De vocación titiritero

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El Loro Pereyra, la obra con la que Suárez describe

la situación en el “Impenetrable” chaqueño.

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Cuatro años, 1460 días, 35 mil horas. Ese fue el tiempo

que pasó entre aquella nota de junio de 2010 y esta de

2014. En todo ese tiempo no se pudo solucionar el pro-

blema. Pasaron tal vez unos 10 consejeros escolares, al-

gunos tantos concejales, dos secretarias de desarrollo

social y dos ministras de educación; el mismo intendente,

el mismo gobernador y una misma presidente.

4350 pibes desayunan cada mañana de lunes a viernes en

alguno de los comedores escolares de la ciudad. Pibes

que tienen entre 3 y 17 años, el futuro. Unos 1000 aproxi-

madamente según los datos oficiales del Consejo Escolar,

además almuerzan en las escuelas.

Para ellos, la provincia de Buenos Aires destinó hasta este

mismo mes $2 por chico para elaborar el desayuno o la

merienda y $5 para el almuerzo. A principios del mes de

junio, los organismos oficiales prevén que ese “gasto” se

incremente. Hace cuatro años, la administración provin-

cial destinó $3,5 para el desayuno y el almuerzo.

El tema de los comedores escolares es una de las bande-

ras que los docentes del territorio bonaerense enarbolan

cada inicio de año, cuando su lucha por la mejora de sala-

rios toca su pico de efervescencia.

Cecilia es la Directora de la Escuela Primaria Nª 6, uno de

los establecimientos que cuenta con un comedor. Al igual

que otros directores remarca que deben hacer malabares

para ajustarse a los escasos recursos que disponen. En

mayo, a más de diez días para finalizar el mes, la compra

de alimentos demandó alrededor de $4 mil pesos más de

lo previsto.

Qué comen en los comedores

Unos 4350 chicos desayunan dos veces por semana leche

y los días restantes mate cocido. La infusión es acompa-

ñada por tortas, medialunas o pan dulces, que a veces,

son elaboradas por las propias cocineras en el estableci-

miento.

Unos 1080 niños y adolescentes comparten el mediodía

con otros compañeros. El almuerzo contiene una serie de

platos diarios, entre los que se encuentran arroz con po-

llo y salchichas, pan de carne sin verduras de hoja verde,

tallarines con salsa con carne de vaca o pollo, polenta con

salsa, pastel de papa y cada 15 días milanesas con pure

mixto y tortilla de acelga. Los platos habitualmente no se

pueden repetir.

El postre varía entre una fruta, habitualmente naranjas,

flan, gelatina o dulce de batata y queso. Nunca una com-

binación de dos postres.

Deficiencias

Según explica la Licenciada en Nutrición Ana Laura Basile

(M.N. 5279), los comedores deberían aportar de las calo-

rías diarias alrededor del 50-60% de hidratos de carbono,

15% de proteínas, 30% de grasas y todas las vitaminas y

minerales especialmente zinc, hierro y calcio.

De acuerdo a esta visión de la profesional, el menú des-

crito más arriba presenta las siguientes deficiencias:

“Hay un porcentaje mayor al recomendado de

hidratos de carbono y a su vez hay mucha canti-

dad de hidratos de carbonos simples, (que son los

dulces), así que hay un problema cualitativo y

cuantitativo”.

“El porcentaje de proteínas puede llegar al nivel

recomendado, pero es solo aportado a partir de

carne vacuna, pollo, o salchicha por lo que la defi-

ciencia es cualitativa. Sería conveniente agregar

pescado así también aportamos ácidos grasos

omega 3 ,6 y zinc”. Además la especialista reco-

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mienda “agregar queso o leche todos los días así aportamos calcio, legumbres así

aportamos fibras, huevo que aporta hierro”.

“El porcentaje de grasa estaría bien a nivel cuantitativo –continúa Basile- , pero a ni-

vel cualitativo habría que ver los cortes de carne, aunque con los problemas presu-

puestarios descritos es inferible que la carne es la más barata y no la mejor”.

Finalmente sostiene que “la cantidad de vitaminas y minerales es deficiente a nivel

cualitativo y cuantitativo porque son aportadas por las verduras y frutas en su mayo-

ría. Para eso hay que consumirlas todos los días y de todos los colores. A su vez esto

genera el bajo aporte de fibra que a esa edad es importante para mantener la flora

intestinal”.

Como conclusión general, la nutricionista indicó que este tipo de menú “cumple con las ca-

lorías necesarias diarias pero no con las necesidades de nutrientes diarias recomendadas, lo

que se ve agravado con las edades a quien va dirigido, ya que son los periodos en los que se

registra mayor demanda de nutrientes para favorecer un adecuado estado de salud físico,

mental y social”.

En este sentido, la profesional explicó que los chicos en edad escolar están “en la etapa de

crecimiento y desarrollo de dientes, huesos y músculos, por eso necesitan más nutrientes

que en etapa adulta. La deficiencia de ellos genera un retardo o restricción en el crecimiento

y desarrollo físico, mental y social. Es decir, además de no crecer físicamente, también trae

problemas de aprendizaje que posteriormente puede generar inconvenientes de inserción

en la sociedad. En realidad las deficiencias a nivel cognitivo son peores en nenes más chicos

pero a los 6 años todavía tienen incidencia”, recalcó.

Según las autoridades, a comienzos de año, el Consejo Escolar envía un modelo de menú

que según dicen fue cotejado por una nutricionista. Las autoridades del Consejo reconocen

que el menú no se cumple en todas las escuelas. “Yo no creo que hagan malabares (para

cocinar), es más lo que se quejan” dice Norma Pomés , titular del cuerpo y agrega que “lo

que no pueden los chicos es repetir, como repetían antes, se sirve un plato y si al final queda

algo algunos pueden repetir”.

“Actualmente -retoma la nutricionista-, tendría que ver las encuestas, pero aumento muchí-

simo los niños obesos desnutridos justamente por la alimentación a base de calorías vacías.

Es decir, los chicos consumen las calorías recomendadas pero a base de alimentos que no

tienen nutrientes”.

Esta sensación que transmite la profesional en base al trabajo cercano con chicos en edad

escolar, es advertido desde hace varios años por organismos internacionales e incluso reco-

nocido por el Ministerio de Salud de la Nación. En el libro “Sobrepeso y obesidad en Niños y

Adolescentes” publicado por la cartera sanitaria a fines de 2013 se aportan los siguientes

datos sobre la problemática:

La Organización Mundial de la Salud estima que en base a datos del 2010, 43 millones de

niños menores de 5 años (de ellos, 35 millones en los países en vías de desarrollo y 4 millo-

“Yo como ar-

tista también

tengo un

compromiso

social de

contar lo que

sucede y

mostrar a

través de los

títeres una

realidad”.

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nes en América Latina) presentaban sobrepeso u obesidad. La prevalencia mundial del so-

brepeso y la obesidad habría aumentado de 4,2% en 1990 a un 6,7% en 2010 (6,8% a 6,9%

en América Latina).

La obesidad en América latina es, en gran medida, consecuencia del cambio de los hábitos

alimentarios (aumento de frecuencia de consumo de alimentos con alta densidad energética

y mayor tamaño de las porciones) y la reducción de la actividad física.

En la Argentina los últimos estudios realizados en 2004/2005 muestran que la problemática