DURANG LAS VACACIONES DE BETTY

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Las Vacaciones de Betty / LA CAJA TEATRO / 1 Las Vacaciones de Betty (Betty’s Summer Vacation) por Christopher Durang Traducción: José Ramón Ortiz Personajes BETTY Joven mujer de veintinueve años, muy normal, inteligente, hace todo lo posible por ser razonable. TRUDY Amigable, conversadora, necesitada, en el fondo algo desesperada. Un poco más joven que Betty. KEITH Sensitivo, tranquilo, misterioso. Cercano a los treinta. Le cuesta mucho socializar. Parece dulce, parece raro. BUCK Buen mozo, sexy, atlético. Puede lucir como un muchacho de la playa tipo Baywatch. Machista y obsesionado sexual. SEÑORA SISMO Una mujer vibrante, llena de vida, cuarenta y tantos años. SEÑOR NARCISO Un enfermo exhibicionista, que exhibe su sexo a las mujeres en los baños. Desnudo debajo de su gabardina. Loco pero feliz a su manera. EL GRUPO DE VOCES Dos hombres y una mujer. Ríen y aplauden. Viven en el techo.

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OBRA DE TEATRO

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Las Vacaciones de Betty(Betty’s Summer Vacation)

por Christopher Durang

Traducción: José Ramón Ortiz

Personajes

BETTYJoven mujer de veintinueve años, muy normal, inteligente, hace todo lo posible por ser razonable.

TRUDYAmigable, conversadora, necesitada, en el fondo algo desesperada. Un poco más joven que Betty.

KEITHSensitivo, tranquilo, misterioso. Cercano a los treinta. Le cuesta mucho socializar. Parece dulce, parece raro.

BUCKBuen mozo, sexy, atlético. Puede lucir como un muchacho de la playa tipo Baywatch. Machista y obsesionado sexual.

SEÑORA SISMOUna mujer vibrante, llena de vida, cuarenta y tantos años.

SEÑOR NARCISOUn enfermo exhibicionista, que exhibe su sexo a las mujeres en los baños. Desnudo debajo de su gabardina. Loco perofeliz a su manera.

EL GRUPO DE VOCESDos hombres y una mujer. Ríen y aplauden. Viven en el techo.

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Acto I

Escena 1

Sonido de olas del mar.Una casa de playa, sencilla con muebles funcionales. Acogedora, colores suaves.Una puerta principal conduce al interior de la casa. Dentro se ven las puertas de los dormitorios, cuatroen fila y una aislada. A la izquierda hay otra puerta que conduce a un pequeño muelle.Principalmente se ve la sala y la cocina.

BETTY llega a la casa acompañada por su amiga TRUDY. Ambas llevan equipaje.

BETTY. –¡Guau! Esta casa está sensacional.

TRUDDY. –¡Verdad que sí! Estaba segura que te gustaría.

BETTY. –(Saliendo hacia la puerta que da al muelle) Y tiene su propio muelle, casi se pue-de ver el mar desde aquí. (Regresa al interior de la casa.)

TRUDDY. –Si, es una casa muy confortable. La amo. Es tan agradable salir de la ciudad. Elritmo de vida es diferente en la playa, mucho más lento. Huele el aire, todo esesalitre, que viene del mar. Adoro el mar. Me enferma el cemento de la ciudad.Hueles el aire de la ciudad y hueles a aceite de carro, a grasa de fritangas,vaporones de perros calientes. Pero aquí el aire es tan saludable... Me muero porcomer comida saludable. ¿Exactamente que es el tofu? Bueno no tenemos quecomer tofu. Podemos comer vegetales, pescado, tal vez pollo, pero sin mante-quilla. Quizás un poquito de mantequilla en un pan, le espolvoreamos un poqui-to de azúcar. ¿Tú haces eso? Mi mamá me acostumbró, fue una torpeza, pero teda energía, Bruuuum... Realmente amo la playa.

BETTY. –(Amable, tratando de no ofender) Trudy, por favor, me prometiste que no habla-rías tanto en estas vacaciones.

TRUDDY. – ¿Sí? (Trudy trata por unos pocos segundos de estar quieta. Betty observa las habi-taciones. Trudy empieza a hablar de nuevo.) ¿Qué día es hoy? ¿Sábado? Fue unlargo viaje, había mucho tráfico, el tráfico me desespera. Toda esa gente dentrode sus carros, atrapados, sin poderse mover. ¿No viste Fellini 8 y 1/2? Así es el co-mienzo de la película, pero entonces Marcello Mastroniani, él es tan bello, porqué los hombres americanos no son así. Me casaría con Marcello cuando me lopidiera. Pero a los hombres no les gustan las mujeres que hablan mucho. Peropor Marcello me cosería la boca, seguro que lo haría. Bueno, allí está Marcello enmedio de ese tráfico, tremenda cola, y nadie se mueve. Pero de repente Marcelloempieza a flotar en el aire, se eleva sobre el automóvil y parece que se va a esca-par, pero sucede que tiene una cuerda atada a su pierna, y permanece amarradoa la tierra, Marcello no se puede escapar de la madre tierra.

BETTY. –¡Guau! Escucharte a ti es como escuchar a la radio.

TRUDDY. –Verdad que sí. Me pregunto si debería tener un show.

BETTY. –No. Quiero que practiques la quietud. Pretende que eres un monje o una monjao algo por el estilo y que debes seguir el Gran Silencio. ¿Puedes hacerlo?

TRUDDY. –¡Seguro! ¿Cuál será mi habitación? ¿Cuál será la más cercana al mar? Me fascinaescuchar el mar.

BETTY. –¿Cómo vas a escuchar el mar si te la pasas hablando?

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TRUDDY. –Bueno, lo escucho por debajo de mis palabras. Es como cuando tienes que en-trenar un cachorrito y quieres enseñarle a dormir solo, y le pones un reloj paraque crea que el tic tac del reloj es el latido del corazón de la madre. Aunque creoque los cachorros no son estúpidos ¿No crees? Además no lo podrías hacer conun ser humano. Pensaría que es una bomba o que el tic tac del reloj esta muyalto. No podría dormir con esa vaina a mi lado. Creo que debería mandar pediruna pizza. ¿No te parece peligrosa la guerra biológica?

BETTY. –¿Qué tiene que ver una pizza con todo eso?

TRUDY. – Bueno, podría darme hambre. Y supongo que no hay comida por aquí. Así quedeberíamos ir a una tienda. Me fascina ir a un supermercado fuera de la ciudad.Los espacios son tan amplios y las cajeras te dan las gracias...

BETTY. –Si, tendremos que ir de compras. Creo que necesito comprar aspirinas, y quizástapones para los oídos.

TRUDY. – Entonces no vas a poder oír el mar. Me fascina escuchar el mar. Me siento tanbien lejos de los ruidos de la ciudad. Las alarmas de los carros. Has sabido de al-gún caso en que una alarma evitó que un carro fuera robado. Lo dudo. Y la alar-ma suena y suena... (Comienza a imitar varios sonidos de alarma) UuuuuuuuuUuuuuuuuu. Guaaaa...Guaaaaaaaaa... Titututututtt.....

BETTY. – ¿Por qué no te acuestas un rato?

TRUDY. – Si acabamos de llegar, estoy llena de energía. (Mira hacia la puerta de entrada)¡Mira! Aquí viene otro huésped, o un asesino en serie. Espero que no (Entra Keith,lleva una larga pala, una sombrerera y un maletín. Tiene alrededor de 30 años. Vistepantalón caqui y camisa deportiva unicolor.)

KEITH. – Hola, me llamo Keith. ¿Son ustedes Helen y Susie?

TRUDY. – No, ella es Betty y yo soy Trudy

BETTY. – Hola.

TRUDY. – Espero que no seas un asesino en serie, y que esa pala no sea para enterrargente. ¿Y qué hay en la sombrerera? Espero que no sea una cabeza. Esa era otravieja película que me gusta Night Must Fall, en la que Robert Montgomery, elpadre de Elizabeth Montgomery, la de Hechizada, es impresionante la cantidadde hijos de famosos siguen las carreras de sus padres con éxito, como si el talen-to fuera genético, aunque también si eres hijo de alguien famoso se te abren laspuertas... Bueno, en esa película el padre de Hechizada guarda una cabeza enuna sombrerera durante toda la película, y al final es que descubres lo que esta-ba haciendo. Aggg, se te ve asustado. Será por las cosas horribles que cuento oporque de verdad eres un asesino en serie.

KEITH. – (Pareciendo asustado) No, no estoy asustado. Por favor no miren lo que haydentro de la sombrerera, es privado, contiene. sombreros. Y siempre llevo conmi-go una pala por si soy sepultado por una avalancha de nieve

TRUDY. – Pero si estamos en verano.

KEITH. – Sin embargo pronto llegará el invierno nuevamente.

TRUDY. – Ajá.

BETTY. – ¿Por qué preguntaste si éramos Helen y Susie?

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KEITH. – Lo siento, quise decir Betty y Trudy, supongo. Quiero decir, como no las cono-cía. Solo conocí a la dueña de la casa la Señora Sismo.

BETTY. –Ah.

TRUDY. – Guau, eres muy bello. ¿Tienes novia?

KEITH. – Creo en el celibato. (Trudy se le queda viendo. Silencio)

BETTY. – Bueno, eso le hizo callarse.

KEITH. – Ahora quisiera ir a mi cuarto. ¿Saben ustedes cuál es mi cuarto?

BETTY. – Todavía no hemos escogido los cuartos. Vamos a ver cual nos gusta. (Señalan-do.) Aquí están estos cuatro juntos y aquel que esta separado. (Keith se dirige de-cidido al cuarto separado y cierra la puerta tras de él. Trudy se sienta y empieza allorar) ¿Qué té pasa?

TRUDY. – Él es horrible. ¿Qué quiere decir con eso de que cree en el celibato? ¿Acaso esun monje? ¿Y esa sombrerera? ¿Y la pala? Quizás de verdad es un asesino en se-rie. (Sonido de risas como en un sitcom de televisión. Trudy y Betty lo escuchan con-fundidas.) ¿Escuchaste algo?

BETTY. – Sonó como a risas grabadas.

TRUDY. – ¡Oh Dios! Él es raro...Trajo una cinta grabada de gente riendo. ¿Qué es lo que lepasa a ese tipo?

BETTY. – No creo que sea él. (Toca en su puerta.) ¿Keith, tienes una grabadora o algo así?

KEITH. –(Fuera de escena.) Ahora estoy ocupado, no puedo hablar.

TRUDY. – ¿Por qué es tan raro?

Entra la Señora Sismo, una mujer vibrante, viste ropa brillante. Lleva un gran sombrero y lentes de sol.

SEÑORA SISMO. – Hola a todos. ¿No es una casa maravillosa? ¿Ya escogieron sus cuartos? El míoes el más pequeño, aunque realmente yo no debería estar aquí, pero desde quemi esposo murió y perdimos la casa, sólo tengo este sitio para vivir. Además megusta mucho compartir con la gente joven. (Risas.)

BETTY. – (Poniéndole más atención a la SEÑORA SISMO que a las risas.) ¿Qué?

SEÑORA SISMO. – ¿Qué son esas risas? ¿Escucharon eso?

TRUDY. – Creo que son las risas de un sitcom.

SEÑORA SISMO. – Está bien, si es así. ¿No están sorprendidas de verme?

BETTY. – Bueno, sí. ¿No es usted la que nos rentó la casa?...Pero no sabíamos que ustediba a estar con nosotros...

SEÑORA SISMO. – ¿No es increíble?

TRUDY. – Tenemos miedo de que Keith sea un asesino en serie.

SEÑORA SISMO. – Bueno, recuerdo cuando me entrevisté con él, y soy muy buena para reconocerel carácter de las personas, sobre todo de los caracteres masculinos. Mi esposomurió de cirrosis en el hígado. ¿Creen que era un alcohólico? Todos sus amigos locreían. Yo no estoy tan segura. Algunas veces me pegaba pero después se arre-pentía y pedía perdón, y lo perdonaba. El perdón es importante ¿No les parece?

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BETTY. – Lo siento, pero usted y Trudy hablan muy parecido. ¿Por qué será?

SEÑORA SISMO. – Ella es mi hija.

TRUDY. – Mamá, por que lo dijiste, no quería que nadie lo supiera. (TRUDY se dirige a sucuarto. Risas.)

BETTY. – ¿Realmente eres la madre de Trudy?

SEÑORA SISMO. – Si, pero no nos llevamos bien, ya que su padre cometió incesto con ella, él esta-ba borracho y yo no hice nada para protegerla, era muy dependiente, quierodecir, que podría haber hecho. Destruir la unidad familiar y depender del segurosocial.

BETTY. – ¿De verdad eres la mamá de Trudy?

SEÑORA SISMO. – No, no soy. Bueno si soy pero no hemos trabajado la relación. A ella no le gustaestar conmigo.

BETTY. – ¿Pero por qué Trudy no reaccionó cuando usted dijo que su esposo habíamuerto?

SEÑORA SISMO. – Ella siempre está muy desconectada de sus sentimientos, esa es la razón por lacual habla tanto. Desde la cuna...Ga,ga,ga...Gu,gu,gu. Todo el día sin parar. Erainsoportable, a veces teníamos que dejarla sola y colocarle un gran reloj desper-tador a su lado. Guau, me estoy muriendo del hambre...¿Compraron comida?

BETTY. – No, todavía no hemos ido de compras.

SEÑORA SISMO. – Cuando vayan me compran galletas de soda, me fascinan, las como todo eltiempo, y no engordan, no tienen nada de grasa.

BETTY. – Galletas de soda, Okey. Quería decirle algo. Usted ya conoce a Keith. Tuvo queentrevistarlo cuando le rentó el cuarto ¿No es así? Usted dijo que le hubiera re-conocido si fuera un asesino en serie.

SEÑORA SISMO. – Seguro que los entrevisté a todos. ¿Cuál es él? El musculoso macho o el tipomás sensitivo con una sombrerera.

BETTY. – El de la sombrerera.

SEÑORA SISMO. – Ah, No, no creo que sea un asesino en serie. ¿Tú lo crees? ¿Acaso el se los dijo?Seguro que es Trudy la que piensa que es un asesino en serie. También creía quesu padre era un pervertido sexual y no lo era. Su padre era sólo un borracho. Ellalo exagera todo, no le creo nada de lo que dice, no tiene remedio. (Se dirige ha-cia la puerta de Trudy.) No, ella es maravillosa. (Le pone una cara a Betty: “al menostrato”). Pero creo que Keith es un tipo normal. ¿No te parece? ¿Esta aquí? (Toca asu puerta). Hola Keith ¿Cómo estas? Es la Señora Sismo. Voy a compartir estashermosas vacaciones contigo. ¿No es maravilloso? ¿Keith? (A Betty) Al menos estranquilo. Estando yo aquí, contamos con una habitación menos. Bueno quizásuno de los huéspedes tiene un accidente de carro, un choque fatal. Aunque eltráfico se estaba moviendo muy lentamente por la autopista. Quizás un terre-moto, siempre puede suceder un terremoto.

BETTY. – Por favor, creo que hablas demasiado.

SEÑORA SISMO. – Sí, Coño... (Se avalancha sobre la puerta del cuarto de Keith y abre la puerta de ungolpe, Keith y la Señora Sismo gritan, sale del cuarto de Keith y se dirige a otro cuar-to abre la puerta, entra y cierra la puerta. Entra Buck, el tipo macho, musculoso, conuna franela sin mangas, soporta unas pesas y unas latas de cerveza.)

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BUCK. – Hola, soy Buck. ¿Dónde es la fiesta?

BETTY. – Bueno, creo que es esta. Hola soy Betty

BUCK. – Hola, soy Buck. ¿Quieres una cerveza?

BETTY. – No, gracias. Es demasiado temprano en la mañana.

BUCK. – ¿Sí? Creo que me tomaré una fría. Sostenme aquí. (Le pasa las pesas, las sostienepor un momento y se le caen debido al peso. Risas. Buck abre una lata de cerveza yescucha las risas.) ¿Qué es eso?

BETTY. – No se. Parece que hay una pista con risas en algún sitio de la casa.

BUCK. – Bien, nena. ¿Te gustan los condones con sabores?

BETTY. – Prefiero que se hagan un examen médico. (Buck recoge las pesas y toma un tra-go de cerveza.)

BUCK. – Pero se puede tener sexo después del examen y nunca lo sabrías. ¿No? Cuandovayas a la tienda tráeme unos condenes ¿Okey? Sólo me quedan veinte. ¿Dóndepodría poner mis pesas?

BETTY. – No se. En el piso. ( Risas. Buck se mueve hacia donde se encuentra Betty, su cuerpoqueda seductivamente cerca del de Betty.)

BUCK. – Quiero decir...¿Cuál es mi cuarto?

BETTY. – (Confundida) Bueno, hay dos libres...ese y ese otro.

BETTY. – Si tu no señalas cuales son cuando dices “ese y ese otro”. No puedo saber cualesson.

BETTY. – Oh, lo siento. Esta este que esta aquí y aquel otro al final de la sala, a la izquier-da. (Risas.)

BUCK. – Grandioso. ¿Quiéres tener sexo?

BETTY. – Pero, si acabo de conocerte.

BUCK. –Bueno si cambias de opinión estaré listo, no he sacudido mis bolas desde estamañana.

BETTY. – Todavía es esta mañana.

BUCK. – Bueno, desde temprano en la mañana. (Risas.) Esas risas me desesperan. Po-drías hacer algo para controlarlas.

BETTY. – Creo que no.

BUCK. – (Mira hacia arriba. Grita.) ¡Cállense! (A Betty) Nos vemos más tarde. (Buck se va asu cuarto. Betty queda momentáneamente ensimismada por los personajes queacaba de conocer. Casi debe sacudirse la extraña energía que la envuelve. Quizásescuchamos el mar.)

BETTY. – (A si misma) Guau. Sólo queda un cuarto libre... Y todavía falta una persona porllegar... Creo que se llama Abigail. (Suena el teléfono) Aló. ¿Quién? ¿Quién murió?Ah, un accidente automovilístico. (Risas. Betty se siente ofuscada por el sonido delas risas justo en ese momento. Concentrándose nuevamente en la llamada). Quépena. ¿Es la madre de Abigail? ¿No? ¿Su masajista? De veras ¿Usted estaba en elcarro con ella? ¡Oh! ¿La estaba masajeando mientras ella conducía? ¿Sí? ¿No, yono estoy sugiriendo que usted causó el accidente? Sólo quiero decir que un ma-saje debe ser dado sobre una mesa de masajes y no en un vehículo en movi-

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miento. Quizás estoy un poco rígida, pero no estoy muerta...Aló...Aló. (Sintiéndo-se muy mal y sola.) Lo siento. (Cuelga el teléfono.) Guau, todo esto es muy extraño.(Risas. Betty mira hacia la risa. Fin de la escena.)

Escena 2

Más tarde el mismo día. Entran Buck y Trudy, mojados, en traje de baño. Secándose el uno al otro.

TRUDY. – Ah, el mar es tan refrescante...

BUCK. – Si, fue grandioso.

TRUDY. – Ah, me fascina alejarme de la ciudad. Es tan fresco respirar el aroma del mar.Aquí, justamente donde empezó la vida. Los peces empezaron a gatear fuera delagua y desarrollaron la espina dorsal y se transformaron en monos odinosaurios y después...humanos.

BUCK. – ¿Qué? Sí, realmente eres muy bella. ¿Lo sabías?

TRUDY. – Gracias. (A sí misma.) Mi padre siempre me lo dijo.

BUCK. – Tenía razón.

TRUDY. – Pero murió aparentemente.

BUCK. –¿Si? ¡Qué arrecho! Quiero decir que lástima. ¿Qué quieres decir con aparente-mente?

TRUDY. – Bueno, la Señora Sismo me lo dijo

BUCK. – Ah. Ah. Todo este discurso acerca del mar me pone caliente.

TRUDY. – Nosotros no estábamos hablando acerca del mar, estábamos hablando acercade la muerte.

BUCK. – Lo que sea. (Risas.) ¡Cállense!

TRUDY. – ¿Alguna vez fuiste abusado por tus padres?

BUCK. – ¿Es esto alguna clase de conversación precoital? Coño, verdaderamente eresincreíble.

TRUDY. – Esto no es increíble. Estoy tratando de abrir mi alma para ti.

BUCK. – No hagas eso. Abre tu traje de baño para mí.

TRUDY. – No se abre, se cae. Eres un cochino….

BUCK. – Oing, Oing. ¿Quieres una fría?

TRUDY. – ¿Quieres decir una cerveza?

BUCK. – Lo que gustes.

TRUDY. – No me gusta la forma en que hablas.

BUCK. – No me importa. ¿Quieres hacer el amor?

TRUDY. – Eres como mi padre.

BUCK. – Kinky.

TRUDY. – No soy kinky, eres patético.

BUCK. – Lo que más te excite.

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TRUDY. – Deja de decir esas cosas. Nada me excita. Me gusta más Keith que tú. Él es mássensitivo. (Toca en la puerta de Keith.) Keith, por favor, quieres salir un momentopara hablar. Buck me está molestando.

KEITH. – (Fuera de escena) Estoy ocupado.

TRUDY. – ¿Por favor, puedes salir? (Keith sale con unos guantes de goma ensangrenta-dos.)

KEITH. – Estoy realizando una operación ¿Qué es lo que quieres?

TRUDY. – (Sorprendida, trata de actuar normalmente) Oh, lo siento, sólo quería compa-ñía..–

KEITH. – Lo siento, ahora no es un buen momento. (Risas. Keith regresa a su cuarto.)

BUCK. – Ese Keith es muy raro.

TRUDY. – Si. ¿Que quiso decir con eso de que estaba haciendo una operación?

BUCK. – No se. Lo que hace un doctor. Debe ser un doctor o un veterinario.

TRUDY. – Si. Debe ser un veterinario. (A la puerta de Keith.) ¿Keith, eres un veterinario?

KEITH. – (Fuera de escena) No puedo hablar ahora, déjenme solo.

BUCK. – Aquí tengo un huesito. ¿Quieres verlo?

TRUDY. – Por favor. Eres asqueroso.

BUCK. – Te va a gustar. Mira, aquí, siéntelo.

TRUDY. – Déjame quieta. Eso es abuso sexual.

BUCK. – Me gusta eso. ¿Viste Oleana? Era una obra sobre el abuso sexual. Me fascinó laescena final cuando el tipo golpea esa puta. ¡ Pow, Pow! Directo a las costillas.Una gran obra.

TRUDY. – No la vi.

BUCK. – Tengo fotografías de mi pene. ¿Quieres verla?

TRUDY. – No quiero verlas. ¿De verdad tienes fotografías de? Si, me gustaría verlas.

BUCK. – Las tengo en mi cuarto. Espera un momento. (Buck se dirige a su cuarto.)

TRUDY. – Me gusta que estés muerto, Papá. Me alegra. (Risas.) ¿Qué tiene eso de gracio-so?

GRUPO DE VOCES. – (Hablando en grupo) Eso sonó sexy. (Trudy grita. Risas. Entra BUCK portando ungran álbum de fotografías.)

BUCK. – Aquí están las fotografías de mi pene. (Se sientan en el sofá y empiezan a ver lasfotografías.) Esta es cuando esta sarataco. Aquí tenemos una erección mañanera.Aquí esta orinando.

TRUDY. – Ah... Muy bonito... Creo que no quiero ver más fotografías de tu pene.

BUCK. – ¡Ah! Hambrienta por el objeto real.

TRUDY. –No. Muy alejado de lo que realmente quiero. Creo que me voy a meter alesbiana.

BUCK. – No hay problema, podría hacerlo con dos chicas.

TRUDY. – Quisiera hablar acerca de la religión. El unionismo podría ser una buena reli-gión. Por favor aleja tu pene. (Trudy cierra el álbum.)

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BUCK. – Ah Trudy tu me excitas tanto. Tienes que ayudarme estoy muy excitado. (Buckempieza a tocarla. Antes de que la cosa llegue a mayores entra Betty cargada debolsas de mercado.)

BETTY. – Ya regresé.

BUCK. – ¿Compraste las cervezas y los condones?

BETTY. – Si, te los compré

BUCK. – ¡Bien! Tengo una erección enorme.

BETTY. – Quizás si te metes una tonelada de estrógenos se te pueda aliviar.

BUCK. – Apuesta a que sí.

TRUDY. – ¿Betty, viste a la Señora Sismo?

BETTY. – Quieres decir a tu mamá. ¿No estaba ella aquí?

TRUDY. – No se donde está. (A Buck) ¿Le decimos acerca de Keith?

BUCK. – ¿Qué acerca de Keith?

TRUDY. – Como se veía cuando salió de su cuarto

BUCK. – ¿Cómo se veía?

TRUDY. – Llevaba puestos unos guantes de goma ensangrentados. ¿Por qué estabanensangrentados?

BETTY. –¿Qué?

TRUDY. – Tenía unos guantes llenos de sangre.

BETTY. – Dios! ¿Por qué?

BUCK. –Para proteger sus manos, supongo. (Risas) Cállense!

BETTY. – Tengo un mal presentimiento acerca de Keith.

BUCK. – Lo que pasa es que estas excitada. ¿Quieres sentirlo? Trudy es una calienta bra-guetas.

BETTY. – Buck, realmente eres vulgar. (Risas.) ¿Qué tiene eso de gracioso?

GRUPO DE VOCES. – Eso fue tan verdadero que resultó gracioso. (Trudy y Betty gritan, Buck se ve te-meroso.)

BUCK. – ¡Cállense! (Entra la Señora Sismo, con apareo de baño.)

SEÑORA SISMO. – Acabo de ser picada por un erizo de mar. (La Señora Sismo cae desmayada. Ri-sas. Todos la miran. Keith sale de su cuarto aun con los guantes de goma puestos, yse une a los otros que miran a la Señora Sismo. Más Risas. Fin de la escena.)

Escena 3

Noche. Preparativos para la cena. Candelabros. Betty está cocinando. (Los utensilios de la cena estaríanmejor fuera del escenario, probablemente en el área del muelle.)

Entra la Señora Sismo vistiendo una batola larga de verano, luce hermosa.

SEÑORA SISMO. –(A Betty) Tengo las piernas llenas de manchas rojas. Qué mala suerte. Si tuvierarelaciones sexuales con el Señor Narciso, sería mejor que apagara las luces. O talvez podría vendarle los ojos. Nunca lo he hecho pero la gente piensa que es

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muy excitante. (Viendo lo que Betty cocina.) Una vez vi esta película sobre esassociedades de estudiantes universitarios con nombres griegos, era una fiesta deiniciación donde muestran esta olla llena de gusanos vivos y las estudiantesnuevas son vendadas y tienen que comerlos, pero no son gusanos sinoespaguetis, pero ellas no lo saben y creen que se están comiendo los gusanos yvomitan, ¡Agg! Era increíble.

BETTY. – Sociedades de estudiantes, qué extraño.

SEÑORA SISMO. – Bueno, no recuerdo el nombre de la película, creo que esa fue la única escenade la película que vi. Creo que era una película vieja de los años cincuenta. Ladiferencia entre esos tiempos y los nuestros es que ahora les hacen comer losgusanos de verdad, no se les ocurre cambiarlo por espaguetis. ¿No es eso triste?Creo que algo se ha perdido. Pero bueno, dejemos la nostalgia ya que tenemos aalguien que viene a cenar con nosotros. La, lalala, por la vida de un cisne. ¿Así esel dicho? O por la vida de algo.

BETTY. – ¿Quién es el Señor Narciso?

SEÑORA SISMO. – Lo conocí escondido en el baño de mujeres. Tenía una cámara y estaba toman-do fotografías. (Betty la mira alarmada, la Señora Sismo parece feliz.) Dijo que lasfotografías eran para su uso personal. Algunas de las mujeres lo golpearon, peroyo no lo hice. Cada loco con su tema. ¿No te parece un dicho maravilloso? Megustan los hombres a los que les gustan las mujeres. Esos son mis hombres favo-ritos. ¿No te parece bello ese tal Buck?

BETTY. – Creo que es un cretino.

SEÑORA SISMO. – ¿Te parece? Bueno, dicen que tengo un gusto muy extraño para los hombres.(Mira hacia el muelle. Feliz) Oh, aquí viene el Señor Narciso. Yiuuuhu, por aquí. (En-tra el Señor Narciso, como de cuarenta y pico de años, viste sólo una gabardina ymedias. Puede lucir algo sucio, desagradable, sin afeitar.)

SEÑOR NARCISO. – Y esa nena qué... ¿Mira lo que cuelga? (De espaldas a la audiencia él abre sugabardina y se muestra a la Señora Sismo. Ella luce encantada. Betty grita. Risas.)

SEÑORA SISMO. – Ah, Señor Narciso, eres un bicho. (Se acerca y mira hacia la zona de susgenitales.) Que tatuaje más interesante. ¿Es el diablo? Me encanta hacia dondeapunta su tridente. Es genial.

BETTY. – Señora Sismo, usted ha traído un indigente y un maníaco sexual a esta casa.

SEÑOR NARCISO. – Mira como se mueve mi cosita. (Se muestra ante Betty. El público solo lo ve deespaldas.)

BETTY. – Esto no se puede permitir. Por favor cierre su gabardina.

SEÑORA SISMO. – Ah, mi querido Señor Narciso... No todo el mundo tiene mi buen sentido delhumor, así que quizás es mejor si cierra su gabardina, al menos por ahora. Quieroque conozcas a mi hija, ella esta tomando una pequeña siesta en su cuarto. ¿Porqué no vas allá y te presentas tu mismo?

SEÑOR NARCISO. – Desde luego. (Con propósito y energía se dirige al cuarto de Trudy.)

BETTY. – Señora Sismo, debo protestar enérgicamente. ¿No tiene usted sentido de loque es apropiado y lo que no es apropiado? (Se oyen gritos terribles que vienendel cuarto de Trudy. Sale Trudy corriendo y la persigue el Señor Narciso aboto-nándose la gabardina, riéndose.)

SEÑOR NARCISO. – A ella no le gustó mi diabólico tatuaje.

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TRUDY. – Alguien irrumpió en mi cuarto.

SEÑORA SISMO. – Trudy no exageres. Nadie irrumpió en tu cuarto, ni siquiera estaba cerrado. Yeste es el Señor Narciso, nuestro invitado a cenar.

TRUDY. – ¿Estas enferma?

SEÑORA SISMO. – ¿Por qué será que todos me preguntan si estoy enferma? Eso es tan rudo. No,no estoy enferma. ¿Ustedes creen que estoy enferma? Y si estuviera enferma.¿Creen que yo lo sabría? Lo dudo. Por lo tanto es una pregunta sin sentido. ¿Se-ñor Narciso, usted cree que estoy enferma?

SEÑOR NARCISO. – ¿Dónde esta el tipo con la cabeza en la caja?

SEÑORA SISMO. – Bueno, nadie sabe si hay una cabeza en la caja, puede ser que contenga som-breros.

SEÑOR NARCISO. – ¿Dónde está él? ¿Dónde esta él? (Risas. Por un momento el Señor Narciso se dacuenta de las risas, pero se concentra en la persona que está buscando y trata deencontrar el cuarto, sin embargo se equivoca de cuarto.)

SEÑORA SISMO. – No molestes al muchacho. Él no es como mi hija. Y no está bien para un caba-llero molestar a un muchacho.

TRUDY. – Yo no entiendo. ¿Está bien para un hombre molestar a una mujer?

SEÑORA SISMO. – Bueno, ciertamente que es más normal. Espero que me concedan ese punto.

SEÑOR NARCISO. – (En el cuarto de Betty) ¿Es este su cuarto?

SEÑORA SISMO. – No, es aquel de allá. (Apunta al cuarto de Keith.)

SEÑOR NARCISO. – (Abre el cuarto de Keith, juguetón.) Hoooolaaa. Aquí vengo. Voy a atraparte. (ElSeñor Narciso entra en el cuarto de Keith. Silencio, todos escuchan.)

SEÑORA SISMO. – Bueno, parecen que se la están llevando bien.

TRUDY. – ¿Mamá, por qué trajiste a este tipo aquí?

SEÑORA SISMO. – Lo traje para mí, necesitaba compañía. Tu padre está muerto, así que necesitocompañía masculina. (Toca en la puerta de Keith.) No se demore mucho allí, SeñorNarciso, recuerde que usted es mi invitado. (A Betty y Trudy.) No entiendo por quéa todo el mundo le parece Keith tan fascinante.

TRUDY. – Keith es una persona sensitiva, y a las mujeres con sentimientos les gusta eso.

BETTY. – No sé si debemos llamar a la policía para informarles de Keith.

SEÑORA SISMO. – No creo que eso le guste. (Toca en la puerta de Keith.) ¿Espero que no estés des-membrando cuerpos? (Risas.)

BETTY. – (Molesta, a las Risas.) ¿Por qué les parece eso gracioso?

VOCES. – Nos sentimos inconfortables y por eso reímos. No tenemos otra cosa que hacer.

BETTY. – Eso es muy raro.

SEÑORA SISMO. – ¿Escucharon esas voces?

DETTY. – Son los mismos que reían. Ahora parece que hablan de cuando en cuando.

SEÑORA SISMO. – Bueno, si soy la única que oye las voces, quizás se deba a las picadas del erizo.

BETTY. – Pero usted no es la única que las oye.

SEÑORA SISMO. – Pero parece que nadie más las oye.

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TRUDY. – Mamá, todos las oímos.

SEÑORA SISMO. – Bien, pero tu no eres una buena testigo, Trudy. También decías que tu padre teforzaba a tener sexo con él.

TRUDY. – Y lo hacía.

SEÑORA SISMO. – Bueno, eso no fue lo que él me dijo. Él me dijo que tú lo seducías.

TRUDY. – Mamá, yo era menor de edad.

SEÑORA SISMO. – Nunca se es muy joven para seducir. Seducir a tu padre. Es tan... desagradable.¿Por qué insistes en competir conmigo?

TRUDY. – Mi terapista dice que ni siquiera debía hablar contigo. Y es imposible discutirnada contigo estas, loca y enferma.

SEÑORA SISMO. – Betty ¿Tu le hablas a sí a tu mamá?

BETTY. – No, pero yo no fui abusada por mi padre.

SEÑORA SISMO. – Tampoco Trudy.

TRUDY. – Si lo fui.

SEÑORA SISMO. –No fuiste.

TRUDY.– Si fui.

SEÑORA SISMO. –¡No! (Risas. Irritada a las Risas.) ¿De qué se ríen?

VOCES. – Ustedes estaban discutiendo un tema muy serio de una forma infantil y esonos da mucha risa.

SEÑORA SISMO. – Creo que ustedes son un puñado de tetas insensibles, eso es todo lo que pue-do decir. (Entra Buck.)

BUCK. – ¿Alguien dijo algo sobre unas tetas?

SEÑORA SISMO. – Ah, Hola, Buck. Estas muy atractivo esta noche. Dime si soy más atractiva quemi hija Trudy. ¿Verdad que sí?

TRUDY. – Mama, por favor. (Trudy sale corriendo a su cuarto.)

SEÑORA SISMO. – Trudy siempre reacciona mal a todo. (A Buck) Y no le gusta que se metan conella. A mi sí. Podemos mantener las luces apagadas para que no veas las picadu-ras en mis piernas.

BUCK. – Bien.

BETTY. – Estoy en estado de shock Señora Sismo.

SEÑORA SISMO. – Bueno, mi esposo está muerto, mi hija no me quiere. Y Dios sabe cuando el Se-ñor Narciso va a salir del cuarto de Keith. ¿Así que qué otra cosa puedo hacer?

BETTY. – Espero que te sientes a cenar y tengamos una placentera conversación.

SEÑORA SISMO. – Podemos calentar la cena en el microondas más tarde. Vamos Buck. Déjame quete enseñe algunos trucos que aprendí mientras mi esposo estaba en prisión.

BUCK. – Bien. (Buck y la Señora Sismo se van al cuarto de la Sra. Sismo. Betty se queda vien-do alrededor.)

BETTY. – Pero he estado cocinando todo el día...

VOCES. – (En simpatía) Ahhhhhhhhhhhhhhhhh... (Betty se ve asustada y confundida, sinsaber si quiere la simpatía de las voces. Fin de la escena.)

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Escena 4

Después de la cena. Todos juegan a mímica, la Señora Sismo, Buck, Trudy y Betty.

Keith también está presente, pero parece poco confortable en presencia de los demás y de formar partedel juego. Tiene los brazos cruzados, apenas observa y no interviene para nada en el juego.

Betty es la que hace la mímica y parece que ha estado en esto por largo rato. Betty tiembla tratando deque los demás descubran la película.

TRUDY. – Tiembla.

SEÑORA SISMO. – Vibra de emoción. Goza.

BUCK. –Excitante.

SEÑORA SISMO. – La noche excitante. (Betty dice no con la cabeza.)

BUCK. – La noche... (Betty dice no con la cabeza y mueve las manos)

SEÑORA SISMO. – Ya me estoy cansando de esa palabra. ¿Esa es la sexta? .Vamos a la quinta otravez. (Betty señala cinco dedos y se toca la nariz.)

TRUDY. – La quinta es nariz. (Betty le toca la nariz a los demás)

BUCK. – Narices. (Betty afirma con la cabeza.)

SEÑORA SISMO. – Esa es la quinta, volvamos a la sexta. (Betty vuelve a temblar como si se estuvieracongelando.)

BUCK. – Otra vez le dio el tembleque.

TRUDY. – Hace frío. (Betty mueve las manos.) Frías.

BUCK. – Cerveza.

TRUDY. – La Noche de las Narices Frías.

BETTY. – Siiiiiiiii.

TRUDY. –¡Bravo!

BUCK. – Una película de drogadictos.

TRUDY. – No, Walt Disney.

SEÑORA SISMO. – Creo que debíamos ponerle un tiempo límite al juego. Esta casi nos llevó me-dia hora.

BETTY. – Creí que nunca iba a terminar.

TRUDY. – Lo hiciste muy bien.

SEÑORA SISMO. – ¿A quien le toca? Es el turno de Keith. (Keith luce aterrorizado y murmura algo.)Bueno, Keith, tarde o temprano te va a tocar. Pero quizás ahora sea el turno delSeñor Narciso. ¿Dónde esta el Señor Narciso?

TRUDY. – Mamá, esta en el baño en el cuarto de Buck. Deja que se quede ahí.

SEÑORA SISMO. – ¿Pero que esta haciendo ahí? Tiene más de media hora. (Va hacia el cuarto deBuck y toca la puerta.). Señor Narciso, lo echamos de menos. Es su turno. ¿Va asalir? (Entra en el cuarto de Buck.)

TRUDY. – Creo que le pasa algo al Señor Narciso.

BUCK. – Creo que es un tipo gracioso. Bien.

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TRUDY. – Parece que a Keith no le cae muy bien. ¿Verdad, Keith? (Keith mira a Trudy yhace un gesto negativo con la cabeza.). ¿Qué hicieron ustedes dos allá adentropor tanto tiempo? (Keith se encoge de hombros. Risas.) ¿De que se ríen? No en-tiendo.

VOCES. – Estábamos pensando en otra cosa. (Keith se ve confundido, nunca había oído lasvoces con anterioridad.)

TRUDY. – Por favor presten atención antes de reírse.

BUCK. – Esta casa parece embrujada. (Entra la Señora Sismo trayendo de la mano al Se-ñor Narciso.)

SEÑORA SISMO. – Alguien va a tener que limpiar allí. No sé qué carajo estaba haciendo el SeñorNarciso. (Risas.)

TRUDY. – Mamá ¿Por qué no puedes tener amigos normales?

SEÑORA SISMO. – ¿Y por qué no puedo tener una hija normal? Bueno, denle un papel al SeñorNarciso. (Betty le pasa un bowl con papeles con los títulos de las películas. La SeñoraSismo le pasa un papel al Señor Narciso.) ¿Puedes leer o estás drogado?

SEÑOR NARCISO. – Claro que puedo leer. Dice...

SEÑORA SISMO. – No, no nos lo digas. Nos lo tienes que decir usando mímica. ¿Recuerdas? Te ex-plicamos el juego antes de que fueras al baño. Buck representó la Suite del Cas-canueces.

SEÑOR NARCISO. – ¿Nueces? (Le gusta la palabra y empieza a desbotonarse la gabardina.)

SEÑORA SISMO. –Si, nueces. Pero mantén la gabardina cerrada. Recuerda que fue una petición deBetty y Trudy.

SEÑOR NARCISO. – Ellas son muy controladoras.

SEÑORA SISMO. – Si, lo son. Keith, estás prestando atención, el Señor Narciso nos va a representarla película. (Keith se muestra asustado y mira a otra parte.) Bueno, escucha concuidado y si tienes alguna idea la dices. Okey, estamos listos para empezar. SeñorNarciso empiece ahora (El Señor Narciso muestra un dedo, esperando que digan“uno”.) Un momento, espera, espera, dinos antes cuantas palabras. (El Señor Narci-so mira el papel y se encoge de hombros.) Okey, no importa, no sabemos cuantaspalabras, está bien.

TRUDY. – ¿Por qué tiene él que jugar? Es un indigente

SEÑORA SISMO. –Querida, no uses esa palabra, estás insultando al Señor Narciso. Sigamos. (El Se-ñor Narciso mantiene el dedo índice levantado, indicando “uno”.) La primera pala-bra. (Mantiene el dedo levantado.) Si, si, la primera palabra, está bien. Ahora di-nos de que se trata la primera palabra. Danos una clave.

SEÑOR NARCISO. – Esa es la clave, lo que estoy haciendo.

SEÑORA SISMO. – Ah.

BUCK. –Dedo.

SEÑOR NARCISO – No, no es dedo.

SEÑORA SISMO. – No puedes hablar, mueve la cabeza. (El Señor Narciso mueve la cabeza.) Primerapalabra, no es dedo, dedo índice. Índice de libro. Índice de los Libros Prohibidos.(El Señor Narciso niega con la cabeza.)

BETTY. – ¿Uno, es el número uno?

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SEÑOR NARCISO. – ¡Sí!

SEÑORA SISMO. – Señor Narciso, no puede hablar. Sólo mueve la cabeza para decir sí o no. (El Se-ñor Narciso afirma enérgicamente con la cabeza. Entonces se toca con el dedo elbrazo, para la palabra “tocar”.) ¿Esa es la segunda palabra? Di que es la segundapalabra.

SEÑOR NARCISO. – Segunda palabra.

SEÑORA SISMO. – No lo digas, usa dos dedos para señalar que es la segunda palabra. (Disgustadoel Señor Narciso levanta los dos dedos.) Segunda palabra, esta bien. Ahora la clave.(El Señor Narciso vuelve a tocarse el brazo.)

BUCK. – Brazo.

BETTY. – Muñeca. (El Señor Narciso niega con la cabeza.)

SEÑORA SISMO. –¿Piel? ¿Qué es lo que estas haciendo? Te tocas el brazo. ¿Es brazo? (El Señor Nar-ciso afirma con la cabeza y señala a la Señora Sismo porque dijo “tocar”.) ¿Es brazo?(Mueve la cabeza “no”) Pero dijiste sí.

BETTY. – (Tratando de terminar el juego.) Tocando el brazo. (El Señor Narciso la señala ymueve la cabeza afirmando.) Tocar, tocando.

SEÑORA SISMO. – Un toque.

BUCK. – ¿Un toque banquero? (El Señor Narciso se lleva la mano al oído para insinuar quesuena parecido.)

SEÑORA SISMO .– Suena parecido. ¿Esta es la tercera palabra? (El Señor Narciso niega con la cabe-za y vuelve a llevarse la mano a la oreja para suena como. Entonces de espaldas alpúblico se abre la gabardina y señala sus genitales. Betty y Trudy están horrorizadas.Keith sólo mira. Buck ríe y la Señora Sismo se disgusta. Risas y Aplausos.) Señor Nar-ciso le advertí que no debía abrir la gabardina. Ahora estamos jugando ya habrátiempo para eso luego.

TRUDY. – Sáquenlo de aquí.

SEÑORA SISMO. – Oh, Trudy, eres una carajita insolente. (El Señor Narciso sigue señalando susgenitales yendo de una persona a otra.) Si, lo vemos, ahora guárdalo, por favor.Estamos jugando un juego.

SEÑOR NARCISO. – Ya se que estamos jugando un juego. Y suena como lo que señalo.

SEÑORA SISMO. – Okey, suena como lo que señala. Niñas como ven él no esta siendo inapropia-do, él esta tratando de darnos una clave.

BUCK. – Un toque de sexo.

SEÑORA SISMO. – Un toque de pene, de mene, de vene, venéreo.

BETTY. – Un toque de Venus.

SEÑORA SISMO. – ¿Qué?

BETTY. – Puede ser. Pene. Vene. Venus. Un toque de Venus.

SEÑOR NARCISO. – ¡Sí! (El Señor Narciso está encantado y danza con la gabardina abierta por todo elescenario de espaldas al público.)

BUCK. – ¿Qué película es un Toque de Venus? ¿Una película porno?

BETTY. – Bueno, al menos la versión del Señor Narciso, seguro que sí. Por favor, cierre yasu gabardina, ya adivinamos su película. ( La danza de la victoria del Señor Narciso

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se va transformando en una masturbación, tocándose los genitales. Keith, al princi-pio trata de evitar al Señor Narciso, pero después casi sonríe y se queda viéndolo, yparece disfrutar como se toca los genitales el Señor Narciso. Los otros personajes nole prestan mucha atención al Señor Narciso.)

SEÑORA SISMO. – (A Betty.) ¿Qué te pareció? Creo que lo hizo muy bien. Mucho más rápido quetu Noche de las Narices Frías.

BETTY. – Este es el juego de mímica más estúpido que he jugado. Creo que es suficientey tengo que lavar los platos.

SEÑORA SISMO. – No, de ninguna manera. Tu cocinaste y Trudy debería lavar los platos.

TRUDY. – Mamá. (La Señora Sismo se da cuenta que el Señor Narciso sigue tocándose losgenitales.)

SEÑORA SISMO. – ¡Señor Narciso!!!!! Cierre su gabardina. (El Señor Narciso cierra por fin sugabardina. Keith deja de sonreír y se muestra “cachado”.) Todos captamos la clavede su pene. Es hora que se dedique a otras cosas. (Todos se calman, el Señor Nar-ciso y la Señora Sismo se sientan momentáneamente.) Keith estás muy silencioso.¿No tienes nada que decir?)

KEITH. – De niño yo fui abusado. Esos recuerdos me vienen a la mente. Es por eso que lecorto las cabezas a la gente. (Nadie se mueve. Keith se levanta y va a su cuarto. To-dos están impresionados.)

SEÑORA SISMO. – ¿Quién va a lavar los platos?

BUCK. – Yo lavaré los platos. ¿Quizás usted y el Señor Narciso quieran dar un paseo porla playa?

SEÑOR NARCISO. – Si, necesito airear mi pene.

SEÑORA SISMO. – Seguro que requiere un fresquito. (Risas.) Ustedes son realmente un caso serio.Trudy no nos esperes, quizás llegamos tarde. (La Señora Sismo y el Señor Narcisosalen por el muelle hacia la playa.)

BUCK. –Me siento con la líbido alta, creo que me voy a ir un bar a ver si me levanto doschicas.

BETTY. – Creía que ibas a lavar los platos.

BUCK. – No, tú los puedes lavar. Necesito un poco de sexo. Después te alcanzo. (Bucksale. Trudy y Betty se sientan por un momento. Se miran tiernamente. Saben quealgo terrible ha pasado pero no parecen recordar. Después de un momento.)

VOCES. – ¿Qué dijo Keith?

BETTY. – ¿Qué?

VOCES. – Él dijo que cortaba cabezas.

BETTY. – Creo que sí. ¿Trudy le oíste decir que cortaba cabezas?

TRUDY. – Él dijo que había sido abusado de niño. Yo también fui una niña abusada. Qui-siera consolarlo. (Va hacia su puerta.) ¿Keith, te encuentras bien? ¿Puedo entrar?

KEITH. – Ahora estoy ocupado. Por favor, déjame solo.

TRUDY. – Es muy difícil relacionarse con él.

BETTY. – Dijo que cortaba cabezas. (Risas.) ¿Qué tiene eso de gracioso?

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VOCES. – Tienes razón, eso no es gracioso. Perdón.

BETTY. – ¿Llamamos a la policía?

TRUDY. – No Betty, él esta sufriendo. Un sufrimiento psicológico.

BETTY. – No puedo tener ninguna simpatía por él, si se la pasa cortando cabezas.

TRUDY. – Seguramente tiene una urgencia irresistible.

BETTY. – Ummm. Supongo que sí.

TRUDY. – (Tocando en la puerta de Keith.) ¿Keith fuiste abusado de mala manera? Quisie-ra que me hablaras de eso. Quiero decir si lo quieres compartir con alguien.

KEITH. – (Fuera de escena.) Yo no quiero hablar de eso. Siento haberlo dicho.

TRUDY. – No es bueno guardar todas esas emociones, Keith.

KEITH. – Por favor, estoy bien.

TRUDY. – Keith, quiero consolarte. (Keith abre la puerta.)

KEITH. – Sé que quieres ser buena conmigo, pero no puedo estar mucho tiempo rodea-do de gente y ese juego de la mímica que tu madre me forzó a jugar duró horas.Así que, por favor, déjame solo.

TRUDY. – ¿Qué haces ahí adentro todo este tiempo?

KEITH. – Nada, sólo juego con mi colección.

TRUDY. – ¿Qué colección?

KEITH. – Varias cosas que he estado coleccionando.

BETTY. – (Gentil pero preocupada.) ¿Keith, qué has estado coleccionando? ¿Tienes restoshumanos en tu cuarto?

KEITH. – Bueno, tengo dos pies.

BETTY. – ¡Oh, Dios!

KEITH. – Tengo dos pies al final de mis piernas, así que tengo dos pies dentro de micuarto (Disfruta el chiste.)

BETTY. – ¿Qué hay dentro de la sombrerera?

KEITH. – ¡Sombreros! No puedo hablar más. Lo siento pero sufro de parálisis si hablopor mucho tiempo con la gente. Ustedes no quieren que me paralice. ¿Verdad?

BETTY. – No, supongo que no.

TRUDY. – Bueno, si alguna vez quieres hablar, cuenta conmigo. ¿Okey?

KEITH. – Si, si, si. ¿Dónde está el Señor Narciso?

TRUDY. – Fue a pasear pro la playa con mi madre.

KEITH. – Si lo ves más tarde le dices que me gustaría verlo en mi cuarto. (Keith cierra lapuerta.)

TRUDY. – ¿Cómo puede ser que te guste el Señor Narciso?

BETTY. – Creo que está loco.

TRUDY. – ¿Quién? ¿El Señor Narciso?

BETTY. – Él también está loco, pero hablo de Keith, está loco. Este Verano no está siendocomo yo imaginaba.

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TRUDY. – ¿Sí? Sin embargo yo si lo imaginé de esta manera.

BETTY. – ¿De verdad?

TRUDY. – Bueno, mi madre siempre hace algo para causar problemas. Voy a tomar unaspastillas para dormir y me voy a la cama. Buenas Noches. (Trudy se va a su cuarto.Risas.)

VOCES. – ¿Fue tan horrible?

BETTY. – Si, fue horrible. Supongo que debo lavar los platos. A pesar de que fui la quecocinó, pero si no los lavo yo nadie lo hará.

VOCES. – No los laves si no quieres.

BETTY. – Supongo que podría salir a pasear.

VOCES. – Esa es una buena idea, ir a pasear.

BETTY. – Okey, los veo luego. (Betty sale. Aplauso. Risas. Suspiros. Pausa. Silencio.)

VOCES. – Nada pasa ahora. (Silencio.)Me estoy aburriendo.¿Keith, no quieres venir a entretenernos? ¿Keith?Bueno, él no tiene remedio.Que vaina, estamos mirando los muebles.Sólo miramos.(Llamando)Alguien...Alguien

(Las luces bajan poco a poco. Fin de la escena.)

Escena 5

Más tarde. La casa a oscuras.

La Señora Sismo y el Señor Narciso entran tropezando con los muebles.

SEÑORA SISMO. –¡Shiiiiiiiii! Vas a despertar a todo el mundo. (Enciende las luces.)

SEÑOR NARCISO. – A las 3 de la mañana me transformo en lobo.

SEÑORA SISMO. – ¿De verdad? Creo que tomé demasiadas margaritas. Debo acostarme inmedia-tamente.

SEÑOR NARCISO. – ¿Sientes la cabeza floja? Trata de dar unos brincos.

SEÑORA SISMO. – No, Señor Narciso, necesito acostarme un momento. Querido, lo siento, peronecesito acostarme. (La Señora Sismo cae en el piso, el Señor Narciso la mira.)

SEÑOR NARCISO. – Vaca estúpida, no sabes tomar. (Keith se asoma a la puerta de su cuarto.)

KEITH. – ¡Pisssssss!

SEÑOR NARCISO. – ¿Quién es?

KEITH. – ¡Pisssssss!

SEÑOR NARCISO. – ¿Alguien está orinando?

KEITH. – (Con cierta dulzura) Señor Narciso, estoy despierto. ¿No quiere venir a visitarmeun momento?

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SEÑOR NARCISO. – No, ahora lo que necesito es una mujer. (Le da una patada a la Señora Sismo.)Despierta vaca. Estas borracha. No puedes permanecer despierta después de 7margaritas. ¿Por qué será que a mi el licor no me afecta? (Risas.)

KEITH. – ¿Te gustaría ver mi colección?

SEÑOR NARCISO. – ¿En qué cuarto está Betty?

KEITH. – A Betty no le gustas.

SEÑOR NARCISO. – Mejor, me gusta la pelea y el forcejeo. ¿En qué cuarto está?

KEITH. – No te voy a decir.

SEÑOR NARCISO. – Vete a la cama, muchachito, me estas fastidiando. ¡Betty! ¡Betty! (El Señor Narci-so se dirige al cuarto de Betty. Keith lo observa desalentado y regresa a su cuar-to y cierra la puerta. Un segundo después el Señor Narciso sale del cuarto deBetty.)

SEÑOR NARCISO. – Ella no está allí. ¿Dónde esta la hija de la vaca? Truuuudy, el Señor Narciso estáaquí. (Entra en el cuarto de Trudy. Dentro del cuarto ella grita. Keith asoma la cabezapor la puerta de su cuarto. Sonidos de pelea dentro del cuarto de Trudy.)

KEITH. – ¿Trudy, estás bien?

TRUDY. – (Fuera de escena.) Para, por favor. ¡Auxilio! ¡Auxilio!

KEITH. – ¿Trudy, llamo a tu mamá? (Trudy sigue peleando pero sus gritos van amainando.Keith se dirige hacia donde se encuentra la Señora Sismo.) Señora Sismo, Señora Sismo.

SEÑORA SISMO. – ¡Hola! Entra por favor. ¡Ay! Mi cabeza.

KEITH. – Señora Sismo, creo que su hija la necesita.

SEÑORA SISMO. – ¡Esa niña!¿Qué es lo que quiere esta vez?

KEITH. – Creo que el Señor Narciso la está violando.

SEÑORA SISMO. – ¿Eso fue lo que te dijo? Esa muchacha cree que todos los hombres la quierenviolar y eso no es verdad.

KEITH. – (Enfático, tratando de ser comprendido.) Creo que él la está violando en estepreciso momento.

SEÑORA SISMO. – ¿Dónde esta él? Ni siquiera lo veo.

KEITH. – Está en el cuarto de Trudy.

SEÑORA SISMO. – ¡Oh, Dios! Cada vez que conozco un marido o un novio, Trudy siempre andadetrás de ellos. (En la puerta de Trudy.) Espero que no estés aburriendo al SeñorNarciso.

SEÑOR NARCISO. – (Fuera de escena.) No, no lo está haciendo.

KEITH. – Señora Sismo, usted no se da cuenta de que él la esta forzando contra su vo-luntad.

SEÑORA SISMO. – Hagamos algo. (Toca la puerta.) Señor Narciso, salga inmediatamente, Trudynecesita dormir.

SEÑOR NARCISO. – Ya casi termino.

SEÑORA SISMO. –¡Salga ahora mismo, no estoy bromeando! (El Señor Narciso empieza a hacer so-nidos de estar alcanzando un orgasmo. La Señora Sismo luce abatida.) Ahora si meestoy enojando. (Toca a la puerta.) ¡Ya basta! (El Señor Narciso sale abotonándosela gabardina.)

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SEÑOR NARCISO. – ¿Qué? Creí que estabas K.O.

SEÑORA SISMO. – Keith me despertó.

SEÑOR NARCISO. – ¿Estás despierta? ¿Qué es lo que quieres?

SEÑORA SISMO. – Espero que no estabas forzando a Trudy.

SEÑOR NARCISO. – Todas las mujeres me desean, no necesito forzarlas. Necesito dormir. ¿Dóndepuedo dormir?

SEÑORA SISMO. – (Seductora.) Señor Narciso, creí que iba a dormir conmigo.

SEÑOR NARCISO. – Necesito dormir.

KEITH. – Puedes dormir en mi cuarto.

SEÑOR NARCISO. – Dormiré en el cuarto del muchacho. Me gustan las cosas que tiene en su cuar-to. Buenas Noches, los veo mañana. (El Señor Narciso entra en el cuarto de Keirh. LaSeñora Sismo luce deprimida y decepcionada. Keith piensa momentáneamente enTrudy.)

SEÑORA SISMO. – ¡Oh Dios! Esta noche se está tornando terrible. (Pausa, al techo). Me parece es-cuchar risas.

VOCES. – Estamos deprimidos. No creo que tengamos ganas de reir.

SEÑORA SISMO. – Yo tampoco.

KEITH. – Espero que Trudy este bien.

SEÑORA SISMO. – Ella ha pasado por cosas peores. Estoy segura que está bien.

KEITH. – (Mira hacia su cuarto con cierta alegrìa.) Buenas Noches. (Se va a su cuarto. LaSeñora Sismo se queda quieta por un momento. De repente se siente culpable por loque le pasó a Trudy. Se acerca a su puerta.)

SEÑORA SISMO. – (Toca suavemente en la puerta de Trudy.) Trudy, querida, es tu mamá. ¿Estásbien? ¿Quieres que entre? (Trudy sale abruptamente, con una franela y ropa inte-rior, envuelta en una sábana. La Señora Sismo retrocede sorprendida.)

TRUDY. – (Realmente furiosa.) ¿Por qué no llamaste a la policía?

SEÑORA SISMO. – ¿Para qué?

TRUDY. – ¡Ese hombre horrible me estaba violando!

SEÑORA SISMO. – Detesto hablar sobre violaciones casuales.

TRUDY. – Esto no fue una violación casual. Tú trajiste a ese maniático degenerado a lacasa, y él me violo mientras tu no hacías nada.

SEÑORA SISMO. – (Enojada.) Me bebí siete margaritas. ¿Esperas que esté consciente después debeber siete margaritas?

TRUDY. – Bueno, en ese caso no hagas nada, es perfectamente comprensible. Lo mismopasó con mi padre durante 6 años.

SEÑORA SISMO. – Tu padre está muerto, Trudy. ¿Vas a seguir hablando mal de tu padre?

TRUDY –Te odio y odio a mi padre. Y odio a ese Señor. ¿Dónde está él?

SEÑORA SISMO. – Está con Keith y no entiendo que carajo está haciendo allí. (Trudy va a la cocinatoma un cuchillo y se dirige al cuarto de Keith.) Trudy, se buena. (Se oye un chillidoterrible que proviene del cuarto de Keith. L Señora Sismo parece confundida, decideque probablemente no sea nada. Keith sale apurado del cuarto.)

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KEITH. – Creo que debemos llamar a la policía.

SEÑORA SISMO. – ¿Otra vez? ¡No me la puedo pasar llamando a la policía! Pensarán que no ten-go otra cosa que hacer. (Trudy sale del cuarto llevando algo en la mano que no po-demos reconocer.)

TRUDY. – (Se lo da a su madre.) Aquí tienes, tómalo. No lo quiero.

SEÑORA SISMO. – ¿Qué es? (Lo mira, es como una salchicha, pero no tenemos una visión clara de loque es.)

VOCES. – Es un pene, estúpida. (La Señora Sismo horrorizada, se dirige al cuarto, duda, y vaal teléfono, a la cocina. No sabe que hacer.)

SEÑORA SISMO. – ¡Oh Dios! Debería llamar una ambulancia. Keith pon esto en hielo. Debe haberdoctores que puedan coser esto.

TRUDY. – No quiero que los doctores se lo cosan. Dámelo, lo arrojaré al mar. (Trudy lo tomade su madre o Keith, y se dirige a la puerta del muelle. La Señora Sismo la detiene.)

SEÑORA SISMO. – Trudy, si lo lanzas al mar no podremos encontrarlo. ¿ Quieres que a ti alguien tecorte un seno y lo arrojé al mar? ¿Te gustaría eso?

TRUDY. – ¡Él me violó! (Bate el pene, por énfasis. Quizás la única vez que lo vemos con clari-dad. Keith se va a su cuarto.)

SEÑORA SISMO. – En fin, Trudy, aún si el lo hizo, eso no irreparable. Quiero decir que te sobrepa-saste con tu reacción. (La Señora Sismo toma el miembro y lo lleva a la nevera.)

TRUDY. – ¿A dónde vas?

SEÑORA SISMO. – Lo voy a poner en el refrigerador. (Abre la nevera, la puerta del refrigerador y locoloca allí. Cierra la puerta de la nevera.)

TRUDY. – No lo quiero en mi nevera.

SEÑORA SISMO. – No es tu nevera, esta es mi casa, yo soy la dueña. Deja de actuar como una niñaestúpida. Mejor llamamos una ambulancia. (Descuelga el teléfono y habla con in-tensidad.) ¡Aló! Es el 111, 111 ¿Hay alguien allí?

TRUDY. – Tienes que marcar el número primero, mamá. No puedes descolgar el teléfonoy esperar que haya alguien al otro lado.

SEÑORA SISMO. – ¿Qué dices? Claro que marqué el número. (Marca por primera vez.) ¡Aló! Es el111. Si, aquí tenemos una emergencia, necesitamos ayuda. Un hombre ha perdi-do su pene y lo tengo en el refrigerador. Si, me pregunto si habrá alguien alláque pueda cosérselo a su lugar de origen. (Escucha.) No, no se si está consciente.Espere voy a ver. ( La Señora Sismo deja el teléfono y se dirige al cuarto. Trudy per-manece sentada en el sofá. La Señora Sismo grita fuera de escena. Sale corriendo delcuarto. A Trudy.) ¿Dónde está su cabeza? ¿Qué hiciste con su cabeza?

TRUDY. – No hice nada con su cabeza.

SEÑORA SISMO. – No tiene cabeza. Ahora vamos a tener que coser su pene y su cabeza, (Va alteléfono).

TRUDY. – Mama, no se le puede coser la cabeza.

SEÑORA SISMO. – Traigo una persona invitada y así lo tratan, es una desgracia (Al teléfono.) Olví-delo, ha sido descabezado. Ya no tiene ningun sentido coserle el pene. (Cuelga.)No lo creo.

(Keith sale de su cuarto, lleva la gabardina del Señor Narciso.)

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KEITH. – Él le hizo daño a Trudy. Trudy es una niña abusada igual que yo.

SEÑORA SISMO. –Niños abusados. ¡Niños estúpidos!

TRUDY. – Mamá, él me violó.

SEÑORA SISMO. – Sí, muy bien. Denúncialo a la policía, pero no le cortes el pene. Y tú, Keith, su-pongo que fuiste tú el que le corto la cabeza. ¿Era necesario?

KEITH. – (Considera la pregunta.) ¿Necesario? No sé si era necesario, quizás. (El teléfonosuena, todos lo miran. La Señora Sismo se ve aterrorizada, no sabe por qué sue-na el teléfono o quién pudiera ser. Contesta el teléfono.)

SEÑORA SISMO. – ¡Aló! ¿Qué? Bueno, colgué porque él está muerto ahora, supongo. Nadie puedevivir sin cabeza. ¿Se puede? ¿No queremos involucrar a la policía en esto? La per-sona que le cortó la cabeza no quería hacerlo. Fue un accidente. No, no sé cómo.Aquí están, hable con ellos. (Le pasa el teléfono bruscamente a Trudy y va a servirseun trago al pequeño bar de repisas.)

TRUDY. – (Al teléfono.) ¡Aló! ¿Qué? Mi nombre es Trudy. ¡Aló! ¿Qué? Sí, lo hice ¿Por qué?Ummmm..... Fue en defensa propia. No yo no le corté la cabeza, eso lo hizo Keith.También fue en defensa propia. (Escucha.) ¿Podríamos discutir esto mañana?¿Ahora? ¿Tenemos que ir a la Estación de Policía ahora? Es muy tarde....Okey,okey. (Cuelga.) La mujer del 111 dice que tenemos que ir a la Estación de Policía.

SEÑORA SISMO. – Deberían ir solos, pero bueno, vamos. Espero que esto no tome toda la noche.

Trudy toma un abrigo y se pone un short o una falda. La Señora Sismo se toma de un golpe su trago. En-tonces los tres salen de la casa por la puerta principal. Antes de salir se oyen risas en techo. Antes de salirtodos las escuchan.Risas. Gritos. Sonidos de vómitos.

VOCES.– Nos sentimos enfermos. Preferiríamos estar viendo los Simpson. (Pausa, entra Betty.)

BETTY. – Me siento mucho mejor después de la caminata por la playa.

VOCES. – Uuuuuuuuuu....

BETTY. – ¿Ustedes dijeron Uuuuuuuuu?

VOCES. – No. Nosotros no dijimos nada. No nos prestes atención. (Betty se muestra sospe-chosa y empieza a mirar alrededor de la casa.)

BETTY. – ¿Hay alguien aquí? (Observa que la puerta del cuarto de Keith esta abierta y sedirige a ella.) Keith. (Entra en el cuarto. Grita histéricamente. Sale corriendo del cuar-to. Grita otra vez. Va al teléfono, marca un número pero no puede hablar. Grita alteléfono, luego escucha.)¿Qué? Hay un cuerpo, o parte de un cuerpo todo ensan-grentado. No se dónde está su cabeza. ¿Qué? ¿Qué quiere decir? (Escucha) ¿Ya losabe? Que alguien ya se lo contó. Okey, sí lo haré. Gracias. (Betty cuelga el teléfo-no, se sienta y mira fijamente. No sabe si quiere gritar o llorar.) ¡Oh, Dios! (Pausa.)Necesito un trago. (Va al barcito y se sirve un trago enorme de Vodka. Vuelve al sofá,prueba el trago.) Necesita hielo, sabía que algo se sentía mal. (Va a la nevera, abreel refrigerador, mira y grita histéricamente...Retrocede, deja caer el vaso. Risas.Aplausos. Blackout.)

Fin del Acto I

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Acto II

Escena 1

La sala de la casa de playa, un rato después de la escena anterior. Betty está al teléfono.

BETTY. – Mamá, soy yo. Bueno, realmente no muy bien. No, todavía no me he casado. Sí,hay dos hombres aquí, pero creo que ninguno de ellos sería un buen candidato.No, aún no puedo decir por qué, mamá, pero confía en mí (escucha con irrita-ción.) Seguro, seguro que sí... Me casaré con uno de ellos. ¿Con cuál quieres queme case con el cerdo machista o con el asesino en serie? No, no sé cuanto gananal año. (Escucha.) Mamá, te llamé porque me siento mal, pero creo que voy a col-gar. No te preocupes, creo que me equivoqué al llamarte. Bueno, hay un cuerposin cabeza en un cuarto y un pene en el refrigerador. (Pausa.) ¿Mamá, estás allí?Si, las dos cosas están conectadas, o más bien, estuvieron conectadas, pero Keitho alguien desmembró el cuerpo. No, no sé por qué, pero esa es la suerte de co-sas que hace Keith. La Señora Sismo lo escogió, yo no lo hice. No, el otro no esmejor, casi prefiero a Keith.

VOCES. – Cuelga el teléfono, queremos otra escena.

BETTY. – Las voces me dicen que cuelgue ahora. Las voces. No, no estoy oyendo voces.No, mamá, las voces son reales. (Coloca el teléfono hacia el techo.) Digan algo.

VOCES. – Nos gusta reír. (Ríen.) Jajajajajajá.

BETTY. – ¿Lo ves? Dicen que les gusta reír. No lo sé, desde que llegue aquí. Mamá, lasvoces son reales, no las puedo callar.

VOCES. – Cuelga el teléfono.

BETTY. – Debo dejarte ahora, mamá. Probablemente me vaya mañana. ¡Ajá! Seguro, tra-taré de casarme, pero me tengo que casar con alguien específico ¿No? Papá eraespecífico ¿No? ¿No lo era? Era genérico. ¿De que forma papá era genérico? (Es-cucha.) ¡Ajá! ¡Ajá! Eso requiere de una larga conversación y papá no está vivopara defenderse.

VOCES. – ¿Cómo murió?

BETTY. – Murió de un ataque al corazón.

VOCES. – ¡Oh! (Ríen.)

BETTY. – (Confundida. Al teléfono.) No, mamá, no fui yo la que se río. Si, yo sé que tu sa-bes cómo murió papá. No te estaba hablando a ti, le hablaba a las voces. (Escu-cha.) Hoy no tomé sol. No te preocupes, mamá, olvídalo. Adiós, adiós.

VOCES. – Por favor entretennos.

BETTY. – ¿Qué?

VOCES. – Queremos que nos entretengas.

BETTY. – ¿Qué debo hacer?

VOCES. – Ve al refrigerador y mira el pene otra vez.

BETTY. – No quiero.

VOCES. – Por favor

BETTY. –No, no quiero.

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VOCES. – Porrrrrrrr Favooooooor.

BETTY. –Okey

VOCES. – (Excitados.) ¡Uuuuuuuuuuuu!!!

BETTY. – (Va al refrigerador) Esto es tan estúpido.

VOCES. – Abre la puerta del refrigerador.

BETTY. – (Betty abre la puerta del refrigerador, mira, corre al sink y vomita.)Blaaaaaaaaaaaaa!

VOCES. – (Agradecidos) Uaaaaaaau. ¡Siiiiiiiiiiiiiii! (Aplauso. Entra Buck.)

BUCK. – ¿Alguien aplaude por mí?

BETTY. – No, aplauden por mí

BUCK. – ¿Sí? ¿Qué fue lo que hiciste?

BETTY – Vomité.

BUCK. – ¿Mucha cerveza, eh? Bien.

BETTY. –Sí.

BUCK. – Me acabo de tirar dos hembritas en la playa, creo que aún me quedaba ener-gía para una más.

BETTY. – Estoy enferma.

BUCK. – ¿Quieres tocar mi pene?

VOCES. – (Encantados.) Uuuuuuuuuuuuuuuuu! (Risas. Aplausos.)

BUCK. – Muy agradecido.

BETTY. – (A las voces.) ¡Cállense!

BUCK. – ¿Por qué ese mal humor?

BETTY. – ¿A ti no te preocupa toda esa gente en el techo?

BUCK. – ¿Están en el techo?

BETTY. – O en el aire, yo que sé dónde están. ¿Pero no te preocupan?

BUCK. – No, me gustan. Creo que les caigo bien. Siento su aprobación.

VOCES. – Nos gustas mucho. Te queremos nominar para el Personaje de la Semana.

BUCK. – (Muy contento.) ¡Bien! …Gracias, muchachos.

VOCES. – Hey Buck, ¿por qué no te preparas un trago con mucho hielo?

BUCK. – ¿Ah?

VOCES. – Sírvete un trago.

BUCK. – Okey. (Va a la nevera y toma una cerveza.) Creo que una cerveza me va a caerbien.

VOCES. – (Ruido desagradable de rechazo) ¡Uuuuuuuuuggggggg!

BUCK. – ¿Qué pasa?

VOCES. – Queremos que busques hielo en el refrigerador.

BUCK. – ¿Hielo para una cerveza?

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BETTY. – (Con un toque de malicia) ¿Por qué no te tomas un vodka con hielo?

BUCK. – Me gusta la cerveza.

VOCES. – Ella tiene buen gusto, tómate un vodka.

BUCK. – No me gusta el vodka.

VOCES. – Por favor, por favor, por favor…

BUCK. –Okey, está bien. (A Betty.) Tienes razón, ellos son raros.

BUCK. – (Se sirve vodka en un vaso.) El vodka es un trago para gente de negocios nopara un surfista como yo. Lo mío es la cerveza, o tequila con gusanos.

VOCES. – Deja de quejarte y busca el hielo.

BUCK. –Okey, okey... (Abre la nevera, el refrigerador.)

VOCES. – (Excitación anticipada) Uuuuuuuuuuuu.

BUCK. – (Sin mirar adentro del refrigerador saca el hielo y cierra el refrigerador rápidamen-te.) Ya le puse el hielo. ¿Están felices ahora?

VOCES. – (Decepcionados.) Supongo que sí.

BUCK. – ¡Coño! Son difíciles de complacer estas voces.

VOCES. – Hay algo que no viste en el refrigerador.

BUCK. – Ahora si nos jodimos con estas voces. (Con disgusto va a la nevera, abre el refri-gerador y mira dentro. Confuso con lo que ve.) ¿Qué es eso? (De repente se da cuen-ta de lo que es, grita y cierra el refrigerador.) ¡Verga! ¡Verga!

VOCES. – Iuhuuuuuuuu. Eso fue cómico.

BUCK. – ¿De quién es eso?

BETTY. – del Señor Narciso.

BUCK. – ¿Es alguna clase de venganza femenina?

BETTY. – Yo no estaba aquí cuando sucedió. ¿Quieres ver un cuerpo descabezado en elcuarto? Creo que pertenece al Señor Narciso también.

BUCK. – No, no quiero ver un cuerpo descabezado. ¿Qué es lo que te pasa a ti, ah? (En-tran La Señora Sismo con Keith y Trudy.)

SEÑORA SISMO. – Estamos de vuelta. No se imaginan el tamaño de la fianza que tuvimos quepagar por estos dos. Una locura, la gente de este país ya no se presume inocen-te.

BETTY. – ¿Inocentes? Allí hay un cadáver sin cabeza en el cuarto de Keith y encontré unpene en el refrigerador.

SEÑORA SISMO. – Si, si, ya lo sabemos. No necesitamos que nos lo restriegues en la cara.

TRUDY. – No me siento bien. Puede ser que me hallen culpable y me encierren en algúnsitio.

SEÑORA SISMO. – No te preocupes querida, contrataremos los mejores abogados, estoy seguraque te libraremos de esto.

BUCK. – Me gustaría irme.

VOCES. – ¿Por qué no duermes con Keith?

BUCK. – Pero él es un hombre.

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KEITH. – Me voy a mi cuarto.

SEÑORA SISMO. – No puedes ir a tu cuarto, hay un cadáver allí.

VOCES. – Queremos ver a Buck y Keith haciendo el amor.

BUCK. – Creo que se van a cansar de esperar.

SEÑORA SISMO. – Sabes Buck, si estuvieses por seis meses en un submarino, te apuesto a queempezarías a pensar que Keith está bien bueno.

BUCK. – De ninguna manera, señora.

SEÑORA SISMO. – Seguro que sí

BETTY. – Creo que se están yendo por la tangente ¿No les parece? Y yo tengo una pre-gunta: ¿Por qué no está aquí la policía para llevarse el cadáver, buscar pistas ytodo lo demás?

SEÑORA SISMO. – Dijeron que vendrían a primera hora de la mañana, y que no debíamos tocarnada.

BETTY. – Pero esta es la escena del crimen, deberían estar aquí.

SEÑORA SISMO. – Querida esta es una comunidad vacacional, la mayoría de la policía está dur-miendo a esta hora, o cometiendo adulterio con Adelaine Marshall.

BUCK. – ¿Quién es Adelaine Marshall?

SEÑORA SISMO. – Es la viuda alegre del pueblo.

BUCK. – ¡Bien! ¿Dónde esta la guía telefónica?

SEÑORA SISMO. – (Señala.) Allí. (Buck busca la guía y empieza a revisarla.)

BETTY. – No me parece que esa sea la conducta apropiada de la policía. Por lo menosdeberían llevarse el cadáver.

SEÑORA SISMO. – Ya te dije que lo harían en la mañana.

BUCK. – ¡Lo tengo! (Va al teléfono y marca un número.)

KEITH. – Bien, si no puedo quedarme en mi cuarto, pero necesito sacar unas cosas demi cuarto y llevarlas para otro cuarto que pueda cerrar con llave. No puedo estartanto tiempo con gente

TRUDY. – Puedes quedarte en mi cuarto.

KEITH. – Pero tú eres una mujer, no sería correcto. Quizás deba mudarme al cuarto deBuck, como dijeron las voces,

VOCES. – Esa es una buena idea, quisiéramos ver a Buck cogiéndose a Keith. Estamosaburridos.

BUCK. – ¡Silencio! (Al teléfono) Aló, Adelaine. Te habla Buck. ¿Estás ahí? Toma el teléfonosi estás allí. Bueno, quizás estás teniendo una orgía con la policía, pero quierodarte mi número de teléfono, 555’6822. Soy un tipo realmente sexy, y creo que lavas a pasar muy bien en mi compañía, nena.

VOCES. – Dile que venga, y así nosotros podremos verlos, Keith, y Adelaine, todos juntos.(Buck cuelga el teléfono.)

TRUDY. – ¿Por qué las voces no quieren verme a mi haciendo el amor?

VOCES. – Tu posees una cualidad rara, que no logra excitar nuestra imaginación erótica.

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TRUDY. – ¿Y ustedes piensan que Keith no es raro?

VOCES. – Creemos que es muy raro, pero también es extrañamente dulce. Lo queremosnominar para la Personalidad de la Semana. (Al principio Keith se siente satisfecho,luego se siente incómodo.)

KEITH. – Toda esta atención me está mareando.

VOCES. – (Murmurando.) ¿Por qué no matas a alguien?

KEITH. – Buena idea.

BETTY. – ¡Paren, paren! (Con fuerza y claridad.) Las voces están hablando demasiado. Estábien si quieren reír de vez en cuando, ya me había acostumbrado a eso. Pero yaestá bien de estar hablando para incitar al sexo y al asesinato. Ya es suficientepor un día. La vida tiene que tener cierta dignidad también, no todo es asquero-so y vicioso.

VOCES. – Tiene razón. Betty tiene razón. (Gran aplauso. Betty se sorprende por su reaccióny se siente también halagada.)

BETTY. – Bueno, gracias, muchas gracias. (Pausa. Siente que esperan que diga algo más.)Siento que la gente tiene aspiraciones a cosas más elevadas, a una vida decente,y sentí la profunda necesidad de recordárselo a todos ustedes.

SEÑORA SISMO. – Si, muchas gracias, lo disfrutamos de verdad.

TRUDY. – Me siento avergonzada, quisiera no haberle cortado el pene.

KEITH. – Quisiera ser un feto, y no haber nacido todavía.

BUCK. – Quisiera que me lo mamaran.

VOCES. – ¡ Oh, Buck, eres realmente increíble! Betty dale una mamadita.

BETTY. – ¿Qué?

VOCES. – Nosotros disfrutamos la sinceridad de Buck Él es muy sexual. ¿Betty por qué nose lo mamas?

BETTY. – Creí que ustedes querían aspirar a cosas más elevadas.

VOCES. – Buck ¿por qué no te la llevas al cuarto y la violas? Viola a Keith y a Betty, y lograbas en video para poder verlo una y otra vez.

BETTY. – ¡Debo abandonar esta casa!

SEÑORA SISMO. – Mira, Betty, si reaccionas de esa manera por las pequeñas cosas que pasan enla vida te vas a terminar pareciendo a mi inservible hija Trudy. Debes aprender adivertirte en la vida. Es como dice la Tía Mame: La vida es un banquete, y la ma-yoría de los pobres pendejos se están muriendo de hambre. Pero yo me siento ala mesa de ese banquete y me lleno la boca de camarones, caviar y champagne,mastico y amaso todo eso y lo dejo deslizar por mi garganta porque quiero vivir,vivir, vivir. (Aplauso)

VOCES. – ¡Bravo! Bravo, Señora Sismo, usted posee la sabiduría. Usted presenta la vidacomo una filosofía de la diversión que realmente reafirma la vida. Señora Sismo,la amamos. La Tía Mame, Zorba el griego y la señora Sismo. La vamos a nominarpara la Personalidad de la Semana. (La Señora Sismo se siente halagada.)

TRUDY. – Parece que soy la única que no ha sido nominada para la Personalidad de laSemana.

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BETTY. – Yo tampoco he sido nominada.

SEÑORA SISMO. – Bueno. ¿Qué vamos a hacer ahora? Un jueguito de Canasta ¿Strip póquer?

TRUDY. – No quiero jugar strip póquer.

KEITH. – Yo tampoco.

SEÑORA SISMO. – Esta juventud de hoy en día... Una cuerda de aburridos.

VOCES. – El teléfono va a sonar. (todos miran el teléfono. Suena. La Señora Sismo impresio-nada va a atenderlo.)

SEÑORA SISMO. – Aló. ¿Quién es? Ah, sí, espere un momento. (Le pasa el teléfono a Buck.) EsAdelaine.

BUCK. – (Muy contento.) Hey, muñeca. ¿Cómo va eso? ¿Sí? ¿Cuántos hombres? ¿Cuángrande era el más grande? Nena, lo supero por un kilómetro.

TRUDY. – Bueno, difícilmente por un kilómetro. Lo he visto en fotos.

KEITH. – ¿Se lo has visto?

BUCK. – (A Trudy y Keith.) ¡Shiiiiiiiii! (Al teléfono.) Sí. Bien. Cuál es tu dirección. Ajá, ajá. Lotienes, nena. ¿Qué? No sé, lo dudo, pero le preguntaré. (A Keith.) ¿ Quieres cono-cer a una viuda alegre?

KEITH. – No, gracias.

Buck. – (Al teléfono.) Lo siento, nena. Ya veré, quizás pueda encontrar algunos en el ca-mino. Bien, nena. Ya voy para allá. Me voy, me voy, me voy... Me vengo, me vengo,me vengo... (Cuelga.) Menos mal que me devolvió la llamada, porque tengo de-masiada testosterona. Si no acabo veinte veces al día mi cerebro se embota.¡Ahí nos vemos!

VOCES. – ¡No te vayas Buck!

BUCK. – Lo siento muchachos pero el deber me llama. Volveré en un cerrar y abrir deojos. (Buck sale.)

SEÑORA SISMO. – Debo decir que me siento un poco ofendida. Todos hemos pasado una nocheterrible, pero creo que como grupo deberíamos mantenernos juntos y no salirhuyendo.

TRUDY. – Fuiste tú la que le hablaste de la viuda alegre. ¿No?

SEÑORA SISMO. – ¡Cállate la boca!

KEITH. – Me tengo que ir a la cama ahora, mi cabeza ya no aguanta.

SEÑORA SISMO. – No, juguemos a algún juego o contemos historias. Betty a ti no te ha ido tanmal hoy ¿ por qué no me haces compañía mientras los dos psychos van a dor-mir?

SEÑORA SISMO. – No, gracias Señora Sismo, no me parece buena idea jugar con usted. Ademásme gustaría irme a dormir para olvidar lo sucedido en este horrible día. Mañana,después que venga la policía espero irme de aquí.

KEITH. – Necesito acostarme en algún sitio tranquilo. ¿No podría usar mi propio cuarto?Prometo que no voy a cortar el cuerpo.

SEÑORA SISMO. – Puedes hacer lo que te de la gana con el cuerpo, no me importa. De repenteme ha entrado cierto malestar y también quisiera dormir. Trudy si no te hubierassobrepasado con el Señor Narciso nada de esto hubiera sucedido.

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TRUDY. – ¡Te odio! Quisiera que estuvieras muerta, (Trudy se va a su cuarto, Keith va haciael suyo pero se detiene.)

KEITH. – Quizás debería dormir en el cuarto de Buck por esta noche. Así no le haré nadaal cadáver.

SEÑORA SISMO. – No me importa un carajo lo que cada uno de ustedes haga. Esta generacióncarece de gratitud y de joie de vivre. Me saben a mierda tú y tus cajas de som-breros. (Se va a su cuarto.)

KEITH. – ¿Tu crees que a Buck le moleste que duerma en su cuarto?

BETTY. – No lo sé. Voy a tomar un baño, me siento sucia.

VOCES. – Estas sucia. (Risas.)

BETTY. – (A las voces.) ¡El coño de su madre! (A ella misma.) Al diablo con el baño, en estemomento quisiera estar inconsciente (Va a su cuarto y cierra la puerta de un gol-pe.)

KEITH. – Debo descansar, creo que a Buck no le importará. (A las voces.) Buenas noches.(Keith entra en el cuarto de Buck, quizás apaga las luces, no pasa nada por unrato.)

VOCES. – Nunca creí que se fueran a dormir. Por favor queremos que nos entretengan.Miren dentro del refrigerador. Por favor salgan a insultarse, nos fascina la come-dia de insultos. Por favor alguien que nos entretenga. ¡Betty! ¡Betty! (Silencio porun momento luego se oyen sonidos como balbuceos de un niño aburrido.)Dadadada, la da da, kaka... Por favor regresen, no nos dejen. Que siga el entrete-nimiento. (Betty sale de su cuarto, viste sólo una simple bata de dormir.)

BETTY. – ¡Cállense! No me dejan dormir. Si no se callan me voy a ir a dormir a la playa.

Se oye un terrible sonido en el techo, este empieza a agrietarse, se cae una parte del techo y por ese huecosalen tres personas todas unidas en un mismo cuerpo o estructura. Son Las Voces, o al menos tres de ellas.No lucen exactamente como personas mas bien como una entidad formada por tres personas, unidaspor tubos, estos tubos son flexibles y los mantienen siempre conectados. De la cabeza y de partes de suscuerpos están pegados restos de tubos y cables, como si hubiesen estado viviendo dentro del techo de lacasa. Las tres caras mantienen su individualidad, son dos hombres y una mujer. VOZ 1, es hombre, algosensitiva, VOZ 2, mujer, a veces con encanto. VOZ 3, hombre, macho y burlón. Todos pueden tornarseferoces. Betty grita cuando los ve.

VOCES. – ¡Queremos que nos entretengan!

BETTY. – ¡Auxilio! ¡Señora Sismo!

Debido al ruido todos salen corriendo de sus cuartos. Trudy y Keith tienen ropa de dormir. La SeñoraSismo lleva la misma ropa. Todos lucen asustados y confusos ante la aparición de estas extrañas figuras.Betty o Keith enciende la luz.

VOCES. – Hágannos reír, Muéstrennos las fotografías al desnudo de Brad Pitt. Vomiten enel sink. ¡Entreténgannos! (Las voces empiezan a llorar al estilo del Show de Lucy.)Waaaaaaa–aaaaaaaaaa.

TRUDY. – ¡Oh Dios! ¿Qué es esto?

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BETTY. – Ellos vinieron del techo.

VOZ 1. – Buen título: “Ellos vinieron del techo”

BETTY – ¿Quién eres tú?

SEÑORA SISMO. – ¿Juegan mímica?

VOZ 2. – No, gracias, preferimos observar.

VOCES. – ¡Entreténgannos!

KEITH. – (empieza a cantar tímidamente.) Hotel California.

BETTY (A Keith.) – ¡Para! No sé qué es lo que está pasando.

VOCES. – Estamos muy intrigados por el caso del cuerpo sin cabeza con el pene en elrefrigerador.. Queremos que se presente en Justicia para Todos en la televisión.

SEÑORA SISMO. – ¡Qué buena idea! Trudy, querida, te contrataremos un abogado maravillosoque te liberara de todos los cargos.

VOCES. – No podemos esperar tanto, queremos el juicio ya.

SEÑORA SISMO. – Pero estamos a la mitad de la noche.

VOCES. – Ahora, complázcannos.

SEÑORA SISMO. – Son tan exigentes.

VOCES. – ¡Justicia para Todos por TV ya!

SEÑORA SISMO. – Bueno, está bien.

BETTY. – Espera un momento. ¿Quiénes son estas criaturas? ¿Son alienígenas? ¿Debe-ríamos llamar a la policía?

SEÑORA SISMO. – No podemos seguir llamando a la policía cada vez que sucede algún pequeñoevento. Quiero decir, si los hemos oído reír todo el día cual es el problema si sepresentan ahora en persona.

VOCES. – Señora Sismo , usted está llena de sabiduría. ¡La amamos!

SEÑORA SISMO. – Muchas gracias, Ahora bien ¿cómo debemos comenzar el juicio?

BETTY – Qué importa, de todas maneras no sería legal. No hay juez ni jurado, no es unjuicio real.

VOZ·3. – (Molesto.) Nosotros sabemos eso, Betty. Pero será una buena práctica para Jus-ticia para Todos en T.V. Además es mucho mejor que todos ustedes durmiendo ynosotros sin nada que ver.

BETTY. – Okey, okey. No se vuelvan locos.

VOZ 3. – ¡Puta!

VOZ 2. – (Sonriendo, amable y articulada, la mayor parte del tiempo.) Pero no queremosofenderte, lo que queremos es un poquito del sabor que nos vas a dar en Justi-cia para Todos.

VOZ 1. – (Suave y entusiasta) Creemos que tiene mucho potencial. Adoramos el caso deLorena Bobbitt, Adoramos los dos caos, el de él y el de ella, y como los juradoslos encontraron a ambos inocentes. En el juicio de ella, Lorena aparecía muy dul-ce, ella fue presionada cuando le cortó el pene, y él aparecía como abusivo y ho-rrible. Mientras que en el juicio de él, él aparecía como acusado falsamente e in-juriado, y ella una verdadera maniática. Así que los dos quedaron libre, fue fasci-nante. (Los tres ríen.) Fue un verdadero ejercicio de cambio de punto de vista.

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VOZ 2. – Realmente acaparó nuestra atención, y unos meses más tarde fuimos sorpren-didos otra vez por Lorena Bobbitt cuando fue arrestada por golpear a su madre.Ella constantemente capta nuestra atención.

VOZ 3. – Estamos realmente molestos porque el caso de Michael Jackson por molestarniños fue arreglado fuera de la Corte. Queríamos un juicio televisado Queríamosmeses y meses de humillación y revelaciones degradantes. Queríamos saber sisu pene era de color o decolorado.

SEÑORA SISMO. – Difícil de saber.

VOCES. – Por favor, que comience el juicio.

Suena música de programa de televisión. Las voces se desenganchan de cualquier artefacto o cables queusaran para bajar del techo. Los cables suben y el techo se cierra. Mientras tanto La Señora Sismo susurracon Trudy y Keith la estrategia de la defensa. Keith aparece resistente a algo y la Señora Sismo parececonvencerlo con unos golpes en el brazo u hombro. A Trudy no le gusta esto. También siguiendo instruc-ciones de la Señora Sismo Trudy y Keith mueven muebles para acomodar la sala para el juicio. El Sofá seacomoda como caja del juez, y una de las sillas se coloca para los testigos. Las voces se instalan en el sofá.

SEÑORA SISMO. – (Dando los últimos toques al cambio de los muebles.) ¿Quién será la abogado deTrudy? ¿Betty?

BETTY. – Yo no quiero saber nada de esto.

SEÑORA SISMO. – Bueno, parece que voy a ser yo el abogado defensor para defender a mi queri-da hija Trudy, quien ha actuado equivocadamente, y a su amigo enfermo Keith.Debo decir que si alguno de ellos de be ser castigado, creo que sacrificaría aKeith. Ahora, mi primer testigo es Trudy Sismo, acusada de asalto malicioso ysustracción de genitales. (Trudy se sienta en la silla de los testigos. La Señora Sismose para al lado.) ¿Cómo te declaras?

TRUDY. – Él me violó.

SEÑORA SISMO. – No, no, eso no es una declaración. Culpable o inocente.

TRUDY. – Culpable.

SEÑORA SISMO. – No, querida. Nunca se declara culpable. Siempre se declara inocente.

TRUDY. – Pero yo le corte el pene ¿No?

SEÑORA SISMO. – Querida, eso no fue tu culpa, él te estaba violando, y eso era muy traumático.Además tu fuiste violada por tu padre, y en ambas ocasiones tu madre no teayudó o te prestó auxilio. Así que no te quedaba otra salida que cortar su pene.Fue una forma de expresar tu caso. ¿Correcto?

TRUDY. – Sí, fue una expresión. (Mira al Juez/Voces.)

SEÑORA SISMO. – Tu no quisiste que el daño fuera irreparable, supusiste que podía ser cosido.Como en el caso del Señor Bobbitt, y al igual que él podría haber realizado algu-nas películas pornográficas. ¿Correcto?

TRUDY. – Correcto. Quería darle una lección, pero sabía que le podían coser el pene yreparar el daño.

VOCES. – Nos gusta esa película pornográfica donde trabaja John Bobbitt. Nos jode queTom Cruise no enseñe su pene.

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BETTY. – Saben que si contara el número de veces que he oído la palabra pene en el díade hoy podría... Bueno, no sé lo que podría.

SEÑORA SISMO. – ¿Estas hablando como el abogado acusador o como Betty?

BETTY. – Como Betty.

SEÑORA SISMO. – Betty está fuera de orden aquí.

TRUDY. – No soy culpable, fue un impulso. Creí que se podía colocar de nuevo. Realmen-te no puedo ser responsable de ese hecho porque tuve una infancia traumática.

VOCES 1&2. – Pobre Trudy, lo sentimos mucho.

VOZ 3. – Puta, le cortaste la pinga.

VOZ 2. – Ella fue violada, estaba perturbada tomo un cuchillo e hizo lo que cualquiermujer normal hubiera hecho.

BETTY. – Objeción.

VOZ 2. – Eres una puta.

BETTY. – (Con fuerza y claridad.) No creo que una persona pueda hacer cualquier cosasimplemente porque esté perturbada o haya tenido una infancia mala. No quie-ro con esto minimizar el hecho de la violación, eso es terrible, pero uno no debehacer justicia con sus propias manos, para eso existen las policías y las leyes. Vea-mos el ejemplo de los linchamientos de los negros, ya sean turbas o individuoslos que asesinan. Trudy, sé que fue horrible, pero eso no te daba el derecho dehacer lo que hiciste. Y Keith, tu tampoco tenías derecho de hacer lo que hiciste.(A todos.) Esa es una de las reglas básicas de la civilización.

VOCES. – Estamos tan conmovidos, has hablado elocuentemente. Te vamos a nominarpara la Personalidad de la Semana. Una vez más has apelado a lo mejor de nues-tra naturaleza humana.

BETTY. – Bueno... Gracias.

VOCES. – (Bravos.) Trudy, has perdido nuestro favor, Betty nos ha convencido de que eresresponsable de tus actos. Vamos a pedir la pena de muerte para ti, y queremosque seas ejecutada frente a las cámaras de la televisión.

VOZ 3. – (Hace sonido de silla eléctrica.) Bizzzzzzzzzzzzz.

VOZ 1&2 .– ¡Mátenla! ¡Mátenla! ¡Maten a la puta!

TRUDY. – (Llorando histéricamente.) ¡No Dios, por favor, no!

SEÑORA SISMO. – (Enojada con Betty) Mira lo que has hecho. (A Trudy) No te preocupes, Trudy,que mamá te va a salvar. (Toma una actitud más sobria y formal de abogado depelícula en pleno interrogatorio.) Trudy, usted tuvo una infancia muy horrible ¿co-rrecto?

TRUDY. – Sí.

SEÑORA SISMO. – Su padre abusaba de usted con frecuencia ¿correcto?

TRUDY. – Sí.

SEÑORA SISMO. – ¿Y qué de su madre?

TRUDY. –No hacía nada. Cuando le contaba lo que me hacía me llamaba mentirosa yseductora.

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SEÑORA SISMO. –Llamo a la Señora Sismo como testigo al estrado.

(Llama a la testigo como si fuera la ayudante del juez.) ¡Señora Sismo! ¡SeñoraSismo! Por favor pase al estrado.

(Como ella misma.) ¡Ya voy, su señoría!

(Como ayudante del juez.) ¿Jura usted decir toda la verdad y nada más que la ver-dad?

(Como ella misma) Lo juro.

(Como la abogada defensora.) Señora Sismo: ¿ Es usted la madre de la acusada?¿Sí o no?

(Como ella misma.) Si, yo soy su madre.

(Como defensora.) ¿Puedo decir que usted luce encantadora esta noche?

(Como ella misma) Ah, muchas gracias.

VOZ 1. – ¡Objeción!

VOZ 2. – ¡Irrelevante!

VOZ 3. – ¡Denegada!

SEÑORA SISMO. – (Enojada continua la defensa.) Señora Sismo: ¿Sabía usted que su marido violóen muchas ocasiones a su hija durante su infancia?

(Como ella misma. Los ojos encendidos de furia.) ¿Ella le dijo eso?¡Es una mentirosa!

VOCES. – (Excitados por el drama.) Ooooooooooooooh.

TRUDY. – Mami, mami

SEÑORA SISMO. – (Como ella misma.) Te tengo que decir la verdad Trudy.

(Como defensora.) Señora Sismo: ¿No es verdad que Trudy le dijo lo que estabapasando y usted nunca le creyó?

(Como ella misma.) Nunca me lo dijo, nunca dijo nada de eso. Yo era una madreperfecta. No sé por qué está diciendo estas mentiras sobre mí.

(Como defensora.) Llamo al estrado a la Señora Gillicutty, su sirvienta.

(Como ella misma. Extrañada.) Yo nunca tuve una sirvienta. No sé de lo que estáhablando.

(Como defensora) Señora Gillicutty: ¿Usted fue empleada como domestica por laSeñora Sismo? ¿Sí o no?

(Ella como la sirvienta.) Por Dios Santo. Yo trabajé para la Señora Sismo por mu-chos años.

(Como ella misma.) ¡Es una mentirosa!

(Como defensora.) Señora Gillicutty: ¿Puede usted probar que trabajó para la Se-ñora Sismo?

(Como sirvienta.) Por Dios Santo. Aquí tengo los recibos de pago por cinco años.

(Como ella misma,) ¡Son falsos! Jamás he visto a esta mujer en toda mi vida.

(Como sirvienta.) Por Dios Santo. ¿Señora Sismo, de verdad no me reconoce usted?Soy Catalina, me encargué de su familia y de su pequeña hija Trudy. ¿No recuerda?

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(Como ella misma, histérica.) ¡Nunca la he visto! ¡Usted es una mentirosa! Escu-chen su forma de hablar, ella no puede ser una sirvienta.

(Como sirvienta, ofendida.) Soy una mujer de servicio, a mucha honra. Trabajepara usted por cinco años. Trudy me recuerda ¿verdad que sí?

TRUDY. – (sin saber que decir.) Sí...Te recuerdo.

SEÑORA SISMO. – (Como ella misma.) ¡Trudy, estás mintiendo!

(Como defensora.) No tengas miedo de tu madre, di a la Corte la verdad.

(Como sirvienta.) Te acuerdas, Trudy, todas las horas felices que pasamos juntas.Te leía cuentos acerca de leprocomios. ¿Te acuerdas?

TRUDY. – Sí Señora Gillicutty.

SEÑORA SISMO. – (Como defensora.) Señora Gillicutty: ¿Vió alguna vez al padre de Trudy abusan-do de ella?

(Como sirvienta.) Sí, lo vi.

(Como ella misma.) ¡Está mintiendo!

(Como defensora) ¿Y tiene usted algún conocimiento que la madre de Trudy sa-bía que su marido abusaba de Trudy?

(Como sirvienta.) Si lo sabía.

(Como ella misma. Enloquecida.) ¡Eso no es verdad! ¡Esta mintiendo!

(Como defensora.) Señora Gillicutty: ¿Cómo sabe eso?

(Como sirvienta.) En Abril 4 de 1978, la Señora Sismo me dijo: “Sé que mi maridoestá violando a mi hija, pero no le quiero decir nada a él, porque tengo miedo deque me deje.”

(Como ella misma.) ¡Puta mentirosa!

(Como sirvienta.) Y cuando dijo eso, por casualidad estaba manipulando una gra-badora, registrando una de mis recetas culinarias. Así que tengo una grabaciónde su admisión de la violación. Así que no me llame mentirosa, Señora Sismo,porque la puedo llevar a la Corte por difamación.

(Como ella misma. Completamente histérica, va al centro del escenario.) ¡Es verdad!¡Es verdad! Sabía lo que pasaba, y no hice nada para detenerlo. Tenía miedo deperderlo. Por mi culpa Trudy fue violada una y otra vez, y es por eso que no mesorprende que atacara al Señor Narciso. Y pude detener al Señor Narciso paraque no la violara, pero estaba borracha. Me había tomado siete margaritas y per-dí el sentido. (Llora.) Lo siento Trudy, lo siento. Arruiné tu vida.

TRUDY. – ¡Mami, mami! (Llora.)

SEÑORA SISMO. – (Arrodillada in crescendo) ¡No castiguen a mi hija! Es mi culpa, no la protegí. Esmi culpa. ¡Yo soy la culpable! ¡Castíguenme a mí! (Colapsa y cae al piso. Trudy llo-rando la abraza, ambas se abrazan. Las Voces se conmueven.)

VOCES. – Estamos muy conmovidos.

SEÑORA SISMO. – Trudy, Trudy.

Trudy. – Mami. Oh, mami.

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VOCES. –Estamos conmovidos en nuestras mentes. Liberamos a Trudy de todos los car-gos contra ella. Amada Trudy, estás libre. Ve y vive tu vida. (Las Voces sonríen cáli-damente a Trudy.)

TRUDY. – Gracias, mamá. Por fin tengo la madre que siempre quise. Y por todo lo quehiciste en el pasado, yo te perdono.

SEÑORA SISMO. – Ya era hora.

TRUDY. – ¿Qué?

SEÑORA SISMO. – Estoy diciendo que te tomo mucho tiempo perdonarme. Muchos niños lo hu-bieran superado hace tiempo y no estarían predispuestos cuando un hombreen gabardina les mostraran alguna atención.

TRUDY. – Te odio. (Se aleja furiosa de su madre.)

SEÑORA SISMO. – Bueno, tu período de gratitud no duro mucho.

VOCES. – Ahora viene el juicio de Keith.

SEÑORA SISMO. – Oh, Dios. No me queda energía. ¿Betty, puedes hacerlo tú?

BETTY. – Creo que no.

SEÑORA SISMO. – Mira, yo ya hice el primero.

VOCES. – Trata Betty.

BETTY. – Okey.

La Señora Sismo quizás busca un refresco y se aparta, Betty se para al lado de la silla de los testigos, Keithse dirige hacia la silla, un poco excitado por la atención que va a recibir. Se sienta en la silla.

BETTY. – Keith, le cortaste la cabeza al hombre. ¿Correcto?

KEITH. – Sí.

BETTY. – Y sabias lo que estabas haciendo cuando le cortaste la cabeza. ¿Correcto?

KEITH. – Sí.

BETTY. – Y has matado a otras personas también. ¿Correcto?

SEÑORA SISMO. – No, no, no, detente. Así no es como se conduce un juicio. Es inútil, no se puededelegar la autoridad, siempre tengo que hacerlo todo yo. (Betty se retira y le dapaso a la Señora Sismo. Trata de hacerlo rápido.) Keith, Fuiste abusado. ¿Sí? Te tra-taron muy mal ¿Sí?

KEITH. – Sí, fui abusado por veinte personas. (Las voces se emocionan y lucen impresiona-dos.)

SEÑORA SISMO. – Bueno, tienes una gran familia ¿No? ¿O acaso algunas de esas personas eranvecinos? No importa, no tenemos por qué saberlo.

KEITH. – Teníamos muchos primos, y todos ellos son de polinización cruzada.

SEÑORA SISMO. – Polinización cruzada. Por favor no haga esto demasiado interesante, debemosproceder lo más rápidamente. Bueno, Keith, así que fuiste abusado por veintepersonas, Además te trataban muy mal, ¿te decían cosas como “Keith eres muylento,” “Keith eres estúpido.” “Keith eres esto o res lo otro”?

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KEITH. – Si, eso es correcto. Los veinte miembros de la familia decían que era un útilpara nada.

VOCES. – Eres un útil para nada

KEITH. – Sí, así mismo.

SEÑORA SISMO. –¿Y antes de cortarle la cabeza al Señor Narciso seguro que te estaba criticando?¿Correcto?

KEITH. – Sí, lo hizo.

SEÑORA SISMO. – ¿Y casi puedo apostar que si te seguía criticando tu cabeza iba a explotar? Di sí.

KEITH. – Sí.

SEÑORA SISMO. – Por lo tanto pensaste que si tu cabeza iba a explotar, tenías que matar al SeñorNarciso. ¿No? Así que podríamos decir que tu acción fue realmente en defensapropia. ¿Es eso correcto? Di sí.

KEITH. – Sí, fue en defensa propia.

SEÑORA SISMO. – Lo ven, él es inocente, inocente.

VOCES. – Nosotros vemos su pena, y lo absolvemos, Keith, ve y encuentra tu felicidad,eres libre.

KEITH. – Estoy libre. Lo maté en defensa propia, porque si no lo hacía mi cabeza explo-taría.

SEÑORA SISMO. – (Un poco cansada.) Así es Keith.

KEITH. – Y también porque me gusta cortar cabezas. (La Señora Sismo y los jueces se sor-prenden.)

SEÑORA SISMO. – Eres un cliente difícil. Debemos tomar ese último comentario como un chiste.¿Es un chiste?

KEITH. – Seguro, tengo un tranquilo sentido del humor.

SEÑORA SISMO. – Seguro que sí, Tus acciones son de mucho volumen y ruidosas pero tu humores tranquilo, ¿Podemos parar por un momento esta Corte de televisión? Todaesta discusión y planeamiento estratégico ha hecho que me duela la cabeza.Debo acostarme por un rato. Creo que el nivel de azúcar en mi sangre está bajo,Necesito comer algo dulce.

VOCES. – Espera, danos algo de tu maravillosa filosofía antes de irte.

SEÑORA SISMO. – (Con poco entusiasmo.) Bien, la vida es hermosa. Vivan, vivan, vivan. Comantodo lo que puedan...a la vida, la vida... (Se marea y va danzando a su cuarto. Trudymira a Keith fijamente.)

TRUDY. – Keith.

KEITH. – ¿Sí?

TRUDY. –Te amo.

KEITH. –Yo también te amo.

VOCES. – Ahhhhhhhhhh. (Trudy va hasta donde esta Keith y lo toca.)

KEITH. – (Retrocede con miedo) Por favor no me toques.

VOCES. – Uhhhhhhhhhh

TRUDY. – Okey. Pero algún día podré tocarte ¿verdad?

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KEITH. – No lo creo.

TRUDY. – La vida es tan infeliz. Quiero irme a dormir.

KEITH. –Yo también.

BETTY. – Y yo.

VOCES. – ¡No!

BETTY, – Estamos cansados.

VOCES. – No se vayan todavía.

TRUDY. – Por favor Keith, no quiero estar sola. Tu puedes dormir en un extremo del cuar-to, no me acercaré a ti, te lo prometo, pero necesito compañía.

VOCES. – Nosotros también necesitamos compañía.

TRUDY. – Por favor estoy exhausta. ¿Keith vienes conmigo?

KEITH. – Está bien.

VOCES. – No se vayan.

TRUDY. – Estamos cansados. (Trudy y Keith se van al cuarto)

VOCES. – Bueno, nosotros no estamos cansados. No nos dejes Betty. Ayúdanos a enfocarnuestra mente en algo.

VOZ 1. – Quiero ver fotografías de Brad Pitt desnudo.

VOZ 2. – Quiero ver fotografías de Banderas desnudo.

VOZ 3. – Quiero ver a Hugh Grant con una prostituta.

VOZ 1. – Quiero ver una lata de Coca Cola con bello púbico.

VOZ 3. – Esa puta mintió.

VOZ 2. – Dijo la verdad.

VOZ 1. – ¿Qué cosas nos gustan a todos nosotros?

VOCES. – (empiezan a enumerar lo que les gusta.) Sexo. Asesinatos. Historias humanas in-teresantes sobre gatos. Kitty y José Menéndez servidos en una cacerola. (Las Vo-ces miran a Betty.)

BETTY. – Bueno, creo que es tarde. (Trata de abandonar la sala)

VOCES. – Todavía no hemos terminado.

BETTY. – ¡Ahora miren! Han tenido un asalto sexual, una remoción de genitales, unguillotinado y la simulación de un juicio muy dramático. ¡No sé que más quieren!(Las Voces susurran y conferencian.)

VOCES. – ¿Tienen grabado el juicio de O. J. Simpson?

BETTY. – No, no lo tenemos. Buenas noches.

VOZ 2. – ¡Espera! (Como niña pequeña.) Cuéntanos un cuento, por favor.

VOCES. – Por favor, Betty, por favor.

BETTY. – Okey, pero después se van a dormir. (Mira hacia arriba.) Y quizás puedan regre-sar al techo.

VOCES. – Duérmenos, duérmenos. (Las Voces se acurrucan unos contra otros en el sofá.)

BETTY. – Había una vez...

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VOZ 2. – (Como niñita.) ¿Cuándo?

BETTY. – Hace mucho tiempo.

VOCES. – (Suspirando.) Mucho tiempo.

BETTY. – Vivía una princesa.

VOZ 1. – ¡Ooooooo! Una princesa. Quiero ponerme un vestido.

VOZ 3. – Marica.

VOZ 1. – ¡Mojón heterosexual!

VOZ 2. – Por favor, nos están contando un cuento. Continua Betty.

BETTY. – No sé lo que estaba diciendo. Okey, había una princesa y estaba hechizada.

VOZ 1. – Ooooooo, la menstruación. (Los otros dos sonríe.)

BETTY. – ¡Callen! Parecen niños. Una bruja hechizó a la princesa, de tal forma que laprincesa tenía que enamorarse antes de las once en punto de la noche, o sino...Bueno, o si no. Entonces a las diez y cuarenta y cinco el timbre de la puertadel castillo sonó, y entraron...siete enanos, un duende, y una persona inválida.

VOZ 2. – Esto se está poniendo bueno.

VOZ 1. – (Excitada por la fantasía.) Y la princesa era Antonio Banderas disfrazado y mataa los siete enanitos porque eran maricones.

VOZ 2. – Y el duende recoge los zapatos de Lola Flores.

VOZ 3. – Y el lisiado es un sadomasoquista. Sí.

VOZ 1. – Y Linda se lo chupa al presidente en la Casablanca mientras la esposa mira.

VOZ 2. – (Excitadísima.) Mientras la mujer del presidente lo hace con O. J. Simpson yCharles Manson practica bestialismo con un cochino. ¡Y hacen dos películas detelevisión sobre esto!

VOZ 3. – Y entonces Buck llega a casa, y todavía esta caliente, chorros de testosterona yviola a Trudy y a Keith.

VOZ 1. – O sólo a Keith.

VOZ 2. – Y entonces Trudy y Keith lo hacen otra vez.

VOCES. – Le cortan el pene y lo descabezan.

VOZ 1. – Eso es Entretenimiento Parte 2.

VOZ 3. – ¡Oh Buck!

VOZ 2. – ¡Buck!

VOCES. – ¡Oh Buck, Buuuuuuuuuuuuuuuck! (Entra Buck)

BUCK. – ¡Bien! Esa Adelaide no era más que una calienta braguetas. No me dejo acabary estoy más caliente que nunca. Me duelen las bolas. ¿Nunca les han dolido lasbolas?

VOCES. – Tenemos cierta idea, Buck.

BETTY. –No, Buck, ¡vete, corre! (A las Voces.) Ustedes no se iban a dormir... Les contaré uncuento mejor. Había una vez...

VOZ 3. – Que pena que estés caliente Buck.

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VOZ 1. – ¿Por qué no te coges a Keith? Eso no te convertirá en gay. Estás caliente.

VOZ 2. – Sólo has tenido sexo veinte veces hoy.

BETTY. – No, Buck, corre por tu vida. No te quedes aquí.

BUCK. – (A Betty) ¿Qué pasa? ¿Estás celosa?

VOZ 1. – Cógete a Keith.

VOZ 3. – Por mí esta bien, eso no significa nada. Trátalo como si fuera una mujer.

VOZ 2. – Y dile a Trudy que ella no es lo suficientemente atractiva para ti, y que prefie-res a Keith.

BUCK. – Estoy listo.

BETTY. – Nunca has visto a estos tipos antes, no quieres preguntar quiénes son.

BUCK. – Son la gente del techo. ¿Correcto?

BETTY. – (Decepcionada por su aceptación) Correcto.

VOCES. – Ellos están en el cuarto de Trudy. Están juntos, esperando por ti. El placer te es-pera.

BUCK. – Seguro que a Keith le gusta. (Grita.) Okey. Keith, Trudy, Buck ha vuelto.

BETTY. – ¡No se lo permitan! (Betty trata de detener a Buck o bloquear la puerta. Buck laaparta fácilmente y Keith abre la puerta.)

KEITH. – Hola Buck.

BUCK. – Keith, mi hombre, te ves muy bien esta noche.

KEITH. – ¿De verdad? Por qué no entras, Trudy mira quien está aquí.

BETTY. – No entres Buck. (Entra en el cuarto, cierra la puerta. Betty se coloca las manos enlos oídos. Las Voces escuchan excitadas. Después de un momento se oyen unos gri-tos terribles de Buck.)

VOCES. – ¡Oooooo! ¡Cógelos! ¡Córtenle el pene! ¡Córtale la cabeza! ¡Ooooooo! Háganlo carnede hamburguesa. (Los gritos de Buck se detienen. Entra corriendo la Señora Sismo.)

SEÑORA SISMO. – ¿Qué es lo que está pasando? Estoy tratando de dormir, chiquillos egoístas.(Trudy sale del cuarto, se limpia las manos llenas de sangre en una toalla.)

TRUDY. – Mamá. Lo hicimos otra vez.

SEÑORA SISMO. – ¿hicieron qué otra vez?

TRUDY. – Ya sabes, lo que hicimos antes.

SEÑORA SISMO. – No entiendo lo que dices.

TRUDY. – (Tratando de explicar.) Buck regresó.

SEÑORA SISMO. – Oh Dios. (Mira en el cuarto.) Oh, Dios.

VOCES. – Vomita. ¡Vomita en el sink! ¡Vomita! ¡Vomita! (Keith sale del cuarto, también en-sangrentado y se coloca junto a Trudy.)

SEÑORA SISMO. – ¿Qué clase de conducta es esta? ¿Están ustedes dos completamente locos?

TRUDY. – (Enojada) Madre, tuvimos una infancia difícil.

SEÑORA SISMO. – Oh. Bla, bla, bla tu infancia. Me rompí la pierna cuando tenía tres años y no meves matando a la gente.

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KEITH. – (Grita por primera vez.) Eso es una comparación idiota. ¡Vaca!

SEÑORA SISMO. – (Ofendida, pero con compostura.) Miren, cuando los absolví de sus cargos esoera un ensayo. Ni siquiera era el programa Justicia para Todos de la televisión.Eso fue un ejercicio. Mucho menos los puedo absolver si lo han hecho de nuevo.¡Coño!

TRUDY. – ¿No estuvimos en la Corte de la Televisión?

SEÑORA SISMO. – No, Trudy. Y no hay Corte de Justicia en el mundo que vaya a absolver a dospsicópatas que le han cortado el pene y la cabeza a dos personas en un mismodía.

TRUDY. – Ellos nos absolverán, los haremos llorar.

SEÑORA SISMO. – No lo creo. Pobre Buck, era una persona tan agradable.

KEITH. – ¡Cállate, vaca!

SEÑORA SISMO. – ¡Cállate tú!

TRUDY. – ¿Quieres decir que iré a prisión?

SEÑORA SISMO. – Creo que sí.

TRUDY. – (Apuntando a las Voces.) Ellos nos hicieron hacerlo.

SEÑORA SISMO. – Siempre le echas la culpa a otros. ¿No?

KEITH. – No te metas con Trudy o te cortaré la cabeza, vaca vieja.

SEÑORA SISMO. – Deja de llamarme vaca.

KEITH. – Vaca, te voy a cortar la cabeza.

VOCES. – Córtale la cabeza. ¡Córtale la cabeza!

BETTY. – (Furiosa.) ¡BASTA YA! SE ACABARON LOS CORTES DE CABEZA.

VOCES. – Bueno... Hagamos estallar la casa.

KEITH. – Eso es una buena idea. De todas maneras me van a matar, estoy cansado devivir.

SEÑORA SISMO. – (Tratando de detenerlo.) Keith... (Keith va al área de la cocina.)

KEITH. – ¿Este es un horno de gas, verdad? (Betty trata de hacerle cambiar de opinión.)

TRUDY. – ¡Buena idea! Vamos a suicidarnos junto a mamá. Y volamos con casa y todo.(Keith enciende el gas, sonido exagerado del escape de gas.)

SEÑORA SISMO. – No, Keith, soy la dueña de esta casa, es mi única renta, vivo de ella, No quieroque la vueles.

TRUDY. – (A las Voces.) ¡Agárrenla! (Las Voces la sujetan.)

SEÑORA SISMO. – Oh Dios.

VOCES. – Quédate quieta, puta.

SEÑORA SISMO. – Yo creí que me querían.

VOCES. – Nos gustarías tostadita.

TRUDY. – (Enfática, casi feliz.) Mamá, todo ha sido culpa tuya. Y culpa de papá, y de losveinte familiares de Keith. Culpa de Oliver Stone y de Stephen King. Y ahora to-dos vamos a morir.

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SEÑORA SISMO. – No, Trudy, la vida es maravillosa, está llena de alegría. (Llora.)

KEITH. – Tengo el fósforo listo.

BETTY. – Keith, no lo prendas.

KEITH. – Pero quiero hacerlo.

VOCES. – Betty, permitiremos que te escapes. Corre, corre lejos de la casa.

BETTY. – Hagan que esto no suceda.

VOCES. – Tienes diez segundos para escapar. Uno, dos, tres...

TRUDY. – No te vayas, muere con nosotros.

VOCES. – cuatro, cinco, seis...

BETTY. – No...

VOCES. – Siete, ocho…

BETTY. – ¡Adiós! (Betty se aleja corriendo.)

VOZ 1. –Estamos listos, Keith.

VOZ 2, – Enciende el fósforo, Keith.

VOZ 3. – Manda toda esta mierda para el coño.

TRUDY. – (Cierra la puerta después de la salida de Betty y mira con maldad a su madre.)Adiós, Señora Sismo.

Keith. – Aquí vamos. (Enciende el fósforo, un flash terrible, Sonido de una gran explosión,Blackout. Final de la Escena.)

Escena 2

Epílogo

La playa, momentos después, Betty llega corriendo en piyama. La playa está oscura. Se oye el sonido delas olas del mar, y oímos una gran explosión a lo lejos. A lo lejos se ve el resplandor de la explosión y unacasa ardiendo. Betty esta aterrada y le falta la respiración. Mira hacia la casa, luego al frente.

BETTY. – ¿Adónde voy a dormir esta noche? No se por qué la gente del techo me dejo ir.No creo que podría haber salvado a la Señora Sismo, no me siento culpable so-bre eso. Quiero decir... Todos eran tan terribles. Me siento mal por Trudy, siento...bueno, no se que pensar. (Mira a la audiencia, la incluye en sus pensamientos.)Ahora, en este momento, creo que me convertiría en ermitaña, o quizás en unamonja, si pudiera vivir en un convento, en una zona alejada de la presencia deotros seres humanos, y donde nadie en el convento pueda hablar. Me gustaría sifuera un lugar tranquilo y pacífico, y si no les importara si creyera en Dios o no.(Otra idea) O quizás pudiera comenzar mi propia comunidad, donde la gente nohablara. Y podríamos cosechar nuestra propia comida, y observaríamos los pája-ros y la naturaleza. Y quizás estoy sufriendo un ataque de nervios. (Sostiene lacabeza con sus manos.) ¿O será una superación? (Otra posibilidad.) Quizás estosea un mal sueño, una pesadilla que todavía tengo. (Mira alrededor.) Pero pareceque estoy en la playa, y la casa parece que está ardiendo, atrás en la distancia. (Sevoltea, ya casi no hay resplandor. Escuchamos las olas del mar.) ¿No es el sonidodel mar maravilloso? (Calmándose un poco.) ¿Por qué suena tan hermoso? No sé,

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pero me hace sentir bien, me hace sentir conectada. (Pensando en lo que habíadicho anteriormente.) Quizás no tenga que entrar en un convento. Quizás es unareacción demasiado drástica. Pero es difícil soportar la civilización. No me gustala gente, pero sé que existe gente muy buena. ¿Pero dónde están? (A la audien-cia.) Estoy segura de que ustedes son muy buena gente, aunque tengo que sersincera y sólo estoy tratando de congraciarme con ustedes, para que no me va-yan a cortar la cabeza o alguna parte de mi cuerpo. (Ríe, luego llora.) Ahora estoytriste. (De repente mira hacia arriba) Ahora estoy asustada. (La emoción pasa.) No.Ahora estoy bien, escuchando el mar. Esa era la razón por la cual quería venir a laplaya en estas vacaciones, quería escuchar el mar. Pero hasta ahora no he podi-do escucharlo. Pero ahora lo voy a escuchar. (Escucha, ella y la audiencia escuchanlas olas del mar. Betty se relaja.) Es hermoso, si, las olas del mar, la arena. Estoy em-pezando a sentirme mejor. (Betty sonríe a la audiencia, cierra sus ojos. Relaja sucuerpo, el sonido de las olas sigue, las luces bajan.).

FIN DE LA OBRA