Edgardo Anzieta - En Torno Al Arte

download Edgardo Anzieta - En Torno Al Arte

of 2

Transcript of Edgardo Anzieta - En Torno Al Arte

  • 8/9/2019 Edgardo Anzieta - En Torno Al Arte

    1/2

    La cabina invisible

    En torno al Arte.

    Por Edgardo Anzieta

    Correlacin de Ciencia, Arte, Filosofa, fue tambin programaque previera Marx en elsiglo XIX para el desarrollo humano, entre otras cosas, como medio de cerrar la fisura de laexplotacin y la enajenacin.

    La Poltica lleva en su seno proyeccindel arte como instrumento de conocimiento, ms,obvio, la prctica: unidad conocimiento-praxis es tambin reclamo dirigido, y programa que se (le)solicita al arte moderno. Indagacin, exploracin.

    Si durante mucho tiempo se ha movido en la esfera del conocimiento y la exploracin, esporque se ha desgajado del mundo del trabajo en cuanto ste fue fuerte, totalitaria y devoranteemprea; su direccin a la conciencia y la autoconciencia de artistas y autores va en ladireccin de recapturarlaunidadperdida, y ms que perdida, sentida: la posibilidad de que la enteraproduccin supere su carcter voraz y enajenado.

    All el arte parece recordar toda la casualidad (azar) y necesidad (fatalidad-destino) que looriginaron, del viejo fuego de lo concreto, y lo que aconteca con la imaginacin. Sus lmites,

    porfiados, son los lmites de la liberacin humana, de la liberacin y realizacin de laproduccin; por eso, asoma atractivo para abordar desbordar aquel proceso: provienehondamente de lo social, pero es indiscutible su retraccin personal y hasta ntima, siendo unreclamo de todas las vicisitudes del conocimiento como tradicin, costumbre, contemplacin...actividad.

    No es ningn hermano pequeo en el concierto de lo humano; es la pericia del hombreque postulaba Nietzsche, pero como otros tantos rangos. Astucia (instinto?), y he ah su orden,conciencia; an juega el papel de la inevitable aproximacina la cosa; dicha aproximacin es la de laespecie en su acercamiento al fin de todo lo enajenado. El arte corre peligro en esa aproximacin. Ausculta, indaga el objeto, lo objetual, bajo la amenaza de la eterna experimentacina que se vesometida la especie: los intentos de liberacin llevan la marca y la cicatriz de la potencia que se ha

    deseado omnipotencia. Desde all se construyeron los imperios y se derram sangre: desde all, seadesde lo inmediato o lo alto de la historia, se contempla el ensayo y error de la criatura.El arte parece, en esa cadena, recoger ensayo y error, pero sin querer pagar sus costos:

    genera objetos que tienen algo de residualy algo de posible; Filosofa y Poltica pueden acercarseaesta otra indagacin que asemeja no comportar daos, o que, sustancial, conlleva el daososteniendo integridadhasta en la desintegracin, lujo que la realidad no se permite y que, hastafastuosa, se place y complace en demostrar en el cmulo de desgracias que llamamos historia.

    Y desde all, loplausiblees lo daado, puesto que asoma con algo de juego, de huda, dearcasmo irrecuperable, de actividad profundamente gratuita, y en tanto la emprea se alza comoexistente; el arte, ante tanto peligro, demuestra un segundo carcter: el de lo inexistente.Responsabilidad y juego poseen su propio escenario, sufren su propio drama.

    Como una maldicin, los tiempos modernos traen la destruccin del objeto nico-ejemplar que el arte pugnazmente ofreca ante y a la realidad, casi como una curacin y a veces unorgullo. La reproduccin ilimitada del objeto de arte su imagen es corolario de la produccin: lavieja imprenta saba lo que haca, y la fotografa y sus consecuentes ya saben de sobra lo que esel mercado. Hay algo de banalizacin, pero algo de conciencia; la vieja batalla de lo humano se daadems en el corazn del arte, si alguien no quiere hablar del corazn del artista.

    La democratizacin espejo, por dems, de la enajenacin; ser el corazn del artista el quevivir la maldicin, para ofrecer un objeto un producto? que, en su (in)significancia y en su

  • 8/9/2019 Edgardo Anzieta - En Torno Al Arte

    2/2

    La cabina invisible

    particular proceso ofrezca el lado residual-abandonado, pero el lado posible de lo humano, en unllamado que hace en medio del ruido, la conflagracin de (gran) ensayo y error. Nada puedeseducir tanto; nada puede frustrar tanto a los hombres: la oferta de arte plena de ceguera yatrevimiento en su indagacin y en su ineficacia.

    El arte es peligro ofertado y ofrecido, y es un peligro (vvido) para el propio artistatironeado, desgarrado entre la emprea y la enajenacin y la libertad. Ya Adorno adverta de latremenda inseguridad de que esta ltima llegase algn da, como si advirtiese que el artista, dondequiera de su conciencia, adivin que se batallaba en plena maldicin y en plena liberacin.

    Posee el arte una plasticidad que Filosofa, Poltica, Ciencia, no pueden, muchas veces,permitirse; el ngulo de su peligro viene dado, ahora, por la apuesta, la propuesta, ms que nadala audacia, la responsabilidad de la (ir)responsabilidad. Entre el deseo y el sueo bien puedecolocar en sus propios aprietos a la emprea; las dificultades de los artistas ante las formas delpoder, si no siempre claras, siempre dejan huellas abandonadas e incluso desoladas, siemprevisibles, se dira ejemplares.

    Por eso mismo el objeto de arte envejece de otra forma; su esforzada y recalcitrante todava unicidad es individualidad: su individualidad resulta colectividad trasmutada y frustrada,

    por qu no: el viejo trabajo de la necesidad que come, tal vez una holganza que quiere perdurar.Vuelve el hombre al objeto porque fue su vida: pero su vida ida es vida que es; entonces, lasentimentalidad, la melancola son otra cosa que pasin de coleccionista. Por quebrado que semuestre el espejo, su imagen culmina insustituible e insoslayable. El objeto de arte posee (su)extraeza; asoma como irrealidad temporal, como intemporal irrealidad encarnada: un objeto dedeidad, de culto, de gran soledad ejemplar. Es que lleva en su seno la enajenacin de laproduccin como un destilado...hasta el mismo vertedero y la obsolescencia pueden ennoblecersepor alguna parte, de algn modo.

    A la par, se comporta como edn cotidiano, como alegra de la vida diaria estafada; unapromesa de alguna parte por alguien o algo: todos, rasgos de ser supremo, de invisibilidadomnipresente, de hogar que hubo?...S, porque el objeto de arte encarna presenciade la ausencia:

    es el dolor del placer y la ya vieja y sabia culpabilidad. Y el placer del dolor, aquel da justiciero quetiene, alguna vez, la inocencia.La perplejidad es tambin su tono; el tiempo capturado, una mucha vacilante eternidad,

    contra y en contra: de dios, el hombre, las dialcticas, todo un mundo esforzado, casual, dondehabita la muerte y la vida, en silencio que grita, como un cristal de paciente quebradura, dehiriente filo. El arte sangra a su manera la escisin del mundo en el esplendor de su segunda vez,como si gravemente tronara que all est el museo y ac (en el arte) la verdadera, la autntica vida,o, al menos, una autntica victoria.

    El arte impide la reduccin de la naturaleza a simple material, a la vez que establece yrestablece los lmites del hombre y lo humano. En el arte se hace sentir la voz de la naturalezaque clama la relacin entre su podero y ente con los lmites de lo humano: y en este, sudependencia, su derivacin. El gran arte contribuye a que la especie comprenda su singularidaddentro de la universalidad que, sin serle ajena, le precede; esa totalidad y esa precedencia resultanfundamento del placer esttico y en cierta medida, tambin su finalidad: el objeto brilla en suesplndido envejecimiento joven, esplende en su artificial naturaleza, se yergue en mortalinmortalidad. Por fin, destila blsamo y curacin dolorosa, y esa, su invencin.

    Y en esa extraeza del arte que le es propia y hace propio lo humano este resultaconservacinde la plenitud del mundo, de la naturaleza que nos habla en un cara a cara inevitable,en su sofoco, pero en toda su potencia, patente ya, sospechable entonces: preeminenciainexorable.

    All est el arte, erguido, con su segunda vez antigua, como si fuese aproximacin terica,fragmento de su fascinacin: de ah la similitud hasta los mutuos prstamos con Filosofa yCiencia, su seduccin de apariencia y realidad (esencia), su infinita plasticidad, su siempre parecido

    y distinto a... su contribucinal mundo y su audacia, su apuesta ensayo y errorcomo si entrase en eldominio de la Poltica.

    Su carcter orfebre y laboral; su contenido unitario, singular, totalizador, hacen del arte verdadera sospecha e indicio de la libertad, de su pre-sentimiento universal: quizs su (nuevo)destino.