DEVOCIONALES 07 DIAS A solas con Jesus - Iglesia...

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Devocionales 07 DIAS ¡Qué la Palabra de Dios haga la diferencia en su vida! www.valparaisoipch.cl

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¡Qué la Palabra de Dios haga la diferencia en su vida!

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DEVOCIONALES - 07 DIAS A solas con Jesús / Caleb Fernandez PérezJulio 2013

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¿Ya le ha pasado que no puede dormir preocupado por las circunstancias? Esta es una oración que cualquier persona apreciaría que alguien hiciera en su beneficio. La paz fuera de Dios, se caracteriza por ser débil y circunstancial y puede ser destruida por el fracaso, la duda, el miedo, la dificultad, la culpa, la vergüenza, la angustia, la tristeza, la ansiedad. Ex-perimentamos y vivimos estas cosas diariamente.

La paz que Dios concede no está sujeta a las vicisitudes de la vida. Esta paz es espiri-tual; una actitud del corazón y la mente, cuando creemos y así, tenemos certeza de que todo está bien entre nosotros y Dios. Esta paz llega a nuestra vida cuando tenemos la seguridad de que Él está amorosamente en el control de todas las cosas, de que nuestros pecados son perdonados.

Esta paz es divina, es un regalo de Dios, está siempre disponible y no está sujeta a nin-guna circunstancia cuando tenemos fe en Cristo y experimentamos la presencia permanen-te de la gracia de Dios en nuestras vidas y en cada una de nuestras circunstancias.

No podemos solucionar todo, el mundo depende de la gracia de Dios. Es por eso que podemos confiar que mientras nosotros descansamos a la noche, Dios continua trabajando y prepara el mundo del día siguiente donde vamos a vivir.

Oración: “Señor, concédeme tu paz, en el nombre de Jesús. Amén.”

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“Y el mismo Señor de paz os dé siempre paz en toda manera. El Señor sea con todos voso-tros” (2 Tesalonicenses 3:16).

DIA01 Tenga pazen todas las situaciones

La edad ha sido siempre una excusa para desistir. Sin embargo, en la historia hemos sido testigos de hombres y mujeres que a pesar del paso de los años fueron un ejemplo de fe y vigor durante toda su vida.

Puede que pensemos que no es posible mirar hacia adelante y visualizar algo nuevo pa-ra quienes sienten que todo ya fue hecho. Sin embargo, es posible que las fuerzas físicas se desvanezcan, pero el vigor espiritual no desiste.

Cuando confiamos nuestras vidas en las manos de Dios, todo puede pasar. Alguien di-jo alguna vez: “el mundo aún está por ver lo que Dios puede hacer por medio una persona que está totalmente entregada en sus manos”.

La Biblia dice: “El justo florecerá como la palmera; crecerá como cedro en el Líbano. Plantados en la casa de Jehová, en los atrios de nuestro Dios florecerán. Aun en la vejez fructificarán; estarán vigorosos y verdes, para anunciar que Jehová mi fortaleza es recto, y que en él no hay injusticia” (Salmo 92.12-15).

Que cada día, niños, jóvenes, adultos y adultos mayores, comencemos creyendo que lo mejor está por venir y que nunca estamos en edad para desistir. Que al pasar los años nos siga llenando de vigor y esperanza.

Oración: “Señor, ayúdame a creer que lo mejor está por venir, en el nombre de Jesús. Amén.”

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“El justo florecerá como la palmera” (Salmo 92:12)

DIA02 El tiempo pasa

Una fábula árabe cuenta que las mariposas querían entender la luz, deseaban saber el secreto de sentirse tan fascinadas por la llama de una vela. ¿Qué las deslumbraba? ¿Sería la luz o el calor? Entonces le pidieron ayuda a la mariposa reina. Ella aconsejó que cada una, individualmente, intentara encontrar la respuesta. Pasado un tiempo, una mariposa volvió ciega de un ojo, afirmando que había llegado demasiado cerca y que la luminosidad de la ve-la le había encandilado, aunque seguía sin entender el misterio de la luz. Otra volvió con un ala quemada, reconociendo que su experiencia no había sido satisfactoria. Por siglos, las ma-riposas no entendieron por qué la luz les cautivaba tanto. Hasta que un día, una de ellas vo-ló en dirección a un candil con tanta determinación que murió quemada. Ese día la maripo-sa reina dijo: “solamente esta mariposa conoció el misterio del fuego, pero nosotros nunca lo sabremos”.

La experiencia con Dios es muy similar a esa fábula. Es espiritual, por lo tanto, no se logra alcanzar naturalmente. El creyente oye una voz inaudible, se siente acompañado por una presencia imperceptible y comprende verdades inaprensibles. Es siempre inédita, para percibirlo es necesario un vuelo tan profundo y radical como el de la mariposa que murió. Es sumergirse en el misterio, aunque eso cueste la propia existencia.

Oración: “Señor, quiero tener una experiencia contigo, en el nombre de Jesús. Amén.”

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“Mis ovejas oyen mi voz, y yo las conozco, y me siguen” (Juan 10:27)

DIA03 Cristo, la llama que anhelábamos entender

Los antiguos reyes orientales confiaban en un grupo selecto de consejeros. Eran ami-gos íntimos del rey, podían hasta entrar en sus aposentos. Él valoraba los consejos dados por ellos más que de los generales, estadistas o gobiernos de otras naciones. Era una rela-ción de íntima amistad, una ligación de amor y confianza.

Jesús cultivó este tipo de relación con sus discípulos y en sus últimas palabras a ellos, repetidamente afirmó que valoraba la intimidad que compartían. Se había acercado la hora en que Él tenía que dejarlos, pero Jesús quería que ellos estuvieran seguros de su condición de amigos.

Pero, ser como conocido como amigo de Dios era una honra. Abraham fue el único en el Antiguo Testamento a quien Dios le concedió este título. Las palabras de Jesús a los once discípulos que quedaron deben haberlos dejado completamente emocionados. Todos ellos habían anhelado tener una relación más cercana con Jesús, hasta incluso ellos habían discu-tido acerca de quién se sentaría más cerca de Él en el Reino.

Pero para obtener este título ellos tenían que cumplir ciertas características como la obediencia, el amor por el prójimo, el conocimiento de la verdad divina y haber sido indica-dos como amigos por Él mismo. ¿Estamos dentro de ese grupo selecto?

Oración: “Señor, anhelo ser tu amigo, en el nombre de Jesús. Amén.”

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“Nadie tiene mayor amor que este, que uno ponga su vida por sus amigos” (Juan 15:12-16)

DIA04 ¿Como ser amigo de Jesús?

Hace algunos años, hubo una olimpiada de personas discapacitadas, las Olimpiadas Es-peciales en Seattle, Estados Unidos. La modalidad deportiva más esperada era la carrera de los cien metros. El estadio estaba repleto. La multitud hilarante y bulliciosa aplaudía con mucho entusiasmo a los jóvenes que se presentaron para la esperada carrera. A la señal de partida, ellas comenzaron con toda la fuerza que disponían. Dos jóvenes sobresalían pero sólo una estaba en la delantera. El estadio se levantó eufórico para incentivarla, sin embar-go, ella cayó a la pista. La competidora que venía en seguida, paró. La multitud disconforme gritó: “avanza, corre, no pares!”. Sin embargo, la joven no escuchó nada de lo que le decían desde las tribunas, y ayudó a su competidora a levantarse y esperó también por las demás. Cuando todas estaban juntas nuevamente, se dieron las manos y cruzaron juntas la línea de llegada. El estadio entero aplaudió, ovacionó el gesto y entendió la lección.

El verdadero cristiano no es receptáculo solamente, sino canal; no es solamente bende-cido, sino quien comparte bendición. Porque el verdadero vencedor es aquel que anima a otros a vencer con él.

Oración: “Señor, deseo ser un amigo que sepa compartir bendición, en el nombre de Jesús. Amén.”

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“Algunos amigos son más fieles que un hermano” (Proverbios 18:24).

DIA05 Animando a otros

Dios quiere hacer una obra en nosotros y por nosotros, pero sólo una de ellas se consti-tuye la obra imprescindible de Dios por el Ser humano, de hecho, “parece” ser que Dios se priva de la otra para llevar a cabo la imprescindible. Dios está comprometido en transfor-mar al ser humano a la imagen de Su Hijo, cueste lo que cueste, al punto de permitir que “cosas” le pasen a este ser humano en proceso de transformación.

En este sentido, las dificultades en la vida de un cristiano, no son señales de la ausen-cia de gracia. Todo lo contrario. Son ellas una señal que nuestra transformación es impres-cindible para Dios. Porque de lo contrario, Su agenda sería buscar nuestro bienestar y felici-dad permanente, en menoscabo de nuestro crecimiento.

Si hay algo accesorio para Dios es su obra por nosotros, pues lo imprescindible para Él es Su obra en nosotros, en el cambio radical de nuestra vida hacia la conformación de la ima-gen de Su hijo Jesús en nuestra vida. No podemos permitir que la expectativa de que Él ha-ga algo por nosotros nos deje ciegos o inmovilizados para lo que Él quiere hacer en noso-tros.

Oración: “Señor, te pido que sigas haciendo tu obra en mí, en el nombre de Jesús. Amén.”

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“hasta que todos lleguemos a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo” (Efesios 4:13)

DIA06 Lo imprescindible y lo accesorio

La confianza de Jesús en el Padre es absoluta. Sus seguidores han de aprender a con-fiar como Él. Pues, si algo hemos de reaprender de Jesús en tiempos de crisis es la confian-za en sus tres matices:

“Pedir” es la actitud propia del pobre que necesita recibir de otro lo que no puede con-seguir con su propio esfuerzo. Así imaginaba Jesús a sus seguidores: como hombres y muje-res pobres, conscientes de su fragilidad e indigencia, sin rastro alguno de orgullo o autosufi-ciencia.

“Buscar” no es sólo pedir. Es, además, moverse, dar pasos para alcanzar algo que se nos oculta porque está escondido. Así ve Jesús a sus seguidores: como “buscadores del rei-no de Dios y su justicia”. Es normal vivir hoy desconcertados ante un futuro incierto, lo ex-traño es no movilizarnos a buscar nuevos caminos para nuestra espiritualidad.

“Llamar” es gritar a alguien al que no sentimos cerca, pero que estamos seguros que nos escucha. Así debe gritar nuestra fe desde las contradicciones, conflictos e interrogantes del mundo actual. Cuando las puertas se cierran, Dios espera una declaración de confianza en Él como Aquel que abre y cierra puertas con Su amor.

Reaprendamos de Jesús: Pida, busque, llame.

Oración: “Señor, ayúdame a confiar de la manera que lo hacía Jesús, en Su nombre. Amén.”

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“Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá” (Mateo 7:7)

DIA07 Los matices de la confianza en Dios

© 2013 www.valparaisoipch.cl Caleb Fernández Pérez, Pastor de la 1ra Iglesia Presbiteriana de Valparaíso y profesor del Seminario Teológico Presbiteriano en Santiago, Chile.

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