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Curso gratis de Análisis y gestión de riesgos ambientales Lección 1 Introducción a los Riesgos Ambientales Lección 2 Definición de Riesgo Lección 3 El Riesgo Ambiental Lección 4 Marco legal del Análisis de Riesgos Ambientales Lección 5 Ley 26/2007 de Responsabilidad Ambiental Lección 6 Real Decreto 2090/2008. Reglamento de desarrollo parcial de la Ley 26/2007 Lección 7 Orden Ministerial ARM/1783/2011 Lección 8 Obligación de realizar. Un Análisis de Riesgos Ambientales Lección 9 Introducción al Análisis de Riesgos Ambientales Lección 10 Términos y definiciones Lección 11 Introducción y antecedentes de la norma UNE 150008:2008 Lección 12 Metodología propuesta por la norma UNE 150008:2008 Lección 13 Evaluación del Riesgo Ambiental Lección 14 Gestión del Riesgo Lección 15 Análisis de Riesgos Sectoriales Lección 16 Verificación del Análisis de Riesgos Ambientales Lección 17 Modelo de Oferta de Responsabilidad Ambiental (MORA) Lección 18 Las garantías financieras Lección 19 Obligaciones y excepciones de constitución de garantía financiera Lección 20 Instrumentos financieros adicionales a las garantías Lección 21 Recomendaciones Finales Introducción a los Riesgos Ambientales Desde hace muchos años se viene hablando con más o menos frecuencia de riesgos ambientales. Este tema ganó en notabilidad en España a partir de la publicación de la Ley 26/2007 de Responsabilidad Ambiental.

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Curso gratis de Análisis y gestión de riesgos ambientales

Lección 1 Introducción a los Riesgos Ambientales Lección 2 Definición de Riesgo Lección 3 El Riesgo Ambiental Lección 4 Marco legal del Análisis de Riesgos Ambientales Lección 5 Ley 26/2007 de Responsabilidad Ambiental Lección 6 Real Decreto 2090/2008. Reglamento de desarrollo parcial de la Ley

26/2007 Lección 7 Orden Ministerial ARM/1783/2011 Lección 8 Obligación de realizar. Un Análisis de Riesgos Ambientales Lección 9 Introducción al Análisis de Riesgos Ambientales Lección 10 Términos y definiciones Lección 11 Introducción y antecedentes de la norma UNE 150008:2008 Lección 12 Metodología propuesta por la norma UNE 150008:2008 Lección 13 Evaluación del Riesgo Ambiental Lección 14 Gestión del Riesgo Lección 15 Análisis de Riesgos Sectoriales Lección 16 Verificación del Análisis de Riesgos Ambientales Lección 17 Modelo de Oferta de Responsabilidad Ambiental (MORA) Lección 18 Las garantías financieras Lección 19 Obligaciones y excepciones de constitución de garantía financiera Lección 20 Instrumentos financieros adicionales a las garantías Lección 21 Recomendaciones Finales

Introducción a los Riesgos Ambientales

Desde hace muchos años se viene hablando con más o menos frecuencia de

riesgos ambientales. Este tema ganó en notabilidad en España a partir de la publicación

de la Ley 26/2007 de Responsabilidad Ambiental.

En el sector empresarial, los riesgos ambientales empezaron a ser considerados,

sobre todo a partir del año 1976, año en el que tuvo lugar en la ciudad italiana de Seveso,

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un accidente industrial en una pequeña planta química. El accidente produjo la liberación

al medio ambiente de cantidades importantes de la dioxina TCDD y que ésta llegara a

zonas de población, causando diversos efectos y graves consecuencias. A partir de este

accidente se publicaron las conocidas Directivas SEVESO.

La revista Time publicó a propósito del derrame de petróleo en el Golfo de México

que ocurrió en 2010, un listado con los 10 peores desastres ambientales de la historia:

Chernobyl: el desastre por la explosión de la planta nuclear en Ucrania en 1986.

Bhopal: la fuga de una planta de pesticidas provoca 15.000 muertos en India en 1984.

Los pozos petroleros de Kuwait en llamas: 1991, Guerra del Golfo Persico, Saddam

Hussein ordena explotar los pozos petrolíferos que ardieron durante más de 7 meses.

Love Canal: en 1978 en el pueblo de Love Canal, 21 mil toneladas de desechos

tóxicos industriales que habían sido enterrados por una compañía local en los años 40

y 50's comienzan a revelarse por todos lados.

El Exxon Valdez: el barco petrolero encalló en el estrecho de Prince William en Alaska

derramando 11 millones de galones de crudo en 1989.

La planta nuclear de Tokaimura: El peor accidente nuclear de Japón en 1999.

El Mar de Aral: la desaparición de un mar.

La nube de Dioxina en Seveso: en 1976 la explosión en una planta química en Italia

provocó una nube de Dioxina en el pueblo de Seveso

El mal de Minamata: Desde el año 1956 los habitantes del pueblo japonés de

Minamata comenzaron a sufrir un extraño mal que luego se reveló era causado por la

ingesta de productos del mar que vivían en aguas contaminadas por los desechos de

las industrias locales.

Three Mile Island: el peor desastre nuclear de los Estados Unidos. Si bien nadie murió

en 1979, este incidente dejó en claros los temores de la población frente a la energía

nuclear.

Es por ello, se ha desarrollado una importante legislación que trata en profundidad los

riesgos ambientales, que no es otra que toda la legislación de responsabilidad

medioambiental que se estudia en temas posteriores

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Definición de RiesgoUna buena forma de comenzar un curso de Análisis y Gestión de Riesgos Ambientales,

es tener perfectamente claro el concepto de riesgo, existiendo múltiples definiciones para

el mismo, siendo esto imprescindible para poder comprender a la perfección el concepto

de riesgo ambiental.

Según la Real Academia Española la palabra riesgo tiene las siguientes

acepciones:

1. Contingencia o proximidad de un daño.

2. Cada una de las contingencias que pueden ser objeto de un contrato de

seguro.

Este término, muy empleado en Economía, Política y Medicina, ha extendido su

uso a todas las ciencias. Es frecuente encontrar que el término riesgo se usa como

sinónimo de peligro. Esta confusión proviene del origen de los términos y su etimología. El

origen del término riesgo es incierto; según algunos lingüistas, se relaciona con la palabra

del castellano antiguo “resegué” (resecar, cortar), cuya acepción, muy usada en la Edad

Media, es sinónimo de lucha, contradicción y división. Por ello se piensa que

probablemente todo el grupo riesgo-risco procede del latín resecare, cortar, que tiene

doble acepción: por un lado división, discordia y por otro, lugar quebrado y fragoso.

Etimológicamente riesgo proviene de rísico o rischio (peligro). Se cree que puede

tener origen común con la palabra castellana ‘risco’: peñasco escarpado, escollo,

promontorio, antiguamente ‘riesco’, que se aplicaba también al peligro que corría el que

transitaba por escollos o promontorios escarpados (rhizicare).

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Naciones Unidas define la palabra riesgo como el "grado de pérdida previsto

debido a un fenómeno natural determinado y en función tanto del peligro natural como de

la vulnerabilidad".

Además, una de la definiciones de riesgo más aceptadas globalmente, y la que

vamos a tener en cuenta a lo largo de todo el curso es la que se muestra a continuación:

Riesgo   es la probabilidad de ocurrencia de un peligro

El concepto incluye la probabilidad de ocurrencia de un acontecimiento natural o

antrópico y la valoración por parte del hombre en cuanto a sus efectos nocivos

(vulnerabilidad), es decir, la severidad de los daños provocados. La valoración cualitativa

puede hacerse cuantitativa por medición de pérdidas y probabilidad de ocurrencia.

Cuando se cuenta con los datos adecuados para realizar un cálculo de probabilidades se

puede definir el riesgo. En cambio, cuando no existe posibilidad de calcular

probabilidades, sino que solo existe intuición o criterio personal, se está frente a una

incertidumbre.

El Riesgo AmbientalRiesgo = Probabilidad x Consecuencia

Una de las conclusiones que podemos alcanzar con la lectura del tema 1 es que el riesgo

es la exposición, en este caso de las empresas u organizaciones, a posibles sucesos que

se pueden convertir en daños al medio ambiente, en concreto a los recursos naturales

que protege la legislación de responsabilidad medioambiental que se estudiará en temas

posteriores.

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Si hablamos de riesgo ambiental, tenemos que tener en cuenta que estamos ante un

concepto muy complicado de calcular:

1. La severidad de los daños es muy difícil de interpretar, ya que no es fácil determinar

que daños a los recursos naturales causa mayores pérdidas por lo que en todo caso,

el análisis de riesgos medioambientales, va a estar condicionado por un importante

componente subjetivo.

2. El número de variables implicadas en el cálculo del riesgo ambiental es muy alto.

3. Es muy complicado llegar a acuerdos en cuanto al valor que se debe dar a los

distintos recursos naturales.

4. Es muy difícil caracterizar las distintas fuentes de peligro.

5. Igualmente complicado es calcular el cálculo de las probabilidades de ocurrencia de

un suceso ya que en el tema que estamos tratando, los datos históricos no son de

mucho valor ya que las actividades humanas cambian frecuente y rápidamente.

No obstante, aunque pudiéramos salvar todos los problemas anteriores, los recursos

que tienen las empresas para estimar las probabilidades de ocurrencia y determinar la

severidad de los posibles daños provocados por su actividad, son muy limitados, ya que

esto supondría una gran inversión en coste y tiempo.

En definitiva, recalcar que en la gestión de riesgos ambientales hay que saber

gestionar adecuadamente la incertidumbre de todo lo que estamos comentando.

Esta incertidumbre es uno de los motivos por el cual se ha considerado necesario

desde las Administraciones Públicas desarrollar un marco legal en marco de la

responsabilidad ambiental. Es importante distinguir entre incertidumbre y variabilidad,

debido a que ambas pueden resultar en incertidumbre en los resultados de la evaluación

de riesgos.

Un aspecto variable es aquel que toma distintos valores, que difieren por la

ubicación, el tiempo o el individuo.

Una cantidad incierta es aquélla que tiene un valor correcto pero desconocido.

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Marco legal del Análisis de Riesgos Ambientales

El artículo 45 de la Constitución Española reconoce el derecho de los ciudadanos

a disfrutar de un medio ambiente adecuado como condición indispensable para el

desarrollo de la persona, al tiempo que establece que quienes incumplan la obligación de

utilizar racionalmente los recursos naturales y la de conservar la naturaleza estarán

obligados a reparar el daño causado con independencia de las sanciones administrativas

o penales que también correspondan.

Este mandato ha sido objeto de desarrollo a través de diferentes normas jurídicas

que, pese a su extensión y actualización, no han sido capaces de prevenir la producción

reiterada de accidentes de diversa naturaleza que han tenido gravísimas consecuencias

para el entorno natural. Ello pone de manifiesto la necesidad de contar con una legislación

ambiental que instrumente nuevos sistemas de responsabilidad que prevengan

eficazmente los daños medioambientales y, para los casos en los que estos lleguen a

producirse, aseguren una rápida y adecuada reparación.

A esta necesidad responde la Directiva 2004/35/CE del Parlamento Europeo y del

Consejo, de 21 de abril de 2004, sobre responsabilidad medioambiental en relación con la

prevención y reparación de daños medioambientales.

Esta Directiva es el primer texto legislativo comunitario que positiviza el principio

de «quien contamina, paga» como uno de sus objetivos principales. A través de ella se

establece un marco común de responsabilidad con el fin de prevenir y reparar los daños

causados a los animales, las plantas, los hábitats naturales y los recursos hídricos, así

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como los daños que afectan a los suelos. El régimen de responsabilidad se aplica a

algunas actividades profesionales enumeradas expresamente y, respecto de otras

actividades que no se catalogan expresamente cuando el operador incurra en culpa o

negligencia.Así, la directiva establece la competencia de las autoridades públicas de velar

por que los propios operadores responsables adopten o sufraguen las medidas

necesarias de prevención o reparación.El plazo de trasposición venció para los Estados

Miembros el 30 de abril de 2007.

De esta forma, con unos cuanto meses de retraso, el 24 de octubre del año 2007,

se publicó en el Boletín Oficial del Estado (BOE), la Ley 26/2007, de 23 de octubre, de

Responsabilidad Medioambiental, en la que se transponía la Directiva 2004/35/CE,

incorporando al ordenamiento jurídico español un régimen administrativo de

responsabilidad ambiental de carácter objetivo e ilimitado basado en los principios

de prevención y de que«quien contamina paga». Se trata de un régimen administrativo en

la medida en la que instituye todo un conjunto de potestades administrativas con cuyo

ejercicio la Administración pública debe garantizar el cumplimiento de la ley y la aplicación

del régimen de responsabilidad que incorpora. Se separa, pues, de la responsabilidad civil

clásica en la que los conflictos entre el causante del daño y el perjudicado se dirimen en

sede judicial.

La responsabilidad medioambiental es, además, una responsabilidad ilimitada,

pues el contenido de la obligación de reparación (o, en su caso, de prevención) que

asume el operador responsable consiste en devolver los recursos naturales dañados a su

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estado original, sufragando el total de los costes a los que asciendan las correspondientes

acciones preventivas o reparadoras. Al poner el énfasis en la restauración total de los

recursos naturales y de los servicios que prestan, se prima el valor medioambiental, el

cual no se entiende satisfecho con una mera indemnización dineraria.

La responsabilidad medioambiental es, por último, una responsabilidad de carácter

objetivo en la que las obligaciones de actuación se imponen al operador al margen de

cualquier culpa, dolo o negligencia que haya podido existir en su comportamiento. Se

completa de esta manera el marco legal de protección de los recursos naturales, pues los

daños medioambientales con origen en la comisión de infracciones administrativas o

penales ya estaban tipificados por las distintas normas sectoriales, las cuales venían

estipulando de ordinario la obligación de restitución de los perjuicios derivados de tales

actuaciones infractoras. Además, de esta manera se hace efectivo el principio de

que«quien contamina paga» al trasladar los costes derivados de la reparación de los

daños medioambientales desde la sociedad hasta los operadores económicos

beneficiarios de la explotación de los recursos naturales.

La dimensión reparadora de este régimen de responsabilidad medioambiental no

debe, en ningún caso, minusvalorar su dimensión preventiva. Al contrario, debe ser objeto

de especial atención, tanto en su regulación como en su aplicación administrativa, pues

no hay mejor política conservacionista que la política de prevención frente a los daños

medioambientales. Esta visión justifica la universalización que de las obligaciones en

materia de prevención y evitación de daños medioambientales realiza la ley, haciendo

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extensiva su adopción para todo tipo de actividades y frente a todo tipo de

comportamientos, tanto dolosos o negligentes, como meramente accidentales o

imprevisibles.

El 7 de julio de 2011 se publicó en el BOE el Real Decreto-ley 8/2011, de 1 de

julio, de medidas de apoyo a los deudores hipotecarios, de control del gasto público y

cancelación de deudas con empresas y autónomos contraídas por las entidades locales,

de fomento de la actividad empresarial e impulso de la rehabilitación y de simplificación

administrativa. Este Real Decreto Ley incorpora 2 novedades importantes para la Ley

26/2007:

1. Se incluye la posibilidad de que haya actividades o instalaciones que, aunque en el

Anexo III de la Ley 26/2007 y en el Anexo de la Orden ARM/1783/2011 (que

comentaremos más adelante)están potencialmente obligadas a pasar por el

trámite de hacer un Análisis de Riesgos Ambientales (y, en su caso, contratar una

garantía financiera), puedan finalmente quedar excluidas cuando esté aprobado el

documento de umbrales que está elaborando el ministerio compétete en el seno

de la Comisión Técnica de Prevención y Reparación de Daños Medioambientales.

2. La garantía financiera obligatoria que algunos operadores tienen que suscribir (más

adelante trataremos estas garantías) debe incluir la reparación de los daños

ocasionados por los incendios, no obligatorio antes de la publicación del Real

Decreto Ley.

En el BOE del 23 diciembre de 2008, se publicó el Real Decreto 2090/2008, de 22

de diciembre, por el que se aprueba el Reglamento de desarrollo parcial de la Ley

26/2007, de 23 de octubre, de Responsabilidad Medioambiental.

Este Reglamento tiene por objeto desarrollar parcialmente la Ley 26/2007, en lo

relativo a su capítulo IV, en particular al método para la evaluación de los escenarios de

riesgos y de los costes de reparación asociados a cada uno de ellos a los que se refiere el

artículo 24, y a sus anexos I, II y VI.

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Con esta nueva regulación se pretende culminar la implantación del

principio “Quien contamina paga y repara”.

El 29 de Junio de 2011 se publicó la Orden ARM/1783/2011, de 22 de junio, por la

que se establece el orden de prioridad y el calendario para la aprobación de las órdenes

ministeriales a partir de las cuales será exigible la constitución de la garantía financiera

obligatoria, previstas en la disposición final cuarta de la Ley 26/2007, de 23 de octubre, de

Responsabilidad Medioambiental.

Esta orden tiene por objeto establecer el orden de prioridad y el calendario para la

aprobación de las órdenes ministeriales previstas en la disposición final cuarta de la Ley

26/2007, en las que se fijará la fecha a partir de la cual será exigible la garantía financiera

obligatoria de las actividades económicas y profesionales del anexo III de la misma.

Ley 26/2007 de Responsabilidad Ambiental

Como hemos comentado en el tema anterior, el 24 de octubre del año 2007, se

publicó en el BOE, la Ley 26/2007, de 23 de octubre, de Responsabilidad

Medioambiental,en la que se transponía la Directiva 2004/35/CE, incorporando al

ordenamiento jurídico español un régimen administrativo de responsabilidad ambiental.

Dado que la Directiva 2004/35/CE es de mínimos, los Estados Miembros pueden

adoptar disposiciones más rigurosas en relación con la prevención y reparación de los

daños medioambientales. En este sentido, la Le 26/2007:

1. Delimita aún más las responsabilidades de los operadores causantes de daños.

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2. Añade a los Recursos Naturales cubiertos por la Directiva, las especies y hábitat

protegidos declarados como tal por las Comunidades Autónomas y el Estado.

3. Amplía la definición de suelo contaminado incluyendo aquellos que producen

daños a la salud humana y al medio ambiente.

4. Imprime un carácter obligatorio a las garantías financieras que establece la

Directiva.

El objetivo principal de la Ley 26/2007 es establecer un marco de responsabilidad

ambiental para la prevención y reparación de los daños ambientales.

La introducción en la normativa del concepto de Responsabilidad Ambiental

pretende hacer efectivo el principio de “Quien contamina paga y repara” , asegurando que

el responsable de los daños ambientales sufrague el total de los costes necesarios para

devolver los recursos naturales dañados al estado original.

Asimismo, refuerza el principio de prevención, estableciendo que los operadores

(cualquiera que realice una actividad susceptible de afectar al entorno) deben adoptar

medidas preventivas para evitar que los daños ambientales de produzcan.

La Ley 26/2007 regula la responsabilidad de los operadores de prevenir, evitar y

reparar los daños ambientales que se produzcan sobre los siguientes recursos naturales:

1. Las aguas.

2. El suelo.

3. La Ribera del mar y las rías.

4. Las especies de la flora y fauna silvestres así autóctonas o no, así como a los

hábitats de todas las especies silvestres autóctonas.

En el Anexo I de la Ley 26/2007 se recogen una serie de criterios para evaluar si

los efectos provocados por los posibles daños son significativos, ya que sólo en este caso

generarán responsabilidad medioambiental.

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Por otro lado, quedan excluidos del ámbito de aplicación de esta Ley los siguientes

daños:

1. Daños al aire.

2. Daños a las personas y a la propiedad privada salvo que constituyan un recurso

natural.

Esta Ley aplica a los daños ambientales y a las amenazas (elevada probabilidad

de que se produzca el daño) cuando hayan sido causados por las actividades económicas

incluidas en el Anexo III de la Ley, independientemente de que haya habido o no dolo,

culpa o negligencia.

La Ley también aplica a otras actividades económicas, en los siguientes términos:

1. Cuando haya dolo, culpa o negligencia, se exigen medias de prevención, evitación y

de reparación.

2. Cuando no haya dolo, culpa o negligencia, se exigen medidas de prevención y de

evitación.

3. En todos los casos, si no se cumplen las medidas de prevención y de evitación, se

está obligado a reparar en cualquier caso.

Así, la Ley establece 2 tipos de responsabilidad, objetiva y subjetiva. La primera,

implica responsabilidad del operador por la realización de la actividad dañosa y se aplica

a las actividades recogidas en el Anexo III de la Ley 26/2007. La segunda, exige además

que haya dolo, culpa o negligencia, aplicándose a las actividades de este mismo Anexo.

De forma general, los operadores están obligados, en el marco de esta Ley, a:

1. Adoptar y ejecutar las medidas de prevención, evitación y reparación de daños

ambientales y sufragar sus costes.

2. Comunicar de forma inmediata a las AAPP la existencia de daños

medioambientales o la amenaza inminente de los mismos.

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3. Colaborar en la definición de las medidas reparadoras y en la ejecución de tales

medidas adoptadas por las AAPP.

Por ello, con el objetivo de evitar que el operador causante de un daño ambiental

no disponga de los recursos económicos para sufragar sus costes, la Ley impone la

necesidad de constituir garantías financieras a las empresas cuya actividad está incluida

en el Anexo III de la Ley.

La determinación de la cuantía de la garantía financiera debe partir de la

realización de un Análisis de Riesgos Medioambientales de la actividad, previsto en el

artículo 24.3 Ley 26/2007, y que se desarrolla en los artículos 34 y siguientes del RD 2090

/2008.

Las infracciones tipificadas en la Ley 26/2007 se clasifican en muy graves y en

graves.

1. Son muy graves las siguientes infracciones:

a) No adoptar las medidas preventivas o de evitación exigidas por la autoridad

competente al operador en aplicación del artículo 17, cuando ello tenga como

resultado el daño que se pretendía evitar.

b) No ajustarse a las instrucciones recibidas de la autoridad competente en

aplicación del artículo 18 a la hora de poner en práctica las medidas

preventivas o de evitación a que esté obligado el operador, cuando ello tenga

como resultado el daño que se pretendía evitar.

c) No adoptar las medidas reparadoras exigibles al operador en aplicación de

los artículos 19 y 20, cuando ello tenga como resultado un detrimento de la

eficacia reparadora de tales medidas.

d) No ajustarse a las instrucciones recibidas de la autoridad competente en

aplicación del artículo 21 al poner en práctica las medidas reparadoras a que

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esté obligado el operador, cuando ello tenga como resultado un detrimento de

la eficacia reparadora de tales medidas.

e) No informar a la autoridad competente de la existencia de un daño

medioambiental o de una amenaza inminente de daño producido o que pueda

producir el operador y de los que tuviera conocimiento, o hacerlo con

injustificada demora, cuando ello tuviera como consecuencia que sus efectos

se agravaran o llegaran a producirse efectivamente

f) El incumplimiento de la obligación de concertar en los términos previstos en

esta ley las garantías financieras a que esté obligado el operador, así como el

hecho de que no se mantengan en vigor el tiempo que subsista dicha

obligación.

2. Son graves las siguientes infracciones:

a) No adoptar las medidas preventivas o de evitación exigidas por la autoridad

competente al operador en aplicación del artículo 17, cuando no sea

constitutiva de infracción muy grave.

b) No ajustarse a las instrucciones recibidas de la autoridad competente en

aplicación del artículo 18 al poner en práctica las medidas preventivas o las de

evitación a que esté obligado el operador, cuando no sea constitutiva de

infracción muy grave.

c) No adoptar las medidas reparadoras exigidas al operador por la autoridad

competente en aplicación del artículo 19, cuando no sea constitutiva de

infracción muy grave.

d) No ajustarse, a las instrucciones recibidas de la autoridad competente en

aplicación del artículo 21 a la hora de poner en práctica las medidas

reparadoras a que esté obligado el operador, cuando no sea constitutiva de

infracción muy grave.

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e) No informar a la autoridad competente de la existencia de un daño

medioambiental o de una amenaza inminente de daño producido o que pueda

producir el operador y de los que tuviera conocimiento, o hacerlo con

injustificada demora, cuando no sea constitutiva de infracción muy grave.

f) No facilitar la información requerida por la autoridad competente al operador,

o hacerlo con retraso, de acuerdo con lo previsto en los artículos 18 y 21.

g) No prestar el operador afectado la asistencia que le fuera requerida por la

autoridad competente para la ejecución de las medidas reparadoras,

preventivas o de evitación, de acuerdo con lo establecido en el artículo 9.

h) La omisión, la resistencia o la obstrucción de aquellas actuaciones que

fueren de obligado cumplimiento, de acuerdo con lo previsto en esta ley.

Real Decreto 2090/2008. Reglamento de desarrollo parcial de la Ley 26/2007

En el BOE del 23 diciembre de 2008, se publicó el Real Decreto 2090/2008, de 22

de diciembre, por el que se aprueba el Reglamento de desarrollo parcial de la Ley

26/2007.

Este Reglamento tiene por objeto desarrollar parcialmente la Ley 26/2007, en lo

relativo a su capítulo IV, en particular al método para la evaluación de los escenarios de

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riesgos y de los costes de reparación asociados a cada uno de ellos a los que se refiere el

artículo 24, y a sus anexos I, II y VI.

Con esta nueva regulación se pretende culminar la implantación del principio

“Quien contamina paga y repara”.

A partir de este momento, las empresas afectadas tienen a su disposición criterios

objetivos que permiten determinar cuándo un daño es susceptible de generar

responsabilidad medioambiental y así poder evaluar los escenarios de riesgo de su propia

actividad.

Asimismo, el Reglamento instaura el protocolo de actuación que se deberá seguir,

una vez producido el daño, y las medidas de reparación que se deben implantar para

recuperar el recurso natural afectado.

Ahora bien, la cuestión que mayor interés suscitó como consecuencia de la

promulgación de este Reglamento es el desarrollo del método para la fijación de las

coberturas de las garantías financieras obligatorias.

Para su cálculo, se especifica que la cuantía de la garantía debe partir de una

evaluación homogénea de los distintos escenarios inherentes a la actividad del operador

que puedan entrañar algún tipo de riesgo medioambiental. A esta evaluación es la que el

Real Decreto denomina en su artículo 33.2 como Análisis de Riesgos Medioambientales,

fijando en ese mismo artículo las operaciones mínimas que se deben desarrollar para

llevar a cabo dicho Análisis.

En el artículo 34, es establece que el análisis de riesgos medioambientales puede

ser realizado por el operador o un tercero contratado por éste para tal fin, siguiendo el

esquema establecido por la norma UNE 150008 u otras normas equivalentes.

En los 2 artículos siguientes (35 y 36) se establecen 2 figuras distintas que

permiten a los operadores calcular la garantía financiera necesaria. Estas 2 herramientas

son:

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1. Análisis de riesgos medioambientales sectoriales:  Los análisis de riesgos

medioambientales sectoriales pueden consistir bien en modelos de informes de

riesgos ambientales tipo, los llamados MIRAT, o bien en guías metodológicas

para el análisis de riesgo, según el grado de homogeneidad del sector desde el

punto de vista del riesgo medioambiental.

2. Tablas de Baremos:  en el cálculo de la cuantía de la garantía financiera

obligatoria para sectores o subsectores de actividad o para pequeñas y

medianas empresas que, por su alto grado de homogeneidad permitan la

estandarización de sus riesgos medioambientales, por ser estos limitados,

identificables y conocidos, las órdenes ministeriales a las que se refiere la

disposición final cuarta de la Ley 26/2007, pueden contener tablas de baremos.

Los operadores pueden elaborar sus análisis de riesgos medioambientales

tomando como base estas herramientas de análisis de riesgos sectoriales, que con

carácter previo hayan sido informadas favorablemente por la Comisión técnica de

prevención y reparación de daños medioambientales para cada sector.

Según el artículo 45 del Reglamento, el operador deberá someter el análisis de

riesgos medioambientales a un procedimiento de verificación.

Así, el proceso de verificación debe constatar como mínimo, los siguientes

aspectos y debe ser realizado por un verificador que cumpla los requisitos del artículo 46

del Reglamento:

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1. El cumplimiento de la norma UNE 150008 o norma equivalente, que sirva como

referencia.

2. La trazabilidad de los datos de partida empleados para la elaboración del análisis

de riesgos.

3. La garantía de que los modelos, las herramientas y las técnicas utilizadas en el

marco del método establecido por los estándares citados en letra a), gozan de

reconocimiento internacional por parte de la comunidad técnico-científica, o son

considerados como solventes para el ámbito de aplicación del análisis.

Ahora bien, sea cual sea la metodología adoptada, la autoridad competente será la

encargada, en último término, de fijar la cuantía exacta de la garantía financiera

obligatoria. Para ello, deberá comprobar el cumplimiento, por parte de la empresa, de los

requisitos formales de la propuesta presentada, con base en los resultados de su análisis

de riesgos o en la aplicación de las tablas de baremos.

El Reglamento incluye finalmente reglas específicas para las distintas modalidades

de garantía financiera previstas en la Ley de Responsabilidad Medioambiental (el seguro,

el aval y la reserva técnica), y precisa el alcance de la extensión de la cobertura que

otorga el Fondo de compensación de daños medioambientales gestionado por el

Consorcio de Compensación de Seguros.

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Como se recoge en la Ley, la puesta en práctica de estos instrumentos financieros

no se materializará hasta la publicación de las Órdenes Ministeriales, recogidas en

la Orden ARM/1783/2011.

Orden Ministerial ARM/1783/2011El 29 de Junio de 2011 se publicó la Orden ARM/1783/2011, de 22 de junio, por la

que se establece el orden de prioridad y el calendario para la aprobación de las órdenes

ministeriales a partir de las cuales será exigible la constitución de la garantía financiera

obligatoria, previstas en la disposición final cuarta de la Ley 26/2007, de 23 de octubre, de

Responsabilidad Medioambiental.

La Ley 26/2007, ha instaurado un régimen administrativo de responsabilidad

medioambiental de carácter mayoritariamente objetivo e ilimitado, basado en los principios

medioambientales comunitarios de «prevención de daños» y «quien contamina, paga».

Esta ley establece para los operadores incluidos en su anexo III la obligación de constituir

«garantías financieras por responsabilidad ambiental», que podrán ser obligatorias para

las actividades profesionales del anexo si se prevé que el operador puede ocasionar

daños cuya reparación primaria se evalúe por una cantidad igual o superior a 300.000

euros, límite que asciende a 2.000.000 euros en caso de que el operador esté adherido al

Sistema comunitario de gestión y auditoría medioambientales (EMAS) o disponga de la

certificación de acuerdo a la norma UNE-EN-ISO 14.001 vigente.

La exigencia de la garantía financiera obligatoria para los operadores sujetos a

responsabilidad objetiva dependerá de la aprobación, por el Ministerio con competencias

en materia de Medio Ambiente, de las órdenes a las que se refiere la disposición final

cuarta de la Ley 26/2007, previo acuerdo de la Comisión Delegada del Gobierno para

Asuntos Económicos, y previa consulta a las comunidades autónomas y a los sectores

Page 20: Curso Análisis y gestión de riesgos ambientales.docx

afectados. En la elaboración de estas órdenes se tomará en consideración el informe de

la Comisión Europea sobre la Directiva 2004/35/CE en relación con la prevención y

reparación de daños medioambientales, así como la capacidad de los mercados

financiero y asegurador para disponer de una oferta de garantías completa y generalizada

a precios razonables.

En este contexto, esta orden ministerial establece un calendario gradual para la

elaboración de las órdenes ministeriales por las que se fijará la fecha a partir de la cual

será exigible la garantía financiera obligatoria, incluyendo una priorización de las

actividades económicas del anexo III de la Ley 26/2007, a las que se exigirá dicha

garantía.

Este calendario orienta asimismo acerca de los plazos para la realización, por

parte del operador, de los análisis de riesgos medioambientales necesarios para el cálculo

de la cuantía de la garantía financiera.

En relación con el análisis de riesgos, hay que subrayar que éste tiene su origen

en las previsiones del artículo 24.3 de la Ley 26/2007, que establece que el cálculo de la

garantía financiera debe partir de una evaluación homogénea de los escenarios de

riesgos y de los costes de reparación asociados a cada uno de ellos. De manera

complementaria, estos análisis de riesgos medioambientales son una herramienta

fundamental para la adopción de medidas de prevención frente a los daños

medioambientales

Lo dispuesto en esta orden ministerial se establece sin perjuicio de la obligación ya

existente de los operadores de prevenir, evitar y reparar los daños medioambientales y las

amenazas inminentes de tales daños en los términos establecidos en la Ley 26/2007.

De acuerdo con esta Orden, se da la prioridad 1 máxima a:

1. Las actividades afectadas por el RD 1254/1999, por el que se aprueban

medidas de control de los riesgos inherentes a los accidentes graves en los

que intervengan sustancias peligrosas. Son del orden de 1000 instalaciones en

toda España.

Page 21: Curso Análisis y gestión de riesgos ambientales.docx

2. Instalaciones de combustión con una potencia térmica de combustión superior

a 50MW. (IPPC 1.1).

3. Instalaciones para la valorización de residuos peligrosos, incluida la gestión de

aceites usados, o para la eliminación de dichos residuos en lugares distintos de

los vertederos, de una capacidad de más de 10 toneladas por día. (IPPC 5.1)

Se prevé que para estas actividades, entre el 30 de junio de 2013 y el 30 de junio

de 2014 se publicarán las Órdenes Ministeriales que harán exigible la constitución de la

garantía financiera.

En el nivel 2 de prioridad están:

1. Coquerías.

2. Refino de petróleo y gas.

3. Instalaciones químicas para la fabricación, a escala industrial mediante

transformación química, de sales como el cloruro de amonio, el clorato

potásico, el carbonato potásico (potasa), el carbonato sódico (sosa), los

perboratos, el nitrato argéntico. (IPPC 4.2d).

4. Instalaciones químicas que utilicen un procedimiento químico para o biológico

para la fabricación de medicamentos de base. (IPPC 4.5).

5. Instalaciones para la producción de fundición o de aceros brutos (fusión

primaria o secundaria) incluidas las correspondientes instalaciones de

fundición continua de una capacidad de más de 2,5 toneladas por hora. (IPPC

2.2).

6. Fundiciones de metales ferrosos con una capacidad de producción de más de

20 toneladas por día. (IPPC 2.4).

7. Instalaciones para la transformación de metales ferrosos mediante aplicación

de capas de protección de metal fundido con una capacidad de tratamiento de

más de 2 toneladas de acero bruto por hora. (IPPC 2.3c).

8. Vertederos de todo tipo de residuos que reciban más de 10 toneladas por día o

que tengan una capacidad total de más de 25.000 toneladas, con exclusión de

los vertederos de residuos inertes. (IPPC 5.4).

Page 22: Curso Análisis y gestión de riesgos ambientales.docx

Para el nivel 2, las Órdenes Ministeriales que harán exigible la constitución de la

garantía financiera se publicarán entre el 30 de junio de 2014 y el 30 de junio de 2016.

Y para el resto de actividades incluidas en el nivel 3, la publicación de las Órdenes

Ministeriales correspondientes se hará entre el 30 de junio de 2016 y el 30 de junio de

2019.

Estos plazos, tan amplios para la mayoría, dan un apreciable respiro a los sectores

afectados, respecto a las obligaciones en relación con la contratación de la garantía

financiera obligatoria.

Obligación de realizar. Un Análisis de Riesgos Ambientales

La Ley 26/2007 afecta a cualquier actividad que pueda poner en peligro los

recursos naturales que se enumeraron en el tema V, que son muchas partiendo de la

base de que el 25% del territorio nacional está protegido. Por tanto, todas las actividades

están afectadas por esta Ley de Responsabilidad Ambiental.

El aspecto que deben tener en cuenta los distintos operadores es si les es de

aplicación el régimen de responsabilidad objetiva que es más restrictivo, en el que las

obligaciones para el operador son independientes de la existencia o no de cualquier

culpa, dolo o negligencia. Los operadores afectados por este régimen son los implicados

en las actividades enumeradas en el Anexo III de la Ley 26/2007.

Según la Ley 26/2007, los operadores están obligados a sufragar en su totalidad

los costes necesarios para devolver los recursos naturales a su estado original previo al

daño causado, así como de las medidas preventivas que sean necesarias.

Page 23: Curso Análisis y gestión de riesgos ambientales.docx

Por tanto, todos los operadores, afectados por el régimen de responsabilidad tanto

objetiva como subjetiva, es decir, incluidos o no en el Anexo III de la Ley 26/2007, deben

valorar la importancia de conocer aquellas situaciones que se puedan generar en el

marco de sus actividades y que puedan suponer un riesgo para los recursos naturales.

Para ello, el análisis de riesgos ambientales se establece como una herramienta

necesaria que permite a las empresas identificar las situaciones de riesgo así como la

valoración económica de las posibles consecuencias.

De forma adicional, aquellos operadores implicados en algunas de las actividades

incluidas en el Anexo III de la Ley 26/2007, pueden estar obligados a la constitución de

una garantía financiera que cubra los posibles daños, en términos económicos, que pueda

generar a los recursos naturales protegidos por esta Ley.

Cuando se dice que “pueden estar obligados”, es por la existencia de ciertos

umbrales que marcan la necesidad o no de constituir dicha garantía, y que comentaremos

en los temas XVIII y XIX.

En relación a la garantía financiera, el artículo 24.3 de la Ley 26/2007, establece

que la Autoridad competente debe justificar la fijación de la cuantía que determine,

utilizando para ello el método que reglamentariamente se establezca por el Gobierno,

Page 24: Curso Análisis y gestión de riesgos ambientales.docx

previa consulta a las comunidades autónomas. Así, este método debe basarse en criterios

técnicos que garanticen una evaluación homogénea de los escenarios de riesgos y de los

costes de reparación asociados a cada uno de ellos y asegure una delimitación uniforme

de la definición de las coberturas que resulten necesarias para cada actividad o para cada

instalación.

De esta forma, el método comentado anteriormente ya se nombra específicamente

como análisis de riesgos medioambientales en el artículo 33.2 del RD 2090/2008,

estableciendo además la obligación de su verificación posterior y estableciendo las

operaciones mínimas que debe contener el análisis de riesgos.

Por todo ello, podemos decir, que todas las actividades incluidas en el Anexo III de

laLey 26/2007, están obligadas a realizar un análisis de riesgos medioambientales que

permita identificar los riesgos asociados a la actividad así como la valoración económica

de la posible reparación, como punto de partida para la determinación de la garantía

financiera necesaria.

Por otro lado, todas aquellas actividades no incluidas en el Anexo III de la Ley

26/2007, y a las que les aplica un régimen de responsabilidad subjetiva en el marco de

esta Ley, no están exentas de sufragar los costes ante posibles daños ambientales que

puedan provocar, si bien en este caso es necesaria la existencia de algún tipo de culpa,

dolo o negligencia (salvo si no se cumplen las medidas de prevención y de evitación,

quedando obligado a reparar en cualquier caso). En este caso por tanto, el análisis de

riesgos ambientales se puede constituir como una herramienta idónea para identificar los

posibles riesgos (sabiendo que medidas preventivas son necesarias) así como su

valoración económica para poder constituir garantías financieras voluntarias

Page 25: Curso Análisis y gestión de riesgos ambientales.docx

En el año 1976, tuvo lugar en la ciudad italiana de Seveso, un accidente industrial

en una pequeña planta química. El accidente produjo la liberación al medio ambiente de

cantidades importantes de la dioxina TCDD y que ésta llegara a zonas de población,

causando diversos efectos y con consecuencias tales como:

1. Varios bebés nacidos unos meses después del accidente presentaban

deformidades.

2. 1.600 personas fueron examinadas, y 417 tuvieron la enfermedad

cutáneacloracné, causada por la dioxina.

3. Cinco trabajadores de descontaminación contrajeron una enfermedad del hígado,

a pesar de trabajar sólo jornadas cortas y de usar protección.

4. 400 mujeres embarazadas de "alto riesgo" fueron sometidas a abortos, ilegales en

Italia, pero autorizados en estas circunstancias especiales.

5. 3300 animales que habían sido abandonados fueron encontrados muertos, la

mayor parte conejos y aves de corral que intentaron sobrevivir alimentándose de

vegetales contaminados.

6. Para evitar que la toxina entrara en la cadena alimentaria, 80 000 animales fueron

sacrificados.

7. 15 niños fueron inmediatamente hospitalizados por inflamación de la piel.

Como consecuencia de este gravísimo accidente, se publicó en el año 1982

laDirectiva 82/501/CEE (denominada Directiva Seveso). La publicación de esta Directiva

Page 26: Curso Análisis y gestión de riesgos ambientales.docx

constituyó un hito importante ya que a partir de la misma, el concepto de riesgo y su

análisis son factores críticos en el diseño y operación de los emplazamientos industriales.

Desde entonces, la preocupación por el medio ambiente y por los aspectos ambientales

del riesgo ha sido creciente, hasta llegar a publicar una revisión de la Directiva citada,

conocida popularmente como Seveso II y publicada en el año 1996, es la Directiva

96/82/CE2.

Ya en fechas más cercanas, el 24 de julio de 2012, se publicó la Directiva 2012/18/UE,

relativa al control de los riesgos inherentes a los accidentes graves en los que intervengan

sustancias peligrosas y por la que se modifica y ulteriormente deroga la Directiva

96/82/CE. Los estados miembros tienen de plazo hasta el 31 de mayo de 2015 para la

trasposición a su ordenamiento jurídico, y la aplicación de la nueva directiva será

obligatoria a partir del 1 de junio de 2015.

En otros ámbitos legislativos, el concepto de riesgo como un instrumento para la

gestión ambiental ha cobrado un protagonismo creciente, en particular en lo que se refiere

al alcance que ciertos procedimientos administrativos otorgan a los estudios ambientales

previos, preceptivos para la autorización de instalaciones industriales (véase por ejemplo,

el régimen de control integrado de la contaminación, Directiva IPPC).

El concepto de riesgo ambiental cada vez ha estado más presente, llegándose a

establecer un régimen de responsabilidad, objetiva o subjetiva, con la publicación de las

ya estudiadas Directiva 2004/35/CE incorporada al ordenamiento jurídico nacional por

la Ley 26/2007, recogiendo explícitamente el concepto de riesgo, ligándolo a la

responsabilidad que el promotor o titular de una actividad tiene con respecto a los

potenciales daños ambientales que pudieran derivarse de la misma.

Como última referencia al entorno legislativo en el campo ambiental, la política de

la UE está guiada actualmente por tres principios.

1. Principio de "quien contamina paga y repara".

2. Principio de acceso público a la información.

Page 27: Curso Análisis y gestión de riesgos ambientales.docx

3. Principio de participación de los ciudadanos en la toma de decisiones.

Estos principios son el resultado del Convenio de Aarhus. Se trata de un acuerdo

internacional, firmado por la Unión Europea, que establece los mecanismos para

promover la implicación de los ciudadanos en cuestiones ambientales.

En el ámbito normativo, se han desarrollado también diversas iniciativas

nacionales que tratan el riesgo ambiental desde la perspectiva de su Análisis, de su

evaluación e incluso de su gestión. La Norma UNE 150008:2000 EX Análisis y evaluación

del riesgo medioambiental fue una iniciativa pionera que ha servido como herramienta útil

a las partes interesadas.

Actualmente, el nuevo marco legislativo al que se ha hecho referencia y la

experiencia adquirida con el uso de la Norma UNE 150008:2000 EX, han hecho

conveniente su revisión teniendo en cuenta las expectativas y necesidades de las partes

interesadas.

En el contexto descrito, se hace necesaria una metodología común que oriente a

los distintos actores que intervienen en el estudio, análisis y evaluación del riesgo

ambiental, de forma que facilite a todos los implicados en este proceso el intercambio de

información ligada al riesgo ambiental de una determinada instalación o actividad. En este

sentido, la experiencia recabada por la aplicación de la Norma UNE 150008EX:2000 ha

permitido avanzar en la elaboración de la nueva versión, la norma UNE 150008:2008.

Análisis y Evaluación del Riesgo Ambiental.

Esta norma pretende sentar las bases de un método y un vocabulario homogéneos

para los distintos agentes implicados en el proceso de análisis, evaluación y tratamiento

del riesgo ambiental.

Page 28: Curso Análisis y gestión de riesgos ambientales.docx

Términos y definicionesCon el fin de entender la norma UNE 150008 que trataremos en temas posteriores,

es necesario tener claro una serie de conceptos que son los que vamos a tratar a

continuación:

Capacidad de acogida:  aptitud que tiene un aspecto ambiental para absorber las

consecuencias de la materialización de un riesgo, sin que por ello se cause

modificación significativa del aspecto.

Factor ambiental:  cualquier componente del medio ambiente que puede verse

afectado por las actuaciones derivadas de las diferentes fases de construcción,

explotación, mantenimiento y en su caso, clausura, cese o desmantelamiento de

cualquier actividad.

Gestión del riesgo:  actividades coordinadas para dirigir y controlar una

organización, con respecto al riesgo.

Riesgo ambiental:  riesgo: resultado de una función que relaciona la probabilidad

de ocurrencia de un determinado escenario de accidente y las consecuencias

Page 29: Curso Análisis y gestión de riesgos ambientales.docx

negativas del mismo sobre el entorno natural, humano y socioeconómico.

Habitualmente, esta función toma la forma del siguiente producto:

Riesgo = Probabilidad o Frecuencia X Consecuencias.

Los grados de creencia de la probabilidad se pueden seleccionar como clases

o como rangos, tales como:

1. Improbable, posible, probable, altamente probable, muy probable,

2. Raro/poco probable/moderado/probable/casi seguro,

3. Increíble/improbable/remoto/ocasional/probable/frecuente.

Verificación:  proceso sistemático, independiente y documentado para la

evaluación de una declaración frente a los criterios de verificación acordados.

Verificador:  persona o personas competentes e independientes con la

responsabilidad de llevar a cabo la verificación y de informar sobre el proceso de

verificación.

Page 30: Curso Análisis y gestión de riesgos ambientales.docx

Fuente:  elemento o actividad que disponga de un potencial de consecuencia, en

este caso sobre los recursos naturales.

Análisis de riesgos:  uso sistemático de información para identificar fuentes y para

calcular riesgos.

Identificación de riesgos:  proceso por el que se encuentran, enumeran y

caracterizan elementos de riesgo.

Identificación de fuentes:  proceso por el que se encuentran, enumeran y

caracterizan fuentes.

Estimación de riesgos:  proceso utilizado para asignar valores a la probabilidad y a

las consecuencias de un riesgo.

Tratamiento de riesgos:  proceso de selección y puesta en aplicación de medidas

para modificar el riesgo.

Control de riesgos:  acciones que ponen en aplicación las decisiones de la gestión

de riesgos.

Optimización de riesgos:  proceso relacionado con el riesgo para minimizar las

consecuencias negativas y maximizar las positivas y sus respectivas

probabilidades.

Reducción de riesgos:  acciones tomadas para reducir la probabilidad, las

consecuencias negativas, o ambas, en relación con un riesgo.

Mitigación:  limitación de cualquier consecuencia negativa de un suceso particular.

Elusión de riesgos:  decisión de no involucrarse en una situación de riesgo o acción

consistente en salir de la misma.

Page 31: Curso Análisis y gestión de riesgos ambientales.docx

Transferencia de riesgos:  puesta en común con otra parte de la carga de las

pérdidas o el beneficio de las ganancias consecuencia de un riesgo.

Financiación de riesgos:  provisión de los fondos necesarios para sufragar los

costes del tratamiento de riesgos y los costes afines.

Retención de riesgos:  aceptación de la carga de las pérdidas o el beneficio de las

ganancias consecuencia de un riesgo particular.

Riesgo residual:  riesgo que permanece después del tratamiento de riesgos.

Interesado (“Stakeholder”):  cualquier individuo, grupo o empresa que pueda

afectar, estar afectado por o considerarse afectado por un riesgo.

Parte interesada:  persona o grupo que tiene un interés en el resultado o éxito de

una empresa.

Percepción de riesgos:  modo en el que un interesado ve un riesgo, basándose en

una serie de valores o asuntos.

Comunicación de riesgos:  Intercambio o puesta en común de información acerca

del riesgo entre el encargado de la toma de decisiones y otros interesados.

Suceso:  ocurrencia de una serie de circunstancias particulares

Page 32: Curso Análisis y gestión de riesgos ambientales.docx

Introducción y antecedentes de la norma UNE 150008:2008Análisis y Evaluación del Riesgo Ambiental.

Los riesgos medioambientales y las responsabilidades asociadas a ellos, son un

asunto de creciente interés en organizaciones e instituciones de todo tipo.

Las entidades financieras, las compañías de seguros, las administraciones y otras

instituciones, vienen utilizando prácticas no normalizadas para identificar, analizar y

evaluar los riesgos medioambientales de las organizaciones, así como las

responsabilidades que pudieran derivarse, y de esta forma, tener un mejor conocimiento a

la hora de tomar la decisión de conceder créditos, de fijar condiciones de seguros o de

llevar a cabo inversiones u otras decisiones.

En el ámbito internacional, el Comité Técnico ISO/TC 207 “Gestión

medioambiental” trabajó en una norma de evaluación medioambiental. Se trata de la

norma ISO14015:2001 ya incorporada a la normativa española por AENOR como UNE-

EN ISO 14015:2010. Gestión ambiental. Evaluación ambiental de sitios y organizaciones.

En el ámbito europeo, el riesgo medioambiental está también considerado dentro

del Libro Blanco sobre Responsabilidad Ambiental. También en la Directiva IPPC

(Directiva 96/61/CE del Consejo, relativa a la prevención y al control integrado de la

contaminación) el concepto de riesgo medioambiental tiene importancia a la hora de

autorizar nuevas actividades y transpuesta a la legislación española por la Ley 16/2002,

de 1 de julio, de Prevención y Control Integrados de la Contaminación.

Page 33: Curso Análisis y gestión de riesgos ambientales.docx

En el ámbito nacional, en vista de esta situación se consideró necesaria la

elaboración de una norma sobre riesgo medioambiental para identificar, analizar y evaluar

el riesgo de actividades de las organizaciones o instituciones.

A través de la evaluación de riesgos medioambientales se obtiene la información

necesaria para que una organización esté en condiciones de adoptar una decisión

apropiada sobre la necesidad de llevar a cabo medidas preventivas y, en tal caso, sobre

el tipo de medidas que deben adoptarse.

En sentido general, el resultado de la evaluación de riesgos sirve para, además de

estimar el riesgo, hacer un inventario de acciones que permita a la empresa diseñar,

mantener o mejorar las medidas de control de riesgos.

Esta norma fue la norma UNE 150008:2000 EX. Ya en el mes de marzo del año

2008 se publicó la norma UNE 150008, cuyo objeto principal es describir un método para

analizar y evaluar el riesgo ambiental, así como establecer las bases para una gestión

adecuada de estos riesgos.

Este estándar no certificable intenta clarificar los conceptos y términos empleados

en el ámbito de la evaluación de riesgos ambientales, facilitando su uso común y la

homogeneización de significados. La finalidad última de la evaluación del riesgo ambiental

es proporcionar los elementos de juicio que orienten a los distintos grupos implicados

(organizaciones industriales, promotores o titulares de actividades, operadores,

comunidad financiera, Administraciones Públicas, grupos de interés, etc.) en la toma de

decisiones estratégicas de la organización.

Page 34: Curso Análisis y gestión de riesgos ambientales.docx

Metodología propuesta por la norma UNE 150008:2008

La norma UNE 150008:2008 tiene por objeto describir una metodología para

analizar y evaluar el riesgo ambiental, así como establecer las bases para una gestión

eficaz del mismo y facilitar la toma de decisiones en esta materia, en el ámbito de las

empresas, administraciones públicas y otras organizaciones.

Por otra parte, la estructura y el contenido de la norma obedecen a la necesidad

manifestada por diversos grupos de interés, de establecer un marco de referencia para la

posible verificación por tercera parte de estudios sobre el Análisis y evaluación del riesgo

ambiental en diversas situaciones y actividades.

Esta norma es aplicable a emplazamientos, actividades y organizaciones de

cualquier naturaleza y sector productivo, considerados tanto en su conjunto como por

unidades de proceso o líneas de negocio individualizadas. Por otra parte, la norma se

aplica tanto a emplazamientos concretos como a actividades con múltiples centros o

ubicaciones multisitio, siempre y cuando entre estos exista un nexo evidente desde el

punto de vista de su organización, objeto y unidad de negocio.

La norma sirve de referencia para la elaboración de informes, Análisis y

evaluaciones del riesgo ambiental en las fases de diseño, construcción, puesta en

marcha, operación o explotación, así como para el desmantelamiento o demolición de la

instalación.

De esta forma, el proceso de para identificar, evaluar y gestionar el riesgo

ambiental que propone la norma, se puede resumir en el siguiente esquema.

Page 35: Curso Análisis y gestión de riesgos ambientales.docx

Como buena forma de comenzar el Análisis de Riesgos Ambientales, la norma

establece una serie de consideraciones que se consideran claves para garantizar un

resultado adecuado al fin que se persigue. Dichas consideraciones son:

1. Se debe definir la composición, la experiencia y los conocimientos de los

miembros del equipo de trabajo, de manera que dicho equipo esté capacitado

para adquirir, procesar y evaluar con solvencia la información necesaria.

2. Se debe justificar explícitamente el alcance del estudio que se va a realizar.

Durante el desarrollo de los trabajos, puede replantearse el alcance del estudio

a la luz de los resultados recabados.

Page 36: Curso Análisis y gestión de riesgos ambientales.docx

3. Debe considerarse como una parte fundamental del Análisis preliminar la

identificación del grupo o grupos de interés relevantes con respecto al objeto

del estudio.

En cualquier caso, el equipo humano que realice el estudio, debe estar integrado por

profesionales de diversas disciplinas con suficiente formación y experiencia en los

métodos y técnicas para el Análisis, y en la evaluación del riesgo, así como en la actividad

objeto de Análisis y en otros aspectos específicos de los distintos factores ambientales

afectados por el alcance del estudio. Asimismo, debe asegurarse la dotación de los

medios técnicos suficientes y apropiados para generar un estudio fiable en el plazo

establecido al efecto.

Igualmente, es necesario diseñar y mantener un plan de revisión de todo el proceso de

Análisis y evaluación de los riesgos ambientales de la organización ya que las

circunstancias son cambiantes. La frecuencia y el alcance de dicha revisión deben

documentarse y justificarse en virtud de criterios como la complejidad de la actividad, la

fragilidad del entorno, el marco legal, etc. entre otros criterios recogidos expresamente en

la norma.

Son muchas las metodologías que se han desarrollado para realizar Análisis de

riesgos ambientales. Las principales diferencias entre unas y otras radican habitualmente

en la mayor o menor exhaustividad y precisión de las técnicas y las herramientas con las

que trabajan, la información de partida que precisan y, como consecuencia de todo ello, el

nivel de detalle de los resultados obtenidos.

En la siguiente gráfica se presenta de forma esquemática un proceso completo de

Análisis de riesgos, tal como lo contempla la norma UNE 150008:2008.

A partir de dicho esquema, la norma desarrolla las distintas partes de la

metodología del Análisis de riesgos, partiendo de este primer Análisis conceptual.

Page 37: Curso Análisis y gestión de riesgos ambientales.docx

El primer paso que se debe dar es identificar, caracterizar y determinar las

posibles fuentes de peligro y los peligros, estando éstos relacionados principalmente con

las sustancias utilizadas, así como con las condiciones y actividades de almacenamiento,

procesamiento y eliminación, y con las fuentes de energía que se utilizan. También es

necesario tener en cuenta que pueden ser fuentes de peligro las actividades, los

procesos, los elementos del entorno que puedan entrañar peligro para la instalación, la

organización, la gestión de recursos humanos y los materiales, entre otros.

Page 38: Curso Análisis y gestión de riesgos ambientales.docx

Es habitual en esta fase de trabajo emplear una combinación de métodos o

herramientas para la identificación y el Análisis. Se suelen aplicar primero técnicas más

generales sobre el conjunto de las instalaciones industriales con el objetivo de que nos

proporcionen una jerarquización de las distintas secciones o unidades, tanto de proceso

como auxiliares, en función de su potencial de riesgo, para aplicar posteriormente otro tipo

de herramientas más precisas y exigentes sólo a aquellas secciones o unidades de mayor

riesgo potencial, permitiendo con ello optimizar los recursos empleados.

Una vez completada la identificación de peligros, se deben identificar los sucesos

iniciadores, considerando suceso iniciados como un hecho físico que se ha identificado a

partir de un Análisis causal y que puede generar un incidente o accidente.

Page 39: Curso Análisis y gestión de riesgos ambientales.docx

Una vez identificados los sucesos iniciadores más significativos, es preciso

proceder a asignarles una probabilidad de ocurrencia. Para ello, la organización puede

utilizar instrumentos como datos históricos de la organización, datos históricos del sector

o actividad, bases de datos históricos de accidentes, información de fabricantes,

proveedores, o bibliografía especializada.

A continuación, la organización debe identificar para cada suceso iniciador

seleccionado, todos los posibles escenarios de accidente (origen y evolución) que de él se

deriven y las consecuencias a que pudiera dar lugar, siendo necesario para ello identificar

y documentar todos los caminos que pudieran seguir los sucesos iniciadores, en función

de la existencia, ausencia o fallo de las medidas de prevención previstas para que el

accidente no ocurra.

Asimismo, deben documentarse las medidas de mitigación previstas en caso de

que se produjera el accidente.

Page 40: Curso Análisis y gestión de riesgos ambientales.docx

Unidad/proceso Pintado en cabinaEscenario accidental Incendio en la cabina de pinturaCausas del accidente Error humano

Cortocircuito en el sistema de alumbrado. Funcionamiento defectuoso de la campana extractora

Suceso iniciador Formación de una atmósfera explosivaDescripción del escenario

En la operación de pintado de chapa con pistola, debido a la pulverización de la pintura diluida con el disolvente (xilenos), se forma una nube inflamable. La cantidad de sustancia considerada en el accidente corresponde a la existente entre los límites de explosividad. La nube entra en contacto con una fuente de ignición, provocándose la deflagración de la nube. Esto causa el incendio del material filtrante de la campana, que está impregnado de pintura. El incendio causa daños materiales a los equipos próximos. Además, causa el desprendimiento de gases de combustión con características de peligrosidad que causan problemas respiratorios y contaminación atmosférica en un radio de unos 500 m.

Medidas preventivas Prohibición de fumar en la zona de pintadoMedidas de mitigación Detectores de humos.

Sistemas automáticos de extinción de incendios

De esta forma, para poder establecer los distintos escenarios de accidente, es

necesario estudiar hasta conocer en profundidad el entorno de la actividad, hasta conocer

la capacidad de acogida de los factores ambientales susceptibles de verse afectados por

la materialización de un riesgo.

En este estudio del entorno se deben considerar todos los factores ambientales

(medio físico, medio biótico, etc.), así como ciertos factores condicionantes del entorno

Page 41: Curso Análisis y gestión de riesgos ambientales.docx

que pueden tener un papel relevante por su potencial efecto multiplicador o dispersor del

peligro así como por su influencia en el grado de exposición al mismo.

Una vez conocidos los diferentes escenarios de accidente, es necesario calcular la

probabilidad de ocurrencia de cada uno de ellos, calculándose como el resultado de la

composición de las probabilidades asignadas a cada uno de los eventos o alternativas

recogidos en el árbol de sucesos. .

La organización debe estimar el posible daño o consecuencias que cada uno de

los escenarios postulados causan sobre el entorno receptor. La técnica desarrollada en

esta norma recoge cuatro criterios que se deben evaluar para cada uno de los tres

entornos.

Para estimar la gravedad de las consecuencias se deben aplicar las siguientes

fórmulas, en las que se consideran los criterios antes citados:

Siguiendo la técnica recogida en esta norma, cada uno de estos criterios se

puntuar entre 1 y 4, asignándole un valor según se defina previamente. Así, para estimar

las consecuencias del Escenario 1 para el entorno humano (población afectada) se han

considerado, a modo de ejemplo, los siguientes criterios de valoración de consecuencias:

Page 42: Curso Análisis y gestión de riesgos ambientales.docx

Continuando con el ejemplo, la cantidad de xilenos que puede generar una

atmósfera explosiva es inferior a 500 kg (cantidad = 1). Esta sustancia es inflamable y

explosiva (peligrosidad = 3). El suceso se considera extenso (en la descripción del suceso

se supone alrededor de 500 m) y no se espera que los receptores afectados sean más de

25, que es el número de trabajadores en un radio de 500 m (receptores = 2).

De esta manera, el cálculo de las consecuencias sobre el entorno humano sería el

siguiente:

Cantidad + 2 x peligrosidad + extensión + población

afectada

= gravedad sobre el entorno humano

1 + (2 x 3) +3 + 2 = 12

De acuerdo con los criterios desarrollados en la técnica descrita en esta norma, la

valoración de la gravedad de las consecuencias se realizará según los siguientes

baremos:

Valoración Valor asignado

Crítico Entre 20 - 18 5Grave Entre 17 - 15 4Moderado Entre 14 - 11 3

Page 43: Curso Análisis y gestión de riesgos ambientales.docx

Leve Entre 10 - 8 2No relevante Entre 7 - 5 1

Análogamente, deberá realizarse esta estimación para el medio natural y el

entorno socioeconómico.

Una vez estimadas las probabilidades/frecuencias de ocurrencia de los distintos

escenarios identificados y las consecuencias derivadas sobre cada uno de los tres

entornos posibles, hay que proceder a la estimación del riesgo.

Riesgo = Probabilidad X Gravedad de las consecuencias.

De esta forma, a cada escenario le corresponden tres valores de riesgo en función

del entorno: el natural, el humano y el socioeconómico.

Siguiendo con el ejemplo, el riesgo determinado para el entorno humano ser de:

Riesgo = Probabilidad (1) X Gravedad de las consecuencias (3) = 3

Evaluación del Riesgo AmbientalUna vez se han identificado los riesgos y se ha procedido a su tratamiento, es

necesario acometer la evaluación de los mismos.

Dicha evaluación es el proceso mediante el cual, a la vista de los resultados del

Análisis del riesgo realizado, y de una serie de criterios o factores endógenos y exógenos

no aplicados durante el propio Análisis y que actúan como condicionantes, la organización

emite un juicio acerca de la tolerabilidad del riesgo y por tanto de su aceptabilidad. Es un

proceso de reflexión y Análisis que implica necesariamente la toma de decisiones al

respecto.

En definitiva, lo que vamos a perseguir en la evaluación del riesgo es identificar

aquéllos que vamos a considerar como tolerables y aquéllos, que por distintos motivos, no

podemos permitir. Así, cada operador debe establecer sus propios criterios, atendiendo a:

Page 44: Curso Análisis y gestión de riesgos ambientales.docx

1. Criterios objetivos:  límites legales.

2. Criterios subjetivos:  componentes políticos, económicos, sociales,

tecnológicos, científicos, culturales y éticos. :

CRITERIOS DE EVALUACIÓN DE RIESGOS

Factores de tipo social y particularmente los de carácter legal.

La estrategia de negocio de la compañía.

Las necesidades o expectativas de las partes interesadas.

Aspectos económicos y financieros.

Entorno tecnológico.

De forma general, es recomendable que la evaluación de riesgos sea acometido

por personal experto que cuente con la suficiente experiencia en la materia, con el fin de

asegurar la idoneidad y objetividad de los resultados que se obtengan. No obstante, debe

aprobarse por la Dirección, ya que sus implicaciones con aspectos estratégicos,

financieros y en general de negocio son evidentes.

El resultado de la evaluación de estar documentado y debe contener como

mínimo, la siguiente información:

Trabajos realizados en la preparación de los trabajos de evaluación.

Deliberaciones llevadas a cabo.

Conclusiones alcanzadas.

Evidencia expresa de los agentes de la organización que han intervenido y la

correspondiente aprobación por parte de sus mínimos representantes.

Un aspecto importante que se debe gestionar en el proceso de evaluación de

riesgos es la incertidumbre propia de dicho proceso. Esta incertidumbre es debida a

aspectos relacionados con la falta de conocimiento científico de equipo responsable de la

evaluación, la simplificación de la realidad o la propia calidad de los datos con los que se

trabaja.

Page 45: Curso Análisis y gestión de riesgos ambientales.docx

El objetivo de los trabajos no debe ir encaminado a eliminar esta incertidumbre, cosa que

es prácticamente imposible, sino a saber gestionarla de una forma adecuada., debiendo

empezar por tener claras las distintas fuentes de incertidumbre y su contribución a la

estimación final del riesgo

En general, la evaluación de incertidumbres suele realizarse de manera cualitativa,

indicando la influencia de dichas incertidumbres en la estimación final del riesgo en

función del conocimiento de los modelos aplicados, del medio, etc.

Sin embargo, cuando el grado de incertidumbre es crítico se debe realizar un

Análisis de sensibilidad de manera que los resultados se puedan expresar dentro de un

límite de confianza.

Para la realización de la evaluación, se pueden elaborar, por ejemplo, tres tablas

de doble entrada, una para cada entorno (natural, humano y socioeconómico), como la

siguiente:

En cada una de estas tablas, realizadas una por entorno, se debe ubicar cada

escenario con indicación de la probabilidad/frecuencia de que se produzca ese escenario

y las consecuencias o daños que cada escenario produce en cada entorno.

Page 46: Curso Análisis y gestión de riesgos ambientales.docx

Posteriormente, se evaluar la tolerabilidad del riesgo de acuerdo con la técnica que

se está empleando, en este caso la recogida en esta norma:

- Riesgo muy alto: de 21 a 25.

- Riesgo alto: de 16 a 20.

- Riesgo medio: de 11 a 15.

- Riesgo moderado: de 6 a 10.

- Riesgo bajo: de 1 a 5.

Por tanto, en este caso, y de acuerdo con las hipótesis planteadas, el riesgo para

el entorno humano sería bajo.

Dicho lo anterior, se debe decir, que existen múltiples metodologías para la

realización de una evaluación de riesgos, en este caso de carácter ambiental.

Gestión del RiesgoEl concepto de gestión hace referencia a la acción y a la consecuencia de

administrar o gestionar algo. Al respecto, hay que decir que gestionar es llevar a cabo

diligencias que hacen posible la realización de una operación cualquiera.

Así, la gestión del riesgo tiene como objeto principal la toma de las decisiones más

adecuadas sobre los riesgos ambientales, fundamentadas en los criterios de seguridad y

eficiencia económica.

Entendido en su conjunto, tal proceso incluye también:

1. El tratamiento de los distintos riesgos evaluados, tanto en lo que se refiere a

sus aspectos financieros, como técnicos.

2. La comunicación adecuada con los grupos de interés relevantes a lo largo de

todo el proceso.

El contenido de la norma UNE 150008:2008 en cuanto a la Gestión del Riesgo se

limita a contemplar lo expuesto anteriormente en este tema. No obstante, dicha norma

Page 47: Curso Análisis y gestión de riesgos ambientales.docx

contiene un conjunto de Anexos informativos en los cuáles se tratan distintos aspectos de

la gestión del riesgo. Así, todo lo que vamos a comentar a continuación en este mismo

tema, es el tratamiento de la información contenida en dichos Anexos relacionadas con la

Gestión del Riesgo Ambiental.

En el Anexo A de la norma UNE 150008:2008 se tratan las distintas perspectivas

desde las cuáles puede orientarse la gestión de riesgos ambientales, enumerando las

siguientes:

1. Eliminación del riesgo:  no siempre es posible eliminar totalmente eliminar un

riesgo, bien por no ser viable técnicamente, bien por los costes que ello supondría.

2. Reducción y control del riesgo:  la mayoría de las decisiones relativas al riesgo está

orientadas hacia su reducción en términos económica y técnicamente viables y

tanto desde un punto de vista tecnológico como centrándose en el factor

humano. Los riesgos residuales deben ser objeto de un plan de control y

seguimiento.

3. Retención y transferencia del riesgo:  tanto a nivel técnico (subcontratación de

parte de la actividad generadora del riesgo) como financiero (contratación de

garantías, fianzas o avales, etc. que cubran los posibles daños provocados a los

recursos naturales).

4. Comunicación del riesgo:  la organización debe diseñar e implementar los

mecanismos de diálogo que en cada caso resulten más eficaces, teniendo en

cuenta que la responsabilidad de la comunicación reside en primer término en el

gestor y no en el grupo de interés.

El Anexo E de la norma incorpora una serie de recomendaciones para la

valoración económica de las consecuencias sobre el medio ambiente de un determinado

suceso, aspecto fundamental en la gestión de riesgos ambientales.

Uno de los principios que rige toda la legislación relacionada con la

Responsabilidad Ambiental es el de "quien contamina paga y repara", por tanto, la

Page 48: Curso Análisis y gestión de riesgos ambientales.docx

valoración económica de los daños provocados al medio ambiente por tiene un especial

interés.

La metodología que se propone, se describe para las valoraciones económicas de

daños ambientales aún no acaecidos, y se ocupa, exclusivamente, de la estimación del

montante del daño con independencia de la probabilidad que tenga el escenario de

riesgo. La metodología se resume en el siguiente esquema.

En la fase de identificación del daño, se debe partir de los escenarios

contemplados en el Análisis de Riesgos, identificando, para cada uno de los que se vayan

a valorar, las intersecciones de la matriz formada por la lista de receptores del daño y los

diferentes medios de difusión. Como lista de receptores se pueden tener en cuenta el

Page 49: Curso Análisis y gestión de riesgos ambientales.docx

suelo, agua, especies silvestres y ecosistemas; y como medios de difusión, normalmente

se contemplan: atmósfera, agua y suelo.

La cuantificación del daño que las fuentes de peligro movilizadas en el escenario

provocan en cada uno de los receptores identificados, se realiza estableciendo su

intensidad, su extensión y su temporalidad.

El resultado de esta fase es una estimación tanto de la extensión, medida en

unidades físicas (hectáreas, toneladas), como de la clase de intensidad a la que se ve

sometido cada receptor.

En la fase de monetización se traduce a unidades monetarias el cambio de calidad

cuantificado, utilizando, siempre que sea posible, alguna de las técnicas propias de la

metodología de los costes evitados/inducidos, que asimilan la pérdida de activo natural

con el coste financiero de proveer los servicios perdidos con tecnología.

Las medidas que se tomen pueden ser de 3 tipos: primarias, compensatorias y

complementarias; si bien separando las primarias en dos: control y limpieza, y

recuperación.

La monetización de todas las operaciones (salvo las de control, que se estiman por

el global) se apoya en determinar sus costes o valores unitarios y aplicar éstos a la

extensión estimada, afectada por el porcentaje correspondiente a la intensidad

establecida.

Page 50: Curso Análisis y gestión de riesgos ambientales.docx

Cuando se trata de daños recuperables de forma inmediata, el valor del daño se

asimila a los costes de control y limpieza, y a los de recuperación (medidas primarias); si

la recuperación no es inmediata, se añade el valor de las medidas compensatorias;

finalmente, si el receptor no es recuperable, el valor del daño se corresponde con las

labores de control y limpieza más el valor social del activo natural dañado (medidas

complementarias).

Análisis de Riesgos SectorialesComo ya sabemos, los análisis de riesgos medioambientales que deben elaborar

los operadores que queden obligados a ello, serán realizados por los operadores o un

tercero contratado por ellos, siguiendo el esquema establecido por la norma UNE 150.008

u otras normas equivalentes.

El Reglamento de desarrollo parcial de la Ley 26/2007, aprobado por el Real

Decreto 2090/2008, prevé la creación de distintos instrumentos de carácter voluntario

para que los operadores contemplados en el anexo III de la ley puedan llevar a cabo un

análisis del riesgo medioambiental a nivel sectorial que facilite a los operadores que

componen un mismo sector la evaluación particularizada de sus escenarios de riesgo.

Según el artículo 35 del citado reglamento, los análisis de riesgos

medioambientales podrán elaborarse tomando como base los modelos de informe de

riesgos ambientales tipo (MIRAT) o, en su caso, las guías metodológicas, según el grado

de homogeneidad del sector desde el punto de vista del riesgo medioambiental. En

ambos casos se requerirá informe de la Comisión técnica de prevención y reparación de

daños medioambientales

Por otro lado, el artículo 36 del reglamento indica que en el cálculo de la garantía

financiera obligatoria para sectores o subsectores de actividad o para pequeñas y

Page 51: Curso Análisis y gestión de riesgos ambientales.docx

medianas empresas que, por su alto grado de homogeneidad, permitan la estandarización

de sus riesgos medioambientales, se podrán desarrollar tablas de baremos.

Así, los criterios que se utilizan para decidir que herramienta sectorial utilizar en el

análisis de riesgos, son la heterogeneidad de las empresas del sector del que se trate así

como la peligrosidad de las actividades de las mismas, según se puede ver en el gráfico

siguiente.

Finalmente, será cada sector profesional o grupo de actividades el que decida el

tipo de instrumento a partir de la cual podrá apoyarse para analizar su riesgo

medioambiental a nivel sectorial, que con carácter previo hayan sido informadas

favorablemente por la Comisión técnica de prevención y reparación de daños

medioambientales para cada sector.

Los instrumentos sectoriales de análisis del riesgo medioambiental son voluntarios

y están concebidos para facilitar al operador su valoración particularizada del riesgo; paso

previo necesario para estimar la cobertura del daño que, en su caso, debería cubrir la

garantía financiera por responsabilidad medioambiental.

Page 52: Curso Análisis y gestión de riesgos ambientales.docx

Conforme establece el Real Decreto 2090/2008, en su artículo 33, la secuencia

metodológica que deberá seguir el operador para la aplicación del instrumento sectorial

de análisis de riesgos es la siguiente:

1.Selección justificada del modelo de instrumento sectorial para el análisis del

riesgo medioambiental.

2.Análisis del riesgo medioambiental particularizado, llevado a cabo por el

operador o por un tercero contratado por éste, dirigido a una actividad

profesional perteneciente al sector en cuestión. El operador deberá identificar

los escenarios accidentales significativos asociados a su actividad, estimar la

probabilidad asociada a cada escenario y cuantificar la cantidad de receptor

potencialmente afectado en cada uno de los escenarios en función de la

intensidad, extensión y temporalidad de los efectos del daño experimentados

sobre el medio receptor (aguas superficiales y subterráneas, suelo, especies,

hábitat protegidos y/o ribera del mar y de las rías). Para acometer dicha tarea

podrá utilizarse como referencia el modelo de análisis de riesgos sectorial

que se menciona en el apartado anterior.

3.Valoración monetaria del daño asociado a cada escenario accidental

significativo atendiendo a los criterios que establece el Real Decreto

2090/2008, para valorar el daño medioambiental.

4.Calcular el riesgo asociado a cada escenario accidental como el producto entre

la probabilidad de ocurrencia del escenario y el valor del daño

medioambiental obtenido en el apartado anterior, conforme a la metodología

que establece el Real Decreto 2090/2008.

Page 53: Curso Análisis y gestión de riesgos ambientales.docx

5.Seleccionar los escenarios de menor coste asociado que agrupen el 95 por

ciento del riesgo total y establecer, como propuesta de cuantía de la garantía

financiera, el valor del daño medioambiental más alto entre los escenarios

accidentales seleccionados. A este montante se le sumará el coste

correspondiente de las medidas de prevención y de evitación del daño

medioambiental.

Es importante remarcar que, en el caso de la Tabla de Baremos, el operador podrá

estimar la cuantía de la garantía financiera obligatoria directamente, sin necesidad de

realizar un análisis del riesgo medioambiental.

Modelos de Informe de Riesgos Ambientales Tipo (MIRAT)

Los MIRAT están indicados para sectores o grupos de actividad homogéneos

desde el punto de vista del riesgo medioambiental que, en principio, lleven asociada una

mayor peligrosidad, dado que dicho instrumento no exime al operador de realizar su

propio análisis de riesgos para evaluar la necesidad de constituir una garantía financiera

obligatoria.

Los MIRAT deberán ser capaces de identificar todos los escenarios de accidente

relevantes de un sector de actividad, incorporando todas las tipologías de accidente

comunes de las actividades e instalaciones del sector que se presentan en la mayoría de

las instalaciones. Estos MIRAT excluirán,

Por tanto, los escenarios de riesgo que no son representativos a nivel sectorial por estar

presentes en una minoría de actividades o instalaciones. Aquellos escenarios

«singulares» que generen un daño significativo deberán ser, no obstante, tenidos en

Page 54: Curso Análisis y gestión de riesgos ambientales.docx

cuenta en el análisis de riesgos medioambientales particularizado a nivel de operador

realizado en base a la norma UNE 150008 o equivalente.

Los MIRAT deberán, además, incorporar protocolos para cuantificar, en términos

de intensidad, extensión y temporalidad del daño, y evaluar, por parte de cada operador,

la significatividad del daño asociado a cada escenario accidental con respecto al estado

básico. Ello incluye la propuesta de niveles de referencia, dependiendo el agente

causante del daño y el medio receptor afectado (aguas superficiales y subterráneas,

suelo, especies, hábitats protegidos y/o ribera del mar y de las rías), para la determinación

del carácter significativo del daño. Dado que se trabaja en términos de riesgo o de

hipótesis de daño, el estado básico hace referencia al estado en el que se encuentran los

recursos naturales en el momento en el que tiene lugar el hipotético accidente.

A los efectos descritos en el párrafo anterior, dichos protocolos deberán ayudar al

operador a emplear, en caso de que se considere necesario, modelos de difusión de los

correspondientes agentes causantes del daño en los medios receptores que pudieran

verse afectados. Los protocolos dirigidos a cada tipo de escenario accidental deberán ser

lo más sencillos posibles a fin de normalizar la cuantificación del daño y facilitar al

operador su aplicación.

Tablas de Baremos

Las tablas de baremos (TB) están especialmente indicadas para los sectores o pequeñas

y medianas empresas que, por su alto grado de homogeneidad desde punto de vista del

riesgo, permiten la estandarización de sus riesgos ambientales. Es por esta razón que los

sectores profesionales que se apoyen en una TB para evaluar su riesgo medioambiental

deberán tener un perfil productivo común y, por tanto, un alto grado de homogeneidad de

Page 55: Curso Análisis y gestión de riesgos ambientales.docx

escenarios accidentales, careciendo de escenarios «singulares» o siendo éstos casos

aislados. Cuando el operador tenga «escenarios singulares» que sean relevantes a nivel

individual, dichos escenarios deberán igualmente ser tenidos en consideración a nivel

particular de cara a fijar la cuantía de la garantía financiera.

Los instrumentos basados en TB estarán principalmente indicados para sectores

cuya actividad tenga asociada una menor peligrosidad; no obstante, otros sectores podrán

acogerse a una TB siempre que puedan demostrar que disponen de un alto grado de

homogeneidad que permite la estandarización de sus riesgos medioambientales. En esta

línea la homogeneidad del sector será un criterio de decisión determinante a la hora de

seleccionar este tipo de instrumento.

La existencia de un registro histórico de accidentes con una cantidad de registros

considerable y suficiente para ser utilizada en la estandarización de los riesgos de un

sector, será un factor determinante para la utilización de este tipo de instrumento sectorial.

Para ello será necesario estimar los costes de la reparación primaria asociada a cada

escenario de riesgo, en el caso de que dicho registro de accidentes no cuente con esta

información.

Los sectores que no cuenten con un registro histórico de accidentes pero que

hayan identificado, mediante un estudio exhaustivo, los escenarios accidentales

relevantes asociados a dicho sector, podrán desarrollar una TB siempre que cumplan las

siguientes condiciones:

1. Que los escenarios accidentales del sector sean suficientemente homogéneos.

Ello supone que el sector carezca de escenarios «singulares» o que éstos

sean casos aislados.

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2. Que se pueda estimar el coste de reparación primaria del daño asociado a

cada escenario accidental, que permita establecer una asociación entre las

variables determinantes del daño medioambiental y el valor monetario

asociado a dicho daño.

Cuando la TB haga referencia a una actividad que forme parte de un proceso

productivo de otro sector profesional más amplio, dicho sector podrá valerse de esta TB

para evaluar el riesgo medioambiental relativo exclusivamente a dicha actividad.

Guías metodológicas

Las guías metodológicas están destinadas a homogeneizar y unificar el contenido

de los análisis de riesgos a realizar por las distintas actividades de sectores con alto grado

de heterogeneidad desde la perspectiva del riesgo medioambiental. Estos instrumentos

sectoriales deberán contener las directrices generales a seguir para realizar el análisis del

riesgo medioambiental según la tipología de instalaciones o actividades del sector,

además de identificar las variables y factores a tener en consideración para

dicho análisis.

Los contenidos de las guías metodológicas podrán contener información variable

según el sector sobre diferentes aspectos como tipos de agentes y receptores, modelos

de difusión, estimación del riesgo, etc.

Con el objetivo de apoyar a los distintos sectores empresariales incluidos dentro

del anexo III de la Ley 26/2007, en la elaboración de los análisis de riesgos

medioambientales sectoriales (son los propios sectores los que se tienen que encargar de

su elaboración), la Dirección General de Calidad y Evaluación Ambiental y Medio Natural

ha desarrollado un MIRAT, una Tabla de Baremos y una Guía metodológica, para tres

Page 57: Curso Análisis y gestión de riesgos ambientales.docx

sectores industriales (respectivamente sector pinturas y tintas, sector aceite de oliva y

oleaginosas y sector minería sulfuros polimetálicos y sales sódicas y potásicas). A

continuación se pueden ver los esquemas de los procesos operativos de estos 3 sectores.

Page 58: Curso Análisis y gestión de riesgos ambientales.docx

Así, se ha puesto a disposición de todos los sectores interesados los informes de

estas tres herramientas de análisis de riesgos sectoriales, con el objetivo de que puedan

ser de orientación y utilidad en el desarrollo de sus propias herramientas sectoriales.

Verificación del Análisis de Riesgos Ambientales

Los artículos 45 y 46 del Real Decreto 2090/2008, tratan la verificación del Informe

de Análisis de Riesgos Medioambientales así como los requisitos que debe reunir en

verificador, con el fin de asegurar la idoneidad y objetividad de dicho informe.

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Así, se establece que el operador debe someter el Análisis de Riesgos

Medioambientales a un procedimiento de verificación, que debe constatar, como mínimo,

los siguientes aspectos:

1. El cumplimiento de la norma UNE 150008 o norma equivalente, que sirva como

referencia.

2. La trazabilidad de los datos de partida empleados para la elaboración del análisis de

riesgos.

3. La garantía de que los modelos, las herramientas y las técnicas utilizadas en el marco

del método establecido por los estándares utilizados, gozan de reconocimiento

internacional por parte de la comunidad técnico-científica, o son considerados como

solventes para el ámbito de aplicación del análisis.

Para ello, se necesita que el verificador cumpla los siguientes requisitos mínimos

que señalamos a continuación:

Ser independiente del titular de la instalación.

Llevar a cabo sus actividades de manera profesional, competente y objetiva.

Conocer la normativa y las directrices pertinentes en materia de responsabilidad

medioambiental y análisis de riesgos, en particular:

La Ley 26/2007 y su normativa de desarrollo.

Las directrices, recomendaciones o resoluciones interpretativas sobre

prevención y reparación de daños ambientales que en su caso elabore la

Comisión técnica de prevención y reparación de daños medioambientales.

Las normas y directrices pertinentes adoptadas por la Comisión Europea.

La norma UNE 150008 o normas equivalentes.

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Estar acreditado por el órgano competente en materia de acreditación.

Por otra parte, la estructura y el contenido de la norma UNE 150008, obedecen a

la necesidad manifestada por diversos grupos de interés, de establecer un marco de

referencia para la posible verificación por tercera parte de estudios sobre el Análisis y

evaluación del riesgo ambiental en diversas situaciones y actividades.

No obstante, es necesario decir que los informes de Análisis de Riesgos

Medioambientales deben ser verificados, tanto se realizan usando como referencia la

norma UNE 150008, como si se hacen con MIRATs, guías metodológicas, etc.

A tal objeto, responde la creación de un grupo de trabajo, creado por la Comisión

Técnica de Prevención y Reparación de Daños Medioambientales, sobre criterios de

acreditación de verificadores, si bien a la fecha actual (septiembre de 2013), aún no se

han publicado los criterios formales para la acreditación de los verificadores de Análisis de

Riesgos Medioambientales.

Modelo de Oferta de Responsabilidad Ambiental (MORA)

La Ley 26/2007 establece que los operadores de las actividades incluidas en su

anexo III, deben disponer de una garantía financiera, en el momento en que dicha

obligación entre en vigor mediante la orden ministerial correspondiente, que les permita

hacer frente a la responsabilidad medioambiental inherente a su actividad.

Asimismo, la normativa de responsabilidad medioambiental establece la obligación

de que estos operadores elaboren un análisis de riesgos medioambientales, con el

objetivo de identificar los posibles escenarios accidentales, y establecer el valor del daño

medioambiental que puedan producir.

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En este contexto, la Dirección General de Calidad y Evaluación Ambiental y Medio

Natural, con el objetivo de ofrecer a todos los operadores y sectores industriales, una

herramienta que les ayude a cumplir con estas obligaciones, ha elaborado una

metodología para el cálculo de costes de reposición, el Modelo de Oferta de

Responsabilidad Ambiental (MORA), que permitirá monetizar los escenarios de riesgo

identificados por los operadores en los análisis de riesgos medioambientales de su

instalación.

El objetivo principal de MORA es estimar el orden de magnitud del coste de

reposición (expresado en unidades monetarias) de los recursos naturales cubiertos por

laLey 26/2007. De igual forma, sus objetivos específicos son:

Evaluar la literatura científica y técnica sobre reparación de daños

medioambientales.

Elaborar un catálogo de posibles técnicas, aplicables para la reposición de los

recursos naturales cubiertos por la Ley 26/2007.

Diseñar un mecanismo de selección de las mejores técnicas disponibles

basado en los criterios establecidos por la normativa.

Diseñar un modelo económico que aporte las herramientas necesarias para

sistematizar la valoración de daños al medio ambiente, conforme a la

normativa de responsabilidad medioambiental.

La estructura de MORA se puede resumir en los siguientes apartados desde el

punto de vista metodológico:

Caracterización de daños.

Identificación de los recursos naturales.

Page 62: Curso Análisis y gestión de riesgos ambientales.docx

Identificación de los agentes causantes del daño.

Identificación del grado de afección.

Identificación de las medidas reparadoras.

Selección de las técnicas de reparación.

Fuentes de información utilizadas.

Catálogo de técnicas de reparación.

Procedimiento de selección de técnicas.

Establecimiento de las funciones de cálculo del valor de reposición.

Procedimiento de valoración de daños.

Análisis de incertidumbre.

Protocolo de actuación.

Para conocer en detalle el contenido de esta metodología, se ha puesto a

disposición de todas las partes interesadas un Documento metodológico del Modelo de

Oferta de Responsabilidad Ambiental.

Para facilitar la operación de estimar el orden de magnitud del coste de reposición

de los recursos naturales cubiertos por la Ley 26/2007 ante cualquier accidente, la

Dirección General de Calidad y Evaluación Ambiental y Medio Natural ha desarrollado una

aplicación informática basada en esta metodología, con el objetivo de ofrecer a todos los

operadores y sectores industriales, una herramienta de asistencia integral para la

monetización del daño medioambiental asociado a cada escenario de riesgo conforme a

la metodología de valoración que establece el Real Decreto 2090/2008, y de las medidas

reparadoras (primarias, compensatorias y complementarias) junto con las mejores

Page 63: Curso Análisis y gestión de riesgos ambientales.docx

técnicas disponibles que sean necesarias para devolver los recursos naturales y los

servicios que éstos prestan a su estado original.

Adicionalmente y debido a la vocación preventiva de la ley, el cálculo de los costes

de recuperación asociados a los escenarios de riesgo, proporciona a los operadores una

herramienta que les permitirá llevar a cabo una adecuada gestión de los riesgos de su

instalación.

La aplicación informática del Modelo de Oferta de Responsabilidad Ambiental, está

disponible en el siguiente enlace:

http://eportal.magrama.gob.es/mora/login.action

Las garantías financierasLa Ley 26/2007 impone a determinados operadores la obligación de constituir

garantías financieras para cubrir su responsabilidad medioambiental, a pesar de que

laDirectiva 2004/35, no impone a los Estados miembros la exigencia de esta obligación.

Los operadores que están obligados a constituir una garantía financiera son los

operadores de actividades incluidas en el Anexo III de la Ley 26/2007, salvo ciertas

excepciones, que estudiaremos más adelante.

Con esta previsión, se pretende dar cumplimiento al mandato contenido en

laDirectiva 2004/35, según el cual los Estados miembros deben tomar las medidas

apropiadas para animar a todos los operadores a utilizar seguros apropiados u otras

formas de garantía financiera, con el objetivo de proteger de forma eficaz las obligaciones

financieras que se deriven de la legislación de responsabilidad medioambiental,

asegurando de esta forma que se haga efectivo el principio de “quien contamina paga”.

Page 64: Curso Análisis y gestión de riesgos ambientales.docx

El 29 de Junio de 2011 se publicó la Orden ARM/1783/2011, de 22 de junio, por la

que se establece el orden de prioridad y el calendario para la aprobación de las órdenes

ministeriales a partir de las cuales será exigible la constitución de la garantía financiera

obligatoria, previstas en la disposición final cuarta de la Ley 26/2007, de 23 de octubre, de

Responsabilidad Medioambiental.

En este contexto, esta orden ministerial establece un calendario gradual para la

elaboración de las órdenes ministeriales por las que se fijará la fecha a partir de la cual

será exigible la garantía financiera obligatoria, incluyendo una priorización de las

actividades económicas del anexo III de la Ley 26/2007, a las que se exigirá dicha

garantía.

Se prevé que para las actividades con prioridad 1 (ver tema VII), entre el 30 de

junio de 2013 y el 30 de junio de 2014 se publicarán las Órdenes Ministeriales que harán

exigible la constitución de la garantía financiera.

Para el nivel 2 (ver tema VII), las Órdenes Ministeriales que harán exigible la

constitución de la garantía financiera se publicarán entre el 30 de junio de 2014 y el 30 de

junio de 2016.

Y para el resto de actividades incluidas en el nivel 3, la publicación de las Órdenes

Ministeriales correspondientes se hará entre el 30 de junio de 2016 y el 30 de junio de

2019.

La cobertura de la garantía financiera variará en atención a la valoración que la

comunidad autónoma realice del riesgo medioambiental de cada actividad.

La Ley 26/2007 encomienda a los órganos competentes de las comunidades

autónomas la determinación de la cantidad que, como mínimo, deberá quedar

garantizada, de conformidad con el método que reglamentariamente fije el Gobierno,

previa consulta a las propias comunidades autónomas. Tal y como establece la Ley

26/2007, este método debe basarse en criterios técnicos que garanticen una evaluación

homogénea de los escenarios de riesgos y de los costes de reparación asociados a cada

uno de ellos, de modo que se asegure una delimitación uniforme de la definición de las

coberturas que resulten necesarias para cada actividad o para cada instalación.

Page 65: Curso Análisis y gestión de riesgos ambientales.docx

En cualquier caso, la Administración deberá motivar adecuadamente la cuantía

que establezca, teniendo siempre en cuenta la intensidad y extensión del daño que la

actividad pueda causar, y los costes de reparación de dichos daños. La cuantía de la

garantía no limitará, en modo alguno, la responsabilidad medioambiental que resulte

exigible a cada operador.

La Ley 26/2007 establece una cuantía máxima en cuanto a la cobertura de la

garantía financiera obligatoria, que no podrá ser superior a veinte millones de euros por

evento y anualidad (por evento se entiende el conjunto de reclamaciones por daños

medioambientales que deriven de una misma emisión, suceso o incidente, aun cuando

dichas reclamaciones se produzcan en momentos distintos). Además, se permite la

fijación de un sublímite máximo para las obligaciones de prevención y de evitación que

habrá de ser, al menos, del 10% de la cuantía garantizada que en cada caso se fije.

Finalmente, conforme a lo establecido en la Ley 26/2007 puede permitirse una

franquicia del 0,5% de la cuantía a garantizar que en cada caso se fije, quedando ese

0,5% a cargo del operador.

La cuantía garantizada estará destinada específica y exclusivamente a cubrir las

responsabilidades medioambientales del operador que se deriven de su actividad

económica o profesional.

La garantía regulada en esta sección será ajena e independiente de la cobertura

de cualquier otra responsabilidad, ya sea penal, civil, administrativa o de otros hechos

cualesquiera y, en consecuencia, no quedará reducida o agotada por gastos,

reclamaciones o exigencias no relacionadas con dichas responsabilidades

medioambientales, ni podrá aplicarse a ningún fin distinto del que ha justificado su

constitución.

. La garantía financiera puede constituirse a través de cualquiera de las siguientes

modalidades, que podrán ser alternativas o complementarias entre sí, tanto en su cuantía,

como en los hechos garantizados:

Page 66: Curso Análisis y gestión de riesgos ambientales.docx

1. Una póliza de seguro que se ajuste a la Ley 50/1980, de 8 de octubre, de

Contrato de Seguro, suscrita con una entidad aseguradora autorizada para

operar en España.

2. La obtención de un aval, concedido por alguna entidad financiera autorizada a

operar en España.

3. La constitución de una reserva técnica mediante la dotación de un fondo «ad

hoc» con materialización en inversiones financieras respaldadas por el sector

público.

En el marco de estas garantías, puede tener la consideración de sujeto

garantizado el operador de la actividad económica o profesional, pudiendo asimismo

figurar como sujetos garantizados adicionales los subcontratistas y los profesionales que

colaboren con dicho operador en la realización de la actividad autorizada.

El contenido de la garantía que se preste a través de las modalidades

contempladas anteriormente debe cubrir los siguientes costes:

Los derivados de las obligaciones del operador reguladas en el artículo 17 de

la Ley 26/2007, siempre que el daño que se pretenda evitar o limitar haya sido

originado por contaminación.

Los derivados de las obligaciones del operador reguladas en los artículos 19 y

20 de la Ley 26/2007, siempre que el daño que se pretenda evitar o limitar

haya sido originado por contaminación.

La garantía deberá quedar constituida desde la fecha en que surta efectos la

autorización necesaria para la puesta en marcha de la actividad (esto una vez se publique

la orden ministerial que obligue a la actividad a constituir la garantía) y debe mantenerse

en vigor durante todo el periodo de la actividad.

Page 67: Curso Análisis y gestión de riesgos ambientales.docx

Igualmente, se establece en la Ley 26/2007 que el agotamiento de las garantías o

su reducción en más de un 50 por ciento determinará la obligación del operador de

reponerlas en un plazo de seis meses desde la fecha en la que se conozca o sea

estimado con un grado de certidumbre razonable el importe de la obligación garantizada.

Obligaciones y excepciones de constitución de garantía financiera

Ya hemos comentado en varios puntos del curso que la Ley 26/2007 impone a

determinados operadores la obligación de constituir garantías financieras para cubrir su

responsabilidad medioambiental.

Están obligados a constituir garantía financiera los operadores de las actividades

incluidas en el Anexo III de la Ley 26/2007.

No obstante, la obligación de constituir garantías financieras no se exige a los

operadores de actividades que, a pesar de estar incluidas en el Anexo III de la Ley

26/2007, puedan ocasionar daños medioambientales cuya reparación se evalúe en menos

Page 68: Curso Análisis y gestión de riesgos ambientales.docx

de 300.000 euros, o desarrollen una actividad que pueda ocasionar daños

medioambientales cuya reparación se evalúe entre 300.000 y 2.000.000 de euros,

siempre que, en este último caso, acrediten que están adheridos permanente y

continuadamente al sistema comunitario de gestión y auditoria medioambientales

(REGLAMENTO EMAS) o bien poseen la certificación en base a un Sistema de Gestión

Ambiental UNE-EN ISO 14001:12004.

Los umbrales señalados en el párrafo anterior deberán ser revisados por el

Gobierno. Para ello, el Gobierno presentará un informe antes del 31 de diciembre de 2015

proponiendo el mantenimiento o la modificación de estos umbrales. En este punto, no

puede dejar de descartarse que las comunidades autónomas podrían establecer umbrales

más restrictivos, esto es, de menor cuantía, o incluso eliminar estas excepciones, de

modo que el operador de una actividad tenga la obligación de constituir garantía

financiera en todo caso.

Tampoco deben contar con garantía los operadores que utilicen los productos

fitosanitarios y biocidas a los que se refiere el apartado 8 c) y d) del Anexo III, con fines

agropecuarios y forestales.

Quedan excluidos también de la obligación de prestar garantía financiera la

Administración General del Estado y los organismos públicos vinculados o dependientes

de ella, así como las entidades locales y sus organismos autónomos y entidades de

derecho público dependientes de éstas. Las comunidades autónomas determinarán la

exigibilidad de garantías financieras a su Administración y a sus organismos públicos

dependientes, todo ello conforme a lo establecido en la disposición adicional séptima de

la Ley 26/2007.

Page 69: Curso Análisis y gestión de riesgos ambientales.docx

Reglamento EMAS vs ISO 14001

Hasta la publicación de la primera edición de la norma ISO 14001 en 1996, la

única referencia en Europa para la implantación de un sistema de gestión cuyo objetivo

fuera la prevención de la contaminación y la minimización de las organizaciones sobre el

entorno era el reglamento 1836/93 de Ecogestión y Ecoauditorías , que data de 1995,

siendo conocido como “EMAS”, al que las empresas del sector industrial podían adherirse

voluntariamente a fin de mejorar su comportamiento ambiental, y obteniendo un

certificado europeo de cumplimiento.

Antes, el Reino Unido había publicado en 1992 su primera norma experimental, la

norma BS-7750 y en España se habían publicado en el año 94 dos normas, la UNE-

77801 “Sistemas de Gestión Ambiental” y la UNE 77802 “Auditorías de los Sistemas de

Gestión Ambiental”, que no tuvieron demasiada repercusión.

Las normas de la serie ISO 9000de Aseguramiento de la calidad y la BS 7750

sirvieron de inspiración para la determinación de la forma y la naturaleza de la ISO 14001.

En España, AENOR adopta en 1996 la norma como UNE-EN-ISO 14001 y se anulan las

anteriores normas UNE de la serie 77800.

Con la revisión del EMAS de 1993, en el nuevo Reglamento 761/2001, la Unión

Europea amplia el alcance del sistema a todo tipo de organizaciones, sin referirse a

ningún sector concreto. Además adopta los requisitos de la ISO 14001 relativos al sistema

de gestión ambiental a implantar.

En el año 2004, la norma ISO 14001 fue revisada. Y en 2009, el reglamento EMAS

integró los procedimientos de la ISO 14001, por lo que las empresas pueden implantar un

sistema EMAS a partir de un sistema ISO 14001, siempre que se someta a los requisitos

de validación por parte de los verificadores ambientales acreditados y solicite su registro

en el organismo competente.

Actualmente, la norma ISO 14001 ha iniciado un nuevo proceso de revisión, que

tiene prevista su culminación en un par de años con la publicación de la nueva ISO

14001:2015.

Page 70: Curso Análisis y gestión de riesgos ambientales.docx

A pesar de este paralelismo en la evolución de ambos modelos, en los últimos

años la certificación ISO 14001 ha tenido un fuerte crecimiento en el ámbito internacional,

superando claramente al sistema EMAS. Según los últimos datos publicados por ISO en

su ISO Survey 2010, el número de empresas certificadas a nivel mundial, conforme a la

Norma ISO 14001, asciende a más de 250.000.

España, con más de 15.000 certificados, es el primer país de Europa y tercero del

mundo por número de certificados emitidos del Sistema de Gestión Ambiental conforme a

la norma ISO 14001. Así lo revela la Organización Internacional de Normalización (ISO)

en sus informes anuales (ISO Surveys), en los que recoge la clasificación mundial en

certificación de las principales normas de sistemas de gestión.

En lo que respecta a EMAS, el número de organizaciones adheridas al reglamento

creció con fuerza a finales de los años noventa, pero se redujo luego de forma

considerable a partir de 2001 con la entrada en vigor de EMAS II. Desde 2004 el número

de organizaciones totales adheridas al reglamento se ha recuperado de forma paulatina,

aunque en ningún momento se ha vuelto a alcanzar el pico máximo de organizaciones

adheridas de 2001.

Page 71: Curso Análisis y gestión de riesgos ambientales.docx

Esta tendencia se reproduce igualmente en nuestro país. En España, hasta finales

de 2007, el número de organizaciones adheridas en España al EMAS sólo alcanzaba las

811.

En la literatura se señala que los factores clave por los que ISO 14001 se ha

impuesto claramente a EMAS en el plano cuantitativo son cuatro:

Por una parte, porque ISO 14001 es mucho más reconocido a nivel internacional.

En segundo lugar, porque se considera que la adhesión a EMAS es más cara que

ISO 14001.

En tercer lugar, EMAS exige un mayor nivel de compromiso, ya que la empresa

debe llevar a cabo una declaración pública de su impacto medioambiental

(consumos, emisiones, vertidos, etcétera), mientras que para ISO 14001 no se

Page 72: Curso Análisis y gestión de riesgos ambientales.docx

trata de una exigencia, por lo que en la práctica sólo se realiza si a la empresa le

interesa.

Por último, porque la presión reguladora es menor en ISO 14001 que en EMAS, ya

que en el caso de la norma ISO sólo se solicita el compromiso de cumplir la

legislación y regulación vigente.

A modo de resumen de estos 2 últimos temas, y debido a la importancia de este tema

para las empresas, planteamos las preguntas más frecuentes que surgen en relación al

establecimiento de este tipo de garantías:

¿Quién está obligado a tener una garantía financiera? Los operadores de

actividades del anexo III tienen la obligación de constituir una garantía

financiera obligatoria para hacer frente a la

responsabilidadmedioambiental, a través de:

Póliza de seguro.

Aval.

Dotación de un fondo ad hoc.

¿A partir de qué momento es obligatorio tener la garantía financiera?La

fecha a partir de la cual será exigible la constitución de la garantía

financiera para cada una de las actividades del anexo III de la Ley 26/2007

se determinará por Orden Ministerial del Ministerio con competencias en

materia de medio ambiente (ver tema VII).

¿Cuál es la cuantía que debe quedar garantizada? La autoridad

competente deberá fijar la cuantía mínima garantizada, dicha cuantía debe

estar justificada mediante la utilización de un método establecido

reglamentariamente que garantice la evaluación homogénea de los

escenarios de riesgo y del cálculo de coste de reparación asociado a

estos.

¿Qué procedimiento se debe seguir para la fijación de la cuantía? El

procedimiento que se debe seguir es la realización de un Análisis de

Page 73: Curso Análisis y gestión de riesgos ambientales.docx

riesgos medioambientales según norma UNE 150.008:2008 u otra

equivalente. La autoridad competente, deberá justificar la fijación de la

cuantía que determine, utilizando para ello el método se establezca

reglamentariamente. Es una etapa fundamental a la hora de determinar la

cuantía de la garantía financiera. El Reglamento 2090/2008 de desarrollo

de la Ley 26/2007, propone la Norma UNE EN ISO 150.008:2008 "Análisis

y evaluación del riesgo medioambiental" para realizar los análisis de

riesgos. El análisis de riesgos deberá ser verificado por tercero.

¿Cuándo un operador está exento de constituir una garantía financiera?

Los operadores exentos de constituir una garantía

financiera obligatoria:

Operadores de actividades distintas del anexo III

Operadores susceptibles de causar daños < 300.000 €

Operadores susceptibles de causar daños entre 300.000€ y

2.000.000 que acrediten EMAS o UNE-EN ISO 14.001

Operadores que utilicen productos fitosanitarios o biocidas

La Ley 26/2007 establece la creación de los siguientes fondos:

a) Fondo de compensación de daños ambientales del Consorcio de Seguros.

La Ley ha establecido que el Consorcio de Compensación de Seguros debe

administrar y gestionar un Fondo de compensación de daños ambientales, que se

constituye con las aportaciones de los operadores que contraten un seguro de

responsabilidad medioambiental, mediante un recargo sobre la prima de dicho seguro.

Los objetivos de este fondo son:

Page 74: Curso Análisis y gestión de riesgos ambientales.docx

Prolongar la cobertura del seguro para los daños que hayan sido causados durante

el periodo de vigencia del seguro, pero que se manifiesten después de los plazos

admitidos en la póliza.

Atender las obligaciones de los operadores que hayan suscrito una póliza de

seguro, y cuya entidad aseguradora tenga problemas de solvencia.

El Fondo no otorgará cobertura para:

Las actividades cuyos seguros hayan sido cancelados antes de cesar la actividad.

Los daños que hayan sido generados después de cesar la actividad, por haberse

abandonado instalaciones con potencial contaminante, sin cumplir con las medidas

obligatorias para evitar dicho riesgo.

Los hechos, daños o responsabilidades que no hubieran tenido cobertura en el

seguro si hubiera estado la póliza en vigor.

Los episodios de contaminación que sean descubiertos de forma fehaciente por

primera vez, antes de transcurrir tres años desde que tuvo lugar el cese de la

actividad asegurada. A estos efectos, se considera la fecha de cese de la actividad

asegurada aquélla en la que concluyeron las operaciones preceptivas para el

saneamiento o desmantelamiento de las instalaciones a efectos de prevención de

contaminaciones futuras, o bien aquella en la que el asegurado dejó de llevar a

cabo cualquier tipo de actividad en la instalación.

Los episodios de contaminación que sean reclamados por primera vez después de

transcurrido el plazo de aplicación previsto en el artículo 4 de laLey 26/2007.

b) Fondo estatal de reparación de daños ambientales.

Page 75: Curso Análisis y gestión de riesgos ambientales.docx

Como complemento al sistema de garantías financieras, la Ley establece la creación

de un Fondo estatal de reparación de daños medioambientales, gestionado por el

Ministerio con competencias en materia de medio ambiente y que se dota de recursos

procedentes de los Presupuestos Generales del Estado.

Sufragar los costes derivados de las medidas reparadoras de los bienes de

titularidad estatal, a cargo de los presupuestos generales del Estado.

Actuaría si los costes no pudieran ser imputados a un operador o a un tercero.Antonio Martín Velázquez

Director Técnico de Medio Ambiente

[email protected]

www.alfilformacion.com

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