DOMINGO XV DEL TIEMPO ORDINARIO - 12.07.09

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    Estudio Bblico DominicalDcimoquinto del Tiempo Ordinario (B)

    12 de Julio de 2009

    LA MISIN PROVIENE DE JESS:El llamado, el envo, el poder y las instrucciones

    de los misioneros cristianos

    Marcos 6,7-13

    La vocacin del discpulo y misionero de Jesucristoes configurarse con l, construir la comunin y evangelizar

    (Cardenal Francisco Javier Errzuriz)

    Llama a los Doce y comenz a enviarlos de dos en dos,

    dndoles poder sobre los espritus inmundos

    SeorLlvame donde los hombres necesiten mis palabras,

    necesiten mi ganas vivir.Donde falte la esperanza, donde falte la alegra,

    simplemente por no saber de ti(De la cancin Alma misionera)

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    Introduccin

    Siguiendo el itinerario de Marcos damos ahora un paso importante: los discpulos sehacen misioneros.

    Desde el primer momento en que el discpulo es llamado se alude a su tarea misionera:Os har llegar a ser pescadores de hombres (1,17), Para enviarlos a predicar conpoder de expulsar los demonios (3,14b-15). Ahora vemos cmo Jess los enva porprimera (y nica) vez en este evangelio de Marcos.

    La lectura de este relato nos va a ayudar a descubrir elementos que hay que tener siemprepresentes en la misin de la Iglesia, ya que es parmetro que debe estar permanentementeante los ojos de la Iglesia. Adems, esperamos que suceda as, nos motivar paraponernos en camino junto con el Maestro y con los Doce comprometindonos seriamenteen la tarea misionera que nos ha sido confiada a todos en alba del este tercer milenio.

    Tengamos presente en este Domingo lo que nos dice el Documento de participacin en preparacin de la V Conferencia General del Episcopado Latinoamericano: Hacermisin significa ir en bsqueda de las personas y de los grupos humanos, organizar laspersonas de la parroquia y de otras comunidades, formarlas para la misin y entoncesenviarlas (Anexo 2).

    1. Texto, su contexto y estructura

    1.1. El texto

    Leamos atentamente Marcos 6,7-13:[En cierta ocasin Jess] 7Llama a los Doce y comenz a enviarlos de dos en dos,

    dndoles poder sobre los espritus inmundos.8Les orden que nada tomasen para el camino, fuera de un bastn: ni pan, ni alforja,

    ni calderilla en la faja; 9sino:

    Calzados con sandalias y no vistis dos tnicas.10Y les dijo:

    Cuando entris en una casa, quedaos en ella hasta marchar de all.11Si algn lugar no os recibe y no os escuchan,

    marchaos de all sacudiendo el polvo de la planta de vuestros pies, en

    testimonio contra ellos.12Y, yndose de all, predicaron que se convirtieran; 13expulsaban a muchos demonios,

    y ungan con aceite a muchos enfermos y los curaban.

    1.2. El contexto

    Segn Mc 6,6b, Jess enseaba en los alrededores de su ciudad de Nazaret (ver 6,1-4),una vez que su misin all prcticamente fracasara. Lo esencial de la misin de Jess, la

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    Aquellos que fueron llamados en la montaa y fueron constituidos para que estuvierancon l, y para enviarlos a predicar con poder de expulsar demonios (3,14-15), losDoce (3,16), comienzan a realizar lo que han aprendido de Jess y con la mismaautoridad que l les confiere.

    Comienza as una nueva seccin del evangelio de Mateo que relata la ltima giramisionera de Jess en Galilea y sus alrededores (Mc 6,6b-8,26). A partir de 8,27, Jessdejar Galilea y se ir hacia norte, hacia Cesarea de Filipo, para ponerse luego en caminohacia Jerusaln.

    El punto de partida es el envo misionero de los Doce. A partir de aqu vemos cmo Jess

    compromete ms a los discpulos en lo que l hace en medio de un camino que no conocereposo y que lo lleva incluso fuera de Galilea (ver 7,24.31). La misin de la Iglesia enteraes prefigurada y regulada por este gesto de Jess.

    1.3. Una estructura

    En el pasaje distinguimos las siguientes partes:

    (1) Convocatoria y envo de los Doce (6,7)(2) Instrucciones para la misin (6,8-11):

    Acerca de lo que se debe llevar consigo (6,8-9)

    Acerca del comportamiento que hay que tener en caso de acogida o de rechazo(6,10-11)(3) Resumen de la realizacin de la misin (6,12-13)

    Aunque la mirada est puesta en la accin misionera que van a realizar los Doce, esnotable que la persona de Jess est en el centro de todo: l llama, l enva, l reviste depoder y l es quien determina cmo deben comportase los misioneros.

    Profundicemos.

    2. Convocatoria y envo de los Doce (6,7)

    Llama a los Doce y comenz a enviarlos de dos en dos, dndoles poder sobre losespritus inmundos.

    Tres breves frases en progresin temporal abren el relato: el llamado de los Doce, elenvo en parejas y la atribucin a ellos de poderes exorcistas. Jess est en el centro detodo: llama hacia l y enva, al mismo tiempo capacita.

    (1) Jess los llama

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    Marcos coloca los trminos que evocan un acto solemne. El envo tiene que ver con laesencia de la vocacin. El nmero Doce, que evoca a los doce patriarcas de Israel, dejaver la intencin de Jess de reconstituir al pueblo de la Alianza. La misin de Jess estconectada con la realizacin del proyecto de Dios iniciado con el pueblo por medio del

    cual convocara al mundo entero a la comunin con el Dios revelado en la historia y a lafraternidad.

    (2) Jess los enva de dos en dos

    Se realiza en sintona con el derecho judo del testimonio (tema que se menciona al finaldel v.11: en testimonio contra ellos) segn la norma de Deuteronomio 19,15 (ver cmola aplica Jess tambin en Mateo 18,16 y Juan 8,17).

    De aqu aprendeos que los misioneros: No van en nombre propia, sino como testigos de un mensaje recibido de Jess.

    Deben ayudarse y apoyarse entre s (incluso corregirse). Tienen una visin comunitaria de la misin: parte de la comunidad, se realiza en

    comunidad y apunta a la formacin de la comunidad.

    (3) Jess le da poder sobre los espritus impuros

    Esta prerrogativa suya (ver 1,22-27) ahora Jess se la transfiere al grupo de los Doce. Seentiende que dicho poder es para expulsar los demonios, tal como se afirma al final: yexpulsaban a muchos demonios (6,13). Hasta ahora se han mencionado seis veces losexorcismos de Jess en el evangelio de Marcos: 1,22-27.34.39; 3,11-12.22; 5,1-20; estomuestro que dentro del anuncio del Reino sta es una actividad esencial. Pues bien,

    siguiendo a Jess en la misin el cristianismo tambin tendr como tarea la expulsin delos demonios del mundo, enfrentar las diversas manifestaciones del mal y vencerlo con elpoder de Jess.

    Al principio la accin principal de los misioneros son los exorcismos, pero al final delrelato vemos que Jess tambin les confi, junto a esta, otras dos tareas: la predicacin dela conversin y la curacin de los enfermos (6,13).

    En la prctica los aspectos de la misin son tres, los cuales se refieren a la obra eficaz delacontecer del Reino rescatando al hombre de una direccin equivocada en la vida y de lasgarras destructoras del mal que desfigura su belleza, para que el hombre sea lo que est

    llamado a ser segn el proyecto divino.

    3. Las instrucciones para la misin (6,8-11)

    La parte central del relato del envo de los misioneros, la que ocupa mayor espacio, es lade las instrucciones de Jess a los Doce. El Jess que llama, que enva y que da poder alos Doce, tambin es el Jess que establece las normas de comportamiento distintivas deun misionero suyo.

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    Curiosamente no se trata de un largo listado de puntos a tener en cuenta, sino que todo seconcentra en dos aspectos esenciales: la indumentaria (dnde se pone la seguridad) y lareaccin que se debe tener frente al xito o el fracaso misionero (acogida o rechazo enuna casa).

    Jess pronuncia las instrucciones no como simples sugerencias sino como mandatos: lesorden (6,8). Jess habla con la autoridad propia de un enviado de Dios (ver 8,6).

    3.1. Acerca de lo que se debe llevar consigo y de lo que no (6,8-9)

    8Les orden que nada tomasen para el camino, fuera de un bastn: ni pan, ni alforja,

    ni calderilla en la faja; 9sino: Calzados con sandalias y no vistis dos tnicas.

    En camino. Los misioneros son caminantes que van en busca de la gente, ellos no sepermiten acomodaciones y instalaciones. Este tambin es un rasgo esencial de la misin

    cristiana.La itinerancia requiere previsiones, mucho ms en un contexto en que los trayectos sonlargos y escabrosos y las vas son inseguras. Por tanto, qu es lo que deben llevarconsigo?

    La respuesta es radicalmente negativa y luego positiva. Veamos.

    (1) La radicalidad en el desprendimiento

    Primero Jess les ordena que no transporten nada con ellos: Les orden que nadatomasen para el camino (6,8). La renuncia total a las posesiones exigida para elseguimiento tambin lo es para la misin: Pedro se puso a decirle: Ya lo ves, nosotroslo hemos dejado todo y te hemos seguido (10,28).

    Como afirma Martn Hengel, el aspecto de los misioneros deba ser parecido al de losfilsofos itinerantes cnicos-estoicos, que andaban de un lado para otro solamente provistos de un bastn, con cara de mendigo y manto de filsofo. Claro est, siobservamos bien notaremos que los misioneros de Jess son mucho ms radicales:

    Nada de pan: no es la frugalidad de los filsofos, propia de su moderacin en lacomida (Deca Diogneto Laetius: un poco de pan acompaado de higos, y agua para

    beber), sino ayuno total. Nada de alforja: no hay alforja, la mochila del viajero, porque es innecesaria: no

    hay provisin de vveres. De nuevo el aspecto es el de un mendigo.

    Nada de dinero en la faja: lo anterior podra hacer pensar que no se llevan losvveres ni los implementos para pernoctar en el camino como signo de ligereza parael viaje. Pues bien, la radicalidad va al extremo: Jess ni siquiera les permite llevar,

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    como se acostumbraba, algo de dinero envuelto en el cinturn (aqu un fajn de teladoblada) para adquirir lo necesario en el camino. Las monedas a las que se hacereferencia son sencillas; incluso de este signo de pobreza se despojan los misioneros.

    Todava en el imperativo del v.9 Jess agrega: Y no vistis dos tnicas. Hay que

    distinguir entre las prendas para vestir en esta poca: la tnica, que la bata que est encontacto directo con la piel, y el manto que va encima. Otro signo de radicalidad en eldesprendimiento. Algunas personas se colocaban una tnica encima de la otra para dar laimpresin de un gran vestido. Aunque aqu la cuestin parece ser el no llevar otra tnicade repuesto (que es necesaria pero no tanto, se puede sobrevivir). Esto indica que se vivecon lo estrictamente esencial: nada que haga pensar en lujo o en riqueza.

    La pobre tnica, sin ms indumentos ni atavos, junto con el bastn y las sandalias seconvierten de aqu en adelante en el distintivo de un misionero cristiano. Su predicacinser ante todo su testimonio de vida, esta anuncio del Reino de Dios sin palabras.

    (2) Lo que se puede llevar a la misin

    La prohibicin de no llevar nada para el camino tiene dos excepciones que ponen derelieve la itinerancia de los misioneros: el bastn y las sandalias.

    Un bastn. El bastn del peregrino tena mltiples usos, uno de los msimportantes era el arma de defensa de los animales o delincuentes que aparecan en elviaje.

    Calzados con sandalias. Tambin es un implemento necesario para quien recorrelargos trechos pedregosos, que calientan con el sol, que tienen espinas u otras cosas

    que dificultan el caminar normal y saludable.

    Junto con la nica tnica (es obvio), el bastn y las sandalias se refieren a las cosasrealmente necesarias para un viaje largo. Esta manera de andar es todo un lenguaje querefuerza el sentido de su programa misionero. La extrema pobreza del misionero esanuncio: De que viene en son de paz y con total mansedumbre. De que Dios es lo fundamental y sabe vivir de su providencia paterna. De que han llegado el tiempo definitivo que relativiza todo el aparato consumista en

    el que los hombres ponemos nuestra seguridad y satisfacemos nuestros deseos. De que el Reino de Dios puede ofrece el derecho a los pobres y la proteccin a los

    marginados e indefensos.

    Pero lo ms importante es que los misioneros no llevan consigo nada ms que el mensajeque anuncian y el poder dado por Jess, todo lo dems pasa a segundo plano. Es comodice Pedro al paraltico de la Puerta Hermosa en el Templo: No tengo plata ni oro; perolo que tengo, te doy: en nombre de Jesucristo, el Nazareno, ponte a andar (Hechos3,6).

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    Haba muchos otros predicadores itinerantes en tiempos de Jess, tambin ellos hacanrenuncias y se hacan distinguir en su indumentaria, pero el punto al que llegan losenviados por Jess es extremo, parece superarlos a todos. Esta radicalidad en eldesprendimiento manifiesta cunto estn involucrados en la vida misma del Reino queanuncian.

    3.2. Acerca del comportamiento que hay que tener en caso de acogida o derechazo (6,10-11)

    10Y les dijo: Cuando entris en una casa, quedaos en ella hasta marchar de all. 11Si

    algn lugar no os recibe y no os escuchan, marchaos de all sacudiendo el polvo de la

    planta de vuestros pies, en testimonio contra ellos.

    La segunda parte de las instrucciones a los misioneros es conocida como la regla paralas casas. Nos refresca el cuadro de la hospitalidad proverbial en el oriente antiguo.

    De nuevo, como en la instruccin anterior, se hace la distincin en trminos positivos ynegativos, en este caso dos eventualidades posibles: cuando le abren las puertas o cuandose las cierran al misionero.

    (1) La regla de la constancia (6,10)

    Se debe presuponer que, en principio, el misionero que viene en son de paz,completamente desprendido de todas las cosas, encuentre la benvola acogida de familiasque le ofrecen un espacio en sus casas.

    Si ocurre as, se le prohbe al misionero cambiar de alojamiento. Con esto se busca que elmisionero: No ande buscando espacios ms cmodos y ms bien se contente con lo que una

    pobre familia tiene para compartirle. Se d el tiempo suficiente para acompaar a una familia que inicia un camino de fe

    (no hay que abrir procesos para dejarlos rpidamente); esto exige constancia y ciertaestabilidad por parte del misionero, slo as se podr formar una comunidad.

    No haga distincin de personas en pro de sus propias preferencias.

    (2) La regla del testimonio (6,11)

    Pero, como efectivamente sucedi desde el comienzo de la evangelizacin, an con el

    mismo Jess, el misionero y su mensaje puede ser rechazado: Si algn lugar no osrecibe (=al mensajero) y no os escuchan (=al mensaje) (6,11). El trmino recibir essignificativo (ver 9,37; 10,15), en l se juega el acontecer del Reino que siempre se ofrecey nunca se impone.

    Qu hacer cuando hay repulsa? Hay que partir de all (como le sucede a Jess en laescena anterior en Nazaret, ver 6,5), pero esto no quiere decir que se le cierren todos loshorizontes a la misin, se abrirn nuevos espacios.

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    Pero el momento de partida est marcado por un gesto significativo: sacudiendo elpolvo de la planta de vuestros pies, en testimonio contra ellos (6,11b). El gesto quieredecir el fin de toda relacin.

    Analicemos. Quitarse el polvo de los pies o de la ropa perteneca a un ritual simblicocon el que el israelita se purificaba cuando regresaba de tierra pagana; puesto que sepensaba que la tierra participaba del carcter de sus habitantes (ver Nmeros 5,17), habaque liberarse de l. El israelita no entraba en comunin con estilo de vida del pagano nimucho menos participara del destino que le aguardaba. Por eso el gesto, ahora realizadopor misioneros cristianos, tena el valor de un testimonio de advertencia de no estar deacuerdo con su actitud negativa y un ltimo llamado a la conversin, ya que el rechazodel anuncio del Reino traera consecuencias funestas. Quien rechaza al misionero rechazatambin la Buena Nueva que anuncia.

    La Palabra sigue anuncindose an en circunstancias adversas por medio de este

    testimonio, como efectivamente ocurre en el caso del leproso enviado a los sacerdotes(para que les sirva de testimonio, Mc 1,44) o de los misioneros que son interrogadosen los tribunales (para que deis testimonio ante ellos; Mc 13,9).

    4. Resumen de la realizacin de la misin (6,12-13)

    12Y, yndose de all, predicaron que se convirtieran; 13expulsaban a muchos demonios,

    y ungan con aceite a muchos enfermos y los curaban.

    Estrechamente conectada con la primera parte del relato (6,7) y de forma sumaria, elevangelista Marcos describe finalmente la realizacin de la misin por parte de los Doce:Jess los envi (6,7) y ellos fueron (6,12).

    La tarea primera es la predicacin de la conversin. Este era un rasgo de la predicacinde Jess (El Reino de Dios est cerca: convertos y creed, 1,15) y de la Iglesia delos orgenes (Pedro les contest: Convertos, Hechos 2,38).

    No es suficiente la intencin de la conversin si el mal sigue campante. Por ello a laactitud de apertura del hombre frente a Dios corresponde la autoridad del Reino de Diosque se manifiesta en exorcismos y sanaciones.

    El gesto de la uncin de los enfermos con leo (no se dice que Jess haya mandadohacerlo pero se presupone), es coherente con la conviccin antigua de la curacin es almismo tiempo un exorcismo del mal que lo est generando, gracias a la fuerza catrticadel aceite. Entonces, el mal es vencido y aparece el hombre nuevo en libertad y salud.

    La preocupacin de los primeros misioneros por estos signos de victoria sobre el mal esdiciente. Desde el principio del evangelio en las dos primeras escenas de la misin deJess, despus del llamado de los cuatro primeros, el esquema exorcismo/curacin

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    (exorcismo en la sinagoga, curacin en la casa de Pedro; sumario de estas dos accionesenseguida en la puerta; ver 1,21-34) caracteriza la novedad de la obra de Jess.

    Esta manera de proceder de los misioneros no es casual ni pasajera, parece hacersehabitual. Los tiempos verbales del v.13 lo sealan: expulsaban, ungan,

    curaban.Notemos, finalmente, una curiosidad. Este relato de envo de los Doce no tiene referentestemporales (cundo fue, cunto dur) ni geogrficos (dnde estaban, a dnde fueron).Tampoco sabemos cmo reaccionaron los destinatarios de la misin. La fuerza del relatorecae sobre la relacin de los discpulos con Jess quien los llam, los envi, los dot depoder y los form. Al final se ver cmo los enviados le rendirn cuentas al Maestrosobre la misin realizada (6,30).

    Aquellos que tiempo atrs eran pescadores, junto con los otros provenientes de otrosoficios, ahora han comenzado a participar en la maravillosa misin de Jess en funcin

    de la salvacin y la vida plena de todos los hombres. Lo que haban escuchado el da desu vocacin acerca de lo que iban a hacer en el futuro, desde este momento es unarealidad que experimentan personal y comunitariamente, una bella realidad de la quetambin hoy nosotros somos parte.

    5. Cultivemos la semilla de la Palabra en lo profundo del corazn

    5.1. Cmo aparece la relacin entre Jess y sus discpulos en el relato? Qu imagenaparece de Jess? Cmo se correlaciona discipulado y misin?

    5.2. Por qu Jess los enva de dos en dos?

    5.3. Cmo traducir hoy las tareas fundamentales de la misin apostlica: lapredicacin de la conversin, los exorcismos y las curaciones?

    5.4. Los discpulos iban despojados de todo: Por qu? Cmo deba entenderlo lagente que los vea?

    5.5. Considero la misin es tarea para unos pocos en la Iglesia? Qu puedo hacerpara ser misionero all donde vivo, trabajo o descanso?

    P. Fidel Ooro, cjmCentro Bblico del CELAM

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    Discpulos para la misin

    Recibir el llamamiento de Dios a ser discpulos y misioneros de Cristo implicagrandes tareas. Son tareas que tienen las dimensiones del poder, la bondad y lasabidura de Dios. Lo que recibimos gratis, hemos de darlo gratis (cf. Mt 10,8). Por

    eso, con esta conciencia queremos escuchar, comprender y responder vigorosamente ala voz de Dios que nos llama, a travs de las circunstancias propias de nuestro tiempo,a hacernos responsables de la Nueva Evangelizacin con el ardor interior quecaracteriz a los santos

    (Documento de Participacin en preparacin de la V Conferencia General delEpiscopado Latinoamericano, No.93).

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