duelo saludable y patológico

5
Mª Ángeles del Castillo DUELO SALUDABLE/PATOLÓGICO EN EL NIÑO El duelo es un proceso natural, todos los seres humanos tenemos que pasar inevitablemente por muchas pérdidas a lo largo de nuestra vida. El hecho en sí de estar en duelo no es negativo para nosotros ni para nuestra salud psíquica, aunque si es doloroso. Pero como de cualquier crisis vital, la persona puede salir fortalecida si encuentra las herramientas para transformar esta experiencia en aprendizaje y superar el dolor. Cuando no gestionamos adecuadamente nuestras situaciones vitales y sentimientos, la experiencia de duelo puede convertirse en un punto a partir del cual perdamos equilibrio y competencias, es decir entremos en un proceso patológico. Los niños/as tienen menos recursos que los adultos para gestionar un duelo, ya que sus capacidades cognitivas, su experiencia y su conocimiento de sí mismos y autocontrol es más limitado. Pero tienen adultos que cuiden de ellos y se ocupen de estar atentos a que el proceso sea lo más saludable posible. Para ello es necesario saber qué factores influyen en cómo será vivido el duelo en un niño/a, explorarlos en el caso concreto en que estemos tratando de servir de ayuda, y manejarlos, en la medida de lo posible, para facilitar un desarrollo saludable. FACTORES QUE INFLUYEN EN EL PROCESO DE DUELO DEL NIÑO: Edad Personalidad Etapa del desarrollo en que se encuentre Experiencias anteriores con la muerte Relación con el difunto Ambiente que rodea al niño Causa de la muerte Capacidad de comunicación de los familiares Estabilidad de la familia después de la pérdida Formas de satisfacer las necesidades del niño Oportunidades que tenga de compartir sus sentimientos y sus recuerdos

description

Estrategias para la detección y tratamiento del duelo saludable y el patológico

Transcript of duelo saludable y patológico

M ngeles del CastilloDUELO SALUDABLE/PATOLGICO EN EL NIO El duelo es un proceso natural, todos los seres humanos tenemos que pasar inevitablemente por muchas prdidas a lo largo de nuestra vida. El hecho en s de estar en duelo no es negativo para nosotros ni para nuestra salud psquica, aunque si es doloroso. Pero como de cualquier crisis vital, la persona puede salir fortalecida si encuentra las herramientas para transformar esta experiencia en aprendizaje y superar el dolor.

Cuando no gestionamos adecuadamente nuestras situaciones vitales y sentimientos, la experiencia de duelo puede convertirse en un punto a partir del cual perdamos equilibrio y competencias, es decir entremos en un proceso patolgico.

Los nios/as tienen menos recursos que los adultos para gestionar un duelo, ya que sus capacidades cognitivas, su experiencia y su conocimiento de s mismos y autocontrol es ms limitado. Pero tienen adultos que cuiden de ellos y se ocupen de estar atentos a que el proceso sea lo ms saludable posible. Para ello es necesario saber qu factores influyen en cmo ser vivido el duelo en un nio/a, explorarlos en el caso concreto en que estemos tratando de servir de ayuda, y manejarlos, en la medida de lo posible, para facilitar un desarrollo saludable. FACTORES QUE INFLUYEN EN EL PROCESO DE DUELO DEL NIO:

Edad

Personalidad

Etapa del desarrollo en que se encuentre

Experiencias anteriores con la muerte

Relacin con el difunto

Ambiente que rodea al nio

Causa de la muerte

Capacidad de comunicacin de los familiares

Estabilidad de la familia despus de la prdida

Formas de satisfacer las necesidades del nio

Oportunidades que tenga de compartir sus sentimientos y sus recuerdos

Capacidad de los padres de afrontar las tensiones

Existencia de relaciones firmes entre el nio y otros adultos

Red de apoyo de la familia y el nio

Antecedentes de duelo patolgico en sus cuidadores

El duelo patolgico se caracteriza por que el nio/a sufre tan intensamente que quedan bloqueados sus mecanismos para elaborar la prdida, o que desarrolla elementos defensivos que le impiden continuar (como la negacin), la consecuencia visible son conductas desadaptativas como falta de rendimiento en sus tareas, desinters por lo que le rodea, tristeza y apata, trastorno de ansiedad, somatizaciones, aislamiento o conductas sociales inadecuadas. En general los sntomas del duelo patolgico son los mismos que los del duelo normal, todos descritos en el apartado que diferencia las reacciones ms comunes segn la edad, la diferencia fundamental estriba en que se manifiestan de forma muy intensa y persisten en el tiempo.

Como orientacin para los padres podramos decirles que si seis meses despus de la muerte, el nio/a presenta sntomas que no le permiten reanudar su vida cotidiana con normalidad, sera conveniente que acudieran a un profesional. En el transcurso de este tiempo, antes de considerar el duelo como patolgico, los padres o cuidadores deberan informarse de actitudes generales que pueden adoptar para facilitar al nio/a el proceso de duelo, con el fin de evitar su patologizacin, y de qu signos deben tener en cuenta como indicadores de que el nio/a no est llevando un proceso saludable. SIGNOS DE UN INADECUADO DUELO EN EL NIO/A:

No reacciona ante la prdida No muestra emociones

Tiende a aislarse

Est aptico

Busca inmediatamente un sustituto/a al fallecido/a Tiene menor autoestima Deja de cuidar de s mismo/a (comer bien, vestirse bien, ser prudente con el peligro)

Manifiesta culpa

Tristeza permanente. Lloros prolongados.

Rabietas frecuentes y prolongadas.

No muestra inters por sus amigos o actividades que le gustaban.

Imita a la persona fallecida

No quiere ir a la escuela o baja su rendimiento escolar.

Somatiza, por ejemplo dolores de cabeza frecuentes. Pierde apetito y peso, o come en exceso y engorda.

Teme quedarse solo

Tiene problemas de sueo y frecuentes pesadillas.

ESPECFICO EN LOS ADOLESCENTES:

Niegan el dolor y pretenden parecer maduros y fuertes.

Estn depresivos (baja autoestima, trastornos del sueo y la alimentacin)

Alusiones autolticas y conductas de riesgo (alcohol, peleas)

CMO FACILITAR UN DUELO SANO: Decir siempre la verdad, adaptndola al nivel de comprensin del nio/a, siendo breves y sencillos. No inventar historias alternativas que puedan parecernos ms suaves, la verdad llegar por otros medios, quiz con menos cuidado del que pondramos nosotros, y perder la confianza en quien le minti. No hacer como si no hubiera pasado nada, no ocultar nuestras ideas y emociones. Responder a todas sus preguntas con honestidad y paciencia, sin juzgarlos.

Ser cariosos. Darles muchas muestras de amor y aceptacin incondicional. Abrazarlos, besarlos, acariciarlos, jugar con ellos.

Evitarle asociaciones perjudiciales. Hacerle comprender que la muerte no es el resultado de toda enfermedad o accidente. Desvincularla de los mdicos y los hospitales. Si les damos explicaciones parecidas a que el fallecido est con Dios, diferenciar esto de ir a la iglesia o rezar. Utilizar los conceptos con claridad (ej: muerte, cncer, accidente de coches etc) para no dar lugar a equvocos. Ayudarle a normalizar sus emociones. Preguntarles cmo se sienten, ayudarles a poner nombre a sus emociones, explicarles cmo nos sentimos nosotros, pero sin hacerles cargar con nuestras emociones o necesidades (ej. no dormir con el nio/a porque usted lo necesita, no descargar angustia o preocupaciones sobre el/ella etc).

Hacerles ver que, en un principio, todas las reacciones son normales y se parecen a las que tienen otras muchas personas. Sus emociones sern ms breves y cambiantes que en los adultos, apoyarlos cuando estn contentos y tengan ganas de jugar, para que no se sientan culpables por ello, y hacerles saber que ser muy probable que vuelvan a tener ms momentos de afliccin. Escuchar con respeto sus sentimientos, fomentar que los exprese verbalmente, a travs del juego o con cualquier otra manifestacin como llorar o enfadarse. Permitirle atravesar todas las etapas del duelo.

Ponernos en su lugar. Adaptar la ayuda segn su grado de desarrollo y su contexto.

Mantener rutinas. Ayudarles a sentirse seguros y estables recuperando sus actividades diarias. No hacer cambios en la casa o las costumbres hasta pasado un tiempo. Recuerdos positivos. Compartir recuerdos agradables del fallecido, ayudarles a tenerlo presente (sin fomentar pensamientos obsesivos) y a reconocer lo bueno que se recibi de l/ella. Hacerlos partcipes de las vivencias familiares alrededor del duelo. Valorar su participacin en los ritos funerarios. Mantenerlos cerca de la familia. Dejarlos opinar en la reorganizacin familiar. SUGERENCIAS CONCRETAS PARA EL CUIDADOR

Lale libros adaptados sobre el duelo

Hblele de la muerte ensendosela en la naturaleza

Haga ejercicio con l/ella (pasear, juegos activos)

Ensele fotos y vdeos del fallecido y fomente la conversacin

Mustrele objetos personales del fallecido y cuntele cosas sobre l.

Hagan juntos una caja de recuerdos, o un mural de recuerdo etc

Anmele a elaborar algn homenaje o rito

Anmele a escribir una carta, cuento o dibujo al fallecido

Visiten juntos el cementerio si el nio/a lo desea

Anmele a hacer cosas creativas para expresar sus emociones:

Dibujar o pintar libremente, sobre lo que desee. Trabajar con arcilla, plastilina o masa

Poner msica y bailar

Hacer msica con instrumentos o cualquier cacharro en casa

Provale de formas de desahogar la rabia y la ansiedad:

Rasgado de papel

Rayado de papel

Inflar y estallar globos

Pelea de almohadas

Juego de gritos Mustrele mucho afecto y mantngase presente.