DOSSIER AGRICULTURA DE CONSERVACIÓN

Disminución de la pérdida deabono mediante la aplicaciónde nuevos fertilizantes ensiembra directa

Efectos del laboreo en lacurva de retención hídricade un suelo bajodiferentes manejos

Sembradoras directas, elmotor de la agricultura deconservación

El laboreo y su efecto en losprocesos de fijación yemisión de carbono ensuelos agrícolas

/La agricultura de c serváción, el camino a seguir haciala sosterfibilida

Veroz González, 0); González Sánchez, E.1.2.

Gómez Ariza, ; Márquez García, F.2*

1 Asociación Española Agricultura de Conservación /Suelos Vivos (AEAC/SV). IFAPA Alameda del Obispo.Córdoba.

2 Grupo de investigación de mecanización ytecnología rural AGR126. Departamento deingeniería rural. Universidad de Córdoba.

En un momento en que la tasade paro supera ya el 18% en Es-paña y con el IPC registrando

por sexto mes consecutivo valo-res negativos, el sector agrario,especialmente sensible a losvaivenes de la economía, se en-cuentra además por primeravez con todos sus subsectoressumidos en un periodo crítico.Sin embargo, aunque los agri-cultores poco pueden hacer porinfluir en los precios a los quevenden sus cosechas, sí pueden

en lo referente a los costes deobtener esa producción. En estesentido, la agricultura de con-servación ha de contemplarseno sólo como una práctica quedesde el punto medioambientalresulta aconsejable sino, ade-más, como una medida que con-tribuye a aumentar la rentabili-dad, ahorrar costes e incremen-tar la eficiencia energética.

(15/Octubre/2009) 11111811URAL Eil

• LO

• ML

SD

20

18

16

14

12

10

8

42O

LO (Laboreo Convencional), ML (Mínimo Laboreo en Agricultura de Conservación) y SD (Siembra Directa).Fuente: AEAC/SV.

Andalucía Castilla- CastillaLa Mancha y León

Cataluña C.Valenciana Galicia País VascoAragón Murcia

La RiojaNavarra

FIGURA 1.

Valores medios de energía consumida en la producción de trigo (G1 ha- 1 ) para losdiferentes sistemas de manejo.

DOSSIER AGRICULTURA DE CONSERVACIÓN

S

i existe en los últimos meses un tér-mino repetido hasta la saciedad,no sólo en nuestro país, sino en elmundo entero, es sin duda la pala-

bra crisis. A diario, los medios de comunica-ción se encargan de recordarnos la precarie-dad económica y financiera en la que nosencontramos actualmente, bombardeándo-nos con nuevas noticias de expedientes deregulación de empleo de empresas, inter-venciones públicas e inyecciones de liquidezen los mercados financieros.

Por si esto no fuera poco, los fríos datoseconómicos vienen a corroborar mes a mesesta situación, con una tasa de paro que su-pera ya el 18% en España, y con el fantasmade la deflación asomando cada vez más lacabeza, encadenando el IPC el sexto mesconsecutivo con valores negativos.

Pero si hay un sector especialmentesensible a los vaivenes de la economía, éstees el sector agrario, el cual no ha necesitadode situaciones tan extremas a nivel mundialpara verse sacudido por subidas en las ta-sas de paro, temporalidad de contratos, pre-cios bajos de los productos en origen o altosprecios de los insumos.

Lo que síes novedoso de esta crisis res-pecto a las anteriores acaecidas en el cam-po español es que, si bien en el pasado, al-gunos subsectores productivos habían teni-do un periodo crítico, éstos no habían sidonunca coincidentes. En cambio, en el pre-sente ejercicio no hay sector que se salve: cí-tricos, aceite, porcino, aceituna de mesa, ce-reales, etc., lo que hace que la crisis afecteabsolutamente a todas las producciones.

Como consecuencia de ello, en el ejerci-cio de 2008 la renta agraria bajó un 4,7%respecto al año anterior, los precios se de-rrumbaron en casi todos los sectores, lo quecompromete seriamente la viabilidad de al-gunas explotaciones. Desde el aceite, cere-ales o cítricos hasta el porcino, vacuno u ovi-no/caprino, no hay sector que tenga pers-pectivas de mantener una mínima rentabili-dad en el futuro.

Por otro lado, la subida del IVA del 16%al 18% en el tipo general, y del 7% al 8% enel tipo reducido, aplicable a partir del 1 dejulio de 2010, aprobada por el Gobierno enlos Presupuestos Generales del Estado para2010 contribuye a un incremento en loscostes de producción para los agricultores,los cuales, al estar acogidos al Régimen es-pecial de Agricultura, Ganadería y Pesca de

IVA, no liquidan el impuesto con Hacienda, re-cibiendo una compensación del 9%, que no hasufrido variación con el incremento del IVAaprobado.

Sumando a todo esto el hecho de que losprecios de los cereales no están a la altura delo esperado, o quizás sí, hará que seguramen-te muchos agricultores se planteen no sembrara la espera de que amaine la tormenta y ven-gan tiempos mejores. De cualquier forma,constatamos un año más, que los agricultorespoco pueden hacer por influir en los precios alos que venden sus cosechas, pero no así en loreferente a los costes de obtener esa produc-ción como se verá más adelante.

Ante este desalentador panorama, y a laespera de que las medidas tomadas por el Go-bierno reactiven la economía y sus repercusio-nes se hagan notar en la agricultura, es nece-sario que todos los agentes del sector agrario,

En un estudio realizadoen varias parcelas situadasen el valle medio del Ebro,se redujeron los costes enlas labores en 69,05 E/haen mínimo laboreoy en 116,29 E/ha

Len siembra directa

desde los políticos hasta los agricultores, to-men la iniciativa para impulsar medidas quehagan más competitivo al campo español.

En este sentido, la agricultura de conserva-ción ha de contemplarse no sólo como unapráctica que desde el punto medioambientalresulta aconsejable sino, además, como unamedida que contribuye a aumentar la rentabi-lidad, ahorrar costes e incrementar la eficien-cia energética. Sin duda alguna, todo ello su-pone aportar soluciones para la lucha contra lapérdida de cornpetitividad de las explotacio-nes y en general, contra la crisis.

Algunos apunteseconómicos

Entrando más en detalle en el análisis eco-nómico en agricultura de conservación, loscostes operacionales y los costes derivados delos gastos de adquisición de insumos agrarios(fertilizantes, semillas y productos fitosanita-dos), disminuyen de manera global respecto ala agricultura convencional, según estudiosanalizados, entre un 10% y un 25%.

La disminución del número de labores re-dunda en una reducción en el consumo decombustible (entre el 35% y el 75% según elcaso), un descenso de los tiempos de trabajo(entre el 40% y el 60%) y una disminución delos gastos de mantenimiento. Por el contrario,el cambio de filosofía en la estrategia de con-trol de la flora adventicia, sustituyendo el con-trol mecánico por el control químico, influye en

IIIMURAL (15/Octubre/2009)

MERLO

una subida de los costes en productos fitosa-nitarios, que puede veme compensada por lasmenores necesidades en combustible, maqui-naria y mano de obra.

Por poner un ejemplo, en un estudio reali-zado porArnal (2008) en varias parcelas situa-das en el valle medio del Ebro, localizadas enAragón, Cataluña y Navarra, se redujeron loscostes en las labores en 69,05 e/ha en míni-mo laboreo y en 116,29 e/ha en siembra di-recta. Si bien el coste de las materias primasse incrementó en las prácticas de conserva-ción, esto no evitó que los resultados económi-cos globales fueran mejores, arrojando unasganancias en mínimo laboreo y en siembra di-recta de 66,15 e/ha más y85 €/ha más res-pectivamente.

El gasto energéticotambién supone un costeeconómico

Otro análisis que resulta de interés para elestudio económico de una actividad producti-

va, es el energético, ya que todo proceso queresulte energéticamente eficiente, conllevauna reducción en los costes de producción.Así, numerosos estudios a nivel nacional cons-tatan la rentabilidad y la viabilidad energéticade los sistemas de conservación frente a laaghcultura convencional. Destaca en este sen-tido, los ahorros energéticos que se alcanzanen los sistemas de siembra directa frente al la-boreo convencional, oscilando entre el 10% yel 50% según la región y el cultivo considera-do. Todo ello va acompañado además de unaumento en la productividad energética (can-tidad de producto obtenido por unidad deenergía aportada), siendo este incremento del10% en los casos más desfavorables, y hastadel 100% en los casos más favorables.

El principal factor responsable de la dife-rencia en el consumo energético entre los sis-temas de conservación y los sistemas conven-cionales es el mayor consumo de combustibleque, en la preparación del terreno conllevan losúltimos. En términos relativos, la diferencia en-tre los sistemas de laboreo tiende a reducirseen función de la cantidad de fertilizante utiliza-

do, dado que la incidencia de dicho factoren elconsumo energético es importante, suponien-do algo más del 50% en el caso de los cerea-les (figura 1).

Repercusioneseconómicas de lasostenibilidadmedioambiental

Con los sistemas de aghcultura de conser-vación se reduce en gran medida la erosión delsuelo, más del 90% en el caso de siembra di-recta/no laboreo (Towery, 1998), más del 60%en el laboreo reducido (Brown eta!., 1996), yun 85% en cubiertas vegetales (Márquez eral.,2008).Teniendo en cuenta el coste económicoque los problemas de erosión originan debido,entre otras causas, a la pérdida de producciónagrícola, el deterioro de los embalses y los da-ños causados por las inundaciones, la adop-ción de prácticas como la siembra directa, elmínimo laboreo, y las cubiertas vegetales, pue-den ahorrar a las Administraciones públicas el

Turbofarmer por encima de las expectativas.

Cuando la tecnología Merlo entra en acción no dudeis en aprovechar al máximo de vuestra máquina. Constructor de confianza.

porque no queremos poner limites a vuestras expectativas. www.merlo.com

CASE IIIPOTE SALVAJE. BAJO CONSUMO. Pl A CVX.

CON TRANSMISIÓN VARIABLE CONTINUA

DOSSIER AGRICULTURA DE CONSERVACIÓN

coste que tienen las acciones encaminadasa la lucha contra la erosión y a la recupera-ción de suelos.

En lo que respecta a la calidad de lasaguas, la mejora de la estructura del suelo,provocada por la aplicación de la agriculturade conservación, unido al vegetal que per-manece sobre él, hace que la eficiencia en eluso del agua sea una de las claves del buencomportamiento productivo de los campossembrados bajo sistemas de conservación.Esta técnica puede suponer hasta el 10% deahorro de agua. Por su parte, la contamina-ción de aguas, tanto en superficie como sub-terráneas, se reduce drásticamente al con-trolarse en casi un 90% el arrastre de suelo yconsecuentemente los potenciales contami-nantes adheridos a él.

Además de estos beneficios, el medioambiente agradece el empleo de las técni-cas de conservación por el efecto mitigadordel cambio climático que conllevan: se emi-te menos CO2 en la actividad normal agraria(menos gasto de combustible y eliminaciónde la quema de rastrojos) y se "captura" CO2de la atmósfera, disminuyendo así el efectoinvernadero y ayudando eficazmente a cum-plir los beneficios promovidos mediante el vi-gente Protocolo de Kioto, del que España seencuentra muy alejada en la actualidad.

Hay divergencias en los costes que ten-drá para nuestro país el incumplimiento delcitado acuerdo, oscilando las cifras publica-das entre unos 2.000 millones de euros losmás bajos y casi 20.000 los más altos. Aun-que la diferencia es grande, el coste es con-

siderable, y portanto,toda actividad que contri-buya a mitigar las emisiones de gases de efec-to invernadero reducirá el coste que la sociedadespañola tenga que pagar en este sentido.

Piedra angular de undesarrollo sostenible en elsector agrario

Es pues, un buen momento para posicionaren los foros nacionales e internacionales a laagricultura de conservación como el camino aseguir y presentarla como la agricultura del fu-turo, sostenible a todos los niveles, tanto me-dioambiental como social y económico, y co-rresponde a entidades como la Asociación Es-pañola de Agricultura de Conservación realizaruna ingente !aborde sensibilización que permi-ta lograr un amplio respaldo de los organismospúblicos que se traduzcan en medidas de apo-yo y en políticas que favorezcan su adopción.

Sin ir más lejos, una buena oportunidadpara ello será la Cumbre Mundial sobre Cam-bio Climático que se celebrará en Copenhague

Es un buen momento paraposicionar en los forosnacionales e internacionalesa la agriculturade conservación comoel camino a seguir

el próximo mes de diciembre, en la que seespera que vea la luz un nuevo documentomás ambicioso que sustituya al Protocolode Kioto. La introducción de la agricultura deconservación en las estrategias regionalescontra el cambio climático en algunas co-munidades autónomas, hace albergar espe-ranzas de que, a nivel político, se reconozcanlas virtudes ya contrastadas sobre su efectomitigador del cambio climático. Aún así, esnecesario seguirtrabajando para que en lasrondas de negociaciones que en la actuali-dad se vienen celebrando a nivel mundial decara a la cumbre, las prácticas de conserva-ción estén presentes en los criterios de ac-tuación para años venideros.

En el contexto nacional, un buen marcopara que la agricultura de conservación ad-quiera un papel relevante en el modelo deproducción agraria, es el que se concretedentro del proyecto de la Ley para la Econo-mía Sostenible anunciada porel Gobierno elpasado mes de mayo. Dicha ley, que preten-de sentar las bases de lo que será un nuevomodelo productivo basado en la sostenibili-dad económica social y medioambiental,proveerá de un fondo de 20.000 millonesde euros para financiar, a través del Institutode Crédito Oficial (IC0), proyectos de innova-ción, tecnología, energías renovables y aho-rro energético. Partiendo de los beneficioseconómicos y energéticos comentados an-teriormente, no cabe duda de que la agricul-tura de conservación está llamada a liderarel cambio del modelo productivo dentro delsector agrario. •