De crisis y paradojas. Aproximaciones y críticas al postlatinoamericanismo de Santiago...

download De crisis y paradojas. Aproximaciones y críticas al postlatinoamericanismo de Santiago Castro-Gómez, de Fernando Hernández González

of 117

Transcript of De crisis y paradojas. Aproximaciones y críticas al postlatinoamericanismo de Santiago...

  • 7/31/2019 De crisis y paradojas. Aproximaciones y crticas al postlatinoamericanismo de Santiago Castro-Gmez, de Fernand

    1/117

  • 7/31/2019 De crisis y paradojas. Aproximaciones y crticas al postlatinoamericanismo de Santiago Castro-Gmez, de Fernand

    2/117

    DE CRISIS Y PARADOJASaproximaciones crticas al postlatinoamericanismo

    de santiago castro-gmez

  • 7/31/2019 De crisis y paradojas. Aproximaciones y crticas al postlatinoamericanismo de Santiago Castro-Gmez, de Fernand

    3/117

  • 7/31/2019 De crisis y paradojas. Aproximaciones y crticas al postlatinoamericanismo de Santiago Castro-Gmez, de Fernand

    4/117

    FERNANDO HERNNDEZ GONZLEZ

    DE CRISIS Y PARADOJASaproximaciones crticas al postlatinoamericanismo

    de santiago castro-gmez

    !

  • 7/31/2019 De crisis y paradojas. Aproximaciones y crticas al postlatinoamericanismo de Santiago Castro-Gmez, de Fernand

    5/117

    PRIMERA EDICIN: 2009ISBN: 978-607-00-1973-9DR 2009, NOSTROMO EdicionesMxico, Distrito Federal

    CUIDADO DE LA EDICIN Y TIPOGRAFA:

    Irving Reynoso JaimePREPARACIN DEL TEXTO:Elia Zrraga

    EDITOR:Horacio Crespo

    DISEO DE PORTADA:Irving Reynoso Jaime

    Impreso y hecho en Mxico

    Este libro no puede ser fotocopiado ni reproducidototal o parcialmente por ningn medio o mtodo sinla autorizacin por escrito del autor.

  • 7/31/2019 De crisis y paradojas. Aproximaciones y crticas al postlatinoamericanismo de Santiago Castro-Gmez, de Fernand

    6/117

    A mi mentor y gua, a quien agradezcosu insistencia para la publicacin de este libro.

    A NOSTROMO

  • 7/31/2019 De crisis y paradojas. Aproximaciones y crticas al postlatinoamericanismo de Santiago Castro-Gmez, de Fernand

    7/117

  • 7/31/2019 De crisis y paradojas. Aproximaciones y crticas al postlatinoamericanismo de Santiago Castro-Gmez, de Fernand

    8/117

    NDICE

    PRLOGO.......................................................................... IX

    INTRODUCCIN..................................................................13

    CAPTULO ITesis principales de Santiago Castro-Gmez a contraluz del pensamiento filosfico latinoamericanista.Los casos de Zea y Roig.......................................................17

    1. Presentacin de la crtica postlatinoamericanista.............................172. La filosofa de la historia de Zea ante la crtica de Castro-Gmez......... 333.Ela priori antropolgico de Roig y el postlatinoamericanismo......... 45

    CAPTULO IILos estudios culturales, las teoras postcolonialesenla elaboracin de la crtica de Castro-Gmez.......................... 53

    1. Recepcin de losCultural Studiesen el pensamiento postlatinoamericanista........................................542. Las teoras postcoloniales y su articulacinen el postlatinoamericanismo de Castro-Gmez.................................72

    CAPTULO IIIEl postlatinoamericanismo y su concepcinmoderna de lo paradojal.......................................................89

    1. Las crticas al postlatinoamericanismo....................................... 902. Oscar del Barco, un punto de partidapara una crtica al postlatinoamericanismo......................................97

    BIBLIOGRAFA...................................................................111

  • 7/31/2019 De crisis y paradojas. Aproximaciones y crticas al postlatinoamericanismo de Santiago Castro-Gmez, de Fernand

    9/117

  • 7/31/2019 De crisis y paradojas. Aproximaciones y crticas al postlatinoamericanismo de Santiago Castro-Gmez, de Fernand

    10/117

    PRLOGO

    TRES AOS de que el presente libro fuera escritocomo tesis de maestra en Estudios Latinoamerica-nos an me mueve una necesidad imperiosa de

    desarrollar ampliamente muchas de mis reflexiones vertidas en l.Su problemtica nuclear ha deparado en una serie de momentos

    especulativos infinitamente postergables. Quizs esta sea la raznde no haberme animado en un principio a publicarlo. No s. Surelectura me llena de una inquietud expectante. En determinadosmomentos me parece denso y en otros simple, hay en l una sa-ludable confusin disciplinaria y el paso inseguro del principiante.Encontr el motivo ms convincente para su publicacin en loque el libro pone de relieve: lo paradojal, inicio de un itinerario quesumerge al pensamiento en sus devaneos y en sus sin-fondos.

    La paradoja, en el sentido ms originario del trmino, atraviesael nivel de las apariencias. Es lo contrario a la doxa(opinin co-mn), lo inesperado e increble, lo maravilloso y extraordinario.El ponerse a un lado de cualquier cosa y enfrentarla como la ma-nifestacin de algo adyacente a ella es el derrumbe (crisis) de unmundo y el inicio del pensar. Que esto pueda llegar a ser soso eingenuo, pero tambin inesperadamente trgico, revela que laparadoja no es slo un artilugio, sino la experiencia misma de

    todo pensar. En la paradoja se condensan una serie de oposicio-nes autorreproducibles. Las contradicciones y constricciones quesuscitan stas nos llevan a intentos desmesurados de sntesis con-tinuas cada vez ms amplificadas. Tan amplificadas que inclusodejan de ser sntesis para convertirse en ilusiones trascendentales (Kant).

    La dialctica es el mtodo que se emplea, ms o menos desdePlatn, para contrarrestar la experiencia de lo paradojal mediantela elevacin a instancias trascendentales que suponen un ir msall del Ser. De all las connotaciones msticas de todo plato-

    nismo. Se atraviesa la naturaleza al considerarla una mera copiadel toposuranosy se prepara el ascenso al conocimiento verdaderode las formas e ideas (contemplacin). El idealismo es la marca

    A

  • 7/31/2019 De crisis y paradojas. Aproximaciones y crticas al postlatinoamericanismo de Santiago Castro-Gmez, de Fernand

    11/117

    X

    ms explcita del pensamiento que reconstruye lo que nos rodea(phisis o mundo) para devolverlo en orden y en su pretendida

    mesura. Pero tambin exhibe a la paradoja como el resultado deuna inadecuacin entre dos mbitos irreconciliables (lo sensible ysuprasensible). En toda operacin del pensar, como lo ha dichoKant, se reproducen estos dos mbitos y su inadecuacin perma-nente. En su dialctica trascendental Kant detecta la ilusin de losjuicios trascendentes y explica que esta inadecuacin, que la raznmantiene con respecto a la experiencia, es inevitable. El extravode la razn, esto es, el intento de buscar una serie de sntesis cada

    vez ms amplificadas en arreglo a principios que puedan subsu-mir las relaciones paradojales, consiste en una suerte deespejismos y engaos inevitables en donde la razn se aventurapor un camino de correcciones infinitas. Para Kant, a diferenciadel entendimiento, la razn genera sntesis, llevndonos a la su-prema Unidad de los principios. Sin embargo, sabemos que estaUnidad guarda sus secretos ms abismales en la unidad de aper-cepcin de un sujeto trascendental indeterminado que viene asustituir a la Unidad-Dios. As, la filosofa crtica de Kant se des-borda hacia las profundidades de la inconsciencia del yo. Hayalgo dentro del yo que lo desborda y cuyo correlato externo serla cosa en s (noumeno). Aqu la paradoja adquiere un significadodramtico. El yo determinado esconde en sus adentros algo in-determinado e incondicionado. De nuevo lo paradojal se autorreproducepara mostrar su constante inadecuacin: cmo es posible quealgo sea y a la vez sea aquello que no es? El yo es Yo perotambin es el No-YO contenido en l.

    Dentro de los horizontes delineados por Kant la paradoja ad-quiere connotaciones muy peculiares. La relacin sujeto-objetoguarda una correspondencia en apariencia inalterable dentrodel uso emprico de las categoras del entendimiento. No obs-tante, para constatar la adecuacin entre el sujeto y su objeto setendra que corroborar que lo representado por el sujeto coinci-diera con el objeto. Si un segundo sujeto comparara larepresentacin del primer sujeto con su objeto y dijera: en efecto

    la representacin se adecua con el objeto, lo nico que estarahaciendo es comparar su propia representacin con la representa-cin del primer sujeto. La llegada de un tercer sujeto implicara la

  • 7/31/2019 De crisis y paradojas. Aproximaciones y crticas al postlatinoamericanismo de Santiago Castro-Gmez, de Fernand

    12/117

    XI

    de un cuarto, hasta llegar a un nmero infinito de sujetos que nopueden salir de sus propias representaciones subjetivas y no lo-

    gran deshacer la paradoja que se reproduce sin interrupcinposible. La paradoja a la que nos remite Kant se da en el mbitode una subjetividad transindividual. Es el conflicto de la raznconsigo misma, adentrndose hacia una interioridad desbordantee infinitamente amplificada. Esto es lo que llama Kant la Ilusintrascendental alojada en la Razn pura: espejismo metafsico queconmina al sujeto a una larga cadena de condiciones incondicio-nadas en la cual l mismo es uno de sus eslabones.

    Que la razn enclaustre al sujeto dentro de sus espejismos ylaberintos interiores es una prueba ms de la contemporaneidadaplastante con que el pensamiento postkantiano y neokantianoprocurar encontrar una salida. La salida hace referencia a unaconciencia arcnida (Nietzsche) que en su intento por salir delagujero queda enredada en su propia telaraa. La salida kantianaes funcional. Es un cambio de enfoque, una nueva y sutilsimaperspectiva crtica. En realidad no hay un afuera de la telaraa, nisiquiera es necesario que lo haya, con postularlo es ms que sufi-ciente. El yo y el sujeto se convierten en funciones de unasubjetividad transindividual cuyos intereses contrapuestos puedenser dirigidos por un sentido prctico. El conflicto de la raznconsigo misma (lo paradojal) se resuelve en los postulados de larazn prctica. Las ideas trascendentes se funcionalizan comopostulados que hacen posible la moral. (Dios existe porque esconveniente que as sea, de lo contrario la moral sera impensable).El saber queda limitado al mbito del entendimiento. Todo se resume y

    termina en aquella frase celebre del pietista luterano Tuve, pues, quesuprimir el saberpara dejar sitio a lafe. La salida se torna salvacin?

    Deberamos situar en este entorno tan kantiano la proble-mtica planteada por el postlatinoamericanismo de SantiagoCastro-Gmez? Para comprender los alcances y limitaciones msprofundas del postlatinoamericanismo es necesario respondercon un rotundo s. Gran parte de las propuestas postlatinoame-ricanistas son generadas dentro del conflicto que la razn

    moderna mantiene consigo misma. El duplicado emprico trascenden-tal, clave interpretativa que utiliza constantemente Castro-Gmez,es lo que hace patente este conflicto, que aparece en el libro que

  • 7/31/2019 De crisis y paradojas. Aproximaciones y crticas al postlatinoamericanismo de Santiago Castro-Gmez, de Fernand

    13/117

    XII

    el lector tiene en sus manos como una forma ms de lo paradojal.El lo hace alusin a un algo que al mostrarse siempre lo hace me-

    diante la paradoja. De all que se le considere paradojal. Lasparadojas son reproducciones de lo paradojal. Son sus momentos.No se trata, pues, de salir de la paradoja sabemos que la salida esla entrada a otra paradoja (el querer salir de la paradoja te hundems en la paradoja), sino de pensar en lo paradojal. El postlati-noamericanismo de Castro-Gmez es una propuesta de salida dela paradoja que consiste en concebir a la razn como consecuen-cia de las fuerzas sociohistricas que la configuran. Por ello es un

    intento de recategorizacin terica, y una nueva refundamenta-cin del latinoamericanismo, que no piensa en lo paradojalsino queparte de l como lo dado.

    Queda por determinar si el postlatinoamericanismo deberacomprenderse dentro de lo que Thomas MacCarthy ha llamadoCrtica de la razn impura.

    1 Lo que indicara una posible salida dela telaraa kantiana. Es decir, una resolucin de la paradoja,mas no una puesta en libertad de lo paradojal. La salida corre elriesgo de volver a un empirismo rampln y prekantiano, muy alestilo de los llamados kantismos2 de las ciencias sociales, incapa-ces de explicar cmo es que se logr salir de la concienciasubjetiva-kantiana as sin ms.

    Ciudad de MxicoF.H.G.

    1 Es una radicalizacin de la crtica kantiana que tiene como objetivo reintegrar a

    la razn en su entorno preteortico e histrico (las filosofas de la sospecha:Marx, Nietzsce y Freud) as como en su prctica social (Foucault).VerMACCARTHY, Thomas, Ideales e Ilusiones: Reconstruccin y deconstruccin en la teoracrtica contempornea, Tecnos, Madrid, 1992.2 El trmino lo usa el filsofo chileno, Carlos Prez Soto, en su interesante libroDesde Hegel: para una crtica radical de las ciencias sociales, Itaca, Mxico, 2008. Kan-tismos son las propuestas de las refundamentaciones continuas que constituyena la historia de las ciencias sociales y que consisten en una recepcin de Kantdesde un imaginario cientificista y empirista. Los kantismos extraen de la filoso-fa crtica una serie de elementos tericos que utilizan para justificar sus

    tendencias positivistas y antimetafsicas. Se trata de una recepcin en esenciaprekantiana que se convierte en el fundamento, en el tramado de obviedadeshistricamente construidas pero indiscutidas e indiscutibles de la operacindisciplinar del pensamiento sobre lo social, p. 35.

  • 7/31/2019 De crisis y paradojas. Aproximaciones y crticas al postlatinoamericanismo de Santiago Castro-Gmez, de Fernand

    14/117

    INTRODUCCIN

    La tentativa de una Crtica de la razn latinoamericanatiene al menostres directrices constitutivas muy claras. La primera directriz partedel proyecto elaborado por el Grupo de Bogot de la UniversidadSanto Toms de Colombia, el cual form parte de la Filosofa dela Liberacin. Como una crtica a los discursos liberacionistas,

    dicha tentativa nace dentro de las propias capacidades reflexivasde un grupo de filsofos de la liberacin. En el caso concreto deSantiago Castro-Gmez, su crtica es una prolongacin del tra-bajo realizado por Roberto Salazar Ramos quien comienza aaplicar dentro del ambiente de renovacin de la filosofa lati-noamericana los lineamientos genealgicos y arqueolgicos de lacrtica Foucaultiana. Desde esta perspectiva y dentro de sus pro-pias necesidades metodolgicas, se comienza a tomar distancia de

    aquello que Beorlegui ha llamado la incesante bsqueda de laidentidad latinoamericana, cuya iniciativa marc de manera muyimportante al pensamiento filosfico latinoamericanista.

    Los trabajos que Salazar Ramos vena realizando desde la d-cada de los setenta se constituyeron en una crtica de la raznlatinoamericana. Valindose de la tipificacin que hace Foucaultde las epistemes (renacentista, clsica y moderna) en su libro Las

    palabras y las cosas1Castro-Gmez se apropia de una serie de con-

    ceptos que logran hacer una descripcin muy interesante de lasformaciones discursivas elaboradas por los filsofos liberacionis-tas de los aos sesenta y setenta. Una de estas categorizacionesms tiles en su crtica es el duplicadoemprico-trascendental que con-figura a la razn moderna-ilustrada y que, al decir del filsofocolombiano, fue reproducido por la filosofa de Leopoldo Zea ydel filsofo argentino Arturo Andrs Roig. Reproduccin quetrajo consigo una serie de mecanismos de exclusin.

    1FOUCAULT, Michel, Las Palabras y las Cosas,Siglo Veintiuno Editores,Mxico,2004.

  • 7/31/2019 De crisis y paradojas. Aproximaciones y crticas al postlatinoamericanismo de Santiago Castro-Gmez, de Fernand

    15/117

    14

    Como una segunda directriz aparecen las teoraspostcoloniales,construidas por una serie de filsofos surasiticos que antes de

    Castro-Gmez comenzaron a hablar de una gramtica de la exclu-sin, de una violencia epistmicacon connotaciones colonizadoras ysustancialmente modernas. Intelectuales indios como Spivak,Bhabha y Guha, ayudados por la crtica postestructuralista fran-cesa (Foucault y Derrida), habran de preparar y trasladar eldiscurso foucaultiano a mbitos ms amplios, ms all de las ins-tituciones a las que lo remiti el filsofo francs. As comomuchos intelectuales latinoamericanos asentados, al igual que los

    surasiticos, en Universidades del primer mundo (sobre todo deEstados Unidos e Inglaterra), Castro-Gmez recibi con entu-siasmo la forma en que el anlisis foucaultiano haba sido aplicadopara la configuracin de una crtica radical a los discursos antico-lonialistas de los pases orientales. Esto suscit que se buscara una

    vinculacin intrnseca de las representaciones sobre lo latinoameri-cano producidas al interior de las ciencias sociales y de la filosofacon los procesos de colonizacin-modernizacin impuestos desdeEuropa y posteriormente desde Estados Unidos. La convergenciaentre las dos tentativas, la de las teoras postcoloniales como ladel Grupo Bogot, era posible mediante la intervencin delpensamiento de Foucault resignificado.

    La tercera directriz que modela la crtica aqu consideradapostlatinoamericanista nos remite a los estudios culturalesy sirvea nuestro filsofo para delinear lo que para l son nuevas formasde produccin de conocimientos. Trabajos como los de Barberoy Canclini sern utilizados para sustentar su concepcin de la

    postmodernidad latinoamericana y para sealar los equvocos enlos que habran incurrido los socilogos dependentistas y liberacionistas.

    Las tres directrices se inscriben dentro de la experiencia hist-rica del fracaso que signific no slo la alternativa comunista, sinotambin otras formas de emancipacin insertas en el horizonte delaModernidad, entre ellas el propio neoliberalismo econmico. Porello la necesidad de una crtica a las representaciones que el mismopostlatinoamericanismo, en su anhelo innovador, se ha hecho de

    la concepcin moderna de la crisisactual. La crtica fundamentalde Castro-Gmez desde la cual pretendemos aqu identificar otrasinconsistencias tericas cuyo hbitat natural es el de la razn

  • 7/31/2019 De crisis y paradojas. Aproximaciones y crticas al postlatinoamericanismo de Santiago Castro-Gmez, de Fernand

    16/117

    15

    moderna puede ser resumida as: al desechar la posibilidad defundamentar un discurso en un trascendental prediscursivo e independiente del

    sujeto, la episteme moderna produjo una serie de efectos paradojales que nosempujan, mediante la necesidad de resolverlos, a una produccin masiva de

    exterioridades que sustituyen a las ideas metafsicas de antes (Dios, alma,Mundo). Quizs por la desesperacin psicolgica el discurso moderno no

    quiere percatarse de la naturaleza metafsica de esas exterioridades,tomndolas como si fueran realidad efectiva. Para resolver los efectos

    paradojales la razn moderna recurre a un metalenguaje infundamentado quelogra encubrir subrepticiamente la vulnerabilidad del sujeto a la hora de

    pensar y de darle sentido a sus actos. La heurstica desarrollada porCastro-Gmez lo posibilita a indicar, de una manera muy precisa,como en su ampliacin omnicomprensiva los discursos liberacionistasse hicieron la ilusin de haber diluido dialcticamente lo paradojal,para despus proponer un punto de partida efectivo que hicierafactible la liberacin poltica.

    Por nuestra parte consideramos que en su objetivo de articularuna razn postlatinoamericanista que pueda responder a la nuevarealidad sociocultural as como a los nuevos tipos de resistencia,Castro-Gmez no advirti que esta misma razn guarda en susadentros un movimiento heterogenizador (trivializacin de lasdiferencias) que, como su correlato moderno y homogenizador,crea tambin mbitos de exterioridad intersticiales que se mues-tran como si estuvieran substrados de la dinmica dialctica. Alconsiderar a la crisis paradojal como un estadio superable pormedio de un mbito liminal que se substrae a los esencialismos, sesigue estando en la episteme modernay en sus requerimientos polti-

    cos. La omnicomprensividad totalitaria de la razn modernadeviene aniquilacin maqunica: homogenizacin indiferenciadapor la trivializacin de la diferencia.

    Ahora bien, mi tentativa pretende perdurar a travs de una se-rie de aproximaciones que constituyen el hilo conductor de estelibro. En el primer captulo establezco los criterios de demarcacinentre lo que sera un discurso moderno-ilustrado-anticolonialistay el perfil provisional de un discurso que quisiera ser postilustrado

    (es el motivo principal de este libro determinar si efectivamentelogra serlo). Todo esto con arreglo a analizar la tipificacin quehace Castro-Gmez de dos discursos latinoamericanistas: la

  • 7/31/2019 De crisis y paradojas. Aproximaciones y crticas al postlatinoamericanismo de Santiago Castro-Gmez, de Fernand

    17/117

    16

    filosofa de la historia de Zea y la Teora crtica del pensamientolatinoamericano de Roig. Este primer paso me permite profundizar

    y precisar en qu consiste la tesis fundamental de Castro-Gmez,adems de ver cules seran sus alcances postlatinoamericanistas.Por otro lado, presento el diagnstico general que expone elcolombiano como contexto socio-cultural del que parte su crticay la implementacin de su heurstica.

    En el segundo captulo abordo la relacin del postlatinoameri-canismo con el llamado Grupo Latinoamericano de EstudiosSubalternos para precisar sus diferencias con las teoras postcolo-

    niales y la manera en que se insertan stas en la crtica de Castro-Gmez.Tambin explico cmo desde los Estudios Culturales se creeresolver el efecto paradojal que constituye al pensamiento moderno.

    En el ltimo captulo, de la mano de Oscar del Barco, intentoconformar una interpretacin crtica que advierta sobre lo modernodel postmodernismo y, en nuestro caso, del postlatinoamericanismo,a travs de una resignificacin de la crisisy de su forma paradojal,lejos de la concepcin tradicional y moderna que slo puede vi-sualizarla como un estadio transitivo de la razn. Para ello, hagouso del concepto depensamiento sin cuerpo y de las apreciaciones deOscar del Barco sobre la esencia y apariencia. De tal manera quepropongo un concepto de crisis y de lo paradojal que haga expl-cita la funcionalidad constitutiva de la razn moderna y laimposibilidad de apartarse de ella mediante la razn misma. Estosignifica, a mi parecer, llevar hasta sus ltimas consecuencias lareflexin postmoderna para mostrar la modernidad de su posty su nuevo real resignificado como mltiple. Mucho debo al

    pensamiento de Oscar del Barco que intensific mis reflexiones,sobre todo las que se condensan en este ltimo captulo.

    !

  • 7/31/2019 De crisis y paradojas. Aproximaciones y crticas al postlatinoamericanismo de Santiago Castro-Gmez, de Fernand

    18/117

    I

    Tesis principales de Santiago Castro-Gmez a contra luzdel pensamiento filosfico latinoamericanista.

    Los casos de Zea y Roig

    1. Presentacin de la crtica postlatinoamericanista

    A partir de 1996 se inici el debate postcolonial al interior dellatinoamericanismo estadounidense involucrando a intelectualessurasiticos y latinoamericanos. El debate llev al filsofo colombiano,Santiago Castro-Gmez, a hacer una revisin del pensamientolatinoamericanista producido en Amrica Latina. El punto departida era una crticaque aqu denominamospostlatinoamericanista1y que derivara del mtodo genealgico foucaultiano y de lo que a

    decir de Castro-Gmez sera una crtica inmanente de la razn.Las preguntas de investigacin formuladas en diversos escri-

    tos, a veces explcita o implcitamente, pueden resumirse en tresinterrogantes: 1) Qu tipo de transformaciones socio-estructu-rales han apresurado el envejecimiento de las categoras filosficas,sociolgicas y teolgicas de los discursos liberacionistas?, 2)Cules aportes nos es posible retomar de estos discursos para un

    1

    Como veremos ms adelante, considerando al latinoamericanismo como unareproduccin del discurso moderno que se basa en una gramtica de la exclusincuya consecuencia es el no-reconocimiento de las diferencias, Castro-Gmezpretende articular un discurso que logre soslayar el estatus epistemolgico moderno yque al mismo tiempo responda a una realidad latinoamericana cada vez mscompleja. En este sentido, hablo de una crticapostlatinoamericanistaque pretende-ra salirse de los marcos del pensamiento moderno y de su prolongacinlatinoamericanista. Haciendo alusin al nuevo latinoamericanismo propuestopor Alberto Moreiras, Castro-Gmez se refiere a l como un ejemplo depostlati-noamericanismo. Esto se puede constatar en CASTRO-GMEZ, Santiago y Eduardo

    MENDIETA, Teoras sin disciplina. Latinoamericanismo, postcolonialidad y globalizacin endebate, Miguel ngel Porra, Mxico, 1998. Revsese el ensayo Latinoamerica-nismo, modernidad, globalizacin. Prolegmenos a una crtica postcolonial de larazn. p. 202.

  • 7/31/2019 De crisis y paradojas. Aproximaciones y crticas al postlatinoamericanismo de Santiago Castro-Gmez, de Fernand

    19/117

    18

    diagnstico contemporneo de las sociedades latinoamericanas?,3) Qu clase de reajuste categorial tenemos que realizar para

    consolidar un nuevo tipo de discurso crtico en Amrica Latina?2

    Indudablemente los cuestionamientos de Castro-Gmez su-

    ponen una serie de tesis que vale la pena re-presentar aqu. Laprimera pregunta nos remite a un hecho que al parecer de nuestrofilsofo tendra que desembocar en la siguiente consideracin: larealidad ha rebasado al discurso liberacionista que se configurdurante los sesenta y setenta; sus vertientes ms representativascomo la teologa y filosofa de la liberacin, adems de la teora de

    la dependencia, carecen de un instrumental de conceptos adecua-dos para explicar esta nueva realidad latinoamericana. La segundapregunta tantea una posible recuperacin de la tradicin latinoa-mericanista desde la genealoga y arqueologa del saber (Foucault)que pueda ser recontextualizada en la realidad latinoamericanaactual. La tercera y ltima pregunta nos invita a buscar una nuevaarticulacin discursiva que de manera simultnea recupere la tra-dicin que le antecede y sea capaz de llegar a una comprensinsatisfactoria de la nueva realidad postcomunista. Tanto en laspreguntas como en los supuestos de Castro-Gmez subyace lacreencia de que las vertientes del discurso liberacionista se ali-mentan de una estructura ideolgica nuclear:3

    Pues, an teniendo en cuenta las diferencias existentes al interiorde ellos, casi todos los discursos liberacionistas estuvieron fuerte-mente influenciados por la retrica que anim la consolidacinideolgica del socialismo.4

    Segn Castro-Gmez con el derrumbe de los regmenes so-cialistas en Europa del Este vino la culminacin del debacle delos discursos liberacionistas o latinoamericanistas,5 lo que confi-

    2 Las preguntas son transcritas aqu tal y como aparecen en el texto de Castro-Gmez, Crtica de la razn latinoamericana, Puvill Libros, Barcelona, 1996, p. 16.3 Que con Spivak en repetidas ocasiones llama el filsofo colombianogramtica moderna.4

    CASTRO GMEZ, Crtica, 1996, p. 16.5 El discurso liberacionista, aunque no pueda reducirse al discurso latinoamericanista,s comprende a una buena parte de ste dentro de su propia amplitud. Es decir,quiz haya discursos latinoamericanistas que sean no-liberacionistas, pero ste

  • 7/31/2019 De crisis y paradojas. Aproximaciones y crticas al postlatinoamericanismo de Santiago Castro-Gmez, de Fernand

    20/117

    19

    gur a la llamada dcada perdida de los ochenta. Esta prdida,para nuestro autor, no slo es posible traducirla en aspectos eco-

    nmicos sino tambin es posible presentarla como un desencantopoltico

    6 cuyas consecuencias todava pueden verse en los paseslatinoamericanos. En este sentido, el discurso postmodernodesilusionadotendra cierta efectividad en los pases centrales; tambin, podraaportarnos nuevos derroteros para la situacin contemporneaque se vive en Amrica Latina.7

    Entonces habra que resaltar un punto: la postmodernidades unestado de la culturay no una mera ideologa extranjerizante. Luego,

    dicho estado de la culturano tiene que venir acompaado por undesarrollo econmico semejante al europeo. No se trata de redu-cir los procesos culturales a los econmicos! En tanto sesospeche que lo econmico no determina lo cultural, lapostmoder-nidad podra existir en Amrica Latina como estado de la culturaycomo nueva sensibilidad social, sin que tenga que ser una consecuen-cia de un hiperdesarrollo econmico como en el caso de lassociedades del primer mundo.8 Los acontecimientos histricos

    que expresaran este estado de la culturay esta sensibilidad social, se-gn Castro-Gmez, seran los siguientes:

    a. La desaparicin de los bloques ideolgicos como conse-cuencia del derrumbe del comunismo.

    b. Un descrdito de las grandes ideologas como convocadorasde grandes masas.

    c. El brutal desmontaje de las organizaciones polticas porparte de las dictaduras del Cono Sur y en consecuencia la gran

    desilusin respecto a los cambios estructurales.d. La cultura de la inmediatez, el vivir al da y la prdida deuna visin de futuro.

    no es el caso de los discursos que aqu nos importa destacar (Zea, Roig), a pesar

    de que ellos pudieran exhibir diferentes enfoques sobre la liberacin.6 CASTRO GMEZ, Crtica, 1996, pp. 26-27.7 Ibdem, p. 33.8 En respuesta a la crtica de Guadarrrama. Ibdem, pp. 23-24.

  • 7/31/2019 De crisis y paradojas. Aproximaciones y crticas al postlatinoamericanismo de Santiago Castro-Gmez, de Fernand

    21/117

    20

    e. Una sensibilidad pesimista que es distinta a la del nihilismoeuropeo y que se asienta en una realidad desoladora y en una larga

    decantacin histrica.9

    f. Prdida de confianza en las instituciones polticas y en la

    participacin pblica.g. La socializacin del individuo es configurada hoy por pautas

    trasnacionales que van ms all de todo nacionalismo cultural.

    Es a partir de estos sucesos que Castro-Gmez nos habla deuna postmodernidad como sensibilidad social nuevaque no necesaria-

    mente tendra que desembocar en un nihilismo a la europea o enun abandono de la lucha poltica. Los nuevos movimientos so-ciales y su organizacin poltica nos dirigen hacia formas de luchay de quehacer poltico muy distintas a las elaboradas dentro delmarco de la inflacin ideolgica de los sesenta:10

    [] diagnosticar un desencanto poltico y cultural en Amrica La-tina no significa estimular el abandono de la lucha poltica en arasde asumir formas de vida nihilistas, como pretenden los detractores

    de la postmodernidad. No olvidemos que no es el hartazgo delconsumo ni la deshumanizacin resultante del desarrollo cientficotcnico lo que entre nosotros ha desembocado en el escepticismodel que venimos hablando, sino el fracaso de todos los proyectosde transformacin social afiliados a una concepcin iluminista delmundo.11

    Desde la perspectiva de Castro-Gmez, la pretensin deadaptar e insertar el discurso crtico postmoderno en suelo lati-

    noamericano para explicar la nueva situacin de Amrica Latina

    9 Se refiere a toda una serie de fracasos acumulados en la historia de nuestraliberacin, desde las luchas de independencia hasta los procesos revolucionariosinterrumpidos.10 Esto respondera a las objeciones de Arturo Andrs Roig de que lapostmodernidad en su empeo de hacernos creer que estamos en una orfandadepistemolgica termina por negar la utopa y por renunciar a todo discurso de

    futuro a favor de un dejar hacer en lo econmico, lo que sera negar la espe-ranza de una vida mejor para los sectores oprimidos de Amrica Latina.CASTRO GMEZ, Crtica, 1996, pp. 21-22.11 Ibdem, p. 29.

  • 7/31/2019 De crisis y paradojas. Aproximaciones y crticas al postlatinoamericanismo de Santiago Castro-Gmez, de Fernand

    22/117

    21

    ha sido refutada de manera inadecuada, lo que provoca una seriede malentendidos.12 Lo fundamental de la respuesta de Castro-

    Gmez a estas objeciones consiste en sealar que la postmoder-nidad no debe ser vista slo como un substrato puramenteideolgico, es necesario enfocar sus problemticas al mbito cul-tural. (Queda as preparado el terreno para la llegada de losEstudios Culturales). El surgimiento del discurso postmodernoobedece a una dinmica social que se genera dentro de una nuevasensibilidad a nivel del mundo de la viday que tiene que ver con eldesencanto poltico producido por el fracaso de los movimientos

    liberacionistas inspirados en una concepcin ilustrada.Considerando esta nueva realidad latinoamericana y su arribocomo estado de la cultura, Castro-Gmez se ve en la necesidad dearticular nuevas formas de interpretacin que puedan suplantarsatisfactoriamente a los discursos iluministas y emancipatorios dela modernidad (Lyotard). En la introduccin del libro La reestruc-turacin de las ciencias sociales en Amrica Latina

    13 el filsofocolombiano, junto con Oscar Guardiola-Rivera, presenta unaserie de lineamientos y objetivos que constituyen un programa deinvestigacin cuya meta es analizar la relacin que guardaran lasgeopolticas del conocimiento con una posible revitalizacin yreestructuracin de las ciencias sociales. Cabe mencionar que talproyecto de investigacin es muy semejante al ya emprendido por

    12 Tal y como las menciona Castro-Gmez las objeciones al discurso postmo-derno articuladas desde Amrica Latina pueden resumirse as: 1) El discursopostmoderno es una consecuencia del Capitalismo Tardo y funge como una

    ideologa de legitimacin que responde a los intereses del capitalismo informati-zado y consumista (Vargas Lozano), 2) La crtica postmoderna acaba con losideales emancipatorios de la Modernidad, lo cual sera catastrfico para nuestrocontinente puesto que en nuestra regin se necesita reafirmar la emancipacin yla accin poltica (Snchez Vzquez), 3) La postmodernidad es un momento dela tradicin anarquista y abolicionista que desemboca en una afirmacin de lospases ricos gracias a una recepcin del pensamiento de Nietzsche negadora deuna tica universalista de los derechos humanos (Hinkelammert), 4) La postmo-dernidad no es posible en Amrica Latina porque ni siquiera hemos entrado a laModernidad plenamente (Guadarrama), 5) La postmodernidad nos pide que

    renunciemos a la sospecha y a la crtica moderna en un momento en que senecesita la denuncia y la accin poltica (Roig). Ibdem, pp. 17-22.13 CASTRO GMEZ, Santiago y Oscar GUARDIOLA-RIVERA, La reestructuracin de lasciencias sociales en Amrica Latina, Pontificia Universidad Javeriana, Bogot, 2000.

  • 7/31/2019 De crisis y paradojas. Aproximaciones y crticas al postlatinoamericanismo de Santiago Castro-Gmez, de Fernand

    23/117

    22

    Castro-Gmez en su ensayo titulado Amrica Latina ms all dela filosofa de la historia, incluido en su libro Crtica de la razn

    latinoamericana (1996). En l se seala el camino hacia unareestructuracin de la filosofa latinoamericana en clavepostlatinoamericanista. En los dos proyectos se apela a una nuevarealidad social latinoamericana trastocada por el proceso de glo-balizacin, que como hemos visto vendra a reforzar lanecesidad de reformular categoras ms pertinentes y adecuadas.

    Al igual que en el caso de la filosofa latinoamericana se buscaexplicar la manera en que las ciencias sociales quedaron institu-

    cionalizadas en el marco del proyecto de la modernidad.14

    En losdos desafos asumidos por Castro-Gmez se trata de ver como lafilosofa y las ciencias sociales latinoamericanas se relacionaron conel colonialismo y el eurocentrismo. Se trata de la configuracin deun modelo terico que rebase los paradigmas del discursomoderno. De tal modo que la empresa del filsofo colombiano sedirige hacia una reestructuracin terica que cristalice en unacrtica postiluminista, postcolonialista y postlatinoamericanista.

    Como socilogo y filsofo Castro-Gmez anhela mostrarnosque la tradicin filosfica y de las ciencias sociales latinoamerica-nas se inscribieron, en su objetivo de independencia y liberacin,dentro de una concepcin tpicamente moderna. De all su com-plicidad, a pesar suyo, con el colonialismo y el eurocentrismo, queen su cariz latinoamericanista devinieron marginacin de las dife-rencias al interior de las naciones latinoamericanas. Hay pues dos

    vertientes que constituyen la crtica postlatinoamericanista deCastro-Gmez: una que busca la reestructuracin de las ciencias

    sociales y otra la de la filosofa latinoamericana.En este captulo me enfocar en la vertiente filosfica. Vere-

    mos en qu consiste la crtica postlatinoamericanista dirigida ados de los filsofos latinoamericanos ms representativos dentrodel registro de unafilosofa latinoamericana de la historiao, en su caso,de una Teora crtica del pensamiento latinoamericano. Me refiero a Leo-poldo Zea y Arturo Andrs Roig. Mi objetivo es ver de qumanera Castro-Gmez lee a estos autores utilizando su tipifica-

    cin del discurso moderno. Ms que todo es una revisin que me

    14 Ibdem, p. XXI.

  • 7/31/2019 De crisis y paradojas. Aproximaciones y crticas al postlatinoamericanismo de Santiago Castro-Gmez, de Fernand

    24/117

    23

    llevar a comprender lo que entiende nuestro filsofo por discursomoderno y discurso postilustrado. Como un primer paso abordar la

    interpretacin que hace Castro-Gmez del pensamiento de Zea.Pero antes es necesario exponer aqu lo que considero es la cate-gora central en la que se basa Castro-Gmez y que le permitemovilizarse al interior de los discursos que critica.

    La nocin que Castro-Gmez retoma de Foucault es una ope-racin del pensamiento que funciona bajo el llamado duplicadoemprico-trascendental. Es adems la configuracin esencial de larazn moderna y de la razn latinoamericana puesto que sta la repro-

    duce y est constituida por ella. En su Tesis de Maestra15

    dondemejor articula su crtica a la filosofa latinoamericana Castro-Gmez, despus de describir las epistemes renacentistay clsicadeFoucault, seala que la episteme modernavendra a inaugurar

    la paradoja en la que se mover todo el saber de la modernidad: elhombre es concebido como un duplicado emprico-trascendentalque organiza las reglas del juego en las que l mismo participa. Lascondiciones de posibilidad del conocimiento verdadero son, al

    mismo tiempo, la verdad que debe ser conocida para que hayaconocimiento.16

    Dentro de la formacin discursiva de la episteme moderna yano es posible fundamentar el conocimiento en un trascendentalobjetivo, vale decir, fuera de la subjetividad. Ahora es necesariopartir de una empiricidad que se substraiga a la representacin.Como la crtica kantiana mostr que no podemos conocer sinomediante representaciones, toda empiricidad deviene representa-cin al mismo tiempo en que pide ser fundamentada en otraempiricidad pretendida que a su vez es otra representacin. Alfinal tal empiricidad es lo impensado, suerte de noumeno kantianointroyectado como fondo en la subjetividad al cual no podemostener acceso y al que Castro-Gmez enuncia como fundamento-infundamentado. Esto nos lleva a una serie de paradojas que la cr-tica kantiana intent resolver a travs del reino de los finesentendido

    15 CASTRO-GMEZ, Santiago, Filosofa de los calibanes, Tesis de Maestra, Facultadde Filosofa y Letras-Universidad de Tubinga, Tubinga, 1996.16 Ibdem, pp. 46-47.

  • 7/31/2019 De crisis y paradojas. Aproximaciones y crticas al postlatinoamericanismo de Santiago Castro-Gmez, de Fernand

    25/117

    24

    como posibilitaciones que se necesitan para actuar moralmente.La paradoja se traslada al plano de la filosofa de la historia

    cuando la historicidad de lo impensado nos dice Castro-Gmez, posibilidad de todo pensamiento, se convierte simultneamenteen aquello que debe ser pensado para que la historia pueda ser

    verdadera.17 La solucin kantiana produce que lo impensado[] debe convertirse en objeto de saber tan pronto como nosmovemos hacia el plano de la razn prctica.18 La resolucinque Hegel procura proponer en un movimiento de sntesis quesupere la paradoja del dualismo kantiano, segn Castro-Gmez,

    acenta todava ms las aporas de la episteme moderna. Pues sibien el recurso hegeliano a la dialctica pretende afirmar y rescatarla empiricidad del hombre al mostrar que ste es producto de unlargo proceso natural e histrico, coloca paradjicamente a la con-ciencia como fuente de esos mismos procesos.19

    As, la tesis principal del filsofo colombiano ser que el du-plicado emprico-trascendental, configuracin esencial del

    pensamiento moderno, es reproducido tanto por Zea como porRoig al canibalizar el discurso de Prspero y al creer que con ellose recuperara la historicidad de Amrica.

    Para Castro-Gmez la filosofa de Zea retoma una serie depresupuestos hegelianos articulados de forma creadora con lateora de las circunstancias de Ortega y Gasset. El circunstancia-lismo orteguiano transmitido por el magisterio de Jos Gaos seinscriba dentro de las crticas que se haban levantado en Europa

    en contra de la modernidad occidental y, ms exactamente, encontra de una concepcin de la razn en donde se presentaba asta como ahistrica y eterna. La razn al ser colocada por Ortegaen circunstancias especficas, que a la vez sitan y van constitu-yendo al sujeto, deja de ser mitificada y se le devuelve a su lugaren la historia. Historia que es en ltima instancia el vrselas con elmundo, la confrontacin del sujeto con sus circunstancias, nece-sidades y deseos. Son las ideas consecuencias que se configuran

    17 Ibdem, p. 48.18 Ibdem, p. 49.19 Ibdem, p. 50.

  • 7/31/2019 De crisis y paradojas. Aproximaciones y crticas al postlatinoamericanismo de Santiago Castro-Gmez, de Fernand

    26/117

    25

    en la relacin sujeto-circunstancia. Por ello, la razn siempre esinevitablemente histrica y en la medida en que busca la solucin

    de problemas vitales es tambin razn prctica. En opinin deCastro-Gmez, la necesidad de resolver los problemas vitales ehistricos que se le presentan al sujeto en la confrontacin consus circunstancias hizo que Ortega se planteara la posibilidad deconstruir un proyecto que resolviera dichas problemticas para norepetir los errores cometidos y, as, llegar a una comprensin msexacta del presente y del futuro. En consecuencia, la concepcinorteguiana de la historia se constituy a partir de la relacin di-

    nmica entre el sujeto y su mundo, hizo posible comprender eldespliegue de la historia gracias a la elaboracin de proyectos queen su finalidad de resolver los problemas vitales construyen ideasy a su vez son construidos por ellas. Este movimiento dialctico,sigue diciendo Castro-Gmez, configura las llamadas creenciasfundamentales que no son otra cosa que ideas. Debido a su fun-cionalidad pasada las ideas se han ido cristalizando en la historiasirviendo al sujeto para la solucin de sus problemas. La reelabo-racin y seleccin de estas ideas que funcionaron en un pasado yque pueden refuncionalizarse en un presente cara a futuro lleva aOrtega desde el punto de vista de Castro-Gmez a la postula-cin de su teora de las generaciones. De acuerdo con ella, ungrupo de intelectuales se encargaran de redefinir y dar sentido aaquellas ideas que vendran a reconstituir el devenir histrico.

    La recepcin de las ideas de Ortega hecha por Gaos desem-bocar en el programa de investigacin que se conocer bajo elnombre de Historia de las ideas y que ser proseguido por Zea.

    Para Castro-Gmez

    lo que ms atrajo a Zea, Ramos, Roig, Ardao y tanto otros, fue ladesmitificacin hecha por los dos filsofos espaoles del pensa-miento europeo, al ligarlo a circunstancias concretas. La filosofaapareca como un saber histrico y no como producto de una ra-zn pura que trasciende las coordenadas del tiempo y el espacio,lo cual permita la superacin del servilismo acrtico que los filso-

  • 7/31/2019 De crisis y paradojas. Aproximaciones y crticas al postlatinoamericanismo de Santiago Castro-Gmez, de Fernand

    27/117

    26

    fos latinoamericanos haban guardado tradicionalmente frente alpensamiento europeo.20

    Tal recepcin fue perfilndose hacia la postulacin de un pen-samiento latinoamericano cuya peculiaridad era posible desde elmomento mismo de ser una respuesta a circunstancias especfi-cas, esto es, latinoamericanas. En efecto, Gaos lleg a decir que larealidad histrica determinaba la forma y contenido de todo filo-sofar. La propuesta de Gaos se planteaba el abordaje de nuestramanera de vrnosla con el mundo. Se trataba de determinar elmodo en que los pensadores latinoamericanos haban solucio-nado sus problemas en ciertas circunstancias y de averiguar el porqu algunas ideas se haban implantado en nuestra historia lati-noamericana, incluso hasta convertirse en creencias fundamentales,mientras que otras no. Como en Ortega ya exista esta recuperacindel pasado para la salvacin de las circunstancias presentes y parala elaboracin de un proyecto futuro, no fue difcil llegar al paso dela historia de las ideas a una filosofa de la historia. Un paso decisivoque no dara Gaos sino uno de sus discpulos: Leopoldo Zea. Una

    filosofa de la historia que articular nos dice Castro-Gmez lasfiguras de circunstancia ygeneracin, a una visin hegeliana de lahistoria que llevar a Zea a delinear su proyecto asuntivo.

    En opinin de Castro-Gmez habra al menos tres elementosque Zea retom de Ortega y de su maestro Gaos: 1) la creenciaen que los discursos tienen su origen en las intenciones de unsujeto cognoscente, 2) La tesis de que la historia se articulacomo un proceso continuo, dotado de una lgica inmanente a las

    relaciones sujeto-circunstancia, y que es, por tanto, susceptible deser reconstruido a travs del pensamiento, 3) La postulacin delsaber historiogrfico como un instrumento de auto-percepcin.21

    Para tipificar la filosofa de la historia de Zea como un relatomoderno, Castro-Gmez recurre a Foucault, quin a travs de sudescripcin de la episteme moderna le da las bases de su argu-mentacin. Bajo el registro filosofa de la historia se entiende laelaboracin de un discurso en donde un despliegue omnicom-

    20 CASTRO-GMEZ, Crtica, 1996, p. 150.21 Ibdem, p. 105.

  • 7/31/2019 De crisis y paradojas. Aproximaciones y crticas al postlatinoamericanismo de Santiago Castro-Gmez, de Fernand

    28/117

    27

    prensivo y armnico pretende abarcar todo aquello que seoponga y se salga de su homogeneidad. El flujo de la conciencia

    del sujeto queda as auto-representado en el devenir histrico.Para Castro-Gmez la filosofa de la historia vendra a ser msbien un mito en donde se suprimen las diferencias en aras de unsentido mayor de nuestras vidas y de la humanidad. Los criteriosen los cuales se basa el filsofo colombiano para considerar eldiscurso de Zea como tpicamente moderno son los mismos enlos que se basa Foucault para describir la red arqueolgica delsaber llamada episteme moderna. Nos dice Castro-Gmez que en la

    filosofa de Zea existe una lgica de la historia, un sujeto trascen-dental, unos ideales a priori, unas objetivaciones de la conciencia, yunos intelectuales crticos que descubren el secreto de lo nues-tro.22 Desde este punto de vista, la filosofa de Zea devela elsupuesto devenir y despliegue de la conciencia de un pretendidosujeto americano que despus de una yuxtaposicin de proyec-tos que no lograron la asimilacin y de una serie de tomas deconciencia todava muy limitadas se prepara para el proceso deaufhebunghegeliano, es decir, para el proyecto asuntivo por el cual seasimilar el pasado reconociendo la realidad propia, para as asu-mir el presente y perfilarse hacia la liberacin futura. Lo que en elfondo Castro-Gmez le critica al filsofo mexicano es el conside-rar a la realidad histrica como una proyeccin de la concienciasubjetiva que en su ansia de reconciliacin con el mundo y, en elcaso latinoamericano, en su ansia de darle un sentido universal ala historia de Amrica confunde constantemente realidad y pen-samiento (duplicado emprico-trascendental).

    En contraposicin a la filosofa de la historia se levanta el an-lisis histrico-genealgico que ngel Rama presenta en su libroLa ciudad letrada.

    23 Este se presenta como un ejemplo netamentefoucaultiano que logra mostrar cmo los proyectos sealados porZea pueden ser explicados desde una ptica que no busca en-contrar el sentido ltimo de la historia, ni orientar a una concienciaen su marcha hacia la liberacin. Segn nuestro filsofo, lejos de caeren mistificaciones, Rama nos indica que los proyectos yuxtapuestos

    22 Ibdem, p. 119.23 RAMA, ngel, La ciudad letrada, Fiar, Montevideo, 1984.

  • 7/31/2019 De crisis y paradojas. Aproximaciones y crticas al postlatinoamericanismo de Santiago Castro-Gmez, de Fernand

    29/117

    28

    de Zea se debieron a la necesidad de construir una legitimacinque justificara los intereses polticos de las elites latinoamericanas.

    Desde la interpretacin de Rama nos dice Castro-Gmez- queda,entonces, mal parada la idea de una conciencia latinoamericanalibre de rapias, los disfraces y las astucias del poder. Pues lo que elpensador uruguayo muestra es, justamente, que el conocimiento delo propio ha estado ligado siempre a la pasin de los letrados, asus odios recprocos, sus discusiones fanticas y sus ambicionespolticas.24

    As se explican los discursos latinoamericanistas como unaconstruccin que emerge dentro de un espacio que est confor-mado por relaciones de fuerza, intereses y luchas de poder quepueden contextualizarse dentro de la conformacin de los popu-lismos latinoamericanos,25 insertos en la llamada economainterna o sustitucin de importaciones. El sujeto y el discurso seconfiguran dentro de este espacio de emergencia. De este modo,para Castro-Gmez la necesidad de una reconstruccin de la

    historia de la filosofa latinoamericana se patentiza y debe serconcretizada en un anlisis genealgico que en consonancia con elanlisis de Rama debe buscar ms que continuidades y explica-ciones omnicomprensivas discontinuidades, fisuras, hibridacionesque hagan posible la emergencia de las diversas oralidades de lahistoria efectiva latinoamericana, porque en ellas se ver la insufi-ciencia de los discursos letrados, as como la manipulacin delpoder de la letra. As, pues, la reproduccin del discurso modernollevada a cabo por Zea se patentiza a la hora en que el filsofomexicano recurre al registrofilosofa de la historiay con l no slo se

    24 CASTRO-GMEZ, Crtica, 1996, p. 116.25 Las figuras del populismo: pueblo, nacin (Cullen, Dussel); lo telrico(Martnez Estrada), lo indgena-telrico, todas ellas son identidades omni-comprensivas o figuras de lo propio que se condensan en los discursos de laidentidad latinoamericana. Castro-Gmez ubica los populismos como etapaposterior a la construccin de las naciones latinoamericanas. En este rubro nos

    advierte sobre la conexin tan estrecha entre poltica y filosofa en AmricaLatina, lo que provoca que no haya un desarrollo interno de los paradigmastericos cindonos a una suerte de inmediatismo poltico que vivimos al menosdesde el siglo XIX. Vase el captulo tres. Ibdem, pp. 67-84.

  • 7/31/2019 De crisis y paradojas. Aproximaciones y crticas al postlatinoamericanismo de Santiago Castro-Gmez, de Fernand

    30/117

    29

    apropia del modelo hegeliano, sino tambin de las patologas de lamodernidad, esto es, de los mecanismos de exclusin ya conteni-

    dos en el duplicado emprico-trascendental y sus efectos paradojales.Por otro lado, Castro-Gmez tambin nos ha indicado quecomo continuador de la tentativa de Ortega y Gaos, Zea se ins-cribe en la tradicin de la crtica filosfica de la modernidadeuropea y, mediante una latinoamericanizacin de los contenidoshumansticos occidentales, articula una crtica que lejos de salir dellenguaje filosfico moderno lo reproduce aunque proveyndolode diferentes problemticas. Qu ocurrira si el colonialismo, la

    racionalizacin, el autoritarismo, la tecnificacin de la vida coti-diana, en suma, todos los elementos deshumanizantes de lamodernidad, estuviesen relacionados directamente con los idealeshumanistas?26 se pregunta Castro-Gmez.

    En suma, el pensamiento historicista y hegeliano de Zea espara Castro-Gmez un metarrelato moderno y esto significa queno slo hereda los presupuestos filosficos del humanismo euro-peo y colonialista, sino que junto a los ms nobles ideales de lamodernidad, sin quererlo, asume tambin sus mecanismos deexclusin ocultos en su discurso. Los argumentos que presenta afavor de esta tesis como hemos visto son los siguientes:

    1. Zea acepta los presupuestos de la filosofa de la historiahegeliana al explicar la historia de Amrica a partir del desplieguede la conciencia americana hacia la liberacin y universalizacincompleta. Se puede constatar tal interpretacin en sus libros His-toria del pensamiento hispanoamericano, Filosofa de la historia americanayDialctica de la conciencia americana. En ellos Zea presenta la historia

    americana como si siguiera un hilo conductor que, aunque bajouna dinmica dialctica, se dirige en ltima instancia de maneralineal y progresiva, lo cual supone que existe una lgica inma-nente a la historia y por ello, a la realidad por muy concreta questa sea. Pues bien, segn Castro-Gmez, este modo de concebirla historia es una caracterstica del pensamiento moderno comoya lo ha mostrado la tradicin filosfica occidental desde Nietzs-che hasta Foucault.

    26 Ibdem, p. 114.

  • 7/31/2019 De crisis y paradojas. Aproximaciones y crticas al postlatinoamericanismo de Santiago Castro-Gmez, de Fernand

    31/117

    30

    2. La conciencia americana que se despliega constituyendo lahistoria misma y su devenir es la de un sujeto que puede ser iden-

    tificado en su especificidad. Este sujeto es colectivo. En unprimer momento son los criollos, despus los liberales y conser-vadores, en seguida aquellos que tomaron como suyo el proyectoasuntivo. Es decir, la conciencia subjetiva que Zea objetiviza pre-sentndola como la conciencia americana es la de las elitesintelectuales y polticas que buscaban consolidar la construccinde los estado-nacionales latinoamericanos. De esta forma, Zeaapela a una conciencia trascendental que pierde de vista los pro-

    yectos de emancipacin que no se basaban en la letra sino en laoralidad. En otras palabras, Zea diluy las diferencias reducin-dolas a una conciencia de un sujeto educado27 que bajo las ideasoccidentales subsumi la diversidad en nombre de la legitimacinpoltica. En consecuencia, se concluye que el sujeto moderno ensu modalidad hegeliana y latinoamericana, sigue en una lgicacartesiana y kantiana, en el sentido de que se presenta como pro-

    visto de una esencia trascendental ahistrica que, sin embargo,hace la historia, la constituye.

    El estudio de la historia y su sentido es el nico que puede lle-varnos a la autntica liberacin en lo que toca a la filosofa de lahistoria de Zea ya que nos dice Castro-Gmez para el filsofomexicano solamente podemos asumir la realidad propia medianteel conocimiento derivado de la historia y slo podemos llegar aconocernos a nosotros mismos a travs de la asimilacin de nuestropasado y de su sentido. Esto ya implica una bsqueda de losorgenes, de la identidad y de una pretendida realidad propia

    que funja como fundamento-infundamentado en la obtencin dela liberacin y de la autntica universalidad y que, adems, fun-cione como principio de coherencia y unidad de los contenidoshistricos. En este sentido, Zea elabora su discurso desde el hori-zonte moderno que apela a los orgenes y a una identidad soterradaentre las discontinuidades y contingencias de la historia. Por lo

    27

    Este veredicto sobre la figura de los intelectuales es compartido por Roig aldistanciarse del circunstancialismo orteguiano. Vase ROIG, Arturo Andrs,Historia de las ideas, teora del discurso y pensamiento latinoamericano, Universidad SantoToms, Santa Fe de Bogot, 1993, p. 36.

  • 7/31/2019 De crisis y paradojas. Aproximaciones y crticas al postlatinoamericanismo de Santiago Castro-Gmez, de Fernand

    32/117

    31

    cual, el mtodo histrico y filosfico de Zea se cie al de lamodernidad segn la crtica que hace Foucault y que Castro-

    Gmez retoma.Pero la crtica de Castro-Gmez no se queda solamente enuna muestra de todo aquello que hace moderno el discurso de Zea.Si as fuera slo se tratara de una crtica ms a la modernidadtrasplantada a suelo latinoamericano; crtica, que el mismo Zea yaha realizado. Al concebir el colonialismo como un fenmeno noaditivo sino constitutivo de la modernidad, la crtica de Castro-Gmez nos dirige a considerar el discurso filosfico de Zea como

    preado de patologas, de mecanismos de exclusin que reproducenformas de marginacin y de legitimacin, aunque el propio Zeano se d cuenta de ello. El discurso ilustrado y colonialista se repite,slo que ahora las posiciones cambian, ya no se trata de legitimarel colonialismo europeo tanto en su vertiente hispano-lusitanacomo en la anglo-francesa, sino el nacionalismo latinoamericanorevestido de anticolonialismo al interior de las jvenes repblicaslatinoamericanas. Se trata de Calibn reproduciendo el lenguaje dePrspero y aplicando la dominacin de la cual alguna vez fue

    vctima. Nos dice Castro-Gmez:

    Al igual que en el drama de Shakespeare, donde el esclavo Calibnutiliza el lenguaje de su amo Prspero para maldecirle, los dos fil-sofos28 articulan su crtica en el mismo lenguaje filosfico de lamodernidad y concretamente, a travs del registro filosofa de lahistoria, para criticar a la modernidad misma y superar sus mani-festaciones patolgicas.29

    Posteriormente, lneas ms abajo, el filsofo colombiano sehace una pregunta que ya supone una interpretacin del lenguajede la modernidad: Qu pasara si las patologas de la moderni-dad se encontrasen vinculadas justamente a ese tipo de lenguaje?

    Aunque al decir vinculadas da la impresin de que Castro-Gmez considera a las patologas del discurso moderno comoyuxtapuestas a ste, nunca nos habla del tipo de vinculacin queexiste entre discurso moderno y patologas. No obstante, pode-

    28 Se refiere a Roig y a Zea.29 CASTRO-GMEZ, Crtica, 1996, p. 114.

  • 7/31/2019 De crisis y paradojas. Aproximaciones y crticas al postlatinoamericanismo de Santiago Castro-Gmez, de Fernand

    33/117

    32

    mos inferirlo de manera indirecta. Este tipo de vinculacin a laque hemos hecho referencia es el problema de fondo que hay en

    la crtica de Castro-Gmez. En los prximos captulos nos servirpara precisar sus diferencias con otros tericos postlatinoameri-canistas y para conformar nuestra crtica. Hay dos posiblesposturas respecto a este tipo de vinculacin:

    1. Una postura considerara las patologas del discurso mo-derno como no constitutivas de ste sino como consecuencias nodeseadas que hicieron desembocar a la modernidad en una seriede equvocos por la inevitable contingencia histrica (Habermas).

    2. Otra postura considerara a las patologas como constituti-vas del discurso humanista-moderno. Es decir, la modernidadtraera en s los mecanismos de exclusin que la hacen caerconstantemente en patologas (Lyotard y en general los postmodernos).

    En el primer caso, el discurso moderno es susceptible de sercambiado, pero no desde sus fundamentos sino en aquellos as-pectos externos que lo tergiversen y que no permitan suconsolidacin. En el segundo caso, habra que desmantelar eldiscurso moderno desde sus fundamentos. En este ltimo sen-tido, se levanta la crtica postmoderna en donde podemos ubicara Castro-Gmez junto con otros tericos postcoloniales. Sinduda, Castro-Gmez desarrollar su crtica sobre el supuesto deque el colonialismo constituy a la modernidad desde sus inicios.

    Aunque, como veremos en el tercer captulo, al considerar elestado de la cultura postmoderna dentro de los lmites modernosdel concepto de crisis, Castro-Gmez nos sugiere que hay un tipode razn, la postilustrada, que puede substraerse a esas patologas

    colonialistas, pero a mi parecer nunca logra diferenciar lo postilus-trado de la razn porque desde el inicio de su crtica no hizo unanlisis completo del funcionamiento de la razn moderna que-dndose, solamente, en una de sus aristas: la que describe suexpansin homogeneizante. En artculos posteriores habla ya deuna gramtica de la exclusin que vendra a constituir el lenguajemoderno. En el captulo seis de su libro Crtica de la razn latinoa-mericanaretoma la des-construccin derrideana, va Spivak, para

    mostrar cmo el pensamiento de Zea, en contraposicin conMignolo, reproduce las patologas de la Modernidad.

  • 7/31/2019 De crisis y paradojas. Aproximaciones y crticas al postlatinoamericanismo de Santiago Castro-Gmez, de Fernand

    34/117

    33

    2. La filosofa de la historia de Zea ante la crtica de Castro-Gmez

    La constatacin de un Zea abocado a la elaboracin de una His-toria de las ideas en Amrica Latina, dentro del programaestimulado y orientado por Jos Gaos, es fcil de percibir en susprimeros escritos. El paso decisivo hacia la construccin del sen-tido de esta Historia de la ideas se aprecia ya, como lo dijo muycerteramente Gaos, en la introduccin de su libro Dos etapas del

    pensamiento en hispanoamrica: del romanticismo al positivismo30 que

    posteriormente ser publicado y ampliado bajo el ttulo de El

    pensamiento latinoamericano31

    . Zea mismo ha hecho referencia enmltiples ocasiones a los requerimientos que algunos de sus cole-gas y maestros le haban hecho respecto a la realizacin de unafilosofa de la historia de las ideas. Sin embargo, en el prlogo desu libro Dialctica de la conciencia americana32 explica que el procesohacia una filosofa de la historia obedeca a una preocupacin quese enfocaba en desentraar el sentido de nuestra historia; nuestrahistoria como mexicanos, como latinoamericanos, como ameri-

    canos y como hombres sin ms.

    33

    Ser pues en su bsqueda deuna interpretacin de la historia americana y en su sentido comototalidad y como parte de la historia universal que desembocarinevitablemente en la filosofa de la historia. Dentro de esta nuevaetapa del pensamiento de Zea, como el mismo lo indica en elprlogo citado, destacan sus libros Amrica como conciencia,34Am-rica en la historia

    35 y su libro La filosofa americana como filosofa sinms,

    36 que vendra a ser una combinacin de su etapa de historia-

    dor de las ideas y de la de filsofo de la historia. Hay otros doslibros que valdra la pena mencionar aqu y que forman parte de

    30 ZEA, Leopoldo, Dos etapas del pensamiento en hispanoamrica; del romanticismo alpositivismo, El Colegio de Mxico, Mxico, 1949.31 ZEA, Leopoldo,El pensamiento latinoamericano, Ariel, Barcelona, 1965.32 ZEA, Leopoldo, Dialctica de la conciencia americana, Alianza Editorial Mexicana,Mxico, 1976.33 Ibdem, p. 10.34

    ZEA, Leopoldo,Amrica como conciencia, El Colegio de Mxico, Mxico, 1953.35 ZEA, Leopoldo,Amrica en la historia, El Colegio de Mxico, Mxico, 195736 ZEA, Leopoldo, La filosofa americana como filosofa sin ms, Siglo VeintiunoEditores, Mxico, 1975 [1969].

  • 7/31/2019 De crisis y paradojas. Aproximaciones y crticas al postlatinoamericanismo de Santiago Castro-Gmez, de Fernand

    35/117

    34

    la produccin filosfica del segundo Zea. Me refiero a su Filo-sofa de la historia americana

    37 y a su ltimo libro ms representativo

    Discurso desde la marginacin y la barbarie.38

    La carrera de Zea puedeverse, tal y como nos lo demuestra una y otra vez en sus libros,como una bsqueda de la sntesis o asuncin hegeliana. En estesentido, la crtica de Castro-Gmez no puede dejarse de lado.

    A pesar de que en su libro Dos etapas del pensamiento ya seperfilan de manera ms clara los elementos que conformarn sufilosofa de la historia, es en Amrica como conciencia donde co-mienza explcitamente su programa de investigacin como

    filsofo de la historia. En este libro, dentro del debate que ver-saba sobre la autenticidad de una filosofa americana, Zea seplantea la posibilidad de una filosofa ms amplia que asumacomo punto de partida nuestras circunstancias propias, nuestrapropia realidad manifestada en problemas propios, pero que seprolongue hacia una circunstancia ms amplia: la de la humani-dad. Su distancia frente a un servilismo filosfico que toma ellegado de la filosofa europea como criterio para considerar losaportes de la filosofa latinoamericana hace posible que Zea lleguea una interpretacin del sentido de la historia del pensamientolatinoamericano, sin caer en un regionalismo particularista. Elproblema de la imitacin y adaptacin en el pensamiento lati-noamericano patentiza el hecho de que los criterios universaleseuropeos son insuficientes para explicar tanto nuestra realidadcomo nuestro pensamiento. Se trata nada menos de que la uni-

    versalidad europea es insuficiente y limitada, aunque esto nosignifique el abandono a toda aspiracin de universalidad. Por el

    contrario, dicha universalidad deber ser retomada desde nuestrapropia realidad y a partir de una asimilacin que sintetice las tresdimensiones de lo histrico: el pasado, el presente y futuro, ade-ms de superar dialcticamente la situacin de dependencia quepadece Amrica Latina. Esto nos permitira, segn Zea, llegar a laconciencia histrica entendida no como el despliegue del Esprituhegeliano sino como el resultado de una confrontacin entre elsujeto concreto y sus circunstancias:

    37 ZEA, Leopoldo, Filosofa de la historia americana, FCE, Mxico, 1978.38 ZEA, Leopoldo, Discurso desde la marginacin y la barbarie, Anthropos, Barcelona, 1988.

  • 7/31/2019 De crisis y paradojas. Aproximaciones y crticas al postlatinoamericanismo de Santiago Castro-Gmez, de Fernand

    36/117

    35

    Todos los motivos que pueden mover a un individuo o a una nacincomo conjuntos de individuos, a enfrentarse a sus circunstancias

    para adaptarlas o adaptarse, se hacen patentes en esta historia. Estosmotivos pueden ser econmicos, polticos o religiosos. La concienciade esos motivos es lo que forma la conciencia histrica de un pueblo.39

    La toma de conciencia histrica nos dispara en su asimilacindel pasado a la comprensin histrica que queda expresada en elproyecto de Zea y que se denomina filosofa de la historia cuyoobjetivo es el de orientarnos en el presente y futuro. Comprensinhistricaque en palabras de Zea llega a ser la capacidad para colo-

    car un determinado hecho en el lugar preciso que le correspondeen el presente. En este caso, su lugar es el de una experienciarealizada que, por la misma razn, no tiene porque volver a reali-zarse.40 El colocar al que se refiere Zea, en las lneas siguientes,ya es una interpretacin que provee a la historia de cierto sentidoy que busca los motivos que suscitaron una determinada formade expresin histrica:

    Cuando se comprenden los motivos nos dice Zea por los cualesen una determinada poca se realizaron determinadas formas deexpresin histricas, se comprenden tambin los motivos por loscuales estas mismas formas no pueden repetirse en el presente,salvo negando la historia, esto es, la capacidad del hombre paraprogresar sirvindose de sus propias experiencias.41

    Mediante la comprensin de nuestro pasado a partir de nues-tro presente y de las posibilidades futuras en opinin del filsofo

    mexicano podemos tener un conocimiento ms exacto de nuestroser latinoamericano y de nuestro ser como hombres sin ms. Porello, Zea se plantea preguntas como: Qu es lo que hace que unmexicano o un argentino o cualquier otro hispanoamericano, seaadems de mexicano o argentino, un hispanoamericano?, Qutienen de comn los iberoamericanos con los norteamericanos?

    39 ZEA,Amrica, 1953, p. 14.40 Ibdem, p. 14.41 Ibdem.

  • 7/31/2019 De crisis y paradojas. Aproximaciones y crticas al postlatinoamericanismo de Santiago Castro-Gmez, de Fernand

    37/117

    36

    Qu tiene de comn la Amrica Ibera con Amrica Sajona?.42Preguntas que sern contestadas valindose del mtodo de la

    comprensin histrica que ya es, tal y como lo entiende Zea, unafilosofa de la historia puesto que se tratara de abstraer nos dicelneas ms abajo de la historia de las ideas, el pensamiento yfilosofa de cada uno de los pueblos americanos, el conjunto deideas, pensamientos y filosofas que les sean comunes. Este pro-ceso de abstraccin ya supone un sentido de la historia queabarque y que explique las diferentes expresiones del pensamientolatinoamericano. Desde esta perspectiva, las crticas que se levan-

    tarn en contra del proyecto de Zea vendrn tanto del lado de losfilsofos como del de los historiadores y se referirn a l como aun hbrido que no hace ni historia por su abstraccin ni filosofapor ser demasiado concreto. Por su parte, Zea asume sin tapujosla tradicin historicista europea de un Dilthey, Huizinga y Jaeguer,as como las de Marx y Mannheim, pero nunca se problematizasobre la realidad de la que pretende partir; como otros filsofoslatinoamericanos, supone que parte de la realidad misma almaterializar la dialctica hegeliana en el conflicto histrico. Noser que esta realidad no es ya una pieza ms del Sentido de lahistoria? no ser que Zea no advierte su cada en el duplicadoemprico-trascendental y nunca se da cuenta de los efectosparadjicos de su propio discurso?

    Respecto a la problemtica planteada en el segundo captulode su libro, Zea considera a las preguntas formuladas en su pro-yecto dentro de la temtica de una cultura americanaderivada nodel pensamiento de algunos pensadores sino de la realidad misma

    (apelacin a una empiricidad):

    Es la propia Amrica como entidad cultural la que plantea al pro-blema y reclama una solucin. Ya lneas antes haba dicho que Noes el pensador el que propone los temas, sino son los temas los quese imponen a nuestros pensadores.43

    De esta manera una filosofa de la historia es necesaria; noslo es una forma ms de explicar la realidad histrica de Am-

    42 Ibdem, p. 15.43 Ibdem, p. 19.

  • 7/31/2019 De crisis y paradojas. Aproximaciones y crticas al postlatinoamericanismo de Santiago Castro-Gmez, de Fernand

    38/117

    37

    rica. Sentadas las bases sobre las cuales se levantar su filosofa dela historia en el captulo V, Zea nos presenta las directrices de su

    interpretacin de la historia americana que desarrollar en suslibros posteriores. Sin embargo, Zea ignora la sentencia no hayhechos, hay interpretaciones. Es por esta razn que el filsofoitaliano Michele Pallotini le dice: Por que los sucesos, doctorZea, acuden al lenguaje que nosotros decidimos atribuirles, o queexigen, de ordinario los dems.44 Podramos decir que para Zealo que provoca el movimiento dialctico de la conciencia ameri-cana es el objetivo de alcanzar la toma de conciencia que se

    remarcar despus en elproyecto asuntivo y no los hechos concretoscomo l llega a creer. Zea explicar el despliegue histrico me-diante la confrontacin de Amrica con Europa y con su proyectocolonizador. El historicismo y existencialismo adoptados le per-mitirn matizar el trmino conciencia con un sentido concretoy aparentemente no abstracto, alejndose de Hegel en este sen-tido, pero el filsofo mexicano nunca desarrollar una heursticaque lo despoje radicalmente de la herencia hegeliana. La toma deconciencia nunca se da totalmente, siempre va acompaada deuna lucha dialctica constante: el hombre en su relacin con elotro quiere volver cosa a los dems, tal y como lo hace en elmundo no-humano, sin embargo, al intentarlo el otro reaccionahaciendo lo mismo, establecindose as una lucha en donde seconcede y no se concede humanidad al otro. De all la domina-cin y discriminacin al otro. As, entonces, en este regateo deidentidad surge la historia de los pueblos que han intentado serlos nicos representantes de la humanidad y de sus ideales y la de

    aquellos otros pueblos que han sido reducidos a la rbita de losprimeros. Regateo de humanidad que deber ser sustituido poruna toma de conciencia en donde lo humano no separa o distinguesino que establece semejanzas. Lo humano se da, precisamente,en la capacidad de comprensin que elimina toda esperanza, todadiferencia, haciendo posible la convivencia. El esencialismo deZea se expresa cuando afirma que

    44 PALLOTINI, Michele, Logos, barbarie y utopa, Universidad Autnoma de CiudadJurez, Mxico, 1995, p. 13.

  • 7/31/2019 De crisis y paradojas. Aproximaciones y crticas al postlatinoamericanismo de Santiago Castro-Gmez, de Fernand

    39/117

    38

    lo estrictamente humano va quedando en el fondo de esas falsas di-ferenciaciones como algo indefinible, como realidad autntica y

    plena. Realidad plena en accidentalidades, pero que por serlo, nopodr modificarla, sino accidentalmente, esto es, sin tocar ni alterarsu verdadera esencia.45

    Para Zea la cultura occidental en su relacin con los otros hareificado a las dems culturas considerndolas brbaras. Estetema ser retomado en su ltimo libro ms importante de 1988sin cambios sustanciales. Es en este contexto sobre el cual tomasentido la historia americana, slo que ahora Zea nos dice que la

    crisis europea de postguerra ha hecho posible que el europeo sed cuenta de que su humanidad y su universalidad no es la nicahumanidad ni la nica universalidad, ya que ambas se fundamentanen la exclusin de otras posibles humanidades y universalidades.

    Aunque seala lo circunstancial de toda forma de vida, Zea nocae en un relativismo sino que considera que los puntos de vistadel hombre en sus diversas circunstancias pueden formar, en sutotalidad, puntos de vista ms generales, ms universales.46

    La filosofa de la historia de Zea traza as sus fundamentos enel despliegue de la toma de conciencia por parte de un sujeto ameri-cano en su bsqueda de la autenticidad no slo de lo americano,sino de lo humano entendido como expresin concreta. Todoesto en funcin de situarnos ante los dems pueblos remarcandonuestras semejanzas. Se trata pues de explicar nuestro puesto enla historia, lo cual matiza y suaviza el esencialismo que Zea habaplanteado anteriormente:

    No se trata tanto de saber qu sea lo americano en s mismo, sinosaber, desde el punto de vista de lo humano qu es lo que estasrealidades circunstanciales, a que se hace referencia significandentro de esa realidad que llamamos humanidad.47

    La historia de Amrica es una lucha por el reconocimiento delamericano en la Historia y una serie de tomas de conciencia que

    45 ZEA,Amrica, 1953, p. 61.46 Ibdem, p. 6247 Ibdem, p. 63

  • 7/31/2019 De crisis y paradojas. Aproximaciones y crticas al postlatinoamericanismo de Santiago Castro-Gmez, de Fernand

    40/117

    39

    van hacia la conciencia de la humanidad del americano. En lasltimas pginas del libro de Zea se seala la necesidad de crear

    una unidad de la historia americana, que exponga la accidentali-dad de las diferencias y que patentice la semejanza que nos hace atodos humanos.

    En este primer paso hacia la articulacin de una filosofa de lahistoria, Zea incorpora los temas tratados en sus tempranas obrashistoriogrficas, as como toda esa problemtica que versaba so-bre el ser del mexicano y sobre la autenticidad y posibilidad deuna filosofa latinoamericana. Se advierte que entrando la dcada

    de los cincuenta el filsofo mexicano va concentrando las diver-sas directrices temticas, que haba abordado anteriormente, enun discurso que les suministra, como dira Castro-Gmez, unsentido omnicomprensivo de la historia. Sin embargo, ya en su librode 1949, Zea nos muestra la manera en que retom la filosofa dela historia hegeliana para entrelazarla con el historicismo orte-guiano y as articular una filosofa de la historia propia. Elprincipio hegeliano que considera a la historia provista y consti-tuida por un movimiento dialctico que en su despliegue asimilael pasado mediante la negacin y conservacin del mismo, esadoptado e incorporado a la interpretacin de la historia ameri-cana. A la hora de aplicar este principio para delinear el sentidode Amrica, Zea no slo acepta el esquema dialctico de Hegelsino tambin sus condiciones respecto a las posibilidades de quenuestro continente sea insertado en la Historia:

    De acuerdo con Hegel nos dice Zea Amrica tendr historia,

    existir, cuando sea capaz de entrar en ese movimiento dialcticomediante el cual se desarrolla el espritu; esto es, cuando sea capazde negar un pasado que ya no le es propio; pero mediante una ne-gacin dialctica, esto es, mediante un acto de asimilacin. Dentrode una lgica dialctica negar no significa eliminar sino asimilar,esto es, conservar.48

    Pero en esta cita, Zea slo seala lo que Hegel piensa que ten-dra que hacer Amrica para entrar plenamente en la Historia. La

    condicin es que Amrica realice tal asimilacin de su pasado, de

    48 ZEA,Etapas, 1949, pp. 15-16.

  • 7/31/2019 De crisis y paradojas. Aproximaciones y crticas al postlatinoamericanismo de Santiago Castro-Gmez, de Fernand

    41/117

    40

    lo contrario Amrica continuar siendo un continente sin histo-ria dice ms abajo. Posteriormente Zea asumir plenamente

    esta visin hegeliana al considerar que en Amrica no hemosllegado a practicar una Aufhebung esta historia no es an unahistoria de negaciones. An no la hemos asimilado.49 Vale decirque para Zea como para el filsofo alemn, en Amrica todavano se ha llegado en su sentido estricto a la conciliacin del pasadocon el presente. Por ello, para Zea no hemos podido superardialcticamente nuestro pasado y, en consecuencia, no hemospodido solucionar el problema de la dependencia e independencia

    del hispanoamericano: En vez de tratar de resolver nuestrosproblemas por el camino dialctico, los hispanoamericanos nohemos hecho otra cosa que acumularlos.50 De tal manera que lafilosofa de la historia propuesta por Zea ser el relato de todosesos problemas acumulados que poco despus se referir a ellosllamndolos yuxtaposiciones. La dialctica hegeliana se concre-tiza y objetiviza en la historia a travs de las oposiciones pasadoy presente que debern ser subsumidas y sintetizadas para ashacer posible el advenimiento de un futuro anhelado.

    As, pues, las tres dimensiones de lo histrico pasado, pre-sente y futuro, dentro del circunstancialismo orteguianoadquirirn un sentido omnicomprensivo al ser enmarcadas en unalgica dialctica de corte hegeliano. Esto no slo le servir a Zeapara explicar el devenir histrico de Amrica sino tambin paraexplicar y solucionar problemas como el de la autenticidad de lafilosofa latinoamericana y el del ser del mexicano. En ltimainstancia todo lo que padecemos los latinoamericanos es porque

    no hemos sido capaces, segn Zea, de asimilar dialcticamentenuestro pasado. Dos consecuencias de este hecho son: 1) la nega-cin de nuestra propia realidad, lo que supone el rescate de unmbito vital y fundamental, 2) nuestra dependencia cultural. Deeste modo, sobre el reproche hegeliano, Zea iniciar la construc-cin de una filosofa de la historia que relata el paso de laconciencia hispanoamericana cada vez ms prxima a la asimila-cin. De la independencia poltica a la emancipacin mental y de

    49 Ibdem, p. 52.50 Ibdem, p. 18.

  • 7/31/2019 De crisis y paradojas. Aproximaciones y crticas al postlatinoamericanismo de Santiago Castro-Gmez, de Fernand

    42/117

    41

    esta ltima al proyecto asuntivo, hay toda una serie de tomas deconciencia que se dirigen hacia la liberacin. Es en la introduc-

    cin del libro Dos etapas del pensamiento hispanoamericano en donde semuestran los elementos y principios que constituirn la filosofade la historia de Leopoldo Zea, as lo percibi su maestro JosGaos cuando escribi:

    []es distintivo de este su libro [] el dominio a que ha llegadoen la composicin, incluyendo su rico material en cuadros a la veztan ordenados y dinmicos que permiten apresar el vasto y diversificadoproceso histrico51 que es su tema como una marcha dotada de un sen-tido unitario, que es decir tambin de una significacin instructiva. Sieste ha podido encuadrar como lo hace su material, es porque lo vedesde la altura de una nueva filosofa de la historia de Hispanoamricaque seadelanta muy explcitamente en la Introduccin y que es pruebaexcelente del cambio y la etapa montados [] El sentido unitario yla significacin instructiva del proceso histrico que es el tema desu libro seran lo ms valioso de ste, si no lo fuera lo que los haceposible, la nueva filosofa a que acabo de aludir. Este su libro deusted quedara prendido, inestablemente, de su introduccin, si us-

    ted, suficientemente preparado y maduro, no precediese a desarrollarla interpretacin filosfico-histrica adelantada en ella52

    El sentido unitario y la significacin instructiva del procesohistrico tan valorizados por Gaos sern vistos, tanto por losestudiosos norteamericanos de la historia intelectual53 como por lacrtica postlatinoamericanista ms reciente de Castro-Gmez, comolos portadores de una falta de rigurosidad en el caso de los primeros

    o como los equvocos que configuran una serie de mecanismosde exclusin montados sobre un totalitarismo omnicomprensivode la historia y sobre los efectos paradojales del duplicado empricotrascendental, en el caso del filsofo colombiano. A pesar de la

    51 Las cursivas son mas y todas las dems que estn en la cita.52 GAOS, Jos, Carta abierta a Leopoldo Zea, Cuadernos Americanos, enero-febrero, 1950.53 La crtica a Zea desde esta tradicin puede constatarse en los artculos de

    HALE, Charles A., Sustancia y mtodo en el pensamiento de Leopoldo Zea,Historia Mexicana, nm. 78, octubre-diciembre, 1970, pp. 285-304; y el de RAAT,William, Ideas e historia en Mxico, un ensayo sobre metodologa, Latinoam-rica, Anuario de Estudios Latinoamericanos, nm. 3, 1970, pp. 175-188.

  • 7/31/2019 De crisis y paradojas. Aproximaciones y crticas al postlatinoamericanismo de Santiago Castro-Gmez, de Fernand

    43/117

    42

    crtica de los primeros, las ideas vertidas en la introduccin de sulibro Dos etapas sern ampliadas y continuadas en libros

    posteriores matizando algunos aspectos especficos y agregandoenfoques mucho ms ambiciosos. Aunque se indique en los librosde Zea el hecho de partir de un espacio vital marcado por elconflicto histrico, ste siempre adquiere sentido dentro deldespliegue de la conciencia hegeliana. Las ideas no son merasexpresiones de una realidad conflictiva son tambin formas yredes que constituyen su real y ste pasa por realidad concreta.Nunca se parte efectivamente de una realidad independiente de

    una idealidad. No hay pues una realidad, por muy concreta quesea, separada de su enunciacin. Una suerte de objetivismometodolgico propio del pensamiento moderno suele hacer estaseparacin que veremos despus que es una forma de mostracinde la esencia.

    Por otra parte, la teleologa Zesta de un lado acta como me-diacin hacia lo real y, de otro lado, propugna una suerte desntesis utpica que est ms all de la toma de conciencia y de larecuperacin del pasado y que, adems, subsume las diferenciasde otras culturas al interior del prototipo de la cultura mestiza.Quien mejor, a mi parecer, ha expresado la utopa moderna delproyecto asuntivo propuesto por Zea ha sido Pallotini: Quizsea necesario renunciar a la tarea didctica del filsofo y hundirseen la amplitud de la filologa para despus comprender que laSntesis es ella misma proceso utpico porque no se cumple du-rante su ejecucin.54 La filosofa de la historia de Zea no des-construye el trmino concienciasino que lo utiliza para recuperar lo

    concreto, pero despus, pretende fundamentarlo en lo concretomismo anteriormente ya conceptualizado y atrapado por el des-pliegue de la conciencia. Un crculo vicioso desde donde la raznmoderna se amplifica para acoplarse a su real resignificado. Enesto consiste lo paradojal como fundamento-infundamentado, delcual, el mismo Castro-Gmez, desde un optimismo reinstaura-cionista, no lograr substraerse.

    Ser en Dialctica de la conciencia americanaen donde Zea, de manera

    muy clara, retoma y prolonga la filosofa de la historia hegeliana,

    54 PALLOTINI, Logos, 1995, p. 74.

  • 7/31/2019 De crisis y paradojas. Aproximaciones y crticas al postlatinoamericanismo de Santiago Castro-Gmez, de Fernand

    44/117

    43

    adems de proveerle ejemplos concretos dentro de situaciones ycircunstancias de la realidad conflictiva que define a la historia.

    Para Hegel el Espritu en su despliegue constituye la historia ytoma conciencia de su libertad.55 Esta se realiza al encarnarse en

    Asia en donde todava es muy limitada pasando por Grecia y lospueblos cristianos hasta llegar a su plena realizacin: laRevolucin Francesa.56 El recorrido del espritu y su concienciaes posible gracias a una lucha dialctica que tiende a la asimilacinde los contrarios. De esta manera, basado en las apreciacioneshegelianas sobre el futuro de Amrica Zea contina el trayecto

    del Espritu en su lucha por la libertad. Para el filsofo mexicanoEuropa y E.U, aunque sean expresiones de la conciencia del Esp-ritu en su despliegue, todava se consideran conciencias limitadasdebido a que no han podido resolver la exclusin de otrospueblos a propsito de su propia libertad. As, pues, Europa yE.U son para Zea todava meras estaciones del Espritu en supaso hacia la libertad plena. Aqu, Zea sienta las bases paraconsiderar que Amrica, en su lucha concreta y tambin dialcticaentre lo sajn y lo latino, podr ser y est llamada a serlo larealizacin plena de la libertad, mediante una universalizacin delas ideas de la ilustracin resignificadas desde la realidad propia deLatinoamrica. Es desde este punto de vista que la Amricalatina, ayer y hoy, y los pases coloniales en nuestros das, conti-nan dando los pasos que antes dieron los pueblos del llamadomundo occidental.57

    En Filosofa de la historia americanaZea no hace modificacionessustanciosas, es una cuestin muy peculiar en el mexicano: su

    filosofa no cambia, slo busca ejemplos concretos que iluminensu discurso omnicomprensivo de la historia, en este libro vuelve aresurgir un tratamiento muy reducido a lo que se entiende porrealidad propia: Asimilar, no destruir. Asimilar, una funcin

    55 HEGEL, Georg W. F., Fenomenologa del Espritu, FCE, Mxico, 1985, pp. 22 y ss.56 HEGEL, Georg W. F., Lecciones sobre la filosofa de la historia universal, Alianza,Madrid, 1953, pp. 127 y ss.57

    ZEA, Dialctica, 1976, p. 49. Vase tambin la introduccin del libro en dondese dice: Latinoamrica [] tiene ya una conciencia ms amplia de la libertad.Una idea que trasciende la que tienen quienes se consideran sus exclusivosdetentadores, p. 20.

  • 7/31/2019 De crisis y paradojas. Aproximaciones y crticas al postlatinoamericanismo de Santiago Castro-Gmez, de Fernand

    45/117

    44

    que ha de ser realizada por la propia realidad. Una realidad que hade alimentarse de otras realidades, pero sin destruirse a s misma

    en estos intentos.58

    Me resulta difcil entender lo que significauna realidad que no debe destruirse a s misma. Desde luegoZea supone que hay una realidad propia en medio de discursosimitativos y extranjerizantes. En esa realidad ocluida deber fun-damentarse el discurso autntico. Desprovisto de una heursticaapropiada Zea no puede responder de modo convincente a lapregunta: la situacin de dependencia es propia de un pueblo?

    Aqu surge un grave problema: las circunstancias de esclavitud y

    dependencia son propias de un pueblo o son impuestas? El adjetivopropia o propio ya incluye al sujeto que vive la circunstanciao que est en ella. Cuando dice Zea realidad propia se refiere auna serie de situaciones que rodean y que constituyen al sujetolatinoamericano. El sujeto debe aceptar esa realidad propia queconstituye su historia. Si el ser del sujeto es histrico, entonces,esas circunstancias que hacen su realidad fueron configuracionesde otros sujetos que a su vez fueron configurados por ellas,entrando as a una dinmica dialctica. Cuando al sujeto se lepresenta un problema, significa que ese problema surgi en unacircunstancia propia, puesto que si surgiera de una circunstanciaajena al sujeto no sera un problema para el sujeto, o bien, seraun pseudoproblema producto de la enajenacin. Pero cmopodemos saberlo? En este sentido un sujeto extranjerizante partede una realidad propia ya que padece y lo constituye un problemapropio de su circunstancia. La cuestin aqu no radica en algo quepodamos llamar realidad propia y que podamos partir de l

    para fundamentar un determinado discurso. La realidad propiaantes de constituirse como tal ya es tambin interpretacin delsujeto que la padece. Hay pues una realidad efectivaque ya est all yno puede ser cambiada por el sujeto y que podemos llamarpropia en el sentido de que est all. Por otro lado, el acceso aesa realidad efectiva est mediado por la interpretacin, es decir,por el acto del sujeto, por la voluntad del sujeto y sus intereses.Desde esta perspectiva, Zea parte de una realidad propia en

    tanto realidad efectiva, pero todo sujeto, y por tanto, todo discurso,

    58 ZEA, Filosofa, 1978, p. 277.

  • 7/31/2019 De crisis y paradojas. Aproximaciones y crticas al postlatinoamericanismo de Santiago Castro-Gmez, de Fernand

    46/117

    45

    parte de esta realidad efectiva inevitablemente. Sin emba