Domingo de Ramos de la Pasión del Señor -...
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Domingo de Ramos de la Pasión del Señor Lecturas del día: Lucas 19:28 – 40; Isaías 50:4 – 7; Salmo 22:8 – 9, 17 – 18, 19 – 20, 23 – 24; Filipenses 2:6 – 11; Lucas 22:14 — 23:56. Comienza la semana más santa del año litúr- gico. La comunidad se reúne para contar la pasión y muerte de Jesús, como preparación a la resurrección. La Semana Santa es un tiempo para orar con mayor conciencia, de modo que nuestro corazón se vea seducido por la palabra de Dios y se mueva a compasión. Es cuando la pasión de Cristo puede traspasar nuestro corazón. En la Cuaresma se nos pide morir a nuestros modos pecaminosos y volvernos a Dios. La contrición nos mueve a buscar la misericordia de Dios y a profundizar nuestra relación con él. Hoy escuchamos el relato completo de la pasión de Jesús. No es fácil captar la belleza y la intensidad de sus pasajes que nos invitan a vaciarnos de nosotros mismos y a darnos totalmente a los demás. Jesús no murió por haber cometido algún crimen. Derramó su compasión, y su muerte nos trajo vida. ¿Cómo se ha vaciado usted, para que otros tengan vida? ¿De qué cosas necesita usted liberarse para cre- cer en la compasión y compartir la alegría de la resurrección de Cristo? Recuerde que cada vez que celebramos la Eucaristía, Dios derrama su amor sobre nosotros. Se nos da no sólo para rendir culto a Dios, sino para que nuestro cora- zón se asemeje al de Cristo y, así, santificarnos. En la Semana Santa, usted puede físicamente ir preparando su casa para la Pascua, como un modo de vaciarse de sí mismo. Compasión Dios amoroso, tú has enviado a Jesús para revelar tu gloria y pagar el precio por nuestros pecados, para que podamos participar en la vida eterna. En la noche en que fue traicionado él permaneció fiel a tu voluntad y, humillándose a sí mismo, fue conducido a la cruz. Incluso al momento de su arresto, fue compasivo y curó al siervo herido. Muéstranos tu compasión, Dios nuestro, incluso si te abandonamos. Sana nuestro sufrimiento, porque puede llevarnos a negar tu majestad. Dales ánimo a los débiles y levanta a los caídos. Fortalece nuestro amor por ti, para que con mente y corazón vivamos centrados en el misterio pascual de Cristo y disfrutemos siempre de su triunfo sobre la muerte. Por el mismo Cristo Señor nuestro. Amén. Domingo, 20 de marzo de 2016 Vaciarse de sí mismo
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Domingo de Ramos de la Pasión del Señor
Lecturas del día: Lucas 19:28 – 40; Isaías 50:4 – 7; Salmo 22:8 – 9, 17 – 18, 19 – 20, 23 – 24; Filipenses 2:6 – 11; Lucas 22:14 — 23:56. Comienza la semana más santa del año litúr-gico. La comunidad se reúne para contar la pasión y muerte de Jesús, como preparación a la resurrección. La Semana Santa es un tiempo para orar con mayor conciencia, de modo que nuestro corazón se vea seducido por la palabra de Dios y se mueva a compasión. Es cuando la pasión de Cristo puede traspasar nuestro corazón. En la Cuaresma se nos pide morir a nuestros modos pecaminosos y volvernos a Dios. La contrición nos mueve a buscar la misericordia de Dios y a profundizar nuestra relación con él. Hoy escuchamos el relato completo de la pasión de
Jesús. No es fácil captar la belleza y la intensidad de sus pasajes que nos invitan a vaciarnos de nosotros mismos y a darnos totalmente a los demás. Jesús no murió por haber cometido algún crimen. Derramó su compasión, y su muerte nos trajo vida. ¿Cómo se ha vaciado usted, para que otros tengan vida? ¿De qué cosas necesita usted liberarse para cre-cer en la compasión y compartir la alegría de la resurrección de Cristo? Recuerde que cada vez que celebramos la Eucaristía, Dios derrama su amor sobre nosotros. Se nos da no sólo para rendir culto a Dios, sino para que nuestro cora-zón se asemeje al de Cristo y, así, santificarnos. En la Semana Santa, usted puede físicamente ir preparando su casa para la Pascua, como un modo de vaciarse de sí mismo.
CompasiónDios amoroso,tú has enviado a Jesús para revelar tu gloriay pagar el precio por nuestros pecados,para que podamos participar en la vida eterna.En la noche en que fue traicionadoél permaneció fiel a tu voluntad y,humillándose a sí mismo, fue conducido
a la cruz.Incluso al momento de su arresto,fue compasivo y curó al siervo herido.Muéstranos tu compasión, Dios nuestro,
incluso si te abandonamos.Sana nuestro sufrimiento, porque puede
llevarnos a negar tu majestad.Dales ánimo a los débiles y levanta
a los caídos.Fortalece nuestro amor por ti,para que con mente y corazónvivamos centrados en el misterio pascual
de Cristoy disfrutemos siempre de su triunfo sobrela muerte.Por el mismo Cristo Señor nuestro. Amén.
Domingo, 20 de marzo de 2016Vaciarse de sí mismo
Recursos reproducibles para Cuaresma–Triduo Pascual–Pascua 2016
© 2016 Liturgy Training Publications. 1-800-933-1800. Texto de Timothy A. Johnston. Traducción de Ricardo López. Ilustración de Steve Musgrave. Texto bíblico conforme a La Biblia de nuestro pueblo. Biblia del peregrino (2011), con el debido permiso. Aprobación canónica de la Arquidiócesis de Chicago, 4 de septiembre de 2015.
La semana en casaLunes, 21 de marzo de 2016UnciónEscuchamos el relato de María ungiendo los pies de Jesús, como una anticipación a la unción funeraria. Movido por el egoísmo, Judas pregunta por el aceite. ¿Es esto una señal de que se ha alejado de Jesús? ¿La unción de María nos ayuda a ver a Jesús como el Mesías que nos redimirá? Para la oración familiar de esta noche, coloque enfrente un platito con aceite y converse sobre Jesús, el Ungido, y cómo el aceite forma parte de los sacramentos del Bautismo, de la Confirmación y del Orden Sacerdotal. Lecturas del día: Isaías 42:1 – 7; Salmo 27:1, 2, 3, 13 – 14; Juan 12:1 – 11.
Martes, 22 de marzo de 2016TraiciónJudas acompañó a Jesús un largo tiempo y luego se alejó de él. Todos podemos identificarnos con Judas, porque incluso nuestros pequeños pecados nos alejan de Cristo. En prepara-ción a la Pascua, usted puede encender una vela y meditar en su propio bautismo. Lecturas del día: Isaías 49:1 – 6; Salmo 71:1 – 2, 3 – 4a, 5ab – 6ab, 15 y 17; Juan 13:21 – 33, 36 – 38.
Miércoles, 23 de marzo de 2016El traidorVuelve a salir la traición de Judas. Jesús indica que es nece-saria para cumplir la voluntad de Dios. Por propia voluntad, Jesús se ofrece por la salvación del mundo. Él es el Siervo, el Elegido de Israel, quien, a pesar de ser llevado como cordero al matadero, triunfa sobre el pecado y la muerte. Lecturas del día: Isaías 50:4 – 9a; Salmo 69:8 – 10, 21 – 22, 31 y 33 – 34; Mateo 26:14 – 25.
Jueves, 24 de marzo de 2016Jueves SantoLa Misa Crismal resalta que Jesús es el Ungido. En esa misa, el obispo bendice los santos óleos y los entrega a cada parro-
quia. La misa vespertina de la Cena del Señor conmemora la institución de la Eucaristía y a Cristo lavando los pies de los apóstoles. Después de la misa vespertina, dedique algún tiempo a la adoración de Cristo sacramentado en el sagrario. Lecturas del día: (Misa Crismal) Isaías 61:1 – 3a, 6a, 8b – 9; Salmo 89:21 – 2, 25 y 27; Apocalipsis 1:5 – 8; Lucas 4:16 – 21; (Misa de la Cena del Señor) Éxodo 12:1 – 8, 11 – 14; Salmo 116:12 – 13, 15 – 16bc, 17 – 18; 1 Corintios 11:23 – 26; Juan 13:1 – 15.
Viernes, 25 de marzo de 2016Viernes SantoLa liturgia de hoy se concentra en la muerte de Cristo. Se nos invita a considerar su misterio y cómo nuestra vida se conecta con su muerte. Ponga mucha atención al relato de la pasión y a las intercesiones. Al acercarse usted a la cruz para venerarla, medite en ella y regocíjese de que Dios, en su bondad, nos ha salvado de la muerte. Lecturas del día: Isaías 52:13 — 53:12; Salmo 31:2, 6, 12 – 13, 15 – 16, 17, 25; Hebreos 4:14 – 16; 5:7 – 9; Juan 18:1—19:42.
Sábado, 26 de marzo de 2016Vigilia PascualEsta noche, la liturgia está llena de los símbolos que cuentan la historia de nuestra fe. Esta noche es la más santa de las noches del año en la Iglesia. Nos regocijamos por la maravi-llosa victoria de Cristo sobre la muerte. Cantamos con mucho brío el Aleluya, y recibimos a los iniciados en la fe con intenso júbilo, y los festejamos en comunidad después de misa. ¡El Señor resucitó! Lecturas del día: Génesis 1:1— 2:2; Salmo 104:1 – 2, 5 – 6, 10, 12, 13 – 14, 24, 35; Génesis 22:1 – 18; Salmo 16:5, 8, 9 – 10, 11; Éxodo 14:15 —15:1; Salmo: Éxodo 15:1 – 2, 3 – 4, 5 – 6, 17 – 18; Isaías 54:5 – 14; Salmo 30:2, 4, 5 – 6, 11 – 12, 13; Isaías 55:1 – 11; Salmo: Isaías 12:2 – 3, 4, 5 – 6; Baruc 3:9 – 15, 32 — 4:4; Salmo 19:8, 9, 10, 11; Ezequiel 36:16 – 17a, 18 – 28; Salmo 42:3, 5; 43:3, 4; Romanos 6:3 – 11; Salmo 118:1 – 2, 16 – 17, 22 – 23; Lucas 24:1 – 12.
