Por una ciencia al servicio de Chile, por un trabajo científico digno, paramos el 11.

Para este jueves 11 de julio está convocado un paro nacional, por parte de la Central Unitaria de Trabajadores. Como Asamblea de Estudiantes de Postgrado de la Facultad de Filosofía y Humanidades de la Universidad de Chile, nos sentimos convocados a participar apoyando las demandas de los trabajadores, las cuales son también las del país entero. Asimismo, es una jornada especialmente sentida dada la adherencia de los estudiantes y que, por tanto, marca la multisectorialidad de los conflictos que cruzan hoy nuestro país. En la actualidad no sólo se enfrenta el proyecto educativo mercantilizado de la clase política al del movimiento social, sino que se oponen dos proyectos de país. Hacemos nuestra la tarea de aportar a la construcción del proyecto de las grandes mayorías a las que la clase política les dio la espalda, ya sea desde las áreas que nos competen más directamente en las Humanidades, o en los distintos frentes que están abiertos, como el control comunitario de los establecimientos educacionales, la lucha por los derechos de organización de estudiantes y trabajadores, la triestamentalidad en la educación superior, la nacionalización del cobre, entre otros.

Es en este sentido que quisiéramos no sólo apoyar, sino también apropiarnos de la lucha que se manifiesta esta semana, desde nuestra particular y compleja realidad: la de ser estudiantes de excelencia a la vez que trabajadores precarizados. En tiempos en que amplias franjas del campo popular se levantan para apurar el amanecer tras la larga noche neoliberal, los compañeros y compañeras estudiantes de postgrado debemos situar nuestra posición como sujetos expresivos de las nuevas contradicciones sociales, como ejemplos de la terrible paradoja de un país lleno de universidades y estudiantes, pero que sólo responden a las necesidades de ganancia del rentismo privado. Sólo reconociendo, criticando y superando la explotación y el saqueo de recursos públicos que subyace a la investigación de postgrado, podremos desplegar las posibilidades que le ofrece al desarrollo y bienestar del pueblo chileno la producción científica, así como resignificar el lugar de las humanidades y las artes en la producción de conocimiento.

Desde esta autoconcepción como estudiantes y trabajadores, quisiéramos plantear nuestra perspectiva de los cuatro puntos centrales de la demanda levantada por la CUT para el paro de este 11 de julio.

a) Reajuste de un salario mínimo.En muchos de los trabajos que realizan los investigadores de postgrado, estos no reciben ningún tipo de pago. En otros casos, las pagas como “ayudantes” o “tesistas” son simplementes sueldos de hambre, encubiertos con la retórica del “hacer currículum” o por la imagen del hecho de trabajar en una investigación, como si hubiera que conformarse con cierta “nobleza” de estas labores. Ya no son los tiempos donde el reconocimiento social bastaba a una muy reducida casta de científicos que podía vivir de otros ingresos; hoy se necesita establecer salarios justos y acordes al nivel de los investigadores, que

permitan asumir las labores de investigador como un trabajo más. Mejorar las condiciones de vida de los investigadores es mejorar la calidad de la ciencia en Chile.

b) Fin a las AFP.Y aunque muchos de nosotros no tenemos contratos, y podemos salvarnos del asalto a mano armada (la mano estatal) que es la cotización en AFPs, nada nos puede salvar de que no tendremos pensiones dignas en la medida que nuestros trabajos son precarios y los salarios apenas alcanzan para un ahorro previsional por fuera del robo. Se hace urgente terminar con el robo del trabajo vía AFPs y establecer un sistema solidario de pensiones, donde el Estado garantice una vejez digna y justa para todos los trabajadores.

c) Nuevo código laboral.Porque tampoco nos sirve de nada un contrato firmado con salarios buenos, si es que el abuso continuará, si el trabajo del laboratorio o el núcleo de investigación está sometido a los caprichos de un académico, y por lo tanto nos pasamos día y noche, sábados y domingos, trabajando para otros. Poco a poco, y debido a la precariedad y escasez de empleos, el investigador se convierte en un autoexplotado. Urge un nuevo código de relaciones laborales, que abarque a todos los trabajadores, sin distinción por tipo de contrato, y que los proteja de los abusos de los empleadores y del capital, que incluya la negociación colectiva y el derecho efectivo a huelga, así como la posibilidad de negociar los contratos por rama de la producción.

d) Una reforma tributaria.Que en Chile la torta se reparte mal ya no es una sorpresa para nadie. La desigualdad no es un azote de la naturaleza, a pesar de que se presente como si fuese la tuberculosis o el fenómeno de la niña, en realidad es fruto de relaciones entre grupos sociales caracterizadas por la dominación. La educación de los pobres es mala porque se gasta poco en ella; asimismo, la salud de los trabajadores es la que la Isapre del patrón determina como la que le corresponde según su salario, y el departamento de escasos metros cuadrados o la vivienda de cartón piedra son indignos porque otro le puso precio al espacio vital para así ganar mucho dinero. La desigualdad social no es el problema, es la consecuencia de una desigual distribución de la riqueza que todos los chilenos generamos. Se hace necesaria una reforma tributaria que permita cumplir el viejo adagio: a cada quién según su necesidad, cada cual según su capacidad.

Es en este marco que queremos convocar(nos) como estudiantes de postgrado a movilizarnos el 11 de julio, a hacerlo no por el fetiche de “los trabajadores”, sino por los de carne y hueso, los que llenan la micro y el metro, es decir, por nosotros mismos, por nuestras familias y por el pueblo de Chile. Corren vientos de lucha y alegría, dejarse llevar por ellos es decir que estamos vivos...

Asamblea de Estudiantes de PostgradoFacultad de Filosofía y Humanidades, U. de Chile

Julio 2013.