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siderarse que puede tener efectos colaterales o efec-tos adversos que pudieran por el contrario afectar a un órgano.

Según los datos de la Organización Mundial de la Sa-lud (OMS) la venta de suplementos alimenticios se ha disparado en estos últimos años y que muchos contie-nen en su formula de composición la Coenzyma Q10 y que se puede vender libremente y sin control alguno en todo tipo de establecimiento.

Después de señalar las acciones más importantes de la Ubiquinona o Coenzima Q10, según mi criterio personal creo que es peligroso pensar que la Co Q10 sea una panacea, es decir un medicamento al que se atribuye eficacia para curar todo tipo de enfermedad.

Sin querer desconocer la acción que tiene la Coenzy-ma Q10, el médico debe tener un buen conocimien-to de su aplicación y conocer su dosificación para no caer en el problema de que exista una sobre dosis o se administre en cantidades muy pequeñas que no va a tener ningún efecto.

BIBLIOGRAFÍA

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Correspondencia

Dr. Marcelo Lazo Salazar Universidad de Guayaquil, Facultad de Ciencias Médicas Email: mlazosalazar@hotmail.com Teléfono: 0991095254 Guayaquil - Ecuador

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Cordero Aroca Alberto, MSc, FACS1,a,b,c

Recibido 01 de Mayo y Aceptado el 30 de mayo del 2013

Homenaje al pionero Dr. Mateo Seoane y Sobral uno de los científicos españoles que posibilitaron la in-troducción y el desarrollo de la doctrina higienista.

Seoane, nació en Valladolid el 21 de septiembre de 1791, en 1803 estudió Filosofía en la Universidad de Valladolid y con mayor brillo en las cátedras de Quí-mica, Botánica y Geografía alcanzó primeros premios como lo había obtenido en Matemáticas en la Acade-mia de la Purísima Concepción. Los estudios de Medi-cina los inició en la Universidad de Salamanca, además perfeccionó al mismo tiempo el griego y latín. El grado de bachiller en Medicina obtuvo en 1810, dos años después se licenció como médico y seguidamente se doctoró y todos los grados los obtuvo nemine dis-crepante.

Su temprano ingreso al movimiento liberal impidió y truncó su brillante carrera, intervino en política activa-mente frente al gobierno por lo que fue perseguido por una real orden de Fernando VII en junio de 1814, que entre otros motivos, se acusaba a Seoane de ser “un joven muy aventajado, pero completísi-mamente contagiado del liberalismo y, por sus buenas cualidades, extraordinariamente peligroso” por la cual se le declaró inhabilitado para impartir tareas docentes, ni pública ni privada, se le desterró de Madrid, Sitios Reales, Valladolid y Salaman-ca, y se le puso bajo la vigilancia militar en el punto de residencia que le señalara el capitán general.

Fueron inútiles cuantas reclamaciones se hicieron de-bido a sus ideas políticas el catedrático tuvo que resig-narse a ejercer forzosamente como médico rural en Rueda y La Seca en Valladolid, donde participó en las conspiraciones dirigidas hasta 1820 contra el régimen absolutista, con el triunfo del pronunciamiento del co-ronel Antonio Quiroga y el comandante Rafael Riego en Cabezas de San Juan - Sevilla, inauguró la aventura constitucional.2

Durante el trienio liberal (1820-1823) Seoane parti-cipó de una manera mucho más activa en la política española, en 1821 fue elegido diputado por Valladolid (1822-23), se situó de manera notoria en el grupo de los llamados “exaltados”, en las Cortes formó parte de varias comisiones, en la de salud pública fue el principal responsable del proyecto de código sanitario, que no

llegó a aprobarse, contribuyó a la redacción de la pri-mera ley de beneficencia; pero pesó notablemente en la posterior organización de la sanidad española, sobre todo en lo que respecta a la higiene pública. Notable fue también su contribución en el estudio de los pro-blemas de la sanidad militar, así como de la asistencia médica a los pobres, de acuerdo con una concepción secularizada de la beneficencia y filantropía.

Pero en medio del calor político, no olvidó la sanidad, la beneficencia, la industria pública y demás asuntos admi-nistrativos en que tenía mayor competencia. Su trabajo infatigable alcanzaba a todo, en las Cortes fue vocal se-cretario de siete comisiones a la vez, y en todas ellas el principal redactor de los dictámenes.

Hacia fines del memorable trienio, fue protagonista de una delicada comisión de las Cortes, que habían resuel-to que el rey saliera de Madrid para Sevilla, pero los médicos de cámara, junto con los doctores Morejón y Arrieta, certificaban que él no podía, sin gravísimo ries-go, ponerse en camino a causa de un fuerte ataque de gota. Las Cortes nombraron una comisión integrada además del H. Seoane por cuatro médicos más anti-guos que él, se le confió el comprometido trabajo de practicar los reconocimientos, interrogatorios y demás investigaciones profesionales necesarias para cerciorar-se del verdadero estado de salud del rey.

De todo ello resultó que el mal no era tan grave afec-ción de como lo pintaban los médicos de cámara y adjuntos áulicos, ni constituía verdadero impedimen-to para el viaje, es decir desmintió como médico que una supuesta gota impidiera al monarca movilizarse. En efecto, al segundo día salió el rey de Madrid, comple-tamente disipado el acceso de gota, y sin que tuviera ninguna novedad durante el viaje a Sevilla.

En las Cortes el H. Seoane fue uno de los diputados que votaron resueltamente sin temor a las consecuencias a la suspensión de la potestad real, se destaca su posi-ción el 1 de octubre de 1823 el diputado intransigente, el apóstol y defensor de la exaltación política como se lo acreditó en su célebre opúsculo Defensa de la exaltación y de los exaltados. De ideas liberales perteneció a la masonería; apoyó la reprobación del rey y le llevó a proponer en las Cortes la abdicación de Fernando VII que le trajo graves consecuencias.

MATEO SEOANEGRAN MÉDICO HIGIENISTA

1 Hospital Luis Vernazaa Especialista en Cirugía Generalb Fellow American College of Surgeonsc Magíster

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1. Dr. Alberto Cordero Aroca, MSc, FACS1,a,b,c

2. CORDERO AROCA, Alberto: “El pronunciamiento del general Rafael Riego y Núñez, una influencia decisiva en la ruptura de América con España”, IHM, No 41, diciembre 2007, pp. 71-88.

3. Michael Faraday, n. Newington, Gran Bretaña 22 de sep-tiembre de 1791, científico británico, físicos más destacados del siglo XIX, de una familia humilde y recibió una educa-ción básica, a temprana edad tuvo que empezar a trabajar, primero como repartidor de periódicos, y a los catorce años en una librería, donde tuvo la oportunidad de leer algunos artículos científicos que lo impulsaron a realizar sus prime-ros experimentos. En el año 1812 asistió a una serie de conferencias impartidas por el químico Sir Humphry Davy y le contrató como ayudante en su laboratorio químico de la Institución Real. Entró en la Sociedad Real en 1824 y al año siguiente fue nombrado director del ese laboratorio. En 1833 fue profesor de química, después le fue concedida una pensión vitalicia de 300 libras anuales. Descubrió dos nuevos cloruros de carbono además del benceno. Investigó nuevas variedades de vidrio óptico y llevó a cabo con éxito una se-rie de experimentos de licuefacción de gases comunes. En el año 1821 trazó el campo magnético alrededor de un conductor por el que circula una corriente eléctrica, en 1831 descubrió la inducción electromagnética y demostró la induc-ción de una corriente eléctrica por otra. Investigó los fenóme-nos de la electrólisis y descubrió dos leyes fundamentales: que la masa de una sustancia depositada por una corriente eléctrica en una electrólisis es proporcional a la cantidad de electricidad que pasa por el electrólito, y que las cantidades de sustancias electrolíticas depositadas por la acción de una misma cantidad de electricidad son proporcionales a las ma-sas equivalentes de las sustancias. Descubrió la existencia del diamagnetismo y comprobó que un campo magnético tiene fuerza para girar el plano de luz polarizada que pasa a través de ciertos tipos de cristal. Escribió Manipulación quí-mica (1827), Investigaciones experimentales en electricidad (1844-1855) e Investigaciones experimentales en física y química (1859), f. 25 de agosto de 1867 en Londres.

4. Guy’s Hospital fue fundado en 1721 por Thomas Guy (1644 - 1724), un editor de Biblias sin licencia, que había hecho una fortuna en los Mares del Sur, fue fundado originalmente como un hospital para el tratamiento de “incurable” del hos-pital Saint Thomas.

5. Saint George’s Hospital fundado en 1733 en Londres, es uno de los grandes instituciones de enseñanza en el Reino Unido que existen hasta la actualidad.

6. Rudolph Ackerman, n. Stolberg, 20 de abril 1764, inventor alemán, establecido en Londres, fue famoso librero y editor del siglo XIX, donde se especializó en los estudios sobre la impresión en color. Después de viajar por Francia y Bélgica, en un viaje que hizo a su país en 1818, visitó a Senefelder, inventor de la litografía, y al volver a Londres fundó una im-prenta litográfica, publicó un Repository of Arts, Literature, Commerce, Manufactures, Fashions and Politics, revista ex-celentemente ilustrada con grabados de modas que alcan-zó 21 años de existencia; también editó Forget-Me-Not o Nomeolvides una especie de almanaques en prosa y verso que se publicaron entre 1824 y 1829, los cuatro primeros fueron con traducciones de José Joaquín Mora y los dos últi-mos confeccionados por Pablo Mendebil, que incluyen nume-rosos poemas y textos en español. Perfeccionó el aguatinta y diversos procesos de impresión, fue una figura clave en las actividades intelectuales de los liberales exiliados, Con la sugerencia de Rocafuerte y con destino a las recientes repú-

Tras el retorno al absolutismo en 1823, siguió entre los oponentes al régimen por lo que fue víctima de la terrible persecución que se realizó desde la Corte con-tra los liberales, fue condenado a muerte, el proscrito tuvo que pasar un ostracismo de diez años, huyó de Cádiz para Tánger y pasó a Gibraltar y de este puerto zarpó en una embarcación británica y llegó al puerto de Corck en Irlanda y de allí a exiliarse en Londres, refugio clásico de los náufragos políticos españoles, ciudad donde permaneció durante una década y que constituyó un hito irrepetible en su vida y en su obra.

Sin recurso económico, este valiente médico probo, honrado, laborioso, dotado de una fuerza moral tan poderosa, ingresó en un colegio de niños, aceptó uno de los empleos más humildes, con el principal objeto de aprender y practicar el idioma, pues consideraba que si no dominaba a fondo la lengua del país anfitrión nada podría adelantar. El plan le salió de maravilla más de un año estuvo en la institución, viviendo con privaciones; salió hablando perfectamente el inglés con una soltura y corrección que impresionaba a los mismos ingleses, se le abrieron las puertas del éxito y gloria.

Como existía una antiquísima carta de hermandad entre las Universidades de Salamanca y Oxford que habilitaba para el ejercicio legal de la medicina en toda la Gran Bretaña; perfeccionó su formación científica junto a figuras como Michael Faraday3, se entrenó prin-cipalmente en el Guy’s Hospital4, que contribuyó a su formación e integrarse en el ambiente médico londi-nense en el ejercicio de la profesión y pronto adquirió una buena clientela, obtuvo una plaza de médico de número en los hospitales de Londres: médico titular del St. George Hospital5, un empleo en el Museo Bri-tánico y colaborador del Central Board of Health que era el Consejo de Sanidad del reino. Su habilidad para escribir en inglés le facilitó el acceso a muchos revistas y periódicos entre 1827 y 1831, ad-mitían gozosas los artículos de Seoane; fue uno de los fundadores de la acreditada revista El Ateneum de Londres dedicada a la divulgación científica y literaria.

Desde Londres los editores abastecían el mercado de las repúblicas hispanoamericanas, le encomendaban traducciones como el Manual sobre Manual, y apenas podía corresponder a la confianza y generosi-dad de sus muchos favorecedores.

Conoció a Rudolph Ackerman6 quien editó una serie de nueve manuales en 1828 destinados a la venta en América, escribió en español obras dedicadas a la física, química y ciencias naturales.7

Para esa época don Vicente Rocafuerte que se des-empeñaba como encargado de negocios mexicano en Gran Bretaña, quien fue el promotor de la publicación de los famosos Catecismos , y como se interesaba en los proyectos de sanidad deseaba vivamente editar en materia de salubridad pensando que se podía contri-buir a mejorar las condiciones de vida en los nuevos países americanos sobre higiene y salud pública y por eso le propuso a Soane que escriba uno de ellos. El di-plomático lo había conocido en las Cortes, durante su permanencia en España en 1820 en cumplimiento de una misión confidencial por encargo de Simón Bolívar y la Sociedad Soles y Rayos. Un autor que conoció de la propuesta a Seoane nos narra:

“Seoane, desde estudiante había sido exaltado anticonta-gionista; y en las Cortes discutiéndose el proyecto de ley de Sanidad Pública, llegó a pronosticar con mas ligereza y acierto, que estaba cerca el día que el contagio seria universalmente reconocido como una quimera! Pues bien, el Sr. Don Vicente Rocafuerte, Enviado de la República de México en Londres, que había conocido en España a Seoane, y que no ignoraba sus opiniones anticontagio-nistas, deseoso, por un lado de proporcionar al emigrado algún recurso que le permitiera salir de su humildísima posición en el citado Colegio, é interesado, por otra parte, en difundir y hacer prevalecer las doctrinas anticontagio-nistas, que tan bien se alianzaban con los intereses mer-cantiles de su país; invitó a Seoane á escribir una obra contra el contagio de la fiebre amarilla. Accedió gustoso el anticontagionista. Seoane, y hasta aceptó anticipada una parte de la remuneración del trabajo, destinado este anticipo á socorrer sus mas perentorias necesidades, y á socorrer la no menos imperiosa de otros compañeros suyos de emigración. Dedicose desde luego con su ha-bitual ardor al trabajo encargado, juntó todas las obras principales sobre la materia, vió y copió todos los docu-mentos oficiales que relativos á la misma existían en el Almirantazgo, y de todas aquellos materiales hizo el más imparcial examen y profundo estudio”10

“El resultado de ello fue convencerse de la existencia in-dubitable de repetidos casos de importación de la fiebre amarilla en Europa por los buques americanos. Desde aquel punto, Seoane, idólatra siempre de la verdad, y hombre de convicciones siempre sinceras, abjuró fran-camente sus creencias anticontagionistas, declarándose desde entonces contagionista decidido, y participó á Ro-cafuerte que su conciencia no le permitía continuar la obra en el sentido que había concertado, y único que podía convenir al diplomático americano. La abjuración de Seoane fue entonces bastante sonada, é improbada con cierto sarcasmo por los hombres de conciencia venal y traficantes en convicciones científicas; más la parte no

corrompida aplaudió la honradez ejemplar del médico español, y su verdadero heroísmo puede decirse que echó los cimientos del elevado concepto que muy luego había de disfrutar entre los médicos ingleses.”11

Además de algunas traducciones al español Acker-man le publicó sus trabajos acerca de una de las temi-bles epidemias causada por el vibrio colerae que tantos estragos causó en Europa.

Y en medio de tanto trabajo profesional y tarea liter-aria, compuso un Diccionario anglo-hispano y español-inglés, obra voluminosa de mucha impor-tancia, se hicieron nueve ediciones en pocos años, y otras impresas subrepticiamente fuera de Inglaterra.

Seoane contactó con importantes personalidades más del exilio científico español y del mundo cientí-fico inglés, convirtiéndose en una de las figuras más importantes del movimiento liberal en el exterior. Fue protector de sus paisanos exiliados, “volviendo curado de su fiebre política y sus ideas anti-contagionistas”.

En Londres siguió cursos en diversas materias de cien-cias y en especial de medicina, e inspiró y defendió en el seno del parlamento proposiciones interesantes de salubridad que en gran parte fueron admitidas. Le hici-eron miembro de número de la Sociedad Médica de Londres y del Instituto Real de la Gran Bretaña.

Cuando se creó el Instituto General Médico se le eligió por unanimidad como socio representante de España. También fue elegido socio de la Sociedad Médico-Quirúrgica de Londres y de la de Edimburgo. De todo ello se deduce que Saeone adquirió en Londres un gran prestigio y gozó de selecta y numerosa clientela.12

En 1832, la epidemia colérica de la India vino a conster-nar a Europa. Londres fue uno de las primeras ciudades populosas azotadas por la peste, Seoane se dedicó a estudiar este terrible mal pero no pudo determinar la nueva entidad morbosa que produjo tantos estragos a la humanidad, sin embargo sus principales publica-ciones en este período estaban relacionadas con el cólera.

La actividad científica tan brillante de Saeone fue posi-tivo para la ciencia médica hispana, sus conocimientos especializados sobre el cólera, sus excelentes contac-tos con las más altas personalidades del higienismo in-glés y su conocimiento de los estudios higiénicos que se desarrollaban en toda Europa demuestran el gran espíritu científico e innovador que le caracterizó a este adelantado.

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blicas emancipadas de Hispanoamérica publicó en español una serie de manuales didácticos los célebres Catecismos sobre distintas disciplinas científicas que sirvieron de libro de texto escolar ante la penuria de libros que sufrieron en-tonces, muchos de éstos fueron traducidos o redactados por emigrados liberales españoles exiliados en Londres tras la caída del régimen constitucional en 1823, f. Finchley, 30 marzo de 1834.

7. Varela Candel, Manuel: “Actividad científica realizada por los liberales españoles exiliados en el Reino Unido, 1823- 1833”, Asclepio, Revista de Historia de la Medicina y de la Ciencias, vol. LXI, no 1, enero – junio, 2007, pp. 131-166.

8. Los Catecismos era manuales didácticos en los que se pre-senta una exposición orgánica y sintética de los contenidos científicos esenciales y fundamentales, tal como la doctrina católica tanto sobre la fe como sobre la moral, estaban des-tinados a instruir a la juventud de las recientes repúblicas americanas emancipadas, patrocinadas por Rocafuerte:”…me ocurrió la idea de hacer imprimir catecismos de moral, de geografía, de aritmética, de agricultura, etc., y se la co-munique al señor Ackerman con quien tuve amistad desde que llegué a Londres: él la aprobó y la puso en ejecución, con ventajas suyas y con mayor provecho para la América.” Rocafuerte, Vicente: A la Nación, XI, p. 198.

9. Cordero Aroca, Alberto: “Misión confidencial de Rocafuerte en España encomendada por la sociedad secreta “Soles y Ra-yos de Bolívar”, BBM, No 90, Municipio de Guayaquil, 2006. pp. 123 -138.

10. Real Academia Española, Memorias, Volumen 1, Reseña his-tórica del Excmo. e Ilmo. Sr. D. Mateo Seoane, académico de número, Madrid, 1870, pp. 133 - 134.

11. Ibídem12. CHINCHILLA, Anastasio: Anales históricos de la medicina en

general y biográfico-bibliográficos de la española en particu-lar, 4 vols., Valencia, Imprenta de López y Cía., 1841-1846, vol. IV, pp. 578-610.

13. Neil Arnott, n. 15 de mayo de 1755 en Escocia, se educó en la Aberdeen Grammar School; fue compañero de Lord Byron. Ingresó en 1801 en el Marischal College de Aberdeen, donde fue discípulo de Patrick Copeland, profesor de filosofía natu-ral. En 1806 prosiguió sus estudios en Londres, se embarcó para la India como asistente de un cirujano. Hizo dos viajes a China como cirujano al servicio de la British East India Com-pany. Regresó a Londres en 1811 y se estableció como médi-co. Recibió su diploma del Royal College of Surgeons en 1813 y el Medical Doctor en 1814. Fue médico de la colonia de franceses refugiados de Camdem Town y, más tarde, de las embajadas de Francia y de España. En 1823 impartió una serie de conferencias en su casa que fueron la base de su libro Elements of Physics, cuyo primer volumen apareció en 1827. Fue Fellow de la Royal Society y uno de los fundadores de la Universidad de Londres. En 1837 fue médico extraor-dinario de la Reina. Señaló que el calor, el aire, el alimento y el ejercicio eran las necesidades básicas para la vida. En el terreno de la salud pública abogó por instalar sistemas de calefacción y ventilación adecuados en los edificios. En 1838 publicó Warming and Ventilating, sobre el funcionamiento de la estufa de aire y sin humos que lleva su nombre, por lo que la Royal Society le concedió la medalla Rumford en 1854. También introdujo las camas de agua en el hospital de San Bartolomé para evitar la aparición de las úlceras decúbito en enfermos postrados, f. en 1874.

14. Pedro Felipe Monlau y Roca, n. en Barcelona en 1808, fue un humanista, científico, escritor, periodista, médico y filósofo, se destaca como higienista, crítico literario, diplomático y político,

Para esa misma época el gobierno español preocupado por la epidemia acudió a Londres en busca de exper-tos ingleses que le proporcionaran información sobre el tema, el Central Board of Health (Servicio Central de Salud) con el famoso higienista Neil Arnott13 reco-mendaron al embajador que recurriese al Dr. Saeone como el gran especialista y conocedor de los temas relacionados con la epidemia, a quien lo visitaron.

En España paradójicamente el mismo régimen abso-lutista que le había condenado a pena capital hace diez años, ahora publicaba sus obras más importantes relacionadas con la enfermedad infectocontagiosa en 1831. Debido a la gran preocupación que le inqui-etaba al gobierno ante la propagación de la peste en el continente, se editó la versión española de los doc-umentos compilados por el Board of Health con el título Documentos relativos a la enfermedad llamada cólera espasmódico de la India que reina ahora en el norte de Europa impresos de orden de los Lores del Consejo Privado de S.M. Británica trasladado al castellano y aumentados con notas y un apéndice por el Dr. Seoane, publicada en Madrid en la imprenta Real en 1831, obra que después fue traducida al por-tugués por J. Romao Rodriguez en Lisboa imprenta Regia en 1832.

En 1834 se publicó en Londres su investigación acer-ca de la epidemia titulada: Informe acerca de los principales fenómenos observados en la propagación del cólera indiano por Inglat-erra y Escocia y sobre el modo de propagarse aquella enfermedad, dirigido al Excmo. S. D. Francisco de Zea Bermúdez por el Dr. D. Mateo Seoane, impreso en 137 páginas por San-tiago Holmes en 1832.

También en España se publicó Instrucciones gen-erales sobre el modo de preservarse del cólera-morbo epidémico con indicaciones acerca de su método curativo, impreso por P. M. Calero en Madrid en 1834, que fue traducido al catalán por J. B. Foix impreso en Barcelona en el mis-mo año y una segunda edición castellana editada en Madrid en 1854.

La consistencia científica y arduo trabajo investigación le facilitó su retorno a España, el gobierno para con-graciarse quiso recompensar sus servicios y le ofreció a Seoane el indulto personal, pero este patriota idealista se negó a aceptarlo. En 1834, sin embargo, se acogió a la amnistía general decretada por la reina regente María Cristina destinada a los liberales como el exigió en 1832 y decidió regresar a Madrid.

Concluyó el decenio absolutismo, cual había terminó el trienio liberal, y el sexenio de la guerra de independ-encia y después de muchas desventuras volvieron a España los emigrados, y poco después de ellos Seoane, los médicos ingleses le tributaron una despedida cor-dial y solemne, en un suntuoso banquete que le ofreci-eron en Londres el día 5 de enero de 1834.

De regreso Seoane debido a su bien ganada repu-tación, se convirtió en una de las personalidades cientí-ficas más relevantes y prestigiosas “en lo que respecta a la organización de la profesión y la enseñanza médi-cas y, sobre todo, de la asistencia y la higiene pública, desde los supuestos liberales”. En Madrid asistió con gran celo a los enfermos coléricos y fue el promotor y principal ejecutor de la lucha que se realizó contra la epidemia en Vallecas.

Su exilio en Inglaterra coincidió con la fuerte influencia ejercida sobre la higiene pública de aquel país por la ideología utilitarista de Jeremías Bentham (1748-1832), filósofo y jurisconsulto británico, y una de las person-alidades que más contribuyeron a la formación del pensamiento constitucionalista europeo de principios del siglo XIX. Dicha corriente importada se hizo evi-dente en Seoane de regreso a España, influenció en sus discípulos Pedro Felipe Monlau14 y Francisco Méndez Álvaro15, unos preceptos higiénicos de marcada índole social entre los que también tuvieron cabida los estu-dios médico-sociales franceses y los procedentes de la corriente higienista germánica encabezada por J. P. Frank.

Ostentó varias dignidades como vocal de la Junta Su-prema de Sanidad, integró el Consejo de Sanidad del Reino en 1845, fue Inspector General de los Hospi-tales militares, fundador y Presidente de la Sociedad de Socorros y se encargó directamente del Colegio de sordomudos y ciegos, influyó decisivamente en la creación del Cuerpo de Sanidad Militar en 1836 y en la enseñanza de la Medicina, a partir de la elaboración del Plan General de Estudios de 1845, y en la legis-lación española sobre higiene pública, a partir de su participación en la elaboración de la Ley Orgánica de Sanidad de 1855. Fue Secretario General de la socie-dad para preparar y mejorar la educación del pueblo.

En España publicó muchos artículos y memorias sobre literatura médica, higiene pública y privada, estadísticas, sobre la enseñanza de la medicina y otras disciplinas, entre las que se pueden destacar : Consideraciones generales sobre la estadística médica, editada en Madrid por la Compañía Tipográfica en 1838; Lec-ciones orales de Medicina Homeopática im-preso por Mariano Caro, Sevilla en 1839; Memoria sobre el estado actual de las ciencias exac-tas, físicas, naturales y médicas en España, editada por la Imprenta Médica en Madrid en 1842, El nuevo plan de Estudios médicos, imprenta del Colegio Nacional de Sordo-mudos y Cie-gos, Madrid en 1843, obras en las que se refleja la honda preocupación existente en el ánimo de Seoane por el avance de las ciencias y especialmente de aquel-las relacionadas con la medicina y la higiene.

Colaboró activamente en revistas, especialmente en el Boletín de Medicina, Cirugía y Farmacia y en los Anales de Cirugía. Perteneció a las Reales Academias de Medicina, de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales. Recibió las condecoraciones de las Ordenes de Carlos III e Isabel la Católica.

El Dr. Seoane falleció en Madrid el 1 de junio de 1870, agotado por su incesante labor idealista en beneficio de la salud y bienestar de la humanidad, su erudición, formación liberal y su proyecto higienista quedaron reflejados en la evolución intelectual de sus dos dis-cípulos más influyentes en el proyecto médico-social español del siglo IXX.

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Correspondencia Dr. Cordero Aroca Alberto Hospital Luis Vernaza Email: albertopcordero@hotmail.com Guayaquil - Ecuador

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fue una persona polifacética con formación científica. Ejerció de catedrático de Literatura e Historia en la Universidad de Barcelona, restaurada en 1837, a partir de 1849. Anterior-mente, en 1844, había ejercido la docencia en Madrid dictó la cátedra de Higiene, en el instituto San Isidro y en la Escue-la Normal, como catedrático de Filosofía. También destacó como director del Museo Arqueológico Nacional de España. Fue miembro de la Real Academia Española. Su obra escrita es extensa y alcanza numerosas temáticas, todas dentro del ensayo. Escribió numerosas obras de medicina legal, higiene y psicología, entre las que destacan Elementos de higiene pública (1847), Higiene del matrimonio (1853) e Higiene industrial (1856), f. el 18 de febrero de 1871.

15. Francisco Méndez Álvaro, fue un político, médico y escritor español n. el 27 de julio de 1806 en Pajares de Adaja, Ávila, donde su padre era cirujano. A los 10 años se trasladó a Ma-drid a casa de un tío para ayudarle en el comercio, y empezó a estudiar en un colegio. Estudió después medicina, obtuvo el título de cirujano de segunda clase en 1828 con el que logró una plaza en Pradena de la Sierra en Logroño y posterior-mente la licenciatura en Cirugía Médica en 1835 y el título de Licenciado en Medicina en el año 1836, fue discípulo de Mateo Seoane. Colaboró en varios periódicos como El Cas-tellano, en el que llegó a director, y El León Español, del que fue cofundador con Gutiérrez de la Vega, y que se convirtió en portavoz del partido moderado. Fue director de la revista El Siglo Médico y Alcalde de Madrid en 1843 fue diputado a Cortes Generales por Madrid durante dos legislaturas. Tam-bién presidió la Junta Municipal de Beneficencia de Madrid desde 1847 y ese mismo año fue secretario del Consejo de Sanidad del Reino. Se distinguió como higienista, publicó tra-bajos sobre el tema en El Siglo Médico, preparó un proyecto de ley de Sanidad, tomando las primeras medidas contra el cólera y la peste, colaboró en la organización del Centro de Vacunación del Estado y asistió como delegado de España a conferencias internacionales sobre el tema. Fue miembro de la Real Academia Nacional de Medicina, fue presidente en 1864 y 1883, y vicepresidente en distintos periodos, f. el 18 de diciembre de 1883 en Madrid.

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Imágenes 1y 2.- Paciente masculino de 24 años de edad, procedente de área rural con antecedentes patológicos personales: Episodios depresivos con tratamiento especia-lizado.Acude a la sala de Urgencias con cuadro clínico de aproxi-madamente 30 minutos de evolución caracterizado por presentar trauma a nivel facial que compromete tejidos superficiales y profundos que incluyen partes óseas. Al exa-men físico se observa área cruenta de bordes irregulares de aproximadamente 20cm por 15 cm que compromete región nasal, región maxilar y mandibular y piso de cavi-dad bucal con exposición de tejido óseo posterior a sufrir impacto de proyectil por arma de fuego con orificio de entrada en región submentoneana y con orificio de salida en área descrita previamente. Con signos vitales normales, escala de Glasgow 15/15,

Imagen 43- En la tomografía axial computarizada con re-construcción 3D se observa Huesos de la bóveda cranea-na indemnes, Fractura tipo Lefort II, fractura nasoetmoidal, fractura conminuta de naxilar, fractura conminuta de man-dibula con pérdida de tejido óseo multifragmentaria (En maxilar y mandibula).

Imagen 1 Imagen 2

Imagen 3 Imagen 4

Imagen 4.- Se determinó colocación de cerclaje interden-tario con férula de Ehrlich para estabilización de fragmen-tos óseos tanto en maxilar como en mandíbula (como se observa en imagen 4), seguido del cual se realizo limpieza quirúrgica de área afecta retirando bordes necróticos, teji-do desvitalizado y ligadura de vasos sangrantes. Posterior-mente: a nivel de región nasal se fija columela y tabique cartilaginoso, se reconstruyo la mucosa y ala nasal fijáda a surco nasogeniano. Se rediseño dorso de nariz con un solo orificio nasal en donde se introduce sonda vesical a través de dicho orificio y finalmente se realizó avance de colgajos laterales faciales, logrando reconstruir labio superior y mu-cosa de cavidad oral. En región submentoneana se realiza avance de colgajo, lo-grando reconstrucción de piso de cavidad bucal suturan-do adicionalmente mucosa oral y lesión lineal en dorso de lengua. Diagnostico: Trauma facial con fractura abierta y perdida de tejido blando y óseo.

Autor: Dr. Stalin De Loor Zambrano Correo: ststst25@hotmail.com Teléfono: 0990761737