Cuentos de Hadas Tradicionales

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Simbología de los cuentos de hadas tradicionales Hermógenes Bastarrica Antes de entrar en los relatos en concreto, conviene detenernos en algunas consideraciones de tipo psicológico-pedagógico. Es conocido el rechazo de cierta pedagogía —sobre todo la de raíz positivista— por los cuentos tradicionales, considerándolos factores perturbadores de la psiquis infantil (por su condición demasiado cruel, por la presencia de personajes algo siniestros, por la importancia de la muerte en ellos). Según esos pedagogos, el niño tendrá tiempo al crecer de conocer la vida con sus bemoles. Se llegó al extremo de acusar a estas sagas populares de ser causa del famoso "sentimiento de culpa" que ha caracterizado a parte de la filosofía europea. Pero desde hace algunas décadas —mucho antes en círculos esotérico teosóficos— comenzó el proceso de revaloración de estos relatos, destacando su valor terapéutico. Bruno Bettelheim, el gran sicoanalista, se colocó a la vanguardia de tal rescate a través de su hoy clásica obra Psicoanálisis de los cuentos de hadas. En esas páginas, apelando al rigor técnico prueba que aquellos relatos tan vituperados por décadas ayudan sicológicamente a los chicos desde el momento que les proporcionan "criterios de valor", y lo hacen en un lenguaje alegórico, mítico y mágico, que no es otro que el de la propia infancia. Además indica que la estructura de estos textos convoca arquetipos de la esencia humana, que penetran adecuadamente en la psiquis infantil alimentándola con algo que ni la escuela ni nadie podría darle. Más todavía: Bettelheim afirma que mediante los cuentos de hadas el niño va conociendo, con alegorías adecuadas a su modo de aprehender el mundo, la cruda realidad de la vida. En definitiva: aquellas historias tradicionales —desde esta perspectiva, correspondiente con lo que siempre ha planteado el conocimiento esotérico— lejos de perjudicar al pequeño lector (u oidor) ayudan a su formación, le aportan esa "educación sentimental" tan necesaria para su equilibrado pasaje a la adolescencia. Ahora bien, cabe aclarar qué entendemos por cuentos de hadas. Digamos que tales relatos —anónimos, orales, populares— no son privativos del ámbito europeo, sino que los encontramos ya en el mundo semítico, en Egipto, en la India, en el Extremo Oriente, y en la América Precolombina. Además, muchos de los relatos que filiamos a la tradición europea provienen del Oriente, ya que siempre ha sido un fenómeno comprobable la existencia de "vasos comunicantes" a nivel cultural. El "paralelismo simbólico" nos permite, además, descubrir cómo iguales estructuras surgen en mitos y leyendas de los cuatro confines y de todas las épocas. El tema puede resultar vasto, inmenso, casi inabarcable. Por tal motivo hemos elegido circunscribirlo a una saga ejemplar: los cuentos que los hermanos Jacob y Wilhelm Grimm recopilaron en la primera mitad del siglo XIX en apartadas regiones rurales de Alemania. Estos fueron,

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Simbologa de los cuentos de hadas tradicionalesHermgenes Bastarrica

Antes de entrar en los relatos en concreto, conviene detenernos en algunas consideraciones de tipo psicolgico-pedaggico. Es conocido el rechazo de cierta pedagoga sobre todo la de raz positivista por los cuentos tradicionales, considerndolos factores perturbadores de la psiquis infantil (por su condicin demasiado cruel, por la presencia de personajes algo siniestros, por la importancia de la muerte en ellos). Segn esos pedagogos, el nio tendr tiempo al crecer de conocer la vida con sus bemoles. Se lleg al extremo de acusar a estas sagas populares de ser causa del famoso "sentimiento de culpa" que ha caracterizado a parte de la filosofa europea.

Pero desde hace algunas dcadas mucho antes en crculos esotrico teosficos comenz el proceso de revaloracin de estos relatos, destacando su valor teraputico. Bruno Bettelheim, el gran sicoanalista, se coloc a la vanguardia de tal rescate a travs de su hoy clsica obra Psicoanlisis de los cuentos de hadas. En esas pginas, apelando al rigor tcnico prueba que aquellos relatos tan vituperados por dcadas ayudan sicolgicamente a los chicos desde el momento que les proporcionan "criterios de valor", y lo hacen en un lenguaje alegrico, mtico y mgico, que no es otro que el de la propia infancia. Adems indica que la estructura de estos textos convoca arquetipos de la esencia humana, que penetran adecuadamente en la psiquis infantil alimentndola con algo que ni la escuela ni nadie podra darle. Ms todava: Bettelheim afirma que mediante los cuentos de hadas el nio va conociendo, con alegoras adecuadas a su modo de aprehender el mundo, la cruda realidad de la vida.

En definitiva: aquellas historias tradicionales desde esta perspectiva, correspondiente con lo que siempre ha planteado el conocimiento esotrico lejos de perjudicar al pequeo lector (u oidor) ayudan a su formacin, le aportan esa "educacin sentimental" tan necesaria para su equilibrado pasaje a la adolescencia.

Ahora bien, cabe aclarar qu entendemos por cuentos de hadas. Digamos que tales relatos annimos, orales, populares no son privativos del mbito europeo, sino que los encontramos ya en el mundo semtico, en Egipto, en la India, en el Extremo Oriente, y en la Amrica Precolombina. Adems, muchos de los relatos que filiamos a la tradicin europea provienen del Oriente, ya que siempre ha sido un fenmeno comprobable la existencia de "vasos comunicantes" a nivel cultural. El "paralelismo simblico" nos permite, adems, descubrir cmo iguales estructuras surgen en mitos y leyendas de los cuatro confines y de todas las pocas.

El tema puede resultar vasto, inmenso, casi inabarcable. Por tal motivo hemos elegido circunscribirlo a una saga ejemplar: los cuentos que los hermanos Jacob y Wilhelm Grimm recopilaron en la primera mitad del siglo XIX en apartadas regiones rurales de Alemania. Estos fueron, por as decirlo, antroplogos "avant la lttre", que sin contar con el hoy imprescindible grabador rescataron sin embargo con toda fidelidad y respeto esos cuentos que venan trasmitindose oralmente, de generacin en generacin, desde haca tal vez miles de aos. Y lo hicieron en forma casi providencial, en un momento en el cual ante la inminencia de la industrializacin comenzaba a correr serio peligro de perderse su recuerdo. Los Grimm compartan el criterio del Romanticismo Alemn, movimiento al que indudablemente pertenecieron, que valoraba especialmente el rescate de las aejas tradiciones del pasado.

Los hermanos Grimm se complementaban armoniosamente. Jacob era el fillogo, el conocedor de la historia y la lingstica, as como de la vieja mitologa germnica. Wilhelm era el artista, el que le daba forma potica a los relatos que ambos recogan valindose de los mtodos cientficos del primero. Su obra no se limita al rescate escrito de los cuentos de hadas tradicionales que les han dado tan justa fama, sino que adems completaron juntos un valioso Diccionario alemn (que dejaron inconcluso y que otros culminaron), siendo Jacob aparte autor de una Gramtica alemana y de una Mitologa germnica, y Wilhelm de La leyenda heroica alemana.

Wilhelm declar en su momento: "Nuestro primer cuidado ha sido el ser fieles a la verdad. Nos hemos esforzado en penetrar dentro de los salvajes bosques de nuestros antepasados, escuchando su noble lenguaje, observando sus puras costumbres, reconociendo su antigua libertad y sincera fe". Y esto no fue solamente una declaracin de principios, pues ha quedado testimonio del respeto con que transcribieron los relatos orales que iban encontrando.

Acercndonos ahora a la interpretacin concreta de estos cuentos, podemos tener claro algo que dice Rudolf Steiner en su libro titulado La interpretacin de los cuentos de hadas. All plantea el sabio antroposfico lo siguiente: "Cuando recogemos cuentos de hadas, tal como son relatados por los antiguos, poseemos, ciertamente, los restos de un antiguo cuadro visto astralmente, pero ciertos detalles pueden haber sido alterados mientras tanto... En una verdadera explicacin del cuento de hadas debe reconocerse siempre que debemos retroceder hasta el arquetipo, e identificarlo. Todo corresponde a tales acontecimientos astrales". Y ms adelante prosigue, de este modo sugestivo: "En los tiempos remotos de la antigedad los hombres tenan experiencias astrales. Un hombre las contaba a otro, el otro las recoga a su vez y as era llevado el cuento de lugar en lugar".

Un armonioso equipo

Cuando hablamos de "cuentos de hadas" se entiende que tales historias no se refieren exclusivamente a las hadas, aunque ellas suelen aparecer en ellos, lo mismo que los duendes, los gnomos, las ondinas, y otros tantos personajes sutiles que hacen referencia a realidades esotricas. Con esa denominacin abarcamos todas las sagas tradicionales que tienen de comn denominador la amalgama entre lo que llamamos real y lo fantstico, el proponerse como "ejemplos" en sentido amplio, y el tener esa condicin alegrica y claramente "arquetpica". En general son relatos lineales, de estilo coloquial y libre, planteados de tal manera que se facilita naturalmente su recordacin oral. Ello queda claro cuando leemos por ejemplo los cuentos de los Grimm en una traduccin fiel al original, no en las tantas que adulteradas abundan por ah.

Un grave problema con el que se encuentra el estudioso de estos materiales tiene que ver con las malas o inexactas traducciones. Son adaptaciones pretendidamente "para nios", donde se ha intentado quitarle crueldades al texto con el lamentable resultado de tergiversarlo. Por ejemplo: hay una traduccin inglesa de La Cenicienta, en la cual se elimin la parte final del relato, aquella en la cual se describe el castigo sufrido por las dos hermanastras en manos de las palomas amigas de Cenicienta. Este fragmento, que es decisivo, tiene que ver ni ms ni menos con las leyes csmicas de Retribucin y Castigo, eso que los hindes llaman Karma.

Otro de los motivos que explican la tergiversacin de estos cuentos es su adaptacin a la pantomima en el siglo XVIII. Si a ello agregamos el toque Disney, tenemos ya un caso de adulteracin proyectada a pblicos masivos. Si tomamos como ejemplo nuevamente La Cenicienta: en la versin original no aparecen ni zapatitos de cristal, ni calabaza, ni ratn (elementos que se agregaron para darle ms brillo). Otro detalle que se dej de lado fue la escena en que las hermanastras aparecen cortndose los dedos de los pies para poderlos hacer entrar en los zapatitos.

Hay elementos que se reiteran, como la presencia del prncipe y la princesa; uno de ellos o ambos han sido encantados, y el amor los libera. El casamiento final alude a la "boda qumica" de los antiguos alquimistas, y a la unin del alma humana y el espritu presente en todas las antiguas enseanzas. Los cuentos comienzan en general con la expresin "Erase una vez..." lo que hace referencia a que se trata de algo que puede volver a suceder una y otra vez, en diferentes casos, lo que est vinculado a la ley de Recurrencia y tambin a la ley csmica del Eterno Retorno. Y suelen culminar los relatos con una frase harto sugestiva: " y si no han muerto desde entonces, ellos estn todava vivos".

Podramos seguir con la interpretacin de elementos recurrentes en muchos de los relatos. Por ejemplo, el viejo rey que muchas veces aparece, es tal vez la Eterna Conciencia, el Anciano de los Das de los cabalistas. El nmero siete lo vemos reiterado: los siete enanos de Blancanieves, los siete cabritos con el lobo. Recordemos que entre los egipcios y los griegos, entre los pitagricos y todos los cultores del profundo simbolismo de los nmeros, el siete fue altamente significativo. No por casualidad se habla de siete planetas astrolgicos, de siete metales alqumicos, de siete cuerpos de la anatoma oculta del ser humano, de siete cosmos en referencia al macrocosmos, y que sean siete los das de la semana.

Desentraando claves

Adentrndonos en los relatos en concreto, si tomamos La bella durmiente, encontramos que en el reino del padre de esa nia recin nacida eran trece las hadas, y sin embargo se invita slo a doce, y la treceava resulta el hada fatdica. En esto hay una profunda significacin esotrica, que va mucho ms all de la popular supersticin con el nmero 13, pues el 13 en numerologa profunda es un nmero positivo vinculado al cambio espiritual. En cuanto a que se invite a doce a la fiesta: podemos asociar esto con los doce apstoles, los doce dioses olmpicos en Grecia, los doce signos astrolgicos, los doce pares de Francia que secundaban a Carlomagno, los doce caballeros que acompaaron al Rey Arturo en la mstica aventura de la Tabla Redonda, las doce horas de Apolonio de Tyana. El 12 aparece en muy diferentes culturas como nmero clave. Las hadas de ste y otros cuentos tradicionales no son meramente personajes de fantasa, sino que se corresponden con criaturas de otras dimensiones a las que han hecho referencia muchos clarividentes. Estos seres viviran en otro plano, ms sutil, y tendran justamente la misin de ayudar a los seres humanos. Once de las hadas le ofrecen a la nia diversos dones, como virtud, belleza, riquezas, etc.; la nmero 13 ofendida por no haber sido invitada al bautismo maldice a la recin nacida pronosticando su muerte a los quince aos; a su vez, el hada nmero 12, que an no se haba manifestado, aminora esto diciendo que solo ser un sueo de cien aos. Vemos claramente, haciendo "otra" lectura distinta, el trabajo que los Seores del Destino realizan antes de cada nacimiento, balanceando los mritos o demritos de quien va a nacer y marcando su suerte.

El sueo de la bella durmiente, y el sueo en que caen todos los habitantes del reino, es desde otro punto de vista ese "dormir" en vigilia que para Samael Aun Weor y otros autores esoteristas es la condicin actual del ser humano. Una zarza enorme cubre el palacio y a los durmientes, lo que puede evocar la zarza ardiente que encontr Moiss en el desierto, y alude a la necesidad de ciertos conocimientos para lograr despertar realmente la conciencia.

Las hermanastras de La Cenicienta no eran, contra todo lo que se ha credo, feas al menos no en el cuento de los Grimm pero s"de corazn duro y negro". A quienes se han acercado valindose de la lgica comn a este relato, les ha sorprendido la frialdad del padre, favoreciendo siempre a las que en definitiva no eran sus hijas de sangre; aqu debemos recordar el sentido alegrico, e interpretar que ese padre equivale al Ser interior de cada uno, nuestra Conciencia ms profunda en otros trminos. Desde la perspectiva religiosa: ese Dios que en muchos casos resulta duro, pero que en definitiva acta como el perro pastor que muerde a las ovejas para que no se desven de la buena ruta y se precipiten en un barranco.

Las palomas y otras aves ayudan a Cenicienta a separar el grano para poder ir al baile. Esto nos habla de otra realidad oculta: la relacin que puede darse entre un alma pura y esas "nimas" que son la parte espiritual de los animales.

Por tres veces Cenicienta baila con el prncipe, y al llegar la noche (no la medianoche, que es algo que agregaron versiones posteriores) se escapa para no ser reconocida. El nmero 3, la accin realizada por tres veces, es un elemento tambin constante en este tipo de historias tradicionales. Vale recordar el profundo sentido Cabalstico del 3.

Culminando con la peripecia de Cenicienta, la muchacha apela a su madre difunta; acude a su tumba a la hora de la imposibilidad, y es all donde aparece la solucin. Aqu percibimos dos elementos de inusitada hondura: el aspecto maternal-espiritual, simbolizado en el catolicismo por la Virgen Mara, que puede prestar ayuda a quien transita un camino de bsqueda trascendente; pero tambin est la tumba, o sea hermticamente hablando la "muerte que nos da vida".

Blancanieves es el cuento ms conocido de los Grimm. Aqu tambin la herona es hurfana y tiene madrastra. Reparemos en la frecuencia de tal circunstancia en este tipo de historias; la madrastra es una mala madre, y analgicamente la vida puede ser una dura madrastra cuando no logramos una adecuada relacin con ella. Ese espejo en que se mira la reina nos remite al tema de la imagen, de la mscara y el rostro; los espejos estaban presentes siempre en las ceremonias de iniciacin de la genuina Rosacruz, y el espejo tiene relacin directa con las artes mgicas, con ciertas capacidades taumatrgicas y con el comunicarse con otras dimensiones. La reina, al enterarse por el espejo que ya no es la ms linda, le pide al cazador que mate a Blancanieves y que le traiga como prueba de ello el corazn, los pulmones y el hgado (harto significativa la relacin de estos rganos con aspectos de la "anatoma oculta" del hombre). Los siete enanos son justamente los gnomos, contraparte espiritual de los minerales a los que aluden todas las aejas enseanzas populares y esotricas. Hay un aleccionante texto de Paracelso, relacionado con estos inocentes obreros subterrneos que toman la forma de diminutos ancianitos.

La reina no solamente es mala, es una hechicera de la "mano izquierda", y tiene el poder de las metamorfosis mgicas (por tal motivo puede volverse vieja). Por tres veces visita a Blancanieves y sta no la reconoce; le ofrece primero un lazo que le quita la respiracin, luego una peineta que casi la envenena, y por ltimo una manzana emponzoada. En los dos primeros casos los enanos llegan y la salvan, pero no sucede lo mismo en el tercero. Blancanieves permanece como si estuviera muerta, en estado de latencia, hasta que se presenta el prncipe y la revive. Aqu se reitera el tpico de la "salvacin por el amor" presente tambin en La bella durmiente que tiene cierta relacin con misterios como el Andrgino y el erotismo trascendente.

Es interesante reparar en el smbolo de la manzana. Este se remonta a Adn y Eva en el Gnesis. Es equivalente a la tentacin aqu tambin. Lo pecaminoso como prohibido.

Otros cuentos de los Grimm

Hansel y Gretel muestran por un lado la capacidad que da el estado de alerta, de conciencia, para superar las trabas y acechanzas que nos coloca la vida y sus avatares. Esto en el caso del primer abandono de los nios en el bosque, pues en el segundo las migas de pan que Hansel esparce en el camino son comidas por los pjaros. La casa de caramelo encierra otra enseanza: por fuera dulce, amarga y siniestra por dentro. Tambin aqu Hansel se salva con habilidad y astucia. De su peripecia por el bosque el camino del buscador de la verdad Hansel y Gretel vuelven con joyas y piedras preciosas, que son ni ms ni menos que los "bienes espirituales" ganados con la experiencia.

Caperucita Roja por su parte, debe recorrer el bosque (que es la vida) donde encuentra al lobo (los mltiples peligros y acechanzas) para visitar a su abuelita (la sabidura de los ancestros). Es devorada, junto a su posibilidad de sabidura, por el lobo, por la vida. Sin embargo algo late en ella, al igual que en aquella Sofa de los gnsticos asediada por la oscuridad, y por ello recibe ayuda encarnada en el cazador (la fuerza Superior) que la salva a ella y a la abuelita.

El caso de Pulgarcito es el de todo aquel que siente el llamado de la aventura del espritu. Es pequeo, como pequeos somos todos enfrentados al misterio de la existencia. Con audacia, valenta y entereza va dando sus primeros pasos, aplicando tambin la inteligencia (por ejemplo: en el episodio de los ladrones en la casa del cura). Es devorado primero por una vaca y luego por un lobo (animales emblemticos). Se salva en el primer caso apelando a sus propios recursos, o sea haciendo creer que la vaca hablaba, lo que hace que la maten, la abran y l pueda salir. Del vientre del lobo lo rescata su propio padre. Aqu la sugerencia es notable: nuestro Padre trascendente ese "Padre nuestro que ests en los Cielos" de la plegaria por excelencia enseada por Jesucristo salva al peregrino del Camino de la Verdad de los riesgos e incluso de las cadas y despistes.

Si reparamos en otros cuentos de los Grimm vamos a encontrar ms referencias a criaturas de carcter fantstico. En La ondina del lago el molinero realiza un pacto con una criatura sutil de las aguas, en el cual desaprensivamente cambia a su futuro hijo por riquezas. Aqu como enfatizamos antes con relacin a las hadas y gnomos debemos aclarar que no se trata de mera imaginera sino que el argumento da carnadura a "reales" fuerzas squicas presentes en la naturaleza, que son neutras en realidad y que utilizadas sin precaucin y sin el conocimiento debido nos llevan tarde o temprano a la desgracia. Pero este relato posee otros elementos de rica significacin: cuando ese nio, destinado por su inconsciente padre a la ondina del lago, cae ya mayor en poder de esa fuerza que habita las aguas, su mujer a travs del sueo logra obtener los recursos para salvarlo. Esto es puro y autntico "esoterismo"; todos los maestros y escuelas genuinas han considerado que es en el llamado Mundo Astral, la dimensin de los sueos ni ms ni menos, donde realmente podemos tomar contacto con las verdaderas claves de la Sabidura profunda. En el final del relato, el hombre salvado de la ondina del lago y su mujer, son separados mucho tiempo por el Destino; esto trae, en cierta manera, el antiguo arquetipo de las "almas gemelas", que se buscan a travs de muchas existencias hasta encontrarse plenamente un da.

Podemos todava recordar ms referencias a los misterios esotricos en los Hermanos Grimm. En La casita del bosque, donde las tres hermanas se pierden al ir a llevarle la comida al padre siguiendo los granos que l haba dejado esparcidos por el camino (y que las aves se comen en cada ocasin), estamos ante un "encantamiento" pues el viejo que encuentran es un prncipe, y los animales sus servidoresque nos remite a realidades concretas de la magia como el fenmeno de la "licantropa". Las tres hermanas sufren la misma "prueba", pero solamente la salva atendiendo a la alimentacin de todos los personajes y dejando de lado el egosmo la menor. Ella es premiada y las otras castigadas con el encierro en una oscura cueva (esto se puede interpretar como la Ley del Destino operando).

Andersen, Barrie y Carroll

Hans Christian Andersen, el escritor dans, del igual modo que los Grimm realiz un trabajo de rescate de leyendas populares escandinavas la pasada centuria.

Tal vez ms sentimentales y romnticos que los cuentos de los hermanos alemanes, los de Andersen son algo menos el resultado de una fidelidad a los relatos tradicionales, que una creacin personal, en la cual la impronta del autor est mucho ms presente. Si nos detenemos en La hija del mar, ms conocida como La Sirenita, encontramos por un lado la evocacin de criaturas en apariencia fantstica pero que personalizan a fuerzas sutiles que habitan en realidad las aguas marinas (las legendarias "nereidas"; la presencia de tales criaturas es permanente en nuestra cultura desde hace milenios). Desde otro ngulo, la historia de "la sirenita" es simblicamente la peripecia de cualquier ser humano atrado por algo ms que el presentismo materialista y fenomnico, que busca con ahnco "otras" realidades intangibles. Todos somos de alguna manera esa sirenita que tena una inexplicable nostalgia por el mundo de la superficie que no conoca, y que luego de poder contemplarlo al conjuro del amor ya no va a poder olvidarlo. La sirenita muestra luego un posible camino de mayor trascendencia, que se abre para quien est dispuesto a transitarlo: a travs del renunciamiento, y de un amor generoso y desinteresado, ella logra por fin superando pruebas y zozobras elevarse a una dimensin incomparablemente mejor que aquella en la cual habitaba.

El patito feo o El ms feo (como se lo conoce tambin) delinea una historia moral con raigambre esoterista: la conclusin es que las apariencias resultan engaosas, y que la fealdad relativa de pronto encierra en su interior una riqueza y una belleza insospechadas. Nos habla de la necedad de nuestros conceptos subjetivos, relacionados con nuestra estrecha experiencia, que nada tienen que ver con la verdadera realidad de las cosas.

Como culminacin de este acercamiento a la simbologa esotrica de los cuentos de hadas, podramos evocar a dos autores considerados clsicos del relato para nios, que sin haber abrevado como los anteriores en fuentes tradicionales, por va indirecta s fueron impregnados por ciertos arquetipos inequvocos de una perspectiva esotrica. Se trata de J. M. Barrie, el autor de Peter Pan, y de Lewis Carroll, el padre de Alicia en el pas de las maravillas.

Las aventuras de Peter Pan, Wendy y el resto de los nios en el pas del Nunca Ms, podramos interpretarlas desde la ptica esotrica como esa conexin o capacidad de comunicacin con lo maravilloso, con lo misterioso, con lo sutil, que poseen naturalmente los nios. Para el gnosticismo, la primera infancia es un perodo donde la Esencia de cada uno de nosotros se manifiesta todava libre de condicionamientos del Ego y la Personalidad. No cabe duda que Peter Pan es habitante de una dimensin donde el tiempo no existe, el mbito de la Eternidad correspondiente al Plano Astral. Todo lo que acontece en el divertido libro se desarrolla directamente en esa "dimensin" de la Gran Realidad. Si procursemos recordar retazos de nuestra primera infancia, acaso no nos asombrara tomar conciencia de la naturalidad con que entonces armonizbamos lo ldico, lo onrico, y lo que ahora llamamos "real"? Es claro que la obra de Barrie tiene ya una impronta moderna, pues el autor se preocupa al final por enfatizar el implacable pasaje del tiempo reflexin contempornea como pocas, reflejada en la filosofa y el arte al mostrarnos el crecimiento de Wendy hasta hacerse mujer, y cmo es suplantada en el cario y la magia de Peter Pan por su propia hija Juanita.

Para culminar, tenemos a Lewis Carroll y sus dos obras: Alicia en el pas de las maravillas y Alicia a travs del espejo. Aparte de sus innegables valores literarios reconocidos por la mejor crtica, en estos libros se descubre una riqueza en paradojas lingsticas, numricas y lgicas, que han llamado la atencin a muchos estudiosos. Este ltimo rasgo los hace adelantarse al Surrealismo por un lado, y adems los constituye es una suerte de "zen" occidental, algo que es evidente por ejemplo en el dilogo que mantienen Alicia y la Liebre de Marzo.

Pero aqu nos interesa simplemente destacar que estos relatos poseen adems su costado "esotrico". Los viajes que emprende Alicia no son otra cosa que pasajes a dimensiones que estn en otra vibracin energtica que la de este mundo tridimensional; por eso es que las leyes de la lgica formal se violentan all, y por eso pueden ser las cosas "al revs". El espejo profundo y rico smbolo tambin est presente, y no faltan las cartas de baraja con reminiscencias y evocaciones a la antigua sabidura del Tarot.

La necesidad de los cuentos de hadas

Desde los tiempos del Romanticismo, en que los poetas recorran los tranquilos pueblos de su patria recogiendo el folklore narrativo, disponemos hoy de un enorme corpus de la narrativa oral occidental que quiz de otro modo se hubiera perdido. Son los llamados cuentos de hadas cuyo nombre remite a un mundo mgico, con algunos ingredientes fantsticos, otros realistas y muchos simblicos. Gracias a autores como los Hermanos Grimm, Perrault o Andersen, la literatura occidental ha mantenido viva una tradicin cuentstica oral que an hoy sigue surtiendo de imgenes y smbolos a la mayora de los nios de nuestrasociedad. Este hecho, que pudiera resultar simplemente anecdtico, resulta ser todo un fenmeno de transmisin que se dirige directamente al subconsciente de los nios y que subyace en muchas de nuestras emociones y decisiones de adultos. Bruno Bettelheim, a mediados del siglo XX inici un tipo de estudios muy novedosos, basndose en los cuentos de hadas y rebuscando el efecto teraputico de stos en nios problemticos. Otro psiclogo, Alejandro Jodorowsky, en su tratado de Psicomagia, propone, a su vez, una serie de actos mgicos que sanan dolencias del alma y del cuerpo con el mismo tipo de lenguaje simblico, que se dirige al mismo lugar que aquellos cuentos de hadas: al magma poderoso y revuelto de nuestros deseos y frustraciones ms ocultos, el subconsciente, inconsciente o el ello, en palabras de Freud. Otra terapeuta, Verena Kast, recorre el mismo camino pero dedicado al adulto. As que, seleccionando muy diferentes rutas, estos psiclogos, siempre con ayuda de la literatura, defienden la necesidad de un lenguaje simblico y mgico para resolver nuestros conflictos y frustraciones internas.Bettelheim, en su Psicoanlisis de los cuentos de hadas, afirma que: A travs de los siglos (si no milenios), al ser repetidos una y otra vez, los cuentos se han ido refinando y han llegado a transmitir, al mismo tiempo, sentidos evidentes y ocultos; han llegado a dirigirse simultneamente a todos los niveles de la personalidad humana y a expresarse de un modo que alcanza la mente no educada del nio, as como la del adulto sofisticado. As este afamado psiclogo se encarg de trabajar con nios, de contarles cuentos de hadas y analizar sus reacciones, elaborando todo un tratado al respecto. Cuestiones como el significado de la capa roja de la caperucita o del lobo, visto como el varn que pueda encontrase cualquier jovencita al salir al bosque-mundo son ya habituales gracias a algunos cuentos que, desde Perrault a los cuentistas ms modernos, fueron propagados en las moralejas que se aadan a modo de eplogo. Pero no es slo un sistema de smbolos ya conocidos y que no aportan nada, sino toda una referencia moderna a la resolucin de conflictos internos. Si un nio constata, asustado, que su madre-hada, la que le daba todo, se ha convertido en una madre-bruja exigente, el nio sufre un terrorfico conflicto interior. Si esa misma madre le lee sonriente un cuento donde aparece una horrible bruja que al final resulta ser severamente castigada, el nio comprende que no es un monstruo, que su madre sufre una transformacin, pero persiste el hada buena que hay en ella y que el conflicto se resolver por medio de su propia perseverancia, de un objeto mgico, algn hroe salvador, la unin entre hermanos o alguna otra idea genial.

II. Aportacin de los cuentos de hadas para los nios

Los cuentos de hadas aportan, sobre todo, esperanza en el futuro. La extraa promesa del final feliz de los cuentos de hadas llevara tambin al desencanto, en la vida real del nio, si formara parte de una historia realista o expresara algo que va a suceder donde habita el nio. Sin embargo, el final feliz del cuento ocurre en el pas de las hadas, una tierra que slo podemos visitar mediante nuestra imaginacin (p. 184) Esto ocurre, por ejemplo, con las llamadas pataletas: Los ataques repentinos de clera, que son la expresin visible de la conviccin del nio de que no hay nada que hacer para mejorar las condiciones insoportables en que vive, nos muestran hasta qu punto pueden llegar las frustraciones, decepciones y desesperos de un nio en un momento de mxima sensacin de fracaso. Tan pronto como un nio es capaz de imaginar (es decir, fantasear) una solucin favorable a sus problemas actuales, los ataques de clera desaparecen, porque al haberse consolidado la esperanza en el futuro, las dificultades actuales dejan de ser insoportables (p. 175) Ahora bien, para que este mecanismo funcione es necesario que el cuento permanezca original, no limado en sus asperezas por el cine o por las editoriales. Ana Mara Matute lo explica de otro modo en su discurso de ingreso de la RAE:As de reales eran aquellos mundos en los que me sumerga, porque los llamados cuentos de hadas no son, por supuesto, lo que la mayora de la gente cree que son. Nada tienen que ver con la imagen que por lo general se tiene de ellos: historias para nios, a menudo estupidizadas y banalizadas a travs de podas y podas polticamente correctas, porque tampoco los nios responden a la estereotipada imagen que se tiene de ellos. Los cuentos de hadas no son en puridad otra cosa que la expresin del pueblo: de un pueblo que an no tena voz, excepto para transmitir de padres a hijos todas las historias que conforman nuestra existencia.De padres a hijos, de boca a boca, llegaron hasta nosotros las viejsimas leyendas. Pero en esas leyendas, en aquellos cuentos para nios que, por otra parte, fueron recogidos por escritores de la talla de Andersen, Perrault y los hermanos Grimm, por ejemplo se mostraban sin hipcritas pudores las infinitas gamas de que se compone la naturaleza humana. Y all estn reflejadas, en pequeas y sencillas historias, toda la grandeza y la miseria del ser humano.El hambre que asolaba al campesinado medieval queda plasmada, mejor que en cualquier testimonio, en cuentos como Pulgarcito o Hansel y Gretel: los padres abandonan a sus hijos en el bosque, para que los devoren las fieras antes que verlos perecer de inanicin en sus casas. La crueldad, la ambicin, la fragilidad del ser humano, todo se revela en estos cuentos aparentemente simples e indudablemente inocentes. Con toda la crueldad y el cinismo de la inocencia, que no juzga, sino que se limita a constatar.Caperucita roja es una adolescente que debe salir al mundo y mantenerse en la virtud, que es el camino que le traza su madre, es decir, en el principio de realidad, abandonando el principio de placer por el que todos los nios se sienten tentados; tambin debe desconfiar de los lobos, que es la parte ms irracional de nosotros mismos, la ms animal, la que nos aconseja quedarnos jugando y recogiendo flores en vez de acudir en ayuda de la abuela. El nio comprende, adems, que hay otra parte de nuestro ser que sabe controlar las emociones y le puede rescatar de sus tentaciones: el cazador se convierte as en smbolo del yo y en smbolo del progenitor, del padre, que nos protege si nos salimos de nuestro camino.La cuidadora de gansos est en otro proceso de maduracin diferente. Ella sale del hogar materno de forma definitiva, para casarse con un prncipe, pero no est preparada para ello, lo que se demuestra porque pierde el pauelo mgico que le dio su madre al partir. Adems, su falta de carcter o inmadurez le hacen asistir pasiva a la suplantacin de identidad de su criada, la cual se casa con el prncipe y la condena a ella a cuidar gansos. Cuando es capaz de alejarse del muchacho con quien cuida gansos, que pretende tocarle el cabello, es el momento en que ya est preparada, ya ha madurado; es entonces cuando el prncipe se entera de la historia y el final feliz llega.Con mucha frecuencia aparecen tres hermanos que deben superar una serie de pruebas para lograr la recompensa, a veces es el reino, o una mujer, o un tesoro. En estos casos los hermanos mayores suelen ser arrogantes y fsicamente ms fuertes, frente a un hermano tercero, dbil y con baja autoestima, que se cree incapaz de desarrollar las habilidades de los mayores, como en Las tres plumas, o Pulgarcito. Sin embargo, con sus principios y sus extraas habilidades para la concentracin en s mismo y saber aprovechar su intuicin consigue el premio final y por tanto vence a sus hermanos, en el primer caso, o su capacidad de decisin en el segundo; parecido es Los tres lenguajes, en el cual un prncipe es considerado un inepto por su propio padre; sin embargo termida siendo nombrado Papa; aqu no tiene hermanos, es su padre el que no es capaz de distinguir ninguna cualidad en su hijo. Como no puede ensearle nada lo enva con tres afamados maestros con los que, aparentemente, no ha aprendido nada ms que el lenguaje de los animales; con ello se hace todo tipo de amigos que le hacen superar todas las dificultades. El mensaje es evidente: el pequeo es con el que el nio se siente identificado, en parte por sus hermanos, pero tambin si no los tiene. Para un hijo nico, el tercero es siempre l, si cuenta con los dos padres. El nio se siente impotente ante las acciones de los mayores, sean ogros o padrastros, y los cuentos los estimulan a ser fieles a sus principios y les ensean a seguir adelante con confianza en sus propios mritos. En Hansel y Gretel se refleja el temor a ser devorado y la angustia que siente un nio a ser abandonado por sus padres. Los tesoros que hallan al matar a la bruja son la constatacin de que los hermanos han trabajado juntos, una vez que han tenido que salir del hogar protector, y vuelven al hogar con ese tesoro, que es la propia maduracin, en su bolsillo. El tema de hermanos unidos contra la adversidad es muy frecuente en los cuentos de hadas.. Los tres cerditos simboliza los tres estadios de maduracin en el nio. El lobo simboliza los peligros reales a que est expuesto el nio si no es capaz de madurar en su momento. Su psique peligra, de la misma manera que lo hace la de la Cenicienta si no supera los conflictos con su hermanos frente a la pasividad de un padre con poco carcter.Esto es lo que produce la literatura siempre: la inmersin en un mundo mgico como la mejor forma de conocimiento de uno mismo. Cuando un nio escucha un cuento, sus padres le estn llevando de la mano a la posibilidad de cambiar su mundo, de ampliarlo y mejorarlo. Y sobre todo, les estn abriendo una puerta a la esperanza: los finales felices de los cuentos no se asemejan a los de las historias realistas, puesto que el nio que lee que un prncipe hereda un reino sabe que no es real, sino que comprende que ha logrado autonoma personal y que est conquistando su reino, es decir, su propia autonoma. El hecho de que el castigo del malvado sea ejemplar tambin se explica desde el punto de vista del nio. En todas las historias el bien y el mal estn representados por personajes bien diferenciados, que remiten a la imagen polarizada de los nios. Adems, los malos son atractivos, son fuertes y tienen a menudo poderes, por lo que el triunfo final, una vez derrotado, es mucho ms satisfactorio.

III. Los cuentos de hadas para los adultos

Ahora bien, ese lenguaje simblico no cae en desuso tras la corta infancia. Ya Carl G. Jung, en El hombre y sus smbolos, dice: usamos constantemente trminos simblicos para representar conceptos que no podemos definir o comprender del todo. Esta es una de las razones por las cuales todas las religiones emplean lenguaje simblico o imgenes. Pero esta utilizacin consciente de los smbolos es slo un aspecto de un hecho psicolgico de gran importancia: el hombre tambin produce smbolos inconscientes y espontneamente en forma de sueos (Jung, C.G., 1995, p. 21). Enlazando con la filosofa freudiana, se puede inferir que desde el chamanismo del hombre primitivo siempre hemos necesitado ayuda para resolver los conflictos internos. El problema es que el hombre moderno ha perdido con frecuencia estas referencias, tan importantes, y han provocado desajustes que la literatura fantstica tampoco ha solventado. La cuentstica tradicional es importante. Muy importante en la vida de nios y adultos. Los adultos siguen necesitando de ese ajuste interno, a menudo porque no lo han hecho en su infancia; otras veces porque la vida les va exigiendo nuevas pruebas que superar. Los cuentos y los smbolos mgicos nos ayudan a ver en nuestro interior:El momento en que Alicia atraviesa la cristalina barrera del espejo, que de pronto se transforma en una clara bruma plateada que se disuelve invitando al contacto con las manitas de la nia, siempre me ha parecido uno de los ms mgicos de la historia de la literatura, quiz el que ofrece un mito ms maravilloso y espontneo: el deseo de conocer otro mundo, de ingresar en el reino de la fantasa a travs, precisamente, de nosotros mismos. Porque no debemos olvidar que lo que el espejo nos ofrece no es otra cosa que la imagen ms fiel y al mismo tiempo ms extraa de nuestra propia realidad. (Ana Mara Matute op.cit.)Alejandro Jodorowsky tambin realiza un interesante recorrido por los cuentos y sus enseanzas en El saber de los cuentos, donde repasa la cuentstica de numerosas culturas, pero es en su Psicomagia donde converge con esta representacin simblica de los cuentos; desarrolla cmo los problemas y sobre todo las enfermedades son una forma de expresin del dolor psicolgico que padece el sujeto, y cmo el recetar actos psicomgicos pueden curarlo. Los actos psicomgicos son actos que debe realizar le enfermo, atendiendo, principalmente, a la clave del problema, y que conllevan una carga simblica dirigida directamente al subconsciente. Aporta varios ejemplos llevados a cabo por l: el ms sencillo remite a un hombre en pleno ataque de epilepsia, el cual ataj, simplemente, quitndole la alianza del dedo anular. As se cur inmediatamente; otro caso trata de un hombre que tena un problema con sus inquilinos; les haba advertido de que necesitaba el piso pero no se iban. El psicomago recet esta vez que fuera a buscar a su hermano, con el cual haba perdido bastante relacin, le sugiri que le regalara floras y le invitara a cenar. As hizo, recuperando de ese modo la relacin perdida de su infancia. En una semana, los inquilinos se haban ido, curiosamente llevndose consigo los muebles, lo cual se puede considerar como smbolo de un pasado que al fin ha sido arrastrado al olvido. La base de esta teora es muy similar a la de los cuentos de hadas: el lenguaje simblico no es comprensible para el ser consciente, pero s para el subconsciente, donde se enrazan la mayor parte de los problemas del individuo. Siguiendo esta lnea, basa cualquier enfermedad en un sntoma de un problema no resuelto, incluidos los accidentes, que en cierto modo nos los provocamos nosotros mismos. Del mismo modo, cualquier olvido o regalos no son producidos por el azar, puesto que tienen un significado oculto, subconsciente, que remite directamente a las motivaciones internas, a lo ms ntimo de nuestro ser, al ello que slo aflora en los sueos.Siguiendo la lnea de los cuentos de hadas, nos encontramos con otra autora, Verena Kast, que tambin utiliza un cuento de hadas, en este caso para solventar problemas matrimoniales. La ondina en el estanque simboliza la huida del hombre del matrimonio provocada por una fascinacin. La ondina representa la ruptura de la rutina, el encanto, la belleza o la femineidad. En el cuento se narra cmo un hombre adulto y casado est a punto de sucumbir a manos de una ondina, a la cual haba hecho su padre una promesa que no cumpli. El hombre, cazador, casado y viviendo felizmente se acerca al estanque de la ondina a limpiarse las manos. La ondina sale del agua y lo arrastra consigo. Su mujer acude a buscarlo, para recuperarlo, tiene que realizar una serie de acciones.La esposa del cazador suea con una anciana que le da un peine de oro con el cual peinarse a la orilla del estanque, lo cual significa adentrarse en s misma y reencontrar su naturaleza ondnica. Las aguas se abren un poco y la esposa consigue ver el rostro del amado, observndola con tristeza, antes de que las aguas se vuelvan a cerrar. Entonces la anciana le da una flauta mgica, con la cual debe tocar junto al estanque. De este modo, la flauta simboliza la unin del cielo y la tierra, la mujer debe re-seducir a su esposo. Las aguas se abren esta vez hasta la cintura, y el amado levanta sus brazos hacia ella. Pero no es suficiente. Es a la tercera, como en toda la tradicin oral, cuando el amado resulta rescatado. Esta vez la esposa debe hilar con un huso. Hilar es una accin que simboliza la constancia, significa poner el orden en el caos. La ondina aporta confusin emocional a la vida, pero esta confusin conduce hacia un nuevo orden de cosas, y se acomoda convenientemente al hilo de la vida, con la condicin de que consiga devanar el hilo hasta que el huso est lleno. Eso es lo que hace la mujer del cazador, insistiendo en su firme decisin por la continuidad. Una vez que el cazador sale de las aguas, se han alejado el uno del otro, trabajando de pastores: el cuidado del ganado supone un movimiento circular, de concentracin en el cuidado cotidiano, que puede ser de un ganado o puede ser de los propios hijos. Cuando al fin se encuentran, trabajan juntos durante una temporada sin reconocerse. Es cuando l saca la flauta, la misma que toc ella junto al estanque, cuando llora recordando a su amado. La msica es smbolo de la emocin, del sentimiento, que era lo que le faltaba al aguerrido cazador para acercarse a su esposa. Es la msica la que hace que los esposos se reconozcan finalmente. La anagnrisis final demuestra cmo a menudo las parejas se distancian y se desconocen; tambin con mucha frecuencia sufren de una fascinacin, que puede ser otra persona o cualquier otro elemento distorsionador, y cmo el no fascinado puede luchar por la recuperacin del fascinado.

IV. Conclusin

Mara Jess Cejas expone en una revista digital su experiencia en el aula aplicando el Psicoanlisis de los cuentos de hadas. El grupo era pequeo, once alumnos con once problemas, los cuales, perteneciendo a un tercer curso de Primaria, desconocan los nmeros y letras por completo. La lectura de determinados cuentos parece que les hizo mantener viva la atencin hasta el final, valorar la lectura, mantener la secuenciacin temporal y mejorar la expresin oral el re-contarlos.Muchos compaeros de Secundaria de diferentes reas leen cuentos a sus alumnos, como premio, como recompensa, para cambiar de actividad o porque a ellos les gustan. Suelen ser cuentos modernos, interesantes, con mensaje. O intrigantes y curiosos. En cualquier caso, nuestros alumnos han dejado atrs el mundo mgico de los cuentos de hadas. Pero, quin puede decir que sean ajeno a su magia? Quiz si un adolescente leyera Los tres lenguajes comprendera que hay padres que con frecuencia no entienden las habilidades de sus hijos. Si releyeran Caperucita Roja hallaran en su esencia el principio de placer y el principio de realidad. O quiz no. En todo caso, la bsqueda puede ser individual, cualquiera puede plantearse cul fue su cuento favorito y por qu, y extraer interesantes conclusiones sobre uno mismo. Como dijo Ana Mara Matute:Las ideologas, incluso las ideas y los ideales, cambian, perecen o se transforman. Los sentimientos, por ahora, se mantienen exactamente iguales a los de los cuentos de hadas.

V. Bibliografa y webgrafa

- BETTELHEIM, Bruno: Psicoanlisis de los cuentos de hadas. Ed. Ares y Mares 2006- JODOROWSKY, AlejandroPsicomagia. Ed. Siruela 2004El saber de los cuentos. Ed. Obelisco 2003- PROPP, Vladimir, Morfologa del cuento, 5 ed., Madrid, Fundamentos, 1981, 234 pp. (Coleccin Arte. Serie crtica; 21).- STEINER, Rudolf, La sabidura de los cuentos de hadas, Madrid, Editorial Escuela Espaola, 1998.- KAST, Verena: La ondina en el estanque. Ed. Paids 2001.- Silvia Fendrik Acerca de la vida, las ideas y la prctica clnica de Bruno Bettelheim: El Psicoanalista que bebi la leche negra de la aurora.Fragmento del seminario on-line Psicoanalistas de nios: Orgenes y destinos de su obra, en http://www.comunidadrusell.com- M Jess Cejas: Experiencia ulica con la obra Psicoanlisis de los cuentos de hadas, de Bruno Bettelheim :htpp://contexto-educativo.com.ar/2000/12/nota-01.htm.Revista esfinge digital. Diciembre de 2007- Rosario Olivar de la Torre y Pablo Lestn Grau. En: htpp://www.revistaesfinge@com- Ana Mara Matute: En el bosque. Discurso ledo en 18/01/98 en la RAE. http://www.clubcultura.com