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2016

CRIMIPEDIA:Delincuenciajuvenil

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DELINCUENCIA JUVENIL

Menrguez Bailn, Miriam

RESUMEN

La delincuencia juvenil comprende, desde un punto de vista jurdico, a

aquellos jvenes mayores de 14 aos y menores de 18 que realizan

conductas tipificadas como delitos en el Cdigo Penal, si bien su

responsabilidad es exigida por Ley de Responsabilidad Penal del Menor. En

Espaa, la delincuencia juvenil ha descendido levemente desde el ao 2010.

La mayor parte de esta delincuencia es cometida por varones, siendo el robo

con fuerza en las cosas el delito ms frecuente. Adems, se exponen en este

trabajo teoras explicativas del fenmeno (la Teora integradora del

potencial antisocial cognitivo de Farrington, la Taxonoma de Terrie Moffitt

y el Modelo del Triple Riesgo Delictivo de Santiago Redondo), los factores

de riesgo y de proteccin, caractersticas diferenciales entre la delincuencia

juvenil masculina y la femenina y, por ltimo, la influencia de los medios de

comunicacin en la percepcin que tiene la sociedad sobre la delincuencia

juvenil.


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DESARROLLO DEL TRMINO

Concepto

Resulta complejo proporcionar una definicin de la delincuencia juvenil, ya

que en funcin de la perspectiva adoptada, podemos encontrar diferentes

definiciones. Por un lado, tenemos la definicin jurdica de la delincuencia

juvenil, que hace referencia al fenmeno social constituido por el conjunto

de las infracciones penales cometidas por los mayores de 14 aos y menores

de 18 (Morant, 2003), tal y como delimit la Ley de Responsabilidad Penal

del Menor.

Por otro lado, encontramos la definicin criminolgica de la delincuencia

juvenil, ms amplia que la anterior, ya que, adems de las conductas

constitutivas de infracciones penales, incluye otras conductas no delictivas

pero asociadas al delito, como pueden ser el alcoholismo, el absentismo

escolar, la drogadiccin, etc. Adems, ampla tambin la franja de edad,

considerando delincuentes juveniles a todos aquellos que estn por debajo

de los 25 aos (Garca, 2015).

Perfil del delincuente juvenil

En relacin al perfil del delincuente juvenil, encontramos que son los

varones los que ms delitos cometen, tal y como podemos observar en

diferentes estudios en los que se han recogido datos acerca de las tasas de

delincuencia juvenil (Montero, 2014; Serrano, 2009; Robles, 2015).

En cuanto a la edad, existe suficiente evidencia emprica que demuestra lo

que se ha denominado la curva de la edad. Si distribuimos grficamente los

delitos segn la edad de sus autores, podremos observar dicha curva, la cual

comienza a ascender marcadamente desde edades tempranas hasta los 20

aos aproximadamente. A partir de los 20 aos, la curva comienza a

descender, tambin de manera vertiginosa (Serrano, 2009). Esto nos indica


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que a medida que los adolescentes maduran y se acercan a la edad adulta,

dejan de delinquir.

Respecto a los tipos de delitos que se dan con ms frecuencia entre los

jvenes, encontramos que es el robo con fuerza en las cosas el ms

cometido, seguido de la sustraccin de vehculos a motor, hurtos, robos con

intimidacin, sustracciones en el interior de vehculos y, por ltimo,

atentado contra agentes de la autoridad y pequeo y mediano trfico de

estupefacientes (Herrero, 2005).

Por ltimo, en cuanto a las caractersticas de los menores infractores, cabe

diferenciar entre aquellos que son reincidentes y los que no, puesto que

presentan diferencias.

Por un lado, los menores reincidentes delinquen tanto solos como en

compaa, su primer delito a menudo es el de robo con fuerza en las cosas,

el procedimiento judicial suele terminar en audiencia (es decir, no se lleva a

cabo una medida extrajudicial) y, adems, pueden estar escolarizados o no.

Por otro lado, el primer delito de los menores que no reinciden es con

frecuencia el de daos a la propiedad, en el procedimiento judicial se les

proponen soluciones extrajudiciales y suelen estar escolarizados (Garrido,

Stangeland y Redondo, 1999).

Situacin de la delincuencia juvenil en Espaa

A la hora de estimar el volumen de la delincuencia, tanto adulta como

juvenil, existen tres opciones. Por un lado, encontramos los informes de

autodenuncia, que consisten en encuestas en las que se pregunta a los

ciudadanos si han cometido alguna vez algn delito o si alguna vez han

llevado a cabo algn comportamiento relacionado con la delincuencia. Por

otro lado, hallamos las encuestas de victimizacin, en las que se pregunta a

la poblacin si alguna vez han sido vctimas de algn delito (Monterio,

2011). Por ltimo, existen diferentes estadsticas oficiales que proporcionan


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datos acerca de la delincuencia juvenil, entre las que se encuentran el

Anuario del Ministerio del Interior (AMIR), las memorias de la Fiscala

General del Estado (MFGE), las memorias del Consejo General del Poder

Judicial (MCGPJ) y la estadstica de menores presentada por el Instituto

Nacional de Estadstica (INE). En lo que respecta a las estadsticas oficiales,

nos encontramos con el problema de que cada una de ellas ofrece datos

diferentes, por lo que, en funcin de la fuente escogida, hallaremos una

visin distinta de la delincuencia juvenil. En el caso del presente trabajo,

nos basaremos en la estadstica de menores proporcionada por el Instituto

Nacional de Estadstica ya que es la ms completa de las mencionadas

(Robles, 2015).

Comenzando por la evolucin del nmero de menores condenados en

Espaa desde el ao 2007 hasta el ao 2014, podemos observar que la

delincuencia juvenil ha disminuido levemente en el perodo 2010-2014,

pasando de 18.238 menores condenados en el ao 2010 a 15.048 en el ao

2014.

Respecto a la tipologa de infracciones que mayormente se ha cometido por

los jvenes en Espaa en el perodo 2012-2014, observamos que fueron los

delitos de robo, las faltas contra las personas y contra el patrimonio, los

delitos de lesiones, de tortura e integridad moral y contra la seguridad vial.

Por ltimo, respecto al porcentaje de delitos cometidos por los menores en

comparacin con el porcentaje de delitos cometidos por los adultos,

hallamos que la delincuencia en Espaa est principalmente protagonizada

por mayores de edad, puesto que en el periodo 2012-2014, el porcentaje de

delitos cometidos por jvenes no supera el 7% del total de delitos

registrados en Espaa.


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Con todo ello, podemos afirmar que la delincuencia juvenil en Espaa ha

disminuido levemente en los ltimos aos, que la mayora de delitos

cometidos por menores no son de naturaleza violenta y, adems, dichos

delitos no superan el 7% del volumen total de delitos en Espaa. Adems,

cabe aadir que los niveles de reincidencia entre menores de edad no supera

el 25-35% (Fernndez-Molina, Bartolom, Rechea y Megas, 2009;

Fernndez-Molina, 2008 y Capdevilla y Ferrer, 2009, citados en Fernndez

y Tarancn, 2010).

Para finalizar, es importante destacar que estos datos no son exactos dada la

denominada cifra negra de la delincuencia. sta hace referencia a aquellos

delitos que se producen pero no se denuncian, por lo que nunca llegan a

formar parte de las estadsticas (Serrano, Vzquez, Serrano, Luaces,

Serrano, Fernndez y Garca, 2006).

Teoras explicativas de la delincuencia juvenil

Podemos encontrar numerosas teoras que tratan de explicar cules son los

factores que desencadenan la delincuencia juvenil.

Herrero (2005) recoge las siguientes:

- Teoras psicobiolgicas. Estas teoras consideran que el origen del acto

delictivo est en la presencia de diversos factores genticos, psicobiolgicos

o psicofisiolgicos que influyen, bien de manera aislada o combinados entre

s, provocando el impulso del individuo hacia la delincuencia. Ejemplos de

estos factores pueden ser el exceso de agresividad, estados patolgicos,

anomalas genticas, etc.

- Teoras psicomorales. En este caso, es la presencia de factores

biofisiolgicos, psicolgicos, sociolgicos o morales los que conforman en


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el individuo una personalidad delincuencial, como por ejemplo el

egocentrismo, la labilidad afectiva, la agresividad y la indiferencia afectiva.

- Teoras psicosociales o interaccionistas moderadas. Estas teoras

consideran que la delincuencia es fruto de la interaccin entre estmulos

individuales, sociales y situacionales, teniendo ms relevancia los estmulos

sociales y situacionales. Aquellos individuos que carezcan de recursos

personales adecuados (por ejemplo, valores de convivencia, de respeto al

prjimo y de motivacin adversa) seran ms vulnerables al hecho de

delinquir frente a la ocurrencia de dichos estmulos.

- Teoras del conflicto. Las teoras del conflicto proponen que son las

contradicciones internas de las sociedades modernas las que desencadenan

la delincuencia, puesto que pueden provocar inestabilidad social,

frustracin, resentimiento, agresividad, etc., influyendo todos estos factores

en la aparicin de la delincuencia.

- Teoras crticas o radicales. Estas teoras conciben la delincuencia como

una mera etiqueta impuesta a las clases bajas de la sociedad por parte de

aquellos que poseen el control formal e informal, poltico, social, econmico

y jurdico. De este modo, la delincuencia no sera algo real, sino artificial.

Una vez expuestas de forma general el tipo de teoras que existen acerca de

la conducta delictiva, nos parece interesante destacar algunas teoras

concretas elaboradas al respecto, las cuales tienen como punto en comn la

realizacin de un anlisis dinmico de la delincuencia.

Teora integradora del potencial antisocial cognitivo de Farrington (2005)

Farrington destaca dos elementos explicativos de la conducta delictiva: la

tendencia o potencial antisocial de la persona y la decisin de cometer un

delito (Herrero, 2015).


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Por un lado, el potencial antisocial de la persona hace referencia a la

capacidad o predisposicin de la que dispone para desarrollar

comportamientos antisociales. Esta capacidad o predisposicin vara en

funcin de la experiencia vital, la socializacin o la impulsividad (Herrero,

2015). A su vez, Farrington distingue dos tipos de potencial antisocial: el

potencial antisocial a largo plazo y el potencial antisocial a corto plazo. El

potencial antisocial a largo plazo hace referencia a la tendencia persistente a

cometer delitos a lo largo del tiempo, mientras que el potencial antisocial a

corto plazo se refiere a situaciones en las que un individuo, con cierta

tendencia a delinquir, se encuentra en disposicin de delinquir. De este

modo, el potencial antisocial a largo plazo viene determinado por buenas

vinculaciones entre el individuo y sus padres (cuando estos son prosociales),

un proceso de socializacin correcto, escasa influencia de modelos

antisociales y baja impulsividad. Estos individuos tendern a delinquir

menos. A su vez, el potencial antisocial a corto plazo est determinado por

factores que afectan a la energa criminal (como estar aburrido, enfadado o

frustrado, haber consumido sustancias o encontrarse en compaa de otros

jvenes) y por la presencia de oportunidades (Serrano, 2012)

Por otro lado, la decisin de cometer un delito surge de la interaccin entre

el individuo y su entorno social, donde se da una oportunidad de llevar a

cabo un comportamiento antisocial en la que la persona valora los costes y

los beneficios de realizar el mismo, de manera que cuantas ms

oportunidades se presenten y ms beneficioso sea para el sujeto, ms

probabilidad habr de llevar a cabo el comportamiento delictivo. Este

proceso sigue varias etapas, comenzando por la motivacin de realizar

dichos comportamientos. A continuacin, el individuo busca la manera

(legal o ilegal) para satisfacer la necesidad que motiva la conducta. Por

ltimo, la motivacin puede aumentar o disminuir en funcin de factores


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individuales o sociales. Si esta motivacin persiste, el individuo llevar a

cabo el delito (Herrero, 2015).

Taxonoma de Terrie Moffitt (1993)

Terrie Moffitt propone diferenciar entre dos grupos de personas: aquellas

que realizan comportamientos delictivos de manera persistente a lo largo de

su vida y aquellas cuyo comportamiento delictivo aparece tan slo en la

adolescencia. Aquellas cuyo comportamiento delictivo se alarga durante

toda su vida representan entre el 5 y el 8% de los jvenes que cometen

delitos. Se caracterizan por comenzar a delinquir antes que las personas del

segundo grupo; adems, presentan versatilidad delictiva y delinquen ms en

solitario. Los principales factores de riesgo son las deficiencias

neurolgicas, pautas de crianza y educacin inadecuados, desvinculacin

familiar, nivel socioeconmico bajo, inadaptabilidad en la escuela e

influencia negativa por parte del grupo de iguales. Seran los factores

neuropsicolgicos y los sociales los que, durante la infancia, influiran en el

desarrollo de una personalidad problemtica con predisposicin a las

conductas antisociales. Estas conductas provocaran a su vez rechazo social,

con lo que se disminuiran las probabilidades de aprendizaje y puesta en

prctica de conductas antisociales (Garca, 2015).

En cuanto al grupo conformado por aquellas personas cuyo

comportamiento delictivo slo est presente en la adolescencia

(conformado, por tanto, por la mayora de los jvenes que delinquen) se

caracteriza por un desarrollo neuropsicolgico normal, falta de maduracin

personal e influencia negativa por parte del contexto social, principalmente

por parte del grupo de iguales. De esta manera, cuando alcanzan mayor

madurez y asumen roles de adultos, dejan de delinquir (Garca, 2015).


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Modelo del Triple Riesgo Delictivo de Santiago Redondo (2008)

Santiago Redondo ana en este modelo diversas teoras con el objetivo de

reconceptualizar y ordenar los factores de riesgo y proteccin en tres fuentes

de riesgo. Estos factores de riesgo y proteccin son concebidos como

variables nicas y continuas a las que se les ha denominado como

dimensiones de riesgo, de manera que cada dimensin tiene un polo positivo

y otro negativo en cada extremo (por ejemplo, impulsividad-autocontrol)

(Redondo, 2008).

Respecto a las tres fuentes de riesgo mencionadas, Redondo (2008) seala

las siguientes:

- Riesgos personales: genticos y constitucionales, complicaciones pre y

perinatales, alto nivel de testosterona, impulsividad, hiperactividad,

tendencia al riesgo, baja inteligencia, baja motivacin de logro, baja

autoestima, ausencia de remordimientos, egocentrismo, baja tolerancia a la

frustracin, bajas habilidades interpersonales, creencias antisociales,

dependencia a las drogas, experiencia de victimizacin infantil y ser varn,

entre otras.

- Riesgos en el apoyo prosocial: bajos ingresos familiares, conflicto entre

padres e hijos, alcoholismo de los padres, padres delincuentes, crianza

inadecuada, amigos delincuentes, desvinculacin de la escuela, detenciones

policiales, internamiento en centros juveniles, barrios deteriorados,

exposicin a la violencia y tensin familiar.

- Riesgos en las oportunidades delictivas: el tiempo pasado fuera de casa en

la adolescencia, la oferta en el barrio de propiedades atractivas para cometer

robos, la accesibilidad a propiedades o vctimas a travs de Internet, entre

otros.


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As, la motivacin antisocial de un determinado sujeto en un momento

concreto vendr determinada por la combinacin de las dos primeras fuentes

de riesgo (personales y sociales), mientras que la estimacin de su riesgo de

conducta antisocial (a la hora de cometer un delito especfico) requiere

considerar la tercera fuente de riesgo, es decir, las oportunidades delictivas

(Redondo, 2008).

Factores de riesgo y factores de proteccin

Los factores de riesgo son variables que pueden afectar de forma negativa al

desarrollo de las personas, pudindose dar situaciones contextuales o

personales que aumentan la probabilidad de desarrollar problemas

emocionales, conductuales o de salud, en este caso la conducta delictiva.

Por otro lado, los factores de proteccin son aquellas variables que atenan

el efecto de los factores de riesgo presentes en los individuos, disminuyendo

as la probabilidad de desarrollar los problemas mencionados (Hein, 2000).

As, los factores de riesgo respecto a la aparicin del comportamiento

delictivo en los jvenes los podemos clasificar en factores individuales,

familiares, asociados al grupo de iguales, sociales o comunitarios y, por

ltimo, socioeconmicos y culturales. Hein (2000) recopil los siguientes:

- Factores individuales: baja inteligencia, temperamento difcil en la

infancia, impulsividad, hiperactividad, bajo autocontrol, pobres relaciones

con los pares y determinados rasgos cognitivos como la tendencia a atribuir

la responsabilidad de su comportamiento a agentes externos o la atribucin

de intenciones hostiles a acercamientos sociales, entre otros.

- Factores familiares: estrs familiar, abuso, negligencia y, por ltimo, estilo

parental hostil, crtico y punitivo.

- Factores ligados al grupo de pares: pertenencia a grupos de pares

involucrados en actividades delictivas.


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- Factores sociales o comunitarios: residir en un rea donde existe un bajo

compromiso comunitario, alta tasa de desempleo, falta de oportunidades

legtimas, falta de confianza en los vecinos, bajos niveles de participacin,

entre otros.

- Factores socioeconmicos y culturales: pobreza y desempleo juvenil.

En cuanto a los factores de proteccin, los podemos clasificar en factores

individuales, vnculos sociales y creencias saludables y slidos modelos de

comportamiento (Howell, 1997, citado en Vsquez, 2003).

- Factores individuales: gnero femenino, alta inteligencia, habilidades

sociales, locus de control interno y temperamento resistente.

- Vnculos sociales: afectividad, apoyo emocional y buenas relaciones

familiares.

- Creencias saludables y slidos modelos de comportamiento: aprendizaje

de normas y valores slidos, compromiso con valores morales y sociales y

buenos modelos de referencia.

Delincuencia juvenil femenina

Si bien hemos expuesto las caractersticas de la delincuencia juvenil en

general, cabe hace una mencin especial a la delincuencia juvenil femenina

en concreto, puesto que difiere en algunos aspectos de la delincuencia

juvenil masculina.

En un trabajo muy completo de Cmara (2013) podemos encontrar las

consideraciones ms relevantes acerca de esta delincuencia:

- Su estudio comenz a finales de los 60 cuando, a raz del movimiento de

liberacin de la mujer, la delincuencia juvenil se hizo ms visible. Se

desarrollaron numerosas teoras, siendo las ms destacables las teoras

funcionalistas, las teoras del control social y los estudios de gnero.


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Las teoras funcionalistas predecan un aumento progresivo de la

delincuencia juvenil femenina como consecuencia a la equiparacin entre

hombres y mujeres, siendo estas teoras rechazadas puesto que actualmente

no existe evidencia de que las tasas de delincuencia entre hombres y

mujeres se hayan igualado. Surgieron tambin teoras del control social

(formal e informal), las cuales se centraron en las diferencias de

socializacin entre chicos y chicas y su repercusin en los medios de control

familiar e institucional. Tampoco existe evidencia emprica que respalde

estas teoras. Por tanto, en la actualidad, el estudio de la delincuencia juvenil

femenina se basa en los denominados estudios de gnero, los cuales tratan

de explicar dicha delincuencia partiendo de la diferenciacin entre gneros,

teniendo en cuenta factores psicolgicos, de aprendizaje social, ambientales,

etc.

- La tasa de delincuencia juvenil femenina, a pesar de haber aumentado

levemente, sigue siendo muy baja en comparacin con la tasa de

delincuencia juvenil masculina.

- Los factores de riesgo de esta delincuencia coinciden con los factores de

riesgo de la delincuencia juvenil masculina, si bien se ha encontrado que

ciertos factores de riesgo predicen mejor la delincuencia juvenil femenina,

como la falta de autoestima, los conflictos familiares y las relaciones con las

pares y el entorno escolar.

Por ltimo, en cuanto a la tipologa delictiva en funcin del sexo,

encontramos que los delitos ms cometido por los hombres son contra el

patrimonio y el orden socioeconmico, mientras que son las faltas contra las

personas lo que ms prevalece entre las mujeres. Adems, en lo que

concierne a los delitos contra el orden pblico y contra la seguridad

colectiva, as como delitos de homicidio y contra la libertad e indemnidad

sexuales, encontramos que la participacin de los hombres es

significativamente superior a la de las mujeres (Montero, 2011).


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La Ley de Responsabilidad Penal del Menor

El Cdigo Penal, en su artculo 19, seala que la edad para quedar sujeto a

dicho cdigo son los 18 aos, siendo los menores a esta edad remitidos a lo

dispuesto en la Ley Reguladora de la Responsabilidad Penal del Menor. La

Ley de Responsabilidad Penal del Menor (publicada en el ao 2000)

establece que dicha ley se aplicar para exigir responsabilidad a las personas

mayores de 14 aos y menores de 18 que cometan hechos tipificados como

delitos en el Cdigo Penal o las leyes penales especiales (Jimnez, 2015).

El modelo en el que se basa esta ley es un modelo educativo-reparador.

Educativo porque la finalidad del procedimiento y las medidas debe ser la

resocializacin y reinsercin del menor; y reparador, porque el punto de

partida es la responsabilidad del menor, el cual tiene que asumir las

consecuencias de sus actos (Garca, Martn, Torbay y Rodrguez, 2010).

Cabe hacer una mencin especial a las numerosas reformas que ha sufrido

esta Ley, puesto que son cinco las reformas legislativas llevadas a cabo en

apenas seis aos, dos de esas reformas elaboradas incluso antes de la entrada

en vigor de la Ley. Las reformas ms relevantes son la L.O. 7/2000 de 22

de diciembre y la L.O. 8/2006 de 4 de diciembre. En la primera, se produce

un endurecimiento de la respuesta penal sobre aquellos menores que

cometan delitos graves (terrorismo, homicidio, asesinato, agresin sexual,

etc.), de manera que se elevan los lmites superiores del internamiento en

rgimen cerrado y se obliga al juez a que imponga esta medida. Adems, se

instauran periodos de seguridad en los que la medida no puede ser

modificada, sustituida ni suspendida. Por ltimo, se aade la medida de

inhabilitacin absoluta, la cual carece de contenido educativo (Jimnez,

2014). En cuanto a la segunda modificacin relevante (L.O. 8/2006 de 4 de

diciembre), se endurecen de nuevo las normas legales de manera que hay

una ampliacin de los supuestos en los que se pueden imponer medidas de


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internamiento en rgimen cerrado, ampliacin de la duracin de las

medidas, introduccin de nuevas medidas, posibilidad de terminar de

cumplir la medida impuesta en un centro penitenciario de adultos al alcanzar

la mayora de edad, entre otras.

Estas reformas no han hecho sino distorsionar la naturaleza educativa y

resocializadora de la que se parti, de manera que la Ley de

Responsabilidad Penal del Menor se asemeja ahora al modelo represivo

adulto (Jimnez, 2014).

Influencia de los medios de comunicacin

A lo largo de los aos, han sucedido en Espaa crmenes inusuales por parte

de menores de edad. Tal es el caso del asesino de la Katana, en el ao 2000,

un joven de 16 aos que asesin a sus padres y a su hermana pequea con

una katana. Tambin, en el ao 2000, sucedi el llamado crimen de San

Fernando, donde dos chicas adolescentes (de 16 y 17 aos), asesinaron a

otra adolescente de 16 aos, asestndole 32 pualadas y finalmente

degollndola. Tres aos despus, una joven de 22 aos llamada Sandra Palo

fue secuestrada, violada, atropellada y quemada por tres menores de edad y

un adulto. Estos tres casos son slo un ejemplo de algunos de los crmenes

ms conocidos que se han cometido en Espaa a manos de menores de edad.

El tratamiento dramtico y sensacionalista de estos delitos por parte de los

medios de comunicacin, unido al poder que presentan estos medios de

situar en primer trmino del debate pblico un determinado tema,

convirtindolo en asunto de inters nacional, provoca que la sociedad

sobrestime la delincuencia y haya un aumento de la preocupacin de los

ciudadanos por la inseguridad ciudadana (Varona, 2011).


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Adems, esta preocupacin se ve alimentada por el desconocimiento general

en la sociedad acerca de la delincuencia juvenil. Aunque el estudio de la

opinin pblica hacia la delincuencia es reciente en nuestro pas y no

existen apenas estudios sobre la opinin pblica hacia la delincuencia

juvenil en concreto, los pocos que se han llevado a cabo han reflejado este

desconocimiento, de manera que la sociedad tiene las creencias errneas de

que la delincuencia juvenil est en constante aumento (Aizpura y

Fernndez, 2011; Fernndez y Tarancn, 2010), que la delincuencia juvenil

es fundamentalmente violenta (Aizpura y Fernndez, 2011; Fernndez y

Tarancn, 2010) y que la mayora de los delitos son cometidos por los

jvenes (Aizpura y Fernndez, 2011; Fernndez y Tarancn, 2010).

Como decamos, la manera en la que los medios de comunicacin informan

acerca de estos sucesos violentos, unida al desconocimiento que presenta la

sociedad sobre los datos reales de la delincuencia juvenil, provoca que los

ciudadanos sobreestimen la magnitud real de sta y reclamen por ello un

endurecimiento de la ley penal (De Blas, 2012; Varona, 2011).

Esta opinin pblica se convierte as en el motor de la poltica criminal,

puesto que se acaban llevando a cabo reformas legislativas cuya finalidad es

efectivamente responder de forma ms severa ante la delincuencia,

conformando lo que se ha denominado como populismo punitivo

(Varona, 2009).

La reforma de la Ley de Responsabilidad de Menores expuesta en el

apartado anterior (L.O. 8/2006 de 4 de diciembre) es particularmente

relevante en relacin con la influencia de los medios de comunicacin. El

legislador, en la Exposicin de Motivos, justifica el endurecimiento de las

sanciones atribuyndolo a un aumento considerable de delitos cometidos por

menores, con la preocupacin social que eso conlleva y la sensacin de

impunidad en la sociedad (Jimnez, 2014). Resulta curioso el motivo que el


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legislador expone, puesto que, cuando se llev a cabo la reforma, las

estadsticas oficiales no reflejaban un aumento considerable de la

delincuencia juvenil (Montero, 2010, citado en Jimnez, 2015), ni tampoco

se llev a cabo ningn estudio que analizara de manera rigurosa la opinin

pblica hacia esta delincuencia.

Sin embargo, a pesar del desconocimiento sobre la delincuencia juvenil, las

creencias errneas sobre la misma (sobreestimacin del volumen y

magnitud, creencia de que su naturaleza es fundamentalmente violenta) y el

reclamo por parte de la sociedad de un endurecimiento de las penas, se ha

comprobado en los recientes estudios llevados a cabo sobre la opinin

pblica hacia la delincuencia juvenil que realmente la ciudadana es ms

benevolente de lo que parece ser a priori, conformando lo que se ha

denominado el mito del punitivismo ciudadano. Este mito hace referencia

a la idea equivocada que se tiene sobre el punitivismo de la sociedad, puesto

que se ha encontrado que los ciudadanos que estn informados sobre la

realidad de la delincuencia y sobre el funcionamiento de la justicia penal

imponen penas similares o incluso menos severas que los jueces, adems de

que se muestran favorables a las penas alternativas a la prisin as como a la

rehabilitacin como fin del castigo (Aizpura y Fernndez, 2011; Fernndez

y Tarancn, 2010; Garca, Martn, Torbay y Rodrguez, 2010; Varona,

2009).

As, resulta particularmente interesante el estudio de las actitudes punitivas

de los ciudadanos, en concreto hacia la delincuencia juvenil (pues el cuerpo

terico existente al respecto es escaso), con el fin de comprobar si

efectivamente la ciudadana es tan punitiva como se cree que es o, por el

contrario, se da el fenmeno del mito del punitivismo ciudadano.


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TEMAS RELACIONADOS

Comportamiento antisocial, criminalidad juvenil, delincuencia infantil y

juvenil, jvenes en situacin de riesgo social.

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