Descubrí Cipolletti

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La satisfacción de alcanzar un sueño, superándose a uno mismo… Aún cuando lo miraba desde afuera, ya despertaba en mí una inquietud, una curiosidad imperiosa por conocerlo por dentro. Todo comenzó una noche de invierno. Fría. Húmeda. Pero al entrar, la calidez del lugar invadió mi cuerpo con una nueva energía, y mis ojos se fijaron en cada rincón. Cada cuadro, cada fotografía, cada objeto que envolvía el lugar parecía llamar mi atención. Entre tangos y milongas fui caminando sus pisos, en medio del aroma de comidas típicas (¡y caseras!) que familias, grupos de amigos, colegas y parejas disfrutaban cada noche. Ellos saboreaban los platos típicos, mientras nos miraban milonguear. Y con esa música de fondo que logra despertar cierta nostalgia o sensibilidad en quien la oye, se deleitaban en ese lugar cálido y acogedor. Porque sí, muchos lo consideran más que un bar, más que una confitería, más que un restaurante. Quizás porque así lo sienten; quizás porque fue parte de su niñez; quizás porque cada cual tiene una historia que contar sobre el lugar… Después de un tiempo conocí algo de su pasado. Conocí sobre su nacimiento allá por el año mil nueve treinta y cinco. El primero en Cipolletti, ubicado en una esquina de la que por ese entonces era la calle principal, la avenida Fernández Oro. Sí, ese bar, el Bar Americano, que desde el año noventa y dos conocemos como Otra Historia. Esa otra historia que algunos podrán contar: donde los muchachitos de la ciudad lucían sus pantalones largos al cumplir los dieciocho; donde artistas de carácter regional, nacional e incluso internacional desplegaron sus shows en vivo; donde numerosas personalidades que visitan la ciudad de paso concurren a cenar; donde vos seguramente podrás revivir algún recuerdo de tu juventud; y donde yo espero algún día poder revivir alguno de los míos. Pero como si ésta fuese una historia de amor, debo decir que no todo es color de rosa. Y aunque parezca loco, debo también decir que esta es la mejor parte de mi historia. Porque sí, los desafíos siempre están. Los momentos difíciles surgieron como surgen siempre en cada caminar. La ciudad creció y el lugar comenzó a pasar un tanto desapercibido. Y sí, ya no eran los mismos tiempos. Pero esos momentos difíciles fueron los que impulsaron a tomar decisiones; los que llevaron a pensar en seguir adelante o quedarse atrás. El éxito comienza con la voluntad del hombre, escribió alguien una vez. Y esa voluntad fue la que no permitió bajar cortinas ni cerrar puertas en ese bar. Porque están los que esperan el milagro, están los que añoran los tiempos mejores, y los que creen haber perdido la carrera. Y luego supe que están los que aún cansados deciden levantarse con su voluntad. Supe que

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Relato escrito por Anahí Rivas para participación en el concurso Descubrí Cipolletti 2014.

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La satisfaccin de alcanzar un sueo, superndose a uno mismoAn cuando lo miraba desde afuera, ya despertaba en m una inquietud, una curiosidad imperiosa por conocerlo por dentro. Todo comenz una noche de invierno. Fra. Hmeda. Pero al entrar, la calidez del lugar invadi mi cuerpo con una nueva energa, y mis ojos se fijaron en cada rincn. Cada cuadro, cada fotografa, cada objeto que envolva el lugar pareca llamar mi atencin. Entre tangos y milongas fui caminando sus pisos, en medio del aroma de comidas tpicas (y caseras!) que familias, grupos de amigos, colegas y parejas disfrutaban cada noche. Ellos saboreaban los platos tpicos, mientras nos miraban milonguear. Y con esa msica de fondo que logra despertar cierta nostalgia o sensibilidad en quien la oye, se deleitaban en ese lugar clido y acogedor. Porque s, muchos lo consideran ms que un bar, ms que una confitera, ms que un restaurante. Quizs porque as lo sienten; quizs porque fue parte de su niez; quizs porque cada cual tiene una historia que contar sobre el lugar

Despus de un tiempo conoc algo de su pasado. Conoc sobre su nacimiento all por el ao mil nueve treinta y cinco. El primero en Cipolletti, ubicado en una esquina de la que por ese entonces era la calle principal, la avenida Fernndez Oro. S, ese bar, el Bar Americano, que desde el ao noventa y dos conocemos como Otra Historia. Esa otra historia que algunos podrn contar: donde los muchachitos de la ciudad lucan sus pantalones largos al cumplir los dieciocho; donde artistas de carcter regional, nacional e incluso internacional desplegaron sus shows en vivo; donde numerosas personalidades que visitan la ciudad de paso concurren a cenar; donde vos seguramente podrs revivir algn recuerdo de tu juventud; y donde yo espero algn da poder revivir alguno de los mos.

Pero como si sta fuese una historia de amor, debo decir que no todo es color de rosa. Y aunque parezca loco, debo tambin decir que esta es la mejor parte de mi historia. Porque s, los desafos siempre estn. Los momentos difciles surgieron como surgen siempre en cada caminar. La ciudad creci y el lugar comenz a pasar un tanto desapercibido. Y s, ya no eran los mismos tiempos. Pero esos momentos difciles fueron los que impulsaron a tomar decisiones; los que llevaron a pensar en seguir adelante o quedarse atrs. El xito comienza con la voluntad del hombre, escribi alguien una vez. Y esa voluntad fue la que no permiti bajar cortinas ni cerrar puertas en ese bar. Porque estn los que esperan el milagro, estn los que aoran los tiempos mejores, y los que creen haber perdido la carrera. Y luego supe que estn los que an cansados deciden levantarse con su voluntad. Supe que llegar una maana a tu trabajo y encontrar un sobre con un simple papel puede cambiarte la mirada sobre esos momentos difciles. Supe que unas pocas palabras, aunque sean annimas, pero escritas con sinceridad, pueden despertar y animar esa voluntad. Pero eso te lo cuento algn otro da, caf de por medio, en ese bar de Cipo. Porque esa, esa es Otra Historia

Fuente: Libro del Rotary Club de Cipolletti Homenaje a su ciudad en el 90 Aniversario.

Confitera piano-bar Otra Historia. Foto actual ao 2014. Fdez. Oro y Villegas. Fuente: Elaboracin propia.