Dr. Armando Proaño_Revista 01

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DR. ARMANDO PROAÑO Una entrevista completa en la que nos revela sus anécdotas y experiencias. TORNEO NACIONAL SUB 18 El Bolívar dejando su huella en el país ECUADOR Distribución Libre Prohibida su venta JUL 20/15 N. 01

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DR. ARMANDO PROAÑOUna entrevista completa en

la que nos revela susanécdotas y experiencias.

TORNEO NACIONAL SUB 18El Bolívar dejando su huella en el país

ECUADORDistribución LibreProhibida su venta

JUL 20/15N. 01

CONTENIDOEDITORIAL Pag 2

DR. ARMANDO PROAÑO Pag 3

ESTUDIOS Pag 4

SUS INICIOS EN EL BOLIVAR Pag 5

TORNEO NACIONAL SUB 18 Pag 6

CLUBES QUE MARCARON SU VIDA Pag 8

SU VIDA COMO DOCENTE Pag 9

SALUDO FINAL Pag 11

FUENTE: Diario El Heraldo

FUENTE: Diario El Heraldo

FUENTE: Diario El Heraldo

EDITORIAL

Bolívar Grito de Historia es una revista virtual, creada con el propósito de rescatar y recor-

dar a las antiguas y actuales gene-raciones del Bolívar la historia de los personajes que formaron parte de ella, perosoanjes que nos dejaron ese legado lleno de gloria y tradición.

De esta manera la ciudadanía am-bateña así como también nuestros egresados dispersos por el país y el mundo entero, podrán conocer, vivir, añorar y recordar vivencias únicas que marcaron un hito de his-toria en la vida del Patrón Bolívar

Siempre atentos a las peticiones de nuestros seguidores, estamos dispuestos a entregarles un traba-jo a la altura de nuestros entrevis-tados, a quienes siempre recorda-mos con aprecio respeto y cariño.

Reportería e investigación: Omar Llambo Diego Montenegro

Edición, diseño y diagramación:

Diego Montenegro

Fotografía:

Omar Llambo Diego Montenegro

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Dr. Armando ProañoOriundo de la parroquia Constantino Fernán-dez, realizó sus estudios primarios en la Es-cuela México de la ciudad de Ambato y a pos-terior cursó los 3 primeros años de educación secundaria en el Colegio Nacional Bolívar.

Años después siguiendo su vocación de as-pirar a ser maestro, continúa sus estudios en el Colegio Mariano Benítez de la ciudad de Pelileo en el cual se graduó como profesor normalista.

Es así que Armando Proaño con sus ob-jetivos fijos en mente y su vocación de ser maestro en el corazón llega a la ciudad de Quito a realizar sus estudios superiores en la Universidad Central del Ecuador, obteniendo el título de Lic. en Educación Física.

LA EPOCA DE ESTUDIANTE

El Dr. Proaño con gran nostalgia nos recuer-da como vivió los mejores años de su vida dentro de las paredes de la vieja casona, y aunque solo formó parte del Bolívar los 3 pri-meros años, los recuerda con gran cariño.

Como no recordar al “Chulla” Armendáriz, portero de la institución, a quién le teníamos un gran respeto, él era de esas personas que por sobre todas las cosas exigía un alto nivel de disciplina en los estudiantes.

Siempre solía estar en la puerta de entrada, atento y vigilante de que los muchachos lle-vemos el uniforme de la mejor manera, bien peinados, con los zapatos limpios y la correa café en su lugar.

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Si no cumplíamos con esos requisitos sim-plemente no podíamos ingresar. Recuerdo una ocasión en la que el Sr. Ar-mendáriz no me permitió ingresar al colegio pues yo llevaba una correa de color negra en lugar de la tradicional correa café.

Con esa premisa tuve que regresar hasta mi hogar, donde por supuesto recibí el respecti-vo regaño por parte de mi padre, que con voz firme me supo explicar e indicar que debo cumplir con mis obligaciones y presentarme a las clases de manera impecable.

SUS MAESTROS

Recuerdo a maestros como Don Homero So-ria que dictaba la cátedra de Dibujo, quién era tan exacto en los trazos que realizaba en el pizarrón, tanto así que me atrevería a decir que ni siquiera hacía caer polvo de las tizas mientras el dibujaba.

El era una persona de alta calidad moral pues siempre mantenía un ambiente de tra-bajo muy alegre con los estudiantes, y en ocaciones solía contar unas bromas exce-lentes, mas no podíamos reirnos siquiera por respeto a nuestro maestro.

Como una anécdota particular recuerdo la ocasión en la que junto a mis compañeros optamos por no entrar a clases e ir al antiguo cine ubicado en la calle Sucre a pocos me-tros del Colegio Bolívar, ya instalados se oyó una voz que dijo “El inspector”.

Nuestra sorpresa fue grande pues se encen-dieron las luces del teatro y observamos a nuestro inspector, allí parado, quién nos supo expresar que ya que no ingresamos a clases el se tomaba la molestia de acudir hasta allí para tomarnos lista.

DEL BOLÍVAR AL M. BENITEZ

El Dr. Proaño nos comenta que dado su de-seo de llegar a ser maestro optó por continuar sus estudios secundarios en el Colegio Nor-mal Mariano Benitez de la ciudad de Pelileo, donde tomó un gusto especial por el atletismo, disciplina que en ese entonces la impartía el Lic. Marco Paredes, un nuevo docente en el colegio que había obtenido su título de Lic. en Educación Física en la Universidad Central, sin imaginarse que años mas tarde llegarían a ser compañeros de cátedra en el Colegio Bolívar.

Siempre estuve agradecido con los maestros del Bolívar por las enseñanzas que me fueron impartidas, pues gracias a ellos no tuve difi-cultades para concluir mis estudios secunda-rios en la ciudad de Pelileo.

ESTUDIOS SUPERIORES

Después de concluir mis estudios secunda-rios, impulsado por mi pasión hacia los depor-tes pensaba que hacer con mi vida.

¿Qué puedo ser? Comentarista, futbolista o quizá arbitro me dije a mi mismo, pero a la final entre mis opciones estaba seguir mis es-tudios superiores en la ciudad de Riobamba en la Escuela de Educación Física extensión de Quito.

A la final me decidí por ir a realizar estos es-tudios en la ciudad capital, mismos que no fueron nada fáciles pues realizaba 3 jornadas diarias que difícilmente me daban tiempo in-cluso para alimentarme.

Recuerdo con nostalgia que mi grupo de compañeros era muy nutrido de muchachos provincianos, un grupo muy unido en el que primaba la solidaridad y el compañerismo en tiempos difíciles.

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Recuerdo los campeonatos que se jugaban en el Estadio César Aníbal Espinoza de la Universi-dad Central y motivado por ello en el año 1964 junto a mi primo decidimos ir a probarnos en Liga Deportiva Universitaria que en ese entonces era Bicampeón del fútbol ecuatoriano.

Con la esperanza de demostrar nuestras capa-cidades llegamos al estadio y junto a unas 500 personas aproximadamente esperamos esa oportunidad de poder jugar en Liga.

Y aunque la oportunidad no se dió pues nunca nos otorgaron siquiera un minuto para entrar a la cancha, hoy estoy consciente que por algo pa-san las cosas, y que quizá mi futuro no estaba en Liga.

Como anécdota particular de mis años de estu-diante universitario recuerdo la ocasión en que tuve que rendir un examen de Boxeo junto a uno de mis compañeros oriundo de la ciudad de Loja, con quien por la amistad que nos profe-sábamos decidimos golpearnos con moderación sin extralimitarnos, puesto que solo necesitába-mos 7 para aprobar, al final del round obtuvimos una calificación de 5 puntos, que por cierto no nos alcanzaba a lo que el profesor nos supo ma-nifestar que tenemos 5 pues el no veía sangre en ninguno de nosotros, después de oír esto en nombre de la amistad nos vimos obligados a pe-lear seriamente, situación que si nos dolió pero que nos sirvió para obtener la nota que nos ase-guraba el pase de año.

SU VIDA PROFESIONAL

Una vez graduado empecé a trabajar en una es-cuela particular de Quito, más la suerte no me sonreía en la Capital dado que un trabajo esta-ble me era esquivo.

Siempre luché por salir adelante desempeñando varios cargos al mismo tiempo, entre mis res-

ponsabilidades estuvo el ser Inspector General, Profesor de Educación física de todos los cur-sos, profesor de Ciencias Naturales de primer a tercer curso, hasta incluso me fue solicitado por el Señor Rector dictar la cátedra de Derecho Mercantil. Todas estas materias las enseñaba a la vez, pero mas que nada estaban alejadas de mi pasión y especialidad que es la Cultura Físi-ca, el Fútbol incluso el Volley Ball.

Un poco afectado por este difícil trajín decidí re-gresar a la ciudad de Ambato, en donde contraje matrimonio y empecé mi vida profesional como profesor fiscalizado de Educación Física.

SUS INICIOS EN EL BOLIVAR

Aun recuerdo aquel Marzo de 1980 como una historia muy bonita, pues fui el primer profesor de Educación Física especializado que ingresó al Colegio tras pasar el concurso de méritos. Cuando llegue el Sr. Rector me recibió con los brazos abiertos y desde un inicio pude sentir esa motivación de trabajar en el Bolívar.

Siempre que pasaba por el parque Cevallos y miraba la vieja casona me decía a mi mismo “al-gún día quisiera ingresar a trabajar aquí”, y gra-cias a Dios obtuve esa oportunidad.

Ya aquí tuve la suerte de entrenar a los mucha-chos en disciplinas como el atletismo, llegando a campeonar además de llegar a equiparar el Record Nacional de 100 metros.

Después de ello me encarrille en el fútbol, em-pezando con la categoría inferior y siguiendo el proceso hasta llegar con ellos a la categoría su-perior, una vez terminado el ciclo volvía a em-pezar.

Siempre me gustó la disciplina en el trabajo que realizábamos pero mas que todo que los muchachos cumplan con sus actividades aca-

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démicas, y creo que supe inculcar esos valores agre-gados de humildad en mis muchachos. Jamás hay rival fácil en la cancha, debemos ser pensantes para saber valorar a quién tenemos en frente para actuar con inteli-gencia y respeto.

Los entrenamientos los rea-lizábamos en el casigana, solíamos subir y bajar de él para obtener un buen estado físico.

En entrenamiento corto los muchachos saltaban sobre la acequia que cruza el colegio, muchos caían en ella y llegaban a sus casas mojados in-cluso con lodo en la ropa, pero después de todo eso nos quedaba la sana satisfacción de que el trabajo valió la pena cuando el equipo conse-guía el campeonato.

ENTRENADOR DEL BOLIVAR

Con humildad puedo decir que en mi historia como entrenador del Colegio Bolívar no recuer-do un tercer puesto o peor aún haber sido elimi-nado, siempre se conseguía el campeonato o el vicecampeonato.

Para las convocatorias había demasiada gente y para ello me fijaba mas en las capacidades fí-sicas que en las de talento. Jugábamos en el estadio del colegio un promedio de 10 a 12 par-tidos de fútbol en los que veía las condiciones de velocidad que tenían los muchachos, así como talentos natos entre otros.

Al final me quedaba con un grupo de unos 50 jugadores de los cuales después de algunas va-loraciones debía quedarme con 22.

Algo curioso es que por amor al deporte algunos

chicos que a pesar de no pertenecer a la selec-ción venían a los entrenamientos y a futuro eso les sirvió pues gracias a ello pudieron pertene-cer a las selecciones sub 16 o sub 18 del Club Bolívar, caso contrario llegaban a formar parte de las filas del Macará o Técnico Universitario.

TORNEO SUB 18 CLUB BOLIVAR

Fue en el año de 1993 en la presidencia de Ma-rio Echeverría con la categoría Sub 18 del Club Bolívar que se realizó la hazaña.

Inicialmente se realizó un campeonato provin-cial en el que participaron los equipos: El Globo, Macará, Técnico Universitario, Brasil, América, Libertad, Chacarita y Club Bolívar, en el cual el campeón y vicecampeón clasificaban a un zonal

El Bolívar ganó la fase provincial lo que lo cla-sificó a la zonal, fase que jugamos con equipos de Cotopaxi y Chimborazo lográndolos superar y quedar campeones.

Desde ahí jugaríamos la fase nacional, en la que nos veríamos las caras con equipos de renom-bre, aquí jugaríamos partidos de ida y vuelta.

Uno de esos partidos fue con el C.D. El Nacional de la ciudad de Quito, choque que se jugó en la ciudad de Baños.

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FUENTE: Diario El Heraldo

En aquel partido El Nacional nos superó con marcador de 3 a 2. Después del partido la prensa no se hizo presente, lo que en parte desmotivó a los muchachos, pero con una charla firme su-pieron comprender que la prensa simplemente es expectante de los resultados y que del equipo dependía superar este marcador adverso.

La serie de revancha se jugaba en el Estadio del Aucas, con el partido previo de Liga Deportiva Universitaria de Quito contra el Deportivo Coto-paxi y el partido de fondo C.D. El Nacional con-tra el Club Bolívar a las 11 am.

Recuerdo que aquel día viajamos en el auto-bús conducido por Don Borjita, un viaje lleno de emoción en el que nuestro desayuno fué un sán-duche y un yogurt, la intención era llegar livianos al partido.

En eso un acontecimiento para la anécdota su-cedió, se paró el autobús en Aloag para poner-le combustible, y mientras se llenaba el tanque nosotros nos alimentamos. Cuando de pronto se escuchó un grito desesperado de Don Borjita diciendo “QUE HIZO HOMBRE QUE HIZO” re-acción sorprendida de nuestro querido chofer al darse cuenta que el dependiente había llenado el tanque de Diesel cuando el autobús funciona-ba con gasolina.

La velocidad con la que Don Borjita manejaba motivó a los muchachos a quienes no les impor-tó que el tiempo esté en nuestra contra. Llega-mos ansiosos al estadio ya a las 11:35, mas para nuestra suerte el partido previo se había definido en los penaltis, saliendo vencedor Liga de Quito.

Con la tranquilidad del caso nos equipamos e hicimos frente al compromiso. Fué un partido demasiado difícil en el que incluso me expulsa-ron por un reclamo indebido al árbitro. Ya en las gradas vi como el muchacho Arias convertía el primer gol que ponía la serie en definición desde el punto del Penal.

Los muchachos jugaron con garra ese partido, dieron lo mejor de sí; entre ellos recuerdo al chi-co Arguello que jugaba de 5 y back central, a quién por su destreza lo mandé al medio cam-po con la función de que corra de lado a lado, situación que nadie entendía pero que a la final tenía desesperados a los defensas del Nacional, puesto que ellos iban de lado a lado corriendo detrás de Arguello, dejando así espacios en el área.

Otro de ellos es Worman Andrade un muchacho que a pesar de atravesar un momento difícil en su vida por la perdida de su Abuelito, pidió a su padre le permita viajar a jugar para defender sus colores.

Tuvimos que bajarnos del bus para ayudar a Don Borjita, quién tuvo que destapar el tan-que para en baldes descargar el contenido de este, sin darnos cuenta que el tiempo seguía co-rriendo. Con el reloj en contra Don Borjita simplemente hizo lo que mejor sabía, pisar el acele-rador a fondo sin detenerse.

Debíamos llegar máximo a las 11:30 am al estadio para que no se nos aplique el reglamento de dejarnos fuera.

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FUENTE: Diario El Heraldo

Worman fue quien pateó el ultimo penal, un tiro que con rebeldía logró incrustarse en el arco ri-val, gol con el que conseguimos la clasificación a la siguiente etapa.

En ese momento la prensa ambateña volvió a

a eso al minuto 32 Liga nos metió el primer gol, el Bolivar reaccionó a los 38 anotando el empate de tiro Penal, presionamos el resto del partido, pero el gol de la victoria nunca apareció.

Con ese marcador Liga de Quito pasó a la final

a jugar contra el Barcelona S.C. de Guayaquil, y humildemente puedo decir que a B.S.C. lo hu-biésemos “comido vivito”, pues Liga le ganó en Quito 6 a 0 y en Guayaquil lo venció de igual manera con marcador de 1 a 0.

Pero así es el fútbol son situaciones que pasan y a las que estamos expuestos, estuvimos tan cerca de llegar a ese título. Quizá si aquellos dos goles no hubiesen sido anulados en Pomasqui, la historia sería diferente.

CLUBES QUE MARCARON SU VIDA

Debido al buen nivel que llevaba en ese enton-ces fui contratado como preparador físico de las inferiores del Macará, también estuve al frente de la selección de Tungurahua, trabajé de igual manera con el equipo B del Macará, y como Asistente Técnico del club Técnico Universitario.

aparecer cuando vio que el Bolívar hizo lo que nadie creía posible.

El siguiente partido lo jugaríamos con Liga Deportiva Universitaria de Quito en su comple-jo de Pomasqui, partido que terminó con gresca incluida puesto que nos anularon dos goles to-talmente legítimos con los que hubiésemos vencido a Liga.

El partido de retorno es-taba programado para jugarse en la ciudad de Pelileo el martes próxi-mo, pero por conversaciones del Presidente del Club se decide adelantarlo al día Domingo como complemento del partido entre el equipo sub 16 de Liga de Quito y Técnico Universitario.

Iniciamos la concentración con el equipo el día Sábado por la noche en el cuartel del Ejército.

Fue una de las peores noches puesto que el cambio de guardia y los gritos de los oficiales a sus reclutas nos impidieron descansar.

Así llegó el momento de enfrentar a Liga de Qui-to, partido que debíamos ganar para clasificar a la final.

Al minuto 5 en una jugada sin mayor historia mis dos jugadores “5” se impactan de cabeza lesionandose mutuamente, lo que me obligó a realizar dos cambios al mismo tiempo. Posterior

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FUENTE: Diario El Heraldo

Cuando fui preparador físico de Macará, tras la renuncia del D.T. por sus malos resultados, asu-mí la dirección del equipo, con el que tuvimos que jugar en la ciudad de Machala, un día que realmente fué para el olvido.

Al minuto 2 nos marcaron el primer gol y al mi-nuto siguiente expulsaron a un jugador y a pos-terior se vino la goleada de 4 a 0.

En los partidos siguientes a pesar que no reci-bía compensación económica seguí al frente del equipo logrando obtener buenos resultados. Recuerdo la victoria 4 a 1 que obtuvimos con Liga de Portoviejo y debido a esta buena racha el D.T. regresó a buscar su cargo, mas no se le dieron los resultados y volvió a abandonar la dirección técnica.

Un poco triste por todo lo que acontecía decidí regresar a mi siempre amado Bolívar.

UNA ANÉCDOTA PARTICULAR

Por el año de 1988 se daba el torneo inter cole-gial de la Categoría Superior, mismo que iba a enfrentar con 24 jugadores.

De pronto vienen dos de mis mejores mucha-chos que no estaban en la lista de los 24 a pe-dirme que los incluya, mas lamentablemente era algo que no se podía dar. Uno de ellos era Da-niel Garrido que años mas tarde se convirtió en un grande del fútbol ambateño.

Empezamos el campeonato jugando en el esta-dio de Huachi Pata, partido que lo perdimos con el Rumiñahui. Los muchachos se desmotivaron por ese resultado, pero fue Daniel Garrido quién se acercó a ellos y quizá con esa “sana pica” de no haber estado en la cancha fué quién supo motivar a sus compañeros para salir adelante y con ñeque ganar los próximos partidos.

Así llegamos a la final del campeonato, final que

se disputó con el Colegio Guayaquil en 3 parti-dos, el primero lo ganamos, el segundo lo perdi-mos y el tercero se dió en el Estadio Bellavista con victoria de 4 a 1 a favor del Bolívar.

En esas épocas el Club Bolívar ascendió a se-gunda categoría y esa fué la oportunidad de Da-niel Garrido y su compañero de formar parte de el y así impulsarse en el fútbol profesional, pues como conocemos fue un ícono en el Macará y a futuro llegó incluso a las filas del Barcelona S.C.

EL EQUIPO QUE MAS RECUERDA

Por el ñeque la garra y la decisión que pusieron en la cancha jamás olvidaré al equipo del año 93 formado por Salazar, Andrade, Quiroga, los mu-chachos Bayas, Velasteguí, Martinez, Mantilla, entre otros.

Recuerdo a muchos pero en especial al hijo del Prefecto Fernando Naranjo quién fué mi pupilo, me siento admirado de él, pues a pesar de ser abanderado del Colegio y de seguir su curso de inglés en la Universidad Católica jamás faltaba a un entrenamiento. Ahora sé que el se graduó en Inglaterra como Ingeniero Civil algo que es digno de admirar y respetar.

SU VIDA COMO DOCENTE

Dando gracias a Dios me he llevado bien con todos mis compañeros, siempre ha existido ese ambiente de camaradería en los recreos y en los pasillos del Colegio.

Sin duda alguna mi paso por el Bolívar me dejó grandes amistades que jamás olvidaré y que siempre recuerdo con gratitud y nostalgia.

Con mis muchachos siempre me gustó mante-ner un ambiente de respeto y apoyo hacia ellos, pues no todo eran alegrías, habían ocasiones en las que llegaban a los entrenamientos desani-

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mados pues alguna mala nota o una x situación afectaba su rendimiento, y es ahí cuando uno debía estar con ellos, apoyándolos, motivándo-los, impulsándolos para que en momentos difíci-les se superen o en momentos de derrota salgan adelante y triunfen.

Anecdóticamente después de unos años en la docencia, en conversaciones con compañeros les comentaba que desearía ser Inspector Ge-neral para disputar sanamente con Marco Pa-redes, y pues la idea se quedo plasmada en mi mente, hasta que un día me inscribí en Secre-taria para el concurso de méritos para ocupar el cargo de Inspector General.

Gané el concurso y llegue a inspección gene-ral, pienso que al desempeñar el cargo nunca fui grosero aunque tampoco fui blando, creo que mantuve un ambiente cordial y amable para con quienes estaban bajo mi responsabilidad, lle-vando las cosas de la mejor manera posible.

Hay un día que lo recuerdo con claridad, yo estaba en la puerta de ingreso, y cuando esta se cerró me encontré con un número mayor de atrasados al que era costumbre. Tenía cerca de un centenar de muchachos atrasados allí afue-

ra, los hice ingresar y los encerré por un momen-to en las canchas de Tennis.

De pronto un muchacho me dice disculpe Licen-ciado, pero en que parte de la Ley dice que Ud. nos puede encerrar aquí, situación que me dejó pensando y a la que con un toque de gracia res-pondí, ¿y en que parte de la Ley dice que no te puedo encerrar?

Fué una situación un poco incomoda pero que a la final los muchachos la tomaron de la mejor manera.

Son situaciones que se han dado sin el afán de reprender a los muchachos con tono estricto sino mas bien de corregirlos de una buena ma-nera para la vida, para que mejoren sus actitu-des a futuro.

Así mismo en una ocasión en una requisa les dije a los muchachos, si debo irme a la casa por esto, por corregirlos por buscar su bien, pues encantado, que me cancelen, pero jamás qui-siera irme por inepto, por no hacer las cosas por su bienestar.

De igual manera ha sido mi responsabilidad pe-dirles a las mujeres que visten este uniforme que se den a respetar, que mantengan la honra y el pudor, por su bienestar, por su amor al colegio y mas que nada por amor propio.

LA DECISIÓN DE JUBILARSE

Cuando llega el momento uno simplemente ve pasar sus mejores años por el frente, todo lo que la institución le ha dado y lo que uno en ella ha dejado, no es nada fácil asumir esta decisión.

Algo triste que me llevo como recuerdo de esos últimos días en el Bolívar, es el ver como auto-ridades de educación sancionaban a profesores cambiándolos de puesto, sacaron de su cargo al Rector vigente, amenazaron a alumnos y enjui-

El Dr. Armando Proaño en funciones de Inspector General

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Reconocimiento al Dr. Armando Proaño en agradecimiento a los años dedicados a la educación de la juventud ambateña.

ciaron a sus padres, todo esto ¿porque? Por el único hecho de defender a una institución histó-rica, patrimonial, tradicional. Y duele en el alma que ninguna autoridad civil se haya pronunciado siquiera para defender este grandioso Patrimo-nio Cultural de la Provincia y del País. Pues no solo es el Colegio Nacional Bolívar, es un ícono de la educación a nivel país en el que grandes personajes han dejado sus mejores años.

SALUDO FINAL

A mis pupilos, ex alumnos, quienes compartie-ron el Colegio junto conmigo solo puedo decirles que se lleven el mejor recuerdo de la institución, quienes en nuestra época trabajamos en el, siempre tratamos de dejar lo mejor por y para ustedes.

Sabemos que muchos son grandes personas después de haber salido de sus aulas y quienes aun siguen allí, sin duda alguna van a llegar le-jos.

Y lo más importante transmitan esos valores a sus familias, sigan siempre adelante.

Ustedes muchachos que ahora son estudiantes de la Unidad Educativa Bolívar, empápense de la historia del Colegio, quienes fueron sus alum-nos, sus Rectores, busquen la Historia del Bolí-var en el aspecto académico, en el aspecto de-portivo, en el aspecto artístico.

Hoy mas que nunca ustedes tienen la responsa-bilidad de hacerlo quedar bien, pues es su casa, pregúntense ¿Cómo nació el Bolívar? ¿Por qué el Bolívar es GARRA, ÑEQUE y CORAZÓN? Pregunten ¿Por qué es PATRÓN?. Sin desme-recer a ninguna institución, pues sabemos que el Bolivar ha sido y será tradición para toda la vida.

Muchachos piensen que aquí esta su familia, y hagan que el Colegio Bolívar siga creciendo,

que nos les importe si cambió su nombre, a la final la esencia es la misma.

Sientan, vivan y lleven el Rojo y Negro como au-ténticos Bolivarianos. Lean y aprendan mas so-bre su patrono, un hombre luchador que busca-ba la lealtad, la unidad, la solidaridad. Escuchen sus frases y piensen sobre ellas, pues llevan en si un mensaje profundo y valioso..

Amen, quieran, respeten y déjenlo todo por nuestro amado Bolívar.

LIC. MARCO PAREDESUna entrevista con uno

de los personajes que marcóhistoria en el Centenario.

LOS INTERCOLEGIALESCampeón absoluto por 25 años

consecutivos con las 3categorías de Basketball

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