CÁTEDRA DE ECONOMíA DE LA ENERGíA · 2019. 10. 31. · 2 A. INTRODUCCION SOBRE LA ENERGIA 1) La...
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CÁTEDRA DE ECONOMíA DE LA ENERGíA
APUNTES DE CLASE
PROFESORES:
LIC. ROBERTO DARIO PONS
LIC.DIEGO MARGULIS
FICHA 1:
TRATAMIENTO DE LA ENERGÍA COMO SERVICIO
PÚBLICO Y COMO ECONOMÍA DE MERCADO
PRIMERA PARTE
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A. INTRODUCCION SOBRE LA ENERGIA
1) La energía es vida y la vida es energía.
La capacidad que posee una persona, o un objeto, para ejercer fuerza y
realizar cualquier trabajo, se denomina: Energía; o sea, la capacidad de
producir un trabajo en potencia o en acto
Aparte de la energía del trabajo humano o de la fuerza animal utilizada por
el ser humano en la producción y el transporte, las diferentes civilizaciones
a través de la historia de la humanidad han tenido el ingenio de liberar
“energía útil”. O sea, la energía contenida en alguna fuente – los vientos,
el sol, las corrientes de agua, la madera, el carbón, el petróleo, el gas, etc -
es liberada (aprovechada) transformándola en otra forma de energía o de
fuerza que es manejable o controlable para su uso en la producción o en el
bienestar del hombre.
Con el correr de los siglos, todo el progreso del hombre se ha sustentado
sobre estos dos pilares:
• La invención de instrumentos para multiplicar el rendimiento
del trabajo: herramientas y máquinas.
• El descubrimiento de nuevas fuentes y formas de energía para
sumarlas a la suya limitada y poder mover con ellas sus cada vez
mas complicadas máquinas.
La energía es necesaria para una diversidad de cosas: prácticamente la
totalidad de las actividades industriales y de las actividades económicas
requieren el consumo de energía generada para producirlas o están
involucradas en insumos para su producción.
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En consecuencia, su acceso fácil, oportuno, a valores, cantidades y
calidades razonables hace a la competitividad de la producción y al
bienestar de la población.
2) Los principios termodinámicos de la energía
La energía una vez liberada no se almacena fácilmente y en su
transformación existen pérdidas o, más apropiadamente, liberación de
energía no aprovechable (por ejemplo disipando calor no utilizable)
Energía es una palabra griega, su primer uso técnico se lo dio Aristóteles,
para quién indicaba la “fuerza interior” que movía a los seres y en especial
a los seres vivos.
Energeia (en griego ἐνέργεια, actividad, algo que está en έργων: trabajo) es
un término técnico importante en la obra de Aristóteles, especialmente en
relación con su teoría de la causalidad eficiente. La expresión indica que
algo está actuando, en el sentido de que está tendiendo a su fin desde sí
mismo. Aunque este es el origen etimológico de la palabra moderna
"energía", el término ha evolucionado tanto durante la historia occidental
que la actual acepción ya no es útil para comprender el sentido original
que le da Aristóteles. (WILKIPEDIA)
En los inicios de la era científica, desde Galileo a Newton, el término se
utilizaba a menudo como sinónimo de lo que ahora los físicos denominan
fuerza o potencia, además de su significado actual. De a poco se fue
extendiendo al significado más preciso que ahora se le da en Física.
Sin embargo, el concepto de energía jugó un papel secundario en la
historia de la ciencia hasta el siglo XIX, cuando el desarrollo de la
termodinámica empezó a ser tratado como un concepto unificador,
relacionando campos de la física, la química e incluso la biología.
Se establecieron dos principios de la termodinámica:
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1. La energía se conserva:
O sea, que si se quiere utilizar energía es necesario buscar alguna
fuente que la contenga: la energía química de los combustibles; la
gravitatoria de los saltos de agua; la nuclear del uranio; etc.
2. La energía no es reciclable: se degrada inevitablemente en calor
inutilizable
El almacenamiento de energía liberada implica tecnologías y
equipamientos no siempre convenientes en la relación costo – beneficio, y
en otros, como se verá más adelante en las usinas de ciclo combinado para
producir electricidad se logran aprovechamientos útiles de la energía
disipada en calor.
Se entiende por “almacenamiento de energía” el método que el hombre
utiliza para conservar la energía producida hasta que se toma la decisión
de liberarla en la forma, cantidad y oportunidad que se precise cuando se
requiera en la misma forma en que se generó o en otra diferente. Esta
decisión de conservar y liberar la energía en función de las necesidades se
diferencia del almacenamiento o conservación natural de la energía (La
fotosíntesis de las plantas es una forma natural de almacenar la energía
solar y transformarla).
A las posibilidades o dificultades técnicas para dominar la energía,
almacenándola y liberándola por la decisión del hombre se le debe
contemplar las ventajas económicas de realizarla; y estos dos planos de
resolución difieren por tipo de fuente energética – primaria y secundaria –
y por características físicas de la producción el transporte y el uso final de
la misma
A continuación se vuelca un Cuadro descriptivo que compara para
diferentes fuentes las posibilidades de almacenamiento, transporte y
conexiones:
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REVISTA DE ECONOMÍA MUNDIAL 9, 2003, 41-52
CONDICIONANTES DE LA ESTRUCTURA INDUSTRIAL EN EL SECTORENERGÉTICO
DE LOS PAÍSES DE LA UE -Javier de Quinto Romero - Universidad San Pablo - CEU
ACCION PETRÓLEO GAS
NATURAL
ELECTRICIDAD
Coste de
almacenamiento
Bajo Alto Imposible a gran escala
Coste unitario de
transporte
Bajo Alto (mucho
en GNL)
Alto (pérdidas en red)
Grado de mallado
de la red (flexible)
Alto Bajo (muy
bilateral)
Alto pero pocas
conexiones
internacionales
Alcance del
mercado
Global Regional Nacional con alguna
excepción
Los usos comerciales de almacenamiento de energía tienden a métodos y
equipamientos muy variados. A título de ejemplo, una central
hidroeléctrica implica un embalse de las aguas – ríos contenidos y
derivados en su cauce o lagos con presas de contención y turbinas para
generar energía eléctrica con la caída o la corriente del agua liberada – que
significa almacenar el agua y luego liberarla (energía potencial).
El transporte de la energía eléctrica, al ser físicamente una diferencia de
potencia entre dos puntos, condiciona su generación al hecho de ser
consumida. O sea, la electricidad debe emplearse una vez producida, ya
que se genera y no puede ser almacenada – salvo en dispositivos
secundarios, de menor escala, como baterías – ya que no existen técnicas
de almacenamiento en gran escala fiables técnicamente. Esto último
tendrá suma importancia cuando se analiza la organización de la
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generación, transporte y distribución de la electricidad o la estructura de
su mercado.
Esto significa que la oferta eléctrica debe organizarse para incorporarse al
sistema en función de la “manifestación expresa en tiempo y lugar
determinados de la demanda de consumo”, resulta de lo cual las
diferentes unidades de generación – usinas termoeléctrica, centrales
hidroeléctricas, centrales nucleares y renovables como la eólica, solar, etc
– conviene (son eficientes) que se incorporen al sistema en función del
incremento de la demanda tendiendo en cuenta:
La potencia de generación de la unidad de generación
La flexibilidad para liberar electricidad en proporciones adecuadas al
requerimiento de la demanda
La eficiencia – transformación con menor pérdida –y el costo unitario
de generación
Si consideramos la energía primaria tales como los combustibles líquidos
y gaseosos – petróleo y gas natural – o minerales como el carbón, puede
establecerse que existen formas de almacenamiento directas e indirectas a
través de su transformación en otros productos:
Directas:
En las propias cuencas petroleras y gasíferas, sin explotarlas
En tanques u depósitos ad-hoc; aunque más fácilmente en el caso
de los combustibles líquidos que en los gaseosos, por razones físicas
específicas de cada uno de ellos.
Indirectas:
El petróleo al convertirse en combustibles refinados – fuel oil, diesel
oil, kerosén, diferentes naftas, gas oil, aceites – mantiene o conserva,
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en sus subproductos, la energía primaria que subyace en él, aunque
con pérdida en su transformación.
El petróleo y el gas (también el carbón) transformados a derivados
como combustibles petroquímicos 1 que son luego convertidos a
energía mecánica y luego en otro tipo de energía como la eléctrica.
El Gas Licuado Natural (GNL) y el Gas Licuado de Petróleo (GLP)
para su almacenamiento y transporte se deben comprimir –
licuación – y luego liberar a su estado gaseoso original para su
utilización, como energía primaria en otros usos
La electricidad que es una energía secundaria, resultado de la
transformación de energía primaria, tal como lo expresáramos
anteriormente, prácticamente no es almacenable (la electricidad producida
es instantáneamente consumida o perdida).
Algunas energías primarias de carácter renovable – fundamentalmente
la eólica y la solar – son discontinuas en su transformación en su
generación en electricidad – debido a su dependencia de los vientos y de la
luz solar respectivamente – sino pueden ser almacenadas eficientemente,
deben complementarse con otras generadoras – p.e. usina termoeléctricas
o la experimental energía originada en el hidrógeno – para asegurar la
1 Combustibles petroquímicos provienen de "combustibles fósiles" que son los que se derivan de
la materia orgánica antigua (fósil) - el carbón, el o petróleo crudo o sus destilados como la nafta
y el gas natural. Los combustibles petroquímicos - fósiles purificados como el metano, el
propano, el butano, la nafta, el kerosén, el gas oil - son utilizados para alimentar automóviles y
aviones y para calentar edificios. Tampoco el combustible petroquímico es renovable y también
contamina el medio ambiente.No confundir con los otros productos petroquímicos secundarios
utilizados como insumo de materia prima industrial tales como polímeros, etc; o como productos
finales pesticidas, herbicidas, fertilizantes, plásticos, asfaltos os fibras sintéticas.
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satisfacción de la demanda en el volumen, el momento y el lugar que se
manifiesta.
Como puede advertirse, los bienes económicos en general tienen la
posibilidad de crear stocks o existencias físicas que regulan la oferta y la
demanda; comportamiento que no es asimilable en los bienes energéticos
de la misma manera.
3) Las Formas de Energía
Básicamente existen diferentes formas de energía por su naturaleza:
Potencial y Cinética.
La potencial: es la energía contenida en un cuerpo, por ejemplo: la
energía humana, la del agua, del vapor, etc.
La cinética: es la que posee un cuerpo debido a su movimiento o
velocidad; por ejemplo: la energía del agua al caer de una cascada, la
energía del aire en movimiento, etc.
Por otra parte, se puede considerar de otra manera como dos tipos de
energía: el calor y todas las demás. Es fácil transformar las demás energías
en calor, pero la inversa, es más difícil. Nunca se puede realizar con
completa eficiencia.
Volcaremos a continuación una clasificación más completa sobre las
formas o tipos de energía que, en su esencia, son energía cinética o
potencial o combinaciones de estas dos. Tales son:
Energía Calórica o térmica: Producida por el aumento de la
temperatura de los objetos. Los cuerpos están formados por
moléculas que están en constante movimiento. Cuando
aceleramos este movimiento se origina mayor temperatura y al
haber mayor temperatura hay energía calorífica. Esto es lo que
sucede cuando calentamos agua hasta hervir y se produce
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gran cantidad de vapor. Una fuente natural de calor es el Sol,
y numerosas investigaciones descubrieron cómo se podría
aprovechar la luz del sol para producir calor durante la noche
e inclusive electricidad.
Energía Mecánica: Es la capacidad que tiene un cuerpo o
conjunto de cuerpos de realizar movimiento, debido a su
energía potencial o cinética; por ejemplo: La energía que
poseemos para correr en bicicleta (energía potencial) y hacer
cierto recorrido (energía mecánica); o el agua de unas cascada
(energía potencial), que al caer hacer mover las aspas de una
turbina (energía mecánica).
Energía Química: Es la producida por reacciones químicas
que desprenden calor o que por su violencia pueden
desarrollar algún trabajo o movimiento. Los alimentos son un
ejemplo de energía química ya que al ser procesados por el
organismo nos ofrecen calor (calorías) o son fuentes de energía
natural (proteínas y vitaminas) . Los combustibles al ser
quemados producen reacciones químicas violentas que
producen trabajo o movimiento.
Energía Eléctrica: Esta es la energía más conocida y utilizada
por todos. Se produce por la atracción y repulsión de los
campos magnéticos de los átomos de los cuerpos y se
transforma en energía calórica en el horno o la plancha; en
energía luminosa en las luminarias y energía mecánica en los
motores.
4) Existen dos tipos de fuentes de energía:
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El sistema “ideal” – entropía cero o positiva - no existe desde lo técnico
y por ende la resolución científica se mueve con alternativas de eficiencias
relativas entre elección de “fuentes primarias” y “secundarias” para
diferentes utilizaciones o fines buscados con el sistema energético.
• Energía primaria: Se entiende por tal a las distintas fuentes
de energía en el estado que se extrae o captura de la Naturaleza. Sea
en forma directa, como en el caso de las energías hidráulicas,
eólicas, solares, ó después de un proceso de extracción o recolección,
como el petróleo, carbón mineral, la leña, etc.
• Energía secundaria: Los diferentes productos energéticos (no
presentes en la Naturaleza como tales), que son producidos a partir
de energías primarias o secundarias de distintos centros de
transformación, con la finalidad de hacerlas aptas a los
requerimientos del consumo. Los tipos de energía secundaria
considerada son: Electricidad: generada a partir de diferentes
recursos y tecnologías, Gas distribuido por redes: que resulta a
partir del proceso de acondicionamiento y separación de
condensados, Gas de Refinerías, Gas Licuado de Petróleo, Moto
naftas (obtenidas a partir de la refinación del petróleo y/o del GN),
Diesel y Gas oil, Fuel oil, Carbón residual, Gas de Coquería, Gas de
Alto Horno, Coque de Carbón, Carbón de Leña (obtenido a partir de
la pirolisis de la leña en carboneras).
A las energías cuya reutilización no es posible, al transformarse en
calor o energía también se las denomina “finales”.
También se podría analizar la producción, transporte y uso de la
energía desde la perspectiva del impacto sobre la naturaleza o el medio
ambiente.
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La extracción, producción, transformación y uso final de los
diferentes componentes energéticos de un sistema social de producción y
consumo son inevitablemente impactantes sobre la naturaleza y como ya
vimos, los cambios naturales son irreversibles. Sólo cabe analizar:
• la posibilidad de evitar los impactos evitables,
• minimizar los efectos negativos de los cambios inevitables y
• compensar los efectos negativos inevitables.
Bajo esta perspectiva se suelen clasificar las fuentes energéticas en
función de si son renovables (permanentes) o no renovables (temporales),
podríamos determinarlas de la siguiente manera:
• Energías renovables: Las fuentes renovables de energía son
las que se basan en los flujos y ciclos naturales del planeta. Se
obtienen de fuentes naturales virtualmente inagotables, unas por la
inmensa cantidad de energía que contienen, y otras porque son
capaces de regenerarse por medios naturales. Son aquellas que se
regeneran y son tan abundantes que perdurarán por cientos o miles
de años.
• No renovables: Son aquellas cuyas reservas son limitadas y se
agotan con el uso. Los combustibles fósiles son recursos no
renovables: no podemos reponer lo que gastamos. En algún
momento, se acabarán, y tal vez sea necesario disponer de millones
de años de evolución similar para contar nuevamente con ellos. Las
principales son la energía nuclear y los combustibles fósiles (el
petróleo, el gas natural y el carbón).
• Renovables verdes: Es una tercer categoría que pretende
definir la energía generada a partir de fuentes de energía primaria
más “amigables” con el medio ambiente. Las energías cuyo modo de
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obtención o uso no emiten subproductos – o lo hacen en una medida
no tan significativa en relación a las otras energías - que puedan
incidir negativamente en el medio ambiente.
5) En la economía de la energía se busca la mayor eficiencia
social
Cuando se analiza la economía de la energía, deben considerarse todos los
principios elementales que se han desarrollado en los puntos anteriores,
porque de allí surgirán diferentes criterios que incidirán sobre:
a. La elección de la fuente socialmente más eficiente para
producir energía. O sea, que la misma optimice los costos y
beneficios en el conjunto de la sociedad; que tendrá diferentes
condicionantes de ese óptimo:
i. De carácter tecnológico: posibilidad técnica de sustituir o
complementar fuentes o lograr su renovabilidad. Lograr
una mayor eficiencia de transformación en energía
secundaria con menor pérdida de energía primaria.2
ii. De carácter económico: mejor aprovechamiento de los
recursos escasos, especialmente los no renovables
2 Eficiencia en la transformación de la energía: La energía disponible en una fuente primaria o secundaria
debe transformarse en otra forma que sea adecuada al uso de la fuerza requerida para una acción., y su
resultado está en función de losvsiguientes principios termodinámicos:
“La energía no se crea ni se destruye; sólo se transforma”. De este modo, la cantidad de energía inicial es
igual a la final, aunque la energía utilizable o útil es menor.
“La energía se degrada continuamente hacia una forma de energía de menor calidad (energía térmica)”. O
sea, ninguna transformación se realiza con un 100% de rendimiento, porque siempre se producen pérdidas
de energía térmica no recuperable. La eficiencia de un sistema energético es la relación entre la energía
obtenida y la que se suministró al sistema al comienzo del proceso. Su valor será menor que 1
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iii. De carácter ambiental: el menor impacto sobre el medio
ambiente; o sea, minimizar las externalidades negativas de
la explotación
b. La elección del uso más eficiente de esa energía en función:
i. De los aspectos tecnológicos, económicos y ambientales
ii. De la capacidad de recuperar o renovar la fuente de energía
iii. De la competencia con otros usos productivos o sociales:
proceso productivo, transporte, necesidades básicas
humanas.
Según la metodología de la OLADE existe una definición de:
(a) Energía Útil: la que más suele utilizarse es la energía de
que dispone el consumidor luego de su última conversión.
Existen otros procesos que tienen lugar entre la última
conversión y la energía útil disponible, que aunque no
implican cambios del estado físico, generan pérdidas. Con
posterioridad a la última conversión, se obtiene:
(b) La energía útil producida (energía intermedia): que es la
que aún no es totalmente aprovechable para la producción
de un bien o la necesaria para cubrir una necesidad
(brindar un servicio), debido a que el empleo de esa energía
intermedia está sujeta a la eficiencia de otros procesos y de
la mayor o menor eficiencia del sistema de utilización
disponible.
(c) La energía útil disponible (EUD): es aquella que se
encuentra disponible luego del sistema de uso para la
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producción de un bien o la necesaria para la satisfacción
de una necesidad.
(d) La energía final (EF): es aquella que se pone a disposición
del consumidor. La fuente energética debe sufrir una
transformación para conseguir la forma de energía apta
para el uso que requiere el consumidor. Los usos finales de
la energía suelen emplearse en la realización de un trabajo,
en la obtención de calor o para obtener determinados
procesos físicos o químicos.
En la metodología utilizada por la Secretaría de Energía de la
República Argentina, utilizada para sus Balances Energéticos
Nacionales (BEN), considera:
i) Energía utilizada: ya sea como uso propio del sector energético o
en los distintos sectores socioeconómicos, tanto para uso
energético como no energético.
ii) Consumo: Es la energía utilizada por el sector energético para su
funcionamiento en las etapas de producción, transformación,
transporte, distribución y almacenamiento.
iii) Consumo final: Se incluyen todos los flujos energéticos
agrupados según los sectores socioeconómicos en que son
consumidos, tanto para uso energético como no energético.
iv) Consumo final energético: Se refiere a la cantidad total de
productos primarios y secundarios utilizados por todos los
sectores de consumo para la satisfacción de sus necesidades
energéticas. EI Balance incluye los siguientes sectores:
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Residencial, Comercial y Público, Transporte, Agropecuario e
Industrial.
v) Consumo final no energético: Está definido por los
consumidores que emplean fuentes energéticas como materia
prima para la fabricación de bienes no energéticos. El Balance se
refiere al sector Petroquímico y Otros (Por ejemplo asfaltos,
solventes etc.)
Luego de estas clasificaciones se hacen aperturas definidas en
función de donde se aplican los consumos finales o clasificación
sectorial de los consumos, que es prácticamente coincidente en
cualquiera de las metodologías de elaboración de los Balances
Energéticos.
c. Sector residencial: El consumo final de este sector es el
correspondiente a los hogares urbanos y rurales del país.
d. Sector comercial y público: Abarca el consumo de todas las
actividades comerciales y de servicio de carácter privado, los
consumos energéticos del gobierno a todo nivel (nacional,
provincial, municipal), instituciones y empresas de servicio
público.
e. Sector transporte: Incluye los consumos de energía de todos los
servicios de transporte dentro del territorio nacional, sean
públicos o privados, para los distintos medios y modos de
transporte de pasajeros y carga (carretero, ferrocarril, aéreo y
fluvial-marítimo). El consumo de combustible para el transporte
internacional, se lo contabiliza como bunker, por lo que no se lo
incluye en este sector de consumo.
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f. Sector agropecuario: Comprende los consumos de combustibles
relacionados con toda la actividad agrícola y pecuaria.
g. Sector industrial: Comprende los consumos energéticos de toda
la actividad industrial ya sea extractiva o manufacturera
(pequeña, mediana y gran industria), y para todos los usos
excepto el transporte de mercaderías que queda incluido en el
sector transporte. Incluye los consumos energéticos del sector
construcción.
B. – INTRODUCCION SOBRE LAS PERSPECTIVAS (
DIFERENTES VISIONES) DE LA ECONOMIA DE LA
ENERGIA
1. La naturaleza conceptual de la economía de la energía
La economía, como ciencia social, concluye más por analogía que
por exactitud. Esto último no implica que no podamos intentar el cálculo o
que no podamos representar una determinada conclusión a través del
planteo matemático para definir un modelo teórico del funcionamiento de
la economía.
Pero, siempre con la óptica, simultánea, de su aplicabilidad en el
contexto real en el que este modelo se debería reflejar. Caso contrario
podríamos caer en el “síndrome de la realidad patológica¨” que consiste
en creer que si el modelo no se refleja en la realidad es ésta última la que
funciona mal y no el modelo que no la explica suficientemente.
Cuando nos referimos a la economía de la energía, debemos
comprender que nos estamos refiriendo a una materia que tiene más de
empírica que de teórica.
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Podremos formular modelos teóricos de comportamiento de la
demanda o de la oferta o de la estructura de costos o genéricamente
considerarla como un bien o un servicio que tiene un mercado. Pero
cuando quisiéramos referirnos a su funcionamiento en la realidad,
veríamos que existen otras visiones más integradoras.”
2) La energía no es necesariamente un “commodity”
Es común expresarse a la energía como una “commodity”, más aún
cuando nos referimos a algunas de sus fuentes como el petróleo o el gas, y
esta expresión nos conduciría a creer que son:
bienes masivos primarios,
homogéneos, fungibles o indiferenciados
de intercambio internacional,
y que, por lo tanto, bastaría con dejar funcionar el mercado
para que se alcanzase el equilibrio adecuado entre la oferta y
la demanda.
Sin embargo, aunque algunos de estos bienes o servicios tienen esas
características de “commodities”, la realidad nos indica que existen otros
factores, tan o más poderosos, que actúan, racionalmente, en la
determinación del volumen, características, oportunidad y accesibilidad de
esos bienes o servicios que no tienen mucho que ver con el funcionamiento
autónomo de un mercado.
Tampoco la referencia a una “economía de mercado” nos tiene que
hacer pensar que el mismo es perfecto y que cumple con todos los
requisitos que la teoría asigna a los mercados de competencia perfecta.
Más aún, tanto en la producción como en la comercialización de los bienes
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y servicios de la energía las imperfecciones de los mercados son la regla y
no la excepción.
No podremos comparar vis a vis el comportamiento de la producción
y comercialización del trigo, “commodity “por excelencia, con la del
petróleo o con la del servicio de electricidad. La racionalidad de las
decisiones de producir, vender o comprar o consumir difieren y las señales
de los precios, aunque importantes, no son las únicas.
3) El acceso universal a la energía como un derecho humano
Existen corrientes sociales que asimilan el “acceso universal a la
energía como un derecho humano” esencial en su inclusión social al
bienestar del individuo, así como se manifiesta para la alimentación, la
salud o la educación.
En las Metas de la Cumbre Mundial sobre los objetivos de desarrollo
del Milenio, el tema energético tiene gran importancia y se relacionan
muchas de esas metas para erradicar la pobreza con indicadores de
desarrollo y provisión de energía eléctrica. 3
Este último concepto nos indica que existirían otras fuerzas sociales
o políticas actuando sobre el acceso del individuo a la energía, como
instrumento necesario para su bienestar, que no se resolverían
automáticamente por el funcionamiento del mercado.
3 La Cumbre de la ONU - 20 a 22 de septiembre de 2010 - sobre los objetivos de desarrollo del Milenio
concluyó con la adopción de un plan de acción mundial para alcanzar los ocho objetivos de lucha contra la
pobreza para su fecha límite de 2015 y el anuncio de los principales nuevos compromisos para la salud de las
mujeres y los niños y otras iniciativas contra la pobreza, el hambre y la enfermedad
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4) La provisión de energía por la lógica del mercado o por el
concepto de servicio público
Consideremos el caso de una población de economía de subsistencia
ubicada en un área de frontera. Si no existiera rentabilidad para
proveerlos de transporte, comunicación o energía, podríamos responder
que la economía de mercado funciona correctamente pero lo que funciona
mal es esa radicación poblacional. En este caso nos plantearíamos que o
subsisten sin acceso a los servicios esenciales o se erradican de ese lugar y
emigran a otro donde la economía de mercado les posibilite el acceso a los
servicios.
Otra respuesta podría ser, que alguien, p.e. el Estado, concurre de
alguna manera a darles los servicios incumpliendo la racionalidad del
cálculo económico desde óptica del beneficio empresarial y que considere
esta prestación en con el concepto de “servicio público”.
Esto implicará todo un desarrollo jurídico, económico y financiero
que encuadre con reglas propias, normalmente fuera del cálculo del
mercado, para definir la oferta y los precios, en este caso tarifas, de los
servicios públicos.
5) Los gobiernos toman en consideración el concepto de
seguridad energética
Puede ocurrir, y de hecho ocurre, que un gobierno de un país para
poder sostener su soberanía política en su territorio, requiera de una
independencia en la provisión de las fuentes de energía o de la provisión
de la energía misma para el funcionamiento de su economía y el bienestar
de su población. A esto se lo denomina “seguridad energética”.
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No es casualidad que cuando asumió George Bush la presidencia de
EEUU, una de las primeras estrategias de gobierno, desarrollada por su
vice – presidente Cheney, fue el programa de seguridad energética para su
país que, entre otros aspectos, marcó notoriamente su política exterior y
de intervención en Medio Oriente.
Cuando asumió Obama, también su vice – presidente, se abocó
prioritariamente al desarrollo de un programa energético y su relación con
el cambio climático y las innovaciones tecnológicas para la “nueva
economía”. O sea, el desarrollo de las nuevas fuentes de energía y su
impacto sobre la estructura de la producción y del consumo podría
transformarse en el motor del cambio económico de EEUU luego de la
crisis financiera. Un cambio de paradigma del nuevo orden económico
internacional.
6) El nuevo paradigma internacional: la energía sustentable
Entramos de esta forma, en otro de los matices estratégicos del
tema, el de la “energía sustentable”; o sea, la influencia de la explotación
de sus fuentes como la de su transformación, transporte, distribución y
consumo sobre el medio ambiente y sobre el cambio climático mundial.
Cada vez más, el mundo incursiona en los aspectos del control de
los impactos ambientales y su relación tanto de la calidad de vida como del
desarrollo sustentable. Esto lo podríamos ver con un mayor grado de
detalle si se analizara la política de la Unión Europea al respecto.
El Protocolo de Kyoto sobre el cambio climático, es un acuerdo
internacional dentro del marco de las Naciones Unidas como resultado de
la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático
(CMNUCC), suscrita en 1992 en Río de Janeiro. Tiene por objetivo reducir
las emisiones de seis gases que causan el deterioro de la capa de ozono
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que es uno de los factores del calentamiento global, a saber: dióxido de
carbono (CO2), gas metano (CH4) y óxido nitroso (N2O), además de tres
gases industriales fluorados.
Del análisis del impacto ambiental en la explotación de energía
primaria y su transformación en secundaria, así como el uso de gran parte
de esa energía secundaria se producen la mayoría de esos gases
consideraros como contaminantes’
Las diferentes fuentes y los diferentes métodos de transformación y
uso de la energía tienen impactos disímiles sobre la emisión de gases
contaminantes, aunque generalmente su medición y comparación se
circunscribe a la emisión de dióxido de carbono (CO2).
7) Las diferentes perspectivas u ópticas de la economía de
la energía
En conclusión, hay diferentes ópticas o perspectivas desde las cuales
se puede analizar la economía de la energía:
1. Como un commodity y sus implicancias en la economía de
mercado
a. Estructura de la producción y del consumo – Análisis
microeconómico de costos – precios – ingresos y sus
elasticidades
b. Formación de la oferta, demanda y precios en mercados
perfectos e imperfectos - Mecanismos de equilibrios
parciales y totales.
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2. La energía como bien público o sujeto al derecho social y los
alcances de conceptos como:
a. Bien público
b. Derecho de acceso universal a la energía
c. Externalidades
3. La energía como servicio público, considerando:
a. Principios económicos del servicio público
b. Modelos de gestión pública, privada y mixta.
c. Mecanismos de regulación y de determinación de tarifas.
4. La seguridad energética y sus implicancias en:
a. El desarrollo e independencia económica de las naciones
b. Los impactos sobre la balanza de pagos.
c. Las estrategias de defensa nacional.
C - ECONOMÍA APLICADA, POLÍTICA ECONÓMICA Y LA
ECONOMÍA DE LA ENERGÍA
1) La economía de la energía es parte de la economía
aplicada
La economía aplicada es la parte de la ciencia económica que utiliza
los conocimientos teóricos de ésta para examinar problemas prácticos y
buscar soluciones a los mismos. Pero no se limita a la extensión teórica
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aplicable a un sector en particular – p.,e. el sector petrolero, o el
energético, etc - sino también a los desarrollos de política económica que
son aplicados en general a sector en particular.
Por ello, la economía aplicada no solamente toma en cuenta los
mecanismos de decisión empresaria y las condiciones generales de oferta,
demanda y formación de precios sino que también se desenvuelve en el
plano de las políticas y finanzas públicas, de la formación del capital y del
financiamiento, del desarrollo tecnológico, del marco jurídico, de las
relaciones económicas internacionales y del marco general de los negocios.
Los conceptos de magnitudes de las empresas y de los mercados así
como los determinantes del poder dominante sobre los mercados son
materia de estudio; tampoco están ajenos ni la dimensión espacial –
localización e interrelación entre áreas geográficas - ni la temporal – ciclos
de productos, madurez de las inversiones, organización histórica – así
como los aspectos institucionales que rigen la economía en general y las
aplicables al sector en particular.
El estudio de la economía aplicada normalmente distingue diferentes
sectores que pueden ser analizados en forma aislada de otros aunque
muchos de los principios y conceptos sean comunes.
La economía aplicada estudia cómo se podrían extender los
fundamentos de la teoría económica al funcionamiento tanto de las
empresas que conforman el sector como el funcionamiento del conjunto de
empresas. Pero, también significa un análisis estructural de los elementos
que componen y especifican al sector en cuestión.
La economía aplicada requiere, entonces de una subdivisión del
conjunto de la actividad económica en partes con cierto grado de
homogeneidad en los productos o servicios prestados, a los efectos de
sacar conclusiones válidas para la política económica.
24
Estas divisiones se realizan considerando diferentes criterios
simplificadores contemplando:
El tipo de producto o servicio que se brinda y el tipo de
proceso productivo que tenga lugar:
o Primario: productos directamente de la naturaleza, entre
ellos la minería y la extracción de algunas fuentes
primarias de la energía (petróleo, gas, carbón ,etc).
o Secundario: el que transforma materias primas en
productos semi-elaborados y finales elaborados; entre
los cuales está el sector energético, fundamentalmente
en la generación de energía secundaria (p.e. destilación
del petróleo en combustibles utilizables en el transporte)
y en el aprovechamiento petroquímico del petróleo y gas.
o Terciario: produce servicios en lugar de bienes, tales
como los transportes (principal consumidor de la energía
secundaria) , las comunicaciones, la electricidad
(principal consumidor de la energía primaria) y la
provisión – transporte y distribución- de gas a las
usinas eléctricas, a las industrias y a los hogares.
El ámbito al cual este producto o servicio concurre (local,
regional, nacional e internacional).
La organización que lo produce o brinda o también el origen de
la propiedad (privada, estatal y cooperativa o economía social)
Como puede verse, el sector energía es un sector estratégico que
tiene importancia no sólo en forma directa en la economía primaria,
secundaria y terciaria, sino también en su calidad de prestador o
25
suministrador de bienes y servicios para motorizar las otras actividades
primarias, secundarias y terciarias.
La visualización más precisa de esas relaciones quedan sintetizadas
en el balance energético o matriz energética, constituyéndose en el
instrumental técnico y estadístico para auxiliar las decisiones de políticas
de gobierno. El análisis de la matriz energética combina la naturaleza
técnica y científica del comportamiento de las fuentes y usos de la energía
con los efectos sobre la producción, el bienestar social y el impacto
ambiental.
La elaboración de balances energéticos es el paso inicial e
imprescindible para identificar y clasificar las energías utilizadas,
cuantificar el valor energético o calórico y finalmente, homogeneizar a
través de alguna unidad calorífica o energética común.
Pero la descripción estática o rutinaria de las estadísticas sobre las
matrices energéticas debe acompañarse de otros instrumentos analíticos –
básicamente definidos como indicadores o ratios de comportamiento
energético – que permitan establecer algunos diagnósticos: eficiencia y
sustentabilidad energética, grado de dependencia o seguridad energética
presente y futura; impactos sobre el medio ambiente y otros.
Cambiar la matriz energética requiere enormes inversiones y tiempo,
por lo que es prioritario identificar cual es la condición esencial para
lograrlo.
2) Análisis estructural de la economía y la economía de la
energía
26
Una estructura es un conjunto de partes interrelacionadas entre sí
en el que los cambios en cada una de ellas producen modificaciones en las
restantes.
El análisis estructural, por lo tanto, implica un estudio de los
cambios en la economía originados en las modificaciones de los
parámetros que quedaron como fijos en el desarrollo de los modelos
teóricos. El concepto de “ceteris paribus” – manteniendo todo el resto
constante o igual – no existe en el análisis estructural, porque lo que
realmente le interesa es cómo se relacionan las diferentes partes y cómo
estas relaciones se transforman y modifican el conjunto
En vez en los análisis coyunturales, que tienen por objeto el estudio
de situaciones concretas en un período específico de tiempo, lo cambiante
no necesariamente deberá modificar la estructura; aunque en algún
momento podrían establecer nuevas relaciones entre las diferentes partes
afectados por los efectos de esas situaciones concretas.
Este análisis estructural implica diversas categorías tales como:
1) Descripciones cuantitativas:
a) Contabilidad Social: la estimación de la riqueza y el ingreso y
producto nacional; las Cuentas Nacionales y el análisis Input -
Output o matriz insumo - producto
b) Estadísticas: algunos indicadores y ratios estructurales, que
conectan —entre sí dos o más variables y que, por tanto,
permiten apreciar el grado de intensidad de una relación. Los
ratios y coeficientes más usuales son los demográficos y los de los
grandes sectores de la actividad económica: agricultura,
industria, minería, comercio, sector exterior y sector público.
27
c) Econométricas: modelos empíricos de interrelaciones entre
variables y entre sectores que intentan explicar correlaciones con
los resultados obtenidos de la observación empírica.
2) Relaciones cualitativas
a) Sociológicas: las relaciones de la sociedad en su conjunto y entre
los factores de poder y de conducción social. Básicamente entra
en el ámbito de discusión de lo “meso económico” - las economías
de las corporaciones empresariales, sindicales, multinacionales,
etc - y sus implicancias en lo micro y macroeconómico.
b) Históricas: En toda estructura económica coexisten elementos del
pasado con vigencia en el presente, elementos nuevos originados
en el presente y pródromos o elementos presentes que serán
relevantes o manifestados en el futuro.4
P.e. las fuentes de energía tradicionales – carbón, petróleo y gas
– se organizaron según el descubrimiento y posesión de los
yacimientos en el pasado. En el presente existen regulaciones y
competencia de otras fuentes que crearon sus propias
organizaciones, pero coexistiendo. Los actuales desarrollos de
fuentes alternativas – p.e base hidrógeno o solar – posiblemente
generarán otro tipo de organizaciones para su producción,
comercialización y uso en el futuro.5
4 Según André Marchal – Estructura y Sistemas Económicos - La organización económica y social es el
resultado de una sucesión de estructuras que están dejando de existir, otras que están en su apogeo y otras
que se insinúan como las que predominaran en el futuro ( “pródromos”). Por lo tanto, una política económica
se encontrará con un campo de aplicación con diferentes grados de aceptación o de aptitud para su
aplicación en la realidad económica de una empresa, de un sector o de una región económica.
5 "Las revoluciones económicas verdaderamente importantes .. se producen cuando una nueva tecnología de
comunicación se funde con un régimen energético emergente para crear un paradigma económico completamente
nuevo. La introducción de la imprenta en el siglo XV, .. se combinó con la tecnología del carbón y el vapor dio origen a la
revolución industrial. .. . el hidrógeno y las nuevas tecnologías de generación distribuida por medio de pilas, fusionado
28
c) Geográficas: la ubicación geográfica en relación con los centros de
producción y consumo y los nudos de transporte, las condiciones
climáticas y la naturaleza de los recursos naturales son factores
que afectan la competitividad.
3) Marcos institucionales
a) Régimen jurídico y contractual: la sociedad capitalista se ha
estructurado sobre la base del contrato consensuado, la
propiedad y la iniciativa privada y el libre ejercicio del comercio y
la profesión. La economía socialista de planificación centralizada,
lo ha hecho sobre el contrato público, la propiedad colectiva y el
plan central. Entre estos extremos existen otras variantes desde
la economía social – cooperativismo, mutualismo, etc – hasta
economía de mercado con intervención estatal en los mercados.
Toda relación económica estará enmarcada en el funcionamiento
del orden jurídico que rija en particular.
b) Régimen políticos y organización del Estado: la organización
política – pe. unitaria o federal - puede implicar diferente
institucionalidad económica, en especial en lo fiscal.
c) Culturales: Los hábitos, usos y costumbres suelen tener una
implicancia muy fuerte ante los cambios tecnológicos u
organizacionales. La revolución del transporte automotor, a los
mediados del siglo XX, ha consolidado una cultura del automóvil
que difícilmente pueda ser erradicada solamente con el aumento
del costo de los combustibles. La difusión de energías alternativas
con la revolución informática y las telecomunicaciones, pueden crear una era económicamente nueva. Estamos
entonces, a la vuelta de pocos años, frente a la posibilidad de convertir la red eléctrica en una red interactiva de miles o
millones de pequeños proveedores y usuarios. (Jeremy Rifkin La economía del hidrógeno)
29
no sólo implicaría una revolución tecnológica sino también una
cultural.
Según Ramón Tamanes, en su libro Fundamentos de estructura
económica, Alianza Editorial, 3ª ed., Madrid 1978: “Entre los distintos
elementos que integran la realidad económica, existen unas relaciones de
interdependencia, que en muchos casos pueden ser traducidas en
coeficientes técnicos sectoriales o en tensiones sociales. Estas relaciones se
formalizan en instituciones que se complementan unas a otras. El marco
institucional cambia a medida que se transforma la estructura económica y
define el sistema dentro del cual se desarrolla ésta.”.
Y luego continúa expresando que lo que se denomina Estructura
Económica es la rama del Análisis Económico "que tiene por objeto
describir e interpretar rigurosamente la realidad económica con el propósito
de obtener conclusiones válidas para operar sobre esa realidad" (p. 55).
Para este intento, según Tamanes, la Estructura Económica debe
apreciar cinco dimensiones:
1. Material: medir el valor de los bienes y servicios producidos por la
actividad económica.
2. Espacial: contabilidad social regional, ciclos regionales y análisis de
localización
3. Tecnológica: relación entre el desarrollo económico y el progreso de
la tecnología
4. Temporal: se puede considerar el tiempo bajo tres enfoques: como
un medio del que el hombre dispone de modo limitado, como uno de
los requisitos del proceso de crecimiento y como el soporte para
medir la evolución de las variables económicas
30
5. Social: es preciso tener en cuenta las relaciones de producción y
cambio entre grupos sociales y entre naciones
Tamanes clasifica las fuentes del análisis estructural de la siguiente
manera:
Directas (Investigación)
— Institucionales: historia, fuentes jurídicas, sociológicas.
— Propiamente estructurales: estadística, observación directa
(entrevistas y encuestas), experimentación.
Elaboradas (Información)
— tratados, manuales, monografías, informes, prensa económica.
6. La necesidad de utilizar diferentes perspectivas
La perspectiva es el arte de dibujar volúmenes (objetos
tridimensionales) en un plano (superficie bidimensional) para recrear la
profundidad y la posición relativa de los objetos. En un dibujo, la
perspectiva simula la profundidad y los efectos de reducción dimensional y
distorsión angular, tal como los apreciamos a simple vista.
Por analogía, también se llama perspectiva al conjunto de
circunstancias que rodean al observador, y que influyen en su percepción
o en su juicio; de ahí que se diga: "ver las cosas con determinada
perspectiva".
31
La existencia de una materia específica sobre la economía y la
política económica de la energía se explica por la necesidad de distinguir:
Las características propias que tiene la producción, transporte
y comercialización de la energía;
La interrelación con fuentes alternativas de generación;
La utilización por el aparato productivo y sus efectos sobre la
competitividad de las empresas, en el mediano plazo, y sobre
el desarrollo en el largo plazo
La contribución a una mejor la calidad de vida de la sociedad,
tanto en su dimensión de acceso al servicio como de su
impacto ambiental.
La función estratégica de la energía en el proceso de
globalización
Como se ha visto, podríamos decir que la economía de la energía es
un capítulo de la economía teórica; pero también forma parte de la política
de seguridad de las naciones , entre otras visiones, como es evidente en las
diferentes “políticas de estado” de los diferentes gobiernos del mundo que
tienen como objeto específico la seguridad energética.
También, podríamos analizar esta materia como un caso específico
de la economía aplicada.
La perspectiva de la economía de mercado
Si el análisis de la economía de la energía la hiciéramos con la
perspectiva excluyente del mercado, podríamos alejarnos de una política
energética necesaria para el desarrollo económico y social sostenible en el
tiempo, porque podríamos dejar de lado temas como la seguridad
32
energética, la competitividad empresaria, la inclusión social que son
capítulos de una concepción estratégica de la Energía.
En tal caso, ante recursos naturales escasos y no renovables bajo un
enfoque de mercado se sostendría que la escasez haría subir los precios de
estos “commodities” ajustando la demanda a la baja y creando incentivos
para la incorporación de cambios tecnológicos que reemplacen a los
mismos. Con esta óptica no existiría la necesidad de definir reservas
estratégicas. 6
Sin embargo, el cambio estructural de la economía no sucede de una
manera instantánea y continua, pudiéndose producir en el trayecto que los
economistas denominamos “dinámica” del cambio situaciones de
desequilibrio que impidan el cambio estructural o el mismo bajo la
hipótesis de crisis económicas y conflictos sociales en el corto y mediano
plazo.
Jeremy Rifkin - La economía del hidrógeno. La creación de la red
energética mundial y la redistribución del poder en la tierra. Barcelona:
Editorial Paidós, 2002 - nos llama la atención sobre este tema :
"Calentamos nuestras casas y oficinas con combustibles fósiles,
mantenemos nuestras fábricas y nuestros sistemas de transporte con
combustibles fósiles, iluminamos nuestras ciudades y nos comunicamos a
distancia con electricidad generada a partir de combustibles fósiles,
construimos nuestros edificios con materiales hechos con combustibles
fósiles, tratamos nuestras enfermedades con medicamentos derivados de
6 Robert Solow, nobel de la Economía, manifestó en su oportunidad: En efecto el mundo puede arreglársela sin los
recursos naturales, de modo que el agotamiento es sólo un acontecimiento más y no una catástrofe. En el mismo
sentido. Milton Friedman, también premio Nobel y padre de la liberal Escuela de Chicago, sostuvo en un reportaje, poco
después de la segunda crisis petrolera de 1980: "Supongamos que el petróleo escaseara: el precio subiría y la gente
comenzaría a usar otras fuentes de energía. En un sistema adecuado de precios, el mercado puede hacerse cargo del
problema".Sigue Robert Solow “el agotamiento de los recursos dejará a las generaciones futuras en mejor situación que
la nuestra si una porción suficientemente grande de tales recursos se transforma en capital, en lugar de que se consuma
como ahora ocurre”
33
combustibles fósiles, almacenamos nuestros excedentes en contenedores de
plástico y embalajes hechos de combustibles fósiles y manufacturamos
nuestras ropas y aparatos domésticos con la ayuda de nuestros productos
petroquímicos. Prácticamente todos los aspectos de nuestra vida moderna
extraen su energía de los combustibles fósiles, derivan materialmente de
ellos o reciben su influencia de algún otro modo" (Pág. 85).
La competitividad de las empresas para competir con el resto del
mundo depende de muchos factores pero la existencia de un
autoabastecimiento de recursos fósiles – petróleo, gas, carbón – con
formación de precios aislados del resto del mundo – p.e. el precio de los
combustibles en los países petroleros - más una política regulada de
transformación en otro tipo de energía y/o el desarrollo de energías
alternativas – p.e. Brasil y el etanol proveniente de la caña de azúcar – son
elementos que podrían hacer más competitivas las industrias locales en su
inserción internacional.
La perspectiva ideológica de la energía
Un análisis exclusivamente político que remarcara la energía en su
concepto estratégico de seguridad nacional o en su concepción de acceso
irrestricto y universal de la población (derecho a la energía), no
considerando la racionalidad del cálculo micro y macro económico, podría
tener efectos distorsivos sobre el sistema de decisiones de producción, de
consumo y de inversión.
Las políticas gubernamentales para evitar el aumento del precio de
los combustibles debilitan las señales de mercado que conducirían al
consumidor a bajar su consumo o a seleccionar opciones más económicas.
A su vez, se perderían incentivos para el desarrollo y difusión de las
fuentes alternativas de energía, porque las compañías no pueden capturar
ahorros de la productividad de una energía más eficiente.
34
En la Argentina de los 70´s la política tarifaria y fiscal entre el precio
al consumidor de las naftas y del gas oil fue errática; privilegiando, a
veces, el consumo de las naftas – basado en el concepto de un efecto
menor en las importaciones de gas oil – y otras privilegiando el gas oil –
con el argumento de no encarecer el costo del transporte interno de carga
y de pasajeros – pero descuidando la estructura técnica de la destilación
del petróleo en sus diferentes combustibles derivados ( naftas livianas,
naftas intermedias, gas oil, fuel oil, aceite y otros derivados más pesados).
O sea, una distorsión de los precios relativos.
Por ello, en algún momento de la década del noventa se importaba
gas oil y se exportaba naftas porque la destilación nacional era insuficiente
para cubrir el consumo local de gas oil y era superavitario para cubrir el
consumo nacional de naftas.
Más adelante se explicará el proceso de cracking – destilación del
petróleo en sus derivados – y la estructura de producción y consumo de los
combustibles en la Argentina.
Los precios en boca de pozo de la explotación de petróleo inducen no
solamente a su estimación de reservas comprobadas (y económicamente
operables) sino también en las decisiones de exploraciones. A menor precio
presente y de expectativas de precios futuros, las empresas no sólo
invierten menos en exploración y explotación, sino que además disponen
de menos reservas explotables. Esto se ampliará cuando se desarrolle el
capitulo de la rentabilidad petrolera.
La síntesis de perspectiva
La síntesis debería considerar:
(1) O, las restricciones técnicas de una estrategia política
35
(2) O, los condicionamientos estratégicos a una resolución de
mercado
Lo primero - las restricciones técnicas de una estrategia política -
implicaría que si existiera la decisión política estratégica de privilegiar los
precios internos más baratos de la energía – disociándolos del alza de los
precios internacionales con, p.e., retenciones a la exportación de petróleo
crudo – para obtener una ventaja competitiva en la industria nacional, no
podríamos eximirnos de los siguientes cálculos económicos:
Efectos de la distorsión de los precios relativos sobre la
producción y el consumo y la adopción de medidas correctivas
y/u orientativas.
Efectos sobre los ingresos de las empresas productoras de energía
en el corto y mediano plazo y su relación con su estructura
normal de costos.
Impacto o costo fiscal de las medidas correctivas – subsidios,
compensaciones, recaudación tributaria neta, etc – y asignación
de los sectores contribuyentes.
Efectos sobre las decisiones de inversión a largo plazo y sobre su
impacto en la seguridad energética. Asignación de
responsabilidad – pública y privada – para resolver eventuales
crisis y fuentes de financiamiento.
De no resolverse estos aspectos, podría ocurrir que el objetivo
original – aumentar la competitividad de la industria nacional vía precios
36
abaratados de la energía – se pierda a través del ajuste de cantidades, o
sea restricciones cuantitativas al abastecimiento.
Lo segundo - los condicionamientos estratégicos a una resolución
de mercado – implicaría que el comportamiento de la oferta y la demanda
de energía debería analizarse también bajo la óptica de la estrategia de
desarrollo económico y social sostenible o sustentable.
Por ejemplo, la Argentina no es un país ni gasífero ni petrolero sino
que es un país con petróleo y con gas. La desregulación de los mercados
de combustibles de la década del noventa desarrolló no sólo un mercado
de exportación importante – a pesar de la potencial disminución de
reservas locales – sino que generó una matriz energética altamente
dependiente del gas que entra en crisis cuando las empresas productoras
acusan reservas probadas cada vez menores a partir del 2004.
D – EL CONCEPTO ECONOMICO DE SERVICIOS PUBLICOS
Si recurrimos a la historia del desarrollo de los medios de transporte
o de comunicaciones veremos que a lo largo de la misma se fueron
manifestando diferentes sistemas de organización en la prestación de esos
servicios, pero casi desde sus inicios el Estado ha tenido algún tipo de
participación.
La comunicación es poder, y por lo tanto, los soberanos eran los que
disponían del servicio de correo.
La revolución del transporte que significó el sistema ferroviario que
concentró e integró en una misma organización la vía y el móvil fue un
factor de desarrollo de nuevas regiones y productos que se trasladaban
más fácilmente.
37
El desarrollo del alumbrado público en las grandes ciudades
significó que se considerara que su accesibilidad debía ser ajena al precio
que se pudiera obtener del mismo. Luego la teoría económica los definiría
como “bienes públicos”.
La disposición universal al agua y por ende a la regulación sobre su
posibilidad de embalse y efectos aguas abajo, desarrolló modelos jurídicos
para preservar los derechos de todos los individuos con restricciones a la
propiedad privada del embalse.
Visto desde la óptica de los mercados, normalmente estos servicios
se han desarrollado en monopolios naturales porque las economías de
escala o la necesidad de integración vertical o las magnitudes del
financiamiento de grandes obras de infraestructura u otras características
de concentración a partir de la tecnología disponible (p.e. bi –unicidad
entre ferro vía y el tren – han inducido a la conformación de mercados de
competencia imperfecta)
E – LA ENERGIA Y LA ECONOMIA DE MERCADO
1) Gestión pública y privada
La potencial interrupción de energía en sus variadas formas tendría
un impacto negativo sobre la producción y el bienestar de una sociedad,
por ello siempre ha sido – en la gestión pública y en la de índole privada -
objetivo de la política de los Estados, la garantía del abastecimiento de la
demanda en el corto y largo plazo.
En la economía moderna, esta preocupación se manifiesta en las
medidas para Garantizar el suministro eléctrico
38
Parte de esta garantía se refleja en sobredimensiones de las
inversiones y de la estructura operativa de las prestadoras de servicios -
sean públicas o privadas -, dimensionadas para resolver demandas picos y
extraordinarias, así como evitar cortes programados o interrupciones
eventuales.
Otras medidas, especialmente cuando las prestadoras eran
empresas privadas, fueron de carácter regulatorio y estuvieron vinculadas
a premios y castigos a las empresas privadas prestatarias para conducirlas
a una seguridad de abastecimiento adecuada al nivel de actividad
económica del país y a la cobertura de electricidad a la sociedad.
En el largo plazo, el abastecimiento de la demanda impone como
condición, la existencia de una capacidad de generación, de transporte y
distribución (transmisión) capaz de atender confiablemente la demanda
futura del sistema bajo un nivel de confiabilidad pretendido como eficaz.
Lograr el objetivo de largo plazo implica decisiones de inversión, y
esta última está fuertemente vinculada al flujo de fondos presentes –
financiamiento de obras y de incorporaciones tecnológicas y organizativas
–y al flujo de fondos futuros que asegure el repago de las inversiones
realizadas. En otros términos, de los futuros ingresos que son la
combinación de la mayor demanda futura y de los precios del servicio o
tarifas.
En la gestión pública, que caracterizó la oferta de energía hasta los
90’s, era el Estado el que asumía la planificación determinando las
proyecciones de demanda, obteniendo los recursos financieros, encarando
las obras y estableciendo las tarifas de corto plazo, habitualmente con
criterios de política económica de coyuntura.
En las reformas de los 90’s, se trató de modificar este esquema,
orientándose hacia la institucionalización de mercados energéticos que se
39
suponían que alcanzarían a definir por sí sólo, en forma descentralizada en
empresas privadas puestas en competencia, esas decisiones de
abastecimiento confiable de corto y de largo plazo. Esto incluía que esas
señales de mercado serían suficientes para definir las inversiones
necesarias en cantidad, tipo y localización.
Sin embargo, existen fallas de mercado, que la regulación no llega a
resolver aún prohibiendo integraciones horizontales y verticales.
Por ejemplo, en electricidad no pueden compensarse las variaciones
circunstanciales de oferta y demanda con variaciones de los inventarios,
por lo ya comentado sobre la imposibilidad del almacenamiento de la
energía (o, al menos lograrlo en forma económica y eficiente).
Los requerimientos de garantía del abastecimiento del servicio
imponen Gravámenes, Obligaciones y Limitaciones o restricciones (GOL) a
las empresas prestadoras que no siempre pueden estar reflejadas o en los
costos o en las tarifas aplicadas para compensarlos 7
La garantía de provisión confiable es más difícil en sistemas
eléctricos con un fuerte componente hidráulico como energía primaria y
los efectos de ocasionales sequías o de embalses agua insuficientes.
Cuando se analizan las soluciones para resolver estas situaciones en
las cuales el mercado por sí solo no resuelve, entre otras que las
7 VER: Ecos de Economía No. 18. Medellín, abril 2004 - Garantía de Suministro en Generación en
Colombia- La esencia de este esquema es alinear los intereses del agente que toma decisiones de inversión,
con los intereses de la eficiencia económica global, dado que en un entorno competitivo, las empresas
toman la decisión de invertir solo cuando tiene sentido económico, eliminando los intereses políticos que
suelen darse en la planificación centralizada. Esta descentralización, hoy en día es factible por razones de
índole económicas y tecnológicas, dado que el desarrollo de nuevas tecnologías de generación (turbinas a
gas) han disminuido significativamente las cantidades a invertir y los tiempos de construcción de los
proyectos. Se puede afirmar que el desarrollo tecnológico ha logrado reducir las economías de escala en la
industria de generación eléctrica. Sin embargo, la introducción de la competencia trae consigo un problema
de incertidumbre fundamental: ¿cómo será la remuneración del generador?
40
regulaciones prevé, podemos destacar la posibilidad de la integración física
con otros países de la región.
En conclusión, hay que diferenciar:
Por un lado, la naturaleza propia de la economía de la energía
y sus características de servicio público y la posibilidad del
mercado como orientador o la necesidad de la regulación del
Estado
Y, por el otro, si la prestación se realiza por la gestión de
empresas privadas o por la gestión del propio Estado
Para una mejor ejemplificación podríamos considerar la generación
hidroeléctrica, que según la publicación citada anteriormente tiene como
particularidad que: La existencia de mercados eléctricos con una
componente hidráulica importante dependen de un recurso que no es
provisto por el mercado (recurso hídrico), y a diferencia de otros insumos, el
agua no tiene una función de oferta determinada6. Otra característica
importante, es que los procesos de inversión para instalar nueva capacidad
de generación son de larga maduración. La incertidumbre asociada a la
provisión del recurso hídrico conduce a una elevada volatilidad del precio de
mercado que se refleja en ingresos inciertos para el generador.8
Luego de los 90’s los países de la región, siguiendo las experiencias
en los países desarrollados, entraron en cambios institucionales y jurídicos
para permitir la creación de funcionamientos de la producción, transporte
y distribución de la energía que se asemejasen a comportamientos de
mercados competitivos.
8 Ecos de Economía No. 18. Medellín, abril 2004 - Garantía de Suministro en Generación en Colombia-
41
En ese sentido, se trataron de crear, a través de procesos de
privatización, desintegración vertical y horizontal y de marcos regulatorios,
crear condiciones de competencia en los diferentes tramos de la
producción o generación de energía, de transporte y de distribución.
Los objetivos, según el informe del BID 2001, fueron: “Al hilo de las
reformas de los sectores energéticos, una nueva dinámica apareció en los
procesos de integración. En los países donde las reformas se encuentran en
estadios más avanzados – Chile, Argentina, Bolivia, Brasil – los agentes
privados reemplazaron a los gobiernos, pasando a convertirse en
importantes actores en los sectores energéticos. De forma tal que el sector
privado ocupa una posición privilegiada a la hora, tanto de evaluar las
ventajas relativas entre los países, como aprovechar las oportunidades de
comercializar los intercambios de energía al por mayor entre los respectivos
mercados. Los beneficios asociados a la comercialización de la energía
están en relación con la posibilidad, por parte del comercializador, de
“arbitrar”(comprar en un mercado para vender en otro, jugando con la
diferencia de precios); para lo cual se plantea la necesidad de eliminar las
barreras regulatorias entre los países , con objeto de atraer inversión de
interconexión, especialmente entre los mercados donde las diferencias de
precios marginales no son tan notables” 9
Sin embargo, las sucesivas crisis macro - económicas en la región, la
volatilidad de los precios internacionales del petróleo – con su consecuente
impacto económico -, la crisis financiera internacional más reciente y
9 BANCO INTERAMERICANO DE INTEGRACION – DEPARTAMENTO REGIONAL DE INTEGRACION – DIVISIÓN DE
FINANZAS E INFRAESTRUCTURA BASICA – DEPARTAMENTO DEL SECTOR PRIVADOS - INTEGRACION
ENERGETICA EN EL MERCOSUR AMPLIADO - BID- WASHINGTON – 2001
Según el autor del Informe: No se requeriría una completa homogeneidad regulatoria, sino únicamente
ciertas coincidencia mínimas, así como regulaciones comunes para los intercambios internacionales
42
otros factores técnicos – p.e. la situación de las reservas de petróleo y gas –
o políticos han desnudado algunas falencias del proceso reformador de los
90’s y pareciera necesario establecer el marco jurídico y económico para
un desarrollo sostenible tanto de las inversiones como de la prestación de
los servicios de la energía tanto en cada uno de los países como en el
conjunto de los países de la región.
Todas las dificultades planteadas en los puntos anteriores, afectan
los procesos de inversión del sector y dejan la duda sobre la eficacia del
mecanismo de mercado como único instrumento para remunerar la
capacidad existente y atraer oportunamente la inversión requerida en
términos de confiabilidad. En consecuencia, el cumplimiento de ciertos
objetivos de política energética, como la garantía de suministro de largo
plazo y la diversificación de las fuentes de generación, no parecen factibles
a través del mercado.
D- LA POLÍTICA DE SEGURIDAD ENERGÉTICA
La Organización Estados Americanos (OEA) a través de la Secretaría
Ejecutiva para el Desarrollo Integral, , expresa 10:
“En la Primera Cumbre de las Américas —celebrada en Miami en 1994—los
Jefes de Estado reconocieron que el acceso a la energía sostenible es
indispensable para el desarrollo social y económico, y se estableció la
Alianza para el Uso Sostenible de la Energía. En Cumbres posteriores se
mantuvo la focalización en la energía como tema vital en la consecución de
un crecimiento económico sólido y de la sostenibilidad ambiental. Además,
en el Trigésimo Séptimo Período Ordinario de la Asamblea General de la
OEA, celebrado en Ciudad de Panamá en 2007, los Estados miembros
10 Seguridad Energética para el Desarrollo Sostenible en las Américas – 2009
43
reconocieron inequívocamente como meta esencial la necesidad de generar y
fortalecer mercados regionales para el uso de una energía más limpia y
renovable”. Y continúa expresando que: “Los numerosos obstáculos que
enfrentan las Américas en el sector energético se ven exacerbados por la
crisis financiera mundial—la energía sostenible del hemisferio plantea un
desafío cada vez más difícil. La crisis afecta a los mercados energéticos a
todos los niveles y puede percibirse como una amenaza para la seguridad
energética de la región”.
Finalmente reconoce que:
“Aunque los países del hemisferio poseen una singular capacidad de
producción de energía y de modalidades de consumo, existen una serie de
obstáculos comunes como los siguientes: Acceso a servicios energéticos
modernos; Vínculo entre la energía y el cambio climático; Fiabilidad del
suministro de energía; Variabilidad de los precios de la energía” (Nota: El
subrayado es nuestro, no es del texto original)
Según Emilio Figueroa, cuando analiza el comportamiento de los
mercados de petróleo 11 :
“El siglo XXI no va a ser otro siglo del Petróleo. Todo indica que el
camino hacia la decadencia del Petróleo es irreversible, aunque no
tanto por el agotamiento de las reservas sino como por la falta de
sincronía entre países productores y consumidores, en un marco
ambiental restrictivo”.
La energía es una demanda derivada que ha surgido siempre de la
necesidad de satisfacer otras carencias– Calor; Transporte; Luz; Potencia
(fuerza) de máquinas para producir; Potencia de equipos de confort – por lo
11 El comportamiento económico del mercado del petróleo – Emilio Figueroa – Ed. Díaz de Santos – España –
2006
44
que su tendencia no puede estar alejada de lo que esperamos de la
organización productiva y social del futuro.
Hasta momentos recientes, crisis del petróleo mediante, el estudio de
la energía estaba débilmente vinculado al campo del análisis económico;
pero la escasez y la vulnerabilidad del abastecimiento de petróleo a las
naciones han dado lugar al concepto político de seguridad energética.
Existen tres grandes grupos de países:
1. Básicamente productores internacionales de petróleo porque
son exportadores casi plenos: aquellos con gran capacidad de
producción – generalmente con costos de extracción más bajos y las
mayores reservas comprobadas y económicamente rentables – pero
con demanda interna relativamente insignificante. Estos países
tienen una actividad petróleo dependiente y con escaso nivel de otra
actividad económica – industrial o agropecuaria – y bajo o nulo
desarrollo tecnológico y cuya capacidad de financiamiento surge
sustancialmente de la posibilidad de apropiación de la renta
petrolera.
2. Básicamente demandantes internacionales sin producción de
petróleo ni gas - o en magnitudes muy escasas en relación a sus
necesidades – con una matriz energética con fuerte predominancia
del uso del petróleo, de sus derivados y del gas. Estos países
pueden a su vez sub-dividirse en función de su grado de desarrollo
relativo, teniendo entre los principales consumidores internacionales
los países más desarrollados, industrializados y con un grado de
avance tecnológico fuerte. En el otro extremo, podrían ubicarse
países con muy bajo nivel de vida, altos niveles de pobreza y
estructuras productivas primarias con una matriz de productos
sustitutos menos eficientes como la leña.
45
3. Un tercer grupo de países que tienen un balance energético o
levemente importador neto o levemente exportador neto, con
disponibilidad de reservas y producción que tiende al
autoabastecimiento a mediano plazo. Suelen intervenir en el
mercado internacional tanto como vendedores como compradores
según el tipo de combustible o de sus derivados. También pueden
clasificarse según su grado de desarrollo entre los más
industrializados hasta los de menor grado de desarrollo.
Mientras mayor es la complejidad del entramado económico y social,
los impactos políticos de los cambios sobre el mismo son mayores: por
ende, la volatilidad de los precios internacionales del petróleo – y sus
efectos sobre sus derivados o sustitutos – y las incertidumbres en su
abastecimiento por conflictos internacionales no generan rápida ni de la
misma magnitud en la baja del consumo.
La sustitución del petróleo y sus derivados tanto en la estructura de
la producción como del transporte requiere de cambios tecnológicos
costosos y de lenta maduración en el tiempo. El desabastecimiento o el
encarecimiento del petróleo y de sus derivados y del gas y de sus efectos
sobre la energía secundaria pueden generar una baja en el nivel de vida de
la sociedad que puede transformarse en un conflicto social de magnitud.
A continuación, extraeremos algunos párrafos del documento
“Seguridad energética - La nueva escasez, el resurgimiento del
nacionalismo y el futuro de los enfoques multilaterales - 12 :
(Nota: el subrayado es nuestro, no es del texto original)
“El tema de la seguridad energética se mantuvo durante casi dos
décadas fuera de la agenda política. Sin embargo, esto se modificó desde
12 Dietmar Dirmoser - de la Serie Kompass 2020, Friedrich-Ebert-Stiftung, agosto de 2007
46
que la suba de precios de los últimos años puso de relieve la escasez y el
desabastecimiento, y las interrupciones en el suministro volvieron a formar
parte del terreno de lo posible. En vista de esta situación, muchos países
apuestan a desarrollar estrategias nacionales de seguridad. Se ha desatado
una carrera para obtener acceso a los hidrocarburos que podría degenerar
fácilmente en una «nueva Guerra Fría» por la energía, o bien en «guerras
calientes» por los recursos energéticos.
La mayoría de los países del mundo se ve obligada a importar
energía. El desarrollo futuro estará determinado esencialmente por el
probable desplazamiento de los lugares de producción: la importancia en el
abastecimiento mundial de las regiones de la «elipse estratégica» crece
debido a que la producción de los países de la Organización para la
Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) está disminuyendo. Para el
año 2020, la mitad de la producción de hidrocarburos provendrá de países
que actualmente se consideran zonas de alto riesgo. Por lo tanto, la
seguridad energética dependerá entre otras cosas de que las tensiones, las
crisis y los conflictos internacionales no perjudiquen el flujo de recursos e
inversiones”.
“Las repercusiones de la situación del sistema internacional sobre la
seguridad energética de países y regiones no pueden evitarse ni mediante
un mix diversificado de fuentes de energía ni tampoco mediante un
incremento del uso de energías renovables o un aumento de la eficiencia
energética. Porque aun si existiese en la actualidad la decisión política de
reducir de manera drástica el consumo de energías fósiles, habría de todos
modos un período de transición durante el cual no podría garantizarse la
seguridad energética sin que mediara un abastecimiento suficiente de
hidrocarburos provenientes de las regiones de riesgo. Por lo tanto, ningún
país consumidor de energía podrá arreglárselas en un futuro próximo sin
una estrategia de seguridad energética en su política exterior”.
47
“Esa estrategia puede orientarse hacia un nacionalismo de recursos y
centrarse en una diplomacia bilateral o coordinada de aprovisionamiento
energético, pero también puede llegar a incluir el uso de herramientas de
presión. Una serie de países se ha decidido por esta opción y, si este
enfoque llegara a dominar, es probable que los Estados fuertes terminen por
imponer sus intereses a costa de los más débiles”.
“Pero la estrategia también puede basarse en un enfoque multilateral,
cuya meta sea configurar el sistema internacional de energía de tal manera
que resulte ventajoso, en la misma medida, para los países exportadores,
los grandes consumidores, los países emergentes y los países en vías de
desarrollo”.
“Sin embargo, en este punto hay que tener en cuenta dos hechos
recientes. Por un lado, las relaciones de fuerzas entre los actores principales
del sistema energético internacional han cambiado. En la actualidad,
quienes tienen el mayor peso no son ya las compañías energéticas
occidentales que cotizan en bolsa; el control de la producción y las reservas
está en cambio en manos de las compañías energéticas nacionales de los
países productores, que a su vez son controladas por los gobiernos y
mantienen a distancia a las compañías occidentales. Por otro lado, los
países miembros de la OCDE fracasaron en el intento de imponer un marco
regulatorio del sistema energético internacional de corte liberal, más
ventajoso para los países industrializados.”
“Para evitar que el mundo se desintegre en bloques y grupos de
Estados en constante disputa entre sí, será necesario desarrollar un enfoque
de negociaciones para crear una estructura de gobernanza que resulte
aceptable tanto para los países productores como para los consumidores. Se
analizarán las diferencias entre un mundo orientado hacia el nacionalismo
de recursos y un mundo cuyo sistema energético funciona sobre la base de
48
regulaciones y mecanismos de compensación multilaterales en dos
escenarios”.
La nueva geopolítica de la seguridad energética
Una vez que cesaron las repercusiones del shock provocado por las crisis
energéticas de 1973 y 1979-1980, el tema de la seguridad energética
desapareció de la agenda política durante casi dos décadas. La tarea de
asegurar el abastecimiento energético se dejó en manos de los consorcios
privados, que con absoluta confiabilidad ponían a disposición cantidades
suficientes de energía allí donde se la necesitaba. No había
desabastecimiento, era impensable que se produjeran interrupciones en el
suministro y los precios eran bajos”.
“Cuando el precio del barril de petróleo (y el del gas natural, atado a
aquel) comenzó a subir otra vez, tras haber caído hasta alcanzar el piso
histórico de U$S 9,50 en el año 1998, nadie se intranquilizó, al menos al
principio. Pero el precio siguió aumentando hasta casi triplicarse en el año
2000, y en varios países de la UE hubo protestas masivas por los aumentos
en el precio del combustible”.
Fue entonces, bajo la influencia de titulares que incluían cada vez con
mayor frecuencia advertencias funestas y avisos de futuras catástrofes,
cuando finalmente se impuso la certeza de que asegurar el abastecimiento
energético se convertiría en uno de los desafíos cruciales de la política del
nuevo siglo, y que ese desafío se mantendría en el largo plazo.
“A esto se suma que cada vez se cuestiona más el hecho de que el
sistema energético internacional se guíe según los principios de la economía
de mercado. En los sectores energéticos de algunos importantes países
exportadores, las intervenciones del Estado son cada vez más frecuentes,
hasta el punto de producirse renacionalizaciones y, en algunos casos
aislados, estatizaciones. Y en el caso de los países compradores más
49
importantes, avanza la politización de las relaciones energéticas, y en
algunos casos incluso su militarización. El nuevo unilateralismo y el
intervencionismo creciente por parte del Estado desataron una costosa
carrera por obtener acceso a los yacimientos de hidrocarburos y pusieron en
marcha un riesgoso «juego» para redefinir el mapa energético mundial”.
“Es evidente que muchos países apuestan a «ejercer influencia»
económica, política, diplomática e incluso militar directa sobre las regiones
ricas en recursos... o sea, a planes geopolíticos y cálculos geoestratégicos.
Los esfuerzos cooperativos, ya sea dentro del marco europeo, ya sea para
crear estructuras de gobernanza multilaterales que apunten a un
abastecimiento energético seguro para todos, no son considerados enfoques
prioritarios. En muchos casos, al momento de configurar las relaciones
energéticas se observa un triste regreso de los enfoques neorrealistas que
apuntan a ampliar la influencia y a construir posiciones de poder. Según
estas concepciones, la cooperación sólo debe buscarse si permite sacar
ventajas”.
“Sin embargo, estas tendencias unilaterales en materia de política
energética exterior tienen su contrapartida en la necesidad de proteger el
clima. Existe un consenso político cada vez mayor en cuanto a que el
calentamiento global es un problema acuciante para la comunidad
internacional , y a partir de este consenso surge el compromiso no sólo de
reformar los sistemas energéticos nacionales, sino también el de procurar
una mayor cooperación internacional en materia energética. De acuerdo con
los escenarios presentados por los especialistas, aunque los combustibles
fósiles seguirán siendo imprescindibles durante varias décadas, es
imposible proteger el clima sin reducir claramente el consumo de este tipo de
energía y desarrollar fuentes alternativas. Si bien corresponde a cada uno
de los sistemas nacionales en forma individual la tarea de redireccionar el
sistema energético y reducir el impacto de los gases de invernadero en la
atmósfera (incrementando la eficiencia energética, diversificando los
50
recursos energéticos utilizados, ampliando el uso de energías renovables y
reduciendo el impacto ambiental de las energías fósiles por medio de
innovaciones técnicas), todas las medidas tendientes a la protección del
clima que se tomen en el plano nacional serán inútiles si no se apunta a
obtener resultados acumulativos por medio de una amplia cooperación y
coordinación internacionales”.
«Lo interno y lo externo van juntos», remarcan Wolfgang Sachs y
Hermann Ott. «Una política exterior efectiva ya no puede seguir agotándose
en la defensa de los intereses nacionales: hoy, el interés nacional abarca, a
través de una variedad de mecanismos de retroalimentación y de cascada,
el bienestar de todos los seres humanos de este planeta».
“Todas las concepciones en materia de política energética –ya sea el
Libro Verde de la Comisión de la UE de marzo de 2006, el plan energético
del gobierno de Estados Unidos de 2001 o los documentos oficiales de de
Alemania y Japón– abarcan tres dimensiones: la económica, la ecológica y
la de política de seguridad”.
“En Japón, estas dimensiones están representadas por las tres E:
energy security, environmental protection y economic efficiency. La fórmula
que constituye la meta de Alemania es prácticamente idéntica: la política
energética debe apuntar a la seguridad en el abastecimiento, a la reducción
del impacto ambiental y a la eficiencia económica”.
“Las tres dimensiones mantienen una relación de influencia recíproca,
y cada una de ellas excede la mera problemática energética.
“Por ejemplo, la protección del clima bien puede repercutir en la
seguridad energética de los países si lleva a reducir el consumo de recursos
energéticos fósiles, pero no conduce automáticamente a la seguridad
energética, y menos aún en el corto y el mediano plazos”.
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“El aumento de la eficiencia energética (cuando se trata de una «fuente
energética propia») puede sin duda contribuir también al abastecimiento
energético, pero tampoco genera automáticamente seguridad energética, ni
en el corto ni en el mediano plazos. Incluso si en la actualidad se tomara la
decisión política de redireccionar el sistema energético para reducir de
manera drástica el consumo de los recursos energéticos fósiles –algo que no
es previsible–, durante un período de transición que abarcaría varias
décadas persistiría una problemática de seguridad energética generada a
partir de las relaciones, las tensiones y los problemas entre el grupo
reducido de los países productores de energías fósiles y diversos grupos de
países consumidores”.
“En el corto plazo, la seguridad energética reside en lidiar con las
fases de desabastecimiento”.
“En el mediano plazo, lo importante es configurar las reglas y la
estructura de gobernanza del sistema energético internacional, además de
trabajar en la solución de los conflictos de alcance más profundo”.
“En el largo plazo, la seguridad energética dependerá también de la
manera en que se encare el problema del cambio climático, de las medidas
preventivas que se tomen frente al riesgo más o menos cercano de
agotamiento de las reservas de hidrocarburos, y también de los progresos
en materia de reestructuración tecnológica del sistema energético”.
Por eso, a continuación se establecerá la definición pragmática de
seguridad energética proporcionada por el Informe Clingendael, que sólo
incluye la perspectiva de corto y mediano plazos”.
“De acuerdo con la definición de este estudio de base llevado a cabo
por el Instituto de Relaciones Internacionales Clingendael en La Haya (CIEP)
para la UE (DGTREN), lo que debe entenderse por seguridad energética es la
minimización del riesgo de crisis energéticas por medios políticos”.
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“En este contexto, las crisis energéticas son alteraciones constantes
del equilibrio entre la oferta y la demanda, que provocan saltos de precios y
repercuten en forma desfavorable en las economías afectadas. La política de
seguridad energética apunta a impedir que se produzcan
desabastecimientos energéticos o incluso interrupciones en el suministro”.
Como puede advertirse de este abstract del documento de Dieter
Dirmoser, el tema de la seguridad energética ha tomado una importancia
internacional porque afecta tanto a los países productores como a los
consumidores, en muchos casos pertenecientes a ámbitos geoestratégicos
antagónicos, afecta tanto el presente como el futuro y con dificultades en
la crítica transición entre la tecnología actual y la aplicación de las nuevas
tecnologías futuras.
Por otra parte, los efectos del cambio climático no respeta fronteras
políticas que sólo definen jurisdiccionales nacionales pero que no son
óbice para la transmisión de los cambios climáticos - sequías, huracanes,
inundaciones, deshielos, migraciones de fauna autóctona, etc – que
además parte de una fuerte asimetría de desarrollo entre los países ya
industrializados y los que tratan de acceder a la industrialización tardía,
como China.
En el documento de Pedro Maldonado – Desarrollo energético
sustentable: un desafío pendiente – Instituto de Asuntos Públicos –
Universidad de Chile – 2006 - se definen algunos elementos que debería
contemplar la Seguridad Energética:
Abastecimiento seguro, oportuno, de calidad y costo razonable.
Acceso con equidad: que no existan insuficiencias en cantidad y
condiciones de uso por razones geográficas o económicas de la
población.
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Sustentabilidad ambiental: uso eficiente de la energía;
diversificación de fuentes convencionales y no convencionales de
recursos renovables; sustitución de fuentes.
Reducción de la dependencia energética.
Participación democrática y ciudadana: en las localizaciones de
proyectos; en las tecnologías a utilizar; en el control de la
concentración de la propiedad en los medios energéticos.