¿Para qué escribir? Esta duda me surge cada vez que veo una hoja blanca frente a mí. El dilema y la cuestión, no sólo es sobre qué escribir sino para qué y por qué. Hay tantos escritos y escritores que parece ya todo contado; sin embargo, lo que más me preocupa es que de lo mucho poco vale la pena. Puede haber mil escritores y de esos sólo cien escriben por un fin atemporal. Que qué quiero decir con atemporal, pues que no escriben para una época sino para la humanidad; no escriben para hacerse famosos con los chamacos; tampoco para ser elogiados por la crítica actual, Cervantes no requirió un crítico para ser el escritor que fue. Este conflicto es sobre la literatura misma. ¿Para qué escribir literatura? He aquí que el problema ya se delimito demasiado, pues no se trata de lo que está de moda o lo que se lee, sino del futuro de la literatura, lo que quedará y valdrá la pena leer después de mucho tiempo.