Deformados Chido

download Deformados Chido

of 3

description

Cuento en español de terror terrorífico

Transcript of Deformados Chido

Deformados

Has visto tu mirada en el espejo, sola, mal encarada y muy distante. Momento tras momento juegas con tus rizos; tienes el rostro serio, sin chispa y esas mallas en tus antebrazos que simulan dureza y que provocan a su vez molestia en los dems. Si bien no te conozco, deseo hacerlo porque somos iguales. Terribles, deformesS cmo te sientes, conozco esas miradas llenas de horror que puedo notar, el disgusto y sobre todo esas arcadas que nunca se convierten en vomito. Tristemente tambin te das cuenta de mi forma de ver el mundo, esa ira casi patolgica o esa continua necesidad que mis sentidos muestran al ver cercana cualquier suciedad; no es otra cosa ms que desesperacin.Cuntas veces has llorado y hecho rabietas por el miedo provocado tan siquiera por hablar de estos obscuros temas? O bien dime: Cmo superas esa ansia de gritar y casi golpear lo que se te coloca en frente? Sabemos cunto te aborrece el utilizar tu imaginacin para concretar esos tristes pensamientos. Cunta desesperacin revela una mirada fra con los alrededores? TodaEsa, justamente esa es la razn de mi inters, ese es el porqu de mi acercamiento y de esta triste conversacin para que al final terminemos sentados embriagando nuestro odio por los dems. Tenemos algo en comn pero, an somos extraos aunque los tragos aumentan la familiaridad entre nosotros, basta con que alguien se postre a nuestro alrededor para notarlo; los dems nos importan un carajo.Comienzo a conocerte y no sabes cunto me agradas; resultas cautivante a mi inters pero, todava hay algo que me cuesta explicarme. Es un sentimiento complicado; te siento como sombra, porque en la oscuridad te pierdes y a pesar de eso sigues aqu; no me has abandonado. Me miras, tus ojos son constantes e irritaran a cualquier ente que parezca adentrarse en nuestro espacio pero, a m me causan un retorcido placer y un inquietante gozo; digno de cualquier acosador.En consecuencia me miras como si resultara pattico, un resto humano amorfo. Pareciera como si el efecto del alcohol, no suavizara ese idilio de temores y causara en mi agitacin; ni siquiera porque yo te miro de la misma forma. He observado que cuidas muy bien tu aspecto, a pesar de la obviedad de tu embriaguez y me sugieres que partamos de ese insalubre lugar; el cual ambos considerbamos una peste.Esas suaves palabras (extraas ahora que escribo esto) me obligaron a dejar el sitio; bastante ingenuo y con el peso de una fuerte excitacin caminaba siguiendo tus caderas y tus hombros; expuestos al fro de la madrugada y a mis ojos. Una suerte de conflictos entre mi urgencia sexual y mi deseo por seguir conocindote hicieron mella en mis decisiones; provocando que a media calle tomara tu brazo y te guiara al lugar en el que me estaba quedando.T supiste desde el primer momento en el que te tom, hacia donde nos dirigimos. As mientras me mirabas, un escalofro intrigante recorri mi espinazo y nunca me pude dar cuenta de su significado hasta este momento. Tus carencias aunadas a mi necesidad provocaban que casi hirviera el agua de lluvia que nos caa, era una temible avalancha de lava lo que precedi nuestra llegada a mi hogar. Por algunos momentos tus ojos se quedaban abiertos, mirndome completamente mientras yo rozaba cada poro de tu piel con mi lengua y con mi espritu. Ese vestido negro con medias que llegaban a la mitad del muslo, junto con las botas de las cuales te despoj y estas te volvan terriblemente sensual. No tengo idea de porqu conservaste slo una de tus medias y considero una necedad la realidad de mi excitacin. En un momento nuestros ojos se cruzaron y me vi reflejado en ellos como si me mirara en un espejo srdido y triste; casi una alucinacin. Me provoc a tal punto que decid cerrar los ojos y junto con tus movimientos; mantenerme dentro de este juego mental totalmente compartido.Al calor de la somnfera noche me di cuenta cuando tus ojos se apagaron, estabas demasiado cansada y ebria de excitacin. Aunque tu forma de verme era tan dura como el acero tambin pude percatarme del temor que te envolva, ramos seres con horror. El uno al otro podamos vernos con lastima pero, definitivamente con la dureza de cualquier insano.Slo un pensamiento corri vagamente por m al momento de apreciar tu cuerpo junto al mo. Te preguntars si le hice casi a ese sentir definitivamente no, nunca; y la verdad an ahora me carcome esa idea. Ms tarde dormimos; eras una diosa, de aquellas que provocan deseo incontrolable. Suerte tuve de no provocar ese terrible contacto visual al momento de tu sueo y le agradezco a la noche el amenizar tan salvajes formas.Siempre te has considerado una persona especial y nica; sin duda alguna estoy de acuerdo, considero que hasta la ms recndita parte de ti sera especial y no tendra comparacin. Qu diablos te preocupara? Tu encanto nos hace rabiar, adems al amanecer cada segundo que pas observndote fue tan sublime pero a la vez inquietante y pareca como si algo estuviese mal.Despus de sentirnos de esa forma, los amaneceres (Debo decirlo), se me hacan tan irritantes pero, por alguna razn este no resultaba de esa forma. Yo saba que an estabas aqu, conmigo Abr los ojos desesperadamente para voltear hacia ti y percatarme que no te encontrabas ah. Me quede boquiabierto e impactado al darme cuenta que no haba ningn rastro de ti y comenc a buscarte desesperadamente sin lograr nada. Posteriormente busque en mi telfono si tena tu nmero o algo que pudiera identificarte pero, no haba nada. Tena que haberle pedido su nmero. Ahora cmo demonios la voy a encontrar?- No conoca a ninguna persona en comn contigo, tu rostro estaba en mi mente pero no haba ni un pice de informacin acerca de ti y eso me torturaba.