Crónica ambalema

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Don Jorge y su “Gran Festival de la Mojarra” en el Hostal Santa Fe. Son las cinco de la mañana 13 de diciembre de 2002, la noche aún no despierta para los amigos de Ambalema, pero ya es tarde para Jorge Enrique Escobar Owen, un hombre de mirada oculta, de palabras sabias, cartagenero y de cuerpo erguido que se prepara para el mejor día de su vida. Un largo y enérgico día lo espera en su pequeño hostal ubicado en la zona centro del municipio de Ambalema. Mientras Jorge se alista, su esposa, Noemí de la Pava de Escobar, una paisa delicada y bondadosa que ya está engalanada y dispuesta a colaborar con los quehaceres del lugar y atender los clientes que asistirían al gran evento, el magnífico evento, el más grande de los festivales que ningún otro ambalemuno hubiera podido pensar, el “Gran festival de la Mojarra”. Faltaba media hora para abrir las puertas y el reloj parecía no avanzar. Marcaba las 7:30, luego las 7:31 y don Jorge decide dar un paseo por el restaurante del hostal para dar el último repaso a lo que sería su mejor día… Pasan unos minutos y deciden abrir las puertas al efusivo sol que sería su primer cliente en la mañana. Sentado en una de las mesas de la entrada ve los primeros pasos de una familia que ingresa a tomar puesto en su restaurante, dos hombres, una mujer y una niña, proclamando una grande y jugosa mojarra en sus platos e inmediatamente, la señora Noemí, corre a cocinar cuatro de sus mejores mojarras al mejor estilo de los grandes restaurantes de Holy Wood. En 15 minuticos la comida está lista y al dar la vuelta se da cuenta que tiene más pedidos por atender, pero contando con la ayuda de don Jorge y otras dos muchachas morenitas y delicadas logran atender como es debido a sus más preciados clientes. ¡Hey, don Jorge deme una mojarra!... ¡A mí, véndame una mojarra que parezcan dos!... y así su amigos y vecinos gritaban hambrientos y ansiosos por probar ese manjar. Ya son las 10 de la mañana y la gente tiene que hacer fila para esperar que una mesa se desocupe. Mientras tanto, Don Jorge hace una pequeña charla con ellos para no dejarlos ir, les habla de las bondades del pueblo y les enseña sus colecciones de cuadros y textos que narran la pequeña y agradable historia de Ambalema. 11 Abril, 2010>> Ambalema, Tolima>> Jorge E. Escobar O. en su Hostal Santa fé, zona centro de Ambalema. En la cocina un reloj de Coca Cola señala ser las 11 de la mañana, una de las muchachas lava trastos y la otra echa la mojarra a fritar, la doña sirve a los clientes y don Jorge, con una sonrisa que no se la quita nadie, se pasea por las mesas ofreciendo sus servicios de hospedaje y orientándolos hacia los mejores sitios del pueblo: Gramalotal, El rio Magdalena, el ferry Omaira, el museo, entre otros lugares coloniales del lugar.

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Don Jorge y su “Gran

Festival de la

Mojarra” en el Hostal

Santa Fe.

Son las cinco de la mañana 13 de diciembre de

2002, la noche aún no despierta para los amigos

de Ambalema, pero ya es tarde para Jorge

Enrique Escobar Owen, un hombre de mirada

oculta, de palabras sabias, cartagenero y de

cuerpo erguido que se prepara para el mejor día

de su vida.

Un largo y enérgico día lo espera en su pequeño

hostal ubicado en la zona centro del municipio de

Ambalema. Mientras Jorge se alista, su esposa,

Noemí de la Pava de Escobar, una paisa delicada

y bondadosa que ya está engalanada y dispuesta

a colaborar con los quehaceres del lugar y

atender los clientes que asistirían al gran evento,

el magnífico evento, el más grande de los

festivales que ningún otro ambalemuno hubiera

podido pensar, el “Gran festival de la Mojarra”.

Faltaba media hora para abrir las puertas y el

reloj parecía no avanzar. Marcaba las 7:30, luego

las 7:31 y don Jorge decide dar un paseo por el

restaurante del hostal para dar el último repaso a

lo que sería su mejor día… Pasan unos minutos y

deciden abrir las puertas al efusivo sol que sería

su primer cliente en la mañana.

Sentado en una de las mesas de la entrada ve los

primeros pasos de una familia que ingresa a

tomar puesto en su restaurante, dos hombres,

una mujer y una niña, proclamando una grande y

jugosa mojarra en sus platos e inmediatamente,

la señora Noemí, corre a cocinar cuatro de sus

mejores mojarras al mejor estilo de los grandes

restaurantes de Holy Wood. En 15 minuticos la

comida está lista y al dar la vuelta se da cuenta

que tiene más pedidos por atender, pero contando

con la ayuda de don Jorge y otras dos muchachas

morenitas y delicadas logran atender como es

debido a sus más preciados clientes.

¡Hey, don Jorge deme una mojarra!... ¡A mí,

véndame una mojarra que parezcan dos!... y

así su amigos y vecinos gritaban hambrientos y

ansiosos por probar ese manjar.

Ya son las 10 de la mañana y la gente tiene que

hacer fila para esperar que una mesa se

desocupe. Mientras tanto, Don Jorge hace una

pequeña charla con ellos para no dejarlos ir, les

habla de las bondades del pueblo y les enseña sus

colecciones de cuadros y textos que narran la

pequeña y agradable historia de Ambalema.

11 Abril, 2010>> Ambalema, Tolima>> Jorge E. Escobar O. en su Hostal “Santa fé”, zona centro de Ambalema.

En la cocina un reloj de Coca Cola señala ser las

11 de la mañana, una de las muchachas lava

trastos y la otra echa la mojarra a fritar, la doña

sirve a los clientes y don Jorge, con una sonrisa

que no se la quita nadie, se pasea por las mesas

ofreciendo sus servicios de hospedaje y

orientándolos hacia los mejores sitios del pueblo:

Gramalotal, El rio Magdalena, el ferry Omaira, el

museo, entre otros lugares coloniales del lugar.