Educación y Desigualdad Social en México

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  • 1 Documento utilizado con fines didcticos.

    Del Val, Enrique. Educacin y desigualdad social en Mxico. En Solana, Fernando. (2006). Educacin: visiones y revisiones.

    Mxico: Siglo XXI: 128-138.

    EDUCACIN Y DESIGUALDAD SOCIAL EN MXICO.

    La pregunta que organiza los trabajos de esta mesa no slo resulta pertinente desde un punto de vista tico, sino que adems implica un conjunto de desafos derivados tanto de las nuevas tendencias en la produccin y difusin del conocimiento como de la realidad de los pases en desarrollo, caracterizada por la persistencia de la pobreza y la desigualdad.

    Cmo alcanzar la educacin para todos en un contexto en el que las fronteras del conocimiento se amplan incesantemente? Cmo abordar este tema cuando el desarrollo tecnolgico y el aumento de la productividad estn operando sobre bases distintas y requieren nuevos perfiles educativos y de capacitacin laboral? Es posible seguir limitando los esfuerzos a la ampliacin de coberturas y a mejorar la calidad de los servicios educativos formales, cuando hoy se plantea como indispensable la educacin durante toda la vida? Cmo se articulan todos estos desafos en un contexto en el que adems la pobreza extrema afecta a casi la tercera parte de la poblacin? Qu medidas pueden aplicarse en una sociedad tan heterognea como la mexicana?

    No es sencillo responder a estos cuestionamientos. Simplemente los sealo para subrayar la complejidad del tema y la importancia de intentar, desde ahora, nuevas formas de abordar el desafo educativo en pases como el nuestro en el contexto de este fin de siglo.

    Si la educacin y el desarrollo son fenmenos que marchan de la mano, las desigualdades educativas reflejan los obstculos para un desenvolvimiento econmico sostenido y los lmites para una insercin eficiente en el mercado mundial. Tambin expresan las deficiencias y contrastes en la calidad de vida en una sociedad.

    Debemos entender la desigualdad social en el mbito educativo mexicano como un proceso complejo que es resultado de diversos fenmenos en los que no slo intervienen las caractersticas propias de la educacin y el papel que juegan sus principales actores, sino que tambin influyen los grupos socioeconmicos, los contrastes regionales y las diferencias de gnero.

    Dentro de las desigualdades internas por las que atraviesa la educacin en Mxico destacan las referidas a la calidad, al sector que la provee y al nivel educativo del que se trate. Algunas de estas desigualdades pueden abordarse aisladamente, sin embargo la mayora de ellas se entrelazan y retroalimentan.

    A continuacin se expondr brevemente el panorama de las desigualdades

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    Educativas, para despus sealar algunos de los principales desafos y temas de reflexin en esta materia.

    1. PANORAMA DE LAS DESIGUALDADES EN LA EDUCACIN

    Entre grupos

    Muchos mexicanos ven limitadas desde temprana edad sus oportunidades de bienestar, como consecuencia de las caractersticas de la transmisin intergeneracional de capital educativo y de oportunidades laborales, las cuales influyen en la elevada y persistente desigualdad social y econmica.

    Los estudiantes ms pobres suelen desenvolverse en un ambiente educacional poco propicio para la continuidad de sus estudios y para alcanzar logros educativos, ya que el rendimiento educativo est ligado a los contextos socioculturales predominantes en las escuelas.

    De acuerdo con un estudio reciente de la CEPAL1, el 80% de los jvenes urbanos del pas proviene de hogares en que los padres poseen un capital educativo insuficiente, es decir, de menos de diez aos de estudio. De ese total entre 60 y 80% no alcanza el umbral educativo bsico para acceder al bienestar, que en la actualidad exige alrededor de 12 aos de estudio. La elevada proporcin de jvenes que heredan una educacin insuficiente se traduce e empleos mal remunerados, lo que limita sus oportunidades de bienestar y la de los hogares que formen en el futuro cercano.2

    Las condicionantes intergeneracionales se reflejan claramente en la escasa proporcin de jvenes que supera en forma significativa el nivel educativo de sus padres, pese a la notable ampliacin de la cobertura de la educacin entre ambas generaciones.

    El mismo estudio muestra que si bien los jvenes cursan ms aos de estudio

    1 Comisin Econmica para Amrica Latina y Latina y el Caribe (CEPAL),Panorama Social de Amrica Latina, Santiago de

    Chile, 1997 2 El anlisis del ingreso laboral de quienes se incorporan al mercado de trabajo indica que actualmente, en la regin

    latinoamericana, se requiere completar el ciclo secundario y cursar como mnimo 12 aos de estudios para tener acceso al bienestar. Las situaciones de superacin o no superacin educacional respecto de los padres se clasifican, segn si el joven tiene o no 12 o ms aos de estudio, como capital educativo bsico para contar con buenas posibilidades de acceder a ocupaciones bien remuneradas. La superacin educativa intergeneracional es la situacin de los jvenes que superan el promedio de educacin de sus padres tomando en cuenta la devaluacin sufrida por sta. El concepto de devaluacin de la educacin da cuenta del hecho de que a medida que aumenta la cobertura se necesitan ms aos de estudio para poder lograr igual insercin ocupacional y el mismo ingreso. Se determina que a mayor nivel educativo, menor fue la devaluacin, por lo que cuanto mayor es la educacin de los padres se requieren menos aos de estudio adicionales para superar sus ingresos (CEPAL, op. cit.)

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    que sus padres, slo una escasa proporcin consigue superar el nivel de educacin de stos y adquirir un capital educativo bsico de 12 aos de estudio.

    Por su negativo impacto en las oportunidades de bienestar destaca tambin el porcentaje de jvenes que no supera la educacin de sus padres y tampoco alcanza el capital educativo bsico requerido. Este porcentaje oscila entre 40 y 56% en reas urbanas y es mucho ms profundo en las rurales, ya que se ubica entre 60 y 87 por ciento.

    La persistente inequidad en el acceso a la educacin, asociada al estrato social de origen, refleja que, en gran medida, las oportunidades de bienestar de los jvenes quedaron ya plasmadas por el patrn de desigualdades prevaleciente en la generacin anterior.

    Ello se traduce en una rigidez de la estructura social, en la que el escaso nivel de educacin alcanzado por muchos jvenes bloquea su principal causa de movilidad. Ms an, esta desigualdad limita notablemente las posibilidades de mejorar la distribucin del ingreso en el mediano plazo, debido a que el capital educacional y la calidad educativa constituyen para una importante mayora, el principal mecanismo para conseguir un trabajo adecuadamente remunerado.

    El anlisis de la transmisin generacional de las desigualdades educacionales cobra especial relevancia cuando se centra en las posibilidades de terminar el ciclo secundario, ya que ste constituye el capital educacional que con mayor probabilidad les permitir situarse fuera de la pobreza.3

    Por otra parte, la escasa escolaridad de la poblacin ocupada determina en gran medida la baja remuneracin salarial y reduce la posibilidad de acceder con ventaja al mercado formal de trabajo o de aumentar la productividad y, en consecuencia, el propio ingreso. Asimismo, el analfabetismo y la insuficiente instruccin bsica de los jefes de familia son factores que condicionan el nivel de vida de los hogares e influyen de manera importante en el patrn educativo de los hijos.4

    Las diferencias era la educacin y en el ambiente socioeconmico entre estratos de la poblacin se reproducen de la desigualdad e influyen tambin en la transmisin intergeneracional de la pobreza.

    Antes, el acceso a la educacin era el mecanismo de movilidad social por excelencia. Sin embargo, las nuevas tendencias reflejan que este proceso se ha ido debilitando de manera paulatina.

    3La evidencia reunida en varios pases muestra que alcanzar el umbral educativo de 12 aos se traduce, en una

    probabilidad superior al 80%, en la percepcin de un ingreso que permita situarse fiera de h pobreza. El examen de las remuneraciones de los asalariados de 20 a 29 aos de edad (en valores equivalentes a lneas de pobreza per cpita) indica que los aos adicionales de estudio no tienen el mismo rendimiento en trminos de ingreso cuando se sitan por debajo o por encima de ese umbral. Uno, dos o tres aos ms de estudios cuando se ingresa al mercado laboral sin haber completado el ciclo secundario no tienen mayor influencia en la remuneracin percibida y en la mayora de los casos se traducen en un inca so laboral muy bajo y escasas posibilidades de situarse fuera de la pobreza. En cambio, el ingreso aumenta en forma significativa cuando los estudios cursados se suman a dicho umbral. (c PAL, 1997 op. cit.). 4 Poder Ejecutivo Federal, Programa para superar la pobreza, 1995-2000, p. 24.

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    Desigualdades entre regiones

    Entre 1984 y 1995 el promedio de escolaridad de la poblacin de 15 aos y ms se elev de 5.8 a 7.2 aos.5 Sin embargo, las diferencias regionales que an subsisten muestran que a pesar de ser ste un logro muy importante, se requiere un esfuerzo mayor para reducir las brechas entre entidades. Por ejemplo, mientras el Distrito Federal registra una escolaridad superior a los nueve aos, Chiapas apenas se acerca a los cinco aos. Si observamos esta misma fotografa por el lado de las reas urbanas y rurales, tenemos que en las primeras el promedio de escolaridad supera a los ocho aos, mientras que las segundas apenas rebasan los cinco. Esto est fuertemente asociado con las diferencias de condiciones que se dan dentro de las mismas escuelas y fuera de ellas.

    Otro problema que ilustra las desigualdades es la variacin de la eficiencia terminal entre los estados, expresada en el porcentaje de alumnos que terminan la primaria: as, Baja California, el Distrito Federal, Nuevo Len, Quertaro, Tamaulipas y Tlaxcala alcanzan ndices superiores al 75%, mientras que Campeche, Guerrero, Oaxaca, Veracruz y Yucatn estn por abajo del 50%. En Chiapas slo el 20% de los alumnos termina el ciclo.

    Asimismo, existen marcadas diferencias en la tasa de no asistencia a la escuela de la poblacin entre 6 y 14 aos. El promedio nacional es de 7.8, pero en estados como Chiapas, Puebla y Oaxaca, la proporcin es superior al 12%. En cambio, en el Distrito Federal, Nuevo Len, Baja California Sur y Coahuila, el porcentaje es menor al 4 por ciento.

    El rezago educativo es an considerable. A pesar de que el promedio nacional de analfabetismo ha disminuido y se ubica actualmente en 10.6% de la poblacin mayor de 15 aos, persisten marcadas diferencias entre los estados. Mientras que Hidalgo, Oaxaca, Guerrero y Chiapas se encuentran por encima del doble de la tasa nacional, es decir tienen ndices de analfabetismo superiores al 20%, el Distrito Federal, Nuevo Len y Baja California tienen poco menos de la mitad del promedio nacional (menor al 5 por ciento).

    Por otra parte, el porcentaje de poblacin con primaria incompleta para 5todava era superior al 20%, rezago que es mucho mayor en las zonas rurales donde la proporcin supera al 30 por ciento.

    Desigualdad entre niveles de gobierno y educativos

    La crisis de los ochenta propici que el gasto en educacin disminuyera en trminos reales a lo largo de siete aos, situacin que se revirti a partir de 1989, en la salvedad de contar con casi cuatro millones ms de estudiantes. El gasto

    5 INEGI, Conteo de poblacin y vivienda 1995. Perfil sociodemogrfico, Aguascalientes.

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    Por estudiante disminuy en ms de 8%, en trminos reales, lo cual refleja el sacrificio de calidad llevado a cabo. 6

    Por otra parte, no hay uniformidad en el gasto educativo de los gobiernos estatales. Algunos destinan ms de la mitad de su presupuesto a la educacin y otros tienen un gasto prcticamente simblico. 7 Ello obedece a factores diversos como el grado de desarrollo relativo de la entidad, la capacidad fiscal, las presiones sociales, las polticas locales y las tradiciones culturales. Los particulares aportan el 4.6% del gasto total nacional que se destina a la educacin y la participacin de los municipios es insignificante.8

    Un enfoque difundido de manera amplia plantea que los rendimientos individuales y sociales de las inversiones en la educacin bsica superan de manera clara los beneficios obtenidos en la educacin superior, y por ello se argumenta que resulta ms provechoso concentrar los recursos en los niveles bsicos. Uno de los supuestos clave en este enfoque sugiere que el gasto en educacin bsica tiene directamente un contenido de equidad, al favorecer la incorporacin al sistema escolar de los sectores sociales con menores ingresos.9

    Sin embargo, esta asignacin de recursos que privilegia en gran medida a la educacin bsica, sin hacer un esfuerzo equivalente en la educacin superior, puede arrojar mayores rendimientos sociales a corto plazo, pero en el futuro puede reportar tendencias contrarias por las inversiones que se dejen de realizar. Por ejemplo, una menor oferta de ingenieros o cientficos puede inhibir las inversiones en ramas industriales clave, reduciendo con ello el multiplicador de empleos e ingresos en el futuro y restando posibilidades de utilizacin productiva del capital humano acumulado.10

    Desigualdad entre sectores: pblico y privado

    Las diferencias en el nmero de aos de estudio no son la nica fuente de desigualdad en materia de capital educativo. Los contrastes en cuanto a la calidad de la educacin que reciben los nios y jvenes de distintos estratos sociales tambin constituyen un elemento determinante en las desigualdades sociales. Los datos basados en mediciones de nivel de aprendizaje revelan importantes diferencias entre las escuelas pblicas y privadas.

    6 Informacin elaborada con datos del Poder ejecutivo Federal, IV Informe de Gobierno 1992, IV Informe de Gobierno

    1998 y Programa de desarrollo educativo 1995-2000. 7 OCDE. Exmenes de las polticas nacionales de educacin. Mxico educacin superior, 1997.

    8 Informacin calculada a partir de los datos del Poder Ejecutivo Federal, IV Informe de Gobierno, 1998.

    9 Psacharopoulos, George y Woodhall Maureen, Educacin para el desarrollo. Un anlisis de opciones de inversin,

    Banco Mundial y TECNOS, 1990. 10

    OCDE, Human capitl investment. Draft Report, diciembre de 1997.

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    Un estudio reciente seala que mientras el promedio de los estudiantes en las escuelas pblicas apenas alcanza el 50% de lo esperado en los objetivos de los programas oficiales, los matriculados en escuelas privadas fcilmente se acercan al 100%. Adems, las respuestas en lecto-escritura indican que dos de cada cinco alumnos de cuarto o quinto grado no entienden lo que leen y que ellos son los que pertenecen a las familias de niveles socioeconmicos bajos, lo que refleja serios problemas de equidad en la calidad de la educacin.11

    Es posible que los cambios emprendidos con las reformas al sistema educativo, traigan consigo una aproximacin del rendimiento y el logro educacional entre los estudiantes de escuelas pblicas y privadas, y por esta va, se reduzcan las desigualdades educacionales entre distintos estratos socioeconmicos.

    Desigualdades de gnero

    Por cuestiones bsicamente culturales, la escuela sigue siendo un espacio donde an predomina la falta de reconocimiento y validacin de la diferencia entre gneros.

    En materia educativa todava son muy claras las diferencias: en el nivel nacional, tres de cada cinco

    analfabetas son mujeres y aunque esta diferencia sistemticamente se ha reducido todava es

    significativa. La desercin escolar tiende a aumentar a partir de los 12 aos, principalmente, entre

    las nias de hogares que viven en situacin de pobreza extrema, de modo que al llegar a los 15

    aos, slo 33% de ellas permanece en la escuela, en comparacin con 45% de los varones.12

    Asimismo, son ms las mujeres sin educacin, ya que el 34% de ellas no tiene instruccin o

    primaria completa, frente al 29% en el caso de los hombres.13

    2. Educacin y empleo

    En Mxico el aumento en la matrcula de la educacin media superior ha tenido mayor efecto en

    el crecimiento econmico que el aumento en la formacin bruta del capital fijo.14

    Sin embargo, a medida que aumenta la cobertura en educacin, se requiere un mayor nmero de aos de estudio para lograr una insercin ocupacional ade-

    11 UNESCO, Situacin educative en Amrica Latina y el Caribe, 1980-1994, Santiago de Chile, 1996. P. 8.

    12 Poder Ejecutivo Federal, Programa de educacin, salud v alimentacin (Progresa), 1998.

    13 INEGI, Mujeres y hombres en Mxico. Aguascalientes, 1998.

    14 Mendoza, Miguel ngel, Anexo al captulo III, Educacin y crecimiento econmico en Mxico. 1970-1996, en Ruz

    Durn, Clemente, El reto de la educacin superior en la sociedad del conocimiento, ANUIES, 1997.

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    Cuada, ya que algunos aos no requera del nivel de preparacin actual. Adems de estar ligada con el aumento de grados de estudio en el nivel nacional, esta devaluacin de capital educativo se ve reforzada con el incremento de habilidades que se requieren para obtener un empleo operativo con cierto grado de tecnificacin, aunque sea mal remunerado. Si entendemos la innovacin como el proceso de conocimientos e informacin, queda claro que debe existir una capacidad de aprendizaje permanente que depende en especial de cuatro habilidades: abstraccin pensamiento sistemtico, experimentacin y colaboracin. 15 Estos requerimientos envuelven cierta dosis de educacin formal y de capacidad para adquirir y aplicar conocimiento analtico y terico. Y son estas habilidades las que deben procurar construir y desarrollar el sistema educativo de capacitacin. 3. Avances En materia de educacin formal, las cifras indican que se han producido evidentes y constantes avances en todos los niveles durante las ltimas dcadas. Debido al aumento sostenido de a escolaridad, buena parte de los estados han incrementado la cobertura a la educacin bsica y secundaria, mostrando niveles analfabetismo cada vez menores. Las reformas a la educacin, basadas en una modificacin de los programas de estudio, cambios institucionales y la asignacin de mayores recursos financieros para elevar la calidad, son sin duda positivos, pero pueden resultar insuficientes para reducir la falta de equidad si no se prevn medidas que contrarresten el impacto negativo de las condiciones del hogar. Sin embargo, tambin debe tenerse en cuenta que los resultados en materia de educacin no slo dependen de la calidad de la oferta, sino tambin de las condiciones de la demanda. Si bien se ha tratado de aminorar estas deficiencias con la puesta en marcha de los diversos programas compensatorios para regiones y grupos marginados, el esfuerzo que an se requiere debe ser mayor, ya que los alumnos tienen un rendimiento muy inferior al de sus pares de los pases industrializados, o a nivel considerado estndar en las pruebas de lectura, matemticas y ciencias. En general, el sistema educativo no capacita a la mayora de los estudiantes para incorporarse de manera efectiva al sector moderno de la economa.

    15 Ducker, Peter, The age of social transformation, en The Atlantic Monthy, noviembre de 1994.

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    4. Comentarios finales

    Uno de los retos fundamentales que enfrenta el sistema educativo es el de responder a las necesidades de una sociedad en rpido progreso y cambio. La transformacin del paradigma productivo, el cambio tecnolgico, la creciente necesidad de competir en un contexto de globalizacin, la acelerada urbanizacin y la profundizacin de la democracia imponen la necesidad de que el modelo educativo responda a objetivos de equidad, pertinencia, continuidad, mayor inversin e igualdad de oportunidades.

    El desafo es enorme, pero slo con una estrategia de transformacin educativa explcita, activa y flexible ser posible avanzar hacia una educacin de calidad para todos, que brinde las habilidades socialmente relevantes, que permita el desarrollo y la difusin del conocimiento y que contribuya tambin a disminuir la desigualdad y la pobreza.

    Hoy en necesario recuperar el valor de la educacin como un mecanismo de movilidad social que contribuya a formar ciudadanos libres y a generar capacidades y oportunidades crecientes. La transformacin educativa puede permitir unir las condiciones de mayor capacitacin para aumentar la eficiencia y la productividad con el desarrollo de las competencias y los hbitos para entender los derechos y las responsabilidades correlativos de la ciudadana y para vivir plenamente en la democracia. 16

    Equidad

    Para avanzar hacia una mayor equidad es necesario considerar los siguientes retos:

    1. Lograr una homogeneidad en la capacidad de absorcin de conocimientos de los alumnos que ingresen al sistema educativo con varias condiciones socioeconmicas, familiares y culturales.

    2. Homologar la calidad de la oferta en las escuelas, sean estas pbicas o privadas y rurales o urbanas.

    3. Ofrecer los conocimientos adecuados para tener una insercin productiva, movilidad social y desarrollo de potencialidades al egresar del sistema educativo.

    Las reformas educativas han tratado de apuntar parcialmente hacia estos objetivos a travs de los contenidos de la educacin y de las modificaciones al proceso educativo; el financiamiento del sistema y los mecanismos de asignacin

    16 Bustelo, Eduardo y alberto Minujn (eds.), Todos entran. Propuesta para sociedades incluyentes, UNICEF, Colombia,

    1998.

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    de los recursos; el readiestramiento de los docentes; la modernizacin y la descentralizacin de la

    gestin educativa, el monitoreo de la calidad de la oferta educativa; la adecuacin de la oferta

    educativa a las condiciones socioculturales de los beneficiarios y a la posterior demanda de

    formacin en el mundo de trabajo, entre otros.

    Sin embargo, se requiere dar un paso ms y tratar de responder efectivamente a las necesidades

    del mercado laboral, para que los conocimientos que se transmiten a los estudiantes les ofrezcan

    las habilidades necesarias para integrarse a la fuerza productiva mejor calificada y con mejores

    oportunidades de ingreso. Es necesario asumir que este proceso tambin est vinculado con una

    visin que rebasa el mbito educativo y que se refiere al aparato productivo, y ms generalmente

    hablando, a la economa en su conjunto. El reto consiste en encontrar los lazos que permitan

    coordinar las condiciones favorables para la inversin productiva, las demandas de mano de obra

    calificada que sta requiere y la oferta de capital humano que el sistema educativo provee, a

    travs de la generacin de empleo, la absorcin de la fuerza de trabajo calificada y la dotacin de

    los conocimientos y habilidades pertinentes, mediante un proceso de educacin permanente.

    Continuidad

    Casi todos coinciden en que hoy se requiere fomentar un aprendizaje durante toda la vida17, y

    para lograrlo es preciso repensar en varios sentidos la forma en que estn organizados

    actualmente los servicios educativos. Algunas de las estrategias generales han sido sealadas por

    los propios ministros de educacin de los pases de la OCDE.18 Las enuncio brevemente:

    1. Fortalecer las bases del aprendizaje durante la vida mejorando el acceso de los nios a

    la educacin, particularmente de aqullos con desventajas, revitalizando las escuelas y

    apoyando el crecimiento de otros mecanismos de educacin formal y no formal.

    2. Promover vnculos coherentes entre el aprendizaje y el trabajo, mediante puentes que

    faciliten un movimiento ms flexible entre la educacin, la capacitacin y el empleo, as

    como establecer y reconocer las habilidades y competencias de las personas,

    independientemente de que las hayan adquirido a travs de la educacin formal o de

    la no formal.

    17 En palabras de Carlos Fuentes: "La educacin vitalicia pretende reordenar los itinerarios de la educacin, facilitar el

    pasaje de una etapa a otra, reconocer el valor de cada una y mantener abierta, para todos, a todos los niveles y a todas la edades, la oportunidad educativa." Por un progreso incluyente, Instituto de Estudios Educativos y Sindicales de Amrica, Mxico, 1997, p. 106.

    18 OCDE, DEELSA, Reunin del comit de educacin a nivel ministerial.

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    3. Repensar el papel y las responsabilidades de todos os agentes incluido el gobierno-

    que brinda oportunidades de aprendizaje.

    4. Crear incentivos para las personas, los empleadores y aquellos que proveen educacin

    y entrenamiento para aumentar la inversin que facilite un proceso de aprendizaje a lo

    largo de la vida.

    En pases como Mxico, la continuidad tiene un significado adicional, y es el que est asociado a la necesidad de garantizar la permanencia en el sistema educativo formal de quienes enfrentan el riesgo de abandonarlo por razones econmicas.

    Adems de proveer una educacin pertinente y de calidad, es indispensable prevenir la desercin escolar, para que tanto los alumnos como las familias de bajos ingresos evalen de manera distinta los costos de oportunidad que implica mantenerse en el sistema escolar. Si la educacin es de calidad, promueve mayores logros y motivaciones en los propios estudiantes, fomentando la permanencia en el sistema, con rendimientos progresivos.

    Pero tambin es necesario un esfuerzo adicional y considerable para incidir expresamente en los factores extraescolares que influyen en la desercin, sobre todo en el medio rural, y que estn asociados a las precarias condiciones de vida y a la insuficiencia de ingresos de las familias.

    Mayor inversin y capacitacin

    La experiencia de algunos pases sugiere que el esfuerzo para incrementar la continuidad educativa es econmica y rentablemente viable, porque los costos en los que hay que incurrir para expandir la proporcin de la poblacin que complete la educacin media superior resultan manejables para los gobiernos.19 Por lo tanto, es necesario invertir ms y, al mismo tiempo, fortalecer los mecanismos que incentiven a las empresas a reforzar la capacitacin y la investigacin permanente.

    El capital educativo de los jvenes que tienen 20 o ms aos de edad, est prcticamente formado, por lo que las reformas al sistema escolar difcilmente los beneficiarn. Dado que este grupo representar ms de dos tercios de la fuerza de trabajo de todos los pases de la regin en las prximas dos dcadas, resulta ineludible y urgente definir polticas y programas de capacitacin profesional permanente.

    No se puede seguir con un sistema que primero educa y luego quiere capacitar, ya que esto resulta doblemente costoso y prcticamente inviable. Por ello, es importante definir prioridades de manera integral y con una visin de largo plazo.

    19 Se

    estima que se requiere aumentar el gasto anual entre un medio y un punto porcentual del PIB. CEPAL, La brecha de

    la equidad, Santiago de Chile, 1997. Adems es rentable, porque segn la OCDE, la tasa de rendimiento de la educacin es superior al 10 %, OCDE, 1997, op. cit.

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    La capacitacin profesional, adems de estar vinculada a las cambiantes demandas del mercado de trabajo, debe ofrecer "cambios transversales" que permitan que una parte de la poblacin pueda salirse de las "vas intergeneracionales" asociadas a un insuficiente bienestar, y transitar por las que conducen a mejores oportunidades ocupacionales y de percepcin de ingresos.20

    Igualdad de oportunidades

    La situacin de la mujer en la educacin requiere erradicar estereotipos de gnero que se traducen en marginacin escolar, social y laboral, a partir de polticas de equidad, de igualdad de oportunidades y de estrategias que reconozcan la diversidad. Tambin es sustancial reforzar los programas de educacin compensatoria planteados en el Programa Nacional de la Mujer, 1999-2000, as como promover la participacin de las mujeres en las actividades acadmicas, cientficas, tecnolgicas, deportivas y culturales, a partir de la generacin y el fortalecimiento de condiciones y espacios para su desarrollo.

    Finalmente, retomando el tema de la desigualdad, quisiera terminar parafraseando a Fernando Savater, quien seala que la pretensin universalizadora de la educacin democrtica comienza intentando auxiliar las deficiencias del medio familiar y social en el que se nace, y por ello el esfuerzo educativo es siempre rebelin contra el destino y contra la fatalidad.21

    20 CEPAL, 1997, op. cit.

    21 Savater, Fernando, El valor de educar, Mxico, Instituto de Estudios Educativos y sindicales de Amrica, 1997, pp. 165-

    169.