Cueca en Valparaiso Andrea Martinez Www.cancionerodecuecas.cl

7/24/2019 Cueca en Valparaiso Andrea Martinez Www.cancionerodecuecas.cl

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Obra realizada en el marco del Proyecto Folio N 7586Cueca en el Puerto: Rescate de su memoria histrica a travs de los ojos de un cultor,nanciado por el Consejo Nacional de la Cultura y las Artes, Fondo Nacional de DesarrolloCultural y las Artes. Regin de Valparaso, Convocatoria 2013.

Primera edicin: Marzo 2014

Registro de Propiedad Intelectual N 237.881

ISBN: 978-956-17-0584-5

Tirada: 1.000 ejemplares

Redaccin y elaboracin del texto: Andrea Marnez CarrascoRelato: Elas Zamora OyarceFotograas anguas: Elas Zamora OyarceRecopilacin Fotogrfca y Fotograa nuevas: Yasna Rivera Flores

Transcripciones: Francisco CooperIlustraciones: Manuel Jorquera

Diseo: Wanda Olea Serey y Gustavo Anllanca PorllaAsistente de Diseo: Ingrid Vsquez Labarca

Fotograa Portada: Andrea Marnez Carrasco

EDICIONES UNIVERSITARIAS DE VALPARASOPonfcia Universidad Catlica de ValparasoCalle 12 de Febrero 187, ValparasoFono: +56 32 227 3087

Fax: +56 32 227 3429www.euv.cl

Impresin Salesianos S.A.

HECHO EN CHILE

CUECA EN VALPARASOLa vida de un cultor porteo


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NDICE

Prlogo

Introduccin

Parte I: Inicios

- Infancia en San Roque- El encuentro con la Batera y las Quintas de Recreo- Inicios en el amor & el trabajo- Los Rodeos

Parte II: El to Elas y la msica como torrente de vida

- Los conjuntos musicales del to durante los 60 70- El Barrio Almendral- Andanzas por el Barrio Puerto- El Golpe y la cada de la bohemia portea

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a cueca es lo que conocemos el co-mn de los chilenos como nuestraDanza Nacional1. Sin embargo,

como ya deca Samuel Claro Valds2, lacueca no es slo una danza, es ademsuna compleja forma de msica, que incor-pora poesa y canto, adems de la dan -za. As, como reere Fernando Gonzlez

1 El 18 de septiembre de 1979, segn Decreto N23,se estableci a la cueca como Danza Nacional.

2 Claro Valds, S., C. Pea Fuenzalida, M.I. QuevedoCifuentes 2011 [1994] Chilena o cueca tradicional.Segunda edicin, CIP- Ponticia Universidad Catlicade Chile.

Marabol3, se encuentra relacionada fuertementea la expresin de la cultura popular de Chile, pre-sente en espacios sociales denidos, que han idovariando conforme avanza nuestra historia.

Tanto ha sido el inters que ha despertado la cue-ca, que al contrario de lo que uno podra pensar,cuenta con una gran cantidad de estudios a nivelnacional, y de larga data, donde ha sido aborda-da desde diferentes perspectivas por distintosautores4. Si bien, hasta hace un tiempo, las te -

3 Ibd.

4Pereira, E. 1941 Orgenes del Arte Musical en Chile. Edicionesde la Universidad de Chile, Santiago; Vega, C. 1947 La formade la Cueca Chilena. Instituto de Investigaciones Musicales(Coleccin de Ensayos N2), Santiago; Mackenna, V. 1922[1882] La zamacueca y la zanguaraa. Revista Chilena, Santiago,septiembre 1922, p. 459. El Mercurio, Valparaso, 1 de agostode 1882; Allende, P.H 1930 La Msica popular chilena. Comunay Hogar, III/17:202-205; Claro Valds, S., C. Pea Fuenzalida,M.I. Quevedo Cifuentes 2011 [1994] Chilena o cueca tradicional.Segunda edicin, CIP Ponticia Universidad Catlica deChile; Acevedo Hernndez 1953 La Cueca. Santiago, EditorialNascimento; Zapiola, J. 1872 Recuerdo de Treinta Aos: 1810-1840. Santiago, Imprenta El Independiente; Loyola, M. y O.Cdiz 2010 La Cueca: Danza de la vida y de la muerte. EdicionesUniversitarias de Valparaso, Ponticia Universidad Catlica de

PRLOGO


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Chile (2000-2010) de Cristian Spencer9, o suuso poltico en el perodo de la dictadura militarde nuestro pas, con una muy buena reexin deAraucaria Rojas en el artculo Las cuecas comorepresentaciones esttico-polticas de chilenidad

en Santiago entre 1979 y 198910.

Ahora bien, la mayora de estos estudios de cuecaurbana mencionan a Valparaso como uno de loscentros neurlgicos de su desarrollo popular, sinembargo, centran su anlisis en Santiago, dejan -do a la ciudad-puerto como referencia para com-plementar lo propuesto para la capital. Pero como

veremos a lo largo de este libro, en Valparaso, lacueca tuvo su desarrollo propio, con dinmicassociales pertenecientes a este territorio. Hasta

9 Spencer, C. 2011 Finas, arrogantes y dicharacheras.Representaciones de gnero en la performance de los gruposfemeninos de cueca urbana en Santiago de Chile (2000--2010). TRANS-Revista Transcultural de Msica Transcultura/Transcultural Musica Review 15.

10 Rojas Araucaria, 2009 Las cuecas como representacionesesttico-polticas de chilenidad en Santiago entre 1979 y 1989.

Revista Musical Chilena, Ao LXIII, Julio-Diciembre, 2009, N212,pp. 51-76.

ahora son escasos los estudios desarrollados en

torno a esta temtica, pero no inexistentes. Car -los Jil Riveros contribuye a la comprensin del re-nacimiento de la cueca de urbe durante los aos80, con su libro El Resurgimiento de la Cueca Ur-bana en Valparaso. Historia de Los Afuerinos y

anlisis de la construccin de la Cueca 11, donde

esta agrupacin tuvo un papel fundamental. Asmismo es posible hallar trabajos que comparanciertas letras de cuecas porteas con el acon-tecer histrico social de barrio puerto en el art-culo Yo soy la cueca portea no cualquiera me

canta.Cultura Popular, sujeto y cueca brava enel puerto12 de Marco Chanda. A esto se sumauna publicacin reciente del antroplogo scarCollipal Salas, que realiza una reexin tericae histrica en torno al concepto de cueca chora

11 Jil Riveros, C. 2012 El Resurgimiento de la Cueca Urbana enValparaso. Historia de Los Afuerinos y anlisis de la construccin

de la Cueca. Editorial USM.

12 Chanda, M. 2005 Yo soy la cueca portea no cualquierame canta. Cultura Popular, sujeto y cueca brava en el puerto.Globalizacin, Identidad y Justicia Social. Editor: Leal Hurtado,Ren (2005). Editorial Arcis, Santiago-Chile.


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de los Nezy la Isla de la Fantasa, y la perma-nencia de festivales de cueca tanto en Valparasocomo alrededores.

Es debido a este inters, y al escaso estudio sis-temtico que existe, que este libro busca contri-

buir en la construccin de la memoria histrica

del desarrollo social de la cueca en Valparaso17durante los ltimos setenta aos, a travs de unrelato de vida de una persona que vivi en carnepropia todos estos cambios y proceso, cultivandoel arte de hacer cueca, principalmente desde lapercusin y del canto. En nuestras revisiones, nos

percatamos que exista una reiterada referenciaa estos espacios y a ancdotas, pero no haba unestudio profundo y sistemtico de reconstruccin

17 Nos referimos a la Cueca en Valparaso de una manera gen-rica. No nos adentramos a la discusin terica de las distincionesentre brava, chora o portea, ya que no sali a la luz en elrelato del to. Ahora bien, don Elas fue parte de escenarios don-de conviva la cueca ms rural con la ms citadina, como enrodeos y quintas, y en espacios donde comparta la cueca msbrava con la portea, como en el Nunca Se Supo. Es por ello quepreferimos entenderla de una manera genrica, como una cuecaprincipalmente urbana, propia de Valparaso, pero que a su vezalberga distintos estilos de interpretacin.

de estas historias relatadas por los cultores. Eneste sentido, buscamos centrarnos en la historiade vida de un solo cultor, don Elas Zamora, paracontribuir en esta reconstruccin, entendiendoque es slo una voz de los distintos relatos quepueden existir; lo que nos da una gran satisfac-cin, ya que consideramos que este libro puedeabrir una puerta para la realizacin de otras re-construcciones y relatos, que sin duda enrique-cer la memoria histrica de todos los porteosy por qu no del pas.

Si bien, consideramos que este libro es un aporte

al estudio de la cueca, no pensamos en ningnmomento realizar un anlisis exhaustivo y acad-mico de lo que aqu se relata, ya que es funda -mentalmente un libro de difusin, dirigido tanto alectores cercanos al ambiente de la cueca, comoa pblico general. En e ste sentido rescatamos lassiguientes palabras de Fernando Gonzlez Mara-bol:

Ningn idioma acadmico puede hablar con la

fuerza de la expresin y soltura, que tiene la so-nora lengua patria, pero el ofcialismo de Amricaconsidera propia el habla de los doctos acadmi-


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INTRODUCCINEL TO ELAS,

EL MISMO QUE VISTE Y CALZA


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niones. Nos llam profundamente la atencin suapertura a ayudarnos, y de incentivarnos en con-tinuar nuestra bsqueda de la cueca portea, sindejar de ser tajante en sus apreciaciones sobrelos estilos de cueca, tanto en baile como en can-to. Las historias que relat nos trasladaron a unValparaso que se intuye al caminar por sus callespero que ya no se ve, emanando espacios, comolas quintas de recreo o los locales de la bohemiaportea, enunciando una multitud de nombresde personajes de los que nuestra generacin notiene rastros.

Andrea: To, Usted qu edad tiene?Don Elas: 81 aos de edad, nac en el 31Yasna: Y, cundo empez en la msica?

Don Elas: Tena como 13 aos cuando hicimosun grupo de msica con unos vecinos en SanRoque.

Y ah comprendimos: al frente nuestro habaalrededor de 70 aos de historia de la msicapopular portea, un inconmensurable acervo deconocimiento musical en percusin y canto, reasen las que el to se haba autoformado, y anactivo y respetado por todo el medio del mundo

puerto. Verlo ah, a las cuatro de la maana, medej, a lo buen chileno, plop! y sin ms, abr elpaso para que pudieran pasar todos hacia la fon-da. No bast que el to cruzara el umbral de lacarpa para que la banda interrumpiera el temapara saludarlo e invitarlo a pasar al escenario patocar sus cuequitas.

Entre sus acompaantes estaban sus yernos ynietos, con quienes se haba escapado un ratitode una celebracin familiar que estaban llevandoa cabo en la casa de unas de sus hijas, MaraCristina, vecina del cerro Barn. Ms tarde volvia aparecer en la Fonda pero con el familincom-pleto, incluyendo a sus hijas. Para esas horas dela noche, yo ya haba terminado mi funcin enla puerta y pudimos compartir ms, y hasta noscantamos sus cuecas. As nos conocimos.

Meses ms tarde nos volvimos a encontrar en LaQuinta de los Nez, que recientemente habaabierto sus puertas con eventos familiares domi-nicales. Para entonces, nos encontrbamos ini-ciando un grupo musical con unas amigas, entreellas Yasna Rivera, pieza fundamental de esteproyecto, e invitamos al to a una de nuestras reu-


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PARTE II N I C IO S

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