Ee 09 El Argumrento Del Diseno y El Principio Antropico

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    (Verano 2000) el escptico9

    Todos somos naturalmente como el loco de Atenas,quien imaginaba que eran suyos todos los barcos que entra-ban en el puerto del Pireo. Nuestra locura no es menos ex-travagante. Creemos que todas las cosas en la naturaleza es-tn diseadas para nuestro uso, y todos, salvo los filsofos,nos preguntamos qu propsito hay en esta prodigiosa com-

    paa de estrellas fijas, cuando un nmero mucho menornos hara el mismo servicio. Ellos responden framente quefueron hechas para agradar a nuestra vista.

    Bernard de Fontenelle (1686)

    Una pluralidad de mundos [1]

    Cuando uno contempla cualquiera de lasformas de vida que inundan la biosfera te-rrestre, no puede ms que sentir admira-

    cin. Habitualmente, todo ese derroche de ima-ginacin de la naturaleza nos hace preguntarcmo esa complejidad ha llegado a ser. Vemos

    diseo en las estructuras orgnicas y finalidad ensus funciones, e, incrdulos ante la capacidad deorganizacin de las leyes de la fsica y la qumica,atribuimos todo el mrito a la voluntad creadoradel Gran Diseador.

    El argumento del diseo ha sido utilizado,junto a los argumentos ontolgico y cosmolgico[2], como prueba de la inevitable existencia deun Creador del universo. El telogo del sigloXVIII William Paley lo expona de la siguientemanera, en un pasaje bien conocido que daba co-mienzo a su Teologa natural o pruebas de exis-tencia y atr ibutos de la divinidad recogidas a parti rde los aspectos de la naturaleza de 1803:

    Supongamos que, al cruzar un zarzal, mi pietropieza con una piedra, y se me pregunta cmoesa piedra ha llegado hasta all; probablementepodra contestar que, por lo que yo saba, habaestado all desde siempre: quizs tampoco serafcil demostrar lo absurdo de esta respuesta. Perosupongamos que hubiese encontrado un reloj enel suelo, y se me preguntase qu haba sucedidopara que el reloj estuviese en aquel sitio; yo nopodra dar la misma respuesta que antes, de que,por lo que yo saba, el reloj poda haber estadoall desde siempre. [Su precisin y la complejidadde su diseo nos forzara a concluir] que el relojdebi de tener un fabricante: que debi de exis-

    tir en algn momento, y en algn lugar, un art-fice o artfices, que lo construyeran con una fi-nalidad cuya respuesta encontramos en la actua-lidad; que concibi su construccin, y dise suutilizacin. [Nadie podra contrariar razonable-mente esta conclusin, ya que] cada indicacinde una idea, cada manifestacin de diseo queexiste en el reloj, existe en las obras de la natu-raleza; con la diferencia, por parte de stas, de sertan excelsas o ms, y en un grado que superatodo clculo. [3]

    David Hume, en Dialogues concerning naturalreligion, publicado en 1759, hizo una crtica de-moledora a la lgica de la utilizacin del apa-rente diseo de la naturaleza como prueba posi-tiva de la existencia de Dios. El libro se desarro-

    El argumento del diseo ha sido utilizado, junto a los argumentos

    ontolgico y cosmolgico, como prueba de la inevitable existenciade un Creador del universo.

    PEDRO J. HERNNDEZ

    El argumento del diseoy el principio antrpico

    La belleza de las formas con que nos regala la naturaleza, induce confrecuencia a pensar en la existencia de un Gran Diseador.

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    lla como un dilogo entre Philo, el escptico queargumenta por Hume, y Cleanthes, represen-tante de la teologa natural, con la aparicin es-

    pordica de un defensor de la fe, Demea. Clean-thes pone el argumento del diseo en funcin delas siguientes dos premisas y su conclusin:

    Premisa 1: Objetos como relojes, casas o barcosexhiben cierto tipo de orden (adaptacin de los me-dios en funcin de los fines) y son construidos por undiseador inteligente.

    Premisa 2:El universo tambin exhibe algn tipode orden

    Conclusin: Por tanto, el universo fue cons-truido con un diseo inteligente.

    Philo expone una serie de objeciones que po-demos resumir bsicamente como sigue:

    1. El argumento del diseo es slo una analo-ga, y una analoga puede ser una gua adecuadapara formular una hiptesis, pero no es un crite-rio vlido de prueba o verificacin. Pero, anconsiderado como simple analoga, el argumentodel diseo es una analoga dbil, puesto que no

    aporta similitudes contrastables entre el universoy una casa, un reloj o un barco.

    2. Utilizando el mismo tipo de analoga, y afalta de ms datos, podramos llegar a casi cual-quier conclusin, diferente de la del tesmo cl-sico, sobre el origen del universo.

    A pesar de que sta podra ser la ltima pala-

    bra desde el punto de vista del estatus lgico delargumento del diseo, Richard Dawkins sealaacertadamente en El relojero ciego [3] que estaposicin [el atesmo] puede ser lgicamente sen-sata, pero puede dejar una honda insatisfaccin,puesto que tenemos algo importante que expli-car: la complejidad del diseo biolgico. La apa-ricin de El origen de las especiesen 1859 propor-cion esa explicacin que hizo posible al ateo sercompleto, intelectualmente hablando.

    EL NUEVO ARGUMENTO DEL DISEO

    Expulsado de la tierra firme de la biologa, el ar-gumento del diseo busc refugio en las arenasmovedizas de la cosmologa. La base de la nuevaargumentacin se fue gestando a lo largo del si-glo XX desde dentro de la propia fsica y de lacosmologa principalmente como charlas de ca-fetera de los fsicos y astrnomos que poco apoco se iran reflejando en las publicaciones.

    En 1919, Hermann Weyl sealaba que la re-lacin entre la fuerza electromagntica y lafuerza gravitatoria entre dos electrones era unnmero enorme del orden de 1039. Sir Arthur

    Eddington comentaba al respecto en 1923: Esdifcil dar cuenta de la aparicin de un nmeroadimensional de una magnitud tan diferente dela unidad en el esquema de las cosas; pero estadificultad podra ser eliminada si pudiramos co-nectarlo con el nmero de partculas en elmundo un nmero presumiblemente fijado porpuro accidente. Eddington estim que este n-mero de partculas del universo era del orden de1079, curiosamente un nmero cercano al cua-drado del nmero de Weyl. Ningn fsico tomeste juego de numerologa demasiado en serio

    hasta que un hombre de la talla de Paul Dirac leprest atencin. En 1937, Dirac sealaba que larelacin entre la vida de una estrella tpica comoel Sol y el tiempo que la luz tarda en atravesar unprotn una posible eleccin de una unidad detiempo caracterstica de los procesos nucleareses del mismo orden de magnitud que el nmerode Weyl. Robert Dicke, terico de Princeton,puso algo de luz en la misteriosa coincidenciacuando seal en 1961 que sta debera darse enun universo, como el nuestro, donde fuera posi-ble la sntesis de elementos qumicos pesados enlos interiores estelares [4].

    Segn el modelo estndar del Big Bang que,a pesar de lo que se pueda or por ah, constituyeun modelo bien contrastado observacionalmente

    Expulsado de la tierra firmede la biologa, el argumentodel diseo busc refugio

    en las arenas movedizasde la cosmologa

    Representacin pictrica de un Universo surgidopor la voluntad de un Creador.

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    (Verano 2000) el escptico11

    [5] slo los elementos ligeros hidrgeno, deute-rio, litio y helio fueron creados en el universoprimitivo. Se necesitaran algunos miles de mi-llones de aos para que se formaran las galaxias ylas estrellas que stas contienen, se fusionara elhidrgeno en los interiores estelares, crendoseelementos pesados, y finalmente stos se espar-

    cieran por el espacio impulsados por los estalli-dos de estrellas masivas moribundas en forma desupernovas. Una vez en el espacio, estos elemen-tos se fueron acumulando lentamente hasta for-mar planetas. A lgunos miles de millones de aosadicionales, y en alguno de estos planetas almenos en uno que sepamos, terminara por des-arrollarse la vida.

    Si la atraccin gravitatoria no hubiese sidomuchos rdenes de magnitud menor que la re-pulsin elctrica, las estrellas hubieran colap-sado mucho tiempo antes de que los procesos nu-

    cleares hubieran podido dar lugar a los elemen-tos de la tabla peridica a partir del hidrgeno yel deuterio primigenios. La formacin de la com-plejidad qumica que nos rodea parece requerirun universo de al menos algunos miles de millo-nes de aos de edad. Pero una edad avanzada noes todo lo que uno necesita. La sntesis de ele-mentos pesados en las estrellas depende sensible-mente de las propiedades y de las abundanciasrelativas del deuterio y el helio generados en eluniverso temprano. El deuterio podra perfecta-mente no haber existido si la relacin entre los

    valores de las masas del protn y del neutrnfuera ligeramente diferente. Las abundancias re-lativas de hidrgeno y helio tambin dependenfuertemente de este parmetro [6].

    Podramos seguir con esta especie de lo quepodra haber sido y no fue csmico, pero noquiero alejarme demasiado de mi argumentoprincipal, ni aburrir al lector. El fsico y astr-nomo creyente Hugh Ross [7], por ejemplo, enu-mera ms de una veintena de parmetros que re-quieren un ajuste finode su valor con objeto deque nuestro universo sea lo suficientemente hos-pitalariocon la vida.

    En los aos 50, la gente empez a hablar de loque ahora se suele denominar Principio Antr-pico Dbil (PAD), definido por John Barrow yFrank Tipler [8] de la siguiente manera: Los va-lores observados de todas las cantidades fsicas ycosmolgicas no son igualmente probables, sinoque toman valores restringidos por el requisitode que existan lugares donde pueda evolucionarla vida basada en el carbono y por el requisito deque el universo sea lo suficientemente viejo paraque esta evolucin ya haya ocurrido de hecho.

    El PAD no ha impresionado en realidad a mu-cha gente, que lo ha considerado como una puratautologa. Por ejemplo, Cayetano Lpez, en sureciente libroUniverso sin fin[9], comenta al res-

    pecto: Aunque Barrow y Tipler afirmen lo con-trario, el Principio Antrpico en su forma dbilno es ms que una tautologa o una constatacin

    a posteriori de cosas que sabemos han sucedido;o, an ms esquemticamente, la simple afirma-cin de que el hombre existe[...] La descripcinde algunas de las aplicaciones del PAD no hacesino elucidar su carcter tautolgico y su desco-nexin con las hiptesis y procedimientos ordi-narios en la investigacin cientfica.

    Sin embargo, en 1953, el astrnomo britnicoFred Hoyle [10] utiliz dicha lnea argumenta-tiva para predecir la existencia de un estado ex-citado del ncleo del tomo de carbono previa-mente desconocido. La polmica estaba servida:

    podra tener el PAD alguna relevancia comoexplicacin cientfica de ciertos aspectos o pro-piedades del universo? Barrow y Tipler, en su li-bro The anthropic cosmological principle, parecenresponder afirmativamente, aunque, desde mipunto de vista, han sido generalmente mal inter-pretados. Ya en la propia introduccin [8] dejanbien claro por qu el PAD no es una apreciacinvaca de contenido:

    Las caractersticas ms bsicas del universo,incluidas propiedades como su forma, tamao,edad y leyes de evolucin, que deben ser obser-vadas tienen que ser del tipo que permita la evo-lucin de observadores, puesto que en otro uni-verso posible donde la vida no pudiera evolucio-nar nadie estara disponible para preguntarse la

    El argumento del diseo ha sido utilizado como prueba de la inevitableexistencia de un Creador del Universo y la vida.

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    razn de la forma, tamao, edad y dems propie-dades del universo. A primera vista, tal observa-cin podra parecer verdadera pero trivial. Sinembargo, sta tiene implicaciones de gran al-cance para la fsica, y no establece ms que elsimple hecho de que cualquier propiedad deluniverso que pueda aparecer inicialmente harto

    improbable pueda slo verse en su verdaderaperspectiva despus de que hayamos contado conque ciertas propiedades del universo son requi-sito previo necesario para la evolucin y existen-cia de algn observador. Los valores medidos demuchas cantidades fsicas y cosmolgicas que de-finen nuestro universo estn circunscritos por lainevitable observacin desde un lugar donde lascondiciones son las apropiadas para que ocurra laevolucin biolgica y desde una poca csmicaque exceda las escalas de tiempo astrofsicas ybiolgicas requeridas para el desarrollo de entor-

    nos que puedan soportar la bioqumica.Lo que hemos estado describiendo es slo ungrandioso ejemplo de un tipo de sesgo intrnsecoque los cientficos denominan efecto de selec-cin.

    [...] Deberamos hacer nfasis en que esta se-leccin [de unas determinadas caractersticas deluniverso] no depende del hecho de aceptar lacreencia de la mayora de bioqumicos en queslo el carbono puede formar la base de la vidagenerada de forma espontnea. An si esta cre-encia es falsa, el hecho de que seamos una forma

    de vida inteligente basada en el carbono queevolucion espontneamente sobre un planetatipo Tierra que gira alrededor de una estrella detipo espectral G2 implica que cualquier observa-cin que hagamos est necesariamente sometidaa efectos de seleccin.

    [...] El PAD no es ciertamente una sentenciatautolgica sin poder debido a que en los mode-los cosmolgicos actuales se toma la estructura agran escala del universo como la misma, en pro-medio, desde cualquier lugar de observacin.

    El premio Nobel de fsica Steven Weinberg es

    ms comedido respecto a la viabilidad de estetipo de argumentaciones, aunque existe un par-metro, la constante cosmolgica, cuyo ajuste finoaparente s que le ha impresionado lo suficientecomo para utilizar argumentos antrpicos en laacotacin de los posibles valores de esta cantidad[11]. En su reciente artculo A designer Uni-verse? [12], comenta:

    A veces [los argumentos antrpicos] equiva-len a la afirmacin de que las leyes de la natura-leza son las que son para nuestra existencia, sinms explicaciones. Esto parece ser no muchoms que un galimatas. Por otro lado, si real-mente hay una cantidad enorme de mundos enlos que algunas constantes toman valores dife-rentes, entonces la explicacin antrpica de por

    qu en nuestro mundo estas constantes tomanvalores favorables para la vida es slo sentido co-mn, como explicar por qu vivimos en la Tierrams bien que en Mercurio o Plutn. El valor dela constante cosmolgica recientemente medidomediante el estudio del movimiento de superno-vas distantes [13] est en el rango que cabra es-

    perar de este tipo de argumentaciones: es justo losuficientemente pequeo para no interferir en laformacin de las galaxias. Sin embargo, todavano conocemos lo suficiente de fsica para decidirsi realmente existen diferentes partes del uni-verso donde lo que habitualmente llamamosconstantes de la fsica toman valores diferentes.sta no es una pregunta sin esperanza; seremoscapaces de responderla cuando conozcamos algoms de la teora cuntica de la gravedad de loque conocemos en la actualidad.

    El estatus del PAD como posible argumento

    vlido para obtener conocimiento positivo de lanaturaleza es una polmica perfectamente leg-tima dentro del marco de la ciencia. Sin em-bargo, como veremos a continuacin, otras vecesse han hecho extrapolaciones e interpretacionesde los argumentos antrpicos que no estn legi-timadas an desde la lgica ms elemental.

    En 1974, Brandon Carter [14] fue an ms le-jos e introdujo lo que se conoce como PrincipioAntrpico Fuerte (PAF): El universo debe te-ner las propiedades adecuadas que permitan eldesarrollo de la vida en algn momento de su

    historia. Una de las interpretaciones posiblesdel PAF se acerca peligrosamente al siguiente ar-gumento: el universo fue diseado con el prop-sito de que apareciera la vida, y posteriormenteobservadores inteligentes como los seres huma-nos. En palabras del propio Hugh Ross [15]:

    La existencia humana es posible porque lasconstantes de la fsica y los parmetros del uni-verso y del planeta Tierra yacen dentro de unosrangos altamente restrictivos. John Wheeler yotros interpretan esas impresionantes coinci-dencias como prueba de que la existencia hu-

    mana determina de alguna manera el diseo deluniverso. Dibujando un paralelismo ilgico conexperimentos de eleccin retardada en mecnicacuntica, ellos dicen que las observaciones he-chas por seres humanos influyen en el diseo deluniverso no slo ahora, sino en el principio delos tiempos. Tal versin de lo que se conocecomoprincipio antrpicorefleja lo que los filso-fos y religiosos actuales estn aprendiendo haciala deificacin del hombre. stos no nos muestranninguna evidencia de que los actos humanos delpresente puedan afectar a eventos del pasado.Ms an, las constantes de la fsica y los parme-tros del universo apuntan, ms bien, hacia laexistencia de un diseador que trasciende las di-mensiones y los lmites del universo fsico.

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    Michael Ikeda y Bill Jefferys [16] han inter-pretado este argumento desde el punto de vistade la teora de probabilidades, ponindolo de lasiguiente forma: Si el universo es slo conse-cuencia de leyes naturales, entonces la probabi-lidad de que un universo escogido al azar entretodos los universos posibles sea hospitalariocon la

    vida, permitiendo su aparicin y posterior des-arrollo, es muy pequea. Y por tanto se sigue quela probabilidad de un origen naturalista del uni-verso, dado el hecho observado de que el uni-verso es hospitalariocon la vida, es tambin pe-quea.

    La conclusin es una falacia comn en los ar-gumentos basados en teora de la probabilidad.Un ejemplo simple puede aclarar la situacin: laprobabilidad de que el ganador de una mano depquer lo haga con una escalera real de color espequea, lo que no implica obviamente que laprobabilidad de ganar la partida si uno tiene unaescalera real de color sea pequea. Al contrario,una mano como sa nos asegura prcticamente la

    victoria.Pero existe an una segunda razn por la queel argumento del ajuste finointerpretado comoun argumento bayesiano inverso es errneo:para que una inferencia sea vlida, es necesariotener en cuenta toda la informacin conocidaque pueda ser relevante para la conclusin. En elcaso que nos ocupa, ocurre que tenemos una in-formacin interesante en nuestro haber: la vidaexiste en nuestro universo. Por tanto, no es v-lido hacer inferencias acerca del carcter natura-lista del universo sin tener en cuenta tanto que

    la vida efectivamente existe como que nuestrouniverso es suficientemente hospitalariocon ella.De lo que se sigue que cualquier inferenciaacerca del carcter naturalista del universo debeestar condicionada por estos dos hechos. En con-secuencia, para inferir la probabilidad de quenuestro universo est regido slo por leyes natu-rales, es irrelevante el valor que tome la probabi-lidad de que el universo sea hospitalariocon lavida en el caso naturalista. En otras palabras, esenteramente irrelevante si existe o no un ajustefinode los parmetros del universo. Pero MichaelIkeda y Bill Jefferys [16] van an ms lejos ypruebanmediante argumentos bayesianos que elPAD implica que la observacin del ajuste finodelos parmetros del universo no slo no disminuye

    la probabilidad de que el universo tenga un ori-gen naturalista, sino que podra incrementarla.

    Resulta ciertamente curioso que, por un lado,uno tenga a los creacionistas arguyendo que elmundo natural es demasiadopoco hospitalarioconla vida y por tanto es necesaria la intervencindivina en algn momento de la evolucin, y que,

    por otro lado, estn los que utilizan la argumen-tacin antrpica habitualmente los mismos ar-guyendo que las constantes y las leyes de la na-turaleza estn tan exquisitamente ajustadas paraque la aparicin de la vida sea posible en nuestrouniverso que no existe otra alternativa que laexistencia de un Diseador. As no hay quienpueda perder!

    Parece que en este punto nos encontramos enla misma situacin a la que se enfrent el mismoHume con el argumento del diseo clsico. Aun-que tenga la prueba de su inconsistencia lgica,

    el ateo no se sentir intelectualmente completohasta poseer una buena explicacin de ese deli-cado ajuste de las constantes de la fsica y los pa-rmetros del universo que ha hecho posible laaparicin y posterior desarrollo de la vida.

    Lo que desconocen muchos de los defensoresdel nuevo argumento del diseo es que, si bienno existe actualmente una explicacin comple-tamente satisfactoria del origen de las coinciden-cias numricas, s que existe un marco generaldonde es posible encontrar una buena explica-cin. La historia se repite, pues Darwin tampoco

    dispuso de todos los detalles, y la discusin sobrealgunos aspectos de cmo se produce el procesoevolutivo an contina entre bilogos como Ri-chard Dawkins y Stephen Jay Gould [17], entreotros, aunque el hecho de que el esquema bsicode Darwin sea la explicacin de la aparicin dela diversidad biolgica est fuera de toda dudarazonable.

    UNA PLURALIDAD DE UNIVERSOS

    El Big Bang estndar nos da una imagen consis-tente de la evolucin de nuestro universo desde,

    digamos, una centsima de segundo despus de lagran explosin. Pero qu mecanismo puede ex-plicar cmo se lleg a las condiciones del uni-verso en ese momento? Existe actualmente unaalternativa terica elegante que resuelve variosrompecabezas del modelo estndar: el escenarioconocido como inflacin [18]. La inflacin no esms que una expansin exponencial del universoen los instantes previos a la fase de expansin li-neal estndar que se produce en la actualidad.Para que el lector se haga una idea, en unos me-ros 10-35 segundos, el universo aument de ta-mao en un factor del orden de 1030. Esa tre-menda tasa de expansin proviene del hecho deque al menos una pequea regin del universohaya estado en algn momento en un estado de-

    No es vlido hacer inferenciasacerca del carcter naturalistadel universo sin tener en cuentaque la vida efectivamente existe

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    nominado de falso vaco. El estado de falso vacoen un estado peculiar e inestable que surge demanera natural en las teoras cunticas de cam-pos. Una vez que una pequea regin del uni-verso se ha materializado en dicho estado, em-pieza a expandirse de forma exponencial impul-sada por un efecto gravitatorio repulsivoque re-

    sulta de una combinacin de las propiedadespeculiares del falso vaco y de las ecuaciones dela relatividad general relacionado con el hechode la existencia de la famosa constante cosmol-gica. Durante la expansin, el estado de falsovaco empieza a decaer en vaco habitual, produ-cindose una sopa muy caliente de partculas queprecisamente corresponde al punto de partidadel Big Bang estndar. Parece difcil evitar queeste proceso de nucleacinde burbujas de vacohabitual a partir del falso vaco pudiera repetirsead infini tum, producindose una multiplicidad de

    universos en expansin, cada uno posiblementegobernado por parmetros cosmolgicos y cons-tantes de la fsica diferentes.

    Si pensamos que todo un universo como elnuestro procede, segn el escenario delineadoanteriormente, de una regin que puede ser tanpequea como unos 10-35 metros, parece perfec-tamente lcito preguntarse de dnde procedetoda la energa del universo. La respuesta podrayacer en el hecho de que la energa gravitatoriagenerada durante la expansin pueda ser tomadade forma no ambigua como negativa, de talforma que la energa materializada en la transi-cin del falso vaco al vaco habitual proceda dela propia energa gravitacional acumulada en la

    expansin. Por tanto, la energa total podra sertan pequea como se desee e incluso cero sinque hubiera ninguna limitacin a la cantidad deexpansin exponencial que pudiera ocurrir. Enotras palabras, podramos decir que el meca-nismo de inflacin produce un universo par-tiendo esencialmente de nada [18].

    Aunque este escenario del origen del universopudiera ser todava demasiado especulativo enel sentido de no haber sido contrastado observa-cionalmente, s que es un escenario plausible alque estn apuntando todos los indicios tericosde los que disponemos en la actualidad. De he-cho, es uno de los escenarios perfectamentecompatibles con observaciones astronmicas re-cientes [19]. Es sencillamente una explicacin

    naturalista del universo donde no hay lugar para

    un Gran Diseador. Los valores de las constantesde la naturaleza fueron seleccionados por puroaccidente cuando, a medida que el universo seexpanda, se rompi la simetra de un estado ini-cial posible catico y totalmente simtrico [18].Nosotros vivimos en una de esa infinidad de bur-bujas donde las constantes de la fsica y los par-metros del universo son los apropiados para quela vida haya podido surgir. Fuimos unos de losposibles ganadores de la gran lotera csmica.

    Irnicamente, la solucin final a todo este lopodra residir en el equivalente csmico del mis-

    msimo proceso de seleccin natural darwiniano.Lee Smolin [26] ha propuesto un escenario com-puesto por una multitud de universos un mult i-versoen el que cada universo existente es el re-siduo de la explosinde un agujero negro previa-mente formado en otro universo progenitor.Cada universo nace con un conjunto de ciertosparmetros fsicossusgenes. A medida que esteuniverso se expande, se crean nuevos universoscon parmetros fsicos similares pero que han va-riado ligeramente debido a fluctuaciones produ-cidas por la alta entropa del interior del agujero

    negroel equivalente de una mutacin. El pro-ceso se repite reiteradamente, generndose unaprogenie de universos que tendern hacia unapoblacin dominada por aqullos que maximi-cen el nmero de agujeros negros que puedanproducir. El modelo no es slo curioso, sino quehace ciertas predicciones observacionales con-cretas. En otras palabras, es perfectamente falsa-ble.

    Y si el escenario delineado anteriormentefuera descartado por las observaciones en el fu-turo? Qu ocurrira si realmente existiera unsolo universo? Algunos autores, como los propiosBarrow y Tipler [8] o John Leslie [20], han pro-puesto que la nica salida naturalista a la argu-mentacin antrpica es la existencia de una mul-

    Podramos decir que elmecanismo de inflacinproduce un universo partiendoesencialmente de nada

    De acuerdo con algunas teoras cosmolgicas, mltiples universosen expansin pueden ir surgiendo como burbujas en un racimo,cada uno con sus propios parmetros fsicos.

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    tiplicidad de universos. Esto podra no ser real-mente as. An con la existencia de un solo uni-verso, las probabilidades no tienen por qu jugaren nuestra contra. As, por ejemplo, Victor J.Stenger y Max Tegmark [21] han mostrado quepodran darse universos factibles para la evolu-cin de la vida en un amplio rango de valores delas constantes de la fsica. Por otro lado, se ha se-alado tambin [22]en contra de la opinin ge-neralizada de bilogos evolucionistas [23]que la

    existencia de un gran nmero de galaxias en eluniverso es un factor que podra jugar estadsti-camente a favor de la aparicin casual de la vida,hecho que no ha sido tenido en cuenta habitual-mente por los partidarios del principio antrpicoal hacer sus cmputos. Por supuesto, hay quien

    defiende [24] que ya es posible delinear una ex-plicacin convencional subyacente que surgirde un mayor conocimiento de teoras cunticasde la gravedad como las teoras de cuerdas, peroan as parece inevitable la aparicin de algntipo de ajuste finoo condiciones iniciales en losparmetros de una teora de unificacin de lascuatro interacciones que tenga como aproxima-cin de baja energa al modelo estndar de la f-sica de partculas [25].

    CONCLUSIN

    Hume hizo una buena crtica de la utilizacin delaparente diseo de la naturaleza como pruebapositiva de la existencia de un dios. Pero no fuehasta la aparicin de El origen de las especies

    cuando el ateo pudo sentirse intelectualmentecompleto, al tener en sus manos una alternativanaturalista a la diversidad y a la complejidad dela biosfera. El viejo argumento del diseo resur-gi en el contexto del principio antrpico y enun nuevo escenario: el universo primigenio y elajustefino aparente de las constantes de la natu-raleza que hara posible que se dieran las condi-ciones apropiadas para el posterior origen y des-arrollo de la vida. A l igual que hiciera Hume conel argumento clsico del diseo, el nuevo argu-mento del diseo ha sido perfectamente desmon-

    tado desde el punto de vista lgico. Y, en lamisma lnea de Darwin, la fsica y la cosmologanos presentan escenarios completamente natura-listas donde el ajuste finoaparente de las cons-tantes de la fsica y de los parmetros cosmolgi-cos es una consecuencia trivial de los mismos.

    Como se puede ver, no es cierto que exista uncallejn sin salida para una explicacin comple-tamente naturalista del origen del universo, desus leyes y caractersticas. Es ms, la situacin esms bien la contraria. Aqullos que siguen bus-cando alguna evidencia de diseo divino o fina-

    lidad en la Naturaleza se encuentran en las mis-mas narices con un muro al final del camino. Amedida que sabemos ms sobre la fsica del uni-verso primigenio, la imagen del Creador se diluyehasta convertirse en slo la esperanza de algunosde poner al hombre en un lugar central quenunca le ha correspondido. Porque el primergran pecado del argumento del diseo siemprefue su injustificado antropocentrismo. Plantearun propsito para los cielos centrado en lo hu-mano suena a una lamentable falta de sentido delhumor acerca de la condicin humana. En pala-bras de Bertrand Russell [1], los creyentes en elPropsito Csmico constituyen gran parte denuestra supuesta inteligencia, pero sus escritos lehacen a uno dudar de ella. Si se me garantizara la

    El primer gran pecado delargumento del diseo siemprefue su injustificadoantropocentrismo

    Una de las posibles

    explicaciones a las anomalasencontradas en las teoras

    cosmolgicas estndar es elmodelo inflacionario. Segnste, en un instante cercano

    al Big Bang, el Universoaumentara bruscamente

    su tamao, para continuarluego expandindose

    linealmente hastanuestros das.

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    8/816el escptico (Verano 2000)

    omnipotencia, y millones de aos para experi-mentar con ella, no pensara que pudiera presu-mir mucho del Hombre como resultado final detodos mis esfuerzos.

    AGRADECIMIENTOS

    Quiero agradecer a John Beckman y Sergio

    Toledo sus valiosos comentariosPEDRO J. HERNNDEZ ([email protected]) es li-cenciado en Fsica/Astrofsica y, actualmente, profesor deEnseanza Secundaria.

    [1] Extrado de Ferris, Thimothy [1998]: Informe sobre el universo.Editorial Crtica.

    [2] Sintetizando, podemos decir que el argumento cosmolgicoafirma que cualquier cambio en el mundo debe tener una

    causa. Pero, como esta cadena de causas no puede retrocederad infinitum, tiene que existir una primera causa incondicio-nada, y esta causa es Dios. El argumento ontolgico se basa enla idea de que, en el mismo concepto de ser ms perfecto, estcontenido el atributo de la existencia, porque el ser ms per-fecto, pero inexistente, sera menos perfecto que el ser msperfecto existente; con lo cual no sera el ser ms perfecto.Esta ltima argumentacin ya fue criticada en la Edad Media.Posteriormente, Kant someti a crtica todas las pruebas te-ricas de la existencia de Dios, intentando demostrar su insu-ficiencia. De hecho, estos argumentos han sido abandonadospor los telogos ms serios desde hace tiempo. Sin embargo,el argumento del diseo ha conseguido sobrevivir gracias se-

    guramente a su carcter menos teortico.[3] Extrado de Dawkins, Richard [1986]: El relojero ciego. RBA

    Editores (Col. Biblioteca de Divulgacin Cientfica Muy).1993.

    [4] Todas las referencias sealadas pueden ser encontradas enStenger, Victor J. [1998]: The anthropic coincidences: a na-tural explanation. A aparecer en Skeptical Intelligencer. Dis-ponible en http://www.phys.hawaii.edu/vjs/www/avoid/in-tel.html.

    [5] Para una revisin del estado actual de la cosmologa, se puedeconsultar por ejemplo, Bahcall, N.A.; Ostriker, J.P.; Perlmut-ter, S.; y Steinhardt, P.J. [1999] (http://xxx.lanl.gov/abs/as-tro-ph/9906463), Peebles, P.J.E. [1998]

    (http://xxx.lanl.gov/abs/astro-ph/9806201), Primack, J.R.[1999] (http://xxx.lanl.gov/abs/astro-ph/9912089), Rowan-Robinson, M. [1999] (http://xxx.lanl.gov/abs/astro-ph/9906277) Turner, M.S.; y Tyson J.A . [1999](http://xxx.lanl.gov/abs/astro-ph/9901113).

    [6] Para una discusin ms detallada de los cambios que se produ-ciran en el universo al variar ligeramente alguno de sus pa-rmetros, se puede consultar Davies, Paul [1982]:El universoaccidental. Salvat Editores (Col. Biblioteca Cientfica Sal-vat, N 59). Barcelona 1989. Alternativamente, ver [8].

    [7] Ross, Hugh [1998]: Design and the anthropic principle.http://www.reasons.org/resources/papers/design.html.

    Ross, Hugh [1995]: The Creator and the cosmos: how the greatestscientif ic discoveries of the century reveal God. Navpress. Colo-rado Springs.

    [8] Barrow, John D.; y Tipler, Frank J. [1986]:The anthropic cos-mological principle. Oxford University Press. Oxford.

    [9] Lpez, Cayetano [1999]:Universo sin fin. Taurus. Madrid.

    [10] Hoyle, F. [1953]: Phys. Rev. 92. 649 y 1095. Ver tambinHoyle, F. [1982]: The universe: past and present reflections.Annual Reviews of Astronomy and Astrophysics. 20.

    [11] Weinberg, S. [1996]: Theories of the cosmological constant.Critical dialogues in cosmology at Princeton University.http://xxx.lanl.gov/abs/astro-ph/9610044.

    [12] Weinberg, S. [1999]: A designer Universe?. Conference on

    cosmic design of the American Association for the Advance-ment of Science in Washington, DC. A bril.http://www.nybooks.com/nyrev/WWWfeatdisplay.cgi?19991021046F.

    [13] Se refiere a las observaciones realizadas por Perlmutter yotros [1997] (http://xxx.lanl.gov/abs/astro-ph/9712212) yRies y otros [1998] (http://xxx.lanl.gov/abs/astro-ph/9805201).

    [14] Carter, Brandon [1974]: Large number coincidences andthe anthropic principle in cosmology. En Longair, M.S.(Ed.): Confrontation of cosmological theory with astronomical.Proceedings of the second Copernicus Symposium. D. Reidel Pu-blishing Co.

    [15] Resumen inicial que aparece en Ross, Hugh [1998]: Designand the anthropic principle. http://www.reasons.org/resour-ces/papers/design.html.

    [16] Ikeda, Michael; y Jefferys, Bill [1997]: The anthropic prin-ciple does not support supernaturalism. http://quasar.as.ute-xas.edu/anthropic.html.

    [17] Ver, por ejemplo, Brockman, John [1995]:La tercera cultura.Tusquets Editores. 1996.

    [18] Para una buena introduccin a nivel de divulgacin ver, porejemplo, Guth, A . [1998]:The inflationary universe. Vintage.Existe una traduccin reciente al castellano:El universo infla-cionario. Debate. 1999. Para una revisin del estado actual de

    los escenarios inflacionarios un poco ms tcnica, pero legi-ble, Guth, A . [2000] (http://xxx.lanl.gov/abs/astro-ph/9805201). Guth defiende la inevitabilidad de que los es-cenarios inflacionarios impliquen la existencia de un multi-verso: una multiplicidad de universos en expansin.

    [19] Perlmutter y otros [1997] (http://xxx.lanl.gov/abs/astro-ph/9712212). Ries y otros [1998] (http://xxx.lanl.gov/abs/as-tro-ph/9805201). Melchorri y otros [1999](http://xxx.lanl.gov/abs/astro-ph/9911445). Bernadis y otros[2000]: Nature. 404. 955. Balbi y otros [2000](http://xxx.lanl.gov/abs/astro-ph/0005124).

    [20] Leslie, John [1990]: Physical cosmology and philosophy. Mac-millan. Nueva York.

    [21] Stenger, Victor J. [1996]: Cosmythology: is the universefine-tuned to produce us?Skeptic. Vol. 4 No. 2 1996. Dispo-nible en http://www.phys.hawaii.edu/vjs/www/cosmo.html.

    Tegmark, Max [1998]: Annals of Physics. 270. 1-11(http://xxx.lanl.gov/abs/gr-qc/9704009).

    [22] Feoli, A .; y Rampone, S. [1998] (http://xxx.lanl.gov/abs/gr-qc/9812093)

    [23] Ver, por ejemplo, Mayr, E. [1978]: Scientific American. 239,46.

    [24] Kane, L.K.; Perry, M.J.; y Zytkow; A.N. [2000]: The begin-ning of the end of the anthropic principle.

    http://xxx.lanl.gov/abs/astro-ph/0001197.[25] Hogan, Craig J. [1999]: Why the universe is just so.

    http://xxx.lanl.gov/abs/astro-ph/9909295.

    [26] Smolin, Lee [1997]: The life of the cosmos. Oxford. NuevaYork

    REFERENCIA S