La dimensin vocacional del carisma salesiano

La dimensin vocacional del carisma salesiano

3. Algunas de nuestras preocupaciones y desafos

Cmo nos sentimos nosotros, invitados e invitadas a despertar en cada joven al navegante escondido que llevan dentro? Cmo nos sentimos quienes los acompaamos mientras buscan un rumbo para su vida?

Podemos reconocernos como instructores que brindan los conocimientos bsicos para no hundirse ni morir en el intento, con cursos de navegacin dictados en tierra firme, que dejan extraamente fuera la experiencia en medio del mar. Tal vez, nos reconozcamos en aquellos que ofrecen a sus aprendices recorridos seguros, estipulados, trazados con referencias bien explcitas y con precisas cartas de navegacin; movidos, quizs, por el temor que nos asalta cuando un aprendiz se lanza a navegar. O bien, puede ser que nos veamos reflejados en esos otros apasionados navegantes que contagian el amor por el mar y su misterio, que despiertan en otros el deseo de buscar nuevos puertos, que invitan a experimentar el arrojo de la bsqueda y la alegra de sentirse buscadores, impulsados por sus propios sueos.

Evocando los gritos de los jvenes de nuestros ambientes, percibimos:

Su necesidad

de ser escuchados y acompaados, valorados y aceptados gratuitamente;

de ser amados por lo que son y de encontrar alguien en quien confiar;

de sentirse acompaados porque no quieren estar solos;

de encontrar un espacio donde ser ellos mismos;

de sentir hablar de Dios de otra manera.

Su sed de plenitud; sus fuertes bsquedas en el camino de construccin de la propia identidad y sentido.

Su apertura confiada a las propuestas de sentido, y ante quienes pueden ser para ellos vlidos referentes.

Su capacidad para convivir con la multiculturalidad y crear redes solidarias.

Su valor para luchar por la vida, en ambientes y situaciones difciles; su realismo y concretez.

Animados por la certeza de la potencialidad que existe en toda vida joven, constatamos que la mayora de las debilidades, que a continuacin expresamos, pueden convertirse para cada uno de ellos, en verdaderas oportunidades de crecimiento personal:

La vulnerabilidad, que se manifiesta tanto en

experiencias de fragilidad como de agresividad.

La baja autoestima, que se expresa en desnimo y desmotivacin.

La poca capacidad de aceptar la frustracin.

La tendencia a ser autorreferente.

Al mismo tiempo percibimos que, como agentes pastorales de la regin Cono Sur, tenemos concepciones muy diversas de lo pastoral y lo vocacional, confusiones en el lenguaje y en la accin:

La Pastoral Juvenil suele no incorporar en sus itinerarios la dimensin vocacional.

El concepto de vocacin contina siendo reducido a la profesin o al estado de vida.

Hay una tendencia a identificar la vida de discipulado y compromiso cristiano con la vida religiosa.

No siempre nuestros espacios educativos potencian una cultura vocacional.

Nuestras comunidades educativas no se implican lo suficiente en la vida de los jvenes.

Nos cuesta procurar que se conviertan en protagonistas de su crecimiento, generando y acompaando procesos e itinerarios de discernimiento de su proyecto de vida.

En muchos agentes pastorales predomina una mentalidad utilitaria de los jvenes.

Necesitamos reavivar en nuestras comunidades el don de la predileccin por las y los jvenes propia de nuestro carisma, y vivir en plenitud nuestra vida y misin desde y con ellos y ellas. Queremos reconocer, como educadores y educadoras, la llamada que Dios nos hace en sus vidas y comprender la nuestra como una continua respuesta.

Trabajos realizados en La Plata durante la Consulta Taller SEPSUR 2006 y reunin del SEPSUR 2007: percepcin de la realidad, escucha de los gritos de los jvenes, anlisis de la situacin de las PJV en las inspectoras.