Entra la cuchara en la boca permitiendote oler toda la casa por dentro.

Se han tapado con todas las montañas, las han sujetado y amarrado con duras piedras que resbalan sin pisarlas. Brotan casas como flores. Y a veces no hay nadie, están huecas por dentro.

Y las piedras del camino te hacen bailar mientras ves como cada vez están más cerca las nubes, más lejos el suelo. Como cambia la sombra en las montañas. Puedes ver las casas como si a un niño se le hubieran caído desde arriba y no hubiera vuelto a recoger los juguetes.

Raquel Cortés Fdz Bolivia 2010

A Marian