Deseando a Dios Fragmento

5
Escrita para que podáis tener seguridad No obstante, nuestra voluntad pervertida y nuestra percepción imperfecta nos conduce una y otra vez a actos necios y a situaciones dolorosas. El día que esto ocurre resulta menos agradable que el día anterior y necesitamos restauración y consuelo. ¿A dónde podemos volver para encontrar consuelo? Nuevamente podemos escuchar al salmista: Ellaes mi consuelo en mi aflicción, porque tu dicho me ha vivificado[...}Me acordé, oh Yahoéh, de tus juicios antiguos, y me consolé (Salmo 119:50, 52). Y cuando nuestros fallos y nuestras aflicciones amenacen nuestra seguridad y fe, ¿a dónde volveremos para reedificar nuestra confianza? Juan nos invita a volver a la Palabra de Dios: Estas cosas os heescrito a vosotros que creéis en el nombre del Hijo de Dios, para que sepáis que tenéis vida eterna (1 Juan 5:13). La Biblia se escribió para proporcionarnos seguridad de vida eterna. El malvado es vencido por la Palabra de Dios El objetivo número uno de Satanás es acabar con nuestro gozo de fe. Tenemos un arma ofensiva: la espada del Espíritu, la Palabra de Dios (Efesios 6:17). Pero de lo que muchos cristianos no se dan cuenta es de que nosotros no podemos sacar la espada de la vaina de otro. Si no la llevamos, no podemos utilizarla. Si la Palabra de Dios no está con nosotros (Juan 15:7),en vano trataremos de alcanzarla cuando el enemigo nos ataque. Pero si la llevamos, si mora dentro de nosotros, ¡qué poderosos guerreros seremos! Os he escrito a vosotros, jóvenes, porque sois fuertes, y la palabra de Dios permanece en vosotros, y habéis vencido al maligno (1 Juan 2:14). Éste ha sido el secreto de los grandes guerreros espirituales de Dios. Estaban saturados de la Palabra de Dios. Hudson Taylor, fundador de la Misión al Interior de China, se mantuvo firme, en medio de increíbles dificultades, meditando de forma disciplinada en la Biblia cada día. El Dr. y la Sra. Howard Taylor nos proporcionan una muestra de esta disciplina: No resultaba fácil para el señor Taylor, con su vida siempre cambiante, apartar tiempo para la oración y el estudio btblico; pero él sabía que eso era algo indispensable. ¡Québien recuerdan los autores deeste libro el haber viajado con él mes tras mes porel norte de China, en carro de mano, y durmiendo por la noche en los más míseros albergues! Contando a menudo con sólo una gran habitación para culies y pasajeros juntos, disponíamos un rincón para nuestro padre y otro para nosotros mismos mediante cortinas dealgún tipo; y luego, después dequeel sueñohabía producido porfin cierta medida de quietud, escuchábamos una cerilla encenderse y veíamos el parpadeo de lavela que indicaba que el seiior Taylor, aunque cansado, estaba estudiando aquella pequeña Biblia en dos volúmenes quesiempre tenía a mano. El tiempo queporlogeneral dedicaba a la oración era de las dos a las cuatro de la madrugada, cuando podía estarmás seguro de no ser molestado en su espera en Dios.3 La espada del Espíritu está llena de victoria. ¡Pero cuán pocos se darán al ejercicio disciplinado y profundo del alma para dedicarse a ella y manejarla con gozo y poder! Una exhortación seria Por tanto, la Biblia es la Palabra de Dios. Y la Palabra de Dios no es cualquier cosa. Es la fuente de vida, fe, poder y esperanza, libertad, sabiduría, consuelo, seguridad y victoria

description

fragmento

Transcript of Deseando a Dios Fragmento

Escrita para que podáis tener seguridadNo obstante, nuestra voluntad pervertida y nuestrapercepción imperfecta nos conduce una y otra vez a actos neciosy a situaciones dolorosas. El día que esto ocurre resulta menosagradable que el día anterior y necesitamos restauración yconsuelo. ¿A dónde podemos volver para encontrar consuelo?Nuevamente podemos escuchar al salmista: Ellaes mi consueloen mi aflicción, porque tu dicho me ha vivificado[...}Me acordé, ohYahoéh, de tus juicios antiguos, y me consolé (Salmo 119:50, 52).Y cuando nuestros fallos y nuestras afliccionesamenacen nuestra seguridad y fe, ¿a dónde volveremos parareedificar nuestra confianza? Juan nos invita a volver a laPalabra de Dios: Estas cosas os heescrito a vosotros que creéis enel nombre del Hijo de Dios, para que sepáis que tenéis vida eterna(1 Juan 5:13). La Biblia se escribió para proporcionarnosseguridad de vida eterna.El malvado es vencido por la Palabra de DiosEl objetivo número uno de Satanás es acabar connuestro gozo de fe. Tenemos un arma ofensiva: la espada delEspíritu, la Palabra de Dios (Efesios 6:17). Pero de lo quemuchos cristianos no se dan cuenta es de que nosotros nopodemos sacar la espada de la vaina de otro. Si no la llevamos,no podemos utilizarla. Si la Palabra de Dios no está connosotros (Juan 15:7),en vano trataremos de alcanzarla cuandoel enemigo nos ataque. Pero si la llevamos, si mora dentro denosotros, ¡qué poderosos guerreros seremos! Os he escrito avosotros, jóvenes, porque sois fuertes, y la palabra de Dios permaneceen vosotros, y habéis vencido al maligno (1 Juan 2:14).Éste ha sido el secreto de los grandes guerreros espiritualesde Dios. Estaban saturados de la Palabra de Dios. HudsonTaylor, fundador de la Misión al Interior de China, se mantuvofirme, en medio de increíbles dificultades, meditando de formadisciplinada en la Biblia cada día. El Dr. y la Sra. Howard Taylornos proporcionan una muestra de esta disciplina:No resultaba fácil para el señor Taylor, con su vidasiempre cambiante, apartar tiempo para la oración yel estudio btblico; pero él sabía que eso era algoindispensable. ¡Québien recuerdan los autores deestelibro el haber viajado con él mes tras mes porel nortede China, en carro de mano, y durmiendo por la nocheen los más míseros albergues! Contando a menudo consólo una gran habitación para culies y pasajerosjuntos, disponíamos un rincón para nuestro padre yotro para nosotros mismos mediante cortinas dealgúntipo; y luego, después dequeel sueñohabía producidoporfin cierta medida de quietud, escuchábamos unacerilla encenderse y veíamos el parpadeo de lavela queindicaba que el seiior Taylor, aunque cansado, estabaestudiando aquella pequeña Biblia en dos volúmenesquesiempre tenía a mano. El tiempo queporlogeneraldedicaba a la oración era de las dos a las cuatro de lamadrugada, cuando podía estarmás seguro de no sermolestado en su espera en Dios.3La espada del Espíritu está llena de victoria. ¡Pero cuánpocos se darán al ejercicio disciplinado y profundo del almapara dedicarse a ella y manejarla con gozo y poder!Una exhortación seriaPor tanto, la Biblia es la Palabra de Dios. Y la Palabrade Dios no es cualquier cosa. Es la fuente de vida, fe, podery esperanza, libertad, sabiduría, consuelo, seguridad y victoria

sobre nuestro mayor enemigo. ¿Es sorprendente, entonces,que aquellos que la conocían mejor dijeran: Los mandamientosde Yahvéh son rectos, que alegran el corazón (Salmo 19:8)? Meregocijaré en tus estatutos;no me olvidaré de tus palabras (Salmo119:16).¡Oh, cuántoamo yo tu ley! Todo el díaes ellami meditación(Salmo 119:97). Por heredad he tomado tus testimonios parasiempre, porque son elgozo demi corazón (Salmo 119:111). Fueronhalladas tus palabras, y yo las comí; y tu palabra mefue porgozo ypor alegría de mi corazón; porque tu nombre se invocó sobre mí(Jeremías 15:16).Pero, ¿tenemos que buscar este gozo como hedonistascristianos? ¿Tenemos que echar las astillas de la Palabra deDios cada día al fuego del gozo? ¡Por supuesto! No sólo cadadía, sino día y noche: Bienaventurado el varón que no anduvo enconsejo de malos, ni estuvo en camino de pecadores, ni en silla deescarnecedores se ha sentado; sino que en la ley de Yahvéh está sudelicia, y en su ley medita de día y de noche (Salmo 1:1-2). Estedeleite es el verdadero propósito de nuestro Señor alhablarnos: Estas cosas os he hablado, para que mi gozo esté envosotros, y vuestro gozo sea cumplido (luan 15:11). No buscarnuestro gozo cada día en la Palabra de Dios es abandonar lavoluntad revelada de Dios. Es pecado.¡Oh, que no tratemos la Biblia como si fuera cualquiercosa! Si lo hacemos, rechazamos y despreciamos a los santosque trabajaron y sufrieron por la Palabra de Dios. Pensemosen el valor de Martín Lutero firme ante los gobernantesseculares y eclesiásticos, quienes tenían el poder paradesterrarlo y hasta para ejecutarlo por su opinión acerca de laPalabra de Dios.El arzobispo de Trier planteó a Lutero la cuestiónfundamental por última vez:¿Repudiastus libros y los errores que contienen?Lutero respondió: Entonces, puesto que su majestad yvuestras señorías desean una simple réplica, responderé sin cuernosni dientes. A menos que se me convenza por mediode la Escrituray de la razón - no acepto la autoridad del papa y de los concilios,porque se contradicen, mi conciencia es cautiva de la Palabra deDios-«, no puedo ni quiero retractarme de nada, porque ir contrala conciencia no es correcto ni seguro. Aquíestoy, no puedo hacerotra cosa. Que Dios me ayude.4 Lutero desapareció de repentecuando se pronunció el edicto que lo condenaba. El granartista Albrecht Dürer lo reflejó en su diario:No sé si vive o si lo han matado, pero en cualquiercasoIza sufrido por la verdad cristiana. Si perdemosa este hombre, que ha escrito más claramente quecualquier otro durante siglos, que Dios conceda suespíritu a otros... Oh, Dios, si Lutero está muerto,¿quien nos enseñará en lo sucesivo el evangelio?¿Qué nos habría escritoen los próximos diez o veinteaños?No había muerto. Ycontinuó escribiendo durante otrosveinte años. Y junto a otros muchos reformadores comprometidosrecuperó para nosotros la Palabra de Dios liberándolade las ligaduras de la tradición eclesiástica. ¡Ojalá valoráramosla Palabra de Dios de la forma en que ellos lo hicieron! ¡Ojalála utilizáramos de la forma en que ellos lo hicieron! Para ellosfue una espada poderosa frente al enemigo.Martín Lutero conocía tan bien como cualquier hombreque cada día con Jesús no es más fácil que el día anterior. Y

según su biógrafo Roland Bainton, escribió estas famosaslíneas en el año de su depresión más profunda:y si demonios mil estánProntos a devorarnos,No temeremos, porque DiosSabrá cómo ampararnos.¡Que muestre su vigorSatán, y su furor!Dañarnos no podrá,Pues condenado estáPor la Palabra santa.Pero, si deseamos utilizarla, tenemos que llevarla.Tenemos que ser como Esdras: Estando con él la buena mano deDios. Porque Esdras había preparado su corazón para inquirirla ley de Yahvéh y para cumplirla, y para enseñar en Israel susestatutosy decretos (Esdras 7:9-10). Ydebemos tener un corazóncomo el del santo que escribió el gran canto al amor a la ley delSalmo 119. ¡Oh, cuánto amo yo tu ley! Todo el día es ella mimeditación (versículo 97).Trabajemos para memorizar la Palabrade Dios, para la adoración y para la guerra espiritual. Si no lallevamos en nuestras mentes, no podremos saborearla connuestros corazones o manejarla en el Espíritu. Si comienzas eldía sin las astillas del hedonismo cristiano, el fuego de lafelicidad cristiana se apagará antes de media mañana.Cierro este capítulo con un testimonio de un granhombre de oración y de fe. George Müller (1805-1898) es famosopor haber establecido orfanatos en Inglaterra y por sudependencia gozosa de Dios para todas sus necesidades.¿Cómo alimentaba este gozo y esta fe? En 1841 hizo undescubrimiento que cambió su vida. El testimonio que daacerca de él en su autobiografía ha sido de tremendo valor parami vida, y pido que también produzca fruto en las vuestras:Mientras estaba en Nailstoorih, agradó al Señorenseñarme una verdad - con independencia de lamediación humana,hasta donde alcanzo a eniender-«,el beneficio de la cual no he perdido, aunque hanpasado f... ] más de cuarenta afias desde entonces.La cuestiónes la siguiente: Vi con mayorclaridadque nunca que la tarea principal y mayor a la quedebía atender cada día eramantener mi almafeliz enel Señor. La primera cosa por la que preocuparme noera cuánto podía servir al Señor o cómo podíaglorificar al Señor; sinocómo podía mantenermi almaen un estado defelicidad y cómo podia alimentar mihombre interior. Porque podía pretender mostrar laverdad a los inconversos, ser de ayuda para loscreyentes, liberar a losafligidos, buscarotras manerasde comportarme como un hijo de Dios en este mundoy, no obstante, si no era feliz en el Señor y no mealimentaba y mefortalecía en mi hombre interior díatras día, no estarmeocupando de todas esascosas conun espíritu correcto.Anteriormente,mi costumbre había sido, al menosdurante los diez años previos, entregarme a la oracióncomo algo habitual después de vestirme por lasmañanas. Ahora vi quelomásimportante quetenía quehacer eraentregarme a la lectura de la Palabra de Diosya la meditación delamisma, para quemi corazón fueraconsolado, animado, advertido, reprobado, instruido; yasí, al meditar, mi corazón podría ser llevado a

experimentar la comunión con el Señor. Por tanto,comencé a meditar leyendo en el Nuevo Testamentodesde el principio, temprano porla mañana.Lo primero que hacía después de pedir con pocaspalabras la bendición del Señor sobre su preciosaPalabra, era comenzar a meditar en la Palabra deDios, buscando en cada versículo extraer algunabendición no para el ministerio público de la Palabra,ni para predicar sobre loquehabía meditado, sinoparaobteneralimento para mi propia alma. El resultadoque he encontrado casi siempre es el siguiente: quedespués deunos minutos mi alma hasido llevada a laconfesión, a lagratitud,a la intercesión o a la súplica;porlo que,aunque no mehabía propuesto darme a laoración, sinoa lameditación, casi inmediatamenteme volvía máso menos a la oración.Cuando había permanecido durante unos instantesconfesando, intercediendo, suplicando o dandogracias, continuaba con las siguientes palabras o conotro versículo, volviendo a la oración por mí o porotros, según me guiara la Palabra; pero siempremanteniendo ante mí continuamente ese alimentopara mi propia alma como el objeto de mi meditación.El resultado deestoes que siempre hay gran parte deconfesión, gratitud, súplicao intercesión mezcladascon mi meditación y que mi hombre interior casiinvariablemente es aun sensiblemente alimentado yfortalecido; así, para la hora del desayuno, conrarasexcepciones, estoy en un estado de paz, cuando no dealegría, en mi corazón. Así también, el Señor seagrada en comunicarme aquello que, poco después,encuentro para alimentar a otros creyentes, aunquelaintención al entregarme a la meditación no fuerabuscaralgo para el ministerio público dela Palabra,sino obtener provecho para mi propio hombre interior.Ladiferencia entreloquehacía anteriormente y loque hago alzara es la siguiente. Antes, cuando melevantaba, comenzaba a orar lo máspronto posible, yporlogeneral invertía todo o casi todo mi tiempo hastala hora del desayuno en oración. Todas las cosas lascomenzaba invariablemente con oración... ¿Pero cuálera el resultado? A menudo utilizaba un cuarto dehora, o media hora, o hasta una hora derodillas antesde ser consciente de recibir consuelo, ánimo, humiIlaciónde mi alma,etc.; y, a menudo,después dehabersufrido mucho porque mi mente volaba de un sitio aotrodurante los diez primeros minutos o un cuarto dehora, o incluso media Izara, cuando de verdadcomenzaba a orar.Ahora rara vez me pasa esto. Porque mi corazónse alimenta de la verdad y es llevadoa experimentarcomunión con Dios, hablo a mi Padre y a mi Amigo(a pesar deser pecador e indigno deello)acerca de lascosas que Iza puesto delante de mí en su preciosaPalabra.Ahora me sorprendeque no viera esto antes. Enningún libro habia leído acerca de ello. Ningúnpredicador me lo sugirió. Ninguna conversación conalgún hermano me animó a hacerlo. Y, sin embargoahora, desde que Dios me enseiié esto, para mí lo más

claro es que lo primero que ellzijo de Dios tiene queIzacer mañana tras mañana es obtener alimentopara su hombre interior.Comoel hombreexterior no está capacitado paratrabajar durante mucho tiempo a no ser que sealimente,e igual queésta es una de las primeras cosasque hacemos porla mañana,lo mismo debería ocurrircon el hombre interior. Debemos proporcionarlealimento en la medidaen que pueda cada uno. ¿Perocuál es el alimento para el hombre interior? No laoración, sino la Palabra de Dios: y aquí de nuevono la simple lectura de la Palabra de Dios, de maneraque sólopase delargo pornuestra mente, como el aguacorre por la cañería, sino considerando lo que leemos,meditando en ello y aplicándolo a nuestros corazones...Insisto deformaespecial en esto debido al inmensoprovecho espiritual y refrigerio que soy consciente dehaber recibido yo mismo, y suplico afectuosa ysolemnementea todos mis compañeros creyentes quetengan esto en cuenta. Por medio de la bendición deDios, atribuyo a esto laayuda y fuerzaquehe recibidode él para pasar con paz por profundas pruebas dediversas formas quenuncaantes había experimentado;y después de HIlOS cuarenta mIos utilizando estafórmula, puedo recomendarla con mayor conocimientoen el temor de Dios. ¡Qué diferentes son las cosascuando el alma encuentra refrigerio y felicidadtemprano porla mañana de cuando, sin preparaciónespiritual, nosadentramos en el servicio, las pruebasy las tentaciones del día