derecho internacional publico
description
Transcript of derecho internacional publico
UNIVERSIDAD ANDINA
“NÉSTOR CÁCERES VELÁSQUEZ”
FACULTAD DE CIENCIAS JURÍDICAS Y POLÍTICAS
CAP. DERECHO
CURSO DE:
DERECHO INTERNACIONAL PÚBLICO
TEMA: ORGANOS DE LAS RELACIONES ESTATALES
DOCENTE: MALMA JIMENEZ,
ALUMNOS : BARTOLO LEÓN, Pedro Omar
CORONADO PRIETO, Carlos Humberto
FLORES CONDORI, Hugo
CALSIN VILCA, Jherson
SEMESTRE: X SECCIÓN: “B”
PUNO - PERÚ
2015
INTRODUCCION
Este trabajo busca facilitar la comprensión de esta rama del Derecho y constituir
un punto de partida de reflexiones más profundas en torno a este tema. Se evalúan las
tensiones que rodean los problemas del Derecho Internacional y se adopta una
perspectiva evolutiva donde se busca relacionar las necesidades actuales con las
respuestas jurídicas. Varios de los ejemplos se vinculan con los derechos humanos, lo
que demuestra la vigencia e importancia transversal de este tema, que marca a la
mayoría de instituciones jurídicas internacionales.
El trabajo está dividido partes en los cuales se menciona temas relacionadas al
derecho Internacional y de las personas quienes tienen la responsabilidad de llevar a
cabo todo tipo de relación entre estados, sobre la sociedad internacional y su derecho, se
presenta una definición del Derecho Internacional, las características principales de la
comunidad internacional, así como la evolución histórica de esta rama jurídica, en
vinculación con los cambios políticos existentes en el mundo contemporáneo.
Otra parte está dirigida a la presentación de los sujetos de Derecho Internacional.
En primer término, se presenta al Estado, la soberanía y sus límites, la transformación y
formación de los Estados y cuáles son sus competencias e inmunidades. En segundo
lugar, se reflexiona sobre los principales elementos, competencias y límites de las
organizaciones internacionales. Posteriormente, se trata al individuo, en vinculación con
la protección internacional de sus derechos y la persecución de crímenes
internacionales.
Se presenta la formación del Derecho Internacional. De un lado, se muestran las
fuentes de esta rama jurídica. De otro lado, el texto explica cuál es la regulación del
derecho de los tratados: principios, conclusión, reservas, interpretación y terminación y
nulidad. Además, se presenta la formación de la costumbre internacional, los principios
generales de derecho, los actos unilaterales y los actos concertados no convencionales.
Además, es necesario advertir que la supuesta crisis del DI es hoy de
crecimiento y diversificación. A impulsos de la cooperación y de la emergencia de
valores comunes, el DI propende a expandir su acción a un nuevos campos lo que
provoca un proceso de reducción en ámbitos antes reservados a la competencia estatal.
En un mundo interdependiente, globalizado, de interacciones crecientes y cada
vez más complejas entre individuos, instituciones, empresas, mercados…, en el que las
fronteras parecen desdibujarse, no cabe duda que el estudio del DI (Público) resulta una
herramienta imprescindible para el jurista. Sin un conocimiento de este ordenamiento
jurídico y de los problemas que plantea su aplicación difícilmente podrán afrontarse los
retos que el ejercicio de cualquier profesión jurídica plantee.
Superada ya la época en la que el Derecho Internacional (DI) debía justificar su
existencia y juridicidad, de lo que ahora se trata es de afianzar el imperio de la ley en las
2 relaciones internacionales de cara a salvaguardar la paz (positiva), la solidaridad entre
los pueblos y lograr un desarrollo humano sostenible como aspiraciones más
elementales de la Humanidad en su conjunto.
Tarea que no deja de ser ardua si se comparan las misiones encomendadas al DI
con la estructura del grupo social cuyas relaciones pretende regular. Ello exige tener en
cuenta las características de la sociedad internacional, escasamente institucionalizada y
cuyo protagonista estelar es el Estado soberano, y de ser conscientes de que el DI
palpita –probablemente más que otros ordenamientos jurídicos- al ritmo que le imprime
los cambios y avatares de esta base social, máxime en una época de transición y
contrastes como la actual, en la que se conjugan procesos aparentemente inversos de
globalización y fragmentación.
INDICE
INTRODUCCION…………………………………………………………………….
INDICE…………………………………………………………………………………..
ORGANOS DE RELACIONES ESTATALES …………………………………
I. JEFES DE ESTADO Y GOBIERNO ………………………………………….
II. INMUNIDAD……………………………………………………………………..
III. MINISTROS DE RELACIONES EXTERIORES………………………..
IV. DIPLOMACIA. ………………………………………………………………….
V. LA CONVENCION DE VIENA ……………………………………………..
VI. CONSULADOS. ………………………………………………………………..
VII. JEFES DE MISION DIPLOMATICA. …………………………………..
VIII. DERECHOS Y DEBERES DE LOS AGENTES
DIPLOMATICOS. …………………………………………………………..
IX. PREVILEGIOS DIPLOMATICOS. ………………………………………..
CONCLUSIONES ………………………………………………………………….
BLIBLIOGRAFIA …………………………………………………………………..
ORGANOS DE RELACIONES ESTATALES
I. JEFES DE ESTADO Y GOBIERNO
El jefe de Estado es quien, en principio, representa la unidad de un Estado y su
continuidad ante el Estado mismo e internacionalmente. Se dice por tanto, que es el
representante y responsable del país ante el pueblo y el mundo. Las funciones
específicas de los jefes de Estado varían de acuerdo al sistema político de cada Estado.
Es importante denotar que éste, al ser la máxima personificación del Estado determina,
per se, el tipo de Estado de que se trata, monarquía si es un monarca, o república si es
un presidente o un comité (como en Suiza).
FUNCIONES.
Las funciones del Jefe de Estado varían de acuerdo a la forma de gobierno que
establece la Constitución de cada país. Es decir, tiene competencias diferentes según el
ordenamiento de cada Estado.
• En los casos en que el cargo es electivo, por lo general, su legitimidad es equiparable
al del jefe de gobierno, y la constitución suele entregarle ciertas atribuciones o poderes.
Existen casos muy especiales, tanto en el sistema de elección, como en sus atribuciones,
como en el caso de Ciudad del Vaticano.
• En los casos en los que el cargo no es electivo, sus funciones pueden ser meramente
representativas y con un poder básicamente simbólico (España, Holanda, Dinamarca,
Noruega, Suecia o Reino Unido), o puede reunir gran cantidad de poderes (Marruecos o
ciertos países asiáticos).
Las funciones del Jefe de Estado y del Jefe de Gobierno dependen básicamente
del tipo de régimen del país, generalmente:
El Jefe de Gobierno es aquel que ocupa la presidencia del poder ejecutivo y se
responsabiliza del Gobierno de un Estado. El proceso de elección y el título que ostenta
un Jefe de Estado varía según la forma de gobierno instaurada en el país. Así, en un
sistema parlamentario el título que adopta la persona que ejerce de Jefe de Gobierno
puede ser entre otros: primer ministro, como es el caso del Reino Unido, premier,
canciller en Alemania, presidente del Consejo de Ministros o como es en España,
Presidente del Gobierno.
En los países con sistemas presidenciales, esta figura adopta el título de
presidente (en este sistema el Jefe de Gobierno también es Jefe del Estado); y en los
sistemas semi-presidenciales las funciones que ejerce el Jefe de Gobierno son
compartidas por el presidente y un primer ministro.
El Jefe de Estado por su lado, es el representante y responsable del país de cara
al resto del mundo y el pueblo. Las personas que ostentan el título de Jefe de Estado así
como las funciones específicas que desempeñan varían de acuerdo al sistema político de
cada Estado. Pongamos algunos ejemplos: en monarquías como España o Gran Bretaña,
el Jefe de Estado es el Rey o la Reina del país, mientras que en repúblicas como Francia
o Italia, el Presidente de la República es el Jefe de Estado y el Primer Ministro ejerce
como Jefe de Gobierno. Por otro lado, en países como Estados Unidos que poseen un
sistema presidencialista, el Presidente de la República es el Jefe tanto del Estado como
del Gobierno.
El Jefe de Estado es la persona que representa a un país ante el resto del mundo.
De esta forma, es quien participa, por sí mismo o mediante delegados, en reuniones
internacionales, nombra y recibe delegaciones diplomáticas, etc.
En un sistema presidencial, como en Argentina o en Estados Unidos, el jefe de
estado (el presidente) es también el jefe de gobierno, siendo la cabeza del poder
ejecutivo del país.
En un régimen parlamentario, en cambio, el jefe de gobierno (el primer ministro)
es elegido por el parlamento del que depende o por el jefe del estado (sólo en el caso de
una república), y el jefe de estado puede ser un presidente elegido por el parlamento o
un monarca hereditario. En este último caso, normalmente es un rey, pero también
puede ser un príncipe, como el caso de Mónaco, un emperador en el caso de Japón u
ostentar otro título nobiliario.
El Jefe de Gobierno es el máximo funcionario del poder ejecutivo y responsable
del gobierno de un Estado o de una subdivisión territorial de éste (estado, provincia, u
otra) de mismo. El proceso de elección de jefes de gobierno varía de acuerdo al país y
depende, entre otros factores, de la forma de gobierno utilizada en el mismo. 1
En un sistema parlamentario el título que adopta el jefe de gobierno puede ser:
Primer Ministro, Premier, Canciller, Presidente del Consejo de Ministros, Presidente del
Gobierno u otro. En los países con sistemas presidenciales, como Estados Unidos, el
jefe de gobierno es el Presidente, que su vez es el jefe de Estado. En cambio, en los
sistemas semi-presidenciales, las funciones de jefe de gobierno pueden estar
compartidas por el Presidente y un Primer Ministro.
El jefe de gobierno en algunos territorios de ultramar dependientes del Reino
Unido recibe el nombre de "ministro jefe" (en inglés, Chief Minister), del mismo modo
que en India, Malasia y en los estados y territorios de Australia. En Alemania, el jefe de
gobierno de los Länder se denomina "ministro presidente" (en alemán,
Ministerpräsident); en Bélgica esta última es la denominación del jefe de gobierno de
una región o comunidad.
1Carrillo Salcedo, Juan Antonio (1991). «2». Curso de derecho internacional público. Madrid: Editorial
Tecnos S.A. pp. 53–62. ISBN 84-309-2064-1.
La inmunidad de jurisdicción de los Estados en el derecho internacional público,
es el deber de los estados de no enjuiciar a ningún estado extranjero y el derecho de los
estados a no ser sometido a juicio por otros estados extranjeros, debido a esto, los
tribunales de un estado no pueden asumir jurisdicción sobre un estado extranjero.
La inmunidad que confiere el derecho internacional tiene su origen en el
principio de igualdad soberana2 que confiere a los países igualdad en el ejercicio de la
soberanía, absoluta y exclusiva sobre todo su territorio y las personas que en él se
encuentren.
En definitiva, la inmunidad de los estados a la jurisdicción extranjera es una
cesión de parcela de soberanía que hacen los estados entre sí para garantizar la
existencia de la soberanía de la totalidad de los estados.
Si bien es una norma de carácter consuetudinario, va a producirse una amplia
codificación, especificando en múltiples convenciones los diferentes condicionantes de
la inmunidad jurisdiccional y sufriendo una evolución y especificándose para las
diferentes aplicaciones de este derecho.
Antes de la Primera Guerra Mundial y basado en un principio de origen feudal
(entre pares no hay acto de imperio), es decir, que los Estados al ser todos soberanos y
por esto iguales, no pueden juzgarse los unos a los otros, predomina el criterio de
inmunidad absoluta. A esta tesis se adherían prácticamente todos los países,
principalmente Estados Unidos y Gran Bretaña. Extendía la inmunidad a todas las
manifestaciones externas del estado.
Después de la Segunda Guerra Mundial comienza a perfilarse otra posición, que
es la de los Estados que apoyan la tesis de la inmunidad relativa o restringida. Estos
Estados, entienden que para hablar de inmunidad de jurisdicción de un Estado debemos
tener presente dos criterios: cuando el Estado actúa como Estado (ius imperis) y cuando
el Estado actúa como particular (ius gestionis).
En el primer caso los Estados gozan de inmunidad absoluta y en el segundo de
inmunidad relativa.
Los Estados pueden invocar o renunciar a su inmunidad, esa renuncia puede
darse en forma tácita, cuando comparece en juicio el Estado. Aunque hay autores que
señalan que no se puede renunciar a las inmunidades en base a la soberanía del Estado.
Naturaleza Internos y externos
Son órganos del estado por medio de los cuales este mantiene relaciones con
otros estados y otros actores internacionales
Son internos : el jefe de estado , el jefe de gobierno , ministro de relaciones
exteriores o asunto exteriores .
El Jefe de Estado es el órgano de superior categoría política y administrativa del
Estado.
Corresponde al derecho interno establecer su procedimiento de designación y
sus competencias, incluso respecto de las relaciones internacionales. En líneas generales,
tales competencias del Jefe del Estado en el plano internacional consisten en el llamado
ius representationis omnimodae, esto es, la alta dirección de la política exterior, la
ratificación o la adhesión a los tratados, el poder de declarar la guerra y de concluir la
paz, la facultad de enviar y recibir a los agentes diplomáticos y nombrar los cónsules.
En general corresponde al Jefe del Estado la competencia de declarar la voluntad
del Estado respecto de los otros Estados, aunque la competencia para formar dicha
voluntad le es atribuida generalmente por los ordenamientos internos en colaboración
con otros órganos del Estado. Así, en los regímenes dualistas, la dirección
y coordinación de la acción política del país son competencia del Jefe de Gobierno, que
es el superior jerárquico del Ministerio de Asuntos Exteriores.
Pero el Derecho .Internacional también tiene en cuanta al Jefe del Estado. Por un
lado, lo incluye (junto al Jefe del Gobierno y al Ministro de Asuntos Exteriores) entre
los órganos que, en virtud de sus funciones, se consideran que vinculan a su Estado
en materia de tratados sin tener que presentar plenos poderes. Por otro lado, el
Reglamento del Consejo de Seguridad de las N.U, aunque exige que cada miembro del
Consejo de Seguridad ha de estar representado en las reuniones del mismo por un
representante acreditado, añade que el Jefe de Gobierno o el Ministro de Relaciones
Exteriores tendrán derecho a ocupar un asiento en el Consejo de Seguridad sin presentar
credenciales.
II. INMUNIDAD
Inmunidad. Privilegio del que gozan ciertas personas por la calidad de funciones
que desarrollan, en virtud del cual son inviolables penalmente y de opinión y sus
comportamientos presuntamente delictivos quedan sometidos a un especial tratamiento
jurídico penal y procesal (prerrogativas procesales).
CONCEPTO
Inmunidad penal Situación especial del que goza determinadas personas en
virtud del cual no puede ser perseguido, detenido, ni procesado, sino se ha cumplido
previamente con las prerrogativas procesales.
Esas determinadas personas son: los diputados, senadores (Constitución, 52) y el
Vicepresidente de la República (Constitución, 53).
Garantiza el libre ejercicio de la representación popular. No están sujetos a los
juzgados y los tribunales ordinarios por asuntos relacionados con el ejercicio de su
función
Mas no es así cuando se trata de temas ajenos a la actividad parlamentaria (así, si
un parlamentario lesiona a un peatón con su automóvil, serán competentes los tribunales
ordinarios, pero si se trata de un juicio en el que se dilucidan sus responsabilidades por
apropiación indebida de fondos públicos, el parlamentario goza de un fuero especial).
Responsabilidad Parlamentaria
Los parlamentarios son responsables, pero gozan de inmunidad, que los hace
inmunes, aunque no impunes (no pueden ser perseguidos, detenidos, ni procesados,
hasta no haber cumplido con las prerrogativas procesales - licencia del Congreso,
tribunal superior, etc.-).
Son inmunes penales como civilmente. La licencia significa que el representante
nacional queda suspendido de sus funciones y ya no goza de inmunidad. Se da por 2/3
de la Cámara que los acusa.
INMUNIDAD DIPLOMÁTICA
CONCEPTO.
El principio de inmunidad tiene como fundamento el principio par in parem non
habet imperium, el cual literalmente predica que no existe jurisdicción entre iguales,
afianzando de este modo el principio de igualdad soberana de los Estados. De este
modo, podemos definir al principio de inmunidad como aquel principio por el cual un
Estado no puede ejercer sus poderes sobre, o interferir en, actividades legalmente
ejercidas por un Estado extranjero en el territorio del primer Estado.2
2 Véase Cassese , Antonio. International Law. Segunda edición. Nueva York: Oxford University Press,2005, p. 91.
De este modo, en primer lugar, podemos señalar que cuando nos referimos al
principio de inmunidad, es necesario enfatizar que este no solo abarca las actividades
llevadas a cabo por el Estado como tal, sino también aquellos actos cometidos por los
altos funcionarios de un Estado: el Jefe de Estado, los miembros del servicio
diplomático y consular, los Ministros de Relaciones Exteriores y otros Ministros
viajando en misiones oficiales al exterior. Por ello, al abarcar el principio de inmunidad,
resulta necesario distinguir claramente entre el principio de inmunidad del Estado, el
principio de inmunidad de los Jefes de Estado o de Gobierno, el principio de inmunidad
de los agentes diplomáticos, el principio de inmunidad de los funcionarios consulares, y
el principio de inmunidad de algunos miembros del gabinete. También podrán gozar de
este privilegio los miembros de algunas organizaciones internacionales, como por
ejemplo los altos funcionarios de Naciones Unidas,
así como las fuerzas militares extranjeras. El principio de inmunidad también tendrá su
alcance sobre las naves y aeronaves de un tercer Estado.3
En segundo lugar, deseamos referirnos a las fuentes de este principio. El mismo
ha sido regulado es de sus orígenes por el Derecho internacional consuetudinario, pero
con el desarrollo de las inmunidades separadas se dio pie a la regulación convencional
de algunas de ellas, como es el caso de la inmunidad del Estado (regulada en diversos
instrumentos tales como la Convención de las Naciones Unidas sobre Inmunidades
Jurisdiccionales de los Estados y de sus Bienes, la Convención Europea sobre
Inmunidad Estatal y diversas normas internas que regulan el principio de inmunidad de
Estados extranjeros), la inmunidad de los agentes diplomáticos y consulares (regulada
en la Convención de Viena sobre relaciones Diplomáticas y en la Convención de Viena
sobre Relaciones Consulares, respectivamente), así como las inmunidades de los
representantes ante algunas organizaciones internacionales (como por ejemplo las
inmunidades acordadas a algunos funcionarios de la ONU según los términos del
artículo 105.1 de la Carta de la ONU, o las inmunidades acordadas a los magistrados,
fiscal, fiscales adjuntos y secretarios de la Corte Penal Internacional, según lo dispuesto
por el artículo 48 del Estatuto de Roma).
Sin embargo, en el caso del Jefe de Estado, la regulación del principio de
inmunidad ha sido netamente consuetudinaria, a pesar de algunos proyectos privados
de codificación, como es la resolución del Institut de Droit Internacional (IDI) sobre la
3 Al respecto, véase Cassese , Antonio. Op. cit., pp. 91 y ss. Véase también Corte Internacional de Justicia, sentencia
del 14 de febrero del 2002, República Democrática del Congo vs. Bélgica (Caso Yerodia), párrafo 51.
Inmunidad de Jurisdicción y Ejecución de Jefes de Estado y de Gobierno en el Derecho
Internacional. A su vez, cabe hacer referencia a la convención sobre las Misiones
Especiales, del 8 de diciembre de 1969, la cual regula, en su artículo
1, la inmunidad de los Jefes de Estados que participan en misiones especiales. No
obstante, esta última no abarca el amplio espectro de actividades de los Jefes de Estado
ni todos los aspectos del principio de inmunidad. Ante este escenario, ha sido la
jurisprudencia la que ha realizado el principal aporte a la regulación del principio de
inmunidad de los Jefes de Estado. Por otro lado, los últimos cincuenta años han
presenciado la adopción de diversos instrumentos internacionales, relativos a la
represión de los más graves crímenes internacionales, que han regulado la irrelevancia
del cargo oficial y las excepciones al principio de inmunidad de los Jefes de Estado.4
Una tercera precisión nos lleva a concentrarnos en el fundamento de este
principio. De modo general, este consiste en permitir que el sujeto que goza de ese
privilegio pueda ejercer sus funciones de manera cabal e independiente. La justificación
radica en este sentido en facilitar las relaciones entre los Estados, Estados que son
iguales ante el Derecho internacional. Podemos identificar este fundamento en el cuarto
párrafo del Preámbulo de la Convención de Viena sobre Relaciones Diplomáticas,
adoptada el 18 de abril de 1961, el cual señala lo siguiente: «Reconociendo que tales
inmunidades y privilegios se conceden, no en beneficio de las personas, sino con el fin
de garantizar el desempeño eficaz de las funciones de las misiones diplomáticas en
calidad de representantes de los Estados». Tal como señala Broomhall, este mismo fin
funcional e impersonal se aplica, mutatis mutandi, a la figura del Jefe de Estado, así
como a otros altos funcionarios.
Ahora bien, facilitar las relaciones entre los Estados tiene detrás otro
fundamento, que a nuestro parecer es el fundamento último del principio de
inmunidad: el respeto a la soberanía de los Estados.
Así, el principio de inmunidad busca impedir que los Estados interfieran
en los actos públicos llevados a cabo por los Estados extranjeros; ello se presenta
finalmente como una forma de respetar su independencia.
Una vez señalados los fundamentos del principio de inmunidad, podemos
introducir una cuarta precisión en torno al mismo. Debemos así hacer hincapié en el
4 Véase al respecto, el artículo 27 del Estatuto de Roma que crea la Corte Penal Internacional, el artículo 7 del Estatuto del Tribunal Militar Internacional de Nuremberg, el artículo 7.2 del Estatuto del Tribunal Penal Internacional para la ex Yugoslavia y el artículo 6.2 Estatuto de Tribunal Penal Internacional para Ruanda.
carácter internacional del principio de inmunidad, ya que es importante precisar que las
inmunidades reconocidas por el Derecho internacional difieren de las inmunidades
reconocidas por los ordenamientos internos. De este modo, podemos citar como
ejemplo el caso de las inmunidades parlamentarias reguladas en los ordenamientos
internos con respecto a los miembros del Poder Legislativo.
Estas inmunidades, si bien son relevantes para el Derecho interno, no podrán ser
alegadas en el marco del Derecho internacional. Un claro ejemplo de ello es la
irrelevancia de la inmunidad parlamentaria de la que gozaba el general Pinochet como
senador vitalicio al momento del proceso de extradición llevado a cabo en su contra ante
los tribunales ingleses (irrelevancia, cabe precisar, que no alcanzó a la inmunidad de la
cual gozaba el general Pinochet como ex Jefe de Estado, ya que esta última inmunidad
sí presenta una relevancia ante el Derecho internacional). 5
La diferencia entre las inmunidades reconocidas por el Derecho internacional y
aquellas reconocidas por el Derecho interno también se encuentran en la figura del Jefe
de Estado. El Institut de Droit International ha señalado que a pesar de que en ambos
casos se trata de un privilegio que tiene como fundamento el eficaz ejercicio de sus
funciones,
La Inmunidad diplomática como Privilegio del que gozan los agentes
diplomáticos en virtud del cual son inviolables en su persona y gozan de la exención de
la jurisdicción local. En materia penal los diplomáticos se rigen por Tratados, por
ejemplo el Tratado de Montevideo
Inviolabilidad De Los Diplomáticos
Gozan de inmunidad del Derecho Internacional Público o sea del derecho
externo. Se funda en la reciprocidad. Y por razones como:
El diplomático no puede estar sometido a la ley extranjera. Necesita
independencia. No es derecho de extraterritorialidad sino inmunidad jurisdiccional y
personal.
No hay acuerdo si protege a ministros plenipotenciarios, secretarios de
embajadas, agregados militares, culturales, etc. Pero se extiende también a la familia del
embajador, a su séquito, valijas, archivos, muebles y el propio equipaje. Si algún
delincuente se refugia en una embajada sólo el embajador puede permitir la entrada a la
5 Al respecto, puede revisarse Human Rights Watch, «Cuando los tiranos tiemblan. El caso Pinochet», Human Rights Watch, Vol. 11, N° 1 (B), pp. 670-671.
policía. Se trata en el fondo de una inmunidad penal y procesal (impunidad) en el
territorio que ejerce funciones, pero no en el país al que pertenecen.
LA INMUNIDAD DE LOS JEFES DE ESTADO EN ACTIVIDAD ANTE LOS
TRIBUNALES PENALES INTERNACIONALES
Si bien, como precisa Simbeye,44 «immunities under criminal jurisdiction have
not developed as comparably as under civil jurisdiction», lo cierto es que la regulación
de los distintos crímenes internacionales y la afirmación de una responsabilidad penal
internacional han llevado al reconocimiento, dentro de un importante sector de la
doctrina, así como dentro de los estatutos de los distintos tribunales penales
internacionales, de la jerarquía de la represión penal de los autores de dichos crímenes
por encima del reconocimiento del principio de inmunidad. Ello ha sido afirmado en el
marco de los distintos tribunales internacionales, incluso en el caso de antiguos Jefes de
Estado y Jefes de Estado en actividad. No obstante, el desarrollo de las excepciones a la
inmunidad de los Jefes de Estado en actividad ante la jurisdicción penal no ha sido
uniforme. Precisamente, podemos identificar una distinción entre la regulación de las
inmunidades frente a los tribunales penales internacionales, y la manera que las mismas
han sido reguladas en el marco de los tribunales nacionales de terceros Estados. En este
sentido, cabe traer a colación lo establecido por el profesor Sands, quien señala lo
siguiente:
In respect of the jurisdictional immunities of serving heads of state,
international law and practice has generally distinguished between
proceedings before national and international courts. As regards the
international courts and tribunals which have been established, all in
the 20th century—practice has been consistent, in that no serving
head of state has been recognized as being entitled to rely on
jurisdictional immunities.
Derecho De Extraterritorialidad E Inmunidad Jurisdiccional.
Unos dicen que la inviolabilidad del diplomático es un derecho de
extraterritorialidad, es decir que su ley nacional sigue a su persona.
Otros dicen que la inviolabilidad es solo una inmunidad jurisdiccional y
personal, es decir que la ley del país donde ejerce sus funciones no le alcanza.
Nuestro código penal parece seguir el Derecho de extraterritorialidad con: “Este
código se aplicará: a los delitos cometidos por funcionarios al servicio de la Nación en
el desempeño de su cargo o comisión.”(CP, 1 inciso 6). Pero en la mayoría de países el
diplomático es inmune por razones de reciprocidad.
El Convenio de Viena sobre relaciones diplomáticas de 18 de abril de 1961
reconoce -como parte del llamado estatuto diplomático (normas aplicables a las
misiones y agentes diplomáticos extranjeros)- los privilegios e inmunidades
diplomáticos, que se conceden no en beneficio de las personas, sino con el fin de
garantizar el desempeño eficaz de las funciones de las misiones diplomáticas en calidad
de representantes de los Estados (arts. 22 a 39).
Antiguamente se utilizaba impropiamente el término «extraterritorialidad» como
sinónimo de inmunidad o inviolabilidad de los agentes diplomáticos y locales de las
misiones diplomáticas. Realmente con la denominación de inmunidades diplomáticas se
quiere hacer referencia, de modo genérico, a la inmunidad de jurisdicción de los agentes
diplomáticos y a la inviolabilidad de la misión diplomática, reservando el término
privilegios diplomáticos a las exenciones fiscales y arancelarias que se conceden a las
misiones y a los agentes diplomáticos. Todas las personas que gocen de estos privilegios
e inmunidades deberán respetar las leyes y reglamentos del Estado receptor (arts.41).
Conforme el artículo 31 del Convenio de Viena de 1961, el agente diplomático
gozará de inmunidad de la jurisdicción penal del Estado receptor, no estará obligado a
testificar y su persona es inviolable (art. 29), no pudiendo ser objeto de ninguna forma
de detención o arresto. El Estado receptor le tratará con el debido respeto y adoptará
todas las medidas adecuadas para impedir cualquier atentado contra su persona, su
libertad o su dignidad.
Esta inviolabilidad se extiende a su residencia particular, sus documentos, su
correspondencia y sus bienes, que sólo excepcionalmente podrán ser embargados (art.
30).
La inmunidad de la jurisdicción civil y administrativa admite -según el art. 31-
algunas excepciones derivadas de los intereses particulares que el agente diplomático
tenga en el Estado receptor (acciones reales sobre bienes inmuebles particulares,
acciones sucesorias o referentes a actividades profesionales o comerciales).
Los miembros de la familia de un agente diplomático, siempre que no sean
nacionales del Estado receptor, gozarán de sus privilegios e inmunidades (art. 37) y
también están protegidos por la inmunidad de jurisdicción (limitada al ejercicio de sus
funciones) los miembros del personal administrativo y técnico de las misiones
diplomáticas, con los miembros de sus familiares que formen parte de sus respectivas
casas.6
El Estado acreditante puede renunciar expresamente a la inmunidad de
jurisdicción de sus agentes diplomáticos (art. 32).
Los locales de la misión diplomática son inviolables, los agentes del Estado
receptor no podrán penetrar en ellos sin consentimiento del jefe de la misión. No podrán
ser objeto de ningún registro, requisa, embargo o medida de ejecución los locales de la
misión, su mobiliario, archivos o medios de transportes, que deberán ser protegidos por
el Estado receptor contra todo ataque o intrusión (art. 22). También están protegidas por
esta inviolabilidad las viviendas de los agentes diplomáticos.
La misión diplomática y los agentes diplomáticos tienen el privilegio de
exención de todo impuesto y gravamen delEstado receptor y de importación con
franquicia arancelaria de los bienes y objetos destinados a su uso.
III. MINISTROS DE RELACIONES EXTERIORES
El Ministro de Relaciones Exteriores del Perú o también conocido como
Canciller del Perú, es el titular del Ministerio de Relaciones Exteriores. El Ministro es el
encargado de las relaciones exteriores de este país, y de seguir las instrucciones que
imparta el Presidente Constitucional de la República del Perú en la materia. Es
responsable de continuar los lineamientos permanentes e inalterables en materia de
política exterior y de los lineamientos del gobierno de turno que no sean incompatibles
con los primeros.7
El Ministerio de Relaciones Exteriores, liderado por el Canciller y bajo la
dirección del Presidente de la República, es la institución encargada de ejercer la
representación del Estado en el ámbito internacional a través del Servicio Diplomático
de la República. Se encuentra integrado por 141 misiones en el exterior, entre
6 San ds, Phillipe. «Immunities before international courts». En Guest Lecture Series of the Office of the Prosecutor. La Haya: ICC-OTP, 2003, p. 4.7 http://www.rree.gob.pe/
embajadas, consulados y representaciones permanentes ante organizaciones
internacionales. Asimismo, es la organización pública transnacional más importante del
Perú y la responsable de proyectar la imagen oficial de nuestro país al mundo.
Su labor abarca la representación del país en los ámbitos político, económico,
cultural, acción consular, protección migratoria a favor de aproximadamente tres
millones de peruanas y peruanos que conforman nuestras comunidades en el exterior.
Ámbitos de competencia
a) Política Exterior;
b) Relaciones Internacionales;
c) Cooperación Internacional.
El personal de la Cancillería está integrado por los funcionarios del Servicio
Diplomático de la República, y por personal profesional especializado y técnico
administrativo.
Misión
Desarrollar una política exterior activa, a través de la representación,
negociación y promoción de los intereses de seguridad, desarrollo e inclusión del
Estado, entre otros, así como la protección de los nacionales en el exterior.
Visión
El Perú tiene una posición internacional sólida en el ámbito bilateral y
multilateral, afirma su soberanía, su seguridad y desarrollo, atiende eficientemente a sus
connacionales en el exterior, logra mayores facilidades para el acceso a mercados para
sus exportaciones, y profundiza la cooperación e integración con los países vecinos, el
continente americano, la región del Asia Pacífico, los países europeos así como países
en desarrollo y desarrollados, priorizando los espacios andino, amazónico,
sudamericano y latinoamericano con miras a lograr una mayor inclusión económica y
social.
Objetivos
Promover y defender en el ámbito regional los intereses del Perú con miras a la
afirmación de su soberanía e integridad territorial, la consolidación de su seguridad
integral, el comercio y la cooperación con los países vecinos, así como la integración a
nivel subregional y regional.
Profundizar las relaciones con otras regiones en el ámbito bilateral y
multilateral, garantizando la independencia política frente a bloques ideológicos, a fin
que la política exterior constituya un instrumento esencial para el desarrollo sostenible
del país, con énfasis en el apoyo a la superación de la pobreza y la inclusión social, a
través de la integración y promoción económica, la industrialización, la adquisición de
ciencia y tecnología, y la cooperación.
Profundizar la política de protección y atención a las comunidades peruanas en
el exterior, facilitando su inserción en los países de destino, el desarrollo de sus vínculos
con el Perú y su contribución al desarrollo, así como su participación en la política
nacional.
Fortalecer la imagen del Perú a través de la defensa de nuestro patrimonio y la
promoción en el exterior de nuestro acervo cultural.
Fortalecer las capacidades de gestión institucional a través de la formación de
recursos humanos que se expresen en niveles óptimos de eficiencia y eficacia en la
conducción de las relaciones exteriores del Estado.8
IV. DIPLOMACIA.
Hasta el renacimiento se presenta de forma ocasional para asuntos concretos. En
la antigüedad encontramos ejemplos en el oriente asiático, Egipto, etcétera; pero serán
los que griegos los que por primera vez den estabilidad a la diplomacia.
Roma no valora la diplomacia en el mismo grado que los griegos, prefiriendo la
guerra en la mayoría de los casos. Con la caída del imperio se produce, por los Reyes
bárbaros, la asimilación de las formas diplomáticas romanas. Las relaciones son
llevadas por los nuntii/legati/missi.
Al largo de la edad media se produce un perfeccionamiento en la diplomacia y
gracias a los aportes del Vaticano y de las ciudades estado del norte de Italia. Hacia
mediados del siglo XV se recurre al envío de representantes permanentes que se
constituían embajadores continuos. A partir de estas fechas la diplomacia se disemina
8 http://www.rree.gob.pe/elministerio/Paginas/La_Cancilleria.aspx
por el resto de Europa. A raíz de la paz de Westfalia se generalizó a la diplomacia
permanente. Este tipo de diplomacia subsiste hasta el fin de la primera guerra mundial.
A partir de los siglos XVIII y XIX es cuando emerge, sobre la base de la práctica
y los estudios doctrinales, un derecho diplomático que se cristaliza en el convenio de
Viena de 1815.
Tras la primera guerra mundial la diplomacia empieza a adquirir características
nuevas (diplomacia de conferencias, etcétera).
La aparición de las organizaciones internacionales cambia el modo concepción
de la diplomacia y el tipo de representación que ésta genera. Se tecnifica la diplomacia.
Actualmente la diplomacia es un fenómeno que se usa de forma constante bajo
una diversidad de formas, buscando siempre el logro de un objetivo. Asistimos, por
tanto, a una flexibilización del espectro de campos de la diplomacia.
En estos momentos, debido a la interdependencia, nos encontramos ante una
diplomacia omni lateral que se manifiesta a través de la misión permanente, diplomacia
ad hoc, misiones especiales, diplomacia directa (hecha por los propios ministros de
relaciones exteriores). De todas estas formas de manifestación podemos apreciar como
la diplomacia permanente sigue manteniendo su valor; incluso ampliándolo.
La diplomacia hoy día se mantiene más viva que nunca aunque no por ello debe
dejar de adaptarse a los nuevos tiempos.
Noción, requisitos básicos y delimitación de la diplomacia:
La diplomacia descansa sobre dos elementos: representatividad, Negociación
pacífica, Estas deben darse previo cumplimiento de 2 requisitos: Relación entre dos
sujetos de derecho internacional público.
Los órganos o personas para la acción diplomática deberán de gozar de una
representatividad debidamente otorgada. Esto tiene mucha importancia en la diplomacia
multilateral. Es preciso diferenciar la diplomacia de otros conceptos afines como
relaciones internacionales. La diplomacia será siempre relación internacional pero esto
no ocurre a la inversa.
También hay que distinguir diplomacia de política exterior. En todo caso no
debemos confundir diplomacia, política exterior ni con relaciones internacionales. La
diplomacia se resume en un modo particular de realizar ciertas facetas de la política
exterior que van estrictamente vinculadas al derecho internacional público y más
concretamente al derecho diplomático. Características de las relaciones diplomáticas: en
la doctrina actual las definiciones de diplomacia subrayan su condición de medio para
realizar buena parte de la política exterior así como de medio de cooperación y
resolución pacífica controversias.
La diplomacia es un instrumento esencial para la cooperación internacional entre
Estados y la solución, por medios pacíficos, de divergencias entre ellos. Podemos
definir diplomacia como la actividad ejecutó hora de la ejecutora de un sujeto de
derecho internacional, llevada a cabo por órganos y personal debidamente el
representativo del mismo, ante otros sujetos de derecho internacional, para, por medio
de la negociación, alcanzar, mantener o fortalecer la paz; debiendo tener como finalidad
última a ser posible la existencia de una comunidad internacional justa que permita el
pleno desarrollo de los pueblos
V. LA CONVENCION DE VIENA
Los Estados Partes en la presente Convención, Teniendo presente que desde
antiguos tiempos los pueblos de todas las naciones han reconocido el estatuto de los
funcionarios diplomáticos,
Teniendo en cuenta los propósitos y principios de la Carta de las Naciones Unidas
relativos a la igualdad soberana de los Estados, al mantenimiento de la paz y de la
seguridad internacionales y al fomento de las relaciones de amistad entre las naciones,
Estimando que una convención internacional sobre relaciones, privilegios e
inmunidades diplomáticos contribuirá al desarrollo de las relaciones amistosas entre las
naciones, prescindiendo de sus diferencias de régimen constitucional y social,
Reconociendo que tales inmunidades y privilegios se conceden, no en beneficio de las
personas, sino con el fin de garantizar el desempeño eficaz de las funciones de las
misiones diplomáticas en calidad de representantes de los Estados, Afirmando que las
normas del derecho internacional consuetudinario han de continuar rigiendo las
cuestiones que no hayan sido expresamente reguladas en las disposiciones de la presente
Convención, Han convenido en lo siguiente:
La Convención de Viena sobre Relaciones Diplomáticas es un tratado
internacional que regula las relaciones diplomáticas entre los países y la inmunidad del
personal diplomático. Fue adoptada el 18 de abril de 1961 en Viena (Austria) y entró en
vigor el 24 de abril de 1964. Fue complementada en 1963 por la Convención de Viena
sobre Relaciones Consulares. 174 Estados pertenecen a la Convención y en los pocos
Estados que no han firmado el documento, sus disposiciones se aplican como Derecho
Internacional consuetudinario.9
Existen dos protocolos adicionales a la convención, ambos de 18 de abril de 1961:
• Protocolo facultativo sobre adquisición de nacionalidad,
• Protocolo facultativo sobre la jurisdicción obligatoria para la solución de
controversias.
VI. CONSULADOS.
En función de las necesidades de cada momento histórico, las funciones
consulares han ido modificando la índole y alcance de sus funciones, adquiriendo unas y
perdiendo otras. Junto a esta dificultad está el hecho de que la naturaleza de la función
esencial, entendida ésta como el intento de continuar la administración de un estado más
allá de sus fronteras como consecuencia de la necesidad que tiene esté de ejercitar
determinados derechos y de cumplir ciertas obligaciones, en relación con sus súbditos
extranjeros extranjero, determinan que en cada caso sea el estado quien, según sus
criterios, decida la forma en que se concretan las funciones consulares. En este sentido
el convenio de Viena de 1963 recoge la idea básica de que el cónsul puede desarrollar
todas las funciones que le asigna estado que lo nombra, siempre y cuando el país en el
que actúe no se oponga expresamente al ejercicio de dichas funciones.
Estos son los inconvenientes que impiden definir las funciones consulares; pese
a esto, existe un amplio acuerdo en cuanto a que la función consular tiene como objetivo
esencial proteger los intereses de los súbditos del estado en el extranjero prestándoles la
asistencia que puedan necesitar. Junto a ello hay que decir que la función consular
asegura a la continuación de la acción de la administración del país mediante el ejercicio
de funciones tales como notariales, de registro civil, administrativas, etcétera. A su vez
la función consular incluye el ejercicio a nivel local de funciones comerciales y
culturales.
9 Gutiérrez Espada, Cesáreo (2005). «LA ADHESIÓN ESPAÑOLA A LA CONVENCIÓN DE LAS NACIONES UNIDAS SOBRE LAS INMUNIDADES JURISDICCIONALES DE LOS ESTADOS Y DE SUS BIENES». Universidad de Murcia.
El Consulado es el organismo de la administración pública de un Estado en el
territorio de otro, con el objetivo de asistir y proteger a sus nacionales, en la medida de
lo permitido por el Derecho Internacional y el derecho interno del Estado receptor.
Un consulado es la representación de la administración pública de un país en
otro distinto, que colabora con sus propios nacionales en las funciones siguientes:
• Establecer y renovar documentos oficiales (por ejemplo, pasaportes)
• Emitir partidas de nacimiento, de defunción, de matrimonio, entre otros.
• Ofrecer atención y cuidado a los nacionales detenidos y controlar la legitimidad de los
procedimientos judiciales correspondientes.
• Establecer visados a extranjeros e informar acerca de los permisos de residencia o de
trabajo.
El consulado es una oficina que representa la administración pública de un país
en otro país. Esta oficina es la encargada de proteger, informa y en general velar por los
intereses de los nacionales que residen en el exterior.
Los servicios consulares se prestan sin necesidad de intermediario alguno y
algunos son gratuitos, a menos que los servicios requieran impuesto de timbre, o sean
los correspondientes a pagos de derechos consulares que se destinan al Fondo Rotatorio
del Ministerio de Relaciones Exteriores. Las tarifas consulares varían en cada
Consulado, pero deben estar visibles para cualquier usuario tanto nacional como
extranjero.
Funciones generales de los consulados:
- Proteger los intereses de las personas naturales y jurídicas, supervisando el control de
legitimidad de los procedimientos judiciales, pero respetando las leyes del país donde se
encuentren y las normas de derecho internacional,
- Realizar programas de promoción con sus nacionales residentes en el exterior.
- Expedir pasaportes y documentos de identidad -cédula de ciudadanía, tarjeta de
identidad, libreta militar, certificado judicial- a los nacionales en el exterior
- Actuar como notarios
- Expedir visas para los extranjeros que deseen viajar a su país
- Ofrecer información sobre abogados locales, médicos e intérpretes.
- Localizar familiares en el extranjero y ayuda en el procedimiento para la repatriación
de cadáveres o la exhumación.
- Brindar información a los nacionales detenidos en el exterior.
- Velar que se respeten los derechos de los detenidos
Funciones del Consulado:
1.- Protección y asistencia de los nacionales.
2.- Expedición de pasaportes y documentos de viaje a los nacionales del Estado
acreditante, así como emitir visados o documentos adecuados a las personas que deseen
viajar a dicho Estado.
3.- Funciones registrales en calidad de notario y funcionario del registro civil.
4.- Comunicar las decisiones judiciales y extrajudiciales.
DIFERENCIAS ENTRE AMBAS ENTIDADES:
La embajada se encarga de ejercer la Representación política del Estado, pues es
el único interlocutor legal del Gobierno que representa ante el Gobierno del país en el
cual está acreditada. Por su parte, el consulado debe proteger y velar por los intereses de
sus nacionales, con base en las normas del Derecho Internacional y del Estado Receptor.
VII. JEFES DE MISION DIPLOMATICA.
Si el término «misión» designa a cualquier tipo de representación oficial de un
Estado fuera de sus fronteras, sea de carácter permanente o temporal, la expresión
«misión diplomática» se refiere a la representación permanente de un Estado ante otro
Estado o una organización de índole internacional. Hay que distinguir la misión
diplomática de la misión especial, que es enviada por un Estado para negociar con otras
materias concretas y determinadas o asistir a un acto solemne como la toma de posesión
de un Jefe de Estado. Se conocen con el nombre de delegaciones y tienen carácter
temporal.
El término «misión diplomática» se refiere a la representación permanente de un
Estado ante otro Estado o una organización de índole internacional.
El término «misión diplomática» es el empleado por el Convenio de Viena de 18
de abril de 1961, sobre relaciones diplomáticas, para designar las representaciones
permanentes del Estado acreditante ante el Estado receptor. Existen cuatro tipos
fundamentales de misiones diplomáticas, la Embajada (máxima categoría de la misión
diplomática, cuyo jefe es un embajador), la legación (de jerarquía inferior a la
Embajada, cuyo jefe de misión es un ministro residente), 10
La Nunciatura (misión diplomática de la misma categoría que la Embajada, cuyo
jefe se denomina Nuncio y es la representación de la Santa Sede ante los Estados con
los que tiene relaciones diplomáticas) y la Internunciatura (misión diplomática de la
Santa Sede de menor categoría que la Nunciatura, pues se puede equiparar a la
Legación. El jefe de la misión se denomina internuncio). Son también misiones
diplomáticas en sentido amplio, las delegaciones permanentes de un Estado ante una
organización internacional al frente de las cuales está un embajador, representante o
delegado permanente y las misiones que los organismos internacionales pueden
establecer ante los Estados que forman parte de las mismas.
Al frente de la misión diplomática está el jefe de misión, definido por el
Convenio de Viena (artículo 19) como la persona encargada por el Estado acreditante de
actuar con el carácter de tal). El artículo 14 del indicado convenio divide a los jefes de
misión en tres clases: a) embajadores o nuncios acreditados ante los Jefes de Estado; b)
enviados, ministros o internuncios acreditados antes los Jefes de Estado; c) encargados
de negocios acreditados ante los ministros de Relaciones Exteriores. Son miembros del
personal de la misión diplomática los agentes diplomáticos (acreditados con este
carácter y que gozan de estatuto diplomático, como los agregados o consejeros), los
miembros del personal administrativo y técnico (que aun no siendo acreditados como
personal diplomático gozan de ciertas inmunidades y privilegios) y los miembros del
personal de servicio de la misión.
El artículo 3 del Convenio de Viena destaca las principales funciones de la
misión diplomática: a) representar al Estado acreditante ante el Estado receptor; b)
proteger los intereses del Estado acreditante y sus nacionales; c)negociar con el
10 http://html.rincondelvago.com/derecho-diplomatico-y-consular.html
Gobierno del Estado receptor; d) enterarse e informar sobre la evolución de los
acontecimientos en el Estado receptor; e) fomentar las relaciones amistosas,
económicas, culturales y científicas entre el Estado acreditante y el receptor.
Todo Estado reconocido internacionalmente tiene capacidad para enviar o
acreditar ante otro Estado misiones diplomáticas o recibirlas, pero el establecimiento de
relaciones diplomáticas entre Estados y el envío de misiones diplomáticas permanentes
sólo se efectúa por consentimiento mutuo (art. 2 del Convenio de Viena). Está prevista
también la ruptura de relaciones diplomáticas entre dos Estados o el término de una
misión diplomática de modo definitivo o temporal, encargando la protección de sus
intereses y de sus nacionales a un tercer Estado aceptable para el Estado receptor.
Supuestos menos graves son la convocatoria de un jefe de misión por el ministro de
Relaciones Exteriores del Estado receptor para entregarle una nota de protesta, la
declaración de persona «non grata» de un miembro de la misión o la llamada a consulta
de un jefe de misión por su propio Ministerio de Relaciones Exteriores. Los locales de
la misión diplomática, su mobiliario, archivos y documentos son inviolables, los agentes
del Estado receptor no podrán penetrar en ellos sin consentimiento del jefe de la misión
y ésta está exenta de todo impuesto y gravamen relacionado con sus locales.11
El jefe es la persona encargada de dirigir la misión diplomática, el máximo
responsable a todos los efectos. El personal de la misión está formado por el jefe de
misión y los miembros de la misma (personal diplomático, administrativo, técnico y de
servicio).
En 1961 se celebró, gracias al impulso de la ONU, el Convenio de Viena, una
reunión específica sobre las relaciones diplomáticas. En el mismo, se acordó dividir a
los jefes de misión en cuatro categorías distintas:
1. Embajadores, nuncios y equivalentes.
2. Enviados o ministros acreditados ante jefes de estado.
3. Encargados de negocios o titulares acreditados ante los ministros de relaciones
exteriores.
4. Encargados de negocios ad interim. Éstos ejercen de número dos en las embajadas.
Asumen, provisionalmente, la jefatura de la misión en caso de ausencia del embajador.
11 Fernández de Casadevante, C., Derecho Internacional Público, Dílex, Madrid, 2003.
En la actualidad, las categorías diplomáticas siguen el anterior esquema. En la
primera de ellas quedan incluidos los embajadores extraordinarios y plenipotenciarios,
nuncios, altos comisarios, representantes permanentes ante organizaciones
internacionales etc. En el segundo tipo se integran los enviados extraordinarios en
misiones especiales (miembros de familias reales o personalidades importantes
acreditadas ante los jefes de estado) y delegados apostólicos. Por último, los encargados
de negocios acreditados ante los ministros de asuntos exteriores conforman el tercer
escalón.
VIII. DERECHOS Y DEBERES DE LOS AGENTES DIPLOMATICOS.
El artículo 1, apartado e) del Convenio de Viena de 18 de abril de 1961, sobre
relaciones diplomáticas dispone que por «agente diplomático» se entiende el jefe de la
misión (persona encargada por el Estado acreditante de actuar con carácter de tal) o un
miembro del personal diplomático de la misión, es decir, los miembros de la misión que
posean la calidad de diplomático El agente diplomático es, pues, toda persona -jefe de la
misión o miembro de la misma- acreditado con carácter diplomático ante el Estado
receptor, que figura en la lista diplomática y goza del estatuto diplomático. El conjunto
de personas acreditadas como agentes diplomáticos ante un Estado e incluidas en la lista
diplomática (embajadores, ministros, consejeros, encargados, agregados y demás
personal diplomático de la misión) forman el Cuerpo Diplomático extranjero en una
capital, aunque esta expresión se suele reservar para los jefes de misión diplomática.
Según el artículo 14 del citado Convenio de Viena, los jefes de misión
diplomática se dividen en tres clases: a) embajadores o nuncios acreditados ante los
Jefes de Estado; b) enviados, ministros o internuncios acreditados ante los Jefes de
Estado; c) encargados de negocios acreditados ante los ministros de Relaciones
Exteriores.
El embajador es el jefe de misión diplomática de la máxima categoría. Puede ser
embajador perteneciente a la carrera diplomática (embajador de carrera) o embajador
político, que conserva vitaliciamente este título y honores. Si pertenece a la carrera
diplomática, puede tener la categoría personal de embajador o de ministro
plenipotenciario. Antes de nombrar al jefe de una misión diplomática el Estado
acreditante debe solicitar del Estado receptor el consentimiento o «placet» sobre la
persona propuesta, sin que el Estado que niega el placet venga obligado a explicar los
motivos de su denegación (artículo 4 del Convenio).
El jefe de la misión diplomática de la Santa Sede, de mayor rango, se denomina
Nuncio y suele ser el decano del Cuerpo Diplomático en los países de tradición católica.
Se llama ministro residente al jefe de misión de una legación, misión de rango
inferior a la Embajada, hoy desaparecida en la práctica.
Cuando la jefatura de una misión diplomática se encuentra vacante, asume
temporalmente sus funciones el funcionario diplomático de categoría inmediatamente
inferior al jefe de misión con el carácter de encargado de negocios, comunicando su
nombre al Ministerio de Relaciones Exteriores el jefe de misión al ausentarse.
En las Embajadas más importantes la sub jefatura de la misión es ocupada por el
ministro-consejero, que suele tener categoría personal de ministro plenipotenciario o
consejero de Embajada. En las restantes, el segundo puesto de la misión es
desempeñado por un consejero o secretario de Embajada. Por debajo del ministro-
consejero y por encima del primer secretario existe en las Embajadas el puesto de
consejero de Embajada, que no debe confundirse con la categoría de la Carrera
Diplomática del mismo nombre. El secretario de Embajada es el cargo inmediatamente
inferior al consejero y superior a los agregados.
Los agregados son miembros del personal diplomático de una misión que
cumplen misiones específicas de tipo militar, cultural, comercial o laboral. Pueden
pertenecer a la Carrera Diplomática o a otros ministerios y, en el caso de los agregados
militares, navales o aéreos, el Estado receptor puede exigir que se le sometan de
antemano sus nombres para su aprobación. Pueden existir agregados honorarios
acreditados ante el Estado receptor que no tengan la condición de funcionarios.12
No tienen carácter de agentes diplomáticos el canciller (jefe personal
administrativo) ni el propio personal administrativo y técnico de las misiones
diplomáticas.
Los agentes diplomáticos gozan de inmunidad de la jurisdicción penal del
Estado receptor, no están obligados a testificar y su persona, residencia, documentos y
12 http://www.rree.gob.pe/elministerio/Paginas/Privilegios.aspx
bienes son inviolables. No pueden ser objeto de detención o arresto y tienen el
privilegio de exención de todo impuesto o gravamen. Inmunidades y privilegios que
pueden extenderse a los familiares del agente diplomático (V. inmunidades
diplomáticas).
IX. PREVILEGIOS DIPLOMATICOS.
La concesión de privilegios e inmunidades a los enviados diplomáticos es una
norma muy antigua del derecho internacional. La existencia oficial de enviados como
representantes de los Estados nación se remonta a la práctica de la Grecia antigua.
Entre los miembros de la Liga Anfitriónica los embajadores se consideraban
inviolables. También pueden encontrarse prácticas análogas en los Estados de la antigua
India o en el Imperio romano. Esas prácticas, establecidas sobre una base
consuetudinaria, se codificaron en la Convención de Viena sobre las Relaciones
Diplomáticas de 1961. Los países que se han adherido a la Convención creen que esas
prácticas contribuyen al desarrollo de las relaciones amistosas entre las naciones,
prescindiendo de sus diferencias de régimen constitucional y social. Esta opinión se
refleja en el tercer párrafo del preámbulo de la Convención de Viena.
Esos privilegios, inmunidades y exenciones diplomáticos, tal como se describe
en la Convención, no se conceden en beneficio de las personas, sino con el fin de
garantizar el desempeño eficaz de las funciones de las misiones diplomáticas en calidad
de representantes de los Estados.
Es cierto que los diplomáticos gozan de inmunidad de la jurisdicción penal, civil
y administrativa del Estado receptor. Sin embargo, el Estado acreditante puede
renunciar a esa inmunidad. Además, la inmunidad de jurisdicción de un diplomático en
el Estado receptor no le exime de la jurisdicción del Estado acreditante.13
El Estado receptor puede declarar a su discreción a cualquier miembro del
personal diplomático de una misión persona no grata (persona no aceptable). Esto puede
hacerse en cualquier momento y no hay obligación de explicar tal decisión. Por lo
general, en tales situaciones, el Estado acreditante retirará a esa persona o pondrá
término a sus funciones en la misión.
13 Reglamento Consular 2005
Así pues, la Convención de Viena prevé medidas concretas que pueden adoptar
tanto los Estados acreditantes como los Estados receptores en caso de uso indebido o
abuso de los privilegios e inmunidades diplomáticas. En conjunto, los privilegios e
inmunidades diplomáticas han contribuido eficazmente a facilitar las relaciones.
(Fuente: Naciones Unidas, Dependencia de información al público).
La Dirección de Privilegios e Inmunidades del Ministerio de Relaciones
Exteriores es la responsable de administrar el régimen de privilegios e inmunidades que
el Gobierno peruano concede a las Misiones Diplomáticas, Oficinas Consulares a los
Organismos y Organizaciones Internacionales, así como a sus funcionarios y
dependientes familiares, (siempre que no sean nacionales ni residentes extranjeros), en
virtud de los convenios internacionales vigentes sobre la materia, como:14
• Convención de Viena sobre Relaciones Diplomáticas de 1961.
• Convención de Viena sobre Relaciones Consulares de 1963.
1. La inmunidad diplomática: Es el conjunto de prerrogativas reconocidas a los agentes
diplomáticos con fundamento en la costumbre internacional y que se refiere a: La
inviolabilidad personal2.Independencia necesaria para el desempeño del cargo. Cortesía
con la que deben ser tratados,
2. Principios rectores: Son principios de la inmunidad diplomática:1. De necesidad2. De
eficacia o funcionalidad3. De independencia – libertad4. De inviolabilidad –seguridad5.
De cortesía o reciprocidad.
3. Los privilegios e inmunidades diplomáticas: 1. Inmunidad 2. Inviolabilidad 3.
Exenciones fiscales, aduaneras y de seguridad social4. Otros privilegios (dependen de
los estados acreditantes, receptores o de los tratados internacionales.
a. La inmunidad de jurisdicción: Consiste en la sustracción del diplomático a la
jurisdicción del estado donde ejerce sus funciones. Puede ser: 1. Civil: un diplomático
no puede ser demandado ante un tribunal del Estado receptor ni condenado por actos
dependientes del derecho civil. 2. Penal: tampoco puede ser perseguido ante los
tribunales del Estado receptor ni molestado por ninguna autoridad judicial, aunque sean
actos delictuosos.3. Administrativa: debe respetar los ordenamientos administrativos
14 https://mega.co.nz/#F!thEHmQbZ!aayb4Yhw9NTgTX06Fa4FGw
pero no puede ser conminado en forma coercitiva a cumplirlos. La inmunidad y
jurisdicción no pertenece a los agentes diplomáticos sino al Estado acreditante, empieza
desde el momento en que penetra en el territorio del Estado donde va a servir.
b. La inviolabilidad: Art. 29 de la CVRD señala que la persona del agente diplomático
es inviolable….Es necesaria para que ejerzan sus funciones de manera libre,
independiente, segura y eficaz. La familia del diplomático también goza de este
privilegio. Comprende dos aspectos:
1. Inmunidad a la coerción
2. Protección que le brinda el estado receptor
Tipos de inviolabilidad: 1. De los locales de misión, 2. De la residencia particular, 3. De
los medios de transporte, 4. De los archivos y documentos, 5. De la correspondencia, 6.
De los bienes, 7. De las funciones
c. El asilo político: La palabra asilo proviene del latín “asylum” que quiere decir: lugar
donde no puede efectuarse la captura. Ya se practicaba entre los griegos desde la
antigüedad. Es aquel en el que el asilante ampara a un perseguido por la justicia o por
autoridades de un Estado extranjero, incorporándose al derecho internacional son
carácter de derecho público, se presenta de dos formas:
1. El que se practica en el territorio del Estado y que se denomina asilo territorial. 2. El
que se practica por autoridades representativas de un Estado en el territorio de otro y
que se denomina asilo diplomático (embajadas).
4. El perseguido político y delincuente político: Es aquel que sin haber cometido delito
alguno es perseguido por sus ideas o por convenir así a los intereses de orden político de
un Estado. Mientras que el delincuente político es aquel que ha llevado a cabo acciones
contra la organización o el funcionamiento del Estado. 15
5. Condiciones para que se dé el delito político: 1. La calificación de asilo político
corresponde al estado que da el asilo2. El asilo es una institución humanitaria por lo
tanto no es sujeto de reciprocidad3. Algunos estados lo consideran humanitariamente,
otros costumbre y otros un auténtico derecho.4. Todo Estado tiene derecho a conceder
asilo pero no está obligado a otorgarlo ni declara porque lo niega.5. El asilo solo se
15 ARBUET, Herbert. La situación de los locales de las misiones diplomáticas. En Organización de los Estados Americanos. XI Curso de Derecho Internacional. Secretaria General, Subsecretaria de Asuntos Jurídicos de la Organización de los Estados Americanos. Washington, D.C. p. 79.
otorga en casos de urgencia y por el tiempo indispensable para que el asilado salga del
país con seguridad.6. Solo pueden recibir asilo político los perseguidos políticos,
delincuentes políticos y “delitos conexos”7. El agente diplomático no puede ofrecer el
asilo político ni debe acudir donde se encuentra el asilante, sino que este debe acudir a
la embajada (salvo que fuera un Jefe de Estado).8. Una vez efectuada la salida el Estado
asilante no está obligado a radicarlo en su territorio, pero no podrá devolverlo a su país
de origen a no ser que el asilado así lo pida.
“Exenciones fiscales, aduaneras y de seguridad social. Antiguamente esta exención era solo una cortesía y se concedía bajo reserva de reciprocidad, hoy la CVRD Arts. 23, 33, 34, 36, 37 y 39 lo señalan. Estas excepciones se dividen en cuatro aspectos:1.Privilegios Fiscales de la misión: El Estado acreditante y el Jefe de la misión están exentos de todos los impuestos y gravámenes nacionales, regionales y municipales sobre los locales de la misión de que sean propietarios o inquilinos.2.Privilegios fiscales de los agentes diplomáticos: Los agentes diplomáticos quedan exentos de todo tipo de impuesto directo del Estado receptor sobresueldos y salarios que perciban salvo los que no estén relacionados con su función diplomática.3.Privilegios aduaneros: exentos de todo tipo de impuestos o gravámenes aduaneros de los objetos destinados al uno del personal del agente diplomático o de los miembros de su familia4.Aportaciones a la seguridad social: Depende del Estado acreditante o las leyes del Estado receptor. Otros privilegios: 1. Derecho de capilla (facultad de tener un clérigo de cualquier religión que profese el diplomático- adscrito a la embajada) 2. Derecho a enarbolar la bandera y escudo de su país en la misión diplomática. 3. Exención de servicios públicos y militares4. Exención de la nacionalidad automática”.16
CONCLUSIONES
PRIMERA: Los términos privilegio, inviolabilidad e inmunidad, muchas veces
indistintamente utilizados en diferentes acepciones, han sido desarrollados por la
doctrina, que diferencia y a la vez relaciona estos tres conceptos, al considerar
tradicionalmente a la inmunidad como la exención de ser sometido a la jurisdicción
del Estado donde se encuentra acreditado el representante diplomático. Inmunidad que
suele diferenciarse de la inviolabilidad, pues ésta consiste específicamente en el
impedimento de arresto o atentado por autoridades o particulares respecto del sujeto
que goza de ella. Por lo tanto, todas las demás facilidades concedidas son catalogadas,
16 BECERRA, Manuel. Derecho Internacional Público. Instituto de Investigaciones Jurídicas de lo Universidad Nacional Autónoma de México. 1991. p. 16.
de manera general, como privilegios.
SEGUNDA: Son los sujetos de Derecho Internacional los irrogados de legitimidad
para ejercer los privilegios, y los que únicamente cuentan con dicho derecho,
identificados como los Estados (otorgándose a la representación diplomática), las
organizaciones internacionales, la Santa Sede, la Soberana Orden de Malta y el Comité
Internacional de la Cruz Roja.
TERCERA: Los privilegios otorgados como derechos a las misiones diplomáticas y
sus integrantes protegen el principio básico que justifica su concesión, el cual consiste
en que dichas prerrogativas deben ser utilizadas única y exclusivamente para facilitar y
colaborar en la realización de las tareas asignadas a la misión diplomática en carácter
de representante del Estado u organización internacional acreditante.
CUARTA: En tal sentido, las exenciones tributarias se otorgan en razón a las
disposiciones establecidas en el artículo 29 y siguientes de la Convención de Viena
sobre Relaciones Diplomáticas del 18 de abril de 1961, teniendo particularidades y
límites reglamentados en el ámbito nacional, a fin de evitar la desnaturalización de la
finalidad acreditada.
BLIBLIOGRAFIA
1. ARBUET, Herbert. La situación de los locales de las misiones diplomáticas. En
Organización de los Estados Americanos. XI Curso de Derecho Internacional.
Secretaria General, Subsecretaria de Asuntos Jurídicos de la Organización de los
Estados Americanos. Washington, D.C. p. 79.
2. BECERRA, Manuel. Derecho Internacional Público. Instituto de Investigaciones
Jurídicas de lo Universidad Nacional Autónoma de México. 1991. p. 16.
3. Carrillo Salcedo, Juan Antonio (1991). «2». Curso de derecho internacional
público. Madrid: Editorial Tecnos S.A. pp. 53–62. ISBN 84-309-2064-1.
4. Cassese , Antonio. International Law. Segunda edición. Nueva York: Oxford
University Press,2005, p. 91.
5. Cassese , Antonio. Op. cit., pp. 91 y ss. Véase también Corte Internacional de
Justicia, sentencia del 14 de febrero del 2002, República Democrática del Congo
vs. Bélgica (Caso Yerodia), párrafo 51.
6. Estatuto de Roma que crea la Corte Penal Internacional, el artículo 7 del Estatuto
del Tribunal Militar Internacional de Nuremberg, el artículo 7.2 del Estatuto del
Tribunal Penal Internacional para la ex Yugoslavia y el artículo 6.2 Estatuto de
Tribunal Penal Internacional para Ruanda
7. Gutiérrez Espada, Cesáreo (2005). «LA ADHESIÓN ESPAÑOLA A LA
CONVENCIÓN DE LAS NACIONES UNIDAS SOBRE LAS
INMUNIDADES JURISDICCIONALES DE LOS ESTADOS Y DE SUS
BIENES». Universidad de Murcia.
8. Fernández de Casadevante, C., Derecho Internacional Público, Dílex, Madrid,
2003
9. Human Rights Watch, «Cuando los tiranos tiemblan. El caso Pinochet», Human
Rights Watch, Vol. 11, N° 1 (B), pp. 670-671
10. San ds, Phillipe. «Immunities before international courts». En Guest Lecture
Series of the Office of the Prosecutor. La Haya: ICC-OTP, 2003, p. 4.
11. http://www.rree.gob.pe/
12. http://www.rree.gob.pe/elministerio/Paginas/La_Cancilleria.aspx
13. http://html.rincondelvago.com/derecho-diplomatico-y-consular.html
14. http://www.rree.gob.pe/elministerio/Paginas/Privilegios.aspx
15. Reglamento Consular 2005
16. https://mega.co.nz/#F!thEHmQbZ!aayb4Yhw9NTgTX06Fa4FGw