Daumal,Hechos Memorables

download Daumal,Hechos Memorables

of 3

description

Daumal,Hechos Memorables.doc

Transcript of Daumal,Hechos Memorables

ren daumal: hechos memorables

Ren Daumal (Boulzicourt, 16 de marzo de 1908 - Pars, 21 de mayo de 1944) fue un escritor, filsofo y poeta francs.

BiografaLa infancia de Daumal coincidi con la Primera Guerra Mundial. Su familia hubo de trasladarse en repetidas ocasiones, recalando en Auvergne, Pars, Langres y Reims. Este trasiego dej en el autor una sensacin de precariedad y desarraigo. A los diecisiete aos intent quitarse la vida por dos veces. Tambin por entonces experiment con el opio y otras drogas y comenz a interesarse por el misticismo y la tradicin esotrica.[1]En 1927 conoci al poeta Roger Gilbert-Lecomte. Con l y otros amigos fund en 1928 el grupo Le Grand Jeu y la revista homnima, donde public sus primeros poemas. Los autores reunidos en este crculo se consideraban cercanos al surrealismo, pero rechazaban su deriva poltica hacia el marxismo.[2]El inters de Daumal por la espiritualidad le lleva a acercarse al tradicionalismo de Ren Gunon y las enseanzas de George Gurdjieff. Aprendi snscrito de forma autodidacta y tradujo al francs algunos escritos budistas, as como la obra del maestro zen japons Daisetz Teitaro Suzuki.

En 1930 se cas con Vera Milanova, viuda del poeta Hendrik Kramer, y se estableci en Pars. En 1932 realiz un largo viaje por Estados Unidos. A su regreso, se le detect una grave dolencia coronaria, por lo que hubiera debido guardar reposo absoluto. Sin embargo, acuciado por la necesidad, desempe en los aos siguientes diversos trabajos eventuales que le obligaban a cambiar constantemente de domicilio y que fueron minando su salud. En 1939 se le diagnostic tuberculosis, enfermedad que caus su muerte el 21 de mayo de 1944 en Pars.[1]ObraEn 1936 public su primer poemario, Le Contre-ciel (El Contracielo), galardonado con el Premio Jacques Doucet. Le siguieron Le grande beuverie (El gran festn, 1936), y la recopilacin pstuma Posie noire, posie blanche (Poesa negra, poesa blanca, 1945). El ttulo de esta obra recoge la conviccin de Daumal de que la palabra potica est dotada de un poder sobrenatural que, como la magia, puede ponerse al servicio de la degradacin del hombre (poesa o magia negras) o su purificacin (poesa blanca).[1]Daumal muri sin haber concluido su obra ms conocida, Le mont analogue (La montaa anloga), publicada en 1952, una novela alegrica en la que la travesa hacia una isla misteriosa simboliza la bsqueda de la verdad y la tradicin.[3] Segn sus entusiastas, con esta obra Daumal logr hacer con la Metafsica lo que Julio Verne haba logrado con la Fsica.[4] La pelcula La montaa sagrada de Alejandro Jodorowsky se inspira en gran medida en esta novela.

Tras su muerte se publicaron tambin varias recopilaciones de ensayos y cartas:

Essais et notes. I: Chaque fois que l'aube parat (Ensayos y notas. I: Cada vez que el alba asoma), 1953.

Lettres ses amis. 1916-1932 (Cartas a sus amigos. 1916-1932), 1958.

Bharata. L'orige du thtre, la posie et la musique en Inde (Bharata. El origen del teatro, la msica y la poesa en la India), 1970.

Tu t'est toujours tromp (Te ests siempre engaando), 1970.

L'evidence absurde (La evidencia absurda), 1972).

Les pouvoirs de la parole (Los poderes de la palabra), 1972.

1. Referencias

2. a b c J. R. Fernndez de Cano, Ren Daumal, en Enciclopedia Universal Micronet, 2003.

3. Jules-Franois Dupuis, Historia desenvuelta del surrealismo, Barcelona: Alikornio Ediciones, 2004, pg. 37.

4. Ismael Belda, resea de El monte anlogo en Artes Hoy.

5. Ficha de El monte anlogo en la librera Marcial Pons.

RENE DAUMAL : HECHOS MEMORABLESAcurdate de tu padre y de tu madre, y de tu primera mentira cuyo indiscreto olor se arrastra por tu memoria. Acurdate de tu primer insulto a los que te engendraron: la semilla del orgullo qued sembrada, resplandeci la fisura quebrando la unidad de la noche. Acurdate de los anocheceres de terror en los que el pensamiento de la nada te araaba el vientre, y volva sin cesar para picotearte como un buitre; acurdate tambin de las maanas de sol en el cuarto. Acurdate de la noche de liberacin en la que, al caer tu cuerpo suelto como un velamen, respiraste un poco del aire incorruptible; acurdate tambin de los animales pegajosos que te han vuelto a aprisionar. Acurdate de las magias, de los venenos y de los sueos tenaces -queras ver, te tapabas ambos ojos para ver, pero no sabas abrir el otro. Acurdate de tus cmplices y de los fraudes en comn y de ese gran deseo de salir de la jaula. Acurdate del da en que desgarraste la tela y te apresaron vivo, inmovilizado ah mismo en la batahola de bataholas de las ruedas que giran sin girar, contigo adentro, cogido siempre por el mismo instante inmvil, repetido, repetido, y el tiempo no daba sino una vuelta, todo giraba en tres sentidos innumerables, el tiempo se cerraba al revs ( y los ojos de carne slo vean un sueo, slo exista el silencio devorador, las palabras eran pieles secas, y el ruido, el s, el ruido, el no, el alarido visible y negro de la mquina te negaba), el grito silencioso "Yo soy" que el hueso oye, por el cual muere la piedra, por el cual cree morir lo que nunca fue. Y t no renacas a cada instante sino para ser negado por el gran crculo sin lmites, todo pureza, todo centro, todo pureza salvo t mismo. Y acurdate de los das que siguieron, cuando marchabas como un cadver hechizado, con la certidumbre de ser devorado por el infinito, de ser aniquilado por la existencia nica de lo Absurdo. Y acurdate sobre todo del da en que queras arrojarlo todo, de cualquier modo. Pero un guardin vigilaba en tu noche, vigilaba mientras dormas, te hizo tocar tu propia carne, te hizo recordar a los tuyos, te hizo recoger tus andrajos. Acurdate de tu guardin. Acurdate del hermoso espejismo de los conceptos, y de las palabras conmovedoras, palacio de espejos construido en un stano. Y acurdate del hombre que vino y lo rompi todo, te tom con su tosca mano, te arranc de tus sueos y te oblig a sentarte sobre las espinas del pleno da. Y acurdate de que no sabes recordar. Acurdate de que todo se paga, acurdate de tu felicidad, pero cuando te trituraron el corazn, era ya demasiado tarde para pagar por adelantado. Acurdate del amigo que te tenda su razn para recoger tus lgrimas brotadas de la fuentehelada que violaba el sol de primavera. Acurdate de que el amor triunf cuando ella y t supisteis someteros a su fuego ansioso, rogando morir en la misma llama. Pero acurdate de que el amor no es de nadie, de que en tu corazn de carne no hay nadie, de que el sol no pertenece a nadie, ruborzate al contemplar el cenegal de tu corazn. Acurdate de las maanas en que la gracia era como una vara amenazadora que te conduca, sumiso, a travs de tus jornadas, bienaventurado el ganado bajo el yugo! Y acurdate de que entre sus dedos entumecidos tu pobre memoria dej escapar el pez de oro. Acurdate de los que te dicen: acurdate. Acurdate de la voz que te deca: no caigas. Y acurdate del placer equvoco de la cada. Acurdate, pobre memoria ma, de las dos caras de la medalla. Y de su metal nico.