Ctera

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CTERA Una lucha político educativa

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CTERA

Una lucha político educativa

1945-1955: los docentes se reconocían dentro de las clases medias enfrentadas con el gobierno de Perón. Las asociaciones docentes con dirigentes socialistas, radicales y comunistas fueron declaradas ilegales y muchos de sus dirigentes fueron cesanteados. Se crean a nivel nacional la Agremiación del Docente Argentino (1950) y la Unión de Docentes Argentinos (1953) de orientación peronista.

Un poco de historia

1956: se inician múltiples acciones de agitación por la creación del “Estatuto Docente”. También una lucha por el aumento de salarios frente a la política de ajuste de “la Libertadora” (Plan Prebisch).

1957: Paro de 37 días en Santa Fe. 1958: Paro en Buenos Aires, que dura casi un mes.

Sus reclamos fueron: sanción del estatuto del docente y equiparación salarial entre docentes provinciales y nacionales.

12/09/1958: se sanciona el Estatuto del Docente (Ley 14.473), durante el gobierno de Arturo Frondizi.

La primera conquista política nacional: El Estatuto del Docente

Durante el gobierno de Frondizi el debate se sintetizó en las movilizaciones por la “laica” o la “libre”. Los agrupamientos sindicales se vieron obligados a discutir y asumir públicamente posiciones político-pedagógicas. La Federación de Asociaciones Gremiales de Educadores (FAGE), aglutinaba docentes de orientación católica y se pronuncia en apoyo de la Educación Libre. La CAMYP – Confederación Argentina de Maestros y Profesores, asociación a la que pertenecía Alfredo Bravo y mayoritaria – se movilizó a favor de la laica.

Lo sectorial unifica, lo político-educativo diferencia

1960: Se intentó aglutinar nacionalmente por primera vez entidades docentes – FAGE, CAMYP, CCID y UNE – en lo que fue el Comité Unificador Docente de Acción Gremial (CUDAG).

Sus objetivos fueron: el aumento salarial de acuerdo con el índice del costo de vida y las jubilaciones.

La CCID era la Coordinadora Inter-sindical Docente, cuyos sindicatos más conocidos eran la UMP y AMSAD de Capital.

La UNE era la Unión Nacional de Educadores, cuya principal organización era la UEPC de Córdoba.

1970: Se realiza en Tucumán el Congreso Educativo. Encuentro que sirvió de “pantalla” para juntar las agrupaciones sindicales docentes en una época donde los sindicatos estaban proscriptos. Esta actividad fue motorizada por organizaciones docentes de perfil marcadamente sindical como ATEP – Tucumán –, UEPC – Córdoba – y SUTE – Mendoza –.

Para algunos fue un momento donde la convocatoria pedagógica estaba en función del objetivo sindical: el proceso de unificación que termina con la creación de CTERA.

Para otros fue un encuentro donde pudieron expresarse acuerdos en defensa de la educación pública entre organizaciones sindicales, asociaciones profesionales y hasta algunas agrupaciones estudiantiles y del movimiento de cooperadoras de padres.

El encuentro de Huerta Grande – Córdoba –, entre los días 30 de julio y 4 de agosto de 1973 fue el ámbito de definición política del proceso de unidad gremial.

Allí se sentaron las bases del Estatuto que habría de regir la vida de la nueva Federación y la Declaración de Principios sobre la cual se sellaba la unidad de los trabajadores de la educación en lo que luego sería CTERA.

Los 70: la unidad articula concepciones político-educativas

En Huerta Grande converge el AND – Acuerdo de Nucleamientos Docentes – con un posicionamiento más aséptico y la CUTE – Central Unificadora de Trabajadores de la Educación –, agrupamiento en el que se referenciaban organizaciones docentes vinculadas al sindicalismo combativo de los setenta.

El 11 de Septiembre de 1973 se realiza el Congreso Unificador que da como nacimiento a CTERA.

Su primer comunicado de prensa es el repudio al golpe de estado chileno, solidarizándose con el pueblo hermano y reivindicando al Presidente Salvador Allende.

“La Declaración de Principios allí aprobada demostró que el docente

comprende que sus reivindicaciones trasciende a lo específicamente

profesional al tener una responsabilidad esencial en la aplicación de la política educativa. Pero tal responsabilidad no puede reducirse a aplicar una política determinada, sino que debe ser factor fundamental en la propia elaboración del proyecto educativo nacional...”

Recuperada la democracia, CTERA se posiciona frente al gobierno de Raúl Alfonsín más desde una lógica política y sindical que desde la discusión educativa.

1986: CTERA convoca al seminario “Propuesta de la docencia organizada para el Congreso Pedagógico Nacional”. Se definen tres líneas básicas:

La democratización de la escuela. La construcción social del curriculum. El docente como trabajador intelectual.

Participación sindical en las políticas educativas de los ochenta

El 14/03/1988 comenzaba el paro por tiempo indeterminado que fue impulsado por CTERA y concitó la adhesión masiva de docentes sindicalizados y no sindicalizados.

Es un hito en la historia de las luchas contemporáneas de los/as argentinos/as.

Fue el corolario de una huelga de 42 días por: “una paritaria docente”, “salario unificado nacional” y “una nueva Ley de Educación”.

La Marcha Blanca: Defensa de la escuela pública y unidad del sistema

En 1989 comienza la aplicación de políticas neoliberales en educación, poniendo en riesgo a la sociedad, al sistema de educación pública y a los/as maestros/as argentinos/as.

Entre 1991 y 1992 se libra la batalla en torno a la discusión de la Ley Federal de Educación. Docentes, padres y alumnos de los centros de estudiantes ocuparon masivamente las calles en distintas ciudades del país. Nos oponíamos a una ley claramente privatista en tanto otorgaba explícitamente un rol subsidiario al Estado en el financiamiento.

Los noventa: CTERA articula la resistencia a las reformas educativas neoliberales

Va creciendo en los sindicatos docentes la convicción respecto de la necesidad de articular la acción gremial y la político-educativa, estrategia que requiere de ámbitos de producción de conocimientos específicos. Así se aprueba en el Congreso Ordinario de 1993 la creación de la Escuela de Formación Política, Sindical y Pedagógica y unos años más tarde el Instituto de Investigaciones.

Resistencia y producción pedagógica

Entre 1993 y 1996 los conflictos gremiales se multiplicaron y diversificaron.

Se avanzó en las reducciones y ajustes presupuestarios, las rebajas salariales, la precarización de los puestos de trabajo y un proceso improvisado de reconversión laboral librada al mercado.

En abril de 1997 se logró la nacionalización del conflicto educativo a partir de la instalación de una carpa, con maestros que ayunaban frente al Congreso Nacional para reclamar una ley de financiamiento educativo: la “Carpa Blanca”.

La carpa blanca – 1997 – 1999

Tras 1003 días de ayuno y con la solidaridad de la comunidad en su conjunto, el 30/11/1999 se aprueba dentro del Presupuesto Nacional 600 millones destinados al Fondo de Incentivo Docente.

El Congreso Extraordinario de CTERA del 27 de diciembre de 1999 decide levantar la Carpa Blanca.

La Carpa fue caja de resonancia y contención de las luchas cotidianas de

los trabajadores: desde el drama personal de un compañero hasta los

que se expresan a través de los conflictos sindicales. Y es a través de estos gestos que la Carpa Blanca se transforma en Carpa de la Dignidad.

Dentro de “la Carpa” se concentraron todas las luchas de resistencia contra

las políticas neoliberales y allí se construyeron las bases para la futura Ley de Financiamiento y la nueva ley

de Educación Nacional.

Avances de la etapa

La lucha de CTERA hizo posible

Ley de Financiamiento Educativo. Incremento de la inversión hasta llegar al 6% del PBI. Creación del Fondo Compensador de Desigualdades Salariales.

Derogación de la Ley Federal de Educación. Sanción de la Ley Nº 26.206 – Ley de Educación Nacional: “La educación es un derecho social y el Estado su garante”.

Paritaria Nacional Docente. Recomposición y blanqueo salarial.

Actualización y movilidad salarial de los/as jubilados/as docentes nacionales.

Titularización de más de 100.000 compañeros/as en todo el país.

Acuerdo Marco sobre condiciones de seguridad e higiene en las escuelas.

Hacia una Nueva Ley de Financiamiento Educativo que garantice el cumplimiento de la Ley de Educación.

Por una nueva Ley de Educación Superior que derogue la ley del menemismo.

Por un salario docente que permita vivir con un solo cargo.

Por un puesto de trabajo que contemple las horas de clase y las horas para el resto de tareas pedagógicas.

Por la formación permanente, universal y gratuita garantizada por el Estado.

Vamos por más

Por un movimiento pedagógico

latinoamericano que acompañe los procesos

emancipatorios de nuestros pueblos