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Revista Científica Agropecuaria 20(1-2): 31-43(2016)
© 2016 Facultad de Ciencias Agropecuarias - UNER
*Original recibido (21/10/15) Original aceptado (14/09/16)
DIAGNÓSTICO DE LOS ESPACIOS VERDES PÚBLICOS DE LA CIUDAD
DE PARANÁ
María S. CARPONI1, Marina L. BUTUS
1, Myriam MARTÍNEZ
1, Griselda CARÑEL
2,
Diana REINOSO3, Marcelo PRAND
4 y Geraldine STRAUCH
5.
1Docentes-investigadores Cátedras de Espacios Verdes, 2Riego y Drenaje, 3Botánica sistemática, 4Estadística y
Diseño Experimental, y 5Becaria de Iniciación a la Investigación, PID UNER 2165. Facultad de Ciencias
Agropecuarias, Universidad Nacional de Entre Ríos (UNER). Ruta 11, km 10,5 (3101) Oro Verde, Entre Ríos.
Argentina.
Autor para correspondencia: [email protected]
RESUMEN
El sistema urbano está conformado por la relación entre factores del sistema
ambiente, tanto naturales como socioculturales. La gran concentración de
población ha generado varios problemas ambientales. La presencia de áreas
verdes suficientes y de calidad, equilibradamente distribuidas y manejadas es
una variable que colabora con el bienestar de las comunidades urbanas. Como
aporte este trabajo analiza los espacios verdes públicos de la ciudad de Paraná
partiendo de la necesidad de un diagnóstico en cuanto a su magnitud y
distribución como herramienta para su gestión. Para el manejo de los datos, los
análisis espaciales correspondientes y la generación cartográfica se construyó
un sistema de información geográfica. Se analizaron según los tamaños o
superficies y sus accesibilidades para identificar áreas de la ciudad con mayor
concentración y deficitarias. En la ciudad de Paraná, la disponibilidad de
espacios verdes públicos constituidos como tales es de 8,33 m2/habitante, se
ubica por debajo de 10 a 15 m2/habitante considerado óptimo por la
Organización Mundial de la Salud (OMS). Los espacios verdes de superficies
superiores a 15.000 m2
permiten cubrir con su área de influencia casi toda la
población de la ciudad, pero los mismos no configuran un sistema de acuerdo a
los estándares aceptados.
Palabras claves: Evaluación, espacios verdes públicos
SUMMARY
Diagnosis of the public green areas of the city of Parana
The urban system is a result of the relation between both natural and socio-
cultural factors acting on the environment. The great population concentration
has created several environmental issues. The existence of enough, quality,
evenly distributed and well-managed green areas is a variable that affects the
wellbeing of urban communities. This paper analyses public green spaces in
the city of Paraná, and proposes diagnosis as a tool for their management. A
system of geographic information was built for data processing, appropriate
spatial analysis and mapping. Areas of influence, overlapping, size and
accessibility were analysed to identify areas with greater concentration and
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deficiencies. . It can be concluded that the availability of proper public green
spaces in the city of Paraná, 8.33 m2/inhabitant, is smaller than 10 – 15
m2/inhabitant the one regarded as ideal by the World Health Organization
(WHO).The influence area of green spaces larger than 15,000 m2 provides
accessibility for the whole population of the city, in spite of the fact that such
green spaces do not configure a system according to the established standards.
Key words: evaluation, public green spaces
Introducción
En las últimas décadas el concepto de
sustentabilidad se ha vuelto un paradigma
importante en la planificación urbana. Esto
ha llevado a replantear la importancia de los
servicios que los espacios verdes públicos
prestan a la sociedad, considerándolos como
un componente importante del desarrollo
sustentable de las ciudades.
El término «desarrollo sostenible»,
«sustentable» o «perdurable» aparece por
primera vez en el informe realizado por la
Comisión Mundial de Naciones Unidas
sobre Medio Ambiente y Desarrollo,
Nuestro Futuro Común (1987), más
conocido por el nombre de su coordinadora
G. H. Brundtland, entendido como “…
desarrollo que satisface las necesidades de la
generación presente sin poner en peligro la
capacidad de las generaciones futuras de
satisfacer las suyas…”.
El ser humano construye ciudades para
vivir en sociedad. La forma de vida urbana
es característica de nuestra especie, de tal
forma que existe una tendencia global de las
sociedades humanas hacia la urbanización.
El crecimiento urbano es una de las más
notorias características del actual período
histórico. A fines del siglo XX casi un 60 %
de los habitantes del planeta vivían en
ciudades. La población urbana mundial pasó
de 2.300 millones de personas en 1994 a
3.900 millones en 2014, y se prevé que
ascienda a 6.300 millones para 2050 (ONU,
2014).
La noción de «medio ambiente urbano»
implica una multiplicidad de fenómenos
percibidos como causantes de problemas en
la ciudad: la contaminación del aire, la
calidad del agua, el saneamiento, las
condiciones de transporte, el ruido, la
degradación de los paisajes, la generación
de residuos, el deterioro de las condiciones
de vida. Los principales problemas que
aquejan a las ciudades argentinas y que van
conformando un hábitat degradado son: la
expansión desorganizada, la falta de
vivienda adecuada, la contaminación
atmosférica, hídrica, de suelos y sonora, la
falta de provisión de agua potable, la
infraestructura de desagües, la escasez de
espacios verdes, el hacinamiento, la carencia
de cloacas, la inadecuada recolección y
disposición de residuos y la insuficiencia de
las plantas de tratamiento y reciclaje de los
mismos. Estas condiciones repercuten
directamente en el aumento de la
vulnerabilidad de las poblaciones frente a
los desastres (Herzer y Gurevich, 1996).
En Paraná, el Plan Estratégico de
Desarrollo (PEDEP) realizó en 1999 un
«diagnóstico» de la ciudad por métodos
participativos que, en el ítem Medio
Ambiente, afirma “…este aspecto fue
considerado como uno de los ejes
prioritarios en forma casi unánime por el
universo de los actores participantes en los
talleres de trabajo…”. Entre las principales
aspiraciones expresadas por el mismo, se
destacan: una ciudad limpia, el ambiente
como patrimonio de la ciudad, generación y
rescate de los espacios verdes como
pulmones de la ciudad y lugares de
recreación y encuentro de los ciudadanos,
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mejora del paisaje para el turismo,
concientización de la población en la
preservación del medio ambiente y de los
recursos naturales en particular y promoción
de mecanismos de información para el
cumplimiento de las ordenanzas existentes,
planificación en forma integral del
tratamiento de la basura, el reciclado de los
residuos y control sobre productos
contaminantes, y forestación con especies
autóctonas.
En una revisión histórica, el espacio
público se reconoce como ese espacio vital y
humanizante donde la sociedad se reunía
para compartir sus opiniones, evaluar
propuestas y elegir la mejor decisión, se
vislumbraba así un espacio público político.
En general las definiciones de espacio
público coinciden en que es un lugar de
naturaleza social, expresión de la cultura del
sitio y escenario de la interacción social
cotidiana que se caracteriza físicamente por
su libre accesibilidad.
Ros Orta (1996), señala que el término
espacio verde varía en su concepción según
los profesionales que lo traten: el urbanista
lo asimila con el espacio urbano; el
arquitecto habla de espacio libre o espacio
exterior para designar los espacios verdes;
los servicios técnicos de los ayuntamientos
encargados de la conservación asocian los
espacios verdes con los jardines, los parques
y las plantaciones en alineación en bordes de
vías públicas; y para el paisajista este
término es sinónimo de paisaje en diálogo
con la naturaleza circundante, o con la
propia escena urbana o rural y engloba todas
las formas y estructuras paisajísticas.
El «verde urbano», la vegetación en las
ciudades, tiene múltiples beneficios que han
sido objeto de reivindicación y estudio a lo
largo de la evolución del urbanismo actual y
que se ha ido enriqueciendo y concretando
por el aporte de investigaciones desde
campos de estudio más próximos a la
ecología y las ciencias ambientales. La
presencia de vegetación en las ciudades se
ha asociado así a la calidad ambiental,
convirtiéndose en un factor de la calidad de
vida (Gómez Lopera, 2005).
En ese aspecto fue demostrado en una
experiencia realizada por las cátedras de
Espacios Verdes y Climatología de la
Facultad de Ciencias Agropecuarias
(UNER) en la ciudad de Paraná el efecto
atemperador sobre las temperaturas en calles
- contiguas y paralelas entre sí- con y sin
arbolado. Se midieron temperatura y
humedad durante treinta días estivales
distribuidos en los meses de enero, febrero y
marzo de 1994. En ellas se determinó que
las temperaturas medias de las calles con y
sin árboles fueron de 27,5ºC y 29,9ºC y los
promedios de humedad relativa del aire 62,7
% y 57,7 % respectivamente. También se
observó que la existencia de paño verde
podría disminuir las temperaturas en más de
4 ºC, ya que actuaría modificando el albedo
y el balance de energía de la interfaz suelo-
atmósfera (Folla et al., 2000).
Se sabe que la producción de oxígeno
fundamentalmente se da como producto del
fitoplancton marino, sin embargo no se
puede dejar de lado que en los ecosistemas
terrestres los árboles son los vegetales que
producen mayor cantidad de este elemento,
y fundamentalmente absorben dióxido de
carbono.
Los árboles actúan eficazmente en la
retención de partículas de polvillo
atmosférico y otros contaminantes debido a
que las partículas del polvo en suspensión
que el aire contiene y transporta, se adsorben
en la superficie de las hojas. Esto depende
del tamaño de las partículas contaminantes y
la calidad de la hoja y densidad del follaje.
Las mejores especies en tal sentido son las
de nervaduras marcadas y presencia de
anexos epidérmicos como pubescencias,
ceras, cutinas.
Robinette (1972) determinó que en la
ciudad de Washington, en calles sin árboles
se ha estimado la presencia de 10.000 a
12.000 partículas/litro de aire filtrado y, en
María Silvia Carponi et al.
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las calles arboladas solamente un rango de
1.000 a 3.000 partículas.
La presencia de espacios verdes
contribuye a la disminución de la
contaminación auditiva y olfativa. Tal es así
que las cortinas de árboles disminuyen
ruidos hasta en 10 decibeles1 en superficie y
en pisos altos más aún (aproximadamente el
30 %), (GDF, 2000). En zonas fabriles,
cortinas impenetrables de 8 a 10 hileras
pueden filtrar ruidos, vientos y olores hasta
un 70 % (Cook, 1978).
Los espacios verdes urbanos, así como el
arbolado de alineación, contribuyen a
ordenar la lectura visual de la ciudad,
brindando como valor agregado un paisaje
identitario y patrimonial. La necesidad de las
zonas verdes y espacios libres como
garantes de la presencia de la naturaleza en
la ciudad tiene su justificación en motivos
muy diferentes, tal es así que Sukopp y
Werner (1989) además indican la capacidad
de reducir la velocidad del viento y
proporcionar espacios adecuados para el
desarrollo de la vida animal.
Como puede observarse algunos
beneficios son de índole práctica y otros
psicológicos, pero en general se refieren a la
habitabilidad del espacio urbano. Sin
embargo hay una razón muy importante que
rara vez se menciona y es que contribuyen a
rebajar la presión sobre las áreas naturales y
rurales que rodean a las ciudades.
Según consta en el artículo 3º de la
ordenanza municipal de Paraná Nº 7435 de
1991, “… se considera espacio verde
público a: parques, plazas, paseos,
balnearios, campamentos, sectores de la
costa, ribera o margen de ríos y arroyos,
jardines públicos y cualquier otro espacio
destinado a plantación de arbolado o
jardinería o área natural del dominio público
municipal. Asimismo sectores verdes de las
1 Los ruidos son medidos en decibeles utilizándose una
escala logarítmica de 0 a 180.
aceras y los destinados a plantación de
árboles; los maceteros y otros elementos de
jardinería instalados en la vía pública…”.
La Municipalidad de Paraná prevé para
nuevas urbanizaciones/loteos la obligato-
riedad de al menos un 15 % del total de la
superficie del mismo para espacios de “uso
público”, plazas y parques, definiéndolos
como “…el área de terreno de uso común
destinado a espacio verde, esparcimiento,
actividades culturales y deportivas y
circulaciones internas…” (Art. 126, inciso e
del Código Urbano del Municipio de
Paraná).
En este trabajo se consideran como
espacios verdes públicos a aquellos que
cumplen con las funciones de recreación,
uso social y cultural, educativo y ambiental,
con valores estéticos y de contemplación, y
que fundamentalmente tengan un rol
estructurante en la urbanización, y
coincidiendo con el criterio de que estén
bajo el manejo de la Municipalidad de
Paraná. Se analiza la importancia de la
localización del espacio verde en su entorno
y la accesibilidad de los ciudadanos de un
sector a una zona verde fuera de los límites
de su sector pero que influyen en él, para
contribuir a la planificación sustentable y
armoniosa de los espacios verdes públicos
en pro de una mejor calidad de vida de los
habitantes de la ciudad de Paraná.
Para ello se planteó como objetivo
realizar un diagnóstico de los espacios
verdes públicos de la ciudad de Paraná, en
cuanto a la cantidad y distribución de los
mismos y a su accesibilidad geográfica.
Materiales y métodos El área de estudio corresponde al casco urbano y
alrededores de la ciudad de Paraná, capital de la
Provincia de Entre Ríos, entre las coordenadas
geográficas 31o 44´ 30” y 31º 48’ de latitud sur y
60o 23´ 30” y 60º 34’ de longitud oeste. Está
delimitada por el arroyo Los Berros al Sur, el
arroyo Las Tunas al Este, al Norte y al Oeste el
río Paraná y parte del arroyo Las Conchas.
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Durante el año 2015 se realizó una búsqueda
y recopilación de datos en las Direcciones de
Estadística y Censos, y de Catastro provinciales
y de las reparticiones municipales como Parques
y Paseos, Catastro y Sistemas de Información
Geográfica (SIG) a los efectos de analizar el
crecimiento poblacional y ocupación territorial
de la ciudad, así como el inventario y diagnóstico
de los espacios verdes de la ciudad.
Para el manejo de los datos, los análisis
espaciales correspondientes y la generación
cartográfica se construyó un Sistema de
Información Geográfica (SIG) usando el
Software ArcGis [software GIS]. Versión 10.0.
Con las capas vectoriales cedidas por la
municipalidad y usando las imágenes provistas
por Google Earth se actualizaron los espacios
verdes y se construyó la capa correspondiente a
espacios verdes privados.
El diagnóstico consiste en estudiar el
conjunto de características ambientales
manifestadas en una localidad (en este trabajo
los espacios verdes públicos). Usando esta
información se genera un listado de los
principales problemas percibidos tanto por el
municipio mismo como por la comunidad
organizada. Este no es una herramienta de
acción, pero sirve de base para la preparación y
articulación de estrategias de gestión ambiental
local que contemplen medidas de mejoramiento
y prevención de problemas.
Para diagnosticar la cantidad y distribución
de los espacios verdes públicos de la ciudad en
relación a la población, se realizaron análisis
espaciales de áreas de influencia, tamaño y
distribución.
Con estos criterios se elaboró para esta
investigación desde la cátedra de Espacios
Verdes de la Facultad de Ciencias Agropecuarias
(UNER) una categorización basada en la relación
entre la superficie de los mismos y su
accesibilidad (distancia media que un ciudadano
debería recorrer desde su lugar de residencia
hasta el espacio verde más cercano y se
representa como área de influencia). Ésta
comprende tres categorías:
Espacios verdes de proximidad, son plazas
o plazoletas que estructuran o confieren
identidad a los distintos barrios de la ciudad.
Cumplen una importante función dando servicio
a los vecinos que viven en las manzanas que las
rodean y en especial a personas de menor
capacidad de movilidad y autonomía. Presentan
tamaños de hasta 5000 m2. Son de recreación
breve y diaria. Accesibilidad de 100 m.
Espacios verdes de mediano tamaño, son
plazas cuya superficie se encuentran entre los
5.000 y 15.000 m2. La plaza pertenece a la
vecindad, se considera que debería existir una
plaza cada 4 cuadras, que es el máximo que debe
caminar una persona para ir a descansar y
recrearse al aire libre con una posibilidad de
recreación breve y diaria. Accesibilidad de 500
m.
Espacios verdes grandes, son parques y
paseos de tamaños superiores a 15.000 m2. Tienen
por función la recreación y destacan valores
educativos, culturales, históricos, turísticos y
paisajistas que se estructuran por medio del
sistema vial. Dentro de ellos se pueden encontrar:
los jardines: jardín botánico, jardín japonés,
jardín francés, jardín zoológico; los clubes: de
tenis, de equitación, de usos múltiples, las
confiterías diurnas y nocturnas, lagos para
práctica de remo y zonas de camping.
Los parques pertenecen a la ciudad y se accede
en auto o en otro vehículo, recreación de varias
horas, donde se va a pasar el día o a descansar un
fin de semana, pueden estar a 2.000 – 2.400 m
del núcleo urbano. Accesibilidad 2.000 m.
Se utilizó el índice «área de espacios verdes
públicos por habitante» que mide la relación
entre la superficie de zonas verdes que es usada
como parque público y la población total dentro
del perímetro urbano y da una idea del nivel de
consolidación del área verde de la ciudad.
Este índice es empleado por la Organización
Mundial de la Salud (OMS), traducción de
World Health Organization (WHO), que
recomienda de 10 a 15 m2 por habitante como
espacio mínimo requerido por un ciudadano para
un óptimo desarrollo personal, distribuidos
equitativamente en relación a la densidad de
población y por tanto, de edificación (World
Health Organization, 2004).
Uno de los aspectos esenciales en el análisis
de espacios verdes de una ciudad es la
determinación de su superficie y de la dotación
en m2 por habitante, lo cual constituye el
principal indicador para medir su adecuación a
las necesidades de la población. El análisis
espacial de la distribución de los espacios
verdes y la accesibilidad se usó para identificar
áreas con mayor concentración y deficitarias.
María Silvia Carponi et al.
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Con estos criterios se generaron polígonos a
partir del centro de los espacios verdes que
establecen el área de accesibilidad óptima,
tomándose como radio:
- 100 m lineales para las zonas verdes
con superficies menores a 5.000 m2,
- 500 m lineales para las que tienen
superficies entre 5.000 y 15.000 m2,
- 2.000 m lineales para las que tienen
superficies mayores a 15000 m2.
Resultados y discusión
La Dirección de Sistema de Información
Geográfica de la Municipalidad de Paraná
tiene confeccionado el inventario de los
espacios verdes públicos.
La Figura 1 muestra el plano de la ciudad de
Paraná con la ubicación de los espacios
verdes.
Figura 1. Espacios verdes públicos de la ciudad de Paraná Fuente: Elaboración propia en base a datos de la Dirección de SIG de la Municipalidad de Paraná.
La ciudad de Paraná tiene 251 espacios
verdes públicos, 190 de ellos tienen una
superficie menor a 5.000 m2 y representan el
75,7 % del total, 40 entre 5.000 y 15.000 m2
suman el 15,9 % y 21 de más de 15.000 m2
que ocupan 8,4 %.
Si se analizan los espacios verdes por su
superficie, aquellos de menos de 5000 m2
cubren una superficie de 162.042 m2 y
representan el 7,6 % de la superficie total;
los espacios entre 5000 y 15000 m2 cubren
248.723 m2 con un 11,6 % y los de más de
15000 m2 ocupan 80,8 % con 1.733.171m
2.
En una primera observación se detecta
que los grandes espacios verdes deberían
estar bien distribuidos en el plano de la
ciudad para poder cubrir las necesidades de
todos los habitantes.
Accesibilidad
En la Figura 2 se observan los radios de
influencia de espacios verdes con superficies
menores a 5.000 m2
(radios de 100 m
lineales), que cubren solo las necesidades de
los vecinos cercanos a ellos.
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Figura 2. Radios de influencia de espacios verdes con superficies menores a 5.000 m
2 (radios de
100 m lineales).
Figura 3. Radios de influencia de espacios verdes con superficies entre 5.000 m
2 y 15.000 m
2
(radios de 500 m lineales). Fuente: Elaboración propia en base de la Dirección de SIG de la Municipalidad de Paraná
María Silvia Carponi et al.
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En la Figura 3 se muestran los espacios
verdes de superficies entre 5.000 y 15.000
m2
con sus radios de influencia de 500 m. Se
observa claramente que esta zona de
influencia no alcanza para cubrir las
necesidades de la población y que su
distribución se concentra en algunas zonas y
en otras se hallan en forma dispersa y sin
conexión, sin formar un sistema verde.
Con respecto a la categoría de los
espacios verdes mayores a 15.000 m2 y sus
zonas de influencia de 2.000 m lineales, se
observa que sus radios cubren casi la
totalidad de la superficie de la ciudad, a
excepción de zonas suburbanas que tienen
una urbanización poco desarrollada y gran
cobertura de vegetación en general y
permiten que la mayoría de la población
tenga acceso (Figura 4).
Para utilizar y acceder a estos espacios la
población debe desplazarse a distancias
mayores y su uso es de frecuencia semanal y
usualmente concentrada en fines de semana
o días feriados.
Figura 4. Radios de influencia de espacios verdes con superficies mayores a 15.000 m2 (radios
de 2.000 m lineales). Fuente: Elaboración propia a datos de la Dirección de SIG de la Municipalidad de Paraná.
Según Grahn (1991) cuando la distancia
al parque excede 300 m, una de cada cuatro
personas pospone una visita diaria al espacio
verde. También indica que el 56 % de las
personas se abstienen de caminatas regulares
en el parque cuando la distancia al mismo
aumenta a 500 m.
El tamaño y distribución de plazas,
parques y áreas verdes tiene implicancias
ecológicas y sociales. Desde el punto de
vista ecológico, el mayor tamaño de estas
áreas permite una mayor diversidad y
riqueza de especies vegetales, lo cual va
acompañado también de una mayor
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diversidad de fauna (Kühn et al., 2004;
Knapp et al., 2008). Si además se favorece
la plantación de árboles y arbustos nativos,
aumenta la presencia de aves nativas (Díaz y
Armesto, 2003; White et al., 2005)
contribuyendo a la conservación de la
biodiversidad local. De este modo, un
mismo espacio verde cumple diversas
funciones y brinda diferentes servicios
socio-ambientales, por esto juegan un papel
muy importante como reguladores y
mejoradores del ambiente urbano. Diversos
autores citan los beneficios ambientales que
proveen los espacios verdes a la ciudad: Las
áreas verdes de gran tamaño contribuyen
más efectivamente a la regulación de las
inundaciones ocasionadas por la
acumulación de aguas de lluvias, ya que
mantienen una alta permeabilidad del suelo
y su capacidad de infiltración (Sorensen et
al., 1998). La cobertura vegetacional en los
parques situados en las laderas de los cerros
contribuye a la retención del suelo y
disminuye el riesgo de procesos de remoción
en masa (Romero y Vásquez, 2005). La
contribución de la vegetación a la regulación
de la temperatura urbana ha sido demostrada
en diversas ciudades (Sorensen et al., 1998;
Jenerette et al., 2007), así como la capacidad
de capturar partículas y renovar el aire.
(Hough, 1998; Hernández, 2007).
Desde el punto de vista social, áreas
verdes de mayor tamaño y mayor cantidad
de espacios públicos, permiten la realización
de diversas actividades y facilitan la
presencia simultánea de distintos grupos:
niños, adultos y jóvenes. Los distintos
grupos etarios tienen diversos requerí-
mientos y utilizan de distinta forma los
espacios públicos (Tahvanainen et al., 2001;
Chiesura, 2004; Sugiyama y Ward-
Thompson, 2008). Por esto, la provisión de
zonas diferenciadas dentro de los espacios
públicos es un factor que favorece la
interacción entre ellos y la integración social
en la escala del barrio o la comuna.
Existe una relación directa entre el
tamaño y área de servicio de las áreas
verdes. Las áreas verdes de mayor tamaño
pueden encontrarse en menor número y más
alejadas, en cambio las plazas o pequeñas
áreas que se encuentran en el interior de los
barrios, debieran encontrarse a una distancia
tal que se pueda acceder a ellas en un tiempo
no superior a 10 o 15 minutos de caminata
(Coles y Bussey, 2000; Handley et al.,
2003).
Contando los espacios verdes públicos
(posibles de apropiación física de parte de
los ciudadanos), Paraná cuenta con 8,56 m2
de superficie verde por habitante, por debajo
de los parámetros recomendados por la
OMS (Cuadro 1).
Cuadro 1. Relación de superficie por habitante de la ciudad de Paraná
Población * 250.541
Superficie área verde (m2) total 2.143.936
Superficie área verde (m2) por hab. 8,56
*Según Censo Nacional de Población 2010. Dirección General de Estadística y Censos. Entre Ríos
Fuente: Elaboración propia en base al Censo Nacional de Población 2010. Dirección General de Estadística y
Censos de Entre Ríos y a la Dirección de SIG de la Municipalidad de Paraná.
Esta situación desmejora cuando se
tienen en cuenta las proyecciones de
crecimiento demográfico para la ciudad de
Paraná, estimadas por la Dirección General
de Estadística y Censos de Entre Ríos en
base al Censo Nacional de Población,
Hogares y Vivienda 2010 (Cuadro 2).
María Silvia Carponi et al.
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Cuadro 2. Proyección de crecimiento demográfico para la ciudad de Paraná.
año 2010 2011 2012 2013 2014 2015
Número de habitantes Paraná 250.541 252.121 253.696 255.266 256.828 258.376
Fuente: Censo Nacional de Población 2010. Dirección General de Estadística y Censos de Entre Ríos.
Por lo tanto, para el año 2015, la relación
área verde / habitante disminuye a 8,33
m2/habitante. Es muy importante remarcar
que este dato se refiere a espacios verdes
públicos accesibles.
Hace más de 50 años, en el año 1960,
según datos obtenidos de archivos
personales del Ing. Agr. Juan Manuel
Jozami (Director de Parques y Paseos):
“…el número de habitantes de la planta
urbana de Paraná es de 98.318, con esta cifra
la superficie de área verde por habitante es
de 5,75 m2 a lo que se debe agregar 2 m
2 por
clubes privados…”.
En la ciudad coexisten otros espacios
verdes no públicos como clubes de acceso
restringido a asociados, terrenos privados,
centros de manzanas, arbolado de
alineación, islas cercanas, cuencas de
arroyos, terrenos del ferrocarril, entre otros.
Si se tuvieran en cuenta todos estos espacios
mencionados, el valor ascendería
considerablemente y superaría ampliamente
el índice recomendado por la OMS.
Por ejemplo, los terrenos del Ejército que
se incorporaron al Municipio; algunos
clubes como: Club Atlético Estudiantes
(CAE) con sus 42 ha de golf, Clubes
Atléticos San Agustín, Palermo, Patronato,
Peñarol y Talleres, Paraná Rowing Club,
Club Náutico Paraná, entre otros, sumarían
una superficie verde de 3.677.759 m2
(Cuadro 3) dando un total de 5.821.695 m2.
Cuadro 3. Superficie de espacios públicos de acceso restringido en la ciudad de Paraná
Nombre Superficie (m2)
Terrenos del Ejército 2.642.598
Club CAE Golf, Plumín y Plumazo 511.100
Club Patronato 22.500
Club Rowing Tortuguita 36.507
Club San Agustín 20.459
Club Palermo 39.277
Túnel Subfluvial 256.916
Club Naútico 126.857
Club Talleres 21.545
Subtotal 3.677.759
Espacios verdes públicos 2.143.936
TOTAL 5.821.695 Fuente: Elaboración propia en base a datos de la Dirección de SIG de la Municipalidad de Paraná.
El índice de área verde por habitante
incluyendo espacios verdes públicos y
espacios de acceso restringido sería de 22,53
m2/habitante, superando la norma de la
OMS (Cuadro 3).
Conclusiones Se puede concluir en términos generales que
en la ciudad de Paraná la disponibilidad de
espacios verdes públicos en el año 2015,
constituidos como tales, se ubica por debajo
del considerado óptimo por la OMS (10-15
m2/habitante). Al agregar espacios verdes
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de uso restringido (clubes) y otros, el valor
asciende por encima del óptimo.
Es importante remarcar que a medida que
pasen los años la tendencia es el crecimiento
de población en la ciudad, lo que traería
como consecuencia la reducción sistemática
del índice de espacio verde por habitante si
no se generan políticas de gestión que
incrementen de alguna manera la cantidad y
calidad de los espacios verdes de la ciudad,
con prioridad a las zonas que registren
mayores carencias y así tender a una
distribución equitativa que compense y
mejore la oferta existente.
La mayor proporción de espacios verdes
con superficie menor a 5000 m2 detectado en
este diagnóstico cubre sólo las necesidades
de la población cercana a ellos. Sería
interesante la realización de estudios que
analizaran la superficie mínima
indispensable que deben tener estos espacios
para poder brindar los servicios ambientales
que se les atribuyen.
Los espacios de superficies entre 5.000 y
15.000 m2 por su distribución y sus zonas de
influencia no alcanzan a cubrir las
necesidades de la población. Además,
poseen concentraciones en algunas zonas y
se hallan en forma dispersa y sin conexión
en otras, no conformando un sistema de
espacios verdes.
Los espacios verdes de superficies
superiores a 15.000 m2
permiten cubrir la
accesibilidad a toda la población de la
ciudad, pero los mismos no configuran un
sistema de acuerdo a los estándares
aceptados.
De tal modo, se deduce que en la ciudad
de Paraná se ve afectada la disponibilidad de
los espacios verdes de accesibilidad cercana
y media con frecuencia de visita diaria o de
dos a tres veces a la semana. Otra
observación realizada es que la distribución
y provisión de espacios verdes, de parte de
la administración municipal, parece ser
producto de la ocupación y transformación
de espacios remanentes de la urbanización y
no de la planificación y que no se cumple
con la disposición del resguardo de 15 % de
superficies para espacios públicos invocado
en el código de edificación.
Se abren así nuevos interrogantes, que no
estaban planteados en este estudio. Si los
espacios verdes públicos otorgan calidad
ambiental a la ciudad y por ende,
constituyen uno de los ejes de las políticas
públicas, ¿dónde y cómo actuar para
dinamizar los procesos de la reconversión de
sus espacios verdes? y ¿cómo propiciar la
creación de nuevos espacios que atiendan a
nuevas demandas de la población?
La planificación, creación y gestión de
los espacios verdes públicos constituye hoy
un desafío importante para las
administraciones públicas locales, en los
procesos actuales de consolidación,
densificación y crecimiento de las ciudades
y además que, estos procesos deben ser
consensuados con los distintos actores
usuarios y beneficiarios de esos espacios,
con herramientas de participación social
eficientes, para aportar diseños y
mantenimiento acordes con las necesidades
de los mismos. Estas instituciones públicas
deben desarrollar la capacidad de articular
herramientas, mecanismos y políticas en
espacios de gestión multiactorales y pluri-
representados, a fin de dirigir los recursos
para obtener los mayores beneficios de
cualquier intervención.
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