Diario Popular – Ciudad Espinosa _ Habitués Del Teatro Colón Diciembre 2010

7/24/2019 Diario Popular Ciudad Espinosa _ Habitus Del Teatro Coln Diciembre 2010

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18/5/2015 Diario Popular Ciudad espinosa | Habitus del Teatro Coln

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En el Gobierno capitalino no saben o no pueden acompaar esfuerzos tan grandes de cambios deconducta, con medidas taxativas y firmes para sealizar bien una ciudad que tiene casi todo

borroneado.Por PEPE ELIASCHEV www.pepeeliaschev.com (http://www.pepeeliaschev.com) En twitter:@peliaschevMauricio Macri tiene ms dudas que certezas. Le sobran los interrogantes, pero le faltan muchas

respuestas. Esta semana cumple tres aos de mandato, el 75 por ciento de un ciclo que estaballamado a sentar las bases de una transformacin colosal de la Ciudad, pero que se ha idodesflecando en conflictos insuperables, proyectos modificados y un desasosiego que se advierte aojos vista.

Macri fue electo tercer jefe de Gobierno de la ciudad autnoma (Enrique Olivera y Jorge Telermacompletaron los mandatos interrumpidos de Fernando de la Ra y Anbal Ibarra) en su condicinde primero de un costado ideolgico ajeno al llamado progresismo. Propona sobre todomtodos diferentes y eso era lo que difunda la vaporosa invitacin a lo que es y lo que no es PROel nombre del espacio que construy junto a Ricardo Lpez Murphy en 2003. Finalmente, el selloPRO qued en manos de un macrismo que nunca desisti de una fuerte cuota de peronismo,expresado abiertamente por Cristian Ritondo y Diego Santilli. Hasta hace meses, ese peronismodel PRO macrista implicaba cercana casi carnal con el peronismo de Eduardo Duhalde. Ahora nose sabe.Un hecho que marc de mala manera la evolucin de Macri no ms asumi el poder de la ciudadfue haber corrido a la vicejefa Gabriela Michetti, la que renunci, se present en las elecciones de2009 y fue electa diputada nacional con el 31% de los votos (Macri y ella haban obtenido el 61%en 2007).Nunca se entendi bien para qu Macri la desplaz a Michetti y -sobre todo- por qu ella acept
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ese destino descolorido. Su paso por la Cmara de Diputados ha sido totalmente irrelevante y si

en el macrismo pensaban que ella ganara grandes batallas parlamentarias que favoreceran a suefe y a su espacio, tal cosa nunca sucedi.Macri no poda ignorar que con el kirchnerismo en el poder nacional las relaciones seran dehostilidad total, sobre todo por el odio reconcentrado que en la Casa Rosada siempre dispensaronal ex presidente de Boca devenido en ascendente poltico ajeno al progresismo tradicional. Auncuando las objeciones formuladas por Macri respecto de las interminables muestras de

animadversin kirchnerista mucho tienen de razonables, tambin es verdad que la ciudad deBuenos Aires tiene inmensos recursos propios que otros gobiernos provinciales igualmentesatanizados por el gobierno nacional (San Luis, Santa Fe, por ejemplo) no tienen.Macri provoca a menudo una incertidumbre que genera explicables imputaciones deincoherencia. Cre y desarroll, por ejemplo, a la Polica Metropolitana, pero a medida que susdestacamentos se van incorporando a la calle, los mantiene bien lejos del catico y conflictivocentro de la ciudad, optando claramente por una estrategia de baja intervencin y evidentevoluntad de no disputarle nada a la Polica Federal.Ahora mismo, el Palacio comunal de Bolvar 1 tiene que llamar a la Federal en caso de peligro desus instalaciones, junto a las cuales nunca se ven a los aurinegros de la Metropolitana. Es una

poltica que desnuda un temperamento titubeante o, en todo caso, muy calculador.Los primeros pasos de la polica capitalina estuvieron opacados por el abortado nombramientodel comisario Jorge Palacios como jefe, un episodio donde el amateurismo y negligenciainaceptables de Macri se dieron la mano con una feroz campaa kirchnerista que consiguiacorralar al Gobierno de la Ciudad, con la eficaz participacin de fuerzas de izquierda varias eincluso el vigoroso papel de servicios de inteligencia.Macri ha planteado estrategias modernas y positivas en muchos sentidos y eso debe serregistrado. La decisin de peatonalizar calles jams imaginadas como cerradas a los vehculos,unto a la ambiciosa idea de reemplazar automotores contaminantes, caros y ruidosos, por

bicicletas austeras, limpias y silenciosas, es progresismo puro, pero del verdadero. Tambin escierto que en el Gobierno de la Ciudad no saben o no pueden acompaar esfuerzos tan grandes dcambios de conducta con medidas taxativas y firmes para sealizar bien una ciudad que tiene castodo borroneado.Tampoco ha sabido el gobierno porteo ser fuerte y enrgico en la aplicacin de muchas normas,aun cuando la campaa para el control del consumo de alcohol ha sido eficaz. Tiene conductaserrticas, pero sobre todo buenas ideas muy mal ejecutadas. En el dilapidado espacio pblico seha hecho mucho y con mucha severidad, pero a menudo ha sido as por el empeo y compromispersonal de funcionarios profesionales como el director Juan Carlos Poli, antes que por decisionecolectivas.

Las plazas y parques siguen ofreciendo, salvo excepciones, un espectculo deprimente. Enrejadaspero intrusadas porque permanecen abiertas las 24 horas y sin vigilancia, desprovistas de cspedy con una vegetacin rala y a la buena de Dios, muchas de ellas dan pena. El paradigma de laincuria y el abandono es el catastrfico estado de la otrora elegante Plaza San Martin, cada vezms parecida un gigantesco baldo en el centro neurlgico del Buenos Aires turstico mscotizado.Lo que no se percibe en Buenos Aires, tanto en el gobierno de Macri como en la variopintaoposicin, es una idea fuerte, articulada y seria de qu ciudad se pretende. A partir de diciembredel ao que viene, por de pronto, esta grande y hermosa capital hoy tapizada a diario de decenas


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de miles de toneladas de basura que la convierten en la urbe ms sucia de la Argentina, requerirlderes que se postulen para conducirla, pero no como un paso previo a otras misiones.La ciudad de Buenos Aires ha visto en estos aos iniciativas y obras prometedoras; no es honestonegarlo. Pero falta decisin enrgica e ideas inteligentes. Del lado de enfrente, la beligeranciamilitante, animada desde la Casa Rosada, para impedir que la ciudad tenga al Teatro Coln enfunciones y en normalidad es muy evidente. Pero con Macri insistiendo en su candidaturapresidencial y la tibia convocatoria que (al menos por ahora) suscitan Michetti y Horacio

Rodrguez Larreta, las ideas de cambio lucen inasibles o poco factibles de concretarse.Diario Popular (http://www.popularonline.com.ar/nota.php?Nota=569163)

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