Dossier novela 'Mujeres que caminan sobre hielo', de Gloria Ruiz

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Mujeres que caminan sobre hielo Gloria Ruiz Gloria Ruiz Gloria Ruiz (Casar de Periedo, 1942) es un una po- etisa y escritora cántabra con una dilatada trayectoria artística a sus espaldas. Cursó estudios de Magisterio y dirigó dos galerías de arte en Torrelavega y Suan- ces (Cantabria). Como poetisa tiene numerosos tí- tulos publicados y su obra está recogida en numerosas antologías poéticas. Como narradora tiene tres obras en su haber. ‘Mujeres que caminan sobre hielo’ es la cuarta. ‘Mujeres que caminan sobre hielo’ El Desvelo Ediciones, 2014 Colección: ‘El legado del Barón’ Autora: Gloria Ruiz Ilustración de portada: Harold Cazneaux PVP: 18,90 euros IBIC: FA ISBN: 978-84-940242-7-6 Distribuye: UDL Libros (www.udllibros.com) A la venta: 30 de junio de 2014 J ULIA, Eve y Maru son tres amigas que viven la posguerra en el norte de España asfixiadas por un pasado traumático y un presente en donde la dictadura oprime no solo en lo político, sino también y sobre todo en el ámbito ín- timo de los pensamientos y sentimientos de cada uno. Gloria Ruiz ha escrito este emo- tivo y fascinante retrato colectivo de mujeres para ser testigo y por lo tanto dar testimonio de una realidad que ella vivió y de la cual quiere dar cuenta. La novela que publica El Desvelo Ediciones no es un mero ejercicio estilístico y narrativo, es un acto de morali- dad por el que la autora se siente obligada, como persona y mujer, a dar cuenta de lo vivido, toda vez que aún queda mucho por recorrer para, según indica ella en la entre- vista que reproducimos, sacar del olvido lo que ocurrió. La obligación moral del testigo de dar cuenta y el impulso narrativo del autor se convierten en una fiesta de la lec- tura, en la que cada cual puede hallar lo que busca entre las páginas de este libro: entre- tenimiento, pasión, estilo... pero en donde nadie puede declararse ajeno a este testimo- nio sobre mujeres que han debido de vivir como si caminaran sobre hielo. El Desvelo Ediciones C/ Tres de Noviembre, 10-1ºB 39010-Santander www.eldesvelo.com eldesvelo.wordpress.com [email protected] El Desvelo Ediciones Testigo y testimonio Novedad 30 / 06 /14 Foto: Santos Doval

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Mujeres que caminan

sobre hielo Gloria Ruiz

Gloria RuizGloria Ruiz (Casar de Periedo, 1942) es un una po-etisa y escritora cántabra con una dilatada trayectoriaartística a sus espaldas. Cursó estudios de Magisterioy dirigó dos galerías de arte en Torrelavega y Suan-ces (Cantabria). Como poetisa tiene numerosos tí-

tulos publicados y su obra está recogida ennumerosas antologías poéticas. Como narradora

tiene tres obras en su haber. ‘Mujeres que caminansobre hielo’ es la cuarta.

‘Mujeres que caminan sobre hielo’El Desvelo Ediciones, 2014Colección: ‘El legado del Barón’Autora: Gloria RuizIlustración de portada: Harold CazneauxPVP: 18,90 eurosIBIC: FAISBN: 978-84-940242-7-6Distribuye: UDL Libros (www.udllibros.com)A la venta: 30 de junio de 2014

JULIA, Eve y Maru son tres amigas queviven la posguerra en el norte de Españaasfixiadas por un pasado traumático y un presente en donde la

dictadura oprime no solo en lo político,sino también y sobre todo en el ámbito ín-timo de los pensamientos y sentimientos decada uno. Gloria Ruiz ha escrito este emo-tivo y fascinante retrato colectivo de mujerespara ser testigo y por lo tanto dar testimoniode una realidad que ella vivió y de la cualquiere dar cuenta. La novela que publica ElDesvelo Ediciones no es un mero ejercicioestilístico y narrativo, es un acto de morali-

dad por el que la autora se siente obligada,como persona y mujer, a dar cuenta de lovivido, toda vez que aún queda mucho porrecorrer para, según indica ella en la entre-vista que reproducimos, sacar del olvido loque ocurrió. La obligación moral del testigode dar cuenta y el impulso narrativo delautor se convierten en una fiesta de la lec-tura, en la que cada cual puede hallar lo quebusca entre las páginas de este libro: entre-tenimiento, pasión, estilo... pero en dondenadie puede declararse ajeno a este testimo-nio sobre mujeres que han debido de vivircomo si caminaran sobre hielo.

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El Desvelo Ediciones

Testigo y testimonio

Novedad

30 / 06 /14

Foto: Santos Doval

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Jul ia, Eve y Maru son tres amigasinseparables en unpueblecito del norte deEspaña en plena

posguerra. Julia acabade enterarse de la vueltade Fidel, su gran amor, quehuyó al exilio a Gran Bretañay para no comprometer más lafeli cidad de ella, cuyo hijo cree de su esposo, aunque enrealidad es de él. Maru, por suparte,renunció al amor años

atrás y prefirió dedicarse en cuerpoy alma al cuidado de los dos hijos de

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Sinopsis de ‘Mujeres...’

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su hermana, que murió en accidente detráfico junto a su esposo. Entre los niñosy la librería que abrió se le va la vida. Eve,hija de un preboste del régimen fran-quista, se hace pasar por representante deun pintor de éxito, aunque quien real-mente pinta los cuadros es ella. Esta ena-morado de Tito, hijo de exiliadosrepublicanos. En la novela, el pasado de la guerra yla inmediata posguerra se confunde conel presente de estas tres mujeres y con-diciona el futuro de ellas y sus hijos. Elexilio es la válvula de escape a una so-ciedad asfixiante en donde no hay li-bertades ni derechos como el deldivorcio. La felicidad ha de estar fuera,a la espera de un retorno.La reaparición de Fidel en la vida de

Julia hace un efecto de catarsis en lavida de todas. El matrimonio, real peroficticio, con un esposo ausente y unhijo que es del hombre al que amó, me-diatiza las decisiones de una mujer quese reencuentra con aquel chaval que vi-sitaba la casa en donde ella, enferma detuberculosis, pasó su niñez. Julia pasósu infancia cuidada por Casimira y eldoctor, don Fernando. La hermana deaquella, Camila, madre de Fidel, estabacasada con un hombre del régimen queen los compases de la Guerra Civil fueel responsable del exilio de la familia deJulia a México.Ya adulta y restablecida, Julia se casa con Adrián, pero este desaparece pronto de su vida y la reinicia encompañía de otra mujer, con la que forma una segunda familia. Fidel, que se ha formado como médicoen Inglaterra, vuelve y se inicia un romance en el que Julia acaba embarazada y Fidel, sin saber que tieneuna hija, vuelve a desaparecer para no comprometer a Julia. En Inglaterra conocerá a viejos republicanosy ocho años después vuelve a España a reencontrarse con Julia. Lo hace agotado y enfermo queda postradomientras va descubriendo la verdad de su paternidad con Julia,El amante de Eve, Tito, prepara la fuga de ambos, también al exilio, esta vez francés. Los padres de Titoestán exiliados en París y allí esperan reunirse con ellos, pero en el viaje en tren por Francia un atentadoacaba con la vida de Eve (viajaban prohombres del franquismo en el tren).Maru, por su parte, y vistos los planes de Julia también prepara la marcha, permitiendo que los niñospartan primero con ésta.Mientras las tres amigas van desapareciendo de España, Camila protagoniza la última rebelión al aban-donar a su esposo, el causante de los males de la familia de Julia. Camila y Casimira ayudan a Julia, laprometida del hijo de aquella, en todo lo que puede para que sea ella al menos feliz dentro del país.

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La autoraGloria Ruiz

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G LORIA RUIZ (Casar de Periedo, Cantabria, 1942) es poeta y narradora. Cursó estudios de Magisterio y codirigió la Galería Puntal 2 en Torrelavega, en Cantabria, entre 1976 y 1983.

Ha dirigido asimismo la galería municipal Algas de Suances, también en Cantabria.Gloria Ruiz ha comisariado numerosas exposiciones de artes plásticas en Cantabria y hacoordinado el libro colectivo 4 Poetas en Torrelavega.De su labor como poeta, cabe destacar los siguientes títulos: Versos de amor y de muerte(Torrelavega, Cantabria, edición de autor, 1977),Rasgando oscuridades (Torrelavega, Cantabria, edición de autor, 1977), Pieles sin retorno (To-rrelavega, Puntal Libros, 1980), La raíz del alba (Torrelavega, Puntal 2, 1981), Alitaki )(To-rrelavega, Scriptvm, 1985), Del poeta extrañado (Torrelavega, Scriptum/Ediciones Tantín, 1987),Palabras de perfil (Torrelavega, Ayuntamiento de Torrelavega, 1989), De Sombras (y alguna penumbra) (Santander, 1999), Palabras de perfil (Ayuntamiento de Santi-llana del mar, 2003), Siempre siemprevivas (Santander. Ultramar, 2007).Está incluida en las antologías: Poetas de Cantabria, hoy. 1979. Via Crucis. Santander. Fun-dación Botín. 1987. Obertura en el Norte. 1988. 4 Poetas en Torrelavega. 1989. Poetas de Cantabriaen el aula. 1996. Contra las guerras. 2004. 25 Años de creación poética en Cantabria. 2006. Historia yAntología de la Poesía Femenina en Cantabria. 1997. Voces poéticas de Cantabria. 1ª y 2ª edición. 2003,2005. Poesía del medio siglo en Cantabria. Antología: 1950-2000. 2006. Tiempo de Poesía. La creaciónpoética en Cantabria. 1977-2004. Límites. 2008. Versos, co-lores y sabores. 2004.Su obra narrativa está compuesta por cuatro obras.Las tres primeras son: Anémonas desde la mar. Santander,La ortiga, 1997; Siempre siemprevivas. Casar de Periedo,ed. de la autora, 2007. Sin un adiós. Torrelavega, Can-tabria, Quálea Editorial, 2010. Mujeres que caminan sobrehieloes la cuarta.

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‘Mujeres que caminan sobre

hielo’ es la cuartaobra narrativa deGloria Ruiz, quetiene, asimismo,

una diltada trayectoria en el

campo de la poesía.

Gloria Ruiz

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La fotoHarold Cazneaux

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H AROLD CAZNEAUX (30 de marzo de 1878 - 19 de junio de 1953)fue un fotógrafo australiano conocido por su trabajo fotográfico detipo pictorialista. Nació en Wellington en el seno de una familia de

fotógrafos de origen australiano. En 1889 la familia se trasladó a Adelaida dondeHarold realizó sus estudios secundarios. En 1896 comenzó a trabajar en el estudiofotográfico de Hammer&Co como retocador de fotografías junto a su padre, al

mismo tiempo realizaba estudios en la Escuela de Artede Adelaida. Destacando su ascendencia francesa cam-bió su apellido por Cazneaux añadiendo una x al finalen 1904. En 1898 tuvo ocasión de contemplar unaexposición de fotos pictorialistas en la que destacaba elcarácter artístico de la fotografía, lo que motivó sudeseo de dedicarse a la misma. En 1906 comienza arealizar sus trabajos personales empleando papel Sel-tona, con el tiempo llegó a convertirse en un maestroen el uso del papel al carbón. En 1907 ingresó en laSociedad Fotográfica de Nueva Gales del Sur de la quese convirtió en presidente en 1917.Su trabajo mantuvo una línea pictorialista y en 1916,junto a Cecil Bostock, James Stening, W.S. White,Malcolm McKinnon y James Paton, fundó el CameraCircle de Sídney. Este grupo seguía los pasos del Lin-ked Ring, el Photo Club de París y la Photo-Secessionen sus comienzos organizando exposiciones y difun-diendo el concepto de la fotografía como arte. En1922 fue elegido como su primer presidente. Un tra-bajo significativo fue el realizado entre 1925 y 1932 re-cogiendo los trabajos de la construcción del puenteHarbour en Sídney. Su primera exposición la realizó

en al Sociedad Fotográfica de Nueva Gales del Sur en Sídney en 1909 y un añodespués recibió su primer premio de la revista inglesa Amateur Photography, suprimer libro se publicó en 1919. Desde esos principios su trabajo se desarrolló conun alto grado de reconocimiento, convirtiéndose en el primer australiano que fuemiembro honorario de la Royal Photographic Society. Un año antes de su falle-cimiento recibió un homenaje multitudinario de todos los clubs fotográficos deAustralia. Su obra ha sido expuesta en numerosas ocasiones tras su muerte y partede ella se puede encontrar en la Biblioteca Nacional de Australia.

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Harold Caznevaux, Pergola pattern

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8Fragmento

CUANDO Tito regresó, Julia ya tenía los pasaportes y estaba

en el quehacer de seleccionar lo que quería llevarse, Casimira

la ayudaba y Camila perdía el tiempo con Martín que no la de-

jaba dar un paso sin él con gran regocijo de la abuela. Les contó Tito

de sus entrevistas con la madre de Eve y sus hermanos a los que, como

ella le había dicho, pudo conocer y disfrutar; aunque fuese en medio

de los recuerdos que los tres le traían de su novia. Se parecían a ella,

cada uno tenía algo de aquella indescifrable criatura que le enamoró.

Hablaron de todo, le contaron las aventuras de niña de la hermana

y acabaron riendo de la testarudez de Eve que, ya desde pequeña, im-

ponía con sentenciosas frases inusuales para su edad. A través de la

madre y los hermanos conoció episodios inéditos de ella y su amor

creció desde la certidumbre de saber que iba perteneciendo al pasado,

nadie ni nada podría desdecirla y se quedaría en su corazón con las

pocas felicidades que le pertenecieron de niño. Ella terminó con el

exilio de la tierra, le hizo volver y comenzó a liberarse de aquella ame-

naza de distancia sin solución, pudo, por ella, enfrentarse con los pai-

sajes y los recuerdos, el espíritu se le aligeraba, la losa del tartamudeo

y los tantos temores dejaron de habitarle

y así se lo refirió a ellos, los hermanos, y

a la madre. Vagabundeó por las calles de

la ciudad en tanto les esperaba y quiso

mirar las paredes de la que fue su casa,

recorrer los descampados por los que se

aventuró tantas veces de niño. Todavía

quedaban restos de la guerra, hasta allí

nadie quería mirar ni nadie se acercaba;

unos críos hurgaban en los vertederos,

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UANDO Tito regresó, Julia ya tenía los pasaportes y estaba

en el quehacer de seleccionar lo que quería llevarse, Casimira

-

jaba dar un paso sin él con gran regocijo de la abuela. Les contó Tito

de sus entrevistas con la madre de Eve y sus hermanos a los que, como

ella le había dicho, pudo conocer y disfrutar; aunque fuese en medio

de los recuerdos que los tres le traían de su novia. Se parecían a ella,

cada uno tenía algo de aquella indescifrable criatura que le enamoró.

Hablaron de todo, le contaron las aventuras de niña de la hermana

-

ponía con sentenciosas frases inusuales para su edad. A través de la

madre y los hermanos conoció episodios inéditos de ella y su amor

creció desde la certidumbre de saber que iba perteneciendo al pasado,

nadie ni nada podría desdecirla y se quedaría en su corazón con las

pocas felicidades que le pertenecieron de niño. Ella terminó con el

-

-

sajes y los recuerdos, el espíritu se le aligeraba, la losa del tartamudeo

y los tantos temores dejaron de habitarle

y así se lo refirió a ellos, los hermanos, y

a la madre. Vagabundeó por las calles de

la ciudad en tanto les esperaba y quiso

mirar las paredes de la que fue su casa,

recorrer los descampados por los que se

aventuró tantas veces de niño. Todavía

quedaban restos de la guerra, hasta allí

nadie quería mirar ni nadie se acercaba;

unos críos hurgaban en los vertederos,

comprendía su curiosidad y le costó no sumarse a la búsqueda de po-

sibles tesoros; al reencontrarse con la familia de Eve los ojos le res-

plandecían, había recuperado algo que era suyo, puede que un poquito

de la inocencia del niño que empezaba a pintar y en cuyos dibujos el

descampado, anónimo y solo, aparecía con inquietante asiduidad.

El país es esto, un descampado que era nuestro, ni los mayores

se acercaban como no fuese para dejar inmundicias. Mi madre

desconocía mis andanzas por aquellos andurriales, de saberlo no

me lo hubiera permitido pero le mentía al decirle por dónde

había estado, aquel lugar me parecía mío, allí no sentía más que

la tierra libre.

Admiraba los escajos con sus flores altaneras, le hubiera gustado lle-

várselos a casa, ponerlos en su habitación en aquel garrafón que guar-

daba lleno de piedrecitas; no podía, hubiera tenido que decir de

dónde los había arrancado, no era lo mismo que las margaritas que

crecían hasta en los escasos prados que continuaban en barbecho y que

parecía que no eran de nadie; siempre que regresaba con margaritas

su madre se alegraba y se apresuraba a ponerlas en una vasija de barro

para luego colocarlas sobre la vieja cómoda.

En medio del descampado recordó la vez que se encontró con un

hombre y al verle sintió miedo, según recuerda el hombre se le acercó

y él pensó en correr pero sintió que sus piernas no le obedecían, pa-

recía que estuviesen clavadas en la tierra.

-No temas -le dijo ya a su lado-, me parece que te conozco, ¿eres el

hijo de Roberto, el rojo?

Tito abrió mucho los ojos, necesitaba negar aquello, además, su

padre se llamaba Roberto pero no Roberto el rojo.

-Mi padre se llama solo Roberto, no debe ser el mismo que usted dice.

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-El libro está dedicado a María Esther García, reciente-mente fallecida. ¿Por qué?-Tenía con ella una relación de muchísimos años. La queríay la sigo queriendo. Además siento un gran respeto por sumemoria porque fue una mujer entregada a los más pobres,a cualquiera que la necesitase. El despacho de ella no se ce-rraba jamás.-¿Considera que no se la ha reconocido lo suficiente?¿Tal vez era una mujer que no le gustara este tipo decosas?-No, no le gustaban. A ella no le gustaba ese tipo de aplau-sos, ni en vida ni después de morir.-Otra novela sobre la posguerra, ¿no incide en un gé-nero que parece ya agotado?-No, para nada. -¿Setenta años después?-Sí, porque quedamos personas que tenemos memoria…-¿Y por qué tal vez aquella historia de la Guerra Civil nose ha cerrado?-Efectivamente, no se ha cerrado.-Luego el autor es un testigo y la novela, un testimonio…-Me siento en la obligación moral de decir que esta novelaestá basada en hechos ciertos. Yo no reivindico nada másque la memoria y el derecho a decir lo que pensamos laspersonas que no estamos de acuerdo con que no se cerraraesa historia.-¿Pretende entonces contar su verdad’-En los sistemas de enseñanza, yo recuerdo que se llegabahasta los Reyes Católicos. Había un montón de años en losque no había pasado nada en este país, hasta que aparecía elgeneral redimiendo a todos los españoles. Señores, quecuenten la verdad.-¿Y cómo debiera de cerrase?-Simplemente, reconociendo una reparación. Por su-puesto, eso tiene que hacerse.-Otros países que han vivido episodios traumáticos en suhistoria han efectuado un catarsis sobre su pasado.

-Exacto.-Pero siempre se invoca la advertencia de reabrir heridas…-Pero es que esas heridas no se van a cerrar nunca si no to-mamos la decisión de cauterizar adecuadamente. Tienenque admitirse una serie de cuestiones, por ejemplo, en lasescuelas no se estudia que la guerra fue el producto de unasublevación contra la República, que el régimen legal cons-tituido. Eso fue una traición contra el Gobierno legal. Y aeso se suma el abandono de todas las potencias, salvo laURSS. Falta el reconocimiento. Y hay gente simplista quedice que en la guerra mataron todos. Y es cierto, la guerrano se hacía rezando el rosario. ¿Qué hubieran hecho los deizquierdas? Eso nunca lo sabremos porque no se dio esa cir-cunstancia, pero sabemos lo que hizo el usurpador, que si-guió matando. Los ganacdores recibieron honores, existenmuchas cruces por los caídos y nombres que adornan las ca-lles y que más bien las envenenan porque simplemente leersus nombres te exaspera. -Que hay heridas abiertas, se ve en asuntos como la ex-humación de cadáveres, algo que genera reacciones muyencontradas y exaltadas.-Es un derecho de los familiares. Yo no tengo ningúnmuerto en ninguna cuneta, pero todos son mis muertos.-¿Qué hay de autobiográfico en la novela? ¿Se reflejancosas propias, de personas que conociera?-De gente que conozca, desde luego… o haya conocido, queya no esté.-Aparte de su emotividad, la novela hace un retrato deun grupo de mujeres que vive en la posguerra, en una es-pecie de retaguardia del pasado reciente, en donde loshombres están en un segundo plano…-He querido describir ese mundo femenino porque, desdeluego, en muchos aspectos, casi todos, la mujer está olvi-dada. Cuando existían los mal llamados bandoleros, las mu-jeres eran tremendamente valoradas por ellos. Sabíanperfectamente lo que hacían las mujeres. Pero se habla delos bandoleros y, de alguna forma escorada, de alguna

“Yo no tengo ningún muerto en ningunacuneta, pero todos son mis muertos”

10Entrevista

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que admitirse una serie de cuestiones, por ejemplo, en lasescuelas no se estudia que la guerra fue el producto de una

tituido. Eso fue una traición contra el Gobierno legal. Y aeso se suma el abandono de todas las potencias, salvo laURSS. Falta el reconocimiento. Y hay gente simplista quedice que en la guerra mataron todos. Y es cierto, la guerrano se hacía rezando el rosario. ¿Qué hubieran hecho los de

lles y que más bien las envenenan porque simplemente leer

humación de cadáveres, algo que genera reacciones muy

-De gente que conozca, desde luego… o haya conocido, que

-Aparte de su emotividad, la novela hace un retrato de

pecie de retaguardia del pasado reciente, en donde los

-He querido describir ese mundo femenino porque, desde

perfectamente lo que hacían las mujeres. Pero se habla delos bandoleros y, de alguna forma escorada, de alguna

mujer. Pero las mujeres tuvieron mucha importancia-Puede decirse que entre los olvidados de la guerra, losperdedores, hay unos olvidados de los olvidados, que sonlas mujeres.-Claro, claro. En cualquier conflicto, la mujer siempresufre más que el varón. A ellas les tocó no solamente estoque estamos citando, la ayuda que prestaron, sino cuántasmujeres perdieron a sus maridos y siguieron adelante conlos hijos de mil maneras diferentes. Conservaron la idea delcompañero muerto, asesinado muchas veces en las cárcelesfranquistas, y siguieron adelante.-¿No es en el fondo una derrota que el exilio sea la so-lución?-En aquel tiempo no había otra solución. No olvidemos quefue una dictadura hasta el último día de la vida del dictador.La idea, y eso lo saben los historiadores mejor que yo, eraexterminar todo pensamiento que no fuera adicto y se pasó40 años haciendo eso. Toda la gente que murió en las cár-celes, en los campos de concentración, a resultas de la vidaque llevaban: el hambre, las enfermedades… la peste delpiojo verde. Ni siquiera sabían las enfermedades que eran,pero claro, cuando moría un preso, recogían la ropa porquevestían con harapos y así se contagiaban del llamado piojoverde. Y como eso, la tuberculosis… y no existía la penici-lina, y si hubiera existido, habría estado como el resto de lascosas, en el mercado negro. Todas las enfermedades conque pagaron los perdedores pero también los adictos al ré-gimen que no tenían posibles.-¿Es una mujer optimista?-Creo que he sido una mujer luchadora, he trabajadomuchísimo y he tenido la fortuna de que la gente hacomprado mis libros y eso a mí me parece ya una fortunatremenda. No se podía prever que una mujer como yohiciera cosas así.-¿Está ambientada en Cantabria?-Sí.-¿Qué tipo de lector buscas con esta novela?

-Yo escribo porque siento la obligación moral. Yo se lodebo a todos los que murieron defendiendo la República-¿Tienes algún concepto teórico a la hora de escribir?,¿algún concepto de la literatura?-Cuando siento la necesidad de escribir, simplemente meplanteo qué quiero contar y cómo debo contarlo para quelo entienda el mayor número posible de personas. Yo loúnico que quiero es escribir, que es como mejor me sientoy hace que me sienta viva.-¿Le interesa el reconocimiento del público?-¿A estas alturas de mi vida?-En su trayectoria hay tanto poesía como narrativa, ¿hayun proceso de una a otra?-No, la poesía siempre surge. No ha habido abandono deuna cosa por otra. De hecho, mi manera de escribir (prosa)que tiene cosas de la poesía, imágenes…-Ha tenido galerías, ha estado vinculada con el arte,¿sigue interesándole?…-Ahora soy mucho más selectiva. Lo que realmente me gustaes leer. Es que mi vida me parece aburrida.-¿Leer le parece emocionante?-Es muy emocionante. Me transporta a vidas diferentes, queno son la tuya, de la que por conocida, por sufrida, debeshuir. La huida es por la vía de los libros. Es muy emocio-nante.-¿Tiene algún proyecto en marcha?-Sí.-¿También narrativa?-Otra historia.-¿Qué le parece el momento artístico actual?-Los creadores siempre están ahí. Ahora es un mal mo-mento, pero están ahí. Emergerán.-¿Habrá un renacimiento?-Nunca esta gente desaparece, ningún creador. Esta es unatierra de creadores.-¿Se debe a algo? ¿Somos especiales?-¡Qué vamos a ser especiales!

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Otros títulos de

El Desvelo Ediciones

El Legado del Barón1. B, Alberto Santamaría

2. Lola Dinamita, Rebeca Le Rumeur3. Los que duermen juntos, Autores Varios

4. La partida, Rax Rinnekangas5. Un fracaso ineludible y otros relatos, José Ramón San Juan

6. Manual para embaucadores (o para aquellos que pretendan serlo), Walter Serner7. El perseguido, Daniel Guebel8. Un poco de paz, Kepa Murua

9. Más cerca que cerca, Jari Ehrnrooth10. El devorador íntimo, Eduardo Gruber

11. Elevación, Henri Barbusse12. Rojo perla, Jesús Pardo

Última Thule1. Cosas que solo suceden cuando a ti te pasan, Javier Fernández Rubio

2. Cuaderno de Saì Gòn, Pablo Escribano Ibáñez3. Contraataque, Siegfried Sassoon4. Cadenas de búsqueda, Javier Moreno

Altoparlante1. El mundo que sentí cercano, Jesús Cabezón

Malentendido1. La educación de las hijas, Mary Wollstonecraft

2. Olivier o el secreto, Claire de Duras

Postcards1. El infierno del bibliófilo/El infierno del músico, Charles Asselineau

2. El joven hechicero/La Fanfarlo, Charles Baudelaire

cajadeluz1. Rax Rinnekangas. Fabricando ladrillos de luz para la casa de Ícaro,

Javier Fernández y Mada Martínez2. La querella oculta. Jeff Wall y la crítica de la neovanguardia,

Víctor del Río

Distribuye: UDL Libros (www.udllibros.com)

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