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PP. Reparadores - Tel. 916 751 536Preimpresión: Francisco Antón

SUMARIO

❚ En el principio, el amor MIGUEL GONZÁLEZ RODRÍGUEZ, C.P.

❚ San José, elogio de la sencillez y de la vida escondida en Dios MIGUEL GONZÁLEZ RODRÍGUEZ, C.P.

❚ Santa Gema y la Pandemia 2020 M.G.

❚ Mirada contemplativa al Señor en su Pasión JOSÉ LUIS QUINTERO SÁNCHEZ, C.P.

❚ El cubo verde JUAN CARLOS PRIETO TORRES

❚ Familia y vida JULIA MERODIO A.

❚ Desde la otra orilla GREGORIO SANTOS ZAYAS

❚ La Palabra del Papa Francisco❚ Pasionistas en el mundo❚ Alegrémonos juntos RAFAEL SÁNCHEZ A., C.P.

❚ Escuela de S. Pablo de la Cruz SOR CATI DE LA SS. TRINIDAD, C.P.

❚ Orar y actuar “desde el periódico de cada día” MIGUEL G.

❚ Orar para ser FERNANDO HOLGADO RETES

❚ Raúl Zurita, un poeta siempre al lado de los pobres❚ ¿Adónde vamos? PABLO G. MACHO, C.P.

❚ Encuentros al caminar PEPE FERNÁNDEZ DEL CACHO

❚ Día del Seminario❚ Rincón familiar “Santa Gema”❚ ¡Apúntate! ALBERTO BUSTO

❚ Libros Gema❚ Boletín de suscripción


Revista Pasionario | 39

En el principio, el amor

En el día de la mujer trabajadora8 de marzo

El primer libro de la Biblia,el Génesis, narra de ma-

nera preciosa y precisa,cómo empezó la vida, y lavida humana, en el Orbe.Dice así: “Al principio detodo, Drios creó al hombre,a su imagen. A imagen deDios lo creó. Hombre y mu-jer los creó...” Y añade eltexto bíblico: “El Señor Dioscreó una mujer, y se la pre-sentó al hombre, el cual lareconoció, y dijo: “esto síque es hueso de mis huesosy carne de mi carne”.

Es dable reparar y con-templar aquí el primer relatoacerca de esa gran maravillade Dios que es la mujer.Ella, al igual que el hombre,es fruto de una opción y de un actocreador de Dios, de quien recibió tambiénuna misión muy concreta: la misión deser compañera, de ser madre, y detrabajar y cuidar, con el hombre, el jardínde la Creación. A partir de ese primermomento, la mujer es siempre digna deadmiración, de respeto y de agradeci-miento, y cualquier violencia contra lamujer, un crimen incomprensible.

Dicen muchos que ese relato bíblicoes un mito, “una novela” que diríamoshoy. Está bien, el relato, el ropaje, es unmito, pero el contenido nuclear es reali-dad, es historia pura, la “historia máshermosa jamás contada”. La realidadestá ahí. El primer hombre y la primeramujer, ahí están. ¿Cómo? ¿Cuándo? ¿Por-qué? La respuesta, en el relato bíblico yatrascrito.

Quien tenga una res-puesta o un relato mejor,que nos lo ofrezca. Serádifícil.

En la Biblia serían innu-merables los nombres y re-latos de mujeres que hanintervenido, por querer deDios, en una u otra forma,en la Historia de la Salva-ción. A destacar, claro está,y en primerísimo lugar, elnombre y los dichos y he-chos de María, la madre delSeñor. Con todo, yo quieroaducir hoy aquí el gran elo-gio bíblico acerca de esagran maravilla de Dios quela mujer es, tal y como Diossiempre la concibió. Eseelogio está en el Libro de

los Proverbios, capítulo 31; “Esa mujertrabajadora, en el querer de Dios, esmucho más valiosa que las perlas. Veladía y noche por los suyos. Auxilia a losnecesitados. Su marido y sus hijos laidolatran. Sus haberes superan cualquierotra riqueza. Porque ama y teme al Señor,merece toda alabanza”.

El relato bíblico se propone destacaren la mujer creyente y abnegada la for-taleza, la prudencia, la bondad, el si-lencio... la laboriosidad. Valores eternos,en definitiva, y valores para la eternidad.Valores que yo he querido subrayar,bien que somera y ligeramente, en elDía Mundial de la mujer trabajadora, eneste ocho de marzo del Año del Señor2021.

❚ MIGUEL GONZÁLEZ RODRÍGUEZ, C.P.

María, mujer primordialen la historia de la salvación

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SAN JOSÉELOGIO DE LA SENCILLEZY DE LA VIDA ESCONDIDA EN DIOS

San José es, quizá, el personaje histó-rico más simpático en toda la historia

de la Cristiandad. Un Santo que a todoel mundo le cae bien. Y al papa Fran-cisco, para qué decir. Y no solo desdeahora, sino ya desde su infancia y entoda su vida. Pero hoy, tan bien le siguecayendo, que ha decidido dedicarle unaño entero, el 2021, a él y su sagradafamilia, y para especial y agradecidorecuerdo por parte de todos. Muchoantes, el Papa Pío XI, en gesto de amory de fe, había proclamado a San JoséPatrono-Protector de la Iglesia Universal.Uno y otro Pontífice vienen encare-cernos que sigue siendo válida, referidaa San José, la recomendación, en tiem-pos por demás remotos, del emperadoregipcio que en situación por demásdifícil, exhortó a los hijos de Jacob,que necesitaban protección: “acudid aJosé”. Y ellos encontraron, al tiempoque la mayor sorpresa, ayuda y conso-lación (aconsejo repasar, Biblia en mano,el largo y precioso relato, en el librodel Génesis, cap. 42 y siguientes).

Nuestro San José no fue un personajeque deslumbrara por sus poderes y porsu valía, en el sentido humano. SanJosé fue, sencillamente, un hombrecordial, dócil a sus convicciones cre-yentes, un hombre todo de Dios, siem-pre al servicio de Dios, del Dios hechohombre y a sus designios de amor y desalvación. Fiel también a María, con laque estaba casado, o comprometido

en matrimonio. Y todo en un clima desencillez, de ocultamiento. Con la con-vicción firme que muchos siglos mástarde adaptaría nuestra gran Teresa deJesús. “Solo Dios basta”.

Es por demás sabido que Teresa fuesiempre gran devota de San José, aquien dedicó el primero de sus Monas-terios. Algo similar cabe afirmar de SanPablo de la Cruz, el fundador de la Fa-milia Pasionista. A San José dedicó tam-


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bién la segunda de sus Funda-ciones, en el Monte Argentario,en la Italia Central. También éltuvo siempre como especialprotector al tiempo que comoPatrono de su Congregacióny de la interioridad espiritual, aSan José.

El texto evangélico hablamuy poco de San José, casi loimprescindible, pero compen-dia todo su ser y su quehaceren una palabra sintética clave:José fue un varón justo, santo”.Así, sencillamente.

San José es Patrono y Protector dela Iglesia universal. Y esto qué significa,en qué se nota. Significa que así comoen su vida terrenal custodió y veló porsu familia de Nazaret, así también lohace ahora, desde el cielo, por la granfamilia de Dios que es su Iglesia, y porcada creyente.

¿Qué en qué se nota? Es difícil pun-tualizarlo, porque será un velar cons-tante, día y noche, desde su eternidad,y de manera, por así decirlo, tambiéndiscreta, o llamativa, pero sí eficaz,como lo fue también en Nazaret. Deesto estamos bien segros, y cada díamás, todos los creyentes.

El Papa Francisco, hoy, en la situaciónespecial que está viviendo el mundo,quiere hacernos partícipes de sus con-vicciones, y de su amor fiel a San José,y en este año 2021, que él ha queridodedicar a San José, de manera muy es-pecial. Y en una u otra forma está ex-hortando a todos, y de modo particulara quienes más necesitan protección:Acudid también a San José, él nuncaos va a defraudar.

❚ MIGUEL GONZÁLEZ RODRÍGUEZ, C.P.

San José ejerce un especial patronazgo,además de sobre la Iglesia Universal,

sobre todos los trabajadores.

¿Me premiten una confidencia?Yo tuve un compañero, hermano coadjutor pasionista, ya

difunto, que mantuvo siempre una gran devoción, sencilla y sincera, a SanJosé. Quizá porque su especialidad laboral fue también como la del esposo deMaría, la carpintería. Como suele decirse, “lo quería mucho”. tanto que en unpasillo de la residencia comunitaria instaló una estatua de San José, y a sus piesuna vela que él mantenía siempre encendida. De esto, hace ya muchos años,Javier murió, pero la luz prendida sigue ahí, alentada ahora por compañeros her-manos de Javier. Seguro que ahora, desde el cielo, Javier sonríe, al contemplar suluz, y San José, siempre cercano, y ahora más, le dice de vez en cuando: “Gracias,muchas gracias, Javier...”.

Confidencias



Todos hemos visto pasar al “corona virus” por la puerta de la propia casa, o la delvecino. En algunos casos ha sido nada más que un temor, una amenaza. En otras, seha detenido, y sin llamar ha entrado, dejando a su paso llanto, dolor y muerte. En todas,sin excepción, angustia y desconcierto.

En esta casa y santuario de Santa Gema, el dolor y el desconcierto han sidograndes.

Cuatro vidas arrebatadas, temores y confinamientos. El santuario ha tenido que per-manecer cerrado por espacios de tiempo prolongados. Pero los fieles devotos y amigosde Santa Gema, han seguido acudiendo a ella desde sus hogares, desde sus puestosde trabajo. Porque a Santa Gema se la lleva en el corazón, y desde ese santuario pri-mordial que el corazón es, él también irradia bondades, alivio y esperanza. De ello, no-sotros somos testigos, al tiempo que también protagonistas. De hecho, hemos recibidoconfidencias, desahogos, por parte de muchos afectados por el virus, y que pensandoen ella, en Santa Gema, en su vida, en su amar y sufrir, han sentido en su interior “unalgo muy especial”, que les aliviaba el cansancio y el dolor. La vida se fue luego nor-malizando. La vida en el Santuario, también. Y de nuevo volvieron a llegar visitas, pe-regrinos, desde diversos confines. Y siempre, al clavar los ojos en la imagen que presideel Santuario, surgieron los mismos sentimientos, confidencias y agradecimientos, altiempo que un equilibrio anímico recuperado, al tiempo que alivio en el sufrir, propioo cercano, invocando y pensando en Santa Gema.

Santa Gema es, al tiempo que ejemplar de vida creyente, intercesora que nos remitesiempre a Jesús, el Señor. Que ella a todos nos siga ayudando para perseverar en unafe sencilla y sincera, y en la práctica de una vida auténticamente cristiana, en salud oenfermedad, en alegrías y en pesares, hoy, mañana y siempre.

❚ M.G.

SANTA GEMA Y LA PANDEMIA 2020


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Mirada contemplativa al Señor en su Pasión

La experiencia de Getsemaní encuentrasu culmen y su resolución en la frase de Je-sús: “No se haga lo que yo quiero, sino lo quequieres tu” (Mc.14,36). El problema teológicoestriba en saber quién es ese “yo” y quién esese “tú”; quien dice el “fiat” y a quién lo dice.Está en juego la desvelaciónde la identidad de Jesús y elcarácter salvífico de su huma-nidad unida a su divinidad, desu ser personalmente el Hijode Dios hecho carne.

La antigüedad cristiana alacercarse a los Evangeliosbuscaba en su narración des-cubrir la realidad de la Encar-nación. Las grandes contro-versias cristológicas y trinita-rias de los primeros siglos yque se condensaron en elcredo eclesial no eran merasespeculaciones teóricas, bus-caban la verdad salvífica quebrotaba y se expresa en Jesu-cristo. El relato de Getsemaní fue clave parapoder confesar la realidad de Jesús sobretodo porque se presentaba orando y dialo-gando con su Padre en su humanidad. Porello la gran cuestión era señalar quién ora,quién expresa su angustia, quién se abando-na a la voluntad del Padre y cómo en estarealidad se nos ofrece la salvación. Además,en el conocimiento de su ser se revela elensamblaje de la libertad humana y la graciade Dios. Tal como sea comprendida la rela-ción entre humanidad y divinidad en Jesúsasí se entenderá la relación entre Dios y elhombre.

GETSEMANÍ: NARRACIÓN Y ACONTECIMIENTO (II)“El Hijo eterno obedece humanamente al Padre...”

LA CUESTIÓN DE LA PERSONA DE JESÚS:HUMANIDAD Y DIVINIDADEN CONTEXTO SALVÍFICO

Esta cuestión recibió en los primeros si-glos dos respuestas muy distintas según eltipo de cristología que subyacía a las mis-mas. Para la escuela alejandrina, establecidaen Egipto, el “yo” que habla es la persona delVerbo que, en cuanto encarnado, pronunciasu “sí” a la voluntad divina (el “tu”) que él mis-mo tiene en común con el Padre y el EspírituSanto. Quien dice “si” y aquel al cual dice “sí”son la misma voluntad, considerada en dostiempos o dos estados diferentes: en el es-tado de Verbo encarnado y en el estado deVerbo eterno (la voluntad divina, en efecto,es una sola, y es común a las tres personas

divinas). El drama –si pode-mos hablar de drama– se de-sarrolla más que entre Dios yel hombre, en el mismo senode Dios, y la razón de esto esporque todavía no se recono-ce claramente la existenciaen Cristo también de una vo-luntad humana y libre. Elloexplica por qué los teólogosde esta escuela mostraránsiempre una cierta incomodi-dad al ocuparse de este as-pecto de la experiencia deJesús, así como de otros as-pectos análogos (ignoranciadel día de la parusía, tentacio-nes, crecimiento en sabiduría,

etc.). A veces –como ocurre en S. Atanasio(295 d.C) y en S. Hilario de Poitiers (310 d.C)–la experiencia misma es trivializada con elrecurso a la explicación “pedagógica”, segúnla cual Jesús no tuvo miedo de verdad, nilloró verdaderamente, ni tampoco ignorabaen realidad el día de la parusía, sino que qui-so mostrarse en todo parecido a nosotros,para instruirnos y edificarnos.

Más válida, en este punto, es la interpre-tación de la escuela antioquena, con sede enla ciudad de Antioquia de Siria, hoy Turquía.Los autores de esta escuela descubren unacorrespondencia entre lo que sucede en el



huerto de Getsemaní ylo que tiene lugar en eljardín del Edén. Si elpecado consistió en elprincipio, y consistetodavía hoy, esencial-mente, en un acto librecon el que la voluntaddel hombre desobede-ce a Dios, la redenciónno podrá configurarsemás que como unavuelta del hombre a laperfecta obediencia y

sumisión a Dios. Por otra parte, Pablo lo diceclaramente: “Como por la desobediencia deun solo hombre, todos fueron constituidospecadores, así también por la obediencia deuno solo todos serán constituidos justos” (Rm5,19). Pero para que pueda darse dicha obe-diencia perfecta, es necesario que exista unsujeto que obedece y un sujeto al que obe-decer: ¡nadie puede obedecerse a sí mismo!Aquí descubrimos, pues, quiénes son ese “yo”y ese “tú” que resuenan en la frase de Jesús:Es el hombre Jesús que obedece a Dios. Es elNuevo Adán que habla en nombre de todoslos hombres y se dirige finalmente a Dios parapronunciar ese “sí” libre y filial, por el cual Dioscreó, al comienzo, el cielo, la tierra y el hom-bre. Si la salvación consiste en obedecer aDios, se comprende el lugar tan importanteque la humanidad de Cristo ocupa en la re-dención. La humanidad de Cristo no es sólouna “naturaleza” inerte, y ni siquiera un simplesujeto pasivo al que atribuirse todas las cosas“indignas de Dios” que hay en la vida de Cris-to; sino que, por el contrario, es un principioactivo y libre, es un agente coesencial en laobra de nuestra salvación; es un “obediente…hasta la muerte y muerte de cruz”.

Pero también esta interpretación tan su-gestiva tenía una grave laguna, Si el fiat de Je-sús en Getsemaní es esencialmente el “si” deun hombre (el “homo as-sumptus”en la terminologíade estos autores), aunquesea el sí de un hombre unidoindisolublemente al Hijo deDios, ¿cómo puede tenereste “si” un valor universal demodo que pueda “constituirjustos” a todos los hombres?Jesús aparece más como unmodelo sublime de obe-diencia que como una “cau-

sa de salvación” intrínseca para todos aque-llos que le obedecen a él (cf. Hb 5,9). Es esteel límite no solo de la cristología antioquena,sino también de todas aquellas cristologíasmodernas en las que el mismo Jesús no esclaramente reconocido como Dios, y endonde los actos redentores son concebidoscomo pertenecientes a la “persona humana”de Jesús.

LA REFLEXIÓN DE SAN MÁXIMOEL CONFESOR: ¡EL VERBOHA OBEDECIDO HUMANAMENTE!

El desarrollo de la cristología colmó esa la-guna, gracias sobre todo a la obra de san Má-ximo el Confesor (580 d.C-662 d.C) y poste-riormente al Concilio Constantinopolitano III(680-681 d.C), en el que se adoptó una pro-fesión de fe en la que se declaraba la existen-cia en Cristo de dos naturalezas, dos energías,dos voluntades, de acuerdo con la doctrina delos cinco concilios ecuménicos anteriores.

Previamente a él, San Máximo había vuel-to a plantearse la pregunta: ¿Quién es ese“yo” y ese “tú” de la oración de Jesús en Get-semaní? Y respondió de una forma muy ilu-minadora: No es la humanidad lo que hablaa la divinidad (antioquenos); ni tampoco esDios que, en cuanto Verbo encarnado, se ha-bla a sí mismo como Verbo eterno (alejandri-nos). El “yo” es el Verbo que habla, pero ennombre de la libre voluntad humana que haasumido; el “tu”, en cambio, es la voluntadtrinitaria que el Verbo tiene en común con elPadre. En Jesús, el Verbo (Dios) obedece hu-manamente al Padre. Y, sin embargo, no seanula el concepto de obediencia, ni Dios seobedece a sí mismo, porque entre el sujetoy el término de la obediencia está todo elpeso de una real humanidad y de una librevoluntad humana. El que obedece y aquel aquien obedece no son ni la misma voluntad,ni la misma persona, porque el que obedece

es la voluntad humana delVerbo ( o el Verbo en su vo-luntad humana) y aquel aquien obedece es la volun-tad divina común a toda laTrinidad. “Quien por noso-tros se hizo como nosotros,decía a Dios Padre como unhombre: No se haga mi vo-luntad, sino la tuya, porqueél, que es Dios por naturale-za, también como hombre


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Mirada contemplativa al Señor en su Pasión

se hace hombre y hace suya la lucha ennombre de los hombres: siendo hombre,vence como hombre al pecado, estandopuro sin embargo de todo pecado por serDios”. Así lo expresaba el teólogo y filosofobizantino Nicolás Cabasilas (1322-1391) ensu obra, Vida en Jesucristo.

¡Dios ha obedecido humanamente! Secomprende entonces el poder universal desalvación que encierra el fiat de Jesús: es elacto humano de un Dios; un acto divino-hu-mano, teándrico. Este fiat, empleando la ex-presión de un salmo, es verdaderamente “laroca de nuestra salvación” (Sal 95,1). La sal-vación de todos nosotros reposa en él. Y conel salmo 38,18 afirma: “Más yo estoy dis-puesto para sufrir azotes” (Quoniam ego inflagella paratus sum). Nadie puede poner unfundamento distinto de éste (cfr. 1 Co 3,11);quien vulnera este fundamento mina las ba-ses mismas de la fe cristiana porque le quitasu carácter absoluto y universal.

su voluntad era el cumplimiento de la volun-tad del Padre. Por consiguiente, según ambasnaturalezas por las que, en las que, y de lasque estaba constituida su persona, se revela-ba como aquel que naturalmente quiere yobra nuestra salvación: por un lado, consin-tiendo a ella, junto con el Padre y con el Es-píritu Santo; por otro lado, haciéndose obe-diente por ella al Padre hasta la muerte, y unamuerte de cruz, y realizando él mismo, me-diante el misterio de la encarnación, el granplan de salvación por nosotros” (San Máximo.Comentario a San Mateo, 26. 39).

“Cristo no ha que-rido humanamente laencarnación, sino sólodivinamente, junto conel Padre y el EspírituSanto. Desde el puntode vida del consenti-miento humano, nohubo en la encarna-ción, más que el con-sentimiento de la Vir-gen María. Pero en Get-semaní, cuando dice:Padre, hágase tu vo-luntad (Mt 26,42), Je-

sús pronuncia el fiat de la redención; enton-ces aparece el libre consentimiento de la voluntad humana de una persona divina”(M.J. Le Guillou). Es precisamente aquí don-de gracia y libertad coinciden y la Pascua delhombre se identifica con la Pascua de Dios.Aquel que debía combatir, es decir, el hom-bre, se ha encontrado con aquel que podíavencer, es decir, con Dios, y de ahí ha surgi-do la victoria. En efecto, después del pecadoesta era la situación del hombre: “Por justi-cia, el hombre habría debido asumir la deuday obtener la victoria, pero era esclavo deaquellos que habría debido batir en comba-te; Dios, por el contrario, que podía vencer,no debía nada a nadie. Por eso ni uno ni otroiniciaba la batalla, y el pecadoreinaba, y así era imposible quesurgiese para nosotros la vidaverdadera, y que uno debía ob-tener la victoria, pero sólo elotro podía alcanzarla. Por esoera necesario que uno y otro seunieran y que en uno solo seencontraran unidas las dos na-turalezas: la de aquel que debíacombatir y la de aquel que po-día vencer. Y así sucedió. Dios

La frase de Jesús: “No se haga lo que yoquiero, sino lo que tú quieres” da el paso mis-terioso de ese “yo” a ese “tú” en el que se en-cierra el verdadero, definitivo y universal éxo-do pascual de la humanidad. Es éste el pasodel verdadero mar Rojo; un paso entre dosorillas que se han aproximado mucho, peroentre las que media un verdadero abismo; setrata en efecto de pasar de la voluntad hu-mana a la voluntad divina, de la rebelión a laobediencia. El Hijo obedeciendo humana-mente asume la Paternidad Universal del“Abba” expandiéndose en una fraternidad in-

finita como signo de su Filia-ción preexistente-proexisten-te. Seguir a Jesús en este éxo-do significa pasar del “yo” viejoal “yo” nuevo, pasar de “mi” alos otros; de este mundo alPadre. Es el acontecer salvíficoexpresado en Getse-mani.

❚ JOSÉ LUIS QUINTERO

SÁNCHEZ, C.P.


Lo recuerdo perfecta-mente. Estaba en la

cocina de mi abuela Luisa,en una pila de cemento co-lor grisáceo, debajo de ungrifo de cobre. Tenía un tonoverde esmeralda, tanto másbrillante cuanto más le tras-pasaba el sol con sus rayosque entraban perpendicular-mente desde la ventana delpatio. El asa, semicircular, es-taba hecha de hierro. Erauno de tantos cubos que re-galaban los vendedores depiensos para animales, pero para mí ha ad-quirido un valor especial ahora que miro lavida desde la perspectiva de los años y valoroen mayor medida las cosas sencillas y coti-dianas.

Por algún motivo, que ahora comprendo,el cubo verde solía estar siempre allí. Lacausa era sencilla: su función, recoger elagua que iba saliendo del grifo. Si se dejabacaer sin motivo, se desperdiciaba. Recuerdode aquella época de mi infancia que en elpatio había un pozo que ya apenas se utili-zaba pues no tenía casi agua. Anteriormentese encontraba el nivel freático a unos 6-8metros de profundidad y se había utilizadopara consumo rutinario y dar de beber al ga-nado. A fecha de hoy, el pozo ya ha desapa-recido pues llegó un momento en que sesecó totalmente.

Se preguntarán a qué viene toda esta his-toria con cierto tono nostálgico, enmarcadaen un contexto de recuerdos de mi niñez. Elmotivo es sencillo: mi abuela era una mujersabia y hacía bien en mantener constante-mente ese cubo en aquel lugar. Aunque enaquella época ya había agua corriente en lascasas, mis abuelos, mi madre y mis tíos expe-rimentaron lo que era salir al patio en los me-ses fríos del invierno para coger del pozo elpreciado líquido. Esa experiencia les hizo va-lorar el agua pues requería un esfuerzo. Porello, la recogían y la utilizaban de forma sen-sata no gastando más de la que necesitaban.

He retomado viejas costumbres familia-res desde hace unos años y, como miabuela, yo también tengo un cubo. Es de co-

EL CUBO VERDE

lor azul, pero eso no im-porta. Es el compañero queme recuerda que no sedebe desperdiciar el aguaque sale del grifo. Un hechotan cotidiano que muchosconsideran normal no lo espara más de 2.000 millonesde personas en el mundoque siguen sin tener accesoal agua potable y a sanea-mientos básicos, o bien pa-gan 3,5 o incluso 10 vecesmás de su precio habitual.En África subsahariana sólo

el 24% de la población tiene acceso al aguapotable y dedican unos 30 minutos al díapara poder conseguirla. Sin duda somosunos afortunados y no debemos olvidar quetambién privilegiados. Pero más allá de queotros carezcan de ella es un recurso cadavez más escaso que está siendo motivo deconflictos y guerras en distintas zonas delplaneta. Tal es así que el agua ha comenzadoa cotizar en bolsa.

Me viene a la mente el pasaje de la Sa-maritana que le pidió a Jesús, “El Frecuen-tapozos”, que le diera del agua viva, esa quebrota de las corrientes subterráneas de lasentrañas bondadosas de Dios y nos hace sa-bios y agradecidos. Hoy le pido que noshaga conscientes del valor de la hermanaagua, que forma parte del 80% de nuestrocuerpo y sin la cual muchas funciones delmismo no se llevarían a cabo. Te invito adarle sentido, a recoger la que sale del grifoantes de que esté caliente para poderte du-char o lavar. Aprovéchala después para elbaño. Te propongo que cojas un vaso paramojar el cepillo, enjuagarte la boca. Si teafeitas, te cepillas los dientes o friegas amano, no la dejes correr. Te sugiero que re-cojas el agua que tantas veces se desperdi-cia e infravalora. Te darás cuenta de que esmucha cantidad. Cuando la bebas, dalegracias por hidratar cada centímetro cú-bico de tu cuerpo. Bebe a sorbos y saborea.Agradece y valora.

❚ JUAN CARLOS PRIETO TORRES

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Familia y vida

En la prueba se entra sin saber cómo,sin conocer en qué consistirá, sin que

nadie pueda decirnos el tiempo que va adurar, ni el cuándo ni el cómo vamos asalir de ella.

Y es ahí, ante la prueba, donde sepone en marcha la esencia de la Fe. En-tramos en ella como en esa nube “del nosaber” sin contar con más certeza, que lade tener la seguridad de que Dios nos lle-vará en sus brazos, en esos penosos mo-mentos.

La prueba es afín a toda persona hu-mana, de ahí que tampoco la familia deNazaret pudiese librarse de ella.

SAN JOSÉ TUVO UN PROBLEMA

El Ángel del Señor se apareció ensueños a José y le dijo: “Levántatetoma contigo al niño y a su madre yhuye a Egipto.

Estate allí hasta que yo te diga.Porque Herodes busca al niño paramatarle” (Mateo 2, 13-14).

El evangelio nos lo muestra con estasescuetas palabras. Más si en ese viajedramático, la familia de Jesús, tuvo quepasar por el desconcierto y la huida, anosotros tampoco nadie podrá librarnosde ese difícil éxodo en el que, como lasagrada familia tendremos que caminaren medio de la noche, sin más apoyosque nuestra confianza en Dios y la sú-plica constante al Padre Bueno que,sabe esperar siempre con los brazosabiertos.

Pero, sea cual sea nuestra realidad, loverdaderamente importante es que, lo

negativo no nos paralice, que no nosinstalemos en la comodidad. Todos he-mos de emprender ese camino, que nosvaya llevando a la madurez, al creci-miento personal, realidad imprescindi-ble para poder acompañar a nuestroshijos en ese difícil viaje que les toca ha-cer hasta llegar a la edad adulta. Y todoello realizado desde nuestra vocaciónconcreta, aunque ello nos lleve a tenerque tomar decisiones, realmente, dolo-rosas.

Cuando a la familia llega la prueba

Misión de la familia: acoger, protegery cuidar siempre, como María y José.



PARA FORMAR UNA FAMILIA

Es el viaje imprescindible para formarfamilia, para engendrar y educar a los hi-jos; es un camino arduo, difícil, exigente,en el cual las numerosas dificultades quese nos irán planteando pueden hacernostambalear, pero de las que ninguna fami-lia es preservada aunque, a veces, puedanhacerla desalentar.

Sin embargo, si seguimos el relatoevangélico nos damos cuenta de que,Jesús se va del país siendo un niño, perovuelve crecido y desarrollado; por esocuando regresa, adquiere su nombrenuevo; un nombre de adulto: «se llamaráNazareno» (v. 23), título que ya prefigurasu destino de cruz; así mismo pasa en elviaje de cada familia, en el cual los hijosvan madurando junto a sus padres hastahacerse adultos, capaces de asumir enprimera persona su vocación.

Lo cual demuestra que, en ese viaje defamilia, los actores principales somos lospadres, que en la sencillez de nuestrocorazón hemos de ser capaces de entre-ver el plan de Dios; captando, en losacontecimientos de la vida de familia, lamano divina; sabiendo, como José «es-cuchar a esos ángeles que aparecerán enel camino» y que nos ayudarán a discer-nir espiritualmente los acontecimientosy los momentos de la vida familiar, en-señándonos a cuidar, favorecer y resta-blecer siempre las relaciones.

COMO LA FAMILIA DE NAZARET

Necesitamos por tanto copiar, de lafamilia de Nazaret, las buenas relacionesen las que vivieron los acontecimientos,sus miradas positivas de unos a otros, suactitud de estima, de ayuda, de alientorecíprocos, de defensa y protección...porque, de este clima favorable se deri-van el atento discernimiento y la prontadecisión que pone a salvo la vida de unhijo.

Una realidad que vale para todas lasfamilias, tanto las que viven una situaciónconcreta de peligro, como las que se en-cuentran en situaciones aparantementemás seguras, porque tanto en una situa-ción como en otra, los padres siempredeben estar atentos a la vida de los hijospara protegerles y apartarles de las insi-dias y los peligros.

No podemos seguir dormidos. El án-gel hoy, también nos invita a despertar-nos, tomar, acoger, huir... a fiarnos, aun-que tengamos que “permanecer en tierraextranjera hasta que nos lo diga el Señor”.

Por eso es necesario que, aunque sea-mos protagonistas de nuestra situación,como José no nos sintamos solos, puescontamos como él con la mirada deAquel que provee la vida de los hom-bres.

❚ JULIA MERODIO [email protected] / Madrid

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50 | Nº 1.064 | Marzo 2021

Desde la otra orilla

La felicidad nace, en las personas,en aquella situación de espera de

la llegada del tiempo de salvación. ConJesús este tiempo de salvación se con-creta en el “reino de Dios”. ¡A partir deaquí las bienaventuranzas aparecen amenudo en la perspectiva de un cambiode valoración, –la lógica humana, el cál-culo humano– quedan totalmente trans-formados!

Tratando de justificar: ¿Los “pobres”reales quizás no, pero los de espíritu...como señala el evangelista Mateo? ¡Tam-poco se trata de esto! Sintácticamente labienaventuranza suele ir seguida de unafrase relativa y de una explicación de lacausa de la felicidad. Si nos fijamos en eltexto, su estructuración literaria, apareceformulada con ocho frases dobles. Laprimera describe una situación contrariaal talante y experiencias humanas.

EL SENTIDODE LAS BIENAVENTURANZAS

El verdadero sentido de las bienaven-turanzas podrá ser descubierto si empe-zamos por el segundo miembro de lasdistintas frases, cuyo contenido se repiteen las ocho bienaventuranzas: “Reino delcielo”, “poseer la tierra”, “ser consolado”,“ser nombrados hijos de Dios”..., se tratasiempre de la felicidad que sólo da Dioscon su cercanía y su proximidad.

Las bienaventuranzas hay que leerlas apartir del núcleo de la predicación de Je-sús. Es Dios quien hace feliz, quien da laplenitud, quien lleva al cielo, quien enjugatoda lágrima, quien da el auténtico pesoespecífico de cada existencia personal.

La causa de la felicidad no es la po-breza o el sufrimiento, sino que la causaes la cercanía y la bondad de Dios, a laque el hombre se confía plenamente.Cuando se pone el valor absoluto de lavida humana, no es el bienestar presentesegún las categorías de la felicidad y bie-nestar humanos, sino en la Bondad deDios que nos ama como Padre. Ante lafirmeza de esa confianza plena, todo lo

LAS BIENAVENTURANZAS,NÚCLEO DE LA

PREDICACIÓN DE JESÚS

Bienaventurados serán los limpios de corazón

En las “bienaventuranzas”, tanto enLucas como en Mateo resuena la recom-pensar prometida a los “anawim” (pobresde Yhavé) del Antiguo Testamento que,en medio de las penas y sufrimientos deeste mundo, ponen toda su confianza enel Señor.

Cuando leemos el texto evangélicopodemos reaccionar de muy diversasmaneras por la extrañeza que nos puedecausar. ¡No lo entendemos!, pero comoestá en el Evangelio... nos lo creemos. Eltexto nos da qué pensar, y nos obliga ahacernos una pregunta de forma radical:¿Nuestra experiencia y convicción creerealmente que los “pobres” son felices?No es verdad que los pobres sean felices.



demás aparecerá como relativo y, porello, me puedo desprender de ello paraponerlo al servicio de un hermano nece-sitado, sin tener que perder la tranquili-dad y serenidad personales, pues que nodependen de mis bienes y de mi tranqui-lidad, sino de la confianza con la que meentrego a la bondad del Señor.

A partir de aquí “podemos darnos ellujo” de ser pobres, de llorar, de ser humil-de, de ser compasivo. Es decir, me puedodar el lujo de: salir de mi instalación, demis cálculos, de mis proyectos particula-res, justamente porque la felicidad o bie-nestar de nuestra vida no depende deellos, sino del gran amor de Dios, Amordel que se espera que el hombre puedadisfrutar plenamente ya en este mundo.

“EN TODO AMAR Y SERVIR”

La salvación y el éxito de la vida hu-mana no se miden por aquello que elhombre, de acuerdo con sus cálculos yproyectos alcanza a realizar, sino de lacapacidad de ejercitar la fraternidad ha-cia los hombres y mujeres del propio en-torno. El hombre se puede hacer “próji-mo” o se puede alejar del “otro” recha-zándolo y, cuando el hombre se apartadel otro, se aparta también de Dios.

En realidad la situación del prójimo dic-tará también aquello que el hombre deberealizar para socorrerle y ayudarlo en sunecesidad real, sea de dinero, de compa-sión, de justicia, de sinceridad, de compa-ñía, de consuelo,... Pero sobre todo, bie-naventurados son aquellos que ponentoda su confianza en Dios Padre. De estaconvicción mana la fuerza necesaria parasuperar la dificultad de salir de uno mismoy entregarse al otro como auténtico her-mano. El hombre creyente confía tan ple-namente en el Amor de Dios que puede,movido por esta fe e ilusión, sobreponersea sí mismo y a sus inclinaciones naturales.

Este es el aspecto que quiere destacarla frase de que el creyente “se puede darel lujo” de ser pobre, de llorar, de com-prometerse y complicarse la vida... a fa-

vor de un hermano necesitado. Las Bie-naventuranzas son una muestra clara delas consecuencias que en la vida real delhombre tiene el hecho de creer en Diosque es Padre y de quien Jesús fue un fieltestimonio –de palabra y obra– en me-dio de los hombres.

No se puede creer en Dios sin amar almismo tiempo a los demás. El primermandamiento es “amar a Dios...”, y el se-gundo es parecido: “amarás a tu próji-mo...”. De esta manera resulta fácil com-prender que la parábola del “hijo pródi-go” viene completada con la parábola del“Buen Samaritano”. Por eso puede escri-bir san Juan que «Quien ama ha nacidode Dios» (1Jn 4,7).

En las bienaventuranzas no se trata deunas instrucciones morales que imponenuna acción determinada en un momentoo situación concreta de la vida, sino quemuestran la línea y dinámica de todaexistencia creyente en el Dios de quienJesús se proclama testimonio.

La libertad, las facultades personales, elentusiasmo y las convicciones personalesde cada individuo concreto se encargaránde determinar concretamente los actosque actualizan esta línea y esta dinámicade amor a Dios y a los hermanos.

No hay mandamiento concreto, peroen la medida en que un hombre o mujerame de verdad, viviendo según el espíritude las “Bienaventuranzas”, irá naciendode Dios.

❚ GREGORIO SANTOS ZAYAS

BARCELONA

Es necesario ser como niños para entrar

en el Reino del Señor.


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La Palabra del papa Francisco

L A S M U J E R E S ,PROTAGONISTAS

Un signo es algo que sobresale, quellama la atención. Un signo de espe-

ranza en esta crisis es el protagonismode las mujeres.

Las mujeres han sido las más afectadasy las más resilientes en esta crisis. Sonlas que tienden a trabajar en los sectoresmás afectados por la pandemia –a nivelmundial, alrededor del setenta por cientode los que trabajan en la salud son mu-jeres–, pero también son las que, por suparticipación en el sector informal o noremunerado, sufren el impacto econó-mico más fuerte.

Los países con mujeres como presi-dentas o primeras ministras reaccionaron,en términos generales, mejor y más rápidoque otros a la pandemia, tomando deci-siones con celeridad y comunicándolascon empatía.

¿Qué nos invita a pensar este signo?¿Qué nos puede estar diciendo el Espíri-tu?

Pienso en la fortaleza de las mujeresen el Evangelio después de la muerte deJesús. No se dejaron paralizar por la tra-gedia, ni trataron de huir. Por amor alMaestro, fueron al sepulcro para ungirlo.Como tantas mujeres en esta pandemia,fueron capaces de asumir la vida comovenía, de superar los obstáculos que lasituación les imponía y mantener viva laesperanza en sus familias y en la comu-nidad. Por eso fueron las primeras en re-cibir el anuncio desbordante: «No estáaquí, ha resucitado» (Mateo 28,6). Fue alas mujeres a quienes el Señor primeroanunció la Vida Nueva, porque estabanpresentes, atentas y abiertas a una nuevaposibilidad.



¿Es posible que la perspectiva queaportan las mujeres en esta crisis sea laque hoy necesita al mundo para hacerfrente a los retos que se avecinan?

¿Es posible que el Espíritu nos estéinvitando a reconocer, valorar e integrarel pensamiento nuevo que algunas mu-jeres están trayendo eneste momento?

En particular, piensoen mujeres economistascuya mirada innovadoraresulta especialmenteoportuna para esta crisis.Su llamado a una rees-tructuración de los pa-trones que usamos paragestionar la economíaestá captando la atención.Su perspectiva nace desu experiencia práctica dela economía «real», quesegún ellas les ha abiertolos ojos a lo inadecuadode las teorías económicas

corrientes. A menudo fue su trabajo informalo no remunerado, su experiencia de lamaternidad o su gestión del hogar –ademásde su trabajo académico de alto nivel– loque las hizo caer en la cuenta de las fallasde los modelos económicos dominantesen los últimos setenta años.

No quiero con esto ponerlas a todasen la misma bolsa solo por ser mujeres.Cada una es diferente y seguramentediscreparán entre ellas en muchos as-pectos. Sin embargo, resulta llamativoque estas economistas influyentes hayanpuesto el énfasis en aspectos descartadosdesde hace tiempo por el pensamientodominante: el cuidado de la creación yde los pobres, el valor no monetizado delas relaciones y el sector público, asícomo también la contribución de la so-ciedad civil a la generación de la riqueza.Las veo promover una economía más«maternal», centrada no solamente enel crecimiento y en el rédito. Quierensaber cómo las economías pueden orien-tarse a ayudar a la gente a participar yprosperar en la sociedad. Defienden unaeconomía que no solo regula y arbitra,sino que sostiene, protege y regenera.Estas ideas, menospreciadas desde hacetiempo como idealistas o poco realistas,ahora parecen proféticas y relevantes.

(papa Francisco, en entrevista)


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Alegrémonos juntos

estrambótico del enamorado Caballero,pero también despiertan respeto y admira-ción por la nobleza de sus intenciones y lahonradez de sus acciones. Ambos, son decarácter temperamental y de aficiones hu-manas diferentes. En Don Quijote aflora laactitud idealista abierta a la realidad; enSancho Panza, la disposición realista re-conciliada con lo espiritual. El primero,culto y refinado en el hablar; el segundo,analfabeto e ingenioso, dado al lenguaje di-recto, salpicado, eso sí, de refranes. Formanun dúo que, lejos de ser estridente, repre-senta el equilibrio en una aceptación recí-proca y sincera entre caballero y escudero.Uno y otro, se complementan superandolos extremos a través de la dinámica dela integración, hasta el punto de que unapizca de Sancho se percibe en don Quijotey algo de don Quijote late en Sancho. Aun-que son de criterios y gustos diferentes, seentienden bien y caminan juntos compar-tiendo éxitos y fracasos, alegrías y penas,hambre y buen comer, frío y calor, incom-prensión y burla. Caballero y escudero con-vergen hacia un mismo punto: la fe enDios. En su obra Vida de Don Quijote ySancho (publicada en 1905) comenta Mi-guel de Unamuno: “Lo más grande y másconsolador de la vida que en común hicie-ron es el no poderse concebir el uno sin elotro, y que muy lejos de ser dos cabosopuestos, como hay quien mal supone,fueron y son, no ya las dos mitades de unanaranja, sino un mismo ser visto por dos

CABALLERO ANDANTE A MUCHA HONRA

Ati, lector o lectora, con quienentro en contacto a través deeste artículo, te pregunto: ¿hastenido la ocasión de ver (y dis-frutar) la película de Roberto Be-

nigni “La vida es bella” (1997)? El compor-tamiento del personaje principal, el alegrejudío Guido Orefice, tiene un aire de qui-jotesco. La pregunta no se hace esperar:¿qué significa esa palabra? El DiccionarioAnaya de la Lengua responde: “Que actúacon quijotería.” Poco nos ha aclarado.¿Qué es quijotería? Pues eso, una quijo-tada. Menudo lío. ¿El sustantivo quijotada?La acción propia de un quijote que, de lamano de la literatura, nos lleva aalguien: Don Quijote de la Mancha. ¿Quiénes? Un personaje literario del siglo XVIIcreado por Miguel de Cervantes Saavedra.El título completo de su obra es: “El Inge-nioso Hidalgo Don Quijote de la Mancha”.La obra consta de dos partes: la primera,fue publicada en 1605; la segunda parte,en 1615. El ‘quijote’ es la pieza de la arma-dura que protegía el muslo y quedaba su-jeta a él con correas y hebillas. Precisa-mente, la función de esta pieza del traje deguerra indica la misión de nuestro prota-gonista, a saber: defender al prójimo nece-sitado y oprimido. El ‘prudente’ AlonsoQuijano abandonó la vida cómoda y pri-vada para convertirse en Don Quijote, ca-ballero andante que recorre España de-fendiendo a los débiles y marginados,deshaciendo entuertos, velando para quela justicia, la paz, el respeto y la verdad res-plandecieran en la familia y en la sociedad.

Caballero y escudero“en sintonía”

Como todo caballero, suspiraba por unadama a quien ofrecía sus victorias (Dulcineadel Toboso) y, en sus andanzas, le acompa-ñaba su leal escudero Sancho Panza. Losdos, afrontan momentos que provocan risapor las ocurrencias disparatadas y proceder

DON QUIJOTE DE LA MANCHA



lados. Sancho mantenía vivo el sanchopan-cismo de don Quijote y éste quijotizaba aSancho, sacándole a flor de alma su en-traña quijotesca. Que aunque él dijera ‘San-cho nací y Sancho pienso morir’, lo ciertoes que hay dentro de Sancho mucho DonQuijote.”

¡Bendita locura lanzarsea la aventura de hacer el bien!

La ‘locura’ de Don Quijote está impreg-nada de bondad, vitalismo y sabiduría. Ha-blaba con lucidez y actuaba conextravagancia. Hace alarde de ‘hombre jui-cioso’ sin que, por ello, dejara de auxiliarcon brío y presteza al necesitado. Res-ponde a un duque: “Mis intenciones siem-pre las enderezo a buenos fines, que son dehacer bien a todos y mal a ninguno; si elque esto entiende, si el que esto obra, si elque desto [sic] trata merece ser llamadobobo, díganlo vuestras grandezas, duque yduquesa excelentes.” (Miguel de Cervan-tes, El Ingenioso Hidalgo Don Quijote dela Mancha, Segunda Parte, Capítulo 32) Talvez, deberíamos tomar nota de la conductadel caballero andante en orden a la prácticade nuestra fe y el desempeño de nuestravocación. En lo que concierne a lo primero,expresa santa Teresa de Jesús: “Suplico avuestra merced seamos todos locos, poramor de quien por nosotros se lo llamaron.”(V 16, 6); en cuanto a lo segundo, reco-mienda san Pablo de la Cruz a sus religio-sos en una Carta circular del 2 de mayo de1750: “Rogad, exclamad al Altísimo que ex-tienda nuestra pobre Congregación, que laprovea de hombres santos, para que comotrompetas, animadas por el Espíritu Santo,vayan predicando cuánto ha hecho y pade-cido Jesús por amor a los hombres.” Ocu-rre, no pocas veces, que nos escudamos enla virtud de la prudencia para esquivar elcompromiso de caminar con fe audaz yprofética; rehusamos la llamada a ser testi-gos de Cristo para nuestro tiempo, con elfin de no complicarnos la vida. Don Quijotenos enseña que la prudencia no está reñidacon la determinación de hacer el bien a losdemás. Anuncia el apóstol san Pablo: “Lonecio del mundo lo ha escogido Dios parahumillar a los sabios, y lo débil del mundo

los ha escogido Dios para humillar el poder.Aún más, ha escogido la gente baja delmundo, lo despreciable, lo que no cuentapara anular a lo que cuenta, de modo quenadie pueda gloriarse en presencia delSeñor.” (1 Co 1, 27-29)

Don Quijote sufre todo tipo de humilla-ciones, insultos, palizas, engaños, burlas,sin que dejara por ello de seguir firme y fielcon su misión itinerante, al servicio de losdesvalidos. Una experiencia parecida a laque vivió el apóstol de los gentiles (cf. 2 Co6, 4-5). Las dificultades no interfirieron, sinoal contrario, intensificaron el afán de darsea los demás con pureza interior, en la justi-cia y la verdad. Según él, un caballero an-dante “ha de ser casto en los pensamientos,honesto en las palabras, liberal en las obras,valiente en los hechos, sufrido en los traba-jos, caritativo con los menesterosos, y, fi-nalmente, mantenedor de la verdad aunquele cuesta la vida el defenderla” (El IngeniosoHidalgo Don Quijote de la Mancha, Se-gunda Parte, Capítulo 18).

❚ RAFAEL SÁNCHEZ A., C.P.


58 | Nº 1.064 | Marzo 2021

Escuela de San Pablo de la Cruz

EL CAMINO DE LA CRUZ

Para S. Pablo de la Cruz la unión deamor con Dios es siempre en Cristo yCristo Crucificado. Por ello es necesa-rio conocer el Misterio de la Cruz, ena-morarnos de Cristo Crucificado y sertransformados en Él. El P. L. Merinodice:

La primacía absoluta, el fin, en laespiritualidad de la Congregación Pa-sionista consiste en la unión de amorcon Dios en Jesús Crucificado. Y estefin se desdobla en otro derivado y su-bordinado al anterior, que es la uniónde amor con las almas a las que hay quesalvar por medio de la Cruz.

La espiritualidad del Pasionista,siendo una espiritualidad de partici-pación en el sacrificio de Cristo, con-siste en aquellas debidas y suavesdisposiciones de amor, gratitud y com-pasión que la escena de un Dios cruci-ficado por la salvación del mundo puededespertar solamente en almas singular-mente predispuestas por la gracia(pág. 52).

CRISTO, ÚNICA RESPUESTA

En realidad, la mayor parte delmundo y de las personas viven para símismas. Es muy humano vivir así, esfruto de nuestro pecado: ser nosotrosel centro; en el éxito: ensalzándonos;en el fracaso: lamentándonos. No te-nemos que asustarnos de conocerestas raíces del pecado en nosotros,pero hemos de desear ser de Cristo.Vivir para Él. Él es el único que nospuede liberar de ese sutil y enredadoegoísmo, es el único que puede venceren nosotros al enemigo, es el único que

nos da la felicidad auténtica, no la feli-cidad superficial, banal, barata que elmundo da hoy y mañana nos la arre-bata. Cristo es el único que puede responder a todo: a la vida, a la enfer-medad, a la muerte.

El mundo desconoce esta felicidadque trae tanto bien a nuestro corazón,a la Iglesia y a la humanidad entera.Porque quien se identifica con JesúsCrucificado es una persona libre: noestá pendiente de sus gustos y apeten-cias, de su tiempo, de su cuerpo, de suscomodidades, porque vive en la Volun-tad de Dios y no para sí mismo; vencelas insidias y artimañas del demonio,porque es Cristo quien vence en sualma. Perdona siempre. Sufre con pa-ciencia. Soporta las molestias. Esperaen el Señor que siempre ayuda. Confíaen la Providencia.

San Pablo de la Cruz, místico,evangelizador, escritor.



ESCUELA DE ORACIÓN

S. Pablo de la Cruz tiene su propiocamino y método de oración:

1º La meditación y oración ha deversar en la Pasión y en la Cruz denuestro Señor. No por dolorismo, sinoporque ponemos los ojos del corazón,el pensamiento, y el afecto en el Señory Él nos lleva a olvidarnos de nosotrosmismos. Si contemplo a Jesús si piensoy medito en sus padecimientos por mí,en ese instante Él ocupa el primer lugar,Él es el centro, no lo soy yo. Meditar,pensar, reflexionar, orar, contemplar, laPasión y la Cruz del Señor.

2º S. Pablo de la Cruz no trata tantode llevar al alma a descubrir su castillointerior cuanto hacerle salir de sí mismahacia el Calvario, hacia Jesús Crucifi-cado. Al estar con Jesús Crucificadonos olvidamos de nosotros. No esnuestra alma el centro, sino el Alma deCristo que nos santifica. No es nuestrocuerpo el centro sino el Cuerpo deCristo que nos salva.

3º En la Pasión y en la Cruz hay queencontrar un lugar, un espacio propiodonde descansar el alma, descansarnuestro sufrimiento y el sufrimiento dela Iglesia y del mundo. Entregarle alSeñor nuestras penas. Y hablar conJesús de las penas que Él sufre por elpecado del mundo.

4º Arribar en la Cruz. Descansar enla Cruz. Reposar en la Cruz.

5º Nutrirse en la Cruz. Alimentarseen la Cruz.

6º Esta forma de meditación y ora-ción se acompaña, durante la jornadade “pequeños ejercicios”. Son los si-guientes:

- Cuando tenemos algún sufri-miento se lo ofrecemos a Jesús omejor, lo unimos a los suyos. Basta unapequeña jaculatoria, por ejemplo:

Esto es por ti, Jesús.Te ofrezco este sufrimiento.

Quiero unirme a tu Pasión con estedolor mío.Sufro esto Contigo, Jesús, por mispecados y por los pecados del mundo.Este sufrimiento por tu amor y poralgún alma que lo necesite.Este ofrecimiento y unión con la

Pasión de Jesús lo podemos hacer unavez y muchas veces, siempre que nosacordemos, porque nos ayudarámucho. Al mismo tiempo que se loofrecemos a Jesús intentamos aceptarnuestro sufrimiento, llevarlo con pa-ciencia, unidos a Jesús paciente. Estapráctica es una verdadera escuela deamor, porque vamos aprendiendo enlas pequeñas cosas de cada día a vivirunidos a nuestro Señor Crucificado,relativizamos nuestras cosas y esta-mos dispuestos a su Voluntad. Y, comodice S. Pablo de la Cruz, la Cruz iráechando raíces en nuestro corazónpoco a poco y se hará un árbol grandedonde siempre nos iremos a cobijar,donde seremos protegidos de las ase-chanzas del enemigo, de las seduccio-nes del mundo mundano, dondesiempre encontraremos el favor deDios, su Amor por nosotros, su Cora-zón, el amor a la Iglesia, el hacer biena la humanidad.

- Una ofrenda voluntaria: el sacrifi-cio de nosotros mismos. El Señor ins-pira a cada uno en su corazón qué tieneque sacrificar en cada momento de símismo: renunciar a su propia comodi-dad, a su egoísmo, a su gusto personal,a tener determinada cosa; en definitiva,a su propia voluntad para dejar más es-pacio a la Voluntad de Dios, siemprepor amor a Cristo Crucificado, olvidán-donos de nosotros mismos y dejándolea él el espacio preferente en nosotros.

❚ SOR CATI DE LA SS. TRINIDAD, C.P.OVIEDO


60 | Nº 1.064 | Marzo 2021

Normalmente, el periódicodiario se ojea, se repasa, y se re-tira. Y ya está, termina conver-tido en estorbo inútil. Y eslástima, porque es raro el día enque no se nos ofrecen páginasque muy bien pudieran servir-nos como “páginas para orar” alo largo del día, o de la semana,y luego actuar.

En el periódico del día cabe“casi todo”, y para orar hay que seleccionar, dejando el resto al querer y elsaber del Dios bueno. Y puestos a elegir, convendrá quedarse con las páginasque reflejan el sufrimiento de la gente que más sufre, las lágrimas de los niñosinocentes, las de los jóvenes que, viajando en pateras, en búsqueda de un por-venir mejor, encontraron sufrimiento inclemente, y tal vez muerte y sepulturaen el mar.

Me permito ahora trascribir y subrayar titulares de página de un periódicodiario, tiempo atrás: “están muertos, están todos muertos”, decía una voz allá,en Senegal. “Once jóvenes, todos miembros de una misma familia, de entre18 y 30 años, todos murieron en un cayuco, rumbo a Canarias”. “Pe O. Ubenge,no lo pensó dos veces. Puso su vida en manos de Dios, y se embarcó... Lamadre, enterada de su muerte, aún no se lo puede creer. A veces, cuandoestoy sola, no hago más que llorar”, dice. La mujer de Modou Dieye, otro delos fallecidos: “no hago más que llorar. Él era agricultor, padre de dos hijos pe-queños, cuando crezcan, les contaré que su padre murió en el mar por ellos.Y Mantani Mbengue, abuelo de Abdou, de 20 años, desaparecido: “si aquí hu-biera trabajo, no se irían. Aquí no hay trabajo, no hay futuro, no hay nada...”.“Mi hijo Serigne Modou trabajaba mucho, pero el rendimiento de la cosechano es bueno, por eso se fue al encuentro de la muerte, porque no veía otrasalida, explica M. Gueye.

Estos son sólo algunos datos escuetos, en una página triste. Quedan muchosmás datos, más páginas. Queda mucha más gente a la espera de embarcar, yesperando también acogida y comprensión allá lejos, aquí en España... Se estánhaciendo muchas cosas, a todos los niveles a favor de gentes “sin nada”, en sumayoría jóvenes, y de sus familias. Se va creando una conciencia y una solida-ridad nueva. ¿Pero algo más podremos hacer?, quizá. Rezar mucho, “desde elperiódico”. Y tender manos generosas, dispuestas a compartir, desde la fe y lasolidaridad cristiana. “Conmigo lo hicisteis”, nos dirá un día el Señor. Amén.

❚ MIGUEL G.

Orar y actuar“desde el periódico de cada día”

Orar y actuar“desde el periódico de cada día”



Orar para ser

Orar para acompañar. Dios nos acom-paña siempre, no caminamos solos. Noso-tros debemos acompañar a los demáscomo nos pide el papa Francisco.

Las palabras “acompañar” y “compañía”tienen la misma raíz del latín “cumpanis”,“con-pan”.

Veamos lo que nos dice la palabra deDios sobre acompañar:

“Dios camina con su pueblo” (Dt 31,8). Loguía para que escoja el sendero de la vida(Dt 30, 15-16).

“Dios sale permanentemente al encuen-tro del hombre” (Salmo 42-3).

“Desde antes de su nacimiento cada per-sona disfruta ya de la cercanía cariñosa ycomprometida de Dios” (Jeremías 1.4).

En primera persona, “Yo estoy contigo(Éxodo 3.12) Dios es el Señor de la historiapersonal y universal; que está constante-mente presente y nos acompaña.

“Os llevaré a la tierra que prometí” (Éxodo 6.8).

Ver el relato de Jesús resucitado con los discípulos de Emaús (Lucas 24,13-35).

Debemos acompañar a los demás a encontrarse con Dios, a descubrir elpaso de Dios en su vida y cómo Dios le acompaña para vivir el reino, desdeaquí ahora y toda la eternidad.

“Cada día estamos llamados todos a convertirnos en una caricia de Diospara aquellos que tal vez han olvidado las primeras caricias, que tal vez jamásen su vida han sentido una caricia”.

Oremos, para vivir la presencia de Dios, y no tenerlo como “un paño delágrimas”, para cuando sentimos miedo o peligro.

Y siempre ¡a Jesús por María!

❚ FERNANDO HOLGADO RETES

VILLAMARTÍN

ORAR ES ESTAR A SOLAS CON ÉL,QUE NOS AMA


62 | Nº 1.064 | Marzo 2021

RAÚL ZURITA,un poeta siempre al lado de los pobres

Raúl Zurita es un poeta chi-leno, de sensibilidad exquisita,verdadero artista del sentimientoy de la palabra. Candidato al Pre-mio Cervantes, obtuvo el pasadoaño el Premio Reina Sofía dePoesía Iberoamericana.

Pero antes..., en tiempos yaremotos, cuando en Chile “impe-raba” Pinochet, Zurita sufrióacoso, cárcel y maltratos. En en-trevista reciente, Zurita reiteraba su interés y preocupación por la pobrezade los que poco o nada tienen, y se explanaba: “en este preciso momento,yo estoy bien, estamos conversando, al tiempo que hay gente que no tie-nen donde estar, sobre todo en Latinoamérica, donde es enorme la mi-seria y la pobreza... Yo creo que un Gobierno no se puede medir por lobien que están los que están bien, sino por cómo están los que están re-almente mal. Prefiero mil veces una sociedad más pobre, pero más igua-litaria que esta sociedad tan ostentosa, pero solo para muy pocos... Yoestoy bien, pero al mismo tiempo siento pudor, porque yo no nací paraser un privilegiado en ningún plano, yo nací para estar al lado de los otroshombres, para darme la mano con ellos. Y me da un poco de vergüenza,me siento un poco culpable... Es difícil.

El mundo está feo, está mal, y costaría tan poco hacerlo un poco mássolidario...

La vida es muy hermosa. Incluso ahora que está todo derrumbándose,hay algo que es maravilloso, es terrible y es maravilloso. Si algo ha de-mostrado esta pandemia, este virus, es que somos una humanidad, aun-que no nos guste, lo somos. Hay hermanos nuestros monstruosos, contodo, somos una familia, finalmente. Además, todos podemos ser más omenos así, aunque no lo veamos. Veámonos en nuestras pulsiones, ennuestra propia miseria, en nuestro propio egoísmo... Yo soy un gran lectorde la Biblia, y encuentro en ella una pureza que se ha perdido. Cristo fueun gran revolucionario: ama a tu prójimo como a ti mismo... Es impresio-nante... Los Evangelios tienen una pureza y una nitidez... a mí me maravi-lla”.

Palabras todas estas, y otras muchas, de un poeta, de un sabio que sabemucho de la poesía y de la vida. Ojalá que sigan repercutiendo y gene-rando vida y esperanza.



¿Adónde vamos?¿Adónde vamos?La joven filósofa ale-

mana Edith Stein, judíaconversa y ya entonces re-ligiosa carmelita de clau-sura, había sido apresada,lo mismo que su hermanaRosa. Cuando las dos erantrasladadas por la GES-TAPO de un campo deconcentración a otro, en elcamino, Rosa, asustada ydesconcertada, pregunta asu hermana: Edith, ¿adóndevamos?

A esta pregunta ella le contestó, muy tranquila y serena: Hermana,adónde vamos no lo sabemos, pero sabemos con quién vamos. Vamos conDios.

Ante este ejemplo de fe y de valentía, y ante la situación por la que estáatravesando el mundo actual (la familia, la Iglesia y la vida religiosa), tambiénnosotros podemos hacernos estas preguntas: ¿Adónde vamos? ¿Hastadónde vamos a llegar? ¿Qué va a ser de nosotros?

A estas preguntas, ni yo ni nadie sabemos dar respuesta, pero si nosotros,hombres y mujeres de fe como santa Edith Stein, no sabemos a cienciacierta adónde ni por qué caminos vamos, “sí sabemos con quién vamos,vamos con Dios”.

“Yo estaré con vosotros –nos prometió Jesús– hasta el fin del mundo”.Y vamos también con nuestra madre del cielo, María. No olvides nunca

esta canción, que habrás cantado tú tantas veces:

Cuando recorres la vida,tú nunca solo estás,

contigo por el camino,Santa María va.

❚ PABLO G. MACHO, C.P.ZARAGOZA


64 | Nº 1.064 | Marzo 2021

Encuentros al caminar

Dolores Redondo nació en San Sebastiány vive desde 2006 en Cintruénigo,

localidad de la ribera navarra.

Dolores Redondo Meira nació en SanSebastián, el 1 de febrero de 1969. Es-critora de novela negra, autora de la

Trilogía del Baztán, ganadora del Premio Pla-neta 2016 por la novela “Todo esto te daré”.En 2019 publicó “La cara norte del corazón”,precuela de la saga del Baztán. Se están lle-vando al cine, y con mucho éxito, sus nove-las.

LA ESCRITORA

Dolores escribe desde los 14 años. Em-pezó a estudiar la carrera de Derecho en laUniversidad de Deusto, Bilbao (que no llegóa terminarla) y Restauración Gastronómica enSan Sebastián. Trabajó en varios restaurantesy tuvo uno propio, antes de dedicarse profe-sionalmente a la literatura. Desde 2006 resideen Cintruénigo, localidad de la ribera navarra,dedicada en cuerpo y alma a la escritura y asu familia.

LA PERSONA

Le digo que fui novicio pasionista entreCorella y Cintruénigo y claro que conoce elSantuario de Nuestra Señora del Villar, queson muchas las veces que llega allí, andandoentre las huertas, para sentir el silencio, casidivino, que se respira a la sombra de la Virgenque tiene los ojos azules de tanto mirar alcielo... Me enseña las cintas que lleva alrede-dor de la muñeca izquierda, regalos de susmonjas que rezan por ella. Dolores estudió encolegio religioso y se declara públicamentecreyente (aunque no buena practicante), esosí, todos podemos, como iglesia, mirar lascosas que no se hacen al estilo evangélico,de la Buena Noticia de Jesús... Dolores sabeescuchar, muy atenta a los gestos de sus lec-tores, que como yo se acercan a ella en lapresentación de su última publicación, en laCasa del Libro, en Madrid.

DOLORES REDONDO,La cara norte del corazón

LA MESA

A Dolores le gusta la cocina... Ahora co-cina para su familia y amigos, y en todos suslibros siempre aparecen elementos gastronó-micos. Así lo dice Dolores: “La mesa es elcentro; en torno a la mesa discutimos, entorno a la mesa nos enamoramos... la seduc-ción, la celebración, los negocios, el trabajo,todo lo resolvemos en torno a la mesa. La



nece, sólo Dios y en este proceso nos adap-tamos y vamos aprendiendo a ser mejorespersonas... Toca escribir, pues a escribir conalma, vida y corazón... y en eso estoy. Escribodesde la adolescencia, leo desde que puedorecordar, mi madre me lo transmitió y es queleer te abre y potencia la sensibilidad y te dapistas de otros mundos que están aquí... Miautora favorita fue Ana María Matute (1925-2014), leerla hizo que quisiera escribir y co-nocerla en persona fue uno de los mejoresregalos que he recibido en mi vida”.

“LA CARA NORTE DEL CORAZÓN”

En su última publicación, Dolores Re-dondo combina un valle del Baztán sumidoen la oscuridad de la noche, impregnado poruna continua lluvia, y una ciudad comoNueva Orleáns devastada por el huracán Ka-trina. Un viaje pasado por agua y tempesta-des... “Me gustan las tormentas y me gusta lalluvia, soy del norte de España, he vivido casitodos los episodios de mi vida bajo la lluvia,soy de un lugar donde llueve mucho, y meparece una constante en mi vida... Entre elclima y los personajes de la novela se esta-blece una estrecha relación... y es que megusta zarandear a los personajes y ponerlosal límite”.

Dolores Redondo es cercana, sencilla yamable... He disfrutado leyendo todos sus li-bros. Gracias, Dolores.

❚ PEPE FERNÁNDEZ DEL CACHO

parte hermosa de la cocina es la parte crea-tiva, así la cocina civilizó al hombre y nos civiliza comer... Me gustan los sabores tradi-cionales e identificables. Soy hija de marino,procedo de familia marinera y me gusta elpescado, pero también hay momentos parauna buena carne con verduras y postres ricos.El placer de la cocina, del amor y la literaturaes que los otros disfruten”.

UNA INFANCIA MARCADAPOR EL LUTO

“Sí, el dolor y la pérdida nos igualan atodos, hombres y mujeres, y en mi familiapasó “la parca” llevándose a mi hermana(murió de leucemia), mi tío, un primo, uncompañero muy querido de mi padre... ytodos fuera de tiempo. Recuerdo tener miedoa que todos se fueran y me dejaran sola. Miinfancia fue dolorosa porque es horribleafrontar lo vulnerable de la existencia siendopequeña..., en compensación fui, también,una niña muy amada, con padres que se des-vivieron por darnos amor, educación y valo-res, y eso marca para bien”.

LA ESCRITURA

“Lo que más me gusta en el mundo es es-cribir, pero no es lo más importante de mivida. Lo más importante tiene que ver con mifamilia, con cómo están, con que sean feli-ces... sé que todo cambia, que nada perma-

Dolores Redondo y Pepe Fernández del Cacho en la presentaciónde “La cara norte del corazón”, en la Casa del Libro de la Gran Vía madrileña.


66 | Nº 1.064 | Marzo 2021



Rincón familiar “Santa Gema”

(En memoria del Padre Leandro G. Monge, Pasionista)

Donaciones

A.Z., 20 €., Varias devotas (Trujillo, Cáceres), 60 €., Rita María Blanco Fernández (Santander),10 €., Varias devotas (Santander), 15 €., María Luisa García Ruiz (Almazán, Soria), 40 €.,María Pons Escriva (La Font D’En Carroz, Valencia), 50 €., Patrocinio Escriva (La Font D’EnCarroz, Valencia), 15 €., Bonifacia Martín Hernández (Sanchogomez, Salamanca), 70 €.,Elena Cotallo García (Gijón, Asturias), 10 €., José Asins Fdez. Santalla (Alcobendas, Madrid),100 €., Dolores Santos Rodelgo (Leganés, Madrid), 10 €., Varias devotas (León), 27 €., JuanaFernández (Zamora), 100 €., Araceli Ruiz Pascual (Burgo de Osma, Soria), 20 €., Flor García(Avilés, Asturias), 10 €.

Esta Beca se destina a la formación de jóvenes aspirantes al sacerdocioy a la vida pasionista, en España y América. Colaboradores y amigos de nuestras Misiones,

¡Muchas gracias!

Agradecen y piden favores a Santa Gema

Bonifacia Martín Hernández (Sanchogomez, Salamanca), Por la salud de Jaime (Palos de laFrontera, Huelva), Elena Díaz Rodríguez (Pola de Laviana, Asturias), da las gracias por las ayu-das recibidas, Inmaculada Masip Meseguer (Guadasuar, Valencia).

Cuantos agradecen y piden favores a Santa Gema, si desean salir en esta página,deben dirigirse a REVISTA PASIONARIO, C/ Leizarán, 24.

28002 Madrid - Teléfono 915 635 407.NUEVO E-MAIL Y NUEVA PÁGINA WEB

[email protected] - www.santagematienda.es

Descansan para siempre en el Señor

María Luisa Fernández Velasco, suscriptora por largos años de nuestra “Revista Pasionario”,siempre servicial y amiga fiel de la Familia Pasionista (en Mieres, Asturias), Señor Abundio deBlas, en Aranda de Duero, Burgos. Madre Blanca de San José (Juana Villar Cámara) a la edadde 95 años y 75 de vida Consagrada Pasionista, en Madrid, Josefa Sánchez Riquelme (Abanilla,Murcia), Concepción Sánchez Riquelme (Abanilla, Murcia), Josefa Romero Tapia (Santa Amalia,Badajoz), Julia Calzada Bolado (Santander), María Luisa Fernández Velasco (Mieres, Asturias),Emilia Carmen Peña Ruiz (Cantabria), Carmen Segura García (Madrid).

Por su eterno descanso celebramos la Santa Misa en el Santuarioel día 14 de cada mes a las cuatro de la tarde

Soy una suscriptora, de nombre Celestina García Alonso, quería agradecerles el bonitodetalle que tuvieron al mandarme el calendario de Santa Gema, muchas gracias.

Si puede ser me gustaría aparecer en la sección de Testimonios de la revista paraagradecerle a Santa Gema por todos los favores que ha hecho por mí y mi familia. Siemprela tengo conmigo y le pido mucho, sobre todo salud y paz, pero ella siempre me ayuda.Muchas gracias, santina mía, mi querida Santa Gema, te quiero.

Celestina García Alonso


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Es una de las canciones que a vecesentonamos o escuchamos cantaral comienzo de la santa misa:

Iglesia soy y tú también.La Iglesia no la forman sólo el Papa,

los Obispos, los Sacerdotes, las Monjas,el Coro de la Parroquia. Nos lo recuerdael Salmo 65. Dice así: “Que se postreante ti, oh Dios, la tierra entera; quetoquen en tu honor; que toquen para tunombre, ¡oh Altísimo! ¿Eres cristiano? ¿Eres creyente? Demuéstralo. No teescondas, no disimules. Eso sí; no se trata de una moda. Ni de algo que nos hacostado un dineral. Somos cristianos por la gracia de Dios. Él es el único que nosofrece sus dones gratis. Y además quiere que todos los hombres se salven. ¿Quémás vamos a pedir?

Cuando las cosas no nos vayan demasiado bien recordemos las palabras deJesucristo que rezaba al Padre de esta manera: “Aquí estoy para hacer tu voluntad”.Ser cristiano significa algo más que haber sido bautizados de pequeños y estarmuy seguros de que nuestra partida de bautismo se conserva en alguna parroquiadel pueblo.

El cristiano es un hombre en acción. En acción de paz, eso sí. Cuenta el evangelio en la misa del Bautismo de Jesús que un día Juan Bautista,

al ver al Señor, dijo: “Éste es el cordero de Dios que quita el pecado del mundo”. La comparación a primera vista nos sorprende. Somos testigos de que hoy,

para combatir el mal se usa la violencia. Y así nos van las cosas. Gana siempre elmás fuerte, el mejor armado. Vamos de guerra en guerra. Quizá sea éste elmomento en que los cristianos tenemos que encontrar el coraje para volver aadoptar un estilo de mansedumbre, de comprensión, de dulzura, de entregasilenciosa.

“El cordero “agresivo” sacude de encima el pecado del mundo, no lo elimina.El Cordero de Dios, por el contario, no vacila en llevarlo sobre sí hasta aceptar supropia destrucción”. Fue lo que hizo Jesucristo para salvarnos a todos, incluso alos que le crucificaron: “Padre, perdónales, porque no saben lo que hacen.” Nadade venganzas, de odio contenido. Es así como se ganan las guerras. Podíamoshacer la prueba. Y saldríamos ganando.

Como cristianos practicantes no nos contentemos simplemente con vivir, conir tirando. Vivamos para... ¡Cómo cambiaría el mundo si cambiáramos nosotros!¡Qué gusto!

❚ ALBERTO BUSTO

[email protected]

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Y HOY REVESTIDO DE NIEVE

Lluvia y rocío, BENDECID AL SEÑOR.Fríos y heladas, BENDECID AL SEÑOR.

Rocíos y nevadas, BENDECID AL SEÑOR.Escarchas y nieves, BENDECID AL SEÑOR.

Todo ser que alienta, bendiga siempre al Señor

(Salmo de la Liturgia de la Iglesia)


Está aquí,o más allá.

Está en el campo,está en la ciudad

Está donde hay fe,donde hay amor, está.Está donde hay bondad.Allí, hoy, mañana y siemprela mujer está

La mujer fuerte¿Dónde se podrá encontrar?

(Proverbios, n. 31)


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