DIOS Y EL PROBLEMA DEL MAL Y DEL SUFRIMIENTO EN LA CREACIÓN

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Dios y el problema del mal y el sufrimiento en la creación.

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Dios y el problema del mal y el sufrimiento en

la creación.

¿Por qué permite Dios el sufrimiento en su

creación?

¿Cómo puede haber querido Dios un mundo imperfecto,

lleno de dolor y de injusticia?

¿Cabe plantearse la cuestión de Dios ante

tanto mal y tanto sufrimiento?

Por acción y omisión algunos acusan a Dios de todos los

males.

Por acción: de todos los males derivados de los desastres

naturales: terremotos, tsunamis, etc.

Por omisión: por permitir el mal cuyo

origen está en el hombre: guerra, asesinatos, etc.

¿Dónde estaba Dios en Auschwitz?

¿Por qué no intervino?

DIOS LA CREACIÓN

-Acto de amor.-La causa final que motiva la decisión divina de crear el mundo es el deseo de auto-comunicarse a los hombres.-Hacernos partícipes de la vida divina.

¿Es todo ello compatible con un Dios misericordioso?

¿Y con un Dios todopoderoso?

¿Cuál es la respuesta?

No hay que escandalizarse por la pregunta.

La fe en Dios Padre Todopoderoso puede ser

puesta a prueba por la experiencia del mal y del

sufrimiento. (nº272 del Catecismo)

A veces Dios puede parecer ausente e incapaz de impedir el mal.

(nº272 del Catecismo)

¿Por qué Dios no creó un mundo tan perfecto que en el no pudiera existir ningún mal?

(nº 310 del Catecismo)

La presencia del mal y del sufrimiento en el mundo

“constituye para muchos la dificultad principal para aceptar la verdad de la

Providencia Divina”. (Juan Pablo II)

“En algunos casos esta dificultad asume una forma radical, cuando incluso se

acusa a Dios del mal y del sufrimiento presente en el mundo llegando hasta

rechazar la verdad misma de Dios y de su existencia” , todo ello por “la

dificultad de conciliar entre sí la verdad de la Providencia Divina, de la paterna

solicitud de Dios hacia el mundo creado, y la realidad del mal y el

sufrimiento”. (Juan Pablo II).

• Hemos de distinguir entre el mal “en sentido físico” y el mal “en sentido moral”.

• El mal físico:• Es inherente a la condición del hombre y

de la creación. • El hombre es un ser finito que está

sujeto a la enfermedad y a la muerte; además, ha de vivir en un universo en el que se producen determinados fenómenos naturales productores de daño y de sufrimiento.

• El mal moral:• “Este mal decidida y absolutamente Dios

no lo quiere”. (Juan Pablo II)• Es radicalmente contrario a la voluntad

de Dios y su autor es exclusivamente el hombre, al haber hecho mal uso de su libertad.

• ¿Por qué tolera Dios este mal? Porque para Dios la existencia de unos seres libres es un valor más importante y fundamental que el hecho de que aquellos seres libres abusen de su propia libertad contra el Creador.

• Dios crea el universo de la nada por un acto de amor (Dios es amor).

• Dios quiere algo más allá de sí mismo.

• Y piensa en la categoría de “otro”.

• Así su amor se va a dirigir también hacia fuera, hacia el “otro”.

Dios crea de la nada el Universo.

La creación es, en relación a Dios, lo “realmente otro

frente a él”.

La creación es algo distinto a Dios.

La creación es por tanto lo “no divino”.

Por ello por esencia la creación es limitada e

imperfecta.

Ese es el origen último del mal, del sufrimiento y de la

muerte.

Existe, pues, una imperfección original de la creación, porque

la creación es limitada por esencia.

Porque la creación no es Dios.

Dios quiere entrar en relación con el hombre respetando su

libertad.

Dios quiere ofertar al hombre su amistad, pero sin imponerla.

Por eso Dios crea el universo como escenario de libertad.

Dios en esta creación ofrece un escenario que permite generar

la libre decisión humana ante Él.

La respuesta del hombre al amor de Dios es libre.

El hombre puede rechazar a Dios.

Y ese es también el origen del mal en la creación.

De algún modo Dios quiso limitarse a sí mismo al crear un

mundo necesitado de desarrollo.

Dios está presente en lo más íntimo de cada cosa, sin condicionar la autonomía de su criatura, y eso también da lugar a la legítima autonomía de las realidades

terrenas.

Dios quiso crear un mundo en camino hacia su perfección

última, y ello implica la presencia de la imperfección y

del mal físico.

Es inevitable esa primera fase de desarmonía en la

creación.

Pero el amor de Dios hace que no pueda conformarse

con esa situación.

El sufrimiento que inevitablemente deriva de todo ello para la creación

lo comparte Dios.

Y Dios se compadece insertándose en la creación,

haciéndose partícipe de ella, a través de la encarnación.

A través de Jesucristo Dios se dispone a “rescatar” por

amor toda la creación.

La diferencia entre la perfección esencial de Dios y la

imperfección esencial del mundo implica un cierto desamparo y caos en él.

Este mundo le produce congoja a Dios.

En el Hijo y en el Espíritu Santo se dirige al mundo

doliente.

La redención conseguida con Jesucristo es la

respuesta.

En la cruz y resurrección de Jesús se expresa la sentida

solidaridad de Dios con todo el sufrimiento del mundo.

Dios se compadece del destino del hombre y usa su poder para introducir desde fuera cierta novedad en el funcionamiento de la ciega

rueda del mundo.

Y dios suscita el ejemplo de alguien que pruebe en su

persona la inexorable injusticia del mundo y, luego,

tras morir, ofrezca a los demás el precedente de una vida

después de la muerte.

Se trata de Jesucristo.