Gramsci Antonio Cuadernos de La Cárcel Tomo I Cuadernos I y II
Cuadernos de la MujerNº 48
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ARTÍCULO sobre inteligencia organizacional
ORGANIZACIONES FELIZMENTE
INTELIGENTES
La inteligencia organizativa surge de las relaciones sociales entre
individuos. Según José Antonio Marina, una empresa inteligente consigue
que un grupo de personas, tal vez no extraordinarias, alcancen resultados
extraordinarios, gracias al modelo en que colaboran. Las organizaciones
inteligentes son aquellas que aprenden, innovan y se reinventan
constantemente.
Mercedes Mengíbar, consejera delegada y
directora gerente de Xanit Hospital Internacional,
durante su intervención en la II Semana
Internacional de la Mujer, organizada por
MADRID WOMAN´S WEEK
2
“Los directivos influyen
notablemente en el
grado de felicidad de las
personas en el trabajo,
pero la responsabilidad
definitiva es de cada
uno”
Las empresas inteligentes crean riqueza
económica, social y medioambiental y no
únicamente para los accionistas sino para
todo su círculo de relaciones, creando un
entorno adecuado para crecer y hacer
crecer con ella a sus empleados, a sus
colaboradores, a sus clientes y a la
sociedad en general, para ello deben de
crear una cultura abierta al cambio, a la
creatividad, a las personas y desarrollar dinámicas
positivas para sacar lo mejor de ellas.
Los objetivos de la empresa inteligente deberían de ser: el éxito sostenido
en el mercado y la felicidad de sus empleados.
Hoy más que nunca, las empresas comienzan a comprender que otro de sus
desafíos en su gestión de personas, es hacer de su organización una
empresa feliz, donde quieran trabajar y desarrollarse sus colaboradores.
Según varios estudios, el atraer y retener personas felices permite a las
empresas contar con personas más productivas, comprometidas y por ende,
las empresas llegarían a ser más exitosas, más innovadoras y más
rentables, disminuyendo así también los niveles de estrés, ausentismo y
rotación laboral.
Las principales ventajas de las empresas que se preocupan de la felicidad
de sus empleados son mayor productividad, mayor creatividad, mayores
niveles de satisfacción del cliente y por todas estas razones, un mejor
balance en la cuenta de resultados.
Ante la pregunta de quién es responsable de la felicidad de los empleados,
podemos afirmar que cada persona es responsable de su felicidad en el
trabajo, porque ser feliz es un sentimiento, es subjetivo (únicamente tú
sabes qué necesitas para sentirte feliz cuando trabajas) y es una elección.
Sin duda, los directivos influyen notablemente en el grado de felicidad de
las personas en el trabajo, pero la responsabilidad definitiva es de cada
uno. Los directivos deben crear un ambiente donde, dando ejemplos ellos,
la interacción con los demás, y con el trabajo realizado estimulen a las
personas a elegir ser felices, donde se favoreciera el ser positivos, el
3
“El 50% de nuestra
felicidad se lo debemos a
la genética, el 10% a las
circunstancias personales
y el 40% restante
depende de cómo lo
trabaje cada uno”
“El futuro es del
humanismo empresarial,
es decir, de la gestión
humanista y ética, que
no es otra cosa que
lograr sacar lo mejor de
cada persona”
aprender, el ser abiertos, el participar, el buscar
el sentido al trabajo, el apasionarse…
Actualmente, una de las corrientes que
existen son los happyshifters que son
personas que no se resignan a pasar 8 horas
diarias en un empleo que no les aporta nada
y que deciden transformar sus empresas y el
mercado laboral. El objetivo es ser feliz, a
pesar de los pesares, trabajando. Así, no es
extraño que cada vez más escuelas de negocios se
preocupen de un intangible como la felicidad, y de su conexión con la
economía real.
Según Sonja Lyubomirsky, creadora de una ‘Escala de felicidad’ propia
afirma que el 50% de nuestra felicidad se lo debemos a la genética, el 10%
a las circunstancias personales y el 40% restante depende de cómo lo
trabaje cada uno. La felicidad no es un destino, sino un camino que
tenemos que trabajarlo nosotros mismos.
Existen una serie de elementos para asegurar un buen índice de felicidad
dentro de las empresas, entre los que podemos destacar los siguientes:
cuánto disfruta los trabajadores de su trabajo, si el trabajador siente que su
aportación es importante, si el trabajo es consecuente con las fortalezas del
trabajador, si el trabajador se siente apoyado por sus compañeros, si se
siente apoyado por la empresa y por su jefe, si la empresa fomenta la
formación, si los objetivos de la empresa armoniza con los objetivos
personales del trabajador y si los valores de la empresa
armoniza con los valores personales del trabajador.
Estamos en un punto de no retorno. Soy una
firme convencida de que el futuro es del
humanismo empresarial, es decir la gestión
humanista y ética, que no es otra cosa que
lograr sacar lo mejor de cada persona, lograr
una sinergia entre las personas de la empresa
para que se cree un cambio en toda la empresa
que convierta a ésta en un espacio de crecimiento
4
“El humanismo
empresarial debería
de asumir los rasgos
del liderazgo
femenino, que no es
exclusivo de las
mujeres”
personal y profesional, donde el camino y no la
meta es el punto de encuentro entre los intereses
personales y organizacionales.
En estos momentos tan convulsos que estamos
viviendo para afrontar la crisis económica y de
valores, necesitamos un cambio de modelo y en
este cambio la mujer tiene mucho que aportar. La
mujer aplica sus habilidades en las relaciones
interpersonales y motivacionales para transformar el
interés individualista por un interés colectivo, por lo tanto puede ayudar a
implantar una visión de la empresa verdaderamente humanista.
En definitiva, el humanismo empresarial debería de asumir los rasgos del
liderazgo femenino, que no es exclusivo de las mujeres. Estos rasgos o
talento femenino del que hablo lo llevamos dentro tanto hombres como
mujeres y no es otra cosa que un conjunto de cualidades que una mujer
desarrolla más fácilmente que un hombre, como la preocupación por los
otros, la flexibilidad y una mayor intuición en la toma de decisiones.
El nuevo liderazgo empresarial pasa por un liderazgo emocional porque las
empresas están formadas por personas y éstas tienen emociones que hay
que gestionar. Por este motivo hay que potenciar la empatía, el
humanismo, el optimismo y la superación.