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Gladys Mónica del Carmen Dodero 1 Las relaciones sociales, las conductas interpersonales y los comportamientos sociales en los espacios públicos, la representación (del poder) y la apropiación desde una mirada de la Psicología Social e interdisciplinaria. Abstract A partir de las ciencias sociales y focalizando en la Psicología Social tratar de analizar las conductas interpersonales y colectivas, y la apropiación del espacio público. Además, se trata de establecer la descripción el perfil psicológico de cada colectivo social, puntos de conexión, ideologías que las atraviesan, y materializan en prácticas en torno al espacio público: plaza. La construcción social del espacio y el carisma en jornadas de movilización popular. A través de testimonios de protagonistas de los hechos rescatar el pensamiento, la memoria y los cambios de ópticas. Descriptores CONDUCTA INTERPERSONAL/CONDUCTA COLECTIVA/ CONTROL SOCIAL/CREENCIA GENERALIZADA/PROCESO DE MOVILIZACION/ CONTROL SOCIAL/PROBLEMAS SOCIALES/ ANTROPOLOGÍA POLÍTICA/CARISMA/ HISTORIA POLÍTICA-ARGENTINA/EMPODERAMIENTO/ESPACIO PUBLICO/ ESPACIO PRIVADO/CONMEMORACIONES/IDENTIDAD GRUPAL

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Gladys Mnica del Carmen Dodero

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Las relaciones sociales, las conductas interpersonales y los comportamientos sociales en los espacios pblicos, la representacin (del poder) y la apropiacin desde una mirada de la Psicologa Social e interdisciplinaria.AbstractA partir de las ciencias sociales y focalizando en la Psicologa Social tratar de analizar las conductas interpersonales y colectivas, y la apropiacin del espacio pblico. Adems, se trata de establecer la descripcin el perfil psicolgico de cada colectivo social, puntos de conexin, ideologas que las atraviesan, y materializan en prcticas en torno al espacio pblico: plaza. La construccin social del espacio y el carisma en jornadas de movilizacin popular. A travs de testimonios de protagonistas de los hechos rescatar el pensamiento, la memoria y los cambios de pticas.

DescriptoresCONDUCTA INTERPERSONAL/CONDUCTA COLECTIVA/CONTROL SOCIAL/CREENCIA GENERALIZADA/PROCESO DE MOVILIZACION/CONTROL SOCIAL/PROBLEMAS SOCIALES/ANTROPOLOGA POLTICA/CARISMA/HISTORIA POLTICA-ARGENTINA/EMPODERAMIENTO/ESPACIO PUBLICO/

ESPACIO PRIVADO/CONMEMORACIONES/IDENTIDAD GRUPAL La ciudad de Buenos Aires, como capital de la Argentina, ofrece un ejemplo paradigmtico donde el centro espacial condensa simblica e histricamente los atributos del orden y el poder, pero tambin de su contestacin y subversin. La plaza es un lugar de protesta o de conmemoracin, pero curiosamente no es un espacio que sea utilizado por los partidos polticos. En todo el siglo XX no hubo una sola de candidatura ni un solo cierre de campaa en la Plaza de Mayo, ni siquiera Pern lo hizo. Los partidos s utilizaron la plaza Once, entre otros espacios pblicos.

Plaza de Mayo: Juan de Garay la bautiz de la Trinidad, desde un primer momento su Plaza Mayor, slo en idea por la presencia conquistadora y en demostracin de la existencia de un orden jerrquico al que todo y todos deban sumisin. Fue dividida en dos partes: hacia la costa se la reconoci como la Plazuela del Fuerte, con la construccin de la Recova (1803) para recaudar impuestos, constituida por una galera de dos alas unidas por un arco central para proteger a los transentes de la lluvia y cruzaba la antigua Plaza. Robert Ricard pauta a la Plaza Mayor trada por los espaoles como constituyendo el centro y smbolo de la ciudad y siendo organismo alrededor del cual se dio su vida: podra decirse, sin gran exageracin, que una ciudad hispanoamericana es una Plaza Mayor rodeada por calles y casas, ms que un conjunto de calles y casas en torno a una Plaza Mayor. La Plaza Mayor fue bautizada de la Victoria despus de las Invasiones Inglesas y la Plazuela ser la plaza del 25 de Mayo desde 1810. La Recova separaba las fuentes de tenor poltico de la Plaza: de un lado el Fuerte, residencia de las autoridades tanto coloniales y luego las revolucionarias, y del otro: el Cabildo, asiento de los representantes de la ciudad. En la Plaza Mayor se realizaban todas las ceremonias colectivas y tambin las civiles, era adems el centro festivo y de diversiones.

Don Torcuato de Alvear la ech abajo en 1884, unific ambas plazas para crear la Plaza de Mayo.

Desde la Ciencias Sociales existen investigaciones arquitectnicas como la de Sonia Berjman (2012), de tipo histricas como la de Flix Luna, El 45 (2012), y las hay antropolgicas como la de Federico Neiburg (1992), y la de Rossana Reguillo (2006) y sociolgicas como la de Pierre Bourdieu (2002) y Silvia Sigal (2006). Pero ninguna investigacin se centra en el anlisis de las conductas, movilizacin, control social -entre otros temas- que se podran tratar desde la Psicologa Social.

Pierre Bourdieu (2002) se propone analizar las relaciones entre las estructuras del espacio social y las estructuras del espacio fsico, y habra que agregar un tercer elemento: las estructuras mentales. Define el espacio fsico y espacio social: y parte para esto de lo que entiende por lugar. Como el punto del espacio fsico en que un agente (una persona determinada, un individuo biolgico) o una cosa (por ejemplo, sus cuerpos o sus propiedades) estn situados, tienen lugar, existen.

Lugar como localizacin en relacin a su ubicacin en el espacio,Lugar como posicin en relacin a la posicin relativa con respecto a otros lugares, y

Lugar como rango es decir, en relacin a algn tipo de orden.

Tambin se puede hablar del lugar en relacin a la extensin, superficie y volumen igual a las dimensiones que una cosa o un agente ocupan en el espacio fsico.

Ahora bien de acuerdo con la conceptualizacin de Bourdieu en qu se diferencian el espacio fsico del espacio social? Y cul es la relacin que mantienen y se da entre ambos?

Para Bourdieu el espacio fsico se define por la exterioridad recproca entre las partes, y el espacio social, por la exclusin mutua (o la distincin) de las posiciones que lo constituyen. Esta distincin se da en oposiciones tales como capital/provincia, centro/periferia, barrio/villa, que adems de ser objetivadas en el espacio fsico, acaban reproducindose en el lenguaje y el pensamiento. En efecto, las estructuras del espacio social son inscriptas en el espacio fsico y se convierten progresiva y simultneamente en estructuras mentales y sistemas de preferencia. Acaso sea por sto que Bourdieu propone, en funcin de romper con la nocin sustancialista que a menudo tenemos de los lugares, que practiquemos lo que l llama el pensamiento paradjico, a travs del cual darnos cuenta y advertir el efecto de naturalizacin que entraa la inscripcin duradera de las realidades sociales en el mundo natural.

El espacio, en tanto social, permite hablar de una estructura de yuxtaposicin de posiciones sociales. As, la estructura del espacio se manifiesta, en los contextos ms adversos, bajo la forma de oposiciones espaciales donde el espacio habitado (o apropiado) funciona como una especie de simbolizacin espontnea del espacio social. En una sociedad jerarquizada no hay espacio que no est jerarquizado y no exprese las jerarquas y las distancias sociales de un modo (ms o menos) deformado y sobre todo enmarcarado por el efecto de naturalizacin. Ahora bien, la posicin de un agente en el espacio social (dominante o subordinada) se expresa en el lugar del espacio fsico en que est situado, y en el lugar que ocupa con respecto a las localizaciones de los otros agentes. De esta manera, hay lugares de fuerte concentracin de agentes de un tipo, y lugares de fuerte concentracin de agentes de otro tipo. Estas oposiciones se afirman en un verdadero simbolismo de la distincin. El espacio se convierte en el lugar donde se afirma y ejerce el poder. Pero no cualquier poder, sino uno muy sutil, el de la violencia simblica: modalidad es efectiva, siendo a la vez inadvertida.

Las luchas por la apropiacin del espacio A su vez distingue los espacios sociales reificados, y los beneficios que procuran, son objeto de conflicto y dan lugar a dos formas de lucha la individual y la colectiva. Las luchas individuales dependen del capital que tengan los individuos, de la posicin que ocupen en el espacio social que se expresar en el espacio fsico en que estn situados.

El capital -en sus diferentes formas- da poder y dominio sobre el espacio. Y dicho poder y dominio se manifiestan en la apropiacin (material o simblica) de un determinado espacio fsico, tanto como de sus bienes. El poder, en definitiva, se da en la apropiacin de un determinado espacio fsico, y en la reificacin de ese espacio fsico como espacio social. Los beneficios pueden asumir las siguientes formas en los espacios sociales reificados:- Ganancias de situacin: rentas asociadas a estar situadas junto a agentes y bienes escasos y deseables, como fueron los trabajadores, obreros seguidores de Pern,- Ganancias de posicin o de rango: las que asegura una calle, plaza prestigiosa por ej. la eleccin del centro neurlgico de Buenos Aires, la Plaza de Mayo.- Ganancias simblicas de distincin: que se vinculan a la posesin monoplica de una propiedad distintiva, las Madres de Plaza de Mayo.

- Ganancias de ocupacin, o de volumen, por ej. asentamiento de excombatientes de la Guerra de Malvinas, autodenominados continentales. Ahora bien, el espacio fsico apropiado -o espacio social reificado- se manifiesta bajo la forma de una determinada relacin entre la estructura espacial de distribucin de los agentes y la estructura espacial de distribucin de los bienes y servicios. Por supuesto: no todos los espacios son iguales, ni exigen a sus habitantes las mismas condiciones. La ocupacin de un lugar puede considerarse legtima o ilegtima. La legitimidad va a estar dada por la ocupacin prolongada y la frecuentacin continua, o bien por el capital que se posea. Algunos lugares exigen no slo contar con un capital econmico sino tambin con una acumulacin de capital social, cultural, lingstico o simblico. Asimismo, hay espacios cuya ocupacin legtima estar marcada por el peso que algunos grupos dan al lugar de nacimiento, o por el tener desarrollado cierto habitus, etctera. Se da un doble proceso. Por un lado, se mantiene a distancia a las personas o cosas indeseables, y por el otro, se acerca a las cosas y personas deseables. De esta manera, quienes poseen capital, de la clase que sea, dominan ciertos espacios y sus bienes escasos y deseables, y quienes carecen de capital, son marginalizados (fsica o simblicamente) y condenados a codearse con las personas y bienes ms indeseables y menos escasos: los reunidos en Plaza San Martn. Rossana Reguillo (2006) analiza los mapas mentales de la gente, en relacin a los miedos y su dimensin socio-espacial, y plantea que existe un esquema en torno al espacio en su relacin con la otredad. Este esquema posibilita el anlisis desde una perspectiva antropolgica de la espacializacin de los miedos sociales. Federico Neiburg (1992) permite poner en correlacin las relaciones interdependientes entre ambos grupos. Pero su trabajo es un ejemplo de etnografa histrica y poltica, de un anlisis que siempre se basan sobre los hechos empricos y donde la teora va iluminando la trama de sucesos, discursos y teatralizaciones. La relacin de los individuos y grupos con los espacios y lugares que habitan y recorren, y la conexin que se presenta entre los valores de los individuos y su relacin con los centros simblicos y activos del orden social. Relaciona con precisin dos miradas sobre la relacin de los individuos y grupos con los espacios y lugares que habitan y recorren. La construccin social del espacio y el carisma (en las jornadas previas y la de movilizacin popular del 17 de octubre de 1945) configura una verdadera construccin social, donde los seguidores del lder construyen activamente esa relacin. Relaciones entre los movimientos sociales y el espacio, sobre los centros simblicos del poder y la lucha por sus re-definiciones y acerca de los procesos formativos y performativos del carisma. Neiburg comienza con un minirelato de los acontecimientos que devinieron en el 17 de octubre de 1945 y que dieron lugar al origen del movimiento poltico ms importante de la historia argentina, y la consagracin de su lder carismtico. La ruptura de la unidad del ejrcito con la consabida renuncia del coronel a todos sus cargos, su posterior detencin y confinamiento en la isla Martn Garca; hasta la convocatoria, por parte de la CGT, a una huelga general mientras el mencionado lder era trasladado al Hospital Militar de Buenos Aires y la gente se abarrotaba en Plaza de Mayo exigiendo su liberacin para que casi a medianoche saliera a los balcones de Casa Rosada para hablarle al pueblo.

A partir de estos eventos, el 17 de octubre se convirti en una suerte de liturgia poltica, reuniendo a una multitud y a su lder en Plaza de Mayo durante los casi diez aos de su gobierno (de 1946 a 1955), fecha evocada y conmemorada hasta ahora como el Da de la lealtad peronista.

Tambin describe con lujo de detalles esa jornada, poniendo el foco en la dimensin espacial de esa particular lucha social, lo que para los grupos sociales dominantes. Mientras que para los sectores tradicionales de la elite represent una invasin, para los trabajadores una batalla decisiva por la apropiacin de ese centro simblico de poder de la vida poltica argentina.

La disputa por ese espacio fue la disputa por el espacio que concentra a todos los atributos de poder, tanto poltico como econmico, social y cultural de la Argentina.

Una lucha en la que unos tenan el propsito de reafirmar su poder tradicional, otros el de reclamar un nuevo lugar en la sociedad (Neiburg 2003:220). Se interpela sobre las calles de Buenos Aires como escenario y objeto de la lucha poltica; El 17 de octubre y el resultado de la batalla por las calles; La consagracin del centro y la produccin del carisma; y rumbo a la rutinizacin del carisma. Con referencia directa al concepto de rutinizacin del carisma acuado por Max Weber. Dicha rutinizacin tiene que ver con la liturgia construida en torno al 17 de octubre, una fecha que es evocada y conmemorada hasta la actualidad. En efecto, hasta el golpe de estado que derroc a Pern en 1955, cada 17 de octubre: se bajaron los puentes sobre el Riachuelo, se record la invasin del centro de la capital, se escucharon las palabras de Pern, se teatraliz la ocupacin simblica de la ciudad. En su caso, la radio permita nacionalizar el ritual, haciendo que el centro se constituyera simultneamente como centro en todo el pas. Al mismo tiempo en que la radio transportaba el centro hasta cada ciudad de provincia, llevando las palabras de Pern, el ritual confirmaba que el centro del centro se situaba en Plaza de Mayo. ste era el verdadero corazn de la Argentina, el sitio al que, mientras vivi y estuvo en el pas, Pern jams dej de comparecer para su encuentro marcado con quienes lo reconocan como lder (Neiburg: 2003, 243). Su aporte radica en entender las luchas por y en el espacio, as como los vnculos que existen entre los espacios sociales urbanos, y la construccin simblica del poder. Lo que no describe suficientemente la existencia de opositores tal vez en otra plaza. Y por lo tanto, conocer otras percepciones. Existen otros? Qu pas con ellos? Desde la Psicologa Social, Henri Tajfel y John Turner (1979) desarrollaron la teora de la identidad social. En primer lugar esta teora plantea qu buscamos en la cultura que nos rodea, claves que nos permitan sentirnos parte de un todo ms amplio, es por ello que las normas sociales tales como estilo de vestimenta, creencias religiosas o polticas se vuelven tan importantes para algunas personas.

Y define tres ideas centrales:

Categorizacin: as como se categorizan objetos o personas para poder entenderlas, descubrimos cosas de nosotros mismos al conocer a qu categora pertenecemos. Definimos el comportamiento apropiado en trminos de las normas de los grupos a los que pertenecemos. Identificacin: Nos identificamos con los grupos a los que percibimos que pertenecemos, esta membresa grupal nos aporta parte de lo que somos, pero en ocasiones nos pensamos a nosotros mismos como miembros de un grupo (identidad social) y en otras como individuos nicos (identidad personal). Esto es flexible y vara situacionalmente.

Comparacin: Para evaluarnos a nosotros mismos nos comparamos con otros similares. En aras de la auto-estima, nos comparamos con otros miembros de nuestro grupo, y tambin podemos vernos de forma positiva al vernos como parte de un grupo prestigioso.

En relacin a la identidad grupal, hay un sesgo generalizado en el que el grupo al que pertenecemos como formado por individuos distintos entre s (heterogeneizacin grupal), y a otros grupos, como si todos los miembros fueran iguales (homogeneizacin extra-grupal).

La construccin social de la defensa del lder y como consecuencia de los derechos propuestos y suspendidos. La apropiacin de los espacios pblicos por parte de los grupos genera sentido de pertenencia. Y el uso del espacio pblico ms importante genera poder. La sociloga Silvia Sigal (2006) considera que tanto el poder poltico y el religioso no pudieron apropiarse de la plaza, ya que nadie habla de la plaza del poder ni de la plaza de los catlicos. Los sentimientos o memorias de la Plaza emergieron tan slo de acontecimientos socialmente seleccionados.

Ese da en la Plaza de Mayo (17/10/1945) sirve para entender el acontecimiento fundacional y la vigencia del peronismo, impacto que produce: una ruptura en la historia sociopoltica de Argentina, la reformulacin de las relaciones entre el Estado y la sociedad, la redefinicin de la identidad de diversos sectores sociales, y un intercambio simblico entre Pern y las masas. Tambin ese 17 de octubre de 1945 marca el comienzo de la integracin de la clase obrera al proceso poltico nacional y el inicio de un proceso de justicia social. Por primera vez en la Argentina clases sumamente excluidas hicieron uso del ejercicio de una ciudadana plena, el trabajador toma protagonismo tanto social como poltico y define su identidad de clase. Todo movimiento colectivo que trata de introducir modificaciones de fondo en la estructura social, debe tener una slida justificacin filosfica. (Pern 2010: 17). Lo que significa que cualquier grupo que procure cambios en su comunidad, tiene que poseer una conviccin profunda y sustentada con principios profundos.

el peronismo naci con sabor a epopeya, durante la Resistencia las circunstancias lo obligaron a asumir un carcter heroico. Y ese sentido se tradujo en acciones annimas, espontneas, de miles de compaeros que se resistieron a perder su identidadEn aquella noche del 17 de octubre, menos de un centenar de metros me separaban del lugar en que caa asesinado nuestro primer mrtir, el adolescente Darwin ngel Passaponti, al ser baleado desde el edificio del diario Crtica en la Avenida de Mayo Cafiero alent a continuar con el inters en la historia testimonial y gener la convergencia que va a permitirnos reivindicar ese sentido trascendental de la poltica, de la militancia, del sentimiento y la espontaneidad popular, de las creencias ms all de los lmites racionales Para reeditar aquello? No jams! Es una etapa concluida, pero puede ser un ejemplo para una nueva y necesaria resistencia: la cultural, mxime en momentos en que el pensamiento globalizador hace que la poltica se construya con resignacin, cuando debiera ser una herramienta de transformacin de la sociedad ampliando el horizonte de sus esperanzas.

La Plaza de Mayo, centro histrico de la ciudad de Buenos Aires, no es exclusivamente de los porteos, es de todos los argentinos; son bienes patrimoniales tangibles de la Ciudad de Buenos Aires pero tienen un valor intangible colectivo para todos los argentinos. Hasta hace pocos aos brind simbolismo, significacin histrico/social, un espacio verde para el descanso, y espacio para las demostraciones populares; pero a pesar de ser un bien patrimonial tan protegido por las normas, se presenta en la actualidad con el caos, la falta de respeto, la depredacin monumental y vegetal, el abuso en el uso del espacio pblico, el abandono, la divisin con rejas y el establecimiento de los excombatientes continentales de Malvinas.

En cuanto a las ciencias sociales y el espacio pblico, los post-modernos sostienen que el espacio pblico va desapareciendo, como constructor de ciudadana y encuentro social, y reemplazado por espacios pseudo-pblicos, como los shoppings o la comunidad de countries. En lnea con Foucault los espacios pblicos son lugares donde el poder se expresa y ejerce aunque lo que no expresa es la posibilidad de resistencia al poder, con la consecuencia de reemplazar o transformar el orden urbano. Y genera un nuevo marco de discusin entre poder/resistencia al poder como construccin de ciudadana y encuentro social. O como lo propone Bourdieu en el ejemplo de los barrios elegantes (que en nuestro contexto podramos equiparar a los countries y barrios cerrados): a partir de la idea de que la proximidad fsica de individuos socialmente distantes lleva a una suerte de promiscuidad intolerable, estos espacios producen lo que Bourdieu denomina el efecto-club. Vale decir, se establece una rgida frontera entre pertenencia y exclusin, y de esta manera se mantiene a raya a los intrusos, con sistemas perimetrales que pueden ir desde simples alambrados hasta murallas con alambres de pas electrificados con sistemas de control informtico centralizado como sucede en el Country Los Cardales en el norte de la Provincia de Buenos Aires. Por supuesto, el efecto recibido -a nivel simblico- no es el mismo para los habitantes de barrios elegantes (como countries-clubs y barrios cerrados; o de lugares/barrios tales como Palermo, Recoleta, Barrio Norte o Puerto Madero) que el que experimentan los habitantes de barrios estigmatizados (los menos cntricos, las villas miserias, etctera). El barrio elegante, como un club fundado en la exclusin activa de las personas indeseables, consagra simblicamente a cada uno de sus habitantes permitindoles participar del capital acumulado por el conjunto de sus residentes; al contrario, el barrio estigmatizado degrada simblicamente a quienes lo habitan, y stos, como contrapartida, lo degradan a su vez a l, ya que al estar privados de todos los triunfos necesarios para participar en los diferentes juegos sociales, no comparten ms que su comn excomunin. La concentracin en un mismo lugar de una poblacin homognea en la desposesin tiene el efecto de reforzar la desposesin, particularmente en materia de cultura y prctica cultural: las presiones ejercidas, a escala del aula o de la institucin escolar, como a la escala del barrio, por los ms desfavorecidos, por los ms alejados de las exigencias constitutivas de la existencia normal, producen un efecto de arrastre hacia abajo y por lo tanto de nivelacin, y no dejan otra salida que la huida (a menudo imposible por la falta de recursos) hacia otros lugares.

REFLEXIN FINAL Lo que hace exitoso un espacio pblico es, por un lado, la diversidad de personas que lo usen, y por el otro, la variedad de actividades e interrelaciones que en l se desarrollen, y a la vez, el uso multifuncional del espacio pblico. Sin embargo, a pesar de las mejoras fsicas del entorno, se ha observado que stas no son suficientes para la interrelacin entre los distintos grupos. La riqueza de la heterogeneidad social est limitada por la dbil cohesin social que dificulta el uso y la apropiacin compartida de los espacios pblicos con la consecuente fragmentacin socio-espacial. En la medida en que los espacios pblicos logren acoger, por un lado, distintos grupos de personas y actividades, y por otro, se promueva la interrelacin de stos se estar contribuyendo a la lucha contra la fragmentacin social, tnica, de edad y de gnero y a la reconstruccin de una ciudad ms igualitaria.BIBLIOGRAFIA CONSULTADA Berjman, Sonia. -- Escenario de la vida poltica. -- p. 34-43. -- (En: Arias Ancolla, Mara de las Nieves / Poblados, cascos urbanos y plazas histricas. 1 ed. Buenos Aires : Arte Grfico Editorial Argentino, 2012. 152 p. -- (Patrimonio argentino; 14). -- ISBN 978-987-07-2102-4

Bourdieu, Pierre. -- Efectos de lugar. -- (En: Bourdieu, Pierre. La miseria del mundo. Mxico: Fondo de Cultura Econmica, 2002) Cafiero, Antonio. -- Prefacio, t. 2. p. 11-12. -- (En: Garulli, Liliana [et al.]. Nomeolvides : Memoria de la resistencia peronista 1955-1972. 1 ed. -- Buenos Aires: Biblos, 2000. 2 tomos.)

Entrevista a Silvia Sigal. -- En: www.pagina12.com.ar, 13/9/2006, sec. Cultura&Espectaculos Grinberg, Andrea. Identidad y s mismo: Clase de Psicologa Social. -- (En: Aula virtual/Universidad Kennedy, 2015) Lacarrieu, Mnica. -- Nuevas Polticas de lugares: recorridos y fronteras entre la utopa y la crisis, Buenos Aires. (La ciudad en cuestin, Max Welch Guerra (comp.), Editorial Biblos-Fadu, Buenos Aires, 2003)

Luna, Flix. El 45: Crnica de un ao decisivo. -- Buenos Aires: Sudamericana, 2012. -- 542 p. ISBN: 9789500739740 Neiburg, Federico. El 17 de octubre en la Argentina. Espacio y produccin social del carisma. -- (En: Representaciones sociales y procesos polticos / Ana Rosato y Fernando Alberto Balbi; ed. -- Buenos Aires: Editorial Antropofagia, 2003) Pern, Juan, Filosofa peronista. -- 1a ed. -- Buenos Aires: Piloto de Tormenta, 2010. 191 p. -- ISBN 978-987-23804-3-4

Reguillo Cruz, Rossana. Los Miedos, sus Laberintos, sus Monstruos, sus Conjuros. Una Lectura Socioantropolgica. (En: Etnografas Contemporneas. a. 2, N 2, 2006)

Ruiz-Carli; ed. Espacios pblicos y cohesin social : Intercambio de experiencias y orientaciones para la accin, 2009.

Salcedo Hansen, Rodrigo. -- El espacio pblico en el debate actual: Una reflexin crtica sobre el urbanismo post-moderno. EURE (Santiago) [online]. 2002, vol. 28, n. 84 [citado 2015-05-22], p. 5-19.

Sigal, Silvia. La plaza de mayo: una crnica. 1 ed. Buenos Aires : Siglo XXI Editores Argentina, 2006. 352 p. ISBN 987-1220-48-0Adems: Bsquedas temticas en fuentes documentales y fuentes referenciales online.

Apndice IEL 17 DE OCTUBRE DE 1945: TestimoniosEn: http://www.historiadelperonismo.com/17-de-octubre.php[citado en 21:30 2/6/2015]

Nota: Una gran parte de este trabajo fue realizado por una compatriota que prefiere no publicar su nombre. Respetando su deseo, le expresamos muestra inmensa gratitud.

Espacio dedicado a los reveladores e impactantes relatos y testimonios de los protagonistas del 17 de octubre, lo mismo para aquellos que, dedicados al pensamiento y a la meditacin con los pies sobre la tierra y no desde un intelectualismo siempre alejado del sentir popular, plasmaron los significados de este maravilloso da en las ms profundas reflexiones.

Insoslayables resultan los testimonios y reflexiones de Pern y de Evita.EL 17 DE OCTUBRE POR JUAN DOMINGO PERON Y POR EVITA

Artculos de museoEse da haban caducado todos los esqueletos polticos tradicionales.

Juan Domingo Pernen As hablaba Pern de Eugenio P. Rom

El da ms importante de mi vidaEl 16 de octubre se reuni la Comisin Confederal de la CGT. Era un martes. Dispuso una huelga generalpara el da jueves 18.Pero de esto, la mayora de los trabajadores ni se enter. No estaban para esperar un da ms. Movidos al unsono, por unmaravilloso y poderoso vnculo, se lanzaron a la calle en las primeras horas del da 17, arrasando todo cuantose pona a supaso. Piquetes de obreros se apostaron espontneamente en las entradas de las fbricas y talleres. Invitaban a sus compaeros a no entrar y, en cambio, dirigirse a la Plaza de Mayo. Nada ni nadie lo haba dispuesto as de antemano. Fue el resultado puro de la improvisacin.La"huelga espontnea" corri como un reguero de plvora. De una fbrica pasaba a otra y de all a un taller. A veces, los obreros desde la calle vociferaban en las puertas, hasta que salan los pocos que, por confusin, haban entrado a trabajar.Yo, por mi parte, esemismo dahaba sido trasladado al Hospital Militar Central debido a una bronquitis.All tuve la alegra de comunicarme por telfonocon Evita, que me infundi nimo y me inst a tener fe.Mientras tanto, miles y miles de hombres y mujeres cruzaban la avenidaGeneral Paz, desde las zonas industriales: Matanza,San Martn,Vicente Lpez, etc.Caminando, en su enorme mayora, algunos en camiones, otros en vehculos de las propias empresas que haban decomisado.Adems de muchos tranvas que fueron tomados y conducidos a la Plaza por sus propios guardas.No haba jefes ni soldados, todos eran "compaeros".Lleg la orden de levantar el puente de Avellaneda. Tarde, ya lo haban pasado el grueso de los trabajadores de la zona sud. Pero igual, desde Gerli, Banfield, Quilmes y Lans, en botes o en lanchas, y luego a pie, marchaban a la Casa de Gobierno, el "ejrcitode los trabajadores".Sin armas. Uniformados nicamente por sus ropas de trabajo y por sus manos callosas de obreros. Muchos con las herramientas de trabajo en los bolsillos de sus mamelucos. Otros con el almuerzo del medioda en un paquete de bolsillo.Todos. Eso s, todos con la irrenunciable decisin de no regresar a sus hogares sin obtener mi libertad. En las ciudades del interior ocurra otro tanto.Al medioda, la Plaza de Mayo estaba repleta. Al caer la tarde, ya no caba un alfiler. Era el basamento social del pas que afloraba.Era el pas subyacente que la orgullosa gente de la " clase dirigente" no conoca. Era el pueblo argentino, fuente de toda soberana, mando y poder legtimo, sin cuya aprobacin nada es vlido.

Yo, por mi parte, segua preso en el Hospital Militar. Mercante, que haba sido llamado desesperado por valos, vino a verme y me inform de todo. Lo haban llamado a Casa de Gobierno, pero en el camino consigui escabullrseles por unos minutos. Estaba eufrico.Su fe era contagiosa y nos llen a todos de la seguridad en el triunfo.Otras informaciones nos llegaron informndonos de que el paro en el gran Buenos Aires era total.Al caer la tarde, Farrell me llam por telfono proponindome una negociacin. Nosotros, que ya estbamos al tanto de todo, decidimos que lo mejor era esperar para tener todos los triunfos en la mano. Mercante ya estaba de regreso de la Casa deGobierno y decidi quedarse con nosotros.Estbamos deliberando cuando se present el general Pistarini. Vena de parte del Presidente. Me transmiti, en su nombre, que yo haba ganado la partida. Slo me pidi que fuese considerado con el generalvalos. Muy bien, yo le garantic su persona, con la nica condicin de que desapareciese del panorama de inmediato. As fue.Se convino una reunin con Farrell en la residencia presidencial y all fuimos. Conversamos amigablemente y al cabo de un rato termin por poner todo en mis manos y decirme que, en adelante, yo decidiera.As fue que nos trasladamostodos a la Casa de Gobierno, cuando ya estaba entrada la noche.

Bueno, allme encontr con un espectculo grandioso. La Plaza entera vociferaba y peda mi libertad.Cuando se anunci que iba a hablarles, la ovacin dur varios minutos.Me present en el balcny salud. Tuve que esperar un largo rato antes de que me permitiesen hablar.Los tranquilic y les promet que en adelante estara junto a ellos para siempre. Les ped confianza, trabajo y unin.Que se cumpliera con el paro dispuesto para el da siguiente, pero en el mayor de los rdenes y festejando el triunfo de todos. Les dej mi corazn y me desped de ellos.Ellos se despidieron de m, dejando en mi visin el espectculo ms maravilloso a que pueda aspirar un hombre que ha consagrado su vida a la Patria: el amor del pueblo. Despus de unos minutos nos retiramos. Me desped de Farrell y me fui a buscar a mi compaera Eva meesperaba para retirarnos unos das a descansar.Haba terminado el 17 de Octubre. El da ms importante de mi vida.El da en que qued sellada definitivamente nuestra unin con el pueblo. Una unin que no se quebrara jams.

Juan Domingo Pernen As hablaba Pern de Eugenio P. Rom

Quin hizo el 17 de Octubre?.Nadie dio el toque de salida!El pueblo sali solo!No fue la seora de Pern.Tampoco fue la Confederacin General del TrabajoFueron los obreros y los sindicatos todos lo que por s mismos salieron a la calle!La ConfederacinGeneraldel Trabajo, la seora de Pern, todos nosotros lo desebamos. Pero fue una eclosin popular! Fue el pueblo el que se dio cita sin que nadie se lo hubiese indicado!.

Evitaen Historia del Peronismo de Evita

Una de las pocas imgenes fotogrficas existentes de Pern hablando desde el balcn de la Casa Rosada el 17 de octubre de 1945TestimonioEl coronel Pern haba sido trado ya desde Martn Garca. Mi domicilio era este mismo departamento de calle Rivadavia. De pronto me lleg desde el Oeste un rumor como de multitudes que avanzaban gritando y cantando por la calle Rivadavia: el rumor fue creciendo y agigantndose, hasta que reconoc primero la msica de una cancin popular y, enseguida, su letra:

"Yo te dar/te dar, Patria hermosa,/te dar una cosa,/una cosa que empieza con P/Peroon".Y aquel "Pern" resonaba peridicamente como un caonazo.Me vest apresuradamente, baj a la calle y me un a la multitud que avanzaba rumbo a la Plaza de Mayo. Vi, reconoc, y am los miles de rostros que la integraban. No haba rencor en ellos, sino la alegra de salir a la visibilidad en reclamo de su lder. Era la Argentina "invisible" que algunos haban anunciado literariamente, sin conocer ni amar sus millones de caras concretas, y que no bien las conocieron les dieron la espalda. Desde aquellas horas me hice peronista".

Leopoldo MarechalPoeta, narrador, dramaturgo,novelista y ensayista argentino

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TestimonioJuan Adolfo Fluryes un vivaz y memorioso militantede 81 aos que vive desde hace 48 aos en Ciudad Evita, donde conduce desde 1953, la Unidad Bsica Evita Eterna, y particip del 17 en la Plaza de Mayo. As lo cont: En 1945 yo ya trabajaba polticamente en los cuadros denominados Soldados de Pern, que tenan la misin especfica de mantener las pintadas en todos los barrios de Capital Federal.Estos trabajos se hacan de noche y los haba creado el Coronel Domingo Mercante. Comenzamos en 1943 y para el 45 ya ramos una masa concientizada. Yo viv el 17 de Octubre como uno ms, porque era muy grande la alegra y la afluencia de gente. La maana de ese da nos juntamos todos los muchachos del grupo y comenzamos a avisar a todos los obreros que haba que salir. Yo trabajaba en la firma Bonafide como encargado de control de calidad y no qued nadie en la fbrica. Recuerdo que despus me echaron de ah por hacer cumplir las leyes laborales.--Se pasaron todo el da en la Plaza de Mayo?-- S, nadie se movi de su lugar. Los bolicheros de los alrededores no daban algn sanguchito y agua para aguantar. De alguna forma fue una fiesta, nunca vi algo as. No haba ninguna informacin oficial, pero cuando a la noche se corri la voz de que vena el General, la gente saltaba, cantaba, lloraba. Cuando recuerdo esos aos. se viva tranquilo y con respeto. Para m, nunca habr otro 17 de Octubre...-Por qu cree usted que se genera el 17 de Octubre?-Este cambio se dio porque el estado de la gente era tremendo, haba mucha pobreza, mucha pasividad. El obrero soportaba toda con estoicidad, se aguantaba horas y horas parado frente a un cartel que peda 2 obreros pero recin al otro da. Era tanta la pobreza, que la que hay ahora ya no me asusta. Eso fue generando una conciencia que est muy bien expresada en la Doctrina Peronista, sa que muchos peronistas olvidaron y otros ni la conocen. Hoy eso de que para un peronista no hay nada mejor que otro peronista ya no existe ms. Hoy si usted dice que es peronista le preguntan primero de qu Lnea es... a quien responde...Pern no sali de las combinaciones de un comit poltico. No es el producto del reparto de las prebendas. No supo, no sabe, ni sabr nunca de la conquista de las voluntades sino por los caminos limpios de la justicia. Esa es la raz de la razn de ser del 17 de Octubre. Esa es su partida de nacimiento. Esta es la definicin de un peronismo autntico, que tiene su raz en la mstica revolucionaria. Esta es la definicin del mismo peronismo del 17 de Octubre de 1945, sin otro inters, sin otro clculo, sin otra proyeccin que el bienestar de la Patria, traducido en el bienestar de los trabajadores en sus mltiples actividades.Yo invito al pueblo a meditar sobre el significado, sobre la honda proyeccin del 17 de Octubre. Es la nica, la autntica, la definitiva revolucin popular que se opera en nuestro pueblo. Una revolucin histrica se justifica cuando sus causas sociales, polticas y econmicas las determinan. Y ah esta la justificacin de la revolucin histrica del 17 de Octubre. Fue determinada por causas sociales, polticas y econmicas. En lo social, el abandono total de la justicia, con el enquistamiento de los privilegios y la explotacin del trabajador. En lo poltico, con la sistematizacin del fraude a favor de los partidos que se turnaban en el Gobierno o se lo quitaban mutuamente segn el menos o mayor apoyo de los intereses en juego y, en lo econmico, el entreguismo y la venta del pas, surgidos de sus reyertas. Contra ello, y para destruir ese estado de cosas, el Pueblo rescat a su Lder y lo ubic en el balcn de la Casa Rosada el 17 de Octubre de 1945.Miguel ContissaBariloche, 15 de octubre de 2005

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Fue como si Dios hubiera bajado al balcn y noshablaraJosefa Buela, trabajadora en 1945 en la fbrica de medias Minu: Yo trabajaba en esa fbrica hasta los das domingo. Como era menor de edad, una vez vinieron los inspectores y para que no me vieran, los patrones me encerraron dos horas en el bao. Tenamos que limpiar los pisos y la heladera, y si protestbamos: a la calle.El obrero no tena derecho a ninguna queja, si levantbamos la voz, nos hacan llevar por la polica. El 17 de Octubre es imposible de describir. Fue como si Dios hubiera bajado al balcn y nos hablara. Porque lo que Pern nos deca, nos daba tanto estmulo para vivir que es imposible decirlo con palabras.El resultado fue que a ningn obrero le falt comida, ni ropa; a ningn obrero le faltun juguete de Navidad, ni el pan dulce. Acordarme del 45 es acordarme de Pern, padre de los pobres.Ahora, los militantes del "proceso" destrozaron el pas y en los gremios hay dirigentes buenos que defienden a los obreros, pero hay otros que no hacen nada a favor nuestro. Yo lo s, porque fui delegada.------------------------------------------------------------------------------------------

Testimonio de un obrero que luego fue dirigente sindical

El 17 de octubre de 1945 me encuentra cumpliendo tareas en un establecimiento metalrgico ubicado en Constitucin, sobre las calles Lus Senz Pea y Pedro Echage. Yo tena entonces 24 aos de edad. Mi oficio era oficial tornero mecnico En la maana del 17 de octubre, aproximadamente a las 9, grupos de personas venan desde Avellaneda y Lans avanzando hacia el centro de la ciudad. Pasaron por la calle Senz Pea, observaron que haba un taller mecnico (donde trabajaban 130 personas) se acercaron a nosotros y nos dijeron: Muchachos hay que parar el taller, hay que salir a la calle a rescatar a Pern.

Las noticias que tenamos en ese momento eran que Pern estaba detenido y que todo lo que se haca era para rescatarlo. Efectivamente, el taller par y la gente sali a la calle. Algunos fueron a sus casas. Pero la gran mayora sigui con los compaeros que venan del sur. Fuimos caminando hacia Plaza de Mayo y habremos llegado aproximadamente a las once y media, porque en el camino bamos parando los diversos establecimientos de la industria metalrgica y maderera que haba por Constitucin.

A esa hora no haba tanta gente como la que hubo por la tarde, que cubri toda la Plaza. En la marcha hacia all se pintaban sobre los coches, con cal, leyendas como Queremos a Pern. Tambin sobre lostranvas. La gente se paraba y reaccionaba a favor de la manifestacin que iba a Plaza de Mayo para tratar de cumplir con la idea que tenan los que haban organizado eso. Pern haba aplicado leyes nuevas y otras las haba ampliado: pago doble por indemnizacin, preaviso, pago de las ausencias porenfermedad. Eran cosas que antes no se cumplan; hasta es momento, donde yo trabajaba, no se cumpla ninguna de esas leyes. Le voy a decir ms: creo quepocos das antes de su detencin, Pern haba conseguido un decreto por el que se deban pagar al trabajador los das festivos: 1 de mayo, 12 deoctubre, 9 de julio, etctera. Recuerdo que uno de los patrones nos dijo entonces: vayan a cobrarle a Pern el 12 de octubre (ya estaba detenido).Despus del 17 de octubre cobramos se y muchos das ms.

Eran tan reaccionarios los patrones (me aparto un poco del 17 de octubre) que en enero de 1946, estando el capitn Russo en la Secretara de Trabajo, la empresa en la que yo trabajaba fue citada tres veces. No sehaba presentado. Tuvo que ser intimado por la fuerza pblica a concurrir a la Secretara de Trabajo, donde algunos de nosotros ramos representantes del personal; no elegidos, porque no haba organizacin gremial, sino porque ramos los ms decididos. Uno de los patrones dijo que no tena tiempo para pagar aguinaldo, vacaciones, a ltima hora. Le contestaron que la ley 11.729 fue aprobada en 1932. Y que todas las cuentas que no se haban hecho desdeentonces habra que hacerlas ahora. Efectivamente, el 1 de febrero de es ao cobramos aguinaldo, pagos por enfermedad y tuvieron vacaciones los que quisieron tomrselas.

Siguiendo con el 17, llegamos a la Plaza; cada vez se haca ms entusiasta; haba alegra, fervor. Frente a la Casa Rosada empezaron a armar los altavoces. Hablaron distintas personas, el coronel Mercante, el doctor Eduardo Colom, que fue uno de los ltimos oradores. Trataban de ir calmando a la gente: por cada intervencin de los oradores, la reaccin era msfervorosa a favor de Pern. Se deca que venan trabajadores del interior del pas. No lo puedo probar. Recuerdo, s, que era una tarde muy calurosa y la gente se descalzaba y pona los pies en las fuentes, muchos por haber caminado tanto. Concretamente lo que yo presenci era la gente que vena del sur. Berisso, Avellaneda, Lans, Lomas de Zamora. A medida que creca la cantidad, en la Plaza de Mayo aparecan los carteles. Por primera vez yo observaba algo igual: nunca haba visto una asamblea tan extraordinaria.Cuando el coronel Pern apareci en los balcones sent temblar a la Plaza.Fue un gritero extraordinario que nos emocion de tal manera. Todo pareca venirse abajo.

Unos das antes se deca que Pern estaba gravemente enfermo. Por los parlantes se haba anunciado que el coronel Pern se encontraba bien de salud y que estaba en el Hospital Militar. En un momento, Colom dijo, ms o menos: Qudense que vamos a traer a Pern. Mucha gente gritaba por Pern quiz por primera vez- sin tener todava conciencia clara de su actividad.Porque, adems, la gran prensa trataba de desvirtuar la figura de Pern. La gente se enteraba a travs de los delegados o los activistas pero no por la prensa, que casi en su totalidad estaba en contra. Aunque l haba hablado en distintas oportunidades desde la Secretara de Trabajo. Y se haba hecho carne que era un autntico defensor de los derechos del trabajador.

Nos caus mucho dolor saber que lo haban detenido pero en lo que respecta a m y un grupo de compaeros- sinceramente nos

considerbamosimpotentes, porque recin estbamos despertando, despus de muchos aos, en el pas. Para otros quiz- con

anterioridad, pero a partir de ese 17 de octubre despierta la conciencia para nosotros. Se hace carne que al pueblo tiene que respetrsele como tal, cosa que Pern proclamaba diariamente. De ah que, si bien nos sentamos impotentes, podamos hacer algo: sacar aPern de las garras de la oligarqua y colocarlo en el lugar que corresponda para que sea permanente una autntica justicia. Es decir, ese idealismo que tenamos nunca lo habamos vivido en el pas. No cre que ibaa haber tanta gente en la Plaza; lo que s pensaba era que el agradecimiento del pueblo a Pern tena que ser autntico. Pero yo no conoca la reaccin de la gente, hasta que la viv.

Sebastin Borro,Obrero que particip de la jornada aquel 17 deOctubre, aparecido en La Opinin Cultural el15 de octubre de 1972.

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Al otro da, nadie era el mismoCon 20 aos, Juan Esteban Ubalde, trabajaba en 1945 en la usina incineradora de residuos de Chacarita, ubicada en Rodney, entre Guzmn y JorgeNewbery, Buenos Aires.Quembamos basura todo el da en un horno grandsimo. Venan las chatas con la basura y la descargbamos en una plaza. Yo tena que rastrillarla hasta las bocas del horno. Yo era un pibe muy joven y no era muy lindo tener que estar all empujando basura. Para colmo, despus de laburar no tenas agua caliente para baarte, ni en invierno ni en verano. Sabes lo que era baarse con agua fra cuando salas del turno de 24 a 6 de la maana? Pero lo tenas que hacer, no te podas ir a tu casa con ese olor.Trabajbamos en turnos de 6 a 12, de 12 a 18, de 18 a 24 y de 24 a 6 horas. Cuando subi Pern nos pusieron agua caliente y prohibieron el horario nocturno. Antes era muy distinto, todos eran muy pacficos, muy tranquilos, era la pobreza, el laburo,la casa, tomar mate en la puerta de la calle con los vecinos, eso era lo comn. Haba mucha pasividad y ms en los lugares de trabajo. No haba mucha conciencia. Antesun simple capaz era dueo y seor. Te vea mal parado y te poda suspender. Hacalo que quera. Uno no tenani derecho al pataleo, te quejabas y te echaban del laburo Mira el mundo que era!.Yo entraba ese da a las 12 del medioda. Fui a la usina y al llegar los veo a todos en la puerta. Nadie trabajaba. Era una sorpresa pero una sorpresa para bien. Como si pudieras hacer lo que tenas ganas. Se senta una esperanza como una luz que vena.Era tanta la alegra y la confusin que todo el mundo en la calle se mezclaba, se hacan amigos y todos a la Plaza. Era un dahermoso, de color. Quiz de ah qued eso del"da peronista". A las 2 de la tarde nos ubicamos casi en la mitad de la Plaza. Haba una alegra terrible, puro canto, puras risas, vivas al coronel Pern, pareca una fiesta, un carnaval. Segua llegando gente de todos lados y haca cada vez ms calor. Las mujeres de las fbricas se escriban en los delantales con el lpiz de labioViva Pern!Cuando apareci el hombre, eso es imborrable, cuando lo vimos en el balcn, cuando levant los brazos, cuando dijo"Compaeros.."Contento el hombre con su pueblo y el pueblo con ese dios que vena. No loquiero comparar con Dios, pero era algo as. Por lo menos, as lo sentamos, era la esperanza, confibamos ciegamente en l.Cuando termin, recuerdo que me vine a casa y mis viejos me levantaron en peso, no por haber ido a la Plaza sino porque estaban preocupados por m.Al otro da nadie era el mismo. Haba una paz completa, totalmente distinto al da anterior. Nadie se crea superior a nadie. Pero, a partir de all, empezaron los grandes cambios. Cambi tambin la actitud:basta de amenazas, de suspensiones, de despidos, de prepotencia de los capataces y de los jefes. Tombamos conciencia de que ramos seres humanos.Fue hermoso ver a la gente en la calle, pero para algunos fue muy desagradable. El mismo Pern nos dijo: cuiden esto, porque laoligarqua jams se los va a perdonar.------------------------------------------------------------------------------Una annima ama de casa cuenta su experiencia ese da inolvidable de octubreEse da el ms importante de mi vida - dice la mujer de pelo cano y ojos transparentes por el entusiasmo al recordar aquel lejano 17 de octubre-. Mire, yo no s qu pas, fue como un contagio. Viva en Entre Ros e Hiplito Yrigoyen y cuando sent que pasaban los hombres gritando, largu el delantal y sal a la calle. Fue el nacimiento de la alegra del pueblo argentino. Ese da entramos por la puerta grande y no por las ventanas como nos acostumbraba la patronal. Por eso los gritos de Pern/Pern, te llegaban al alma, era nuestra esperanza renacida, todo fue espontneo. Y por eso era revolucionario, porque el pueblo gan la calle y al vernos pobres como ramos, los oligarcas nos llamaron descamisados. Era verdad, no se imagina cmo vivamos entonces, en qu estado de pobreza.Con Pern, aprendimos, tuvimos ms cultura, supimos qu era vestirnos o ir a cenar (..).Esa noche Pern sali al ventanal que da a Hiplito Yrigoyen, ah se haba recostado la multitud. Fue la nica vez que habl desde ese balcn. Y nosotros abajo, al verlo, comenzamos a gritarle qu le haba pasado, qu le haban hecho. Y l nos dijo la primera frase que nos enseo a pensar: "no pregunten lo que yo ya he olvidado".Otra cosa que se calla, es que los gorilas no estaban vencidos, ni mucho menos: recuerdo un mocito "bien" que tena una ametralladora arriba de una coup, y Pern nos dijo que nos desconcentrramos con cuidado, que no se perdieran vidas. Pero nos estaban esperando hubo muertos y gente herida tambin. As termin esa gloriosa jornada, congorilascorrindonos para matarnos por la espalda.....

en "Pern y el 17 de octubre", Edicinde la Comisin Pern Ley 25114,Biblioteca del Congreso de la Nacin

------------------------------------------------------------------------Los obreros hablaban todo el da de Pern

-Cmo viviste los sucesos del 17 de Octubre?-El 12 de octubre, da en que lo sacan a Pern, me fui a la Plaza San Martn donde se cantaba la consigna de "Todo el poder a la Corte"!, es decir, a la Corte Suprema de Justicia. Uno de los compaeros con los que me vi ese da fue Olivera, del gremio de camio-neros quien, autorizado por elPartido, concurra a la Secretara de Trabajo para resolver problemas de su gremio.l me explic cmo era la cosa. Entonces, medio en broma y medio en serio, le dije:"And, decile a Avalos que le pegue cuatro tiros a ese turro, as nosliberamos de Pern".-Pero cmo? Te habas dado vuelta?-No, les explico. Lo que ocurre es que yo pensaba que Pern haba sacado a la clase obrera, que nos haba hecho pelota todo nuestro trabajo. Expulsado Pern, vendra otro que, por lo menos, no sera tan inteligente como ste.Ese da volv rpido a casa porque me senta mal, pero igualmente no poda quedarme quieto, porque senta la efervescencia de los barrios obreros.-Qu tipo de efervescencia? Cmo la definiras?-Bueno, miren, los obreros en las fbricas, en los bares, hablaban todo el da de Pern. Salan con carbn a hacer pintadas. Era una espontnea, una cosa nueva. Vos veas a muchachitos de 12 13 aosincorporarse a la poltica.El 17 de Octubre yo me fui al balcn de Crtica y ah vi la masa obrera. No era como decan por ah los desclasados o lumpenproletarios.Otra que lumpen! Era la clase obrera, los sectores ms pobres de la clase obrera.Vieran ustedes! Desfilaban y desfilaban. Ah estaban en el palcoPuiggrs, Agosti y otros. Mirbamos y nos preguntbamos "qu te parece?".-Vos Qu pensabas?-Que estbamos frente a un movimiento popular. Miren, yo ya saba que esto iba a ocurrir. En los aos 1943-1944 la gente en las fbricas lo segua a Pern, y yo trat de que los compaeros se pusieran a la cabeza de la gente. Claro que no podan aparecer como comunistas. La gente deca: "somos de Pern", y marchaba hacia la Secretara de Trabajo por sus reivindicaciones.

Jorge Michellndirigente comunista

El da que levantaron los puentes

Si la cada del tranva ingres en la historia del Riachuelo como uno de sus acontecimientos ms trgicos, los pobladores de la ribera rescatan para s el orgullo de haber "bajado los puentes" cuando el 17 de octubre de 1945 millares de obreros cruzaron sus orillas para pedir la libertad del coronel Juan Pern, frente a los balcones de la Casa de Gobierno. "Eran las 7 de la maana y en Avellaneda recuerda el historiador Flix Luna en su best-seller El 45 la avenida Mitre estaba llena de gente, gritos, banderas y carteles improvisados. Algunos pasaron el puente hasta que la polica lo levant; otros atravesaron el Riachuelo en bote o por otros accesos. La gente empez a pasar en barcas medio deshechas o haciendo equilibrios sobre tablones amarrados a guisa de balsas. Cuando el puente volvi a tenderse tan misteriosamente como haba subido, nuevos contingentes cruzaron ese rooso Rubicn." La historia popular olvid el nombre del que enfrent a la polica para bajar el puente Pueyrredn, pero no el exceso de trabajo que ese da tuvieron los boteros que arriman pasajeros de una a otra orilla: "En la Boca no dejaban cruzar a nadie; los que eran autorizados por la polica tenan que justificar un motivo de verdadera necesidad recuerda Antonio Alepidote (68, botero jubilado); pero nosotros, que tenamos la escalera frente al frigorfico Anglo, trabajamos toda la maana. Ese da el cruce era gratis. Cmo les bamos a cobrar si eran los mismos obreros que trasportbamos todos los das? Si no lo hacamos corramos el riesgo de ser tildados de traidores. Y eso s que no lo podamos aceptar. Recuerdo que esa noche trabajamos hasta muy tarde, casi hasta el alba. Pero el esfuerzo vali la pena: cuando Pern fue presidente, se nos reconoci el derecho a jubilarnos de boteros y aportar a la caja de martimos".Lejos de all, pero cerca del ro, precisamente debajo del puente Uriburu, otros herosmos se unieron al de los boteros. Espaol hasta las ltimas consecuencias", como l mismo se define, Jos Vzquez (65, jubilado) trabajaba en la industria del vidrio. "Yo tena un puesto de responsabilidad recuerda y de m dependa el buen funcionamiento de los hornos, que, como todo el mundo sabe, no se pueden apagar sin peligro de inutilizarlos. Cuando mis compaeros decidieron plegarse a la huelga general, yo prefer defender la herramienta y quedarme a atizar el fuego." Sin embargo, cuando logr convencer a los dems que la suya no era una actitud de rechazo al movimiento popular sino, al contrario, una forma de defender la fuente de trabajo, Vzquez se qued solo. "Estaba en medio de la fbrica, mirando el fuego cuando yo mismo me dije: "Hombre! Has luchado en la Guerra Civil, all en tu tierra. Has sido anarquista de los buenos y ahora te echas atrs?" Y entonces apagu los hornos y me fui a Plaza de Mayo.Cuando volvi la normalidad, fue despedido bajo la acusacin de negligencia. Los treinta operarios, compaeros suyos, sufrieron una suspensin de quince das, mientras duraron las tareas de construccin de las nuevas fraguas. "Y entonces, vaya la paradoja! sigue an extrandose Vzquez, mis propios camaradas me recriminaron haberlos dejado sin la quincena".

En: www.magicasruin.com.ar

APNDICE II: Imgenes, fotografas.

EL 17 DE OCTUBRE DE 1945, LA POESIA, LOS RELATOS Y LAS REFLEXIONES

En: http://www.historiadelperonismo.com/17-de-octubre.php[citado en 21:30 2/6/2015]

Dedicado a aquellos que, espiritual y literariamente inspirados, han convertido sus sentimientos y emociones en poesas, sonetos, poemas, dichos y cantares.

Un especial recuerdo para Darwin Passaponti, estudiante del colegio Mariano Acosta, primer mrtir peronista de solo 17 aos de edad, asesinado a primera hora del 18-10-45 en Avenida de Mayo 1345 de la ciudad de Buenos Aires, por disparos que partieron desde el diario Crtica cuando se desconcentraba de la Plaza de Mayo despus del pronunciamiento y acto popular y revolucionario que rescat al Coronel Pern de su prisin. De l, publicamos una brevsima y bella poesa, dramtica y premonitoria, porque a pesar de haber sido escrita con anterioridad al 17 de octubre, merece nuestra evocacin por ser su autor quin fue en vida y al instante de su muerte.Nota: Una gran parte de este trabajo fue realizado por una compatriota que prefiere no publicar su nombre. Respetando su deseo, le expresamos muestra inmensa gratitud.2 fotografas smbolos de ese da, que, entre tantas otras y como la fuerza incontenible del Pueblo, inspiraron las mejores y ms sentidas expresiones literarias, los relatos ms impactantes y las reflexiones ms profundas.

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El pueblo trabajador se refresca en una fuente de Plaza de Mayo el 17 de octubre de 1945. Este acto de soberana popular result indigerible para la oligarqua. Era preferible que lo pobres se hacinaran en sus ranchos sin agua y con todos los padecimientos a que eran condenados, sin reclamar nada, sumisos y esclavizados.

Viejo puente Pueyrredn sobre el Riachuelo. Fue levantado el 17 de octubre de 1945 para que las columnas de trabajadores no ingresaran a la Capital Federal. No fue obstculo. El curso de agua putrefacto y contaminado, fue atravesado a nado, en botes y sobre tablones de madera. Tuvieron que bajarlo.VOCES DEL 17 DE OCTUBRE

Aqu estnestos sonlos muchachos de PernQueremos a Pern, queremos a PernSi este no es el Pueblo, el Pueblo Dnde est?Maricones a otra parte,Viva el macho de Eva DuarteDnde estuvo?Pregunta el pueblo al Coronel Pern en Plaza de Mayo"Yo te dar, te dar patria hermosa, te dar una cosa, una cosa que empieza con P, Pern!"

Sin galera y sin bastn, los muchachos de PernMaana San Pern, que labure el patrn El pueblo trabajador durante la jornada del 17 de octubre de 1945

POESIA

Quise cruzar la vidacon la luz del rayoque el espacio alumbra,seguro de no vivir ms que un instante,seguro de no morir debilitado.As como el rayo,corto, breve y soberano.

POESIA

Marcha triunfal de losdescamisados

Ya vienen, ya vienendel Sud y del Este,del Oeste y del Nortebajo una bandera: la blanca y celeste.La trae en sus manos el Pueblo Consorteporque ella es la insignia de los corazones,Virgen impoluta-la madre de tantos soldados campeones,la flor y la frutay el fuego de todas nuestras concepciones.Ya vienen, ya vienenllenando las calles de la Vieja Aldea,cubriendo el espacio de las diagonales;sudor y mareaque brama sonora, descuaja y volteael barro y la escoria de los pedestalesque ya no soportanlos mitos sangrientos de los capitales.Qu suean los hombres? Qu quieren, qu anhelan?Adnde los llevan sus pasos que vuelan?Por qu van cantando la estrofa brava,sin mengua ni atajo,donde se confunde la Soberanacon las expresiones rudas del Trabajo?Ya vienen en grupos. Ya crece y avanzala fiel muchedumbre que llega sin lanza,sin puos cerradosy al grito de Patria! dicho con amor,fornidos y honrados,las frentes altivas, los pechos sudados,llenan de alegra la Plaza Mayor.La plaza, la plaza,all donde un da despert la raza,se llen de golpe por encantamiento.All estn los hombres, all los hermanos,all el sufrimientode miles de cientosy cientos de miles de manos.Miradlos, son ellos:los simples obreros de todas las cosas.No cantan degellossino victoriosaspalabras que nacen del fondo del pecho,por las jubilosassemillas que han hechoflorecer espigas del inmenso erial:doradas espigas: Trabajo y Derecho,derecho a la vida, Justicia Social.Quin es que los mueve?Quin los acaudillaque estn en silencio como en la capilla?Quin es el gigante que as determinala ruta de todos los trabajadores?Nada ms que un hombre de estirpe latina,el que necesita la Patria Argentinapara sus miserias, para sus dolores.Ya vienen en grupos; ya no dan abastola acera, la fuente, la estatua y el pasto.Se encienden las lucesy antorchas de fuego giran como blidosal aire agitadas por los brazos slidosde los que llevaban hasta ayer sus cruces.(Oh Pueblo, mi Pueblo,mi sangre, mi vida;qu inmenso escenario para vuestra herida!Seguidlo a ese Hombre que ya os acompaay el llanto de vuestras tristezas restaa).Ya vienen, ya vienendel Norte y del Sud,del Oeste y del Este,los trabajadores y la juventudbajo una bandera: la blanca y celeste.Ya vienen, ya vienen en grupos formados:Son ellos, los simples obreros honrados,del hierro y la fragua,ms puros que el viento, ms limpios que el agua:los descamisados.

Pedro Argentino

CANCION

Principio del formulario

TRIUNFO DE LAS PATAS(fragmentos)Un aluvin de gentede pata al sueloque anda cruzandoa nado el Riachuelopor las orillas marchanoctubre y fuegopara cambiar de cuajola ley de juego

Triunfo, triunfo machosobre cipayopara bailarlo en patasen Plaza de Mayopara birlarlo en patasen Plazo de MayoUna mujer y un hombreson fe y banderaque van siguiendo calles de primaverameten patas en fuenteshay que indecentes.!!!!!!

Alejandro Mayol

SONETO

Era el pueblo de Mayo quien sufra,no ya el rigor de un odio forastero,sino la vergonzosa tiranadel olvido, la incuria y el dinero.

El mismo pueblo que ganara un dasu libertad al filo del acerotanteaba el porvenir, y en su agonale hablaban slo el Ro y el Pampero.

De pronto alz la frente y se hizo rayo(era en Octubre y pareca Mayo!),y conquist sus nuevas primaveras.

El mismo pueblo fue y otra victoria.Y, como ayer, enamor a la Gloria,y Juan y Eva Pern fueron banderas!

Leopoldo Marechal

POEMALos grasas

Ah estn,irrumpen la abulia de la ciudad pacata,todo es asombro en la mirada ciudadanavienen noms,desde todos los rincones.

Son los grasas, Eva.Estn llenos de olores,de broncas y de fuego.Se han juramentado diluirlos silencios de la infamia.Llegan bailando como duendes,desde todos los recovecos,desde lejos.

Del fondo de la historia y del agravio.Vienen montados en la cabalgadura del Chacho Pealozay de la efigie tremenda de Facundo Quiroga.Tienen la cicatriz del desprecio.Los veo ensambladosen tu mirada reparadora,estn seducidosy se han obcecadoen vivir un tiempo nuevo,Eva, Eva!

Todo se transforma como antao,ya no son los evadidosni se anotan en la encuadernadaantologa del miserable.Ahora son los compaeros gremiales,los muchachos sindicalizadosorganizndole el pudor popular.Ahora han dejado de ser los parias,tienen norte y conductor.Aterrorizan sus gestos desenfadadoscon ese repiquetear de bombos y puteadas.Es el descamisado!y viene a sudar la historia.Se han vuelto locos,se les ha antojado que ahora son los protagonistas,la creatividad,la confluencia de un mismo destino,

Y cantan como la cigarra bajo el sol.Alfredo Carlino

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POEMAVastedad del abismoArrancaron de Berisso, Ensenada,Avellaneda y Valentn Alsina.en el resplandeciente fulgorde la muchedumbre esperanzadaviolaron la fuente de la plaza,se lavaron los pies del cansancioy del mundo que se iba, irremediablemente.Hoy nazco lleno de esta msica tamboril,imperecedera, que seguir en la descendenciay en el mito de la popular.Porque el 17 de octubre fue el nacimientoy la eternidad nos esperaba.Alfredo Carlino

POESIAVolveremosAquella noche de octubre, la plaza se iluminYo la sonrisa triunfante, vos saliste al balcncon las patas en la fuente y que labure el patrnSi maana es 18, el da de San PernY que felices que fuimos, paz, pan, trabajo y amorLa dignidad hecha vida, del pueblo trabajadorPor eso volv a la plaza, cada octubre, de overolLa lealtad es el obrero, lealtad te devolviY que felices que fuimos, paz, pan, trabajo y amorLa dignidad hecha vida, del pueblo trabajadorPor eso volv a la plaza, cada octubre, de overolLa lealtad es el obrero, lealtad te devolviY se oscureci la plaza, quedo vaci el balcnLas bombas y los fusiles, persecucin y terrorMuchos inviernos pasaron, el pueblo no te olvidoComo pueden olvidarse del General Juan PernLuche y vuelve y luchamos, con coraje y coraznAunque vengan degollando, que esto nada fue peorNos convoca una gran causa. Y todo le voy a darSi la vida se va en esta, la vida doy por PernNuevamente en primavera, se concret la ilusinVuelven a sonar los bombos del pueblo trabajadorEl retorno tan ansiado la sonrisa instalEn los rostros descamisados, que las calles inundY volvimos a la plaza y volviste al balcn

La msica maravillosa este pueblo te cantoEn sublime despedida en tus odos grabY que solos nos quedamos el balcn, la plaza y yoComo un eterno espejismo, en el cielo se grabTus manos all en lo alto saludando en el balcnY nos muestran el camino hacia la revolucinQue se vuelve primavera y nace como una florComo en aquel 18 el da de San PernVolveremos, en primavera o no en alguna otra estacinVolveremos, con los bombos del pueblo trabajadorVolveremos, porque tu causa no conoce rendicinVolveremos, nuevamente como tu reencarnacinVolveremos, pa' que sufra y que llore el gorilnVolveremos a la plaza y volvers al balcn

Volveremos a gritar, maana es 18, el da San PernAldoDaz

POEMAAl 17 de octubrePensaba con honda tristeza en esas cosasen esa tarde del 17 de octubre de 1945.El sol caa a plomo cuando las primerascolumnas de obreros comenzaron a llegar.Venan con un traje de fajina porqueacudan directamente de sus fbricasytalleres.No era esa muchedumbreun poco envaradaque los domingos invade los parques dediversiones con hbito de burgus barato.Frenteamis ojos desfilaban rostros atezadosbrazos membrudos, torsos fornidos,con las greas al airey las vestidurasescasas cubiertas de pringues,de resto de breas , grasas y aceites.Llegaban cantando yvociferando,unidos en la impetracin de un solo nombre:Pern.Era la muchedumbre ms heterclitaque la imaginacin puede concebir.Los rostros desus orgenesse traslucan en sus fisonomas.El descendiente de meridionales europeosiba junto al rubio de trazos nrdicosy al trigueo de pelo duroen que la sangre de un indiolejano sobreviva an.El ro crece bajo el empuje del sudestedisgrega su enorme masa de aguaen finos hilos fluidos que van cubriendolos bajitos y cilancos con meandrosimprovisados sobre la arenatan minscula que es ridcula y desdeablepara el no avezado que ignoraque es el anticipo de la inundacin.As avanzaba aquella muchedumbre en hilosde entusiasmos que arribabanpor la Avenida de Mayo, por Balcarce,por la Diagonal.Un pujante palpitar sacuda la entraade la ciudad.Un hlito spero creca en densas vaharadas,mientras las multitudes continuaban llegando.Venan de las usinas de Puerto Nuevo ,de los talleres de la Chacarita yVillaCrespo,de las manufacturas de San Martny VicenteLpez, de las fundicionesy aceras del Riachuelo,de las hilanderas de Barracas.Brotaban de los pantanos de Gerli y Avellanedao descendan de las Lomas de Zamora.Hermanados en el mismo gritoy en la misma fe ibanel pen de campo de Cauelasy el tornero de precisin,el fundidor mecnico de automviles,la hilandera y el pen.Era el subsuelo de la patria sublevada.Era el cimientobsico de la Nacinque asomaba, como asoman las pocaspretritas de la tierraen la conmocindel terremoto.Era el substrato de nueva idiosincrasiay de nuestras posibilidades colectivasall presente en su primordialidad sin reatosy sin disimulos.Era el de nadie y el sin nadaen una multiplicidad casi infinita de gamasy matices humanos,aglutinados por el mismo estremecimientoy el mismo impulso,sostenidos por una misma verdadque una sola palabra traduca:Pern

Ral Scalabrini Ortz

Conciencia-Cuadro de Ricardo CarpaniPOESIA17 de Octubre"Desde la negra barrera del otro lado de la villa,donde el horizonte se funda con la nada,con salitre en la mejilla resecaday una miel despavorida en la miradallegaron los descamisados."Desde la fragua abierta cual granada de su sangre,encajada en el molde de la muerte,desde altos hornos pavorosos, crudo fuego enemigocon las uas carcomidasy el cabello chamuscado en cansancio secularsus mujeres desgreadas por el hambre y sus crasque no lloran porque miran,llegaron los descamisados."Sin ms arma que el cansado desaliento que en sus trazos se hizo huecofrente al ro enchapado de alquitranes y petrleos,solfatara de mil diablos expulsados,del ansioso cielo antiguo de los pobres,detenido en el asombro de su paso,la pupila desbarrada en la angustia esperanzadaen un hombre que hace luz en la tiniebla,que levanta todo aquello que se daba por perdido,por perdido y para siempre,llegaron los descamisados."Desde el otro lado de los puentes destruidospor la mano codiciosa de los despechadoscon un grito silencioso en la grieta de los labios,clamoroso, esperanzado,latir azul celeste en las venas que se crispan,levantando los racimos en las manos,hacia un hombre presentido,que vibraba delicado,llegaron los descamisados."Desde el taller cerrado y la fbrica con su caraclausurada de bondad,patinadapor el antiguo sudor de sus familiares,invadieron la ciudady el grito fue invadiendo las concienciashasta hacerle claridad."Claridad junto al Lder recobradopor su pueblo, el gran pueblo, solo el pueblo,y para siempre... para siempre, desde entonceses nuestro, solo nuestro, recobrado por el pueblo,en aquel da de gloria que empez oscuro y trgicohasta hacerse claridad,cuando el nombre iluminado,mi prjimo y vecino, mi compaero y hermano,lo rezaran con el alma, cuando llegaron los descamisados."Nicols Olivari

POEMASe levanta tu luz hecha de Pueblo,del Pueblo que venaentre arrancados prpados de sombrapara salvar sus das en tu da.Qumultitud de brazos levantados,de gritos que son canto,de rostros que por fin se reconocenen el amor y en la seal del llanto.17 de Octubre en la alegrade la historia que empieza a ser creacin.Tiempo de libertad el tiempo tuyo,nivel del hombre, signo de Pern.Encuentro de la tierra con el Pueblo,dulce unidad que suelta resplandores.Contienes y custodiasel corazn de los trabajadores.Se levanta tu luz con forma humanahasta tocar la altura.Entre los das eres nuestro da,el que no pasa y en amor perdura.Es nuestra verdad en carne viva,tu acontecer inmensamente puro.17 de Octubre,Pueblo y pasin, columna del futuro.Maria Granata

POESIAOctubre enteroMiradme as en octubre, la boca levantada,para decir los nombres que en mi sangre macollan.Todo lo que en el Pueblo se vuelve luz gritadacuando el hombre y la tierra se buscan y se apoyan.Miradme as en octubre, con mi ruano maeroque a la fiesta del pueblo me arrim receloso.Traigo un campo de huesos. Vieneel paisaje enterocon un perro y un chico y un arroyo barroso.Traigo la voz del pueblo en mi boca de octubre,en mi sangre de octubre parecida a una mora.Miradme as en octubre, con las manos de octubrey tendones rosados empujando a la aurora.Quiero mirar la patria en el humo que subeazul desde las fbricas, azul desde mis venas,nombrarla en un tobillo que no tiene cadenas,mirarla como el hombre cuando mira a la nube.Quiero decir obrero, decir descamisado.17 de octubre, laurel en la tormenta.Quiero abrir una fiesta en mi jergn coloradoy una garza rosada.(La aurora que se asienta).Miradme as en octubre, con mi ruano maeroque la fiesta del Pueblo me arrim resudado.Traigo un campo de lino. Viene mi octubre entero.Conun perro y un chico y un arroyo cortado.

Fermn Chvez

POEMA GAUCHESCO PERONISTAAlgunos versos de un bello poema titulado "Martn Pueblo". Para quienes no lo conocen, el mismo toma elementos del criollsimo "Martn Fierro" de Jos Hernndez, resaltando las penurias del hombre de campo que, hasta antes de la llegada de Pern, no tena derechos ni Patria. Desplegado el postulado peronista de la Justicia Social, el autor dar cuenta de la felicidad de los olvidados como el imaginario "Martn Pueblo", quienes ahora se sentan integrantes de la Nueva Argentina de la justicia social, la independencia econmica y la soberana poltica. "Martn Pueblo" consta de casi 50 pginas, fue escrito por Pedro Maglione Jaimes y publicado en septiembre de 1952 por Ediciones Mundo Peronista. Una autntica joya.

En el Blog de la Agrupacin Patritica Aurora

El criollo anduvo hasta entoncesrotoso a ms no podery no era posible crrque en un pis lleno 'e riqueza,a sus hijos la pobrezalos tuviera que morder.Porque era granero 'el mundoa nuestro pis lo esquilmaban;los animales fainabansin respetar ni al cordero;no dejaban ni los cuerospa saber cuntos faltaban.Todo estaba preparao;trenes y barcos grandotespegando sus largos trotesencima 'el agua o la tierra,llevaban hacia otras tierraslo mejor de nuestros brotes.Nos quedbamos mirandocomo el que ve un camalote,cmo en tales "paquebotes"lo que s' eiba no volva;de mirar tanto sentapuntadas en el cogote.-"Pa que votes"- deca yoy aclarada la razn,via bien la diricindel vino y las empanadas:con eso estaba pagadasta y la otra votacin.Y ellos no tenan la culpa.Pa mercachifles nacierony en todo momento vieronel negocio antes que nada;la cuenta ser cobradaa los que todo vendieron.Daba pena caminaral costado de la vaporque en ello se advertaque si uno estaba en su tierra,otro dirija esa yerracon el fierro que quera.Preparaban los gobiernoscomo relleno 'e empanadas:dende adentro, no haba nada,de ajuera todo venay sin pagar, se sabacmo iba a ser la llegada.Dende ajuera nos tocabantambor pa marcar el paso,y hasta el menor barquinazode ajuera aqu se senta;llamarle a eso "tierra ma"me dola como un lonjazo.Muchas veces he penaoal ir la patria cancin,que en su hermosa rilacinde tanta gloria pasadapareca una pualadaen mi triste condicin.Me quedaba la banderapa verla flamiar altiva;se me haca un nudo 'e salivay mi vista se empaaba,pues via que palpitabacomo una esperanza viva."Pero ha querido el destinoque todo aquello acabara..."y que de pronto llegarapa imponerse a los patrones,en medio 'e tantos varones,uno, que al fin los gritara.Aura se ha parao la bolacansada 'e tanto rodary no hace falta "aguantarhasta que nos trague el hoyo",porque al final lleg "un criolloen esta tierra a mandar".Es claro que ju un regelo.Se vieron todos perdidosy dentrando enjurecidoscon mentiras a insultar,trataron de mesturaren uno cinco partidos.En cambio el criollo valienteque el pecho puso adelante,se vi rodeao al istantepor los otros descontentos,que vivan sin sustentoen los tristes tiempos de antes.Ju de ver el espetculo.Los pobres menesterososmirados como pestososen la propia tierra de ellos;los otros -charlas y cuellos-,elegantes y rabiosos.Encontr el Pueblo a su padre.Y l, que andaba sin patrnse volc en una eleccinsin urnas pa guardar votos;conservo entuava las fotosde esa noche 'e redencin.

Pedro Maglione Jaimes

Inequvoco y elocuente testimonio fotogrfico del 17 de octubre

Este excepcional cuadro fue pintado en 1934. Refleja caras con angustia y dolor por la pobreza y la injusticia. Esas mismas caras se transformaron el 17 de octubre de 1945 en alegra, felicidad, pasin y sentimiento de lealtad hacia quien por ellos daba todo. Berjman, Sonia : Escenario de la vida poltica. -- p. 34-43. -- (En: Poblados, cascos urbanos y plazas histricas / Mara de las Nieves Arias Ancolla. 1 ed. Buenos Aires : Arte Grfico Editorial Argentino, 2012. 152 p. (Patrimonio argentino; 14). -- ISBN 978-987-07-2102-4

Bourdieu, Pierre. -- Efectos de lugar. -- (En: Bourdieu, Pierre. La miseria del mundo. Mxico: Fondo de Cultura Econmica, 2002)

Reguillo Cruz, Rossana. 2006.-- Los Miedos, sus Laberintos, sus Monstruos, sus Conjuros. Una Lectura Socioantropolgica. (En: Etnografas Contemporneas. a 2, N 2)

Neiburg, Federico. -- 17 de Outubro na Argentina. Espao e produo social do carisma. (En: Revista Brasileira de Cincias Sociais, N 20, 1992)

Neiburg, Federico (2003). -- El 17 de octubre en la Argentina. Espacio y produccin social del carisma (En: Representaciones sociales y procesos polticos / Ana Rosato y Fernando Alberto Balbi; ed. -- Buenos Aires: Editorial Antropofagia, 2003).

Entrevista a Silvia Sigal En: HYPERLINK "http://www.pagina12.com.ar" www.pagina12.com.ar, 13/9/2006, sec. Cultura&Espectaculos

Pern, Juan (2010), Filosofa peronista. -- 1a ed. -- Buenos Aires: Piloto de Tormenta. 191 p. -- ISBN 978-987-23804-3-4

Cafiero, Antonio Prefacio, t. 2. p. 11-12. -- (En: Garulli, Liliana /et al./. Nomeolvides : Memoria de la resistencia peronista 1955-1972. 1 ed. -- Buenos Aires: Biblos, 2000. 2 tomos.)

Bourdieu, Pierre. -- Efectos de lugar. -- (En: Bourdieu, Pierre. La miseria del mundo. Mxico : Fondo de Cultura Econmica, 2002)