Crítica ideología y Aufklarung según Foucault
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DOI:10.5007/1984-8951.2011v12n100p3
Crtica, ideologa yAufklrungsegn Michel Foucault
Critique, Ideology andAufklrung according to Michel Foucault
Pedro Diego Karczmarczyk1Norma Beatriz Rodrguez2
RESUMEN
Analizamos la pregunta de Michel Foucault por estatuto de la crtica y su reflexividad:de qu manera puede determinarse el estatuto de su propio discurso?Recorreremos dos caminos: (i) el rechazo de la nocin de ideologa. La cuestin esaqu: cmo es posible la crtica sin la ideologa y la verdad?; (ii) la recuperacin
foucaultiana de la actitud crtica (en los textos sobre Kant y la pregunta Was istAufklrung?) y la problemtica de la modernidad en trminos de una ontologahistrica del presente. Ambos caminos se cruzan, ya que las observaciones sobreuna poltica de la verdad (lo otro de la crtica de la ideologa comprometida con unaverdad asptica) se refuerzan con las de la cuestin del gobierno en trminos de unainservidumbre voluntaria. En ambos casos, la prctica de la crtica, que subjetivizadesujetando, plantea la cuestin de la libertad.Palabras clave: Ideologa. Verdad. Poder. Modernidad. Sujeto.
ABSTRACT
We analyze Michel Foucaults question for the status of critique and its reflexivereturn over Foucault himself: How Foucaults discourse, qua critique, should beunderstood? We will drive two paths: (i) the refusal of the notion of ideology, wherethe question is: How to think of critique without ideology and truth?; (ii) theFoucauldian recovery of the critical attitude (in the texts on Kants answer to thequestion Was ist Aufklrung?) and of the problem of modernity, along the lines of ahistorical ontology of the present. There is a crossroad of (i) and (ii), since theremarks on a politics of truth (as opposite to an ideology critique committed withan aseptic truth) reinforces mutually with the problem of the government, faced alongthe lines of an art of the voluntary inservitude. In both cases, practice of criticism
that subjectifies desubjugating, poses the question of liberty.Keywords: Ideology. Truth. Power. Modernity. Subject.
En el presente trabajo realizaremos algunas reflexiones en torno a una serie
de textos en los que Michel Foucault se pregunta por estatuto de la crtica e
1 Universidad Nacional de La Plata (UNLP) /Consejo nacional de Investigaciones cientficas y tcnicas(CONICET) [email protected] Universidad Nacional de La Plata (UNLP) - [email protected]
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implcitamente por el estatuto de su propio discurso. Para ello utilizaremos
principalmente dos parmetros. Por un lado analizaremos su rechazo de la nocin
de ideologa. Al considerar este rechazo intentaremos poner de manifiesto las
razones que lo motivan, como as tambin destacar las tensiones que el mismo
mantiene con algunas de las tradiciones mayores del pensamiento crtico. Por ello,
en un segundo momento, analizaremos los textos en los que Foucault enfrenta la
problemtica de la modernidad y la crtica, en relacin con el texto de Kant en
respuesta a la pregunta qu es la Ilustracin? (Was ist Aufklrung?). Veremos, en
estos textos, cmo se recupera la actitud crtica, movimiento que nos permitir echar
una nueva luz sobre las implicaciones del rechazo de la nocin de ideologa, y
veremos tambin cmo el propio Foucault posiciona su propuesta en relacin con lade los tericos de la Escuela de Frankfurt.3
Tal vez el texto en el que Foucault expresa en el modo ms conciso sus
reparos en relacin a la nocin de ideologa es el que se encuentra en la entrevista
con M. Fontana, publicada como Verdad y poder en 1977. All Foucault sostiene:
La nocin de ideologa me parece difcilmente utilizable por tres razones. Laprimera es que, se quiera o no, est siempre en oposicin virtual a algo que
sera la verdad. Ahora bien, yo creo que el problema no est en separarentre lo que, en un discurso, evidencia la cientificidad y la verdad y lo queevidencia otra cosa, sino en ver histricamente cmo se producen efectosde verdad en discursos que no son en s mismos ni verdaderos ni falsos.Segundo inconveniente, es que se refiere, pienso, necesariamente a algocomo a un sujeto. Y tercero, la ideologa est en posicin secundariarespecto de algo que funciona para ella como infraestructura, odeterminante econmico, material, etc. Por estas tres razones pienso quees una nocin que no puede ser utilizada sin precaucin. (FOUCAULT1992a, p. 192) (traduccin modificada por los autores).
Los dos primeros inconvenientes sealados en esta entrevista estn, en
realidad, profundamente entrelazados. La virtual oposicin de la ideologa con la
verdad y la presuposicin de un sujeto conforman un entramado conceptual unitario,
como Foucault lo muestra en la primera conferencia de La verdad y las formas
jurdicas, texto en el que sus cuestionamientos a la nocin de ideologa aparecen
ligados al desarrollo de su propia propuesta.
Comencemos entonces por los dos primeros inconvenientes. En el texto
mencionado, la nocin de ideologa es identificada como el obstculo que debe ser
3 El presente tuvo una versin inicial en la ponencia presentada en el II Seminario internacionalAntonio Gramsci. Ver KARCZMARCZYK y RODRGUEZ (2010).
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removido para poder hacer lugar a la problemtica bajo la cual Foucault desea
presentar sus investigaciones. La problemtica foucaultiana, que se manifiesta en la
pregunta: Cmo se formaron los dominios de saber a partir de las prcticas
sociales? (FOUCAULT 1995a, p.13), corre el riesgo de ser malentendida y
distorsionada si se contina pensando de acuerdo a los moldes en los que
habitualmente se inscribe la nocin de ideologa. En consecuencia, la nocin de
ideologa aparece como un obstculo epistemolgico que requiere ser revisado, por
cuanto la misma se ocupa de un conjunto de temticas que en la letra son
semejantes a la propuesta foucaultiana. En efecto, el campo de estudio de la
ideologa es el de la relacin entre las condiciones sociales y las formas de saber,
entendidas stas como las formas de conciencia con la que los hombres toman notade las condiciones sociales, por ejemplo.4 La relacin entre lo social y las formas de
saber que Foucault intenta presentar, es tal que resulta impensable tan pronto como
se la coloca en el marco representacional en el que se inscribe el esquema
ideolgico al que alude en su texto.
Para este propsito Foucault desarrolla en el texto que consideramos
(FOUCAULT, 1992a) una amplia reflexin metodolgica que puede leerse como un
intento de construir la percepcin de esta dificultad. A travs de la misma esperaconstruir la percepcin del marco representacionalista, en el que l inscribe la nocin
de ideologa, como un obstculo para el desarrollo de un campo de estudios. Estas
consideraciones metodolgicas consisten en una reflexin sobre la de la verdad
(entendida como la posibilidad de un discurso no perspectivista, objetivo, neutral, de
validez transcontextual, etc.) y sobre la comprensin de la tarea de la reflexin
filosfica como el hallazgo de garantas para esa posibilidad (en donde las piezas
claves son las de sujeto, la de Dios y la de contacto o afinidad con las cosas, centralen cualquier empresa representacionalista). Foucault va a presentar los lmites
conceptuales e histricos de esta empresa, por ello va a hablar con Nietzsche de
invencin de la verdad y va convertir su tesis de la muerte del hombre en la de la
4Foucault sostiene: existe una tendencia que podramos denominar, de una manera un tanto irnica,marxista acadmica, o del marxismo acadmico, que consiste en buscar cmo las condicioneseconmicas de la existencia encuentran en la conciencia de los hombres su reflejo o expresin.(1995a, p.13). El Prlogo de la Contribucin a la crtica de la economa poltica , de Marx contienebase textual en la que se puede apoyar una interpretacin de esta clase: No es la conciencia la que
determina su ser sino, a la inversa, su ser social el que determina su concie ncia (MARX 1987, p.234). El estudio de Raymond Williams Ideologa (WILLIAMS 1980, p. 71-89), presenta una buenaproblematizacin de esta interpretacin, considerando su base textual, pero sealando tambin susdificultades y lmites.
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muerte del Sujeto, implicada en el reconocimiento de su carcter a la vez
multiforme y contingente (FOUCAULT 1995a, p. 25-26). Foucault va a presentar
tambin una salida de este marco, a travs bsicamente de dos movimientos
ocurridos en el saber de las ciencias humanas y sociales, el reconocimiento del
carcter lingstico de los hechos del lenguaje, asociado al estructuralismo, y el
reconocimiento del carcter estratgico de los hechos lingsticos, una reflexin
asociada a la filosofa analtica (FOUCAULT, 1995a, p.15), y que Foucault vena
incorporando a su reflexin desde El orden del discurso con la importancia otorgada
a la nocin de acontecimiento.
Por razones de espacio vamos a ensayar presentar esta reflexin foucaultiana
de una manera que se aleja un poco de la letra de su texto, pero que, sin embargo,reclama fidelidad al mismo, en la medida, al menos, en que busca cuestionar las
mismas evidencias que el discurso foucaultiano.
La va que escogimos hace pie en un rasgo de los enunciados de los que se
dice que son verdaderos. O tal vez sera mejor decir que llamaremos la atencin
sobre una caracterstica del decir que ciertos enunciados son verdaderos, una
peculiaridad de la predicacin de la verdad. Supongamos que estamos investigando
el trnsito desde la cosmologa pre-galileana a la galileana. Un enunciado con el quetendremos que habrnoslas, sin lugar a dudas, se refiere a la posicin del planeta
Tierra en el universo. Nuestro estudio nos mostrar que uno de los cambios
ocurridos se refiere a un cambio en la predicacin de verdad sobre el enunciado La
Tierra es el centro del universo. En la situacin pre-galileana nos encontramos con
que al enunciado La Tierra es el centro del universo se le aplicaba el predicado ser
verdadero. Se deca entonces: Es verdadero que la Tierra es el centro del
universo. Si hoy quisiramos dar cuenta de esos enunciados qu deberamosdecir? O dicho de manera un poco brutal cmo se conjuga el pasado de ser
verdadero? cmo debemos dar cuenta hoy de la predicacin de verdad sobre los
enunciados acerca de la posicin de la Tierra en el universo antes de la revolucin
coprnico-galileana? La posibilidad ms llana es verter lo que entonces se deca en
presente directamente en pasado: Antes de Galileo era verdadero que la tierra era
el centro del universo. Esta propuesta nos llevar, por absurdo, al punto nodal que
la reflexin foucaultiana pone en cuestin. La dificultad con esta propuesta es que
una de sus implicaciones hace de Galileo una suerte de superhombre que oper
sobre la realidad, cambiando la posicin de los planetas, de manera tal que antes de
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l la Tierra era efectivamente el centro del universo.
La manera de lidiar con estas incmodas consecuencias est inscripta en el
rgimen peculiar del predicado ser verdadero. De esta manera, casos como el de
nuestro ejemplo no se inscriben bajo su rgimen, sino bajo formas irregulares tales
como era considerado/se crea verdadero; estaba justificado; era evidente; todo
indicaba que y otras tantas clusulas, que pueden o no reflejar diferentes
concepciones acerca de la naturaleza de la verdad. Sea como sea, cuando
decimos: Antes de Galileo se consideraba verdadero que la Tierra era el centro del
universo eludimos las implicaciones ontolgicas del predicado ser verdadero y
cargamos las restricciones contextuales, histricas, y de otra clase, del lado de la
creencia. Con este recurso, consideradas las cosas desde el lado de la verdad, loque se preserva es el contacto de este predicado con la realidad, de manera que
acarree incondicionalmente consecuencias ontolgicas, con lo que se resguarda su
pretensin de validez incondicional, es decir, su carcter no perspectivista. Lo que se
nos ofrece indirectamente al reparar que la carga de las restricciones contextuales
caen del lado de la creencia, de los sujetos en tanto individuos o particularidades
histricas, se puede expresar directamente indicando que el predicado ser
verdadero se aplica intemporalmente y que la lgica de este funcionamiento(a)temporal preserva la postulacin de un vnculo privilegiado de estos enunciados
con la realidad.
Este rasgo del funcionamiento de nuestros conceptos es aceptado por formas
sofisticadas de la reflexin, como la historia de la ciencia, en la que de acuerdo a
Foucault (1995a, p.17) usualmente encontramos una historia de la verdad que tiene
la forma de una historia interna de la verdad, donde la historia, de acuerdo al
rgimen del predicado ser verdadero que hemos descrito, indaga en lascondiciones contextuales e histricas que restringieron el reconocimiento de la
verdad (identificada con la ciencia en su estado presente). Esta historia de la verdad
podra llamarse ms bien historia del error que de la verdad, en la medida en que
la verdad aparece en la misma como aquello que, por definicin, est ms all de la
historia. Frente a ello, Foucault propondr desarrollar una historia externa de la
verdad, entendiendo por ello una historia que est desplazada de la identificacin
con una verdad cientfica y desplazada tambin en relacin a la propia prctica
cientfica como lugar privilegiado de constitucin de la verdad.
Ms an, este rgimen irregular de la predicacin de la verdad es uno de los
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ncleos de la reflexin filosfica. En una apretadsima sntesis, el Sujeto aparecer
como la condicin subjetiva, diferente de la particularidad de los individuos (la
dimensin subjetiva individual o histricamente particularizada) que apareca en el
anlisis anterior como el elemento de la creencia, que hace posible este contacto
objetivo de la verdad. El Sujeto, entonces, sera la perspectiva que no es una
perspectiva, la condicin de posibilidad, lo que hace comprensible que el dato que
sostiene el peculiar rgimen de la predicacin de la verdad (la intemporalidad de la
predicacin de la verdad, entendida como el contacto con la realidad, o la afinidad
con las cosas), sea posible. Dicho de otra manera, la verdad como visin no
perspectivista de la realidad se sostiene en una perspectiva necesaria y universal, de
ah el trajinado vnculo de la epistemologa con la teologa.5Vemos as que la remisin virtual a la verdad y la presuposicin necesaria de
un Sujeto son en realidad dos caras de una misma moneda. La verdad requiere de
elSujeto, la verdad requiere delsujeto que se define como elgarante de la verdad.
Veamos ahora el tercer inconveniente sealado en el texto citado al comienzo
de este trabajo. Se seala all que la nocin de ideologa presenta el inconveniente
de aparecer representada como algo que est en posicin subordinada en relacin a
otra cosa que funciona para ella como determinante material, etc. Esta objecinresulta un poco ms difcil de clarificar. Por un lado parece ser una retranscripcin de
la clsica sentencia de La ideologa alemana, de acuerdo a la cual la ideologa no
tiene historia (MARX; ENGELS, 2005, p.26), es decir, carece de una lgica propia,
de manera tal que si se desea comprender lo que ocurre en la serie ideologa se
debe observar las transformaciones que tienen lugar en la serie produccin material
de la vida. Sea como sea, en este caso la dificultad radica en que para poder
apreciar la oposicin de Foucault (FOUCAULT, 1992a, p.192) debemos considerar,adems del sustento crtico, un basamento positivo o propositivo que qued implcito
en el movimiento que venimos de comentar. La ideologa como producto secundario
conserva algo de idealismo de las ideas propio de las concepciones del materialismo
empirista o mecanicista, al calor del que se forj la nocin de ideologa.6 En su lugar,
Foucault propone una salida materialista:
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Esto es, el sujeto se anulara como perspectiva al revelarse como perspectiva necesaria o forzosa.Por ello Foucault escribe que cuando vemos que la unidad del sujeto humano ya no es necesaria:Podemos admitir sujetos, o bien que el sujeto no existe. (FOUCAULT, 1995a, p. 26).6 Vase la clsica historia del desarrollo de la nocin de ideologa de Barth (1951, p. 9-62).
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Me separo [en el inters por el cuerpo] de la salida marxista y paramarxista.Respecto de la primera, no soy de los que intentan estudiar los efectos delpoder al nivel de la ideologa. Me pregunto, en efecto, si antes de plantear lacuestin de la ideologa no se sera ms materialista estudiando la cuestindel cuerpo y los efectos del poder sobre l. Porque lo que me fastidia en
estos anlisis que privilegian la ideologa es que se supone siempre unsujeto humano cuyo modelo ha sido proporcionado por la filosofa clsica yque estara dotado de una conciencia en la que el poder vendra aampararse. (FOUCAULT, 1992b, p.114)
En esta lnea crtica Foucault se apoya ms en otro aspecto de la concepcin
clsica del sujeto, la concepcin de un sujeto de conciencia, entendido como el
elemento bsico y fundante, tanto del significado como de la sociedad, frente al cual
nociones como la de cuerpo tendran un papel secundario y hasta accesorio.
Foucault propone, en cambio, que el planteamiento de la cuestin de la ideologa,esto es, la cuestin de la regulacin del comportamiento de los individuos a travs
de los efectos del poder por medio de recursos simblicos, que la concepcin usual
de la ideologa concibe como los efectos del poder al nivel de la conciencia, ganara
una mayor consistencia materialista si estudiramos los efectos del poder sobre el
cuerpo sin la mediacin de la conciencia.
Esta propuesta supone una ruptura de peso. Si en la perspectiva tradicional
de la ideologa el acento explicativo sigue colocado en la afeccin del poder sobre laconciencia, afeccin entre cuyos efectos se contaran las manifestaciones
corporales, Foucault propone en cambio estudiar los efectos del poder directamente
sobre el cuerpo, o mejor dicho, suprimiendo la mediacin de la conciencia.7
Ahora bien, este movimiento no implica cerrar las filas con el conductismo. El
cuerpo que queda como remanente de la supresin de la conciencia como genuino
factor explicativo no es el cuerpo mecnico del cartesianismo, tampoco es ese
cuerpo y algo ms, en el sentido en el que el cuerpo del entramado conceptualfoucaultiano podra construirse como el agregado de ese cuerpo inerte ms algunos
aadidos convenientes. Pero tampoco es otra cosa, otro cuerpo. Se trata ms bien
de otro concepto del cuerpo o de la inscripcin del cuerpo en otro rgimen
discursivo, en el que lo corporal est siempre inserto en prcticas significativas.8
7 Creemos interesante destacar que el movimiento foucaultiano de rechazo de la nocin de laideologa es anlogo a la redefinicin de la problemtica de la ideologa que realiza Louis Althusseren Ideologa y aparatos ideolgicos de estado, ya que el blanco de la crtica foucaultiana coincide con
lo que Althusser denomina concepcin ideolgica de la ideologa cuyo efecto Althusser esperasocavar con la propia nocin de ideologa. (MONTAG, 1995) e (KARCZMARCZYK, 2010).8 En Nietzsche, la genealoga, la historia Foucault rechaza la nocin de un cuerpo constante,sustrato de lo histrico: Creemos en la sorda constancia de los instintos y nos imaginamos que estn
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Conviene recordar, para clarificar este punto, que el propio Foucault propone en su
clase inaugural en el Collge de France que las cuestiones que desea plantear no
son ni las de la filosofa de la conciencia, ni las de la del signo y de la estructura, en
las cuales ve dos maneras simtricas de desconocer la realidad del discurso. Un
discurso al que se le restituya su carcter de acontecimiento, indica Foucault, es
tanto una renuncia al carcter fundante de la conciencia como a la monarqua del
significante que diluye laparole en la langue, de manera que no se acaba tratando
ms que con entidades ideales o abstractas. Se tratara, para la filosofa del
acontecimiento que Foucault propone como recurso para indagar un nuevo territorio,
de avanzar en la direccin paradjica, a primera vista, de un materialismo de lo
incorporal (FOUCAULT 1992d, p. 57). El movimiento foucaultiano no consiste en laoposicin de una realidad a otra, sino en una redefinicin de la cuadrcula dentro de
la cual stas se inscriben. Como el Wittgenstein que cuestiona que el rechazo a
identificar a la sensacin con un algo implique hacer de sta una nada sosteniendo
que se trata de rechazar la gramtica, el esquema nombre-objeto designado dentro
de la cual estas oposiciones parecen contradictorias,9 Foucault rechaza la cuadrcula
dentro de la cual se plantean los problemas de la ideologa.
El cuerpo que est siempre inserto en prcticas significativas no se encuentraen esta condicin por el hecho de que vinieran siempre a derramarse sobre el mismo
unos significados que le seran exteriores, sino por tratarse de un elemento
constitutivo de las propias prcticas significativas. Con esto accedemos a la
peculiaridad ms relevante de este movimiento foucaultiano, consistente en que los
trminos que parecan tener densidad propia en el esquema precedente van a ser
pensados, en el nuevo continente de la filosofa del acontecimiento, como
mutuamente dependientes. Cuerpo, significado y sujeto, entonces van a sersiempre presentes, aqu y all, ahora como antao. Pero el saber histrico no tiene dificultades paratrocearlos -mostrar sus avatares, percibir sus momentos de fuerza y debilidad, e identificar susreinados alternantes, captar su lenta elaboracin e identificar los movimientos por los que se vuelvencontra s mismos, por lo que pueden encarnizarse en su propia destruccin. Pensamos en todo casoque el cuerpo por su lado no tiene ms leyes que las de su fisiologa y que escapa a la historia. Denuevo error, el cuerpo est aprisionado en una serie de regmenes que lo atraviesan; est roto por losritmos de trabajo, el reposo y las fiestas; est intoxicado por venenos -alimentos o valores, hbitosalimentarios- y por leyes morales, todo junto, se proporciona resistencias. (FOUCAULT, 1992c, p.20).9 Pero admitirs, a pesar de todo, que hay una diferencia entre conducta de dolor con dolor yconducta de dolor sin dolor. Admitirlo? Qu mayor diferencia podra haber! Y sin embargo
llegas una y otra vez al resultado de que la sensacin es una nada. No, en absoluto. No es unalgo, pero tampoco es una nada! El resultado era slo que una nada presta el mismo servicio queun algo sobre el que nada puede decirse. Rechazamos slo la gramtica que se nos quiereimponer aqu. (WITTGENSTEIN, 1999, p.304)
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pensados en el mismo entramado. Lo mismo ocurre con los trminos saber y poder,
que en el esquema representacional en el que se inscribe y funciona la nocin
clsica de ideologa acababan siendo pensados, en ltima instancia, como trminos
con una subsistencia independiente, como dos clases diferentes de entidades. Lo
fundamental de este movimiento es hacer reconocer el carcter mutuamente
constitutivo de poder y saber, la relacin de interdefinicin que se da entre ambos
trminos. El propio Foucault expresa este punto en los siguientes trminos:
...me parece que se pueden utilizar dos palabras que no tienen la funcin dedesignar entidades, potencias o algo como trascendentales, sinonicamente permitir operar, en relacin con los dominios a los que serefieren, una reduccin sistemtica de valor; es decir, una neutralizacin delos efectos de legitimidad y una clarificacin de lo que hace que en un cierto
momentosean aceptables y que hayan sido efectivamente aceptados. Seutiliza entonces la palabra saber () y en segundo lugar, el trmino poder() Saber y poder, no son ms que una rejilla de anlisis. Vemos tambinque esta rejilla no est compesta de dos categoras de elementos extraosentre s, que seran el saber por un lado y el poder por el otro -lo que leshara exteriores entre s- porque nada puede figiurar como un elemento desaber si, por una parte, no es conforme a un conjunto de reglas ycoacciones caractersticas, () y si, por otra parte, no est dotado deefectos de coercin o, simplemente, de incitacin, propios de lo que esconsiderado como cientfico o simplemente racional, o simplemente recibidode mamera comn. Inversamente, nada puede funcionar como mecanismode poder si no se despliega segn procedimientos, instrumentos, medios,objetivos, que puedan ser validados en sistemas de saber ms o menos
coherentes. (FOUCAULT,1995b, p. 14)
Es decir, no hay saber que no est asociado a un sistema de exclusiones, a
un conjunto de procedimientos de exclusin que definen la aceptabilidad del saber
(qu clase de enunciados se aceptan, cmo se justifican, quines los enuncian
legtimamente, en qu circunstancias, etc.). Por otra parte, no hay poder, entendido
como la determinacin de la conducta de unos individuos por otros, que no est
asociado a un sistema de aceptabilidad.10
En este contexto, conviene traer a colacin una serie de textos en los queFoucault aborda la cuestin de la Ilustracin. Estos textos, aparecidos en 1978, 1983
y 1984,11 plantean la cuestin de la crtica. En ellos Foucault vuelve sobre el texto
10 Tal vez convenga insistir sobre este punto, que puede ponerse de manifiesto con la mayor claridadcontrastando el condicionamiento de la conducta por el poder y su determinacin por la mera fuerzacoactiva: El rasgo distintivo del poder es que algunos hombres pueden ms o menos integralmentedeterminar la conducta de otros hombres -aunque nunca de manera exhaustiva o coercitiva. Unhombre encadenado y golpeado se somete a la fuerza que se ejerce sobre l. No al poder. Pero si sepuede conducirlo a hablar, cuando su ltimo recurso hubiera podido ser callarse, prefiriendo la
muestre, sucede entonces que lo han llevado a comportarse de una manera determinada. Su libertadha sido sujetada por el poder. () no existe poder sin negacin o revuelta en potencia. (FOUCAULT,1996a, p. 64).11Se trata de Crtica y Aufklrung (Quest-ce que la critique?), de 1978 y de las dos versiones de
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kantiano Respuesta a la pregunta Qu es la Ilustracin? en una actitud que es
mucho ms la de quien se nutre de un texto que la de quien lo interpreta. Se trata
ms de un uso que de una lectura del texto kantiano. Por ello tal vez resulte
apropiado que tomemos como norte de nuestras reflexiones la clarificacin del
propsito con el cual Foucault se acerca y se apropia de estos textos. La justificacin
del este proceder quedar clara, esperamos, sobre el final de este trabajo.
Puesto que tomamos como eje de nuestro anlisis a la nocin de ideologa,
cabe mencionar que los filsofos de la ilustracin francesa son los responsables de
la acuacin de este trmino. En efecto, el vocablo ideologa fue acuado por
Desttut de Tracy para un estudio de la gnesis de las ideas con la que este pensador
esperaba construir una herramienta cientfica para la intervencin en la realidadpoltica. La constitucin de una ciencia de las ideas permitira desarrollar de manera
ms o menos simultnea una ortopedia del pensamiento a travs de la cual los
hombres podran liberarse de los prejuicios que hacan que en su tiempo histrico se
los encontrara sojuzgados. De esta manera, la doctrina ilustrada era no slo una
retranscripcin de la doctrina baconiana de los dolos, sino que refinaba, o acaso
extraa las ltimas consecuencias de esta filosofa identificando la causa de la
distorsin epistemolgica con intereses, correlacionados a su vez con estamentossociales. Nos encontramos as con un dispositivo filosfico que establece una
relacin entre saber y poder, o tal vez sera mejor decir, entre no saber (error,
ignorancia, prejuicios, etc.) y poder.
La empresa ilustrada ha recibido crticas variadas. Por mencionar algunas, se
ha cuestionado la inviabilidad del intento de constituir la crtica apelando al
parmetro de una razn universal y transhistrica, indicando la paradoja implcita en
el intento de remover todo prejuicio, destacando el carcter situado de la crtica y laconstitucin histrica de la razn (GADAMER, 1995). Se ha cuestionado tambin a
una razn que, ms que el potencial liberador que prometa ha desatado una
racionalizacin de efectos devastadores, la razn de un sujeto que slo conoce
objetos y que se ha derramado como una potencia de dominio, no slo sobre la
naturaleza, sino tambin sobre la sociedad, de una manera tan asfixiante que la
crtica acaba por no encontrar ms refugio que los mbitos no racionales como el
arte (ADORNO, 1983).
Qu es la Ilustracin?, de 1983 y 1984, ambas en Foucault, M. Qu es la Ilustracin?
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Se comprender entonces que Foucault, al plantearse el espinoso problema
de la crtica, busque su inspiracin en la Ilustracin y se comprender tambin que
no se remita a la Ilustracin francesa sino a Kant (FOUCAULT, 1995b). En ello tal
vez quepa ver una cierta filiacin, como se deja ver en nociones como la de
episteme y la de a priorihistrico. Filiacin dscola (el apriori es histrico), pero sobre
todo filiacin porque la cuestin de los lmites de un campo epistemolgico (sabes
hasta donde puedes saber?) es central en la empresa foucaultiana.
Foucault va a tomar tres fibras de la reflexin kantiana. Por un lado espera
conectar esta filosofa crtica, este saber de lo lmites del saber, con la cuestin de la
voluntad y la obediencia. Es decir, se tiende un puente entre el saber de los lmites y
los lmites efectivos de un orden social. La filosofa crtica se cruza as con lacuestin de la gobernabilidad. La Ilustracin tendr que ver entonces con la
inservidumbre voluntaria. Como lo sostiene el propio Foucault: En todo caso, la
Aufklrung es definida por la modificacin de la relacin pre-existente entre la
voluntad, la autoridad y el uso de la razn (FOUCAULT, 1996c, p. 87).
La tercera fibra que Foucault retoma de Kant y particularmente de este texto,
y que hace comprensible el puente entre las dos cuestiones que mencionamos en el
prrafo anterior, tiene que ver con la irrupcin, en el texto de Kant, de una preguntaque constituye, a juicio de Foucault, un acontecimiento filosfico y que lleva a
repensar la categora de la modernidad:
La cuestin que en mi opinin aparece por primera vez en ese texto de Kantes la cuestin del presente, la cuestin de la actualidad: qu pasa hoy?Qu es lo que pasa ahora? Y qu es ese ahora dentro del cual estamosunos y otros y que define el momento en que yo escribo? () Qu es loque en el presente le da sentido a una reflexin filosfica? (FOUCAULT,1996b, p. 68-69).
O como lo indica en otro pasaje:
[]Kant define la Aufklrungde manera casi ntegramente negativa, comouna Ausgang, una salida, un resultado. () Busca una diferencia: qudiferencia introduce el hoy con respecto al ayer? (FOUCAULT, 1996c,p.87).
A partir de esta pregunta, Foucault va a entender que la modernidad queda
caracterizada como una actitud y no como un perodo. La modernidad queda
entendida como el modo de relacin que tenemos con nuestro presente. Foucault
retoma la nocin que los griegos denominaban ethos, entendido como modo de
actuar, pensar y decir y se pregunta: Que modo de actuar es entonces el de la
modernidad? Y responde: el de la actitud crtica.
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Ahora bien, esta definicin de la modernidad como actitud crtica va a
acarrearle a Foucault una buena cantidad de problemas. Kant va a identificar esta
salida que caracteriza a la Aufklrung como un proceso liberador del estado de
minoridad. Es decir, la Ilustracin requiere tener la valenta de razonar desde el
propio pensamiento. Pero Kant trabaja bajo la presuposicin de una convergencia
posible entre el pensamiento individual y el elemento del pensamiento universal. Sin
embargo, como veremos, no hay posibilidad de una salida semejante para el propio
Foucault.
Por una parte, la actitud de Ilustracin o actitud crtica implicaba una actitud
de inservidumbre voluntaria. Foucault va a avanzar sobre este punto, la actitud
crtica es el arte de no ser gobernados. Pero, cul es el estatuto de esta voluntad?
Foucault aclara que no se trata de no ser gobernados en absoluto, sino de no serlo
de cierta manera, a ciertos costos:
[...]no pienso, en efecto, que la voluntad de no ser gobernado sea enabsoluto algo que podamos considerar como una aspiracin originaria.Pienso que, de hecho, la voluntad de no ser gobernado es siempre lavoluntad de no ser gobernado as, de esta manera, por stos, a este precio.(FOUCAULT, 1995b, p. 21)
Aqu tal vez convenga remitirnos a la percepcin que Foucault (FOUCAULT,
1996a) tiene de su propia empresa en relacin a la empresa de la escuela de
Frankfurt. Foucault es conciente de que al interrogarse por la relacin del sujeto con
la verdad y sus efectos de poder se ubica en un espacio compartido con los tericos
de la escuela de Frankfurt. El propio Foucault diferencia sin embargo su proyecto. El
proyecto de la Escuela de Frankfurt tuvo como ncleo el desarrollo de un proceso a
la racionalizacin opresiva de la sociedad occidental, ya que se trataba, para los
tericos de la Escuela de Frankfurt, de poner de manifiesto las encerronas a las que
conduce la razn de un sujeto que slo conoce objetos. Foucault, en cambio, se
distancia de este proyecto desmedido de efectuar un proceso a la razn en general
(FOUCAULT, 1996a, p. 18-19). En su lugar, nuestro autor propone el estudio de la
constitucin histrica de estas racionalidades como un recurso indispensable para
no desconocer su multiplicidad y diversidad.
En este marco, Foucault presenta su propuesta de constituir a la crtica, no ya
como una bsqueda de las condiciones de posibilidad trascendentales (necesarias y
universales), sino como lo que l denomina una ontologa histrica del presente.
Esto es, la bsqueda de las condiciones histricas, por ello contingentes, que hacen
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posibles las evidencias de nuestro tiempo. Una tal ontologa hecha mano de la crtica
genealgica, aprovechando la mirada del historiador que permite evitar la
proyeccin retrospectiva de nuestras evidencias actuales, por un lado. Por otra
parte, la ontologa del presente hecha mano de la reconstruccin arqueolgica, para
elucidar las peculiaridades de los regmenes de verdad bajo los cuales se desarrolla
nuestra vida.
Creemos que lo que est estructurando algunas de las peculiaridades del
discurso foucaultiano remite a un problema que ha sido una pregunta u objecin
recurrente a su propuesta. Si el discurso foucaultiano es un discurso crtico, cules
son, por lo tanto, los fundamentos normativos del mismo? (HABERMAS, 1989p.337)
Como hemos visto en el pasaje en que se precisa en qu consiste lainservidumbre voluntaria, Foucault rechaza que la cuestin sea no ser gobernados
en absoluto. Las razones para rechazar este ideal son semejantes a las que en otros
textos ofrece para descartar las posibilidad de una verdad transparente.12 As como
no puede pensarse un rgimen de la verdad sin coacciones, tampoco puede
concebirse un orden social sin gobierno, un anarquismo absoluto. Del mismo modo,
la voluntad de no ser gobernados no remite a una libertad originaria, a un
fundamento universal, siempre el mismo, cuya presencia en cada sujeto estuvieragarantizada a priori.
Como resulta entonces pensable la crtica? y qu es la actitud crtica? De
las consideraciones anteriores se desprende que Foucault abandona tanto el
proyecto de una emancipacin que consistiera en una verdad desencajada del
poder, puesto que, la verdad que es de este mundo, no puede siquiera pensarse
separada de un rgimen de la verdad (FOUCAULT, 1992a, p. 198). Pero Foucault no
abriga tampoco la esperanza de una trascendencia de la verdad -como tampocoabriga la esperanza de una instancia ms all del gobierno-, es decir del tipo de
ocultamientos que implica la verdad -comenzando por su propio perspectivismo-
(FOUCAULT, 1991, p. 241). De lo que se trata en esta imposible trascendencia es de
que estos borramientos y ocultamientos propios de la verdad, parecen ser rasgos
constitutivos de lo social. La propuesta abreva, entonces, en el desarrollo de
12
En Verdad y poder, Foucault sostiene: No se trata de liberar la verdad de todo sistema de poder -esto sera una quimera, ya que la verdad es ella misma poder- sino de separar el poder de la verdadde las formas hegemnicas (sociales, econmicas, culturales) en el interior de las cuales funciona porel momento. (1992a, p. 200).
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polticas de la verdad alternativas.13
Estamos ahora en condiciones de volver sobre la reflexin foucaultiana acerca
de la cuestin de la verdad. Como hemos mostrado, la estrategia de Foucault se
distancia de una reflexin sobre la verdad realizada al interior de un rgimen de la
verdad. Como queda dicho en relacin a la cuestin saber-poder, su estudio supone
una neutralizacin de los efectos de legitimacin del propio dispositivo de la verdad.
Caso contrario, la verdad no se deja elucidar en trminos del marco de anlisis
saber-poder. Para ello, la reflexin foucaultiana realiza dos movimientos, o mejor
sera decir un movimiento con dos aspectos analticos claramente diferenciables: el
movimiento arqueolgico que nos entrega la descripcin del rgimen de la verdad
que define el estatuto del saber y el movimiento genealgico, atento a lasdiscontinuidades histricas que elude la proyeccin retrospectiva de las evidencias
actuales.
Para concluir, podemos retener dos rasgos tiles para caracterizar el estatuto
de la crtica foucaultiana. Por un lado, si tradicionalmente la condicin de la crtica
est colocada en la descripcin de una posicin necesaria y universal, desde la cual
desarrollar un parmetro crtico, para Foucault, en cambio, lo que posibilita la crtica
entendida como una ontologa del presente parece radicar justamente en lacontingencia de la posicin del crtico (POSTER, 1999, p. 303-304). La actitud crtica
tiene un carcter reflejo, vuelto sobre s misma. Aparece aqu nuevamente el
carcter dual de la relacin saber-poder a la que ya hemos aludido. Si el
conglomerado saber-poder revela su anclaje histrico cuando se puede definir el
rgimen de verdad en el que se inscribe, sto es, cuando la arqueologa describe las
reglas que definen el estatuto de la verdad en determinado contexto, su percepcin
como sistema de aceptabilidad requiere del quiebre de las evidencias que lo definen,supone tarea de la genealoga. Si el concepto de rgimen de la verdad es por
esencia historicista (en el sentido de Dilthey),14 los regmenes de la verdad, en
cambio, son esencialmente no historicistas. Por ello la descripcin de un rgimen de
verdad tiene siempre un componente desestabilizador.
Por otra parte, la actitud crtica ligado al proyecto de no ser gobernado (de tal
13 En Verdad y poder, Foucault sostiene que: El problema no es cambiar la conciencia de las
gentes o lo que tienen en la cabeza, sino el rgimen poltico, econmico, institucional de produccinde la verdad, (1992a, p. 200).14 Vase un anlisis del historicismo de Dilthey. (GADAMER, 2003, cap.2)(KARCZMARCZYK 2007, p.19).
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o cual manera) se presenta como un arte, el arte de no ser gobernado. Esta
caracterizacin de la crtica como un arte nos parece altamente significativa. Como
lo seala Judith Butler, la actitud crtica, que revisa los mecanismos de subjetivacin,
y subjetiviza desujetando, implica un riesgo: el de dejar de ser sujeto (BUTLER,
2002). Este camino incierto, es la condicin de una subjetivacin desujetada, o si se
quiere, de la libertad. Slo este camino sin recetas y sin garantas la hace posible,
nada, sin embargo, la garantiza.
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Artigo:
Recebido em: 03/03/2011
Aceito em: 18/07/2011