Despido de Caranta en Boca Junior

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SENTENCIA INTERLOCUTORIA N° 10.977. EXPEDIENTE N°6.439/09. SALA IX. JUZGADO N° 9.- AUTOS: "CARANTA, MAURICIO AIREL C/ ASOCIACIÓN CIVIL CLUB ATLETICO BOCA JUNIORS S/ DESPIDO" VISTO Y CONSIDERANDO: Buenos Aires, 30 de abril de 2009 Que, con motivo del recurso apelación interpuesto (fs. 234/241) contra el pronunciamiento de primera instancia que admitió una pretensión cautelar (fs. 36/38), los autos fueron remitidos al Sr. Fiscal General ante la Cámara, quien emitió su dictamen a fs. 270/270vta. (n° 48.175, del 28 de abril de 2009). Que esta Sala comparte los fundamentos y conclusiones del mencionado dictamen, al que corresponde remitir -por razones de brevedad- para disponer que se confirme la medida dispuesta. Que, además, en línea con lo que señala el representante del Ministerio Publico, el Tribunal considera fijación atendible la pretensión de una contracautela, recursiva atinente a las dadas las especiales características que reviste el caso en orden, por un lado, a los significativos reclamos efectuados como pretensión de fondo (cuya elucidación corresponde a una etapa posterior del pleito una vez desplegada ampliamente la postura de cada una de las partes) y, por otro lado; al modo en que se extinguió la relación contractual que interesa y se recondujo a la situación laboral del actor. Todo ello, con atención de las circunstancias que caracterizan la actividad en cuyo marco se desenvuelve el debate de este litigio (confrontar, en tal sentido, las aclaraciones previas que han sido formuladas al examinarse el régimen de futbolistas profesionales en el Tratado de Derecho del Trabajo dirigido por Mario E. Ackerman, Rubinzal-Culzoni Editores, Santa Fe, 2006¡ Tomo V, páginas 393 y 394¡ y el énfasis dado en el dictamen precedente a los trascendentes intereses patrimoniales que concurren en el sub lite). Lo cual pone a la cuestión específica en examen fuera del ámbito -genéricamente invocado por el actor- del art. 20, LCT (arg. arto 61, ley 18.345, y normas concordantes de dicho cuerpo y del Código Procesal Civil y Comercial de la Nación). Que, para graduar la contracautela, se tomarán como punto de partida las circunstancias que, como lo señala el señor Fiscal General, matizan la verosimilitud del derecho sostenida en primera instancia -derivadas de la complejidad fáctica planteada y la escasez de elementos con que S<?é cuenta aún- y diferencian la pretensión de fondo de autos de la solicitud precautoria; ello en función de la consolidada doctrina judicial y de los autores que se refiere a la estrecha relación entre

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SENTENCIA INTERLOCUTORIA N° 10.977. EXPEDIENTE N°6.439/09. SALA IX. JUZGADO N° 9.- AUTOS: "CARANTA, MAURICIO AIREL C/ ASOCIACIÓN CIVIL CLUB ATLETICO BOCA JUNIORS S/ DESPIDO"

VISTO Y CONSIDERANDO:

Buenos Aires, 30 de abril de 2009

Que, con motivo del recurso apelación interpuesto (fs.

234/241) contra el pronunciamiento de primera instancia que admitió una pretensión

cautelar (fs. 36/38), los autos fueron remitidos al Sr. Fiscal General ante la Cámara,

quien emitió su dictamen a fs. 270/270vta. (n° 48.175, del 28 de abril de 2009).

Que esta Sala comparte los fundamentos y conclusiones del

mencionado dictamen, al que corresponde remitir -por razones de brevedad- para

disponer que se confirme la medida dispuesta.

Que, además, en línea con lo que señala el representante

del Ministerio Publico, el Tribunal considera fijación atendible la pretensión de una

contracautela, recursiva atinente a las dadas las especiales características que reviste

el caso en orden, por un lado, a los significativos reclamos efectuados como pretensión

de fondo (cuya elucidación corresponde a una etapa posterior del pleito una vez

desplegada ampliamente la postura de cada una de las partes) y, por otro lado; al modo

en que se extinguió la relación contractual que interesa y se recondujo a la situación

laboral del actor. Todo ello, con atención de las circunstancias que caracterizan la

actividad en cuyo marco se desenvuelve el debate de este litigio (confrontar, en tal

sentido, las aclaraciones previas que han sido formuladas al examinarse el régimen de

futbolistas profesionales en el Tratado de Derecho del Trabajo dirigido por Mario E.

Ackerman, Rubinzal-Culzoni Editores, Santa Fe, 2006¡ Tomo V, páginas 393 y 394¡ y el

énfasis dado en el dictamen precedente a los trascendentes intereses patrimoniales que

concurren en el sub lite). Lo cual pone a la cuestión específica en examen fuera del

ámbito -genéricamente invocado por el actor- del art. 20, LCT (arg. arto 61, ley 18.345,

y normas concordantes de dicho cuerpo y del Código Procesal Civil y Comercial de la

Nación).

Que, para graduar la contracautela, se tomarán como punto

de partida las circunstancias que, como lo señala el señor Fiscal General, matizan la

verosimilitud del derecho sostenida en primera instancia -derivadas de la complejidad

fáctica planteada y la escasez de elementos con que S<?é cuenta aún- y diferencian la

pretensión de fondo de autos de la solicitud precautoria; ello en función de la

consolidada doctrina judicial y de los autores que se refiere a la estrecha relación entre

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la contracautela y la verosimilitud del derecho en que se sustenta la pretensión cautelar.

Doctrina que encuentra sustento en la finalidad del instituto, referente a la

correspondencia de la fianza con la eventual responsabilidad por la medida obtenida sin

derecho, o con abuso o exceso (cf. Carlos J. Colombo y Claudio M. Kiper, Código

Procesal Civil y Comercial de la Nación anotado y comentado, La Ley, Buenos Aires,

2006; Tomo 11, págs. 506 y 507) .

Que, en ese orden de ideas, cabe definir los márgenes para

la graduación, descartando -por un lado- una hipotética cuantificación exagerada (que,

al decir de Colombo, la pondría en contradicción con el fundamento y con la función de

las medidas precautorias), y procurando por otro lado- la búsqueda de una garantía

cabal (que avente todo riesgo de estimular conductas procesales disvaliosas) ; lo que

en las condiciones concretas del caso lleva a poner en consideración las pautas

numéricas que surgen de las primeras presentaciones de cada parte respecto de lo que

es objeto de cuestión cautelar. Concretamente, la contracautela habrá de tener cierta

relación con el costo de la liberación de las trabas que existían para una nueva

contratación del trabajador, el cual tiene como antecedente cercano el desembolso

efectuado por el club demandado -para suscribir sucesivos contratos con aquél- a favor

de quien con anterioridad ostentaba ese derecho (cfr. partic. fs. 8vta. y 238vta.). Sin

perjuicio de ello, no cabe prescindir de la naturaleza de la pretensi6n cuyo resultado se

quiere asegurar, enfunci6n de las condiciones personales del actor -es decir, de quien

cautelarmente pasó a ostentar ese derecho- y su provisoria reinserción en el ámbito

local.

Que, por lo demás, se toman como pautas orientativas las

derivadas de inveterados fallos judiciales según los cuales los montos y graduaci6n de

la contracautela deben tomar en cuenta las costas y daños y perjuicios que pudiere

ocasionar en caso de haberla pedido sin derecho (CNACi v., Sala A; sent. del 5/6/79,

"Kaplan" ; sent. del 21/3/80, "Hoteles de Turismo S.A."; sent. del 6/10/81, "Falcone"); se

debe asegurar al demandado la efectividad del resarcimiento de los perjuicios que la

medida precautoria pudiera ocasionar (CNCiv., Sala C, sent. del 20/9/84, "Cálegari"); la

contracautela no se presta a las resultas del juicio sino de la medida precautoria, por lo

que se debe limitar a los daños y perjuicios que de ésta pudieran emerger (CNCiv., Sala

S, sent. del 28/8/84, "Alimasso"); y el propósito de la contracautela exige que ella

constituya una garantía lo suficientemente sólida como para cubrir los eventuales daños

emergentes del indebido pedimento de la medida precautoria (CNCiv., Sala D, sent. del

5/10/82, "Grande") .

Que, tras lo expuesto, el Tribunal se encuentra en

condiciones de concretar la medida en que ha de admitirse la contracautela, con la

provisionalidad propia que impone la naturaleza misma del instituto y los elementos

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aportados en la litis hasta el presente. Asumida dicha. tarea, y evaluadas las

características de la situaci6n producida por el entramado fáctico que surge del escrito

inicial en contraste con lo afirmado al apelar (circunscribiendo dicho entramado a los

efectos de la medida precautoria, que se proyectan sobre la habilitaci6n del actor para

efectuar una nueva contrataci6n), sin que ello implique adelantar opini6n alguna sobre

la pertinencia o magnitud de cada uno de los reclamos juzga prudente y razonable

(dadas las condiciones que surgen y cabe inferir de la nueva contratación informada en

autos) estar a una suma aproximada a la mitad del monto que el trabajador admite que

ha sido desembolsado por el club demandado en el marco de su "transferencia" (cf. fs.

8vta.), la cual, expresada en pesos a la fecha se fija en $ 1.650.000 y deberá ser

depositada por el actor dentro de los 10 días de notificada la presente, para continuar

ejecutando válidamente la pretensión cautelar que obtuvo (cf. arto 61, ley 18.345, Y

normas concordantes de esa ley y el Código Procesal Civil y Comercial de la Nación)

Por ello, el Tribunal resuelve: Modificar el pronunciamiento recurrido en el sentido

precedentemente expuesto, lo que implica: a) confirmar la pretensión cautelar decidida,

y b) fijar corno contracautela la suma de $ 1.650.000, que deberá ser depositada por el

actor dentro de los "10 días de notificada la presente, lo cual se instrumentará en la

forma que disponga la magistrada que entiende en la causa en la instancia anterior.

Notifíquese con la habilitación respectiva y remítase a primera instancia para dar

cumplimiento con lo resuelto. ANTE MI.