Diario de una profesora. 5 primeros dias de clase

COMO AFRONTAR LOS PRIMEROS DIAS COMO PROFESORA

Ilusiones, retos, incertidumbres,

aprendizajes, enseñanzas y

autoevaluación de una profesora

Como afrontar los primeros días como profesora

Eva Rubio Félix Página 1

INTRODUCCION

A través de estas páginas he querido reflejar en los cincos días de

una semana laborable distintas situaciones que a un profesor se

le pueden dar. A lo largo de los días de la semana he reflejado

algunos consejos para que las normas de convivencia en el aula

se cumpla y para hacer clases expositivas activas, que y como

enseñar, como actuar en situaciones de conductas conflictivas,

reflexiones por qué el profesor debe estar motivado y como

evaluar. Termino el trabajo con una pequeña conclusión.

Una pequeña descripción de cada día seria la siguiente:

EN EL PRIMER DIA DE CLASE, se trata como dejar claro las

normas “más vale prevenir, que curar”. El primer día hay que

poner las normas claras. A veces se pueden discutir las cosas,

pero una vez fijadas deben quedar claras. Cumplir las

advertencias y evitar la arbitrariedad.

EL SEGUNDO DIA DE CLASE, se trata de enseñar una unidad

didáctica del currículo haciéndome tres preguntas, a quien

enseño, que enseño y como enseño.

El TERCER DIA DE CLASE, tengo que afrontarme a una situación

de conducta disruptiva por parte de un alumno, le he puesto el

nombre ficticio de Martin.

El QUARTO DIA DE CLASE, tengo un mal día y necesito tener

presente algunas reflexiones para no dejarme llevar por la

desmotivación para enseñar.

El QUINTO DIA DE CLASE, tengo la curiosidad de evaluarme y de

evaluar a la clase para saber cómo me ha ido la semana.



MI PRIMER DIA. Presentación

De camino al cole que nervios ¡!!! A ver cómo responden los

alumnos. Sé que los primeros días son cruciales, tengo que ser

yo misma pero no tengo que olvidar algunas cosas que mis

profesores del master y del colegio de prácticas me han

enseñado.

Si claro me acuerdo de que Jesús Ruiz el profesor de Master

de la asignatura Investigación e innovación didáctica nos dijo

que era necesario:

- Consensuar y dejar claras las normas

- Corregir de modo constante

- Lo que hagas al principio se convertirá en costumbre

-Acercarse para corregir

- Las cosas se dicen una vez

- Lo que se dice se cumple

- Cómo actuar en casos límite con alumnos que distorsionan la

clase: entrevista individual, ofrecer alternativas-salidas y

trabajase al resto.

Se acerca el momento y entro en clase. Ok , decidida, no seré ni

la profe seria y distante que transmita que en la clase no se

mueve ni una mosca ni tampoco la profe totalmente desprotegida

e indefensa capaz de soportar el más mínimo conflicto. Pienso

que desde el primer momento hay que organizar la clase,

delimitar responsabilidades, discutir y negociar los sistemas de

trabajo y evaluación.



El profesor José M. Esteve de la universidad de Málaga decía

que “los alumnos son seres esencialmente razonables; es posible

que, si te dejas, intenten llevarte al huerto y bajar algo tus

niveles de exigencia, pero si la razón te asiste y en ella fundas tu

propia seguridad, los alumnos saben descubrir muy bien cuáles

son los límites.

Ok, en mi primer día mis alumnos ya saben que hay que cumplir

unas normas pero que también contaran con su profe para darles

el apoyo necesario para que su esfuerzos sea fructíferos. El

elemento central consiste en comprender que la esencia del

trabajo del profesor es estar al servicio del aprendizaje de los

alumnos y que a su vez estos tienen que mostrar interés y

esfuerzo por aprender.

Es el primer día de clase y si parece que no me ha ido mal.

He tenido presente algunos CONSEJOS de docentes con

experiencia que textualmente dicen esto:

-Memoriza el saludo y la introducción. Eso te hará ir con más

seguridad.

- Se su profesor, no su “colega”. Tarde o temprano tendrás que

evaluarlos y emitir una nota, y deberás ser lo más objetivo, justo

e imparcial posible.

- La comunicación no se limita a lo que dices. Casi dos terceras

partes de la comunicación entre las personas es no verbal y se

transmite a través de los gestos, las expresiones y el lenguaje

corporal.

- Cuida la puesta en escena. Es conveniente mantener el

contacto visual con los asistentes; la mirada establecerá una

relación amistosa con la audiencia.



- Establece claramente las reglas del juego y las puedes

negociar con ellos: contenidos, criterios de evaluación, normas

de trabajo, mecanismo de comunicación. . .Mantén las

promesas, no debes engañarles ni ir cambiando de opinión sobre

la marcha. Sé honesta con ellos.

SEGUNDO DIA. Unidad didáctica

Genial, parece que los alumnos llegan a clase puntual y que cuando

entro, me reconocen como profe……



Va todo muy rápido y ya hoy tengo que empezar la primera unidad

didáctica. No estoy muy nerviosa porque ya me la tengo

preparada. Pero no podía prepararme la clase sin antes haberme

hecho tres preguntas que son esenciales para que la clase sea

aprovechada al máximo por los alumnos y que ambas partes,

alumnos y profesora disfrutemos con lo que aprendemos y

enseñamos.

Estas son las tres preguntas:

¿A QUIEN ENSEÑO?

¿QUE ENSEÑO?

¿COMO ENSEÑO?.

1-¿A QUIEN ENSEÑO?.

Mi profesor del master Javier del Valle que nos daba la

asignatura de Sociedad, familia y Educación, nos decía que nunca

nos olvidáramos de que educamos A PERSONAS y esto implica

que educamos personas con espíritu crítico, autónomas,

solidarias, responsables, leales. Se trata de educar DE FORMA

INTEGRAL.

El filósofo Ramón Díaz Olguín decía en un artículo que ¡educar a

una persona es una cosa grande! Tan grande, que constituye

para quien la lleva a cabo una enorme, aunque colosal “tarea”,

un trabajo que realizar, una responsabilidad que asumir, una

obligación que atender a la que no es sencillo renunciar sin

más”.

2 ¿QUE ENSEÑO?

Es importante adaptar los contenidos de enseñanza al nivel de

conocimientos de los alumnos. Se trata de engancharles en el



deseo de saber de lo contrario los vas dejando tirados conforme

avanzas en tus explicaciones.

Debemos preguntarnos algunas preguntas y reflexionar sobre las

respuestas.

-¿Es necesario impartir la totalidad del temario?

-¿Seguir algunas técnicas como trabajar en grupo o hacer pausas

puede que nos haga perder tiempo en nuestra exposición y que

no dé tiempo a dar todo el temario?

- ¿Pero qué es lo importante? El temario que sale de la boca del

profesor o el que se queda enganchado en la cabeza del

estudiante?

Algunos CONSEJOS de clases expositivas activas:

Investigaciones científicas solventes han demostrado que a los

15 ó 20 minutos de haber comenzado la clase expositiva se

empieza a producir una caída importante del nivel de atención

de la audiencia, que sólo se recupera ligeramente cuando los

estudiantes perciben que la clase está acabando. Otro conjunto

de investigaciones demuestran que los estudiantes, en general,

ya han olvidado a los pocos días de la clase expositiva la mayor

parte de sus contenidos.

- Fragmenta la exposición en bloques de unos 15 ó 20 minutos.

Esta estrategia requiere una minuciosa planificación dela clase,

es decir, tener bien identificados los puntos en que haremos la

exposición, y la tarea que propondremos en cada una de las

interrupciones.

- Introduce alguna actividad entre bloques.



Es aconsejable introducir entre bloque y bloque alguna actividad

que exija la intervención de todos los alumnos, de manera que:

puedan poner en práctica de forma inmediata los contenidos

que acaban de ver. Esto ayuda a que fijen esos contenidos mejor

-Entre bloque y bloque simplemente cállate. Tú puedes

pasearte por la clase y resolver alguna duda.

-Entre bloque y bloque que intercambien los apuntes. Nos

sorprendería la cantidad de errores que tienen nuestros

estudiantes en sus apuntes (lo cual no deja de ser otra prueba de

la poca eficacia de las clases expositivas).

-Entre bloque y bloque que reflexionen sobre “lo más

importante y lo menos”. Pídeles que, de forma individual y

anónima, escriban en un papel la idea más importante, y lo más

oscuro y confuso. Esta información puede ayudarte, por

ejemplo, a preparar una clase de aclaraciones, que tus alumnos

apreciarán mucho.

-Entre bloque y bloque que preparen una pregunta.

- Entre bloque y bloque que resuelvan un ejercicio en grupo.

Esta técnica requiere una interrupción más larga, pero resulta

muy eficaz.

3 ¿COMO ENSEÑO?

Además de los contenidos de enseñanza, se necesita encontrar

unas formas adecuadas de expresión, en las que los silencios

son tan importantes como las palabras, en las que el uso de una

expresión castiza puede ser simpático o hundirnos en el más

espantoso de los ridículos. El problema no consiste sólo en

presentar correctamente nuestros contenidos, sino también en



saber escuchar, en saber preguntar y en distinguir claramente el

momento en que debemos abandonar la escena. Para ello hay

que dominar los códigos y los canales de comunicación, verbales,

gestuales y audiovisuales; hay que saber distinguir los distintos

climas que crean en el grupo de clase los distintos tonos de voz

que el profesor puede usar: un tono grave y pausado induce al

grupo a la reflexión, mientras que si queremos animar un debate

debemos subir algo el tono de voz... etc. saber interpretar las

señales gestuales que emiten los alumnos para regular nuestro

ritmo de clase, y el dominio de éstas y otras habilidades de

comunicación requiere entrenamiento, reflexión y una constante

actitud de autocrítica para depurar nuestro propio estilo

docente.

CONSEJOS:

- Si no se te oye, estás perdiendo el tiempo

- No grites, o te arrepentirás. Si hay ruido, hay que buscar otra

solución al problema.

- No te quedes inmóvil. Un profesor totalmente quieto durante

toda la clase aburre al auditorio, y resulta más difícil de

entender, ya que no aprovecha el lenguaje visual para transmitir

ideas de comienzo o terminación de argumentaciones, cambios

de tema, relaciones entre conceptos. . .

- No te muevas continuamente. Una cosa es cambiar de

“parada” cada cierto tiempo, y otra no parar nunca.

- No hables de espaldas a la audiencia.

- Mira a tu público. En este sentido, también es importante no

mirar siempre al mismo alumno. Conviene mirar a los asistentes

repartiendo nuestra mirada entre diversas zonas del aula. Hay



que ponerse como objetivo mirar a los ojos a todos y cada uno

de tus alumnos al menos una vez en cada clase.

- Cuidado con la velocidad. En una clase es mejor decir una sola

frase con calma (pero que tenga sentido) que intentar

bombardear a los alumnos con información que de todas formas

no van a asimilar.

- No te obsesiones por rellenar los silencios.

- Repite las preguntas que te hagan antes de dar la respuesta.

Así la pregunta servirá para todos, y además nos aseguraremos

de haberla entendido bien.

Al principio de la clase les he dado una pequeña encuesta de

evaluación de conocimientos. Casi se nos ha terminado la hora y

solo nos ha dado tiempo a hacer una pequeña introducción del la

unidad didáctica, pero creo que con la información que he sacado

la clase está más que aprovechada, esto nos servirá para

conocerlos mejor.

Las preguntas a los alumnos podrían ser:

• ¿Los contenidos de la asignatura son importantes para mi

formación?

• ¿Los objetivos de este curso están claros y han sido expuestos

bien por el profesor?

• ¿La información sobre el programa, plan de trabajo y

evaluación es suficiente?

• ¿Los contenidos de la asignatura parecen útiles?

• ¿Los contenidos de la asignatura me motivan?

• ¿El método de evaluación es justo?



Parece claro que una respuesta negativa a cualquiera de estas

preguntas sugeriría al profesor la conveniencia de dedicar un

tiempo en clase, lo antes posible, a clarificar la cuestión

(enfatizar la importancia de los contenidos, aclarar aspectos de la

organización de la asignatura o negociar aspectos del método de

evaluación)

Bueno término el segundo día y parece que la asignatura al

menos ha despertado su interés y además han participado

bastante, parece que vamos bien, me ha venido bien hacerme

estas tres preguntas y hacerles la encuesta.

Este solo es el principio, todavía queda mucho por hacer a lo

largo del curso. El objetivo es que tenga interés por la asignatura

pero que también aprendan y disfruten de la asignatura. ¿ Quién

ha dicho que aprender es aburrido?.

-TERCER DIA. Estudiante conflictivo.

Mi tercer día de clase y todo va viento en popa, hoy falta un

alumno, se llama “ Martin” no tenemos noticias de que esté

enfermo, parece que llega un poco tarde, no sé que le pasa a

Martin , no deja de hablar, no me deja explicar , me contesta de



forma impertinente e interrumpe la clase con bromas, risas y

chorradas….. no tardo mucho en darme cuenta de que estoy ante

un caso de conducta disruptiva. Me entero que ese

comportamiento de Martin es muy normal en él.

¿QUE HACER?. Menos mal que esta conducta no me pilla de

sorpresa, sabía que podía pasar. En ese momento tengo en la

cabeza un estudio muy interesante sobre la Pedagogia

sistémica de Mercè Traveset. “Un nuevo paradigma educativo que

da elementos para reflexionar sobre la disrupción”.

Tendríamos que interpretar esta conducta y poner la atención en

dos factores:

-Situación personal: Problemas personales, no sabe

relacionarse adecuadamente.

-Insatisfacción en cuanto a lo que la asignatura o en general el

centro le ofrece. Falta de interés.

Nos centraríamos en los factores internos aunque los factores

externos condicionan mucho y es necesario tenerlos en cuenta.

PASOS A SEGUIR

1-Investigar cuáles son las necesidades o dificultades del

alumno. El educador debe superar la valoración del alumno o la

alumna, fundamentada únicamente en los comportamientos

visibles, y esforzarse en descubrir las necesidades profundas de

esa persona para ayudarla para encontrar el modo de

satisfacerlas.

¿Cómo?:



• Haciendo que sienta que nos preocupamos de él.

Reconociendo que, más allá de la conducta conflictiva, cualquier

persona es digna de estima y merece ser tratada dignamente.

• Relacionándonos mediante una comunicación eficaz, una

actitud y un lenguaje cuidadosos que aseguren el respeto a la

persona y la superación de etiquetas.

• Mostrándonos como personas, más allá del rol de profesor.

Reivindicando el respeto desde la relación persona a persona, a

la vez que desde el rol profesor/a – alumno/a.

• Promoviendo situaciones en las que esta persona pueda tener

experiencias controladas en las que poner en juego habilidades

sociales para mejorarlas (aprendizaje cooperativo, debate y

discusión entre compañeros, asambleas de clase, etc.)

• Pidiendo ayuda y orientación a los equipos psicopedagógicos.

• Organizando espacios y tiempos específicos para tutorías

individualizadas de forma periódica.

• Hablando con las familias y animándolas a impulsar una

estrategia compartida. Buscando canales de comunicación

fluidos desde los que trabajar de forma conjunta.

2-Analizar el propio estilo docente, y buscar formas de

mejorarlo. Es decir, tomar conciencia de que la forma de dar

clase, de comunicarnos con el alumnado o de abordar los

conflictos en el aula, puede promover o controlar las conductas

disruptivas.

¿Cómo?

• Replanteando el concepto tradicional de autoridad. La

autoridad es el uso en positivo del poder, lo cual conlleva que te



la reconozcan los otros. Un profesor tendrá autoridad cuando su

alumnado lo perciba como alguien en quien puede confiar,

alguien que lo guía en su proceso de aprendizaje desde el

respeto, la confianza en las propias capacidades y la correcta

orientación en los momentos en los que el alumnado así lo

requiera. Todo ello se consigue mediante la coherencia, el

respeto a las normas igualitarias, la capacidad de diálogo y la

transformación de conflictos. Además de la capacidad de

organizar procesos de aprendizaje que chicos y chicas puedan

seguir e integrar. Todos los recursos y técnicas dirigidas a dar

herramientas al profesorado para actuar desde tales parámetros

incrementarán su poder de referente, y por tanto su autoridad.

3-Aprender a separar persona de problema. Tendemos a

confundir las personas implicadas en un conflicto con el

problema que compartimos. La consecuencia es que a menudo,

en lugar de eliminar el problema, eliminamos la persona con la

que lo tenemos, y mostramos actitudes violentas hacia ella

(exclusión, culpabilizar, castigo, etc.) Si el poder está en

desequilibrio, hay desconocimiento mutuo y un clima de

desconfianza, este hecho se vuelve todavía más patente. Es

importante, pues, superar esta situación, sobretodo en el

contexto educativo por las connotaciones que tiene.

¿Cómo?

• No hablando de alumno conflictivo/disruptivo, sino de

alumnado con conflictos o conductas disruptivas.

• Poniendo la atención en las causas de estos comportamientos

(las necesidades del alumnado), y no únicamente en las

consecuencias (las dificultades para dar clase).



• Superando la percepción de que ‘lo hacen para molestarnos’,

y entender que ‘lo hacen para expresar una necesidad que no

saben identificar o no pueden reconocer’. Mostrando una

actitud educadora frente a situaciones así.

• Tomando conciencia de que, si no conseguimos responder a

las necesidades de nuestros alumnos y alumnas, difícilmente

superaremos las conductas disruptivas. Buscando las

estrategias, recursos y apoyos, internos y externos, que nos

permitan mejorar la situación.

4. Implicar al alumnado en el establecimiento de las normas de

convivencia. Dar responsabilidad a alumnos y alumnas en la

organización de la propia convivencia facilita que otorguen

mayor legitimidad a las normas pautadas, y por lo tanto que las

respeten mucho más.

5. Organizar el aula a través de metodologías participativas y

cooperativas. Hacer al alumnado protagonista de su proceso de

aprendizaje, en cooperación con las compañeras y compañeros,

les permite trabajar habilidades sociales, corresponsabilizarse del

propio trabajo y del de los compañeros, y fomentar

interrelaciones positivas. Además les ayuda a seguir un ritmo de

trabajo adecuado a sus posibilidades personales, es decir,

adecuar el currículum a su ritmo. Es un recurso fundamental

para atender la diversidad.

6. Promover la formación de grupo. Trabajar para crear un clima

de estima, confianza y apoyo facilita la buena integración de

todo el alumnado, y por lo tanto favorece relaciones

interpersonales positivas.

¿Cómo?



• A través de actividades a principios de curso en el plan de

acogida. Algunos estudios indican que los meses en los que se

observa el grado más alto de conductas disruptivas son octubre y

noviembre. El alumnado necesita clarificar objetivos, normas y

pautas de trabajo, además de sentirse en un clima socio afectivo

positivo.

• Mediante el plan de ’acción tutorial. Este es el espacio idóneo

para impartir contenidos referentes a habilidades sociales y

transformación no violenta de conflicto.

La conducta disruptiva de un alumno no es algo que se pueda

resolver en una clase hay que trabajar en ello llevando a cabo

actuaciones de trabajo en grupo, aceptación de normas de

convivencia, que conlleve su corrección, pero a priori en el

momento que se producen, creo que algo esencial sería

mantener la calma.

CONSEJOS

-Dar razones dirigidas a la tarea para mostrar desacuerdo en

vez de consideraciones personales.

-Los comentarios han de ser cortos y directos: soslayar críticas,

amenazas e interrogación.

-No referirse a incidentes anteriores

-No hacer comparaciones con compañeros.

-Corregir las acciones, no al alumno.

-Intentar que el castigo sea la consecuencia natural y

supervisarlo.



-No ser inflexible: el alumno suele entender las expectativas del

profesor si se le explican.

-Ante un alumno difícil de controlar, actuar de forma fría y

tranquila.

-Una mirada penetrante puede servir más de contención que

una regañina verbal.

-Si es el líder de un grupo disruptivo, centrarse en el, no coger a

los seguidores; se pondrán firmes si el agente principal es

controlado.

-En una confrontación, mantener un tono de voz medio, los

brazos pegados al cuerpo, una postura relajada y no señalar con

el dedo.

-Las reprimendas suaves y en privado son a menudo mucho

más eficaces que llamadas de atención en público.

-No olvidar al resto de la clase cuando se está atendiendo al

alumno con mal comportamiento.



-CUARTO DIA. La profe está

desmotivada

Parece que hoy no tengo un buen día y no estoy muy motivada….

Aprendizaje del profesor.

La profesión del docente implica una gran responsabilidad con

los alumnos y no es posible que tu estado de ánimo influya en los

alumnos.

Es bueno tener el recurso de las experiencias y en este caso de

las reflexiones de una profesora para ser conscientes de que esa

actitud no puede tenerse, ni mucho menos transmitirse a los

alumnos.

Comparto algunos aspectos de la reflexión que hace una

profesora Sandra Martínez Martín, Publicado por Paiderex en

Miércoles, agosto 24, 2011 ·

Esta es una reflexión acerca de la necesidad de mejorar la

actitud de los profesores desmotivados con el fin de que se

adapten a las nuevas circunstancias que se desarrollan en el

aula para que su labor como docente genere los frutos

esperados en la sociedad en la que vivimos.

Según La profesora Sandra Martínez “El docente de hoy vive

desmotivado. Hablo en la generalidad del caso, porque

lógicamente hay una parte bastante importante de profesores

que llevan su labor día a día con un entusiasmo envidiable y

que sin duda nos debe servir a todos de modelo. Bien es cierto

que las circunstancias de un docente a otro son muy distintas, ya

no sólo influenciadas por la región en la que se viva o el centro

donde se desempeñen las funciones, sino también el nivel en el



que se imparte y el clima de la propia aula. Es decir, que esto

podría llevarnos mucho rato, puesto que los contextos son tan

diversos como alumnos hay.

El hecho de que un docente no pueda errar, que tenga la

responsabilidad de ser un modelo perfecto, que tenga

remordimiento por haber dicho un taco después de irritarse… la

verdad es que los dos “bandos” , alumno y profesor, están

bastante desequilibrados y creo que muchos de los problemas

que se generan en el aula se deben precisamente a ese

desequilibrio, a esa falta de autoconfianza, a la falta de

protección y a la falta de motivación.

Sinceramente hoy me pregunto si realmente debe ser tan

mirado con lupa el trabajo de un docente, cada minuto, sin que

pueda acudir más a menudo a la espontaneidad de su

profesión, a una mayor libertad fuera de las “cadenas” de un

currículo caduco y limitado.

No podemos negar que en la mayoría de las ocasiones echamos

gran parte de la culpa a alumnos y familias por los problemas

que se pueden engendrar y desarrollar en el aula. Quizás,

deberíamos darle la vuelta al prisma y hacer una radiografía

exhaustiva de los profesores que viven dentro de esa

desesperación constante donde se acaba tirando la toalla, y la

figura de éste acaba siendo un mueble más dentro de la clase y

vencido por el “enemigo” que supo jugar mejor sus cartas y del

desasosiego de una rutina cada vez más abrumadora.

….Hasta el día de hoy , se ha dado gran importancia al desarrollo

de los valores de nuestros alumnos dando lugar a una

“educación en valores” ..Pero, ¿qué pasa con los docentes?

Porque está claro que el profesor está poniendo todo su empeño



para que todos estos proyectos y refuerzos se lleven a cabo y

lleguen a buen puerto; somos, los obreros de esta pequeña

construcción de conocimiento, en definitiva, el instrumento

necesario para formar y educar.

Y ¿qué ocurre cuando esa herramienta o instrumento no

funciona correctamente? Desde luego un cocinero no podrá

hacer dulces si su horno no funciona, o un diseñador gráfico no

podrá hacer sus páginas webs si el programa que utiliza no está

bien programado. El docente tampoco puede llevar a cabo su

función si está “estropeado” o “mal programado”.

Un docente motivado es un docente satisfecho de su trabajo, y

por lo tanto de un trabajo bien hecho.

Habría que plantearse cómo conseguir esa motivación y esa

resolución de problemas con el fin de hacer que el maestro y el

profesor vuelvan a sentir la vocación y dejen de pensar que lo

que un día era una profesión soñada ahora sea sólo un trabajo

más con una gratificación económica y segura cada mes.

Considero, y en esto creo que todos los docentes estarán de

acuerdo, que es mucho más gratificante pensar que ese joven

que ya es dependiente y tiene un buen trabajo, que se ha

convertido en una gran persona, fue un día tu alumno. Y es

mucho más satisfactorio a largo plazo creer y sentir que algo

tuviste que ver, aunque solo sea un poquito, en lo que se ha

convertido hoy ese antiguo alumno. Y esto es lo hermoso de una

profesión en la que se trabaja con personas, porque en definitiva

todo se simplifica en eso mismo: ser personas y crear unas

relaciones de concordia y convivencia.

Cuando hablamos de los buenos profesores nos referimos a

todos aquellos que reúnen una serie de atributos deseables que



normalmente se convierten en un listado de aspiraciones a

veces inalcanzables: que sepa su materia, que sepa enseñar,

que sea empático, que maneje grupos, que sea líder, que haga

gestión, que sea tutor, que investigue, que sepa organizar, etc.,

etc., etc..”

Mi conclusión a esta reflexión es que el profesor debe

determinar hacia dónde quiere ir y para qué, con qué fortalezas

contamos y que debilidades tenemos que superar para ser un

“buen profesor”.

Hay muchos profesores que dicen que la docencia está falta de

muchos recursos que ayuden al profesorado (formación, personal,

materiales…) y eso puede ser un problema de la desmotivación, y

si es verdad que eso dificulta el trabajo pero no por ello el

profesor debe limitarse solo a “dar clase”, la responsabilidad del

profesor va más allá. Se trata de enseñar para que los alumnos

“aprendan a aprender”. A veces no nos queda más remedio que

hacer más con menos.

Clima de clases motivantes:

• Los objetivos que plantea el profesor son claros, específicos y

centrados en el aprendizaje, de manera que dan la sensación de

que con esfuerzo y trabajo se alcanzan.

• Preocupación por levantar curiosidad y mostrar relevancia.



QUINTO DIA . Evaluación

Hemos terminado la unidad didáctica y quiero saber lo que han

aprendido y autoevaluarme para saber lo que debo mejorar y lo

que está funcionando bien. Este día estudiaré más a fondo la

evaluación a ver que puedo sacar de ella, ya que es muy

importante para conocer bien a cada uno.

Los exámenes no son la única forma de evaluación, aunque sí la

más usada. Para los alumnos el día del examen es el momento

cumbre del curso y el momento de más tensión. Esto hace que

los exámenes sean causa de muchos dolores de cabeza para el

profesor tanto durante su diseño como, sobre todo, durante su

corrección y revisión.

Un primer paso es desdramatizar el examen. Una manera de

hacerlo es conseguir que no sea la única prueba de evaluación.

Si ya no se juegan todo en unas horas, la tensión se alivia. Hay

otras formas de evaluación muy conocidas que puedes usar,

como los trabajos, participación..

Otra forma de desdramatizar el examen es convertirlo en una

actividad habitual y no en una actividad excepcional. Convence

a tus alumnos (y convéncete tú mismo) que lo que va a pasar el

día del examen no es nada distinto que lo que ha ido pasando a

lo largo del curso. Haz que muchas de tus preguntas y

problemas propuestos sean similares a los que van a aparecer

en el examen. Puedes incluso hacer mini-exámenes (de 20

minutos por ejemplo) en donde los alumnos deban responder a

una o dos preguntas similares a las que se encontrarán en el

examen. Después les entregas las soluciones para que ellos



mismos se evalúen. Así se darán cuenta que en el examen se

hacen unas preguntas normales como las que se han ido

haciendo durante el curso y con toda naturalidad se responden.

Aun así, el examen sigue siendo un momento de tensión y es

muy importante diseñar un buen examen, corregirlo con

justicia y atender a los que pidan una revisión con firmeza y

amabilidad.

Veamos ALGUNAS SUGERENCIAS DE COMO HACER UN

EXAMEN.

- Crear un examen excesivamente fácil es muy difícil; por el

contrario, crear un examen excesivamente difícil es muy fácil.

- Un examen es una comprobación de conocimientos. . .y de más

cosas. En un examen, además de los conocimientos,

ineludiblemente se miden otras capacidades del alumno. Por

ejemplo, lo bien que responde ante la presión. . También se

pueden medir su capacidad de improvisación o su capacidad de

concentración (preguntas muy largas y enrevesadas). Es

perfectamente razonable y adecuado medir más que los

conocimientos durante el examen; pero debes ser consciente de

qué es lo que está midiendo.

CONSEJOS

- Deja claro que han de escribirlo todo. No basta con dar la

“solución” al problema, sino que es imprescindible explicar

claramente cómo se ha llegado a esta solución.

- Cuando diseñes el examen piensa en la corrección.

- Resuelve el examen hasta el último detalle antes de hacérselo

hacer a tus alumnos.



- Nunca cambies una nota delante del alumno.

Hay dos motivos para ello. El primero es que con el alumno

presente, la decisión se toma apresuradamente y bajo presión y

a menudo se toma la decisión equivocada. Y una vez se ha subido

una nota no se puede volver atrás. El segundo motivo es que los

alumnos corren la voz de que se puede conseguir una subida de

nota y aumentan aún más la presión sobre el profesor. Todos les

hemos oído comentar entre ellos “si protestas lo suficiente

- Establece criterios de calificación lo más claros y precisos

posibles.

Tener unos criterios claros y precisos facilita muchísimo la

corrección de un examen: tal apartado vale tantos puntos, haber

llegado hasta aquí son dos puntos, este error te resta un punto

Termino la semana feliz y enriquecida de las experiencias

vividas.



CONCLUSION.

Por mi experiencia como profesora, puedo decir que el profesor

trabaja y mucho, además tiene una gran responsabilidad. El

profesor, no solo enseña, también convive. Se trabaja con

personas y hay que darlo todo cada día. Se tiene autoridad, pero

se está al servicio de los alumnos.

Cada clase es un mundo, cada chico, distinto, y el mismo grupo

cambia si la explicación es a primera hora de la mañana o al final

de un viernes"

Los chicos son semillas que dan sus frutos. El profesor transmite

valores y conocimientos a los alumnos pero debe ser consciente

de que, muchas veces, son semillas de las que nunca va a ver los

frutos. Y sin embargo hay que saber que en muchos casos esa

semilla más adelante da frutos que verán otros.

Mi objetivo es saber cómo aprender a enseñar para enseñar a

aprender.



BIBLIOGRAFIA

- Material de la asignatura Investigación e innovación

didáctica, impartido por el profesor de master educación

secundaria Jesús Ruiz.

- Enlaces

http://escolapau.uab.cat/castellano/convivencia/ficha04

- http://www.aprendemas.com/Guias/Especial-Docencia-

Oct2011/P7.asp

Diario de una profesora. 5 primeros dias de clase

Education

Transcript of Diario de una profesora. 5 primeros dias de clase