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Argentina, Brasil y Paraguay: La triple frontera (agro) tóxica Débora Padilla, 1 de Diciembre de 2014 Un reciente informe de la Organización Mundial de la Salud (OMS), dio a conocer que aproximadamente más de 5 millones de personas, anualmente, sufren intoxicación debido a diferentes agrotóxicos. Se estima que de esta cifra fallecen cerca de un millón. Al mismo tiempo, en la mayoría de los casos existe un subregistro de los envenenamientos. Por lo tanto, se estima que por cada incidente notificado, hay 50 que no son identificados por varios factores que van desde, la falta de acceso a los servicios de salud por la población, las dificultades que enfrentan los médicos en la identificación de intoxicación por agrotóxicos, incluso el miedo de los profesionales de la salud a tomar dicha notificación, dado el poder de grandes productores agroindustriales en las áreas afectadas por estos químicos. Cerca del 99% de los afectados, viven en países en vías de desarrollo . Naciones Unidas considera que la tasa de intoxicaciones por agrotóxicos en los países del sur podría ser unas 13 veces mayor que en los países industrializados, por lo cual declaró a los plaguicidas como uno de los mayores problemas en el ámbito mundial. Ante las medidas de prohibición de muchos productos en Europa como el ‘Glufosinato’, ‘Azinfós metil’, ‘Diclorvos’, ‘Fention’, ‘Endosulfán’, ‘Malatión’ entre muchos otros, y el aumento de los costos de inversión para introducir los nuevos en el mercado de los países desarrollados, las compañías multinacionales han respondido exportando al Tercer Mundo aquellos tóxicos. Ya en el año 1962, la bióloga ‘Raquel Carson’, cuando publicó su libro ‘Primavera Silenciosa’, destacó las consecuencias nocivas para el ser humano y el medio ambiente que provocaba el uso de peligrosos venenos químicos para combatir las plagas y enfermedades de las plantas. Tiempo después, las investigaciones demostraron la presencia de plaguicidas clorados en el tejido adiposo de mamíferos marinos y otros vertebrados e incluso en la sangre de los seres humanos y en la leche materna. Y es que los agrotóxicos no fueron creados para la agricultura, ni solicitados por los agricultores: fueron un producto de la guerra, según el informe “Los agrotóxicos, El Nuevo Holocausto Invisible, realizado por Graciela Vizcay Gomez ”, en la actualidad la venta del paquete tecnológico semilla-agrotóxico es la

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Argentina, Brasil y Paraguay:

La triple frontera (agro) txica

Dbora Padilla, 1 de Diciembre de 2014

Un reciente informe de la Organizacin Mundial de la Salud (OMS), dio a conocer que aproximadamente ms de 5 millones de personas, anualmente, sufren intoxicacin debido a diferentes agrotxicos. Se estima que de esta cifra fallecen cerca de un milln.

Al mismo tiempo, en la mayora de los casos existe un subregistro de los envenenamientos. Por lo tanto, se estima que por cada incidente notificado, hay 50 que no son identificados por varios factores que van desde, la falta de acceso a los servicios de salud por la poblacin, las dificultades que enfrentan los mdicos en la identificacin de intoxicacin por agrotxicos, incluso el miedo de los profesionales de la salud a tomar dicha notificacin, dado el poder de grandes productores agroindustriales en las reas afectadas por estos qumicos.

Cerca del 99% de los afectados, viven en pases en vas de desarrollo. Naciones Unidas considera que la tasa de intoxicaciones por agrotxicos en los pases del sur podra ser unas 13 veces mayor que en los pases industrializados, por lo cual declar a los plaguicidas como uno de los mayores problemas en el mbito mundial.

Ante las medidas de prohibicin de muchos productos en Europa como el Glufosinato, Azinfs metil, Diclorvos, Fention, Endosulfn, Malatin entre muchos otros, y el aumento de los costos de inversin para introducir los nuevos en el mercado de los pases desarrollados, las compaas multinacionales han respondido exportando al Tercer Mundo aquellos txicos.

Ya en el ao 1962, la biloga Raquel Carson, cuando public su libro Primavera Silenciosa, destac las consecuencias nocivas para el ser humano y el medio ambiente que provocaba el uso de peligrosos venenos qumicos para combatir las plagas y enfermedades de las plantas. Tiempo despus, las investigaciones demostraron la presencia de plaguicidas clorados en el tejido adiposo de mamferos marinos y otros vertebrados e incluso en la sangre de los seres humanos y en la leche materna. Y es que los agrotxicos no fueron creados para la agricultura, ni solicitados por los agricultores: fueron un producto de la guerra, segn el informe Los agrotxicos, El Nuevo Holocausto Invisible, realizado por Graciela Vizcay Gomez, en la actualidad la venta del paquete tecnolgico semilla-agrotxico es la ecuacin perfecta para sostener un poder corporativo que ha crecido en las ltimas dcadas de una forma que no tiene precedentes.

Vizcay Gomez relata que en la Primera Guerra Mundial, cuando Alemania fue bloqueada y los aliados prohibieron la importacin del salitre chileno y otros abonos nitrogenados que podan utilizarse en la fabricacin de explosivos, les qued un enorme stock de nitratos que ya nadie quera. La industria qumica los recicl y se los impuso al agricultor; as nacieron los abonos nitrogenados. En otro caso, cuando explot la primera bomba atmica, en el verano de 1945, viajaba en direccin a Japn un barco americano con una carga de fitocidas, entonces declarados como LN 8 y LN 14, suficientes para destruir el 30% de las cosechas, qumicos capaces de eliminar todo tipo de plantas.

Ms tarde, en la guerra de Vietnam, estos mismos venenos, con otros nombres tales como agente naranja, sirvieron para la destruccin de decenas de miles de kilmetros cuadrados de bosques, cultivos y pantas (que no han vuelto a brotar), al mismo tiempo afect y afecta an a esa poblacin humana de modo irreversible, siguen naciendo nios con malformaciones congnitas, cegeras, deformidades y elevadsimos ndices de casos de cncer. Despus de las citadas guerras, la agricultura sirvi para canalizar las enormes cantidades almacenadas existentes de stos txicos para mantener funcionando las grandes capacidades de produccin que ya haban sido montadas. En este sentido, no es menos polmico el origen y actual accionar de las principales empresas productoras de estos venenos.

BAYER, la mayor productora de agrotxicos, de origen alemn, se convirti en parte de IG Fraben conglomerado de las industrias qumicas alemanas que formaron la base financiera del rgimen nazi. El gas Zyklon B, que se utilizaba en las cmaras de exterminios, era fabricado por Degesch, una subsidiaria de IG Farben. En el caso de BASF, la empresa qumica ms grande del mundo tambin de origen alemn, comprende ms de 160 subsidiarias y cuenta con ms de 150 plantas de produccin en todo el globo. Entre sus productos esta el agrotxico de nombre comercial Opera, que incluye a los extremadamente txicos glifosato (herbicida) y endosulfn (insecticida); el producto cuenta con una publicidad que muestra a un nio sonriente, con una pequea planta en la mano y con una extensa plantacin de soja de fondo.

Por otro lado, la norteamericana DuPont, ya durante la Guerra Civil en los EE.UU., suministraba la mitad de la plvora usada por el ejrcito de la Unin, tambin dinamita. Sigui siendo un proveedor del ejrcito estadounidense tanto en la Primera Guerra Mundial como en la Segunda. Tambin colabor en el Proyecto Manhattan, siendo responsable de la planta de produccin de plutonio en el Laboratorio Nacional Oak Ridge.

De origen suizo, el anglo-sueco SYNGENTA/NOVARI tiene entre sus productos el famoso pesticida Paraquat, vendido en ms de cien pases con el nombre genrico de Gramoxone. Este producto, una vez absorbido a travs de la piel o los pulmones, tiene efectos que son irreversibles. No existe ningn antdoto conocido para el envenenamiento con paraquat. Diversas organizaciones de Asia, frica y Europa, presentaron una denuncia contra la multinacional ante la FAO. La empresa no respeta su artculo 3.5 que llama a evitar ciertos pesticidas extremadamente txicos. En julio pasado, la Corte de Justicia Europea tambin se pronunci contra dicho producto.

Por su parte, la estadounidense MONSANTO, tiene como parte de su largo prontuario la produccin del PCB (bifenilos policlorados) utilizados en los tranformadores elctricos y causantes de mltiples patologas sobre todo cancergenas. Su colaboracin en la creacin de armas Nucleares, ya que poco despus de que adquirieron Thomas & Hochwalt Laboratories, Monsanto desarroll un departamento que jug un papel clave en el Proyecto Manhattan de 1943 a 1945, responsable de la produccin de las primeras bombas atmicas durante la Segunda Guerra Mundial.

Produccin del agente naranja utilizado en la Guerra de Vietnam. Conocida actualmente por su glifosato Round Up, fue condenada en Francia por publicidad engaosa, al ser demostrado su carcter potencialmente cancergeno y perturbador del sistema endocrino y de provocar efectos nefastos para el ambiente, a largo plazo. Introdujo al mercado la primera generacin de transgnicos, convirtindose en el lder mundial en la promocin de biotecnologa.

Actualmente, es el mayor vendedor mundial de semillas transgnicas en Latinoamrica, Estados Unidos y Canad. Sus cultivos representan ms del 90 por ciento de todos los cultivos transgnicos del mundo.

Armas nucleares y bomba atmica

En 1936 Monsanto adquiri Thomas & Hochwalt Laboratories en Ohio y lo convirti en su Departamento Central de Investigacin. Entre los aos 1943 y 1945 este departamento coordin sus esfuerzos con el Comit de Investigacin de la Defensa Nacional de EE.UU. y se dedic a la purificacin y produccin de plutonio, y a refinar las sustancias qumicas que se usan como detonantes para armas nucleares.

Repblica Unida de los Agrotxicos

El agro-negocio se instal en nuestros pases, corrompiendo las estructuras polticas, econmicas y sociales. El actual modelo de produccin agrario en Amrica Latina fue marcado por la entrada de la llamada Revolucin Verde, a mediados del siglo XX. Luego, se profundiz con el ingreso de la agricultura transgnica en los aos 90, la cual requiere de agrotxicos para existir. Si bien el uso de estos venenos inicia antes, fue en los ltimos 20 aos cuando se comenzaron a utilizar de forma masiva e indiscriminada.

En el ao 2003, la multinacional Syngenta public un aviso en los diarios argentinos Clarn y La Nacin bautizando con el nombre de Repblica Unida de la Soja a los territorios de Sud Amrica, en los que se sembraba soja. Integrados por Brasil, Argentina, Uruguay, Paraguay y Bolivia, esta regin cubre en la actualidad una superficie de ms de 46 millones de hectreas de monocultivo de soja transgnica, fumigadas con ms de 600 millones de litros de glifosato y provoca una deforestacin, de como mnimo, 500 mil hectreas por ao, que tiene su correlato en las innumerables denuncias que se producen cada da por los daos a la salud, los ecosistemas, la agricultura y a las comunidades.

Obviamente, dentro de la lgica del modelo, esta situacin siempre afecta, en mayor proporcin, a los grupos sociales que viven en vulnerabilidad, dependiendo de su clase, gnero, grupo tnico o su insercin en determinados sectores y territorios econmicos, no slo por la mayor exposicin a estos txicos sino tambin por las dificultades que estos grupos tienen en reconocer, difundir lo que sucede y hacer frente a los riesgos, junto a su nula influencia y participacin en los procesos de toma de decisiones que les afectan.

Los agrotxicos no desaparecen luego de aplicados, sino que persisten en el aire, el agua, las comidas y terminan en el cuerpo humano deprimiendo el sistema inmunitario. Esto hace que las personas sean ms sensibles a enfermarse de distintas patologas. Las aguas contaminadas expanden el txico a la flora y fauna, produciendo la muerte de especies, el aumento de la intoxicacin humana y la contaminacin de las reservas hdricas.

Segn el informe, publicado en el 2012, titulado Produccin de soja en las Amricas: actualizacin sobre el uso de tierras y pesticidas, realizada por la investigadora Georgina Catacora Vargas, Brasil y Argentina son los alumnos ms aplicados del modelo de agro-negocios. En relacin slo al cultivo de soja, Brasil esta como el segundo productor mundial y Argentina como el tercero. Ambos concentran el 90% de la superficie de soja de la regin: 23 millones de hectreas en Brasil, 19 millones en Argentina.

Por otro lado, aproximadamente el 36% de la tierra arable de Brasil, el 59% de Argentina y el 66 (%) de Paraguay estn ocupadas con soja. Cabe recalcar que ya se comprob la contaminacin transgnica: en la zona de Cataratas de Iguaz, un estudio llevado a cabo por el Instituto Brasilero de Medio Ambiente y Recursos Renovables (IBAMA) en el Parque Iguaz confirm que los cultivos de soja transgnica, que abundan en su zona de influencia, son la causa de la contaminacin gentica de diversas especies vegetales. El cultivo de soja en la zona de resguardo del parque est prohibido por ley, pero en las repblicas unidas de los transgnicos todo es posible.

Brasil, Campen Mundial en el uso de Agrotxicos

Desde 2009, Brasil es el mayor consumidor de agrotxicos del mundo: adquiere el 84% de los agrotxicos vendidos a Amrica Latina. Por un lado las mayores empresas productoras de estos productos, tales como BASF, Bayer, Syngenta/AstraZeneca/Novartis, DuPont, Monsanto y Dow, se instalaron en el pas. Al mismo tiempo importa miles de toneladas de plaguicidas prohibidos en los pases que los produjeron como el caso de herbicida paraquat y del insecticida paratin metlico. En la torta de consumos de agrotxicos mundial, Brasil consume 19% de los productos, Estados Unidos aproximadamente un 17%, y el resto de los pases 64%. Una investigacin realizada por Anvisa (Agencia Nacional de Vigilancia Sanitaria de Brasil) determin que el uso de estos productos creci un 93% entre los aos 2000 y 2010 a nivel mundial, pero en el caso de Brasil ese porcentaje alcanz el 190%. Y es que en el vecino pas, se da un fenmeno parecido al paraguayo y argentino: un mercado desregulado que aumenta progresivamente la superficie cultivada con transgnicos, sufriendo un aumento explosivo del consumo de agrotxicos. Un informe realizado por la Asociacin Brasilea de Salud Colectiva (ABRASCO) revel que de los 50 productos ms utilizados en los cultivos brasileos, 22 estn prohibidos en la Unin Europea. El Ministerio de Salud Brasilero estima que cada ao, hay ms 500 mil de las personas contaminadas por plaguicidas, con cerca de 4.000 muertes por ao. Las mayores empresas productoras de estos venenos, tales como BASF, Bayer, Syngenta/AstraZeneca/Novartis, DuPont, Monsanto y Dow, se instalaron en el pas gracias a una poltica dirigida a proteger los intereses del agro-negocio y de las bancas ruralistas en el parlamento brasileo, que paradjicamente apoyan a un gobierno que haba propuesto hacer cambios estructurales, tales como la reforma agraria, que hasta ahora no se produjeron.