“Hay que renunciar al control de la información. El periodismo interactivo va más allá de un cuadradito para poner comentarios: hay que escoger un punto de vista y una audiencia, lo que implica ciertas

renuncias”.Pepe Cervera, 20minutoes.es

Alma GuillermoprietoPepe Cervera Karma Peiró

Recomendaciones para hacer crónicas por Alma Guillermoprieto

La característica principal de la crónica es la intimidad. La crónica es una forma de vivir la vida y la escritura. Es salir a la calle, hacerse permeable, transparente a la vida que nos rodea, es vulnerabilidad absoluta anta la vida. Y es escribir desde adentro de la piel. Es caminar y vivir y luego cronicar. Es colocarse en una condición de riesgo, de vulnerabilidad emocional, de rabia.

“Las formas virtuales de transmitir información han desplazado a la antigua tecnología de tinta y papel… ¿morirá la larga tradición de la reportería con el colapso de los medios?, estamos ante un mundo tan nuevo ante el que no cabe un pronóstico y sin embargo, digo que no, que al contrario, que la misma transformación de los medios, se está viendo el hueco: vuelve al lugar de los hechos a ver lo qué realmente sucedió y nos lo cuenta”.

“A la generación que viene le tocará no sólo inventar los modos de uso de las nuevas tecnologías, sino las nuevas maneras de narrar la crónica de sus tiempos; contarán algunos de los dramas más terribles que hayamos visto la especie humana, pero también tendrán la felicidad de narrar aventuras y proezas que a los seres humanos de hoy no nos caben en la mirada… si logran reportear este nuevo mundo a profundidad, con conocimiento, sin prejuicios, ni corrupción, falsos patriotismos ni banderas ideológicas; si invierten toda su pasión y todas sus horas; si logran narrar una historia que sea accesible para todos, ayudarán a que los habitantes de esta tierra salgan adelante y sin que muera el oficio en el intento”.

La prisa en la reportería es totalmente contraproducente. Mientras más tiempo se invierta en una entrevista, siempre será mejor. Las entrevistas son básicas. Toda entrevista es un encuentro erótico. Hay que “encontrarse” con la persona, tiene que haber seducción, coqueteo, para que diga lo que no le diría a los demás.

El cronista tiene que exponerse a las cosas que pasan en el lugar al que llegó. Debe caminar para conocer los problemas.

La soledad es una aliada del cronista, así como las situaciones de desorientación, vulnerabilidad y desesperación.

Hay que reportear duro. Ubicarse donde pasen cosas que a los lectores les gustaría leer.

Hay que ser muy ambicioso. La crónica es muy exigente: hay que desarrollar todas las facultades, todos los sentidos. Manejar un buen vocabulario, nombres para las cosas, para los colores. Hay que tener un buen repertorio de verbos, porque el verbo es acción. Cada frase debe dar información, cada frase debe tener un verbo. Cada frase debe describir una acción. Cada frase debe llevar a otra. Tiene que tener ritmo, movimiento, buena puntuación. Desarrollar trucos para mantener la atención del lector. Cada palabra vale oro. Hay que meter sensaciones, buscar adjetivos fuertes y verbos activos.

Hay que transformar las estadísticas y los datos en algo divertido (A los lectores les interesan los números muy grandes o muy chiquitos, los demás les pasan de largo).

Hay que permitir a los lectores que participen de la nota, permitirle al lector que “esté” en el lugar de quien narra, que “entre” en lo que se cuenta.

Se debe pensar siempre en el arranque y el final, así se hace más fácil escribir la crónica. Pensar en el final es preguntarse a dónde va la nota. Si la crónica es sobre un viaje, a dónde queremos llevar al lector.

Hay que dedicar mucho tiempo a pulir la entrada. Que no falte ni un detalle ni sobre ni una palabra. La entrada engancha, anuncia de qué va el texto o la tónica.

Establece el clima del texto, el ritmo y la dimensión arquitectónica con el resto del texto.

La salida se debe preparar al mismo tiempo que la entrada. Debe ser un cambio de tono. No hay que introducir a un personaje nuevo. Se puede retomar un personaje anterior.

El largo de una crónica lo determina la carga emocional de la historia: un tema frívolo no da la misma extensión que uno trágico. Antes de poner a escribir siempre hay que tener la idea clara de para cuánto da el texto. Tener la capacidad de contar algo que no pensaste que fuera posible.

Una crónica no es lo que dijeron, si no los personajes: cómo son éstos. En una crónica lo que nos interesa son los personajes.

La crónica es una serie de subjetividades que las dan los olores, los sabores, los gritos, los murmullos, los sonidos...

Después del primer reporteo hay que preguntarse cuál es mi nota, qué tiene de nuevo, cuánto ha cambiado la situación para que sea interesante, cuáles son mis personajes.

Presentar lo nuevo Una frase que resuma el trabajo. Tiene que

ser breve, misteriosa y novedosa Usar palabras específicas que mantengan la

claridad de la presentación Hacer que el editor se ría, aunque sea una

nota trágica. Que dé ganas de leerla. Seducirlo. Usar contrastes.

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Pepe Cervera20 Minutos España

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‘El periodista abstracto: esbozo de una práctica profesional para el siglo XXI’. “Algunos presupuestos que ya no valen (como qué es noticia, cuál es buena y cuál mala, etc): todo esto hay que empezar a cuestionarlo; las cosas han cambiado deprisa y al mundillo nos ha pillado a contrapié”. Según Cervera, antes el periodismo sacaba dinero de la nada (obteniendo una determinada información de una serie de fuentes); esto funcionaba debido a la escasez de información y al control oligopolístico que los grandes medios hacían de ésta, en clara referencia a la definición de periodismo tradicional. De hecho, el periodista se reafirmó en su tesis de que “hay cuestiones, prejuicios, que no nos planteamos y que no tienen por qué ser así; por ejemplo, la obsesión por la velocidad máxima de la información y el culto a la exclusiva.

De hecho, a veces por su novedad se cuelgan noticias sin pensar en su valor”. Por tanto, Cervera cree que “ahora hay que pensar en desarrollar un periodismo abstracto. Internet nos libera de la presión del tiempo, de las ataduras de la realidad; nuestro deber es realizar un periodismo de traducción, de explicación, de ayudar a comprender (con contar ya no basta). Ahora nuestra tarea debe ser ésta, lo que implica muchos cambios”.

“Los números de audiencia son absurdos; por tanto, hay que probar cosas nuevas, cuanto más locas mejor. A día de hoy no arriesgamos, y a las empresas les interesa que el Internet de mañana sea como la televisión de hoy, pero no va a ser así. Antes decían que Internet era una locura (Información gratuita, todo el mundo publica gratis y sin criterio, etc), ahora ven que no es así. Internet es el futuro de la profesión”.

Karma Peiró, responsable de Participación de LaVanguardia.es

La apertura del registro de la web posibilita una mayor posibilidad de interactuar con los lectores porque dicen más cosas; también existe la posibilidad de fragmentar la audiencia y estudiar cómo es. En definitiva, la periodista señaló que han descubierto “una nueva fuente de información: los lectores, de los cuales extraemos perfiles personalizados”. De este modo surgen sinergias ‘mágicas’ con los lectores; en este sentido Karma destacó el blog de una prostituta y el comentario de una extranjera que vivía en Cataluña desde hacía poco tiempo y que se sentía independentista.

“En la participación... ¿todo vale?”