Dictadura Militar Argentina 2

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Dictadura militar Argentina (1976- 1983) Cuando recordamos la dictadura militar que vivimos en la Argentina, pensamos en los desaparecidos, la plata dulce, la guerra de Malvinas, etc., Lo que mucha gente no sabe, es que estos hechos y muchos más fueron piezas de un macabro rompecabezas destinado a reformar, o reorganizar a la Argentina, para volver a convertirla en un país agro-exportador con participación política restringida a una élite. Los hechos destacados anteriormente son los resultados de las medidas tomadas para convertir a este país altamente movilizado y con el ingreso muy distribuido en una granja productora de materias primas de riqueza concentrada. Estado Terrorista y modelo económico neoliberal fueron las dos caras de una misma moneda: el ejército se encargó de destruir físicamente las bases de apoyo y resistencia de los sectores progresistas, sindicatos y organizaciones de izquierda, y Martínez de Hoz se ocupó de acabar con sus fuentes de alimentación: el Estado Benefactor y la industria. Y "si la industria sobrevivía a su ataque, era probable que lo lograse en bloques aún más concentrados". Quizás el análisis de tan vasto tema sea un tanto utópico dentro de las limitaciones de una monografía, hoy nos queda la sensación de que el Estado terrorista ha pasado, y no hay perspectivas de que vaya a volver, pero sus consecuencias están entre nosotros: dependencia, caída del salario real, desocupación, concentración económica, desindustrialización, y por último una de las más profundas heridas sufrida en el corazón mismo del pueblo argentino, los más de 30.000 desaparecidos, 30.000 ciudadanos de esta tierra condenados, torturados, y muertos sin ningún tipo de juicio justo, aunque todos sabemos que la tortura y demás tormentos no son justificados bajo ningún punto de vista, menos por pensar diferente como lo fue, quizás la gran causa de la mayoría de estas desapariciones; Gran testimonio de estos ilícitos a gran escala, es decir en el ámbito nacional, lo encontramos en las paginas del informe de la CONADEP, en donde encontramos información relevante sobre los diversos modos de secuestro y tortura de personas, los centros clandestinos de detención, testimonio de las víctimas etc. Es decir todos los componentes de esta sangrienta máquina, que aun hoy nos cuesta comprender lo que en nuestro país produjo. A continuación, talvés sea necesario ubicarnos de modo temporal, tomando como arista la cuestión económica y tratar de fijar dos aspectos del contexto global, el contexto internacional y el nacional Contexto Internacional Desde la segunda posguerra el mundo vivió dos décadas de bonanza económica que hicieron creer que el crecimiento sostenido indefinido era posible. El consenso keynesiano imperante en el momento permitía una alta redistribución hacia los sectores de bajos recursos, necesario para poder consumir la gran cantidad de productos generados por el fordismo. Sobre fines de la década del ‘60 y principios del ‘70 se empezó a frenar este ritmo de crecimiento, y el mundo se sumó en una recesión, sacudido por crisis múltiples: energética, de productividad, del Estado Benefactor, etc. El capitalismo debió transformarse para fortalecerse y surgió un nuevo patrón tecnológico-productivo, que a su vez provocó una mayor concentración de capitales necesaria para afrontar estas transformaciones. Es en esta época en que comienza a agrandarse la brecha entre ricos y pobres, contrarrestando el efecto de acercamiento de las décadas pasadas. Los sectores conservadores toman fuerza cuestionando la ineficiencia del Estado distribucionista y así ascienden los gobiernos de Margaret Tatcher en el Reino Unido y Ronald Reagan en EEUU. A mediados de la década del ‘70, el mundo industrial enfrentaba dos problemas: la sobreabundancia de petrodólares, producto de la crisis del petróleo de 1973, y el exceso de stock por la recesión mundial. Alguien encontró la solución: se concederían préstamos a bajo interés a los países periféricos para que comprasen mercaderías importadas. Desde 1975 hasta 1981 la deuda externa de América Latina creció un 25% anual, representando en 1982 el 80% del PBI de la región. Además de destruir con las importaciones gran parte de la industria nativa, el producto de la deuda externa fue una mayor dependencia de los países deudores con respecto a sus acreedores, que cada vez con más poder pudieron decidir y vetar las políticas económicas periféricas que no convenían a sus intereses. También las multinacionales; Jacqes Maisonrouge, ex- presidente de la IBM, afirma "¿cómo puede un gobierno nacional establecer un plan económico con un mínimo de confianza, si un Consejo Directivo reunido a ocho mil kilómetros puede estar modificando la política de compras o de producción de un modo que debe afectar fundamentalmente la vida económica de un país?". Contexto Nacional Desde la muerte de Perón el 1º de julio de 1974 y la asunción de su esposa María Estela Martínez bajo la conducción derechista de López Rega, el país se fue sacudiendo cada vez más. El frente peronista se fracturó y la actividad guerrillera se consolidó y agrandó. Los Montoneros decidieron "volver a la resistencia" clandestina, abandonando definitivamente la esfera legal, acercándose cada vez más al ERP y al terrorismo político, cuyas víctimas muchas veces eran civiles que no integraban el gobierno ni las fuerzas de seguridad. A principios de 1976, cada cinco horas se cometía un asesinato político y cada tres estallaba una bomba. Además de la violencia política reinante, la inquietud obrera se estaba generalizando de nuevo. A pesar de que las huelgas estaban prohibidas, importantes sectores del movimiento obrero recurrieron a ellas, así como a marchas de hambre, trabajo a reglamento y manifestaciones callejeras, en un esfuerzo destinado a cambiar la política económica del gobierno. Con una

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Dictadura militar Argentina (1976-1983)

Cuando recordamos la dictadura militar que vivimos en la Argentina, pensamos en los desaparecidos, la plata dulce, la guerra de Malvinas, etc., Lo que mucha gente no sabe, es que estos hechos y muchos ms fueron piezas de un macabro rompecabezas destinado a reformar, o reorganizar a la Argentina, para volver a convertirla en un pas agro-exportador con participacin poltica restringida a una lite. Los hechos destacados anteriormente son los resultados de las medidas tomadas para convertir a este pas altamente movilizado y con el ingreso muy distribuido en una granja productora de materias primas de riqueza concentrada. Estado Terrorista y modelo econmico neoliberal fueron las dos caras de una misma moneda: el ejrcito se encarg de destruir fsicamente las bases de apoyo y resistencia de los sectores progresistas, sindicatos y organizaciones de izquierda, y Martnez de Hoz se ocup de acabar con sus fuentes de alimentacin: el Estado Benefactor y la industria. Y "si la industria sobreviva a su ataque, era probable que lo lograse en bloques an ms concentrados". Quizs el anlisis de tan vasto tema sea un tanto utpico dentro de las limitaciones de una monografa, hoy nos queda la sensacin de que el Estado terrorista ha pasado, y no hay perspectivas de que vaya a volver, pero sus consecuencias estn entre nosotros: dependencia, cada del salario real, desocupacin, concentracin econmica, desindustrializacin, y por ltimo una de las ms profundas heridas sufrida en el corazn mismo del pueblo argentino, los ms de 30.000 desaparecidos, 30.000 ciudadanos de esta tierra condenados, torturados, y muertos sin ningn tipo de juicio justo, aunque todos sabemos que la tortura y dems tormentos no son justificados bajo ningn punto de vista, menos por pensar diferente como lo fue, quizs la gran causa de la mayora de estas desapariciones; Gran testimonio de estos ilcitos a gran escala, es decir en el mbito nacional, lo encontramos en las paginas del informe de la CONADEP, en donde encontramos informacin relevante sobre los diversos modos de secuestro y tortura de personas, los centros clandestinos de detencin, testimonio de las vctimas etc. Es decir todos los componentes de esta sangrienta mquina, que aun hoy nos cuesta comprender lo que en nuestro pas produjo. A continuacin, talvs sea necesario ubicarnos de modo temporal, tomando como arista la cuestin econmica y tratar de fijar dos aspectos del contexto global, el contexto internacional y el nacional

Contexto Internacional

Desde la segunda posguerra el mundo vivi dos dcadas de bonanza econmica que hicieron creer que el crecimiento sostenido indefinido era posible. El consenso keynesiano imperante en el momento permita una alta redistribucin hacia los sectores de bajos recursos, necesario para poder consumir la gran cantidad de productos generados por el fordismo.

Sobre fines de la dcada del 60 y principios del 70 se empez a frenar este ritmo de crecimiento, y el mundo se sum en una recesin, sacudido por crisis mltiples: energtica, de productividad, del Estado Benefactor, etc. El capitalismo debi transformarse para fortalecerse y surgi un nuevo patrn tecnolgico-productivo, que a su vez provoc una mayor concentracin de capitales necesaria para afrontar estas transformaciones. Es en esta poca en que comienza a agrandarse la brecha entre ricos y pobres, contrarrestando el efecto de acercamiento de las dcadas pasadas. Los sectores conservadores toman fuerza cuestionando la ineficiencia del Estado distribucionista y as ascienden los gobiernos de Margaret Tatcher en el Reino Unido y Ronald Reagan en EEUU. A mediados de la dcada del 70, el mundo industrial enfrentaba dos problemas: la sobreabundancia de petrodlares, producto de la crisis del petrleo de 1973, y el exceso de stock por la recesin mundial. Alguien encontr la solucin: se concederan prstamos a bajo inters a los pases perifricos para que comprasen mercaderas importadas. Desde 1975 hasta 1981 la deuda externa de Amrica Latina creci un 25% anual, representando en 1982 el 80% del PBI de la regin. Adems de destruir con las importaciones gran parte de la industria nativa, el producto de la deuda externa fue una mayor dependencia de los pases deudores con respecto a sus acreedores, que cada vez con ms poder pudieron decidir y vetar las polticas econmicas perifricas que no convenan a sus intereses. Tambin las multinacionales; Jacqes Maisonrouge, ex-presidente de la IBM, afirma "cmo puede un gobierno nacional establecer un plan econmico con un mnimo de confianza, si un Consejo Directivo reunido a ocho mil kilmetros puede estar modificando la poltica de compras o de produccin de un modo que debe afectar fundamentalmente la vida econmica de un pas?".

Contexto Nacional Desde la muerte de Pern el 1 de julio de 1974 y la asuncin de su esposa Mara Estela Martnez bajo la conduccin derechista de Lpez Rega, el pas se fue sacudiendo cada vez ms. El frente peronista se fractur y la actividad guerrillera se consolid y agrand. Los Montoneros decidieron "volver a la resistencia" clandestina, abandonando definitivamente la esfera legal, acercndose cada vez ms al ERP y al terrorismo poltico, cuyas vctimas muchas veces eran civiles que no integraban el gobierno ni las fuerzas de seguridad. A principios de 1976, cada cinco horas se cometa un asesinato poltico y cada tres estallaba una bomba. Adems de la violencia poltica reinante, la inquietud obrera se estaba generalizando de nuevo. A pesar de que las huelgas estaban prohibidas, importantes sectores del movimiento obrero recurrieron a ellas, as como a marchas de hambre, trabajo a reglamento y manifestaciones callejeras, en un esfuerzo destinado a cambiar la poltica econmica del gobierno. Con una inflacin mayor a la de Alemania en el perodo 1921-1922, y al borde de la cesacin de pagos internacionales, el gobierno constitucional haba perdido el control de las variables claves del manejo econmico. Ante el caos econmico, poltico y social, las FFAA lideradas por Videla actuaron sagazmente, sin intervenir hasta que la situacin empeor hasta tal punto que los civiles fueron a golpear las puertas de los cuarteles. As probaron la absoluta falencia del rgimen constitucional y lograron que la opinin pblica apoyase o se resignase nuevamente ante la opcin militar. Se puede decir que el golpe del 24 de Marzo fue, a grosso modo, la reaccin militar al perodo abierto con las grandes movilizaciones populares de fines de la dcada del 60 (Cordobazo, etc.) ante la incapacidad de las gestiones peronistas para neutralizarlas. Ya que la evolucin de estas luchas no pretenda slo provocar la cada de un gobierno, sino ms bien, y fundamentalmente, transformar las relaciones socio-econmicas del pas y reubicar a la Argentina en el plano internacional, sta no fue una intervencin militar como tantas en la historia argentina contempornea. Esta vez las FFAA y sus aliados decidieron que el "problema argentino" era estructural, por lo que aplicaron soluciones estructurales.

2. Proceso de reorganizacin nacional

Es imposible dividir de forma seria los objetivos, acciones y efectos logrados por el Proceso, ya que no hay reorganizacin econmica sin reorganizacin poltica y cambio de mentalidad cultural, (y viceversa). Por lo tanto, para una mejor comprensin terica y coherencia explicativa, diferenci los aspectos polticos de los econmicos y de los socio-culturales. Es importante aclarar que la interrelacin que hay entre los tres aspectos es tal que se hace indispensable comprender correctamente a los tres para tener una slida idea de lo que el Proceso de Reorganizacin Nacional signific para el pas. Pero antes de ir al detalle de estos tres aspectos conviene hacer una breve resea de los hechos, protagonistas, y como se proponan lograr sus objetivos El 24 de marzo de 1.976, la Junta de los Jefes (integrada por el Gral. del Ejrcito Jorge Rafael Videla, el Almirante Emilio Eduardo Massera de la Marina y el Brigadier Orlando Ramn Agosti de la Aeronutica), se hizo cargo del poder y comenz el Proceso de Reorganizacin Nacional. El caos econmico, las luchas facciosas, la muerte presente cotidianamente, la accin de las organizaciones de las guerrillas, y el terror sembrado por la Triple A (Alianza Anticomunista Argentina, organizacin de Derecha , que de una forma "simblica" estaba a favor y apoyando al ejrcito, pero que en realidad su fin era el de tomar el poder enemigo y poltico luego de acabar con la subversin), crearon las condiciones para la aceptacin de un golpe de estado que prometa restablecer el orden y asegurar el monopolio estatal de la fuerza. Estas fuerzas se guiaban por los hechos, los cuales les resultaban amenazantes, y se prepararon para defender su territorio. De esta manera pusieron en marcha las siguientes "operaciones de aislamiento" : Las realizadas por los grupos paramilitares que logran aislar a las organizaciones armadas de su base social. El ms importante, por la frecuencia y la envergadura de sus acciones, fue la "Triple A", que tena asesoramiento poltico y participacin directa en la formacin militar. Los secuestros, que eran la forma en la que el rgimen constitua sus prisioneros. Consista en la detencin ilegal de personas buscadas, sin orden judicial, con la cooperacin de la polica del lugar, y sin informar a la familia del destino del secuestrado. Las familias de los secuestrados que buscaron asesoramiento jurdico para encontrarlos, descubrieron que eso tambin era "peligroso", (entre 1.976 y 1.978 desaparecieron 107 abogados defensores). El terror que se provocaba en la sociedad, reforzado por la propaganda del rgimen militar que culpaba a las familias por la actividad "subversiva" de los prisioneros. Otro dato es que casi un 35% de los familiares slo hicieron la denuncia de la desaparicin ante la CONADEP (creada recin en 1.984), es decir, que unas 3.000 familias esperaron aproximadamente 6 aos para denunciarlos. Los campos de concentracin (contabilizados alrededor de 340 centros clandestinos de prisioneros en todo el pas), donde se los torturaba y hasta se los asesinaba. Gracias a la liberacin de unos 1.000 prisioneros , que lograron irse al exterior, fue que pudo obtenerse ms informacin sobre lo que ocurra dentro de estos campos de concentracin. stos, fueron principalmente "campos de tortura prolongada y sistemtica", ya que el exterminio se haca casi siempre fuera de ellos, en los llamados "traslado de prisioneros". Se calcula que por cada detenido eran necesarias alrededor de 10 personas, lo que seran 100.000 miembros directamente comprometidos con la fuerza y el proceso de aniquilamiento. El 1% de los desaparecidos fueron denunciados por personal subalterno de las Fuerzas Armadas o de seguridad.

Aspecto poltico durante el proceso La situacin de la Argentina a mediados de los 70 era muy particular: el proletariado gozaba de una situacin econmica y poltica considerablemente positiva, tomando en cuenta variables tales como la participacin del salario en el ingreso nacional (que lleg a su punto ms alto en la historia argentina en 1973, cuando el salario participaba de la Renta Nacional en un 45%) y la incidencia de los sindicatos y otras agrupaciones obreras en el poder poltico. En suma, el pas estaba muy movilizado polticamente; las guerrillas eran slo la porcin ms radicalizada de todo el espectro social que directa o indirectamente apoyaba cambios en la estructura socio-econmica de la Argentina. Las FFAA asumieron el poder con el objetivo de "terminar con el desgobierno, la corrupcin y el flagelo subversivo". Pero hay que examinar con detencin qu es la "subversin" para estos hombres para comprender su accionar sobre la sociedad argentina. Videla dijo alguna vez que "un terrorista no es slo el portador de una bomba o una pistola, sino tambin el que difunde ideas contrarias a la civilizacin cristiana y occidental". Aclarando ms el panorama, el entonces gobernador de la provincia de Bs. As., general Ibrico Saint Jean, declar: "Primero vamos a matar a todos los subversivos, despus a sus colaboradores; despus a los indiferentes y por ltimo a los tmidos". El esquema poltico-institucional que las FFAA queran aplicar necesitaba de un modelo poltico que evitara la organizacin y los reclamos sociales y que desmantelara las estructuras gremiales, por lo tanto entre las primeras medidas de gobierno se encontraron la suspensin, por tiempo indeterminado, de las actividades polticas y gremiales de todo orden. Se intervino la CGT, la CGE, las 62 organizaciones y la Cruzada de la Solidaridad. Luego se elimin el fuero sindical, se suspendi el derecho de huelga y se prohibi, en forma absoluta, la actividad de los partidos de izquierda, como ser: Comunista Revolucionario, Socialista de los Trabajadores, Poltica Obrera, etc. Se depur la administracin pblica de agitadores mediante la Ley de Prescindibilidad y se intervinieron todas las asociaciones gremiales. Se comunic a la poblacin que "ser severamente reprimida toda manifestacin callejera; [...] que todas las fuentes de produccin y lugares de trabajo estatales y privados, a partir de la fecha sern considerados de inters militar", y que "se expulsar del territorio nacional a extranjeros que afecten la paz social". Por el comunicado N 19 se inform a la poblacin que seran recluidos por tiempo indeterminado todos aquellos que "difundieran actos, palabras o imgenes de personas o grupos considerados subversivos o terroristas". Tambin se sac de circulacin a la prensa poltica: Nuevo Hombre, Nuestra Palabra, Tribuna Popular, Posicin Nacional, etc. Si no eran cerrados directamente, eran "advertidos" e insinuados para que discontinen su trabajo, como fue el caso de la revista Sucesos del Partido Intransigente, o de Cuestionario, revista que por entonces diriga Rodolfo Terragno. La noche anterior y el mismo da del golpe, los militares ocuparon los principales complejos fabriles con listas negras en las manos. All comenz la cacera de toda una generacin de dirigentes medios y activistas de base que fueron secuestrados, torturados y asesinados en la clandestinidad. Aqu reside una de las claves del Proceso de Reorganizacin Nacional: este conjunto social de individuos movilizados polticamente tarda dcadas en aflorar nuevamente. Si a esto le sumamos el implante del miedo y el "no te mets", no es difcil entender la posterior desmovilizacin de la sociedad.

Aspecto econmico durante el proceso El plan econmico de Martnez de Hoz puede sintetizarse en los siguientes puntos:

o Rebaja de un 40% en los salarios, comparados con el quinquenio anterior. o Reformas a la Ley de Contrato de Trabajo y eliminacin de las convenciones colectivas. o Establecimiento de una creciente regresividad en el sistema impositivo, mediante el aumento de los impuestos indirectos (IVA, etc.) y la disminucin de los indirectos (ganancias, riqueza). o Eliminacin de las retenciones a las exportaciones agropecuarias y de los subsidios a las exportaciones no tradicionales. o Progresiva reduccin de los aranceles a la importacin. o Apertura total a los capitales extranjeros: igual trato al capital nacional que al extranjero y reduccin de los plazos de entrada y salida de dichos capitales. o Liberacin de los mercados de cambio y financiero. o Reduccin del gasto pblico a travs de la racionalizacin del empleo y la privatizacin de empresas nacionales. o Presupuesto Nacional: Aumento en Defensa y Seguridad y reduccin en Educacin, Salud y Vivienda. o Poltica de transferencias del Estado hacia los grupos econmicos, mediante los mecanismos de estatizacin de la deuda privada, la Ley de Promocin industrial y las polticas de compra del Estado.

El sistema financiero tuvo un rol fundamental en la ubicacin y reasignacin de recursos en contra de los asalariados y a favor del sector ms concentrado del capital. "La reforma financiera acab con una de las herramientas del Estado para la transferencia de recursos entre sectores: la regulacin de la tasa de inters, la existencia de crdito a tasas negativas y la distribucin de este subsidio segn normas y prioridades fijadas por las autoridades". Las altas tasas de inters superaban por mucho a las de ganancia (por producir), por lo que "ninguna actividad era rentable ni poda competir contra la especulacin". Una de las consecuencias ms caractersticas del PRN fue la concentracin de capital, la cual se estimul a travs de la estatizacin de la deuda privada, la implementacin de las leyes de promocin industrial y la poltica de compras del Estado. Los resultados de estas polticas fueron:

o Aumento de la especulacin en detrimento de la produccin o Desindustrializacin o Deuda externa o Concentracin econmica o Institucionalizacin de la inflacin o Cada del salario real o Deterioro de los servicios pblicos o Incremento en los niveles de pobreza

Con respecto al segundo punto, a mediados de la dcada del 70, las exportaciones de manufacturas haban alcanzado por primera vez en la historia econmica nacional el 50% de las ventas totales del pas, pero la industria no pudo superar la prdida de su proteccin, la competencia de las importaciones, el encarecimiento un 20% en los primeros cinco aos. Para marzo de 1981 "exista una frrea concentracin industrial, una fuerte capitalizacin del campo, la comercializacin de los granos estaba en manos de grandes empresas cerealeras y el Estado argentino estaba endeudado en ms de 17.000 millones de dlares, a los que se sumaba un endeudamiento privado -por parte de las empresas residentes en el pas- de casi 12.5000 millones de dlares. En total, una deuda bruta, al 31 de marzo de 1981, de 29.587 millones de dlares." Queda claro que la apertura econmica de Martnez de Hoz signific abrir el mercado interno a la competencia exterior, y no expandir la produccin local con destino al mercado externo. La brecha tecnolgica que en los veinte aos anteriores se haba reducido, volvi a ensancharse de manera irreversible. "Al final de la transformacin que condujo Martnez de Hoz, el poder econmico se concentr de tal modo en un conjunto de grupos empresarios, trasnacionales y nacionales, que la puja corporativa y la negociacin ya no fueron siquiera posibles"

Aspecto sociocultural durante el proceso El objetivo de la accin antisubversiva de los militares era clara: no slo se deba exterminar a los guerrilleros, sino que se deba acallar a la sociedad toda, mediante un bombardeo psicolgico destinado a romper los lazos de solidaridad que unan a la sociedad para instalar el individualismo y el "slvese quien pueda". Esto se logr mediante diversas acciones: Desaparecidos: Mientras que la dictadura chilena tiraba al ro a las vctimas del Estado terrorista para que todos los vieran, el proceso militar argentino invent una nueva figura jurdica. La "desaparicin" de una persona llevaba a sus familiares y amigos a una situacin de incertidumbre, inaccin y temor por lo que sus propias acciones pudieran causarle al detenido-desaparecido, en caso de que ste estuviese con vida. O sea, haba temor a que la denuncia, la bsqueda y la movilizacin de sus seres queridos causaran dao al desaparecido, si este se encontraba con vida. Programa econmico de especulacin y desindustrializacin: Busc romper con la tcita alianza de las clases medias con las bajas. Represin cultural: Censura y promocin de la autocensura, quema de libros, violencia contra profesionales de relevancia social (periodistas, prrocos populares, psiclogos, abogados, educadores, escritores, actores, etc.) El sistema educativo fue reformado para que encajara con el rgimen y su programa: Listas de antecedentes en los ingresos a las facultades, represin en los establecimientos, modificacin del sistema pedaggico, etc. Se prevenan "futuros subversivos" retrasando el aprendizaje de la lectoescritura hasta tercer grado (slo "podan" aprender 13 letras por ao) y prohibiendo la enseanza de la teora de los conjuntos en matemticas. A los universitarios, demasiado grandes para reformarse, se los reprima y exterminaba. La insercin de "terror" es comentada por Victor de Gennaro en un debate organizado por el diario Pgina/12 con motivo del vigsimo aniversario del golpe militar: "[...] Hubo un proyecto sistemtico de meternos el terror en cada clula, en cada hueso, para que no nos acordemos de lo fundamental que significa querer ser, con autodeterminacin, defensores de un proyecto nacional y popular. Queran quebrarnos esa capacidad de construir lo nuestro, ese derecho que tenemos a ser poder en nuestro propio pas. Haba que quebrar esa capacidad, haba que imponer un modelo econmico, social y cultural del slvese quien pueda. Para sobrevivir haba que mentir, haba que desconocer la identidad, el de al lado era un peligro, era alguien que comprometa, haba que pensar nada ms que en uno, como si esa fuera la opcin."

No fue slo miedo lo que provoc el individualismo, aunque este fue su ingrediente fundamental. La censura y la autocensura (se emitan avisos televisivos con la frase "El silencio es salud" como consigna) se combinaron con la nueva doctrina liberal impuesta desde el Estado. La ideologa del "slvese quien pueda" se acreditaba en el dinero fcil que las actividades especulativas provean. El que produca, quebraba, el que "inverta" en la bicicleta financiera se salvaba. Al crecimiento industrializado colectivo, en el cual todos los sectores recogen los frutos del progreso, se opona un nuevo modelo de "quita de ganancias" individualista, en el cual el progreso era personal y a costa de los dems. La "economa imaginaria" de la plata dulce y el "deme dos" sumado a la represin en todos los mbitos de la vida civil, lograron romper muchos lazos de solidaridad que haba en la comunidad. "Aunque los salarios y los beneficios de los industriales eran muy bajos, la prensa se hallaba amordazada y los sindicatos acobardados, gran parte de la poblacin encontraba solaz en la especulacin y la compra de artculos importados baratos". Si no, cmo se explican las tristemente clebres frases "algo habr hecho", "por algo ser" y "no te mets" en una sociedad que no muchos aos antes vea con algo de simpata y mucho de esperanza las acciones guerrilleras que, al menos en sus prdicas, queran "cambiar el mundo"? La sociedad argentina, acostumbrada a hechos como estos slo publicados a travs de las crnicas de otros pases, tena miedo, miedo de saber, de tener algn tipo de informacin, de estar enterado de algo. "El silencio es salud", siniestra irona escrita en carteles, para anunciar en un lugar donde se cometan aberraciones, en busca de quebrar el silencio heroico de las vctimas. La sociedad ya no slo extraaba el hecho de poder votar, sino tambin el de poder decir lo que pensaban, tener ideales polticos diferentes a los impuestos. A cambio de estas privaciones, tenan constantes amenazas. De la manera en que se presentaban los hechos, parte de la sociedad decidi exiliarse, ya sea por razones polticas o laborales, en el exterior o, en otros casos, en las provincias. En el plano educativo, la censura y la mentira tambin estaba presente. Los libros eran "transparentes", frvolos, en ellos no existan la mezquindad ni el crimen. As mismo, la msica tambin estaba reprimida los actos de protesta y los cantos populares estaban titulados en su totalidad como "subversivos". El 80% de los ciudadanos argentinos que entre 1.976 y 1.983 cursaban la escuela secundaria, no recuerda sobre su vida social y/o salidas estudiantiles, tampoco las canciones que escuchaban ni los cantos populares de protesta. El 17,4%, que perteneca a la clase alta, pareca haber vivido en otro planeta, aislados del mundo. El 3,6% prefiere no opinar del tema, por miedo a nuevos actos represivos. La gente conoca la verdad de lo que estaba ocurriendo, pero la violencia haba llegado a tal grado que se sentan intimidados y no se animaban a hablar. Luego de los 2 primeros aos fue evidente que la poltica econmica no funcionaba y empez a notarse cada vez ms el problema de los desaparecidos. Fue all cuando la sociedad, el pueblo argentino, se volvi en contra de los militares. Una concluida esta modesta y pequea sntesis de los aspectos ms importantes de la dictadura o mejor dicho del Proceso de Reorganizacin Nacional, por ltimo no me queda ms que centrarme en una de las consecuencias ms dainas para el presente y futuro de nuestra sociedad, como lo fue el tema de los desaparecidos y todo lo que ello significa para nosotros, aunque no debemos olvidar otro hecho, quizs de igual relevancia como lo fue la guerra de las Malvinas, comprendiendo esto de todos modos he decidido centrar mi foco de investigacin sobre el primero de los temas. Haciendo especial mencin al tema de los desaparecidos; las madres y abuelas de plaza de mayo; la apropiacin ilegal de nios y por ltimo hacer una breve resea de la guerra de las malvinas.

3. Los Desaparecidos

Los secuestros se realizaban generalmente a altas horas de la noche por una patota (que en "ocasiones especiales" eran ms de 50). Entraban al domicilio de la persona sealada (generalmente, antes haba un "apagn", se apoderaban del sealado, lo tabicaban (le vendaban los ojos), se los encapuchaba y lo torturaban delante de sus hijos (que despus, eran dejados con algn vecino, familiar o solos; en otras ocasiones eran llevados con sus padres a los centros clandestinos, para que despus sean adoptados por algn represor). Luego, eran introducidos en vehculos (generalmente dentro de automviles correspondientes a la marca Ford, modelo Falcn, de color verde), parte de ellos conseguidos en los operativos de secuestro, como botn de guerra. De all partan hacia alguno de los centros clandestinos. Y pasaban a ser miles de hombres, mujeres y nios de distintas edades y ocupaciones, integrando una categora dentro de la poblacin de carcter "ttrico" llamado "los desaparecidos". Los represores secuestraban a los que consideraban "subversivos" :

1. Los que ayudaban en las villas-miseria 2. Los que tenan como objetivo una mejora en los salarios 3. Los miembros de alguno de los centros estudiantiles 4. Los periodistas que demostraban su desacuerdo con los represores, y hacia la represin; y eran capaces de demostrar su oposicin a los hechos en un artculo periodstico, etc. 5. Los psiclogos y los socilogos, por pertenecer a profesiones "sospechosas" 6. Las monjas y/o sacerdotes que llevaban sus enseanzas a las villas-miserias 7. Los amigos de cualquiera de todas estas personas, los amigos de stos amigos, etc.

Todas en su mayora inocentes de cometer actos terroristas, o siquiera de compartir con alguien, o pertenecer a grupos que combatan esta guerrilla. Massera integr las brigadas operativas de secuestros, presenci torturas e interrogatorios, en apoyo a la formacin del "grupo de tareas". En la inauguracin del mismo, orden: "-responder al enemigo con la mxima violencia, sin trepidar en los medios". De esta manera se convierte en "cero", su nombre de guerra. Junto con el poder de Massera, creci el poder de algunos oficiales navales hasta llegar a la jurisdiccin del Estado, como en el caso del contraalmirante Chamorro y el capitn Acosta Ambone, jefe de inteligencia del G.T. 3.3. ste ltimo deca ser "el dueo de la vida y la muerte" o "como Dios". Uno de los centros del poder poltico en la Armada fue el campo de concentracin de la ESMA (Escuela de Mecnica de la Armada), que empez a funcionar en marzo de 1.976, y aunque tuvo cambios polticos y distintas formas de represin, se clausur en noviembre de 1.983, unos das antes de asumir el gobierno constitucional. Por all pasaron casi 5.000 detenidos -desaparecidos, y junto con el "Campo de mayo", fue uno de los mayores centros clandestinos de tortura. Antes del golpe militar de 1.976 ya existan los centros ilegales de detencin: "la escuelita de familia" y la Jefatura General de Polica en Tucumn, entre otros La base del podero de la ESMA no fue slo poltico sino tambin material: -obtuvieron grandes sumas de dinero mediante el "botn de guerra". Hasta se mont una inmobiliaria en Belgrano, a raz de los inmuebles ocupados y adquiridos por torturas y falsificacin de documentos. El campo de concentracin funcion en el Casino de Oficiales de la ESMA, un edificio de 3 pisos, con un altillo grande y un stano. En el 3er piso y en el altillo se alojaba a los detenidos- desaparecidos, en habitaciones sin ventanas llamadas "capuchas". En la planta baja estaba el Saln Dorado o "el dorado", donde de instal la seccin de inteligencia del G.T 3.3 (el acceso a ese sector era restringido como la seccin de "los jorges", oficinas de algunos oficiales del grupo). En el stano estaban la enfermera, un laboratorio fotogrfico y varias salas de torturas. Los interrogadores torturaban salvajemente a los secuestrados atados a elsticos metlicos. Con la picana elctrica, los golpes brutales, el ""submarino seco", el "submarino mojado", y los simulacros de fusilamiento, buscaban no slo obtener informacin sino destruir a los detenidos desaparecidos fsica y psquicamente. El oficial Alfredo Astiz ha tenido un papel importante en esta ltima dictadura. Secuestr a ancianos y adolescentes, mujeres embarazadas, a las monjas francesas Domon y Duquet ; Se infiltr en el grupo de Madres de Plaza de Mayo y familiares que se reunan en la Iglesia Santa Cruz y se gan el desprestigio ante la opinin pblica internacional. Hasta 1.983 sigui trabajando en tareas de inteligencia. A mediados de 1.979 lleg a Buenos Aires la Comisin Interamericana de Derechos Humanos (CIDH). Ante las pruebas acumuladas sobre la ESMA, se prefiri neutralizar la visita del CIDH a la escuela. Algunos prisioneros fueron trasladados a una quinta en el norte de Buenos Aires, otros a una isla en el Tigre donde permanecieron un mes aproximadamente. Casi 60 prisioneros polticos estuvieron en una isla cercana al ro Paran, llamada "El Descanso". Entre 1.980 y 1.983 se trasladaron a la ESMA prisioneros de otros campos de concentracin, que tenan determinados oficios o profesiones, para montar un servicio de impresiones y falsificacin de documentos. El G.T. 3.3 tena 3 tareas especficas:

1. Inteligencia : donde se planeaban las operaciones, se concentraban los efectivos antes de salir y se analizaba la informacin obtenida por medio de torturas y la represin. 2. Operaciones : realizaba lo que planeaba "inteligencia" 3. Logstica : mantena el campo de concentracin y administraba las finanzas propias y del "botn de guerra".

En resumen, la tortura funcion como un elemento relevante en la metodologa empleada. Los centros clandestinos de detencin fueron concebidos para poder practicarla impunemente.

Las madres y abuelas de plaza de mayo En abril de 1.977 un grupo de madres, que se conocieron durante los trmites para buscar a sus hijos desaparecidos, decidi juntarse un da por semana en Plaza de Mayo. As nacieron las "Madres de Plaza de Mayo", un smbolo de la resistencia popular argentina a la dictadura militar. Los militares no las atendieron nunca, y desde entonces hace 20 aos que siguen reclamando por sus hijos. Estas madres tambin sufrieron la represin. No slo cay su fundadora, Azucena Villaflor de Vicenzi, sino 14 personas ms en un mismo operativo, entre las cuales estaban las monjas francesas Leonie Rene Duquet y Alice Domon. Este acto fue protagonizado por Astiz (el "ngel de la muerte" , junto con una prisionera colaboradora que fingi ser su hermana. De esta manera logr infiltrarse en este grupo, y se gan la confianza de las madres cuando simul, un jueves en Plaza de Mayo, enfrentar a la polica. Deca tener un hermano secuestrado y llamarse "Gustavo Nio". As fue seleccionando sus vctimas, secuestradas entre el 8 y 10 de diciembre de 1.977. Algunos ex- prisioneros de la ESMA cuentan que la monja Domon, mientras era brutalmente torturada, se preocupaba por la suerte de "Gustavo". Horas despus comprob que "Gustavo" era Astz y ese aparente joven luchador, un asesino. A pesar de personajes siniestros como estos las madres y abuelas lograron conformar un grupo que con mucho esfuerzo y casi sin ningn apoyo del estado, a logrado recuperar a muchos de los nios de los desaparecidos con sus familiares directos e incluso en muchos casos con sus padres biolgicos, recuperando la identidad genuina de stos en beneficio de ellos mismos y de la sociedad toda

La Apropiacion De Nios Durante el Golpe de Estado perpetuado por las Fuerzas Armadas se llev a cabo una poltica de terror y avasallamiento de los derechos sociales e individuales del pueblo de la Repblica Argentina. El saldo de este accionar fue la desaparicin de miles de personas. Esta metodologa aberrante tambin se ensa con los hijos de los prisioneros, algunos de corta edad, otros nacidos en los centros clandestinos durante el cautiverio de sus padres. Luego de 13 aos de ejercicio de la democracia, se espera obtener Verdad y Justicia. Poco se ha conseguido. En un fallo dictado el 9 de diciembre de 1.985, la Cmara Federal analiz este tema, y al respecto afirm: "La posibilidad de que el personal a quien se mandaba a domicilios particulares a cometer delitos de la apuntada gravedad se apoderara sistemticamente de bienes en su propio beneficio fue necesariamente prevista y asentida por quienes dispusieron tal modo de proceder. La enorme proporcin de casos e que ellos, tuvo lugar, y el hecho de que se les otorgara igual tratamiento en cuanto a la impunidad de sus autores confirma esta inferencia. No es posible, en cambio, hacer extensivo este razonamiento a otros delitos como la sustraccin de menores cuya comisin se ha demostrado slo en forma ocasional nicamente se han verificado las sustracciones de los menores Felipe, Martn y Mara Eugenia Gatica". Por aplicacin de este criterio, el Tribunal absolvi del delito de sustraccin de menores a los Comandantes a quienes se les haba imputado este delito. Esta injusta decisin impuls a diversos grupos de la sociedad civil, especialmente a las Abuelas de Plaza de Mayo, a realizar una bsqueda de menores desaparecidos. Como resultado se conocieron centenares de casos de menores secuestrados con sus padres o nacidos en centros clandestinos de detencin. Recientemente, en un juicio administrativo promovido contra el Estado Nacional para que informa sobre la suerte de los desaparecidos, fue encontrada en un organismo militar la prueba de la existencia de un documento titulado : "Instrucciones sobre procedimiento a seguir con menores de edad hijos de dirigentes polticos o gremiales cuando sus progenitores se encuentran detenidos o desaparecidos" (proveniente del Ministerio del Interior en abril de 1977). Con esta prueba, cay el fundamento conceptual del fallo de la Cmara en materia de sustraccin de menores, pues la sola existencia de tales "instrucciones" demuestra que este accionar existi y fue previsto por los autores del plan criminal, tal como el fallo lo admiti slo para el simple robo de cosas. Los que se apropiaron de estos menores desaparecidos, usaron dos caminos supuestamente legales para borrarles la identidad y su historia familiar: a ) o fueron adoptados como hijos propios b ) o fueron adoptados con adopcin plena, la que en nuestro pas borra el vnculo con la familia de sangre y el menor pasa a integrar la familia adoptiva. Esto obliga a actuar en dos planos jurdicos, luchando contra la impunidad: una causa penal para demostrar que ese menor anotado como propio o adoptado es el hijo de un desaparecido y luego, la causa civil para anular la adopcin plena. Esto hace que las causas sean diferidas en el tiempo, que los apropiadores renueven sus trabas para evitar que se encuentren a esos nios, y que continen gozando de la impunidad que han tenido y tienen a 21 aos del golpe militar. Se debe destacar, adems, que estos "individuos" cuentan con la complicidad de muchos funcionarios que vienen desde el proceso militar y siguen integrando el poder judicial como si nada hubiera pasado. Se juzg a los militares pero no a sus cmplices, a los jueces que denegaban el hbeas corpus sabiendo su origen; a los mdicos que controlaban las torturas y atendan los partos en campos clandestinos de detencin y regalaban el beb o se quedaban con l; a los psiclogos que violaban el secreto profesional y sacaban informacin a los detenidos que se quebraban; A los curas que utilizaban la confesin para sacar informacin o que admitan la tortura "una o dos horas nada ms", pero se oponan a la violacin como forma de tortura porque era inmoral. El plano judicial de este tema es el ms difcil de sobrellevar, ya que la prescripcin de las causas aparece como un obstculo importante. Esto se ve claramente en el fallo que present la Corte Suprema de Justicia de la Nacin, en Diciembre de 1.995: "En consecuencia, atento a lo establecido por el art.62, inc.2do del Cdigo Penal y la fecha de comisin de los hechos, se advierte que han transcurrido el mximo de duracin de las penas previstas por los arts. 139, inc.2do y 146 del Cdigo Penal, por cuya razn la prescripcin de la accin se ha operado y as debe declararse, por cuanto aquel instituto jurdico en materia penal opera de pleno derecho por el mero transcurso del plazo pertinente."

El voto en disidencia dice: "En primer lugar, cabe sealar que en autos no se ha operado la prescripcin de la accin penal. En efecto, dado que una de las conductas tpicas previstas en el art. 146 del Cdigo Penal reprime a quien "retuviere" a un menor de 10 aos, resulta evidente- dado el carcter permanente del delito- que dicha conducta habra continuado producindose mucho despus del acto inicial de sustraccin ocurrido con posterioridad al 22 de junio de 1.976 y antes del 23 de marzo de 1.977, lo que lleva a concluir, en principio, que en el caso no se habra operado el citado plazo de prescripcin." Las Abuelas de Plaza de Mayo han elevado este caso a la CIDH (Comisin Interamericana de Derechos Humanos), sosteniendo que: "la gravedad de la decisin de la Corte radica en que el fallo no es sino el punto final para la bsqueda de nuestros nietos y la impunidad para los apropiadores de ellos, temas que haban sido expresamente excluidos de las llamadas leyes de Punto Final y Obediencia Debida." Segn testimonios, se logr conocer cmo eran tratadas las mujeres embarazadas que eran secuestradas: cuando llegaban a la ESMA, eran tiradas en colchonetas en el suelo, encapuchadas y boca abajo. No se salvaron de las torturas pese a su estado. Al principio, cuando faltaban pocos das para el alumbramiento, eran llevadas a una pieza con ventanas hermticamente cerradas; recin ah le sacaban los grilletes, que eran vueltos a poner cuando iban al bao. Eran atendidas por un mdico del Hospital Naval, un enfermero de la ESMA, y ayudadas por otras prisioneras. Una vez nacida la criatura la madre era "invitada" a escribir una carta a sus familiares, a los que supuestamente les llevaran el nio. Inmediatamente la secuestrada era "trasladada", mientras el beb quedaba en la habitacin atendido por otras embarazadas. Luego se lo llevaban. Desde que la embarazada llegaba ya se saba cul sera el destino de su hijo y el suyo: a ella le esperaba el TRASLADO, y a su pequeo la seguridad de que nunca conocera su verdadera historia, y menos a su verdadera familia. En el mes de julio de este ao, el ex marino Scilingo revel el "modus operandus" del horror, ante la Cmara Federal de Buenos Aires. "Alegando razones humanitarias" la Armada habra dispuesto que las embarazadas detenidas deberan dar a luz, pero para evitar que los mismos nios se contaminasen con ideas extremistas, stos se daran en adopcin a familias "normales": marinos o allegados a ellos que, a travs de haber tomado contacto con el Grupo de Tareas 3.3.2, habran expresado el deseo de adoptar un nio. El procedimiento que se llevaba a cabo era el siguiente: el entonces director de la ESMA, contralmirante Rubn Chamorro, el jefe del G.T. 3.3.2, capitn de navo Jorge Vildoza, y el jefe de Inteligencia, capitn de fragata Jorge Acosta, resolvan a quin corresponda el futuro del beb, todo con el visto bueno de quien ejerca la conduccin directa del Grupo, el Comandante en Jefe de la Armada, almirante Eduardo Massera. Jorge Luis Magnasco, que hasta hace pocos meses trabajaba como obstetra en el Sanatorio Mitre de donde ya fue despedido, y sus asistentes Aldo Clemente Chiappe, Alberto Arias Duval, Carlos Octavio Capdevilla y Ral Sanchez Ruiz, fueron responsables de la acta de nacimiento que se realizaba ya con el nombre de la madre adoptiva.

4. La guerra de las Malvinas

El gobierno militar consider, a finales de 1981, que a pesar de las recomendaciones de la Organizacin de las Naciones Unidas y de los esfuerzos diplomticos y econmicos argentinos, el Reino Unido no accedera a negociar sobre la soberana. Por tanto, la Junta Militar previ una alternativa militar para el caso de que fracasaran las tratativas diplomticas. Aprob la idea del Almirante Jorge Isaac Anaya de recuperar las Malvinas mediante una accin sorpresiva e incruenta para las fuerzas inglesas, y posteriormente negociar el traspaso de la soberana. Se cre una Comisin de Trabajo Conjunta para realizar el planeamiento de la recuperacin. La Comisin de Trabajo estableci como fecha ms temprana para realizar la operacin el 15 de mayo. Sin embargo, durante marzo de 1982 se producen acontecimientos que alteraron esa fecha, e incluso, lo que era slo una alternativa se transform en el objetivo principal. Por lo expuesto la Junta Militar decidi recuperar las islas Malvinas el da 1 de abril de 1982, basando la accin en las siguientes suposiciones:

o Que el Reino Unido no reaccionara con violencia. o Que EEUU se mantendra al margen. o Que se podra controlar la crisis y, por lo tanto, habra negociaciones por la cesin de la soberana.

As, la Argentina busc recuperar un espacio territorial cuya legitimidad ha sido reconocida por los organismos internacionales con injerencia en el caso: la ONU, al reconocer la naturaleza colonial de diferendo en su Resolucin 1514 y la validez de los reclamos argentinos sobre las islas Malvinas, Georgias del Sur y Sandwich del Sur en su Resolucin 2065, invitando a ambos gobiernos a mantener negociaciones por el futuro de las islas. La legitimidad del reclamo fue tambin reconocida por la OEA (Organizacin de Estados Americanos) en el Comit Jurdico Interamericano, por el Bur de Pases No Alineados y la Resolucin del TIAR (Tratado Interamericano de Asistencia Recproca) del 26 de Abril de 1982. El enfrentamiento entre Argentina y Gran Bretaa se inicia a partir de las actividades empresarias de un argentino, Constantino Davidoff. Su actividad principal eran los negocios relacionados con la chatarra. En el mes de Septiembre de 1979 firm en Londres un contrato con la empresa Christian Salvensen de Edimburgo, adquiriendo las instalaciones balleneras abandonadas en las islas Georgias, a un valor inferior a los u$s 200.000. Esto representaba un brillante negocio que dejara excelentes ganancias, pues el precio de la chatarra, permitira en ese momento obtener cifras cercanas a los u$s 10.000.000. Para desmantelar las instalaciones era necesario transportar a las islas personal y equipos. Davidoff gestion en la Embajada Britnica en Buenos Aires el servicio del buque antrtico HMS Endurance, de la armada britnica. Pero su pedido fue denegado y, seguidamente, la Armada Argentina se pone a su disposicin para llevar a cabo la tarea. En Diciembre de 1981, Davidoff zarpa con destino a Puerto Leith, llegando a la Baha Stromness unos das despus. Si bien Davidoff envi una carta comunicando a la Embajada Britnica su viaje al archipilago de Malvinas, no especific que lo hara en un barco de las caractersticas del rompehielos ARA Almirante Irizar, ni que se dirigira directamente a las Georgias sin antes tramitar su desembarco en Grytviken. Este breve viaje sirvi para tomar fotografas (3500) e inventariar el material existente en las ex-factoras. El 19 de Marzo de 1982, nuevamente Davidoff regresa a las Georgias, pero ahora en el buque de la armada ARA Baha Buen Suceso, que llevaba 41 personas, en su mayora operarios, que permaneceran unos 4 meses realizando las tareas de desmantelamiento. En este desembarco se produce el hecho que se utiliz como desencadenante del conflicto, y por el cual las autoridades britnicas acusaron formalmente a los argentinos: el izado de una bandera argentina. Al desembarcar los argentinos, las autoridades britnicas en Grytviken notificaron al gobernador de Malvinas Rex Hunt sobre una bandera argentina izada. El Foreign Office orden el envo del navo HMS Endurance con el objeto de obligar a los operarios a arrear la bandera y evitar adems el supuesto desembarco de personal militar y armas de fuego. El 21 de Marzo, zarpa de regreso el ARA Baha Buen Suceso, dejando al grupo de Davidoff en tierra para proseguir con sus tareas. El HMS Endurance deba llegar a Leith el da 24 de Marzo, pero por rdenes del canciller de Gran Bretaa Lord Carrington, el buque debi aguardar en Grytviken. Simultneamente se solicit al gobierno argentino que dispusiera el regreso del Baha Buen Suceso a Leith para ser ste quien desalojara a los operarios all apostados. El 23 de Marzo, la Junta Militar, en respuesta a los sucesos de Leith, enva el transporte ARA Baha Paraiso, que se encontraba en Orcadas con el grupo Alfa a bordo (formado por comandos de marina, denominados "Lagartos", al mando del Teniente de Navo Alfredo Astiz). Llegan a Georgias el da 24 de Marzo a las 23:40 hs. Su misin era la de evitar que los marines ingleses del HMS Endurance desalojaran por la fuerza a los trabajadores argentinos. Se suceden una serie de reuniones y conversaciones de alto nivel mandatario, con las que se buscaba suavizar el tono de la negociacin diplomtica. El gobierno argentino quera realizar una ocupacin no violenta de las islas, estableciendo presencia firme en ellas y provocar que las fuentes diplomticas britnicas tomaran iniciativas para encontrar una solucin de fondo sobre la Soberana en Malvinas. La opinin internacional favoreca el reclamo de nuestro pas sobre la Soberana en Malvinas. Gran Bretaa slo poda establecer un panorama geopoltico tal que indujera al gobierno argentino a considerar la ocupacin militar de las islas como nica solucin viable. Se haba llegado a un punto sin retorno, la acciones militares eran inminentes...

Viernes 2 De Abril Se constituy la Fuerza de Tareas Anfibia Nmero 40 bajo el Comando del Contraalmirante D. Walter O. Allara. Esta Fuerza estaba integrada por los siguientes componentes: A. La Fuerza de Desembarco se integra con el Batalln de Infantera de Marina N 2 (BIM2), una Agrupacin de Comandos Anfibios, una Seccin de Tiradores del Ejrcito, un Grupo de Comandos Anfibios y una Reserva. B. Un Grupo de Transporte, con el Buque de Desembarco de Tropas ARA Cabo San Antonio, el Rompehielos ARA Almirante Irizar y el buque Transporte Isla de los Estados. C. Un Grupo de Apoyo Escolta y Desembarco, formado por las Fragatas Tipo 42, ARA Hrcules y Santsima Trinidad, ms las Corbetas ARA Drumond y Granville. D. El Grupo de Tareas Especiales, constitudo por el submarino clase Guppy ARA Santa Fe. Las naves haban zarpado de sus apostaderos el da 28 de marzo, hallndose a bordo del ARA Santsima Trinidad, de acuerdo con lo resuelto por el COMIL, el Comandante del Teatro de Operaciones Malvinas, general de divisin D. Osvaldo J. Garca. Debido a las malas condiciones meteorolgicas, la operacin se demor 24 horas, respecto de su fecha ms temprana. La Fuerza de tareas qued dispuesta para el asalto final el da 1 de abril a ltima hora. La misin de la misma estableca la reduccin de la resistencia armada de la isla, constituda por 68 Infantes de Marina del Destacamento de la Marina Real N 8901, ms algunos irregulares voluntarios pertenecientes a la poblacin local, la ocupacin de Puerto Stanley, y la toma del aerdromo para permitir el abastecimiento de las Islas con medios areos propios. Y por ltimo la instalacin de un gobierno militar argentino en el archipilago. A las 00:30 hs del da 2 de abril se inici el desembarco en la zona de Puerto Enriqueta, 4 km al Sur de la capital de las islas donde los Comandos Anfibios de la Armada iniciaron su marcha hacia las barracas de los "marines" britnicos en Moody Brook. Tres horas ms tarde hacan lo propio los buzos tcticos desembarcados del submarino ARA Santa Fe en las proximidades del Cabo San Felipe, con la tarea de tomar el faro de ese lugar y preparar el desembarco del Transporte Cabo San Antonio. Este buque desembarc en la playa York al BIM 2 y tropas del RI 25, los que deban tomar el aeropuerto y avanzar hacia Puerto Stanley en un movimiento de pinzas que converga sobre la residencia del gobernador, desde el Este, mientras los buzos tcticos lo hacan desde el Oeste. La maniobra result exitosa, ya que hubo solamente una dbil resistencia, la cual se tradujo en tres bajas propias, aunque no se infringi ninguna baja al enemigo, tal como lo establecieron los criterios operacionales impuestos por el Comit Militar. El cese del fuego y la rendicin del gobernador Hunt se realiz a las 09:15 hs, ante el General de Divisin Garca. - Mediante un comunicado de la Junta Militar se anuncia al pas la recuperacin del ejercicio de la soberana en todo el territorio de las Islas Malvinas, Georgias y Sandwich del Sur.

Lunes 14 de junio Entre los Generales Jeremy Moore y Mario Benjamn Menndez, respectivamente comandante de las fuerzas britnicas y Gobernador militar de las Islas Malvinas, queda parlamentado el alto al fuego y la consiguiente rendicin. En Buenos Aires, al tomar conocimiento de los hechos, en horas de la noche se realiza una manifestacin en rechazo a la rendicin, en la que se produjeron desmanes y fue reprimida por la polica.

fin de la dictadura

Luego de la Guerra de Malvinas, la sociedad comenz a dejar de callar, y as , unidos contra los represores, y de la mano de Ral Alfonsn, quien diriga al sector opositor, organizaron una protesta por la falta de informacin sobre las Malvinas. Lograron instalar el tema en la opinin pblica, y a los represores ya no les result tan sencillo poder organizarse. Haban perdido credibilidad y la gente intentaba revelarse.

La propuesta de Alfonsn se basaba en : "CONSTITUR UN GOBIERNO CIVIL DE TRANSICIN, QUE ENCABEZARA EL EX PRESIDENTE ILLIA" Pero dentro del gobierno de facto, las propuestas eran otras : "SEGUIR INCULCANDO LA IDEA DE TEMOR" Galtieri ( a quin el ejrcito quera hechar), decide hablar en Plaza de Mayo. Acude all gran cantidad de gente, y das despus se da por finalizado el Proceso de Reorganizacin Nacional. En 1.983 asume como presidente Ral Alfonsn, iniciando la DEMOCRACIA en nuestro pas. Fuera de que su gobierno perjudic muchsimo al pas en una forma econmica, con la inflacin, l fue quien fund la CONADEP (Comisin Nacional sobre la Desaparicin de Personas). Tiempo despus se realiz el Juicio de las Juntas. Participaron muchsimas personas en los testimonios de aquel juicio. Se encontraron muchos culpables ; pero al asumir en su primer gobierno, Carlos Sal Menem, los indult con las leyes de Punto Final y Obediencia Debida. Para algunos, esta desicin fue inteligente porque ayud a terminar con las rebeliones militares, dando vuelta de hoja en la historia de las relaciones cvico- militares. Lo que esos "algunos" no ven, es que este hecho es difcil de defender desde el punto de vista moral. Mltiples declaraciones han hecho que comenzara a reflotar el tema de la represin militar y de los desaparecidos. El ex marino de la ESMA, a quien el arrepentimiento, (arrepentimiento?) hizo que se decidiera a declarar , dijo haber visto lanzar desde aviones navales de 1.977 a un joven, dos adolescentes mujeres, y una mujer de 65 aos aprximadamente, vivos al mar. No los puede identificar por nombre y apellido, ni tampoco a otros ciudadanos (30) que fueron arrojados al mar por l mismo. Particip en los vuelos de la Armada entre los aos 1.976 y 1.977 para arrojar (en slo dos vuelos) a 1.500 y/o 2.000 presos ilegales. Dice que Menda (comandante de las operaciones Navales, contralmirante), los reuni, luego del golpe del 76, para darles instrucciones tales como: actuar de civil, y eliminar subversivos, antes de explicar que algunos prisioneros se tiraran vivos al mar. Juan Paulik, jefe de las Fuerzas Armadas, brigadier general, declar que durante la lucha "antisubversiva" se cometieron barbaridades de uno y otro sector. El ex ministro de la dictadura, A. Harguindeguy, denunci que se utiliz el asesinato como PRCTICA HABITUAL para poder obtener informacin ante los detenidos. Balza acept como errnea las alteraciones de orden institucional en 1.976, y admiti que las Fuerzas Armadas no supieron combatir el terrorismo desde la ley. Pernas y Roln denunciaron que se utiliz la tortura durante el rgimen militar, y a partir de ese momento comenzaron las declaraciones de los "arrepentidos". El capitn Alfredo Astz, fue el responsable de los secuestros de las monjas Domon y Duquet, y la ciudadana sueco- argentina Hagelin. El ex polica Julio Simn, conocido en la represin como "turco Julin" o "turco Julio", admiti que la orden era matar a todos los prisioneros. Pero, pese a todo, reivindic la actuado en la ltima dictadura . Fue el ejecutor de torturas y asesinatos. Segn la opinin de varios represores, los nicos arrepentidos deberan ser los integrantes de las organizaciones terroristas. Debera pensarse que es positivo que Balza y otros ms hayan declarado estas atrocidades cometidas debido a su arrepentimiento ; pero hoy en da, se sabe que la razn por la que declararon es porque se vieron obligados y presionados a hacerlo. Podan haberlo denunciado, si es que tan arrepentidos estaban, en el ao 1.983, cuando el tema ya era denunciado por organizaciones como Amnesty International . "Delinque quien vulnera la Constitucin Nacional, delinque quien imparte rdenes inmorales, delinque quien cumple rdenes inmorales, delinque quien, para cumplir un fin que cree justo, emplea medios injustos, inmorales." Luego de esta investigacin, llego a una conclusin que, creo, es a la que todo ciudadano argentino con sentido tico llegara. Creo que el objetivo inicial de aquel Golpe de Estado nunca se cumpli, o, lo que es peor, nunca existi; que los medios utilizados para combatir a los que ellos llamaban SUBVERSIVOS eran peores que el mismo supuesto delito cometido por stos; poderes para que esto suceda. De todas formas, a pesar de lo negativo de esta conclusin, queiro sacar en limpio que , aunque haya mil y una dictaduras, mil y un asesinatos, los argentinos no olvidan ; esto se demuestra en la continuidad e insistencia del grupo Abuelas y Madres de Plaza de Mayo, grupo que cumpli 20 aos de lucha, y como ellas dicen, sin dar "ni un paso atrs".

La dictadura militar, 1976-1983 Diego Hernn Bentez y Csar Mnaco El Cono Sur es, hoy, el mbito de las monarquas fundadoras. Nuestro mbito. (Carta Poltica, n 31, mayo de 1976) En la madrugada del 24 de marzo de 1976 el gobierno constitucional de Mara Estela Martnez de Pern, Isabel, fue depuesto por un golpe de Estado. Luego de un perodo democrtico de casi tres aos (abierto con el gobierno peronista de Cmpora el 25 de mayo de 1973) los militares avanzaron, nuevamente, contra un rgimen constitucional, tomaron el poder por la fuerza, e implementaron una feroz y sangrienta dictadura que provoc efectos profundos y permanentes en el pas. Durante sus ltimos meses, avasallado por la dinmica misma de una crisis mltiple, el gobierno peronista de Isabel estuvo inmerso en un proceso precipitado de desgaste y deslegitimacin, que se manifestaba en un profundo descontento social y en la permanentemente amenaza conspirativa de los militares. A medida que los rumores avanzaban, el apoyo de la sociedad hacia el gobierno disminua y las chances a una salida institucional se agotaban. El pas se encontraba sumergido en una crisis econmica de suma gravedad que se expresaba a travs de una inflacin galopante que desvirtuaba los ndices econmicos. En consonancia, se profundizaba una significativa crisis social, ocasionada por el alto grado de descontento de amplios sectores de la sociedad que se manifestaban a travs de protestas u otros tipos de movilizaciones. A esto se sumaba un factor general ms: una crisis aguda del sistema poltico que afectaba directamente a los partidos. Estos eran vistos como actores incapaces de brindar una solucin al caos, lo cual provocaba, proporcionalmente, un importante descrdito en el sistema democrtico. Exista, tambin, un superlativo grado de violencia poltica, vinculada tanto a las luchas intestinas dentro del mismo peronismo, cuanto a la accin de grupos guerrilleros de izquierda que se enfrentaban a las fuerzas de represin estatal y paraestatal. El proceso de radicalizacin de grupos polticos, iniciado a finales de los aos 60, continuaba expresando su lado ms extremo en la accin armada, considerada como el estadio superior de la accin poltica tradicional. Y aunque estos se encontraban en franca declinacin en el ltimo ao del gobierno peronista, mantenan cierto protagonismo en la escena pblica que resaltaban con inters los militares. Los ms notorios fueron: Montoneros, proveniente de un sector del peronismo de izquierda; y el guevarista Ejrcito Revolucionario del Pueblo (ERP), fraccin armada del Partido Revolucionario de los Trabajadores (PRT). Por otro lado, el contexto internacional no era precisamente una expresin de buenos augurios. El primer lustro de los aos setenta estaba marcado por la clausura de un excepcional perodo expansivo de la economa mundial especialmente en el mundo capitalista desarrollado- que, iniciado durante la posguerra de los aos cincuenta, evidenciaba su final por medio de una considerable desaceleracin de los ndices de crecimiento. Finalizada la etapa de auge, el sistema capitalista comenzara a transitar su reestructuracin, y la mejor punta de lanza sera el neoliberalismo. En el plano poltico, el subcontinente latinoamericano evidenciaba un claro desplazamiento de gobiernos democrticos por 1 regmenes de facto. El mapa poltico de Amrica Latina, hacia1976, se encontraba signado en gran parte de su territorio por dictaduras militares.1 El consenso inicial En lo inmediato, la intervencin de las Fuerzas Armadas sobre la vida institucional del pas cont con la aceptacin de amplios sectores e instituciones de la sociedad. Tuvo la adhesin de la cpula de la iglesia, de un sector destacado de los partidos polticos (especialmente los partidos conservadores provinciales), de las asociaciones empresarias, y de los medios de comunicacin. Pero, por sobre todo, obtuvo el consentimiento de buena parte de la sociedad. Este fue el arco importante de consenso inicial con que cont el rgimen. Para entender sus causas es necesario tener presente, en principio, dos elementos centrales. Por un lado, cierta legitimidad de origen a la intervencin de los militares en la vida poltica del pas. Esta es una caracterstica estructural propia del sistema poltico argentino gestada a partir de las mismas intervenciones militares. Como sostiene Hugo Quiroga, a partir de 1930 se fue conformando un sistema poltico pretoriano2, que incorpor en su interior a las Fuerzas Armadas como un componente esencial y permanente. Se constituy, de esta forma, una cultura poltica que aceptaba la politizacin de las fuerzas castrenses; las cuales se desplegaban en el escenario poltico como un actor singular que, debido a su fuerza militar, defina el juego institucional. Por lo tanto, la ingerencia de stas en la vida democrtica del pas se fue tornando, para la sociedad, como una alternativa siempre posible. Esto denotaba y alimentaba, a la vez, una escasa conviccin en los valores de la democracia, y sus tiempos, reflejada en la prdida de legitimidad del orden constitucional.3 El segundo factor explicativo, intrnsicamente ligado al primero, se encuentra en el contexto inmediato al golpe. Legitimada histricamente su intervencin, la opcin militar se haca cada vez ms fuerte en una situacin que se tornaba cada vez ms crtica. Ya desde varios meses antes del golpe eran explcitos y pblicos los planteos y reuniones de los jefes militares con el poder ejecutivo nacional. El protagonismo de las fuerzas armadas se incrementaba a medida que aumentaba el desconcierto general que, particularmente, era estimulado y usufructuado por los mismos sectores castrenses por medio de la exaltacin de su lucha contra las organizaciones guerrilleras, que por otra parte, se encontraban ya en un evidente proceso de declinacin. De esta forma, el caos general (econmico, social y poltico) fue provocando una importante deslegitimacin, no slo del gobierno mismo, sino tambin del sistema democrtico en su conjunto. Se manifestaba evidente un vaco de poder a llenar, que permiti gestar, cada vez ms, un mayor consentimiento sobre un orden militar. 1 Las haba en: Brasil, Bolivia, Uruguay, Paraguay, Chile, Ecuador, Per, Nicaragua, El Salvador, Hait, Guatemala, y Granada. En buena medida en Repblica Dominicana y Honduras, y con una fachada civil en Colombia. 2 El pretorianismo implica la aceptacin de la participacin de los militares en la esfera poltica del pas. As, el sistema poltico argentino, entre 1930 y 1983, funcion en la realidad histrica a travs de una articulacin que combin en su estructura los gobiernos militares con los gobiernos civiles, en: Quiroga, Hugo, El tiempo del Proceso. Conflictos y coincidencias entre polticos y militares. 1976-1983, Rosario, Homo Sapiens-Fundacin Ross, 2004, pp. 35-39. 3 Quiroga, Hugo, El tiempo del Proceso, en Suriano, Juan, Dictadura y democracia, Buenos Aires, Sudamericana, p. 39, Nueva Historia Argentina, Tomo X. 2 El comienzo del Proceso Una vez en el poder, el nuevo gobierno de facto dio inicio al denominado Proceso de Reorganizacin Nacional (PRN) que tena como meta central realizar una intensa reestructuracin del cuerpo social y del Estado. Se constituy como una dictadura institucional de todo el cuerpo de las Fuerzas Armadas- superadora del carcter ordenador de la vida institucional del pas de las anteriores intervenciones castrenses (salvo la Revolucin Argentina de 1966).4 A fines de realizar un reparto equitativo de poder y evitar cualquier personalizacin del mismo se conform un cuerpo colegiado integrado por los comandantes en jefe de las tres armas (Ejrcito, Marina y Fuerza Area): la Junta Militar. Por medio del artculo 1 del Estatuto del PRN se design a la misma como suprapoder de la nacin y rgano supremo del Estado, por encima de la Constitucin Nacional. La Junta, a su vez, deba ser la encargada de designar al Presidente de la Nacin, ejecutor de las grandes polticas trazadas por el poder supremo, que tendra un mandato de tres aos. El Poder judicial fue intervenido, y las cmaras legislativas fueron suprimidas, instituyndose en su y en su lugar una Comisin de Asesoramiento Legislativo (CAL). De la misma forma fueron intervenidas las dems instituciones de gobierno. La finalidad determinada desde el inicio fue realizar una profunda militarizacin del Estado, que abarc no slo la administracin central, sino tambin, los organismos descentralizados, las provincias, los municipios, y las empresas estatales. Y si bien se busc desde el inicio una pretendida equidad en la distribucin de cargos para los diferentes niveles de poder, la histrica relacin de fuerzas que remarcaba el predominio del Ejrcito hizo que ste finalmente prevaleciera en el reparto. No obstante, las Fuerzas Armadas se erigan como la autoridad unvoca que ostentaba el monopolio de toda decisin poltica. Se dispuso la disolucin de todos los partidos polticos y se estableci el cese inmediato de toda accin poltica. Se determin, tambin, la disolucin de cualquier tipo actividad gremial de trabajadores, empresarios y profesionales. En fin, se suprimieron las libertades pblicas de los ciudadanos, permaneci activo el estado de sitio, instituido por el gobierno anterior, y se promulg la pena de muerte para las acciones contra la patria que nunca lleg a aplicarse-. La Junta Militar, integrada por el teniente general Jorge Rafael Videla, el brigadier Orlando Agosti y el almirante Emilio Massera, emprendi el reordenamiento. Luego de cinco das de tener en sus manos el poder ejecutivo, el 29 de marzo nombr como presidente de la nacin a uno de sus miembros, Videla, que retuvo a su vez la comandancia sobre el Ejrcito. Tambin se dio a conocer pblicamente el Acta que precisaba a travs de sus ejes centrales los objetivos bsicos para el iniciado PRN: a) restituir los valores esenciales del Estado; b) erradicar la subversin; c) promover el desarrollo econmico de la vida nacional basado en el equilibrio y participacin de los distintos sectores; d) posteriormente, instaurar una democracia, republicana, representativa y federal, adecuada a la realidad y exigencias de 4 El carcter ordenador de determinadas dictaduras implicaba, una vez diagnosticado el supuesto desorden institucional, restablecer el funcionamiento normal del sistema. Como lo indica Quiroga: "(...) las fuerzas armadas se piensan garantes de la continuidad de lo que entienden son los principios, valores y normas constitutivas de la Nacin, esto es, se reclaman tutores tanto de la decisin colectiva que selecciona al gobernante como de la integridad del Estado justifican as su accin golpista en aras de la defensa de la ruptura del orden constitucional. Se visualizan a s mismas como los vectores que indican el rumbo del Estado nacional. De esta forma, en 1930 echan por tierra un rgimen democrtico; en 1943 se vislumbran "nacionalistas" y derrocan a un gobierno conservador; en 1946 dan su apoyo al gobierno de Pern; aos ms tarde lo derrocan; en 1962 se oponen la participacin electoral del peronismo; en 1966 y 1976 procuran -desde un nuevo tipo de golpe de Estado- reestructurar la sociedad y el Estado argentinos", en Quiroga, Hugo, El tiempo del Proceso. Conflictos y coincidencias, op. cit., p. 42. Vase tambin el artculo de Marcelo Cavarozzi en la presente compilacin. 3 solucin y progreso del Pueblo Argentino. Es necesario aclarar, que los mismos no posean ningn tipo de lmite temporal plazos o etapas- para su concrecin. Para el gobierno militar la finalidad ltima era cerrar un ciclo histrico abierto con el peronismo en 1946. Reorganizar una nueva Argentina por medio de una intervencin radical que modifique profundamente un sistema poltico corrompido, que elimine al Estado demaggico, y que discipline a una sociedad descarriada. Un Nuevo Orden era necesario, y esto slo lo podra efectuar un agente de cambio, que aunque parte institucional de Argentina, se vea a s misma, y por gran parte de la sociedad, como un organismo inmaculado del germen populista. Como se observa, una retrica del ordenamiento institucional encubra objetivos siniestros. Las Fuerzas Armadas, en fin, deban reencausar a la Argentina por la senda occidental y cristiana, y el costo para tal cometido se aseguraba elevado. En este sentido, se articulaban el disciplinamiento social, que inclua la reestructuracin del sistema poltico, con una trasformacin econmica que permitiera reforzar, segn sus trminos, el liderazgo de los sectores econmicos ms competitivos, que en realidad resultaron ser los que posean un mayor poder de vinculacin con el Estado, y por lo tanto, los ms concentrados de la economa. Pero, aunque lo pareciera, esto no era la expresin de un plan homogneo, unnimemente aceptado por las tres fuerzas, sino ms bien las lneas bsicas de un acuerdo. El mismo devenir del proceso manifestar la carencia de un proyecto orgnico de accin, especialmente, por medio de los mltiples conflictos entre, y dentro, de las armas, que expresaban los diversos posicionamientos respecto a la poltica a seguir. El gran elemento aglutinador, que una frentes ante un enemigo comn, era la lucha contra la subversin. Por esta razn, los primeros aos del Proceso estuvieron marcados por el avance de polticas radicales de transformacin. Que como muestra el caso de la economa, no debieron enfrentar demasiados conflictos internos. En cambio, cuando comenz a disminuir la represin, las divisiones hacia el interior de las propias armas comenzaron a manifestarse pblicamente. Al margen de las diferencias, durante los primeros aos de gobierno las Fuerzas Armadas se propusieron gestar y garantizar, segn afirmaban, una nueva repblica donde el desarrollo institucional se realizara a travs de una verdadera democracia. El proyecto de fondo implicaba, en el largo plazo, la construccin y consolidacin de un orden estable sobre el cual el poder militar ejerciera una permanente tutora poltica sobre la nacin. En fin, lo necesario era fundar una nueva etapa en la vida argentina que diera trmino al ciclo de disputas sectoriales sobre la base de afianzar una nueva hegemona sobre la sociedad.5 De esta forma, y en especial desde el sector ms afn a Videla, se pretendi generar, en colaboracin con sectores civiles, al actor poltico encargado de mantener en el futuro la continuidad original del proyecto. As, el Movimiento de Opinin Nacional (MON), una convergencia cvico-militar, sera la descendencia del rgimen. Este garantizara la renovacin necesaria de la clase poltica, y oficiara de heredero legtimo y continuador de un sistema de dominio a largo plazo donde las Fuerzas Armadas contaran con la centralidad. El terrorismo de Estado En febrero de 1975, un ao antes del golpe militar, el gobierno constitucional realiz de forma oficial el ingreso de una de las Fuerzas Armadas en la lucha contra la insurgencia. A travs del decreto presidencial N 261/75, que propugnaba la aniquilacin de la subversin, se encomend al Comando General del Ejrcito la funcin de reprimir el foco guerrillero del ERP instalado en la selva tucumana un ao antes. Comenz as, al mando del general Antonio Bussi, quien remplaz al filoperonista Adel Vilas al breve tiempo de haber asumido, la 5 Ibd., p. 66. 4 denominada Operacin Independencia que inaugurara las tcticas de la desatada guerra sucia contra la insurgencia guerrillera. Se inici de esta manera, previo al golpe militar, una intensa accin represiva por medio de las fuerzas del Estado especialmente el Ejrcito y la polica- y comandos paramilitares de extrema derecha nucleados en la Triple A (Alianza Anticomunista Argentina). Estos ltimos eran escuadrones de la muerte organizados clandestinamente desde un sector del Estado, la Secretara de Bienestar Social a cargo de Jos Lpez Rega. Como introduccin a lo que vendra despus, esta ofensiva oficial, y paraoficial, propiciara, ya como mtodo garantizado, el asesinato y la desaparicin de una importantsima cantidad de personas (800 es el nmero aproximado). El asalto al poder por parte de los militares implic inmediatamente una profunda radicalizacin de sus acciones violentas. La represin, convertida en un objetivo central del gobierno, mut hacia una accin sistemtica desde el Estado. Por su parte, el ERP y Montoneros, que estaban diezmados desde el inicio mismo de la dictadura, durante los dos primeros aos conservaron cierta capacidad para desarrollar acciones armadas contra el gobierno. Pero violentamente se despleg una ofensiva que abarc no solo a las organizaciones armadas, sino tambin, y sobre todo, a cualquier individuo o grupo sospechado de insurgente. En palabras de un general: primero mataremos a los subversivos, luego a sus colaboradores, luego a sus simpatizantes, a los indiferentes y, por ltimo, a los tmidos6. La violencia desplegada se torn implacable y avanz hacia la sociedad en su conjunto por medio de prcticas ilegales que tenan la finalidad inmediata de procurar, segn las metforas utilizadas por los propios militares, la extirpacin del cncer alojado en lo ms profundo del tejido social. Y en este sentido, los campos de concentracin fueron el quirfano donde se llev a cabo dicha ciruga7. La violencia por parte del Estado no era una novedad en la historia argentina, y esto puede ser rastreado fcilmente, pero lo indito fue la fuerza descomunal que despleg a partir de marzo del 76, que, como sostiene Pilar Calveiro, se constituy en un poder desaparecedor que avanz sobre lo material y lo simblico, sobre los cuerpos y las ideas. Ms all de los objetivos particulares o colectivos la verdadero destinataria del terror fue la sociedad. Desde el primer momento esta fue el blanco donde pretendi calar el miedo extremo que como afirma Juan Corradi- no slo tuvo el objetivo de controlar, sino tambin de cambiar a los actores sociales. De este modo, el terror se vuelve esencialmente una tcnica de desorientacin, que apunta a privar a los sujetos de la oportunidad de calcular y prever las consecuencias de sus acciones. Es una forma de poder en la cual la conformidad no garantiza la seguridad. Su efecto principal es la generacin de una atmsfera de ansiedad una cultura de miedo.8 Que se desplegaba ms all de los espacios comunes y lograba insertarse en lo ms profundo de la intimidad, para permitir as, que cualquier comportamiento no normal sea sealado inmediatamente como sospechoso; en definitiva, al espacio pblico clausurado se adicionaba el control microsocial. Y esto slo pudo ocurrir, en gran parte, gracias a la pasividad o inmovilidad producida por el mismo terror, cuanto a la adhesin de algunos sectores sociales que se encontraban atrados por los postulados bsicos del rgimen. En este marco, el control dictatorial pudo ser desarrollado segn ODonnell- por la existencia de una sociedad que se patrull a s misma, refirindose a un grupo amplio de personas que voluntariamente se ocuparon activa y celosamente de ejercer su propio 6 Declaraciones del gobernador de facto de Buenos Aires, Ibrico Saint Jean, el 28 de mayo de 1977. 7 Calveiro, Pilar, Poder y desaparicin. Los campos de concentracin en la Argentina, Buenos Aires, Colihue, 2006, p. 11. 8 Corradi, Juan, El mtodo de destruccin. El terror en la Argentina, en Quiroga, Hugo y Tcach, Csar (comps.), A veinte aos del golpe. Con memoria democrtica, Rosario, Homo Sapiens, 1996. 5 pathos autoritario. Fueron kapos* a los que, asumiendo los valores de su (negado) agresor, muchas veces los vemos yendo ms all de los que el rgimen les demandaba9. El terrorismo de Estado implic una planificacin precisa de las acciones. Una sistematizacin de la represin por parte del poder, que posibilit el reparto literalmente hablando- del territorio argentino. La divisin espacial del poder de accin, realizada por los militares durante el ltimo ao del gobierno de Isabel y que comprenda la cuadriculacin del pas en 5 zonas, 19 subzonas y 117 reas, se profundiz estratgicamente a partir del golpe. De esta forma, se produjo una feudalizacin del poder cada fuerza tuvo su propio espacio independiente de operacin, que se conform en parte esencial para una Matanza administrada. As, la competencia entre las propias fuerzas, que disputaban grados de efectividad y de accin, tuvo un rol determinante en la masacre. El sistema represivo era llevado adelante por grupos de tareas constituidos generalmente por oficiales y suboficiales, policas y tambin civiles. Luego de la seleccin del sospechoso, el modus operandi consista de un operativo para conseguir su detencin, generalmente de noche, sobre el domicilio, lugar de trabajo o en la misma calle. As, en el mejor lugar y momento se produca el secuestro, y el inmediato traslado de la vctima hacia algn centro clandestino de detencin. Una vez all, se confeccionada una ficha o expediente donde se consignaba y evaluaba la informacin obtenida del preso. A continuacin comenzaban los interrogatorios, que implicaban un largo perodo de torturas fsicas y psicolgicas a las que se sumaban como parte constantes vejaciones y violaciones. El objetivo era quebrar la integridad de la persona, demostrarle que sus lazos con el exterior se encontraban absolutamente cortados, que estaba completamente sola inmersa en las fauces de un poder omnipresente que tena la capacidad de realizar, sin reparos, lo que deseaba sobre su persona. Finalmente el suplicio, que poda durar semanas, meses o aos, cesaba y el prisionero era, la gran parte de las veces, ejecutado -trasferido, en la jerga-. El paso posterior era la desaparicin del cuerpo, decisin que corresponda a los ms altos rangos entre los oficiales que se encontraban al frente de la represin. En el menos habitual de los casos, determinado por diversas presiones o alguna circunstancia excepcional, el detenido era blanqueado, o sea, su situacin dejaba de ser clandestina e ilegal, y se oficializaba. Pasaba a estar a disposicin del poder ejecutivo nacional, que consista en una medida de excepcin prevista por la Constitucin en casos de guerra externa o conmocin interior, y que prevea la supresin de los derechos y garantas individuales. Ser colocado a disposicin equivali, en muchas ocasiones, salvar la vida, ya que de esta manera se haca explcito el registro de la detencin. Otro de los finales posibles, que se dio en un porcentaje sumamente exiguo de los casos, consisti en la liberacin del detenido, que en ocasiones emprenda el camino del exilio. Se registraron tambin casos de detenidos que pasaron a colaborar con las fuerzas represivas a travs de operaciones de inteligencia u otras actividades. Pero ms all de las posibilidades, una vez detenido se volvan sumamente escasas las chances de sobrevivir. As, la desaparicin de personas se registr como una prctica inaudita y masiva, que alcanzaba a todos los sectores de la sociedad. Que inclua durante el operativo o la detencin la sustraccin de menores o recin nacidos de las detenidas parturientas. A la accin criminal de ocultar toda informacin sobre el paradero del supuesto detenido, y una vez sentenciado su destino, le continuaba la dimensin negacionista del final: la desaparicin del cuerpo, y con l del crimen. Los modos fueron mltiples y variados: desde el entierro en fosas comunes hasta los tristemente clebres vuelos de la muerte. Estos ltimos eran una de las prcticas macabras de desaparicin utilizada por la Marina, que consista en el traslado en aviones de * Kapos: prisioneros de los campos de concentracin nazi que colaboraban con la disciplina en los mismos. 9 ODonnell, Guillermo, Democracia en la Argentina. Micro y macro, en, Oszlak, Oscar (comp.), Proceso, crisis y transicin democrtica /1, Buenos Aires, CEAL, 1984, p. 17. 6 prisioneros previamente sedados con pentonaval (como denominaban al barbitrico Pentothal) para ser arrojados al mar. Los datos proporcionados por los organismos de derechos humanos dan cuenta de la existencia durante la dictadura de ms de 500 centros clandestinos de detencin. Los ms relevantes de acuerdo a la cantidad de detenidos que alojaban fueron los siguientes: la Escuela de Mecnica de la Armada ESMA- (Capital Federal), Campo de Mayo el campito-(Gran Buenos Aires), que posea en su interior 4 establecimientos clandestinos, La Perla (Crdoba), El Vesubio (La Matanza) y Club Atltico (Capital Federal). Segn estimaciones provistas por los organismos de derechos humanos en relacin con las denuncias recibidas- el monto fue de 30.000 personas detenidas-desaparecidas durante el Proceso. La composicin de las vctimas fue diversa: militantes polticos y sociales, estudiantes, delegados gremiales, sacerdotes, intelectuales, activistas de organizaciones de derechos humanos, y otros. De acuerdo a las estimaciones realizadas en 1984 por la Comisin Nacional sobre la Desaparicin de Personas (CONADEP), la distribucin del total de desaparecidos por sectores fue la siguiente: 30,2 % de obreros, 21 % de estudiantes, 17,9 % de empleados, 10,7 % de profesionales, 5,7 % docentes y 1,3 % de actores y artistas. Esta distribucin coincide en sus ms altos ndices con el desarrollo, durante los aos previos a 1976, de los sectores ms altamente movilizados. Por ltimo, se debe mencionar que esta represin estatal traspas las fronteras nacionales y extendi su accionar sobre varios pases de Amrica Latina. El denominado Plan Cndor, del cual participaban las dictaduras de Chile, Uruguay, Brasil, Paraguay, Bolivia, y de la propia Argentina, fue un claro ejemplo de mutua colaboracin represiva. Este consisti en una coordinacin contrainsurgente que posibilit una accin represiva extra fronteras; la conformacin de un espacio comn de represin. Adems, las fuerzas militares argentinas tuvieron un cardinal protagonismo en Centroamrica, al oficiar como asesores e instructores de contrainsurgencia en Nicaragua; o participando en operaciones clandestinas contrarrevolucionarias en Honduras y El Salvador. La poltica econmica Desde mediados de la dcada del cincuenta, tras el derrocamiento del primer proyecto nacional-popular del pas, la Argentina se vio sumida en una notable agudizacin de su crisis institucional, producto entre otras razones, del incremento de los desequilibrios econmicos. Debido a un proceso inflacionario constante se profundiz la puja distributiva entre el Estado, sectores sindicales y empresariales, creando un clima de gran inestabilidad incapaz de sentar las premisas mnimas de viabilidad poltica y un funcionamiento econmico correcto para ciertos sectores del capital. El cual debe ser entendido como la expansin o reproduccin de la acumulacin del capital, especialmente por parte de grandes unidades econmicas, que en tal proceso van transformando y eliminando a otros actores del sector. Es decir, un crecimiento desigual y desigualizante en principal beneficio de unidades mono u oligoplicas, cuya acumulacin subordina los comportamientos econmicos y la distribucin general de recursos en el resto de la sociedad.10 En este sentido, quienes deciden si el comportamiento econmico es correcto, o no, depender del poder que tienen aquellos que analizan tal situacin. En los meses previos al golpe, la persistente inflacin y el muy elevado dficit fiscal, cubierto en gran medida con emisin monetaria, anticipaba medidas urgentes. El ministro de 10 ODonnell, Guillermo, El Estado burocrtico-autoritario. Triunfos, derrotas y crisis, 1966-1973, Buenos Aires, Editorial de Belgrano, 1982, p. 36. 7 Economa de entonces, Celestino Rodrigo, intent poner en marcha, a principios de junio de 1975, el ltimo plan de mejora econmica en democracia. Este consisti en producir una fuerte devaluacin para corregir el desequilibrio en la balanza de pagos, y un incremento en las tarifas pblicas para mejorar la situacin fiscal. Estas medidas, que principalmente causaron una fuerte cada del salario real, se conoceran como el Rodrigazo, y tuvieron un enrgico rechazo del sector sindical que termin con las ambiciones del ministro y su principal asesor, el banquero Ricardo Zinn, que buscaba por medio de este proceso licuar la deuda del sector privado. A partir de aqu comenz una aceleracin inflacionaria que dio lugar a un sistema econmico lleno de incertidumbres y alto desequilibrio, debido al uso permanente de prcticas de reajuste. Como ya se ha mencionado, las Fuerzas Armadas que tomaron el gobierno coincidan en que era necesario terminar definitivamente con una Argentina sumida en el caos, producto de la creciente irrupcin de conflictos sociales, provenientes de sectores radicalizados y de un sindicalismo indisciplinado. La causa de fondo de los problemas que aquejaban al pas era clara: la existencia de un gobierno populista que produjo prcticas sectoriales srdidas y de entorpecimiento al desarrollo de las potencialidades nacionales, dando poder a una clase obrera, que por sus crecientes conflictos e intervenciones, propici un Estado dbil incapaz de impedir la propagacin de ideologas de izquierda. Esta visin estaba acompaada por un permanente temor a la generalizacin de la violencia y evaporacin de orden pblico, que junto a una desafeccin por las prcticas democrticas, potenci en amplios sectores de la sociedad el repliegue individual y la visin salvadora de la cruzada militar. El diagnstico era claro y se encontraba extensamente aceptado en los sectores oligrquicos y empresariales de orientacin librecambista, sobre los que confluan las nuevas ideas tecnocrticas y tecnocientficas del mbito econmico mundial.11 Cabe volver a sealar, que durante la dcada del 70 el sistema econmico internacional se encontraba atravesando una crisis que dio lugar a un cambio a nivel mundial del modelo histrico de acumulacin, que se haba caracterizado por su alta tasa de ocupacin, una importante cantidad de reformas sociales y ampliacin del Estado, que conformaba sistema de integracin y desarrollo conocido como Estado Benefactor (o Welfare State). Esta fraccin del poder econmico va a persuadir al sector militar sobre la necesidad de imponer un nuevo modelo de orientacin liberal. La nueva alianza, compuesta por el sector rural tradicional, el capital financiero y el sector industrial concentrado de bienes de exportacin, junto a algunos mercadointernistas con capacidad de diversificacin, dejar atrs a la vieja alianza de industrialistas concentrados del gobierno de Ongana. Ahora tendr su oportunidad de cambiar el sistema de acumulacin consolidado hasta entonces y someterlo as al tratamiento neoconservador y a la lgica ordenadora del mercado. El gobierno militar implement su accin en dos frentes. Por un lado, el militar, tendiente a barrer con los actores que dentro de la poblacin, potencialmente o de hecho, se comportaban, en sus palabras, subversivamente. Por otro lado, el econmico, que implicaba terminar con el modelo de sustitucin de importaciones y as desterrar definitivamente el sistema obrero industrial consolidado bajo el peronismo. El cambio fundamental consisti en 11 Al respecto, Mariana Heredia observa que la circulacin de estas nuevas ideas dentro del campo liberal comienzan a surgir a partir de la Revolucin Libertadora, en 1955. Desde esos momentos la renovacin del campo del conocimiento econmico cobra fuerza mediante la imagen del erudito o experto en economa, y a travs de una creciente profesionalizacin del rol del economista como resultado de las nuevas ideas provenientes bsicamente de los EE.UU., que circulaban a nivel local por medio de fundaciones y asesoras vinculadas al mundo empresario y estatal, que tomaron impulso, especialmente, por un retroceso en la regin de escuelas o corrientes econmicas propias. Heredia, Mariana: El Proceso como bisagra. Emergencia y consolidacin del liberalismo tecnocrtico: FIEL, FM, CEMA, en Pucciarelli, Alfredo (coord.), Empresarios, tecncratas y liberales. La trama corporativa de la ltima dictadura, Buenos Aires, Siglo XXI, 2004. 8 la erradicacin y modificacin absoluta de los sustentos estructurales e institucionales de los sectores populares, de tal modo que la experiencia de activacin social, pasada y presente, no vuelva a repetirse. Por lo tanto, junto al aniquilamiento, desaparicin y tortura de personas, se reubic a la clase trabajadora, poltica e institucionalmente en una posicin subordinada. No slo se coart a las organizaciones polticas y corporativas mediante la limitacin jurdica, como veremos ms adelante, sino que principalmente, se llev a cabo una reforma econmica que suprimi las posibilidades funcionales de su posible desarrollo a futuro. En definitiva, y siguiendo a Adolfo Canitrot, la economa sirvi a un plan poltico de disciplinamiento social.12 Jos Alfredo Martnez de Hoz, miembro de la burguesa rural e industrial y presidente del Consejo Empresario Argentino, asumi como jefe del equipo econmico, designado por el presidente Videla, con la firme conviccin de que los sectores militares configuraban el aliado esencial para reorganizar polticamente al pas e implementar un proyecto econmico de magnitud. Para ello, se propuso terminar definitivamente con el modelo redistribucionista que propiciaba una fuerte presencia estatal sustentando a una organizada clase trabajadora y a un sector empresario de orientacin mercado internista. Dicho modelo, que segn el discurso proveniente de diversos sectores se encontraba sumido en una crisis terminal, de agotamiento, consolidara an ms la salida liberal-conservadora que propona el equipo econmico. En el primer ao de gestin, Martnez de Hoz y su equipo, slo esbozaron algunas medidas de devaluacin y control del gasto pblico. Esto logr que la situacin econmica mejore levemente todava bajo el viejo esquema, el cual pareca estar lejos de agotarse, ya que a pesar de la inflacin presentaba an un ritmo de crecimiento constante sostenido por el ahorro interno y una intacta capacidad industrial. A pesar de los indicios de bonanza, en 1977 las reglas del juego econmico cambiarn para siempre. Las nuevas medidas terminaron con el perodo de recomposicin econmica, que por otro lado, podra haber continuado con su funcionamiento por varios aos ms. Sin embargo, la prioridad no era el crecimiento econmico, ni su estabilidad, sino la transformacin radical del sistema anterior, an en perjuicio, en el corto plazo, de los intereses de extensos sectores que apoyaban al gobierno. En junio de ese mismo ao se llev a cabo la primera transformacin esencial del equipo econmico. Se liberaron las tasas de inters y se puso en manos de los bancos la decisin en la asignacin de crdito, anteriormente regulada por el Banco Central, estableciendo de este modo las primeras reglas de mercado para el sector financiero interno. Al mismo tiempo, se aplicaron medidas monetarias restrictivas que trajeron como resultado un rpido aumento de las tasas de inters, ahora reguladas por las entidades bancarias. Este aumento en las tasas trajo una consecuencia devastadora para la inversin productiva ya que ahora resultaba ms beneficioso volcar el capital en la especulacin y la ganancia financiera que en el sector industrial. Por otro lado, las altas tasas encarecieron el crdito externo para las inversiones industriales, y posibilitaron un gran endeudamiento al atraer capitales extranjeros voltiles de carcter especulativo. Tal es as, que la existencia de crdito fcil disponible en los pases centrales, como resultado de un largo perodo de crecimiento mundial, sumado a fenmeno de los petrodlares, que implic un excedente de liquidez en las oligarquas rabes debido a la gran suba del petrleo, hizo q