Del lenguaje de las oficinas al de los reyes

4
Del lenguaje de las oficinas al de los reyes Por Graciela Melgarejo Estamos tan desorientados, que a veces los lectores ya no saben cómo pedir ayuda. Por ejemplo, desde Mendoza, Alejandro Abaca escribe este correo electrónico: "¡Ayúdeme en mi cruzada contra el uso incorrecto del adjetivo «mismo» como pronombre! En leyes y escritos administrativos, este error es generalizado. Pero está pasando al periodismo, e incluso lo he detectado en uno que otro escritor o traductor". El lector Abaca ha puesto el dedo en la llaga. Tiene razón, pero, como él mismo lo señala, ese uso es cada día más frecuente. En estos casos, lo aconsejable es recurrir al Diccionario panhispánico de dudas (también está en línea: http://www.rae.es/recursos/diccionarios/dpd

description

 

Transcript of Del lenguaje de las oficinas al de los reyes

Page 1: Del lenguaje de las oficinas al de los reyes

Del lenguaje de las oficinas al de los reyes

Por Graciela Melgarejo     Estamos tan desorientados, que a veces los lectores ya no saben   cómo   pedir   ayuda.   Por   ejemplo,   desde  Mendoza, Alejandro Abaca escribe este correo electrónico: "¡Ayúdeme en   mi   cruzada   contra   el   uso   incorrecto   del   adjetivo «mismo»   como   pronombre!   En   leyes   y   escritos administrativos,   este   error   es   generalizado.   Pero   está pasando al  periodismo,  e  incluso  lo he detectado en uno que otro escritor o traductor". El lector Abaca ha puesto el dedo   en   la   llaga.   Tiene   razón,   pero,   como   él  mismo   lo señala, ese uso es cada día más frecuente.

En   estos   casos,   lo   aconsejable   es   recurrir   al Diccionario panhispánico de dudas (también   está   en línea: http://www.rae.es/recursos/diccionarios/dpd ).   El desarrollo   de   la   entrada mismo, ma (http://bit.ly/1pmQ9At )   es   necesariamente   extenso, pero para lo que nos interesa, tomaremos en cuenta aquí el apartado   3:   "El   adjetivo mismo puede   sustantivarse, manteniendo   los   sentidos   de   identidad   y   de   igualdad   o semejanza que le son propios: «Sus ideas reformistas solo cambian de posición, pero son las mismas» (Vitier Sol [Cuba 1975]).   A   pesar   de   su   extensión   en   el   lenguaje administrativo   y   periodístico,   es   innecesario   y 

Page 2: Del lenguaje de las oficinas al de los reyes

desaconsejable el  empleo de mismo como mero elemento anafórico,  esto es,  como elemento vacío de sentido cuya única función es recuperar  otro elemento del  discurso ya mencionado."En estos casos, siempre puede sustituirse mismo por otros elementos   más   propiamente   anafóricos,   como   los demostrativos, los posesivos o los pronombres personales; así,   en   * «Criticó al término de la asamblea las irregularidades que se habían producido durante el desarrollo de la misma» ( País [Esp.] 1.6.85), pudo haberse dicho durante el desarrollo de esta o durante su desarrollo ; en  * «Serían citados en la misma delegación a efecto de ampliar declaraciones y ratificar las mismas» ( Excélsior [Méx.]  21.1.97),  debería haberse dicho simplemente ratificarlas ;   en   * «El que su acción fuera efímera, innecesaria, no resta a la misma su significado» ( Abc [Esp.]  29.9.74),  hubiera  sido mejor no le resta su significado .   A  menudo,   su   simple   supresión  no provoca pérdida alguna de contenido; así,  en * «Este año llegaremos a un billón en exportaciones, pero el 70 por ciento de las mismas se centra en el mercado europeo» ( Razón [Esp.]   18.12.01),   pudo   decirse, simplemente, el 70 por ciento se centra... "Ojalá   esta   aclaración   haya   contribuido   a   la   cruzada   del lector Abaca. Y como hoy es todavía un tema de "candente" 

Page 3: Del lenguaje de las oficinas al de los reyes

actualidad,   recordemos   el   régimen   del   verbo abdicar a propósito   del   rey   Juan   Carlos   de   España.   Dice   el DPD : " abdicar. Ceder un monarca la soberanía sobre su reino' y renunciar   a   algo   inmaterial   que   se   tiene   como   propio'. Seguido   a   menudo   de   un   complemento   introducido por en ( favor de ), que expresa el nuevo beneficiario, puede construirse   bien   como   transitivo,   con   el   complemento directo   frecuentemente   implícito   o   sobrentendido: «Don Juan abdicó la Corona en su hijo» (Anson Don Juan [Esp. 1994]); «Carlos V abdicó en favor de su hijo»(Fuentes Espejo [Méx.  1992]);  bien  como  intransitivo, con un complemento con de : «Los diputados abdican de su tarea de control» ( Mundo [Esp.]   3.3.96).   Es   incorrecto introducir   este   complemento   con a :   * «El riesgo es que puede uno traicionarse y abdicar a su propia vocación» (Proceso [Méx.] 3.11.96).