período presidencial tuvo como cuestión política central la definición de una nueva constitución que refundara el país. A la par, se resolvió a grandes rasgos el enfrentamiento por el poder con la oligarquía, al derrotar el complot filonazi y secesionista de los departamentos del Beni, Pando y Santa Cruz (conocidos como la Media Luna) y sentó las bases para la independencia económica del país al renegociar los contratos de los hidrocarburos con las multinacionales y en muy poco tiempo multiplicar por diez los ingresos del Estado.

En las siguientes elecciones, en 2009, con Evo a la cabeza, el MAS obtuvo el 64% de los votos de un total de votantes que en 4 años había crecido de poco más de 3 millones a casi 4,9 millones. Si en 2005 el MAS solo había ganado en 3 de 9 departamentos, cuatro años después lo había hecho en 6 de ellos (todos me-nos los de la Media Luna). En las elecciones de 2014 el

universo de votantes fue de casi 5,5 millones y el MAS con Evo ganaron con el 61%, llevándose todos los de-partamentos menos Beni, y amasando una mayoría parlamentaria de 84 asientos en la cámara de diputa-dos de 130 escaños, y de 25 plazas en el senado de 36 miembros. Menos del 6% votaron en blanco o nulo.

Durante todos estos años entre 2005 y 2014, el pro-ceso conducido por Evo Morales Ayma ha debido de enfrentar todo tipo de intentos de desestabilización, desde asonadas fascistas y ataques a sus militantes en las regiones controladas por la derecha hasta planes magnicidas e intentos de golpe de Estado, y también, conflictos con los propios movimientos que apoyan al proceso, sin dejar de mencionar intentos de división ultraizquierdista, tanto a nivel del movimiento obrero como del movimiento indígena.

Las bases sobre las que descansan semejantes éxi-tos en la tarea de creación de hegemonía se pueden sintetizar en pocas líneas: gracias a la renegociación de los contratos emprendida por Evo Morales, los in-gresos petroleros pasaron de 600 millones en 2005 a 6.000 millones de dólares hoy en día. La gestión de esta riqueza ha sido tan exitosa que hoy, Bolivia se perfila como una potencia energética sudamericana. Bajo los gobiernos del MAS Bolivia se convirtió en uno de los países que más redujo la pobreza en América Latina según el informe PNUD-2014 de la ONU. El do-cumento indica que la pobreza extrema bajó del 38% al 18% entre 2007 y 20013, mientras que la pobreza moderada bajó del 60 al 40.6%.

Pero enumerar hechos como los anteriores, deja de lado la dimensión fundamental de la revolución boli-viana, que es la de la descolonización. El informe de la CEPAL "Los Pueblos Indígenas en América Latina: avan-ces en el último decenio y retos pendientes para la ga-rantía de sus derechos", establece otros hechos, como que Bolivia es el que ha alcanzado el porcentaje más alto de representación parlamentaria indígena, cercana al 32% del total, mientras que en el resto de los países

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esta proporción se mantiene muy por debajo del 10%. En Bolivia, donde 77 niñas y niños indígenas de cada mil que nacen fallecen antes de cumplir los 5 años de edad, el peso de las medidas de combate a la pobreza del go-bierno de Evo Morales tienen un destinatario clarísimo: las grandes mayorías que durante 500 años han sido pri-vadas de los más elementales derechos por un imperio y una oligarquía racistas y explotadoras.

Un elemento que debe ser resaltado en este con-texto son los cambios en el sistema electoral bolivia-no surgidos a raíz de la definición del país como un Estado plurinacional. En Bolivia, los 130 escaños de la Asamblea de Diputados están distribuidos en 63 escaños uninominales (de los diferentes partidos y según el porcentaje de votos alcanzado); 60 escaños plurinominales (electos por mayoría simple en cada una de las circunscripciones electorales) y 7 escaños de diputados campesinos o indígenas (uno por cada departamento excepto Potosí y Chuquisaca). La esta-bilidad con la que ha funcionado este sistema mues-tra el consenso existente en la sociedad boliviana acerca de su conveniencia. Un tema que la derecha trató (sin éxito) de utilizar fue el derecho a la reelec-ción de Evo Morales. Según la Constitución boliviana, el presidente sólo tiene derecho a reelegirse por dos mandatos, pero el primer mandato del líder indígena fue la constituyente, por lo que la Corte Suprema de Justicia ratificó que sí podía lanzarse a la reelección en 2014 ya que éste mandato sería su segundo dentro de la nueva Carta Magna.

Exitosa gestión políticaEl presidente y líder indígena Evo Morales Ayma, y

su vicepresidente y teórico de la revolución boliviana, Álvaro García Linera, han sabido interpretar acertada-mente la realidad del país andino, lo que les ha permi-tido sortear de manera exitosa las amenazas más se-rias que se le han presentado al proceso anticolonial,

antiimperialista y socialista que lideran. Entendieron que había grandes dificultades tanto internas como externas para socializar toda la economía y aposta-ron por el sector público de los hidrocarburos que permitiese desarrollar a la vez la economía del país y combatir la pobreza dándole más poder a las masas históricamente desposeídas aunque dando espacios y oportunidades para aquellos capitalistas que estu-viesen dispuestos a invertir en el país. Desagradaron, naturalmente, a la derecha y a la ultraderecha tanto en sus políticas soberanistas y redistributivas, como en sus firmes tomas de posición en el plano interna-cional y en sus definiciones anticolonialistas. También disgustaron a más de un intelectual de ultraizquierda y a ciertas dirigencias sindicales e indígenas que vieron amenazados sus propios liderazgos.

Evo Morales, García Linera y el MAS se mantuvie-ron firmes en la línea escogida y los resultados están hoy a la vista, no solo en lo económico y en lo social: donde hace apenas unos años ondeaban banderas con la cruz gamada nazi, hoy se participa en elecciones, y aunque a regañadientes, se aceptan los resultados. Donde hasta hace poco se hacían huelgas que a veces afectaban seriamente los servicios públicos y hasta el bienestar de los propios huelguistas, hoy hay marcos de entendimiento con el gobierno. Donde hasta hace poco la USAID y las ONG europeas instigaban revuel-tas indígenas, hoy en día se llevan adelante procesos de consulta para decidir sobre los planes de desarrollo con las poblaciones locales.

Si Evo Morales y el MAS hubiesen llevado adelante una línea política errónea, en estos momentos Bolivia estaría en llamas y se estaría cumpliendo el plan del agente de la CIA Mark Falcoff, aquel que allá por el año 2003 o 2004 vaticinaba el "suicidio" del país andino, al que se imagina-ba dividido étnicamente entre "collas" (indígenas, habi-tantes del occidente boliviano) y "cambas" (blancos, ha-bitantes de las ricas regiones del oriente del país). Nada de eso ha sucedido. Más bien, las grandes mayorías han comenzado a tomar control sobre los espacios más im-portantes de la sociedad y, aunque no la han abolido, en lo fundamental han obligado a la oligarquía a someterse a las reglas civilizadas de la democracia.

El reto entonces para esa oligarquía es tratar de vender lo invendible al pueblo boliviano: el proyecto de sometimiento a los intereses financieros multina-cionales de Occidente. La prueba es la dificultad que tuvo para formar un frente más o menos unido y creí-ble de oposición al MAS. Las discusiones entre los par-tidos más grandes de la derecha para unirse se man-tuvieron hasta junio de este año, apenas meses antes de las elecciones. Al final, el Movimiento Demócrata Social (MDS) y Unidad Nacional (UN) lograron llegar a un acuerdo, mientras que el Movimiento Sin Miedo,

El presidente de Bolivia Evo Morales Ayma, y su vicepresidente Álvaro García Linera

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del ex-alcalde de La Paz y ex-aliado del MAS, Juan del Granado, fue solo a los comicios. La unidad entre el MDS y UN (y el grupo de partidos que lidera bajo las si-glas de "Frente Amplio") originó la "Unidad Demócrata" (UD), llevándose la mayoría de los votos de la oposición, con el 24.23% de los votos.

Hay que decir que la UD no sigue una línea de oponer-se a todo lo que se ha hecho, aunque afirma que el mo-delo que se ha seguido es "extractivista" y no resuelve los problemas del país. Sin embargo, sí acepta el marco plurinacional salido de la Constitución de 2009.

En la elección, queda tercero el Partido Demócra-ta Cristiano (PDC), cuyo candidato fue Jorge "Tuto" Quiroga, el ex-vicepresidente del general golpista Hugo Bánzer a fines de la década de los 90, con el 9.04% de los votos. Muy lejos les siguen el MSM con 2.71% y los verdes del PVB-IEB con 2.65%.

Brasil de Dilma y LulaEn pocas líneas podemos dar una idea de lo que

representa el gigante sudamericano: Brasil es el país más grande de América Latina (tanto como Estados Unidos sin Alaska), con 200 millones de habitantes, la sexta mayor economía del mundo y miembro del BRICS (iniciales del grupo de países integrados por Brasil, Rusia, India, China y Suráfrica). Tiene reservas enormes de petróleo, la selva amazónica (conocida como el pulmón del mundo), una historia muy parti-cular y fuertes lazos tanto con Asia como con África. En los años 70 del siglo pasado, el estadounidense Richard Nixon acuñó una frase que se ha vuelto un lugar común para referirse a este país: "Hacia donde se incline Brasil, irá América Latina".

Un dato sobre el que raramente reflexionamos quie-nes vivimos en la parte hispanoparlante de América Latina, es el hecho de que cerca de uno de cada tres latinoamericanos y latinoamericanas habla portugués. Fuera de América del Sur, Brasil es visto como un país grande y distante, a pesar de su creciente presencia en regiones como la nuestra. Realmente, necesitamos comprender mucho más la política de ese país.

Tras el tratado de Tordecillas entre los Reyes Católicos y Juan II de 1494, incluso un par de años antes de ser des-cubierto el territorio que más tarde se convertiría en Bra-sil, fue el pedazo del continente americano asignado a Portugal. En realidad, con el paso del tiempo se convir-tió en una parte tan importante del reino de Portugal, que llegó a convertirse en imperio durante la mayor parte del siglo XIX, a partir de lo cual tomó la forma de una república federal con regiones altamente diferen-ciadas en todos los sentidos.

El grueso de la población brasileña se encuentra si-tuada a lo largo de la amplia costa del Océano Atlántico, con dos subregiones fuertemente diferenciadas desde

el punto de vista socioeconómico: el sur, desde Uruguay hasta Minas Gerais, con polos de gran riqueza e indus-trialización; el nordeste, que comprende los estados de Alagoas, Bahía, Ceará, Maranhão, Paraíba, Piauí, Pernambuco (estado natal de Inacio "Lula" da Silva), Río Grande del Norte y Sergipe. Es la zona más pobre, histórica fuente de emigración rural hacia las grandes urbes del país y donde no debe causar sorpresa que el Partido de los Trabajadores reciba mayores apoyos.

Además, en Brasil hay enormes extensiones de selva con muy baja densidad de población en estados como Amazonas, Pará y Mato Grosso, en el noroeste del país. Pero incluso en esas regiones selváticas hay enclaves al-tamente urbanizados como la ciudad de Manaos.

La concentración de la tierra es enorme. Apenas 87,700 propiedades (1.4%) concentran un 40% del área total de las 5,6 millones de las fincas que hay en el país, según un informe del Instituto Socioambiental (ISA). El mismo estudio indica que 280 pueblos indíge-nas controlan apenas el 13% de la tierra.

El tema de la reforma agraria es central en lo que respecta al desarrollo de Brasil como nación y hasta el momento ha tenido que ser dejado de lado al no tocarse el modelo de los denominados "agronego-cios", que pueden catalogarse como un tipo de la-tifundio más amplio que el tradicional, ya que a la propiedad de la tierra suma el monocultivo, el mo-nopolio tecnológico y el financiero. Se calcula que el agronegocio genera casi 10 veces menos empleos por hectárea que la agricultura campesina y menos de la mitad de alimentos que ésta, a pesar de utili-zar el 76% de la tierra y recibir la mayor parte de los créditos públicos.

En los últimos 12 años, Brasil redujo la pobreza ge-neral en 55% y la pobreza extrema en 65%. El ingre-so per cápita aumentó 2.3% anual desde el año 2003, aún durante la recesión mundial del 2009 y durante los últimos años de ralentización del crecimiento del PIB brasileño. Esto es mucho más que durante la era del neoliberal Cardoso (PSDB).

Gigantesco fracaso mediáticoLas elecciones de este año en Brasil fueron una com-

plicada operación de golpismo mediático-electoral que al final salió mal para los que la planificaron - aun-que, hay que admitirlo, estuvo cerca de triunfar. El gran capital brasileño, hoy en día altamente desnacio-nalizado, con intereses cada vez más difíciles de distin-guir de los capitales transnacionales occidentales, no estaba casado con una sola alternativa de derecha en estas elecciones.

Los medios de comunicación privados, que con-trolan casi toda la prensa, la televisión, las radios y la Internet, fueron el gran operador político que buscó

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como influir en el estado de ánimo del público crean-do hechos políticos de encuestas que difundía según iba avanzando el proceso electoral. Inicialmente trató de impulsar una candidata que pensó podía catalizar las diversas inconformidades con los gobiernos del PT. Cuando esta alternativa se agotó, simplemente cambió de apuesta por la de un candidato de la vieja guardia neoliberal. Hay que agregar que los medios no actuaron solos, pues hasta tuvieron el apoyo de la bol-sa, que mostraba una tendencia a "desplomarse" con cada subida de Dilma Rousseff en las encuestas.

El PT con Dilma como candidata ganó en segunda vuelta con 51.64% de los votos tras haber ganado en la primera ronda con 41.59%. El candidato de la derecha Aécio Neves sacó 48.36% en segunda ronda y 33.55% en primera, mientras que la candidata Marina Silva sacó 21.32% en la primera ronda.

A nivel regional, la oposición ganó en 15 de 27 esta-dos, los 12 estados restantes, no son todos del PT, que directamente sólo ganó 5. El mayor revés para el PT fue en Rio Grande do Sul/Porto Alegre, donde el ex-mi-nistro Tarso Genro, amigo personal de Lula, no logró ganar la gubernatura. Los triunfos más importantes para el PT y aliados fueron en el nordeste (Paraíba, Río Grande do Norte, Ceará), en el Amazonas (Acre) y Minas Gerais, el segundo más poblado del país y en el que había sido gobernador Aécio Neves. En el Congreso, se espera que el segundo gobierno de Dilma conserve la mayoría absoluta en caso de que logre man-tener la variada coalición que lo apoya.

En un inicio, los grandes grupos de la oligarquía mediático-financiera en Brasil y en Occidente pensa-ron que para sacar al PT del gobierno era necesario un cambio de caras dentro de la derecha. Ya los viejos re-presentantes del orden neoliberal debían ceder el lugar

a políticos más jóvenes y con discursos no tan antagóni-cos de las exitosas políticas sociales. Esto no se ha dado solo en el Brasil, sino en muchos de los demás países de América Latina, desde Capriles Radonski en Venezuela hasta Luis Alberto Lacalle Pou en Uruguay o el "renova-dor" Sergio Massa en Argentina.

El proceso electoral fue marcado por la sospechosa muerte del entonces candidato del Partido Socialista Brasileño (PSB), Eduardo Campos, en un accidente aéreo el 13 de agosto. Hay que decir que hasta ese momento, las elecciones eran vistas prácticamente como pan comido para Dilma. No hay pruebas, pero no sería la primera vez en la historia de nuestra re-gión que se asesinan dirigentes políticos de esta ma-nera, como los casos de Omar Torrijos en Panamá y Jaime Roldós en Ecuador.

Campos, ex gobernador de Pernambuco y ex mi-nistro de Lula, era visto como un "pragmático" en un intento de crear una "nueva derecha" que catalizara las protestas de diversos sectores sociales (por la de-recha y por la izquierda) contra el gobierno del PT, pero su candidatura no levantaba en las encuestas que lo ubicaban en tercer lugar detrás del candida-to tucano (del Partido Social Demócrata Brasileño, PSDB) Aécio Neves. Campos era el candidato del ex-izquierdista y ahora "pro-empresarial" PSB –un ejem-plo bastante representativo de la deriva neoliberal de los partidos socialdemócratas en todo el mundo en las últimas décadas.

La operación SilvaEn reemplazo de Campos fue proclamada como

candidata la ex-senadora y hasta entonces mancuer-na de Campos, Marina Silva. Ex ministra de Ciencia y Tecnología entre 2003 y 2006, durante el primer pe-ríodo de Lula, rompió con el gobierno de Dilma más o menos a tiempo para las elecciones, y desde ese mo-mento había intentado juntar a diversos grupos des-contentos con el PT, desde ambientalistas y ultraiz-quierdistas hasta socialdemócratas y neoliberales. Sus credenciales en el movimiento sindical y ambientalis-ta al lado del dirigente Chico Mendes, su origen social muy pobre, su carácter de zamba, mujer y además de fe pentecostal, eran todos elementos que le daban a Marina Silva un brillo muy distinto al de los tecnócra-tas neoliberales, por lo general blancos y hasta con acento extranjero, que han llegado a la presidencia en nuestros países.

Si Campos como candidato no levantaba, funda-mentalmente porque le era muy difícil ocultar sus fuertes lazos con la banca y la burguesía, la candida-tura de Marina hizo que sus cifras de opinión subiesen como la espuma... al menos al inicio. Si a Campos las encuestadoras le daban un 10% de intención de voto,

Dilma Rousseff y Lula da Silva

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a Marina le dieron 20% al día siguiente de saberse de su candidatura. Las encuestas que publicaba la prensa occidental y la de la oligarquía brasileña hablaban de "empates técnicos" y hasta llegaron a darle a Silva un 47% de intención de voto contra un 43% para Dilma. Por unas semanas, la campaña electoral brasileña se convirtió, según El País de España, en una "montaña rusa", que se vino abajo fundamentalmente porque era una construcción mediática. Al final la elección se decidió en segunda vuelta entre el PT de Dilma y Lula contra el ya tradicional partido de la derecha en el Brasil, es decir, el PSDB y su candidato Aécio Neves.

Siguiendo a sus pares de la "nueva derecha" latinoa-mericana, el discurso de Silva hacía referencia conti-nuamente al papel de la "inversión privada" y a las "re-glas claras". Sin embargo, le fue muy difícil contentar a todos, y tanto Dilma como el PT hicieron un muy buen trabajo en los debates televisivos para poner al desnudo las contradicciones de Silva. Muy correcta-mente, Dilma calificó a Marina como la candidata de "los bancos" y de los "conservadores". El gran proble-ma de Marina Silva es que no podía contentar a todo el mundo: en primer lugar, a los banqueros y los dueños del agronegocio; luego, a sus apoyos en las iglesias evangélicas y por último, a aquellos sectores que la apoyaban pensando en sus credenciales ambientalis-tas y sindicales. El partido que le había cedido la can-didatura, el PSB, tenía el matrimonio igualitario en su programa y la obligó a dar marcha atrás en el apoyo a la criminalización de la homofobia y el matrimonio entre homosexuales, que eran propuestas impulsadas por los líderes evangélicos. Fue así como, de un "em-pate técnico" con Dilma, Marina Silva comenzó a per-der terreno en las encuestas y al final quedó en tercer lugar en la primera ronda con un 21.32% de los votos, que era un poquito más de los que recibió cuando en 2010 corrió como candidata por el Partido Verde. El posterior apoyo de Marina Silva a la candidatura del abiertamente neoliberal Aécio Neves en la segunda ronda puso las cosas bien claras acerca de la verdadera filiación de esta política.

¿Qué intereses ocultos se mueven tras la figura de Marina Silva? Para el analista Wayne Madsen, existe una fuerte influencia sionista sobre ella. Por un lado pertenece a las Asambleas Pentecostales de Dios, que otorga una membresía de hecho al movimiento mundial de "Cristianos Sionistas", una red conocida por su fanatismo pro-israelí. Por otro lado, según Madsen, Marina Silva recibió el Premio Goldman del Medio Ambiente, establecido por el fundador de la Compañía Goldman de Seguros, Richard Goldman y su esposa, Rhoda Goldman, una heredera de la for-tuna de la empresa de ropas Levi Strauss. Por cierto, este mismo premio fue otorgado hace algunos años

a líderes de movimientos indígenas que participaron activamente en la fracasada intentona golpista con-tra el presidente Rafael Correa de Ecuador en 2010.

Así las cosas, la contienda electoral al final se deci-dió entre los dos grandes rivales de la política brasileña desde hace muchos años: el PT y el PSDB, que aunque lleva la denominación de socialdemócrata, en la prác-tica es neoliberal a ultranza. Además, Neves no hizo ningún secreto de sus intenciones de arrasar con las políticas de integración regional llevadas adelante por el PT los últimos 11 años diciendo que en caso de ga-nar, el Brasil, como los Estados Unidos, ya no tendría amigos, sino solo intereses.

Dos modelos en disputaEl PSDB ha sido un partido de derecha desde me-

diados de la década de los 90s cuando el ex-marxista Fernando Henrique Cardozo estableció una alianza con el derechista Partido del Frente Liberal para llegar al gobierno, abrazando totalmente las políticas neoli-berales. Desde entonces el PSDB y el PT son los más grandes antagonistas de la política brasileña, y desde que Lula llegó al gobierno en 2003, el partido "tucano" (porque su símbolo es un tucán) ha sido el principal de la oposición.

El candidato derechista, Aécio Neves da Cunha, es un economista de Minas Gerais que además fue gobernador de ese estado durante varios años. El PSDB veía a Minas Gerais como una plaza segu-ra y como una marca del arraigo de Neves, pero al perder en ese estado contra el candidato del PT, el candidato derechista sufrió golpe demoledor a su credibilidad: Si los electores del estado del que Neves había sido gobernador, y cuya política había marcado, votaban en contra del PSDB ¿qué se podía esperar de él como presidente?

La elección del 26 de octubre entre Dilma Rousseff y Aécio Neves tensó todas las fuerzas políticas del Brasil. A tiempo, el PT retomó el contacto con su verdadera fuerza, que es la movilización de sus militantes de base y supo plantear lo que estaba en juego en sus verdade-ros términos: O se seguía por el camino emprendido de redistribuir la riqueza y avanzar en las conquistas socia-les o se retrocedía a la sociedad del neoliberalismo; o se continuaba avanzando en el proceso de integración regional y continental, y en el proceso de surgimiento de un mundo multipolar, o se retrocedía al aislamiento y la subordinación a los intereses de Estados Unidos.

Una buena parte de las y los brasileños comprendió eso y votó por el PT. El hecho de enfrentar la posibili-dad de una derrota hizo que mucha gente se sumase a la lucha por convencer a los indecisos. Para el teó-logo Frei Betto, al PT le pasó lo que a la cigarra en la fábula de Esopo: "a medida que alcanzaba funciones

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de poder, el PT dejó de valorar el trabajo de la hormiga y pasó a entonar el canto presuntuoso de la cigarra. El proyecto de Brasil cedió lugar al proyecto de poder. Los cuadros del partido, antes constituidos por los militantes, se "profesionalizaron". Desaparecieron los núcleos de base y los principios éticos fueron mancha-dos por una minoría de líderes involucrados en nego-cios sucios", escribe en un análisis.

De este fenómeno es consciente el propio Lula que –en plena campaña, a inicios de septiembre– cuando se imponía un virulento discurso mediático de "todos contra el PT" y cuando hasta los oficiales golpistas del Club Militar habían expresado su apoyo a Marina Silva, el dirigente salió a los medios y dijo que "¡nuestro pro-blema no es la falta de obras (para mostrar), es la falta de política! (...) Nos volvimos economicistas. Un peón votando por (el candidato tucano a gobernador Paulo) Skaf!? ¡Eso era impensable! Tenemos que demarcar el campo de clase en esta elección. Nuestra propaganda en la televisión tiene que hablar de política. (Por amor de Dios), reserven por lo menos un segundo para ha-blar de política", decía Lula.

Dilma fortalecidaLa del 26 de octubre no fue, como escribe el analista

Atilio Borón, una victoria pírrica para el PT. Una victo-ria pírrica es una que es tan costosa que prácticamente es una derrota. Es cierto que el partido, sus militantes y sus dirigentes van a tener que trabajar mucho para for-talecer el proceso de cambios en el Brasil, y también es cierto que van a depender aún más de las veleidades de un sistema político corrupto, pero estas elecciones han demostrado que hay un límite para las realidades virtuales que los medios corporativos pueden crear.

Dilma salió fortalecida como dirigente, ya que de-mostró no solo estoicismo ante los insultos, sino tam-bién capacidad de respuesta en los debates, tanto con Marina Silva como con Aécio Neves. Se perfiló clara-mente en defensa de los salarios y de los puestos de trabajo, así como en la decisión de cambiar las cosas que necesiten ser cambiadas dentro de la administra-ción. Por su parte, Lula demostró que sigue siendo el referente de la unidad del PT y guía estratégico.

En realidad, tanto Lula como Dilma son dirigentes muy populares en el Brasil. Son más populares que el propio partido. Según un estudio del Departamen-to Intersindical de Asesoría Parlamentaria (Diap), si el PT no hubiese tenido que hacer alianzas con otros partidos habría sacado 102 diputados en lugar de los 70 que sacó. El problema es que en el Brasil hacen fal-ta aparatos para ganar elecciones, por lo que hacen falta (o, más bien, durante un tiempo tal vez hicieron falta) alianzas con partidos que están dedicados a la política más por los curules que por llevar adelante un

programa. Su apoyo en materia de votos es mínimo, pero su peso político es muy grande, como grande es el daño que pueden hacer. Una mayoría de las y los brasileños están de acuerdo en poner un límite al mí-nimo de votos que pueda tener un partido para estar en el parlamento, pero muchos de los encargados de votar una reforma así son los menos interesados en hacerlo, ya que perderían sus fuentes de ingresos.

Sin embargo, hay otra reforma necesaria que tal vez Dilma en este período logre llevar adelante: la de los medios. Según el sociólogo Emir Sader, el hecho de que 50 millones de brasileños, casi la mitad del elec-torado, hayan votado por el fin de los gobiernos del PT y el retorno del PSDB se debe a que la propaganda continua de los grandes medios de comunicación pri-vados constantemente falsea los datos de la realidad e impone una suerte de "falsos consensos" que influye sobre una parte muy importante del pueblo.

Sader escribe que "si el Congreso actual o el electo no tienen como aprobar una ley de democratización de los medios, el gobierno tiene que encontrar los medios para poner en práctica una norma constitucional que prohíba los monopolios y los oligopolios en los medios de comunicación, además de que necesita fortalecer exponencialmente los medios públicos ya existentes y los medios alternativos de comunicación... esa es la primera y principal reforma que el Brasil necesita im-plementar"

Uruguay de Pepe y TabaréUruguay es un país muy pequeño, de apenas 3.3 mi-

llones de habitantes, pero fundamental por su posición geopolítica por dos razones principales: comparte su salida al mar con la desembocadura del Río de la Plata, que es la salida fluvial histórica de los bienes del cen-tro del Continente hacia el Atlántico y hacia el resto del mundo; y segundo, y la más importante, es que por su posición como un "tapón" entre Brasil y Argentina, tie-ne en gran medida la llave de las relaciones entre esos dos gigantes, vitales para el proyecto de una América integrada. Un Uruguay gobernado por la derecha po-dría dificultar mucho las negociaciones a lo interno del Mercosur, de la UNASUR o de la CELAC.

Como es sabido, Uruguay es un país muy europei-zado, con gran presencia de inmigrantes de casi todo el viejo mundo, pero especialmente de España e Ita-lia. Es un país predominantemente blanco, aunque hay una importante minoría negra de descendientes de esclavos y en las últimas décadas se ha dado un re-nacimiento de las identidades indígenas, aunque los pueblos originarios fueron sometidos a un proceso de genocidio ya a mediados del siglo XIX. La sociedad es muy urbanizada, con aproximadamente la mitad de la población viviendo en la capital Montevideo, de

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1,3 millones de habitantes, y en otras 3 ciudades de más de 80.000 habitantes. Es uno de los países con menor tasa de analfabetismo de América Latina, con los mayores índices de desarrollo humano y con los menores índices de desigualdad, según la ONU.

En lo ideológico, el reformismo es un elemento muy característico de la manera de funcionamiento de la política uruguaya. La experiencia del Batllismo, con los dos gobiernos del Presidente José Batlle y Ordoñez, a inicios del siglo XX, resultó en la conquista de importan-tes derechos por parte del pueblo, similares a aquellos alcanzados por los experimentos de estado de bienes-tar impulsados en los países europeos. Una caracterís-tica de la sociedad uruguaya ha sido la de combinar su tendencia a apropiarse de las corrientes teóricas más recientes de la metrópolis con una base mate-rial muy atrasada, dependiente de la exportación de materias primas, especialmente la carne. Aunque esto ha venido cambiando últimamente, a medida que el Uruguay va convirtiéndose, por ejemplo, en un importante productor de software informático, este rasgo se mantiene.

Históricamente, las clases dominantes han estado aglutinadas en torno a dos grandes facciones: una bur-guesía terrateniente y agraria, que basaba su riqueza en la ganadería extensiva y la exportación de carne, y otra facción de carácter comercial y financiero, más vinculada a la capital Montevideo y a los intereses me-tropolitanos del mercado mundial. Estas dos faccio-nes formaron dos grandes lemas políticos, los partidos Blanco y Colorado, respectivamente. En Uruguay se habla de lemas en el sentido de que son movimientos muy amplios, verdaderas maquinarias de repartir fa-vores políticos, sin una adscripción firme a una ideo-logía determinada, aunque en general se ha asociado a los blancos, de la burguesía agraria, con el conser-vatismo, mientras que los colorados, de la burguesía comercial, han sido asociados con diversas variantes de la ideología liberal.

A estas corrientes hay que agregarles el desarrollo, en el siglo XX, de las organizaciones del movimiento obrero en todas sus vertientes europeas, tanto mar-xistas como anarquistas. Durante muchas décadas, el movimiento obrero fue sindicalmente fuerte aunque electoralmente minúsculo. El primer sindicato del que se tenga conocimiento data de 1870 y en 1968 se con-formó la Convención Nacional de Trabajadores, que aglutinaba a todos los sindicatos del país, y que luego, en la lucha contra la dictadura de los años 70, se con-vertiría en PIT-CNT. Además se desarrollaron amplias experiencias de tipo cooperativo y autogestionario. Los partidos de izquierda, tanto socialistas como co-munistas, estaban bien organizados pero tuvieron un apoyo muy reducido hasta el inicio de la década de los

70 cuando el viejo modelo exportador hizo crisis y con ello toda la sociedad uruguaya.

El Frente AmplioEs en ese período convulso para toda América Latina

y marcado por la Revolución Cubana, que tiene lugar el principio del fin del sistema bipartidista de los Blancos y los Colorados. Toda la sociedad se radicaliza y surgen tendencias claramente revolucionarias tanto dentro de la izquierda como de las facciones más progresis-tas de los dos lemas de la oligarquía. Surgen oficiales del ejército con ideas antiimperialistas y compromiso con la justicia social a la par que corrientes cristianas demandaban un mayor compromiso político de su fe. Fue así como emergieron dos grandes expresiones de la lucha popular que a la postre resultarían en los movi-mientos que vemos hoy en día: la guerrilla (en especial la de los tupamaros, que fue la más grande y mejor or-ganizada) y el Frente Amplio, la coalición de izquierda, que hoy, 50 años más tarde, está en el gobierno.

La contradicción entre la guerrilla y la política par-lamentaria era menos aguda de lo que podría pa-recer: en realidad, los tupamaros crearon un frente político, el Movimiento 26 de Marzo, que fue muy importante para el Frente Amplio. Por otro lado, el Partido Comunista, que apostaba por la vía política, también desarrolló su propio aparato armado.

El Frente Amplio fue formado el 5 de febrero de 1971 como una coalición de varios partidos políticos, desde marxistas (comunistas, socialistas, maoistas, trots-kistas, libertarios) hasta sectores progresistas de los lemas Colorado y Blanco, así como demócrata-cristia-nos. En general, su definición podría calificarse como antioligárquica y antiimperialista, en un contexto en el

Pepe Mujica y Tabaré Vázquez

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que el espectro político estaba corrido hacia la izquier-da de una manera que es difícil de imaginar hoy en día. Por ejemplo, los socialistas se definían como marxis-tas-leninistas y los demócrata cristianos eran mucho más cercanos al socialismo que hoy.

La experiencia del Frente Amplio uruguayo ha sido sumamente importante para la política latinoamerica-na. Fue la primera vez que se formó un frente de dife-rentes organizaciones que es más que la suma de sus partes, es decir un movimiento. Esto fue una realidad gracias a la forma de organización escogida que partía de comités de base en todo el país donde los vecinos, miembros de diferentes grupos políticos o, en muchos casos, sin filiación partidaria, podían militar juntos por encima de las barreras sectarias que tanto daño tradi-cionalmente han hecho a la izquierda.

A lo largo de las décadas, e incluso de períodos de feroz represión como lo fueron los años de dictadura (1973-1985), se fue forjando una identidad frenteam-plista que hoy en día ha enterrado definitivamente el bipartidismo blanco-colorado en el país. A lo largo de su historia, el Frente Amplio ha pasado del 18% de los votos en 1971 (cifras cuestionadas por el gran fraude cometido en esas elecciones) al 30% en 1994 y al 40% en 1999, cuando se convirtió en la primera fuerza po-lítica del país aunque perdió en segunda vuelta. En 2004, con el 50.45% de los votos, el Frente Amplio lle-ga a la presidencia con Tabaré Vázquez y en 2009 repi-te con el 54.63% de los votos y José Pepe Mujica. En la primera ronda de las pasadas elecciones en el pasado 26 de octubre, Tabaré Vázquez tuvo 47.8% y ganó la mayoría parlamentaria en ambas cámaras y ganó su propuesta de no aprobar la rebaja de la edad de impu-tabilidad penal a menores de edad de 18 a 16 años, que se votó en un plebiscito simultáneo.

Ejemplo para LatinoaméricaVisto en retrospectiva, el camino recorrido por el

Frente Amplio del Uruguay es una historia sumamen-te exitosa que ha logrado sobrevivir la más cruenta represión, con asesinatos, encarcelamientos y tortu-ras en masa, proscripción y todo tipo de censuras, así como los procesos de vaciamiento de la democracia promovidos por la sociedad neoliberal, y que ha sa-bido mantener sus raíces populares obteniendo cada vez más importantes cuotas de poder, llegando prime-ro a acceder al gobierno municipal de Montevideo en 1989 y al gobierno los últimos 10 años.

El Frente Amplio es un movimiento de las clases subalternas de la sociedad uruguaya que impulsa al país hacia un desarrollo con cada vez más democra-cia económica e independencia nacional. Al ser un movimiento que comprende a diversos sectores de las clases trabajadoras en el campo y la ciudad, así

como de las capas medias, el FA ha tenido que de-sarrollar una amplia experiencia de construcción de consensos entre fuerzas que tienen significativas diferencias, algunas de las cuales en un momento u otro han llegado a dejar la coalición. Por ejemplo, tras ganar las elecciones del año 2004, decidieron in-gresar a la coalición los aliados de los denominados Encuentro Progresista y Nuevo Espacio. Sin embar-go, cuatro años más tarde, en 2008, el Movimiento 26 de Marzo (del mismo nombre que el creado por los Tupamaros en los años 70, pero con otra orientación) decidió escindirse "por la izquierda" para conformar con otros grupos la denominada Alianza Uruguay, con una votación ínfima.

Después de la dictadura, los dirigentes de la guerri-lla tupamara decidieron optar por la vía política para llevar adelante su programa de liberación nacional y socialismo. En el año 1989 son admitidos como miem-bros del Frente Amplio y desde entonces han estado impulsando solos o con aliados, el Movimiento de Participación Popular (MPP) con el liderazgo de José Pepe Mujica. En estas elecciones de 2014, el MPP logró convertirse por tercera vez consecutiva en la primera fuerza política del Frente Amplio, con 31% de los votos frenteamplistas y seis senadores.

Ocho partidos dentro del Frente Amplio acumu-lan 6 de cada 10 votos por la coalición. Son el MPP, el Partido Comunista, el grupo del vicepresidente Raúl Sendic (lista 711), la Liga Federal, el Frente Izquierda de Liberación (Fidel), el Frente Unido (Vertiente Arti-guista, lista 5005), el MAS y la Corriente de Acción y Pensamiento -Libertad (CAP-L). Por su peso, son esas organizaciones las que definen el consenso general que rige dentro del Frente Amplio, y son las mismas que apoyaron la candidatura de Tabaré Vázquez a la presidencia y de Raúl Sendic (hijo del líder guerrillero) a la vicepresidencia bajo el sublema "Frenteamplismo más desarrollo e igualdad".

Es relevante este dato porque existen quienes desde la izquierda se preocupan por un posible giro "a la dere-cha" en un Uruguay gobernado por Tabaré Vázquez en lugar del histórico líder tupamaro José Pepe Mujica. Es cierto que se trata de dos políticos que vienen de tra-diciones políticas diferentes pero se conocen muy bien, como todo el mundo en un país del tamaño de Uruguay. Proveniente de la clase trabajadora, Vázquez logró salir adelante como médico oncólogo llegando a estudiar en Francia gracias a una beca. Ingresó al Partido Socialista en 1983 estando en la clandestinidad, a dos años del fin de la dictadura. Vázquez representa a sectores del electorado algo más a la derecha, pero desde hace más de diez años todas las encuestas de opinión lo ubi-can como el político más popular de Uruguay, incluso más popular que Pepe Mujica.

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multipolar, como el comercio con China o la demanda de alimentos, metales u otros productos, han creado círculos virtuosos de inversión productiva en medio de un mercado capitalista neoliberal y recesivo.

Obviamente, no son las condiciones más deseables para ningún gobierno, y esas inversiones también tie-nen sus costes, por ejemplo, medioambientales, pero la experiencia de gestión del Frente Amplio muestra que es posible negociar las mejores condiciones posi-bles y de esta manera ir mejorando la posición de ne-gociación del país.

A la vista de estos resultados de gestión, y de la vic-toria electoral, la imagen vendida dentro de Uruguay por los grandes medios privados y por los órganos de la dictadura mediática occidental, en el sentido de que el electorado uruguayo terminaría por darle la espalda al Frente Amplio y elegiría a una cara nueva de la derecha, resultan desprovistos de casi todo asi-dero en la realidad.

¿Qué era lo que tenía la derecha para mostrar? No mucho, solo dos "hijos de": por el Partido Nacional (Blanco), el abogado Luis Alberto Lacalle Pou, de 41 años e hijo del ex presidente Luis Alberto Lacalle. Por el Partido Colorado, al también abogado (54 años) Pedro Bordaberry, hijo de... Juan María Bordaberry, el ex presidente de facto durante la dictadura militar en 1973-1976 fallecido en julio de 2011 mientras cum-plía su condena por crímenes de lesa humanidad.

Por sus raíces en lo más profundo del fascismo, Bordaberry estaba descartado de entrada como con-tendiente de peso en las elecciones. Por el contrario, la dictadura mediática apostó por Lacalle, que confe-ría una imagen mucho más juvenil que la de Vázquez y Mujica, y un tono más coloquial que el de costumbre en la derecha. Pero, como lo dice la politóloga y sena-dora por el FA Constanza Moreira, la consistencia con

En 2008, Vázquez se desafilió del PS por desavenen-cias sobre el tema del aborto, cuya legalización vetó como presidente. Días antes de las elecciones hizo alguna crítica velada a la manera de Pepe Mujica de manejar a su equipo de asesores, la que a su vez fue respondida por el propio Mujica. Además, Vázquez ha dicho que piensa revisar la política impulsada por Mujica de despenalización de la marihuana.

"Nosotros no tenemos ninguna diferencia con Tabaré Vázquez porque si no, no lo hubiéramos elegido para representarnos. Acá no fue impuesto, no fue que se jun-taron para armar una fórmula dos en un apartamento como hicieron otros (que) bajaron y dijeron ‘somos fór-mula’. No, no", explicó al día siguiente la dirigente del MPP y compañera de Mujica, la ex-guerrillera y senado-ra Lucía Topolanski.

Grandes consensosEn realidad, los grandes consensos en torno a la

política futura del FA ya parecen estar acordados y sería imposible para Vázquez hacer algo en contra de la voluntad de todo el aparato partidario. Aún más, en cuanto a la representación parlamentaria, las corrien-tes de izquierda dentro del FA son las que han logrado la mayor representación.

Por otro lado, Uruguay y la América Latina de hoy ya no son los mismos que durante la primer presiden-cia de Tabaré Vázquez. Entonces, la CELAC todavía no existía, y la cooperación del ALBA con Uruguay apenas estaba comenzando.

Los grandes consensos alcanzados por el Frente Amplio son los que han permitido implementar unas políticas que han tenido unos logros impresionantes en un país en el que hace 10 años, 4 de cada 10 uru-guayos estaban en la pobreza y en el que los niños de ciertas áreas rurales iban a la escuela habiendo desa-yunado zacate porque los padres no tenían comida para darles, tal y como consignan numerosos reporta-jes de la época.

Los gobiernos del Frente Amplio han reducido esa pobreza del 40 al 11% y tienen el objetivo de eliminar-la. Luego de décadas de cifras de desempleo de no menos de 10%, fueron los gobiernos del Frente Amplio los que lograron reducirlo a un dígito (6.7% en agos-to) al tiempo que los salarios reales (especialmente los más bajos) han aumentado en un 12.6%.

Estos logros se han dado en un país que carece de las palancas de grandes recursos naturales que tienen otros países como Venezuela o Bolivia. La inversión bruta fija del sector privado (gastos en maquinaria y equipo de origen nacional y/o importado) alcanzó ta-sas consideradas como altísimas, de un 19% del PIB. Esto fue posible porque, sacando provecho de las condiciones creadas por el surgimiento del mundo

José "Pepe" Mujica

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la que las encuestadoras privadas ponían 4 puntos en-cima del Frente Amplio a los candidatos de la derecha, eran la prueba de que se quiso crear una "gran ilusión". Hoy en día, el mismo Lacalle Pou reconoce que será "muy difícil" ganarle a Tabaré Vázquez en la segunda ronda... y si llegase a ganar ¿cómo gobernaría?

Ya el Frente Amplio tiene la mayoría en la cámara de diputados, así como en las intendencias departamen-tales. Con la elección de Tabaré, el vicepresidente Raúl Sendic asumiría la presidencia del senado y con ello el FA accedería al asiento número 16 que le daría control de ese órgano legislativo.

Una cosa parece segura. Los parlamentarios del Frente Amplio se preparan para aprobar una ley de medios de comunicación en diciembre antes de que, como se supone, Tabaré Vázquez asuma la presiden-cia. Ya los grandes diarios afiliados a la SIP y los canales de televisión de la derecha están poniendo el grito en el cielo ante lo que catalogan como una "dictadura".

ConclusionesSi comparamos la realidad actual con la de hace 20

años, en América Latina se ha dado un cambio político muy importante: en general, ya no resulta indiferente quién gane una elección. Es cierto que no se está vo-tando para cambiar el sistema de raíz, pero sí se está votando por arrebatarle poder al mercado, por resti-tuir derechos y por conquistar nuevos.

Esta situación es posible gracias a cuatro proce-sos interrelacionados: un capitalismo decrépito que ya no garantiza tasas de crecimiento; el surgimiento de un mundo multipolar que genera nuevas alterna-tivas de comercio y relacionamiento entre países y regiones; el desarrollo de estructuras de integración latinoamericanas y caribeñas con las que antes solo podíamos soñar, tales como la CELAC, el Mercosur, el ALBA, PETROCARIBE, etcétera y, por último, las ex-periencias prácticas de varios gobiernos progresistas y revolucionarios en nuestra región que se retroali-mentan todo el tiempo.

El poder de los grandes monopolios mediáticos oli-gárquico-occidentales todavía es muy fuerte y logran confundir a amplios sectores de la población, pero también cada uno de los casos de batallas electora-les que hemos examinado muestra que hay límites al poder de los medios. Democratizarlos debe ser una tarea prioritaria si se quieren consolidar los logros al-canzados.

La dinámica de las democracias neoliberales he-redadas genera estructuras antidemocráticas muy difíciles de romper, como los sistemas de clientelis-mo político o la dependencia de alianzas puramente basadas en intereses y no en políticas, como vimos en el caso del Brasil. En este sentido, cuando los par-tidos salidos de los movimientos sociales recuperan el valor de la militancia de base, recuperan también la sustancia de la política y son capaces de ganar las grandes batallas.

Evo Morales, Hugo Chávez y Lula da Silva

Nicolás Maduro, Daniel Ortega y Lula da Silva

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coyuntura

Tortilla con sal ___________________

El trasfondo de los conflictos actuales en Ucrania y Siria es la desintegración del poder de Estados Unidos y de la Unión Europea frente a Rusia y

China. Lo que ocurre en realidad es el colapso en cá-mara lenta de un viejo régimen corrupto y podrido. Contrario a lo que ocurrió con la disolución de la Unión Soviética, lo más probable es que no habrá un solo momento decisivo, como pasó en junio 1991 con la de-claración formal del fin de la URSS, pues se trata de un extendido proceso de declive integrado por diferentes componentes en diversas fases de descomposición, unas en aceleración, otras frenadas.

En términos económicos, las sociedades occidenta-les solo son competitivas sobre la base de las ventajas derivadas de su dominio desde el Siglo XIX del sistema internacional de finanzas y comercio, respaldado por su enorme poderío militar. En la medida que los demás países del mundo erigen nuevas estructuras más allá del control occidental, el poder militar de Estados Unidos y sus aliados será cada vez menos relevante. La gigantesca inversión occidental en su sistema industrial-militar em-pieza a verse ahora como la peor aconsejada y la más ina-propiada inversión en la historia de la humanidad.

Los medios de comunicación occidentales y los dis-cursos de los dirigentes políticos de los países nortea-mericanos y europeos y sus aliados, manifiestan una mala fe categórica y demencial. Pintan las guerras que ellos mismos han provocado a propósito en Ucrania y Siria, como el resultado de una cadena de aconteci-mientos oscuros, explicables solamente en términos de la "maldad" de los otros –los movimientos islamis-tas, Irán, Bashar al-Assad, el Presidente Vladimir Putin, la Federación Rusa y sus aliados. En cambio, plantean que Estados Unidos y sus socios siempre han sido bue-nos, benignos, sabios, razonables, con las mejores in-tenciones, pacientes, tolerantes, rectos...

Por supuesto, la verdad es completamente lo con-trario. La maldad y mala fe de las élites oligárquicas de los países occidentales y sus dirigentes no tiene rival, ni en términos históricos ni en términos de las relaciones internacionales contemporáneas. Lo que ha sido extraordinario durante la última década, es la madurez con que los países que han sido víctimas de las constantes agresiones y provocaciones occiden-tales han tratado de mantener la paz, sostener el diá-logo y evitar la agudización de los conflictos. Actúan así no porque sus dirigentes son débiles o temerosos, sino porque insisten en actuar en conformidad con el

derecho internacional basado en la Carta de la Organi-zación de las Naciones Unidas. Este documento fun-dacional del derecho internacional moderno prohíbe la agresión militar y proclama el respeto a la soberanía de sus países miembros y al derecho de la autodeter-minación de los pueblos.

Desde la disolución de la Unión Soviética, el deterio-ro en el equilibrio del sistema de las relaciones inter-nacionales ha sido constante y simultáneo en varios frentes. En el ámbito militar ha habido constantes intervenciones occidentales. En Europa, ha habido la malintencionada manipulación de las guerras en la antigua Yugoslavia, los bárbaros bombardeos de la población civil en Serbia durante el conflicto sobre Kosovo y la agresiva expansión de la OTAN hacia las fronteras de la Federación Rusa, en violación de todos los acuerdos firmados en relación al tema.

En África, la desastrosa intervención en Somalia al inicio de la década de los años 90 fue el precursor de las masivas masacres en Ruanda y los actos de geno-cidio en la República Democrática del Congo, con los enormes desastres humanitarios derivados. Las gue-rras en el área de los Grandes Lagos africanos todavía continúan y han costado la vida a más de cinco millo-nes de personas. La constante desestabilización en el oeste, norte y este de África culminó más visiblemente en las guerras contra Libia y Costa de Márfil en 2011. A su vez, estas agresiones occidentales generaron las crisis en Mali, Nigeria, República de África Central y ahora Burkina Faso. Pero ha habido mucha manipula-ción por los poderes occidentales también en Uganda, en Somalia, en Eritrea, en Zimbabue y quizás más no-toriamente en la partición de Sudan.

En América Latina, el aspecto militar de las políticas de desestabilización occidentales han tenido sus ex-presiones más claras en Venezuela 2002, en Haití en 2004 y en Honduras en 2009. Pero la respuesta contun-dente de los pueblos latinoamericanos ha sido la rati-ficación y consolidación por la vía electoral de gobier-nos comprometidos con la integración regional como la herramienta clave para lograr su emancipación del poderoso brazo del neocolonialismo occidental. La contra-respuesta de Norte América y Europa ha sido una intensificación de la desestabilización por medio de sus aliados locales en las oligarquías de la región.

Herramientas desestabilizadorasLa caja de herramientas para la desestabilización

de los países resistentes a la voluntad de las élites occidentales tiene tres modalidades principales:

Colapso imperial en cámara lenta

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político-social, económica y sicológica-mediática, cada una con diferentes componentes. Se mezclan todas de manera variable según las condiciones que prevalecen en cada país que resiste la voluntad im-perial norteamericana y europea.

Lo político-social consiste en el apoyo, tanto abier-to y directo como encubierto, a los partidos políticos o movimientos sociales dispuestos a apoyar y facilitar la implementación de las políticas promovidas por los po-deres occidentales. Su objetivo es cuestionar la legitimi-dad del gobierno-presa y crear las condiciones calleje-ras o electorales necesarias para derrocarlo con o sin la violencia armada. Estas son las llamadas "revoluciones de colores" perfeccionadas por los gobiernos de los paí-ses de la OTAN en el este de Europa contra algunos go-biernos recalcitrantes en los antiguos países socialistas. Los últimos ejemplos de esta modalidad han sido en la misma Ucrania y en el hasta ahora fracasado intento de desestabilizar el territorio chino de Hong Kong.

Se ocupan las mismas modalidades de desestabi-lización en Asia. Los disturbios ocurridos en países como Tailandia y Myanmar (Birmania) son manipula-dos por Estados Unidos y sus aliados a favor de sus in-tereses. Fomentan el terrorismo en la provincia china de Xinjiang, como ya ocurrió en Tíbet o en Chechenia, con el apoyo encubierto de los poderes occidentales, que también atizan las disputas territoriales en el Mar Meridional de China entre China y sus países ve-cinos. El constante hostigamiento a Corea Democrática es otro elemento de la desestabilización regional deli-beradamente provocado por Estados Unidos y sus alia-dos para impedir la consolidación del poder económico de China y Rusia, que sin embargo siguen desarrollando buenas relaciones con Corea del Sur.

En lo económico, el reciente conflicto entre Argentina y los fondos buitres norteamericanos es un caso ejemplar de como la maquinaria financiera y comercial controla-da por las instituciones gubernamentales y financieras occidentales se usa para agredir a sus presas. El caso de Argentina es un caso en que las sanciones económicas aplicadas por el sector privado sustituyen las sancio-nes económicas gubernamentales impuestas muchas veces de manera unilateral e ilegal contra países como Cuba, Irán, la República Popular Democrática de Corea, Zimbabue, Siria y ahora contra Rusia. Se trata del con-gelamiento de fondos internacionales, la exclusión de esenciales trámites comerciales y financieros y otros bloqueos de diferentes tipos. Todo esto es obvio y evi-dente en América Latina y en África.

El objetivo del asalto económico es destruir la capa-cidad financiera y comercial del gobierno-presa que le permite garantizar la vida material y el bienestar de su población y de sostener las operaciones fundamenta-les del Estado.

Por supuesto, en la práctica estos dos objetivos con-vergen y constituyen la materia prima para el tercer componente principal de la desestabilización que es la guerra psicológica-mediática. El mecanismo funda-mental de esta modalidad es la formación de un circuito cerrado de retroalimentación infinita entre los grandes medios corporativos occidentales, totalmente al servi-cio de la propaganda de sus gobiernos y de sus aliados mediáticos locales en los países-presas. De esa forma, la ofensiva político-social se proyecta en la conciencia nacional e internacional de una manera que legitima el asalto económico y esto en su turno profundiza la ofen-siva político-social. Paralela y simultáneamente, los dos frentes ofensivos se amplifican en los medios naciona-les e internacionales, a veces hasta niveles histéricos, para crear un ambiente de crisis e insostenibilidad por medio de la guerra psicológica-mediática.

¿Por qué Siria y Ucrania?Usando estas modalidades de desestabilización, las

élites dominantes de los países occidentales están dis-puestos a llevar al mundo al borde de una guerra catas-trófica con sus rivales económicos globales. No es para nada que China y Rusia son ambos muy fuertes poderes nucleares. Si se pregunta por qué los poderes occiden-tales se comportan de una manera tan irresponsable, la respuesta más obvia e inmediata es: la desesperación. Las élites corporativas occidentales saben que el tiem-po se va agotando para sostener su acostumbrado do-minio de la economía internacional y su histórico acapa-ramiento de los recursos naturales del planeta.

Las élites occidentales tienen quizás cuatro o cinco años más para provocar el caos y forzar a sus rivales a ceder cuotas del poder internacional que satisfagan la avaricia del capitalismo de consumo occidental. Para 2020 lo más probable es que Rusia, China y sus aliados van a llegar a dominar la economía de los paí-ses del Pacífico, desarrollarán una relación cada vez más estrecha con Alemania y otros países del este de Europa, dominarán las economías de Asia Central y Oeste y serán los socios económicos favoritos del sur de Asia, de África y de América Latina.

Todo esto está en proceso y nada lo detendrá, me-nos una catastrófica guerra global. Para Occidente, el corolario de este proceso, a nivel de su política interna, es el radical cambio político y económico que deberá resultar de la feroz guerra de clases que de nuevo em-pieza a caracterizar la política doméstica en Estados Unidos y en muchos países europeos. Solo tomando en cuenta este trasfondo político y económico global, tiene sentido lo que ha pasado en Ucrania y en Siria, y antes en Libia y Costa de Marfil.

Para las élites de Estados Unidos y sus países aliados de la OTAN, la agresión que han desatado contra las

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poblaciones afines a Rusia en el Este de Ucrania y con-tra Siria, constituyen una manera de agredir a los inte-reses vitales de Rusia –y en menor grado de China– sin ir a una guerra mundial plena. Es por eso que el Papa Francisco ha hablado de una tercera guerra mundial no declarada. En términos de su ubicación estratégi-ca y de sus reservas de hidrocarburos, especialmen-te el gas, tanto Ucrania como Siria son países claves que dan ventajas importantes a los países con los que están aliados.

Entonces, para Estados Unidos y sus socios, si no pueden conquistar o cooptar Ucrania y Siria, prefieren destruirlos para frenar el avance del poder de China y Rusia y para complicar sus relaciones con los demás países de las respectivas regiones.

Todo este contexto es de suma relevancia también para entender las desesperadas maniobras de Estados Unidos en América Latina. Aquí, el gobierno de EEUU y sus aliados actúan constantemente para socavar y destruir los procesos revolucionarios en Bolivia, Cuba, Ecuador y Venezuela, y para desestabilizar las trans-formaciones y políticas emancipadoras en Argentina y Brasil. Es la resistencia de los pueblos de estos países que ha hecho fracasar el proyecto político y económi-co que las élites norteamericanas y europeas quieren imponer en América Latina y el Caribe. Para entender la naturaleza estéril y destructiva de ese proyecto an-ti-humano, es suficiente observar el calvario que viven hoy los pueblos de Haití y Honduras.

Antecedentes de UcraniaUbicada en el noreste de Europa, Ucrania es el país

más grande de ese continente con una larga, compleja y en gran parte trágica historia. Las fuerzas e intereses que están ahora en conflicto se han determinado por las revoluciones y las terribles guerras totales del siglo pasado. En esencia, es un conflicto entre el naciona-lismo de tendencia fascista que predomina en las re-giones del oeste del país, contra la población de habla rusa del Este del país, que posee una estrecha afinidad a Rusia. Esta realidad histórica se reflejó en la Primera Guerra Mundial, cuando más de tres millones de ucra-nianos pelearon al lado de Rusia y en el lado opuesto cientos de miles de sus paisanos apoyaron a Alemania.

La guerra no terminó para Ucrania con la derrota ale-mana en 1918. La Revolución Bolchevique de Lenin y la fundación de la Unión Soviética provocaron una despia-dada agresión contra Rusia por parte de los poderes oc-cidentales. Ucrania fue una zona de guerra desde 1919 hasta 1921 tras la agresión de Polonia a la naciente URSS. Este conflicto terminó con la anexión del oeste de Ucrania a Polonia y el reconocimiento de Polonia del resto del territorio ucraniano como una República Socialista, integrante de la Unión Soviética.

Al final de la Segunda Guerra Mundial, en la que se estima murieron más de cinco millones de ucrania-nos, la parte oeste del país se integró a la Ucrania so-viética. Y en 1954, como una medida administrativa, Crimea fue añadida a Ucrania por decreto del gobier-no de la URSS. En 1991, con la disolución de la Unión Soviética, Ucrania se incorporó a la Comunidad de Estados Independientes y mantuvo sus lazos econó-micos y culturales con Rusia.

Ucrania fue la segunda economía de la URSS pero sufrió muchos problemas en la década de los años 90, como resultado de la abrupta instauración de políticas de mercado al estilo del capitalismo occidental. La economía entró en recesión a pesar de tener grandes extensiones agrícolas, una avanzada industria con va-rios rubros de alta tecnología, significativos recursos minerales y un fuerte sector industrial. La economía se recuperó en los primeros años de este siglo pero cayó en recesión de nuevo con el colapso económico occi-dental en 2008. Ucrania siempre ha dependido de la energía (gas) que Rusia le suministra y ahora sus finan-zas han quedado destruidas por el conflicto provocado por los intereses élites occidentales.

Desde el fin del siglo pasado, la política en Ucrania ha estado en constante crisis por la presión de las fuerzas de la derecha en el país a favor de un mayor acercamiento a la Unión Europea y a la OTAN, con la correspondiente disminución de la dependencia de la Federación Rusa. Hasta 2014, existía un tenso equilibrio entre esta presión y la resistencia de las fuerzas en el país a favor de mantener estrechas re-laciones con Rusia. El tema inmediato del conflicto que estalló al final de 2013 fue que Rusia, por múlti-ples razones administrativas y comerciales, no pudo aceptar un Acuerdo de Asociación de Ucrania con la Unión Europea mientras al mismo tiempo Ucrania disfruta de términos preferenciales de comercio con la Federación Rusa y sus aliados.

Esta es solo la principal entre varias dificultades. Por ejemplo, hubo también el asunto de la posible incor-poración de Ucrania a la OTAN, que está ubicada en la mera frontera con la Federación Rusa, y la persistente morosidad en los pagos de Ucrania a Rusia de su abul-tada deuda por el suministro del gas ruso.

Punto de inflexiónEn 2013, las incesantes presiones de parte de la

Unión Europea y de la oposición política en Ucrania llevó al gobierno del Presidente Viktor Yanukovich a acordar en principio a un acuerdo no muy favorable con la Unión Europea. La Federación Rusa hizo una contrapropuesta más ventajosa y el gobierno ucra-niano aceptó la propuesta rusa. Esto fue el punto de inflexión para las élites occidentales que entonces

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financiaron la ola de protestas conocidas como Euro Maidan (que significa Independencia, el nombre de la plaza principal de Kiev, su capital) en noviembre 2013.

Victoria Nuland, alta funcionaria del Departamento de Estado estadounidense se ufanó que su gobierno lideraba la desestabilización de Ucrania cuando ase-veró públicamente que para lograrlo durante varios años Estados Unidos había invertido 5 mil millones de dólares. Cuando sus aliados europeos querían proce-der con más cautela, una grabación encubierta captó la conversación entre la Nuland y su embajador en Ucrania en la que ella afirma "que se joda la Unión Europea". La Canciller alemana, Angela Merkel, dijo que el comentario de la Nuland era "inaceptable", pero eso no le impidió actuar en abyecta sumisión a la política estadounidense.

La situación política en Ucrania fue muy violenta durante este período debido a esa agresiva política desestabilizadora estadounidense y la clara compla-cencia de la Unión Europea. Políticos y funcionarios de los gobiernos europeos y de EEUU, intervinieron abiertamente y visitaron Ucrania para demostrar su apoyo a las facciones políticas ucranianas más dere-chistas y garantizaron deliberado apoyo a los parami-litares fascistas, especialmente de parte del gobierno y de las fuerzas armadas de Polonia, que comparte una frontera de 428 kilómetros con Ucrania. El gobierno ucraniano optó por no aplicar la represión aun cuan-do está demostrado que numerosos francotiradores asesinaron a decenas de manifestantes como sinies-tras provocaciones mortales de los grupos extremistas apoyados por los regímenes occidentales.

La crisis de gobierno en Ucrania llegó a su culmina-ción el 14 de febrero 2014, cuando paramilitares de la derecha asaltaron las oficinas de diferentes institucio-nes del gobierno, sucedió inmediatamente después de la firma de un acuerdo para resolver la crisis de manera pacífica entre el gobierno ucraniano y representantes de la Unión Europea y de la Federación Rusa. Fue una traición descarada y provocadora. En pocos días y de manera inconstitucional, bajo la fuerte y violenta inti-midación de los grupos paramilitares fascistas, el par-lamento ucraniano declaró el Presidente Yanukovich incapaz de gobernar y llamaron a elecciones.

Yanukovich huyó a la Federación Rusa y los para-militares fascistas tomaron control de Kiev y la parte occidental del país. Fue un golpe de estado paramilitar deliberadamente promovido por Estados Unidos y los gobiernos de la Unión Europea a través de los extre-mistas y fascistas para amenazar y provocar al gobier-no de la Federación Rusa.

La respuesta rusa a la violación del acuerdo del 14 de febrero fue inmediata. Iniciaron las medidas ne-cesarias para proteger su base naval en Sebastopol

y neutralizaron sin violencia las unidades militares ucranianas en la península de Crimea. Por mayoría abrumadora, el parlamento crimeo convocó a un referéndum que se celebró el 16 de marzo, cuando más del 90% de la población votó por adherirse a la Federación Rusa.

El resultado del referéndum fue formalizado el 18 de marzo con la firma del tratado de incorporación de Crimea y del puerto de Sebastopol a la Federación Rusa. Pero esta manera de resolver la crisis no fue po-sible que la aplicara la población de las otras regiones del Este de Ucrania, que también cuentan con una ma-yoría de su población a favor de unirse a Rusia. Frente a los sucesos en Crimea, las autoridades usurpadoras del gobierno en la ciudad capital de Kiev enviaron fuerzas militares y paramilitares para reprimir toda manifes-tación de oposición a las nuevas autoridades en Kiev.

Horror fascistaEl incidente más horroroso durante este período fue

la masacre de por lo menos 42 pacíficos manifestan-tes pro-rusos en la ciudad portuaria de Odessa. Gru-pos paramilitares que se identificaron abiertamente como nazis, junto con cientos de simpatizantes civiles, acorralaron a las y los manifestantes pro-rusos en un edificio sindical en el centro de la ciudad, le prendieron fuego y dispararon a las personas que intentaron salir. Mientras los pisos superiores se quemaban, los para-militares nazis entraron a la parte inferior del edificio donde capturaron a decenas de manifestantes pro-rusos. Los torturaron y los quemaron vivos. La policía observó la masacre con indiferencia. Los gobiernos y medios de comunicación occidentales minimizaron la barbarie y culparon de la atrocidad a las víctimas.

Sin duda, fue esta masacre la que convenció a las poblaciones de otras provincias de la región indus-trial y minera de Donbass, en el Este de Ucrania, de organizarse militarmente con el apoyo no oficial de la Federación Rusa. Las provincias de Donetsk y Lugansk se declararon repúblicas independientes y establecieron la Federación de Novorossia. Apela-ron a la Federación Rusa a reconocerlas de la mis-ma manera que se había reconocido a Osetia del Sur y Abjasia cuando estos dos países se separaron de Georgia en 2008. Sin embargo, el gobierno ruso no lo hizo y se limitó a garantizar de manera no oficial el apoyo necesario para que las milicias indepen-dentistas puedan defenderse.

A finales de mayo pasado, el nuevo régimen de Kiev celebró elecciones generales. El multimillonario Petro Poroshenko resultó electo como Presidente de Ucrania, quien mantuvo como Primer Ministro al gol-pista fascista Arseniy Yatsenyuk. Poroshenko ratificó la ofensiva militar contra Donetsk y Lugansk y envió

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decenas de miles de tropas y paramilitares, con la or-den de atacar a las milicias defensoras de las nuevas repúblicas y de reprimir a la población civil resistente. La agresión estuvo caracterizada por los más brutales ataques contra blancos civiles por parte de las fuerzas oficialistas. Fue una deliberada campaña de limpieza étnica apoyada por los gobiernos de Estados Unidos y de la Unión Europea. Más de 400,000 civiles se re-fugiaron en Rusia. A finales de junio, parecía solo un asunto de días el colapso de las nuevas repúblicas fren-te a la brutal e indiscriminada ofensiva militar del ré-gimen de Poroshenko. Sin embargo, en las siguientes tres semanas las milicias independentistas infligieron derrota tras derrota a las fuerzas agresoras.

Y fue en ese contexto que el 17 de julio ocurrió el ataque terrorista contra el avión de Malaysia Airlines, en el que murieron casi 300 personas. A pesar de la histérica campaña de los gobiernos y de los medios occidentales acusando a las milicias de Donestk y Lugansk de haber alcanzado el avión con un misil tierra-aire, nunca presentaron prueba alguna. Con el paso del tiempo se ha aclarado que no hay ninguna evidencia que justifique imputar el crimen a las mi-licias independentistas ni mucho menos al gobierno de la Federación Rusa. Al contrario, los medios y go-biernos occidentales han dejado caer en el olvido el acto terrorista, porque la acumulación de las pruebas indica que fue un avión militar del régimen de Kiev el que atacó el avión malasio.

Con toda la evidencia que ha aparecido ahora, la conclusión obvia es que los gobiernos occidentales esperaban poder manipular el ataque terrorista eje-cutado por el régimen de Kiev contra el avión ma-lasio para frenar el apoyo de Rusia a las milicias de Novorossia y así aliviar la presión sobre las derro-tadas fuerzas militares y paramilitares oficialistas, apoyadas y asesoradas por los gobiernos de Estados Unidos y la Unión Europea.

Esta interpretación parece muy justa, dada la deci-sión de los gobiernos de Estados Unidos y de la Unión Europea de aplicar sanciones económicas contra la Federación Rusa, en base a su supuesto (y falso) pa-pel en el ataque contra el avión malasio. Se trata de una típica, cínica y desleal manipulación de lo ocurrido para justificar el apoyo occidental al régimen fascista dedicado a la limpieza étnica de la población rusa en el este de Ucrania. Aparte de ese aspecto estrechamente político, se trata también de una política más amplia y estratégica contra la Federación Rusa y sus aliados regionales.

De todas maneras, a inicios de septiembre pasado, se negoció una tregua entre las dos partes en la ciudad capital de Bielorrusia, Minsk. Pero en la práctica, hasta la fecha las fuerzas oficialistas no han cesado de atacar

con su artillería a las zonas de Donetsk y Lugansk. Más bien el espacio ha sido aprovechado por el régimen de Poroshenko para equipar y reagrupar sus fuerzas, listas para una nueva ofensiva contra Novorossia an-tes de fin de año. De igual manera, los gobiernos de Donetsk y Lugansk han ocupado la tregua también para fortalecerse y para celebrar elecciones el 2 dos de noviembre, que les ha dado mayor legitimidad a nivel internacional. El primer ministro de la República Popular de Donetsk, Alexánder Zajárchenko, y el de la República de Lugansk, Ígor Plótnitski, recibieron el 70% y el 63,8% de los votos, respectivamente.

Conflictos inseparables

En términos geoestratégicos, los conflictos de Ucrania y Siria son inseparables: el uno complemen-ta al otro para lograr el gran objetivo de los poderes occidentales de frenar el desarrollo del poder econó-mico y de influencia política de Rusia y de China. La guerra terrorista occidental en Siria afecta –de ma-nera quizás igualmente directa que el conflicto en Ucrania– las pretensiones del gobierno de China de desarrollar corredores comerciales para el tránsito de mercancías desde China a través de Asia Central hacia el enorme mercado de Alemania y sus vecinos del centro y Este de Europa, y vice-versa. Los dirigen-tes chinos designan estos corredores como la nueva "Gran Ruta de la Seda" en referencia a la histórica ruta comercial entre Asia y Europa que se extendía desde Xi’an en China, Antioquía en Siria y Constantinopla (actualmente Estambul, Turquía) hasta Europa y que llegaba hasta los reinos hispánicos en el siglo XV, y que a su vez es heredera de la "Ruta del Jade", que operó hace siete mil años.

Ucrania está ubicada al norte del Mar Negro. Siria está ubicado hacia el sur y también tiene costas en el Mediterráneo. Entonces, la destrucción y el caos en Ucrania y Siria complican muchísimo el desarrollo de las rutas comerciales y energéticas que tanto China

Alexánder Zajárchenko e Ígor Plótnitski primeros ministros de las Repúblicas de Donetsk y Lugansk.

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como Rusia quieren desarrollar hacia Europa. Además, para entender el alcance global de lo que está pasan-do, las guerras en Siria y Ucrania se deben observar unidas al hostigamiento de Estados Unidos y sus alia-dos contra China en el Pacífico.

Todo este panorama político-militar está ligado a los desesperados intentos de las élites corporativas occi-dentales de forzar las negociaciones de amplios Trata-dos de Libre Comercio con los países del Pacífico y con la Unión Europea. En efecto se trata de una enorme agresión occidental en todas las esferas –económica, comercial, diplomática, militar, jurídica, mediática– para hacer irrelevante la soberanía nacional y estable-cer un régimen de control supranacional dominado por las corporaciones occidentales y sus regímenes títeres. El caso de la guerra contra el gobierno y pueblo de Siria se complica todavía más por estar contiguo a Israel, el país emblemático de la barbarie genocida occidental.

Igual que en el caso de Libia, el hostigamiento al go-bierno sirio por parte de Estados Unidos y sus aliados ha sido constante desde el establecimiento de un sis-tema socialista bajo el Partido Baath en los años 60. Desde la década de 1950, todos los gobiernos esta-dounidenses han apoyado organizaciones subversivas en la región para desestabilizar países que han resisti-do al imperialismo occidental: Argelia, Egipto, Yemen, Siria y Libia, entre otros. En Egipto y Siria trabajaban con el movimiento político-religioso extremista la "Hermandad Musulmana" contra los gobiernos de los Presidentes Gamel Abdel Nasser y Hafez al-Assad respectivamente. Es pues un lógico desarrollo de la conducta histórica de las operaciones encubiertas del gobierno estadounidense y de sus aliados, aliarse ac-tualmente con las fuerzas paramilitares de musulma-nes extremistas en Afganistán, que se conocen ahora como Al Qaeda.

Igual que en Libia, desde su inicio el levantamiento en Siria contra el gobierno del Presidente Bashar al-Assad fue violento, asesorado y dirigido por fuerzas extranjeras. Desde 2011 hasta medianos de 2013, se esperaba en cualquier momento que el gobierno sirio se derrumbaría. Pero nunca pasó.

Esto es un hecho extraordinario si uno considera el eje de la ofensiva contra el legítimo gobierno sirio, integrado por los poderosos e influyentes regímenes que lo agre-dieron. Se trata de todos los gobiernos de la OTAN, prin-cipalmente Canadá, el Reino Unido, Francia, Alemania y Turquía, dirigidos por Estados Unidos. A estos hay que sumar los aliados regionales de la OTAN como Israel, Arabia Saudita, Jordania y Qatar, que han apoyado la guerra contra Siria con fuerzas especiales, entrena-miento, armamentos e insumos de todo tipo, además de apoyo logístico y sanitario. El costo suma cientos de miles de millones de dólares.

En esencia, las guerras contra Libia y Siria han sido versiones más intensamente agresivas todavía del mismo tipo de ofensiva que se montaba en los años 80 contra Nicaragua, Angola y Mozambique. La oposición nacional se ocupa de dar la cara al mundo mientras se apoya en un enorme aparato encubierto de respaldo extranjero material, financiero y de recursos humanos.

En Libia, fueron las tropas especiales europeas y la infantería de Qatar que tomaron la ciudad capital Trípoli bajo un despliegue feroz del poder de fuego aéreo y naval de la OTAN. En Siria, es precisamente la falta de poder de fuego aéreo y naval en apoyo al enemigo que ha permitido a las fuerzas armadas sirias frenar y revertir la masiva ofensiva terrorista promo-vido por los gobiernos de la OTAN y sus aliados. Esa ventaja del gobierno sirio se debe claramente a la so-lidaridad política y diplomática de los gobiernos de la Federación Rusa, de China y en menor grado de India, de algunos países de África y de los países de América Latina, especialmente los del ALBA y Brasil, y –de es-pecial importancia en términos regionales– de Egipto. En el ámbito militar, son los gobiernos de Irán e Iraq los que han defendido la integridad del gobierno sirio con el importante apoyo, desde Líbano, del poderoso movimiento político-militar Hezbollah.

Un componente inesperado de la ecuación del equilibrio de poder en la región ha sido el desarrollo de los acontecimientos en Egipto, donde el ejército cumplió con su papel histórico de defender las insti-tuciones seculares del país. Son Irán y Egipto los que han sido un contrapeso determinante en la región, frente al comportamiento sectario contra Siria del Presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, y las monarquías feudales de Arabia Saudita y Qatar. En este sentido, Egipto ha trabajado muy de cerca con Rusia y China en los frentes diplomáticos, energéti-cos, comerciales y financieros, mientras Rusia, Irán y Hezbollah han garantizado el apoyo militar que Siria requiere para defenderse.

El califato terroristaEs frente a esta realidad regional y la inquebrantable

firmeza del pueblo sirio que los gobiernos de la OTAN y sus aliados en la región han fomentado la creación del llamado Estado Islámico (llamado ISIS). De hecho, esa entidad no tiene nada que ver con la verdadera fe islámica. Al contrario, es una perversión de Islam toda-vía más extrema que la puritana doctrina Wahabí que prevalece en Arabia Saudita.

Las corrientes principales del verdadero Islam son la fe Sunita y la fe Chiíta. Se estima que alrededor del 75% de musulmanes en el mundo profesan la fe Sunní, 15% son chiitas y 10% dividido entre los demás tendencias. Las dos escuelas principales reconocen el Corán como

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su libro sagrado, pero se diferencian mucho en sus res-pectivas interpretaciones y doctrinas derivadas. Irán e Iraq son países en donde la mayoría de la población es chiita. En Siria y el Líbano se identifican con la fe chiíta son alrededor de 15% y 30%, respectivamente.

Un efecto deliberado de la creación del Estado Islá-mico de parte de la OTAN y sus aliados regionales, es la destrucción de la naturaleza secular de las sociedades de siria y libanesa para así fomentar la división. En Líba-no, Iraq, Siria e Irán, la tolerancia religiosa ha sido una característica destacada de sus sociedades. En cambio, la intolerancia de la fe wahabí es una parte íntegra de su práctica tanto contra otras corrientes islámicas como contra otras religiones, especialmente el cristianismo. La fe wahabí se ha llevado a extremos todavía más in-tolerantes por el takfirismo del Estado Islámico, una corriente mesiánica derivada de los sunnitas que consi-dera a los que ellos describen como malos musulmanes como a sus principales enemigos. Los takfiristas han asesinado quizás a decenas de miles de sus prisioneros y han vuelto a introducir la esclavitud, especialmente de las mujeres, en los territorios que controlan.

El Estado Islámico es, de manera enfática, un movi-miento intolerante que en sus acciones ha demostra-do que no tiene nada que ver con la práctica leal de la fe islámica. La palabra takfiri generalmente ha sido un término de desprecio aplicado por los musulmanes a los fanáticos que usurpan la autoridad de los clérigos islámicos, los ulemas, para abrogarse el derecho de acusar a otro creyente islámico de herejía o apostasía. En este sentido, la guerra en Siria ha tenido un fuerte impacto en las estructuras de la autoridad del Islam, porque ha forzado a las jerarquías islámicas a definir su posición religiosa frente a las enormes contradic-ciones políticas y sociales generadas por el conflicto, y ha sometido a enormes presiones la larga tradición histórica de la tolerancia religiosa en la región.

Es en este contexto político, social y teológico que la OTAN y sus aliados islámicos crearon el Estado Islámico, también llamado ISIS o, de manera despectiva por sus oponentes, Daesh. El objetivo propuesto por ISIS es de restablecer el califato islámico en la región, atravesan-do numerosas naciones independientes, que significa un estado soberano de los creyentes de la fe islámica, en este caso la fe extremista y fanática de los takfiris. Es muy importante entender que el fenómeno del ISIS surgió como una respuesta de la OTAN y sus aliados re-gionales a la derrota de sus ofensivas contra el gobierno sirio a lo largo de 2013. Es una criatura de la OTAN y por eso su aviación militar lo bombardea de una manera de-liberadamente inepta y poco convincente.

El Presidente Barack Obama y sus colegas de la OTAN quieren hacer creer que ellos solo apoyan los terroristas "moderados" sirios y no apoyan para nada

a los decenas de miles de extremistas extranjeros que han llegado a Iraq y Siria desde todos los países musul-manes del mundo y también de los países norteameri-canos y europeos para apoyar la creación del califato. En Iraq, las raíces principales del ISIS se encuentran en la ocupación militar estadounidense de Iraq, cuando los militares estadounidenses pagaron a sus oponen-tes de la fe Sunnita en el oeste de Iraq por colaborar con ellos contra la resistencia Chiíta. Como resultado de esta política surgieron milicias sunnís mejor arma-das y entrenadas, dispuestas y capaces de resistir las políticas sectarias del gobierno del ex Primer Ministro Jawad al-Maliki, que gobernó Irak ocho años, domina-do por la comunidad chiíta.

Cuando las milicias terroristas extranjeras y las "mo-deradas" fuerzas opuestas al gobierno sirio fracasaron en sus esfuerzos de derrocar el gobierno del Presiden-te al Assad, la OTAN y sus aliados regionales refor-mularon su estrategia. Decidieron impulsar la conso-lidación de diferentes elementos extremistas activos en Siria y en Iraq para formar el Estado Islámico. Lo financiaron, lo armaron y lo entrenaron en Jordania, en Turquía y en las áreas que controlan en Iraq y Siria. El objetivo estratégico en términos territoriales fue crear un califato que abarca partes del Este y Noreste de Siria y del Oeste y Noroeste de Iraq bajo el control de las fuerzas fieles a Arabia Saudita y Qatar.

Como resultado de la confluencia de las milicias takfiris desde Siria y las milicias sunnitas opuestas al gobierno de Iraq, con el apoyo encubierto de la OTAN y la ayuda abierta de sus aliados regionales, las fuerzas militares del ISIS rápidamente ocuparon largas extensiones del territorio del Noreste de Iraq. Tomaron control de la estratégica presa hidroeléctri-ca de Mosul y de la refinería de petróleo más grande del país en Beiji. Durante julio y agosto pasado, se es-peculaba que el ISIS sería capaz de tomar Bagdad, la capital de Iraq.

Bashar al-Asad y Hugo Chávez

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Sin embargo, su verdadera fuerza militar es difícil de calcular. Algunos observadores estiman el núme-ro de sus combatientes en un rango de entre 20 mil y 30 mil efectivos. Otros argumentan que es imposible para una fuerza tan pequeña asumir ofensivas de gran envergadura en varios frentes a la vez. Un dirigente kurdo ha sugerido que las actuales ofensivas simultá-neas del ISIS requieren una fuerza –entre personal de logística y combatientes– de hasta 200 mil. A estas al-turas del conflicto, los soldados de ISIS combaten a los Kurdos en la frontera de Siria con Turquía, a los kurdos en el Noreste de Iraq, a las fuerzas del gobierno de Iraq en el centro y Este del país, a las fuerzas de Hezbollah y del gobierno sirio en las fronteras de Siria con Líbano e Israel, y a las fuerzas del gobierno en el norte de Siria.

Es absurdo sugerir que ISIS podría mantener esta capacidad ofensiva militar sin el apoyo de sus patroci-nadores entre los gobiernos de los países de la OTAN y sus aliados regionales, Arabia Saudita, Qatar e Israel. Es exactamente este nivel de capacidad ofensiva que permite a la OTAN y sus aliados justificar la interven-ción de sus propias fuerzas militares en la región bajo el espurio subterfugio de la responsabilidad de "pro-teger" a las poblaciones civiles. Este cínico pretexto es precisamente lo contrario de lo que han hecho en Ucrania, donde han fomentado la limpieza étnica de la población rusa.

Actualmente los gobiernos de Turquía e Israel están garantizando apoyo logístico y médico a la fuerzas de ISIS en sus fronteras con Siria, mientras Turquía hace la mueca de usar sus fuerzas armadas para combatir-lo a la vez que lo está equipando y entrenando. Por su parte, la aviación militar estadounidense "por acciden-te" deja caer armas, pertrechos e insumos de guerra en las áreas controladas por el califato.

Objetivos despiadadosTodo lo que pasa ahora en Siria e Iraq ocurre dentro

de un esquema inhumano de despiadadas considera-ciones geoestratégicas. Entre los diversos objetivos principales de la OTAN y sus aliados está la división de Iraq en tres partes (una Sunní, otra Kurda y una redu-cida Chiita) para así disminuir la capacidad de Irán de proyectar directamente su gran poder e influencia en la zona de conflicto en Siria.

Rusia e Irán defienden al gobierno sirio para prote-ger su propia seguridad nacional y sus intereses ener-géticos, financieros y comerciales en la región. Por encima de todo buscan cómo convencer a Turquía, Israel, Arabia Saudita y Qatar que el conflicto en Siria pone en peligro su propio desarrollo y seguridad. La Federación Rusa se preocupa mucho por mantener sus relaciones con Turquía de igual manera que mantener-las con Alemania. Sin embargo, parece que le da igual al

gobierno ruso si se mantienen o no las buenas relaciones con Estados Unidos y sus aliados más estrechos, Reino Unido y Francia.

Todo indica que del conflicto saldrán victoriosos el gobierno del Presidente al-Assad y sus aliados re-gionales e internacionales y al mismo tiempo, que-darán las contradicciones entre sus enemigos. Las corruptas élites corporativas de Estados Unidos, Francia y el Reino Unido quieren fortalecer sus in-tereses energéticos, financieros y comerciales en la región, pero no necesariamente son los mismos in-tereses y deseos de sus homólogos en las putrefac-tas élites feudales que gobiernan en Arabia Saudita, Qatar y Turquía. Además, les conviene a los grandes poderes occidentales que sus enemigos, los extre-mistas takfiris y sus oponentes chiitas y sunnitas se maten entre ellos mismos.

De igual manera, Israel busca como garantizar la per-manente inestabilidad en la región para así evitar una coalición de países vecinos comprometidos a defender a Palestina. Por su parte, Turquía espera debilitar a Siria e Iraq para restablecer su histórico predominio regional, pero no necesariamente en conformidad con los planes de Estados Unidos y de la Unión Europea o los de Arabia Saudita o los, también diferentes, de Qatar. Las élites occidentales están contentas con pagar y apoyar a las fuerzas de ISIS para derrocar al gobierno sirio y debi-litar la influencia de Rusia e Irán en la región, pero no quieren crear un bloque de fe wahhabi o takfiri com-prometido con hacer la guerra a Israel o con desem-peñar una campaña terrorista internacional contra los países occidentales.

Estos repugnantes cálculos no toman en cuenta la urgente necesidad de paz y seguridad para las pobla-ciones víctimas. Sencillamente, ni los grandes poderes regionales, Irán y Egipto, ni las diversas poblaciones afectadas de la región van a permitir que los países de la OTAN y sus aliados concreten sus cínicos y contra-dictorios objetivos imperialistas. Más que una estrate-gia bien calculada y planificada, las acciones de los paí-ses de la OTAN y sus aliados se ven como una madeja de incoherentes deseos e irracionales fantasías.

Es otro elemento más en el escenario global que refleja la desesperación de las élites occidentales y la consecuente inseguridad de sus aliados. Son los go-biernos de la Federación Rusa y de China los que han actuado decididamente para defender en la esfera política el derecho internacional y la paz, y en la es-fera económica promover modelos de cooperación y solidaridad. En América Latina las políticas de Estados Unidos y sus aliados han fracasado frente a la voluntad e impulso emancipadores de los pueblos. Todo indica que es solo una cuestión de tiempo hasta que obten-gan el mismo resultado en Ucrania y en Siria.

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Rusia define sus prioridadesVladimir Putin* _________________

El pasado 24 de octubre, durante la XI Sesión del prestigioso Club de Discusiones Internacionales de Valdai (creado en 2004 y así llamado por el

nombre del lago ubicado cerca de la ciudad rusa Veliky Novgorod, en donde se hizo la primera reunión), el Pre-sidente de la Federación Rusa, Vladimir Putin, intervino en el plenario de la reunión final. El tema de la reunión fue "El Orden Mundial. ¿Reglas nuevas o un juego sin reglas?". En la reunión participaron más de cien perso-nalidades de 25 países.

Los medios de comunicación occidentales hicieron todo lo posible para ignorarlo o para alterar su signifi-cado. Según el blog "El Robot del Pescador", "éste ha sido probablemente el discurso político más impor-tante desde el discurso de Winston Churchill el 5 de marzo de 1946, en el que popularizó el término ‘telón de acero’".

Agrega: "Putin ha cambiado abruptamente las reglas del juego. Hasta ahora, el juego de la política internacional se jugaba de la siguiente manera: los po-líticos hacían declaraciones públicas, en aras de man-tener una agradable ficción de soberanía nacional, pero eran solo una impostura y no tenían nada que ver con la sustancia de la política internacional; en-tre tanto, participaban en negociaciones secretas, en las que se establecían los auténticos acuerdos. Putin ha tratado de jugar a este juego, esperando que Rusia fuera tratada como un igual. Pero estas esperanzas se han desvanecido y en esta conferencia, declaró que el juego se acabó, violando de manera explícita el tabú occidental de hablarle directamente a la gente acerca de los jefes de los clanes de las élites y de los líderes políticos a los que dominan".

El blogger ruso Chipstone, resumió los puntos más destacados del discurso de Putin:1. Rusia está preparada para establecer conversaciones

para tomar acuerdos serios, si éstas conducen a un escenario de seguridad colectiva, se basan en la equi-dad y tienen en cuenta los intereses de cada parte.

2. En su política exterior, y más aún, en clave de políti-ca interna, el poder de Rusia no se basa en las élites y en sus negociaciones a puerta cerrada, sino en la voluntad del pueblo.

3. Todos los sistemas de seguridad colectiva mundial han sido destruidos por Estados Unidos de América.

4. Los constructores del Nuevo Orden Mundial han

fracasado. Crearlo o no es una decisión que no se puede tomar sin contar con Rusia.

5. Rusia no tiene intención de tomar un papel activo para frustrar los planes de aquellos que todavía es-tán tratando de construir su deseado Nuevo Orden Mundial, a no ser que sus esfuerzos empiecen a afec-tar los intereses fundamentales de Rusia.

6. Rusia no tiene ningún interés en la construcción de un nuevo imperio propio. Tampoco está dispuesta a actuar como salvadora del mundo, como hizo en el pasado.

7. Rusia no intentará formatear el mundo según su imagen e intereses, pero tampoco le permitirá a na-die que lo haga.

8. Rusia no se cerrará al resto del mundo, pero no está dispuesta a que se le intente aislar.

9. Rusia no desea que el caos se extienda. No quiere la guerra y no tiene intención de iniciar ninguna. No hace la guerra, pero tampoco la teme.

10. Aún existe la oportunidad de construir un Nuevo Orden Mundial que evite el estallido de una guerra mundial y que necesariamente incluye a Estados Unidos. Pero sólo podrá construirse si EEUU acep-ta participar en las mismas condiciones que todos los demás: con sujeción a la ley internacional y a los acuerdos internacionales; absteniéndose de realizar acciones unilaterales; y con pleno respeto por la so-beranía de las otras naciones.En el evento participaron relevantes personali-

dades rusas, como el moderador y presidente de la Fundación Valdai, Andrei Bystritsky; el presidente del Consejo Ruso para Asuntos Exteriores, Igor Iva-nov; y el rector de la Universidad Nacional de Inves-tigación, Yaroslav Kuzminov; y extranjeros como Thierry Mariani, ex presidente de la Unión para un

nuestromundo

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Ya se ha dicho aquí que este año en el Club hay nuevos co-organizadores, entre ellos organi-zaciones no gubernamentales rusas, expertos,

universidades. Además se ha expresado la idea de aña-dir a la discusión la problemática rusa y cuestiones de política y economía globales. Espero que estos cam-bios organizativos y de contenido refuercen las posi-ciones del Club como un importante foro de discusión y de reunión de expertos. Con ello espero que el así llamado "espíritu de Valdai" pueda mantenerse, con su libertad, apertura, posibilidad de expresar las más distintas y francas opiniones.

En este sentido, quiero decirles que no les voy a de-cepcionar: voy a hablar clara y francamente. Algunas cosas pueden parecer duras. Pero si no habláramos di-recta y francamente de lo que realmente pensamos, no tendría sentido reunirnos en este formato. Si no fuera así, habría que participar en alguna reunión diplomática donde nadie dice nada claro, y, recordando las palabras de un conocido diplomático, podemos indicar que la lengua sirve a los diplomáticos para no decir la verdad.

Nos reunimos aquí con otros objetivos. Nos reuni-mos para hablar sinceramente. Necesitamos la fran-queza y dureza de las valoraciones de hoy no para atacarnos mutuamente sino para intentar aclarar qué es lo que en realidad sucede en el mundo, por qué es menos seguro y menos previsible, porqué por tanto crecen los riesgos.

El tema del encuentro de hoy, de las discusiones que han tenido lugar, se ha denominado "¿Nuevas reglas de juego o juego sin reglas?". En mi opinión la formu-lación de este tema describe con mucha exactitud la situación en la que nos encontramos y la elección que deberemos hacer todos. La tesis de que el mundo con-temporáneo cambia radicalmente, por supuesto, no es nueva. Y sé que ustedes han hablado de ello en el curso de esta discusión. Es cierto, es difícil no darse cuenta de las transformaciones radicales en la política global, en la economía, la vida social, en la esfera de las tecnologías sociales, de la información, de la pro-ducción. Les pido disculpas desde ahora si repito lo expresado por algunos participantes en este foro. Es difícil evitarlo, ustedes han hablado en detalle, pero voy a expresar mi punto de vista, que puede coincidir o ser distinto de lo dicho por los participantes del fórum.

Al analizar la situación actual, no olvidemos las lec-ciones de la historia. En primer lugar el cambio en el orden mundial (y sucesos vinculados los observamos ahora) por regla general van acompañados si no por una guerra global o por choques globales, por una cadena de conflictos intensos de carácter local. En segundo lugar, la política mundial es sobre todo el li-derazgo económico, las cuestiones de la guerra y la paz, de la esfera humanitaria, incluyendo los derechos humanos.

En el mundo se han acumulado numerosas contra-dicciones y debemos preguntarnos sinceramente unos a otros si tenemos una red de seguridad. Por desgracia no hay garantías de que el sistema existente de seguri-dad global y regional pueda alejarnos de la catástrofe. Las instituciones internacionales y regionales de rela-ciones económicas, políticas y culturales viven tiem-pos difíciles.

Sí, muchos mecanismos de garantía del orden pa-cífico se crearon hace bastante tiempo, como conse-cuencia de la Segunda Guerra Mundial sobre todo. La solidez de este sistema se basaba no solo en el balance de fuerzas y en el derecho de los vencedores, sino tam-bién –quiero recalcar esto– en que los "padres funda-dores" de este sistema de seguridad se relacionaban respetuosamente unos con otros; no intentaban "ex-primirlo todo", sino que intentaban llegar a acuerdos.

El fin de la Guerra FríaLo importante es que este sistema se desarrolló y

con todos sus defectos ayudó, si no a solucionar, al menos a contener los problemas mundiales existen-tes, regular las dificultades de la competencia entre países. Estoy seguro de que durante las últimas dé-cadas este mecanismo de contenciones y balances se ha desarrollado con dificultades, a veces con es-fuerzos. En cualquier caso, no se debería romper sin crear antes algo en su lugar, pues en caso contrario no habría instrumentos salvo la fuerza bruta. Habría que llevar a cabo una reconstrucción racional, adap-tar a las nuevas realidades el sistema de relaciones internacionales. Sin embargo Estados Unidos, que se ha declarado a sí mismo vencedor de la guerra fría –considero que de manera presuntuosa– y han pensa-do que no había ninguna necesidad de ello. Y en lugar

Movimiento Popular y ex secretario de estado de Francia; Masahiro Akiyama, presidente de la Fun-dación Tokio; e Ivan Krastev, Presidente del Centro para Estrategias Liberales, de Bulgaria; Shlomo Ben-Ami, ex canciller de Israel; Mustafa Barghou-ti, médico, político y activista pacifista palestino;

Brahma Chellaney, uno de los intelectuales de ma-yor prestigio en India; Dominique de Villepin, ex Primer Ministro de Francia; Wolfgang Schüssel, ex Primer Ministro de Austria, entre otros.

Por su importancia, reproducimos el texto íntegro del discurso del Presidente Vladimir Putin:

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del establecimiento de un nuevo balance de fuerzas, que sea condición indispensable del orden y estabili-dad, al contrario, Estados Unidos ha dado pasos que han llevado a una fuerte desestabilización del balance.

La guerra fría terminó. Pero no lo hizo con una de-claración de "paz" mediante acuerdos comprensibles y transparentes de observación de las normas y es-tándares existentes o de creación de unos nuevos. Pa-recía que los así llamados vencedores en la guerra fría decidieron explotar la situación, tomar todo el mundo exclusivamente para ellos, para sus intereses. Y si el sistema existente de relaciones internacionales y de derecho internacional, el sistema de contenciones y contrapesos molestaba para lograr estos objetivos, en-tonces declaraban su invalidez y necesidad de desmon-tarlo. Así se comportan, discúlpenme, los nuevos ricos que de repente obtienen una gran fortuna, en este caso en forma de dominación y liderazgo mundial. Y en lu-gar de, con esta riqueza, comportarse educadamente y con cuidado, incluso –claro está– en su propio beneficio, considero que han hecho muchas cosas mal.

Ha comenzado un período de diferentes interpreta-ciones y silencios en la política mundial. Bajo presión del nihilismo (negación de uno o más de los supuestos sentidos de la vida) legal, paso tras paso el derecho in-ternacional ha retrocedido. La objetividad y la justicia han sido víctimas de la conveniencia política. Las nor-mas jurídicas han sido sustituidas por interpretaciones arbitrarias y valoraciones parciales. Además, el control total de los medios de comunicación ha permitido ha-cer pasar lo blanco por negro y lo negro por blanco.

En las condiciones de dominio de un país y sus alia-dos, o por decirlo de otra manera, sus satélites, la búsqueda de soluciones globales se ha convertido par-cialmente en el intento de hacer pasar por universa-les recetas propias. Las ambiciones de este grupo han crecido tanto que las políticas que ellos acuerdan las presentan como la opinión de toda la comunidad in-ternacional. Pero eso no es así.

El propio concepto de "soberanía nacional" para la mayoría de los países se ha convertido en algo relati-vo. En esencia, se propuso la fórmula: cuanto mayor sea la lealtad a un solo centro de influencia en el mun-do mayor es la legitimidad de este o aquel régimen de gobierno. Luego tendremos ustedes y yo una dis-cusión libre, y con mucho gusto contestaré a las pre-guntas y les permitiré que ejerzan el derecho a hacer preguntas. Pero en el curso de esta discusión prueben a negar la tesis que acabo de formular.

Las medidas contra los que no acatan esto son bien conocidas y probadas muchas veces: acciones de fuer-za, presión económica y propagandística, injerencia en asuntos internos, apelación a cierta legitimidad "supralegal" cuando hay que justificar una solución

no legal a los conflictos, el derribo de regímenes in-cómodos. En los últimos tiempos hemos sido testigos de que contra determinados líderes se ha ejercido un chantaje abierto. No en vano el llamado "gran herma-no" gasta miles de millones de dólares en vigilar a todo el mundo, incluidos sus aliados más cercanos.

Hagámonos la pregunta de hasta qué punto vivimos confortablemente y seguros en un mundo así, hasta qué punto es justo y racional. ¿Es posible que no ten-gamos motivos para preocuparnos, discutir, formular preguntas incómodas? ¿Es posible que la exclusividad de Estados Unidos, tal y como ejerce su liderazgo, sea realmente beneficiosa para todos, y la continua inje-rencia en los asuntos del mundo lleve tranquilidad, beneficio, progreso, florecimiento, democracia y sim-plemente haya que relajarse y gozar? Me permito res-ponder que no. No es así.

El califato islámicoEl dictado unilateral y la imposición de los propios

modelos produce el efecto contrario: en vez de solu-cionar los conflictos, estos aumentan; en vez de esta-dos soberanos y firmes, un creciente caos; en vez de democracia, el apoyo de un público dudoso: desde abiertamente neonazis hasta radicales islámicos. ¿Y por qué les apoyan? Porque los utilizan en alguna eta-pa como instrumento para lograr sus fines, después se queman y los echan atrás. No dejo de sorprenderme cuando nuestros socios, una tras otra ocasión caen en el mismo agujero, es decir, cometen el mismo error.

En su tiempo financiaron movimientos islamistas ex-tremistas para luchar contra la Unión Soviética, que ob-tuvieron experiencia en Afganistán. De allí salieron los talibanes y Al Qaeda. Occidente, si no les apoyó, cerró los ojos, y yo diría que apoyaron informativa, política y financieramente el ataque de los terroristas internacio-nales a Rusia y a los países de Asia Central. No hemos olvidado esto. Solo tras los terribles ataques cometidos en el propio Estados Unidos comprendieron la amenaza general del terrorismo. Recuerdo que entonces fuimos los primeros en apoyar al pueblo de Estados Unidos de América: reaccionamos como amigos y socios en esa terrible tragedia del 11 de septiembre.

Durante mis conversaciones con líderes europeos y de Estados Unidos siempre hablo de la necesidad de una lucha conjunta con el terrorismo, como tarea global. En esta tarea no podemos rendirnos, no pode-mos dividirla, usando dobles estándares. Estuvieron de acuerdo con nosotros, pero pasó algo de tiempo y todo volvió a ser como antes. Se desarrolló la injerencia en Irak y en Libia. Este país, por cierto, se colocó al bor-de de la disolución. ¿Por qué se puso en esa situación? Ahora está al borde de la disolución, se ha convertido en un polígono de entrenamiento de terroristas. Sólo la

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voluntad e inteligencia de la actual dirección de Egipto le ha permitido salir del caos y el extremismo en ese país árabe clave. En Siria, como en otros tiempos, Estados Unidos y sus aliados han comenzado directamente a financiar y armar a los guerrilleros y permitiendo com-pletar sus filas con mercenarios de distintos países. Permítanme preguntar: ¿de dónde viene el dinero, las armas y los especialistas militares? ¿de dónde viene todo esto? ¿por qué el Estado Islámico (ISIS, grupo te-rrorista suní que pretende construir un califato entre Medio Oriente y norte de África) se ha convertido un poderoso grupo armado?

En lo referente a la financiación, hoy no proviene solo de los ingresos por drogas, cuya producción, por cierto, durante el período de estancia de las fuerzas interna-cionales en Afganistán ha aumentado muchísimo, y no en un pequeño porcentaje. Ustedes lo saben: la finan-ciación proviene de la venta de petróleo, su extracción en territorios controlados por los terroristas. Lo venden a precios tirados, lo extraen y transportan. Alguien les compra este petróleo, lo revende, gana dinero con ello sin pensar en que está financiando a los terroristas que tarde o temprano vendrán a su territorio y sembrarán la muerte en su país.

¿De dónde vienen los nuevos reclutas? En el mis-mo Irak como resultado del derrocamiento de Sadam Hussein se destruyeron las instituciones estatales, in-cluido el ejército. Entonces dijimos: "tengan cuidado de a dónde expulsan a toda esa gente: a la calle". ¿Qué van a hacer? No olviden que, justo o injusto, estaban al mando de una potencia regional relativamente gran-de. ¿En qué la han convertido? ¿Qué sucedió? Decenas de miles de soldados y oficiales, antiguos activistas del partido Baaz (liderado por Sadam Hussein) arrojados a la calle completan ahora las filas de los guerrilleros. ¿Puede ser que ahí esté la clave de la capacidad del ISIS? Actúan de una manera muy efectiva desde el punto de vista militar, son gente muy profesional.

Rusia ha manifestado claramente su preocupación por el peligro de acciones armadas unilaterales, las in-jerencias en los asuntos de estados soberanos, el jue-go con extremistas y radicales. Hemos insistido en la inclusión de los grupos que luchan contra el gobierno central sirio, incluido el ISIS, en la lista de organizacio-nes terroristas. ¿Cuál ha sido el resultado? Ninguno. A veces tenemos la impresión de que nuestros colegas y amigos luchan constantemente con los resultados de

su propia política, dedican sus esfuerzos a luchar con-tra los riesgos que ellos mismos han creado, pagan por ello un precio cada vez mayor.

Apología de la dictaduraEste período de dominación unipolar ha demostra-

do claramente que el dominio de un solo centro de fuerza no lleva al aumento de la manejabilidad de los procesos globales. Al contrario: esta endeble cons-trucción ha mostrado su incapacidad para luchar con-tra amenazas tales como los conflictos regionales, el terrorismo, el narcotráfico, el fanatismo religioso, el chauvinismo y el neonazismo. Al mismo tiempo ha de-jado el paso libre a la aparición de la soberbia nacional, manipulando la opinión pública, con una fuerte pre-sión de la voluntad del fuerte a la voluntad del débil. Fundamentalmente el mundo unipolar es una apolo-gía de la dictadura sobre la gente y sobre los países.

Por cierto, el mundo unipolar no es cómodo, llevade-ro y es de difícil control incluso para el autoproclamado líder. Se han hecho comentarios sobre ello y yo estoy to-talmente de acuerdo. De ahí vienen los actuales intentos, ya en una nueva etapa histórica, de crear algo parecido a un mundo cuasi bipolar, a un sistema cuasi bipolar, como modelo cómodo de perpetuación del liderazgo ameri-cano. Y no en vano la propaganda americana presenta el lugar del "centro del mal", el lugar de la URSS como principal oponente: es Irán, como país que intenta tener tecnología nuclear, China como primera economía del mundo, o Rusia como superpotencia nuclear.

Ahora vemos nuevo intentos de romper el mundo, de crear nuevas líneas de división, establecer coalicio-nes no por el principio de "a favor de" sino de "contra de quien sea", formar de nuevo una imagen de ene-migo, como se hizo durante la guerra fría, y conseguir el derecho al liderazgo, o si lo prefieren, el derecho al dictado. Así es como se trataba la situación durante la época de la guerra fría, todos lo sabemos y entende-mos. A los aliados de los Estados Unidos se les decía siempre: "tenemos un enemigo común, es terrible, es el centro del mal. Nosotros los defendemos de ellos a ustedes nuestros aliados y por tanto tenemos derecho a dirigirlos, hacerles víctimas de nuestros intereses po-líticos y económicos; nos encargamos de los gastos de la defensa colectiva pero esa defensa, por supuesto, la dirigimos nosotros". En pocas palabras, hoy es eviden-te el intento de llevar a cabo los esquemas habituales de dirección global en un mundo cambiante, y todo para garantizar su exclusividad y obtener los dividen-dos políticos y económicos.

Estos intentos están alejados de la realidad, se opo-nen a un mundo plural. Pasos similares indefectible-mente crearán enfrentamientos, reacciones de res-puesta y provocarán finalmente el efecto contrario.

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También vemos lo que sucede cuando la política se mezcla imprudentemente con la economía, la lógica racional deja su lugar a la lógica de la confrontación, incluso cuando perjudica a las propias posiciones e in-tereses económicos, incluidos los intereses de los ne-gocios del país.

Los proyectos económicos conjuntos, las inversio-nes mutuas acercan objetivamente a los países, ayu-dan a amortizar los problemas corrientes en las rela-ciones interestatales. Sin embargo hoy día la sociedad económica global sufre una presión sin precedentes por parte de los gobiernos occidentales. ¿Qué nego-cio, qué objetivo económico, qué pragmatismo puede haber cuando aparece el eslogan: "La patria está en peligro, el mundo libre está en peligro, la democracia está en peligro, hay que movilizarse"? Esto es una po-lítica de movilización.

Crisis del dólarLas sanciones están socavando las bases del comer-

cio mundial, las normas de la Organización Mundial de Comercio (OMC) y los principios de inviolabilidad de la propiedad privada. Amenazan el modelo liberal de glo-balización, basado en el mercado, la libertad y la com-petencia, un modelo cuyos máximos beneficiarios son, lo recalco, los países occidentales. Ahora se arriesgan a perder la confianza como líderes de la globalización. Nos preguntamos, ¿para qué hacer esto? El bienestar del propio Estados Unidos depende en gran medida de la confianza de los inversores, de los poseedores extran-jeros de dólares y bonos americanos. Ahora la confianza se está minando y aparecen señales de desconfianza en los frutos de la globalización en muchos países.

El precedente de Chipre y la motivación política de las sanciones han reforzado las tendencias hacia la so-beranía económica y financiera, el intento de los esta-dos o sus uniones regionales de asegurarse de alguna manera contra los riesgos de la presión externa. Así, cada vez más países intentan salir de la dependencia del dólar y crear sistemas financieros y contables al-ternativos, divisas de reserva. En mi opinión nuestros amigos americanos simplemente están cortando la rama en la que están apoyados. No hay que mezclar política y economía, pero precisamente esto es lo que sucede. Pensaba y sigo pensando que las sanciones motivadas políticamente son un error que produce daño a todos, pero estoy seguro de que más tarde ha-blaremos de esto.

Entendemos quién ejerce la presión para tomar estas decisiones. Con todo, Rusia –quiero llamar su atención sobre esto– no va a hacerse la ofendida por alguien, pedir nada a nadie. Rusia es un país autosu-ficiente. Vamos a trabajar en las condiciones econó-micas internacionales que existan, para desarrollar la

producción y la tecnología, actuar de forma decidida en el desarrollo de las reformas. La presión exterior, como ha sucedido más de una vez, solo consolida nuestra sociedad, no nos permite relajarnos. Yo diría que nos hace concentrarnos en las direcciones funda-mentales de nuestro desarrollo.

Las sanciones, por supuesto, nos molestan. Con es-tas sanciones intentan hacernos daño, bloquear nues-tro desarrollo, aislarnos política, económica y cultu-ralmente, es decir, forzarnos a ir hacia atrás. Pero el mundo –quiero recalcar, como ya he dicho y repito– ha cambiado cardinalmente. No podemos encerrarnos y elegir un camino de desarrollo cerrado por un camino autárquico. Siempre estamos dispuestos al diálogo, incluso para la normalización de las relaciones econó-micas y políticas. Contamos con las posiciones y com-portamientos pragmáticos de los grupos económicos de los países líderes a nivel mundial.

Hoy se escucha afirmar que Rusia vuelve la espalda a Europa (seguramente se ha oído en el transcurso de esta discusión), que está buscando otros socios comer-ciales, sobre todo en Asia. Quiero decir que esto no es así en absoluto. Nuestra política activa en la región de Asia y el Pacífico no ha comenzado ahora ni en relación con las sanciones, sino hace bastantes años. Hemos ac-tuado como muchos otros países, incluidos los occiden-tales, porque Oriente representa ya un gran papel en el mundo económico y en el político. Esto es algo que no podemos dejar pasar. Quiero recalcar de nuevo que to-dos lo hacen, y nosotros lo haremos tanto más cuando una parte significativa de nuestro territorio está en Asia. ¿Por qué no vamos a utilizar una ventaja de este tipo? Eso sería simplemente una falta de visión a largo plazo.

El desarrollo de relaciones económicas con esos países, los proyectos conjuntos de integración, son un serio estímulo para nuestro desarrollo interno. Las actuales tendencias demográficas, económicas y cul-turales nos dicen que la dependencia de una superpo-tencia, por supuesto, disminuirá objetivamente. Es lo que dicen los expertos europeos y norteamericanos que escriben sobre ello.

Probablemente en la política mundial nos esperen los mismos hechos que en la economía global, una compe-tencia fuerte en nichos concretos, un cambio parcial del liderazgo en direcciones concretas. Todo es posible.

Indudablemente, en la competición global crece el papel de los factores humanitarios: la educación, la ciencia, la sanidad, la cultura. Esto, por su parte, influye sensiblemente en las relaciones internacionales, por-que el recurso de la llamada "fuerza blanda" dependerá en gran medida de los logros reales en la formación del capital humano, más que en la propaganda.

Al mismo tiempo, la formación del llamado mundo policéntrico –también quiero llamar la atención sobre

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esto– por sí mismo no refuerza la estabilidad: más bien al contrario. El objetivo del logro de un equilibrio glo-bal se transforma en un complicado rompecabezas, en una ecuación con muchas incógnitas.

¿Con o sin reglas?¿Qué nos espera, si preferimos no vivir por esas reglas

que son severas e incómodas, sino sin ningunas reglas? Precisamente ese escenario es completamente real, no lo podemos excluir, al ver las tensiones de la situación mundial. Se pueden hacer muchos pronósticos al ver las tendencias actuales, y por desgracia no son optimistas. Si no creamos un sistema claro de obligaciones mutuas y de acuerdos, no crearemos un mecanismo de solu-ción de las situaciones de crisis y las señales de anarquía mundial aumentarán inevitablemente.

Ya hoy en día vemos un crecimiento de las posibi-lidades de una serie de fuertes conflictos con partici-pación directa o indirecta de las grandes potencias. Además, este factor de riesgo incluye no solo las tra-dicionales contradicciones entre países, sino también la inestabilidad interna de algunos, sobre todo cuan-do se trata de países situados en la intersección de los intereses geopolíticos de las grandes potencias, o en la frontera de las grandes zonas histórico-culturales, económicas y de civilizaciones.

Ucrania, de la cual estoy seguro de que se ha habla-do mucho y de la que hablaremos aún, es uno de los ejemplos de este tipo de conflictos que influyen en la distribución mundial de fuerzas, y creo que está lejos de ser el último. De ahí viene la siguiente perspecti-va real de destrucción del sistema de acuerdos sobre limitación y control de armamento. Y el comienzo de este proceso viene de Estados Unidos, cuando en 2002 de manera unilateral abandonó el Tratado de Misiles Antibalísticos, y después comenzó y hoy continúa activamente con la creación de su sistema global antimisiles.

Quiero llamar su atención sobre el hecho de que no hemos comenzado nosotros. Estamos volviendo a aquellos tiempos cuando lo que prevalecía no era el balance de intereses y garantías mutuas, sino que el miedo y la autodestrucción, alejaba a los países del ataque directo. A falta de instrumentos legales y polí-ticos, las armas vuelven al centro de la situación glo-bal, se utilizan donde conviene y como conviene, sin ninguna sanción del Consejo de Seguridad de la ONU. Y si el Consejo de Seguridad rechaza adoptar tales decisiones, inmediatamente se dice que es un instru-mento antiguo e inefectivo.

Muchos países no ven otras garantías para su so-beranía que crear sus propias bombas. Esto es muy peligroso. Somos partidarios de continuar las nego-ciaciones, no solo conversaciones sino negociaciones

para disminuir los arsenales atómicos. Cuanto menos armamento atómico haya en el mundo, mejor. Y esta-mos dispuestos a las más serias conversaciones sobre la cuestión del desarme atómico. Pero serias, sin do-bles estándares.

¿Qué quiero decir? Hoy en día hay muchos tipos de armas de gran precisión, por su capacidad se acercan a las armas de destrucción masiva. Y en caso de redu-cir el arsenal nuclear o de sufrir disminución crítica del mismo, el país que ostenta el liderazgo en la creación y producción de estos sistemas de precisión tendrá un claro predominio militar, se romperá la paridad estra-tégica y esto es claramente desestabilizador. Aparece-rá la tentación de usar el llamado ataque preventivo global. En pocas palabras, los riesgos no disminuirán, sino que aumentarán.

Caos globalLa siguiente amenaza evidente es el aumento de los

conflictos étnicos y religiosos. Esos conflictos son peli-grosos no solo por sí mismos, sino también porque se forman en zonas con un vacío de poder y ley, de caos, donde se sienten a gusto los terroristas y los crimina-les, florece la piratería, el comercio de seres humanos, el tráfico de drogas.

Por cierto, nuestros colegas en su momento inten-taron dirigir estos procesos, utilizar los conflictos re-gionales, construir "revoluciones de colores" para sus intereses, pero el genio se escapó de la botella. Qué le vamos a hacer, parece que ni sus propios autores entienden la teoría del caos dirigido. No hay más que división y dudas entre ellos.

Observamos atentamente las discusiones en las élites dirigentes y entre los expertos. Basta ver los ti-tulares de la prensa occidental durante el último año: la misma gente a la que llamaban luchadores por la democracia y después islamistas, al principio escribían de revoluciones y después de pogroms (linchamien-tos) y golpes de estado. El resultado es evidente: una mayor expansión del caos global.

En tal situación el mundo debe encontrar un acuerdo sobre cuestiones de principio. Esto es tremendamen-te importante y necesario, es mucho mejor que sepa-rarnos cada uno en su rincón. Tanto más, cuando nos enfrentamos a problemas comunes, estamos como se dice, "en el mismo barco". Y el camino lógico es la coo-peración entre países y sociedades y la búsqueda de respuestas colectivas a los múltiples problemas, una gestión común de los riesgos. Cierto que algunos de nuestros socios, por algún motivo, solo se acuerdan de esto cuando responde a sus intereses.

Por supuesto –hay que reconocerlo– la experiencia práctica muestra que las respuestas conjuntas a los problemas no son siempre una panacea y además en

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la mayoría de los casos son difíciles de conseguir. Es muy difícil superar los intereses nacionales, la subje-tividad, sobre todo cuando se trata de países con una tradición cultural e histórica diferente. Pero hay ejem-plos de que cuando nos guían objetivos comunes y ac-tuamos en base a criterios unificados, podemos lograr conjuntamente éxitos reales. Recordemos la solución del problema del armamento químico de Siria, el diá-logo sobre el programa nuclear iraní y también nues-tro trabajo en la cuestión norcoreana, que ha tenido algunos resultados positivos. ¿Por qué no utilizar toda esta experiencia tanto para la solución de problemas locales como globales?

¿Cuál debe ser el nuevo orden?¿Cuál debería ser el fundamento legal, político y eco-

nómico del nuevo orden mundial que garantice la esta-bilidad y seguridad, que garantice la sana competencia y no permita la formación de nuevos monopolios que bloqueen el desarrollo? Es difícil que nadie pueda ahora dar una respuesta total a esta cuestión. Se necesita un largo trabajo con participación de un amplio círculo de países, empresas, sociedad civil y de foros de expertos como el nuestro. Sin embargo es evidente que el éxito, un resultado real, solo es posible si los participantes cla-ve de la vida internacional pueden llegar a un acuerdo sobre los intereses básicos, sobre una lógica autolimi-tación, si dan ejemplo de un liderazgo responsable. Hay que definir claramente dónde están los límites de las ac-ciones unilaterales y dónde aparece la exigencia de me-canismos multilaterales, solucionar el dilema entre las acciones de la comunidad internacional para la garantía de la seguridad y los derechos humanos y el principio de la soberanía nacional y la no injerencia en los asuntos internos de los países, en el marco de una mejoría del derecho internacional.

Ese tipo de colisiones causadas por las acciones uni-laterales llevan cada vez más a menudo a la injerencia extranjera arbitraria en procesos internos muy com-plicados, y una tras otra vez provocan peligrosas con-tradicciones entre los principales agentes mundiales. La cuestión del contenido de la soberanía se convierte en muy importante para el mantenimiento y reforza-miento de la estabilidad mundial.

Está claro que es muy complicada la discusión sobre los criterios de utilización de la fuerza externa, es casi imposible separarla de los intereses de unos y otros paí-ses. Sin embargo, es bastante más peligrosa la falta de acuerdos comprensibles por todos, condiciones claras en las que la injerencia sea imprescindible y legal.

Añado que las relaciones internacionales deben construirse sobre el derecho internacional, en base al cual deben estar los principios morales tales como la justicia, la igualdad, el derecho. Lo más importante

es el respeto al socio y sus intereses. Una fórmula evi-dente, que si se sigue puede cambiar de raíz la situa-ción en el mundo.

Estoy seguro de que si existe voluntad, podemos restablecer la efectividad del sistema de institucio-nes internacionales y regionales. No es necesario ni siquiera construir algo nuevo desde cero, esto no es un "greenfield" (tierra virgen), tanto más cuando las instituciones creadas tras la Segunda Guerra Mundial son universales y pueden ser llenadas con contenidos modernos, adecuados a la situación actual. Esto se re-fiere a mejorar el trabajo de la ONU, cuyo papel central es insustituible, y de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE), que en 40 años ha probado ser un mecanismo de garantía de seguridad y colaboración en la zona euroatlántica. Hay que decir que ahora mismo, en la solución de la crisis en el sures-te de Ucrania, la OSCE juega un papel muy positivo.

Un nuevo consensoSobre el fondo de cambios fundamentales en la si-

tuación internacional, la creciente ingobernabilidad y las diferentes amenazas nos obligan a un nuevo con-senso de fuerzas responsables. No se trata de cual-quier acuerdo local ni una separación de esferas de influencia al estilo de la diplomacia clásica, ni de nin-gún dominio global. Creo que se necesita una nueva "edición" de la interdependencia. No hay que tenerle miedo. Al contrario, es un buen instrumento. Esto es tan actual, considerando el reforzamiento y creci-miento de determinadas regiones del planeta, que forma una exigencia objetiva de formalización institu-cional de dichos polos, de creación de potentes orga-nizaciones regionales y elaboración de las normas de su interacción. La cooperación de estos centros aña-diría una fuerza considerable a la seguridad mundial, a la política y a la economía. Pero para conseguir éxito en tal diálogo hay que partir de que todos los centros regionales, los proyectos de integración nacidos a su alrededor, tendrían idéntico derecho a desarrollarse para que se complementaran unos a otros y que nadie se interpusiera artificialmente entre ellos, pues como resultado de esta línea destructiva se romperían las re-laciones entre países, y los propios pueblos sufrirían si-tuaciones difíciles, incluso hasta su propia destrucción.

Quisiera recordarles los sucesos del año pasado. En-tonces dijimos a nuestros socios, tanto a estadouni-denses como europeos, que decisiones apresuradas y a escondidas sobre, digamos, la asociación de Ucrania y la Unión Europea (UE), tenían grandes riesgos. No di-jimos ni siquiera nada sobre política, hablábamos solo de economía. Serios riesgos en el campo económico porque tales pasos afectan a los intereses de muchos terceros países, entre ellos Rusia como socio comercial

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fundamental de Ucrania, lo que hacía necesario un am-plio estudio de la cuestión. Por cierto, recuerdo en rela-ción con esto, que el ingreso de Rusia, por ejemplo, en la OMC, llevó 19 años. Esto supuso un duro trabajo y se consiguió un consenso.

¿Por qué hablo de esto? Porque en la realización del proyecto de asociación con Ucrania nuestros socios entrarían –como si fuera por una puerta trasera– con sus productos y servicios, y nosotros no lo hemos acep-tado. Nadie nos ha preguntado. Nosotros mantuvimos discusiones sobre estos temas relacionados con la aso-ciación entre Ucrania y la UE pero quiero recalcar que de una manera totalmente civilizada, indicando los problemas posibles, mostrando argumentos y razones. Nadie quiso escucharnos ni hablar con nosotros, sim-plemente nos decían: "esto no es asunto de ustedes"; eso fue todo, esa fue toda la discusión. En lugar de un diálogo complicado, pero, recalco, civilizado, las cosas llegaron hasta un golpe de estado, llevaron al país al caos y destruyeron la economía, la protección social, provocaron una guerra civil con muchísimas víctimas. ¿Para qué? Cuando pregunto a mis colegas para qué, no hay respuesta. Nadie responde nada, es así. Todos gesticulan con las manos: es lo que ha sucedido. No ha-bría que haber animado a tales acciones. Ya lo dije: el anterior presidente de Ucrania Víktor Yanukóvich (de-rrocado por un golpe de estado en febrero pasado) fir-mó todo, aceptó todo. ¿Para qué hubo que hacer esto, qué sentido tuvo? ¿Es esto una forma civilizada de re-solver las cuestiones? Parece que aquellos que organi-zan más y más "revoluciones de colores" se consideran unos artistas geniales y no pueden parar.

Estoy seguro de que las asociaciones de integración, estructuras de influencia regional, deberán construirse sobre una base clara y comprensible. Un buen ejem-plo de dicha apertura es el proceso de formación de la Unión Económica Euroasiática. Los países miembros de este proyecto informaron previamente a sus socios de sus intenciones, de los parámetros de nuestra unión,

de los principios de su funcionamiento, que estaban to-talmente de acuerdo con las normas de la OMC. Añado que también dimos la bienvenida al comienzo del diálo-go entre las uniones europea y euroasiática. Por cierto, en esto también nos han rechazado casi siempre, tam-poco se entiende por qué, ¿qué hay de malo en ello? Y claro está en este trabajo conjunto consideramos que es necesario el diálogo, he hablado de ello muchas ve-ces y he oído a muchos de nuestros socios occidenta-les aceptar la necesidad de la formación de un espacio único económico, de colaboración humanitaria, que se extienda desde el Atlántico al Pacífico.

Rusia ya decidióRusia ha realizado su elección: nuestras prioridades

son las de un perfeccionamiento de las instituciones democráticas y de economía abierta, un desarrollo interno acelerado con todas las tendencias positivas actuales en el mundo y la consolidación de la sociedad en base a los valores tradicionales y el patriotismo.

Tenemos una hoja de ruta pacífica, positiva, de in-tegración. Trabajamos activamente con nuestros cole-gas en la unión económica euroasiática, la organiza-ción de Shanghái, los países del BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Suráfrica) y otros socios. Esta hoja de ruta está dirigida al desarrollo de las relaciones entre países, y no a su separación. No queremos crear nin-gún bloque, realizar un intercambio de golpes. No tie-nen ninguna base quienes aseguran que Rusia intenta restablecer un imperio, que ataca la soberanía de sus vecinos. Rusia no reclama ningún lugar exclusivo en el mundo, quiero recalcarlo. Respetando los intereses de otros, simplemente queremos que se tengan en cuen-ta nuestros intereses y se respete nuestra posición.

Comprendan bien que el mundo ha entrado en una época de cambios y transformaciones profundas, cuando todos necesitan tener cuidado y evitar dar pasos sin reflexionar. Años después de la guerra fría, los participantes en la política mundial han perdido un poco sus cualidades. Ahora hay que acordarse de ellos. En caso contrario, las esperanzas de un desarrollo pa-cífico y estable son una peligrosa ilusión, y las actuales conmociones un preludio de la destrucción del orden mundial.

La construcción de un sistema más firme de orden mundial es una tarea complicada, se trata de un traba-jo largo y difícil. Pudimos crear unas reglas de interac-ción tras la Segunda Guerra Mundial, pudimos llegar a acuerdos en los años 70 en Helsinki. Nuestra obliga-ción común es encontrar una solución a esta tarea fun-damental en esta nueva etapa de desarrollo.

(*) Presidente de la Federación Rusa.

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Hacia un nuevo paradigma en la educación

Francisco José Lacayo Parajón* ____

En las últimas décadas, los más grandes para-digmas de la humanidad han entrado en pro-cesos de reinvención que exigen definir nuevos

contratos entre la sociedad y esos paradigmas.La Conferencia Internacional de Naciones Unidas

sobre el Medio Humano (conocida posteriormente como Cumbre de la Tierra de Estocolmo), convocada por Naciones Unidas en 1972, fue la primera gran con-ferencia de la ONU sobre cuestiones ambientales in-ternacionales. En ella el mundo asumió el paradigma de desarrollo sostenible. Más adelante señalaré lo in-satisfactorio de esta propuesta. Veinte años después, en la Cumbre de la Tierra de Río de Janeiro (1992), convocada también por Naciones Unidas, 108 jefes de estado y de gobierno redefinieron el contrato de la sociedad con los mal llamados recursos naturales o medio ambiente. En abril 2009, la Asamblea General de Naciones Unidas, decretó el 22 de abril de cada año como Día de la Madre Tierra. Este nuevo concepto surge de los paradigmas de los pueblos indígenas de Madre Tierra y Pachamama.

El teólogo y ecologista brasileño Leonardo Boff plantea que "en este nuevo paradigma la Tierra y to-dos los seres de la naturaleza, particularmente los vi-vos y los animales son titulares de derechos. Estos de-ben ser incluidos en las constituciones modernas que han abandonado el arraigado antropocentrismo y el paradigma del dominus, del ser humano como señor y dominador de la naturaleza y de la Tierra".

Incluso el fracasado paradigma de desarrollo, eje de la actual sociedad de mercado, intenta remendarse desesperadamente, aunque no ha surgido con vigor suficiente un nuevo paradigma alternativo. El binomio desarrollo–subdesarrollo, presentado como modelo globalizante de la humanidad, nació en 1947, a pro-puesta del Presidente de Estados Unidos de Nortea-mérica, Harry Truman, quien lo presentó al mundo en sustitución del nefasto arquetipo "civilización y barba-rie". Este aspirante a paradigma, eje de la actual so-ciedad de mercado, se presentó como un sustantivo, no siendo más que un falaz adjetivo y –para camuflar su ineficacia en más de seis décadas– han tenido que inventarse nuevos adjetivos: "desarrollo sustentable",

"desarrollo con equidad social" etc. Y, el más triste y falaz de todos, el "desarrollo humano", en donde lo humano es relegado al estatus de adjetivo.

La crisis mundial que estalló en 2008 sigue vigente y seis años después los teóricos del capitalismo no lo-gran superar su total desconcierto. El enfermo conti-núa en cuidados intensivos con pronóstico reservado. El reto actual ya no estriba en diseñar e implementar un desarrollo sustentable, sino una sustentabilidad de la vida, amenazada de extinción acelerada por el viejo modelo de desarrollo. Definido el paradigma de sus-tentabilidad de la vida podrá definirse el modelo social y económico que le sea pertinente.

Crisis integral y múltipleLa crisis actual es integral. No se limita ni es en pri-

mer lugar –como sostienen Wall Street y otros defen-sores del capitalismo– una crisis financiera o moneta-ria, sino que es también y sobre todo, una combinación de muchas crisis: energética, alimentaria, de recursos hídricos y desertificación y, la más grave de todas, de irreversible cambio climático.

En mayo pasado el Papa Francisco señalaba la di-mensión ética que olvidaron los expertos en economía y denunciaba el sistema financiero global que "explota

sociedad

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a los pobres y transforma a los seres humanos en bie-nes de consumo descartables". El origen último de la crisis financiera, dijo, "está en una profunda crisis hu-mana". En este campo viene surgiendo desde Nuestra América, una propuesta alternativa: el Buen Vivir, con-trapuesto al vivir mejor consumista e inviable.

Si queremos abordar el reto por una educación con calidad que, a mi entender, es una educación coherente, pertinente y eficaz, es ineludible re-flexionar al mismo tiempo sobre el cambio del pa-radigma de cultura en las últimas décadas. Los dos están indisolublemente unidos.

El viejo paradigma de cultura que ha regido hasta ahora vive desde hace cuatro décadas una transfor-mación profunda, en principio positiva, expresada en tratados internacionales, consensuados por casi todos los estados del mundo. Ese viejo concepto está fuerte-mente marcado por la tesis de "civilización o barbarie" con la que los poderes esclavistas y colonizadores defi-nieron, impusieron y legitimaron una noción que puede resumirse así: son civilizados (cultos) los conquistadores triunfantes y son bárbaros (incultos) los pueblos con-quistados o sometidos. Desde esa lógica, la milenaria cultura China y los ingenieros de las pirámides mayas no fueron más que expresiones "bárbaras" e "incultas".

Manipulando avances científicos, como la teoría de Darwin, se elaboraron los falsos conceptos dogmáti-cos de raza, raza superior, pueblos sin cultura, pueblos incultos, cultura culta, entre otros.

Tras la segunda guerra mun-dial, Harry Truman, propuso la sustitución de la dicotomía "ci-vilización y barbarie" por la de "países desarrollados–países subdesarrollados" pero, en esta propuesta, continuaron camu-flados y vigentes los conceptos de "alta cultura", "pueblos in-cultos", "culturas superiores".

¿Qué es la cultura?Quiero señalar brevemente

algunos de los falsos y desfa-sados conceptos de cultura que, aunque descartados en los consensos de los tratados inter-nacionales de las últimas déca-das, siguen vigentes en muchas

mentes políticas y académicas, como las "dolencias de servidumbre" de las que nos habla Simón Bolívar. En 1821 nuestros pueblos centroamericanos firmaron el Acta de la Independencia política, territorial y admi-nistrativa, pero nos hace falta redactar e implementar el Acta de la Independencia Cultural.

1. Cultura no es sinónimo de educación escolar mo-derna, la cual no tiene más de quinientos años de existencia. Los diplomas académicos no son los in-dicadores de nuestra cultura, sino una parte de ella.

2. Cultura no es sinónimo de modernidad. La iden-tificación de cultura y modernidad ha descartado como incultas y atrasadas, por ejemplo, las sabidu-rías milenarias sobre la salud humana, que no son deudoras de la joven medicina moderna ni de la poderosa industria farmacéutica.

3. Cultura no es solamente pilar de identidad, sino también pilar de soberanía y factor determinante para el desarrollo humano, social y económico, así como garantía de una globalización proactiva, con soberanía e identidad. Hay pueblos que han sobre-vivido sin territorio, pero ninguno ha sobrevivido sin identidad cultural.

4. Cultura no se limita a las "bellas artes", definidas en el pasado por los poderes dominantes. Esas "bellas artes" son cultura pero, ni abarcan la totalidad ni son per se el prototipo universal de la excelencia. Cada diversidad cultural puede y debe definir sus propios paradigmas de belleza y de excelencia. "El vino, de plátano; y si sale agrio, ¡es nuestro vino!" dijo José Martí.

Por ejemplo, para esos viejos conceptos, nietos de la falacia de "civilización y barbarie", resulta imposible reconocer con la Unesco la excelencia cultural uni-versal de nuestro Güegüense o de la lengua, danza y música del pueblo Garífuna, ambas declaradas Patri-monio Cultural Inmaterial de la Humanidad.

5. Los recursos asignados a la cultura no son una "car-ga" o un gasto para la sociedad o el Estado. Todo recurso asignado al mundo de la cultura es una in-versión para el desarrollo humano, social y econó-mico, si esta asignación es coherente con el nuevo paradigma de cultura.

En el nuevo paradigma de cultura se pueden discer-nir tres grandes dimensiones que trascienden el viejo concepto: la diversidad cultural, la creatividad de las sociedades e individuos y el patrimonio cultural (como un fenómeno raíz y no como una momia suntuaria). La relación entre estas tres dimensiones de la cultura es dialéctica e indisoluble.

La diversidad cultural es una condición de la creati-vidad. Crear es engendrar algo diverso desde la propia identidad. Esta creatividad será más rica y viva en la me-dida en la que se alimente de sus raíces patrimoniales, que son una forma institucionalizada de la diversidad (como es el caso de las lenguas). El patrimonio es fruto de la creatividad/diversidad y a su vez alimenta la renova-ción permanente de esa creatividad y de esa diversidad.

Desde hace tres décadas vengo proponiendo una definición operativa y metafórica, inspirada en las

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ciencias sicológicas y sociales, de la cultura como "la personalidad histórica, material e inmaterial de una sociedad". En la construcción de las riquezas de patrimonio, diversidad y creatividad, juega un papel estratégico la educación, sea esta formal, no formal o informal.

En las últimas décadas, la cultura ha sido recono-cida por la casi totalidad de los estados miembros de la Unesco y de otros organismos de Naciones Unidas, como un factor ineludible del desarrollo humano, so-cial e incluso económico, ya que su contribución per-mea y marca todas las actividades de la vida. Es desde esta nueva concepción que el documento Estrategia de Cultura y Desarrollo, de la Cooperación Española, afirma: "Quizás el gran esfuerzo que se reclama es la necesidad de una mayor concreción de las potenciali-dades de la cultura como motor de desarrollo…" Y aña-de: "La cultura se define, no ya como una dimensión accesoria del desarrollo, ni como un elemento de nos-talgia histórica o solamente de identidad sino como el tejido mismo de la sociedad y como fuerza interna para su desarrollo".

¿Educación bajo qué modelo?Actualmente se reflexiona mucho sobre la calidad

de la educación, pero no es posible definir los criterios de la misma si antes no se define qué entendemos por educación y qué se espera de ella en los individuos y en la sociedad; es decir, definir un nuevo paradigma.

Con frecuencia se repite como eslogan que "sin edu-cación no hay desarrollo". ¿De qué educación y de qué desarrollo estamos hablando?

La terrible tragedia de la Segunda Guerra Mundial tuvo como actores principales a los países que en esa época habían alcanzado el mayor nivel en educación escolar moderna y el mayor nivel en las ciencias y las tecnologías. Ese modelo de educación, de desarrollo y de ciencias no impidió la masacre más grande en la historia, con más de 40 millones de muertos y el inicio guerrerista de la energía nuclear con el triste potencial de destruir a toda la humanidad y a la vida entera de la Madre Tierra. Si cualquier modelo de educación ga-rantizara un desarrollo humanista, portador de los de-rechos humanos, de la convivencia pacífica, de la equi-dad social –a nivel nacional y a nivel internacional–, del reconocimiento y valoración de las diversidades y del rechazo a todo tipo de discriminación, marginación, esclavismo, racismo y opresión, no se hubiera desata-do la Segunda Guerra Mundial con sus horrores.

La Unesco, organización que surge después del holo-causto, afirma en su Acta Constitutiva: "Ya que la guerra nace en la mente de los hombres, es en la mente de los hombres donde hay que erigir los baluartes de la paz". Para reflexionar sobre la educación tenemos que hacer

el ejercicio de "mirar la Tierra desde la Luna". Es decir, salirnos por un momento de la cápsula del modelo educativo escolar vigente y reflexionar sobre cómo implementaron otras sociedades sus sistemas educa-tivos y cómo definieron la calidad de la educación. Se trata de una acción radical que etiológicamente signi-fica ir a las raíces.

Toda sociedad humana ha tenido un sistema educa-tivo. A lo largo de la historia, cada sociedad definió pri-mero su modelo de sociedad y su ideal de la persona humana y, en función de ellos, como objetivo y resul-tado, definió su modelo educativo. Primero –aunque sin prioridad temporal– se define el modelo de socie-dad y de persona humana a la que la sociedad aspira y luego se define e implementa un modelo educativo (formal, no formal, informal, comunitario) que supues-tamente garantice alcanzar esas metas de sociedad y de persona humana.

En las sociedades que nos precedieron, los sistemas educativos se identificaban casi totalmente con los procesos de socialización comunitaria y culturización. El modelo era "la sociedad educativa". Educar era re-producir y hacer evolucionar en forma coherente y efi-caz la personalidad histórica de una sociedad, es decir, su identidad en todas las dimensiones.

Actualmente la hegemonía la ejerce el régimen educativo escolar vigente desde hace menos de 500 años, concebido universalmente como fatalmente natural e inherente a las sociedades humanas y el único posible en el siglo XXI. ¿Podemos seguir igno-rando que la vieja institución escolar se achica cada vez más en sus pretendidas funciones, ante el desa-rrollo de los procesos de información y educación no formal ni escolar que han implementado fenómenos como Facebook, Google y similares, "escuelas" que cuentan con miles de millones de "estudiantes" vo-luntarios, de todas las edades, creencias, lenguas y condiciones sociales?

Quienes realmente han asumido y están alcanzando la propuesta de la Unesco de construir una sociedad educativa, son esas empresas mundiales de informa-ción y comunicación y no el sistema escolar oficial. Lamentablemente esa globalización educativa se está haciendo, no desde la visión unesquiana sino desde la motivación del lucro empresarial. Esta "visión de la Tierra desde la Luna" nos permite percibir que la defi-nición de la calidad de una educación está condiciona-da por el modelo de sociedad que queremos reprodu-cir y hacer evolucionar.

Esta "visión de la Tierra desde la Luna" nos permite percibir que la definición de la calidad de una educa-ción está condicionada por el modelo de sociedad que queremos reproducir y hacer evolucionar. Por lo tanto, el reto de reinventar un modelo educativo adecuado

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está en relación simbiótica con la reinvención del mo-delo de sociedad y de desarrollo.

Sin embargo, un cambio paradigmático nunca es un acto aislado, sino un proceso dialéctico, no fuera ni paralelo al viejo sistema, sino desde el corazón de las contradicciones de viejo paradigma. No se trata de re-nunciar a las necesarias reformas sino simultáneamen-te ir más allá de ellas, en una relación que sólo puede ser dialéctica. Ese es el camino que vienen siguiendo los cambios paradigmáticos sobre cultura, naturaleza y desarrollo.

Pilares de la educaciónEn los foros sobre educación se afirma el consenso

universal acuñado en la Unesco de que las metas para la educación en siglo XXI deben ser cobertura universal y calidad. Estas tesis son ciertas y válidas pero insufi-cientes como bases para la acción. Se mantiene la pre-gunta "¿de qué educación estamos hablando?".

En 1996, la Unesco promovió un documento tras-cendental, conocido como "La educación encierra un tesoro", preparado por la Comisión Internacio-nal sobre la Educación para el Siglo XXI. Ese informe plantea cuatro pilares para la educación del siglo XXI: aprender a ser, aprender a hacer, aprender a aprender, aprender a convivir. Muchos de sus planteamientos si-guen siendo válidos pero, casi dos décadas después, es necesario actualizarlos. Federico Mayor Zaragoza, ex Director General de la Unesco incorporó otro pilar: "aprender a emprender".

En mi opinión, se debe incluir el "aprender a desa-prender" y en el apartado de "aprender a convivir" ex-tender este principio más allá de la sociedad humana e incluir el "aprender a convivir con la Madre Tierra". Asimismo, considero que aprender a crear y aprender a innovar son también pilares de la educación para este siglo, quizás como una explicitación necesaria del "aprender a hacer" de la Comisión.

Educación para convivir. El documento de la Unesco focaliza esta línea en el campo de la convivencia social y fundamentalmente orientada hacia la razón de ser de la Organización: la paz. Actualmente tendríamos que incorporar también la convivencia de la sociedad humana con la madre tierra, como un ser vivo, y no como un insumo que la humanidad puede explotar a su gusto y antojo, ni siquiera como un medio ambiente o como un entorno natural. Es necesario educar para una relación con la madre tierra marcada por la equi-dad y el intercambio vital entre ambas partes.

Educar para aprender a aprender. Es preciso que la educación del siglo XXI asuma concretamente la tesis de que en el binomio enseñanza –aprendizaje, lo más importante es el aprendizaje. Muchos asumen esta tesis pero no la llevan a la práctica. Para cocer

frijoles no basta una porra de agua tibia, se necesita agua hirviendo.

Asimismo es ineludible priorizar la formación de aptitudes y actitudes sobre el almacenamiento de conocimientos. Ante el estallido violento de masas de información, que desbordan cualquier capacidad intelectual humana y cualquier desarrollo de la me-moria, los diferentes niveles educativos han cesado de tener un punto terminal. A diferencia de siglos pasa-dos, actualmente, en cuanto una persona termina de graduarse en cualquier nivel de la educación formal escolar, se encuentra ya en un estado de verdadero "analfabetismo", ante la masa ingente de nuevos co-nocimientos que han surgido en ese período.

Asimismo, aunque esta tesis no se encuentra en el mencionado documento de la Unesco, es preciso dar una importancia estratégica a la educación sobre las tendencias actuales que nos permiten vislumbrar des-de ahora las posibles opciones de la sociedad humana en un futuro relativamente cercano.

Es preciso, más que nunca, una educación proyecta-da al futuro, cada vez más inmediato, a causa del ritmo acelerado de las grandes crisis que la especie huma-na enfrenta, en los inicios del siglo XXI, tales como el cambio climático, la crisis alimentaria, la crisis energé-tica, la crisis ecológica en general, y la crisis financiera y monetaria. Esto conlleva una educación que forme para enfrentar un siglo de crisis profundas que volve-rán obsoletos millones de viejos manuales.

Aprender a desaprender. En primer lugar los vie-jos, fracasados o superados paradigmas, a partir de la comprensión de los nuevos paradigmas de la humani-dad. Este reto es muy exigente. Einstein afirmaba que es más fácil desintegrar un átomo que un prejuicio. Lo primero que hay que desaprender es la aceptación fe-tichista y cuasi sagrada de los viejos paradigmas. Es el momento de los "por qué" de la escuela socrática. Es el momento del desarrollo máximo de la educación críti-ca orientada hacia una actitud propositiva.

Educar para aprender a emprender. A partir de la creatividad. Una educación centrada en el desa-rrollo de las aptitudes, en el desarrollo de la facultad de aprender a aprender, en el conocimiento análisis y comprensión de las tendencias que definen desde ahora las posibles opciones del futuro a muy corto plazo, necesariamente tiene que conllevar, en forma sistemática, la formación de las personas en la creati-vidad y en el emprendimiento.

Aprender a reconocer y valorar las diversidades. Es preciso reconocer lo que afirma la Unesco "la diversi-dad cultural es tan importante para la especie humana como la biodiversidad para los seres vivos". No hay so-ciedad sustentable posible (supuesto fin del desarrollo sustentable) sin el conocimiento, re–conocimiento,

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valorización de las diversidades como insoslayables y como complementariamente enriquecedoras.

Aprender a dialogar. Nadie nace sabiendo dialo-gar, como nadie nace sabiendo hablar, leer o escribir. El diálogo en educación pasa por el proceso del reco-nocimiento positivo de las diversidades, vistas como riqueza y no como amenaza.

Aprender a negociar. Es necesario educar en la ne-gociación no a pesar y contra las diversidades sino a partir de ellas. No hay opción de sobrevivencia para la especie humana si no es a partir de una negociación, que si no es sustentada por valores éticos o morales debe ser motivada, al menos, por un pragmatismo de sobrevivencia. La negociación no es monopolio de la política o de los negocios. En todas nuestras experien-cias humanas estamos siempre negociando espacios diversos del "yo", del "tú", del "nosotros" del "ellos".

Aprender a concertar. Considero que la concerta-ción es un nivel superior a la negociación. Tomando del campo de las artes musicales la figura de concierto, hay que educar en la asociación de proyectos de "bien común". En la música, los diferentes instrumentos so-listas, sin renunciar a su identidad y a su diversidad, pueden concertarse en función de un nuevo producto musical, que ninguno de ellos podría crear por sí solo: el concierto. La diferencia entre el ruido y una sinfonía de Bach es la concertación.

Aprender a desarrollar la inteligencia emocional. "Toda la modernidad se ha construido casi exclusiva-mente sobre la inteligencia intelectual. Ella nos ha traído innumerables comodidades. Pero no nos ha hecho más integrados y felices porque ha puesto en segundo plano y hasta ha reprimido la inteligencia emocional y cordial, y ha negado la ciudadanía a la inteligencia espiritual".

No hay sociedad ni cultura sin creación. Más aún: la cultura es creatividad o no es cultura. Durante siglos se arrinconó a la creatividad en el espacio de las bellas artes, cuando ella es el útero, el crisol en el que una cultura renace continuamente en todas sus dimensio-nes. La creatividad es uno de los rasgos distintivos de la especie humana. La meta de la calidad educativa exige la promoción de la creatividad en todos los cam-pos. La ciencia, las artes, la economía, la resolución de problemas sobre todo los más graves no existen sin una promoción máxima de la creatividad

La creatividad es uno de los rasgos distintivos de la especie humana. La meta de la calidad educativa exi-ge la promoción de la creatividad en todos los campos, tanto en la ciencia como en las artes, la economía, la resolución de problemas, la organización social, etc. Los desafíos que enfrenta y enfrentará cada vez más la humanidad en el siglo XXI no podrán resolverse correc-tamente sin una verdadera "cultura de la creatividad".

Uno de los campos que la creatividad está redefi-niendo con más protagonismo y fuerza, es el mundo de las nuevas tecnologías de la comunicación y de la información, innegables hechos culturales y educa-tivos. En el campo de la economía, se ha acuñado ya el concepto de "industrias creativas", cada vez más importantes en el mundo moderno. En este apartado se ubican también las llamadas "industrias protegidas por derechos de autor". Aquí estamos en el corazón del nuevo paradigma cultura y desarrollo. A manera de ejemplo, según el economista Ernesto Piedras, las industrias protegidas por la Plataforma por los Dere-chos de Autor (PDA) de México, aportaron en 2004 el 7% del PIB. Un hecho cultural, como las Olimpíadas de Invierno de 2014, conllevaron una inversión de 50 mil millones de dólares por parte de Rusia.

La creatividad es un proceso y no un suceso aislado y prodigioso de generación espontánea. Pero para crear nuevas alternativas en necesario romper los viejos moldes. No hay en el siglo XXI ninguna educación con calidad que no promueva, como proceso, la formación en la creatividad y por lo tanto, personalidades en acti-tud creativa, capaces de romper los viejos y fracasados moldes y paradigmas del status quo.

¿En beneficio de quién?El actual concepto de educación ha sido monopo-

lizado por una economía de mercado cuya verdadera globalización consiste en convertir a toda la sociedad en una sociedad de mercado, en la que la educación es un "instrumento" cuyo éxito es convertir al producto de la educación en mercancía. Con esa concepción re-duce a las personas a la categoría de "capital humano"

En el mundo moderno, dos mitologías se erigen como políticas de la educación para la sociedad de mercado: el empleo y el éxito. Ambas, junto con la supuesta función milagrosa de las nuevas tecnologías están presentes en muchas propuestas de lo que se llama reforma educativa. El termómetro del éxito en la educación – y, por tanto, el indicador de la calidad educativa– está determinado por su aporte a la ganan-cia sin límites del 1% de la población, que posee el 40% de las riquezas de la humanidad.

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Esta visión imperante está en abierta contradicción con uno de los consensos más positivos –aunque im-perfecto e inacabado– de la Carta de los Derechos Hu-manos, en donde la educación es definida en primer lugar como un derecho. Los derechos humanos no necesitan demostrar que son "instrumentos útiles". El derecho a la vida no toma su valor y legitimidad por alguna contribución al desarrollo, cualquiera que sea la connotación de este concepto.

Ante el evidente fracaso del modelo de la sociedad de mercado, se impone el reto de la búsqueda de un paradigma alternativo de sociedad. Lamentablemen-te, hoy en día, la mayoría de las propuestas alternati-vas para la educación están lastradas por la "dolencia de servidumbre" de la que nos hablaba Simón Bolívar. Por lo tanto, el reto de reinventar un modelo educativo adecuado está en relación simbiótica con la reinven-ción del modelo de sociedad y de desarrollo.

Antes y por encima de pénsum, currículo, métodos, instrumentos didácticos, etc., la calidad educativa en la historia de la humanidad debería guiarse por unos parámetros fundamentales. Por ejemplo, la educación debe ser:

1. Coherente:a) Con los nuevos paradigmas, alternativos a los vie-

jos paradigmas fracasados, con la especificidad y contexto de la sociedad involucrada, con su cultura y sus recursos.

b) Con un plan de desarrollo nacional que trascienda los límites de servidumbre que le impone la socie-dad de mercado y que de manera indisoluble arti-cule desarrollo humano, desarrollo social y desa-rrollo económico.

c) Con la construcción de una sociedad basada en la satisfacción de las necesidades y no en un consumo sin límites alimentado permanente-mente por la creación de nuevas "necesidades",

que impone en forma globalizada la sociedad de mercado.

d) Con la identidad y el contexto de la propia nación y su comunidad, pero asimismo coherente con la identidad siempre diversa en sus expresiones co-munitarias, regionales o nacionales.

2. PertinenteA diario discernimos tendencias de la sociedad que

nos permiten vislumbrar el futuro mediato. Para ser eficaces, los procesos educativos tienen que ser en pri-mer lugar coherentes y pertinentes con el hic et nunc, el aquí y el ahora. Lo que es pertinente en la "educa-ción de adultos" para una mujer jubilada de Suecia, no lo es necesariamente para una mujer campesina, anal-fabeta de los países pobres, pequeños y oprimidos. En el siglo XXI, el "ahora" es también el mañana inmedia-to. La educación tiene que ser pertinente para el hoy y para el mañana próximo.

Es necesario un proceso educativo que asuma, entre otras, las graves advertencias que nos hace llegar el emi-nente biólogo Edward O Wilson, uno de los cien cientí-ficos más prestigiados del mundo actual y creador del concepto biodiversidad en el mundo científico. Wilson nos informa que, de continuar el deterioro actual de la naturaleza, en el año 2030 es inminente la desaparición de cientos de miles de millones de toneladas del hielo marino estival en el Ártico, con todas las catastróficas consecuencias que eso supone, entre ellas la liberación de inmensas masas de gas metano. ¿Cómo podríamos plantear una propuesta educativa pertinente, coheren-te y eficaz, ignorando hoy ese tipo de tendencias?

Así mismo, una educación con calidad debe incluir la formación en el reconocimiento a la diversidad y la solidaridad de y entre las sociedades.

El mundo político y académico, aunque cita con frecuencia la frase ya mencionada que sintetiza la ra-zón de ser de la Unesco, parece haber olvidado otros textos estratégicos de la misma entidad: "…una paz fundada exclusivamente en acuerdos políticos y eco-nómicos entre gobiernos no podría obtener el apoyo unánime, sincero y perdurable de los pueblos, y que, por consiguiente, esa paz debe basarse en la solidari-dad intelectual y moral de la humanidad".

Es evidente la contradicción entre una propuesta educativa orientada al "éxito, a través de la competiti-vidad egoísta" y una educación basada en la solidaridad intelectual y moral de la humanidad. Así mismo oculta o ignora artículos fundamentales de esa misma Acta, redactada por los gobiernos de los Estados partes, en nombre de sus pueblos, tales como: "Que la grande y terrible guerra que acaba de terminar no hubiera sido posible sin la negación de los principios democráticos de la dignidad, la igualdad y el respeto mutuo de los hombres, y sin la voluntad de sustituir tales principios,

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explotando los prejuicios y la ignorancia, por el dogma de la desigualdad de los hombres y de las razas".

3. EficazEsta eficacia debe estar en función del ser humano,

de la vida en todas sus expresiones y no del mercado. Una educación eficaz para sobrevivir, "buen vivir" y detener el suicidio de la humanidad y el ecocidio. La eficacia en la calidad educativa se encuentra en rela-ción simbiótica con la coherencia y la pertinencia de la educación.

Las "especializaciones" crecientes en los procesos educativos están en función de la eficacia del imperio de la sociedad de mercado, no de las necesidades ma-teriales, sociales, emocionales y espirituales de los se-res humanos. El crecimiento del 1% de la sociedad hu-mana no garantiza ni podrá garantizar nunca el "buen vivir" del 99% restante.

¿Y cuál es el éxito y la eficacia de la educación para la sociedad de mercado?

Hay portavoces del mercado, como Ismael Cala, que vino a Nicaragua a dictar su receta para lograr el éxito: reírse de la vida porque "hay que desconfiar del que no tiene sentido del humor", "enfoca tu mente en la grati-tud: sé feliz con lo que tienes y no pienses en lo que te hace falta", "crea tu propia filosofía y escríbela". Como este recetario, hay miles que son divulgados en libros best seller y por las empresas mediáticas. Si Cala y los otros voceros del capitalismo respondieran a nuestros grandes interrogantes en educación, no tendríamos que estar perdiendo el tiempo con estas reflexiones. Ellos presentan sus recetas como "universales" y des-conocen totalmente la diversidad de condiciones de los seres humanos.

Los contenidos educativosEl criterio de la eficacia educativa para el Buen Vivir

nos lleva por su propia lógica al campo de los conteni-dos educativos. Si se pasara por el tamiz de la coheren-cia, pertinencia y eficacia de los pensum y programas educativos actuales, veríamos con claridad lo aberrante que resulta la priorización del aprendizaje de la raíz cú-bica o de los ríos de Europa, en poblaciones que no sa-ben distinguir una vacuna de un antibiótico, un virus de una bacteria, una gripe de un resfriado y que descono-cen la lógica de los intereses de un préstamo bancario o los procesos para el registro del nacimiento de un hijo, aún tras haber cursado estudios de educación superior.

Pulula el mercado altamente rentable de cursos im-portados para "formar" liderazgo, como una panacea para un supuesto éxito en la vida, sin ninguna discrimi-nación de la diversidad de condiciones, planes de vida, edades etc. ¿Qué tienen en común la formación para el liderazgo de un político exitoso, de un militar, de una monja de clausura, de un campesino analfabeta,

de un adolescente, de un creyente cristiano o musul-mán o budista?

La historia es sabia, si sabemos leerla con honesti-dad y sentido común. Lo primero, ante el reto eviden-te de cambio de paradigmas de la humanidad, es tener conciencia, estar convencidos de que los viejos para-digmas que nos rigen no nos conducen al buen vivir ni a la convivencia pacífica.

Los fundadores de Naciones Unidas crearon instru-mentos que intentaron ser reinventores de una nueva sociedad, pero "el niño nació con el cordón umbilical enrollado". Desde su nacimiento, los principios como la democracia entre las naciones quedaron condicio-nados al veto del Consejo de Seguridad, controlado por los vencedores de la Segunda Guerra Mundial. La ONU, como lo afirman grandes pensadores, debe ser reinventada y no solamente reformada.

La historia nos enseña que el cambio cualitativo al que teóricamente aspiraba la creación de Naciones Unidas, no puede realizarse con lógica matemática sino con lógica dialéctica. Es desde el vientre de la fracasada cosmovisión que rige al mundo actual y no fuera de ella, a través de una sabia administración de las profundas contradicciones del status quo de la so-ciedad de mercado, que pueden nacer los nuevos pa-radigmas salvíficos de la humanidad.

El filósofo y sociólogo francés Edgard Morin dice que cuando un sistema no es capaz de resolver sus problemas vitales y fundamentales, "se descompone o entra en regresión y su degeneración se acentúa; o ensaya reformarse pero, cara a la amplitud de transfor-maciones necesarias, no alcanza a realizar más que una suma de pequeñas reformas". (...) "Cuando un sistema no puede resolver sus problemas fundamentales, puede metamorfosearse, es decir extraer de su seno un meta-sistema más rico".

"Es necesario comprobar que el sistema tierra, hoy en día, no puede resolver ninguno de sus problemas vitales: ni el hambre, ni los problemas económicos, ni las ame-nazas de guerra nuclear, ni el fanatismo étnico religioso, ni siquiera la dominación del capitalismo especulativo financiero que hace temblar a los estados. Está conde-nado a muerte o condenado a la metamorfosis. Ésta no puede nacer inmediatamente, ella será el fruto de un proceso histórico", agrega Morin.

El reto es grande y exigente, pero también es posi-ble, urgente y necesario. Nuestra Nicaragua y nuestra juventud se lo merecen.

(*) Ex director de la Oficina Regional de la Unesco para América Latina y el Caribe. Resumen de su exposición en la ceremonia de investidura como Doctor Honoris Causa de la

UNAN León, el 24 de mayo de 2013.

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por fuerzas progresistas, incluyendo al Partido Comunista costa-rricense, de Manuel Mora Valverde. Marcado por las reivindicacio-nes de la revolución mexicana de 1910, Calderón Guardia levanta las banderas de la reforma agraria, para resolver la demanda de la enorme masa de campesinos sin tierras que conformaban el grueso de sus partidarios. Impulsó un conjunto de políticas socia-les, entre ellas, la creación de la Caja Costarricense del Seguro Social, la promulgación del Código del Trabajo y las Garantías Sociales, que apalancaron el desarrollo social del que todavía go-zan los costarricenses.

Tales políticas lo confrontaron con sus antiguos aliados y al capital foráneo radicado en Costa Rica, propietario de extensas plantaciones de banano, donde miles de nicaragüenses y jorna-leros costarricenses eran cruelmente explotados por compañías trasnacionales estadounidenses. Eran los señoríos de la "Chiqui-ta Brands" y la "United Fruit Company", temerosas de las refor-mas sociales de los "caldero–comunistas" –como llamaban a la alianza de Calderón para sembrar el miedo entre el pueblo– y de que sus enormes emporios fueran afectados.

Calderón Guardia concluye su mandato en 1944. Es sustituido por Teodoro Picado Michalski, triunfador de unas elecciones que la oposición conservadora tilda de fraudulentas. Picado realiza numerosas reformas políticas para apaciguar los ánimos, pero no lo logra. En esas condiciones, se producen las elecciones de 1948 a las que concurre Calderón Guardia en pos de la reelec-ción, contra el candidato de la oposición, el periodista Otilio Ula-te Blanco, que gana los comicios. Pero el congreso, de mayoría calderonista, anula los resultados alegando un presunto fraude. Esa fue la chispa que encendió la guerra civil y desembocó en la Revolución del 48, como la conocen en Costa Rica.

Pese a simpatizar íntimamente con las reformas sociales del gobierno de Calderón Guardia, Romerito se une a los hombres de Figueres, animado por la promesa de Figueres de que si ganaba la guerra contra los "caldero–comunistas", le entregaría armas para derrocar al dictador Anastasio Somoza García, que apoyaba al ejército de Calderón Guardia. Se entrena en una de las fincas del acaudalado político tico en "Río Conejo", hasta donde llegó su madre Ana Julia quien no logra convencerlo que abandone las filas de la revuelta armada. Sin embargo, tras el triunfo del figue-rismo y el surgimiento de la "Segunda República", y por presiones de la Organización de Estados Americanos (OEA), Romerito es expulsado hacia Guatemala.

Guatemala, 1954En la década de los años 50, Guatemala era un volcán a punto

de explotar. El gobierno del joven militar, Jacobo Árbenz, electo democráticamente, intenta avanzar en el desarrollo de un pro-yecto político de justicia social. Su mayor pecado fue aplicar una reforma agraria que necesariamente significaba afectar las enor-mes extensiones de tierra en manos de la United Fruit Company y su emporio bananero, construido sobre la base del trabajo forza-do de una gran masa de indígenas guatemaltecos.

Cuando Árbenz inicia su gobierno, según datos oficiales, el 76% de los guatemaltecos poseía menos del 10% de las tie-rras, mientras que un 2.2%, el 70%. La United Fruit Company era dueña de más del 50% de las tierras cultivables del país,

de las que únicamente cultivaba el 2.6%. El padre de Jacobo Árbenz, del mismo nombre, un inmigrante suizo alemán, fue empresario farmacéutico que al fracasar su negocio se vio obligado a obtener un salario como administrador de una finca bananera, donde su hijo fue testigo del trato cruel e inhumano que recibían los indígenas convertidos en obreros agrícolas, en largas y extenuantes jornadas de trabajo forzado.

La maquinaria de propaganda del imperio gringo montó toda una estrategia para falsear la imagen del gobierno democrático de Ár-benz, levantando el fantasma del comunismo internacional metido en los asuntos internos de Guatemala, y crear las condiciones para la intervención armada y el derrocamiento del gobierno.

En este contexto, Romerito llega a Guatemala en donde co-noce al profesor Edelberto Torres, un benefactor de revoluciona-rios nicaragüenses en México y en tierras chapinas, incluyendo a Carlos Fonseca. Su hijo, Edelberto Torres Rivas, había formado la Alianza de la Juventud, una agrupación política militar que apo-yaba al gobierno de Árbenz. Rodolfo participó en la fundación del Partido Guatemalteco del Trabajo (PGT, comunista), que lo envió a la Conferencia Internacional por los Derechos de la Juventud, en Viena, Austria. Romerito le relató a Hernández Navarro que "en ese acto conoció a Raúl Castro, en una reunión entre nica-ragüenses y cubanos para intercambiar experiencias. Raúl dijo entonces que a los tiranos como los que padecían sus países sólo se les puede tumbar a balazos".

Torres Rivas nombra a Romerito como jefe militar de la brigada juvenil Augusto C. Sandino que combate para defender al gobier-no de Árbenz. En ese cargo conoce al Che Guevara, un médico recién egresado que se presenta al comando central de la Alianza de la Juventud respaldado con una carta que le extendió una diri-gente del Partido Comunista de Chile, cuyo nombre se ha perdido en los recuerdos de Romerito. El 24 de junio de 1954 la capital guatemalteca era cruelmente asediada por el constante bombar-deo de la aviación gringa, que apoya la invasión por tierra de los hombres de Carlos Castillo Armas, el militar traidor que invadió su propio país a través de las fronteras de Honduras y El Salvador, apertrechados por el gobierno estadounidense de la época. Esa noche, el Che se presenta ante Romerito y le pide hacer la guar-dia de vigilancia de las 12 de la noche.

Romerito dudaba. "En realidad, no me sentía seguro. Tuve du-das de entregarle una carabina a un médico argentino para mí des-conocido, pero recordé que llegó hasta la Alianza de la Juventud, respaldado con la carta de una comunista chilena. Pensé entonces que debía confiar en quien tenía semejante aval y decidí darle la responsabilidad de la posta de las 12 de la noche. Así conduje al médico argentino hasta el quinto piso del edificio donde operaba el comando central de la Alianza de la Juventud y la brigada juvenil y le entregué la carabina checa, del oficial de posta saliente".

– "¿Y esto cómo se maneja?" –le espetó Guevara, con el arma en sus manos. Sin pensarlo dos veces, Romerito le dio las prime-ras lecciones de campaña en arme y desarme de aquella carabi-na 80 al joven argentino.

La presión imperialista, tras el golpe psicológico de los bom-bardeos aéreos y la invasión de los traidores, obligó a Árbenz a renunciar la noche del 27 de junio de 1954 y exiliarse en Mé-xico, primero, y después en Suiza y Francia. Estuvo en Cuba y regresó a México, donde murió en 1971.

Viene de contraportada

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Tras la renuncia de Arbenz, Romerito pasa a la clandestinidad. Contactado por sus antiguos compañeros del PGT, se dedica a reagrupar cuadros dispersos tras la represión desatada. "Con un viejo saco al hombro, me hice pasar como carbonero y cada día recorría las embajadas buscando a mis antiguos compañeros para seguir la lucha, en otras condiciones. Así encontré al Che Guevara, en la legación de Argentina, de donde lo sacamos para que se asilara en la embajada de México en Guatemala".

El Che salió a México, donde conocería a Fidel Castro a través de su hermano Raúl y después de una sentada de unas diez ho-ras de conversa, se convirtió en el médico del grupo de expedicio-narios (82 en total, incluyendo a Guevara) del Granma, la mayoría de los cuales cayó en el primer combate, que convirtió al Che de médico a combatiente.

En la clandestinidad, Romerito pernoctaba en el zoológico de Guatemala, sin más armas que una granada de fragmentación que guardaba en una de las bolsas de su pantalón de improvi-sado indigente. En uno de esos días, mientras descansaba en un parque de la ciudad, fue rodeado por agentes policiales y de la seguridad del gobierno de traidores. Querían capturarlo para hacerlo desaparecer. Ni corto ni perezoso, Romerito sacó aquella granada, retiró el anillo de seguridad, sostuvo la espoleta y ame-nazó con hacerla estallar. Se armó un gran barullo que impidió que los cancerberos del nuevo régimen opresor consumaran sus propósitos. La presión ciudadana le permitió salvar la vida y que lo expulsaran hacia Nicaragua.

Nicaragua, 1959De regreso a su país, se incorporó al Partido Socialista Nica-

ragüense y se integró al núcleo revolucionario del que nacería el Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN).

Poco tiempo después del triunfo de la Revolución Cubana, en 1959, Ernesto "Che" Guevara, convertido en una de las principales figuras de la triunfante revolución de la Mayor de las Antillas lo man-dó llamar y Romerito se fue a Cuba vía México.

El "Che" había sido comisionado por Fidel para atender a los nicaragüenses Pedro Joaquín Chamorro, Reynaldo Antonio Téfel y Enrique Lacayo Farfán, que habían llegado a La Habana poco después del triunfo del Ejército Rebelde, para solicitar el apoyo cubano con el fin de derrocar a la dictadura que ejercían los her-manos Somoza Debayle, quienes habían asumido el control del país tras el ajusticiamiento del fundador de la dinastía, Anastasio Somoza García, ejecutado por el patriota Rigoberto López Pérez.

El "Che" requería información política precisa sobre aquel gru-po de nicaragüenses y se acordó de su amigo e improvisado ins-tructor militar en Guatemala.

– ¿No te mató Castillo Armas, en Guatemala? –le dijo "El Che" a Romerito, tras un efusivo abrazo con el cual lo recibió en La Ha-bana. Se sentaron largo rato a revisar la situación de Nicaragua y analizar las posibilidades de un movimiento en armas contra los Somoza. Así se quedó Rodolfo Romero en Cuba, donde se integró como soldado al Ejército Rebelde y años después asumió la repre-sentación del FSLN en la isla.

En esos días, Romerito (a quien los nicaragüenses conocían como un "viejo amigo del "Che") integró el Comité para la Libe-ración de Nicaragua, conformado por diversos grupos de nica-ragüenses que habían llegado a La Habana desde Nicaragua

o desde el exilio mexicano y venezolano. Entre ellos figuraban Carlos Fonseca y Tomás Borge Martínez y en febrero de 1959, el Comité lanzó un documento que se conoció como "Carta de La Habana", en el cual hacían un llamado a sus compatriotas a que tomaran las armas para derrocar a los Somoza.

De Cuba salió para luchar por la liberación de Nicaragua. Con pasaporte hondureño llegó al país, bajo el nombre de Manuel Díaz Calero. Integró la columna guerrillera "Rigoberto López Pérez", masacrada en El Chaparral, Honduras, el 24 de junio de 1959. En el desigual combate, murieron nueve guerrilleros y resulta gravemente herido en un pulmón Carlos Fonseca, quien primero es trasladado al hospital de Tegucigalpa y en septiem-bre a Cuba, donde logra recuperarse en el hospital "Calixto Gar-cía", de La Habana. Rodolfo cayó prisionero, hasta que el pre-sidente hondureño Ramón Villeda Morales gestiona para que lo liberen y se refugió en Cuba.

Romerito se unió al regimiento “Leoncio Vidal”, del ejérci-to cubano. Después se incorporó a la Escuela de Artillería de Baracoa y participa en numerosas acciones en defensa de la Revolución Cubana, entre ellas, infiltrarse dentro de las bandas de contrarrevolucionarios que intentaban asentarse en las mon-tañas del Escambray, y que fueron derrotados definitivamente hacia finales de 1966.

En La Habana, Rodolfo vivió en toda su intensidad lo que el Che llamó "los días luminosos y tristes de la crisis del Caribe" y de la Segunda Declaración de La Habana que proclamó que la "humanidad ha dicho basta y ha echado a andar. Y su mar-cha de gigante, no se detendrá hasta conquistar la verdadera independencia". Romerito también participó en acciones inter-nacionalistas, particularmente en la provincia María Trinidad, República Dominicana, donde combatió para derrocar al tirano Leónidas Trujillo.

Por sus acciones en defensa de la revolución cubana, Romerito recibió el 15 de abril de 2012 la "Medalla de la Amistad", honor que comparte con la legendaria guerrillera sandinista, Gladys Báez, ahora diputada ante la Asamblea Nacional.

Durante la ofensiva final del FSLN, Romerito se integra a la lu-cha guerrillera y combatió en la insurrección, según recuerda, en Masaya, Granada y Rivas. Al triunfo de la Revolución se incorporó a numerosas acciones en defensa de la revolución y al trabajo político y militante, y en los años 90 fue elegido como miembro del Congreso del FSLN.

"La utilidad suprema del revolucionario, después de la muerte física, es convertirse en un espejo donde otros identifiquen el molde de la excelencia", le dijo Romero al mexicano Hernández. Eso mismo puede decirse hoy de él. Nicaragüense e interna-cionalista ciento por ciento, Romerito ha sido azote de tiranos (como dice Hernández) y luchador incansable por la justicia so-cial. El único bien material que posee es la casa en donde vive en Granada, que se la regaló la Revolución Sandinista por ges-tiones del comandante Daniel Ortega Saavedra. Pero su mayor tesoro son los recuerdos de una vida agitada, desinteresada y consecuente. Es un militante que en cada sitio en donde le ha tocado vivir ha luchado lleno de estoicismo, entereza y convic-ción por sus ideales revolucionarios.

(*) Periodista y militante de la Segunda Promoción del FSLN.

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Carlos García Castillo* ___

Nació en Granada el 26 de febrero de 1926, pero José Rodolfo Ro-mero Gómez luchó en la revolu-

ción de 1948 en Costa Rica al lado de José Figueres; defendió con las armas en las manos al gobierno democrático de Jacobo Árbenz en la Guatemala de 1954, fue sol-dado del ejército en Cuba, tras el triunfo re-volucionario de 1959 y combatiente contra la dictadura de Trujillo en República Domi-nicana. En cada ocasión se sintió costarri-cense, guatemalteco, mexicano, cubano o dominicano. Como el Che.

Romerito, como lo llaman sus amigos, es fundador del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN), junto a Santos Ló-pez, Carlos Fonseca, Tomás Borge Martínez, Silvio Mayorga, Jorge Navarro, Germán Pomares y Francisco Buitrago. Rome-ro asegura que nunca hubo una reunión formal para fundar el Frente. "El Frente Sandinista nunca tuvo ningún aniversario oficial; nunca hubo ningún congreso, ninguna convención, nin-guna asamblea de fundación. No hubo nada. Jamás. El FSLN fue creado en el calor del combate", contó Rodolfo al periodista mexicano Luis Hernández Navarro, que lo entrevistó en 2012 para el diario La Jornada,

Es poco conocido entre los sandinistas, pese a su amplia tra-yectoria revolucionaria. Carlos Fonseca, en su declaración rendi-da en Managua ante un juez en 1964, tras ser capturado y encar-celado por el régimen somocista, ubica a Rodolfo Romero como integrante del directorio sandinista de la época.

Este hombre, a punto de arribar a los 90 años y sobreviviente de dos derrames cerebrales que sufrió hace cinco años, despro-visto de parafernalias y grandilocuencias, sin más poder que sus longevas convicciones, vive en su natal Granda en medio de una lacerante soledad política, fielmente acompañado por sus año-ranzas de Quijote tropical, constructor de sueños y utopías. En su casa de corte sencillo, lineal y funcional, también lo acompañan una asistente del hogar, poco menos anciana que él, que lo ayuda con los quehaceres domésticos y dos robustos pitbull, con quie-nes juega con alma de niño.

Róger Meléndez Arauz es su amigo más cercano y una especie de biógrafo de tradición oral, como nuestros antepasados pre-colombinos, que va hilando, en largas y prolongadas pláticas, la historia revolucionaria de Romerito, que se disipa en las honduras de la vida y en los recovecos de la memoria de un hombre que se resiste al paso del tiempo, que quiere seguir valiéndose por sí mismo, con su estilo anacorético, pese a los trastornos que impo-nen los años. "Nunca hagas por un niño o un anciano, lo que ellos pueden hacer por sí solos", le espeta a su amigo Róger, cuando este trata de ayudarlo a ponerse en pie.

Cuando lo visitamos en su casa de Granada, una mañana ca-lurosa de un octubre llorón, de copiosas lluvias, nos franquea el paso y nos examina con mirada inquieta y franca y nos muestra

Romerito, azote de tiranoscon absoluta sinceridad su vulnerabilidad humana, erosionada por el tiempo:

– Tu cara me resulta conocida. Yo sé que te conozco, pero no puedo recordar quién sos– confiesa, sin disimular que a sus años, el mayor de sus placeres es la visita de sus compañeros de lucha.

– Soy Orlando Núñez, del CIPRES –res-ponde su inesperado visitante. Conmemo-ramos juntos el 47 aniversario de la caída de Che, ¿recuerda?

A la palabra "Che" sus ojos se iluminan, los recuerdos se agitan, bullen, saltan de un lugar a otro, su mirada busca un punto fijo. Seguramente, sus recuerdos se detuvieron

frente aquella mesa de disección en la que yacía exangüe, el cuerpo del "Che" acribillado en Bolivia, que es tanto como decir crucificado, con la mirada fija en el infinito. Había sido herido y capturado en la Quebrada del Yuro, en La Higuera, en la humilde escuelita donde el "Che" Guevara al día siguiente, el 9 de octubre de 1967, fue ejecutado por órdenes de la CIA. Romerito dijo en un discurso en La Habana: "Cuando vi la foto del cadáver del Che acribillado en las montañas de Bolivia, la sensación que tuve fue la de ver a Cristo. Los hombres como el Che son la imagen de Jesucristo".

Este anciano, de caminar lerdo "como perdonando el tiempo", viste sencillo, sin más prendas que un viejo reloj "Renos" y una raída gorra roja con el slogan: "Daniel 2011", tiene en su haber, el orgullo de haber sido el primer instructor militar del médico argen-tino. En la Guatemala de 1954, durante el gobierno revolucionario de Árbenz, Romerito no podía imaginar que una noche de junio de ese año, en medio de los bombardeos de la aviación yanqui a la capital guatemalteca, impartiría las primeras lecciones de cam-paña en arme y desarme a quien años después se convertiría en una de las figuras más emblemáticas de la revolución cubana, Ernesto Guevara de la Serna, el "Che", el guerrillero heroico.

Costa Rica, 1948A los 15 años, Romerito decidió buscar a su madre doña Ana

Julia Romero que años antes se había marchado a Costa Rica en la búsqueda de mejores horizontes. Era la década de los años 40. El joven Rodolfo se armó de coraje, empacó sus bártulos y partió a Quepos, en la costa del Pacífico costarricense, para encontrar-se con su progenitora. Se encontró con un país socialmente agita-do, convulsionado por las confrontaciones entre la oligarquía y la burguesía local; entre Rafael Ángel Calderón Guardia, dirigente del Partido Republicano Nacional y José "Pepe" Figueres Ferrer, un prominente finquero de San José, fundador del Partido Libera-ción Nacional (PLN).

Calderón Guardia, asumió el poder presidencial en 1940 y gobernó hasta 1944, apoyado por la oligarquía agroexportadora costarricense, pero rompió la alianza poco después de su ascen-so presidencial, tras lo cual inició un gobierno de corte e inspiración social cristiana, apoyado