Dándole Vueltas, enero 2014

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Cajón de sastre de interés general #05 | Enero 2014

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Dicen que no hay quinto malo. Y ése es el número que os presentamos en estas páginas. Tras unos meses de andadura, la consolidación de la revista, de sus colaboradores y de quienes nos seguís y leéis va por muy buen camino. Sin embargo el nuevo año nos empuja a querer seguir creciendo, a emprender nuevos desafíos: sacar un número impreso especial para el primer aniversario.

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Cajón de sastre de interés general#05 | Enero 2014

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«Dándole Vueltas» es una publicación independiente que nace con la finalidad

de servir de plataforma cultural, mayormente a jóvenes torrijeños.

«Dándole Vueltas» es un proyecto llevado a cabo por Fernando de Miguel Cuesta,

Rosa Quirós Querencias y Olalla Ruiz-Ayúcar.

Si quieres colaborar con nosotros o tienes alguna propuesta que nos ayude a

mejorar, escríbenos a [email protected]

Podéis encontrarnos en:

Facebook: Facebook.com/vueltasdandolevueltas

Twitter: @dvueltas

Blog: revistadandolevueltas.blogspot.com.es

Issuu: issuu.com/dandolevueltas

Editada en Torrijos (Toledo) por Dándole Vueltas.

Diseño y maquetación: Olalla Ruiz-Ayúcar.

«Dándole Vueltas» no se hace responsable de las opiniones de sus colaboradores

ni se identifica necesariamente con lo expresado en sus textos.

A no ser que se indique lo contrario, todos los contenidos originales que publicamos

se distribuyen bajo la licencia Creative Commons Atribución-No comercial 2.5 España.

Esto implica que se puede copiar, distribuir y comunicar públicamente la obra siempre

que se reconozca la autoría de la misma y no se use la misma para fines comerciales.

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EDITORIALPropósitosDicen que no hay quinto malo. Y ése es el número que os presentamos en estas páginas. Tras unos meses de andadura, la consolidación de la revista, de sus colaboradores y de quienes nos seguís y leéis va por muy buen camino. Sin embargo el nuevo año nos empuja a querer seguir creciendo, a emprender nuevos desafíos. Una de las costumbres más extendidas al rebasar las doce de la noche del 31 de diciembre, es que todos los mortales nos fijamos nuevos propósitos para los 365 días siguientes. Bien es cierto también, que a gran parte se le olvidan estos propósitos pasadas las veinticuatro primeras horas, esperemos que a nosotros eso no nos pase.

Y como no podía ser de otra manera, nosotros también hemos fijado nuestro propósito para 2014: sacar un número impreso especial para el primer aniversario. Pero en este proyecto no queremos marchar solos. Queremos que nos acompañéis, que nos deis vuestro apoyo. Para ello en las próximas semanas lanzaremos una iniciativa de crowdfunding. Un palabro más que añadir a nuestro vocabulario. ¿Y qué es eso?

Pues en castellano moderno, se trata de una forma de financiación colectiva. Una forma de conseguir los recursos necesarios para sacar un proyecto adelante, mediante pequeñas aportaciones de muchas personas.

Como todos sabéis Dándole Vueltas es una publicación independiente, sin publicidad y sin ánimo de lucro. Un espacio diferente con el que hemos logrado dar visibilidad a las opiniones, creatividad, conocimientos, andaduras, etc. de jóvenes torrijeños. Pero un espacio al que, de momento, sólo han tenido acceso aquellos que se conectan a internet.

Cuando nos hacéis llegar vuestras opiniones y comentarios acerca de la publicación, nos encontramos con que la inmensa mayoría de las valoraciones son positivas: por ofrecer algo nuevo, por romper algún preconcepto, por prestar atención a diferentes temáticas o por nuestro dinamismo. Pero sobre todo, la inmensa mayoría coincidís en una cuestión: ¿para cuándo un ejemplar impreso?

Esa misma cuestión también ronda la cabeza de estos tres «Quijotes», por eso cuando nos planteamos cómo hacerlo sin romper este espíritu de diversidad, de libertad, de independencia; sólo encontramos una forma, que nuestros lectores nos ayuden a financiar la impresión. Todo proyecto cultural como el nuestro depende en gran medida de la sociedad, de la comunidad a la que se dirige, por eso os invitamos a convertiros en mecenas de esta publicación que es sobre todo vuestra.

Somos conscientes de que los tiempos que corren no son los más propicios para las iniciativas colectivas, pero esto no va a amedrentarnos. Sabemos de las dificultades, conocemos las barreras, pero también somos conscientes de que siempre se puede intentar. Ésa es la fuerza con la que partimos hace meses y ya vamos por el quinto. Sabemos que os gustan estas páginas, ahora se trata de ir un paso más allá. ¿Le damos?

Nota: En breve publicaremos toda la información de cómo podéis colaborar con la financiación en nuestro blog así como en nuestros perfiles de Facebook y Twitter.

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Ángela Martín López

Asociación de Escritores Insomnes | www.escritoresinsomnes.blogspot.com.es

David Moreira Díaz | www.moreocio.blogspot.com

Elena Lorenzo Martín

Faustino Pérez Barajas

Fernando de Miguel Cuesta | @F_de_Miguel

Gema Lorenzo

Gerardo A. de Marcelo

Jaime Cedillo

Jesús Talavera Tritencio | @JesuTalaTriten

Juan Fardo | www.cargocollective.com/juanfardo

Julia Rubio

Margarita Díaz Ramos | [email protected]

Marta Fernández Sebastián

Marta Hidalgo

Nuria González Sanz

Olalla Ruiz-Ayúcar | www.olallaruiz.com

Rosa Quirós Querencias

Rubén Torres | @rubencomico

Sabrín Yermak

Senén Iglesias

Sergio Rodríguez Castaño | @serodcas93

Sonia Sepúlveda Muñoz-Alegre

Virginia Chaparro

Han colaborado en este número:

Desde «Dándole Vueltas» agradecemos la participación a todos nuestros colaboradores.

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SUMARIO08 | El vagabundoQuién habita la calle, por Rosa Quirós.

10 | El muro de la PrehistoriaCavernícolas y niños unidos por la fuerza de las imágenes, por Margarita Díaz.

14 | Haciendo las maletaMarta Fernández hace un equipaje de sensaciones.

16 | Vayas donde Vayas, torrijeño hallas: Virginia ChaparroVirginia Chaparro nos cuenta sus sensaciones desde las Islas Británicas.

20 | Libros perdidosMarta Hidalgo nos recuerda la estrecha relación entre las historias y sus lectores.

22 | Costa Oeste de Cantabria: de Comillas a UnqueraSubido al sillín junto al Cantábrico, por David Moreira.

28 | Torriciario [1]Rubén Torres nos trae humor made in Torrijos.

30 | El esconditeLos sentimientos escondidos en un hueco, versos de Jaime Cedillo.

34 | Generación «Es lo que hay»Elena Lorenzo nos cuenta cómo una frase cierra cualquier conato de inconformismo.

36 | África se sienteNuria González nos presenta el pálpito rotundo de un continente que atrapa.

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42 | Flores de cartón para floreros de cristalDe la esencia de las cosas y de las cosas con esencia, por Jesús Mª Talavera.

44 | Recuerdos de un torrijeño leyendo la novela «Intemperie»Faustino Pérez nos acerca a la novela del año en los recuerdos de alguien de la tierra.

48 | Delinéate

Echa un ojo al poder de la línea, de la mano de Sonia Sepúlveda.

50 | Se busca ayudanteLas Asociación de Escritores Insomnes nos trae un relato sobre una oferta

laboral irrechazable.

54 | Festivaler@s: Arenal SoundSergio Rodríguez nos acerca un cóctel de público joven y bajo coste.

56 | Las reflexiones pasajerasPalabras de asiento de bus que invitan a pensar, reflexión de Fernando de Miguel.

60 | ManuelLa historia de alguien que se atreve a ser algo más que estatua, por Sabrin Yermak.

62 | El crisol de Canal NouSe utilizó por unos pocos, se cerró para todos. Por Ángela Martín.

68 | Se trata de ti, se trata de míUna herramienta al servicio del cambio, por Gerardo A. De Marcelo.

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Ru

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Detrás de aquellas largas barbas blancas había un

hombre de ojos taladrantes y pocas palabras. Sobre su

cuerpo enjuto colgaba un abrigo gastado por el paso

de los años que le daba un aspecto aún más triste y

melancólico.

Tenía el caminar lento de los que ya no respetan

el tiempo, de los que perdieron la prisa, de los

que guardan un secreto en cada uno de sus pasos.

Caminaba lento pero erguido. Caminaba con la firmeza

del que tiene más preguntas que respuestas.

En una bolsa guardaba su ropa de verano y en la otra

todo lo demás, un libro de poemas, una botella de ron,

una lata de mejillones, un despertador. Cuatro fotos

viejas, una bolsa de pipas, unas cuantas monedas, un

encendedor. Algunas colillas, una navaja oxidada, una

cuchara y un tenedor.

- Su café y su tostada

- Gracias

Dejé de mirar por la ventana.

EL VAGABUNDO Rosa Quirós Querencias

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El MUrO de lA PrEhistoRIa Margarita Díaz Ramos

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Realicé esta ilustración para proyectar un mural cerámico que serviría como

marco para la pizarra de un niño.

Tomé como inspiración las representaciones artísticas de la Prehistoria

dadas las semejanzas existentes en algunas de ellas a los dibujos infantiles.

Creo que resulta un modo poético de establecer un paralelismo entre los

comienzos de la sensibilidad artística en la humanidad y los inicios del niño

que comienza a realizar las primeras representaciones de su entorno. Quizá

entre uno y otro arte haya más paralelismos que la simple metáfora.

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El arte como algo mágico

Gombrich, en su «Historia del Arte» utiliza el siguiente ejemplo para hacer

entender «esos extraños comienzos del arte»:

«Supongamos que tomamos un retrato de nuestro jugador de fútbol

favorito o de la estrella de cine que preferimos, publicado en el periódico

del día. ¿Disfrutaríamos pinchándoles los ojos con una aguja?, ¿nos

sentiríamos tan indiferentes como si hiciéramos un agujero en otro lugar

cualquiera del papel? Creo que no. A pesar de saber muy bien, con plena

conciencia, que lo que hagamos en esos retratos no perjudica en nada a los

representados, experimentamos un vago reparo en herir su imagen.»

Lo que nos quiere decir es que si aún hoy, en nuestra época, nos sobreviene

de alguna forma el sentimiento irracional de que lo que se le hace a un

retrato se hace también sobre la persona que representa, es bastante

menos sorprendente que nociones semejantes existan entre los pueblos

primitivos que es lo más aproximado que tenemos hoy en día para imaginar

cómo debió ser la vida en la Prehistoria. Como anécdota que confirma

esta idea nos cuenta que en una ocasión, al dibujar sus animales un artista

europeo, los nativos se alarmaron: «Si usted se los lleva consigo, ¿cómo

viviremos nosotros?»

Todas estas ideas son importantes porque pueden ayudarnos a comprender

las más antiguas pinturas llegadas hasta nosotros. Al ser descubiertas

en las paredes de las cuevas de Altamira o de Lascaux en el s. XIX, los

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arqueólogos no podían creer que aquellas representaciones tan vívidas

y naturales hubieran sido hechas por hombres del período Glaciar. Fue

después, al descubrir en los mismos lugares las rudas herramientas de

hueso y piedra cuando quedó claro que aquellas pinturas de bisontes,

mamuts y renos sí habían sido pintadas por hombres que cazaban a estos

animales y por esos los conocían tan bien.

Para llegar a estas pinturas es necesario descender por las cuevas,

pasando a veces por pasadizos bajos y estrechos, adentrándose en la

oscuridad de la montaña. Está claro que nadie se arrastraría a estos

lugares solamente para decorar un lugar tan inaccesible. Es verosímil que

sean vestigios de la creencia universal en el poder de las imágenes; en

otras palabras, los cazadores primitivos creían que con solo pintarlos los

animales verdaderos sucumbirían también a su poder.

Esta percepción de las imágenes, en su sentido mágico, es también

experimentada por los niños. Para un niño pequeño la línea divisoria entre

realidad y representación es aún delgada. Sirva como ejemplo la reacción

que tuvo el hijo de una amiga, de poco más de un año de edad, al ver la

figura de Mickey bordada en su pijama. Recién cambiado miraba y tocaba

su ropa y con sorpresa descubrió el dibujo animado sobre su pierna. Lo

reconoció porque lo veía en la televisión. Contento lo tocaba, hasta que

finalmente se agachó para darle un beso. El niño, casi un bebé, no razona,

sino que siente y experimenta su entorno de modo que las imágenes tienen

la misma fuerza y presencia que lo real.

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Nunca me ha gustado hacer maletas, se me da mal y me parece un rollo,

además siempre meto cosas que no necesito y me dejo aquí otras que una vez

que llego a mi destino me doy cuenta que son indispensables. -¡Qué tostón de

maletas!- exclamaba cuando ayudaba a mi madre a hacerla porque nos íbamos

de vacaciones o para algún campamento. Cuando sea mayor, espero no tener que

hacer muchas maletas. Mi madre, con su sabiduría de madre no me decía nada.

Ya soy mayor y aunque hacer maletas me sigue sin gustar tengo que hacerlas

muy a menudo porque pertenezco a esa generación en la que al terminar la

carrera universitaria éramos demasiado tontos para encontrar un trabajo por lo

que teníamos que seguir formándonos y que ahora tras tener másteres, idiomas y

hasta doctorados somos demasiado listos y tampoco nos quieren dar trabajo. Así

que hacemos las maletas que también es un trabajo aunque no está remunerado

porque dice la Secretaria General de Inmigración y Emigración que «los jóvenes

no emigran por falta de oportunidades sino por espíritu aventurero». Mi «espíritu

aventurero» siempre ha querido aprender a hacer submarinismo, hacer escalada

en los Pirineos y descender el río Sella en piragua, eso sí, bajo el sol radiante

español y pensando en la caña y el pincho con la que voy a celebrar mi osadía.

Así que ahora preparo mi maleta y esta vez sí que voy a hacerla bien. Me dejo

«el espíritu aventurero» porque quiero hacer submarinismo en las playas de

HACIENDO LA

MALETA Marta Fernández

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Gem

a Lo

renz

o

Calpe y de momento tengo que esperar. Dejo también las lágrimas porque no las

necesito, ni el miedo, ni la pena. Llevo un chubasquero porque esas tierras son

muy verdes gracias a la lluvia que no cesa ni un momento. Entre los jerseys meto

mucha ilusión, con los pantalones un poco de coraje que viene muy bien sobre

todo para los primeros días. Llevo optimismo entre las camisas, alegría con los

zapatos, fuerza en los abrigos y entre la cremallera de mi maleta veo que ya están

enredadas mis ganas de trabajar y hacer cosas, siguen allí desde la última vez que

viajé porque aquí no las he podido usar.

Creo que está todo. –Te dejas algo encima de la cama- me recuerda mi familia.

Miro extrañada… -no, eso es la esperanza y aquí os hace más falta, he pensado que

mejor me la dejo para cuando vuelva, yo siempre quiero volver- porque a pesar de

los pesares, yo también quiero seguir siendo española.

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Ésta es la historia de una torrijeña que anduvo

más allá del Cerro la Mora...

Virginia Chaparro

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Virginia Chaparro

· BRADFORD ·Voluntaria en

Educación Ambiental

¿Cuánto tiempo llevas fuera?Un año y casi cuatro meses.

¿Por qué elegiste este país?Llegué a Inglaterra para trabajar en Educación Ambiental mediante

un Voluntariado Europeo. Fue el proyecto y aprender inglés lo que me

atrajo y no el país, que era de mis últimas opciones.

¿Qué te impulsó a dejar Torrijos?La ilusión de ampliar la experiencia laboral en mi área, aunque la realidad es

otra... trabajar en lo que sea y «casi» como sea... siempre con la oportunidad

de conocer, aprender y tener experiencias que ayudan a crecer.

Lo que más te gusta de vivir aquíLa mezcla de culturas. Me encanta la campiña inglesa, vivo cerca de

tres parques naturales preciosos. La cultura de huertos urbanos y el

espíritu de voluntariado.

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Y lo que menosEl clima, poco sol y lluvia, lo bueno, con arco iris increíbles. Anochece

pronto y las calles se quedan sin vida....y lo peor, ¡no tienen verano!

El sistema de recogida de residuos y reciclaje, al menos en «mi»

ciudad. En cuanto a educación, colegios con grandes instalaciones y

recursos pero donde no me convenció nada el sistema de enseñanza

«clasista» basado en «encasillar» en grupos según habilidades.

De la comida ni hablamos...

Por muchos kilómetros que haya por medio, no hay día que te levantes y no te acuerdes de

Mi familia lo primero, mis amigos, mis perros, el sol (¡aunque sea el de

invierno!), los conciertillos, terminar de trabajar y salir un rato, el pan

«pan»... La situación actual de España, todo lo que se está viviendo y

perdiendo... y sobretodo, el cómo poder cambiarlo, qué y cómo poder

hacer algo efectivo aunque sea a largo plazo... Te hace sentir siempre

dividido, con los pies aquí y la cabeza y el corazón allí, preguntándote

si realmente haces bien intentando buscarte la vida fuera, si será una

buena solución a la larga para un país que se quedará sin mucha gente

joven, si realmente voy a ser feliz con una nueva vida lejos de los míos

mientras ellos ven y sufren de primera mano cómo todo cambia o si me

voy a sentir tranquila aquí mientras otros jóvenes también valientes

se quedan y luchan en España... Una doble moral que creo nos

acompañará siempre a los que nos vamos...

¿Te sientes inmigrante en este país?Hoy por hoy, sí. Cada vez los ingleses se sienten más «amenazados»

por la inmigración. Te exigen más requisitos para todo... Entiendo que

la llegada masiva de gente a un mismo país no es sostenible, pero me

duele lo que todo esto conlleva... que se ve reflejado en recelo hacia los

extranjeros y en disminución de oportunidades laborales con peores

condiciones ya que oportunistas aparecen para aprovecharse de la

necesidad o ganas de luchar de otros... ahora que lo pienso, esto me

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parece haberlo vivido de alguna manera ya antes, pero al contrario...

Personalmente he tenido suerte y he conocido también a gente

maravillosa y me han tratado como una más tanto en el trabajo como

en las amistades.

Lo que más te gustaría que los españoles copiásemos es

Según están las cosas ahora... ¡La moneda! Aprovechar iglesias y

edificios, estando en activo, para uso público, sin restricción de

cultura, raza o religión. Los increíbles museos gratis.

Algo de lo que nunca pensaste que fueses capaz hasta llegar aquí

Soportar el frio trabajando al aire libre, bajo la lluvia y la nieve...

Sonreír cada día a pesar de no tener el sol. Llegar puntual «casi»

siempre. Cocinar.

Algo que nunca valoraste lo suficiente cuando estabas en Torrijos

Ir andando a todos sitios y llegar rápido. Encontrarte a gente que

conoces por la calle y pararte un ratito.

¿Lo más curioso que te haya pasado desde que vives aquí?

Hacer zumba en la sacristía de una catedral. Asistir a un bautizo

africano. Conducir un camión con 4000 pollos vivos ¡y por la izquierda!

Recomendación cultural de algún autor/es de este país que te

guste (cine, literatura, música, pintura, etc.)

Charles Darwin, para los amantes de la naturaleza, y William

Shakespeare, porque hace poco estuve en Stratford, donde nació, y

conocí más acerca de él y sus obras.

Tu próxima aventura es

¡Vivir ya es una gran aventura! pero creo que el próximo verano no lo

paso en Inglaterra...

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Conservo, como si fuera una cáscara olvidada, la sobrecubierta de un

libro. Está en la balda más alta de la estantería y solo cuando voy a sacar

uno de los libros que están debajo la vuelvo a ver. Y sigue estando ahí

precisamente para que no me olvide de ella, porque no espero que vuelva a

cubrir el libro del que formaba parte, sé de sobra que eso no va a ocurrir.

Soy de esas personas que disfrutan con un libro en las manos. Entre otras

muchas pequeñas cosas, la lectura me proporciona momentos de paz. Es

como una terapia, me pongo a leer y me olvido de todo. Entonces, si yo lo

he pasado tan bien, ¿cómo evitar que me entren ganas de compartir esa

felicidad con alguien que aprecio?

Hay muchos refranes que aconsejan sobre el tema; «Libro prestado, libro

robado», «Existen dos clases de tontos: los que prestan libros y los que los

devuelven», «El dinero y los libros no se prestan»... En cada casa habrá un

dicho propio. Y aun así ¿cómo resistirse? Yo misma tengo en mi casa dos

libros y un CD huérfanos de dueño, se los dejó a mi padre un amigo para

que yo los leyera poco después se mudó y perdimos su pista. ¿Recordará

que nos los dejó y nunca se los devolvimos? de esto hace ya más de 15 años

y aun cuando los cojo me arden en las manos, siguen sin ser míos.

Porque creo que el hecho de prestarte un libro, significa compartir

contigo una parte de mí. Significa una complicidad mayor. Y presupone

una confianza que en muchos casos se demuestra no justificada. ¿Quién,

como yo, no tiene alguno de sus libros perdido por el mundo? ¿quién no ha

perdido amistad y libros con el tiempo? En algunos casos por la pérdida de

contacto, en otros casos por excusas absurdas del receptor, y en los peores

por una ruptura total de las relaciones.

El caso es que yo sigo prestando, con más miramientos pero sigo. Porque la

vida sin confianza me parece un sinsentido. A veces pienso cuántos más iré

perdiendo con los años, además del libro de la sobrecubierta abandonada

hay otros cuatro de los que no me olvido. Para terminar os confesaré lo

que más me asusta, saber que añoro mis libros y no a aquellos «amigos»

perdidos por el camino.

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Libros perdidos Marta Hidalgo

Sen

én Ig

lesi

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COSTA OESTE DE CANTABRIA

DE COMILLAS A UNQUERA David Moreira

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Dav

id M

orei

ra

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Viajar paralelo a una línea de costa te permite percibir ciertas sensaciones

que despiertan por completo tus sentidos.

De Comillas partimos hacia Trasvía por la parte trasera de la Universidad

Pontificia de Comillas. Esbeltos y nobles edificios que caracterizan la

alcurnia de esta localidad. Mientras tanto, a la derecha podemos observar

el infinito y lineal horizonte azul del mar. De frente, y alzando la mirada

sobre el ondulado tapete verde que inunda el paisaje, podemos divisar los

recortados y abruptos Picos de Europa.

Repentinamente los acantilados desaparecen para dar paso a la playa

de Oyambre. Debemos cruzar Trasvía y la ría de la Rabia para llegar esta

inmensa, basta y paradisiaca playa. Todos los adjetivos que pueda describir

quedarían pequeños para la sensación que nos produce el rodar sobre su

apelmazada arena gracias a la bajamar.

Tras unos intensos minutos debemos abandonarla para ascender a la pequeña

sierra de Uriambre. Esta nos permitirá observar una asombrosa estampa.

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A nuestro lado, las reses pastando en el verde prado junto al mar; un poco

más lejos, la kilométrica playa de La Barquera; al fondo, el pueblo de San

Vicente, escondido entre la neblina provocada por la humedad de las olas;

todo vigilado por los imponentes Picos de Europa donde a simple vista se

podía observar su afamado Naranjo de Bulnes.

Una vez a nivel del mar, la sensación de grandeza de nuestra Madre

Naturaleza vuelve a apoderarse de nosotros. Rotos acantilados a nuestra

izquierda, el infinito mar a nuestra derecha y un recortados horizonte al

frente. El piso con la arena compactada hace que el tramo sea cómodo

y rodador. La neblina que produce las olas engrandece el momento. El

sonido de las olas retumbaba en los acantilados produciendo una sensación

acústica en la que al cerrar los ojos parecías tener el mar a ambos lados.

Salimos hacia San Vicente, para llegar a la característica ría de San

Andrés. Su lineal y prolongado puente nos permitió salvar esta obra de arte

de la naturaleza. Un breve paseo por su paseo marítimo nos permite salir

por un escondido sendero sitiado entre una vetusta valla de madera, a la

derecha; y un pequeño muro vegetal, a la izquierda.

David Moreira

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Estábamos pasando muy cerca de las ruinas de la ermita de Sta. Catalina

en la loma del monte Boria. Un tramo en ascenso, pero corto y bonito.

Rumbo a Prellezo el camino desaparece y nos obliga a hacer «prado a

través» junto a las vacas que nos miraban extrañadas a nuestro paso.

En esta localidad, a los pies de la Sierra de Jerra, nos encontramos con flechas

amarillas del Camino de Santiago del Norte. El tránsito por sus calles nos sitúa

a los pies del monte que la domina y dispuestos a luchar contra sus lomas.

Un impecable bosque de eucaliptos nos espera a la salida, cada cual más

alto uno que otro. Elevar la mirada hacia arriba es como buscar el infinito

en el cielo guiado por los delgados y rectilíneos troncos de estos árboles.

Absortos en ello, llegamos a la ría de Tina Menor. La rodeamos hasta llegar

al mirador, donde podíamos observar la unión de las aguas dulces del río

Nansa y saladas del Cantábrico, que se mezclan entre dos contundentes

lomas que les abren paso.

Toca ahora descender hasta Pechón, una peculiar tierra escondida del

resto que alberga unos de los paisajes más bonitos de la costa cantábrica.

Un camino adecentado con hormigón nos lleva a pasar junto a las

peculiares playas de Mío, con su isla unida por un istmo que aparece y

desaparece según la marea, y su bonita playa de Arama.

El hormigón deja paso a un sendero que se introduce en un denso bosque a

modo de túnel vegetal. Tramo técnico y muy divertido en descenso que nos

conduce, sin contemplación, a la playa de las Arenas.

Aquí la única salida que tenemos es «colarnos» en el camping por su

puerta trasera que está abierta para el acceso de los campistas a la playa.

Tras cruzarlo, volvemos a salir al asfalto. Descendemos bordeando la ría de

la Tina Mayor, desembocadura del río Deva que hace de frontera natural. Al

otro lado del cauce podemos divisar ya tierra asturiana.

Pronto llegamos a Unquera, final de nuestra ruta, para hacer un poco

de turismo culinario y reponer energías, degustando sus dulces, ricas y

famosas «Corbatas de Unquera».

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Dav

id M

orei

ra

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RUBÉN TORRES, CÓMICO Y ACTOR. Puedes escucharme en Radio Castilla la Mancha dentro del programa

«El Pasacalles», en mi sección de humor «¡Pero qué me estás contando!»,

todas las tardes de lunes a viernes a partir de las 16:40 h.

NOTICIAS FICTICIAS (O NO) QUE PODRÍAN HABERSE DADO (O NO) EN NUESTRA LOCALIDAD

TORRICIARIO1

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Hallan un anciano en un pueblo cercano

a Torrijos el cual al decirle «Soy de

Torrijos», no te responde: Donde según son

los padres son los hijos.

Increíble pero cierto. En un pueblo de la comarca de Torrijos, a no

más de 15 kilómetros del mismo se ha hallado por primera vez en

la historia a J.P.G., un anciano de 84 años el cual al preguntar a un

torrijeño sobre su lugar de origen y éste decirle que era de Torrijos,

no le respondió con el típico chascarrillo «donde según son los

padres, son los hijos, jejeje». La verdad, un caso único y extraño.

9 de cada 10 «canis/chonis bakalatas», de la capital de España y alrededores, cuando escuchan la palabra Torrijos, instintivamente dicen: «Donde el Rádikal».Según un estudio realizado en botellones poligoneros y concentraciones tunning, por un prestigioso medio, o no tan prestigioso, ni siquiera medio, bueno, pues eso, que 9 de cada 10 canis o chonis bakalatas al escuchar la palabra Torrijos, instintiva y automáticamente sueltan la coletilla: «Donde el Rádikal».

El 1 de 10 restante no responde nada porque está pendiente del subwoofer nuevo que ha puesto en el maletero de su Seat León. ¡Qué guapo, tío!

P.D.: Si eres por casualidad alguno de los nombrados en esta sección, no lo tomes

a mal, todo en la vida, con una sonrisa, sienta mejor.*

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El Escondite Jaime Cedillo

Esconderse está directamente

relacionado con tener miedo.

Supongo que cuando se

escriben poemas como éste se

está huyendo de algo. Yo, que

toda mi vida he sido un cobarde

en este tipo de asuntos que

abajo explico, he tratado

siempre de refugiarme en los

escondrijos más confortables.

Ahora, con 23 años llenos de

incertidumbres y de miedos,

sé que mi escondite favorito es

la poesía. Pero eso no significa

que haya dejado de tener

miedo.

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Julia Rubio

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Te va a faltar valor para quedarte,

y cuando azote el viento

te olvidarás de todo.

Volarás como las hojas de un otoño

intempestivo. Guardarás

mis recuerdos en una caja fuerte y perderás

a propósito la llave.

Me darás con la puerta en las narices

si acaso se me ocurre ir a buscarte,

preso de la abstinencia de tus manos.

Verás cómo te tragas ese llanto y respondes,

mirando hacia otro lado,

que hace tiempo dejé de hacerte falta.

Luego lo pensarás unos segundos,

quizás arrepentida por las formas.

Pero después creerás que yo,

precisamente yo,

no me merezco menos.

Y entonces volverás a ocupar el vasto hueco

que el tiempo y la distancia originaron.

Un escondite frío que te aleja

de la verdad que aprieta.

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Un paraíso estúpido que duerme

cruel e intranscendente.

Un malecón repleto

de mil banalidades.

Para entonces,

yo ya estaré de vuelta en casa, imaginando

la exhibición de mañana.

Con la sonrisa puesta llegaré

puntual a la oficina.

Y hablaré de idioteces que le importan

a la gran mayoría de los humanos.

Seré el perfecto imbécil que obedece

las normas insociales.

¡Si en realidad me muero

por saltármelas

contigo!

¡Por vomitar en ellas con tu arcada!

Pero aquí sigo, mira,

como tú pero más viejo.

Más cerca del abismo y menos cuerdo.

Refugiado, también, en mi escondite.

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Generación «es lo que hay». Nunca ha sido más fácil esconderse detrás de

un dicho o frase, es el recurso por excelencia que oigo por todas partes. Pero

cuando analizas la situación social en la que nos encontramos y vuelvo a oír

esta frase, más me enfurezco, entiendo el conformismo o el confortismo de

algunas personas, entiendo y respeto. Pero cuando desde ese conformismo

tiran la piedra y esconden la mano mi enfurecimiento se convierte en ira.

A veces, y solo a veces, cuando pregunto por las piedras que tiran y sus

argumentos son sacados de un codicilo del siglo XV mi ira se convierte en

frustración y desconcierto general hasta el punto en el que me planteo si

seré yo misma la que vivo en un siglo equivocado, me planteo la educación,

muchísimo, y me consuelo con que en un futuro por lo menos habrá más

gente con más cultura que la que tenemos en este momento y en todo caso

argumentarán de acuerdo a lo que estén viviendo, entonces se dialogarán

las cosas mejor y con más perspectiva, eso espero al menos. Aun leyendo

opiniones de jóvenes que te dicen que ir a la universidad no te garantiza

nada, sigo siendo optimista y procuro no enfurecerme mucho, aunque me

digan que hay que valorar más lo español, no pienso en que «es lo que hay»,

pienso en lo que somos y lo que seremos, porque como he manifestado

antes soy optimista por naturaleza y seguro superaremos los obstáculos. El

problema es cómo y el precio a pagar, porque si algo hemos aprendido de los

alemanes y esto está grabado a fuego en los españoles, pagar pagaremos,

pero ¿quiénes pagaremos? Esto pregunto y me contestan «es lo que hay».

Elena Lorenzo

generación

ESLOQUEHAY

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Jua

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rdo

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Nu

ria

Gon

zále

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anz

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áfrica se siente

Nuria González Sanz Mientras Fatoumata Diawara

resuena aún en mi cabeza,

percibo aún cada una de las

sensaciones que ese extenso

continente encerrado en los

países de Kenia y Tanzania me

regalaron al corazón hace tan

sólo unos meses.

Alguien me dijo una vez que

la diferencia es que África se

siente porque allí pisas la tierra.

No es asfalto. Pisas la vida. La

naturaleza. Desde el agua del

lago Victoria, a orillas de aquella

Rusinga Island recóndita, hasta

el sol cayendo en la extensidad

de la sabana.

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Nuria González Sanz

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Nuria González Sanz

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Nu

ria

Gon

zále

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anz

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Page 41: Dándole Vueltas, enero 2014

Adoraba las mañanas... Por su «ducha» entre hojalata temprana, con los

jarritos viendo las montañas. Los torpes malabares con mis chanclas, para no

embadurnarlas de tierra. El caminar entre las piedras, vigilando torpemente la

toalla. El cantar a mi paso de gallinas y cabras, o los burritos que subían el agua.

Nunca olvidaré aquella imagen al entrar en aquel Masai Mara, reserva

natural donde las cebras nos recibían a saltos. Esta vez no eran aquellas de

los zoos que mi infancia podía recordar. Éstas vivían en libertad, aunque ya

los humanos formaran parte de su cotidianidad.

Más allá de la belleza animal, presente casi en cualquier lugar, fueron

sus gentes, las que aún hoy protagonizan las primeras fotos de mi mente.

Nairobi era una masa de vida, de aromas, de caminar, de atascos, de

claxons… Matatus atestados de gente. Esos curiosos «catangas» en versión

keniata, que uno sólo cree de su realidad cuando no le queda más remedio

que montar, mientras a un lado te hincan un codo y al otro, un niño te

observa con unos ojos inmensos lleno de asombro.

Mujeres recorriendo las calles, cuyos sombreros se componen de cazuelas,

vasijas y bandejas. Niños que salen bajo las piedras. Te saludan con un

«Mambo» o «Karibu» que viene a ser el saludo coloquial para todos,

incluidos nosotros, los «Usungu», como nos denominan a los blancos. Tras

un mes allí pensaba ya si me podría acostumbrar de nuevo a no tener ese

saludo constante allá por donde caminara….

Y los niños en su humilde escuela. Mi pasión y profesión desde una

óptica bien distinta. Imagen que al llegar te oprime el corazón. Unida a la

contradicción posterior, cuando te lo llenan del todo lo que esos pequeños

te enseñan.… No tener les roba la ansiedad de este mundo desarrollado u

«occidental». Pies descalzos curten su piel para saltar entre piedras. Sus

dientes blancos casi perfectos invitan a sonreírte sin parar. La facilidad con

la que se divierten y juegan con nada, te dan la oportunidad de reflexionar.

Aun sabiendo que volverás a este mundo nuestro, donde la sociedad

debería atreverse a envidiar ese «menos es más» sabiendo que es posible,

como ellos. Que con poco, si hay vida, el alma también rebosa de felicidad.

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«Vive como si murieras para poder morir diciendo que esto mereció la

pena...», pues siguiendo estas palabras, en este 5º número (gracias a

tod@s) de DÁNDOLE VUELTAS voy a tomarme la licencia de emplear un

lienzo un tanto diferente a lo habitual. Bienvenidos a Girando Sinergias, hoy

voy a hablaros de flores de cartón en floreros de cristal.

Jesús Talavera

Flores de cartónpara floreros de cristal

Ola

lla

Ruiz

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Poquito a poquito, como si de un cuentagotas se tratase, vamos perdiendo

la personalidad y la naturalidad de todo, absolutamente todo, y en la

búsqueda de esa esencia anhelada nos refugiamos en artificialidades

a modo de parches, que a veces tapan pero nunca cubren y final e

irremediablemente siempre terminan por caerse.

Porque de un tiempo a esta parte, la imagen de nuestro reflejo no es la que

esperamos que nos sea devuelta y buscamos la arcilla para moldearla cual

ingenieros resolutivos en busca de soluciones eficaces mas también carentes

de la inherencia de su fundamento. Perseguimos a Moby Dick tras cada esquina

para satisfacer nuestra desidia, y lo hacemos a tal velocidad que olvidamos que

lo importante no es llegar primero sino saber llegar. Ansiamos esa percepción

ajena a nosotros mismos, y en el proceso de consecución nos envuelve la

banalidad que nos trastoca y nos empuja a no luchar contra esas reglas del

juego que a veces nos imponen, o a veces nos imponemos nosotros mismos.

Porque nuestra vida debería de constar de autenticidad, sin edulcorantes,

sin aspiraciones superficiales e insustanciales que inexorablemente, os lo

garantizo, repudiaremos cuando estemos bajo la guadaña. Al igual que la

belleza que una mariposa nos otorga radica en su vuelo, su pose, su vuelo...

pero de ninguna manera pinchada en una cajita de poliestireno, debemos

aprender, puede que descubrir e incluso re-inventar nuestra posición sobre

el valor y las cualidades innatas e intrínsecas de todo, más allá de nuestra

propia frivolidad y de las etiquetas que nosotros mismos expendemos.

Porque merece la pena cada sonrisa, cada beso, cada abrazo, cada

momento compartido, cada elección clara y sincera que nos define por

lo que somos y que ojalá todos aceptáramos, confrontando así la duda

que asoma y que nos tiende a la comodidad, a la prisa, a la pérdida de la

dignidad y al sinsentido de una vida que es sólo una, tan efímera, breve,

fugaz y delicada que si me permites me atrevo a reafirmarte: vive como si

murieras para poder morir diciendo que esto mereció la pena.

-Gritando en silencio es uno de mis grupos favoritos y para este artículo he

cogido prestado alguna de sus frases; qué difícil es mejorar cualquier cosa

expresada a través de la música-.

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RECUERDOSDE UN TORRIJEÑO

LEYENDO LA NOVELA

Faustino Pérez Barajas

INTEMPERIE

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Olalla R

uiz

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Estos días he disfrutado con la relectura de la estupenda novela

«Intemperie» del torrijeño Jesús Carrasco, recorriendo de nuevo la huída

del niño protagonista a través de los escenarios de la novela, donde acuden

a mi memoria recuerdos y evocaciones de la infancia y de la juventud, que

son inconfundibles en las vivencias de un torrijeño.

Así describe «Un hombre inválido que recorría las calles sobre una

especie de triciclo con una manivela delante que el hombre hacía girar,

encorvado como un organillero». Seguramente se inspiró en una persona

que vivía en la calle Jabonerías, 4 o 5 casas al lado de la mía, y que se

llamaba como mi padre.

Hace una alusión a la visita del gobernador al pueblo para inaugurar el

silo de grano, y el recibimiento de los niños agitando banderitas de papel.

Esta escena figura en mi memoria a la edad de 8 o 10 años recibiendo

a alguna personalidad en la Carretera de Toledo, agitando los niños

banderitas de papel.

El niño protagonista tiene un «recuerdo agradable, de una tarde de

verano jugando bajo la higuera de la estación del ferrocarril». Ahí sigue

todavía la higuera.

El autor relata lo siguiente: «se sentó contra el tronco de uno de los

árboles y recorrió el paraje con la mirada. Pensó en la reguera, el arroyo en

el que el pueblo vertía sus aguas fecales».

Se refiere a la reguera que surcaba toda la calle Jabonerías. Yo nací en la

actual calle Jabonerías, 23. La reguera, por tanto formó parte de los lugares

habituales de mis juegos de niño, de coger lagartijas en el puente o renacuajos

en primavera. Uno de los juegos más habituales y más irresponsables de los

chicos cuando se ejecutó el colector de hormigón, en los años 60 del pasado

siglo consistía en meternos por uno de los huecos circulares y recorrer toda

la galería por el interior hasta salir al final de la misma, a la altura del actual

polideportivo. Afortunadamente, nunca pasó nada.

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En otras páginas, el niño protagonista evoca como es su pueblo: «Las

casas concentradas en torno a la Iglesia y al palacio medieval». «La

franja de olivos que se extendía sobre la ladera norte del viejo cauce».

«La vía férrea que atravesaba el pueblo de este a oeste siguiendo el eje

del antiguo valle». «A un lado quedaba el pueblo propiamente dicho, con

la iglesia, el ayuntamiento, el cuartel y el palacio. Al otro, una colonia de

casas bajas en torno a una fábrica de vinagre abandonada». Todo ello nos

indica que el autor se inspiró en Torrijos, pues no cabe duda de que todos

los elementos que describe de forma magistral forman parte del paisaje

descriptivo de nuestro pueblo.

El chico y el pastor llegan a «un alto muro de piedra y argamasa coronado

por una hilera mellada de almenas…. Los restos de un castillo o una

fortificación medieval, sobre cuyo torreón alguien había colocado la figura

de Jesús, que bendecía la llanura con dos dedos unidos». El autor, en este

caso está describiendo las formas y la estructura de los restos del Castillo

de Caudilla. En este paraje tienen lugar unos episodios fundamentales en

el desarrollo de la novela.

En el episodio en que el chico está a punto de morir abrasado en

el interior del torreón de las ruinas del castillo, «Pensó que podría

ser una ventana o la hornacina de un santo a media escalera, como

las que había en el ascenso al camarín del Cristo de su pueblo».

Cualquier torrijeño sabe a qué camarín y a qué Cristo se está

refiriendo el autor.

El autor omite el lugar y la época en que tienen lugar los acontecimientos

de la novela, pero si se lee con atención, y yo invito a los torrijeños a

realizar ese ejercicio, uno se da cuenta de las «pistas» que narra de

forma magistral, que a mí me parecen inconfundibles y que tenemos que

agradecer a Jesús Carrasco por el regalo y el placer de recrearnos en la

lectura de su estupenda novela.

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Sonia Sepúlveda

Ola

lla

Rui

z

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Uno de los puntos más destacados en nuestro maquillaje suelen ser son los

ojos, las tendencias actuales apuestan fuerte por los delineados, perfectos

para definir e intensificar nuestra mirada.

Existen muchos delineados tipo: pin-up, ojos de gato, doble delineado...

desde líneas prácticamente imperceptibles hasta delineados dramáticos,

podemos jugar con los grosores, ángulos y terminaciones de los trazos

para conseguir infinidad de efectos diferentes.

Una vez decidamos qué queremos conseguir, debemos adaptarlo a nuestra

forma de ojos para sacarles mayor partido, y utilizar el producto que más

fácil nos haga su aplicación ya que no es tarea fácil, requiere mucha

práctica llegar a dominar una buena técnica de delineado. Para comenzar

a practicar podemos optar por el clásico lápiz de ojos, es fácil de aplicar y

nos dará un aspecto natural. Una vez esté dominado, podemos intensificar

los trazos y aumentar la durabilidad con delineadores líquidos o en gel,

que una vez secos se fijan más al párpado. Debemos utilizar productos

de confianza que cuiden nuestros ojos de irritaciones y alergias, si tu

intención es delinear el interior, comprueba siempre que el producto no

esté desaconsejado para ese uso.

Ahí van algunos consejitos: cuidado al estirar el párpado para maquillaros

puede que si tiráis demasiado, cuando la piel vuelva a su estado natural,

la línea no quede limpia. Rellenad siempre bien el trazo de la línea, que

no se vean huequitos sin color entre las pestañas o por alguna arruguita

del párpado. Comenzad siempre haciendo la línea lo más fina posible e id

aumentando el grosor poco a poco, si comenzáis por un trazo demasiado

grueso que no os agrade, tendréis que comenzar de cero de nuevo si

queréis rectificar. ¡¡¡Paciencia para las principiantes!!!

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Ju

an F

ardo

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SE BUSCA AYUDANTE

Asociación de Escritores Insomnes

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Page 52: Dándole Vueltas, enero 2014

La oferta distaba mucho de lo que se considera un trabajo ideal, pero

aceptable para alguien como Juan tras dos años en el paro.

Se busca persona para trabajar en un negocio con mucho

futuro. Bien remunerado, aunque exigimos dedicación

plena y discreción. Imprescindible no tener familia.

Esto de no tener familia era de lo más extraño, porque Juan no podía

entender para qué clase de trabajo se podría requerir estar solo en la vida

– Será para agente secreto, qué se yo, porque no puede haber otro motivo.

En fin, no tengo nada que perder; irónicamente, la muerte de mi mujer y

mis dos hijos al final va a servir de algo – A veces, intentaba hacer humor

negro de su desgracia, porque era la forma en la que se le hacía más fácil

sobrellevarlo.

– Cuarentón, viudo, huérfano y sin trabajo, un gran partido para vivir

debajo de un puente. Espero que me cojan y recupere la esperanza...

– Buenos días, señor Óbito.

– Juan, perdona que te tutee, pero quiero ir al grano.

– Está bien, usted dirá, porque la verdad es que la oferta resulta tan

interesante como extraña.

– Pronto lo comprenderás. En fin, quiero decirte que eres la única persona

que nos ha interesado por su perfil familiar. Siento las desgracias que te

han acontecido en los últimos años, pero tienes que entender que para

nosotros es de una gran importancia.

– No pasa nada, aunque suene macabro, mi desgracia ha sido la única

manera por una vez de encontrar trabajo.

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Page 53: Dándole Vueltas, enero 2014

– En tu nuevo cometido te hartarás de lo macabro, pero, tranquilo, hoy

descansa, que mañana te llevaré a cumplir tus funciones para que luego

puedas ser totalmente independiente.

– De acuerdo, pero he de decirle que no dispongo de vehículo propio, por lo

que si me tengo que desplazar por asuntos laborables, deberé disponer de

un vehículo de la empresa.

– Tranquilo, porque vas a heredar mi coche... con un ayudante ya no lo

necesitaré. Debes entender que no puedes hablar de tu trabajo con nadie,

ya que nadie debe conocerte. Tendrás que abrir tu mente para poder

comprender todo lo que pasa y escuchar a tu voz interior, que te dirá

adónde debes dirigirte. Tu zona será Villa Parca, aunque, en determinadas

circunstancias, deberás marchar muy lejos, pues en ciertas tragedias se

requiere de la presencia de todos nuestros hombres; por ejemplo, en el

11M tuvimos que desplazarnos todos a Madrid, y en el 11S Nueva York fue

nuestro destino.

– Entiendo... Pero aún no me ha dicho en qué consiste mi trabajo, ni mi

horario, ni mi sueldo... No sé, estoy necesitado y acepto cosas que antes no

haría, pero al menos eso he de saberlo.

– Ya no puedes escoger. El trabajo es tuyo y mañana te enseñaré todo lo

que debas saber, pero una última cosa, olvídate de tu nombre.

– ¡Esto es lo último! ¿Y cómo se supone que me tengo que llamar ahora?

– Tu nombre a partir de hoy será Muerte.

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Burriana, una población castellonense de poco más de 30.000

habitantes ha conseguido ostentar la calificación de emplazamiento

clave de uno de los festivales veraniegos más importantes del

panorama musical nacional, con grupos reconocidos tanto

españoles como un amplio abanico de artistas extranjeros, dentro

del indie rock, indie pop, electrónica y mestizaje.

ARENAL SOUNDCoctel de público joven y bajo coste

Sergio Rodríguez CastañoFestivaler@s II

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ren

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Con motivo de la presentación y salida a la venta este mes de las entradas

y abonos para la quinta edición, Arenal Sound 2014, se presupone como la

última en esta localidad.

El éxito de la edición de 2013, celebrada entre los días 1, 2, 3 y 4 de agosto, se

basa en una oferta de vacaciones playeras para un público joven (especialmente

veinteañero) a un coste bajo (con precios de salida de 35€). Ésta es una de las

razones obvias que presentan al festival como un triunfo total, debido a que

asegura una semana de conciertos, con grupos importantes tanto nacionales

como extranjeros y una oferta playera a un precio reducido (el festival completo

con camping, entrada y gasto medio por persona ronda los 200€), dado que se

presenta como un festival más dirigido al público español en contraposición con

otros festivales, que acogen en su mayoría un público británico.

Además, este evento exhibió unas cifras a tener muy en cuenta, partiendo de salida con

unos beneficios económicos en torno a los 30 millones, ubicándose como el festival de

música más multitudinario de España en este año, con una asistencia media diaria de

60.000 sounders y un total de 280.000 visitantes sobrepasando a festivales punteros

como el propio FIB de Benicassim, junto a una acogida extraordinaria en los puntos

establecidos de descanso y ocio creados para la edición, con 16.000 personas en el

Camping Arenal y otras 25.000 en el Camping Malvarrosa, situado a dos kilómetros

del centro neurálgico del evento, donde se celebran los conciertos (basado en cuatro

escenarios repartidos en una zona virgen en plena línea de playa).

Haciendo un repaso a la trayectoria del festival, destacamos aspectos

importantes, como que nació en 2010 y tuvo lugar del 27 de julio al 1 de agosto,

introduciéndose en el panorama musical con artistas de la talla Lori Meyers, The

Cranberries, Armin Van Buuren. Por otra parte, la edición de 2011 celebrado los

días 4, 5, 6 y 7 de agosto acogió 160.000 sounders y 40.000 diarios, contando con

artistas como Scissor Sisters, Vetusta Morla, Calvin Harris o Love of Lesbian.

Por último, el Arenal Sound 2012 celebrado los días 2, 3, 4 y 5 de agosto deparó

unas ganancias totales que giran los 28 millones, con una asistencia diaria de

54.000 visitantes, con un cartel amplio de artistas importantes como Two Door

Cinema Club, Kaiser Chiefs, Crystal Fighters o Kakkmaddafakka.

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Olalla Ruiz

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PASAJERAS Fernando de Miguel Cuesta

Madrid, 23 de Diciembre. Asiento 17 del Continental. Faltan cinco minutos

para que el autobús se disponga a iniciar su marcha y me devuelva al lugar

desde donde once horas antes había salido rumbo a la capital del reino.

Estaba a punto de colocarme los auriculares para escuchar música, cuando

la palabra mágica llama mi atención: “Torrijos”. Mi curiosidad se pone en

guardia, y no puedo evitar focalizar mi atención en la conversación que las

dos personas mantienen sobre mi pueblo.

En un primer momento la ausencia de nombres, motes o elementos

nominales de referencia me hace entender que mi afán de cotilleo no se

verá resarcido y las expectativas de amenizar mi viaje se difuminan. Mi

adrenalina igual que sube, baja. Aun así no desisto, y escudriño el diálogo,

ávido de información que me distraiga. Hilo unas ideas con otras y llego al

asunto del palique: la cantidad innumerable de cosas que ofrece Madrid

frente a la quietud dolorosa y casi insultante de la cabeza de comarca.

Incapaz de despegar el oído, me sumerjo en una reflexión conmigo

mismo paralela a la conversación de los dos viajeros. No todo ello sin

esfuerzo, que mantener la atención, no perder baza, y elaborar tu propia

argumentación, tiene su complejidad. Eso sí, admito que entrenada y

perfeccionada a lo largo de los viajes.

Las reflexiones

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Los argumentos que uno y otro van manifestando parecen ideados

para trenzar una misma cesta. El contraste entre el dinamismo

de Madrid, y el carácter casi estático de Torrijos. La agradable

flexibilidad mental de lo urbano, frente al prejuicio claustrofóbico

del pueblo. La posibilidad de encontrar espacios de gran diversidad,

frente a la incapacidad para la existencia de espacios alternativos.

La oportunidad de encontrar siempre a alguien con ganas de hacer

algo nuevo, mientras en otros sitios corren despavoridos ante lo

desconocido.

La cesta estaba trenzada con ideas, experiencias y quizás, algún que

otro tópico. Pero siempre que existe un estereotipo, existe un sustrato

de realidad. Desde que los pasajeros zanjaron su conversación y

se dedicaron simplemente a mirar por la ventanilla el paisaje, yo

me dediqué a seguir viajando en mi reflexión. Tenía que llegar a

algún punto tras el titánico esfuerzo de no perderme una palabra y

mantener mi propia disertación.

Lo más curioso es que gran parte de toda esa cantidad de factores

positivos que tiene una ciudad, son en gran medida de un desarrollo

mucho más factible en comunidades pequeñas. Todo se puede

articular con mayor impacto para las personas. Sin embargo, hay

algo que nos empuja a experimentar con el cambio en ambientes más

ajenos a lo que es nuestra propia vida. Supongo que queremos poner

en práctica todos nuestros sueños en realidades menos hostiles,

aunque eso suponga renunciar a la transformación que dio pie a ese

sueño. Y así, disertando, llego a la conclusión. Anteponemos vivir un

sueño a cambiar una realidad.

El autobús se adentra en la estación y hace su parada, poniendo fin a mi

trayecto, y a la reflexión que me ha acompañado. No sé si esta quedará

desechada en algún lugar de mi cabeza, o podré mantenerla viva para

compartirla con alguien. Supongo que todo dependerá de los compañeros

de viaje. A ver si hay suerte.

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Sabrin Yermak

MANUEL

Ola

lla

Ru

iz

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Otra historia de tantas y mis ganas de luchar. Aquella noche, como otras,

cogí mi caja y me dirigí a casa de mis padres con unas cuantas monedas y un

billete de algún que otro turista. Antes, paré a comprar tres barras de pan,

un par de huevos y el desayuno del día siguiente. Raquel, la dependienta del

Mercadona, ya no me mira raro por ir maquillado color plata a comprar.

Me llamo Manuel, tengo dos hijos y el recuerdo de una mujer encantadora

que hace tres años nos dejó por leucemia. Antes era carpintero, aunque mi

sueño siempre fue dedicarme a la música. Mis 1200 euros daban para mucho.

Pero cuando la fábrica se fue a pique y la profesora de mis ojos enfermó, todo

cambió. Cuando nos quedamos solos y sin mi trabajo, nos vimos obligados a

depender de los abuelos, como muchas otras familias hoy en día.

Estaba destrozado, pero no podía aislarme y arrebatar el futuro a mis hijos. No

paré de echar currículos, sin una respuesta. Hasta que un día me decidí, compré

maquillaje y spray plateados del chino de la esquina y me lancé. Me pinté la cara

y el mono de trabajar. Y, acompañado de una gran amiga, mi guitarra, salí de casa.

Al principio parecía de locos, pero si un hobby era un medio para poder comer

mientras disfrutas… ¿por qué no intentarlo? Me convertí en una estatua-cantante y

la verdad, no me arrepiento. Aunque muchos no me tomaron en serio, hoy soy la

estrella de Plaza España y los guardias del metro de Madrid ya me conocen.

No me avergüenza lo que hago. Las canciones que cantaba mientras hacía

somieres, son ahora la melodía de viajeros estresados en los vagones.

Y cada una de ellas dedicada a esa estrella que no deja de brillar, cada

moneda destinada a mis hijos y cada sonrisa herramienta de motivación.

En un cartel, escrito: «el arte muere en los museos, el artista sobrevive en

la calle». En cada nota tocada, la ganas de seguir luchando. Luchando por

seguir adelante, por vivir, por avanzar, por no perder la esperanza.

Aquella noche, de vuelta a casa, escribía un curriculum en mi mente por si

algún día lo necesitaba. El curriculum de mi vida empezaría con… «Manuel

Jiménez; mimo, músico, artista, luchador, papá, hijo. Lo que es, lo es sin

prejuicios, ni fecha, límite de contrato.» Y acabaría con... «Otros datos de

interés: Ten paciencia, ganas, puedes salir adelante haciendo lo que nadie

haría. Siendo el mejor en lo que tú sabes; ser feliz es satisfacer a tus seres

queridos, ser feliz es saber conformarse con poco.»

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Ángela Martín

CANAL NOU EL CRISOL DE

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CANAL NOU dándole 63 vueltas

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A las 12:19 del mediodía, Canal Nou era fundida a negro, desenchufada del

servicio informativo valenciano. Una televisión pública defendida por sus

trabajadores, apagada por sus dirigentes. El crisol de 25 años de trabajo, con la

fecha de defunción, el 29 de Noviembre de 2013.

Horas antes, a las 2:00, de la madrugada, los estudios de televisión de Canal

Nou, en la localidad de Burjassot, están en plena ebullición. Los trabajadores

se atrincheran en el interior, sabiendo que el momento del cierre es

inminente. La emisión sigue con una programación especial, un debate con

políticos de la oposición y los profesionales que querían despedirse de la

mejor forma: trabajando. Amanece y alrededor de las 07:00 el programa

sigue en emisión, tras superar un intento frustrado de acabar con el ente

público. Radio Nou, sin embargo, ya ha dejado de sonar en las ondas

valencianas, y el apagón de la televisión, se dibuja en el horizonte.

En pocos días, la audiencia de Canal 9, había aumentado más que en dos

años de programación. Por primera vez los trabajadores eran los que estaban

informando, y estaban dando voz a muchos que habían sido silenciados.

«Sólo sirvió de herramienta manipuladora de la población y atendió únicamente intereses muy distintos a los de todos los valencianos. La línea editorial estaba totalmente alejada de la realidad social valenciana, y me producía completo y absoluto rechazo», considera Edgar B. Murcia, estudiante valenciano

del Máster de Audiovisuales de la Universidad de Valencia, que como otros

muchos ciudadanos, habían dado la espalda al medio por verlo muy politizado.

El mediodía del 29N llega a los estudios de Burjassot, y a su vez las autoridades

que quieren terminar de una vez por todas con la emisión del canal. Los televisores

valencianos ya no sintonizan esos últimos coletazos de vida del ente. La televisión

gallega y otras autonómicas están dando la señal en directo a través de su canal

en Internet. A las 12.19, el último frame de emisión que se ve, son los mil disparos

de flashes de todos los fotógrafos que captan la imagen del cierre. Y desde ese

momento, la carta de ajuste es lo único que queda tras 25 años de trabajo.

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«Fue cerrada de forma vergonzosa, ni las razones para el cierre se sostenían, ni las maneras de efectuarlo fueron acertadas. Me pareció un espectáculo triste y vergonzoso», matiza Paula García,

compañera de estudios de Edgar. En este mismo tono, David M. Bosch, otro

alumno del Máster de Audiovisuales, señala la impotencia y rabia que sintió

viendo este cierre. «Son los propios ciudadanos los que han permitido que pase

esto, debido a quienes han votado año tras año».

Un sentimiento amargo que se mezcla con la esperanza de quienes vivieron el cierre.

«La dignidad en cómo se afrontó por parte de los trabajadores el cierre. Vergüenza

en lo político y fe en lo social», señala José Soler, periodista valenciano. «Los

últimos días de Canal Nou resultaron inolvidables ya que nos dieron la oportunidad

de observar un fugaz reflejo de lo que hubiera significado poseer un canal de

televisión autonómico público honesto y veraz», considera Edgar.

El anuncio del cierre se hizo efectivo el 5 de Noviembre, en cuanto el Tribunal

Superior de Justicia valenciano, emitía que el ere efectuado en el ente (que

afectaba a más de 1000 trabajadores de la casa) era irregular. La sentencia ponía

sobre la mesa la readmisión de todos ellos, y su indemnización correspondiente.

Por su parte, el Gobierno de la Generalitat valenciana argumentaba no tener

solvencia económica, por lo que pasaban directamente a liquidar todo el ente. El

comité de empresa presentó nuevas fórmulas para evitar el cierre, la gente se echó

a la calle, twitter echaba humo, pero la decisión ya estaba tomada.

«El vacío dejado por Canal Nou nunca se podrá llenar a menos que se ponga en

funcionamiento otro canal público de similares características aunque, esta vez sí,

bien gestionado», subraya Edgar.

Para muchos valencianos, se pierde algo más que una televisión pública. «Canal 9

era nuestra televisión autonómica, con la que hemos crecido. Sin Canal 9, dejamos

de hablarnos a nosotros mismos, de conocernos y de salvaguardar y apreciar

nuestra identidad como pueblo en las tradiciones, lengua y cultura diferenciadas

del resto de españoles. Perdemos gran parte de nuestro ADN», enfatiza José.

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«Se pierde la única televisión que podíamos ver en valenciano, nuestra

lengua tan válida como el castellano. Se pierde la posibilidad de tener

noticias a nivel autonómico-local, que no salen en las noticias nacionales.

Últimamente estaban intentando contenidos de ficción en valenciano

como l'Alqueria Blanca, Señor Retor o Unió Musical DaCapo, que

funcionaban bastante bien y con las que además se podían sentir bastante

identificados los valencianos», subraya Paula.

Al día de hoy la industria audiovisual valenciana afronta un temporal difícil

de capear. «Esto hace que nuestra industria decaiga estrepitosamente,

ya que nuestra mayor fuente de demanda de producto audiovisual ha

dejado de existir», asume David. «El panorama audiovisual con Canal 9

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era desolador, sin él, prácticamente desaparece, ahora el poco pastel que

quedaba, muere», puntualiza José. «Relega a los profesionales del sector

a la limosna mercantil o a la emigración, ya sea dentro o fuera de las

fronteras nacionales», concluye Edgar.

Con un futuro incierto, y con los trabajadores aún pendientes de su despido

y su indemnización, Canal Nou sigue siendo la lucha de muchas de las

personas que no quieren quedarse con preguntas sin responder. Mientras

tanto, en los televisores valencianos, donde antes tenían una ventana a

su realidad más próxima, ahora se encuentran una carta de ajuste, una

ventana completamente cerrada.

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Puede sonar un poco oportunista, pero no me resisto a dedicar estas líneas

al poder de las redes sociales no sólo como vehículo de información y

socialización, sino como catalizador y potenciador de las más hermosas y

emocionantes de las acciones humanas.

Con la gran pérdida de un líder como Nelson Mandela, la red se ha llenado

de mensajes e iniciativas que son capaces de dar la vuelta al mundo,

poniendo de manifiesto que la unión hace la fuerza, que juntos «podemos».

Tras conocerse la noticia de la muerte del premio Nobel de Paz,

instituciones, jefes de Estado, cantantes, periodistas, deportistas y

usuarios de la red social Twitter despidieron con emotivos mensajes a

Gerardo A. de Marcelo

SE TRATA DE TISE TRATA DE MÍ

Olalla R

uiz

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‘Madiba’, símbolo de la lucha contra el apartheid en Sudáfrica. Etiquetas

como #RIPNelsonMandela fueron trending topic mundial la muerte del

líder sudafricano, apenas treinta minutos después de la noticia.

Porque las redes sociales despiertan nuestros instintos innatos de

colaboración, ayuda y solidaridad.

Sin embargo, el uso de las redes sociales como instrumento de cambio social

no es nuevo, ni mucho menos. Quizá el ejemplo más determinante han sido

las Primaveras Árabes, donde Internet, su accesibilidad y su globalidad

fueron una de las piedras angulares del cambio, aunque ejemplos tenemos

antes y después de estos acontecimientos, y a lo largo y ancho de todo

el mundo. De nuevo los casos más mediáticos son los producidos en el

continente africano, pero no nos podemos olvidar de la lucha constante por

la transparencia y la libertad de expresión en superpotencias como China.

Un ejemplo quizá algo menos conocido fue #Sunu2012, que se convirtió

en el hashtag de referencia durante las elecciones de Senegal en 2012,

velando por su transparencia y ofreciendo información en tiempo real

sobre aquellos comicios, convirtiendo a cualquier ciudadano senegalés en

«observador», hasta tal punto que fue una de las fuentes más fiables de

las que bebían las televisiones del país.

Y es que la sensación que queda después de cada momento histórico es

que las redes sociales son herramientas que pueden llegar a conseguir

ciertos cambios sociales en su mejor sentido: en el sentido de la

participación ciudadana, en el sentido de la colaboración global.

Porque la «apropiación» de las TICs (Tecnologías de la Información y la

Comunicación) permite a sus usuarios modificar sus fines originales y

adaptarlas a las necesidades concretas de cada comunidad, de cada momento.

Porque en las redes sociales no hay barreras, no hay fronteras, no hay distancias.

¿Pero son las redes sociales quienes consiguen todo esto? No, ni mucho menos.

Detrás de cada perfil de Facebook, de cada cuenta de Twitter, de cada usuario

virtual hay un usuario real, un ser humano que participa sin miedo y con ilusión.

No se trata pues de las redes sociales, sino de las personas. Se trata de ti y de mí.

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