Diccionario teológico H-I

download Diccionario teológico H-I

of 50

description

Letras D y E del diccionario teológico de Rahner y Vorgrimler.

Transcript of Diccionario teológico H-I

  • DDcclogo (griego - diez senten-cias,
  • Demrmios

    nida por la Biblia y el magisterio(Dz 2318), puesto que todo desordenesencial se realiza en el mundo per-sonalmente; y tambin su pluralidad,que hay que pensarla en conexincon la pluralidad cualitava y re-gional del mundo. Con ello se afirmaadems que los demonios se cierranculpablemente frente a Dios comomomentos de este mundo, pensamien-to al que parece apuntar etiolgica-mente el trnsito o fin de la formade esto cocmos. Tras la victoria deCristo sobre el pecado, el poder delos demonios es slo una vana apa-riencia (por real que oiga siendo enel mbito intramundano el poder delas guerras, de los tiranos, etc.). Losdemonios han sido despojados delpoder (Lc lO, 1'8; Mt 12, 28).

    Depsito dc Ia fc es el caudal defe confiado a la -)Iglesia y que staha de guardar con fldelidad y expli-car infaliblemente (-Sagrada Escri-tura, -)tradicin, -)fe; Dz 1800).En virtud de la esencia del mensajey la obra salvfica facilitadas porCristo, este depsito de la fe nopuede entenderse como un ((paquetede dogmas bien atado>>, sino comola suma de los bienes salvfiios (enpalabras y dones) que han sido con-fiados a la Iglesia para su realiza-cin siempre nueva, con el fin dehacer inteligible, creble y fructiferoen medio de su situacin presente,histrico-terrena, eI depsito a ellaconfiado. Esta realizacin compete atodos los miembros de la lglesia(-+Iglesia oyente) y acontece en laenseanza, -+culto y vida.

    Derecho cannico. Se llama as alderecho gente de la -+Iglesia, queordena su desenvolvimiento comosociedad. En la medida en que vienecomunicado en la revelacin divinao es parte de Ia -+ley natural, sellama derecho divino. El derecho159

    puramente eclesistico est constitui-do por leyes eclesisticas (aunquesu contenido refleja frecuentementederecho divino) y por el derecho con-suetudinario. La fuente capital delderecho cannico en la Iglesia latinaes el CIC, que entr en vigor el ao19118, aunque desdo entonces se hareconocido la necesidad de cambiaralgunas de sus partes. El derecho divino en la Iglesia no es algo fosili-zado e inmoble, sino que con res-pecto a su conocimiento y aplicacina la situacin concreta rigen los mis-mos principios que en la evolucinde loe dogmas (-dogmas [evolucinde los]). Con mayor motivo el de-recho puramente eclesistico sercapaz de mutacin y acomodacina las diversas pocas. En cuanto quelas normas del derecho cannico so-portan Ia autorrelizacin de la lgle-sia, tienen el mismo sentido salvficoque la lglesia en absoluto (precisa-men aqui, en la diferente concepcinde la esencia de la Iglesia, est Iarazn de la diversa manera como en-tienden Ia Iglesia los cristianos pro-testantes y orientales), au[que nosiempre es fcil reconocer la obliga-toriedad de dichas noflnas en el casoparticular.

    La Iglesia es indulgente en la apli-cacin de algunas nonnas purarnen-te eclesiscas (conoesin de dispen-sas; la -+epiqueya es consideradacomo virtud; adems, para las leyespuramente eclesistics rige el prin-cipio, universalmente reconocido, degue no obligan en caso de inconve-niente grave). Derecho cannico estambin el nombre que se da a unade las ms antiguas disciplinas teo-lgicas, puesto quo se apoya en lascolecciones de cnones conciliares,que pueden encontrarse ya a partirdel s. v.

    De gran importancia es la colec-cin de decretos de Graciano, queclata del ao 1142.

    Deeeperacin, En teologa, descs-peracin es la renuncia libre y cul'pable a la -+esperanza, que en todopeligro y necesidad interiores o ex-teriores confa en la fidelidad, ayu-da y misericordia de Dios, y as per-severa cn crecr que la existencia ie-ne un sentido salvflco realizable, Laoxperiencia pasiva de un peligro oimpotencia del hombre por s mis-mo, en oanto tal, no es todavadesesperacin alguna. Esta se da slocuando el hombre, en una soberbialtima no confesada, impide inclusoa Dios ser mayor que la propia frrer-za, experimentada como impotencia,e identica 1o posible para l conlo posible por sus propias fuerzas.

    Desiderium raturale es un trminoque desde Sto. Toms de Aquinodesigna la orientacin tr ordenacindel esplritu creado a la

  • Deemitologizacin

    +milagros). Por lo tanto, el keryg-ma neotestamentario no puede ser deninguna manera el anuncio de ver-dades y hechos objetivos, universal-mente vlidos y salvificoe (esto nosera otra cosa que mitologa)' Elmensaje del NT que me afecta am, afirma ms bien: Jess mo llamaa elegir entre Dios Y esto mundo Pa-sajero; para esta llamada estoy en1a ultima hor>, en el

  • r -IF

    Dia del Scor

    Logos aI mundo, que tuvo su Puntoculminante y definitiva irrevocabi-lidad en la encarnacin y en la obradel Logos; de manera que, cuandoso llegue a la consumacin total, serevelar la posicin del Logos hechohombe en la historia de la salva-cin y en la historia del mundo, Yese Logos ser el como desvelacin de la gracia dis-pensada (-+parusa) y como juiciodel mundo. De forma correspondien-te, en la Escritura se llama dla deYahveh, da del Seor, el da delHijo del hombre, de Cristo,

  • Dios

    en su infrnitud, absolutez y alteridadabsoluta. Es incomprensible porqueel pensamiento humano no puedeabarcar la innitud de Dios ni lapuede entender partiendo de otroobjeto; esa infinitud, como funda-mento de todo entender, sigue sien-do lo infundamentable, lo que nuncase presenta dentro del conocimientohumano como sino sola-mente a manera de objeto.

    Por tanto. Dios sigue siendo el->misterio absoluto e indescifrable,que precisamente ha de captarse comotal si Dios ha de entenderse co-mo politesmo). Por tanto, nuestraafirmacin ha de escucharse partien-do de la experiencia histrico-salvficay gratuita de -+Jesucristo; y esto detal manera, que siempre digamosde aquel a quien conocemos como elque actfia en esta historia de la sal-vacin: El es Dios. Asi pues, nues-tro artculo dre fe no dice en rlltimotrmino y comprensivamente: EsprituSanto, -+Pneuma, Jmisericordia deDios, -+justicia de Dios, '-+santidadde Dios, +fldelidad de Dios,

    ->cul-to divino, -+religin.

    Dios (prueba de la existencia de).Con este trmino se designa la re-flexin sistemtica

  • _Y

    Dioe (nueba de la existoncia de)quiera sabe ms dc lo que puededeci a otros o a s mismo, p.ej.,qu es la lgica. el tiempo, la liber-tad, el amor, la responsabidad, etc.

    La prueba, o las pruebas de laexistencia de Dios (pues cabe formu-lar la prueba de diversas maneraso hacer valer ms o menos explcita-mente distintos puntos de vista) sereducen todas a lo mismo: que entodo conocimiento (incluso en laduda, en la pregunta, en el haber re-nunciado a metel'se en metafisicas),cualquiera que sea su objeto, se ((po-ne realmente algo, por Io menos elacto mismo; y esa posicir> acon-tece ante el trasfondo del -+ser porantonomasia o abso,luto afirmado;del ser como hoizonte, como metaasinttica y como '-+principio sus-tentador del acto y del objeto. Unapregunta ulterior y secundaria a estepropsito versara sobre cmo llamara este dqgmtica,si queria ser en absoluto sistemtica,tena que cmpezar con la doctrinaacerca de -->Dios. Que el hombreno hable en primer lugar de su sal-vacin, sino de Dios, 1o exigen: a)la revelacin y la historia de Ia sal-vacin como automanitestacin deDios y. por tanto, la esencia formalde la ->teologia; b) la esencia delhombre trascendental-exntrica yllamada fundamentalmente a la obe-diencia de fe con respecto a esteDios que se automanifiesta; esenciaque s1o se satislace cuando encuen-tra a Dios, y no encontraria al Diosverdadero si slo fuera consideradoen su ().

    Lo precedente no excluye, sino queincluye, el quo incluso este tratadono pueda licitamente oldar quenuestro con.ocimiento real de Diosprocede de Cristo (-+cristocentrismo).Por eso es muy importante no pro-poner la doctrina general de Dios,do un Dios, como si no existiera lateologa trinitaria (-+trinitaria [teo-logal). El Dios que tiene roder so-bre la historia, que se comunica almundo en una revelacin progresiva,es tambin por eso mismo el Diosque se comunica y revela progresiva-mente ms y ms como trinidad depersonas. La de Dios sloqueda en verdad teolgicamente enun-

    176 ITIJ

  • Dim (doctrina cerc de)ciada si se Ia conoce como comuni-cable dentro de la divinidad, y seentiende esa comunicabilidad comoconsecuencia do la naturaleza delser tratado en la misma doctrinaacerca de Dios. Con todo derecho setrata tambin del conocimiento deDios en la doclrina sobre el mismo,puesto que precisamente la reflexinsobre esa propiedad del hombre, deestar referido trascendental y gratuita-mente a Dios, nos patentiza por sumisma naturaleza lo que es Diospropiamente. En la temtica de ladoctrina propiamente dicha entrantambin el problema total de larelacin entre el orden natural y elsobrenatural gratuito, entre los cono-cimientos correspondientes a esos dosrdenes y, ulteriormente, el problemade la relacin entre conocimientoesencial y existencial, as como tam-bin el de la relacin entre los obje-tos a ellos adscitos. No sera teol-gico pretender actuar como si lateologa, en cuanto reflexin siste-mtica sobro la palabra de la reve-lacin, pudiera salir adelante sin me-tafsica.

    La doctrina teolgica de Dios slopuede tratar de la enunciacin de loque se conoce de Dios por mediode su autotestimonio histrico en laobra salvfica y en la palabra. Pero,en ese mismo conocimiento y en susenunciaciones, el hombre realiza tam-hin inetablemente su existenciametafsica. Y, cuanto ms claramentereflexiona sobre ello, precisamentepara abrirso con plenitud al autoles-timonio divino, con tanto mayor pu-reza podt. dc nuevo enunciar eseautotestimonio. En csta proposicinpuede tratarse no solamente de laspropiedades esenciales necesarias deDios, sino tambin de las estructurasbsicas de la libre conducta de Dioscon respecto al mundo, mantenida alo largo del curso de Ia historia deIa salvacin. Estos dos contenidos no

    179

    se mantienen suficientemente discri-minadoe la mayor parte de las veces.La

    ->fidelidad, la ->misericordia, la*>caridad, etc., que conocemos f-cilmente y declaramos en este trata-do, no son meramente

  • Doble efecto de una acrcin

    este hecho, lo interpreta). El pro-blema teolgico-moral se plantea alldonde la consecuencia no pretendidade la accin es mala. est de hechoincvitablemente unida al efecto pro-piamente pretendido y se la prev(no sc la quiere) como tal. Es lcitasemejante accin? Para una solucin:El mal permitido no puede ser me-dio para la consecucin del fin bue-no, sino {rnicamente efecto conco-mitante del bueno, y tan inmediatocomo este ltimo en el orden de cau-salidad; hay que confrontar la im-portancia del bien subjetiyamentepretendido con los perjuicios que secausarian por razn del doble efecto;hay que agotar hasta el extremo laposibilidad de alcanzat etr fin pre-tendido por otro camino: hay quepensar tambin en la posibilidad onecesidad de dar la prevalencia ala exigencia del ante la pro-pia apetencia (+prjimo [amor al]).

    Docetismo (giego dokei : pro-cer). Concepcin cristolgica segnla cual -Jesucristo slo posea uncuerpo aparente o (etreo-)celeste y,en consecuencia, slo padeci y murien apariencia. La cr:uz tendra quecngaar slo a los infieles. Estas yotras parecidas ideas serviran parasolucionar el problema teolgico decmo el Logos de Dos, inmortal eincapaz do sufrir, pudo a la vez serhombre y padecer. Ei docetismo noI uc una secta, sino que se presentdc las ms variadas maneras desdeel tiempo arstlico (cf. Ioh, Col).Teolgicamente. quedir superado en-+Calcedonia.

    Doctor do la lglcsia. En la teologiae Iglesia catlicas, llmase docto dela Iglesia al telogo que da testimo-nio de la -+tradicin desde antiguoy en el que se renen eslali cuatrocaractersticas: doclrina ortodoxa,santidad personal, obra cientfica ex-

    183

    traordinaria y explcito reconocimien-to por parte de la Iglesia. En la ar-gumentacin teolgica, ldogma ya los -+hechos dogmticos. Entrelas verdades de doctrina catlicapueden contarse algunas conclusionesteolgicas, muchas exposiciones delas

    ->encclicas papales, etc La Igle-sia exige un asentimiento internofrente a las verdades as proxrestas,pero no un asentimiento de fe ab-solutamente irrevocable. Sin embargo.puede suspenderse el asentinentodado en virtud de Ia autoridad dela ->Iglesia si, por medi,o de con-sideraciones que superan al anteriorplanteamiento de la cuesn, se llegaa la firme conviccin de que una opi-nin autntica, aunque no infalible,de la [glesia ha dejado de ser sa-tisfactoria.

    Dogma (del griego dokeo; en stsignificacin bsica: magisterio ordinarioo de una

    ->definicin, bien sea co:t-ciliar, bien papal-, y Ia promulgade"tal rranera, que su negacin seauna hereja -+hereja (Dz 1792; CICcan 1323- 1325 2). As Pues, Parael concepto formal de dogma dos mo-mentos son decisivos: a) La Pto-mulgacin explcita y denitiva de laproposicin, como verdad revelada,por parte de la Iglesia. b) La Wrte-nencia de la proposicin a la -)re-velacin divina, cristiana, oficial (encontraposicin a la ->rer'elacin pri-vada) y, por lo tanto, el.esta conte-nida en la palabra de Dios. Esteestar contenida puede tmbin veri-carse en virtud de que el dogmaest contenido en otra verdad (dog-mtica).

    Con todo, la Iglesia ensea hoYda como dogma algunas cosas queno siempre se ensearon ni pensa-ron expllcitamente como tales (esdecir, como contenidas en la reve-lacin).

    Se discute si para la deducc'nde un dogma a partir de otra Pro-posicin revelada se ha de exigirque ese dogma est formalmenteimplicito en aqulla. o puede per-mitirse eI uso de premisas no reve-ladas con cuya ayrda es posiblededuci un dogma de ttna verdadrevelada. De todas manet'as. hay quesostener que el ejercicio concreto dela fe cristiana no puede referirsemeramente a dogmas propiamenteformales, sino que tiene que darse enconexin con otros con.ocimientos,opiniones y actitudes, si quiere serverdaderamente personal y eclesial.185

    Dogma

    :. Divisin de los dogmas. Aun-que hay que sostener fundamental-mente la equivalencia formal de losdogmas, est justicado diviirlos co-mo sigue: a) Verdades generales yl undamentales del cristianismo, ar-ticulos fundamentales. J Dogmas es-peciales, es decir, los dems artcu-los de la fe. Un patrn ms estrictopara esta distincin es la siguientepregunta: Qu dogmas tienen quecreerse como tales universal, necesa-ria y explcitamente, siempre y cntodo lugar, para poder conseguir la->salvacin, y con respecto a qudogmas bastara en ciertas circuns-tancias una fe implcita? Cf., acercade esto, -+salvacin (necesidad enorden a 1a).

    3. Dogma en el conjunto de lacxistencia cristiana y de Ia inteli-gencia que sta llega a cobrar de smisma. [-a exigencia absoluta y obli-gatoria del dogma se dirige al hombreesencialmente libre. Por tanto, es unaver-dad que slo puede oirse y cap-tarse acertadamente en eI acto librede l'e. Sin embargo, este hombretiene siempre una existencia dogm-tica, en cuanto que como espritu nopuede negar determinadas verdades(incluso de carcter histrico) sindestruirse a s mismo, aun cuandoesas verdades se den en t de unamanera precientflca y atemtica. Porlo tanto, la revelacin histrica y suaceptacin no son contrarias a laesencia del hombre. La esencia deldogma no puede deducirse solamen-te a partir del concepto abstrac-to de una posible comunicacin divinade una verdad, sino que ha de de-ducirse de lo que Dioo ha dicho eimpuesto fcticamente al hombre pormedio de Cristo. a) La Jrevelacinno es solamente discurso. sino unacontecimiento salvfico, err cuantoquo Dios mismo so comunica, y estamis.ma comnnicacin produce su srt-

    184 I86

  • Dqgma

    jeto receptivo obedientc y explcita-mente ((oyente>>, la Iglesia. En estamedida, el dogma es de manera esen-cial no slo una proposicin > algo, sino el suceso en ella co-municado que viene a s mismo con-ceptualmente, en cuanto aceptado enla gracja (: autocomunicacin deDios). b) Esta autocomunicacinde Dios ha alcanzado su estadiodefinitivo y escatolgico (la revela-cin ha quedado ya cerrada). c) Eldogma tiene esencialmente carctereclesiolgico-social, puesto que la re-velacin misma que le sirve de baseest dirigida a la Iglesia. Por otraparte, eI dogma hace perceptible launidad de la Iglesia y, con ello, esla forma de Ia validez permanentede la palabra de Dios dirigida a laIglesia y conservada por ella (->tra-dicin). d) El dogma es asimismovida, en cuanto que en 1 acontecela autocomunicacin de Dios mismo.puesto que slo puede captarse enla ealidad misma de lo cedo(gracia).

    Donas (evolucin de los). I. E/hecho. La doctrina de la evolucinde los dogmas tiene que aclarar elhecho, indudablemente acontecido. deque la Iglesia define como reveladaspor Dios proposiciones que: a.) olueron siempre admitidas, aunque nosiempre se ensearan explcitamentecomo reveladas por Dios, ) o ex-presan el contc'nido de proposicionesde la tradicin pretrita. en unaconceptualizacin muy diversa y to-dava por claborar o desarrollarse(al protegcr dc mancra ms explcitael sentido sicmpre admitido de unaproposicin revclada, contra inter-pretaciones herticas). r') o proposi-ciones para las quc no pueden encon-trase sin ms o inmcdirtamcnte fo-mulaciones explcitas y eqtrivalen-tes en la tradicin que sc rcmontenhasta los apstoles.

    187

    2. El problema de la evolucini da los dogmas consiste en probar co.mo fundamentalmente posible y comocomprobable en los casos particularesla identidad de las promulgacionesde fe posteriores y con la promulgacin apostlica de larevelacin acontecida en Cristo. Sudicultad reside en que, segn ladoctrina de la Iglesia, la -)syglci6na ella confiada (y en la que han decreer obligatoriamente los individuos)qued cerrada con la muerte de losapstoles (Dz 7'83 22.1) y, por lotanto, la Iglesia slo puede testificar,ulterior-mente, lo que oy de Cristoen tiempos de Ia generacin apost-lica y lo que en ese tiempo reconocicomo perteneciente al depsito dela fe. Por ms que el magisterio ecle-sistico y su autoridad puedan ga-rantizar a los fieles la existencia deuna conexin objeva entre dogmas((antiguos>) y > dogma no debe ser una nuevarevelacin. La evolucin de los dog-rnas preenta, en efecto, este aspec-to racional; no avanza sin ol trabajode los telogos. Con ello se plan-tea la teologa, en su relacin conla evolucin de los dogmas, el si-gente problema: Hasta qu puntoest implcitamente contenido en elconjunto pretrito del depsito deIa fe un dogma definido (o por defi-nir) posteriormente? Qu formas deimplicacin (lgica-formal) son po.sibles o legmas por razbn de la es-tructura (siempro ) del men-saje salvfico? La teologia no hallegado todava a un esultado un-

    nime en lo que toca a este problema,que, por otra parte, no afecta direc-tamente a la legitimidad fctica dela evolucin de los dogmas, puestoqu sta se apoya en la asistencia delEspritu Santo.

    Dogmas (historia de Im). Exposi-cin sistemtica de la historia delos ->dogmas particulares, do lastormulaciones dogmticas de verda-des de fo particulares y de la totalidad de la idea cristiana de la fe,despus de consumada la -+revela-cin como tal. A la historia de losdogmas le sirve de base el hecho deque la historicidad es algo esencial-mente propio del dogrn:a, en cuantoque dogma es una verdad divina es-cuchada, croida y formulada por elhombre en este mundo, y en cuantoque es una funcin viva de la Iglesia.Es decir, la verdad que el propioDios le ha legado y garantizado, debela Iglesia aceptarla, explicitarla yanunciarla en un proceso esencial-mente histrico y socialmente es-tructurado, de acuerdo con las di-versas maneras do pnsar (y de poderescuchar) de su ambiente. Objetoms preciso de la historia de losdogmas lo constituyen las decisionesdogmticas de la Iglesia (->dogma-+hechos dogmticos. ->magisterio),tal como estn formuladas en los->smbolos de la fe, decisiones dog-mticas de los concilios y de lospapas. Su mtodo es en principio elhistrico: fijacin de la formuia-cin originaria, de los motivos quele sirven do base (-+hereja) y delas fuerzas (de tipo personal o so-cial) que han tomado parte en laevolucin del dogma (-+dogmas [evo-lucin de los]).

    I-a historia de los dogmas ayuda,por consiguiente, tanto a la acla-racin de los dogmas particularescomo al esclarecimiento do la con-ciencia dogmtica total de la -+Igle-

    189

    Dogmfica (teologia)

    sia creyente (-+cristianismo rI). Ge-neralmente la historia de los dog-rnas no se ensea en las facultadesteolgicas como asignatura especial,sino dentro de la dogmtica misma,Tambin suelo presentarse en librosque tratan especialmente de esa ma-teria; en el sector protestante, desdela ilustracin; en el catlico, des-de el s. xx.

    Dogmlica (teologia) es la cienciateolgica del -)dogma. Su objetoes, por lo tanto, la -+revelacin cris-tiana en conjunto; es decir, inclusolos dogmas que tienen por contenidoel perfeccionamiento o la rezacincristiana de la persona humana, quetienen antropologa).En cuanto es una parte de la teo-loga catlica, la teologa dogmticaes una ciencia de fe, es decir, unconocimiento reflejo, metdico y sis-temtico llevado a cabo ror el cre-yente bajo la luz de la fe. Conocimiento que tiene como objeto laautomanifestacin salvifica del Diostrino en Cristo y en la Iglesia comosu cuerpo mistico.

    l. Delimit'acin con respecto aotras disciplinas teolgicas. a) Se dis-tingue de la teologa moral: porcuanto la autocomunicacin de Dioses tema de la teologa dogmticapecisamente porque es el principiodel proceder sobrenatural del hom-bre, y la teologa moral ha de tratarparticularmente de este proceder delhombre, la teologa moral, en lo quetoca a su temtca material, siguesiendo necesariamente una parte dela dogmtica. b) La teologia dogm-tica se distingue de la -+bblica(teologla). Cf. el articulo citado. c)So distingue tambin de la

    -)teologiafundamental. Esta es presupueslo dela dogmtica, a 7a vcz que sta Ia

    188 190

  • -Dogmtica (teologa)

    antepone a s misma como momento (histrico) y convol.untad de entender, a la palabrade Dios en boca de Ia Iglesia, es ala vez especulativa (escolstica).porque la recepcin en el mbitodel espritu es un proceso activo enel que entran en juego todos losdatos aprioristico-subjetivos del oyen-te. As, tambin la historia de losdogmas (->dogmas [historia de los])es un elemento esencial intrnsecode la teologa dogmtica misma.

    3. Eslructuracin ntenta de lateologia dogmtica. ["a dificultad fun-damental en orden a una estructura-cin segn la esencia de la dogmticareside en que slr objeto es a la vezgracia (teologla de la), -rDios(doctrina acerca de), -+mariologa,-+moral (teologla),

    -)sacramentaria(teologa), ->creacin (doctrina dela), -+soteriologa,

    ->trinitaria (teo-loga).

    I)onatismo. Momiento noteafri-cano del s. tv d.C. que recibe sunombre del obispo cismtico de Ca-tago, Donato. Fue fomentado portensiones polticas y sociales, y porel conflicto surgido entre los mLr-tires supervivientes y los que habanfallado en tiempos de la persecucin.Teolgicamente, sostenia que el bau-tismo y la orderracin podan extin-guirse o quedar como no recibidos,de forma que propugnaba tambinla repeticin del bautismo. Ulterior-mente, rechaz la paz de la Iglesiacon el Estado, tuvo a la Iglesia afri-cana por la hnica verdadera y am-bicion el martirio hasta llegar alsuicidio. Esto movimiento entusiasta(que se apoyaba parcialmente en el-rnovacianismo) se desgaj en mul-titud de partidos, fue perseguido por

    el Estado, combatido por San Agus-tn, condenado en los snodos Late-ranense (313) y Arelatense (3la) ydesapareci con la victoria de losvndalos en frica @30D. La teologade Ia -+Iglesia y del -)carcter sa-crarnental se enriqueci a travs delos errores del donatismo.

    Doxa (griego : gloria). Expresinpara designar la manifestacin ex-terna de la majestad celeste de Dios,tal como ya en el AT se haca vi-sible en forma de , y . En el tiempo de suhumiltracin, Cristo es el (Hebr l, 3), en1 mt encarnatoriamente presentela doxa de Dios. Desde la ,resurrec-cin de Cristo, El es el

  • r --

    Duda

    Cuando y en la medida en que unhombre reconoce que Dios verda-derarente ha hablado, no puede prc-ticamente dudar de lo odo de esamanera. Sin embargo, puede tenerIibre y culpablemente una actitudinterna, o tomarla entonces, que leimpide reconocer el mensaje de larevelacin, total o parcialmente, comopalabra de Dios.

    Esa actitud puede tambin hacerccsar, en el hombre, el juicio queste haba ya formulado de que larevelacin es palabra de Dios, esdecir, puede poner en duda este he-cho. Con esto no quiere decirse quecualquier duda respecto a la reali-dad de la revelacin divina concretapueda calificarse de culpa moral entodo hombre que duda.

    E

    Ebed Yahveh (hebreo : siervo deDios). En el AT, designacin referi-da a todos los israelitas piadosos,aunque se aplica especialmente a unafigura misteriosa, Is 40-55, que ha deaparecer l[ofticamente y ha de pa-decer de maneraexpiatoria. A veces se explica estafigura en sentido colectivo (efirin-dose a todo Israel o al resto justifica-do del xreblo), y otras se la explicamsticamente (por un presunto influ-jo babilnico), discutindose ulterio-mente si se trat de una figura ideal,de un hombe del pasado o de unhombre del futuro. El NT toma eltrmino ebed Yahveh como refirin-doso a los israelitas piadosos, inclu-yendo a Jesfrs entro ellos. Especial-mente conforme a los textos deIsaas, so indican o apuntan de talmanera la vida y muerte de Jess(cf. Lc 22, 37, con Is 53, 12 e.p.),que los textos de dicho profeta alu-sivos al ebed Yohveh aparecen cla-ramente como profecas mesinicasa la luz de la revelacin neotesta-mentaria de Jess. Profecas que, enun lenguaje impresonante, ofrecenuna imagen del Mesas ciertamenteajena al judasmo contemporneo:un alguien, el desconocido y martiri-zado que, calladamente, sin figurani belleza, despreciado, castigado porDios, toma sobre s nuestros recadosy recibe sepultura entre los malhe-chores; as logra que los muchos sehagan suyos.

    Eclesiologia. Doctrina teolgicaacerca de la -+Iglesia. Sobre la po-sicin de la eclesiologa dentro de197

    la totalidad de la teologia, reina ancierta obscuridad en cuanto que nopuede hablarse todava de un trata-do propiamente dicho. La mayor par-te de las veces, la eclesiologia quedaincluida en Ia apologtica (-+teolo-ga fundamental) en una forma do-ble: en forma histrica preteolgica,en orden a una probacin histricade la institucin de la Iglesia porJJesucristo y de su carcter comoautoridad doctrinal (con inclusinde sus notas, jerarqua, magisterio,papa, infalibilidad), y en lorma dog-mtica, puesto que todas las propo-siciones teolgicamente esencialesacerca de la -+gd Escritura(->inspiracin, etc.) y de su relacincon Ia -+tradicin ms all de suvalor histrico como testimonio, su-ponen la doctrina dogmtica sobrela Iglesia. Hay que tener en cuentaque las notas de la Iglesia (unidady unicidad, santidad, catolicidad yapostolicidad), en las que puede re-conocerse a la Iglesia como verdaderaIglesia de Ieshs, han sido por su par-te incluidas en los smbolos de lafe y, por tanto, tienen que ser cre-das. Las proposiciones acerca de laesencia de la Iglesia slo pueden en-tenderse partiendo do la -+cristolo-gia de la Palabra hecha hombre;tratado que por esa razn ha de pre-ceder a la eclesiologia. [-a doctrinaacerca de la -)eucarista como mis-terio central de Ia Iglesia, perteneesencialmente a la eclesiologia, de lamisma manera que la doctrina de los-+sacramentos en general, que ha depresentar a stos como realizacionesfundamentalcs de la Iglesia.

    195 I96 198

  • Econonr:r (principio r!c)Economia (principio de). Como

    principio metafisico, el principio deeconomla es un concepto auxiliar enorden a algo muy conocido y de granimportancia en lo tocante al conoci-miento metafsico y teolgico deDios (-+Dios [teora de]). Afirmaque la causalidad divina trascendenteinterviene en el curso intramundanode tra forma ms discreta y sobria;concretamente, en cuanto que Dios,como principio siempre trascendente,produce y soporta a las criaturas ylas actidades que les son propias(-+creacin, -)conservacin del mun-do, *concurso divino). Afirma tam-bin que Dios, por su propia fuerza,libera una y otra yez esa dinmicaintramundana en orden a una especiede autosuperacin, y en orden a unefecto que las criaturas de por si nopodran producir, aunque en realidadlo producen con y en esta fuerza di-vina. As, en el curso natural del pro-ceso, Dios sigue siendo Ia causa tras-cendente. Con su obra, no se convier-te en un miembro ms dentro de laseic de causas intramundanas en ca-dena. Si aparece Ia accin de Diosdentro del curso de los acontecimien-tos, es que se trata de la historia dela salvacin, que culmina en la encar-nacin. Lo que el mismo mundo pue-de hacer. ha de realizarlo de la formams perfecta posible. Dios mismo des-arrolla la potencia suministrada a lacriatua para su gloria y reclama paras la actualizacin do dicha potencia,sin crear lo que resulta posible por--)el'olucin.

    Edificacin. El concepto eclesial deediflcacin so cleriva en ltimo trmi-no del proceder salvifico de Dios enel AT que, en relacin con la

  • Enferncdad

    dono a lo inlerior, quiere entendersea s mismo como mero momentode un ritmo innocuo e inculpable dela naturaleza, que da la muerte paratenor ms vida (cosa que ni el hom-bre es, ni puede serlo); o si quiereimpiamente revelarse contra su exis-tencia como algo sin sentido; o siadmite (explcita o implcitamente)eso interrogante con fo y esperanza,como interrogante al que no ha deresponder autnomamente, sino queya ha respondido Dios en la muertede Cristo.

    En (griego aion : mundo, era,porcin do tiempo, largo tiempo,eternidad sin tiempo, como decaPlatn). Ya en Eurpides podemosencontrarlo personiflcado, lo mismoque en Siria, Egipto y en el gnosti-cisnro. Para una comprensin bibli-ca del en como eternidad, cf.-+eternidad. El lenguaje utilizado porla Escritura se apoya en la concep-cin del en propia del gnero-+apocalptico del judasmo tardio.En ella se habla de dos eones que serelevan entre s (s e * aqul; pasa-jero

    -

    sin fin; dolores/trabajos/de-pravacin

    -

    grande/nuevo/justicia/verdad).

    En la Escritura tambin se estable-ce la conexin errtre la venida delen futuro y el Mesas; se opina queesa venida tendr lugar o bien enla tierra t.t en el mundo celeste. Encstc ltimo caso. con frecuencia nose trata ya de una simple sucesinde los eones. sino de una simul-taneidad en diferencia cualitativa(en terreno/visible

    -

    en celeste/in-visible).

    Esta teora dc los dos eones nodesenrpea ningrn papel importanteen la -)basileio anunciada por Cris-to, por ms que sc utilice dichaterminologia en Ios sinpticos (estecn

    -

    aqulivenidero/futuro). Pablo,prescindiendo conscientemente del

    203

    futuro, habla sobre todo de en, que est prescnte, es malvaden ma-ligno (Lc 17, 1), sobro la que recaola maldicin especial de Jess.

    Conforme a la teologa moral, clescndalo puede residir en el que lopadece, p.ej., si una manera de Pro-ceder buena en s, frente a un hom-bro que no quiero comprender' espi-ritual y religiosame,nte soberbio(scandalum phnrsacum) o frente auna mentalidad no madura, frentea un carcter dbil (scandalum Pu'sillorum), se convierte en ocasin depecado (: escndalo). No es licitoevitar el escndalo farisaico, pero sen lo posible el de los dbiles.

    A1 dar escndalo Por maldad (in-duciendo a otra Persona al Pecado)o por negligencia imPrudente (Pre-viendo el pecado de otra Persona Ysin impedirlo a Pesar de Poder ha-cerlo), se peca contra la caridad Ysurge la obligacin de reParar losdaos ocasionados. En determinadascircunstancias puede ser lcito el es-cndalo, sin que esto implique una-+cooperacin al pecado: -+dobleefecto de una accin.

    En el mundo y la cultura Pluralis-ta de hoy hay que amonestar Y ex-hortar a dar testimonio Positivo,aunque esto implique un escndaloen sentido bblico para nuestro mun-do, en vez de ponerse en guardiaunilateralmente frente al escandalomoral.

    Escatologa (griego eskhata : itl'timas cosas, postrimeras). Doctrinateolgica de los -)novsimos. Laescatologa no es un relato anticipa-do de sucesos que han de aconteccr, sino una mirade que elhombre dirige a la consumacin dcfi-nitiva de su propia situacin existctr-cial deteminada ya escatoltigicamcn-te; mirada previa, del toclo llcccs:t-

    tu

    2442(X!

  • Esc*ologiaria para su decisin espiritual libre,y dada a partir de su situacin his-trica salvfica definida por el sucesoCristo. El fin de dicha mirada es queel hombre acepte su ptesente como-->luturo presente y definitivo, aun-que escondido, que se da ya en estepreciso ahora como -+salvacin, sise acepta como obra de Dios, quede todo puede disponer; obra impre-visible en cuanto al tiempo y a 7amanera de su realizacin. As semantendr en pie esperanzadamentey sin impacierrcia. como participa-cin en la cuz de Cristo. el escn-dalo de Ia contradiccin entre la rea-lidad fctica y la salvacin dada yaen Cristo (mundo en pecado, disper-sin, divisin de los pr-reblos, discre-pancia entre naturaleza y hombre,concupiscencia, muerte).

    1. Una -)hcrmenutc de las

    proposiciones escatolgicas tiene quedar normas que eviten tanto una fal-sa interpretacin apocalptica dela escatologa (->apocalptico) comouna absoluta existencializacin juicio como consurna-cin del mundo; la permanenta sig-nificacin de la humanidad de Cristoen orden a la bienaventuranz.; la->sin de Dios como visin clel

    misterio permanente; la relacin entreel

    ->cielo de los redimidos y el mun-do reprobado de los -)demonios; laesencia metatsica del cuerpo giori-ficado; la -->basilca una constituidapor ngeles y hombres. La dialcticaentre la escatologa individual (muer-te, juicio particular. cielo o infierno,purgatorio, del individuo) y la esca-tologa universal (juicio universal,cielo eterno. infierno eterno) consti-tuye uno de los problemas teolgicosms difciles de la escatologa. Lasaflrmaciones acerca de estos dos te-mas de la escatologa no puedencohonestarse snciilamente, a base dedistribuirlas entre diversas realidades,que se tratan como separadas (bea-titud del

    ->resurreccin del

  • Escritura (scntido de la)lacin de Dios, el sentido tipolgico(en cuanto momento del sentido ple-no) puede considearse como sentidoliteral. Las aplicaciones piadosas detextos do la Escritura, que nada tie-nen que ver con el sentido preten-dido por el autor, no es lcito pre-sentarlas como expresin de tal sen-tido y sera mejor evitarlas. En eldificultoso proceso de fijacin delsentido de la Escritura, hay que teneren cuenta la -->onalogia fdei,lainter-pretacin de Ia -+tradicin (Dz 7861788 1942ss) y la doctrina del -+ma-gisterio eclesistico (Dz 2341 s, etc.;Jhermenutica bblica).

    La dicultad de ese proceso noes superior a la propia de todo ha-blar humano que versa sobre lo nocotidiano.

    Escriturstica (prueba). La -)Sa-grada Escritura sigue siendo la fuenteinagotable de toda teologa cristia-na. sin la cual la teologa tendra queser estril (Dz 2314). Por lo tanto,la teologa bblica (-+bblica [teo-loga]), como ciencia autnoma ycomo momento intrnseco de Ia-+dogmtica misma, tiene que sumi-nistrar la prueba escriturstica. Estoimplica dos cosas. a) Hay quo mostrarque y cmo la doctrina del magis-terio ordinario y extraordinario estcontenida explcitamente o implcita-mente (Dz 2314) en la Escitura o,por lo menos, encuentra en ella suAntioqua[escuela teolgica de],

    ->agustinismo,->tomismo, -+escotismo, etc.); sloqueremos considerar el sentido y lasfronteras de la formacin de las es-cuelas en la teologa. Hay que teneren cuenta de antemano que la Igle-sia y su magisterio, a pesar de susrecomendaciones, p.ej., en lo que tocaa la doctrina de Toms de Aquino(p.ej., Dz 2l9l s 2322), no se hanidentificado con ninguna escuela.

    El hombre es una entidad histrica,incluso en su conocimiento de laverdad. Queda referido a la totali-dad de la realidad que en s es acce-sible a su conocimienlo (Dz 2321)desdo determinada perspe.ctiva flnita,histricamente condicionada, que leviene dada de antemano (en concep-tos, planteamientos, en lo percibidocomo obvio o problemtico. en exp-riencias de tipo social o individual).Incluso cuando el hombre conscien-temente, ms an, en rebelin sealeja de su punto de partida, siguesiendo sto una vez ms la ley apriori de esa dinmica intelectiva,sin que ello deba confundirse con el-+relativismo teolgico. Ahora bien,el hombre oye la revelacin de Diosen esa condicionalidad histrica delconocimiento; pof tanto, la oye yentiende en una forma determinada,histrica, sobre todo teniendo en cuen-ta que la -+revelacin misma haacontecido como histrica, en unaforma del todo determinada y con-

    dicionada histricamente. Todo oir in-teligente, precisamente para que ten-ga lugar de la manera ms posible. tiene que poner en juegotoda la del oyente,as como tambin ha de dejarse trans-Iormar por el mensaje. Las escuelasteolgicas hay que entenderlas par-tiendo de esos datos: son la expresinde Ia rnultiplicidad do maneras jus-tificadas, histricamente condiciona-das, de anuencia finita a la revela-cin, dentro de la Iglesia. Del mismomodo que se da una evolucin delos dogmas (-+dogmas [evolucinde trosl), se dan tambin escuelas enla teologa. La primera designa lahistoricidad autntica de la revela-cin y de su apropiacin por IaIglesia rnisma; las segundas, el hechode que icluso dentro de la Iglesiauna se dan lormas de oir la reve-lacin, sociolgica e individualmentecondicionadas. Porque hay una ver-dad divina, una Iglesia y una confe-sin pfrblica de la fe de la Iglesiauna, compete al magisterio eclesis-tico discriminar entre los modos le-gitimos de oir la revelacin con inte-ligencia de ella, es decir, escuelasteolgicas de aquellos en que semalogra la verdad una de Dios ono queda ya a salvo la confesinuniversalmente inteligiblo de la feuna de la Iglesia una (-+hereja).

    As so sigue tambin que una es-cuela slo sigue siendo catlica si,en contra de s misma, de un modocritico, repensando una y otra vezde manera nueva las bases de su sis-tema y' sondeando en la plenitud delos contenidos de la revelacin. per-manece abierta ante la comprensin,siernpre ms abarcante, de la Iglesiade todos los tiempos y de todas lasescuelas. Y esto sin que, por raznde esa patencia, pretenda ser, en un((sistema adecuado, lo que slo pue-de ser la Iglesia como totalidad entodos los tiempos tomados en con-

    213

    llscnci

    junto. Pretender no pertenecer a nin-guna escuela sera el necio orgullodel que cree que puede poseer yaahora la verdad eterna fuera de lahistoria temporal. Aferrarse absolu-tamente a un sistema como expre-sin adecuada de la fe de la Iglesiaimplica asimi.smo la negacin de lahistoricidad de la verdad. En el tiem-po slo se comulga con la verdad deDios en una unidad, intraducible ennrneros, de humildad y obedienciafrente a la fe perceptiblemente cons-tituida de la Iglesia en conjunto yfrente a la valenta humilde respectoa la verdad . Y slo en esaunidad frente a la fe se forma unadimensin objetiva frente a la sub-jetividad .

    Esencia. Por mudable que un entesea, po{ ms que aun tenga quehacerse 1o que slo es rrat.oraleza, erl cuanto que es prin-cipio do las oporaciones. Cuanto msperfecta es una esencia, tanto msamplias son las posibilidades activasy pasivas de su hacerse, tanto mslo devenido ser una determinacininterna de ese sujeto que realizasu esencia (-+libertad). Cuando laesencia 1o es de una -)trascenden-cia espiritual (-+espritu, -)persona,-+hombre), las posibilidades del ha-cerse son ilimitadas. Esta esencia esidntica con la -+potencia obedien-cial de recibir la absoluta autocomu-nicacin de Dios s l -+gracia !

    212 214

  • Esencia

    en la -+visin de Dios. Las esencias esto carece de importancia con res-infrahumanas estn circunscritas a pecto al contenido propio de la fe:determinado mbito espacio-temporal Cristo nos da vedaderamente sude la realidad. En eso consiste la cuerpo y sangre bajo la realidad per-diferencia esencial entre el espritu manente de las apariencias de pany to'do Io meramente material. y vino, de modo que Io que nos da es

    su cuerpo y su sangre, y ninguna.Especie (a diferencia del individuo otra cosa en esa dimensin. Con elloy del gnero comn, especialmente hemos cumplido suficieulemente con

    en biologia) significa lo universal- las proposiciones de la experienciamente uno y, con todo, relativamen- I'sica scnsible y de la fe. La formate concreto, que se encuentra en en que pueden coexistir esos dosmuchos individuos, sobre todo si grupos de afirmaciones puede quedarunos proceden de otros. tranquilamente en la zona del mis-

    terio.Especie eucaristica. En esta expre-

    sin, el trmino especie significa larealidad de tipo accidental de unente, inmediatamente dada a Ia expe-riencia sensible, en contraposicin asu fundamento substancial que so-porta esta multiformidad de la ser y,a l,a vez, por su estado de abietorespecto a lo que l mismo es y a loque no es. Mediante estas dos aper-turas de tal ente sobre el ser uni-versal y sobre si mismo quedan carac-terados los dos rasgos fundamenta-1es del espiritu: ->trascendencia yreflexin (autoposesin en su ser con-sigo" y

    ->libertad). En su trascenden-cia sobre la totalidad del ser, el in-dividuo experimenta lo que l mismoes como

  • Espiritu

    llo hacil lo que so orienta su din-mica infinita (->misterio,

    ->Dios,->Dios [prueba de la existencia de])y que, en cuanto tal, es el fundamen-to del espritu humano fnito. Elconocimiento y la libertad del esp-ritu humano quedan envueltos y sonsoportados por ese incomprensibleinflnito, a partir del cual y hacia elcual el espiritu finito se experimentacomo entregado en responsabilidad asi mismo y a su libertad; a ese in-flnito incomprensible, pues, permane-ce el espritu finito tambin abiertoen virtud de su esencia (->existen-cial sobrenatural, -+gracia,

    -)auto-comunicacin de Dios).

    Espritu Santo. pneuma.

    De acuerdo con la Escritura, entodos los smbo os de Ia l'c y en to-dos 1os decretos doctrinalcs sobrela Trinidad de Dios contra el Jmo'dalismo y -)macedonianism() sc re-conoce o define respeclivamente la

    2t9

    personalidad>> del Espiritu Santo(Dz 48 85 s e.p.). l es el (Dz 83),que procede del Padre y del Hijo(Dz 19 277 e.p.; ->Fillo'que) comode principio nico y por medio deuna nica (Dz 460 691704). De El concibi Maria (Dz 2s6 9), sin que por eso so le puedallamar de Jess (Dz 282).Influye en Jess (Dz 83) y en la->Iglesia (Dz 2288; ->magisterio).Se comunica especialmente en la-)conflmacin y en el .-+orden (Dz679 964). Con respecto a la proceden-cia del Espritu Santo dentro dela Trinidad divina, cf. -+Trinidad.Segfrn la teologa catlica, el Esp-ritu Santo posee la plenitud nic,.inflnita, divina, de ser y de vida,puesto que el Padre y el Hijo son,por fterza expansiva de su esencia,amantes. El Espritu Santo es tam-bin el Espritu de la comunicacinde Dios hacia fuera. Ya que Dioscrea en cuanto que es Dios, en cuan-to Espritu crea todo lo que en elmundo hay de autnticamente origi-nario, libre y viviente, inesperado ypoderoso, delicado y fuerte a lavez: el misterio del amor, que es elmisterio ms entraado en todo lonatural. Es el Espritu de la gra-cia: al Dios que es en nosotros un-cin y sello, arras, husped, consola-dor, abogado, llamada interior, liber-tad y filiacin, da y paz, santi-dad y unidad, le llamamos Espiritu.El que hace madurar los -+frutosen nosotros: -+caridad, -+alegra,-)paz, -->Wciencia, -Jcastidad, sees el Espiritu. El adversario de lacarne, del pecado, del servicio mera-mente legal, el que es la fuerza se-creta de nuestra consagracin, trans,formacin, el que impulsa hacia laresurreccin gloriosa de la carne yhacia la transformacin del mundo,se es eI Espritu.

    En pentecosts aparece que ese Ee

    pritu no slo ha sido ofecido alhombre, sino que le regala tambinsu propia aceptacin. Aparece tam-bin que esta comunicacin del Es-piritu no acontece espordicamentecomo en el caso de los Profetas, sinoque ha tenido ya lugar de manetadefinitiva e irrevocable. La -+Iglesiaes sacramento de la gracia de Cris-to en el Es,pritu que se nos hadado y no slo prometido. En ellavive el Espiritu Santo en leyes es-cuetas y en nuevas eclosiones llenasde vitalidad, en el ->ministerio, je-rarqua, y en el -)carisma. Es elespritu del individuo, que puedeposeerlo en un cristianismo todaviaannimo que no entiende a la Igle-sia, y que puede estar dirigido porEl. Es el Espritu que se hace sentiren cualquier parte donde el hom-bre en gracia de Dios no se doblegaa la mediocridad legalstica.

    Estadistica moral es la descripcinde la conducta moral prctica delhombre (de determinados pueblos,grupos, etc.) con ayuda de los m-todos demogrficos y estadsticos. So-bre todo se emplean esos mtodoscon respecto a la moal sexual, pros-titucin, suicidio, etc. Esta estadis-tica moral no puedc determinar siIas infracciones morales son pecadosmeramente objetivos (materiales) oson tambin pecados subjetivos. Lasnormas morales ni se apoyan ni sedebilitan en virtud de la estadistica,pues la ley moral no depende ensu validez de si de hecho se cumpleo no. La estadstica moral pruebaen alguna manera la semejanza deIa motivacin o de los presupuestosde la actuacin humana, pero noprueba nada contra la libertad fun-damental, puesto que sta no implicala carencia de motivos ni nadie laconsidera como absolutamente ilimi-tada. Hay que rechazar todo abuso eneste sentido ( Knsey-Reports).

    221

    Es!akl

    Sin embargo, la estadistica mortlpuedo tener mucha importancia enorden al establecirniento de leyestnico-pedaggicamente ms eficaces.Puede despertar la atencin de losfilsofos y telogos hacia problemasque de otra manera les pasaran inad-vertidos. Puede prevenir contra prin-cipios demasiado indistintamente for-mulados. Puede plantear la preguntade por qu hay diferencia entre eldeber y la actuacin prctica y tam-bin puede preguntar por la solu-cin de ese problema. En confron-tac.in con la seria voluntad salvi-fica de Dios, puede profundizar laidea de que no toda infraccin delas normas morales objetivas, ni conmucho, ha de ser tambin necesaria-mente una verdadera culpa subjetivaante Dios.

    Estado. Si una sociedad civil consu derecho y con sus poderes, porlo menos considerada en conjunto, fa-vorece y procura una existencia hu-manamente digna para sus miembros,satisface la necesidad que el hombre,por su rnisma esencia y de acuerdocon la ley natural, tiene de vivirdentro de tn estado. En esa medidaconcuerda con la voluntad de Dios() y estbajo la proteccin del mandato divi-no de obedecer al poder legtimo. Deaqu que las leyes civiles puedan serdirecta o indirectamente obligato-rias en conciencia, directamente, sison esencialmente tiles al bien co-mn, indirectamente si Ia rebelincontra ellas daara la ordenacin dela sociedad civil. Cuando, en contrade lo debido, mandan algo que per-judica notablemente al bien comn,no han de ser obedecidas. Cuandomandan algo inmoral, obedecer () es inmoral, yante Dios, pecado.

    No es lcito al . mientrasle resulte posible, eximirse de cote-

    t\t

    220 222

  • -Estado

    jar las leyes y mandatos estatales conla norma de la ley natural y de lapropia conciencia; tal omisin seriainmoral. Dentro de lo posible, la par-ticipacin en la vida pblica esnormalmente una obligacin moral,.mientras esa vida tenga de verassentido. La foma concreta de lasociedad estatal (constitucin), comoes obvio, no se apoya en una orde-nacin directa de Dios, sino queest sometida a la evolucin hist-rica. Cambiarla puede llegar a serobligacin moral, de modo que elestado de necesidad y la legtimadefensa pueden legitimar moralmentemedidas revolucionarias ms all del,derecho escrito. El Estado es un ser-vidor, no un seor, ni es el sujetoexclusivo del bien iomn. Aunquehoy da tiene que ejercer muchasfunciones que lo hacen aparecercomo casi totalitario, con todo, hade respetar fundamentalmente el prin-cipio de subsidiaridad. Es decir, ens no ha de apoderarse de funcio-nes, poderes, propiedades, etc., quepuedan seguir perteneciendo aI in-dividuo o a pequeos grupos sin-;erjuicio del bien comrn.

    Tambin el Estado est sometidoa la ley de Dios. El cristiano y laIglesia podrian y tendran que ejer-citar una funcin crtica frente a1, y no slo cuando amenaza al-gunos elementos impottantes espe-cficamente eclesisticos. No es lcitoni a la Iglesia ni al Estado ignorarsey perjudicarse mutuamente; y encste sentido hay que rechazar la . Contodo, una distinci(rn clara entre am-bos redunda slo en utilidad para lasdos partes (-)tolerancia). En virtudde la distincin esencial entre Igle-sia y Estado el cristianismo preservaal hombre del peligro de que elEstado mismo o la , nacin,etctera, aparezca como dimensiones, sacrales. En un largo

    223

    proceso secular, el cistianismo ha al Estado lo mis-mo que a la naturaleza. Los cris,tia-nos tienen que aportar lo que est ensus manos para que no se impongaen todo ei mundo la nueva

  • Estado origirnl

    para nosotros reside en que de-clara que la historia elrtera de lahrmanidad posec dcsdc su comien-zo mismo un sentido y una finali-dad internos. El hombe, sin ms,es,t ceado en orden a Ia vidaeterna en posesin inmediata de Dios.Nunca se dio concretamente un es-trclo de mera naturaleza. Y porello toda Ia historia de la huma-nidad, desde su mismo principio,es la historia de la lucha entre elnrbre y sigue sindolo despus dela c:da de Acln, esa ordenacintiene cue estar dispuesta por Diosmirando al }lombre-Dios, tiene queser gracia clc -+.lesucristo. De locontrario. Jcstrcristo, cl mcdiador, elI'undamento dc nuestra gracia, seraslo el restaurador y, por consiguien-te, servidor de un orcreacin misma, la eteni-dad de Dios no se muestra como puranegacin del tiempo, sino como so-berana sobre el tiempo. Encuentrasu extrema manifestacin en el hechode que Dios asuma en Ia naturalezahumana de su Hijo la temporalidady sometimiento del hombre al des-tino y a la mutacin, acogindola deesa manera en su autoposesin eter-na. Desde este punto de vista, el se convierte en el mbitodentro del cual ocurre la comunica-cin de Ia eternidad de Dios, de suplenitud de ser, al hombre temporaly viador. AI hombre que esa mismacomunicacin abre graciosamente ala eternidad de Dios, para que puedaentrar en Ia posesin de sta al rc-cibir participacin en la plenitud deser de Dios (-+inmortalidad, ->alma).

    tica. Como parte fundamental dela filosofa prctica, la tica es laciencia de Io nrorai. Es decir, intentael anlisis y profundizacin de aque-Ilos hechos morales de los que pue-den deducirse las normas para todoacto humano. En este sentido, hayque distinguirla rigurosamente de latica teolgica (-+moral lteologa]),

    22& 230

  • tie

    que tiene que deducir las normas delos actos morales a partir de la pa-labra de Dios pronunciada en la re-velacin, testificada en la Iglesia, yde Ios decretos salvficos de Dios conrespcto ai hombre. En cuanto quela tica (filosflca) vesa sobre lo mo-ral del hombre, somete a reflexincientfica un fenmeno originario delconcepto que el hombre tiene de smismo: el hombre se conoce viven-cialmente en su autorrealizacin comosujeto volente, que en la acfualiza-cin de su querer dispone de s mis-mo (libremente)en orden al

    ->bien o al -+mal.I-a conciencia de esta distincin

    entre actos buenos y malos acom-paa siempre toda autorrealizacinlibre de la persona. La persona espi-ritual que se autorrealiza librementese conoce a s misma al hacerlo como'valor moral fundamental. Esta sehace temtica en la tica. A partirde ciicha experiencia se puede pre-sentar a la persona espiritual comoalgo que a un tiempo realiza moral-mente su naturaleza y su ordenacina un fin ltimo; como algo que esquerido absolutamente en cuanto tal,de manera que, pafliendo de ese ca-rcter, puede y debe deducirse elcarcter absoluto de los valores mo-rales. que estn al servicio del des-arrollo y actualizacin de la personaespiritual absolutamente querida.

    Con pleno sentido se someten enla tica a un cuidadoso anlisis cien-tfico las relaciones existenciales sin-gulares de esta persona, su elacinconsigo misma, con otras personaslibres (congneres), con la comunidadhumana y con Dios, y se establecennormas (ticas) para Ia realizacinde las citadas relaciones. Una parce-lacin de este anlisis correspondientea los distintos mbitos de la vida lle-va a la subdivisin de la tica gene-ral en tica individual y tica social,23r

    A este orden moral objetivo que sededuce de todo lo dicho tiene queasociarse la norma subjetiva inme-diata de los actos morales: la -)con-ciencia del individuo, cuyo juicio de-termina en ltimo trmino el valoro disvalor de un acto concreto. y estosabiendo que el orden objetivo siem-pre tiene en cuenta la integracinnticamente precedente de la perso-na humana en unas circunstancias yestructuras determinadas de su mun-do. As pues, surgen principios lti-mos normativos para Ia conciencia(-+ley natural), p.ej.: el fin subjetiva-mente bueno no justifica los mediosobjetivamente malos; un valor moralpreceptuado, postulado (con la vo-luntariedad absoluta de la personaespiritual) no puede ser sacrificado aun valor premoral y parcial de laexistencia humana. En cuanto queIa tica refleja la realizacin librede Ia persona humana en un ordenpreviamente dado, tiene que perma-necer abierta a una disposicin deDios sobre esa persona o sobre laordenacin de dicha persona a su fin(->mora1 [teologa]).

    ,tica ile la situacin. Se llama asla doctrina de un existencialismo [al-so y extremoso, segn Ia cual el de_ber moral del hombe particular sederiva siempre de manera exclusivaa partir de la situacin concreta delagente, sin que el conocimiento dolo que hay que hacer tica existencial.

    Efica existencial (tica individual).El acto moral del hombre no es sloun () de una nornra moral esen-cial y universal, sino tambin reali-zacin del hombre nrismo en su in-dividualidad irrepetible; y como seaquo este hecho puede estudiarse cien-tificamente, de ah que exista y debaexistir la tica existencial. Ahorabien, la tica existencial se ocupa deIa realizacin del hombre singularen cuanto que esta realizacin es po-sible y ha sido propuesta a cadahombre de una manera exclusiva a1, y en cuanto que no puede que-dar adecuadamente implicada den-tro de las nonnas genorales. Por lotanto, en esa medida, la tica existen-cial queda como complemento nece-oario de la

  • rI

    Etiologia

    mator claridad. En este proceso see()ii!,;dcran Il causa real y eI estadoactual cn ur:t misma pcrspu(.i.t\.1,:etiologa histrica. Este ltimo con-cepto ha dc aplicarse a las afirma-ciones de la Escritura acerca rJe lahistoria p:imitiva de la humanidad:-)c.cacin (narracil de la).

    Eucai'istia (griego eukhoristein :dar gracias; cr : bueno; kharis :gracia, regalo), literalmente y con-orme al uso primitivo de la palabra,clesigna la accin de gracias del qucha recibido un buen regalo y, comoconsecuencia, est ((agradecido. Lue-go eucarista significa agradecirniento.aunque tambin oracin de accinde gracias. Segirn un concepto poste-rior, eucar.ista designa, sobrepasan-do Ios significados anteriores, el() del Seor, en cuanto queste es el centro y punto de partidede la accin eucarstica de la Iglesi:r.bajo las apariencias de pan y

    "inrr.L La rcalidad designada con el

    nombre de eucarista est fundamen-tada en la cena de Jess (sobre todo,L-c 22, l9s y I Cor 11,23ss; cf.Mc 14, 22 ss). En ella, segn susmismas palabras, da Jess su cue.-l-)o)> v su ((sangre)) como alimentr.lbajo la recercin empirica del pany vlno.

  • Eucaristia

    vida de Cristo, amada y denitiva-mente aceptada en el cuerpo y enla sangre. Por lo tanto, no hay quepensar el efecto de la eucarista so-lamente como algo individual, queacontece en el particular; algo pormedio de 1o cual el individuo consi-gue la participacin personal en lavida dc Cristo y la gracia para hacerrealidad esta participacin en unavida cristiana (entendiendo vida cris-tiana en sentido estricto, representa-dora de la vl'da de Cristo por mediode la caridad, obediencia y gratitudfrente al Padre; representadora dela vida de Jess tambin en el per-dn y en la paciencia). El de la eucarista hay que pensarlo so-bre todo como eclesiolgico y social.En la eucarista se hace presnte eneste mundo la voluntad salvfica gra-tuita e incansable de Dios con res-pecto a todos los hombres; se haceperceptible y visible en cuanto quepor medio de ella queda formada lacomunidad visible y perceptible delos fieles, Iglesia, como signo, queno slo remite a una gracia posibleen algn lugar o tiempo indetermi-nado ni slo a cierta voluntad salv-fica de Dios, sino que es en s mis-mo la perceptibilidad y permanenciade esa gracia y de esa salvacin. Elsacramento de la eucarista y la sa-cramentalidad de la Iglesia estan,por lo tanto, mutuamente vinculadas(-+Iglesia, -)sacramento originario).

    Eva (hebreo, literalmente : basileia. Como es na-tural, en cuanto que todo lo origi-nado en la -)historicidad quedarabsorbido dentro de la consumacinescatolgica, tambin se da una evo-lucin autntica con respe.cto a loque ha de ser realmente denitivo,y en la quc el espiritu personal

  • Exconnin

    par:r tiempo determinado, dando lu-gar de esta manera a diversos gra-dos. Era algo distinto de la exclu-sin total (as aparece incluso enQumrn). Estos antecedentes hist-ricos alcanzan su sentido pleno ensu aplicacin al pueblo de Dios, quees la Iglesia. Pablo no slo conocela excomunin, a la que designacomo anatem.a (: cado en la mal-dicin) ponindola en prctica auto-ritat.ivamente dentro de su comun-dad (l Cor 5, 1-5; I Tirn 1, 18 ss;Tit 3, 9 ss e.p.), sino que dicha ex-comunin constituye la base del po-der do atar y desatar (-+atar y des-atar [potestad de]).

    En la Iglesia de Jess se da unaexclusin total slo por razn de-+hereja o

    ->cisma, pretendidos conrnala voluntad. Sin embargo, puedetener lugar una excomunin (CICcan.2257) como pena correctiva, ensus divesos grados: ipso facto olatoe sententiae, ferendtte sententiae,o bien como vitantlus. En ella incu-rren los que contravienen o faltana Ia comunidad eclesial gravemente.Po dicha pena quedan excluidos dela participacin en las autorrealiza-ciones de la Iglesia, como son lossacramentos, culto divino, etc.

    La prctica de la Iglesia estuvogravada con frecuencia, en tiemposanteriores, por los abusos del poderpoltico. La importancia de la ex-comunin es minima en eI mundopluralista de hoy, aunque su ncleopermanento es conservado por el sa-cramento de la penitencia (->peni-tencia [sacramento de la]) en su sen-tido primitivo. La palabra anatemase ha utilizado frecuentemente, a par-tir del snodo de Elvira, ca. 300, enlos concilios contra proposicionesantieclesiales, como amenaza con Iaexcomunin eclesistica y el juiciode Dios. Desde el concilio Vatica-no I significa que la prorosicin con-tradictoria a la anatenratizada es d.f.:4)

    Exgcsis (griego : interpretacin).Disciplina rcolgica que interprctala

    -)Sagrada Escritura con mtodosautnticamento cientficos, entro losque se cuenta lilologa, crtica bbli-ca (->biblica lcritica]), historia b-blica y otros. Sin embargo, la ex-gesis no debo limitarse al uso de esosmtodos, ni le es lcito hacerlo. Comociencia catlica, tampoco es licito ala exgesis tener la doctrina e ins-trucciones del magisterio finicamentecomo norn)a negativa. Es tarea de laexgesis catlica mostrar la compa-tibilidad de sus resultados con eldogma catlico y tambin, por lomenos en principio, con la doctrinaoficial no definida do la Iglesia (-+es-criturstica [prueba]). Por ello, laexgesis se convertir con frecuenciaer teologa bblica (-+bblica [teolo-gial), que en eI caso ideal se identi-flcar con la teologa biblica que la-)dogmtica presupone. Los princi-pios de la exgesis los elabora la-+hermenutica. La exgesis, en sen-tido estricto, tal como ocurre en lasfacultades teolgicas, comenta los li-bros de la Escritura en particular encuanto que investiga crticamente eltexto, aborda el problema del autory de las fuentes ms antiguas deltexto y aporta datos histricos, geo-grficos y arqueolgicos para su acla-racin, realzando el -+kerygma deltexto. Todos estos trabajos, como esnatural, son indispensables, si se in-tenta una traduccin del texto bblicoa una lengua moderna.

    Exisferrcia (alemn Dasein), sig-nifica en la filosofa escolstica seractualmente, ser realmente, en con-traposicin con el ser puramente pen-sado. En virtud de la existencia po-demos encontrar una cosa en el mun-do externo; por razn dc slr rnodode ser o JeSencja, esta cosa eS unantropologa).

    Existencial sobrcnatural. Este con-cepto est basado ontolgicamenteen las siguientes proposiciones: elhombre, previamente a la justifica-cin por la recepcin sacramental oextrasacramental de la )gracia, seencuentra incluido en la voluntadsalvifica univesal de Dios; el hom-bre se encuentra ya siempre comoredirnido y absolutamente obligadoal fin sobrenatural. Esta es una determinacin ontolgico-realdel hombre que adviene gratuitamen-te a su naturaleza y, por tanto, es-+sobrenatural, aunque nunca faltade hecho en el orden real. Ello im-plica que un hombre, incluso en larecusacin de la gracia y en la re-probacin, no puede encontrarse on-tolgica y subjetivamente indiferen-te frente a su determinacin sobre-natural,

    Experiencia. Forma d.' -+conoci-miento, procedente de la recepcininmediata de una impresin produ-cida por una realidad (intcrna o ex-terna) que se escapa a nuestro librealbedrio. Su opuesto es el conoci-245

    Exrericnt!a

    miento (o gncro o aspecto del co-nocimiento) en el que el hombre,procedendo activamente, sometc alobjeto a sus propios puntos de vista,mtodos, etc., y lo interroga crtica-mente. A Ia experiencia le corres-ponde una certeza cspecial (eviden-cia), puesto que en ella se testificairresistiblemente la presencia de loexperimeniado. La expcricnc'ia eli-giosa, en sentido esticto (la queconstituye la

    -)fe, y en cuanto que laconstituye), abarca tanto a la expe-rjencia metafsica, rroral y existen-cial del -)ser y de la ->existencia,como tambin a la experiencia delautotestimonio de Dios en el hechocle Ia revelacin; suceso en el quese maniflesta a la (comorgano integrador de todos los cono-cimientos internos y externos exis-tencialmente importantes) el hechode un autotestimonio divino. Por lotanto, la experiencia religiosa inclu-ye, en cuanto tal, incluso la expe-riencia trascendental del hombre, enXa que ste se ha conocido intuitiva-mente (en una ) como tal, como remitido a lascoas y al mundo, como sujeto y prin-cipio de sus pensamientos y de susactos (por lo menos inicialmente, esdecir, en sus rasgos esenciales). Laexperiencia religiosa, como autotes-timonio interno de Ia realidad sobre-natural (gracia), slo resulta posiblepara el hombre en unin con unareflexin conceptual objetiva.

    No es adecuadamente posible unadistincin segura entre Ia accin di-vina crcadora de Ia gracia y su in-terpretacin conceptual (en determi-nadas circunstancias, falsa). La tras-cendencia natural hacia Dios propiadel espiritu y la participacin gr3-tuita en la vida interna de Dios (pormedio de Cristo en el Espritu Srrn-to) no se pueden contrastlr entrc sde manera refleja; la raz(rn cs qrrcDios y su accin nuncl sc puctlcrr

    :r1f,

  • Experieneia

    captar aisladamente ni pueden que-dar deslindados por la reflexin delespritu creado. Por lo tanto, a pesarde esta experiencia de la gracia, nose da una seguridad infalible conrespecto al estado personal de gra-cia propio del justificado (Dz 802823 ss; -+salvacin [certeza de lapropial). Mas como sea que la gra-cia de Dios opera esencialmente enlas sadu-ceismo.

    C\tndo se absolutiza en un siste-ma consistente lo negativo de es-te partdo, apare@ lo que se llamaIariseismo en sentido propio, es de-cir, eI que Jess combati y que seda en todas las pocas como depra-vacin de toda religin que se con-cretiza (con razn) institucionalmen-te: exteriorizacin de la religin,culto l la letra de la ley sin enten-der su espritu, prevalencia de lacasustica moral y, ante todo, de esa en la que elhombre cree poder ganarse el favorde Dios de un modo calculable deantemano: propiamente, una ((auto-redencin>>. Es decir, con sus pro-pias obras realizadas autnomamenteel hombre cree poder convertir aDios en deudor, obligado a remune-rar lo que no fuc su propia gracia.Esta actitud degenera luego en so-berbia e hipocresa. Jess rechazaradicalmente este farisesmo. Pablo,antiguo fariseo, pone de relieve teol-gicamente Ia incompatibilidad abso-luta entre una justicia legalista por lasobras y el cristianismo (Rom, Gal).(Cf. Mt 5, 2a; 6, 1-6, 16; 12, l-14);15, 1-20; 23, 13-36; Lc 18, 9-14).249

    Fe" En su sentido mfrs general, sellama fe a la aceptacin libro de lasafirmaciones de una persona, con-fiando en ella. Con esto queda yadicho que en la fe se trata de unarelacin entre -+personas que nacey perece con el carcter fidedigno dela persona a quien se cree. En estesentido, la fe se diferencia del cono-cimiento razonado y de la gratuitaparadoja de una confianza ((ciega)).Al utilizar este concepto en teologa,hay que tener previamente en cuen-ta que a la fe cristiana slo puedeserle aplicado por analoga. Pues ensta es Dios mismo el que es credo,a quien se cree y en quien se cree,siempre en el supuesto de que lmismo so manifiesta (->revelacin)y de que los testigos sealados porDios son a su vez fidedignos, si,como es normal, esa revelacin elindividuo no la recibe directamente.Todas estas caractersticas formalesconvienen tanto al concepto cristianode fe como al general. La diferenciafundamental entre ambos reside enque la manifestacin de Dios a lapersona humana conforme a[ con-cepto cristiano de fe no es una sim-ple informacin en el mbito de lointelectual, quedando Dios ms o me-nos al margen como motivo extrn-seco de la fe, sino que la manifesta-cin divina interpela a todas las di-mensiones del hombre, las orienta yobliga en direccin a Dios (->auto-comunicacin, -+gracia); es, en larealizacin plenaria de su esencia,sencillamente amor. A la vez, Diosse comunica al manifestarse dc talmanera, que esta disposicin o rcl'e-

    F

    ):.72.s0

  • Fe

    rencia del hombre hacia El reclamatoda la vida ulterior del hombre, yese Dios que se revela como amorse maniflesta tambin como meta so-brenatural ltima, nica y absolutadel hombre, que por s misma col-ma y desborda todas las esperanzasde ste.

    L L,r En sEcN LA Escnlrun. Enel \T se concibe ya 1a fe de unrnoCo muy clalo, entre Dios y lospadres de la fe (Abraham: Gen 15,6; xodo obediente de ios judos atravs del mar Rojo: Ex 14, 3l;Isaas: Is 8, 17); la palabra que conms frecuencia se usa para expresaresa realidad quiere decir textualmen-te (praeambula fidei) que se hicieronya temticos con Alberto Magno,Toms y Buenaventura. Por tanto,so consideran como elementos par-ticulares de los presupuestos de la fey del acto de fe los siguientes: eljuicio de sedibilidad de la razn so-bre el hecho de Ia revelacin; cl jui-cio de Ia razn sobre e'l dcbcr rlccrer. o sea un acto de colrocinricrr-

    252 2.s I

  • Fe

    to sobre los praeunbula fidei propia-mente dichos; el acto libre de la vo-luntad, que o impera o no impera elasentimiento de la inteligencia (puestoque el motivo de la fe no obliga conevidencia): por fin, el asentimientode 1a ruz misma, como acto pro-piamente de fe. Frente a esta des-,cripcin del acto de fe se presentandos problemas teolgicos esenciales.El primero pregunta si el conoci-n-riento de los praeambula fidei, defacto y en la existencia humana con-creta, puede ser puramente ((natu-ral>>, cuando el viene dado por la gracia de Dios in-terno: cf., aserca de esto, -)praeam-bula f tdei. El segundo problemapegunta si la descripcin del actode fe como acto del entendimiento1o explica plenaria y adecuadamenteo slo hace resaltar uno de sus as-pectos esenciales. Habra que tenerseen cuenta, ante todo, con Toms deAquino, la subordinacin total ypersonal del hombre con respecto aDios en el acto de fe, puesto quedicho acto afecta y compromete atodo el hombre; en una realizacintan radical y total del hombre (aun-que afecte de una manera especial asu -)espritu), no podemos distin-guir adecuadamente de antemano losdiversos momentos y elementos delacto; por otra parte, un anlisis aposteriori depende de la ontologia ypsicologa del hombre concreto.

    Otros temas de la teologa del actode fe son los siguientes: lo que se'cree (objeto material) y el por quse cree (+objeto formal, -+motivo).Antes de tocla disgregacin en ver-dades particulares, en la radicalidadmisma de Ia fe subyace la entregadel hombre al -)misterio impenetra-ble del Dios que se autocomunica,que se manifiesta como Dios trino yhecho hombre, que por su )graciaimplanta o pone al creyente en la->visin de Dios, cuyo principio es

    255

    la fe, segn Toms de Aquino. Losdogmas particulares no son propia-mente objeto de la fe, sino medio,en los que se facilita la misma tota-lidad en aspectos siempre diversos.La discriminacin en dogmas quedajustificada y se hace necesaria al con-siderar detalladamente la revelacin(rbblica lcrtica]) y frente a laimpugnacin hertica de dctermina-das verdades reveladas. Asi, la teolo-ga catlica sostiene que slo sepuede y debe creer aquello en querecae con plena garanta Ia autoridadde Dios, lo revelado (virtual y) for-malmente. Formalmente revelado es1o que como tal est inmediatamen-te contenido en la -)revelacin di-vina originaria, sin que sea necesa-rio deducirlo a partir de otras ver-dades. Esto no quiere decir, de todosmodos, que ha de estar explcita-mente revelado: puede descubrirsecomo implcita, pero forrnalmente re-velado a travs del desarrollo hist-rico-espiritual, de suerte que los mo-mentos intrinsecos puedan ponersde relieve desde un nuevo punto devista a partir de un momento ya co-nocido (-+dogmas [evolucin de los]).La Iglesia catlica llama fe divina(fides divna) a la fe en 1o formal-mente revelado, en cuanto revelado.So llama fe divina y callica (fildesdivina et catholica; -)dogma) a la[e en Io formalmente revelado, si esque esto, adems, ha sido propuestoexpresa y solemnemente por el ma-gisterio eclesistico. Est slo virtual-mente revelado 1o que puede dedu-cirse de la revelacin nicamente conayuda de otras verdades (->deducti-va [teologa]), -+hechos dogmticos).La mayor parte de los telogos lla-man fe eclesistica (fldes ecclesct:sti-ca) a la fe en lo virtualmente reve-lado, puesto que se cree inmediata-rente por razn de la autoridad delmagisterio de la -+Iglesia (cf. tam-bin -+doctrina catlica [verdades

    del). En la pregunta acerca de Porqu se cree en algo, hay que distin-guir entre el motivo de credibilidad(las razones por las que el testigo essuficientemente fldedigno Y Por lasque da testimonio de algo) Y el mo-tivo propio de la fe, es decir, la auto-ridad de Dios exclusivamente; delDioa veraz y flel que no Puede en-gaar a nadie cuando se revela a smismo (Dz 1789 2145): cf. +anli.sis de la fe.

    Segrin Ia teologa catlica, la oo-brenaturalidad, racionabilidad y li-bertad son caracteristicas esencialesdel acto de fe. La fe es sobrenaturalporque slo se hace Posible en vir-tud de una

    ->gracia sobrenatural in-terna. La tradicin catlica llama aesta gracia

  • Fe

    gen a los actos elevados tambin por1a gracia (cf. Dz 838 1789).

    c) Cf., adems, -+justiflcacin y,sobre la aceptacin por la fe delDios hecho hombre, -+Jesucristo.

    d) Puesto que la gracia que daorigen a la fe y nos la proporcionacapaafa al hombre para aceptar con-naturalmente lo credo (: la peso-na en quien cree), el creyente puedeenriquecer o aumentar sus conoci-mientos particulares ms all de loscontenidos de la fe; conocimientosque no estriban tanto en un procesoanaltico-lgico, cuanto en una cap-tacin del gnero . Lomismo puede decirse tambin de laIglesia en general, en cuanto que enella toma cuerpo una especie de , la inteligencia dela fe (J. A. Mhler), el sentido o con-ciencia de la fe. Esta conciencia deIa fe. ya atestiguada en la Escritura,toma, sin duda alguna, mucha par-te en la evolucin de los dogmas(->dogmas [evolucin de los]), espe-cialmente en los ltimos tiempos. Elmagisterio interpreta autnticamente;con todo, esta conciencia sigue exis-tiendo en la fe de la Iglesia total,est viva y puede madurar y crccercn el conocimiento de lo autntica-mente interpretado. En la medida enque esta conciencia es ra-cia santiflcante. Con todo, deberiatratarse ah con mayor claridad yafrontarso ms autnticamente laintimidad confiada que perteneceesencialmente al concepto neotesta-mentario de filiacin divina. Con elcoraje inaudito que slo Dios puede261

    Filosofia y teologia

    dar, llamamos Padre, y con razn, almisterio absoluto, al abismo, al jui-cio implacable.

    Filioque (latn : y del hijo). Adi-cin hecha por primera vez al credoniceno-constantinopolitar-ro, a f,nes dels. vII, por la Iglesia latina. Afirmaque el Espritu Santo procede del Pa-dre y del Hijo>> como de un prin-cipio hnico (-+Trinidad). Esta adi-cin no se impuso en todas partescon Ia misma rapidez; en Roma slo1o hizo hacia el ao 1000. Tropiezacon la resistencia de la Iglesia griegay constituye desde el ao 867 el pun-to central de Ios ataques conta traIglesia latina. Ahn hoy lo consideranIos griegos como raz6n del cisma, apesar del acuerdo completo a queambas partes llegaron tanto sobre lacuestin de contenido como srbreIa introduccin deL Filioque en elcledo en el concilio de -+Floren-cia (1439).

    Filosofia y teologia. El problemafundamental de las relaciones entrefilosofa y teologa podra formular-se de la manera siguiente: si llama-mos fundamentales a las ciencias queexplican Ia existencia en s misma yen su totalidad, por medio de ia re-flexin cientflca y sistemtica, pue-den la teologa y la filosofia serloambas, de manera que el hombreno pueda renunciar ni a la una ni ala otra sin incurrir en desconocimien-to de la esencia de una o de otra?(Es decir, si el hombre no se encuen-tra en la alternativa de ser o filsofoo telogo.)

    Para mayor claridad de la cues-tin, hay que indicar que la teologiacatlica es,tablece una diferencia esen-cial entre

    -)naturaleza y gracia, y,por consiguiente, entre conocimicntcognoscibilidadde Dios) y -+revelacin. Asi, llr tct>loga de por s no slo tolcra la filt

    *

    260 261

  • Filtx;ofia y teologasofa. sino que la exige. Por lo tan-to, no edifica la fe y la revelacinsobre el naufragio absoluto del hom-bre acional (como pecador), Ade-ms, la historia muestra que la -)teo-logia siempre ha pensado corr me-dios filosficos, y que, en contra del->modernismo y de toda -+religinde sentimiento, la teologa catlicamaniiene flrmemente la legitimidaddel siguiente hecho histrico: la re-velacin y la gracia tienen de ante-mano como dostinataio al hombreentero, es decir, tambin como ra-cional; y esta exigencia no es algosecundario dentro de la esencia dela religin. El cristiano creyente,como tal, vive de antemano la con-viccin de que el espritu, la natura-leza y la historia son creacin, reve-lacin y propiedad de Dios; del Diosque, en cuanto verdad nica, es fuen-te de toda realidad y verdad. y quetambin ha obrado la revelacin oralhistrica, consumando y elevandoa su creacin.

    Por tanto, para el cristiano, Io quese encuentra de un determi-nado y limitado mbito de la rea-lidad mundana (o sea, aqui la reve-lacin histrica, la Iglesia y Ia teo-logia) no por ello, ni mucho menos,se halla fuera del mbito de su Dios.Por consiguiente, el cristiano no ne-cesita absolutizar su teologa en per-juicio de la filosofa. Si lo hiciera,confundiria esa teologia con el Diosde ella. Precisamente el cristiano sabemuy bien que en el mundo hay un-pluralismo cuya unidad nadie pue-de controlar total y adecuadamentefuera de Dios.

    Ni siquiera la Iglesia y su teolo-ga pueden hacerlo, sin que esto im-plique, claro est, que pueda darseuna doble verdad. Si Ia filosofa debeser el dominio pleno del entendi-miento sobre la existencia humanaconcreta en toda su amplitud y pro-fundidad, tal como se da en la rea-263

    lidad; si incluso la filosofa ms tras-cendentalmente planteada tiene quedirigir su mirada a la histoia, enton-ces la filosofa no puede pasar poralto el fenmeno de la religin. Estoes claro, puesto que la religin, in-cluso donde se predica el

    ->atesmocomo el verdadero sentido de la exis-tencia, y con ello como . Pero esto no significa que,en la pluralidad de filosofa y teo-loga requerida por la teologa mis-ma, haya de ser siempre perceptiblepara el filsofo o telogo una s[te-sis positiva (conocida para Ia histori-cidad del hombre). La filtima unidadde su destino filosfico y teolgicopuede y tiene que dejarla el hom-bre en manos del Dios de la filoso-fia y de la teologa. quc siempre esmayor que una y otra.

    Fin designa el

  • Fin

    A esto llamamos fln objetivo. Tam-bin puede designar la intencin deun agente, y entonces recibe el nom-bre de fin subjetivo. El fln formaparte de los datos originarios de Iaexperiencia de un ente deveniente yordenado en ese devenir; ente quemateria, pues existe finicamentedetelminndola y realizndola, Dios,en el que no hay diferenciacin en-tre forma y materia que hay que in-formar y que nunca lo llega a sertotalmente, puede considerarse comoforma es-pritu, incluso en cuanto creado, Iibre e inmaterial,es forma y puede llamarse tambinforma formarum, pot analoga alpuro espiritu de Dios, puesto quede alguna manera el espiritu creadoabarca a todo ser. En la teologa sa-cramentaria se entiendo por forma lapalabra quo, sellando y llenndola desentido, angustia de la muerte' Coordina-da con la -+Prudencia, la fofialezano ha de ser una temeridad carentodo sentido.

    En Ia doctrina tradicional se con-funde frecuentementg la fortaleza conla indiferencia estoica (apata)'

    Fnto. En analogia con u signifi-cado biolgico, fruto, en sentido bi-blico-teolgico, es el producto do la

  • Gcneracionismo. Doctrina segnla cual los padres engendran el cuer-po y el alma del hijo a base de unelemento alma delhombre la producen los padres, fuecondenada por el magisterio (Dzl7O 533 1910); la doctrina de la Igle-sia es ms bien el

    -)creacionismo(Dz 2327). Por ms que el genera-cionisrno ha sido desechado tantopor la teologia como por las cien-cias naturales, todava quedan sinrcsolver algunos de los problemasplanteados por 1. As, p.ej., la gene-racin no tiene lugar a parti.r de unelemento inanimado. sino a partir deotro viviente. La ontognesis (des-arrollo del ser vivo a partir del ger-men) es un hecho cientflcamente es-tablecido, sin que la teologa hayallegado an a una idea plenamentesatisfactoria de la accin creativade Dios en orden a la produccin decada alma particular o sobre Ia uni-dad de accin de los padres y deDios en la generacin humana. Cf.--+hombre (crcacin del_.

    Gneros litcrarios. Concepto de la-Jexgesis y de Ia -)hermenuticaque designa las formas literarias oparticularidades estilsticas de los Ii-bros de Ia Sagrada Escritura. Comotodr literatura, puedcn dividirse ru-dimentariamente en pocsia y posa.Ms exactamente, Ia investigacinveterotestamentaria propone comogneros principales, pros (qs i-cluye sermones, oraciones y narra-:71

    Cciones), sentencias e himnos. En elNT, los gneros literarios desernpe-an un papel especialmente importan-te en las epstolas (en cuanto que,p.ej., pueden integrarse en ellas ser-monqs o himnos). El estudio espe-cial de los evangelios atendiendo alas partes de la tradicin, historia dela redaccin, etc., incumbe al mto-do de la historia de la forma. El sen-tido de esta distribucin de los litrosde la Sagrada Escritura consiste endeterminar el trasfondo concreto dedondo proceden tanto el fragmentoparticular como la composicin total,el llamado Sitz im Leben (siuncnh istrico-vital).

    Se puede determinar, con ms exac-titud do la lograda hasta ahora, si losIibros de Ia Escritura, y cules. hando considerarse como histricos: enqu sentido puede hablarse en elantiguo oriente y en sus diversaspocas do escritos histricos; qu esrevestimiento literario (eventualmen-te, interpretacin teolgica) y quproposicin hay que mantener comopropiamente histrica. La cienciabblica catlica se vio alentada. des-de Po xrr, a investigar con ernpeotales gneros literarios, cuya existen-cia supone frecuentemente el rnagis-terio. A ese respecto se habla inclusode la posibilidad de que los escrito-res biblicos hubieran utilizado esosgneros literarios de una manera norefleja (Dz 2294 Z3OZ). Con Ia deter-minacin exacta de esos gneros, elsentido de una proposicin no hn dequedar debilitado, sino al contrario,precisado con mayor exactitud; pues_to que tal sentido, contenido en li-

    bros procedentes de mbitos de cul-tura tan antiguos y de mentalidadestan distantes de la nuestra, con fre-cuencia no puede determinarse f-cilmente en toda su precisin con unasimple lectura. Con ello se hace ma-nifiesto tambin el autntico carc-ter de autor del escritor bblico, juntoa la -)inspiracin divina de la -+Sa-grada Escritura.

    Gloria de Dios. En la Escritura seconsidera como gloria de Dios elreconocimiento de la -->doxa deDios, tal como se muestra en sus di-versas (auto-)revelaciones. A esto res-ponden las numerosas doxologas(lrmulas dc acatamiento, que tenanya un lugar muy sealado en la-+liturgia de la comunidad primiti-va). En dogmtica, la gloria de Diosse considera a la vez corno Per,fec-cin ontolgica de Dios (-+santidadde Dios), perfeccin que se conoce yreconoce (gloria en sentido anal-gico), y tambin como confesin(alabanza, encarecimiento, glorifica-cin) de esta perfeccin, como re-conocimiento que trasciende a todolo dems. La gloria de Dios intenaes a la vez la autoposesin cognos-citiva y amorosa de Dios (gloria deDios formal). La externa (formal)es el conocimiento y reconocimientopor parte de la criatura. La interna(material y formal) se identifica conla comunicable (por medio de lacreacin y de la gracia) plenitud deser de Dios mismo, la cual, por suparte, constituye el

  • Gnosis

    to, una doxa).

    2. Esta gracia es en s un regaloindebido al hombre' Indebido nomeramente en cuanto que es Pecador,es decir, en cuanto que el hombrese cierra a este autoofrecimiento deDios y a la voluntad divina expresadaen la realidad humana total, sino yacon anterioridad al pecado (-+estadooriginal). A fin de que esta -auto-comunicacin de Dios no venga adesvalorarse, por razn de su acepta-cin por Parte del hombre finito(segn la esencia Y medida de Iacriatura flnita) conrtindose en unacontecimiento que no sale del m-bito de lo meramente finito, Paraque no se destruYa as la autocomu-nicacin de Dios en cuanto tal, in-cluso la aceptacin de la gracia tieneque estar ustentada Y llevada PorDios mismo, no menos que el donmismo. La autocomunicacin obra,en cuanto tal, su acePtacin. La Po-tencia actual y la ltima determina-cin al acto de aceptacin son asi-mismo gracia totalmente indebida.

    3. Esta libre autocomunicacin deDios en *gJesucristo y en su Espritutiene que ser aceptada por la criaturaespiritual en una asociacin dialogaligualmente libre; lo cual upone unaconstitucin permanente del hombre,establecida libremente por Dios, queen primer lugar, precede a la autoco-municacin de Dios de tal manera,

    276 2'78

  • Grcia

    que el hombre tiene que aceptar estaltima como favor que Ie potencia obediencial, *>exis-tencia sobrenatlrral) y aunque, si larechaza, se hunda en la desgraciacon toda su esencia. En segundo lu-gar, fal constitucin sigue persistien-do (en el modo de lo sin sentido)aun cuando el hombre se cierra a lacitada manifestacin de Dios. A esie, a este presupuesto deIa autocomunicacin de Dios, se lellama, dentro de la filosofa cat-lica, -+naturaleza del hombre (-)na-turaleza y gracia).

    4. En este sentido, la gracia de laautocomunicacin divina es )s6!s-naturab>. Con otras palabras, no esdebida en manera alguna al hombre,ni a las dems criaturas, ni antesde que se hiciera indigno de ella co_mo pecador. Es decir, todava no,iene dada con su esencia inalienable,con su -->(. por lo tanto. es algo que Dios puedenegar al hombre aunque no hubieral pecado.

    5. Las aflrmaciones del magister:ioe-clesistico se ocupan, sobre todo,de Ia sobrenaturalidad de la gracia(Dz 475 l0t7 e.p. 1385 1516 17861789 2318). Asi se implanta el funda_nrento (de la +justificacin)por antonomasia y como sobrenaturalen todo rigor es primariamente elmismo Dios que so comunica junta-mente con su esencia. Es decir, gra-cia increada (c{. tambin Japro-piacin, -+inhabitacin,

    ->pneum*,->gracia santificante, +justificacin).I)e aqui que quede excluida unaconcepcin objetivista de la graciaque dejara sta a la autnoma dis-posicin del hombre; exclusin ra-dical, r.aledera desde cualquier pun-to de vista. La doctrina del Triden-tino acerca de la gracia >(Dz 800 821) no pretende discutiresto, ni se expuso {rnicamente enorden al problema de la distincinentre gracia ceada e increada (tam-bin se nombra sta: Ez 799 898).En el Tridentino slo se quiere aflr-nlar que la justificacin do un hom-bre en la constitucin de una nuevacriatura. de un templo verdadera-mente habitado por el Espritu Santo,en virlud de un nuevo nacimien(o t-rgeneracin; el hombe queda asiungido y sellado con el Espritu yvuelve a nacer de Dios. La doctrinadei Tidentino afirma, adems, quea este justificado no slo se le absuelto de forma foren-se, es decir, corno sil) estuvierajustificado, sino que realmente e.v unjustificado (Dz 799 s 821). Precisa-mente el concepto de gracia increadaimplica que el hombre mismo, ens, queda verdaderamente transfor-nrado o transceado por esa auto-cornunicacjn de Dios; que, por lotanto. se da, en este sentido, unagracia (z 129-142160a 811 ss). Pero, partiendo delmagisterio obligatorio de la Iglesia,se da una distincin entre gracia ac-tual sobrenatural, elevante, y graciahabitual, slo en cuanto que es d.f.que el no justificado realiza actos salu-tiferos con los que se prepara parala justificacin ayudado por la graciapreveniente (Dz 797), gracia que esdel todo necesaia en orden a la cita-da justificacin. El oentido de estadistincin, en cuanto que es obligato-ria, slo afirma lo siguiente: habi-tual es la gracia en cuanto que laautocomunicacin de Dios al hombrequeda establementE ofrecida al hom-bro desde el bautismo, y en cuantoque queda libremente aceptada enlos adultos. Se llama baecianismo comrdel -+molinismo, esa distincin scfunda en la eleccin divina, a pcsardo la libertad humana 61 la accpta-cin o resistencia de esa gracia. I-ir

    2rJ2

    lI

    I

    il

  • Gracia

    gracia actual es inspiracin e ilumi-nacin (Dz 135 ss 180 7n l52l 1791).No slo se la considera indebida(Dz l35s 797s 801 1518), sino tam-bin en el mismo sen-tido que la gracia de la justificacin(cf. Dz 1789ss). En consecuencia,no consiste meramento en circunstan-cias externas, preparadas por la-+Providencia divina, que favorecenla actuacin religiosa del hombre,sino que es gracia en elmismo sentido que lo es la graciasantificante.

    ll. El hombre sigue siendo librea pesar del ->pecado original y dela -+segupiscencia (Dz 792s 798814 ss); as pues, acepta o rechazala gracia preveniente con libertad(Dz 1.34 140 l60a 196 793 1093e.p. l79l 2305). En esta medida hayque hablar de una > infuso o la prevenientegracia suficiente), sino el mismo asen-timiento libre, es gracia de Dios(Dz 116 s 182 e.p.). Por 1o tanto, lagracia es asimismo la que liberanuestra ->libertad para obrar Ia sal-vacin, dndonos nuestra capacidady el acto mismo ejercido por tal ca-pacidad, de manera que la posicinde esta libertad con respecto al o al frente a Dios no es unaopcin autnoma y emancipada (M,200 321 s 325), sino que alli dondeel hombre dice , realiza su pro-pia obra, y alli donde dice

  • ,Gracia (teologa de la)cimiento de la vida de la gracia ode la vida en gracia y su precariedad,en virtud de la pecaminosidad per-manento del cristiano, las formas fun-,damentales de la vida espiritual, el,aspecto eclesiolgico activo de la'vida en gracia: )carisma, -+vqg-,cin, testimonio.

    Gracia sartificante. El NT conoce,como obra gratuita de Dios en elhombre g -+justificacin que no:sIo es una promesa escatolgica oun saldar la cuenta meramente ex-terno, sino el bien interno y estable,de la , que se nos da en elsuceso (en s) irrepetible de la -'>me-lanola, del hacerse creyente y del->bautismo. Segrin las enunciacio-nes de la Escritura, esto no es sinouna nueva creacin, un ser trado dela muerte a la vida, un segundo naci-miento desde arriba y, ante todo, lacomunicacin del ->Pneuma divino(-+Espritu Santo, *)inhabitacin),que es la misma realidad verdade-ramente transformadora de Dios(2 Petr l, 4). A esta participacin.estable, interna y eficiente del Espiritu de Dios junto con sus efectos,Io llama la teologa catlica graciasantificante.

    La doctrina catlica acerca de Iagracia santificante se encuentra con-densada en las proposiciones del con-cilio de Trento. All se afirma, con-tra Ia concepcin reformista de Iajustificacin, que en sta se borranverdaderamente los pecados, por loque el hombre, de pecador, se convier-te en justo, y esto (Dz 796 799) sola-mente por obra, indebida e inmere-cible, de Dios en Ia gracia. En esteperdn queda cl hombre transfor-mado y santificado intrnsecamente;se verdaderamente la gra-cia y los dones (lo cual no signficaque pueda disponer de ellos a suantojo) de tal manera, que a estagracia se la caracteriza como ,

  • Hbito. En la filosofa aristotlico-tomista se llama hbito a una de-terminacin de la