Derechos+humanos de las Garantías y de los Deberes

14
BARQUISIMETO, 31 DE AGOSTO 2015 2015 DERECHO CONSTITUCIONAL LOS DERECHOS HUMANOS Y GARANTÍAS Y DE LOS DEBERES Gabriely Graterol C.I. V-23.845.888 UNIVERSIDAD FERMIN TORO

Transcript of Derechos+humanos de las Garantías y de los Deberes

B A R Q U I S I M E T O , 3 1 D E A G O S T O 2 0 1 5

2015

DERECHO CONSTITUCIONAL

LOS DERECHOS HUMANOS Y

GARANTÍAS Y DE LOS DEBERES

Gabriely Graterol C.I. V-23.845.888

UNIVERSIDAD FERMIN TORO

1

ÍNDICE GENERAL

DERECHOS Y GARANTÍAS CONSTITUCIONALES

CONVENCIONES DE DERECHOS HUMANOS

VIOLACIÓN DE LOS DERECHOS HUMANOS

DERECHOS CIVILES

DERECHOS POLÍTICOS

DERECHOS POLÍTICOS MENCIONADOS EN LA CONSTITUCIÓN.

LA SOBERANÍA POPULAR

EL REFERÉNDUM

2

Los Derechos Humanos son el conjunto de prerrogativas inherentes a la naturaleza de

la persona, cuya realización efectiva resulta indispensable para el desarrollo integral del

individuo que vive en una sociedad jurídicamente organizada. Estos derechos, establecidos

en la Constitución y en las leyes, deben ser reconocidos y garantizados por el Estado. Estos

derechos fundamentan sus principios en la defensa de la persona humana y el respeto de su

dignidad son el fin supremo de la sociedad y del Estado; pero qué se entiende por dignidad;

el filósofo alemán Immanuel Kant, señala que la dignidad es “la capacidad de discernir entre

el bien que debo lograr y el mal que debo evitar”; es decir, el fundamento de la dignidad es

la “conciencia moral”.

Esto explica que el ser humano es el titular del goce y ejercicio de sus derechos

humanos; materializado en construir su proyecto de vida en “libertad de conciencia” y en

“libre desarrollo de la personalidad”, vinculándose de tal forma la dignidad con la

autonomía moral (pluralidad de ideas). El ser humano, en esencia, es un fin en sí mismo y

no un simple medio. Igualmente, los derechos humanos son atributos que toda persona

tiene y que son inherentes a su dignidad y, que el Estado tiene el gran deber de respetar su

prevalencia, garantizar su vigencia y satisfacer su plena realización. De esta manera, todo

ser humano, por el hecho de serlo, tiene derechos frente al Estado.

En el sistema jurídico venezolano, la Constitución garantiza a todos "el derecho al

libre desenvolvimiento de su personalidad, sin más limitaciones que las que derivan del

derecho de los demás y del orden público y social"; disposición que sustituye el enunciado

tradicional de que todos pueden hacer lo que no perjudique a otro y nadie está obligado a

hacer lo que la ley no ordene ni impedido de ejecutar lo que ella no prohíba, y que introduce

a la vez en el ordenamiento constitucional, la noción de orden público como criterio

limitante de los derechos y garantías constitucionales.

A este respecto, en Venezuela, los centros penitenciarios siguen presentando hechos

de violencia con pérdida de vidas y lesiones a la integridad personal y además de estos

hechos violatorios encuentran el retardo procesal, el hacinamiento, la ausencia de servicios

3

básicos en las cárceles, la falta de separación entre procesados y condenados y la presencia

de armas en los centros de privación de libertad. Asimismo, tomando en consideración que

la prisión preventiva es la medida más severa que se puede aplicar contra el imputado de

un delito, más del 65% de las personas privadas de su libertad no cuenten con una condena

firme. Las normas y políticas no han sido suficientes para evitar que al interior de las

cárceles venezolanas continúen ocurriendo hechos violentos que han cobrado la vida de

miles de personas en los últimos años, y causado heridas en otras miles.

Asimismo, nuestra carta magna establece que estos tratados, pactos y convenios

relativos a derechos humanos tienen jerarquía constitucional y prevalecen en el orden

interno, en la medida en que contengan normas sobre su goce y ejercicio más favorable a las

establecidas por la constitución y las leyes de la república bolivariana de Venezuela

(disposiciones generales del título III, artículo 23). La constitución nacional es innovadora

en materia de derechos humanos, pues además de proteger los interés individuales

extiende esa protección a los interese legítimos, colectivos y difusos.

En esta forma, la consagración de derechos y garantías constitucionales, si bien no es

restrictiva, tampoco es ilimitada; no se trata, en general, de derechos y garantías absolutos,

sino sometidos a una serie de limitaciones constitucionales y legales, inspiradas por "el

derecho de los demás", es decir, el interés general y la justicia social, y el "orden público y

social". La protección jurisdiccional de los derechos y garantías, sin embargo, es completa,

al menos en el texto constitucional: son nulos, de nulidad absoluta, todos los actos del Poder

Público que violen o menoscaben los derechos garantizados por la Constitución, y los

funcionarios y empleados públicos que los ordenen y ejecuten incurren en responsabilidad

penal, civil y administrativa.

En principio los derechos suponen atribuciones y las garantías son los medios para

hacer efectivos los derechos. El derecho es lo protegido y la garantía la protectora. El sujeto

tiene derecho a la información y la garantía es el habeas data. Pero hay situaciones en

donde la diferencia se opaca, por ejemplo tiene derecho al habeas corpus, equivale a tener

4

derecho a ejercer la garantía del habeas corpus frente a una privación arbitraría de libertad.

De manera que hay garantías que pueden ser vistas como derechos, y hay derechos que

pueden ser vistos como garantías, por ejemplo el derecho a no ser obligado a declarar

contra sí mismo en juicio penal, puede ser visto como una garantía para asegurar la defensa.

El respeto y garantía de los derechos humanos es un propósito general del estado

venezolano, quien tiene la obligación de respetarlos y de garantizarlos adoptando las

medidas necesarias para lograr su satisfacción en la población y asegurar la prestación de

determinados servicios. La constitución de 1999 establece, a lo largo de su título III, un

amplio marco de protección de los derechos humanos, tanto de aquellos contemplados en

su propio texto como los que se encuentran desarrollados en tratados, pactos o convenios

internacionales que Venezuela ha suscrito y ratificado.

La clasificación que establece la constitución define el común lenguaje de los derechos

humanos en Venezuela:

De acuerdo a lo contenido en el Título III, Capítulo I, de los Derechos Humanos,

Garantías y Deberes; específicamente lo previsto entre los artículos del 19 al 31 de la CRBV;

el Estado venezolano dando cumplimiento a estos preceptos construccionales, a través de la

Asamblea Nacional ha aprobado un importante conjunto de proyectos de leyes orientadas

todas a garantizar todo lo relativo al respeto inquebrantable de los Derechos Humanos

Fundamentales de todos los ciudadanos y ciudadanas, tanto naturales como extranjeros,

que residen en territorio venezolano, además de garantizar los derechos humanos

fundamentales de los conciudadanos que residen en cualquier lugar del Planeta Tierra,

tanto en territorios continentales e insulares, así como en espacios aéreos, marítimos u

oceánicos.

En este orden de ideas, el art. 19 constitucional, plantea que el Estado debe garantizar

a todas las personas conforme al principio de progresividad, sin ningún tipo de

discriminación, el goce y el ejercicio irrenunciable, indivisible e interdependiente de los

5

derechos humanos; en tal sentido es de carácter obligatorio para todos los órganos del

Poder público, respetar y dar garantías a los ciudadanos y ciudadanas del disfrute de estos

derechos.

Por tal motivo el art. 20 constitucional plantea que toda persona tiene el libre derecho

de desenvolvimiento de su personalidad (O sea que el Estado y la sociedad deben respetar

la libertad conductual del género), sin más limitaciones que las que deriven del derecho de

las demás y del orden público social; ello significa que las personas de igual sexo pueden

convivir en pareja siempre y cuando su relación no interfiera con el derecho y respeto

moral de sus semejantes; así mismo las personas pueden actuar de acuerdo a sus

costumbres culturales y religiosa, sin trasgredir el derecho de sus semejantes, de convivir

en armonía y sana paz.

Todas las personas son iguales ante la ley, tal y como lo prevé el art. 21. de la CRBV; en

consecuencia los seres humanos no deben ser víctimas de discriminación de: raza, sexo,

religión y condición social; por tanto el Estado o la sociedad no deben desarrollar acciones

orientadas a anular o menoscabar el reconocimiento, goce o ejercicio en condiciones de

igualdad de los derechos y libertades de las personas; por ello se les debe garantizar las

condiciones jurídicas y administrativas, a objeto de que la igualdad de las personas ante la

ley sea real y efectiva.

El Estado y la sociedad deben adoptar medidas orientadas a evitar la marginación, la

discriminación y la vulnerabilidad, sobre todo de las personas que por discapacidades

congénitas o accidentales, estén en minusvalía o debilidad manifiesta, por tanto las

autoridades deben sancionar los abusos o maltratos cometidos contra este tipo de seres

humanos. Las personas solo recibirán tratos de ciudadanos o ciudadanas, salvo las que

estén amparadas por condiciones diplomáticas; en consecuencia nuestra normativa jurídica

no reconoce títulos nobiliarios ni hereditarios.

6

Los derechos constitucionales y los contenidos en tratados o acuerdos internacionales

inherentes a los derechos humanos de acuerdo a lo previsto en el art. 22, no menoscaban

otros derechos que igualmente protejan derechos personalísimos de las personas, aun no

estando legislados ni reglamentados.

Cuando todos los tratados, pactos o convenios suscritos o ratificados por nuestro país

en materia de derechos humanos, sean más favorables que los contenidos en la

Constitución y las leyes de la República, siempre y cuando estos den mayor protección a la

persona; los mismos deben ser de inmediata y directa aplicación por los tribunales y demás

órganos del poder público; tal y como lo establece el art. 23 de la Carta Magna.

Ninguna ley penal tiene efecto retroactivo contra la persona, al menos que dicha ley

reduzca la pena para sancionarla cuando esta viole la normativa jurídica; aunque el

proceso judicial esté en curso, en tal sentido para la evacuación de pruebas, se tomará en

cuenta la retroactividad para favorecer al reo o la rea, según lo contemplado en el art. 24 de

la CRBV.

Los actos ejercidos por el Poder Público que violen o menoscaben derechos

garantizados en la Constitución y las leyes de la República, son nulos de toda nulidad, tal

como lo establece el art. 25 constitucional; por tal motivo los funcionarios o funcionarias

que incurran en esta irregularidad, están incursos en responsabilidades penales, civiles y

administrativas, aunque hayan recibido órdenes superiores para su actuación.

Las personas pueden acceder a los órganos administrativos de justicia, para hacer

valer sus derechos e intereses incluyendo los difusos, la tutela de los mismos y la garantía

de obtener pronta decisión en los procesos judiciales; en consecuencia el Estado garantiza

una justicia gratuita, accesible, imparcial, idónea, transparente, autónoma, independiente,

equitativa y expedita, tal como lo determina el art. 26 de la Constitución.

7

El ser humano tiene derecho a ser amparado por los tribunales, para que este órgano

público le garantice el goce y disfrute de sus garantías constitucionales, aún en aquellas

inherentes a las personas que no figuren expresamente en la Constitución y en los

convenios internacionales sobre Derechos Humanos; debido a que la persona natural es el

débil jurídico ante el Estado; en consecuencia el procedimiento de la acción de amparo

constitucional, debe ser público, breve, gratuito y no sujeto a formalidad; en tal sentido la

autoridad competente tiene potestad para restituir inmediatamente la acción jurídica

infringida o la similar a la misma; es relevante acotar que la acción de amparo puede ser

interpuesta por cualquier persona; esta garantía la consagra el art. 27 Constitucional.

Paralelamente, los derechos políticos, entendidos como aquellos que reconocen y

protegen el derecho y el deber de todos los ciudadanos de participar en la vida política de

su país, son por esencia derechos que propician el fortalecimiento de la democracia y el

pluralismo político. La Convención Interamericana de Derechos Humanos establece en su

artículo 23 que todos los ciudadanos tienen derecho a participar en la dirección de los

asuntos públicos, directamente o por medio de representantes libremente elegidos;

derecho a votar y ser elegidos en elecciones periódicas auténticas, realizadas por sufragio

universal e igual y por voto secreto que garantice la libre expresión de la voluntad de los

electores; así como también derecho al acceso, en condiciones generales de igualdad, a las

funciones públicas de su país.

Existe una relación directa entre el ejercicio de los derechos políticos y el concepto de

democracia como forma de organización del Estado y a continuación se ha referido a la

necesidad de garantizar a los ciudadanos y a los grupos políticos organizados el derecho a

reunirse públicamente, permitiendo y fomentando un debate amplio sobre la naturaleza de

las decisiones políticas que requieren las medidas que adoptan los representantes elegidos

por los ciudadanos.

En Venezuela el derecho a asociarse con fines políticos está garantizado por el artículo

67 de la Constitución, conforme al cual el derecho a concurrir a los procesos electorales

8

postulando candidatos puede ser ejercido no sólo por los partidos políticos sino también

por las asociaciones con fines políticos e incluso por los ciudadanos. Otras formas de

participación política son, de acuerdo al artículo 70 de nuestra Carta Magna, la elección de

cargos públicos, el referendo, la consulta popular, la revocación del mandato, las iniciativas

legislativa, constitucional y constituyente, el cabildo abierto y la asamblea de ciudadanos y

ciudadanas cuyas decisiones serán de carácter vinculante, entre otros; y en lo social y

económico: las instancias de atención ciudadana, la autogestión, la cogestión, las

cooperativas en todas sus formas incluyendo las de carácter financiero, las cajas de ahorro,

la empresa comunitaria y demás formas asociativas guiadas por los valores de la mutua

cooperación y la solidaridad.

Respecto del derecho a votar y ser elegido en elecciones periódicas auténticas,

realizadas por sufragio universal e igual y por voto secreto que garantice la libre expresión

de la voluntad de los electores, el Estado ha destacado que durante los últimos diez años se

han realizado doce elecciones en Venezuela, supervisadas por organismos internacionales

que han declarado que se ha cumplido con todos los estándares internacionales.

Durante varios años, organizaciones de oposición al gobierno habían argumentado la

existencia de fraude electoral durante los comicios en Venezuela. Sin embargo, a partir de

diciembre de 2007, cuando por una pequeña diferencia de votos triunfó la opción que

rechazaba la propuesta de reformas a la Constitución adelantada por el Presidente Chávez,

las alegaciones de fraude electoral disminuyeron considerablemente. El reconocimiento de

la derrota electoral por parte de las autoridades del Estado generó una mayor confianza en

el Consejo Nacional Electoral y debilitó el reiterado argumento de fraude electoral en

comicios anteriores.

La Convención Interamericana de Derechos Humanos ha destacado que la

participación política y social a través de la manifestación pública es esencial en la vida

democrática de las sociedades. El intercambio de ideas y reivindicaciones sociales como

9

forma de expresión, supone el ejercicio de derechos conexos, tales como el derecho de los

ciudadanos a reunirse y manifestar, y el derecho al libre flujo de opiniones e información.

En tal sentido, la participación en manifestaciones, como ejercicio de la libertad de

expresión y de la libertad de reunión, reviste un interés social imperativo y forma parte del

buen funcionamiento del sistema democrático inclusivo de todos los sectores de la

sociedad. Por ello, el Estado no sólo debe abstenerse de interferir con el ejercicio del

derecho a la manifestación pacífica, sino que debe adoptar medidas para asegurar su

ejercicio efectivo.

Al respecto, en el ejercicio del derecho a manifestar pacíficamente, se producen a

menudo violaciones a la vida y a la integridad personal, que en muchos casos son

consecuencia del uso excesivo de la fuerza estatal, así como de las acciones de grupos de

choque. Asimismo, en Venezuela la respuesta del Estado a las manifestaciones pacíficas se

ha caracterizado por la criminalización de la protesta social a través de la persecución penal

a las personas involucradas, desvirtuando la aplicación de las leyes punitivas del Estado.

Esta situación resulta de particular preocupación en tanto la represión y las penas

privativas de la libertad para las personas que participan en acciones de protesta tienen por

efecto inducir a los actores sociales a no participar en manifestaciones pacíficas.

Por tanto, existe, como todos lo sabemos, una política de Estado orientada a reprimir

por vías diversas la protesta social en Venezuela, esto, por el incremento en el número de

manifestaciones reprimidas, en la cantidad de juicios penales iniciados contra personas por

ejercer su derecho a la protesta pacífica, y en el número de víctimas fatales de la violencia

en el marco de manifestaciones, tanto a manos de los cuerpos de seguridad del Estado como

de grupos de choque como el Colectivo La Piedrita, Alexis Vive, y Lina Ron y sus seguidores.

En el caso del referéndum, este viene a ser un mecanismo propio de la democracia

participativa o directa mediante el cual, el pueblo acepta o rehúsa un proyecto de Ley

establecido por los gobiernos a nivel nacional, regional o local. En cuanto a su naturaleza

10

jurídica diversos autores le atribuyen el carácter de aprobación, decisión o ratificación que

permite dar validez y eficacia a la materia sometida a la consideración del pueblo mediante

votación popular. Otros autores sostienen que el Referéndum tiene su origen en la teoría de

la representación, particularmente cuando aquella se entendía como un mandato que ligaba

al elector y al elegido, incluso fue preconizada por Rousseau en su concepción de la

Soberanía Popular, recordándose aquel juicio que entendía que la Ley no era tal hasta tanto

no fuera ratificada por el pueblo.

Partiendo de este criterio tenemos que el Referéndum tiene dos momentos: Cuando el

texto sobre el cual se pronuncia el pueblo no es más que un proyecto que no tendrá fuerza o

valor jurídico sino después de la aprobación popular; y, Cuando la intervención del pueblo

debe ser expresa, la aprobación implícita no sería suficiente; es por ello que el referéndum

propiamente dicho aparezca como el mecanismo más perfecto de participación de los

ciudadanos. En Francia se denomina Veto Popular o Referéndum Facultativo.

Sobre el derecho a referéndum se puede decir, que la soberanía no puede ser

representada por la misma razón que no puede ser enajenada; consiste esencialmente en la

voluntad y la voluntad general no se representa: es ella misma o es otra, no hay término

medio y en consecuencia, "los diputados del pueblo no son ni deben ser representantes; no

son más que comisarios, no pueden decidir nada. Toda Ley que el pueblo en persona no ha

ratificado es nula; no es una Ley".

Al respecto Alfonso Rivas Quintero expresa: "En Venezuela como todas aquellas

sociedades políticas que han adoptado la forma de gobierno democrático, la representación

es el mecanismo mediante el cual el pueblo gobierna básicamente a través de sus

representantes que en forma colegiada integran una o dos cámaras que conforman el

Congreso o Parlamento".

Visto lo anterior, el ejercicio de la voluntad popular permite la escogencia de los

integrantes del Congreso, del titular del Ejecutivo Nacional o de otro miembro del poder

11

público. Nuestra democracia representativa no contempla el ejercicio directo de la

soberanía popular sino por medio de sus representantes; bajo esta óptica el referéndum

como institución no parece tener cabida.

El artículo 246, ordinal 4, primera parte, de la Constitución Nacional establece: "El

proyecto aprobado se someterá a referéndum en la oportunidad que fijen las Cámaras en

sesión conjunta, para que el pueblo se pronuncie en favor o en contra de la reforma....". Este

mecanismo de reforma general de la Constitución se traduce a un proceso más largo y

complejo, siendo la reforma parcial la más expedita y menos complicada cuando se aplica la

vía de la enmienda Constitucional, como lo establecido en el artículo 245 de la Constitución

Nacional.

El concepto de soberanía popular lo encontramos en la Constitución venezolana de

1999. Según el artículo 5, “La soberanía reside intransferiblemente en el pueblo, quien la

ejerce directamente en la forma prevista en esta Constitución y en la ley, e indirectamente,

mediante el sufragio, por los órganos que ejercen el Poder Público”. Entonces se puede

definir a la soberanía popular como un principio teórico en el que se basan todas las

concepciones de la democracia y que hoy tiene aceptación prácticamente universal como

fuente de todo poder y autoridad.

Quiere decir, que un pueblo es una unidad histórica de costumbres y hábitos de vida

en común, cuyos integrantes acuerdan formar un Estado para gobernarse mejor en forma

soberana (sin otro poder por encima de él). El pueblo constituye el Estado, y debe después

controlarlo y cambiarlo si lo cree conveniente. El pueblo no debe nada a sus gobernantes,

que son servidores, escribientes o mensajeros de la voluntad popular. Al mismo tiempo, el

pueblo tiene gran poder sobre los individuos, solo compensado por la reciprocidad de la

situación de éstos.

El derecho a la libre determinación de los pueblos garantiza la libre decisión de un

pueblo sobre su estatus político (Art. 1.1.2 de los Pacto internacionales de derechos

12

humanos). Ello significa el derecho de un pueblo a decidir sobre la organización estatal de

su existencia política. El derecho a la libre determinación de los pueblos ordena la vigencia

del principio de soberanía popular y abarca el poder constituyente del pueblo. Sólo

podemos hablar de verdadera libre determinación de un pueblo en el caso de auténtico

autogobierno. El Estado constitucional se monta en dos columnas: una norma que obliga

por igual a gobernantes y gobernados; y otra con respecto a que el titular único de la

soberanía es el pueblo y, por lo tanto, del poder constituyente.

Para concluir, podría decirse que Venezuela, en relación comparativa con muchas

naciones del globo, ha sido en el pasado y sigue siendo en el presente un país

institucionalmente respetuoso de los derechos humanos de los ciudadanos. Con ello quiero

significar que no creo que en ninguna época, incluida la actual, exista una política de estado

que deliberadamente propicie, el desconocimiento o la vulneración de los derechos

fundamentales de sus ciudadanos. A pesar de las diversas situaciones por las que se ha

pasado a través de los años.

Es un hecho indiscutible que la cultura, convertida en sentido colectivo es la

herramienta más idónea para entender y practicar los valores de solidaridad entre las

personas y de respeto y protección de sus derechos fundamentales e inalienables. Por lo

tanto no es suficiente con que los derechos humanos estén definidos en la constitución lo

más importante es que los ciudadanos y ciudadanas puedan ejercerlas, y para ello cada

persona tiene que conocerlos, vigilar que se cumplan y defenderlos. Para esto contamos

con los diversos organismos y organizaciones tanto nacional como internacional así como

también con organizaciones no gubernamentales, por ejemplo, el poder ciudadano.

13

LA FILOSOFÍA DE KANT.- Immanuel Kant (1724-1804).

EL CONTRATO SOCIAL.- Juan Jacobo Rousseau (1712-1778)

CONVENCION AMERICANA SOBRE DERECHOS HUMANOS (Pacto de San José).- San José,

Costa Rica 7 al 22 de noviembre de 1969

Alfonso Rivas Quintero (2010).- LOS DERECHOS HUMANOS Y SU PROTECCIÓN. Universidad

Pedagógica Experimental Libertador. Instituto Pedagógico de Caracas.

ASAMBLEA NACIONAL CONSTITUYENTE DE LA REPÚBLICA BOLIVARIANA DE

VENEZUELA. 2000. Constitución. Caracas, Venezuela. Gaceta Oficial de la República

Bolivariana de Venezuela. Extraordinario Nº 5.453. 24-03- 2000.