El objetivo de esta actividad es favorecer la autoconciencia y responsabilidad

en el desarrollo y mejora de al menos una competencia profesional en

orientación.

Desarrollo:

1. Seleccionar las competencias que para mí, como orientadora, son

importantes.

2. ¿Qué significan para mí estas competencias? ¿Para qué?

3. Realizar el siguiente cuadro:

Competencia Realidad (lo que tengo) Meta (lo que quiero)

Puntuar del 1 al 10.

Reflexión actividad:

Desde mi punto de vista, las competencias que para mí son más importantes

son las siguientes:

Compromiso y responsabilidad: Debemos comprometernos con nuestro

trabajo y ser conscientes de que esa persona cuenta con nuestro apoyo,

por lo que tenemos que ser responsables y serios con la labor que

realizamos.

Guía, apoyo.

Confidencialidad en el trabajo: El orientador tiene que tener muy claro

que la información obtenida en su trabajo es confidencial. Esto hace que

la persona se sienta más cómoda.

Toma de decisiones.

Observar: Es importante fijarnos en la expresión del sujeto, su posición

corporal, como se comporta antes las preguntas expuestas por el

orientador…

Inteligencia emocional.

Tener una actitud crítica: No hay que emitir juicios de valor.

Tener empatía.

DINÁMICA DE LAS COMPETENCIAS

Formación permanente: Es importante que el trabajador renueve sus

conocimientos (idiomas, nuevas tecnologías…), para complementar su

formación y mejorarla poco a poco.

Confianza, respeto hacia la persona: Ante todo, que la persona se sienta

segura, en un ambiente cómodo.

Como orientadores, tenemos que saber manejar nuestras emociones

(impaciencia, estrés, cansancio…) ante determinados casos y contextos,

establecer un clima de confianza, establecer objetivos previos ante

determinados casos, planificación y gestión de la información, facilitar el

aprendizaje, dominio de los conocimientos, lenguaje apropiado, flexibilidad…

Es importante que un orientador adquiera competencias para establecer,

conocimientos, habilidades para responder ante una situación, valores… El

orientador debe conocerse a sí mismo (aspectos positivos, negativos, qué

puede mejorar, qué quiere conseguir… Tenemos que darnos cuenta de

aquellas competencias que tenemos adquiridas y aquellas que nos gustaría

conseguir, puesto que la adquisición de competencias es parte de un proceso

de formación que dura toda la vida. Por lo tanto, esta actividad, nos permite

reflexionar y darnos cuenta de todas las aptitudes y cualidades que nos

caracteriza y aquellas que nos proponemos conseguir y mejorar.